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Treinta años de democracia sin resultados
Honduras, un pequeño país de unos 7,5 millones de habitantes, fue noticia de primera plana en
junio pasado, cuando los militares hondureños capturaron al presidente Manuel Zelaya y lo
llevaron a Costa Rica en sus pijamas, en lo que fue el primer golpe de Estado dado en
Centroamérica en más de 30 años de democracia.
El golpe fue motivado por la iniciativa de Zelaya de sondear la opinión pública acerca de si se
debía colocar en los comicios generales, una cuarta urna para convocar o no a una Asamblea
Nacional Constituyente que redactara una nueva constitución—una acción que sus críticos
interpretaron como un intento velado de legalizar su continuismo en la presidencia del país. Pero,
aunque el intento del ex presidente fue el detonante, la tormenta se había estado preparando
desde hacía muchos años.
Los hondureños se han desilusionado cada vez más con el sistema democrático. Según encuestas
realizadas por el Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP, por sus siglas en
inglés), los hondureños creen menos en el sistema democrático que los ciudadanos de cualquier
país en el hemisferio occidental. Pero, mientras el camino de Honduras en la democracia tiene
apenas 30 años, haciendo una comparación superficial con sus vecinos en América Central
pareciera que la confianza en el sistema debería ser más fuerte. Nicaragua, El Salvador y
Guatemala han sufrido prolongadas guerras civiles y situaciones violentas entre etnias, razones
suficientes para renunciar al sistema democrático. Honduras, en cambio, es el único país que no
ha tenido guerras civiles, ha hecho transiciones pacíficas del poder y la reforma agraria ha sido
promovida abiertamente por el gobierno.
Sin embargo, los hondureños tienen varias razones para no confiar en el sistema. Respecto de los
indicadores de calidad de vida, incluida la economía, la salud y la educación, Honduras se ha
quedado atrás todos sus vecinos, durante los mismos 30 años que ha durado su sistema
democrático.
Estos dos hechos—que los hondureños han recibido pocos beneficios de la democracia y en
consecuencia, tienen poca fe en el sistema—ayuda explicar por qué hubo un golpe de estado en
Honduras. La poderosa retórica de Zelaya a favor de la participación ciudadana llamó la atención
a aquellos que buscan un sistema que pueda mejorar sus vidas. Mientras que, por el otro lado, la
élite de Honduras sintió que Zelaya era una amenaza para su forma de vida y tenía que encontrar
una manera de sacarlo del poder.
El propósito de este trabajo es hacer una observación profunda de la democracia hondureña, con
el objetivo de explicar cómo y por qué el retorno de Honduras a la democracia al inicio de la
década de los „80 no ha traído los beneficios prometidos; y luego proponer algunas soluciones
para corregir los daños al sistema.
El país más pobre de Centroamérica
Los hondureños apenas se han beneficiado de los últimos 30 años de democracia. En
comparación con sus vecinos, Honduras está en la parte inferior de las listas de indicadores desde
el producto interno bruto (PIB) per cápita, hasta la expectativa de vida.
La figura 1, por ejemplo, muestra el PIB per cápita durante los últimos 30 años. Aunque en la
mayoría de los países de América Central se han duplicado o incluso sextuplicado los índices de
PIB, Honduras y Nicaragua apenas han mejorado. Nicaragua, sin embargo, después de haber
experimentado una guerra civil interminable, puede tener una excusa válida para sus malos
resultados, pero El Salvador y Guatemala también han tenido guerras civiles y han mejorado
mucho más que Honduras y Nicaragua.
Figura 1—PIB Per Cápita (PPP)1
1975 PAÍS VALOR US$
1 México 2,330
2 Costa Rica 2,260
3 Panamá 1,590
4 Belice 1,110
5 El Salvador 1,760
6 Guatemala 1,310
7 Nicaragua 1,790
8 Honduras 810
2008 PAÍS VALOR US$
1 Costa Rica 13,500
2 México 12,500
3 Panamá 9,000
4 Belice 7,800
5 Guatemala 5,400
6 El Salvador 5,200
7 Honduras 3,300
8 Nicaragua 3,200
Del mismo modo Honduras, comparando las estadísticas de mortalidad infantil con sus vecinos,
ha bajado desde la cuarta posición en 1960 a la sexta en el 2008 (ver figura 2).
