JOSÉ MARÍA VILASECA LAS GLORIAS DE SAN...

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JOSÉ MARÍA VILASECA LAS GLORIAS DE SAN JOSÉ, O SEA, LA VIDA DEL SANTÍSIMO PATRIARCA. CEJ de CAM Centro Josefino de Centro América, El Salvador, Centro América

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  • JOS MARA VILASECA

    LAS GLORIAS DE SAN JOS,

    O SEA,

    LA VIDA DEL SANTSIMO PATRIARCA.

    CEJ de CAM

    Centro Josefino de Centro Amrica,

    El Salvador, Centro Amrica

  • Indice

    Jos Mara Vilaseca *

    Las glorias del divino Jos, o sea, la vida del santsimo Patriarca. *

    Obras citadas. *

    Prlogo *

    Captulo 1. Qu dice el Evangelio de Jos. *

    1. El Evangelio y el seor san Jos. *

    2. Qu personajes del Evangelio nos hablan de Jos. *

    3. Jos es la tercera persona de la Trinidad creada. *

    4. Jos es el justo por excelencia. *

    5. Jos es el padre de Jess. *

    6. Jos recibe al divino Hijo y a su Madre. *

    7. Obediencia de Jos. *

    8. Jos superior a Mara y a Jess. *

    Captulo 2. Qu han dicho los Padres de la Iglesia del divino Jos. *

    1. Circunstancias especiales de la Iglesia. *

    2. San Ignacio Mrtir. *

    3. San Justino, filsofo y mrtir de Jesucristo. *

    4. San Irineo. *

    5. Orgenes. *

    6. San Gregorio de Neocesarea. *

    7. San Atanasio, obispo de Alejandra. *

    http://centroiph.org/glorias divino jose.htm#obras_citadas#obras_citadas

  • 8. Hilario, obispo de Poitiers. *

    9. San Basilio el Grande. *

    10. San Gregorio Niceno. *

    11. San Efrn. *

    12. San Cirilo de Jerusaln. *

    13. San Ambrosio. *

    14. San Juan Crisstomo. *

    15. San Jernimo. *

    16. San Agustn. *

    17. San Pedro Crislogo, obispo de Ravena. *

    Captulo 3. Qu han dicho los doctores y escritores eclesisticos del divino Jos. *

    1. Los doctores y escritores eclesisticos. *

    2. Pedro de Ailly, obispo de Cambrai y Cardenal de la santa Iglesia romana. *

    3. Juan Gerson. *

    4. San Bernardino de Siena. *

    5. Bernardino de Bustos. *

    6. Isidoro de Isolano. *

    7. Juan Eckio. *

    8. Juan de Cartagena. *

    9. San Francisco de Sales. *

    10. Surez. *

    11. Cornelio a Lapide. *

    12. Matas Naveo. *

    13. Justino Miechow. *

  • 14. Jos Verthamont. *

    15. Jacques Benigne Bossuet. *

    16. Natal Alejandro. *

    17. Augusto Nicols. *

    18. Santa Teresa de Jess. *

    19. El Ilustrsimo Seor Fray Manuel Mara de Sanlcar de Barrameda, obispo auxiliar del arzobispado de Santiago de Galicia. *

    20. El Colegio Apostlico de Guadalupe de Zacatecas. *

    21. El celebrrimo P. Pedro de Torres, de la Compaa de Jess. *

    Captulo 4. Hemos de hablar de San Jos como la Iglesia y honrarlo como ella lo honra. *

    1. Hablamos de la Iglesia romana. *

    2. Silencio aparente de la Iglesia romana sobre el seor san Jos. *

    3. Dignidad de Jos segn la Iglesia. *

    4. Gracias del seor san Jos. *

    5. Su patrocinio sobre el de todos los santos. *

    6. Como la Iglesia debe a Jos el culto principal despus del que da a Mara, y cmo de hecho se lo da. *

    Captulo 5. Jos santificado en el vientre de su madre. *

    1. Figuras del divino Jos. *

    2. Qu no puede afirmarse de Jos. *

    3. Santificacin de Jos en el vientre de su madre. *

    4. Autoridades que aseguran la santificacin de Jos. *

    5. Consecuencias de la santificacin de Jos. *

    Captulo 6. Sobre el nombre de Jos dado al santsimo Patriarca. *

    1. Cmo alaba el Espritu Santo el nombre de Jos. *

  • 2. Quin puso el nombre a Jos. *

    3. Excelencia del nombre de Jos. *

    4. Cmo al santsimo Patriarca se le puede llamar divino Jos. *

    5. Isidoro de Isolano llamndolo divino Jos. *

    Captulo 7. Juventud del seor san Jos. *

    1. Feliz natural de Jos. *

    2. Su instruccin. *

    3. Su oficio de carpintero. *

    4. Sentimientos de los Padres sobre el oficio de Jos. *

    5. Dnde viva Jos. *

    6. Hermosura de Jos. *

    7. Conversaciones de Jos. *

    8. Jos en los ltimos aos de su juventud. *

    9. Amor de la Santsima Trinidad al divino Jos. *

    Captulo 8. Desposorios del seor San Jos con la Virgen. *

    1. Edad de Jos en sus desposorios. *

    2. Celebracin de sus desposorios con la Virgen. *

    3. Glorias de tan divino matrimonio. *

    4. Causas que lo motivaron. *

    5. Sentimientos de los Padres sobre los desposorios de Jos con Mara. *

    Captulo 9. Virginidad del divino Jos. *

    1. Excelencia del divino Jos despus de los desposorios. *

    2. Quines eran los hermanos de Jess. *

    3. La virginidad de Jos segn los Padres. *

  • 4. Excelencia de la virginidad de Jos. *

    5. San Jos es el rey de los vrgenes. *

    Captulo 10. El divino Jos en el misterio de la encarnacin. *

    1. Jos y Mara esposos. *

    2. Jos y Mara en el misterio de la encarnacin. *

    3. Se pregunta en qu tiempo tuvo Jos conocimiento de la encarnacin. *

    4. Pensamientos de Jos despus de la encarnacin. *

    5. El ngel consuela a Jos. *

    Captulo 11. Nacimiento del Hijo de Dios y su circuncisin. *

    1. Parte Jos a Beln con su esposa. *

    2. Nacimiento de Jess. *

    3. Jos adorando a Jess. *

    4. Jos conociendo a Mara. *

    5. Jos circuncidando al Hijo de Dios. *

    6. Jos imponiendo el nombre de Jess. *

    Captulo 12. Cmo el divino Jos es padre de Jess. *

    1. Jos, cabeza de la Sagrada Familia. *

    2. La paternidad divina en Jos. *

    3. Diferencia entre la maternidad divina de Mara y la paternidad divina de Jos. *

    4. Los Padres del Concilio Vaticano sobre el seor san Jos. *

    5. Excelencias de Jos como padre de Jess. *

    Captulo 13. Viajes del divino Jos con Jess y su madre. *

    1. Jos en la visita que hizo Mara a su prima santa Isabel. *

    2. Jos parte a Beln con su divina esposa. *

  • 3. Jos va al templo a presentar al divino Infante. *

    4. Jos parte a Egipto. *

    5. San Jos se establece entre los idlatras. *

    6. Jos parte para su patria. *

    7. Antigua habitacin de Jos. *

    8. Ultimo viaje de Jos. *

    Captulo 14. Vida oculta del divino Jos. *

    1. Jos en Nazaret. *

    2. Jos viendo a los ngeles. *

    3. Jos con los dones del Espritu Santo. *

    4. Divinas conversaciones de Jos. *

    5. Jos lleno de gracia. *

    6. Jos, rey de los mrtires, vrgenes y doctores. *

    7. Gracias especiales del seor san Jos. *

    Captulo 15. Virtudes de Jos. *

    1. Origen de las virtudes del divino Jos. *

    2. Compendio de dichas virtudes. *

    3. Vivsima fe de san Jos. *

    4. Firmsima esperanza de Jos. *

    5. Ardentsima caridad de Jos. *

    6. Profundsima humildad de Jos. *

    7. Pobreza de san Jos. *

    8. Obediencia de Jos. *

    9. Prudencia de Jos. *

  • 10. Paciencia de Jos. *

    11. Mansedumbre de Jos. *

    12. Devocin de Jos y su contemplacin. *

    13. Celo de la salud de las almas. *

    14. Sufrimiento de Jos. *

    15. Amor de Jos a Jess. *

    16. Amor de Jos a Mara. *

    17. Amor de Jos al prjimo. *

    18. Amor de Jos a las almas consagradas a Dios. *

    19. Jos ama a los nios. *

    20. Amor de Jos a las almas atribuladas. *

    21. Amor de San Jos a los pecadores. *

    22. Amor de seor San Jos a los agonizantes. *

    Captulo 16. Muerte del seor san Jos. *

    1. Ultimos aos del divino Jos. *

    2. Muerte de Jos. *

    3. El seor San Jos muri de amor. *

    4. Cun preciosa fue la muerte del seor san Jos. *

    5. Caracteres de la muerte del seor san Jos. *

    6. Cundo muri el divino Jos. *

    Captulo 17. Resurreccin del divino Jos, su gloria y su culto. *

    1. Qu hay sobre la resurreccin de Jos. *

    2. Cmo el seor San Jos no volvi a morir. *

    3. El seor San Jos est en la gloria en cuerpo y alma. *

  • 4. Glorias del seor San Jos en el cielo. *

    5. Otras razones sobre la resurreccin de san Jos. *

    6. Gloria accidental del santo o culto de suma dula. *

    Captulo 18. El divino Jos es superior a todos los santos y a todos los ngeles. *

    1. En qu se funda la superioridad de Jos. *

    2. Jos es superior a los santos de la antigua Ley. *

    3. Jos es superior a todos los santos de la nueva Ley. *

    4. El divino Jos es superior a los ngeles mismos. *

    Captulo 19. De los grandes motivos que tenemos para ser devotos de san Jos. *

    1. Jos de la familia de David. *

    2. Los oficios del divino Jos. *

    3. EL Espritu Santo canonizando a Jos. *

    4. Jos, amado de Mara. *

    5. Jos, superior a los apstoles en dignidad y santidad. *

    6. El eximio Surez afirmando la santidad de Jos. *

    7. Cmo Jos es nuestro padre. *

    8. Grandeza de Jos, segn San Juan Damasceno. *

    9. Jos bendito entre todos los hombres. *

    10. Cmo Jos fue en gran manera semejante a Jess y a Mara. *

    11. De algunas razones que nos dan a conocer la santidad de Jos. *

    12. Del Hijo que fue dado a Jos. *

    13. Alabanzas del seor san Jos. *

    14. Cmo el que alaba a Jos, alaba a Jess y a Mara. *

    15. Poder del seor san Jos. *

  • 16. Trono de Jos en la gloria. *

    Captulo 20. Devociones para honrar al seor San Jos y alcanzar sus mercedes. *

    1. Conducta de los santos. *

    2. Devocin para el seguro ejercicio del ms acendrado amor al seor San Jos. *

    3. Devocin de las grandezas del seor San Jos para alcanzar la gracia especial a alguna persona para que se convierta o sane. *

    5. Devocin al seor San Jos para los das de afliccin. *

    6. Devocin de ejercicio de amor al seor san Jos. *

    7. Devocin de los cinco minutos diarios para el seor san Jos. *

    8. Devocin para un triduo de san Jos. *

    9. Devocin para el da 19 de cada mes *

    10. Devocin para los mircoles de cada semana. *

    11. Devocin para los siete mircoles. *

    12. Devocin para los siete domingo. *

    13. Devocin para los siete dolores y gozos *

    14. Devocin sobre la caminata de san Jos *

    15. Pequeo mes de san Jos. *

    16 De otros modos de honrar a san Jos. *

    Captulo 21. Casos prcticos de devotos josefinos auxiliados por el santo Patriarca. *

    1. Proteccin del seor san Jos. *

    2. Prodigios en favor de las vrgenes. *

    3. Una religiosa que sufra tentaciones al orar. *

    4. Gracias y favores en favor de los sacerdotes. *

    5. Patronato de jvenes artesanos. *

    6. Gracias en favor de los nios y de los hurfanos. *

  • 7. En la Casa de Beneficencia de Vaunes *

    8. Favores en favor de los jvenes. *

    9. Una joven religiosa. *

    10. Un joven de 26 aos de edad *

    11. Favores de San Jos en gracia de los casados. *

    12. Una mujer de Lyon. *

    13. Mercedes en favor de las viudas. *

    14. Una mujer de Turn. *

    15. Conclusin. *

  • Obras Citadas.

