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NUMISMÁTICA ANTIGUA (RESUMEN)
I. Introducción
Hay que señalar su relación con otras disciplinas y varias
conclusiones que la hacen ventajosa:
- Se trata de un documento primario, sin alteración.
- Es documento oficial, por lo que reporta datos de la comunidad a la
que perteneció.
- Es también un documento fechable, con cierto margen de error
(normalmente poco) y continuo en el tiempo.
La moneda constituye por ello un instrumento revolucionario para
las relaciones humanas y de su economía (progreso y desarrollo). Sus
etapas vienen marcadas por la propia periodización de la historia (cambios
con la invención del balancín, y paso de la edad moderna a la
contemporánea con grandes cambios). Aunque hay problemas a la hora de
fechar la Antigüedad (se suele tomar como final la reforma de Anastasio
del bronce, en torno al 500).
Hay que tener en cuenta también la gran variedad y número de
monedas, con varias cecas, personajes, tipos, que Babelon limitaría en unos
150.000.
Hay que destacar a figuras como el propio Babelon, o Eckel, que
trató de clasificar las monedas y ordenarlas, obviando las falsas. (Orden
alfabético por familias de magistrados en la República, cronología
emperadores Imperio, alfabéticamente la griega). Su obra fundamental es
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Doctrina Nummorum Veterum. Otros numismáticos importantes son
Mommsen, Sabater, Head, o Cohen.
II. Origen de la moneda
1:
Para satisfacer las necesidades de los individuos es necesario un
comercio, ya que no todas las sociedades pueden autoabastecerse. Para ello
se requiere una valoración de los productos, y con ello una
racionalización y una definición de equivalencias de valores, para ello es
necesaria la moneda, como valor comparativo. No aparecerá sin embargo
hasta la segunda mitad del siglo VII. Antes el comercio se satisfacía
mediante el trueque, aunque pronto se vería como un inconveniente para
las sociedades estables, ya que se tenía que renunciar a ciertos productos
necesarios que no podía intercambiar, así como el imposible
almacenamiento de otros (perecederos).
Para soliviantar este problema se crearía la moneda natural, es decir
cierto producto con valor universal para establecer valores. Para ello se
recurriría al ganado (bueyes y carneros, 1buey =10 ovejas, o 1 buey=2
dracmas). De aquí la referencia a la pecunia como concepto derivado de
ganado para referirse a la riqueza o capital (cabeza de ganado).
Así, con la llegada del metal enseguida se vio las ventajas que
tendría para el intercambio comercial: se podía convertir y transformar;
era inalterable y de fácil transporte, y de fácil reconocimiento.
Los antecedentes los encontramos en los anillos hallados en Egipto,
los panes de cobre egeo-cretenses. Junto a ellos también las barras
lingüiformes, con sellos (mismo carácter sustancial de la moneda).
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También aparecen las denominadas monedas utensilio, que servirían
en algún momento como valor de cambio. Ejemplos por ejemplo son los
óbolos, los calderos, y los trípodes.
Así, llegamos al siglo VII, en Grecia, donde los cambios a baja
escala se hacían con moneda natural o trueque, y los de a gran escala en oro
y plata en forma de anillos o lingotes. Estos últimos irán desapareciendo en
detrimento de globitos de electrón, con forma lenticular y están
ponderados. Además a partir de la mitad de este siglo se empieza a
contrasellar para verificar su valor (talleres, santuarios). A partir de la
segunda mitad, dada su importancia y difusión, y para evitar fraudes y
falsificaciones los estados se hacen cargo de la amonedación, inscribiendo
leyendas en estas piezas, lo que supuso un aumento de la confianza en el
mercado por la intervención estatal, así como de su radio, ya que acaparaba
un mapa más amplio de conocimiento de la moneda, sujeta a unas normas.
Por supuesto, también existen mitos acerca del nacimiento de la
moneda.
Etruria: aes grave signatum. Roma: aes libralis.
2. Metales utilizados para la fabricación de moneda:
Se recurriría primero al plomo, aunque lo que es seguro es que sería
por escasez de cobre y bronce, por tanto con pocas emisiones (Menfis,
Galia romana en los sigls I-II d. C, Numidia).
También habría según las fuentes clásicas emisiones en estaño
hierro, pero que, debido a la oxidación, han desaparecido. Habría otras
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piezas en vidrio, o terracota, que servirían como pesas para la contabilidad,
o de cuero.
Aparte de estos pequeños casos, los metales más utilizados fueron
el oro, la plata y el bronce/cobre. También hay aleaciones como el
electrón, el latón, y el potin.
Roma adoptaría tras las conquistas como moneda cotidiana la plata,
dejando el cobre para los subvalores.
Metales: Electrón (Lidia), Oro (sustituto del electrón), Plata
(dracma, valor más estable, que el denario romano), Bronce/Cobre
(más utilizado para la pequeña moneda), Latón/Calco (cobre y cinc, en
las Galias, Publio Carisio en Mérida, Mitríades en el Ponto).
También habría que mencionar las minas, como las de Nubia, en
Macedonia, Frigia, Lavión, la Dacia, la Galia, Britania, y, sobre todo la P.
Ibérica (minas de Cartago Nova). Éstas estaban trabajadas por esclavos y
prisioneros de guerra, con talleres y lugares del tratamiento del metal, de
donde salían fundidos lingotes sellados, con el nombre del emperador, la
ceca, dos personas dirigentes de la ceca, además de una seña de valor y ley
del lingote.
3. Partes de una moneda:
Todas tienen dos caras, y en ambas existe un elemento figurativo y
otro epigráfico opcional.
- Tipo y leyenda: El tipo sería el elemento figurativo, y la leyenda la
inscripción que aparece en la moneda (epigráfico si existiese,
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anepigráfico, al contrario). La leyenda se añadiría para no confundir
las monedas de la metrópoli de la colonia.
- Impronta, campo, exergo: Impronta sería lo que queda grabado,
campo libre y el exergo es la parte inferior, delimitado por una línea,
donde se suele indicar la ceca.
- Módulo: Diámetro de la moneda (escala de Mionnet, 19 escalas).
- Ley: grado de pureza.
- Unidad monetaria: valor en el que se basa la moneda con múltiplos
y submúltiplos.
- Anverso y reverso: con motivos principales y secundarios,
respectivamente.
- Conservación de una moneda: escalas planteadas por distintos
autores, además de conceptos como flor de cuño, frustro, pátina,
oxidación, etc.
- Espesor y forma: Lenticular, globular, cóncava, brateada.
- Otros elementos diferenciadores: dentadas, contramarcadas,
híbridas, legionarias, de restitución, itinerantes, etc.
4. Métodos y fabricación de la moneda:
Hay dos métodos: la acuñación y la fusión (explicar metodología),
con cuños entre los cuales se ponían los cospeles y flanes, en la fusión
con moldes. Métodos indistintamente utilizados, aunque más frecuente el
primero.
Fusión: superficie granulosa, orificios pequeños, rebabas, falta de
nitidez, se podían fabricar varias a la vez.
Acuñación: mayor y rápida producción y fabricación, y mayor
dificultad de falsificación. Fabricación: primero se fabrican flanes,
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recortados, fundición, reacuñación, barras cilíndricas recortadas. Luego ya
se procedía a la acuñación, mediante el martilleo.
5. El taller donde se fabrica la moneda:
Explicar el método de fabricar moneda mediante la acuñación
(cuños, martilleo).
Los cuños (anverso y reverso, a veces sólo existía uno, y la otra
cara no se grababa) conservados son pocos, ya que estarían limitados
(conservación de Turiaso y Ebussus, en la PI).
Espacio o taller: talleres permanentes, con ciertas infraestructuras,
aunque también en tiempos de guerras las había itinerantes. (Moneta
Publica, y Ceca Palatina, que era itinerante).
Las cecas estaban subdivididas en oficinas, como es el caso de
Roma, que se hallaba en el Palatino. Se desconoce a su vez la seguridad de
estos establecimientos.
6. Trabajadores de los talleres y su dirección:
Mundo romano con más información al respecto.
República: cuestor, con gran autoridad (emisiones extraordinarias),
superiores sobres los magistrados monetales (Tresviri Auro Argente Aere
Flando Feriundo), encargados de la acuñación hasta Augusto.
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Trajano: Procurator monetae, del ordo ecuestre, con ayudantes
denominados Optio et Exactor Auro Argente et Aere, que controlarían a
officinatores y artesanos.
Diocleciano: Comes Sacrarum Largitionum.
- Trabajadores: los más cualificados serían los scautores (grabadores
de cuños). Podemos precisar los de época imperial:
Officinatores, capataces.
Signatores, grabadores de la leyenda.
Suppostores, encargados del flan y su peso.
Malleatores, golpeadores del martillo.
Aequatores, supervisores de la igualdad de pesos.
Flaturarii, trabajadores del metal.
Dispensatores, contables de la ceca.
Mediastini: esclavos.