Figura 2—Mortalidad Infantíl (Muertos por 1,000 nacimientos vivos)
19602 PAÍS Muertos por 1,000 nacimientos
1 Costa Rica 10
2 Panamá 20
3 México 25
4 Honduras 33
5 Nicaragua 34
6 El Salvador 34
7 Belice 34
8 Guatemala 39
20083 PAÍS Muertos por 1,000 nacimientos
1 Costa Rica 9.01
2 Panamá 15.62
3 México 19.01
4 El Salvador 22.19
5 Belice 23.65
6 Honduras 24.61
7 Nicaragua 25.91
8 Guatemala 28.79
1 Cálculos de ASJ en base a información de Indexmundi y Globalis. <http://www.indexmundi.com/g/g.aspx?v=69&c=ho&l=en> y
http://globalis.gvu.unu.edu/indicator_detail.cfm?Country=HN&IndicatorID=26#row 2 http://globalis.gvu.unu.edu/indicator_detail.cfm?Country=HN&IndicatorID=26#row
3 http://www.indexmundi.com/g/g.aspx?v=69&c=ho&l=en
Por último, en la esperanza de vida, Honduras ha permanecido en el último lugar en comparación
con sus vecinos desde 1955. El Salvador, Guatemala y Nicaragua, todavía superan a Honduras a
pesar de sus prolongadas guerras civiles en las que murieron miles de personas, un factor que
disminuye drásticamente la expectativa de vida promedio.
Figura 3—Expectativa de vida
19554 PAÍS PROMEDIO
2 Costa Rica 57.2
3 Panamá 55.2
4 México 50.6
5 El Salvador 45.3
6 Nicaragua 42.3
7 Guatemala 42
8 Honduras 41.8
20085 PAÍS PROMEDIO
1 Costa Rica 77.4
2 México 75.84
3 Panamá 75.17
4 El Salvador 72.06
5 Nicaragua 71.21
6 Guatemala 69.99
7 Honduras 69.37
Estas tres estadísticas ofrecen una fotografía instantánea de la calidad de vida en Honduras. En
resumen, el resto de Centroamérica se ha desarrollado mucho más rápido que Honduras.
Los pobres, más pobres; mientras los ricos se hacen más ricos
Según el Factbook de la CIA, Honduras es el decimosexto país más desigual en el mundo, de
134 países, en términos de distribución del ingreso6. Y de acuerdo a la CEPAL, Honduras es uno
de los dos países más desiguales en América Central, con un coeficiente de Gini de entre .58 y
.61 (entre más alto el número, más desigual el país.). En la figura 4 se ve que con el transcurso
del tiempo, Honduras se ha quedado con más o menos la misma desigualdad.
Figura 4—Coeficiente de GINI en
Honduras desde 19907
Figura 5—Rankings del coeficiente GINI en
América Central basado en el baso de datos
más recientes8
4Datos de Globalis <http://globalis.gvu.unu.edu/indicator_detail.cfm?Country=HN&IndicatorID=26#row> 5 Datos de Indexmundi <http://www.indexmundi.com/g/g.aspx?v=69&c=ho&l=en> 6 Dato de CIA World Factbook <https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/> 7 Datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) <http://www.eclac.org/>
Año GINI
1990 0.62
1994 0.56
1997 0.56
1999 0.56
2002 0.59
2003 0.59
2006 0.61
2007 0.58
País GINI
Guatemala .59 (2006)
Honduras .58 (2007)
Nicaragua .53 (2005)
Panamá .52 (2007)
México .51 (2006)
El Salvador .49 (2004)
Costa Rica .48 (2007)
Un efecto de la desigualdad es que con cada dólar que aumenta el PIB, la mayor parte va a los
más ricos. Esto significa que mientras Honduras ha experimentado un cierto crecimiento
económico en los últimos 30 años, la mayoría de los beneficios han ido a los que ya son ricos.
Así, mientras los pobres han visto pocos beneficios de la democracia, los ricos han tenido una
mejora significativa. Esto explica en parte por qué la crisis política actual implica una guerra de
clases—la élite rica, la mayoría de la cual apoyó el golpe de Estado, frente a los partidarios de
Zelaya, que se identificaban con la retórica de Zelaya a favor de los pobres.
Posibles Explicaciones
Como se ha demostrado, Honduras está cerca de la parte inferior de todos los países
centroamericanos en estadísticas desde la economía hasta la salud. Pero ¿por qué sucede esto?
Algunas de las teorías más comunes son:
Geografía— Honduras es uno de los países más montañosos de América Central. La población,
en particular la indígena, se ha ubicado y todavía se ubica, en áreas remotas. Debido a estos
inconvenientes geográficos, ha sido difícil proveer muchos servicios que se consideran
esenciales para el desarrollo económico; tales como agua, servicio de salud, electricidad y la
educación.
