POEMA El primer premio autor alberto velasquez

Post on 13-Aug-2015

457 views 27 download

Transcript of POEMA El primer premio autor alberto velasquez

El primer premio (Alberto Velásquez)

Mi poema favorito de todos los tiempos, de un autor Alberto Velásquez. Muy triste:

.

–El primer premio–

.

También fue una tarde del mes de los muertos

También hubo premios en nuestro colegio,

Inmenso gentío, risueño y apuesto

llenaba el salón donde se daban los premios.

.

Allí, con sus padres, amigos y deudos

Cien niños charlaban alegres, contentos

Y al par recibían sonrisas y besos.

.

A tanta algazara impuso silencio

Un timbre argentino de sonido intenso.

Leyó el secretario

Y el nombre primero que oyose en la sala

Fue el nombre de Alberto

.

¡Alberto mi amigo!, un niño modelo

De faz sonrosada de rubios cabellos.

Airoso uniforme cubría su cuerpo

Flexible, menudo y esbelto;

Estaba de luto, y en señal de duelo

Un moño negro cubría su brazo izquierdo.

.

Con paso inseguro, la vista en el suelo,

Acercose el niño a recibir su premio,

Y cuando entre aplausos volvía a su asiento,

Bañaban dos lagrimas sus ojos de cielo.

.

Caía la tarde

Del sol, los reflejos doraban apenas los montes excelsos.

.

Formando contraste con sus compañeros

que el patio llenaban de alegres gorjeos.

Alberto sombrío, la vista en el suelo,

Se quedó solito, de pie y descubierto.

Traía en sus manos artístico premio

Un álbum riquísimo de vistas, templos,

Marinos paisajes, dibujos y cuentos.

.

Como era mi amigo, como era tan bueno,

Llegue y echándole los brazos al hombro

Le dije al oído, ¿Que tienes Alberto?,

.

Clavó en mí sus ojos en llanto deshecho

Y un hondo suspiro retumbó en su pecho

¿qué tengo, me dices? ¿Tú quieres saberlo?

Pues oye, mi amigo, y guarda el secreto.

¡Yo quiero morirme!, ¡yo quiero irme al cielo!

¡Yo quiero a mi madre llevarle este premio!

.

Aún puedo escuchar aquel triste acento.

Aún veo su rostro demudado y yerto.

Un mes aún no hacía su madre había muerto

Su madre adorada, su dicha, su cielo.

.

No llores, le dije haciendo un esfuerzo.

No llores y vente conmigo al recreo

veamos los santos que tiene tu premio

Olvida esas cosas, no caigas enfermo.

¿Olvidar esas cosas? Repitió gimiendo

.

No, no es posible,

Pensando en mi madre, soñando en sus besos,

Cuán fácil me ha sido ganar este premio,

Y hoy, ¡mira! no viene para darme un beso

¿Por que madre mía? ¿Porque yo no he muerto?

.

Qué noche, Dios mío. Qué noche de invierno

Bramaban los vientos, La nieve caía.

Y el pobre Albertito llamaba a su madre:

¡Aquí estoy, madre mía!

Haciendo en el aire abrazos y besos.

.

Y luego, gimiendo, decía con júbilo:

¡Aquí tengo el premio!

¿Por qué no venías? ¡Qué alegre me encuentro!

¡Qué buena, qué hermosa! ¿Me llevas al Cielo?

.

Alberto durmiose. Después, vino el medico

Hablo de neuralgia, de ataque al cerebro

Y de otras mil cosas que ya no recuerdo.

Al toque del alba voló el niño al cielo

Y allá en las alturas se oyeron dos besos.