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SAN JOSÉ, REPRESENTANTE DE DIOS EN LA TIERRA EN LOS ESCRITOS DEL PADRE JOSÉ MARÍA VILASECA.
P. Gabriel Rodríguez Celis, m.j.
Centro Josefino de Centro América.
JUSTIFICACION. El libro sobre San José de Leonardo Boff, 1 me ha sugirió buscar autores, distintos de los que él
menciona, para comprobar el planteamiento de su obra: “San José es el Padre personificado por incorporación; María, Dios Madre por corporificación
del Espíritu Santo; y Jesús, Dios Hijo por encarnación.” 2 La afirmación, como él dice, proviene de la Josefología de un humilde pero genial hermano
franciscano, fray Adauto Schumaker, 3 y que se ha ido consolidando poco a poco en la historia de la Josefología al llamar a San José: perteneciente a la unión hipostática, 4 Sombra, 5 lugarteniente, 6 representante, vicario del Eterno Padre, personificación del Padre.
En la presente búsqueda me limito al P. José María Vilaseca, (1831-1910); pero también hay material para ver la relación San José-Padre en Pedro de Torres (1659-1709); José Marconi (1842) y Augusto Nicolás. (1807-1888), etc.
SAN JOSE, AMABILISIMO REPRESENTANTE DE DIOS EN LA TIERRA.
Este era uno de los títulos que el P. José María Vilaseca7, fundador de nuestra Congregación de Misioneros de San José, daba a San José. 8
1 BOFF LEONARDO, San José la personificación del Padre, Ediciones DABAR, México 2006. 2 Id, pag. 142. 3 FR. ADAUTO SCHUMAKER, *30-‐6-‐1910. El 19 de marzo de 1987 divulgó en un manuscrito fotocopiado titulado “La trinidad mediadora. Primicias de la Redención” que consta de tres capítulos: Mariología: el Pneuma personificado; Cristología: el Hijo Personificado; Josefología: el Padre Personificado. 4 SUAREZ FRANCISCO; Comentario a la Tercera Parte de la Suma Teológica de Santo Tomás, titulado sobre los misterios de la Vida de Cristo. q. 29, a. 2; disp.. 8, sección I, n. 10. BAC…. 5 A DOSE, San José, la sombra del Padre; Balmes, Barcelona 1999. 6 CARDENAL BERULLE; Discurso sobre el estado y las grandezas de José en 1623. 7 VILASECA JOSE MARIA; Fundador de la familia Josefina: Misioneros, Hermanas y laicos. Nació en Igualada el 19 de Enero de 1831 y murió en México, D.F. el 3 de abril de 1910. Es un gran devoto de san José por sus escritos que son
Lo llamaba así apoyándose en otros autores 9 y las encontramos en sus numerosos escritos sobre san José, como punto de llegada de su experiencia mariana, y que decía ese deseo de conocer, dar a conocer y amar a San José, era el regalo que María le había dado por haberla amado, defendido y escrito libros para darla a conocer y expresarle su amor y devoción. 10
Los escritos vilasecanos sobre san José son: 11 1. Pequeño mes de marzo (1871) 2. El propagador de la devoción al Señor San José y a la sagrada familia (1871) revista
mensual. 3. Quién es José, el dignísimo esposo de María y el padre putativo de Jesús (1872) 4. Glorias del divino José (1875) 5. Oración del “Ave, José” (1871.1877) 6. La concepción del Señor San José (1885.1887.1894) 7. Oficio del Señor San José (1887) tiene varias ediciones corregidas y aumentadas. 8. Quaedam quaetiones circa sacram Familiam (1892) 9. Instrucciones ascéticas sobre Señor San José, tomo I (1902) 10. Instrucciones ascéticas sobre Señor San José, tomo II (1902) 11. El diario sobre San José (1903) 12. Oficio del corazón santísimo del Señor San José. 13. 41 Folletos devocionales sobre San José. 14. 17 tomos de pláticas y sermones a los misioneros josefinos.
