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8/12/2019 Opcion s 48_web
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Por qu Alianza Pais (AP) pierde en la ma-yora de capitales de provincia y en muchoscasos se va a pique en la ltima o penltima
semana de campaa, en la que el presidente Co-rrea asume la presencia principal? Hay un co-
mn denominador en estos resultados, o pueden
atribuirse exclusiva y principalmente a dinmicas
locales? No ser mucha coincidencia que en todo
lado se haya cometido errores garrafales o se
haya escogido malos candidatos, con falta de ca-
risma o errores que tuvieron en su gestin, segn
se dice ahora, aposteriori?
Las explicaciones presidenciales y de los
voceros ociales de AP no encuentran que el co-
mn denominador es, sin duda, el voto de rechazoa la intromisin abusiva y grosera del presidente
en las campaas locales, opacando a sus propios
candidatos, apostndole a un arrastre de votos
basados en la simpata o el respaldo al Presiden-
te, quien puso toda su carne en el asador. La au-
sencia de un mnimo sentido de las proporciones
de su intervencin, frente a lo que la tica poltica
aconsejaba en respeto a la igualdad de condicio-
nes de participacin y sus desplantes frente a las
tmidas exhortaciones de la autoridad electoral
terminaron por hartar a un importante sector delelectorado urbano que vot en contra de ese tipo
de comportamiento poltico presidencial. No es
esto una derrota poltica del Presidente?
Los resultados pueden leerse en el senti-
do de un rechazo al caudillismo personalista y la
bsqueda de diversidad de liderazgos en los mbi-
tos ms cercanos a la vida cotidiana de la gente.
Pueden leerse, tambin, como la falta de respaldo
real al proyecto de la revolucin ciudadana en el
amplio territorio nacional, no slo por las inexis-
tentes bases organizadas, ms all de la clientela
electoral, sino porque en estas elecciones se ar-
maron identidades locales expresadas en lderes
tradicionales de distinto signo, y se respaldaron
luchas concretas de los territorios cuyas dirigen-
tas y dirigentes han sido denigrados y perseguidos
por el actual gobierno. No es esto una derrota po-
ltica del Presidente?
Los resultados electorales interrogan so-
bre qu tipo de proyecto es el que se ha construidoen estos siete aos y muestran que no se trata deun proyecto colectivo en el que hayan emergido l-deres y liderezas sucientes, capaces de concitar el
respaldo popular para hacer relevos sucesivos queden continuidad a una propuesta. Las expresio-nes del propio Presidente, durante y despus de lacampaa sobre sus propios candidatos, daban parapensar que con esos amigos, para qu enemigos.
Los resultados interrogan tambin al pro-
yecto, porque, al parecer, no se ha logrado organi-
zar al pueblo en torno a una propuesta ideolgicaque gane terreno frente a viejos o nuevos caudillos
de derecha. Esta ha sido una revolucin que ha
perseguido a las organizaciones sociales autno-
mas y ha buscado cooptarlas, debilitando toda ex-
presin crtica. Si ahora gana la derecha en algu-
nas ciudades, despus de siete aos de revolucin
ciudadana, no ser una derrota del lder de este
proyecto? No ser que la revolucin ciudadana no
es tal revolucin?
Seor Presidente, usted endilga a los
miembros de su movimiento todas las responsabi-lidades de esta derrota y no ve las suyas; les acusa
de sectarios, por no haber promovido ciertas alian-
zas, pero usted es el primer sectario que acta bajo
la lgica de que todo el que no est conmigo, est
contra m. Abra los ojos, seor Presidente!!!
Publicacin mensual Marzo 2014
Nmero 48
En pginas interiores: Avanza: El aliado?
Entrevista a Jorge Guamn
Elecciones 2014: Recuperacin electoral de laizquierda!
Construir la alternativa de izquierda
Las limitaciones de importaciones : una medidaaislada
Hacia dnde camina la Revolucin Bolivariana?
El ocho de marzo sigue siendo el da de lasmujeres trabajadoras
ELECCIONESSECCIONALES 2014 DERROTA POLTICADE RAFAEL CORREA
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AVANZA:ELALIADO?
