Post on 29-Jul-2015
GERENCIA DEL SIGLO XXI Y LA IMPORTANCIA DE LA CIENCIA,
LA TECNOLOGÍA Y LA INNOVACIÓN
Christian E. DelgadoUniversidad Simón Bolívar
Caracas, Venezuela.
Este trabajo busca dar un enfoque a lo que sería los aspectos claves para
ejercer una buena gerencia en el siglo XXI; para esto se buscó como principal
fuente de estudio tres trabajos de distintos autores, donde, si se ve cada uno de
los trabajos, cada uno tiene un perspectiva muy particular del tema de la gerencia
y la importancia de la tecnología y la innovación dentro de las empresas. A pesar
de esto, se puede ver que estos tres enfoques coinciden en que dado a la gran
cantidad de innovaciones que cada día van surgiendo alrededor del mundo, no es
lo mismo gerenciar una empresa en la actualidad que como se hacía 30 años
atrás, y la única forma de mantenerse exitoso en esta era tecnológica, es que
haya un buen manejo de todo este nuevo conocimiento que va apareciendo cada
día, y así sacarle el mayor provecho posible.
Palabras Claves: Gerencia del conocimiento, Ciudad futura, Triple hélice,
Producción de conocimiento.
La sociedad del siglo XXI experimenta cambios acelerados, donde la ciencia y la
tecnología avanzan y se desarrollan a pasos agigantados; es precisamente en este
punto que las empresas privadas y las instituciones públicas deben demostrar su
capacidad de adaptación, manifestando sus competencias para prever, manejar y
controlar las nuevas situaciones que emergen como reflejo de una realidad que
constantemente sufre cambios y transformaciones. En este sentido, es óptimo
afirmar que el desafío para las organizaciones consiste básicamente en la
integración, la diversificación, la innovación, y la creación de estrategias que
permitan asumir los cambios, y desenvolverse con éxito en los mercados mundiales.
Esta realidad económica social, hace que la información pase a constituir el
recurso más valioso, su generación, control y transferencia, constituyen quizás la
forma más clara del desarrollo de una sociedad industrial a una sociedad de
conocimiento, donde la tecnología y los centros organizativos de innovación,
constituyen la plataforma para un mundo más dinámico y desigual.
El carácter sustantivo del desarrollo científico-tecnológico para el avance social,
orienta toda intención para la construcción de políticas tecnocientíficas fomentadoras
de la ciencia, de la investigación, de la innovación y la transferencia tecnológica. La
ciencia y tecnología hoy por hoy constituyen el factor más importante para el
desarrollo de la sociedad de conocimiento.
Para abordar el enfoque de lo que es la Gerencia en el siglo XXI, se toman tres
puntos de vista distintos de tres autores que tratan de enfocar lo que sería una
buena gerencia en la época moderna y compararla con lo que se debería cambiar
en la actualidad.
Gerencia de la ciudad futura
Leyendo el libro de “Gerencia de la ciudad futura”, de Peter F. Druker publicado
en el 2002, podemos decir que, hoy en el 2012, aun nos cuesta ver el verdadero
efecto de la revolución informática, pero no es la “información” lo que produce ese
efecto. Es algo que nadie podía prever y de lo cual ni siquiera se hablaba hace diez
o quince años: el comercio electrónico, es decir, la aparición explosiva de la Internet,
como importante canal de distribución de bienes y servicios y, sorprendentemente,
de empleos gerenciales y profesionales. Esto está cambiando a fondo las
economías, los mercados y las estructuras industriales; los productos y servicios y
su flujo; la segmentación de los consumidores, sus valores y su conducta; los
mercados de empleos y de mano de obra.
En particular, se da por sabido que la revolución informática será como la
revolución industrial de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. Y así es
justamente como la revolución informática se ha comportado en sus primeros
cincuenta años.
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Lo que se llama revolución informática es en realidad una revolución del
conocimiento. La clave no es la electrónica en sí, es más que todo, la ciencia
cognitiva; donde las distintas interacciones que están surgiendo en la actualidad
entre la economía y la tecnología se ve reflejada en la posición social de los
profesionales que trabajan con el conocimiento y la aceptación social de sus
valores. Que ellos sigan siendo los tradicionales “empleados” y se sigan tratando
como tales, sería lo mismo que hizo Inglaterra tratando a sus tecnólogos como
mercaderes, y probablemente tendría análogas consecuencias.