expresión de su experiencia Josefina, a la que llegó después de una profunda Experiencia Mariana. Cf. Tesina presentada en el MARIANUM de Roma, Experiencia Mariana del P. Vilaseca, Roma 2002. 8 Oraciones de los Amabilísimos que diariamente se rezan en la Congregación. Constituciones, Art. 65. 9 MARCONI JOSE, Mes de marzo y novena al glorioso Patriarca San José, Barcelona, 1843, p. 74ss. 10 VILASECA JOSE MARIA, Pequeña historia. Cap. 5, p. 2: Siempre lo hemos creído, que una de las gracias que se dignó concedernos la santísima Virgen María, fue, sin duda alguna, el habernos comunicado un grande amor hacia su purísimo y virginal esposo el señor san José y, juntamente con él, haber sentido dentro de nosotros mismos grandes deseos de darlo a conocer a todos los habitantes del mundo si esto nos fuese concedido; así como un no sé qué, que algo en cierto modo nos hacía barruntar de lo mucho que entrañaron en sus escritos los sagrados evangelistas; así como algo de lo muchísimo que los Padres y Doctores han tan hábilmente comentado, partiendo de los libros santos; así como entrever algo de lo mucho, muchísimo que hay todavía encerrado en la Sagrada Escritura y en la tradición. VILASECA: Obras Marianas. Glorias de María contra los protestantes y demás disidentes de la Iglesia católica, la Explicación del Ave María, la Explicación de la Salve, dos Meses de mayo, y la Vida de la inmaculada y divina María, la augusta Madre de Dios (Historia pormenorizada, 20 de abril de 1883, c. 5). 11 Agradezco al P. Ambrosio García Moreno, m.j. que ha dedicado muchos esfuerzos para conocer y darnos a conocer a Vilaseca, recordándonos de diversas maneras que aunque tengamos 10.000 pedagogos en Cristo, Vilaseca es el padre que nos engendró para nuestra vida josefina y a quien debemos imitar. De él es el elenco de las obras josefinas del Fundador.
Para este trabajo sobre la relación de San José con el Padre me han servido: “Las glorias del Divino José”, “El oficio del Señor San José”, ¿Quién es José? y algunas meditaciones para los Misioneros o las Hermanas Josefinas.
Principalmente de estas obras, son las frases que nos hacen ver dicha relación y que después de leerlas nos dan una respuesta a la pregunta: ¿Es San José, la personificación del Padre? Aunque no lo decía con esas palabras, para el Padre Vilaseca, san José es Representante, Vicario, Coadjutor, Sustituto e instrumento de Dios en la tierra.
REPRESENTANTE, SUSTITUTO E INSTRUMENTO DE DIOS EN LA TIERRA. Admirado de las funciones que San José desempeña con relación a María y Jesús, el P. Vilaseca
dice: José ha de encargarse de las acciones más difíciles: ha de ser el representante del
eterno Padre, el verdadero esposo de la santísima Virgen María y el justamente llamado padre de Jesús. 12
San José tiene hacia Jesús el cuidado que con él tuviera su padre, pues a él se le pasan los derechos que sobre él tiene el Padre 13
José mostró en la práctica que era un dignísimo esposo y el fidelísimo representante del eterno Padre. 14 Sin embargo esta dignidad no era motivo de alarde para el humilde carpintero sino de verdadera
humildad y silencio, como imitador del silencio de Dios Padre que solo ha pronunciado una palabra, como dice Pedro de Torres. 15
José aparece en la presentación en el templo como uno más, y no como el representante del eterno Padre y del Espíritu Santo en el misterio de la Encarnación; María será contada como una mujer inmunda, y no como la Virgen Madre, y Jesús ofreciéndose a su eterno Padre,
