Post on 14-Jun-2015
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Universidad Central Paloma BoteroFacultad de Comunicación Lynn CastañoRazón Sensible Diana Cruz Lola Muñoz Lorena Rodríguez
Michel Maffesoli en el segundo capítulo de su libro Elogio de la Razón Sensible
nos plantea la modernidad como un programa cultural, social, económico y político
impulsado y patrocinado por la burguesía, quien estableció el racionalismo como una
doctrina de carácter dogmatico, sustentada en el dinero, una doctrina incapaz de
comprender al hombre en todo el despliegue de su talento creativo, en toda su razón
social, en toda su pluridimensionalidad.
El racionalismo surge en el escenario de innovación científica, se impone,
organiza todo cuanto quiere y supone que todo debe estar encasillado, debe encajar
dentro de un molde establecido (a priori) desde la razón, así la naturaleza del objeto sea
de carácter irracional. Es entonces como se convierte en un obstáculo para comprender
la vida en su totalidad dado que es incapaz de entender las diversas variantes y
situaciones que componen el entorno vital. Por su parte su capacidad de abtracción es
absolutamente miope e incapaz de comprender a profundidad todos los pormenores de
los fenómenos sociales, de la vida cotidiana, de la realidad psicosocial, en una sociedad
diversa.
En la fabricación de este hombre perfecto, racional, medible, calculable creó a la
bestia, “Quien quiere hacer al ángel hace a la bestia”1 fue víctima de su propio invento
creando a un hombre- máquina, deshumanizado, olvidado de su entorno, lejano,
esquivo, asustadizo que huía a esconderse de su monstruosidad, de su capacidad para
destruir, en la barbarie de su naturaleza, en la negación de su ser. Fue así como el
programa más ambicioso de la historia occidental cayó ante nuestros ojos, ante nuestras
miradas perplejas.
Las razones divididas según Maffesoli llevan al caos total ya que las dos deben
estar en igualdad de condiciones porque son igualmente importantes, es en ese sentido
que deberían liderar las dos, sin discriminación, sin embargo nos encontramos en un
1 Maffesoli, Michel, Elogio de la razón sensible, Ediciones paidós ibérica S.A, Impreso en España, 1997, pág. 35
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mundo aún demasiado moderno y en consecuencia racional en un afán desbocado por
darle nombre a todo, por darle orden y corregir lo que aparentemente está errado, sin
dejar lugar a la duda, a la creatividad, al sentir propio del ser humana, a la naturalidad
de las cosas y manifestarlas sin conceptualizarlas. No todo tiene una utilidad, ni debe
tener un valor o uso .
Es en la caída de la modernidad y con ella el imperio de la razón cuando
empieza a edificarse la posmodernidad como un nuevo comienzo ante la decadencia
mundial. La posmodernidad se plantea desde la premisa de que no hay verdades fijas o
absolutas, desde el reconocimiento de la irracionalidad como un componente importante
y sobre todo desde la necesidad de desmitificar la razón como el centro del pensamiento
occidental. Entonces se encuentran la razón y la irracionalidad a través de la
coincidencia opositoria, la cual, hace posible que los opuestos puedan unirse, que la
razón y la pasión ya no pertenezcan a mundos separados, extraños e incluso sórdidos,
dando así como resultado el nacimiento de la postmodernidad en el marco de un hombre
que se encuentra en concordancia con sí mismo y con el universo.
Es este hombre pluridimensional, multicultural quien protagoniza el capítulo de
la posmodernidad. Un hombre desprovisto de caminos trazados o ideas fijas e
inalterables, un hombre concentrado en la búsqueda de un pensamiento trascendente
capaz de superar el racionalismo moderno y aventurarse en nuevas exploraciones de su
humanidad. Un hombre capaz de aceptarse a sí mismo como un ser pasional y además
entender la barbarie como un elemento del conjunto en vez de negarla y ocultarla
entrando nuevamente en un sinsentido.
La posmodernidad nos hace una invitación a reorientar nuestro pensamiento en
la búsqueda de comprender un mundo cambiante y complejo en el que han muerto las
certidumbres y es necesario construirlo desde la interdependencia, la interacción, los
procesos de mestizaje y la interculturalidad.