2opcinS OpcinS3
Tras el descalabro en las grandes ciuda-des y la victoria prrica en los pequeoscantones del gobierno de la revolucinciudadana en las pasadas elecciones secciona-les, nos sorprendi que Rafael Correa Delga-do haya atribuido tales resultados, entre otrosmales, a su sectarismo. En efecto, tiempoatrs, en reiteradas oportunidades, l mismohaba sealado Que nadie en el Ecuador sepierda! Slo la 35 es Alianza Pais (la lista dela Revolucin Ciudadana). Frente a ello, no
nos asombr que, lejos de buscar acercamien-tos con los movimientos sociales y las orga-nizaciones polticas de izquierda -incluso conla fraccin socialista liderada por el ex sub-director nacional de la Juventud del PartidoConservador-, Correa haya encontrado comoun aliado, a un partido carente de estructu-ra como AVANZA.
En palabras de Correa, el Partido Avan-
za sera la segunda fuerza poltica del pas.
Hasta el momento, si bien an no existen
resultados ofciales en las provincias de Es-
meraldas, Guayas, Los Ros, Manab, Napo
y Pichincha, Avanza tendra los siguientes
resultados:
Sin embargo, a la par, vale evidenciar,ms all de estos superciales resultados; por
ejemplo, la exigua votacin en las grandesciudades en que ni siquiera inscribi candida-turas a las principales dignidades:
Salvador Aguirre
Entrevista aJorge Guamn
ENTREVISTA
Cmo evala los resultados de las lti-mas elecciones donde Alianza Pais sufriuna considerable derrota?
Hemos vivido una etapa de transiciones.
La primera fue la de la felicidad de todos y to-
das con un proyecto vinculante de los sectores
sociales y de izquierda, cuya agenda y bande-
ras de lucha fueron tomadas por el movimien-
to ocialista. Esto ocurri hasta la Asamblea
Constituyente. No obstante, esa tendencia no
se fortaleci dentro de Alianza Pais y comenz
un alejamiento. En el mbito poltico electo-
ral hubo, adems, un distanciamiento de los
propulsores del proceso; de la gente formada,
acadmicos e intelectuales. Se quedaron solo
con la gente que deende un espacio de tra -
bajo, que no est adecuadamente formada, ni
es polticamente coherente, lo que impidi a
AP desarrollar una poltica organizativa de
las bases en las provincias, cantones y parro-
quias. Por eso, el resultado que han obtenido.
Qu otros factores considera usted quepudieron infuir en el resultado electoral?
Tres elementos bsicos. El primero fue elpensar que nadie ms que ellos son revolucio-nariosesa actitud molesta y cansa. El segun-do factor es la carencia terica y prctica quesustente que ellos estn haciendo una revolu-cin; lo nico que se hace es repetir eslganesy discursos. Smese a esto, por supuesto, la in-
tromisin del gobierno en el intento de destruirel movimiento social, pensando que las organi-zaciones sociales, las que tenemos historia, f-cilmente nos bamos a desarticular. Ms bien,en vez de desarticularse, stas se han unido enbase a mucho esfuerzo. Creo que est visible lareaccin social, orgnica y estructurada que te-nemos, en el caso nuestro, del Movimiento In-dgena, como de otras organizaciones que sonparte de la izquierda histrica en el pas.
Qu pas en Cotopaxi?En general hubo una interesante reac-
cin ciudadana, en el sentido de castigar a
los malos polticos. Aqu, el castigo fue por
traicin, por cambio de camiseta, por no ser
coherente con el movimiento Indgena. Fue,
tambin, un castigo al oportunismo. Eso no
ha sido visto bien por los ciudadanos aunque
ella, mi ex contendora, est con el presidente,
gobernadores, ministros...la poblacin demo-
crticamente ha reaccionado y ha dicho basta
de las malas prcticas polticas, basta de esa
gente que solo piensa en el individuo y no en
un proyecto poltico para las mayoras.
Cmo va a imp ulsar un proyecto alter-nativo de provincia?