12 PADRE VILASECA, Glorias divino José, México, 1871; p. 36. 13 SAN JUAN CRISÓSTOMO, In Matthaeum homiliae, 4, 6, PG 57, 46-‐47; TPJ, n. 157: “No pienses que, por ser la concepción de Cristo obra del Espíritu Santo, eres tu ajeno al servicio del misterio de la encarnación. Porque, si es cierto ninguna parte tienes en la generación, y la Virgen permanece intacta; sin embargo, todo lo que dice con el padre, sin atentar a la dignidad de la virginidad, todo te lo entrego a ti. Tal, ponerle nombre al hijo. Tú, en efecto, se lo pondrás. Porque, si bien no lo has engendrado tú, tú harás con él las veces de padre. De allí que, empezando por la imposición del nombre, yo te uno íntimamente con el que va a nacer. Luego, porque nadie pudiera imaginar que se trataba de verdadera paternidad, escuchad con que precisión añade el ángel: Dará a luz un hijo, dice. No dijo: dará para ti a luz un hijo, sino que lo dejó en el aire. Realmente no lo dio a luz para él, sino para la tierra entera.” 14 VILASECA, Glorias divino José, México, 1871; p. 50 15. PEDRO DE TORRES, Excelencias de San Joseph, Sevilla 1710; Discurso IX, San José en sus acciones y privilegios, muestra que es Padre de Dios, p. 405, no. 239. BOFF, José la personificación del Padre; Dabar, México 2006, p. 209
dará principio a su sacrificio. 16 Considera a san José, representando al eterno Padre, en la presentación en el templo, y viendo en Jesús a su Hijo amado, en quien ha puesto todas sus complacencias. 17 SAN JOSE, PERFECTO INSTRUMENTO DEL ETERNO PADRE. En un manuscrito sobre la Concepción de San José o en las numerosas meditaciones para los
josefinos el P. Vilaseca dice: 18 Es José entre los hombres, el perfecto instrumento del eterno Padre, para el más grande
e importante de los negocios que fue la redención de todo el género humano.19 Reseñando a diversos autores, el P. Vilaseca admira a San José por la autoridad que Dios Padre
le da sobre Jesús y María. A José se le da la autoridad del mismo Eterno, profundo pensamiento que expresó
Isolano, diciendo: José representó a la persona del Padre de Dios. 20 Al decir el Evangelio que José es padre de Jesús, 21 y diciéndolo tantas veces, otras
tantas nos afirma las excelencias de José, como si dijéramos, las excelencias de un padre divino a quien ha sido dado por hijo al Creador con exclusión de todo otro.
El ángel dijo a José: Toma al Niño y a su Madre. Toma al Niño, porque el Eterno te lo entrega, y toma a la Madre, porque siendo los dos inseparables, los dos te deben pertenecer; tómalo, y, aunque lo ves recién nacido, es con todo el anciano de los días, y siendo el Hijo natural de Dios es también el hijo tuyo.
Según parece, hace más de siete siglos que se escribió ese Oficio, 22 y entonces José era aclamado públicamente como el lugarteniente del eterno Padre, como el padre virgen en la
16 VILASECA, Meditaciones diarias para las hijas de María y de José, p. 31 17 Id. p. 31 18 VILASECA José María, La concepción del señor san José, manuscrito original, AGMJ, Fundador, Manuscritos. El manuscrito constaba de 11 capítulos. El p. Vilaseca publicó 7 artículos titulados: Sobre la concepción del señor san José, en El Propagador 15 (1885) 1-‐4; 68-‐72; 117-‐120; 165-‐169; 17(1887) 117-‐121; 165-‐168; 261-‐266. Más tarde traduce al latin cuatro de estos artículos y los publica con el título: Circa conceptionem domini sancti Josephi, en Piisima, 1887, p 220-‐267. Antes de publicar el octavo artículo, envía los artículos ya publicados al arzobispado de México para su censura, la que realiza el p. Manuel Solé. El 11 de agosto de 1888 prohíben al p. Vilaseca que continúe con la publicación de estos artículos y le piden que se abstenga de tratar el tema. Lo obligan a editar el dictamen (El Propagador 18(1888), p. 100-‐109). El 19 de junio de 1890 el P Vilaseca escribe una nota sobre las "Causas de estos estudios sobre la posibilidad de que el señor san José haya sido concebido sin mancha de pecado" Añade otros cuatro capítulos a su manuscrito y dice que los publicará en el Oficio sobre el señor san José. Distribuye este tema en la Piisimae, 1894, segunda y tercera lecturas del 20 de enero al 13 de marzo, p. 147-‐317. 19 VILASECA, Meditaciones diarias para uso de las hermanas Josefinas, Tomo 2; (México 1878) Meditación 13. 20 ISOLANO Isidoro de, Suma, p.I, c.16, p.433). 21 Cf. JACQUINOT Jean, La gloire de saint Joseph... c.III, n.VIII. El amor de José hacia Jesús, p. 67-‐71.