    GREDA MARIA DE JESUS DE, 1602-1665, Mstica ciudad de Dios, milagro de su omnipotencia y abismo de la gracia: Historia divina y vida de la Virgen Madre de Dios, Reina y Seora nuestra, Mara Santsima, restauradora de la culpa de Eva y medianera de la gracia, Madrid 1670; Librera Religiosa, Imprenta de Pablo Riera, Barcelona, 1860.

    AGUSTN San, 354-430, Sermo 51, De concordia evangelistarum Matthaei et Lucae in generationibus Domini, PL 38,332-354; Sermn 51, Concordia de san Mateo y san Lucas en las generaciones del Seor, Paternidad de san Jos, versin castellana de Amador del Pueyo, en Obras de san Agustn, tomo 10, Homilas, BAC, 95, Madrid, 1952, pp.2-57.

    - De nuptiis et concupiscentia, PL 44,413-474; El matrimonio y la concupiscencia, versin castellana de Teodoro C. Madrid y Antonio Snchez Carazo, en Obras completas de san Agustn, tomo 35, BAC 457, Madrid, 1984.

    De consensu Evangelistarum libri quattuor, PL 34,1042-1250; La concordancia de los evangelistas, versin castellana de Po de Luis, en Obras completas de san Agustn, tomo 29, BAC 521, Madrid, 1992.

    De sancta virginitate, PL 40,395-428, Sobre la santa virginidad, versin castellana de Lope Cilleruelo, en Obras de san Agustn, tomo 12, BAC, 121, Madrid, 1954, pp. 138-227.

    - Contra Julianum Pelagianum, PL 34, 810, l.5, c.12.

    AILLY Cardenal Pedro de, 1350-1420, De duodecim honoribus sancti Joseph, Strassbourg, 1495; Argentina, 1945; Cahiers de Josephologie 1(1953) 145-162; 319-332.

    ALBERTO MAGNO San, Mariale: Op. Omnia, Parisiis, 1898, t. 37.

    - In Matth. 1,18.

    ALEJANDRO Natal, o.p, 1639-1724, Institutionis concionatorum tripartita, seu praecepta et regulae ad praedicatores Verbi divini informandos ., Typis Henrici van Rhin, Delft, 1701.

    AMBROSIO San, 333-397, De Joseph Patriarcha liber unus, 2,8, PL 14, 644.

    AMBROSIO San, Expositio Evangelii secundum Lucam 2, 6; PL 15, 1555; TPJ 112

    AVENDAO Alfonso, o.p, +1596, Commentaria in Evangelium divi Matthei, 2 vol, Petrum Madrigal, Madrid, 1592-3.

  • BARONIUS Cardenal Csar, 1538-1607, Annales ecclesiastici, 12 vol, Romae, 1588-1607.

    BARRY Paul de, s.j, 1587-1661, La dvotion a saint Joseph, Lyon, 1639. La segunda edicin el ttulo es: La dvotion a saint Joseph, le plus aim et le plus aymaible de tous les saincts apres Jsus et Marie, Lyon, Rigaud, 1640. Hay varias ediciones hasta 1706.

    BEDA EL VENERABLE San, 673-735, In S. Joannis Evangelium expositio c.2: PL 92,662.

    BERNARDINO DE BUSTOS, o.f.m, 1450-1513, Mariale de excellentiis Regine celi, pars 4, sermo 12, De benedictae Virginis Mariae desponsatione, Leonardus Pachel, Mediolani, 1493; VIVES, Summa, pp.164-183.

    BERNARDINO DE SIENA San, 1378-1444, Sermo de S. Joseph sponso B. Virginis: VIVES, Summa, pp. 1-9.

    BERNARDO San, 1090-1153, Homiliae super evangelio Missus est angelus Gabriel VIVES, Summa, pp. 351-353; TPJ B1-B12.

    Sermo in Purific. B. Mariae, s.I et III: VIVES, Summa, pp. 353-355.

    BERTRAND Guy et G. PONTON, c.s.c, Textes patristiques sur saint Joseph (TPJ), en Cahiers de Josephologie (1955-1968). La edicin sigue una numeracin consecutiva de textos y cita las fuentes de la Patrologa griega (PG) y la Patrologa latina (PL) de Migne.

    BOLAOS Joaqun, o.f.m, Salud y gusto para todo el ao, o Ao josefino, a los fieles que gustan leer las virtudes y excelencias con que Dios favoreci a su putativo padre y pursimo esposo de su santsima Madre, el santsimo Patriarca seor san Jos, y que en su favor buscan salud y remedio a todas sus necesidades, con doctrinas morales y ejemplos, un ejercicio espiritual y breve deprecacin al santo para cada da, escrito por el Padre Fray Joaqun Bolaos, predicador apostlico del Colegio de Propaganda Fide de Nuestra Seora de Guadalupe de Zacatecas y examinador sinodal del nuevo Reino de Len, Tercera parte, Oficina de los herederos del Lic. D. Joseph de Jauregui, Mxico, 1793.

    BOSSUET Jacques Bnigne, Obispo de Meaux, 1627- 1704, Primer panegrico de San Jos predicado ante la Reina madre, en 1660, en la iglesia de los reverendos Padres Cistercienses; Segundo panegrico de San Jos predicado ante la Reina, en francs: MIGNE P, Collection integrale et universelle des orateurs sacrs, t.25, contenant les oeuvres oratoires compltes de Bossuet, P. Migne, editeur, Paris, 1845, cc. 875-912; versin castellana de Julio Lagos, Dos panegricos de Bossuet sobre san Jos, en Estudios Josefinos 3(1949) 109-125, 261-266; 4(1950) 110-117, 237-250.

    BRGIDA Santa, 1302-1373, Liber revelationum, lib.6. cap. 58-59; lib. 7, cap. 21-22 y 25, Bartholomeus Ghotan, 1492.

  • BUENAVENTURA San, o.f.m, 1221-1274, Meditationes vitae Christi, in Opera omnia, Ludovicus Vives, Bibliopola editor, Parisiis, 1868, t.12.

    CARTAGENA Juan de, o.f.m, 1563-1618, Homiliae catholicae de sacris Arcanis Deiparae Mariae et Josephi, Romae, 1611; Paris, 1614-1616; Homiliae catholicae de sacris Arcanis Deiparae Mariae et D. Josephi eiusdem sponsi, Editiio prima Neapolitana Raphaele M. Coppola, Ex Typographia Iosue Vernieri, Neapoli, 1859, 3 vol. El Cardenal Vives edit las homilas en las que Cartagena habla directamente de san Jos: Sermo Ioannis de Carthagena, Lib.XVIII, De cultu et devotione erga Deiparam Virginem ac D. Josephum eiusdem sponsum, homil.XIII, homilia magna et ultima; Lib. IV, De desponsationis B. Virginis ac excell. Sponsi eius S. Joseph, homil.3-13; Lib. VIII, De purificationis B. Virginis et praesentationis Christi Domini in Templo, hom. 10; Lib. IX, De fuga Christi Domini Mariae et Josephi in Aegyptum, hom. 1-4,7,9; Lib. X, De B. Virginis amittentis et invenientis Iesum in templo, hom. 10, en VIVES, Summa, pp. 58-164. Las citas se tomarn de la obra de Vives.

    CAYETANO Cardenal (Toms de Vio), o.p, 1469-1534, Comment. in quatuor Evang, Parisiis, 1540.

    - Opuscula omnia, t.1, opusc. 31, resp. Ad 2.

    - Comment. ad Ga, 1,19.

    - Comment. in III P. Summa Theol. q. 28, a.2.

    CORNELIO A LAPIDE (Cornelis Cornelissen van den Steen), s.j, 1566-1637, Commentaria in Scripturam sacram, t.15, Commentaria in Matthaeum, c.1, Ludovicus Vivs, Parisiis, 1859-1879, 21 vol.

    DOMNGUEZ Juan Francisco, Bienaventuranzas del santsimo Patriarca seor san Joseph, esposo de la Madre de Dios, padre putativo de Jess, que predic en el Sagrario, Mariano de Ziga Ontiveros, Mxico, 1805.

    ECKIO Juan (Johan Maier von Eck), 1486-1543, Liber homiliarum et sermonum, Paris, 1538; t.3, 124-127: De sancto Joseph nutritio pueri Iesu et marito virginis matris; t.3,127-130: Homilia posterior in die S. Joseph.

    EPIFANIO San, + 380, Haereses, l.3,t.2; PG 42, 707; TPJ 131.

    EPIFANIO San, + 380, Ancoratus, PG 43; TPJ 129.

    EUSEBIO DE CESAREA San, 265-340, Historia Ecclesiastica, l.1,c.5, l.2,c.1, l.3,c.26; PG 129, 738; Historia eclesistica, 2 vol, versin espaola de Argimiro Velasco-Delgado, o.p, 2 ed., BAC 349 y 350, Madrid, 1997.

    Evangelio rabe de la infancia, en Los Evangelios apcrifos, versin castellana de Aurelio de Santos Otero, BAC 148, Madrid, 1956, p.325-357.

  • Evangelio del pseudo Mateo, en Los Evangelios apcrifos, versin castellana de Aurelio de Santos Otero, BAC 148, Madrid, 1956, p. 189-257.

    FRANCISCO DE SALES San, 1567-1622, Conversaciones espirituales, Conv. 20, Pltica de nuestro Padre en la fiesta de san Jos, en Obras selectas de san Francisco de Sales, I, traduccin castellana de Francisco de la Hoz, BAC, 109, Madrid, 1953, pp.341-352; Conv. 3, Sobre la huda del mundo, pp. 566-579. (En ediciones antiguas: Verdaderos entretenimientos del glorioso seor san Francisco de Sales, Obispo y Pncipe de Geneve, trad. de Francisco Cubillas, Imprenta real de la Santa Cruzada, Madrid, 1666; Entretenimiento 3, Sobre la huida de nuestro Seor a Egipto, donde se trata de la constancia que debemos tener en medio de los accidentes del mundo, pp.19-34; Entretenimiento 19, Sobre las virtudes de san Jos, pp. 207-220). Aqu se citar la edicin de 1953.

    GARCA Francisco, s.j, 1641-1685, Glorias y excelencias de san Joseph, Madrid, [1675]; Glorias del seor san Jos, esposo de la Virgen Mara nuestra Seora con un septenario del mismo santo, de Rivera, Mxico, 1733; el P. Vilaseca hizo una edicin en la Imprenta Religiosa de M. Torner y Comp, Mxico, 1878.

    GERSON Jean Charlier de, 1363-1429, Iosephina, Carmine heroica decantata, duodeci libros continens, 27 de julio de 1418; Opera omnia, Edit. Ellies di Pin, 2 edit, Hagae Comitu, 1728, t.IV, p. 732 s; VIVES, Summa, pp. 10-34.

    - Sermo in Concilo Constantiensi de Nativitate gloriosae Virginis Mariae et de commendatione Virginei Sponsi eius Joseph, 8 de septiembre de 1416, en VIVES, Summa, pp. 34-46.

    - Exhortatio facta ad Ducem Bituriae anno. Dom. 1413, tu solemnizetur festum S. Joseph: VIVES, Summa, pp.47-49.

    - Epistola ad quemdam tu celebretur festum S. Joseph: VIVES, Summa, pp.49-50.

    - Alia epistola de eodem: VIVES, Summa, pp.50-53.

    - Schema Officii pro festo S. Ioseph: VIVES, Summa, pp.53-56.

    - Schema Missae de S. Joseph: VIVES, Summa, pp.56-57.

    GERTRUDIS Santa, Revelaciones.

    GOTTI Cardenal Vincenzo Ludovico, o.p, 1664-1742, Veritas religionis christianae et librorum, quibus innititur, contra atheos demostrata, ex Typ. Rochi Bernab, Romae, 1735-1740, 12 vol, t.4,p.1,c.4: Matrimonio de Mara y Jos.

    HILARIO DE POITIERS San, 315-367, In Evangelium Matthaei commentarius; PL 9, 918; TPJ 76.

  • Historia de Jos el carpintero, , en Los Evangelios apcrifos, versin castellana de Aurelio de Santos Otero, BAC 148, Madrid, 1956, en p. 358-378.