Lo primero, respetar la Constitucin. El es-tado, como tal, llama a desarrollar la intercul-turalidad y la plurinacionalidad y a encami-nar un real buen vivir, y as lo vamos a hacer.Por supuesto, con la participacin ciudadana;respetando a las organizaciones sociales, in-corporando a estudiantes, a acadmicos, aanalistas, a los barrios, a las amas de casa,trabajadores, mujeres, etc. Aspiramos a quetodos estos sectores se involucren para, juntos,apoyar a la recuperacin de la identidad de laprovincia, que los cotopaxenses sintamos or-gullo al cantar nuestro himno, al asumir nues-tra bandera, defender nuestro territorio.
Cmo ve hacia futuro la unidad polticade las izquierdas?
Esta no es una unidad que naci hace dos,
ni tres meses o por campaa electoral. Ya
cuando estuve de Coordinador Nacional de
Pachakutik, tratamos el tema; luego, hicimos
la bancada de izquierda y aqu, en Cotopaxi,
impulsamos la unidad con otras vocaciones:
respetarnos, unirnos en la diversidad, ser
ms democrticos, innovadores, modernos,
tolerantes. Por eso creo que ms all de la 15,
o la 18 hay un buen escenario para empezar
a caminar hacia un proyecto nacional slido.
Ojal que la izquierda unida en Cotopaxi sea
un referente para el pas.
Prefecto ganador de
Cotopaxi por la Unidad
de la Izquierda
MPD-Pachakutik
Prefecturas
y Viceprefecturas
Alcaldas
Sin alianzas
electores0 27
Con alianzas
electorales 1 8
Circunscrip-
cin 1
(concejalas)
Circunscrip-
cin 2
(concejalas)
Circunscrip-
cin 3
(concejalas)
Quito 2.11%
(99.45%)
1.92%
(98.96%)
2.22%
(98.62%)
Guayaquil 0.88%
(89.74%)
0.53%
(92.72%)
No se
inscribi
En el mismo sentido, vale recordar que enprovincias como Pastaza o Zamora Chinchi-
pe en que funcion la frmula AP-AVANZA-PSFA, la alianza gan nicamente una de 13alcaldas y ninguna de ambas prefecturas yviceprefecturas.
Pero, Qu es Avanza?... fruto de la divi-sin, desde el gobierno, a la extinta Izquier-da Democrtica (ID), la fraccin ocialista de
Dalton Bacigalupo entreg el membrete de lasocialdemocracia ecuatoriana a su ex coi-deario Ramiro Gonzlez. l, desde la Presi-dencia del Directorio del Instituto Ecuatoria-no de Seguridad Social (IESS), a base de unconsiderable incremento burocrtico, sentlas bases de su Partido.
Presidencia del Directorio del IESS
de Ramiro Gonzle
2008 2013
Personal 10.829 20.340
Luego de las elecciones del 23 de febrero, elempoderado Ministro de Industrias y Produc-tividad, Ramiro Gonzlez, lleg a sealar a losculpables del revs de Alianza Pas; inclusi-ve, asegur que una alianza con su Partidohubiese permitido ayudar en alcaldas comoCuenca En n, tras la anunciada alianza
de Correa con AVANZA, caben algunas inte-rrogantes: La militancia de AVANZA qucandidaturas apoy en ciudades como Quito oCuenca en que no inscribi candidaturas a laalcalda? o Cul ser la posicin de los prin-cipales detractores de Gonzlez en el interiordel Alianza Pas como Galo Mora, Betty Tola,Fernando Cordero, Paola Pabn o Diego Gar-ca?... Slo el tiempo dir.
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Sin contar todava con los datos denitivos
en los resultados electorales del pasado 23 de
febrero, se advierte una recuperacin electo-
ral de la izquierda ecuatoriana, esto es, de los
partidos y movimientos que tienen registro
en el CNE: el Movimiento Plurinacional Pa-
chakutic, el Movimiento Popular Democrtico
y el Partido Socialista Frente Amplio, si bien
existen tambin, en todo el pas, importantes
agrupaciones locales que participaron solos o
en alianza para defender su registro electoralo para conquistar espacios en los gobiernos
autnomos descentralizados.