Este argumento, sin embargo, no explica por qué Costa Rica, El Salvador y Belice han superado
desafíos geográficos similares y significativos. Costa Rica, que es ampliamente considerado
como el país más desarrollado de América Central, es tan montañoso como Honduras y tiene una
considerable población que vive en las montañas. Guatemala tiene más grupos de indígenas en
varias partes del país, y todavía presenta mejores indicadores que Honduras.
Por otra parte, El Salvador tiene la extensión territorial más pequeña en América Central y la
misma población que Honduras, pero está más desarrollado que éste8. Belice también es
significativamente menor, sin embargo, se ha desarrollado mucho más rápido que Honduras.
Desastres— En 1998, el huracán Mitch se estacionó sobre la isla de Guanaja y sin piedad
empapó a Honduras durante cinco días consecutivos. La tormenta dejó 5.657 muertos y un
8 Datos de CIA World Factbook <https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/>
estimado de $3.8 mil millones en daños9. El presidente durante el huracán Mitch, Carlos Flores
Facussé, dijo que la tormenta destruyó años de la infraestructura.
Mitch fue la última, y tal vez la peor, en una serie de tormentas mortales que han afectado a
Honduras en los últimos 50 años. En 1974, el huracán Fifí mató entre 8.000 y 10.000 personas, y
dejó $ 1,8 mil millones en daños. El economista hondureño Raf Flores dice que estos huracanes
han obstaculizado el desarrollo del país mediante la sustitución de los planes de desarrollo a
largo plazo con los planes de reconstrucción.
Pero Honduras no es el único país centroamericano que ha sufrido graves desastres naturales. El
Salvador, Nicaragua y Guatemala han tenido grandes terremotos que han dejado miles de
millones en daños y todos regularmente experimentan inundaciones, deslizamientos de tierra y
sequías.
Figura 6—Daños Económicos por año X 1,000
País10 Daños económicos por año X 1,000
El Salvador $175,662 (1982-2007)
Honduras $152,137 (1980-2008)
Guatemala $69,150 (1982-2008)
Nicaragua $64,865 (1980-2008)
Costa Rica $30,775 (1980-2008)
Belice $28,806 (1990-2008)
Panamá $3,315 (1983-2008)
Según la tabla anterior, Honduras sufre una buena parte a causa de los desastres naturales. El
Salvador, sin embargo, tiene más daños económicos por año debido a los desastres naturales,
tuvo una guerra civil de 12 años y aún así, se ha desarrollado más rápidamente que Honduras.
Nicaragua y Guatemala no están muy lejos en el desastre causado por daños y perjuicios
económicos, han sufrido guerras civiles, y aún están por delante de Honduras, en términos de
desarrollo. Esta evidencia sugiere que mientras los desastres naturales entorpecen de manera
significativa el desarrollo, esta estadística no cuenta la historia completa.
Cultura de pereza— Otro de los argumentos—tal vez más en Honduras que fuera de él—es que
los hondureños son más perezosos por naturaleza que otros en América Latina. Esta pereza ha
sido culpable de la lentitud en el desarrollo del país.
Sin embargo, los costarricenses y beliceños, cuyos países se han desarrollado más rápidamente
en América Central, no tienen la reputación de ser trabajadores especialmente dedicados. Los
9 "Honduras." Central America After Hurricane Mitch. . Inter-American Development Bank. 16 Dec. 2009 <http://www.iadb.org/regions/re2/consultative_group/backgrounder2.htm>. 10 Datos de Prevention Web <www.preventionweb.net>
salvadoreños tienen la reputación de ser buenos trabajadores, pero esto no ha significado que El
Salvador sea el país más desarrollado de la región. Por otra parte, los hondureños en los Estados
Unidos y Europa suelen tener hasta tres empleos para enviar tanto dinero como sea posible a su
familia. Tomando esto en cuenta, ¿son los hondureños perezosos o hay algo en la estructura del
país que desalienta el trabajar duro?
Neoliberalismo—Honduras ha sido objeto por años de un modelo neoliberal de desarrollo
económico, que ha dado lugar a los ajustes estructurales que han afectado a los pobres. Esto, sin
embargo, no es diferente de cualquier otro país latinoamericano. A partir de las políticas de los
años 80, todos los países, desde México a Argentina, fueron sometidos a políticas similares o
más duras, pero fueron capaces de desarrollarse más rápido que Honduras.
