Nada, Carmen Laforet Ester Cunillera Feliu 1ª Bachillerato Lengua y literatura española Edición...

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Nada, Carmen Laforet

Ester Cunillera Feliu1ª Bachillerato

Lengua y literatura españolaEdición del libro: Booket

Paseo virtual por Barcelona

Estación de Francia Capitulo I, pagina 13.

La sangre, después del viaje largo y cansado, me empezaba a circular en las piernas entumecidas y con una sonrisa de asombro miraba la gran Estación de Francia y los grupos que se formaban entre las personas que estaban aguardando el expreso y los que llegábamos con tres horas de retraso.

Plaza de la Universidad

Capitulo I, pagina 14.

El coche dio la vuelta a la plaza de la Universidad y recuerdo que el bello edificio me conmovió como un grave saludo de bienvenida.

Calle de Aribau

Capitulo I, pagina 14.

Enfilamos la calle de Aribau, donde vivían mis parientes, con sus plátanos llenos aquel octubre de espeso verdor y su silencio vívido de la respiración de mil almas detrás de los balcones apagados.

Puerto

Capitulo V, pagina 60.

-Espero que no habrás bajado hacia el puerto por las Ramblas.

Ramblas

Capitulo V, pagina 60.

-Espero que no habrás bajado hacia el puerto por las Ramblas.

Barrio chino Capitulo V, pagina 60.

-Hija mía, hay unas calles en las que si una señorita se metiera alguna vez, perdería para siempre su reputación, Me refiero al barrio chino… Tú no sabes dónde comienza…

Vía Layetana

Capitulo X, pagina 115.

Me detuve en medio de la Vía Layetana y miré hacia el alto edificio en cuyo último piso vivía mi amiga.

Plaza de Urquinaona

Capitulo X, pagina 116.

La misma Vía Layetana, con su suave declive desde la plaza de Urquinaona, donde el cielo se deslustraba con el color rojo de la luz artificial, hasta el gran edificio de Correos y el puerto, bañados en sombras, argentados por la luz estelar sobre las llamas blancas de los faroles, aumentaba mi perplejidad.

Edificio de correos Capitulo X, pagina 116.

La misma Vía Layetana, con su suave declive desde la plaza de Urquinaona, donde el cielo se deslustraba con el color rojo de la luz artificial, hasta el gran edificio de Correos y el puerto, bañados en sombras, argentados por la luz estelar sobre las llamas blancas de los faroles, aumentaba mi perplejidad.

Barrio viejo

Capitulo X, pagina 116.

La Vía Layetana, tan ancha, grande y nueva, cruzaba el corazón del barrio viejo.

Catedral Capitulo X, pagina

118.

La catedral se levantaba en una armonía severa, estilizada en formas casi vegetales, hasta la altura del limpio cielo mediterráneo.

Calle de Pelayo

Capitulo X, pagina 119.

Cruzamos las Ramblas, conmovidas de animación y de luces, y subimos por la calle de Pelayo hasta la Plaza de la Universidad.

Calle de Aragón

Capitulo X, pagina 120.

Mucho después el pitido de un tren al pasar por la calle de Aragón, lejano y nostálgico.

Plaza de Cataluña

Capitulo XI, pagina 126.

Una hora buena para pasarla al sol en un parque o en la plaza de Cataluña.

Calle de Tallers

Capitulo XI, pagina 126.

Descubrí en la calle de Tallers un restaurante barato y cometí la locura de comer allí dos o tres veces.

Mediterráneo Capitulo XII, pagina

139.

Yo estaba tumbada en la arena, junto a Jaime, y los dos veíamos la figura graciosa recortada contra el Mediterráneo cabrilleante y azul.

Calles de los arrabales

Capitulo XII, pagina 142.

El recuerdo de estas escenas me hacía llorar de terror algunas veces cuando las razonaba en mis paseos por las calles de los arrabales, o por la noche, cuando el dolor de cabeza no me dejaba dormir y tenía que quitar la almohada para que se disipara.

Parque de Montjuich Capitulo XII,

pagina 144.

Me preguntó que si prefería ir al Puerto o al Parque de Montjuich.

Calle de la Cortes

Capitulo XII, pagina 144.

Caminamos por la calle de Cortes hasta los jardines de la Exposición.

Miramar Capitulo XII, pagina

145.

Fuimos hacia Miramar y nos acodamos en la terraza del Restaurante para ver el Mediterráneo, que en el crepúsculo tenía reflejos de color vino.

Cementerio del Sudoeste

Capitulo XII, pagina 145.

A nuestra derecha yo adivinaba los cipreses del Cementerios del Sudoeste y casi el olor de melancolía frente al horizonte abierto del mar.

Iglesia de Santa María del Mar

Capitulo XIII, pagina 156.

Santa María del Mar apareció a mis ojos adornada de un singular encanto, con sus peculiares torres y su pequeña plaza, amazacotada de casa viejas, enfrente.

Calle de Montcada

Capitulo XIII, pagina 156.

Luego me guió hasta la calle de Montcada, donde tenía su estudio Guíxols.

Tibidabo Capitulo XIV,

pagina 164.

Te sentará bien tomar el aire. Podemos ir al Tibidabo.

Ronda de San Antonio

Capitulo XV, pagina 176.

Juan cruzó la plaza y se quedó parado enfrente de la esquina donde desemboca la Ronda de San Antonio y donde comienza, oscura, la calle de Tallers.

Calle de Ramalleras

Capitulo XV, pagina 177.

Luego volvió la espalda y torció por la calle de Ramalleras, igualmente estrecha y tortuosa.

Calle del Carmen Capitulo XV, pagina 177.

En la esquina de la calle del Carmen – más iluminada que las otras – le vi quedarse parado, con el codo derecho apoyado en la palma de la mano izquierda y acariciándose pensativo los pómulos como presa de un gran trabajo mental.

Mercado de San José

Capitulo XV, pagina 177.

Cruzamos, atravesándolo en parte, el mercado de San José.

Calle del Hospital

Capitulo XV, pagina 178.

Al llegar a la calle del Hospital, Juan se lanzo a la luces de la Ramblas, de la que hasta entonces parecía haber huido.

Rambla del Centro

Capitulo XV, pagina 178.

Nos encontrábamos en la Rambla del Centro.

Calle del Conde del Asalto

Capitulo XV, pagina 178.

Juan entró por la calle del Conde del Asalto, hormigueante de gente y de luz a aquella hora.

Calle Muntaner

Capitulo XVI, pagina 189.

Algunas veces di un rodeo subiendo hacia la calle Muntaner.

Carretera de Vallvidrera

Capitulo XVI, pagina 191.

Salimos de Barcelona por la carretera de Vallvidrera.

Gran vía Diagonal

Capitulo XVIII, pagina 226.

La gran vía Diagonal cruzaba delante de mis ojos con sus paseos, sus palmeras, sus bancos.

Barceloneta

Capitulo XX, pagina 255.

Despacio, fui hacia los alegres bares y restaurantes de la Barceloneta.

Paralelo

Capitulo XXI, pagina 269.

Una noche salí con Román y me llevó al Paralelo.

Mercado del Borne

Capitulo XXII, pagina 274.

Atravesé los alrededores del cerrado y solitario mercado del Borne.

Fin Nombre: Ester Cunillera Feliu Profesora: Mª Isabel Roca Burillo Materia: Lengua y literatura española Trimestre: 3º Curso: 1r bachillerato Clase: A Fecha de presentación: 23-3-2012