Sin embargo, es evidente que no existe
una real recuperacin poltica de la izquierda
ecuatoriana, puesto que hasta ahora no tiene
una caracterizacin comn del actual gobier-
no; no ha denido una estrategia y tctica que
organicen y potencien a los sectores sociales
a los que tradicionalmente se encuentra vin-
culada ni que incorpore a nuevos actores; y,
como es obvio, no ha denido un proyecto po-
ltico comn que le permita dirigir la lucha
social, que es la nica que puede impulsar
reformas democrticas y radicales hacia una
transicin transformadora, frente al maqui-
llaje y modernizacin del capitalismo en los
que Rafael Correa se encuentra empeado.
Las organizaciones de izquierda y socialesse limitaron en el ltimo proceso electoral arealizar alianzas locales para sobrevivir en elescenario poltico nacional, obteniendo un im-portante triunfo en emblemticos territorios
LA PARTICIPACIN ELECTORALDE PACHAKUTIC
Es evidente, que la participacin de Pa-
chakutic tuvo un importante resultado al
captar, aproximadamente, 5 prefecturas (3
en alianza con el MPD); ms de 29 alcaldas
y un buen nmero de concejales cantonales y
miembros de las Juntas Parroquiales Rura-
les. Los resultados electorales lo ubican como
la tercera fuerza poltica electoral nacional.
Apesar que la dirigencia nacional de Pa-
chakutic, luego de los resultados adversos en
las elecciones presidenciales, estableci dis-
tancia del proceso nacional de unidad de las
izquierdas y deni una participacin electo-
ral propia, recurriendo principalmente a sus
cuadros provenientes del movimiento ind-
gena y de la CONAIE, sus bases en provin-
cias y cantones promovieron alianzas con el
MPD; en Chimborazo con Alianza-Pas y en
otras latitudes con personajes de otras tien-
das polticas interesados en la participacin
electoral.Debe destacarse que en las provincias,
cantones y parroquias en las que triunfa Pa-
chakutic y sus aliados son las zonas ms im-
portantes de resistencia indgena y social a
las polticas extractivistas y represivas del
gobierno como ocurre en Zamora, Morona
Santiago, Cotopaxi, Sucumbos, Orellana y
en cantones como Cayambe, Nabn, Sara-
guro, Yacuambi y en varias parroquias, en
dnde se ha librado una dura batalla para
defender sus derechos, las fuentes de agua y
el riego.
El presidente Correa, en su larga cadena
sobre los resultados electorales, reconoci la
fuerza e importancia electoral de Pachakutic
y, si bien les plante una alianza en el futuro,
no desaprovech la oportunidad para atacar
y agredir a sus dirigentes, muchos de los cua-
les se encuentran enjuiciados y acusados de
terrorismo por su gobierno.
LA PARTICIPACIN ELECTORALDEL MPD
El Movimiento Popular Democrtico, en el
reciente proceso electoral, obtuvo 1 Prefectu-
ra (3 en alianza con Pachakutic); 6 Alcaldas
en alianzas, y tambin un buen grupo de
Concejales Cantonales y miembros de Juntas
Parroquiales Rurales.
Debe relevarse que el MPD realiz alian-
zas en numerosos cantones con Pachakutic
y toda su militancia a nivel nacional se in-
volucr esforzadamente en el proceso para
defender sus posiciones y mantenerse en el
registro electoral.
El propsito gubernamental era inocul-
tablemente hacer desaparecer a esta fuerza
poltica del escenario electoral; sin embargo,
parece, conforme lo dispone el Cdigo de la
Democracia, que al haber realizado alian-
zas en estas elecciones y en las anteriores se
mantiene vigente en el registro de partidos,
pues super en las dos elecciones la presencia
que exige la ley.
No deja de ser importante la raticacin
en el cargo de Prefecta de Esmeraldas a Lu-
cila Sosa, quien fue destituida por una burda
maniobra gubernamental con la nalidad de
debilitar a esa organizacin poltica en una
provincia en la que tena y sigue teniendo no-toria inuencia.