Hoy, sin embargo, se está tratando de hacer ambas cosas a la vez: conservar la
mentalidad tradicional que considera que el capital es el recurso clave y el financista
es quien manda, pero al mismo tiempo sobornar a los trabajadores instruidos
mediante bonificaciones y opciones de adquirir acciones para que se resignen a
seguir siendo empleados. Pero esto sólo puede operar mientras las industrias
nacientes gocen de una bonanza del mercado de valores, como la han venido
gozando las compañías de la Internet.
Lo más probable es que las próximas grandes industrias se comporten como las
industrias tradicionales, esto es, que se desarrollen lentas, penosas y
laboriosamente. Así pues, sobornar a quienes trabajan con el conocimiento, de
quienes dependen esas industrias, sencillamente no va a operar. Esos trabajadores
insistirán en compartir los frutos financieros de su esfuerzo; pero los frutos financieros
tardarán mucho más en madurar, si es que maduran. Por otra parte, en el término de
más o menos unos diez años, dirigir un negocio teniendo como meta principal o
única producir valor (a corto plazo) para los accionistas se habrá vuelo
contraproducente.
Los rendimientos en estas industrias basadas en el conocimiento dependerán
cada vez más de manejar la institución de modo que atraiga, retenga y motive a los
trabajadores del conocimiento. Cuando esto ya no se pueda hacer satisfaciendo su
codicia, que es lo que estamos tratando de hacer en la actualidad, tendrá que
lograrse satisfaciendo sus valores y otorgándoles verdadero reconocimiento y poder
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social. Tendrá que hacerse convirtiéndolos de subalternos en colegas ejecutivos, y
de empleados, por bien pagados que sean, en socios.
Ya no podemos confiarnos en la ventaja competitiva de los conocimientos. La
tecnología viaja con una rapidez increíble. En resumidas cuentas ¿Qué significa
todo esto, realmente? En primer lugar, que es deber del director ejecutivo fijar una
dirección clara de lo que su compañía entiende por “resultados”.
De abandonar algo. El líder del mañana no podrá dirigir por carisma; tendrá que
pensar a fondo las cosas fundamentales, de manera que los demás puedan trabajar
de manera productiva.
Druker habla que el trabajo del director ejecutivo puede llegar a ser tan complejo
como es dirigir una ópera. El director tiene sus cantantes principales y no les puede
dar órdenes; tiene el elenco de apoyo y la orquesta; y tiene el auditorio. Cada grupo
es totalmente distinto, pero el director de la ópera tiene su partitura y todos tienen la
misma partitura y hay que lograr que los distintos grupos coincidan para producir el
resultado deseado. Ésta es la clave para entender lo que viene. No es cuestión de
ser más importante o menos, sino de ser importante de una manera distinta. No se
trata de abstenerse de dar órdenes, sino de saber cuándo darlas. Y tampoco se
trata de menospreciar los objetivos financieros; por el contrario, la historia nos indica
que éstos van ser cada vez más importantes, pero habrá que saber cuándo integrar
los objetivos financieros con la necesidad de fortalecer y mantener un negocio.
Modelo de la Triple Hélice
La triple hélice de Etzkowitz y Leyersdorf se refiere a los sectores academia,
industria y estado:
Las Universidades, productoras de conocimiento.
El Estado, quien provee un marco regulador apropiado, generando entornos
de crecimiento que, en definitiva, empujarán a un país con una dinámica de
crecimiento sustentable y progresiva.
Las Empresas, quienes generan las nuevas oportunidades de negocio.
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No fue sino hasta mediados de los años noventa que se comienza a hablar
masivamente de la importancia de fomentar las interacciones dinámicas entre estos
tres sectores para acceder a la innovación y al desarrollo económico de las
sociedades, el Profesor Henry Etzkowitz estudió la importancia de unir la academia,
la industria y el estado en las actividades económicas para mejorar con constancia
el desarrollo de la región. La triple hélice provee una forma ideal para que la
universidad tradicional se desarrolle en universidad emprendedora.
Durante el estudio de sistemas de innovación basados en gestión del
conocimiento, surge el modelo de triple hélice, que describe y norma las bases para
el acceso al desarrollo económico a partir del fomento de interacciones dinámicas
entre la universidad, la industria y el estado.
El modelo de triple hélice establece a la universidad como centro, con actividades
de investigación y desarrollo basadas en principios académicos, a la industria como
proveedora de demanda de los clientes sobre la base de sus actividades
comerciales, así como la investigación y desarrollo para generar nuevas
oportunidades de negocio, y al gobierno como gestor de condiciones políticas y
marco regulador apropiado para generar entornos de crecimiento. La integración de
estos tres actores yace en el corazón del sistema de triple hélice, que idealmente
incrementará el traspaso de conocimientos en una región, aumentando así, la
ventaja competitiva del desarrollo económico ya sea regional o nacional.