7. Herramientas y Elementos del taller:
Imagen del reverso del denario de IIIvir Tito Carisio, imagen
habitual del trabajo de una ceca: elementos que aparece: cuños, yunque,
martillo, tenazas (fórceps), balanza, martillo, poleas, martinete, para
grabar los cuños: rueda de grabador, taladros, buriles, compases,
punzones.
La acuñación se realizaría en frío y caliente, y hay hallazgos que
demuestran las pruebas que se realizaban antes de la definitiva acuñación
(feride, cudere, percutere y signare).
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8. Problemas técnicos en la acuñación:
El más grave era la fractura del cuño, además del descentrado. La
fabricación media por hora seria según Sellwood de 100 por hora. En
talleres se podrían obtener 10000 y 16000 en caliente, y en frío la mitad, y
Crawford por su parte nos dice que 3000 monedas serían las que produciría
un cuño.
Tras su fabricación había procesos de contramarcado, partición y
la denominada Damnatio Memoriae, borrando parte de su leyenda. La
falsificación fue constante, y así aparecería la Lex Cornelia de Falsis
(destierro y muerte a esclavos).
9. Magistrados monetales:
Funcionarios de la moneda con deberes y obligaciones y
responsabilidad sobre la acuñación de moneda. Puede llevar señales que
indiquen su implicación en la formación de moneda. En Grecia son muy
escasos los casos (caso de Focea y Mitilene, con funcionarios bajo unas
normas y leyes): documentación de existencia de magistrados, de las
relaciones entre polis y responsabilidades.
¿Rango? Dos opciones: altos magistrados, con ayuda, y de orden
inferior con responsabilidad. (Atenas 3 nombres: el de la ceca, el de la
acuñación y el que los controla).
10. Magistrados monetales en Roma:
Hay que distinguir moneda urbana, de moneda militar.
Magistrados de instituciones especiales.
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Siglo I a. C.: IIIviri monetaris. (Cerca del templo de Juno
Moneta). En el ordo ecuestre era el primer cargo para la carrera
senatorial (cursus honorum).
Funciones: fusión de lingotes, responsables de ley y peso, grabados
de cuños, y de la cuenta de la ceca, suministrar a los cuestores la moneda
que se necesitaba.
En garantía firmaban (1, 2 o los 3). Había también algunas
extraordinarias (de ahí la acuñación por ediles de la plebe).
A partir de Augusto desaparece su firma, por el derecho de acuñar
del emperador, y a partir de los julio-claudios hay dos monedas senatorial
(Juno Moneta, Antioquía) e imperial (cerro Oppio).
III. Moneda griega
Tenían 3 palabras para denominar la moneda: Argiriou (as),
Jremata (pecunia), nomismata (moneta).
Unidad de valor: dracma (6 óbolos), 4,37 gr.
Submúltiplos: tetróbolo, trióbolo, dióbolo, triemióbolo, óbolo,
hemióbolo, tetarmorio.
Múltiplos: didracma, tetradracma, decadracma, mina y talento
(6000).
Oro: estátera de oro, igual al didracma en peso y en valor 20
dracmas.
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Otras especies monetarias: siclo, unidad babilónica, 1 talento
igual a 60 minas y una mina eran 60 siclos.
Magna Grecia: la litra. El calco, 1/8 de óbolo, dicalcalco, el
tetarmorio y leptón (1/7 de calco).
IV. Roma (leer)
Palabras clave: emisiones en oro y devaluación sucesiva. (aureus,
solidus, siliqua). Plata (primera acuñación, denario, peso, anversos y
reversos, evolución, divisores: quinario y sextercio; victoriato, dedicado a
las divinidades comerciales con Júpiter y Victoria, antoniano por Caracalla,
denarios argenteus de Diocleciano, miliarense, siliqua). Bronce (aes rude o
aes infectum, aes signatum con peso establecido, aes grave, subdivisores:
semis S efigio de Júpiter, triens con 4 puntos o 4 onzas y efigie de Minerva;
quadrans, 3 puntos, efigie de Hércules, sextans con 2 onzas, efigie de
Mercurio, onza, Bellona. Proa de un barco. Períodos posteriores y
alteraciones*, evolución en República e Imperio;
Moneda imperial: características y descripción. Reversos: dioses,
semidioses, héroes, epíteto, personificaciones y alegorías. Fastos imperiales
y tipos variados, también referencias a la familia. Epíteto del emperador.
Acuñaciones peculiares del Imperio: póstumas (Senado los
primeros), Monedas de consagración, monedas de restitución.
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MONEDA HISPÁNICA
I. Moneda griega
Emporio: Emporiton, Emporiae; en ibérico: Untika o Untikese. Se encuentra en
S. Martín de Ampurias en un islote. La arqueología y la numismática apuntan al s. III
como época de apogeo. La fundaron los fóceos y existía en el s. VI a. C., habitada por
griegos, a veces ciudades mixtas.
Historia: Estrabón habla de ella como una ciudad de íberos y griegos separados
por un muro. Poco se sabe de la historia de Emporio en el siglo V y IV; en estos siglos
la ciudad acuña pequeñas monedas de plata con tipos massaliotas. En la I Guerra Púnica
Emporio estaba a favor de Cartago (monedas), pero en el año 218 Neo Escipión
desembarca en Ampurias y crea el Praexilio creando una base romana, con la que pasa a
ir en contra de Cartago. Durante estas fechas hasta el 195 se producen continuas y
abundantes emisiones de dracmas.
Acuñaciones: SERIE A: pequeñas monedas anepígrafas de plata (antes del 450
a. C.). Con anverso con cabeza y reverso con cuadrados incusos. SERIE B: Monedas de
tipo fraccionario anteriores a la dracma en Ampurias, que se inician anepígrafas pero
poco a poco aparecerá EM (nombre de la ciudad). Duraron hasta el 375 y son trióbolos
y óbolos. Copian modelos griegos: lechuza y Atenea. SERIE C: dracmas con la leyenda
griega EMPORITO con una cabeza de Ninfa y en el reverso con un caballo parado
coronado por alas. Se le denomina serie de caballos. SERIE D: caballos parados y
bustos femeninos rodeado delfines. SERIE E: un pegaso en el reverso con la
leyenda EMPORITO (s. IV y III) dracmas y sus submúltiplos. SERIE F: dracmas con
menos peso y peor plata, con pegaso y la cabeza de Diana con el carcaj (s. III).
Rodas: ciudad centro que se localiza cerca de Rosas. Los restos más antiguos no
van más allá del siglo V a. C.
Historia: Estrabón dice que antes de las Olimpiadas los rodios se establecieron
en las costas de Hispania y fundaron Rodes. Tito Livio nos dice que es una factoría-
fortaleza de Emporio a principios del siglo II a. C. La ocupación por los emporitanos
sería violenta, con la ayuda de armas destruyendo Rodas.
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Acuñaciones: Rodas tiene acuñaciones de dracmas con la leyenda ROETON,
con tipos de rosas. Estas monedas comenzaron en el siglo IV, además había dracmas
anepígrafas con el busto rodeado por delfines (influencia de Siracusa). Se le fecha en el
último tercio del s. IV.
II. Monedas cartaginesas
Historia: Son monedas de plata y bronce que fueron fruto de los Barca entre los
años 239-209 y, sobre todo, al final de esta fecha. Estas acuñaciones son anepígrafas y
tienen tipos variados.
Acuñaciones: en el anverso cabeza varonil y cabeza femenina, y en el reverso
hay un caballo parado, un elefante. Los pesos varían entre los 23 gramos y los 1,8. Se
agrupan en series: SERIE 1ª: anverso con cabeza varonil y reverso con cuadriga tirada
por caballos; SERIE 2ª: anverso con palmera y reverso con cabeza de caballo; TIPO
NACIONAL (Cartago-africana): anverso con cabeza femenina, y el reverso con caballo
parado con palma; HISPANO CARTAGINESA: anversos con cabeza varonil y reverso
con caballo y elefante.
Las fechas de las acuñaciones se harían en Cartago Nova. Hay problemas en las
interpretaciones de las efigies masculinas de las monedas. Algunos creen que son
representaciones de divinidades; otros creen que son los bárquidas. Zobel cree en la
representación de Hércules. Otros ven a Melkart que retrata a Aníbal y posteriormente a
Escipión.
III. Monedas fenicias
Malaka: Se localiza en Málaga. No se han constatado restos anteriores al siglo
VI a. C. Su extensión era de 17 hras. Se sabe poco de ella a pesar de ser muy citada.
Historia: por la arqueología se sabe que es una ciudad importante a partir del
siglo V. Como colonia fenicia se supone que seguiría una política como Tiro. En el 197
aparecen sublevados contra Roma y Catón acabó con ellas de forma pacífica. Plinio dice
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que era una ciudad federada romana, que en tiempos de Domiciano pasó a ser
municipio, Estrabón cita las salazones de pescado y dice que existía una factoría de
comerciantes que utilizaban la ciudad como centro. Su clima hizo que la agricultura
fuera buena.
Acuñaciones: La ceca inicialmente va a emitir unos pequeños divisores
anepígrafos hasta la II Guerra Púnica. En el anverso aparece una cabeza varonil
orientalizante tocado con la doble corona egipcia (dios Vulcano) y en el reverso una
estrella de 7,8 o 16 puntos (signo astral).