LOS RESULTADOS ELECTORALESDEL PSFA
Por su parte, el PSFA consigui aproxima-damente 17 Alcaldas (12 solos y 5 en alian-za), ms un signicativo nmero de concejales
cantonales y de miembros de las Juntas Pa-rroquiales Rurales, ubicando a dicho Partidocomo cuarta o quinta fuerza electoral nacio-nal. Sin embargo es sensurable haber mezcla-do en las candidaturas socialistas a militantesde limpia trayectoria con personas de psimosantecedentes y sin una mnima cercana ideo-lgica o poltica.
Se entenda que obtener un buen resultadoen los comicios para preservar el registro elec-toral y dar una respuesta poltica al sectaris-mo gubernamental eran dos puntos a favorde los actuales dirigentes del PSFA, pero ellosdesaprovecharon la ocasin para reexionar
y superar la dispersin poltica del Partido;avanzar en su recomposicin ideolgica, pol-tica y orgnica; adoptar una tctica que le per-mita recuperar su base social y redenir una
propuesta programtica yde movilizacin a favor dereales transformaciones yreformas democrticas enel campo agrario, laboral,educativo, de los derechos
humanos, del medio am-biente y en la superacinde discriminaciones ydesigualdades, por las cua-les se justica su existen-cia histrica.
Pero, adems, el esfuerzo denodado de la
militancia, que en condiciones desiguales se
enfrent electoralmente con el ocialismo, le-
vantando las banderas rojas del socialismo en
todo el pas, y el empeo de otros candidatos
provenientes de otros sectores polticos que
aportaron su contingente electoral, fueron
echados al traste, con la inslita interpreta-
cin de los actuales dirigentes nacionales del
PSFA que el socialismo est de moda gracias
a Rafael Correa, cuando, por el contrario, el
mal uso y abuso de la palabra, mezclada con
el autoritarismo y el neocapitalismo del r-
gimen, desvirta la plataforma socialista
construida en dcadas de lucha junto a los
sectores sociales del pas hoy desarticulados
y reprimidos por el gobierno.
Para fortalecer los propsitos oportunistas
y colaboracionistas, los referidos dirigentes,
a espaldas de la militancia nacional y de sus
candidatos, plantearon, tambin, como gran
iniciativa la reeleccin presidencial que his-
tricamente ha sido combatida por el Partido
Socialista, y, seguramente, su participacin
en cargos burocrticos, sin hacer por lo me-
nos una elemental mencin a una plataforma
de exigencias sociales.
Vctor Granda
* Cuadros provisionales, elaborados al 10 de marzo de 2014.
ELECCIONES SECCIONALES 2014
PREFECTURAS Y VICEPREFECTURAS DE LAORGANIZACIONES POLITICAS DE IZQUIERDA
MOVIMIENTO
POPULAR
DEMOCRATICO (MPD)
MOVIMIENTO
DE LA UNIDAD
PLURINACIONAL
PACHACUTIK (MUPP)
SIN ALIANZA 1 2
EN ALIANZA 2 3
TOTAL 3 5
ELECCIONES SECCIONALES 2014
ALCALDAS DE LAS ORGANIZACIONESPOLTICAS DE IZQUIERDA
MOVIMIENTO
POPULAR
DEMOCRATICO (MPD)
PARTIDO SOCIALISTA
FRENTE AMPLIO
(PSFA)
MOVIMIENTO
DE LA UNIDAD
PLURINACIONAL
PACHACUTIK (MUPP)
SIN ALIANZA 0 12 19
EN ALIANZA 6 5 10
TOTAL 6 17 29
ELECCIONES 2014:Recuperacin electoral de la izquierda!
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Hacia dnde caminala Revolucin Bolivariana?
Manuel Salgado TamayoDirector: Vctor Granda Aguilar
Edifcio Korea Park, ofcina 5-6
Corea E2-17 e Iaquito 593 2 320 3675
opcion.s2@gmail.com
opcion socialista / @opcionsecuador
Quito Ecuador
Un ao despus de la muerte de Hugo
Chvez, la sociedad venezolana se ha-
lla sacudida por manifestaciones prota-
gonizadas por quienes se oponen a la Revolu-
cin Bolivariana, pero tambin por los que la
deenden con entusiasmo. Esta polarizacin,
caracterizada por una violencia creciente, con
secuela de muertos y heridos, ha sido caracte-
rizada por el Presidente Maduro como un golpe
de Estado fascista, mientras la oposicin repite
que se trata de la expresin del profundo des-
contento del pueblo venezolano por la inacin,
el desabastecimiento y la creciente inseguridad
ciudadana.