    Historia de Jos el carpintero, en Los Evangelios apcrifos, versin castellana de Aurelio de Santos Otero, BAC 148, Madrid, 1956, p.358-378.

    HUGUET Jean Joseph, s.m, 1812-1884, Mois pratique de saint Joseph ou legs pies de ce glorieux patriarche a ses enfants, Briquet, Saint Dizier, 1869. El P. Vilaseca asume gran parte de este mes y publica la primera edicin titulada: El libro de las visitas del seor san Jos, en El Propagador de la devocin a San Jos 5(1875) 169-214, 218-237, 242-261; la segunda: El libro de las visitas del seor san Jos, o sea, los treinta y un legados que en testamento deja a sus devotos el glorioso patriarca, Tipografa religiosa de Miguel Torner y Compaa, Mxico, 1876; la tercera la hace en 1884, al ttulo solamente le aade al principio: Tercer libro de las visitas.

    IGNACIO DE ANTIOQUA San, Epistola ad Ephesios, PG 5, 659-660, TPJ 1; Carta los Efesios, en Padres Apostlicos, ed. bilinge, versin espaola de Daniel Ruiz Bueno, 6 ed., BAC 65, Madrid, 1993, p-447-459.

    ISOLANO Isidoro de, o.p. 1480-1550, Summa in quatuor secta partes de donis sancti Joseph sponsi beatissimae virginis Mariae ac patris putativi Christi Jesu Dei immortalis, Docet, disputat, meditat, enarrat, Jacob Paucidrapium, Papiae, 1522; Suma de los dones de san Jos, ed. bilinge de Bonifacio Llamera, Teologa de san Jos, BAC, 108, Madrid, 1963. En este libro se cita la edicin de 1963.

    JACQUINOT Jean, s.j. 1606-1653, Abrg de la vie et des excellences de S. Joseph, avec celuy des dvotions presches a son honneur, par un Pere de la Compagnie de Jsus, en lglise de S. Sbastien a Nancy, durant la neufvaine clbre pour la paix, depuis le 18 jusques au 26 de mars de cette anne saincte 1650, Anthoine Charlot, Nancy, [1650].

    JACQUINOT Jean, s.j. 1606-1653, La gloire de saint Joseph reprsente dans ses principales grandeurs avec quelques exercises de dvotion pour lhonorer et le servir, Palliot, Dijon, 1644; Ch. Douniol, Pars, 1862.

    JERNIMO San, 340-420, De perpetua virginitate Mariae adversum Helvidium: PL 23, 1883, 193-216.

    JUAN CRISSTOMO San, 345-407, In Matthaeum homiliae, PG 57; TPJ 148-165; Homilas sobre el Evangelio de San Mateo, en Obras de San Juan Crisstomo I y II, versin espaola de Daniel Ruiz Bueno, BAC 141 y 146, Madrid, 1955).

    Libro sobre la natividad de Mara, en Los Evangelios apcrifos, versin castellana de Aurelio de Santos Otero, BAC 148, Madrid, 1956, p.258-274.

    MIECHOW Justino de, o.p, 1590-1649, Discursus praedicabiles super litanias lauretanas, studio et opera P.F. Justini Miechoviensis, Poloni, Ordinis Praedicatorum, Lyon, 1640; Parisiis, 1651; Npoles, 1857; lo referente San Jos se

  • puede ver en VIVES, Summa Iosephina, pp. 450-486; Conferencias sobre las letanas de la santsima Virgen, 6 vol, Imprenta de Antonio Prez Dubrull, Madrid, 1881.

    MORALES Pedro, s.j. 1538-1614, In caput primum Matthaei de Christo Domino, Sanctissima Virgine Deipara Maria, veroque ejus dulcissimo et virginali sponso Josepho, libri quinque, Cardon, Lugduni, 1614; 2 edicin Vives, Parisiis 1869. Aqu se citar la edicin de 1869.

    NAVEO Matas, +1660, Encomium sancti Joseph Deiparae virginis sponsi. In septem orationes ad themata evangelica disctinctum juncto et honorifico de obitu eius, B. eiusdem Virginis ex Cantico canticorum coniugali planctu. Orationum augmenta ad calcem indicantur, Auroy, Duaci, 1627.

    NAVEO Matas, Oratio encomiastica de sancto Josepho Deiparae sponso. Adjuncta secunda de honorum ejus titulis ex Evangelio et tertia de gloria ejus ex propriia et sequentium eum quorum etiam aliqua exempla ponuntur conjugali continentia, Avroy, Duaci, 1626.

    NAVEO Matas, Sponsus virginis decoratus corona triginta et unius gemmarum splendoribus corruscante, seu Encomium S. Josephi, Deiparae Virginis sponsi, et nutricii Jesu Christi Salvatoris nostri in XXXI orationes seu titulos principales ad themata evangelica totidem distinctum. Accedunt de signi Crucis, et orationis efficacia, et D. Thomae Aquinatis laudibus orationes tres, ex Officina Balthasaris Belleri, Duaci, 1630.

    NICOLS Augusto, 1807-1888, La Virgen Mara y el plan divino, nuevos estudios filosficos sobre el cristianismo, Primera parte, trad. al castellano por J.M.de T, Librera de Rosa y Bouret, Pars, 1856; tercera edicin traducida por Jos Mariano Dvila, Simn Blanquel, Mxico, 1857.

    -- La Virgen Mara segn el Evangelio, nuevos estudios filosficos sobre el cristianismo, segunda parte, trad. al castellano por Jos Vicente y Caravantes, Librera de Rosa Bouret y Ca, Pars, 1857.

    -- La Virgen Mara viviendo en la Iglesia, nuevos estudios filosficos sobre el cristianismo, Tercera parte, trad. al castellano de Jos Vicente y Caravantes, Imprenta de Manuel Minuesa, Madrid, 1861.

    NOVARINO Luigi, c.r.t, 1594-1650, Umbra virginea in qua Virginis Mariae laudes Gabrielis nuncii, Josephi sponsi, Joachimi et Annae genitorum imagines, Durand, Lugduni, 1633.

    ORGENES, 183-255, Commentaria in Evangelium secundum Matthaeum, PG 13, 875 ss.

    ORGENES, Homiliae in Lucam, PG 13, 1814 ss.

    ORGENES, Contra Celsum et in fidei christianae defensionem libri VIII, l.1,II,66.

  • PEDRO CANISIO San, s.j, 1521-1597, De Maria Virgine incomparabili, et Dei Genitrice sacrosancta, libri quinque, David Sartorius, Ingolstadii, 1577, l.2,c.4 et 13: Saint Joseph; VIVES, Summa, pp. 378-387.

    PEDRO CRISLOGO San, 406-450, Sermo 140: De annuntiatione B. Mariae Virginis, PL 52, 575-6; TPJ 357.

    - Sermo 145: De generatione Christi, PL 52, 588; TPJ 359; VIVES, Summa, pp. 336-337.

    PEDRO DAMIN San, + 1072, Epistola IV ad Nicolaum II: PL 145, 384 D.

    Protoevangelio de Santiago, Tratado histrico acerca de la natividad de la Madre santsima de Dios y siempre Virgen Mara, en Los Evangelios apcrifos, versin castellana de Aurelio de Santos Otero, BAC 148, Madrid, 1956, p. 135-188.

    RAGUSA Francisco, Obispo de Trapani, 1819-1895, San Giuseppe meritevole del culto di somma dulia, ragionii e voti, Immacolata Concezione, Modena, 1870; San Jos merecedor del culto de protodula, razones y votos, trad. del italiano por Jos Mara Salgado, ssj, Escuela tipogrfica Cristbal Coln, Mxico, 1928. Se citar la edicin de 1928.

    REMIGIO EL GRANDE (Remigio de Auxerre), o.s.b, +908, Homil. IV, in illud Matth, PL 116 et 131, Vives, Summa, pp.347-349.

    RUPERTO DE DEUTZ, o.s.b, 1070-1129, In opus de gloria et honore Filii hominis super Matthaeum, en el encabezado de la edicin aparece como ttulo: Comment. In Matth, lib.1; PL 168, 1319.

    - In Cantica Canticorum de incarnatione Domini commentariorum: PL 168, 837.

    Les vertus de S. Joseph, Oeuvres, 6, Annecy, 1895.

    SALMERN Alonso, s.j, 1515-1585, Commentarii in evangelicam historiam et in Acta Apostolorum, t.III: De infantia et pueritia Jesu Christi, L. Snchez, Matriti, 1599.

    SANLCAR DE BARRAMEDA Manuel Mara (DIAZ DE BEDOYA Manuel), o.f.m.cap, Obispo de Santiago de Compostela, Nueva Josefina o grandezas del Patriarca seor san Joseph, puestas en muy eruditos tratados y en un septenario copiossimo. Todo con el fin de facilitar la predicacin del santo y fomentar su devocin, 2 tomos, Juan Fco. Montero, Santiago, Espaa, 1830-1831.

    SOTO Andrs de, o.f.m, 1552-1625, Libro de la vida y excelencias del bienaventurado sant Joseph, esposo de la Virgen santsima nuestra seora, Bernardino de Santo Domingo, Valladolid, 1593; Bruselas, 1600.

  • SUREZ Francisco, s.j. 1548-1617, Misterios de la vida de Cristo. El ttulo completo es: Tomus secundus Commentariorum ac disputationum in tertiam parten Divi Thomae questione XXVII, usque ad LIX, et mysteria vitae Christi utriusque adventus ejus ita explicans, ut et scholasticae doctrinae studiosis, et divini verbi concinatoribus usui esse possit. Tomo segundo de los comentarios y disputas acerca de la tercera parte de la "Suma teolgica de Santo Toms de Aquino", que abarca los misterios de la vida de Cristo y de sus dos venidas, diligentemente examinados, de manera que pueda servir a los estudios de la doctrina escolstica, lo mismo que a los predicadores de la palabra divina, 1592. Esta obra es ms conocida por el subttulo puesto por el mismo Surez: De mysteriis vitae Christi: Misterios de la vida de Cristo, disputas 7 y 8; versin castellana de Romualdo Galdos, BAC, Madrid, 1948.

    SYLVEIRA Juan de, CMF, 1592-1687, Commentarium in textum evangelicum, 5 vol, Comment. in Matth, c.1, t.1, Lugduni, 1645; Sueo de san Jos, en "Estudios Josefinos" 1(1947) 261-268; 2(1948) 27-280; 4(1950) 138-144, 270-284; 5(1951) 119-136; 9(1955) 263-280; 10(1956) 135-144, 257-271.

    TEOFILACTO, + 1107, Comment. in Mt, c.1

    TERESA DE JESS Santa, Vida escrita por ella misma, c.6.

    TOLEDO Cardenal Francisco de, s.j, 1534-1596, Commentaria in prima XII capitula sacrosancti Iesu Christi D.N. Evangelii secundum Lucam, Joannis Antonio Fanzini, Romae, 1600; VIVES, Summa, n.2433.

    TOMS DE AQUINO Santo, Summa Theologica, p.3, q.28-30.

    - In IV Sent, dist. 30, q.2, a.1, q.1,a.2.

    - In ad Gal, c.1, lect.5.

    In Joannem, c.2, lect.2.

    TORRES Pedro de, s.j, 1659-1709, Excelencias de san Jos, varn divino, patriarca grande, esposo pursimo de la Madre de Dios y altsimo padre adoptivo del hijo de Dios que en mtodo panegrico ilustra el P. Pedro de Torres scalo a la luz el P. Ignacio Alemn, s.j, Herederos de Thoms Lpez de Haro, Sevilla, 1710.

    UBERTINO DE CASALE, o.f.m, 1259-1330, Arbor vitae cricifixae Jesu Christi, Alverne, 1305; Andreas de Bonetis, Venetiis, 1492; Bottega dErasmo, Torino, 1961.

    VALDIVIELSO Jos de, 1560-1638, Vida, excelencias y muerte del gloriossimo Patriarca y esposo de nuestra Seora, san Joseph, Rodrguez, Toledo, 1604; el P. Vilaseca hizo una edicin de este libro: Vida, excelencias y muerte del glorioso san Jos, Imprenta Religiosa, C.M. Trigueros y Hno, Mxico, 1889.