Después reanuda sus abundantes acuñaciones con la emisión de un solo valor
monetal, con 3 series: anverso con cabeza masculina barbada y tocada con gorro cónico,
detrás de la nunca el topónimo de la ciudad. En el reverso busto radiado que se
identifica como Helios.
A finales del siglo II, la ciudad estructura sus acuñaciones y da 3 valores: semis,
cuadrantes y sextantes. En el anverso cabeza masculina imberbe cubierta con birrete
cilíndrico cónico y plano y tenazas. En el reverso una estrella de 8 o 16 puntas y como
novedad se representa un templo tetrástilo con SMS.
Sexs: se localiza en la actual Almuñecar y se han descubierto restos al oeste del
río Seca. La cita más antigua se debe a Hecateo que surgió a finales del siglo VI a. C.,
nos dice que eran muy ricos en salazones y sus conservas de atún. Las excavaciones de
la necrópolis nos da una cronología del s. VIII a. C. Aparece como ciudad federada de
Roma.
Acuñaciones: las primeras monedas de bronce presentan en el anverso cabeza
varonil identificada con Melkart y en el reverso dos atunes y el topónimo fenicio de la
ciudad.
A partir de la fundación romana va a tener mucha influencia de Gadir. En el
anverso hay cabeza de Melkart con piel de león, y en el reverso dos atunes.
En el siglo I a. C.: cabeza femenina casco y cimera en el anverso (Tanit) y en el
reverso atún o cornucopia.
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Ebussus: Se localiza en Ibiza. Toda la antigua ciudad se localiza bajo el casco
urbano. Los griegos denominaron a estas islas Pitiusa y para Ibiza, Bussus-Ebyssos: los
romanos la denominarían Ebussos y más adelante, en monedas bilingües aparecerá el
nombre de ínsula augusta.
Historia: Diodoro de Sicilia nos dice que su fundación fue a manos de
cartagineses 160 años después de la fundación de Cartago, es decir, en el 654 a. C. El
tratado del 509 entre Roma y Cartago dejaba a Ebussus a Cartago, y poco después del
final de la II guerra púnica aparece como federada de los romanos hasta los Flavios no
pasa ser municipio. El topónimo Ebussus para algunos significa isla de Bes.
Acuñaciones: tiene muchas tipologías en las monedas. La figura representada
creen que es el dios Bes, dios del hogar y de las mujeres, o bien Eshmun, divinidad
fenicia que se identifica como uno de los cavizos.
En el anverso vemos el dios Bes que es representado por un enano, con cabeza
grande, boca abierta y orejas de felinos, y lleva un peinado de plumas en la cabeza, el
cuerpo desnudo o semidesnudo con falderín, es un cuerpo grueso con extremidades
cortas, y tiene carácter protector (la casa y sus moradores/partos). Algunas veces
sostiene 1 o 2 serpientes. En el reverso: toro va a ser el tipo más frecuente después de
Bes, puede estar parado, embistiendo, saltando, etc.
Además su moneda tiene otros símbolos como marcas de emisión, éstos se
sitúan a la izquierda de Bes, los más frecuentes son: flor de loto, caduceo, rosácea, diosa
tanit. En época romana aparecen leyendas bilingües.
Abdera: ciudad fenicia del siglo VIII a. C., situada en un cerco que se denomina
Monte Cristo, en Agra (Almería).
Historia: Es mencionada por Plinio, Alieno y Ptolomeo. Tuvo importantes
salazones de pescado, siendo puerto de exportación de minerales. Se incorporará a la
economía monetal más tarde en el siglo II a. C.
Acuñaciones: emite una primera serie muy breve y tosca con influencia de Gadir
y Sexs, en el anverso cabeza de Melkart y en el reverso atún y delfín contrapuestos con
el nombre de la ciudad.
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En el siglo I a. C. acuñará una serie mejor, con anverso con templo tetrástilo y en
el reverso dos atunes. También encontramos cabeza de Tanit, y en el reverso, atunes y
delfines. No se sabe cuando deja de emitir, pero las reanuda con Tiberio, pero ya serán
imperiales.
Gadir: el nombre en escritura fenicia es Agadir; Gadeira en griego, y Gades
romano. El nombre de Gadir significa muro, recinto amurallado. Actual Cádiz.
Historia: El primitivo asentamiento tirio parece que se asentó en una pequeña
isla separada en aquella época por un pequeño canal, que va desde la zona alta en una
isla cercana de mayor tamaño. Balbo el menor erigió la ciudad romana, en el extremo
sur se levantó el templo de Hércules Melkart. Hoy en día ambas islas están unidas.
Según Estrabón, Gadir fue fundada por los tirios en el año 1104 a. C. pero esta fecha no
se admite por falta de hallazgos. La conquista de Tiro por Nabucodonosor en el 573
disuelve los lazos de Gadir con su metrópolis. Durante los 3 siglos posteriores Gadir va
a quedar en el área de control cartaginesa aunque mantenimiento su independencia.
En el 206 Gadir establece una alianza con los romanos y expulsan a los
cartagineses de la ciudad convirtiéndose en federada romana. Se produce una estrecha
relación entre César y la familia Balbo. En el año 43 con Balbo el Menor se funda la
ciudad romana de Gades. Gadir fue importante en las exportaciones de garum y sus
mujeres bailarinas y cantantes. Cornelio Balbo, amigo de César llegó a ser procónsul y
pontífice.
Acuñaciones: plata: anverso con Hércules con piel de León y con clava a
izquierda y en el reverso, atún y leyendas fenicias.
Bronce: anverso con Hércules o una cabeza de frente redonda con grandes
mofletes (recuerda a Gorgona) y en el reverso, uno o dos atunes o delfín con el
topónimo de la ciudad.
Baria: Se localiza en Villaricos (Almería). Se le designa con un topónimo
romano por el hallazgo de una inscripción del siglo III a. C., donde pone “Res publica
Bariense”.
Historia: Fue una colonia fenicia fundada en el siglo VIII a. C. en relación con
las minas de hierro y plata de la zona. A partir del s. VI a. C. se puso como ciudad
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independiente, tras la II Guerra Púnica fue la única ciudad fenicia que se opuso a la
conquista romana. Escipión conquistó Baria en el 209 a. C.
Acuñaciones: de 40 a 10 gramos. Anverso con cabeza femenina, como Isis-
Hator, cabeza cubierta con el despojo del buitre y velo por cuello y nuca en el disco
lunar entre dos cuernos de vaca. En el reverso palmera con frutos.
Tagilit: Se halla en Almería, en Tíjola. Alfaro dice que se situaba en un cerro
llamado la Novela del Ajo.
Historia: núcleo púnico industrial de los siglos VI al II a. C. conocido por la
penetración de gentes púnicas de Baria a través del río Almanzora en busca de
minerales.
Acuñaciones: 3 series: primera, con anverso con cabeza femenina (Tanit) y en el
reverso cipo, con altar o estela. En la segunda serie en el anverso con creciente lunar y
en el reverso palmera sin frutos. En la tercera serie una cabeza (femenina, se cree) en el
anverso, y en el reverso, un delfín.
IV. Moneda bástulo-turdetanas
Cástulo: Se localiza en Jaén (Linares), en la orilla derecha del río
Guadalquimar.
Historia: los hallazgos arqueológicos nos aseguran que la ciudad estaba dentro
del área de la cultura del Argar; con vínculos con la cultura tartésica y cerámicas de
tradición céltica. Se sospecha que la ciudad existía desde el siglo IX a. C. Tenía 44 ha,
la ciudad tenía murallas y con viviendas extramuros y barrios industriales. Era una
ciudad que controlaba grandes centros mineros de plata y al mismo tiempo era un
núcleo vital de comunicaciones. Estrabón nos dice que Cástulo era la ciudad más
importante de los oretanos. Cuando desembarcaron en ella Amilcar Barca entra Cástulo
en la historia de Tito Livio dice que Cástulo era una de las ciudades más vinculadas a
los cartagineses. Tenía muchos recursos mineros, sobre todo, de plata. Plinio nos señala
que era opidum de derecho latino desde época de César. Es la ciudad más citada en las
fuentes después de Corduba.
Acuñaciones: llevaron leyendas bástulas-turdetanas bilingües y latinas.
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Las b-t llevan anverso con cabeza viril diademada y en el reverso una esfinge
con 1 astro sola; bilingüe, anverso con cabeza diademada viril, y un reverso, toro. Las
latinas, en anverso, cabeza diademada viril, y en el reverso, esfinge o toro.
Aparecen también letras con sentido numérico aislado. Su expansión monetaria
fue abundante, sobre todo en la Bética.
Iliberri: situada en la actual Atarce, cerca de Granada.
Historia: Plinio cree que era una ciudad vastetiana, y Ptolomeo dice que túrdula.
Tuvo un estatuto municipal con el nombre de Municipium Florentinum Irribelitari.