tierra, como el que carecía de pecado de un modo semejante a María, como el que disfrutaba como ella todo el honor virginal y que José y María se servían mutuamente así como que ambos con el mismo afecto nutrían a Jesús.23
Fue la santidad de José igual a su dignidad, y puede concluirse muy bien del amor ardentísimo que María le profesaba, amor fundado en la caridad más acendrada, amor que se animaba sin cesar por los continuos beneficios que recibía ya directamente de él, ya en la persona de su Unigénito, ya por ver en él el gran ministro de la encarnación que, como representante del eterno Padre, la conducía por todas partes. 24
A José, que no es más que una creatura común y que es entre todos los hombres el más privilegiado, el Eterno se ha despojado de su gloria y se la ha dado. La gloria del eterno Padre es ser Padre de Jesús, y nos lo ha asegurado ante el cielo y la tierra diciendo que él era su Hijo amado, objeto de sus complacencias; pues bien este mismo Hijo lo da a José, y José verdaderamente lo llama, según la ley, Hijo suyo. 25
José le impuso el nombre a Jesús ocupando el lugar del eterno Padre, se lo impuso según la voluntad de Dios expresada por el ángel, se lo impuso haciendo la voluntad de su Madre que así lo disponía y se lo impuso en cumplimiento de su oficio.
El eterno Padre comunicando a José con suma sabiduría y providencia su nombre propio de padre, manifestó suficientemente hasta qué punto lo ensalzaba, ya que con el nombre le dio también una gran parte de sus oficios y de sus cuidados paternales. José no sólo recibió una paternidad aparente ante los hombres, sino que la obtuvo de una manera la más noble, ya que el Eterno se la dio como en comisión, debiendo ejercer en favor de su Hijo los oficios y los derechos de padre. 26
José recibió a Jesús por Hijo, prestándoselo Dios, y lo recibió de una manera tan absoluta, como absolutamente se lo diera el eterno Padre, siendo José su padre en el tiempo con exclusión de cualquier otro. 27
22 Los Carmelitas fueron los primeros en tributar a José un culto público con una tendencia muy marcada en acercarlo a María cuanto es dable. He aquí en confirmación unas sentencias sacadas de la antífona de las primeras Vísperas del antiquísimo Oficio de los Padres Carmelitas. 23 Breviarium secundum usum Fratrum Carmelitarum longe exactiori cura quam umquam alias emendatum, 1495, Ad Magnificat, Ant. en VIVES, Summa, n. 2934, Romae, 1907. 24 CARTAGENA Juan de, Homiliae, l.4, hom.8, en VIVES, Summa, n.664. 25 VILASECA, Glorias del divino José, p. 89 26 SUÁREZ Francisco, Misterios de la vida de Cristo, p.III, t. II, d.8, s.1, a.3. El eterno Padre, habiendo comunicado con sabiduría y prudencia este nombre que le es propio con este varón (José), quizo dar a entender a qué dignidad tan grande lo había elevado, ya que con el nombre le dio también una gran parte de sus oficios y de sus cuidados paternales.
