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VOLUMEN XI e NUMERO 6
MEXICO, FEBRERO DE 1957
E J E M P LAR : $ 1.00
TORRE MARFIL
PUBLICADA
LAPOR LA UNIVERSIDAD NACIONAL
DEAUTONOMA DE MEXICO
Acuarela de Remedios Varo (especial para UNIVERSIDAD DE MÉXICO)
SUMARIO: La Torre de Marfil, por E. M. Forster • La feria de los días e ¡lben Jaldú,,!y la poesía, por Max AlIb o Canto XLV, por Ezra Pound e El caso E::ra POttrld,. por JoseCoronel Urtecho e V" 011110 enferma, por Tomás Segovia e Eslrztctllra de la SOCiedad Itazliana, por Bonaparte e ¿ Hubo anceslros del f¡olllb,'e hace 15 lIIillones de mios!', por J';tan Comas e Cátedras de economía, por J. Reyes Heroles e La ense,ian::a del a'rle dramatlco mM éxico en los últilllos cinCltenta mios, por J. Jiménez Rueda e fI istOl'ia doculllenlal de mis ftbros, por Alfonso Reyes e Carta de lnglatena, por Irene Nicholson • Paralelas. que se acercan, por Eli de Gortari e El cine, por Antonio Montaña e El leall'o, por ~ra!1CISCO Monte~de e Libros, por A. Boni faz Nuño, Homero Garza y HlIgo Padilla e DIbUJOS de Andree
Burg y Juan Soriano.
Por E. M. FORSTER
El ensayo presente, inéd'ito en espaFiol, fue publicadopor la revista TheAtlantic, en elnúmero correspondiente aenero de 1939, A pesar de s•• situaciónen Ul1a época que 110
es la actual. Universidad de México ha
decidido reproducirlo en esta entrega envista de la indiscutible oportunidad de sutema cmtml y de sus consideraciones másimportalltes,
LA EXPRESIÓN "La Torre de Marfil"fue usada originalmente, con unsignificado literario, por Sainte
Beuve. al examinar la obra de su contempo,ráneo y amigo Alfredo de Vigny.De Vlgny había llevado una vida de actividad, pero se mostl-aba huraño y aburrido, más bien desdeñoso, inclinado almisticismo. y cuando comenzó a escribir tendió a separarse de las prisas, estrépitos, con fusiones y pequeñeces delmundo, y a contemplar la acción desdelas alturas como un dios, o desde el interior de una forta leza en la cual permanecía indemne. Para caracterizar estatendencia, Sain.te-Beu ve tomó prestadade la religión, la frase la tour d'ivoire.torre en que el poeta se con fillaría avantmidi, antes de Cjue el calor y la fatigadel combate se hubieren agravado. La)frase había sido empleada por espaciode siglos como un símbolo de la VirgenMaría; aparece en el Cantar de Salomón. Pero fue Sainte-Beuve quien primero la aplicó a la literatura.
Ha cobrado nueva .vigencia en los últimos tiempos, en un sentido peyorativo.como sinónimo de 'escapislllo". 'Escapismo", igual que la mayoría de las palabrasCjue terminan en ismo, es una voz abusiva, y prejuzga la materia cuya definiciónintenta. Mucho habría que decir en favor de' una fuga del mundo. cuando elmundo que uno evade es el actual. Sipues hemos de discutir el problema de~
apasioriadamente, 'La Torre de Madi]"en la acepción que le da Sainte-Beuve,parece; por neutro, un rótulo mejoL ¿ Esposible' una Torre de Marfil? Y si es posible ¿ nos cumple fortificarla y apoyarla, o debemos tratar de derribarla? O para plantear el problema en otros términos; ¿ Pueden los libros constituir un escape de la vida? N si pueden, ¿ deben sertal? ¿ Escapan los escritores (todos o algunos) de la vida al escribir? ¿ Escapanjos le¿tores (todo~ o algunos), al leer?Cuando hablamos así de la 'vida', ¿ quésigni ficado con ferimos a esta manida palabra? El tema toca la filosofía y la política, pero su renglón fundamental es Ji-
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discípulos que han elaborado en contrade ella algunos argumentos notorios. Como quiera, Marx ilustra mi tesis de queesa torré es parte de todo partrimoniohumano, de que aparece en los paisajesmás insospechados, y de que negar suexistencia denuncia una mala psicología,
Un cuarto ejemplo es el de Milton.Milton comprendería nuestro problema;su vida nos 10 aclara perfectamente. Principió- aislándose: era un pensador, unintelectual de Cambridge que se sabíapoeta y que planeaba concienzudamentesu carrera estética. Il Penseroso es unmanifiesto de aquella temprana fe; invoca la amable tristeza que, con maticespeculiares, no se deja contaminar de laamargura ni del temor; y hace votQ? _-:a la edad de 25 años - por una vejez quesea algo así como la conquista del donde profecía. La sabiduría ha de llegaral poeta a [raves del apartamiento, ydentro de la propia Torre de Marfil:
Just 01' injust ali!?e seem miserableFo,' off alike both come to evil end 3
Allí, el joven John será dichoso y sabio.y sus condescendencias con la actividadhumana, cuando las tiene, no son másqu0 asomadas a un baile de aldéa; lascomplicaciones y las crueldades de la vidanunca hacen presa en él, y tampoco lapobreza ni la enfermedad.