Acuñaciones: anverso cabeza viril galeada y victoria. En el reverso hay una
triqueta con cara de frente o un grifo. (La triqueta tiene cabeza central con 3 piernas que
aluden a las estaciones del año).
Iliturgi: Se localiza en un cerco denominado Maciz, en la localidad de Mejibar
en Jaén. Aparición de una inscripción que dice Populo iliturgiaro.
Historia: Mencionada por Livio fue sitiada en el 515 por los cartaginese y liberada por
Neo Escipión, con guarnición romana para siempre. Fue territorio imperial minero.
Acuñaciones: en el anverso, cabeza viril (normalmente diademada a izquierda),
en el reverso espiga y dioscuro.
Ursone (Urso): se encontraba en la actual Osuna (Sevilla).
Historia: ocupación que arqueológicamente está constatada desde el primer
milenio, habitada después por pueblos prerromanos y romanos. Era una colonia
cesariana, desde el año 49 a. C., con el nombre de Urso Genetiva Urbanorum.
Acuñaciones: 3 grupos, A, anverso con cabeza galeada y reverso con oso
sentado con palma en la mano. B, anverso, cabeza desnuda, reverso, oso de pie, con
corna de laurel en la mano, C, anverso con cabeza laureada y en el reverso, esfinge con
la leyenda Lucius Quintus Apius.
Obulco: situada en la actual Pórcuna (Jaén).
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Historia: Ptolomeo la señala como ciudad túrdula. Fue municipio en fecha
desconocida, con el cognomen “pontificense”, situada en el convento cordubense en la
via Cástulo, Corduba y Gadir. Fue un importante centro de explotación y redistribución
agrícola.
Acuñaciones: Acuñó moneda de bronce con valores altos. Su leyenda aparece en
latín y en ibérico a partir del s. III a. C. Se conocen 6 emisiones, pero en general:
anverso, divinidad femenina agraria y astral (cabeza con trenzas y moño en nuca) y
reverso, yugos, arados, espigas, águila, toro y jinete.
Ulia: situada en la actual Montemayor (Córdoba).
Historia: es citada por Estrabón y Ptolomeo, participó en las guerras
pompeyanas a favor de César. Fue municipio bajo el nombre de Fidentia.
Acuñaciones: anverso, cabeza femenina con moño, y el reverso, espiga.
V. Monedas libio-fenicias
Con este término se designa de manera más o menos convencional a una serie de
cecas neopúnicas que Jacobo Zobel, a fines del XIX, agrupó bajo este nombre
basándose en su localización geográfica y su extraño alfabeto, alfabeto realizado a base
de signos verticales y angulosos que generalmente van acompañados de un rótulo latino.
A estas monedas también se las denomina con otros nombres como por ejemplo
monedas bástulo-fenicias, tartessias, o también neoarameas. Todo esto viene a
demostrar la dificultad de transcripción de su leyenda, dificultad aún por resolver. Estas
cecas corresponden a una serie de ciudades del sur y el sureste de la península, y estas
son Asido, Lasputa, Bailo, Iptuci, Oba, Turridegina y Arsa. Algunos autores incluyen
otras ciudades como Acinipo y Baicipo, sin fundamento alguno. Recientes trabajos de
numismáticos Solans Soller y Mª Paz García y Vellido han puesto de manifiesto que
estas cecas son centros neopúnicos en una fase de degenaración cultural muy avanzada
como pone de manifiesto la evolucionada escritura de sus monedas a causa de su lejanía
respectos a centros importantes de semitización. En cuanto al término fenicio hay citas
que aluden a los libio-fenicios como habitantes de la costa andaluza, otras fuentes
posteriores los denominan bástulo-fenicios, blastofenicios, y también bástulos llamados
19
púnicos. Esta última denominación es la que la da Ptolomeo, y dice éste que son
fenicios de la zona africana que se asentaron en territorio penínsular desde el siglo VI,
proceso que se acentuó en época bárquida. García Moreno tras discutir estos términos
dice que Avieno, al referirse a los libio-fenicios pudo aludir a los fenicios asentados en
Libia, por la falsa apreciación geográfica de confundir con Libia el norte de África y el
sur de España. Esto sigue suscitando estudios y comentarios, entre los más recientes los
llamados de López Castro y Domínguez Monedero. Hoy día se piensa que se trata de
una población norteafricana desplazada a la península por colonos implantados por los
cartagineses antes de la Segunda Guerra Púnica. Otros numismáticos opinan que estas
ciudades tendrían unos mismos intereses quizá en relación con la riqueza de la zona y la
obtención de sal en los esceos del Guadalquivir. Esta imposición se plasmaría en una
iconografía muy similar a la gaditana aunque se tratase de ciudades del interior. La
iconografía de estas emisiones denota que son gentes de religión semita relacionada con
la de otras ciudades púnicas penínsulares y en otros con rasgos que las emparentan más
con el mundo norteafricano de los siglos primero y segundo. Estas gentes africanas,
para terminar, venidas en una etapa tardía traerían consigo nuevas formas de
semitización que marcarían un estrato cultural distinto a la de otras ciudades.
Cecas:
- Asido (17): se encuentra en la actual Medina-Sidonia en la provincia de
Cádiz. Es citada por Plinio como colonia cesarina y por Ptolomeo con el nombre de
Asidon que se encontraba entre los túrdulos. Según su topónimo las leyendas y tipos
monetales se tratarían de una ciudad púnica situada entre los turdetanos. Se localiza
sobre un impresionante cerro y controlaban las ciudades de Gades con el interior de la
península. Fue un municipio temprano, quizá en época de César. Acerca de la
cronología de sus monedas no hay datos precisos pero habría que fecharlas entre
mediados del siglo II y el 70 a. C. Las leyendas son siempre bilingües, neopúnicas y
latinas. Los anversos pueden aparecer cabeza masculina con barba y diademada, toro
parado con estrella o cabeza de Melkart con piel de león y la leyenda Asido. En los
reversos aparecen toro saltando, delfín, o cornucopia dentro de una corona de laurel.
- Lascuta (18): Esta ciudad es mencionada por Plinio como una ciudad
estipendiaria del convento gaditano, y existen problemas con su ubicación. Se sitúa
cerca de Alcalá de los Gazules, donde apareció un bronce de Paulio Emilio, del 189 a.
20
C. en que concede la libertad un opidum y ager a los esclavos de la torre lascutana.
Aunque quizá, dicen los especialistas, el término torre haga alusión a una entidad
distinta de la ciudad Lacusta, tal y como defiende Gómez Moreno. Aunque existiesen
dos, no estarían muy distantes una de otra. Su moneda es igual que la de Asido,
bilingüe, y su cronología es del siglo II y principios del I a. C. Se han distinguido dos
series en constante reducción hasta el sistema semiuncial. En el anverso llevan una
cabeza de Melkart con piel de león y clava al hombro y cabeza femenina con la leyenda
Lascuto. En el reverso un altar escalonado con palmas o espiga, o bien elefante, o bien
jabalí.
- Bailo (19): El nombre latino es Bairo, Estrabón la denomina Velonia.
Plinio y Pomponio la denominan Baelo, y Ptolomeo Bailon, y el itinerario de Antonino
que la llama Baelo Claudia. Se encuentra en Torre de Bolonia, en la provincia de Cádiz,
y esto ha quedado confirmado por los trabajos de excavación y la circulación monetaria
que acreditan los hallazgos. Hay restos importantes en la zona y hay restos de un
anfiteatro e infraestructuras o instalaciones para la salazón del pescado y el garum. A
principios del siglo VI son construidas y se construyen sobre ellas. Fue construida por
aquellos que se encargarían también de la fabricación de moneda. La industria del
salazón y el garum fue una de las actividades más importantes por las que se dio fama.
Las estelas funerarias de Baelo ofrece una serie de gentilicios africanos que
corresponden a cuadrillas volantes de pescadores, sobre todo del atún, y que por su
profesionalidad y experiencia eran requeridos a ambos lados del estrecho. Nada
sabemos de la ciudad hasta el año 81 a. C. en que Sertorio después de derrotar al
protetor Cotta desembarca en Bailo para unirse a los lusitanos que le esperaban. En el
año 44 Baelo es conquistada por Sexto Pompelo tras la muerte de César. Esto viene del
reconocimiento de la ciudad como municipio en tiempos del emperador Claudio en la
pacificación de Mauritania. Acuña bronces esta ciudad primero con leyendas bilingües y
luego sólo latinas. Y luego en el siglo I presentan un anverso, un toro parado, y la
cabeza de Melkart, y en los reversos espiga, atún o toro parado.
- Iptuci (19): Esta ciudad se localiza o se sitúa en Cabezo de Hortales,
cerca de la actual Prado del Rey (Cádiz), donde se han encontrado tumbas fenicias.
Según Plinio fue ciudad estipendiara del convento gaditano, constatada por el
denominado orde iptucitanorum, y por la tabula de hospitalidad entre Iptuci y otra
ciudad denominada Ucabi. Iptuci emite varias emisiones de cobre, la primera de ellas
con cabeza laureada de Baal (apelativo Hammon), divinidad astral púnica parecida al
21
Júpiter romano, en el reverso lleva un disco solar, para algunos no es un disco sino una
rueda dividida con 8 rayos y en cada uno de los sectores figura la leyenda libio-fenicia.