27 RUPERTO DE DEUTZ, Permitiendo Dios que lo tuviera por hijo.
José, en fuerza de su dignidad y vocación, desempeñaba la persona del Eterno y del Espíritu Santo y que platicaba, regía, gobernaba, tenía en su casa y en su misma habitación a Jesús y a María. 28
¿Quién como José engrandecido?, ¿Quién como José sublimado aun ante los ángeles mismos?, ¿Quién tratado como José por la Madre de Dios como esposo suyo?, ¿y no es José en quien el mismo Jesús veía y respetaba la imagen de su eterno Padre? 29
Y citando a diversos autores El P. Vilaseca, concluye: San José es el primero de la familia de Dios (Juan de Jesús), 30 El procurador de los grandes tesoros del eterno Padre (Canisio), 31 El descanso de María en sus trabajos (Cartagena), 32 El escudo fortísimo del misterio de la encarnación (Isolano), 33 El asistente continuo y devoto de las acciones de Jesús y María (Canisio), 34 El superior de Jesús y de su Madre (Suárez).35 36 José, con la dignidad de padre de Jesús, entra de hecho en comunicación con Dios, y
no como Moisés en el Sinaí que fue como de paso, sino en sociedad de nombre, de oficio, de amor, de solicitud y de autoridad. 37
El Eterno es el Padre del Verbo, José es el padre del Verbo hecho carne; El Eterno obra sobre su Unigénito por oficio y lo envía al mundo, José obrando por
oficio sobre Jesús dispone que haga éste lo que él determina; El Eterno ama eternamente a su Hijo y lo declara el objeto de sus complacencias, José lo
ama tanto que muestra que sólo en él se complace; El Eterno cuida la obra de su enviado, José lo cuida con una solicitud admirable; 38
28 VILASECA, Glorias del Divino José, México 1875, p.152 29 VILASECA, Glorias del Divino José, México 1875, p.163 30 JOAN. A JESU, Theolog. Myst. Ep ad S. Joseph. 31 PEDRO CANISIO, De Maria Virgine, l.2, c. 13; VIVES, Summa, n.2038. 32 CARTAGENA JUAN, Lib. IV, Hom. III 33 ISOLANO ISIDORO, Suma de Dones. 34 PEDRO CANISIO, De Maria Virgine, l.2, c. 13. 35 SUÁREZ, p.III, t.II, d.VIII). 36 VILASECA, Glorias del Divino José, Mexico 1875, p. 217. 37 VILASECA, Glorias del Divino José, México 1875, p. 23 38 Id. p. 132
SAN JOSE MODELO DE PADRE Y DE QUIEN EJERCE AUTORIDAD. Vienen muy bien para la sociedad sin padre o de padre ausente en que vivimos 39 la exposición
que el P. Vilaseca hace de San José como modelo de los que mandan. José fue entre todos los superiores el que poseyó mejor que ningún otro las cualidades de
tal, por haber sido constituido superior verdadero de la divina Familia de María y Jesús; Familia que gobernó con grande entendimiento y prudencia, como que ocupaba el lugar del eterno Padre para con su Unigénito. 40
El santísimo José fue predestinado para hacer en este mundo las importantes veces de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Santo. Fue el representante de Dios Padre, porque en su nombre había de proteger a su Hijo unigénito;
San José fue predestinado para que proveyese a todas sus necesidades, les hablase en nombre del cielo en los momentos de mayor peligro, y así representara en un todo los paternales cuidados de la divina Providencia. 41
José ha sido elevado a la mayor dignidad, y mereció ser condecorado, como explica santa Teresa, con el cargo nobilísimo de ministro plenipotenciario de Dios y como su tesorero general. 42
San José, a quien el Padre Eterno ha dado la autoridad, la solicitud y la ternura de un Padre para con su Hijo Encarnado.43
Considera a qué grado tan alto de excelencia ha elevado la virtud al señor san José, y cómo habiendo de elegir el Padre eterno quien sustituyese su persona en el mundo, no halló entre los hombres todos, otro mejor que él que pudiese sustituirlo. 44
San José fue llamado desde toda la eternidad por el eterno Padre, para que fuese acá en la tierra su sustituto y representante en el más importante de todos sus negocios (oficio 94)
El eterno Padre, con suma sabiduría y prudencia, le dio a José el nombre de padre, que era suyo propio. (oficio 119) UNA COINCIDENCIA.
39 BOFF, San José la personificación del Padre, p. 162 40 Id. p.220 41 VILASECA JOSE MARIA; ¿Quién es José?; México 1872. p. 119 42 Id, p. 45 43 VILASECA JOSE MARIA, Libro de las visitas del señor san José, México 1876, p. 44 VILASECA JOSE MARIA, Pequeño mes de marzo, México 1870, Día primero.
En la búsqueda de pensamientos Vilasecanos referentes a la relación de San José con el Padre, encontré esta frase que me llamó la atención por el parecido con el Número 7 de la Exhortación Custodio del Redentor.