These plcasurcs, melancholy, giveond 1 with thee will choose to live 2
01' let 1ny lamp, at midnight hourBe seen in some high lonely towerWhere 1 'may oft outwatch the BearT;f/ith thrice great H ermes, 01' ~r!,fp.here
The spirit of Plato, .. J
I~se e!' el Milton del primer período; pero entonces --cuando está a punto de terminar su educación en Italia (una etapanecesaria, pues II Penseroso es mal ita¡jano)- estallan las guerras civiles y susproyectos se desgajan. Se ve forzado atomar partido, lo mismo que los intelectuales del l11undo contemporáneo; le espreciso ba,iar de su torre y alistarse enservicio del co1H11wn'wealth, y escribir ronsu l11ano izquierda por espacio de casi20 años. lino hubiera esperado que estose"ria su fin, pero hay aún una tercerafase que lo convierte en un valioso modelo: Milton regresa a la Torre y escribe en ella E! paraíso y Sansón. Su partido -ha sido derrotado, pero el siglo XVII,
a diferencia del xx. no exterminaba a losintelectuales que hubieran militado poruna causa vencida, y a Milton se le permi te consumar sus planes poéticos. Sabemos cómo llevó a cabo estos planes, ycómo, una vez más, ayudado en esta ocasión por su ceguera, se retrajo del mundo. Pero, ¿ y la melancolía?; ¿ qué ha sidode ella entretanto? Ya no es la portadoraele placeres, sino una de las furias; hermana del temor y del remordimiento, preside el lazareto y el castigo de los díasde disolución:
Esta era la "conquista del don ele profecía" que Milton se prometía a la edad eleveinticinco años, y que ya resulta una torre pavorosa para ser encerrado en ella:el latón sustituye al marfil; aun así, elloevoca su arquitectura juvenil, y por esonos es interesante. Nos sugiere que hayquienes naturalmente prefieren la soledada la multitud, y vuelven a la primera en
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de plata, y se sienta a leer acerca de loshéroes y las virtudes de antaño. LlámaseMaquiavelo. Maquiavelo también teníauna Torre de Marfil, aunque ésta era elaspecto de sn patrimonio tlue menos leimportaba; daba en retirarse a ella sólodespués de haberse aprovechado de sussemejantes.
Un tercer ejemplo. Hace sesenta añosvivía un Rran revolucionario que hizo másque ningún otro para sublevar a los hombres contra la estructura social imperante. Toda su vida estuvo consagrada a talempresa: trabajó para .la colectividad y através de la colectividad. Sin embargo, nologró abstenerse de escribir ocasionalmente un poema, un poema lírico. Jamásse hizo ilusiones sobre los méritos de suspoemas, a pesar de lo cual ,afirma: "Losmejores de entre ellos me hicieron ver loque es la poesía: un inabordable palacio delas hadás, a cuya vista mis propias creaciones quedaban reducidas a polvo." Elnombre de este nostálgico poeta es KarlMarx. Para Marx la Torre de Marfilcarecía de importancia y le sorprenderíasaber que le atribuimos una. La rechazaría como una lamentable debilidadburguesa, de la misma manera que sus
Toda correspondencia debe dirigirse a:
"REVISTA UNIVERSIDAD DE MEXICO"
Jefe de redacción:
Juan Martín.
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terario, a saber: la adecuada función delos libros.
Comencemos con una generalizaciónsobre la naturaleza humana.
El hombre es un animal; pero un animal peculiar. Posee el instinto gregario,y en consecuencia integra rápidamentetribus, grupos, naciones. Mas, a diferencia de otros animales gregarios, tiene también el instinto de la soledad. Por consiguiente, su conducta se mueve en unaperpetua contradicción y lo enfrenta a incesantes embrollos, uno de los cuales examinaremos ahora. El hombre desea estarsolo incluso cuando se siente satisfecho.Esta es una de las diferencias entre unhombre y un pollo. El pollo únicamentequiere estar solo cuando se siente desgraciado. Apenas una gallina se separa de suscompañeras, o de su compañero y señor,y camina solitaria y con los ojos vidriosos, haciendo pequeño,s ruidos melancólicos, sabemos que probablemente se encuentra enferl1la. Las otras gallinas opinan, sin duda, igual que nosotros, porquela picotean al pasar, para, demostrarle quela salud de ellas es magnífica.