Otras emisiones cambian la efigie del anverso por la de Hércules con piel de león y
clava, y en el reverso figura con doce sectores.
- Oba (20): Esta fue una ciudad púnica situada entre los bástulos por
Ptolomeo. Se sitúa cerca de Jimena de la Frontera, en Cádiz, donde aparecen una serie
de inscripciones con el topónimo Obensis, y fue municipio ya en época de los flavios.
En su momento fue importante el control viario en el Guadalquivir. Las fuentes no
facilitan ningún dato, ni tampoco la arqueología, y sólo tenemos la precisa situación de
la ciudad que Ptolomeo sitúa entre los bástulos. Por las fuentes conocemos otras
ciudades con el nombre de Oba, que estaba situada en la región de Numidia. Esta ciudad
acuña pequeñas monedas de cobre, con cabeza femenina, con moño, y un palmito
delante en el anverso y un caballo, normalmente corriendo en los reversos. La
cronología posiblemente hay que situarla en el siglo I a. C.
- Tuririicina (20): Plinio cita una ciudad Regina, en el conventus
gaditanos, y Ptolomeo y el itinerario de Antonino sitúan en cambio una Regina a cien
millas al norte de Hispalis, y esta Regina, sería Reina, a 6 km de Badajoz. El hecho de
que casi todas las cecas con letreros libio-fenicios se sitúan en el interland de Cádiz, ha
llevado a que la mayoría de los autores piensen que es la Regina del convento gaditano,
y la sitúan hacia el suroeste de Arcos de la Frontera. Sin embargo, más recientemente
importantes numismáticos tienden a situarlas en Reina, cerca de Llerena, y para ello se
basan en el tipo de reverso, en las piezas emeritenses, y las reacuñaciones encontradas
en Hornachuelos. Y como la ciudad del llano sólo aporta restos imperiales, piensan que
pudo estar en lo alto del cerro que domina la ciudad romana de Regina. Esta emite tres
series de monedas, todas en bronce, con leyendas bilingües latinas y neopúnicas, se
fechan en el siglo II a. C. y llevan en el anverso cabeza femenina con casco y cimera, y
en el reverso la leyenda “Tuririicina” entre falcata y rodela, o escudo.
- Vesci (20): es una ciudad de localización desconocida, aunque la mayoría
de los autores, siguiendo lo que nos dicen Plinio y Ptolomeo la sitúan cerca de Málaga.
Sin embargo como sucede con Arsa y Tuririicina, más modernamente, se la trata de
situar en la provincia de Badajoz. Lo que sí es cierto es que las fuentes escritas no nos
proporcionan más datos de esta ciudad. El anverso lleva una cabeza masculina con
espiga, aunque algunos piensas que es femenina (Tanit), y en el reverso, un toro parado,
un árbol y la leyenda.
22
- Arsa (20): Fue una ciudad túrdulo-púnica situada en la provincia de
Badajoz y que pertenece a este ciclo de monedas. Se localizaría por los hallazgos
monetales en Villanueva de la Serena, sin embargo, Zobel la llevó a la provincia de
Cádiz, donde no existen testimonios de una ciudad de tal nombre. Sin embargo muchos
investigadores de prestigio, como Beltrán, siguieron la teoría de Zobel. Los datos
literarios epigráficos y los hallazgos monetales señalan su localización sólo en la
provincia de Badajoz, por lo que es buscado desde antiguo en Azuaga, o Zalamea de la
Serena. Últimamente se inclinan por su situación en Azuaga. Ciudad túrdula en relación
con las luchas de Viriato y Escipión. Y recibió el estatuto de municipio al final del
reinado de Claudio o comienzos del de Nerón. Y sus emisiones hay que ponerlas en
relación con las guerras sertorianas, y con los grandes glandes que han aparecido en
Azuaga. Su tipología es tosca con gran ojo de frente en el anverso, y en el reverso una
espiga o una palma.
- Olontigi (21): Al igual que muchas ciudades es una ciudad sin
localización segura. Desde la época de Rodrigo Caro se la ha buscado en los alrededores
de Aznalcázar, en Sevilla, pueblo situado en la orilla izquierda del Guadiamar, y situado
en una pequeña colina con restos de otras épocas. Con esta localización coincide Plinio
cuando dice que estaban las ciudades de Olontigi, la Helia, y Lastici, ciudad
desconocida. Este río era navegable. Por su parte, Mela, cuando describe la costa habla
de Olontigi, Onuba, y Laepia, lo que no parece compatible con lo dicho por Plinio. No
se sabe nada de esta ciudad salvo lo que declaran las fuentes al afirmar que estos
pueblos estaban habitados por libio-fenicios y que fueron traídos por Aníbal. Su moneda
en el anverso presenta una cabeza masculina con cabello rizado y en el reverso jinete en
carrera, delfín, piña o árbol y espiga.
VI. MONEDA CON LETREROS IBÉRICOS
Lámina de alfabeto griego e ibérico 22.
Se recoge en este grupo a las acuñaciones ibéricas que tienen en sus ases la
figura de un jinete con lanza, ramo, palma, ballesta u otras armas o utensilios, y que
proceden o procedían del cuadrante noreste de la península acuñadas por cecas limitadas
al norte, por los Pirineos y Sistema Cantábrico, hasta llegar a la frontera oriental de los
23
vacceos. Desde aquí se dirige hacia al sur por el oeste de Clunia, Segovia y Toledo,
hasta la cordillera oretana. De aquí a las fronteras del alto Guadiana y por el sur de
Segóbriga y de Játiba salía al Mediterráneo, justo debajo del cabo de la Nao,
coincidiendo con el limes tartessio. Esto es lo que se afirmaba hasta hace poco. Y estos
límites serían sobrepasados según indican otras investigaciones.
Estas acuñaciones ibéricas fueron de plata y de bronce. La plata se presenta en
pocas cecas, aunque luego va a abundar. Por su parte el bronce tiene una dispersión
limitada, sin perjuicio de que algunas monedas como la Celse o Secaisa se extiendan
por la península.
La moneda celta y la romana traen consecuencias bastante seguras para la
cronología, aunque faltan detalles. Las monedas ibéricas antiguas más conocidas son
dracmas de plata de tipos emporitanos, que según hallazgos en que aparecen con
denarios romanos o con monedas púnicas, hay que llevarlas hasta el año 250 a. C. Este
numerario desapareció desmonetizado por los romanos, y a él se refieren los textos que
hablan del argentum oscense, bien identificado por Gómez Moreno. Los romanos
protegieron las acuñaciones con leyendas ibéricas, cuyas monedas se van a ajustar al
sistema romano del bronce.
La moneda ibérica de bronce más antigua son de gran tamaño y pertenecen a
cecas catalanas y dentro de este mundo es curioso el caso de Secaisa, de su ceca, con
ases de peso decreciente hasta empequeñecerse extraordinariamente. Esta degeneración
del peso no es única de aquí, se da en cada ceca, dando una cronología local relativa.
Cuando en Tarragona se habían acuñado series de bronce, aparecieron denarios
y quinarios de plata, con un tipo especial en el reverso, llevando un jinete, con ramo al
hombro y que conduce con las riendas a otro caballo. En un tipo análogo apareció
Icalusque, y estas piezas no son anteriores al año 75 a. C. El resto de las acuñaciones de
plata hay que fecharlas a partir del año 133, fecha de la reorganización de la
administración romana, y estaba en su pleno auge hacia el año 100, según demuestran
los tesorillos encontrados en norte y centro que contienen denarios ibéricos y romanos.
Estas emisiones de plata van a continuar durante la guerra de Sertorio y posiblemente
durante la última época de este general, la escasez de plata obligó a fabricar denarios
forrados. Conocemos la fecha final de las emisiones ibéricas de bronce de Undica
24
(Ampurias), que se produjo en los años 45-44 en que César funda el Municipium
Emporiae. Esto no quiere decir que dicha fecha sea aplicada generalmente, sino que
servirá como término temporal para el final de las emisiones ibéricas.
Existen unas fechas que son preciso recordar:
- El año 219, año de destrucción de Sagunto.
- El año 197, año de limitación de las provincias de Hispania, y
reorganización de la Administración romana.
- El año 179, fecha de convenio de los íberos con Tiberio Sempronio
Draco. Denarios de Cese, Iltirda y Ausesce.
- El año 133, es el año de la toma de Numancia, y la fecha de emisión de
denarios romano e íberos.
- El 83, año de la muerte de Sertorio.
- Del 72-45, época de las moneda bilingües.
- El 45, año de la batalla de Munda, que indica el fin de las emisiones
ibéricas, lo cual no significa que todas dejaran de emitir en este año.