  • VERTHAMONT Joseph, s.j, 1637-1724, Octave de saint Joseph. Contenant ses virtus et ses privileges, divise en huit discours, propres a inspirer a tout le monde de lestime et de lamour pour ce grand saint, Boudet, Lyon, 1692; Discursos sobre las virtudes y privilegios de san Jos, P. Barco Lpez, Madrid, 1788.

    VILASECA Jos Mara, 1831-1910, Quin es Jos el dignsimo esposo de Mara y el padre putativo de Jess? o sea, manifestacin de algunas de las gracias, excelencias, privilegios y dones del santsimo Patriarca, Tip. Religiosa, M. Torner y compaa, Mxico, 1872; 2 ed. Mxico, 1876.

    VIVES Y TUT Cardenal Jos de Calsanz, o.f.m, 1854-1913, Summa Josephina ex patribus, doctoribus, asceticis et poetis qui de eximia dignitate sancti Joseph scripserunt, Ex Typographia pontificia Instituti Pii IX, Romae, 1907.

    VIVES Y TUT Cardenal Jos de Calasanz, o.f.m, 1854-1913, Summula Josephina ex praecipuis argumentis patrum, doctorum et asceticorum qui de eximia dignitate sancti Joseph scripserunt, Ex Typographia pontificia Instituti Pii IX, Romae, 1907; Pequea suma Josefina formada de los principales argumentos de los padres, doctores y ascticos que escribieron sobre la excelsa dignidad de san Jos, traduccin castellana de Ignacio M. Sandoval, Imprenta polglota Vaticana, Roma, 1912.

  • Prlogo

    Pars, 25 de marzo de 1874.

    Las glorias del divino Jos, o sea, la vida del santsimo Patriarca, es lo que poco a poco daremos a la luz en las pginas de El Propagador, y cuya importancia nos describi su autor diciendo as:

    Esta pequea obrita que hemos llamado: Las glorias del divino Jos, o sea, la vida del santsimo Patriarca, no contiene nada de nuevo, porque nos hemos propuesto al escribirla no decir del santo otra cosa que lo que dice el Evangelio, los santos padres, los doctores catlicos y la misma Iglesia en su Oficio, por consiguiente, un poco de mtodo en el orden de las materias, una que otra consecuencia apoyada en las sentencias de los santos y algunos ejercicios que faciliten la devocin al santsimo Patriarca, con ciertos casos milagrosos obrados por su intercesin, es lo nico que el devoto josefino podr encontrar en ella, la cual en este da de la encarnacin del Hijo de Dios (1874) que la comenzamos, la ofrecemos de corazn y afecto a la mayor honra y gloria de Dios, de la inmaculada y divina Mara, de Jos su virginal esposo, que intentamos dar a conocer, y de nuestro santo padre Vicente de Pal.

    Captulo 1. Qu dice el Evangelio de Jos.

    1. El Evangelio y el seor san Jos.

    El divino Jos es de tal naturaleza una criatura nica ante Dios, fue divinamente predestinado con tales circunstancias, ocupa en la mente del Altsimo un lugar tan privilegiado y sus dones son tan superiores a todos los de los dems santos que la elocuencia humana jams podr llegar a descifrarlos, ni a las ms bellas figuras les ser dado retratarlo como l es, ni a los ingenios ms privilegiados drnoslo a conocer: Por esto los devotos josefinos Isolano y Gerson que tan bien lo supieron concebir, afirman: Cuanto se pensare de Jos, jams podr igualar a sus mritos.

    Aunque el mrito de los patriarcas y profetas, de las vrgenes y confesores, de los mrtires y apstoles sea muy grande, sin embargo, en algn modo lo podemos medir; porque sabemos un poco qu quiere decir ser padre de los creyentes, vidente del Seor, confesor de la fe, mrtir de Jesucristo, virgen a Dios consagrado y aun apstol de las gentes; pero cuando se trata de decir lo que es el divino Jos, cantarle sus merecidas alabanzas, describir sus dones y hacer notar sus prerrogativas, no podemos hacerlo, y ni podrn verificarlo jams todos los hombres juntos, ni los mismos espritus anglicos; por cuya causa Gerson, que con tanta verdad y devocin nos lo ha querido describir, exclama: Ninguna elocuencia podr decir demasiado de las alabanzas y prerrogativas de Jos; y no solo de la de los hombres, pero ni siquiera la de los ngeles podra declararlo.

    Mas, en qu se fundaron ambos autores para hacer tales elogios de Jos? Se fundan en el Evangelio, porque l es el que hace de Jos tales alabanzas, descubre tan preciosas prerrogativas, y nos lo presenta adornado con tales dones, que afirma de l cuanto se puede

  • afirmar cuando dice: Jos, el justo, el padre de Jess, el padre putativo de Jess, el padre legal de Jess y el esposo de Mara. Ved lo ms admirable que puede decirse de una criatura, lo ms singular y honorfico que puede afirmarse de ella, lo que todos los hombres no podrn medir debidamente, ni los ngeles podran del todo hacrnoslo conocer y ni siquiera conocerlo ellos mismos. Por esto podemos afirmar que lo que dice el Evangelio de Jos es tanto que forma el argumento de las obras que sobre l se han escrito, sostiene la base de todo lo presentado en su honor y alabanza, es el mstico grano de mostaza que contiene eminentemente todas sus prerrogativas, la misteriosa llave con la cual abrimos su sagrado corazn, el sendero que nos conduce a apreciar un poco sus virtudes, y lo que nos asegura que el Evangelio dice de Jos cuanto puede decirse de ms noble, santo, celestial y divino, porque l nos afirma que Jos fue todo de Dios como justo, todo de Mara como esposo suyo y todo de Jess como su padre. Concluyamos este prrafo con Isolano y Gerson: Cuanto pensares de Jos, jams podr igualar a sus mritos.

    2. Qu personajes del Evangelio nos hablan de Jos.

    Oh grandeza la del seor san Jos! y oh felicidad la de aquel que consagra algunos momentos de su vida en hacer conocer sus glorias! As nos obligan a exclamar los grandes personajes que nos hablan de Jos, y lo que ellos nos han dicho es como aquellas misteriosas espigas que vistas en sueos por Faran encerraban en cierto modo los siete aos de abundancia. Mateo, Lucas, la Virgen, Jesucristo y el Espritu Santo en todos ellos dicen de Jos cuanto puede decirse de l; de modo que ni los hombres, ni los ngeles pueden concebir ms perfecta alabanza. Mateo y Lucas nos cuentan su genealoga y su divino parentesco con Jess y con Mara; el Espritu Santo nos dice que es el justo; Mara, su virginal esposo; y Jess, su padre.

    Cuntas veces Jesucristo, que es la verdad por esencia, ponderara las glorias y privilegios de Jos! Cuntas veces hablando con sus apstoles les alabara las virtudes de su padre legal! por tanto, escribiendo esta pequea obrita sobre las glorias del santsimo Patriarca, imitamos a Jess, por tanto, referir las gloria de Jos es hacer los oficios de la Madre de Dios, la cual en varias ocasiones, segn la historia, se ha dignado entretenerse con almas muy espirituales refirindoles muchas perfecciones de su esposo, por tanto, es hacer el misterio de los sagrados evangelistas, iluminados por el Espritu Santo, que supieron encerrar en cortas sentencias todo su divino mrito, y es seguir con empeo a los padres y doctores de la Iglesia que escribiendo de Jess y Mara han escrito las glorias del seor san Jos. Y cuando los grandes doctores y evangelistas, la esposa del Espritu Santo y el mismo Jesucristo se han empleado en oficio tan glorioso, qu pensamos decir nosotros? He aqu el por qu en el prospecto de esta obrita asegurbamos que nada nuevo bamos a decir, contentndonos tan solo con comentar lo que ellos ya han dicho, y comentarlo tambin prcticamente por medio de los hechos que referimos en el curso de esta obrita.

    3. Jos es la tercera persona de la Trinidad creada.

    Como la fe nos ensea la existencia del misterio augusto de la adorable Trinidad, as la piedad nos habla de una Trinidad creada; aqulla la componen el Padre, el Hijo y el Espritu Santo, tres persona distintas y un solo Dios verdadero; sta la forman Jess, Mara y Jos, tres personas diversas con un mismo corazn; la una es el primero de los misterios de nuestra santa religin, y la otra es la fuente perenne de gracia y de mrito. Mas, en qu se fundan los fieles para decirlo? Nada menos que en el santo Evangelio, demostrndonos

  • de ese modo la excelencia de Jos, ya que en las tres personas que forman la Trinidad creada hay en ellas una especie de inseparabilidad tan estrecha que el hombre no puede concebir.

    San Mateo, describindonos la genealoga de Jess, nos dice: Jacob engendr a Jos, esposo de Mara, de la cual naci Jess. El mismo, dos versculos despus, contndonos la generacin temporal del Salvador, nos dice: Jos, no temas recibir a Mara, porque de ella nacer Jess. San Lucas, encargado de describirnos la adoracin de los magos verificada despus que la estrella hubo declarado el lugar del nacimiento del Salvador, afirma que encontraron a Mara y a Jos con el Nio reclinado en el pesebre. En suma, los evangelios sobre esto no se desmienten jams, y nos presentan a los tres en la noche de Navidad; a los tres cuando los pastores adoraron al recin nacido; a los tres cuando se dio cumplimiento a la circuncisin; a los tres cuando los reyes magos le ofrecieron las primicias de la gentilidad; a los tres en el glorioso da de la purificacin; a los tres atravesando los ardientes arenales que los conducan a Egipto; a los tres viviendo entre los gentiles y destruyendo a los dolos; a los tres tornando a Nazaret, la patria gloriosa de sus abuelos; a los tres subiendo todos los aos a Jerusaln en cumplimiento de la Ley; a los tres ocupados en el hallazgo de Jess, y a los tres viviendo en la pequea casa de Nazaret. Podra expresarse mejor la unin de esto tres personajes? Este hecho nos obliga a confesar que, de hecho, una es la sumisin, uno el amor de sus corazones, unos mismos sus cuidados, una misma voluntad, un mismo el empleo del tiempo y una misma compaa que, con razn, se ha llamado la Trinidad creada. Pues este conocimiento lo debemos al Evangelio.

    Observemos ahora la conducta de los doctores sobre tan augusta Trinidad. Gerson la saludaba diciendo: Oh bellsima, oh amable y adorable Trinidad, Jess, Mara y Jos, que la divinidad ha unido con el ms estrecho lazo de la caridad! T eres la dignsima de mis votos, de mis ofrendas y de las adoraciones del pueblo cristiano. Nada hay en el mundo tan bueno, tan excelente, tan augusto como t; por esto, no siendo la tierra digna de poseerte, el cielo, como el tesoro ms precioso, te ha trasladado en sus moradas. En otra parte llama a Jess, Mara y Jos, una Trinidad venerable y un misterio augusto y suntuoso, oculto empero y sellado de tal modo, que sus inmensos tesoros no sern descubiertos hasta el fin de los tiempos: Es alto y oculto a los siglos el admirable misterio de la venerable Trinidad, Jess, Mara y Jos. Qu consecuencias tan gloriosas para Jos! Jos, por tanto, no es como los otros santos, sino el nico digno de seguir a Jess y a Mara, indicndonos con lo dicho su santidad y perfeccin. Jos es una persona de la susodicha Trinidad creada, cuyo misterio es tan alto y elevado, que ocupa el primer lugar entre las cosas creadas, que su elevacin y sublimidad son tales, que no podemos descifrarla, que su mrito jams podremos medirlo y que las perfecciones de Jess y de Mara convienen a Jos y, si es cierto que no igualan las de Jos a las de Mara, como las de Mara no igualan a las de Jess, tambin es cierto que las de los otros santos distan mucho de las de Jos.

    Otra consecuencia sobre la que llamamos la atencin es que el Evangelio al nombrar dichas personas, unas veces guarda el nombre de preeminencia, como cuando dice Jess, Mara y Jos, y otras veces no solo no lo guarda, sino que indiferentemente nombra ya una, ya otra, para hacernos conocer mejor la gloria, la excelencia, los privilegios y las distinciones de Jos, por consiguiente, Jos pertenece a la Trinidad creada, como si dijramos, a la orden de la unin hiposttica, y es, por tanto, en todo, ms que los discpulos, ms que los apstoles, ms que el mismo Juan Bautista, ms que los profetas, ms que los Patriarcas y ms que los mismos ngeles, porque Jos no tiene ms superior que Jess y Mara,

  • formando los tres una admirable cadena en que se atribuye a un anillo lo que es propio de los tres. Admirable cadena que liga a tres y contiene en uno a Jos, a Mara y a Jess, y que hace de aquellos tres como uno slo, de modo que se atribuya a uno todo lo que pertenece al otro.