Pero no es presumible que el hombreqJIe camina solitario sea un enfermo: esque pretende entrar en su Torre de Marfil. Necesita de ésta tanto como del gallinero humano, de la ciudad. -Ambas cosas S011 parte de su herencia- soledad ymultitud. El hombre es un animal gregario que desea estar solo aun en sus mejores momentos, y sus ojos vidriosos ysus pequeños ruidos melancólicos son .amenudo indicios de algo importante. Puede estar aspirando a una más clara perspectiva del mundo; o queriendo meditarsobre un problema social, ejercitar su espíritu, o crear un poema. Puede habersefastidiado de la deplorable vida circundante, o peor todavía, puede tenerle miedo. Pero cualesquiera que sean sus moti vos, su des,eo de soledad es incurable.Tal instinto qúizá no resulte tan antiguocomo el otro, el gregario, pero los orígenes de aquél se remontan a los de la civilización, y el mismo ha sido un especialfactor en el desenvolvimiento de la literatura, la filosofía y el arte. A lo largo detodo su curso, la historia nos presentaejemplos de hombres que tratan de enclaustrarse en una Torre de Marfil, paraallí resistir, o modificar, las inclinacionesque le confiere su condición de miembrode la colectividad.
Si retrocediendo unos dos mil años, observáramos la nación hoy llamada Checoeslovaquia, podríamos distinguir a uncierto general en el acto de dirigir operaciones militares, Es un soldado competente; sin embargo en sus momentos de ociotoma la pluma y comienza a escribir filosofía, Su nombre es Marco Aurelio. Eltuvo -y la tuvo conscientemente- unaTorre de Marfil, la cual le parecía el elemento más importante de su patrimonio;el aspecto público, representado por suactividad en relación con el grupo, por 5n'calidad de emperador, no lo estimaba deninguna trascendencia.
Si retrocedúnos de nuevo cuatrocientos años, podremos reconocer a un astutopolítico, carente de escrúpulos, que amaba determinadas regiones de Italia. supaís natal, y era implacable al servirlas.Es, al propio tiempo, un campesino quetrabaja su propia tierra, y cuando lo sorprende la tarde se le ve cubierto de fanRO (en los dos sentidos de la palabra).Se lava en seguida, se arropa con lujososatavíos, enciende finas buj ías después deCQl9<;élrlil~ ~j1 resplandecientes candelabros
10 UNIVERSIDAD DE MEXICO
LA TORRE DE MARFIL
II
A. de Vigny, "inclinado al Il'iisticismo"
Sainte-Beuve, "tumó lal fmse de la 'religión"
tividad el proletariado, Alemania lo llamala nación o el pueblo (Das Volk), perodesde nuestro punto .de v.ista sus conclu
.siones son las. mismas. Herr Hitler, enun interesante discurso sobre e¡' a~te, quepronunció en 1937 al inaugurar la 'Casadel Arte· Alemán, eri Munich dice: "Sinduda la Nación no es eterna, pero mientras exista, constituye un punto estableen el vertiginoso vuelo del tiempo. El· individuo debe 'concurrir a mantener la estabilidad. Si es un artista, deberá levantar un monumento a su pueblo mejor quea sí mismo; si es un ciudadano ordinario, no deberá permitirse el lujo de ununiverso privado. Porque la nación esmás real que cualquiera de los hombresy mujeres que la integran,"
Lenin, en uno de sus primeros manifiestos, dice lo propio, aunque no menciona la raza ni la nacionalidad, y aunquesu tono no es místico. La "literatura ·-dice- debe ser literatura de partido. Ningún individuo debe enriquecerse con ella,y no debe constituir un asunto individual.Abajo con los escritores sin partido. Abajo con el superhombre literario, ¡no má;;charla hipócrita acerca de la libertad individu::d! Si el proletariado es libre, el
Ay, '/nos! likely 'tis in S pailiThat 'We and Waáng 'meet agaú¡N O'W, 'While he tU1'1/S down that cool
rnarrow lanelnto the bla.kness; out of gra-ve.Madrid. 4
piña está siendo destruida, las ciudadesse vulgarizan.
Cuando camino a través de la ciudadque mejor conozco -Londres- y advierto los cambios arquitectónicos en Regent Street o en S1. James's Square, tandecorosas en otros tiempos, me doy cuenta de que no poseemos ninguna ciudadhabitable, incluso si se trata de la capitalde un imperio. Y cuando voy al campo ylo encuentro acuchillado con caminos arteriales, salpicado de anuncios comerciales y erizado de postes y lleno de bombarderos que chillan sin cesar, entonces digo'Con el Salmista, aunque en otro sentido:"Si subo al cielo, allí estás tú; si al ravarel alba me pusiere alas y fuere a pasearen el último extremo del mar, tampocoallá podré escapar de la política, del mercantilismo, ni de la ciencia que ha sidopuesta a su servicio." Hace cincuenta añosuno podía escapar apartándose. Hace cienaños el Waring de Browning podía escabullirse de toda la civilización V desaparecer de en medio de sus amigos hacialo desconocido. Sus amigos se preguntanadónde ha ido, examinan una a una lasrománticas posibilidades y llegan a la insólita conclusión de que debe estar enEspaña. . .