Las estructuras institucionales detrás de las relaciones gobierno-empresa-
academia tienen que ver en el éxito de China, Corea, Taiwan, Singapur, Japón, o el
mismo Chile, en donde pareciera haberse dado una estrecha relación entre
gobernantes, empresarios y académicos, alrededor de planes nacionales de
desarrollo que procuraban crecimiento y bienestar.
Modelos de producción de conocimiento
En "Relevancia de la educación superior en el siglo XXI", Gibbons destaca la
importancia actual de la educación superior y en especial de las universidades, en
tanto agencias estratégicas que, en el marco de los cambios que se vienen
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operando en la producción de conocimiento, deben necesariamente atravesar
procesos creativos de reformulación académica y científica que habiliten y refuercen
la interacción dinámica con nuevas realidades.
Está ampliamente reconocido que las instituciones de educación superior,
particularmente las universidades, se encuentran entre las organizaciones
sociales más estables y resistentes al cambio que han existido en los últimos 500
años. Estas instituciones se desarrollaron y transmitieron el conocimiento
acumulado de una generación a otra, basadas principalmente en el modelo del
campus físico, las residencias de estudiantes, la interacción cara a cara entre el
docente y el alumno, el formato de sus clases magistrales y el acceso a textos
escritos; cumplieron con sus responsabilidades en medio de trastornos Políticos,
avances tecnológicos y desarrollos sociales, manteniendo sin modificaciones sus
estructuras y métodos.
Gibbons señala que la mayor parte de las universidades trabajan con un modelo
tradicional de producción de conocimiento de carácter disciplinario, al que llama
Modo 1, cuya estructura:
Provee a los investigadores los lineamientos sobre cuáles son los
problemas importantes;
Señala cómo deben ser abordados esos problemas, quiénes deben
hacerlo, qué sería una contribución en este campo;
Establece las normas de acreditación de nuevos investigadores, los
procedimientos para seleccionar nuevos profesores y los criterios de
progreso en la vida académica.
Este modelo conlleva un complejo de ideas, métodos, valores y normas que
deben ser adoptadas en la producción, legitimación y difusión del conocimiento para
que el mismo tenga el carácter convencional de científico.
A continuación, Gibbons habla de un Modo 2 de producción de conocimiento, al
que define como un conjunto de prácticas cognitivas y sociales, que tiene
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características propias con la suficiente coherencia como para sugerir la
emergencia de un nuevo modelo de producción de conocimiento.
Los principales atributos de este Modo 2 son los siguientes:
a) Conocimiento producido en el ámbito de aplicación: en el "modo 1" las
relaciones sociales y cognitivas que representan la investigación o ciencia
académica determinan el contexto. Mientras que en el "modo 2", la
producción de conocimiento se genera a partir de un proceso de negociación
entre distintos actores de la sociedad, en el ámbito de aplicación, que
trasciende el académico y que también traspasa el mercado. Lo importante
no es la definición de problemas dentro de la lógica de las disciplinas en
particular, sino la solución de problemas concretos.
b) Transdisciplinariedad: el "modo 2" se encuentra más allá de cualquier
disciplina individual, mientras que la forma tradicional de producir
conocimiento se centra mayormente en una disciplina o a lo sumo es
multidisciplinar. En el "modo 2" no se trata sólo del trabajo colaborativo de
especialistas; implica articular teorías, métodos y procedimientos
provenientes de las disciplinas, pero en función de la especificidad de los
problemas por resolver.
c) Heterogeneidad y diversidad organizativa: el "modo 2" exige una
flexibilidad en los modos de organización y en sus formas de trabajo; los
grupos ser menos institucionalizados, los equipos y redes en numerosas
ocasiones temporales y distribución de responsabilidades menos rígidos.
d) Responsabilidad y reflexividad social: el trabajo transdisciplinar, la
heterogeneidad y la diversidad organizativa, junto con el creciente interés
social en aspectos éticos y morales, aumenta la sensibilidad de los
científicos y tecnólogos. Los profesionales del equipo en "modo 2", se
vuelvan más reflexivos sobre las implicancias éticas y políticas de sus
trabajos.
e) Control de la Calidad: en el "modo 1" el control de calidad es llevado a cabo
casi exclusivamente por pares académicos desde los parámetros, criterios y
metodologías correspondientes a los paradigmas dominantes. En el "modo
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2" se involucran otros actores y a otros criterios de validez, de carácter
económico, político y social.