A Chvez nadie podr arrebatarle el mrito
histrico de haber propinado la primera derro-
ta electoral al neoliberalismo para dar inicio a
un complejo proceso de transformaciones, que
hizo de Amrica Latina la regin del mundo en
que se respiraba, al cabo de muchos aos de
oprobio, un ambiente de libertad, esperanza
y optimismo. Esos cambios, en la retrica del
Comandante Chvez, dieron lugar a la leyen-
da del socialismo del siglo XXI. Tres lustros
despus, sin desmerecer la signicacin de las
polticas redistributivas del excedente petrole-
ro y los esfuerzos por debilitar los aspectos ms
perversos de la institucionalidad liberal demo-
crtica para construir un Estado que se ponga
al servicio de los intereses de las mayoras, las
polticas econmicas y sociales realmente apli-
cadas demuestran que el modelo de desarrollo
venezolano representa ms continuidad que
originalidad, pues, desde el 2003, ha privilegia-do el control del Estado sobre la economa y la
dependencia del petrleo. Sus polticas econ-
micas se asemejan a las mantenidas durante el
auge del modelo de industrializacin por susti-
tucin de importaciones de los aos 70, slo que
ahora el auge petrolero tiene una magnitud y
duracin mayor dado que coincide con la fase
de agotamiento mundial del petrleo fcil y ba-
rato a nivel planetario.
Coincido con el ex Presidente de Brasil Lula
da Silva en sealar que si slo fuera por los re-
sultados obtenidos en el combate a la pobreza,
el presidente Chvez tiene asegurado un lugar
de honor en el panten de los grandes de Am-
rica Latina.
Pero en Venezuela, la vigencia del modelo
estructuralista no ha logrado superar el carc-
ter extractivista de su economa, as como las
dinmicas rentistas que genera ese modelo y, lo
que es ms grave, no se advierten planteamien-
tos polticos que permitan utilizar el pacto so-
cial vigente entre un sector de la burguesa na-
tiva, los mandos militares y los sectores popu-
lares organizados para encontrar una solucin
negociada que permita diversicar e incremen-
tar la produccin, generar trabajo y mejorar las
remuneraciones, como nicos mecanismos que
desbaraten las pretensiones de Capriles que
apuesta a una derrota electoral del Chavismo y
las de Leopoldo Lpez que, con el nanciamien-
to norteamericano, estima puede caotizar a la
sociedad venezolana hasta el extremo de que
se produzca una invasin externa o un golpe de
Estado militar que pongan n a la Revolucin
Bolivariana.
El feriado de carnaval fue una tregua en el
conicto, en medio de la cual Maduro logr im-poner la mesa de dilogo que busca encontrar
una solucin negociada y pacca. La no concu-
rrencia de los principales voceros polticos de la
oposicin hace difcil anticipar la evolucin pro-
bable del conicto, en cuyo desenlace jugarn
un papel determinante la capacidad de negocia-
cin del equipo de gobierno, la organizacin y
movilizacin popular y la cohesin y disciplina
de los mandos militares.
En cualquier caso, es evidente que, en Am-
rica Latina, se empiezan a evidenciar los lmi-
tes de los gobiernos progresistas que apostaron
por buscar soluciones a los problemas nacio-
nales dentro de los lmites de un capitalismo
reformado.
Los resultados electorales ltimos constituyenuna derrota poltica para el gobierno y un avanceimportante de la izquierda que, con posiciones con-tradictorias muchas veces, sobrevive frente a laspretensiones del rgimen de desarticularla y disol-verla por no subordinarse a sus intereses polticos.La izquierda autntica sigue teniendo un importan-
te espacio electoral y un respaldo social, especial-mente, en las zonas de resistencia al neoliberalismoy a la poltica neocapitalista de un gobierno que seniega a impulsar cambios realmente progresistas.