Estos versos denuncian con brutal vi··gor el contraste entre aquel mundo antiguo, en donde un hombre podía escaparde los hombres. y nuestro mundo, en elcual, en el sentido físico, la fuga es impo·sible. Hoy,Waring- no pOdria escabullirse en su pequeña barca. Le sería' precisoun pasaporte, debidamente visado y refrendado, y en el caso de que se perdiera.la policía lanzaría un SOS en las Iloticiasde la noche. El último que intentó Ull:lhuida física de este tipo fue el difuntocoronel Lawrence. Fracasó, a pesar (11:los amigos influyentes que lo ayudarony que' se esforzaron por esconder su rastro. Descendió a las profundidades delTank Corps ¡; y a los últimos extremo~
del mar; pero todo fUe inútil: éste es els:glo xx y el reloj no 10 permite.
Ahora bien, puesto que al cuerpo le esimposible escapar, no pocos -entre ellosmuchos de los mejores críticos de la másjoven generación- han llegado a la conclusión de que tampoco la mente debeescapar. Alegan que la tarea ele cada uno,sea un ingeniero o un hombre de estado,un artista creador o un mero lector, sedebe a la comunidad, considerada éstacomo un todo; condenan la vida privadapor egoísta, y de buena gana derribaríantodas las Torers de Marfil sin distinciónde estilos arquitectónicos. Por mi partepienso que se equivocan y que suerror deriva de que han adoptado unaperspectiva demasiado simple del procesohumano; pero tienen muchas cosas interesantes que decir.
En Inglaterra no nos agrada demasiadoteorizar, pero los dos países más teorizantes de Europa -Rusia y Alemaniaestán elaborando una fe que ensalza el interés de la colectividad, y va en contra delos del individuo. Rusia llama a la colec-
(Viene de la pág. 2)
cuanto pueden. En muchos casos. el tráfago .de la vida cotidiana agota a¡' hombreantes de que le sea pos·ible ·tal regreso,pero la tendencia normal es la de regresar.
.Estos ejemplos sugieren que el escapismQ no es algo nuevo; no es Wla debilidadburguesa ni un producto secundario dela economía del hombre, el cual se asociaa ~us semejantes para 'constituir grupos,al Igual que sus comanguíneos los monos,o que los po~lo~, sus parientes lejanos, perO el cual a511111smo desea edificar una vida privada y peculiarmente su va. Ambastendencias contl-ibuyen a la civilización.y la orillan a un conflicto, A cada uno denosotros, actualmente, preocupa el hechode no poder vivir con decencia ni ('n loprivado ni en lo público. Yo no puedo encerrarme en un Palacio de Arte o en unaTorre. de .la Filosofía, e ignorar la locuray la mlsena del mu.ndo. Pero tampoco puedo en~reganne a .Clertos movimientos porque SI, o sUl:nergl rme dentro de mi propiaclase, ?e mI propia Ilación, o dentro decualqUIer otra clase o Ilación como si fueran. el único bien. Estamos ~ondenados avacIlar entre Jos dos e:tremos de la natu~'al~z~ humana: tan pronto nos sentimo'i1~?lvlduos c~ya tarea consiste en la crraclOn. de un CI.eJo privado; tan pronto noss~ntll'n.os urgIdos a disolver nuestra indiVIdualIdad en algo mayor qt,e rosotros- ~Igo de lo que sólo poJemos gustarparCIalmente, y que sólo en. parte comprendemos, asi como Milton sólo en parte aprobaba] comprendía la causa enque se empeno.
:\t!nque. esta inquietud elel hombre hae~l~tId~ sIempre (el hombre no edificara Jamas, la Utopía, pues ésta dejaría deser T!topla apenas fuera. construida), hoye? dla se ha hecho espeCIalmente obvia envIrtud ?~ la intensificación 'de los medios.La polItlca contemporánea es mas absorbente'. que la de otros t'iempos. No pode.1"J.l0S lIbrarnos del' Nacionalismo, del FasCIsmo, del C0111unÍs111ú -":'tres iSl'hos-,' uide los armamentos,. Sil consecuencia, nidel rearme moral, su agobiante e ineficazcontrabalanza. El mundo se ostenta ater:ador y también tedioso, porque 1(1 trág-Ica marcha ~e los acontecimientos no parece acompanarse de ningún trágico esplendor. El gtlstO públi~o declinar la Cél1'l1-
UNIVERSIDAD DE MEXICO11
-Photo Magazin"el hombre es 1111 animal, rosee el ills¡.ill/o ,r,,-e.qario'·
también es posible que sea un gran artista, como Milton o Proust, que rinde mejores frutos en medio de la soledad, ypuede ser en fin, que sea, y a menudo loes, una persona ordinaria y pacífica, lacual se ve orillada a retirarse en su pequeña fortaleza para edi ficar un diminuto universo privado antes de poder sabera qué atenerse.