Dice Vilaseca: “Si el matrimonio de Adán y Eva nos perdió, el matrimonio de José y María nos salvó; el
origen del mal tuvo origen de Eva que creyó a la serpiente, y el origen de todo bien estuvo en María que creyó a lo dicho por el ángel; Eva, caída en el pecado, precipitó después a Adán y con él a toda su descendencia, y María se une con José para salvar a todos los pecadores por medio de Jesús. A Adán le fue dada Eva al decir el Eterno: Hagámosle ayuda semejante a él (Gn 2, 18), y a María le fue dado José por haber dicho también en su favor: Hagámosle ayuda semejante a él.” 45
La CR dice en el numeral 7, estas palabras que Pablo VI dijo a las familias: Y he aquí que en el umbral del Nuevo Testamento, como ya al comienzo del Antiguo,
hay una pareja. Pero, mientras la de Adán y Eva había sido fuente del mal que ha inundado al mundo, la de José y María constituye el vértice, por medio del cual la santidad se esparce por toda la tierra. El Salvador ha iniciado la obra de la salvación con esta unión virginal y santa, en la que se manifiesta su omnipotente voluntad de purificar y santificar la familia, santuario de amor y cuna de la vida». 46 Y admirado del matrimonio de María con José, el P. Vilaseca sigue diciendo:
El padre Vilaseca por su parte dice: ¡Qué grande, qué excelso es José en su santa vocación, qué único en todos sus actos!, es
como si el Eterno hubiese dicho: “No es bueno que la Virgen, Madre de mi Hijo, esté sola, démosle a José para que sea su ayuda”. Siendo esto así, ¿qué hombre podrá jamás pensar que José no era del todo semejante a María? Según la santa Iglesia, José fue sin duda alguna, purísimo en su virginidad, profundísimo en su humildad, ardentísimo en su caridad, altísimo en su contemplación y el más solícito en cumplir todos sus deberes para con María y para con Jesús” 47.
Si el Señor Omnipotente, al unir a Adán con Eva, se propuso mostrar la pureza de su alma, así sucedió de un modo especialísimo al crear a María y José, sus siervos fidelísimos; y más todavía, pues si Adán y Eva desagradaron a Dios, María y José de tal modo lo agradaron, que por ellos tuvo compasión de la humanidad caída salvándola por medio de Jesús su Hijo primogénito. (of. 587)
45 VILASECA, Oficio del Señor San José, México (1887), p. 180. 46 Custodio del Redentor, Cap. II, No. 7; Pablo VI, Alocución al Movimiento «Equipes Notre-‐Dame (4 de mayo de 1970), n. 7: AAS 62 (1970), p. 431. 47 SAN BERNARDINO DE SIENA, Serm. de S. Joseph, s. 3
Y volviendo a la relación Dios Padre con San José, el Padre Vilaseca afirma: José el hombre fiel, a quien fue desposada la Madre del Salvador; él fue el siervo fiel y
prudente a quien constituyó el Señor para que fuese la ayuda de su Madre, el nutricio de su carne, el colaborador fidelísimo del gran consejo en la tierra” 48. (Of. 180)
José, que debía ser el señor de la misma Madre de Dios, ama la virginidad más que todos los privilegios, practica las virtudes del modo más perfecto, más cabal y más heroico, y representa en este mundo a la persona del eterno Padre. (of. 186)
La vida de José, “se elevó más alto que los cielos, como la imagen perfectísima del eterno Padre. ¡Cuán grande es José, padre de Jesús! ¡Cuánta su gloria, principalmente cuando oía que Jesús le llamaba padre! Y si nos preguntamos por qué San José es el santo del silencio, de la humildad y que se le
representa como al margen, oculto y dormido, quizá encontremos respuesta en estas consideraciones que hace Vilaseca y que hacen más parecido al Santo Patriarca con el Eterno Padre:
José fue llamado para que viviese oculto con Dios, para que se encubriese con su fúlgida luz, de tal suerte que sólo estuviese sujeto a los mandatos de Dios; para que hiciera las veces de Dios y viviera para Jesús. (Of. 330)
La bienaventurada Virgen María amó más a José que a los demás, como segundo objeto de su amor. Pues su esposo José es más semejante a Dios que todos. Por la paternidad que le comunicó el Padre eterno sobre su Unigénito. (Of. 364)
Que Jesús, María y José forman la Trinidad de la tierra a semejanza de la celestial, lo demuestran ciertamente muy importantes autores. Como en el cielo existe la inefable Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo; así en la tierra hay otra Trinidad explícitamente mencionada en el evangelio de Mateo: Jesús, María y José.