A la izquierda autntica y a sus bases, luego deeste proceso electoral, debera interesarles saldarposiciones con el oportunismo colaboracionista, queprivilegia intereses personales a la formulacin deuna poltica alternativa basada en la movilizaciny lucha social, e iniciar un franco proceso de acer-camiento poltico y orgnico de todas las fuerzaspolticas y sociales populares, para que puedan ca-racterizar los reales intereses que representa el ac-tual gobierno y denir una plataforma comn y una
estrategia de lucha ecaz, sin desestimar el impulso
que se debe dar a reformas para fortalecer y acu-mular fuerzas en sectores sociales realmente intere-sados en transformaciones democrticas y de hondocontenido nacional.
La izquierda, para forjar y construir su alterna-tiva, requiere de una poltica amplia que incida enel conjunto de la sociedad y en las deniciones y am-
bigedades del corresmo que parece condenado,por el temperamento y compromisos de su lder, aprofundizar la recomposicin del sistema, a consoli-dar a nuevos sectores econmicos de dominacin y areforzar el autoritarismo y la persecucin a sus opo-sitores sociales y polticos de izquierda.
El denodado esfuerzo de la militancia de izquier-da y an de los candidatos que se sumaron a suspartidos y movimientos en el ltimo proceso elec-toral, enfrentados al ocialismo y al sectarismo del
rgimen, debe comprometernos a todos en la rees-tructuracin real, poltica, ideolgica y orgnica desus las y en la construccin de un proyecto poltico
y orgnico, socialista y revolucionario, que incorporea todos los actores sociales contestatarios. No msdilaciones, manos a la obra: el pas y nuestro pueblolo requieren!
ngel Crespo V.
CONSTRUIR LA ALTERNATIVADE IZQUIERDA
La CEPAL, en las dcadas de los 60 y 70, impul-s el modelo de sustitucin de importaciones, cuyosresultados fueron frustrantes ya que no se consoliduna burguesa nacional slida, que asuma su respon-sabilidad de promover el desarrollo productivo-indus-trial y no se logr conformar un mercado suciente-mente capaz de adquirir los bienes a producirse.
En los ochenta y noventa, en Amrica Latina, elmodelo neoliberal desmantel las medidas proteccio-nistas impuestas por el Estado. En 1990, la CEPALpublica Transformacin Productiva con Equidaddonde se plante un nuevo modelo de transformacinproductiva con equidad, vinculando el mercado in-
terno y externo; la articulacin integral del sistemaproductivo; la competitividad; progreso tcnico y cre-cimiento; la interaccin entre los agentes pblicos yprivados y la equidad social. Lamentablemente, estapropuesta no se implement en ningn pas de Am-rica Latina, aunque ciertos componentes parece quese vuelven a revivir.
Es en este contexto, el Gobierno Nacional esta-blece un conjunto de normas de calidad, al que sesometen un conjunto de alrededor de 1.000 productosa importarse. Un alto porcentaje son bienes de consu-mo no duradero y duradero, cuya produccin se pue-de generar en unidades productivas localizadas en elpas, pero que requiere de determinadas condicionesque actualmente no se tienen.
Entre las medidas a tomarse se sealan las si-guientes: 1) El cambio en la matriz productiva requie-re elevar niveles de productividad, para competir conxito en el mercado, caso contrario el fracaso de lamedida es eminente. Las polticas deben concentraseen las pequeas y medianas propiedades, proporcio-nado la suciente cooperacin tcnica y nanciera,que debe estar orientada a organizaciones campesi-nas. 2) La ampliacin del mercado interno requierede polticas sociales que mejoren los ingresos de loshabitantes del campo y la ciudad. 3) La generacin detecnologas que se ajusten a nuestra realidad; y 4) Laprioridad para los cambios en la estructura producti-va debe estar orientada hacia los bienes y productosque forman parte de la canasta familiar bsica y l asinversiones. Se tiene que desterrar un consumismode bienes que afectan la salud de los seres humanos.