    Otra consecuencia muy significativa para Jos es su gran semejanza con el Espritu Santo. En efecto, el Espritu Santo es la tercera persona de la Santsima Trinidad increada, Jos, es la tercera persona de la Trinidad creada; el Espritu Santo tiene por divina esposa a Mara, y Jos es, segn la ley, el desposado de Mara; el Padre y el Hijo en unin de principio producen al Espritu Santo, y Jess y Mara en unidad de espritu producen la vida santsima de Jos; el Espritu Santo es el trmino del amor del Padre y del Hijo, Jos es el comn objeto de las complacencias de Jess y de Mara; el Espritu Santo es el divino Parclito que enva Jess a los apstoles en aquellos das de tanta angustia, y Jos en nuestros das, poca tristsima, es el enviado por Jess para que salve a la Iglesia; el Espritu Santo es poderoso, sabio, infinito, providente e inmenso como el Padre y el Hijo, y Jos es noble, virgen, santo y justo de un modo muy semejante a Jess y Mara. Concluyamos que el Evangelio dice de Jos muy grandes cosas colocndolo entre Jess y Mara.

    Sigamos nuestra atencin con lo que nos refieren algunos doctores. El Padre Jacquinot, extasiado en la admirable alabanza que nos hacen de Jos los evangelios presentndonoslo unido del todo con Jess y Mara, exclama: En la terrestre Jerusaln hay la trinidad adorable de Jess, Mara y Jos, tres personas, pero con un corazn, con una alma y con una unidad moral, que es incomparablemente la ms perfecta. Qu mayor alabanza de Jos que lo que nos dice el Padre Jacquinot! Cundo podrn merecerla ni todos los profetas, ni los patriarcas y ni siquiera todos los mrtires y apstoles? No, esa gloria es nica en Jos, ya por lo que venimos diciendo, ya principalmente porque l es el testimonio tan nico como autntico de la existencia de Jess, Dios y hombre verdadero, nacido de Mara Virgen. El mismo Padre, en otra parte, les atribuye una comn bendicin, veneracin y santidad que le es debida por haber derramado su misericordia, y expresa tan importante pensamiento en las siguientes palabras: Bendita sea la santa y venerable Trinidad, Jess, Mara y Jos; la confesamos, porque ha estado en nosotros su misericordia. En otra parte nos traza tan adorable Trinidad, siendo Jess la fuente y origen de toda dulzura, y Mara y Jos el acueducto por donde ella debe pasar para comunicarse a los hombres, concluyendo que debemos de venerar a los tres con toda la devocin y afecto de que somos capaces: En la tierra, oh Trinidad celestial! presentaste la Trinidad de Jess, Mara y Jos Constituyendo a Jess como una fuente y a Mara y Jos como un acueducto Concdenos venerar con una santa devocin a esta Trinidad en la tierra.

    El devoto Eckio, fundado en que los sagrados nombres de Jess, Mara y Jos son nombres de paz y de amor, de salud y bendicin, de majestad y de grandeza, de admiracin y de alegra, de honra y veneracin, nombres agradables a los ngeles, terribles a los demonios y tiles para los hombres, de modo que los pueden plenamente consolar, dice que debieran estar en nuestro corazn y brotar fervientes de nuestros labios por medio de ardorosas jaculatorias.

    San Bernardo exhorta a todos a vivir piadosos, con sobriedad y justicia para que disfrutemos de los suaves beneficios de tan adorable Trinidad: Vivamos en este mundo

  • piadosa, sobria y ajustadamente, para que siempre se encuentren en nosotros Mara, Jos y el pequeo Infante reclinado en el pesebre.

    El devoto Gerson, con el mismo afecto, la apellida la dignsima de toda veneracin:Oh venerable Trinidad, Jess, Mara y Jos! .

    San Buenaventura nos la presenta como una Sagrada Familia por mil ttulos benditsima: Oh pequea familia, Jess, Mara y Jos, bendita sobre todas las otras familias!

    Oh Jess! que ocupas el lugar primero y eres esencialmente santo, yo te adoro. Oh Mara, la inmaculada! que ocupas el lugar segundo, pudiendo por gracia y privilegio lo que Dios por esencia y naturaleza, yo te adoro con el culto de hiperdula. Oh divino Jos! que ocupas el tercero, y, por tus privilegios y correspondencias, Mara y Jess han puesto en tus manos las gracias ms exquisitas para los mortales, yo te adoro con el culto mayor que puede darse a una pura criatura, que siendo superior al que todas recibe, slo sea inferior al que damos a la divina Mara.

    4. Jos es el justo por excelencia.

    San Mateo, en el captulo I, verso 19, de su Evangelio, nos dice que Jos era justo. Una sola sentencia, pero que nos retrata a Jos de un modo tan admirable, que creemos muy digno examinarlo en ese grande cuadro, porque, segn el Evangelio, encerr en l nada menos que toda virtud. Reflexionemos un poco que es el Espritu Santo el que nos hace el elogio de Jos y que, presentndolo a nuestra consideracin como el justo, nos dice de l que es el nico en la alabanza, el primero en la santidad y el ms esclarecido en el mrito. Era justo, y esto lo dice el Evangelio de un modo absoluto, y, por tanto, como si hubiere dicho: Justo antes de nacer y justo en su juventud, justo antes del matrimonio y justo por la guarda perfecta de la castidad, justo ya padre de Jess, justo en toda su vida y justo en su muerte. Partiendo de este mismo principio, Orgenes atribuye a Jos la justicia ms universal, pues que no slo la extiende a todas sus obras, sino lo que es ms a sus palabras y aun a sus pensamientos: Jos era justo en las palabras, justo en las obras y justo en los pensamientos.

    San Ambrosio de este mismo texto concluye que Jos no pudo hacer cosa alguna que fuese contraria a la ley, o que fuese imperfecta, o que no fuese lo ms santo: Y ciertamente, cuando Mateo ense al justo Jos, lo declar santo. San Pedro Crislogo dilata no poco el gran pensamiento que entraa la misma idea y, juntando a la justicia la santidad que hace al hombre que obre segn las leyes de la caridad ms acendrada, aade: Con razn es justo, pues es piadoso.

    San Buenaventura interpreta dicha justicia por la posesin perfectsima de la ms grande virtud, tal como convena al esposo de Mara y al padre de Jess: Jos se llama el justo porque era de grande virtud.

    Santo Toms concluye que la virtud de Jos fue tanto mayor cuanto entre todas las criaturas l es ms cercano a Dios y, as como la humanidad de Jesucristo es la ms justa por estar unida hipostticamente con el Verbo y, despus de ella, Mara es la ms justa por ser su madre, as, despus de Mara, Jos es el ms justo por estar unido con Jess ms que todas las otras criaturas justas.

  • Despus de tan preclaros pensamientos sobre la justicia de Jos, bien podemos afirmar que nos es lcito concluir que Jos era justo con la mayor justicia, por la mayor santidad que brillaba en l, por su mayor perfeccin, por la prctica ms perfecta y exacta de todo acto de virtud, por el mayor nmero de gracias que recibi y por las comunicaciones continuas de las que fue el ms digno objeto. Este hermoso pensamiento de Bernardino de Bustos, le hizo exclamar en favor de Jos: Jams hubo alguno que hubiere posedo tanto al dulce Jess y a su bendita Madre como Jos, el cual vivi con ellos durante treinta aos.

    Cornelio a Lapide, como si le hubiese parecido poco tan hermoso pensamiento, que tanto honra y glorifica a Jos, procura ampliarlo, presentndonos a la divina Mara toda solcita en derramar gracias sobre el corazn de Jos, y supone que ella lo hace con su voz, con su conversacin, con sus miradas, con slo su rostro, con cuanto hay en ella y en toda ocasin con el grande objeto de labrar de continuo la ms perfecta justicia de Jos: Mara, con su rostro, con su voz, con su vida y con su continua conversacin, por tantos aos, aumentaba sin cesar la gracia a Jos.

    Bernardino de Bustos supone lo mismo presentndonos a Mara trabajando la justicia de Jos divinamente excitada por el amor que le profesaba: Despus de Cristo, su Hijo, la Virgen no am a criatura alguna como a Jos.

    Para explicar individualmente lo que dice el Espritu Santo de Jos asegurndonos que era el justo, diremos que, segn san Agustn, conserv su inocencia de modo que jams cometi pecado mortal, conforme el Padre Jacquinot, jams cometi pecado venial; que, como asegura san Juan Crisstomo: Jos fue un hombre perfecto en toda virtud; que por explicarse con las palabras de santo Toms, fue la santidad de Jos la ms excelente y que pertenece a un orden el ms sublime; que, segn el testimonio de Tefilo y Reinaldo, Jos lleg al ms alto grado de la posesin de la gracia y de la perfeccin evanglica; y, por decirlo con las palabras de Surez y Cornelio a Lapide: Jos fue el ms grande entre los santos y el que ocupa ahora en el cielo el primer lugar despus del trono de Mara.

    Aunque lo que hemos dicho es ms que suficiente para hacernos apreciar un poco lo que dice el Evangelio de Jos considerado como justo, pero no podemos prescindir de las sentencias de otros santos que comentando el mismo Evangelio presentan a Jos yendo todos los das de virtud en virtud, obrando del modo ms perfecto los actos ms heroicos, y obrando como deba obrar el esposo de Mara y el padre de Jess. Esta idea hizo asegurar a Novarino, que Jos, como lo indicaba su nombre, creca siempre en virtud hacindose todos los das ms y ms santo, es decir: Creci siempre en las virtudes y fue cada da ms santo.

    Siendo esto as, segn el testimonio de tan graves autores, qu es lo que nos dice el Evangelio de Jos ofrecindolo a nuestra meditacin como el justo? qu entiende por justicia del santsimo Patriarca? hasta qu grado nos lo coloca poseedor? Surez, queriendo fijar la cuestin, lo hace con estas claras expresiones: Sin duda lleg a cierto excelentsimo grado de santidad.

    Jos, por tanto, segn el testimonio del Evangelio, posea todas las virtudes, todas las que infunde el Espritu Santo, todas las que se adquieren con una perfecta correspondencia, todas las que perfeccionan al entendimiento, todas las que tienen por objeto la operacin de la voluntad y todas la que se dirigen a la perfeccin del corazn. Jos, por tanto, tena la ms rara modestia, el ms profundo menosprecio de todo lo del mundo, la inocencia ms

  • inmaculada que un simple mortal puede conseguir, la prudencia ms ilustrada que deba ocuparse en divinas operaciones, la fortaleza ms firme para salvar al Hijo divino y a la Virgen Madre, la ms divina dulzura para tratar con Jess, la caridad ms acendrada para con el prjimo, el amor ms vivo a la pobreza, la felicidad ms cumplida en guardar el secreto del Seor, la devocin ms exacta y fervorosa, en una palabra, segn el Evangelio, Jos posea todas las virtudes, y segn lo afirma el Padre Jacquinot: Las posea en un grado tan nico, que es Jos como la obra maestra de las manos de Dios, como un milagro de extraordinaria perfeccin, porque el divino Patriarca estaba robustecido con el ejercicio de toda virtud.

    5. Jos es el padre de Jess.

    Diciendo el Evangelio que Jos es padre de Jess, y dicindolo tantas veces, otras tantas nos afirma las excelencias de Jos, como si dijramos, las excelencias de un padre divino a quien ha sido dado por hijo al Creador con exclusin de todo otro. Decir que Jos es padre de Jess, es decir que es padre de aquel por quien el Eterno lo hizo todo en el tiempo. Qu cosa es ser padre del hacedor de todas las cosas y guardador del que las conserva todas? Qu cosa es ser el ngel del que hizo los ngeles, los dividi en jerarquas, les dio celestiales oficios y se sirve de ellos para el rgimen del mundo? Qu quiere decir ser redentor del Redentor de los hombres, salvador del Salvador de toda carne, seor del rey de los reyes y aun su tutor, su gua y su compaero? Sin duda alguna que es esa la dignidad de las dignidades y que el Evangelio se contenta con decir de Jos que es padre de Jess, sin individualizar tan suprema dignidad, para que llenos nosotros de admiracin y ponderando tan misterioso misterio lo ponderemos mejor.