Dependencia—Honduras, sin duda, depende de los EE.UU., que recibe el 62 por ciento de las
exportaciones del país. Debido a esta dependencia, el país está sujeto a los caprichos del
consumidor y los deseos de las empresas de los EE.UU. Este hecho podría haber jugado un
papel en el lento crecimiento de Honduras.
Sin embargo, como la tabla de abajo ilustra, todos los países de América Central y México son
dependientes de los Estados Unidos. Por ejemplo, el 80 por ciento de las exportaciones de
México se envían a los Estados Unidos, y el país se ha desarrollado mucho más rápido que
Honduras. Otro ejemplo son las remesas de dinero que los inmigrantes envían a sus países de
origen. Las remesas en Honduras representan el 20 por ciento del PIB, pero El Salvador,
Nicaragua y Guatemala no están muy lejos.
Figura 7—Porcentaje de exportaciones e
importaciones a los EEUU11
Figura 8—Remesas como porcentaje de
PIB (2008)12
País Porciento de exportaciones a los EEUU
Porciento de importaciones desde los EEUU
México 80.20% 49%
Honduras 62.10% 50%
El Salvador 47.50% 29.90%
Guatemala 39.40% 36.70%
Belice 35.60% 37.40%
Panamá 39.20% 29.60%
Nicaragua 32.30% 21%
Costa Rica 23.90% 42.90%
Country Porciento
Honduras 20%
El Salvador 17%
Nicaragua 12%
Guatemala 11%
Belice 6%
México 2%
Costa Rica 2%
Panamá 1%
11 Estadísticas compiladas por CIA Factbook. 12 Estadísticas compiladas por DataGov. http://www.iadb.org/datagob/index.html
Si bien hay un núcleo de verdad en cada uno de estos argumentos, ninguno de ellos es una razón
convincente para explicar la lentitud de desarrollo en Honduras, en comparación con sus vecinos.
Todos los países de América Central se han enfrentado a esas mismas luchas en diferente medida
y algunos han sido capaces de superar los desafíos mejor que otros. Si la razón no se encuentra
dentro de estos argumentos comunes, ¿por qué Honduras es aún más pobre que sus vecinos tras
30 años de la democracia?
Dos hechos acerca de Honduras
Hay dos datos que dan algunas pistas de por qué Honduras no ha podido salir de la pobreza.
1. Honduras se considera muy corrupto, pero es más bajo en el número de víctimas de la
corrupción— Según los estudios de LAPOP, una cantidad muy alta de hondureños consideran
que su país es corrupto. De acuerdo con el estudio, Honduras es el séptimo país más corrupto en
las Américas13
, y el segundo más corrupto en América Central después de Guatemala (figura 9).
Estos datos confirman que internamente Honduras se considera corrupta. ¿Pero qué pasa en el
exterior? Resultados de encuestas de Transparencia Internacional, que piden a los líderes de
negocios, empleados de la embajada y el personal de la organización internacional clasificar a
los países del mundo en términos de corrupción, ubica a Honduras en la posición 130 de 180,
tomando en cuenta que esto significa una posición cercana a la corrupción14
. Así, tanto los datos
internos y externos confirman que hay mucha corrupción en Honduras.
Figura 9—Percepción de la corrupción
País Porcentaje
Guatemala 80.4%
Honduras 76.5%
México 74.4%
Nicaragua 74.3%
Costa Rica 72.1%
El Salvador 70.7%
Panamá 70.2%
Pero mientras los hondureños consideran que su país es muy corrupto, muy pocos dicen ser las
víctimas de la corrupción. En el Hemisferio Occidental, Honduras es el número 8 en el número
de personas que han sido víctimas directamente de la corrupción. ¿Por qué es que los
hondureños, los líderes de negocios y empleados de las embajadas dicen que hay mucha
corrupción, pero los hondureños informan que ellos mismos no son las víctimas directas de la
corrupción?
13
Coleman, Kenneth M. y José René Argueta. Cultura Política de la democracia en Honduras, 2008: El impacto de la
gobernabilidad. Barómetro de las Américas by LAPOP, pg. 36. 14 “Corruption Perception Index 2009.” Transparency International. Web. 11 Jan. 2010. <http://www.transparency.org/policy_research/surveys_indices/cpi/2009/cpi_2009_table>
Figura 10—Porcentaje que ha sido víctima de la corrupción
País Porcentaje
México 30.30%
Guatemala 19.60%
Costa Rica 17.50%
Nicaragua 16.60%
El Salvador 14.80%
Honduras 13.80%
Panamá 9.20%
Esto significa que la corrupción existe y es frecuente, pero que no es común que afecte a la
mayoría de las personas. Esto puede ser debido a que la corrupción está en el gobierno y los
niveles de élite, no en las calles.