Las monedas del jinete ibérico contienen rótulos ibéricos solos o acompañados
de otros latinos, a veces equivalentes, en la mayoría de los casos geográficos, y en los
magistrados temporales. Cuando sólo hay una leyenda en el reverso es el nombre de la
ciudad o del pueblo al que pertenece. Leyendas combinadas con otras leyendas o siglas
que van en los anversos, que son indicadores étnicos o repeticiones abreviadas de las
leyendas que aparecen en los reversos. Hay también desinencias diversas puestas detrás
del nombre de la ciudad para indicar sus habitantes. (Puede ser el caso de
Segobrigensis.)
Por regla general los tipos de las monedas ibéricas son los siguientes: en el
anverso una cabeza varonil desnuda o bien laureada o diademada, excepcionalmente
con casco, imberbe o barbada, bien con el pelo crecido o con barba desarrollada. En
algún caso, pero nunca en la serie del jinete, la cabeza es femenina. En el reverso ya
hemos señalado el tipo del jinete (con lanza, ramo, falcata, …), es común para el
denario, quinario y as. El semis lleva un caballo suelto o un pegaso y el cuadrans, medio
caballo. En muchas ocasiones estos tipos generales son sustituidos por otros peculiares
25
de las diversas cecas y aparecen numerosos símbolos que figuran en anverso o reverso y
de significado no siempre claro. Por último las marcas de valor no suelen tenerla los
ases en los que actúa como tal el tipo, mientras que los otros divisores llevan las marcas
corrientes romanas.
Cecas ibéricas:
1. Arecoratas (lámina 23): Se trata de una ciudad de ubicación
desconocida aunque habitualmente se la relaciona con Agreda, entre Soria y Talazuela.
Delgado y Tovar atendiendo a su nombre, dice que pudo ser la antecesora de
Augustobriga (muro de Ágreda), aunque la dispersión de la moneda no apoya tal
identificación. Unterman dice que pudo estar en Argüedas que está en Navarra,
basándose en los hallazgos, y últimamente se ha propuesto como lugar de ubicación el
Castejón de Luzaga, en Guadalajara, hipótesis bastante difícil de justificar.
Su historia nos es desconocida, pero por su abundante plata, se puede suponer
que la ciudad tuvo que realizar un gran esfuerzo fiscal para la financiación de la guerra
contra la segunda revuelta celtibérica, y en especial para la rendición de Numancia. Es
una de las primeras cecas, y sus primeras emisiones se pueden fechar en el 170. Las más
abundantes emisiones de plata se producirían en la segunda mitad del siglo II y llegarían
a finales de ese siglo.
La moneda de esta ceca es muy abundante y la serie posee los valores de ases,
semises, cuadrantes y denarios. En los ases tenemos el jinete lancero y otras el jinete
con palma. Hay que señalar la aparición de un gallo en el semis. Las leyendas que
aparecen en estas monedas son las de Arecoratas o Arecoraticos. Según Navascués los
ases del jinete lancero son los últimos y habría que fecharlos durante la guerra
sertoriana. Los hallazgos de monedas de esta ceca se distribuyen en 8 zonas geográficas:
la primera es la zona norte y transpirenaica con los hallazgos de Lezarja y Barcus; la
segunda es la del valle del Ebro, con Borja, las Casetas y Zaragoza; tercera zona sería la
Meseta norte, Roa, Palenzuela y Burgo de Osma. La cordillera ibérica sería otra zona
con los hallazgos de Peroñiel, Numacia y Soria. La quinta sería con los hallazgos de
Cáceres el Viejo, Górgoles de arriba, en la meseta sur; la zona levantina con Lloret de
Mar y la zona de Sierra Morena con Azuel, Córdoba, Granada, etc.
1. Arse
26
Sagunto (Valencia)
Su mítica fundación por los griegos y su participación en la II Guerra Púnica
hacen que su nombre sea famoso en la historia antigua.
Con un largo periodo de acuñaciones, Arse fue la ceca más activa de su entorno. Sus
primeras emisiones (220-175 a.C.) son dracmas ibéricos y divisores de plata que imitan
a Massalia. En el último cuarto de s. II a.C., se acuñan emisiones ibéricas; durante todo
el s. I a.C. se emiten monedas bilingües con simbología mixta (romana e ibérica) y
convertida en Saguntum, finaliza con Tiberio (14-37 d.C.) las emisiones provinciales
romanas.
Con la dominación romana se emplea solo Ae, nunca emite denario ibérico o victoriato
romano, pero hay diferentes emisiones (ases, semis, cuadrantes, sextantes, etc.) y una
simbología variada (desde el toro antropomorfo de las dracmas, hasta las famosas
conchas -veneras-, delfines, proas de barco, bustos galeados de Roma, etc.).
Siglos después, Sagunto volvería a emitir moneda en tiempos visigodos (586-710).
2. Bilbilis
Valdeherrera
Calatayud (Zaragoza)
Ubicada en la zona llamada Valdeherrera, a escasos Km. al SE de la actual
ciudad de Calatayud, con los romanos se trasladaría hacia el NO, ocupando el cerro de
Bámbola, un paraje montañoso rodeado por las aguas del río Jalón.
A partir de mediados del siglo II a.C., acuña unidades y mitades de metrología y
tipología celtibérica (cabeza masculina con torques y delfín y jinete lancero o caballo
galopando).
Obtuvo bajo el reinado de Augusto el título de "Municipium Augusta Bilbilis" y
27
reanudó sus emisiones monetarias hasta que cesaron en tiempos de Calígula. Ver más
información sobre Bilbilis
3. Sekobirikes
El emplazamiento de esta ceca es dudoso. Tradicionalmente ubicada en un
asentamiento indígena previo a Segobriga, sito en Cabeza de Griego, Saelices (Cuenca),
actualmente se cree que fuera una ceca itinerante de Sertorio, o más probablemente, que
estuviera situada en el sector formado por el alto Duero y el Pisuerga (Pinilla de
Trasmonte / Burgos), ya que debido a su apoyo a Sertorio, la ciudad debió ser trasladada
a la Carpetania.
En el último tercio del siglo II a.C. emitió denarios y Ae (unidades y mitades) de
metrología celtibérica con cabeza masculina y jinete lancero. Durante el siglo I a.C. y en
época post-sertoriana tiene una emisión de ases con leyenda latina y convertida en
Municipium SEGOBRIGA continuó sus acuñaciones hasta tiempos de Calígula.
4. Bolskan Huesca
Ubicada en la actual ciudad de Huesca, fue la ceca que acuñó el mayor volumen
de monedas de toda Hispania durante los siglos II y I a.C., destacando una producción
muy elevada con motivo de las guerras sertorianas, durante el periodo 79-72.d.C., ya
que Sertorio, estableció su capital en esta ciudad.
Comenzó su emisiones de denarios, unidades, mitades y cuartos a principios de la
segunda mitad del siglo II a.C. y mantuvo sus tipos característicos (cabeza masculina
con torques y jinete lancero, pegasos o caballos galopando) y sus caracteres ibéricos
hasta finales del siglo I a.C.
Convertido en el romano "Municipium Urbs Victrix Osca", continuó sus emisiones con
leyendas latinas, hasta tiempos de Calígula.
28
Ceca de Caracolicos (24): denominada también Calagurris, está situada en la
actual Calahorra en la provincia de Logroño, confirmación dada por el itinerario de
Antonino y allí se han encontrado restos desde el Neolítico, lo que prueba la
continuidad de este hábitat, situada en alto en la confluencia de los ríos Siriacos y
Heleo. Se ha podido reconocer la existencia de un circo extramuros, así como restos del
anfiteatro de la ciudad, hay numerosos restos de acueductos y de un puente sobre el río
Cegatos. La ciudad ocupaba un importante número de comunicaciones en la vía
cesaroagusta. Tito Livio dice que era ciudad celtíbera mientras que Ptolomeo la incluye
entre los vascones. Esta ciudad fue sitiada y sometida en el 187 por Iulius Manglio, con
motivo de la primera guerra celtibérica (primer levantamiento), y desde este momento
no se vuelve a hablar hasta bien entrado el siglo I. Calagurris fue una de las ciudades
más fieles a Sertorio pero tras su muerte, Pompenio encargó la rendición de la ciudad.
Tras un largo asedio la ciudad quedó destruida, fue incendiada, y sus habitantes pasados
a cuchillo. A partir del año 70 la ciudad comienza a ser reconstruida, ya que en este año
se aprueba una amnistía, con la lex Plautia, para los seguidores de Sertorio, ley
defendida en el Senado por Julio César que le da el nuevo nombre a la ciudad de
Calagurris Iulia Nasica. Por su parte Octavio escogió a su guardia personal entre los
calagurritanos, a los que licenció con honores después de Actio. Según Plinio era ciudad
estipendiaria desde Agripa y municipio ya con anterioridad. La función de esta ceca fue
posiblemente el abastecimiento de moneda al ejército como ceca auxiliar de Lugdunum.
No emite más que ases con el jinete lancero y semises con el caballo corriendo, mientras
que en el anverso hay cabeza tradicional con delfín en el semis y media estrella en el as.