    El Evangelio dicindonos que Jos es padre de Jess, permite que nos figuremos en l, besando a Jess, tabernculo animado de la divinidad, fuente inagotable de luz, de inteligencia y de amor, de cuyos tres dedos pende toda la mquina del universo. Siendo Jos padre de Jess, nos lo presenta el Evangelio amando al divino Infante ms que a todas las criaturas y ms que a la Virgen Mara; y nos presenta al Hijo amando a su padre Jos ms que Mara a su esposo. Jos am a Jess con sus servicios continuos, con sus cuidados inexplicables, con sus obras las ms perfectas, con un corazn que era todo amor, y Jess am tanto a Jos su padre, que en el primer instante despus de su nacimiento, en su primera mirada le hiri el corazn con una inmensa llaga de inmenso amor. Isolano expresa el mismo pensamiento diciendo as: Jess, al salir del vientre de la Virgen, hiri el corazn de Jos con una inmensa herida de amor eterno. Qu divino es Jos ya desde el primer instante del nacimiento del Salvador! Y qu sera despus si cada palabra suya, cada mirada, cada uno de sus divinos movimientos en cada momento del da, era para Jos ser amado de Jess como padre? Oh bienaventurado Jos! Vuestro cuerpo es el trono vivo de Dios, la carroza gloriosa que condujera al divino infantillo, el altar sagrado que llevaba la vctima de propiciacin. Oh miembros sagrados los del cuerpo de Jos! todos divinizados con el contacto de Jess. Sagrados ojos que vieron al deseado de las gentes! Sagrados labios que besaron al que los espritus pursimos tan slo pueden mirar! Sagradas manos que lo llevaron y tocaron! Sagradas rodillas que lo sostuvieron! Sagrado corazn que unido al de Jess se identificaba con l! Todo esto dice el Evangelio de Jos cuando nos afirma que es padre de Jess. Y qu dir para un espritu recto, privilegiado y devoto que supiera ponderar la paternidad de Jos?

  • 6. Jos recibe al divino Hijo y a su Madre.

    Cuenta el evangelista san Mateo, (captulo II, v.18) que el ngel dijo a Jos: Toma al Nio y a su Madre. Toma al Nio, porque el Eterno te lo entrega, y toma a la Madre, porque siendo los dos inseparables, los dos te deben pertenecer; tmalo, y, aunque lo ves recin nacido, es con todo el anciano de los das, y siendo el Hijo natural de Dios es tambin el hijo tuyo; toma a su Madre tu virginal esposa para que te ayude a guardarlo; toma, en suma, al Hijo y a la Madre para que te sirvas de ellos conforme tu autoridad. Mas qu autoridad la que se da a Jos segn el Evangelio! Columnas del cielo, inclinaos de respeto oyendo lo que voy a decir: A Jos se le da la autoridad del mismo Eterno, profundo pensamiento que expres Isolano, diciendo: Jos represent a la persona del Padre de Dios. Oh confianza inmensa la que Dios hace de Jos! Oh don inestimable sobre todos los dones! Oh ddiva singularsima! A las criaturas Dios les dio en otro tiempo su bendicin; a Adn y Eva, el paraso terrenal; a Abraham, ser padre de los creyentes; a Moiss, las tablas de la ley; mas a Jos, como nota el Padre Jacquinot: Dios le ha dado a su propio Hijo, su Verbo increado, Dios de Dios, Luz de Luz, el igual a l en gloria y majestad, y se lo ha dado del modo ms excelente, ms raro y singular. Y Jos qu hace? Jos se levanta, toma al Hijo y a su Madre y los recibe con doble afecto, y sin perder tiempo parte con tan divino tesoro. Oh venturoso Jos! porque con Jess y Mara que el cielo acaba de darte recibes ms gracias y favores que Adn con su justicia original, que David con su fervorosa piedad y que Salomn con su sabidura, porque entonces tomaste de orden de Dios el don de los dones, el acto de la ms extraordinaria munificencia, el ms rico joyel del cielo, el objeto de las eternas complacencias, el prodigio ms extraordinario del amor que Dios te profesa. Tanto nos dice san Mateo de Jos!

    7. Obediencia de Jos.

    San Mateo nos dice que despus que el ngel hizo de parte de Dios la entrega de Jess y Mara a Jos, le fue exigido inmediatamente el acto ms perfecto de obediencia: Huye al Egipto y permanece all hasta que te diga, y Jos. Levantndose de la noche se fue a Egipto.

    Los Padres que han comentado este pasaje nos presentan a Jos en este acto como al hombre ms perfecto. Como si dijramos, en esta ocasin el Evangelio hacindonos una manifestacin exacta de la obediencia de Jos, quiere que lo admiremos no slo pobre con el mrito de la pobreza evanglica, no slo casto viviendo con una Virgen inmaculada, sino tan obediente, que sujetando su juicio hizo a Dios el ms consumado holocausto de su obediencia. Jos, acostumbrado a vivir segn la Ley, a subir tres veces al ao a Jerusaln para celebrar las fiestas religiosas, a obedecer a los ngeles que le notificaban en sueos la orden de Dios y a obedecer al Csar yendo a empadronarse, ahora en esta ocasin, sin contradecir, sin excusarse, sin murmurar, sin pedir condiciones y sin ni siquiera reflexionar sobre la obediencia, Jos, digo, obedece ahora en lo ms difcil y penible, como obedeciera en lo ms feliz y gustoso. Hugo Cardenal, para hacer notar tan heroica obediencia dice: He aqu lo que declara la perfecta obediencia de Jos, es decir, en que no slo hizo lo que le haba mandado el ngel, sino tambin como se lo haba ordenado.

    Notemos nosotros tambin para nuestra instruccin que Jos se levanta, se levanta inmediatamente, toma al Nio y a la Madre y parte a Egipto y permanece all sufriendo las consecuencias de un penible destierro hasta que el ngel se le aparece otra vez. Nada

  • interroga, ni el modo de librarse de los perseguidores, ni el camino que podr seguir, ni los lugares para hacerse de provisiones y ni siquiera el tiempo de su destierro. Remigio el Grande, arzobispo de Reims, admirado de tanta obediencia la publica como un milagro de primer orden, como el acto heroico por excelencia, como una cooperacin muy meritoria para nuestra redencin y, lo que es ms, como el principio de nuestra salud eterna: La vida volvi por el mismo camino por donde entr la muerte, pues si por la desobediencia de Adn todos fuimos perdidos, por la obediencia de Jos, todos comenzamos a volver a nuestro primer estado de salvacin.

    Gerson, sobre el mismo acto y despus de habernos presentado la obediencia de Jos como la ms perfecta, exacta y puntual, lo bautiza como el hombre de la voluntad de Dios, sin propio juicio y aun desnudo del propio querer: Jos quera hacer en todo la voluntad de Dios. Y santa Brgida traza las ltimas lneas de este cuadro tan perfecto presentndonos al corazn de Jos todo ocupado en divinas jaculatorias de conformidad con la voluntad de Dios: Jos deca continuamente: Ojal que yo viva y vea cumplida la voluntad de Dios.

    8. Jos superior a Mara y a Jess.

    San Lucas y san Mateo tienen el cuidado de descifrarnos la conducta de Mara y de Jess para con Jos, y nos aseguran que l les era superior. Jos, esposo de Mara. Oh cielos! pasmaos de admiracin oyendo decir que Jess y Mara tienen en la tierra a Jos por su superior, sin embargo, esto nos dice el Evangelio afirmando que Mara es la esposa de Jos, por tanto, Mara, la reina del cielo, la Seora de ambos mundos, la Madre de Dios, se humilla ante Jos como su superior, lo llama seor suyo y le est sujeta con una obediencia prontsima. Gerson, admirado de los bellos resultados en favor de Jos de una sujecin tan admirable, exclama: A la verdad no s qu haya en esto de ms admirable, o la humildad de Mara, o la sublimidad de Jos.

    Segn las leyes de los judos, Jess, Mara y Jos deban ir tres veces a Jerusaln para adorar en su sagrado templo al Dios de sus padres; y que Jos satisfaca estos mandatos nos lo asegura su piedad, as como tambin que los cumpla con Mara y su Hijo. El Evangelio hace mencin que una vez fueron los tres a Jerusaln para celebrar la Pascua, que, concluida la adoracin del Seor, Jos se fue con la comitiva de los hombres, creyendo que el divino Nio iba con Mara, y que sta se fue con las mujeres con la persuasin de que Jess estaba con Jos, mas cul fue su dolor cuando al llegar a la noche del primer da de camino se encontraron sin el dulce objeto de sus complacencias? Retrocedieron el camino andado, buscaron por las calles y plazas de Jerusaln y a los tres das lo encontraron en el templo: Lo encontraron en el templo sentado entre de los doctores, e interrogndolos.

    Tomemos algunas consecuencias de este hecho admirable. La Madre pregunta al Hijo la causa de su conducta, y presenta a Jos como padre de Jess, y lo presenta anteponindolo a ella misma: He aqu que tu padre y yo. Presenta a Jos con una solicitud igual a su solicitud, as como despedazado su corazn por un dolor sumo: Llenos de dolor te buscbamos. Presenta el Evangelio a Jos admitido pblicamente como padre de Jess y admitido por Jess mismo: Por qu me buscabais? No sabais...? . En suma, Mara y Jos sintieron que su corazn se hunda en un mar de inmenso gozo, y Cartagena todo conmovido aade: Jos abraz en esta ocasin tiernamente a Jess, como que haba encontrado a su bien amado.

  • El Evangelio nos ensea, que despus de este hecho tan glorioso para Jos y Mara, baj la Sagrada Familia a Nazaret y Jess les estaba sujeto. Jos vivira todava unos dieciocho aos y el Verbo hecho carne creca cada da en gracia, sabidura y virtud ante Dios y los hombres. Mara reservaba sus palabras en su corazn, y Jos, ms dichoso si cabe, lo tena por aprendiz en sus groseros trabajos, lo vea con los instrumentos en la mano ejecutando lo que se le haba enseado y era obedecido de l en todo.

    En una antigua historia de la vida de Jos se lee que en cierta ocasin dijo Jess a sus discpulos: Yo me portaba en todas las cosas con Jos, como un hijo para con su padre; yo lo llamaba padre mo, me le sujetaba a cuanto peda de m y lo amaba adems como a la nia de mis ojos. Cada deseo de Jos, aade el piadoso Gerson, era obedecido por el Hijo y por la Madre, no como una splica, sino como un mandato. Jess, sujeto a Jos; Jess, de quien penden todas las criaturas, que ha creado los cielos; Jess, que ha fabricado la aurora, formado el sol, ordenado las estrellas, que tiene por tarima de sus pies a toda la tierra y que lo sirven con estupor millares de ngeles; ese Jess, sujeto a Jos, y, sin embargo, Jos manda a Jess, y Jess obedece a Jos. Hecho admirable que ponder san Bernardo con la siguiente sentencia: Que Dios obedezca al hombre, es una humildad sin ejemplo; pero que el hombre mande a Dios, es una excelencia sin segunda.

    Ciertamente que con solo esto dice el Evangelio de Jos la mayor grandeza, la ms cabal y perfecta distincin y el privilegio de los privilegios. Con qu amor, pues, con qu reverencia y confianza no debemos acudir a Jos revestido por el Evangelio mismo de cierta superioridad sobre Jess y Mara? Hagamos, pues, a Jos el seor de nosotros mismos, de nuestras casas, de nuestras villas, de las ciudades y de todo el mundo, porque dignsimo es de todo esto, ya que se le ha confiado el cuidado de Jess, pues, como afirma el Crisstomo: Jos era dignsimo de tener el cuidado todo el mundo, supuesto que le estuvo sujeto el mismo Hijo de Dios.