El oficio del eterno Padre lo tiene nuestro bienaventurado José en la tierra y en el cielo. (Of. 478)
San José fue llamado por Dios con una vocación en gran manera privilegiada, hasta el grado de hacer las veces del eterno Padre. Pero en la misma altura a la que había sido elevado, exclamaba: He aquí al siervo de Dios, hágase en mí según tu palabra. (Of. 577)
Hablando de José y María debemos afirmar, que así como el Padre eterno dijo acerca de Jesús: Este es mi Hijo amado, en quien me complazco (Mt 3, 17), así de un modo semejante lo dice de sus purísimos padres María y José.
JOSE VA DELANTE DE NOSOTROS EN LA PREDICACIÓN EVANGELICA Y ESTAMOS SEGUROS BAJO SU PATROCINIO.
48 SAN BERNARDO, Super missus est, hom. 2. Las alabanzas de María y otros escritos escogidos. CIUDAD NUEVA, (1998); P. 61.
Muy grande era la convicción que el P. Vilaseca tenía sobre la protección de San José sobre su vida misionera y sus obras. Tanta que, tal vez nos parece exagerado, cuando dice:
José nos salvará, José que en la tierra hizo las veces del eterno Padre, José que en este mundo custodió a su virginal esposa, José que alimentó a Jesús con el sudor de su frente, José que lo salvó en la persecución de Herodes, José a quien Jesús estuvo sometido durante treinta años. José derramará el bálsamo saludable de la misericordia y el perdón sobre la Iglesia atribulada, sobre nuestro pobrecito Instituto y sobre cada uno de nosotros. (Of 561)
José porque es el padre de Jesús, el esposo de María, el que hace las veces del Espíritu Santo y el coadjutor del eterno Padre. (Of. 656)
Difirió el Eterno hasta la hora del bautismo declararse padre de su Hijo Unigénito, porque ya se le había concedido a José el nombre de padre y para no menguar la paternidad de José. (Of. 658)
Estamos seguros que el Padre eterno no niega nada en el cielo al que en la tierra hizo sus veces para con su hijo Jesús; y estamos seguros también que el Hijo nada niega a aquel a quien llamaba padre en la tierra y de quien era súbdito, y que el Espíritu Santo nada niega tampoco al que fue esposo fidelísimo de la Madre de Dios. (Of. 727)
Siendo Jesús el hijo natural de Dios, se sigue claramente que José hizo las veces del eterno Padre en esta dignidad. (of. 730)
El eterno Padre puso la debilidad de Jesús bajo la custodia de José. (of. 735) ¡Cuán grande es señor san José como padre de Jesús!, el cual, fue escogido de entre
todos los hombres para compartir con el Padre eterno los honores de la autoridad jamás concedidos a hombre alguno. (of. 751)
José hizo las veces del eterno Padre y abrió los arcanos del Espíritu Santo que estaban escondidos en los cánticos y las profecías. (of. 788)
Simbólicamente hablando, el matrimonio de la santísima Virgen María y de señor san José fue imagen de la santísima Trinidad. José, dice Alápide, representaba al eterno Padre; María al Espíritu Santo pues era santísima y había concebido por obra del Espíritu Santo, y el Hijo se representaba a sí mismo como Hijo de Dios. (Of. 863)
Tanta fue la gracia y dignidad de san José, que el eterno Padre lo enriqueció liberalmente con un primado semejante al suyo sobre su Hijo encarnado (of. 916)
Jesús y María estuvieron sujetos a José por medio de la virtud y la voluntad, puesto que así era la voluntad del eterno Padre. (of. 919)
El eterno Padre se complace en los cultos que tributamos al señor san José, porque singularmente honramos entonces a su representante. 49
49 PADRE VILASECA, Glorias divino José, México, 1871; p. 232 (253)
BENDIGAMOS Y ALABEMOS A JOSÉ PORQUE EN LA TIERRA FUE UNA IMAGEN PERFECTA DEL ETERNO PADRE.