Este patrón se ajusta a la realidad de Honduras. A diferencia de muchos países, los hondureños
no informan que tienen que pagar un soborno para obtener una cama de hospital o para ver al
médico. Pero la corrupción es alarmante en la compra de medicamentos. Hay poca corrupción en
el simple pago de una factura de electricidad, pero hay enormes irregularidades en los contratos
del gobierno para producir energía mediante generadores diesel.
Un periódico de Honduras informó que sólo en 2008, 250 millones de dólares estuvieron
perdidos en Honduras debido a la corrupción del gobierno15
. Esto llevaría a la conclusión de que
si bien existe una gran corrupción en Honduras, ésta se concentra en el nivel más alto de
negocios y la política.
2.) Los hondureños son los más activos en su democracia, pero tienen menos fe en ella.
En las encuestas de LAPOP, los hondureños aparecen como los más activos en su democracia en
comparación con los ciudadanos de otros países de América Central. Los cuatro gráficos
siguientes ponen a Honduras en la parte superior de la lista de varios aspectos de participación en
la democracia.
Fig. 11—Porcentaje de personas que han
trabajado por un candidato o partido
político16
.
Fig. 12—Porcentaje de personas que han
contactado a su alcalde.
País 2008 País 1995
15 Cerna, Mario. "Corrupción Devoró Lps. 4,750 millones en 2008." El Heraldo 09 Dec. 2009. País. 17 Dec. 2009 <http://www.elheraldo.hn/Ediciones/2009/12/10/Noticias/Corrupcion-devoro-Lps.-4-750-millones-en-2008>. 16 Tablas de las encuestas de LAPOP.
Honduras 19.9
Panamá 12.8
CR 11.2
Nicaragua 10.9
ES 8.3
Guatemala 3.8
Honduras 16.8
Panamá 10
Guatemala 7.4
ES 4.4
Nicaragua 1.7
CR Sin datos
Fig. 13—Porcentaje de personas que han
contactado a su diputado.
Fig. 14—Porcentaje de personas que han
contactado una agencia del gobierno.
País 1995
Honduras 31.6
Panamá 24.8
ES 14
Guatemala 13.7
Nicaragua 8
CR Sin datos
País 1995
Honduras 22.2
Panamá 16.4
Guatemala 15.8
ES 10.5
Nicaragua 5
CR Sin datos
Ahora considere el hecho curioso de que, mientras los hondureños son participantes activos en la
democracia, tienen menos fe en ella que los ciudadanos de otro país de las Américas.
Figura 15—Apoyo para la democracia
Apoyo para la democracia17
2008
Canadá 87.2
Argentina 86.9
Uruguay 85.3
Venezuela 83.8
EEUU 78.4
Costa Rica 78.2
República Dominicana 74.9
Jamaica 73
Colombia 73
Nicaragua 72.9
Bolivia 71.8
17
Coleman, Kenneth M. y José René Argueta. Cultura Política de la democracia en Honduras, 2008: El impacto de la
gobernabilidad. Barómetro de las Américas by LAPOP, pg. 18.
Panamá 71.6
Brasil 70.5
Chile 69.5
México 68.5
El Salvador 68.4
Haití 66.6
Ecuador 66.6
Perú 65.5
Paraguay 62.9
Guatemala 60.5
Honduras 59.9
El gráfico anterior muestra que Honduras es el último en las Américas, en términos de porcentaje
de la población, que cree que la democracia es el mejor sistema político. Un mayor porcentaje de
haitianos que de hondureños creen que la democracia funciona, cuando los primeros no han
tenido un solo gobierno estable en más de 30 años.
Para resumir todo lo anterior,
1. En 30 años de democracia, la mayoría de los hondureños han visto poca o ninguna
mejoría en sus vidas, mientras que la élite rica ha obtenido más riqueza y poder.
2. En comparación con sus vecinos, las teorías comúnmente utilizadas para explicar la falta
de desarrollo de Honduras—la geografía, los desastres naturales, la dependencia de los
Estados Unidos, una cultura perezosa—no cuentan toda la historia. Los vecinos de
Honduras tienen estos mismos desafíos; sin embargo, se han desarrollado mucho más
rápido que Honduras. Algo más debe explicar la falta de progreso, pero ¿qué es?
3. Dos datos tienen pistas sobre la respuesta:
Honduras es considerada interna y externamente como uno de los países más
corruptos del mundo, pero es uno de los más bajos en términos del número de
víctimas de la corrupción.
