¡Es el Señor! Dice Juan. Y Pedro se apresura a ir con el Señor.

Cada uno prosigue su proceso de fe ante el Dios que se le

manifiesta.

Para algunos, los signos o manifestaciones de la acción divina, son tan solo objetos con poderes mágicos o

pertenencias de ritos vanos.

Otros son observadores respetuosos de los que tiene fe.

Santa María fue notificada y creyó, acepto y vivió.

San José no conoce los planes divinos pero acepta con docilidad y amor. Y se

pone al servicio del Señor.

A veces la huida es necesaria, para cuidar nuestra fe.

Juan el bautista preparaba en la fe en Jesús. Los futuros apóstoles: Juan y

Santiago van en busca de ella.

El demonio se da cuenta que las obras de Cristo están mostrando su calidad

divina pero no quiere creer.

Los milagros muestran quién es Cristo.

La gente se admira ante la sabiduría y poder de Cristo.

Jesús se presenta de una manera clara e inequívoca para todos aquellos que

quieren creer.

Su presencia fue física; ahora es espiritual y a trabes de mediaciones.

Hasta los niños lo buscaban.

Y El les daba su gracia.

El caído encontraba en Jesús comprensión, perdón y ayuda.

Por motivos que desconocemos, Judas traiciona a su Maestro.

Juan se entera de El con mucho cariño.

Jesús les da ejemplo de espíritu de servicio.

Jesús se entrega como pan sobrenatural.

Jesús nos da la prueba máxima de su amor.

En el dolor María está mas cerca de su Hijo.

Las mujeres lo buscan muerto.

Pero El se les presenta vivo.

Los apóstoles están confusos.

El les presenta signos inequívocos.

Y los confirma en la fe.

Jesús se fue al Padre.

¿Nosotros seremos capaces de decir con Juan ¡Es el Señor!? Y ¿Seremos

prontos para acudir con Pedro?

ektorn@htomail.com

Los dibujos son entresacados de la Película: “Jesús, un reino sin fronteras”. De Video Shark.