Las distinciones entre los Modos 1 y 2 podrían resultar de utilidad para
apreciar las diferencias entre ciencia e investigación. El autor sugiere un cambio
cultural en la producción del conocimiento, que transita de la cultura de la ciencia a
la cultura de la investigación. "La ciencia es certeza, la investigación es duda. La
ciencia se supone fría, recta, objetiva, en tanto la investigación resulta apasionada y
riesgosa"
Cuadro Nº 2. Diferencias entre el viejo y el nuevo modelo de producción del
conocimiento
Parámetros Modo 1 Modo 2
Definición del problemaContexto de interés
esencialmente académico.
Orientado a la aplicación, con base en consulta con
diferentes interese
Campo de lainvestigación
Monodisciplinario. Homogénea.
Transdisciplinaria. Heterogénea.
Método de organizaciónJerárquico. Especializado (por
tipo de institución)
Colaboraciones temporales sobre un problema,
producción en distintos lugares e instituciones al
mismo tiempo.
Diseminación de resultadoA través de canales
institucionales
A través de la red durante su producción y luego a la
sociedad
Financiamiento Esencialmente institucional.Fondos obtenidos para cada
proyecto, a través de distintas fuentes públicas y privadas
Impacto socialEx post, cuando los resultados
son interpretados o diseminados
Ex ante, al definir los problemas y establecer las prioridades de la agenda de
investigación.
Control de calidad deresultados
Esencialmente evaluados por pares de la comunidad
científica
Incluye un amplio espectro de intereses
(intelectuales, sociales, económicos y
políticos); la calidad no es yasimplemente una cuestión
científica
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Podemos concluir entonces, que una buena gerencia en el siglo XXI se basa en
la buena gestión de la ciencia, la tecnología y innovación. El conocimiento y la
información son el motor de los avances científicos y tecnológicos.
Surge así la gerencia de la sociedad futura de Drucker, donde se habla de la
revolución informática con el comercio electrónico y el mundo del Internet, se trabaja
con el conocimiento y donde la empresa perteneciente a esta “sociedad futura”, que
desee ser exitosa, debe enfocar como una de sus prioridades la buena gerencia de
este conocimiento.
El modelo de Triple Hélice de relaciones entre universidad, industria y gobierno,
ampliamente usado en los estudios de la innovación. Impulsado por Etzkowitz y
Leyersdorf, el modelo ha resultado fructífero como heurística para el análisis de los
procesos de innovación y como esquema normativo para políticas de innovación.
Además, los fundamentos teóricos del modelo casan bien con los enfoques de las
teorías evolucionista e institucionalista en economía, al tiempo que toman en cuenta
variables sociológicas tradicionalmente descuidadas por la teoría económica.
Mientras que Gibbons habla del surgimiento de un sistema distribuido de
producción de conocimiento, y destaca la importancia actual de la educación
superior y en especial de las universidades, en tanto agencias estratégicas que, en
el marco de los cambios que se vienen operando en la producción de conocimiento,
deben necesariamente atravesar procesos creativos de reformulación académica y
científica que habiliten y refuercen la interacción dinámica con nuevas realidades.
El modelo que se presenta en este documento ofrece un panorama de la
pertinencia que habrá que tener la educación superior en el siglo XXI, que se inicia
con los cambios que se están produciendo ya en la creación de conocimiento. Se
procura hacer notar que, en su mayoría, las universidades están organizadas de
acuerdo con las estructuras de las disciplinas científicas y que estas estructuras
necesitan ser adaptadas a las necesidades de esta nueva era tecnológica.
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Bibliografía
Bennera, M., Sandström, U., 2000. Institutionalizing the triple helix: research funding and norms in the academic system. Research Policy.
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Etzkowitz, H., Leydesdorff, L., 2000. The Dynamics of Innovation: from National Systems and ‘Mode 2’ to a Triple Helix of University-Industry-Government Relations. Research Policy.
Etzkowitz, H. 2002. Networks of Innovation: Science, Technology and Development in the Triple Helix Era. International Journal of Technology Management and Sustainable Development
Gibbons, M., Limoges, C., Nowotny, H., Schwartzman, S., Scott, P., Trow, M., 1994.The New Production of Knowledge: The Dynamics of Science and Research in Contemporary Societies. SAGE Publications.
Gibbos, M., 1998. Higher Education Relevance in the 21st Century, World Bank.
Shinn, T., 2002. The Triple Helix and New Production of Knowledge: Prepackaged Thinking of Science and Technology. Social Studies of Science
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