Desde luego, el burócrata no es un villano ni un tonto. Su preocupación es lapreocupación de todos: la dual naturalezadel hombre, ese animal gregario que a veces quiere estar soja y que no necesariamente se encuentra en fermo cuando se leve languidecer. Si el hombre pudiera serdividido en dos mitades separadas, el problema del burócrata sería sencillo: unamitad daría a César lo que es del César;en su calidad de integrante de un grupo,consentiría en ser organizada dentro deuna comunidad determinada. Y la otramitad daría a Dios lo que es de Dios, yse retiraría dentro de ese santuario endonde moran la religión y la contemplación y la fuerza creadora, y en donde elindividuo, de acuerdo con su capacidad,construye su universo priv,aelo. Entoncesno cabría ninguna fricción entre las dosmitades.
Cristo, al margen de las complejidadesde la civilización, pensó evidentementeque tamaña división era posible, pero elhombre no parece haber sido creado así.No está constituido por dos mitades; esun ser dual, y de allí que toc1os los intentos para armonizar la civilización produ-.cida por tan compleja creatura hayan fracasado. Hubo un gran intento en la EdadMedia. Fue elaborada la teoría del Estado Mundial del Medioevo, según la cUillel Emperador, que representaba a César,había de gobernar los cuerpos de los hornbres, y el Papa, representante de ])ios.habría de regir las almas. La teoría sevino abaio -arite el ;¡sombro oe Dante~,
-Arts"/alllhirn 'si('l1/(' rl instinto de solrdad"
por producir más hijos, castigándolo sino vota eli sus preciadas elecciones, rehusándole un pasaporte si no ha sido buenchico o si no lo acompaña una buena chica, controlándolo en su nacimiento, en sumuerte, en su trabajo y en su juego. Tales son las bases sobre las cuales una comunidad se desenvuelve normalmente, pero si en este paraíso burocrático un individuo se sale de la rava, en el acto sobreviene un maremágnuil1, el tránsito se -paraliza, y el Plan Quinquenal, o lo quesea, se retrasa nadie sabe por cuántotiempo. El evadir tal maquinaria causatanto perjuicio a quien la maneja, que laevasión suele ser condenada como un rechazo de la vida, y al remiso se le acusade cometer algún crimen contra el espíritu. Puede ser que semejante ofensor seaúnicamente un bueno pa ra nada, pero
*En este punto, la cuestión se oscurece
en virtud del uso negligente y desorientador de la palabra "vida". El escapismo.se nos dice, es un apartamiento de la vida, una negación de la vida, un suicidioespiritual. El otro día leía yo en un periódico de izquierda que "el arte tieneque ser una expresión de la vida en todossus aspectos, no un mec1io para escapar dela vida".
Esto parecia convincente, pero a pococonsiderarlo con esmero. me di cuenta deque, si la primera mitac1 de la frase teníaalgún significado, la segunda mitac1 carecía c1e él enteramente, porque ¿ cómo puede un ser viviente escapar de la vida, asísea artista o cualquier otra cosa ? No haymás fuga de la vic1a que la muerte; perouna vez muerto el artista deja ele producir. Claro es que frecuentemente decimosque un poema está muerto, que un cuadro está muerto. y no hay inconvenienteen usar estas fras~s mientras sepamos queson metafóricas y no nos embrollemos.Mas la mente humana es muy amiga deembrollarst', y el manipuleo de "la vida"y "la muerte" en un sentido semi-místico.a la manera de D. H. Lawrence, se presta a infinitas confusiones.
Se c1ice c1e Marcel Proust, que escapóde la vida, al haberse encerrado en uncuarto con paredes c1e corcho sin permitir que le llegaran les rayos del sol -enel concepto de que, por alguna razón deorden místico, se ha considerac1o a Jos r:lyos del sol menos irreales que el corcho-- ;de Racine, que escapó, al retirarse de lacorte francesa hacia Port Royal, en donde escribió comedias para colegialas, entre ellas A thalie .. de Edward Fitzgerald,al aisl.arse en lel campo, enfermizo yaprensIvo.
Lo que se quiere decir es que estas personas prefirieron un género de vida aotro: el inactivo o contemplativo sobreel activo. En consecuencia habremos deenmendar aquel: dicho izquierdista, enunciándolo como sigue: "El arte tiene queser una expresión de la vida en todos susaspectos. Y así, debe incluir el escape deeSo que los burócratas llaman vida y losartistas consideran burocracia."
La idea de que el escape es per se indebido, es una idea burocrática. No lasustenta ni la ética ni la estética, y sóloviene a cuento en una época como la presente, en la que la comunidad se halla altamente organizada y trata de domínar alindividuo a cada paso, educándolo,. tom;¡ndo sus huellas ciig-it;¡les. pa~ándolc
individuo será libre, pero no de otromodo."