Los hondureños tienen menos fe en la democracia que los ciudadanos de
cualquier país en las Américas, porque el sistema no ha beneficiado a la mayoría.
Sin embargo, son los más activos en la democracia, trabajando por los candidatos
y poniéndose en contacto con funcionarios del gobierno.
Estas observaciones llevan a plantearse la pregunta: ¿Por qué, entonces, son tantos los
hondureños que participan activamente en un sistema en el que no creen?
El sistema “cacique”
Una respuesta lógica a la pregunta anterior es que los hondureños participan en el sistema no
porque la democracia dé resultados por sí misma, sino porque ser parte del sistema
democrático—trabajar por un candidato, tener acceso a hablar con el alcalde—es la única manera
de recibir beneficios.
En la superficie, el sistema democrático hondureño se ve fuerte. Hay cinco partidos políticos,
elecciones cada cuatro años, un Tribunal Superior de Cuentas y un Instituto de Acceso a la
Información Pública, pero muchas veces este sistema es simplemente una fachada para la
alternativa, el sistema “cacique” que subyace en el país. Los gobernantes y las élites han
utilizado este sistema de favores políticos con gran habilidad para ganarse la lealtad de los
grupos importantes, castigar a los opositores, y para dar la impresión de que el sistema está
funcionando, cuando en realidad, el sistema no es justo, eficaz ni eficiente.
Bajo este sistema, los hondureños que no son parte de la élite han aprendido que tienen que
encontrar maneras de hacer que el sistema funcione para ellos. De este modo, trabajan dentro del
sistema alternativo para compensar la falta de eficiencia en el sistema "democrático." Por
ejemplo, si una determinada comunidad quiere un sistema de agua o una escuela, tienen que
encontrar la manera de pedirlo. Ellos saben que sus demandas no se basan en argumentos
lógicos, sino en trabajar para un candidato político para obtener un favor o reunirse con el
alcalde para presentar sus quejas. Si estas medidas no funcionan, la comunidad puede realizar
una huelga general o el cierre de una carretera importante para hacer conocer sus demandas. Esto
"funciona” en el sentido de que los que “gritan” más fuerte obtienen sus solicitudes y se
apaciguan; pero podría ser que hay muchas otras comunidades que necesitan mucho más que
una escuela o un proyecto de agua pero no lo reciben porque no protestan.
Si bien este sistema alternativo da la apariencia de progreso y un gobierno que está preocupado
por el público, es incapaz de mejorar las condiciones de la mayoría de la gente de una manera
justa, organizada, eficaz y eficiente.
En los países donde el sistema funciona de manera más eficiente, los ciudadanos participan con
menos frecuencia, porque los beneficios que reciben del sistema no dependen de su
participación. Ellos ven los beneficios sin tener que quejarse. Este sistema “cacique” ni siquiera
trabaja a favor de los intereses de aquellos que lo crearon y se benefician de él, como los
propietarios de negocios, los empresarios y los políticos, ya que también tienen que aguantar
carreteras malas, una mano de obra con escasa formación, trabajadores frecuentemente enfermos,
los sistemas eléctricos de mala calidad y una infraestructura de agua débil. Sin embargo, su
interés económico a largo plazo es garantizar que este sistema continúe floreciendo.
Hay cuatro características de este sistema “cacique” que asegurará su continuación.
1. Manipulación de la información—El gobierno y la élite aprovechan el mismo sistema
“cacique” para controlar la información que llega al público. Los propietarios de los medios de
comunicación son parte de la élite y premian o castigan a sus empleados y los temas de sus
informes de noticias con base en cómo promueven los intereses de los propietarios. Muchos
periodistas reciben un cheque cada mes, a veces por la publicidad y a veces como un pago
directo por dar una cobertura favorable a un funcionario determinado. Otros periodistas reciben
favores, como propinas, regalos o puestos deseables en el gobierno. Dentro de esta estructura no
hay necesidad de una censura oficial. Hay una auto-censura ejercida por los periodistas y los
propietarios que no quieren perder sus privilegios. Como resultado, la gran mayoría de los
hondureños saben que el sistema no funciona para ellos, pero no saben cómo, por qué ni quién es
responsable.