Todos pertenecen al sistema semiuncial, por lo que se fechan después del año 89. Están
separadas de las imperiales con el tiempo de destrucción de la ceca. Hay que decir
también que las acuñaciones de esta ceca no son muy abundantes como prueba la
escasez de monedas en museos y hallazgos.
Ceca de Celsa (25): esta ceca se encontraba en Velilla del Ebro, en Zaragoza,
aunque se la ha venido identificando con la actual Celsa, un pueblo también cercano a
Velilla. Sin embargo, la ausencia de restos ha mantenido la idea primera. Ptolomeo
decía que era una ciudad ilerqueta, primitivo punto de apoyo en su expansión por el
valle del Ebro y más tarde por Celtiberia. Con motivo del segundo gobierno de Lépido,
como procónsul de Citerior, la ciudad se constituye en colonia, con el nombre de
29
Colonia Victrix Iulia Lepida. Aunque a partir del año 36 a. C. en que Lépido cae, la
ciudad pasará a denominarse Colonia Victrix Iulia Celsia Augusta. Es una ciudad con
poca emisión de plata pero abundante de bronce, tiene ases con jinete y palma, y
semises y cuadrantes, con pegaso volando, caballo corriendo o medio caballo. Desde el
punto de vista metrológico se distinguen dos series, la primera la uncial, y otra
semiuncial posterior al 89. Después de la muerte de Sertorio comienza una emisión de
monedas bilingües que llegarán hasta el año 92 a. C.
Ceca de Cesse (26): Se situaba en la actual Tarragona y ocupaba la parte alta de
una gran roca, junto a la desembocadura del río Francoli, de superficie pequeña, propia
de las ciudades de esta zona. La ciudad imperial romana, Tarraco, fue extendiéndose
hacia el sur, quedando la acrópolis sobre lo ibérico. Sus monumentos son
extraordinarios. Hay todavía interesante debate sobre el origen de Tarraco, ya que
algunos defienden su origen ibérico, mientras que otros investigadores defienden su
procedencia latina. Estaba distinguida con muros ciclópeos con gran debate. Schutte
consideró la muralla obra etrusca fechándola en el siglo VI a. C. Pero más
recientemente Serra Vilaró aprobó de modo definitivo que es obra ibérica, terminada en
el 218. Ariadna de Cartago en la II Guerra Púnica fue conquistada por Cneo Escipión
que hace de esta ciudad una base naval para el apoyo de su flota. Sabemos por Estrabón
también que Cesse fue de los últimos reductos de Sertorio, pero que tras su muerte, se
adhirió al partido de César. De ahí que se le concediese el estatuto de colonia victrix.
Con la reforma territorial de las provincias hispanas, Tarraco fue capital de la provincia
Hispania Citerior y recibió el nuevo nombre de Colonia Victrix Triunpharis Tarraco.
Por todo ello esta ciudad, Tarraco, se convirtió en gran ciudad y se distinguió por su
comercio de exportación de tejidos de colores y de aceite. Marcial y Plinio alaban sus
vinos, y se sabe de la existencia de colectivos de comerciantes orientales, que
manejaban todo el complejo mundo del comercio marítimo. Va a ser la ceca que acuña
la escala de valores más completa dentro de las monedas iberoromanas. Vives señala 33
emisiones, con el nombre de Cesse, y otras tres, y dentro de ellas hay denarios,
quinarios y ases, en cuyos reversos aparece un jinete con palma, en los subdivisores,
que se emiten todos, hay caballo corriendo, caballo olfateando a toro, delfín, medio
caballo,… y los anversos típica cabeza con barba o sin ella. Al igual que otras cecas sus
primeras emisiones se basan en el sistema uncial y las siguientes al año 89 son del
semiuncial, y estas enlazan con las acuñaciones hispanorromanas del año 14 a. C. La
30
difusión de sus monedas es por Cataluña, Baleares, zona levantina, y hallazgos sueltos
como Clunia, Cáceres el Viejo o Córdoba.
Ceca Colouniocu (27): La ciudad romanizada denominada Clunia, estaba cerca
de la actual Coruña del Conde (Burgos), mietras que el hallazgo celtibérico, estaba en
Peñalba de Castro, la primera ciudad está sin excavar, y Clunia llegó a ser en el Imperio
uno de los más grandes de Hispania, con más de 80.000 habitantes. Se conserva el
teatro excavado en la roca y hay edificios de planta señorial, siguiendo modelos clásicos
e itálicos. Se conoce la ubicación del foro y las calles tenían drenajes de agua. Se han
descubierto dos termas públicas comparables a la de Roma, y numerosos camaceos
confirma que existió una industria local de estas cecas. La ciudad estaba en el itinerario
de Caesaraugusta, a Austobriga, y era el encuentro del ramal que unía esta vía con el
norte del Pisuerga. Era una ciudad arébata, perteneciente a la Celtiberia. La primera
noticia histórica se refiere a Tito Livio, con el asedio de la ciudad, y llegó a ser capital
del convento jurídico cluniense de la provincia citerior. Galva, legado de la
Tarraconense, formó una legión, la denominada Legio VII Galviana, que se transformó
en la séptima gémina, y allí fue aclamado emperador iniciando su marcha a Roma.
Desde este momente se llamó Clunia sulpicia. Esta ciudad emitió denario con cabeza
desnuda, y el jinete lancero en el reverso. Sus acuñaciones son posteriores al año 133 y
hasta el 72 duran, año de la muerte de Sertorio.
Ceca de Ercavica (28): Se asienta en el castro de Santaver, que se encuentra en
el término municipal al norte de la provincia de Cuenca. Se conoce la asistencia al III
Concilio de Toledo, del obispo arcabicense, lo que nos indica su importancia como
ciudad. Sabemos que la campaña realizada por Tiberio Sempronio recibió la rendición
de Ercavica, y Plinio sitúa la ciudad en el Convento Cesaraugustano, dato confirmado
por una inscripción en Tarragona y el mismo Plinio dice que sus habitantes estaban con
el Derecho latino. Ercavica sólo emite ases con la típica cabeza, detrás de ella un arado,
y después las letras Er, con o sin delfín. Y en el reverso el típico jinete lancero.
Ceca de Ilerda o Iltirda (): Se encontraba en Lérida, en un montículo que baña
el actual río Segre. El lugar es óptimo por la fertilidad de las llanuras de este montículo.
Aunque existía una vía romana que de Tarraco iba por Ilerda e iba a Pomperdo. No se
puede decir que fuera un centro importante de comunicaciones, pero curiosamente la
ciudad fue numerosas veces ocupada y destruida. Hay vestigios en este centro de
31
población ibérica y romana, y aunque la moneda de Ilerda es una de las de más amplia
difusión por la Península, cabe destacar el hallazgo de denarios (170) con la leyenda
ibérica ILTIRTASALIRBAM. Se sabe por otra parte que la ciudad fue destruida por
una invasión de bárbaros en el siglo III d. C. Esta ciudad como ciudad importante de los
ilerquetes, estuvo unida a los avatares de este pueblo. Fueron muy culturizados en lo
ibérico. A finales del siglo III d. C. parece que estaban centrados en el valle del Ebro, y
más tarde se extendía hasta el Pirineo y Plinio los hace llegar hasta el Mediterráneo,
entre Tarraco y Barcino. La primera aparición es con ocasión de la marcha de Aníbal
contra Roma, en el 219, siendo dominados por este. Luego aparecen como aliados de
los cartagineses. Posteriormente la llegada de Publio Cornelio Escipión, hace que se
pasen al bando romano. Ilerda vuelve a ser mencionada con motivo de las guerras
sertorianas, pasando a la órbita de este general. Posteriormente pactó su entrega a
Pompeyo, y en tiempos de Augusto la ciudad usa en las monedas, el título de
Municipium Ilerda. Las primeras acuñaciones se basan en el sistema griego, por lo que
tras el siglo III, vienen las dracmas ibéricas ilerdenses, de imitación emporitano, donde
aparece el lobo, que se convertirá en animal totémico de la ciudad. También hay
denarios con la inscripción antes dicha, con jinete ibérico. Según Mateo y Llopis es
tópica y valorativa, y significa plata ilerdense. La emisión de estos denarios debió de ser
coetánea a las piezas de bronce, basadas en el sistema uncial, que va con as con jinete y
palma, hasta el sextante con caballo corriendo. Todas estas piezas tienen la leyenda de
Iltirda (serie uncial) y esta es seguida por otra semiuncial con denarios y quinarios con
el jinete llevando una palma y la representación ya dicha de la loba. La difusión de esta
ceca es amplia. Se extiende por los Pirineos, Cataluña, Baleares, Sistema ibérico, Sierra
Morena, y cuatro hallazgos en el campamento de Cáceres el viejo.