Las palabras inducen a confusión, y elnazi y el comunista usan diferentes palabras así como hacen diferentes saludosron las manos. Pero no nos ·engañemas: ninguno de ellos reconoce el menor provecho a la Torre de Marfil.Ambos niegan al individuo su derecho aescapar de la comunidad de la cual formaparte. Aquél no podrá, por supuesto, escapar jamás materialmente, mas lo queellos quieren es comunizar también su espíritu;'y ya que el espíritu es fuente, a bvez, del arte creador y de la religión personal, y puesto que a menudo opera mejor en medio de la soledad, el nazi y elcomunista, por parejo, topan con no pocasdificultades. La lucha trasciende los superficiales lemas políticos; su verdaderocampo está en la dualidad de la naturaleza humana.
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y el Emperador y el Papa vinieron a lasarmas.
Nosotros, en medio ele nuestros actuales agobios, buscamos ele nuevo un deslinde que nos permita dar a la com';lni~a?lo que es de la comunidad, y al, mdl\llduo lo que al individuo pertenece. N o lohe~os encontrado, y la Nueva Jerusalénno podrá ser edificada hasta que lo hagamos. Cuando lo público y 10 privadopuedan ser éonciliados, y se halle un lugar dentro de los paisajes industriales ypolíticos para aquellos símbolos del apartamiento personal -las Torres de Marfil- los fundamentos de una nueva humanidad habrán' sido colocados.
Nos retiramos lejos de los terrores yla tec1iosidad del mundo. He aquí las dosrazones principales del escapismo. Acasoqueramos retirarnos a nuestras torresporque tenemos miedo, o tal vez porqueestamos fastidiados e indignados.
Aun cuando no son buenas las generalizaciones, el miedo no parece una actituddigna de confianza. Su asedio nos trastorna, nos vuelve tontos, infelices, faltosde juicio y decoro; nos hace lamentarnos"¡ Ay, qué será de mí !'" Al igual que elresto de la gente, en ocasiones me sobrecoge un verdadero terror frente a la condición europea. Pienso: "¡ Ay, qué seráde mí si estalla la guerra l", y así permanezco hasta que consigo librarme comoalguien que se ha quedado pegado a unacorriente eléctrica. Mientras estoy así,no soy de ninguna utilidad ni a Europani a mí mismo, ni a nadie ni a nada. Depronto la corriente cesa y yo continúodócilmente con mi tarea, sintiendo quehe perdido tiempo y esfuerzo.
De fijo, el'miedo resulta peor que inútil. Porque mientras estamos bajo su poder solemos hacer daño a los demás. N osvolvemos crueles y despiadados. Damosel primer golpe antes de que los otros noslo den.
La mayor parte de la miseria humana,en lo político y en lo social, deriva delmiedo; ha causado más perjuicio que lamisma codicia. Produce no sólo cobardes,sino también rufianes, y entre ambos seencargan de destruir la civilización.
En estas condiciones, si es el miedo lacausa de nuestro retiro, poco habrá quedecir en favor de la Torre de Marfil, yserá escasa la paz que ella depare. Allínos enclaustraremos temblando, sin hacernada, temerosos de hacer frente al peligro, y esperando minuto a minuto el golpe que derribe nuestra frágil fortaleza.Esto es escapismo en el mal sentido de lapalabra, y merece los duros calificativosque puedan aplicársele. No propicia la liberación a través de él, ni la creación.
Pero hay otra causa de retiro: el fastidio; el disgusto; la indignación contrala horda, la comunidad y el mundo; laconvicción a que a menudo llega el individuo aislado, de que su soledad le otorgará algo más grande y más excelenteque aquello que puede obtener cuando seesfuma en la multitud. O como lo planteaba 'vVordsworth:
Tite world is too much witlt us; late. [and soon,
Cetting and spending we lay wáste our. [powe1's,'
üttle we .lee in Nature that is ours1.1/e hove .diven our hea.rts a.wa'v. . . 6
"quiere estar solo cuando se Sl:en/e enfel'mo" .
Este es el argumento poderoso en prodel escape. 'vVordsworth se retira en estecaso lejos del mundo de las competenciasmercantiles, porque ello 10 ciega frentea la belleza prevista en los paisajes naturales, y porque siente que en ello ha desperdiciado algo inapreciable, a saber: sucorazón. Se retira al mundo de una mitología desaparecida, que ya no existe como un credo vivo, pero que él resucitaal aportarle su pasión.
... Creat Cad! l'd mther beA Pagan sucNed in a creed outwornSo might 1, standing on this pleosant lea,H a7le gli1'11.pses that 7t/01l1d lIlake me less
[lorlon1 ;H a've sigh-t of Proteus risirlrJ from the
¡sea,01' /1('ar oíd Triton blo'W !lis 7C'reathed
Ihonl. 7
"¿ Así podría él?" Así lo puede, y con él10 podemos 'nosotros.. Contemplamos alProteo, y a Tritón, gracias a la imaginación de \Vordsworth, quien los encuentra. porq].le se ha apartado. en su torre,lejos de la vulgaridacl y la rutina. Si hubiera comenzado su soneto: "El mundoes aterrador", habría debilitado la emoción, y habría echado a perder el poema.