2. Falta de una sociedad civil independiente—Como en el caso de la libertad de prensa,
muchos de los otros grupos y entidades que se supone que deben vigilar, presionar y exigir
cambios, también han sido comprados. Los sindicatos y grupos de campesinos rurales en
Honduras antes actuaban como guardianes del gobierno, defendiendo a sus grupos de políticas
desfavorables. Muchos acusan a los principales dirigentes de estos grupos de haber sido
"comprados" con puestos de trabajo en el gobierno o con viajes, dinero y bienes. El otro
problema es que algunos de los dirigentes honestos sólo luchan por los intereses de su propio
grupo (maestros, profesores, grupos indígenas, los derechos humanos) a expensas del bien
común. Esta actitud refleja la misma de la élite, que actúa por sus propios intereses mientras
ignora el bien común, lo que al final contradice los intereses a largo plazo del grupo. Incluso la
cooperación internacional se ha mantenido en silencio y ha fortalecido este sistema nocivo por
no exigir la rendición de cuentas del dinero donado. De hecho, las únicas instituciones en que los
hondureños confían son las iglesias católicas y evangélicas, y las Fuerzas Armadas18
.
3. Los hondureños están acostumbrados a que el sistema no funcione—Durante los últimos
30 años de democracia e incluso antes, el sistema de favores políticos, la manipulación de los
medios de comunicación y la compra de grupos de la oposición ha sido la regla, no la excepción.
Debido a esto, los políticos prometen mucho, logran poco y hacen que el pueblo crea que
cualquier cosa que se hace es un favor personal en lugar de una función pública. Los medios de
comunicación sólo publican lo que la élite aprueba. La mayoría de la sociedad civil organizada
es comprada o permanece en silencio. Así, la mayoría de los hondureños creen que este sistema
nunca va a cambiar. La única manera de hacer cualquier cosa, desde una cita en el hospital de la
Seguridad Social a la investigación de un asesinato, no es a través del sistema formal, sino a
través de conexiones y favores políticos. Los hondureños no creen que pueda haber verdadera
justicia, democracia verdadera, o una vida mejor para los pobres, así que buscan otras opciones
políticas, como el populismo de Zelaya.
4. Temor—Hay otro método, además de favores políticos: los regalos y puestos en el gobierno,
que usa la élite para garantizar que las personas cooperan con sus intereses. La gente tiene miedo
a denunciar la corrupción o a negarse a cumplir una orden inmoral por miedo a perder el trabajo,
18
Coleman, Kenneth M. y José René Argueta. Cultura Política de la democracia en Honduras, 2008: El impacto de la
gobernabilidad. Barómetro de las Américas by LAPOP, pg. 133.
ser amenazado, o incluso ser asesinado. Todos estos riesgos son reales, dado que muchos
policías, abogados, defensores de derechos humanos y activistas de derechos humanos han sido
asesinados por decir la verdad.
Estas cuatro características se combinan para asegurar que: 1.) El público se mantiene en la
oscuridad en cuanto a por qué el sistema no funciona, 2.) Hay pocos defensores que trabajan
contra los intereses de la élite, 3.) Hay un sentido de resignación de que el sistema nunca
cambiará, y 4.) los que conocen el problema se mantienen limitados por temor a represalias.
Historia—¿Por qué existe el sistema “cacique”?
Honduras fue uno de los primeros países "globalizados", ya que casi la totalidad de las industrias
en sus inicios—bananos y las minas—eran propiedad de estadounidenses y no de hondureños.
Los dueños norteamericanos contrataron a hondureños no sólo para el trabajo de campo, sino
también para los puestos de alto nivel de gestión. Las ganancias, sin embargo, salieron del país,
creando enormes cantidades de riqueza para los propietarios estadounidenses y los accionistas.
Los grupos de élite en Honduras, entonces, eran meramente empleados, que recibieron salarios
más que ganancias. Estas dos industrias dominaron la economía de Honduras desde 1880 hasta
1960. En esos 80 años la élite aprendió a tomar ventaja de su posición para acumular riqueza,
mucha más de la que nunca podría haber ganado con sus salarios.
Esto es diferente de El Salvador, Guatemala, Costa Rica, y en menor medida en Nicaragua,
cuyas primeras plantaciones de café eran propiedad de nacionales. Ellos eran los dueños de los
medios de producción. Al igual que las plantaciones de banano y café, estas explotaciones
crearon una enorme riqueza, pero el dinero se quedó en el país con las élites locales. La élite en
El Salvador, Guatemala y Costa Rica, entonces, eran los propietarios de la tierra y las
plantaciones y utilizaron el dinero para iniciar otros negocios, la creación de más puestos de
trabajo. Esto es similar a Costa Rica y Guatemala. Según un experto en América Latina, Tim
Merrill, el papel de las compañías extranjeras en Honduras creó una élite que fue “a la vez
económicamente y políticamente la oligarquía más débil de América Central.19
”
La élite hondureña, frustrada por su potencial de ingresos limitados, tenía que encontrar la
manera de manipular a sus propietarios extranjeros a fin de maximizar su potencial de ingresos.