Esta era la convicción del Padre Vilaseca, por eso en su piadosas preces u Oficio de San José dice:
Seamos devotos de señor san José. Veamos en él a nuestro padre, obremos como él obraba siendo representante del eterno Padre, hermano del Espíritu Santo y padre de Jesús. (of. 748)
¡Qué grande es san José!, él es el que en la tierra hizo las veces del eterno Padre, el que refleja en una santidad infinita, las infinitas virtudes del eterno Padre. (Of. 275)
En san José, padre putativo de nuestro Señor Jesucristo y verdadero esposo de la reina del mundo y señora de los ángeles, a quien el eterno Padre eligió como nutricio y custodio de sus principales tesoros, a saber, de su hijo y de su esposa, el cual oficio cumplió con toda fidelidad. (Of. 276)
El eterno Padre se complace en los cultos que tributamos al señor san José, porque singularmente honramos a su representante. 50 CONCLUSION. Quiero terminar este trabajo sobre la relación del Padre Eterno con San José, con esta glosa del
Padre nuestro, hecha por el P. Pedro de Torres en su obra las “Excelencias de Josef" 51 que confirma la idea de que José, el carpintero, el obrero que trabajó duro para alimentar a Jesús y María; el hombre justo, recto, honrado, fiel, el soñador; el esposo silencioso de la mamá de un judío marginal; el que apenas hasta hace poco ha sido nombrado en las Anáforas eucarística; no tiene lugar en muchas iglesias; es el que HIZO, como Jesús que dijo hago y como María que dijo Hágase; es el amabilísimo representante de Dios en la tierra.
Estas son las palabras de Pedro de Torres: Parece, que la oración del Padre Nuestro que Jesús nos enseñó la sacó de la que siendo niño,
hacía a su padre Joseph, o en la que a éste hacía se experimentaba para la oración que había de hacer a su eterno Padre o para enseñarnos a orar.
Padre nuestro que estás en la tierra en lugar de mi Padre, que está en los cielos; Santificado fue mi nombre en tus labios, cuando me llamaste Jesús; Y santificado es tu nombre, porque gozas del nombre santo de Padre del Hijo de Dios; Me vine al reino de tu casa para fundar en ella el Reino de la Iglesia; Hágase tu voluntad en la tierra, como en el cielo;
50 Id. p. 225 51 PEDRO DE TORRES, Excelencias de San Joseph, Sevilla 1710, Pag. 1083, No. 170
Porque tu voluntad, es la de mi Padre celestial demostrada por la tuya. Dame el pan de cada día, para sustento de mi vida. Y esta es deuda, que queda en mi agradecimiento eternamente, y obligado de ella
perdonaré por tu intercesión a los que con deudas de culpas se valieren de tu patrocinio; Y no me dejes caer en tentación (milicia leen otros) de la guerra, que me hicieren mis
enemigos Y líbrame de todo mal corporal. Amén. Vean aquí, dice Pedro de Torres, lo que sin duda diría Jesús a Joseph; y la oración, que
le haría, como hombre, como hacía a su Eterno Padre. Jesús hacía oración a su padre Joseph, como a quien tenía el lugar de su Eterno Padre,
y venerando en él el divino representado. Sí que en esto no parece que hay inconveniente; pues tan imposible parece, que un Dios
obedezca a un hombre, como que le haga oración. Y pues Dios obedeció a Joseph, como a vice-Dios Padre, también hizo oración a él,
como a Dios por representación, para darle pan, para hacer en él su propia voluntad, para no dejarlo caer en la tentación, y guerra de sus enemigos, y para librarlo de todo mal corporal.
Y esta oración, que hizo Jesús a Joseph, fue tan eficaz, que fue oída de Joseph porque Joseph le concedió todo lo que en la oración le pidió: le dio el pan de cada día, lo defendió de sus enemigos, y lo libró de todo mal. Hemos realizado un pequeño recorrido por las obras josefinas del P. Vilaseca, que como Pedro
de Torres y tantos otros autores relacionan íntimamente a San José con Dios Padre. Que San José nos ayude a dirigir nuestra mirada a Él para que animados por el Espíritu, vivamos
lo que dice una de nuestras oraciones josefinas, “Que mi mamá sea María, y mi padre un San José, y que todos imitemos a Jesús de Nazaret”. Amen.
Gabriel Rodríguez Celis, m.j. Centro Josefino de Centro América y Venezuela.