    Bernardino de Bustos dice tambin que cumpli todos sus cargos con tal perfeccin, que fue ministro idneo para seguir y gobernar al Hijo de Dios. Jos fue elegido y apto para el cuidado de su hijo y para el gobierno de su divina esposa. Luego tambin se ha de creer que fue suficiente para regir a todo el mundo. Oh mortales todos, justos, tibios y aun pecadores! queris algo de Jess y de Mara? Id a Jos, porque si Jos la pide, de cierto la alcanzar. Oh! cunto ama Jos a los que le aman, cunto ama a los que le son sus devotos, que le muestran verdadero afecto en la prctica y que procuran dar a conocer sus glorias. Justos, id a Jos, y os conceder nueva perfeccin en la virtud; tibios, id a Jos, y comenzaris una vida fervorosa; id a Jos los que, rodeados de los enemigos del cielo, corris el peligro de caer en pecado; id a Jos los fatigados por los movimientos de pasiones desordenadas; id a Jos, porque para romper la cadena de antiguos malos hbitos tenis necesidad de una gracia eficaz; id a Jos los que deseis vencer las imperfecciones de vuestra vida espiritual; id a Jos los deseosos de imitarlo en una vida perfecta; id a Jos las vrgenes que deseis apreciar todos los das ms y ms vuestra vida de privilegios; id todos los cristianos a Jos y estad persuadidos que os dar cuanto le pidis ya que es el esposo de Mara y el padre de Dios.

  • Captulo 2. Qu han dicho los Padres de la Iglesia del divino Jos.

    1. Circunstancias especiales de la Iglesia.

    La Iglesia en sus principios ilustrada por el Espritu Santo emprendi un camino muy distinto del que ahora sigue con relacin a los dogmas de nuestra santa religin. Entonces, ya por la debilidad de la fe, ya por las antiguas creencias de los judos, ya por los crasos errores de la idolatra y la multitud de herejas que pronto comenzaron a levantarse en diversas iglesias particulares, la Iglesia docente fue muy discreta en sus enseanzas. Y, si bien es verdad que desde el principio dieron los Apstoles testimonio de toda la revelacin, tambin es cierto que no todo lo explicaron los Padres con la misma claridad, aunque entre todos dijeron lo suficiente para que la verdad quedase bien sentada. Esto que aconteci con la sagrada Eucarista y con la concepcin inmaculada de la santsima Virgen Mara, se verific del mismo modo sobre el seor san Jos, pues la Iglesia, ocupada en cierta manera en establecer bien la divinidad de Jesucristo y la virginidad de Mara santsima su Madre, no dio grande publicidad a las glorias del seor San Jos el virginal esposo de Mara.

    Con todo, as como el Evangelio nos retrata admirablemente quin es Jos, as los Padres, que son los primeros intrpretes del Evangelio, nos lo han dado suficientemente a conocer hacindonos de l la mayor alabanza. Unos nos describen su justicia, otros su heroicidad en los casos ms difciles; stos ponderan su dignidad como esposo de Mara, aquellos nos describen su excelencia como padre de Jess y todos convienen en presentrnoslo como el hombre de los privilegios, como el varn lleno de los dones ms exquisitos que recibiera del Espritu Santo y como el gran ministro de la encarnacin, misterio sublime que es por antonomasia la obra de Dios.

    2. San Ignacio Mrtir.

    El sacerdote fervoroso, el obispo del amor hacia Jesucristo y el sucesor de Pedro en la ctedra de Antioquia, fue discpulo de los santos Apstoles, vivi con ellos mucho tiempo, aprendi de su boca la verdad que les haba enseado el Espritu Santo y, en el anfiteatro, delante del pueblo romano y a la vista de innumerables fieles, derram su sangre en testimonio de su fe. Escribi 7 epstolas a diversas iglesias y, en una de ellas, en la que expone el misterio de la encarnacin, nos habla de Jos como el principal instrumento despus de Mara. Segn l, la perpetua virginidad de santa Mara Virgen, su parto sacratsimo y aun la muerte del Seor, estuvieron ocultos a Satans. Y, segn l, Jos fue una persona tan importante para la encarnacin que no slo contribuy a ella, sino lo que es ms fue como el todo para que el maligno espritu no lo conociera. Por otra, parte, las palabras de san Ignacio, segn lo atestiguan san Basilio y aun el mismo san Jernimo, tienen por grande objeto no slo indicar la virginidad de Mara, sino dar a conocer la importancia de Jos como esposo de Mara y presentarlo como el gran ministro de la encarnacin, de la vida toda del Salvador y de su muerte. Jos fue verdaderamente esposo de Mara, y a su sombra y con su consentimiento se verific el gran misterio, su consorte conserv la ms pura virginidad, el parto virginal tuvo efecto, y Jos es como el director de esta grande obra de Dios. Tal es Jos, segn san Ignacio Mrtir.

  • 3. San Justino, filsofo y mrtir de Jesucristo.

    Brill en el segundo siglo, derramando su sangre por la fe como san Ignacio a ltimos del primero. Justino, como el mismo nervio, con la misma elocuencia cristiana y con aquella admirable valenta de expresin con que defiende a los cristianos y ataca a los judos y a los gentiles, presenta a Jos como el santo de los privilegios en la Iglesia de Dios y, de un modo semejante al Evangelio, lo verifica con sentencias muy exactas. Segn l, Jos es el esposo de Mara, Jess era tenido por el hijo de Jos, Jos es carpintero por oficio y Jess era carpintero tambin y trabajando en el taller de Jos haca, como l, yugos y arados, por tanto, en el siglo segundo vemos al seor San Jos que es tenido como esposo de Mara, como padre legal de Jess, como maestro de Jesucristo, quien trabajaba en el taller arados y yugos.

    4. San Irineo.

    Este santo padre fue discpulo de san Policarpo. Su doctrina, santidad y martirio honr al primero en la Iglesia de Lyon de Francia nos habla de Jos pensando separarse de Mara y cmo siendo avisado por el ngel de la voluntad del cielo vivi con ella y ejerci en favor de la Madre y de su Hijo los sagrados oficios de virginal esposo y padre de Cristo. Jos, dice, como pensase separarse escondidamente de Mara, el ngel le dijo en sueos: "No temas tomar a Mara tu consorte... parir un Hijo y lo llamars Jess". Por cuya causa, Jos tom a Mara, cumpli exactamente todo lo que concerna a la educacin de Cristo, parti con l a Egipto y volviendo de l pas a Nazaret. Qu bien explica que la humildad era la causa de los deseos que tena Jos de separarse de la Virgen, por esto le dice que no tema, que la tome otra vez, que le dar a luz un hijo y que lo llamar Jess, nombre divino que es la salvacin de todo el mundo.

    5. Orgenes.

    Prodigio de ingenio, de castidad y de fortaleza; Orgenes, que en su juventud, como hijo de mrtir, tena un amor tan acendrado a Jesucristo que de todos modos quera morir por l; Orgenes, decimos, comprendi de San Jos cosas admirables. Tiene por indigno lo que algunos han dicho sobre los celos del seor san Jos, asegura que no hubo en l sospechas, que la humildad fue la causa de su determinacin y que conoca perfectamente el misterio de la encarnacin y, por consiguiente, que Mara era la Virgen de que nos habla Isaas. En otra parte tiene el cuidado de presentarnos a San Jos ocupado en nutrir al Salvador por haberlo constituido el Espritu Santo padre del Nio: El Espritu Santo honr a Jos con el nombre de padre, ya que tuvo el encargo de nutrir al Salvador. Luego dice: Jesucristo honr a San Jos como padre dejando a los hijos un ejemplo notable de su conducta para con sus padres. El mismo, en suma, nos habla del patrocinio de Jos en nuestro favor, no slo para las cosas ordinarias, sino para las de ms difcil consecucin, como es encontrar la gracia de Jess perdida por el pecado, aadiendo adems que: En la Iglesia la encontraremos, como Jos encontr a Jess en el templo.

  • 6. San Gregorio de Neocesarea.

    Este santo fue uno de los Padres ms extraordinarios que mereci ser llamado el taumaturgo por los grandes milagros que hizo, as como el apstol de Neocesarea por haberla convertido a la religin cristiana y nos habla de Jos como del mayor de los santos a quien le fue confiada nada menos que la inmaculada Virgen Mara, como de un hombre tan fiel a Dios que ste le entreg el mstico libro de su propia Madre y que se la devolvi con toda fidelidad de que era capaz finalmente, que no slo le fue entregado a la Madre de Dios sino a Dios mismo, al Creador de todas las cosas y que lo custodi fidelsimo en su propio domicilio.

    7. San Atanasio, obispo de Alejandra.

    Grande atleta de la fe en favor de la divinidad de Jesucristo, el alma del Concilio de Nicea que conden a los arrianos y a todos los enemigos de la divinidad de Jesucristo, emplea su profunda doctrina y rigurosa dialctica en favor del seor san Jos. Y nos habl de l como esposo verdadero de Mara, como su esposo virginal, naciendo Jess de ella bajo su sombra y siendo llamado padre de Jess. Otro autor contemporneo de san Atanasio, o tal vez san Atanasio mismo, segn otros, nos presenta a Jos en sus terribles dudas sobre permanecer o no siendo tenido como esposo de una Virgen tan privilegiada que haba concebido por obra del Espritu Santo. Nos habla de Jos dndose a la oracin con un grande fervor, mereciendo despus de ella en los sueos cuando su nimo estaba tranquilo, que el ngel de parte de Dios le manifestara su divina voluntad. Nos habla de Jos siendo el compaero inseparable de la Virgen, desempeando un mismo ministerio y aguardando con la misma fe las futuras cosas que haban de suceder. Nos habla de Jos siendo necesario para la grande obra de la redencin a fin de que se ocultara al diablo el divino parto y desde aquel momento fuese el vicario del eterno Padre en la tierra.

    El mismo autor celebra en la misma homila la virginidad de Jos y de Mara, los claros y exactos conocimientos de Jos sobre Mara, cmo conoci quin era ella, cmo conoci su gran virtud, su extraordinario poder, lo que Dios se dign hacer en ella, cmo es verdaderamente la Virgen de Isaas y cmo lo que el Evangelio llama hermanos del Seor no deben entenderse que sean hijos de Mara o de Jos, sino hijos de la gracia mediante los mritos de la Virgen y la voluntad del eterno Padre.

    Es digno de notarse cmo los Padres de la Iglesia iban hablando sobre las glorias de Jos con ms claridad y precisin a medida que la Iglesia se iba restableciendo y los dogmas de la fe afirmndose en la creencia de los fieles.

    8. San Hilario, obispo de Poitiers.

    Digno mulo de san Atanasio y que en el Concilio de Efeso conden a los arrianos de occidente, defendida la divinidad de Jesucristo y las pursimas glorias de su divina Madre nos habla tambin de Jos. Mas, qu es lo que nos dice del divino Jos? Tiene un cuidado especial en mostrrnoslo todo ocupado en Jess y Mara, refiere los pasajes evanglicos con que autoriza su doctrina, los comenta con el tino que lo distingue y qu concluye? Concluye que Jos es el tipo de los apstoles, como fue el primero que anduvo por el mundo dando a conocer a Jesucristo.

  • 9. San Basilio el Grande.

    Fue uno de los cuatro doctores principales que han brillado en la Iglesia de Dios, el fundador de la vida monstica en oriente y el que hizo a la religin cristiana muy grandes servicios. Sus obras son admirables, sus discursos rebosan la ms grande instruccin, habla de Jess y de Mara como de Dios y de la Madre de Dios, y qu dijo de Jos? Dice cosas muy gloriosas para el santsimo Patriarca y dignas de ser estudiadas en cada una de sus frases.

    Segn l, Jos es el testigo ocular de la virginidad de Mara, conoci en la santsima Virgen que ella era la Virgen de Isaas, que lo que haba en sus entraas no era obra de hombre sino virtud del Espritu Santo, mas que, estremecido por la dignidad que le reportaba el ser tenido como esposo de Mara y, por tanto, como padre de Jess, su humildad se alarm quiso abandonarla, ms bien que atreverse a publicar que l era el custodio y el guardador de tan sublimes misterios.

    10. San Gregorio Niceno.

    Que fue el panegirista y continuador de los trabajos de san Basilio, as como de su piedad e instruccin. Gregorio, que en el Concilio de Constantinopla pudo ocupar un lugar tan distinguido, que confiaron a sus luces la extensin del Smbolo de los Apstoles contra los herejes de aquellos das, tiene la gloria de presentarnos a Jos escogido por Dios para celebrar el divino matrimonio con Mara, como objeto de las complacencias del eterno Padre, amante de la Virgen, virgen tambin l mismo y tan justo que fue juzgado para los cargos que le fueron confiados, no slo idneo ministro, como de los apstoles deca san Pablo, sino lo que es ms y superior a toda alabanza, ministro aptsimo: Los sacerdotes formaron consejo para desposar a Mara con Jos y fue encontrado aptsimo para esto, pues era virgen.