M. Aurelio.· "/117/0 llna: torl'l' dI' marfil"
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Un \:~ordsworth temeroso no podría haber.Vislumbrado a los dioses marinos, pero estos se revelan muy bien a un W ordsworth indignado. El y sus lectores hanescogido la senda legítima del apartamiento.
Los místicos resultan aún más rebeldes. Sostienen que el retiro es imperati~o, que es nu.estra obligación rigurosa.
Huyamos haCia la amada tierra de nuest:os padr;s", aconseja Plotino, quien defme aquella como: "Ahí de donde venimos y do?de mora el Padre"', y diceque a ella solo podemos llegar "rehusán2,onos a ver", y no mediante el movimiento de nuestros pies que nos lleve de tierraen tierra; nos retiramos hacia dentro denosotros mismos y forzamos nuestra vista hasta vislumbrar la visión interior, quees un derecho innato del hombre. Es decir, Plotino cree no solamente que el individuo es más real que la comunidad.sino que constituye la realidad absoluta.E! motivo de su huída. sin embargo, es elmismo que el de VI/ordsworth : la indigna-ción y el disgusto, no el mi~do. .
En el supuesto de que aquí tengamosun buen motivo para escapar, ¿ qué empleo podremos ciar a la Torre de Marfilen el momento actuál?
El comportamiento práctico únicamente puede ser aprendido a través del contacto con nuestros semejantes, pero cuanclo se trata de misticismo, de pensamiento abstracto, de la contemplación pormenorizada de los acontecimientos, requerimos por cierto soledad. El misticismo noestá de moda por ahora, y el pensamientoabstracto tampoco disf ruta de muchaprivanza. Pero la contemplación objetivade los acontecimientos sigue siendo la meta de toda persona interesada en los asuntos públicos. Todos deseamos saber quées lo que está haciendo la civilización, hacia dónde va, si se mantendrá el presentesistema económico, si el descubrimientode la aviación transformará el mundoabruptamente o en forma gradual, etc. Pero en la vida cotidiana estamos tan envueltos por tales cuestiones, que no podemos enfocarlas como es debido. Deseamos retirarnos y comportarnos como sino nos importasen, para tener así unamejor oportunidad de yerla en sus justos términos.
Por lo que se refiere a la literatura.no quisiera reiterar mi argumentación.Algunos autores -como Milton, o Matthew' Arnold, o Proust, o Henry James,o Siegfried Sassoon- nos dan la impresión de que han tenido que huir del mundo antes de poder describirlo. Se han recluido en espíritu y quizá también físicamente. Así uno se ye tentado a decirque el escritor no puede crear hasta queescapa. Esto es probablemente cierto por10 que hace a la literatura analítica y demeditación. Pero hay dderminada literatura que suena como si hubiera sidocompuesta en medio del tráfago cotidiano: los Cuentos de Cal1terb1l1'y, de Chaucer, y buena parte de Shakespeare. Chaucer y Shakespeare laten ~'on el poder queles llega, no de la contemplación sino dellibre movimiento entre los hombres. ElTom Iones de Fielding es otro ejemplqele In anterior. v uno mu~" intert'sarite.
UNIVERSIDAD DE MEXICO
NOTAS
Proust, use dice que escapó a. la vida"
ulla religiúlJ(caduca;
Así nodría. sobre esta llanura !,I:lcentera,Columbrar destellos que me Inc¡eran
(sentir :nenos des;:mparadu:Contemplar a Proteo que se levanta
(del mar;Oír el cuerno ':nn'o del :111t:gUO trítón,
6 El mundo pesa demasiadu subre nosotros;(tarde o temprano
Al obtener y al prodigar, agotamos. en. (vano nuestra fuerza;
Muy poco de lo lJue vemos en la·n;:tl.1raleza es nuestro;
t-Iemos' enajenado nuestros corazones."
7 ". ¡ Oh Dios I Mejor seríaUn pagano amamantado en
R Kubla Khan estableció en XanadúUna" sunlUosa mansión de placer,
O deja ljue mi lámpara a la media nucheSea vista en alguna torre alta
(y soli tariaDesde donde yu pueda a menudo
, (contemplar la OsaEn compañía de Hermes, el tres veces
(grande o desci fra rEl espíritu de Platón
2 Dame estos placeres, Melancolía,y elegiré vivir contigo.
3 .. , A la postre,Justos e injustos se antojan parejamente
( miserables,Porque ambos. a menudo, parejamente
(alcanzan un mal fin,
4 Ay, lo más probable es que en EspañaSea en donde \Varing y nosotros nos
(encontremos de nuevoAhora, mientras él dobla por esa fría y
(estrecha callejuelaHacia la oscuridad, a fuera del solemne
(Madrid,
J Cuerpo de Tanquistas en e' ejército(inglés.