Éste es el inicio de la manipulación del sistema que continúa hoy. Los abogados y gerentes de
negocios para las empresas mineras y de banano se convirtieron en los políticos y la élite
económica, pero sus raíces estaban en la corrupción, que sigue siendo inherente a la forma en
que operaban. Dice Ramón Oquelí, un sociólogo hondureño, “El desarrollo económico
hondureño antes de 1929 se caracterizó por el creciente dominio de los intereses extranjeros y el
sometimiento de los intereses nacionales a la codicia individual, al capital extranjero, y a los
intereses geopolíticos y económicos de las potencias imperiales.20
” Las mismas familias de hoy
19 Merrill, Tim. "The Upper Class." Honduras: A Country Study. . Biblioteca del Congreso. 02 Feb. 2010 <http://www.country-data.com/cgi-bin/query/r-5652.html>. 20 Peckenham, Nancy y Annie Street. Honduras: Portrait of a Captive Nation. Nueva York: Praeger Publishers, 1985, pg. 27.
son los principales dueños de negocios y líderes gubernamentales, y el amiguismo y las
conexiones todavía existen en el entorno empresarial y político. Muy pocas familias han sido
capaces de acumular la mayor parte de la riqueza en el país, y como resultado, se sienten con
derecho a gobernar la nación a su antojo.
Este sistema se ha roto, como se hizo evidente en el golpe de Estado del 28 de junio. Zelaya fue
capaz de llegar tan lejos con su plan de reformar la Constitución porque hablaba el lenguaje de
aquellos que han sido víctimas más que beneficiarios de este “sistema democrático” de los
últimos 30 años. La élite, al percibir que la retórica de Zelaya de la participación ciudadana
podría ser una amenaza a los beneficiarios del sistema, tenía que encontrar una manera de quitar
a Zelaya antes de que el daño estuviera hecho.
Si el sistema democrático no es modificado, el pueblo hondureño seguirá buscando uno que sí
funcione, dando lugar a dirigentes más populistas, y la elite continuará encontrando maneras de
sacarlos. Por esta razón, el sistema debería ser más justo y eficiente.
Soluciones
El sistema en Honduras está muy dañado y sólo representa los intereses de la élite, con pocos
beneficios para los pobres. Cualquier solución a los problemas de Honduras debe atacar el
sistema en sí mismo, en un esfuerzo para capacitar a la gente a tomar las riendas de su propio
desarrollo. El pueblo hondureño necesita información sobre lo que está dañado y cómo
solucionarlo.
Para resumir, los problemas que deben ser resueltos son los siguientes:
1.) Las pocas mejoras en la calidad de vida a lo largo de los últimos 30 años de democracia,
2.) La corrupción existente en el nivel más alto—dentro del gobierno y la élite económica,
3.) El "sistema" ineficiente e injusto, pero que el público en general ignora por qué, cómo y
quién es el responsable.
Las propuestas de solución:
1.) En primer lugar, el pueblo en general debe tener acceso a la información que explique por
qué el sistema no funciona, quién es responsable y cómo puede cambiarse, para trabajar en favor
de la mayoría pobre.
Ejemplos de esto incluyen investigaciones a fondo en las operaciones del gobierno y otros entes
que exponen la corrupción que existe. Con esta información, la sociedad civil y el público
pueden monitorear de manera inteligente al gobierno, y demandar cambios para garantizar que
cesen la corrupción y el amiguismo.
2.) El pueblo tiene que ser movilizado para participar en la demanda y los cambios al nivel más
alto. La sociedad civil, iglesias, organizaciones no gubernamentales y la cooperación
internacional deben liderar el camino hacia adelante en la transformación del sistema.
Ejemplos de esto incluyen, en primer lugar, la aplicación de los sistemas de los denunciantes,
para que la gente informe de la corrupción a través de líneas directas anónimas o sitios Web. En
segundo lugar, los donantes internacionales deben exigir responsabilidad absoluta de todos los
fondos asignados y la financiación futura también debe depender de un verdadero progreso en
los objetivos.
En los últimos 30 años se han visto pocos beneficios para la mayoría de los hondureños. La
mejora del sistema, para que sea verdaderamente democrático, es fundamental. Si los
hondureños no ven cambios significativos en sus vidas, el golpe de Estado de 2009 podría ser
sólo el principio.