    11. San Efrn.

    Perfecto ermitao de la Siria, ilustre dicono de la Iglesia de Edesa, que no quiso recibirse de sacerdote por no creerse en posesin de la debida santidad, que su doctrina ha sido admirada de los Padres y que nos habla de la virginidad con tales elogios que pueden compararse con los que de ella hicieron Ambrosio y Agustn. Efrn defiende la paternidad de san Jos, nos lo retrata todo embebido en divinos entretenimientos con el Nio Jess, rehusando en su humildad tan alto ministerio y todo lleno de admiracin contemplaba algo de lo que el Espritu Santo encerrara en esta sentencia: el Hijo de Dios es el Hijo de Jos: Jos es llamado padre del hijo de Mara Virgen. Jos besaba y acariciaba al Hijo de Dios nio, se preocupaba de l, saba que ese nio era Dios. Igualmente se preguntaba por qu se dign brindarle tanto honor para que el Hijo del Altsimo, Seor de los Reyes, viniera a su casa para ser su hijo. El Hijo de Dios es hijo de Jos.

  • 12. San Cirilo de Jerusaln.

    Que desde su silla patriarcal rebati el arrianismo y con su doctrina, santidad y firmeza seal en ciertas proposiciones las verdades de la fe y las defendi con toda la energa de un obispo, nos dijo que Jos era padre de Cristo, mostrndolo prcticamente con los soberanos oficios que haca al Hijo y a la Madre: Jos es llamado padre de Cristo no en razn de la generacin, sino en razn de los cuidados que tuvo para alimentarlo y educarlo.

    13. San Ambrosio.

    El segundo de los grandes doctores y que fue y ser el gran modelo de los obispos de Miln, el que defendi a la Iglesia como un hroe, el que detuvo al gran Teodosio a la puerta del templo sin permitirle la entrada, escribi con la ms dulce elocuencia, con varias de sus obras condujo a las vrgenes al ms alto grado de virtud y termin su carrera episcopal dando a la Iglesia al grande Agustn. Ambrosio, repetimos, nos habl de Jos tocando los puntos que le son ms gloriosos.

    Segn Ambrosio, Jos es tan necesario a la encarnacin como Mara y Jess, porque sin l pierde Mara su honor y Jess el ser hijo de buenos padres, segn el pensar de los hombres. Segn Ambrosio, son librados de la confusin Jess y Mara por Jos, recibe ste autoridad sobre ellos y es conocido esposo de la Madre de Dios y padre del mismo Cristo, y de ste del todo honrado: Mara estaba desposada con Jos. Qu hubieran dicho los gentiles, los judos, Herodes mismo, si el Nio hubiera sido tenido como hijo adulterino? Pero no, en la persona de Jos haba un fiel testigo de la encarnacin Y por esto, con razn, era Jos tenido por padre de Jessy Jess honr a Mara y a Jos, no porque era hijo natural de ambos, sino porque desempeaba para con l los mismos oficios que si lo fuese.

    14. San Juan Crisstomo.

    Llamado, y con razn, la Boca de oro, no slo por su facilidad y elegancia que ostenta en sus discursos y homilas, sino de un modo especial por el acierto con que supo interpretar las sagradas Escrituras. Nos descubre muy grandes y muy exquisitas verdades del seor San Jos. Unas veces nos lo pinta como un justo admirable que tiene en su corazn el conjunto ms prodigioso de toda virtud y otras veces nos lo retrata como el varn nico que, obrando con un tacto superior al modo humano, era envidiado de los mismo ngeles; ya lo presenta respetado por las supremas jerarquas que se le aparecan en sueos por su bella disposicin, ya sumergido en el abismo de la humildad queriendo desprenderse de las glorias que le proporcionaba la divina maternidad de su esposa, en suma, nos habla de Jos como esposo de Mara, como padre de Jess, como el representante en la tierra del eterno Padre y como el que recibi ms gracias que todos los mortales. Veamos algunas sentencias: Jos era justo y Mara habitaba con l. Jos no tuvo sospecha alguna, el ngel le asegur por parte del Seor que no temiera estar en compaa de una mujer que l solo era digno de acompaar, que l deba guardarle y ayudarla y que, por consiguiente, la recibiera en su compaa y no pensase ms en separarse de ella.

  • La paternidad se la atribuye por medio de un coloquio, haciendo en l hablar a un ngel o a Dios mismo por medio de l, dicindole: Poned nombre al Nio, que es propio del padre, a ti te lo recomiendo, ten hacia l el cuidado que con l tuviera su padre, pues a ti te pasa los derechos que sobre l tiene.

    Proclama la justicia de Jos dndole la posesin de toda virtud. Jos era justo, esto es, posea la prctica de todas las virtudes. Jos, desde su infancia, asegura, era contemplativo, comprenda los ms altos misterios de su religin y conoca perfectamente los orculos de los profetas; por esto, adems del conocimiento que directamente reciba de Dios sobre los misterios de que era testigo, saba que una Virgen deba dar a luz al Mesas prometido y las principales verdades que de sta se derivan. Por esto afirma san Juan Crisstomo: Para Jos nada haba estupendo ni oculto y que aun el misterio de la encarnacin no era para l cosa nueva puesto que diariamente meditaba las palabras del profeta. Tambin, con un tacto que le es propio y que supone un conocimiento perfecto de la vida espiritual, presenta a Jos con una vida mezclada de alegra y dolor y asienta esta importante sentencia: Dios mezcl a sus fatigas (de Jos) la dulzura. Lo dicho es bastante para ver lo que el santo pensaba de Jos.

    15. San Jernimo.

    Fue este santo padre dado expresamente por Dios a la Iglesia para que trabajando en las sagradas Escrituras se las diera como hoy las tenemos. Es con razn llamado el Doctor Mximo por el acierto con que trabaj en su exposicin, es un austero anacoreta que estuvo muchos aos en la cueva de Beln aprendiendo lo que despus pudo ensear a todo el mundo y en sus obras, que han sido y sern siempre de lo ms apreciado por el catolicismo. Parece que quiso distinguirse en presentarnos a Jos como el virgen y, sacando de su virginidad las ms bellas consecuencias, dice: Mara, la madre de Jess, estaba desposada con Jos Los hermanos del Seor no eran hijos de Jos sino primos hermanos del Salvador Jos fue virgen por Mara, para que de unos esposos vrgenes naciera un hijo virgen El virgen Jos habit con Mara Y, finalmente, mereci ser llamado padre del Seor.

    Por consiguiente, Jos es el esposo de Mara y ambos vrgenes; lo que llama la Escritura hermanos de Jess no son hijos de Jos, porque es virgen, son s sus ms cercanos parientes; y el fruto de las dos virginidades, Mara y Jos unidos en matrimonio, es el divino Jess; y si Mara es la Madre de Dios, Jos mereci ser llamado igualmente padre del Seor Dios.

    16. San Agustn.

    Uno de los cuatro principales doctores y el justamente llamado Doctor de la Gracia, nos habl de Jos con una maestra sin igual, con una profundidad sin ejemplo, y asemejando la paternidad de Jos a la maternidad de Mara cuanto es dable, aunque confesando siempre que Mara es Madre de Jess segn la carne y, por tanto, verdadera Madre, al paso que Jos siendo verdadero padre, lo es tan slo con su caridad, con sus oficios, con su virtud, con su correspondencia a la gracia. Veamos algunas sentencias que entresacamos de sus homilas: Mara fue tanto ms santa y admirablemente fecunda para Jos, cuanto que ella fue ms virgen. Mara fue Madre de Jess, Jos fue padre de Jess. Mara fue madre por haberlo querido ser y haber dado su carne; Jos lo fue tan slo por haberlo querido; ambos, en

  • suma, conservndose vrgenes y ambos admirndose de las cosas que se decan del fruto de su virginidad. Qu pensamientos tan delicados los de San Agustn!

    Luego en otras sentencias expresa: Jos mereci ser padre de Jess por su santo y virginal matrimonio, que le fue dada toda la autoridad paterna, que Mara misma lo nombra padre de Jess y que Jess obedeca a Mara y a Jos como a sus padres. De las virtudes heroicas de Jos y de un modo especial de su virginal pureza no slo concluye que Jos no solo fue padre de Jess, sino que debi serlo principalmente. Luego, para hacer resaltar la idea de que Jos fuese tenido por padre de Jess y reverenciado debidamente con el culto que le es propio, nos presenta al Espritu Santo obrando la encarnacin para los dos, descansando en la justicia de los dos, dando a los dos el Hijo, pero obrando la encarnacin en el sexo que le es propio y que naciera tambin para el esposo. Oh! cunto dice el santo doctor en esta sentencia a honra y gloria de Jos. Lo diremos de una vez: Asemeja a Jos a Mara cuanto es dable. En otra parte, o por mejor decir, siguiendo el mismo discurso, supone a Mara como deudora en cierto modo de Jos del Hijo que le ha nacido atribuyendo su nacimiento a la piedad y caridad de Jos.

    En suma, cuanto ha dicho sobre la divina maternidad de Mara y paternidad de Jos, lo demuestra con la sentencia de la Escritura: Lucas no solo llam a Jess hijo de Mara, sino que no dud ni un instante en decir que as ella como Jos eran sus padres. As de esta manera tan slida, con argumentos tan propios, con raciocinios tan exactos y con sentencias tan claras san Agustn habla de Jos.

    17. San Pedro Crislogo, obispo de Ravena.

    Nos patentiza lo que pasaba en el corazn de Jos cuando quera abandonar a la Virgen su esposa, huyendo escondidamente a media noche. Jos tuvo sus dudas, pero no dud de la Virgen, ni de su virginidad, ni de la concepcin del Hijo de sus entraas por obra del Espritu Santo, y sus dudas, como fundadas en la humildad ms profunda, fueron tan agradables a Dios, que no slo no le quit a la Virgen, sino que le confirm la entrega de su Unignito. Mara estaba encinta y era virgen, y esto lo saba Jos. Mara divinamente alegre por la concepcin por obra del Espritu Santo, y lo saba Jos. Mara toda llena del divino pudor con la fecundidad de la madre y el honor de virginidad, y Jos qu hace? Jos no poda acusarla de crimen, porque era testigo de su inocencia; no poda decir que hubiere culpa en ella, pues l era el custodio de su pudor; no poda decir que hubiese menoscabo en su virginidad, pues l era el libertador de su pureza. Qu hacer pues? Piensa separarse de ella, porque al mismo tiempo que no poda dudar de lo que sus ojos vean, tampoco poda pensar, ni por un momento, mal de una mujer cuya virtud era invencible a toda prueba, y no slo no poda pensar mal de ella, sino que todo pensamiento malo era diametralmente opuesto a su santidad. Esta es la causa que motiva su resolucin, es su humildad profunda que no le deja sufrir por esposo de Mara, la que no estando encinta por medio humano su preez no poda tener otro origen que la operacin del Espritu Santo y, por consiguiente, el fruto de su vientre no poda ser otro sino el Mesas prometido.

    Y cmo la humanidad de Jos haba de aceptar el ttulo de padre del Hombre-Dios? Este modo de obrar de Jos, lo llama el mismo santo Doctor, aun superior al modo de obrar de los justos. Por esto le agradaron tanto a Dios sus dudas y aun su resolucin, que no slo no le fue quitada la Virgen, sino que tambin le fue entregado el Cristo.

  • Lo que acabamos de presentar sobre el seor San Jos nos autoriza a concluir que en las sentencias que acabamos de recorrer de Pedro Crislogo, Agustn y Jernimo, del Crisstomo, de Ambrosio y de Efrn de Edesa, de Cirilo de Jerusaln, de los Gregorios y Basilio, de Hilario, de Atanasio y Orgenes, as como de Irineo, de Justino e Ignacio Mrtir, se encuentra lo mismo que en el Evangelio, lo ms grande y excelente sobre la dignidad, perfeccin, dones, prerrogativas y santidad del santsimo Patriarca el seor san Jos, dicindonos en ellas cuanto se puede decir en su honor y alabanza.

    Captulo 3. Qu han dicho los doctores y escritores eclesisticos del divino Jos.

    1. Los doctores y escritores eclesisticos.

    Despus de habernos hecho cargo de las glorias del seor San Jos en los primeros siglos de la Iglesia conform