Permítaseme, al concluir, volver a evocar la carrera ele Milton. Milton es todomenos un personaje inmaculado. Esti racloy amargo, nadie pensaria en elegirlo C01:2U
amigo. Pero llevó a cabo la gran hazanade sali r de su torre y yolver a ella después. y lo hizo COIl una plenitud que loconvierte en un ejemplo para nuestraestirpe. MiltDn osc{ló entre ambas actitudes, y en esta oscilación radica el deberfundamental del hombre. Porque estamosen la ti('rra no para salvarnos; no parasalvar a la comunidad; sino para tratarde salvar 10 11110 Y 10 otro.
.. _:Tracluc('Íón de C. Ch, R. y J. G. T.C. Marx. ueste ,'lOstálgíeQ p0.eta"~
Jo exterior y asocIo mi lectura con mIsCOnOCll111entos sobre aquél. Si leo algoreferente a China, pienso en 10 que sésobre China. Cuando, por otra parte,leo literatura de creación, sí me hallo dentro de una torre. enclaustrado junto alautor y sólo atento a éste.
In Xanadu d'id Kubla KhanA sta/ely pleasurc-dollle deCJ'cc 8
Estas palabras no me hacen pensaren China. Quedo sólo consciente de lavisión de Coleridgc. Junto con él me heevadido del mundo externo. y de sercomún mi eXfjeriencia, resulta que parael lector, como para el escritor, la li!t'ratura constituye un retiro algunas veces, y otras no. ¿ Se aparta usted d('lmundo cuando lee o no? ¿ Puede ustedoir la campanilla que lo llama a cenar?¿ Advierte usted el timbre del teléfono?Valdría la pena hacer estas preguntas,porque hay varios grados de abstracción.El grado más extremo es el de Arquímedes, quien por estar absorto en unproblema rehusó contestar las preguntasque le hizo un soldado romano, y hubode ser muerto.
A este respecto, precisa responder auna crítica obvia, que se condensa comosigue: "¡ Qué 'eg-oísta! El escritor o lector que se recluye' es un traidor a lacomunidad". La respuesta es: "Cierto.Pero también es cierto que la comunidadno es menos egoísta, y que, en aras deuna mayor eficacia, suele traicionar aese aspecto de la naturaleza humana quese expresa en soledacl. Considerando tocio el daño de que la comunidad es responsable en estos días, no parece muyautorizada para endilgar a nadie talsuerte de extrañamientos morales. Ytambién replicaremos que en el individuohay dos posibles clases de egoísmo, yque si es un buen egoísta, su afirmaciónrepresenta una pequeña victoria no solamente para sí mismo, sino para sus semejantes en el mundo entero. Es un malegoísmo exclamar: "¡ MadI1e mía, quéserá de mí si estalla una guerra o si notengo buen éxito en mis inversiones!"Es un buen egoísmo gritar: "¡ Oh Dios!Mejor sería un pagano amamantado enuna religión caduca", porque la huidaaquí es hacia la poesía, e ilumina unaruta que los demás podrán seguir.
purque Fielding ensaya los dos métodos.La mayor parte de su novela delata el tráfago diario, pero al principio de cada libro hay un capitulo de índole filosófica,m el curso del cual el autor se recluye ensi mísmu e intenta meditar. Estos capítulos preliminares constituyen una lectura detestable. horrendos e inertes pequcños receptáculos que no conducen a 'níng-ún lado y que interrumpen la alegría.la ag'itación y la decente carnalidad conque se teje el resto de la novela. ¿ Quiéndesea leer lo que Fielding piensa acercade la avaricia o del teatro, cuando puee!.:, en cambio, enterarse de cómo MollySeagrim combatió en el cementerio e hizo volar a todos los otros golfos sobn:las lápidas? Aqui es en donde Fit'1dingllluestra su habilidad: y también puedecomunicarnos la gentileza y d ingenio deSofía \Vestern. Pero no puede reflexíonar, porque no tiene una mente propicíaa la meditación. Su lugar está en una taberna de arrabal, entre tarros de cervezay una eventual nariz aporreada, no dentro de una torre, sitio en el cual se convierte en un pelmazo.
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Maquiavelo, "daba 1'11 retirarse"
Mientras más se lee, menos puede unogeneralizar sobre el impulso creador. Esobviu que Fielding, y en gran proporci~!ll1
Chaucer y Shakespeare, no eran e'Sc~pls
tas, y no se cerraban al mundo consCIenteo inconscientemente en el momento de escribir. Y es evidente que Marco Aurelio,vVordsworth, Shelley, Proust, sí se cen'aban al mundo. Manejaban problemascontemporáneos, pero los miraban a trayés de una cortina de despego. Todo 10que uno puede hacer es señalar dos ciases de escritores, extrovertidos e intro\'er! idos, y decir que los primeros se fabrican rara vez una torre, mientras quelos segundos escriben mejor dentro de susrespectivas torres.
Tampoco es posible generalizar acercade los lectores, por lo que me' limitaréa revelar mi propia experiencia. Cuandoleo para informarme 1/0 me hallo en unatorre: mantengo el contacto con el mun-
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