El control a las importaciones en forma aislada,si bien puede ser una medida para superar el dciten la balanza comercial, pues el periodo comprendidoentre enero y noviembre del 2013 tuvo un saldo nega-tivo de $ 1351,9 millones y se calcula que la reduccinde las importaciones con las medidas tomadas en el2014 seran de ms de 800 millones de dlares, puedegenerar un desabastecimiento de ciertos productos yel consiguiente malestar de la poblacin.
LAS LIMITACIONES DEIMPORTACIONES : UNA MEDIDAAISLADA
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En los ltimos aos, el gobierno ha preten-dido apropiarse de los ocho de marzo, damundial de la mujer, cerrando la PlazaGrande, con grandes tarimas donde se ofrecenserenatas, entregando rosas, con un discurso va-
co que reivindica el que muchas mujeres estnocupando cargos polticos importantes en las es-feras gubernamentales, pero oculta los grandesretrocesos en derechos de las mujeres expresados,fundamentalmente, en el ltimo Cdigo Penal yla violencia estructural y sistemtica que aquejana todas las mujeres, en especial a nuestras her-manas afroecuatorianas, indgenas, campesinas yde sectores urbano marginales, siendo su primerimpulsor, con una retrica machista, patriarcal y
capitalista, el Presidente de la Repblica, quienparadjicamente es el lder de una revolucin conrostro femenino.
Afortunadamente, a pesar de la debilidad enla que se encuentra el movimiento de mujeres delEcuador, producto de una dispersin ideolgica ypoltica muy grande, que no ha permitido, por msesfuerzos que se han hecho, consolidar una agendaconjunta, pero tambin porque este gobierno se haencargado de dividirlo y debilitarlo an ms, comoha hecho con las dems organizaciones sociales del
pas, las mujeres desde diversos colectivos y espa-cios no han permitido que los ocho de marzo seanarrebatados del todo por la visin ocial, sino de
muchas formas han hecho sentir su presencia y susvoces de inconformidad.
Este ao no fue la excepcin. Las feministas de
izquierda, quienes, adems de reivindicar la agendade las mujeres que contiene la lucha contra las vio-lencias, por ms participacin poltica en igualdad,el mejoramiento de las condiciones laborales, los de-rechos sexuales y reproductivos, entre otros, peleanpor la transformacin radical del sistema capitalistay patriarcal e impulsan una agenda amplia de luchacon los sectores populares del pas, decidieron jun-tarse y, con alegra, canto y baile, protestar pbli-camente porque, despus de siete aos de gobierno,las cifras de violencia de gnero tanto fsica, sexualy psicolgica, son alarmantes, no se diga la de femi-cidios y las desapariciones forzosas de mujeres, peroan as se derog la Ley 103 de violencia a la mujer,dejndonos totalmente desamparadas. A pesar deque el 38% de las mujeres violadas sexualmente sequedan embarazadas, el Estado por medio del COIPcriminaliza a quienes deciden no tener a los hijos desus violadores.
Asimismo, las mujeres, en el pas, a pesar detrabajar el doble o triple que los hombres, reciben
menos salario, siguen trabajando precariamente sinseguridad social ni contrato estable, representan lamayora en la tasa de subempleo. El 86,1% que es-tn en el campo de la agroproduccin no perciben sa-lario alguno y la tenencia de la tierra y de recursosnaturales es muy baja.
En denitiva, las condiciones de vida de las mu-jeres sigue siendo precaria, no hay tal revolucinciudadana o sta, simplemente, ha excluido de susbenecios a los ms explotados y marginados por el
sistema donde se incluyen, por supuesto, las muje-res, mientras que estos si han recibido los grupos depoder de este pas y los nuevos grupos econmicos.
En ese sentido, como se puede ver, el trabajo eslargo todava por recorrer y la unidad del movimien-to de mujeres y de ste con las dems organizacio-nes sociales populares es imperativa. Sin unidadestamos perdidas, frente al embate del capitalismodel Siglo XXI disfrazado de socialismo. Lo del ochode marzo ltimo fue un buen primer intento quenos revel que el debate ideolgico y poltico desde
el feminismo popular es indispensable para poderdenir estrategias de lucha conjuntas que abonen a
la resistencia y a la construccin de una alternativarevolucionaria en el pas.
El ocho de marzo sigue siendo el dade las mujeres trabajadoras