Ceca de Ilduro (29): Esta ceca se localiza en Cabrera del Mar, desde donde se
trasladó a posterior asentamiento en Mataró (Barcelona). El hallazgo de una lápida
sepulcral fue determinante para la localización de la ciudad, que decían que era una
ciudad costera. Por su situación geográfica pertenecería a la tribu de los layetanos, y
según Plinio era Municipium civum romanorum ya de antiguo. En las emisiones de esta
ceca hay ases con jinete lancero, semises con caballo corriendo, cuadrantes con caballo,
o dos delfines contrapuestos, y sextantes con delfín. La difusión abarca el litoral
catalano-levantino, sin mucha introducción en el interior. Llevan como símbolo una
oreja, posiblemente alusiva a una divinidad que escucha, Epekoi.
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Ceca de Lauro (24): es una ciudad citada por Apiano, Plutarco y Frontino, y
todos ellos se refieren a una misma ciudad donde Sertorio tendió una emboscada a
Pompeyo. Con el nombre de Lauro hay una emisión monetaria similar a las de Arse y
también similar a la de Saitiri. Este hecho, unido al parecido con el nombre de Liria, ha
hecho que algunos autores identifican Lauro con Liria. Sin embargo, otras emisiones
tienen más parecido con las emitidas por las de la costa al norte del Ebro, y todas llevan
jinete portando palma. Por otra parte Villalonga ha llamado la atención sobre los
hallazgos que muy mayoritariamente tienen lugar en zona catalana y reclaman la
ubicación de Lauro al norte del Ebro. La situación precisa actualmente es desconocida,
aunque por razones de homofonía, se piensa en la localidad de Llerona, al oriente de la
comarca del Vallés. Esta ciudad sólo acuñó bronces, entre ellos, ases con palma, clava o
cetro, semises y cuadrantes, con caballo y medio caballo, y, por el peso, sabemos que
una moneda sigue en el sistema uncial y otro semiuncial, lo que indica extensión
cronológica considerable para estas emisiones.
Ceca de Saiti o Saitabi (30): Esta ciudad se encontraba en la actual Játiva en la
provincia de Valencia. Y la nombra Estrabón para hablar de la vía que iba de Tarragona,
Tortosa, y hacia el sur. La ciudad no es mencionada por las fuentes, en los largos
acontecimientos militares, para el dominio de la península. Su historia particular tiene
que ir en paralelo con los de Cartago Nova. Los hallazgos arqueológicos de la zona
hablan de esculturas y cerámicas, y por Silo Itálico sabemos que eran afamadas las
manufacturas de vino, y por Plinio que era uno de los principales centros de producción
de lino de la zona. Sus habitantes pertenecían al convento jurídico cartaginense. Acuñó
moneda con Sagunto, y de esta época son las didracmas que llevan la leyenda
SAITAIBIETA. La metrología sigue el peso y el arte de la moneda, con ases unciales,
con jinete en el reverso, luego ases semiunciales con jinete con palma, después con
lanza, cambio con motivo de las guerras sertorianas. Y dentro de esa última serie, hay
que incluir subdivisores, semis, cuadrantes y sextantes, y sus monedas se extienden casi
exclusivamente por toda la costa mediterránea y Baleares.
Ceca de Secaisa (falta): Se encuentra situada en una colina, con restos
arqueológicos, cerca de la localidad de Belmonte de Calatayud. En el yacimiento de
Durón de Belmonte, se han encontrado monedas de Secaisa, por lo que no se duda en
identificarla con la ciudad. Modernamente se han extendido las prospecciones, y parece
afirmarse que la antigua ceca se encontraba en Poyo de Mara, y en el año 154, se amplió
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hacia Durón. De momento se han hecho prospecciones ligeras, que han permitido datar
las prospecciones en el siglo II, antes de las guerras celtiberas. Era una ciudad grande y
poderosa, Estrabón dice que arévaca. Estos velos se situaban en el valle del Jalón, y son
citados en las fuentes con otros pueblos, llamados titos, de la zona de Bélgica, que
llegarían a España en el siglo VII a. C. Sumisión de ellos por Publio Sempronio Graco,
en el 179 a. C. Se sabe que sometió a 130 ciudades y pactó con ellas dándole leyes cuyo
cumplimiento los mantendría en amistad con Roma. Sobre todo, les prohibió levantar
nuevas obras defensivas y les obligó a cooperar con soldados a las legiones. En el 154
Secaisa decidió ampliar su recinto, y tras negarse a interrumpir las obras, el Senado
consideró rotos los pactos y les declaró la guerra a él y sus aliados. Roma envió al
cónsul Novilior con 4 legiones, y en cuanto se acercó a ellos, el pueblo entero abandonó
la ciudad, y se fueron a pedir auxilio a la ciudad arévaca de Numancia. Esto se mantiene
hasta el año 51 cuando se establece la paz. Nada se sabe hasta pasado el primer cuarto
del siglo I, durante la guerra de Sertorio y Pompeyo, y su cercanía a Bilbilis como su
apoyo a Sertorio, provocaría su desaparición. La primera emisión corresponde al
sistema uncial, y se han encontrado ases de Secaisa de gran módulo en el campamento
de Relievas, cerca de Numancia. Las piezas de estas primeras acuñaciones son ases con
cabeza varonil, imberbe o barbuda y el jinete con cetro y águila delante del caballo. Hay
una segunda serie también uncial, formada por ases, semises y cuadrantes, con una
tipología diferente. Por ejemplo los ases llevan cabeza varonil y delfín en el anverso, y
jinete con palma en el reverso. Tiene monedas basadas en el sistema semiuncial con
ases con jinete lancero en el reverso y cabeza con dos delfines en el anverso. La moneda
de Secaisa hay que decir que se encontraron 15 ases en el campamento de Cáceres el
Viejo.
Ceca de Titiacos (Titia) (31): Se trata de una ciudad de localización
desconocida, aunque atendiendo al nombre se hacen distintas propuestas. Por ejemplo,
Utermann dice que pertenecía a los verones y la sitúa en Aldea de Tricio, junto a Santo
Domingo de la Calzada, en la Rioja. Tovar por su parte la sitúa junto al río Deva, en
territorio bárdulo, Delgado y Martín Bash la sitúan en Atienza, en Guadalajara.
Collantes la sitúa en Nájera, perteneciente a los verones, y Plinio, la incluye entre los
autrigones, y no dato alguno más. En Titiaco se emiten ases con sus semises y
cuadrantes, en los anversos hay cabeza desnuda, con TIS en ibérico y en el reverso, los
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ases tienen el jinete lancero y los divisores y subdivisores con caballo corriendo,…
también se han encontrado en Cáceres el Viejo.
Ceca de Turiaso (31) Se localiza en Tarazona al oeste de la provincia de
Zaragoza, en Oruña, donde se han localizado restos de la época de dominación romana.
Parece que la ciudad fue destruida por el fuego en el s. II a. C. Por su situación
geográfico debió de pertenecer a los lusones, aunque Ptolomeo dice que era celtibérica.
Estos eran un pueblo colindante con los vascones por el norte y este, y arévalos por el
oeste, y por el sur los velos. Posiblemente estuvo inmersa en las revueltas de estas
zonas, sofocadas por Graco, y la última vez que son citados los lusones es en el año
143, cuando Metelo les conquista. Plinio destaca el temple que tenían con el hierro.
Además era civium romanorum. Era uno de los talleres más importantes y figuran
denarios, quinarios, denarios, ases y semises, cuya tipología la podemos resumir
diciendo que aparece esa cabeza barbada o desnuda y en muchas de ellas las letras
CACA, o Casto, en la leyenda. Reversos con jinete lancero, en denarios y ases, el jinete
con palma en los quinarios, y el pegaso en los semises. La difusión monetaria es
parecida a la de Osca, y como dato curioso hay que destacar la desproporción de los
hallazgos en lo que se refiere a la plata y el bronce.
Ceca de Tanusia (falta): Todos los especialistas están de acuerdo en situarla en
Botija en Extremadura, aunque se situó en territorio de los velos, en el Jalón. Río
Tamujar, y la existencia del castro confirma su ubicación. Se trata de una ciudad no
citada en las fuentes y que conocemos en sus monedas. Y esto se debe al pago de tropas
enviadas para sofocar las sublevaciones lusitanas, desde el 115 al 92 a. C. Tiene una
sola emisión de bronce con cabeza con dos delfines en el anverso y en el reverso jinete
lancero. (TAMUSIENSIS).
Ceca de Undicese (27): Esta se localiza en Ampurias, posiblemente bajo la
ciudad romana, se la identifica con Indica, capital de los indigetes, que formaba colonia.
César constituyó un municipio de colonos romanos, a los que se agregó los indígenas y
griegos, y aparecen en las monedas el nombre de EMPORIO, hasta hace poco en
ibérico, tras la batalla de Munda. Es quizá la que tenga más personalidad de las
acuñaciones ibéricas, por su longevidad, y por su tipología y personalidad, que le
diferencia de las demás. Hay dos series, una uncial y otras semiuncial. Se acuñaron ases,
semises y otros divisores y llevan cabeza femenina con casco y cimera en el anverso, y
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los ases llevan el pegaso, los semises, toros, el cuadrante un león corriendo, el sextante
un caballo al galope, y piezas menores gallo, cabeza de caballo o jabalí. Toda la costa
mediterránea está en la zona de expansión, y también aparecen en Cáceres el Viejo.