Post on 17-Feb-2016
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Entre encuentros y desencuentros
El mundo siempre ha estado en constante evolución y por consiguiente el hombre como
perteneciente a él. Es decir, todo aquello que nos rodea es de naturaleza dinámica. De ahí que
ha existido la curiosidad no solo por conocer el entorno sino por comprenderlo, con el
cometido de encontrar explicaciones a fenómenos tanto naturales como sociales que se van
presentando, de tal manera que esto ha permitido dar respuestas a problemas propios a la vida
humana, para lo cual se ha hecho uso de la investigación tanto cuantitativa como cualitativa –
lo cientificista y los interpretativo–.
Sin embargo, lo cientificista ha gozado de una tradición que la empodera, de tal forma que
devalúa a lo interpretativo, de esta manera, Boaventura afirma que el pensamiento abismal1
dentro del campo del conocimiento le otorga a la ciencia moderna el poder de delimitar lo
verdadero de lo falso, lo que ha generado discusiones entre los que buscan encontrar la verdad
de manera científica y no científica. (De Sousa, 2010) En consecuencia, se han puesto en
riesgo saberes de aquellos que por estar del otro lado de la línea, no son vistos, “Me refiero a
conocimientos populares, laicos, plebeyos, campesinos o indígenas, […]” (De Sousa, 2010,
pág. 31), que son ubicados “más allá de la verdad y de la falsedad.” (Ibid.) No obstante, el
mundo no sólo se compone por una única realidad objetiva, todo lo contrario, en el existen un
sinfín de realidades que en la medida de lo posible deberían ser vistas y por supuesto
entendidas y tomadas en cuenta.
Por otra parte, se hace necesario reconocer que estos dos tipos de caminos para llegar a la
verdad, no tienen que ser vistos como vías mutuamente sustitutivas e irreconciliables, sino al
contrario, como dos caminos que pueden convergir en esa búsqueda de la verdad, es decir,
apuntalándose el uno en el otro para la generación de conocimientos científicos. En este
sentido, autores como Erickson han fijado posturas menos radicales a la hora de hacer
investigación, siendo así que propone adoptar aquellos enfoques de la investigación
participante como interpretativos, con el fin de evitar una determinación de estos enfoques
como no cuantitativos, puesto que afirma éste, que durante el trabajo suele hacerse uso de
1 Este consiste en un sistema de distinciones visibles e invisibles. Las invisibles constituyen el fundamento de las visibles y son establecidas a través de líneas radicales que dividen la realidad social en dos universos, el universo de este lado de la línea y el universo del otro lado de la línea. La división es tal que el otro lado de la línea desaparece como realidad, se convierte en no existente, y de hecho es producido como no existente. (De Sousa,2010, pág. 29)
DRA. LEONOR E. PASTRANASEMINARIO OPTATIVO
ALEJANDRO DÁVILA HERNÁNDEZ
cierto tipo de cuantificación. (Erickson, 1989) A su vez, De Sousa plantea desde una
perspectiva ecología2 de saberes, que el pensamiento posabismal3 implica la posibilidad de
conocer al mundo a través de diferentes formas así como el reconocer que el conocimiento
científico no es el único, sino que hay otros más allá de éste. (De Sousa, 2010)
No obstante, a pesar de ello, en la mayor parte de los estudios denominados científicos se ha
prestado más atención a describir, cifrar y computar sucesos que a analizar, porque aún sigue
pesando la idea positivista de que la realidad social existe externamente y, por tanto, sus
propiedades deben ser medidas a través de métodos objetivos, más que ser inferidas
subjetivamente a través de sensaciones, reflexiones o intuiciones. Ante esto, Ginzburg
propone “el rigor elástico […], donde las reglas no se prestan a ser formalizadas, y ni siquiera
expresadas. (Ginzburg, 1989, pág. 163) Esto implica una ruptura con la rigidez cientificista,
dando paso a la subjetividad.
De esta manera los planteamientos se acercan más a la realidad y recogen la complejidad de
los problemas como un todo, donde entonces la realidad no es objetiva y externa, sino que es
construida socialmente y su significado le es asignado por la sociedad, de ahí que es relevante
el rescate del trabajo de campo con el propósito de “[…], conocer lo desconocido, documentar
lo no documentado, escuchar y ver al otro.” (Rockwell, 1987, pág. 7) Por lo tanto el objeto de
estudio es la realidad cotidiana en toda su complejidad, intentando comprender el origen de un
fenómeno, más que buscar unas regularidades o leyes fundamentales, de ahí que, desde la
perspectiva ecológica de saberes, se determina que la necesidad de alcanzar “[…],
credibilidad para un conocimiento no científico, no implica desacreditar el conocimiento
científico. Simplemente implica su uso contrahegemónico.” (De Sousa, 2010, pág. 53) En
contra parte, se hace presente el planteamiento reduccionista del paradigma positivista, que
trata de simplificar la realidad y diseñar experimentos controlados, lo que implica el análisis
de sucesos aislados e independientes. No obstante, los fenómenos sociales difícilmente se
comportan como los fenómenos naturales, puesto que se producen en circunstancias
continuamente cambiantes, situación que impide poder establecer parámetros a partir de los
cuales se puedan definir. Por consiguiente, el desarrollo de un conocimiento abstracto o de
una ley general, objetivo de las metodologías cuantitativas, requiere para su aplicación de un
objeto estable y que continúe así a lo largo del tiempo, y esto en muchas ocasiones no ocurre
2 Es una ecología porque está basado en el reconocimiento de la pluralidad de conocimientos heterogéneos (uno de ellos es la ciencia moderna) y en las interconexiones continuas y dinámicas entre ellos sin comprometer su autonomía. (De Sousa, 2010, pág. 49)3 No es un pensamiento derivado, implica una ruptura radical con los modos occidentales modernos de pensar y actuar. (De Sousa, 2010, pág. 49)
en las diferentes realidades. A diferencia de esto, un enfoque interpretativo, permite descubrir
nuevas realidades o comportamientos inesperados.
Sin embargo, hemos de tener presente que todo planteamiento tendrá una validez parcial
según el objeto de estudio, siendo creciente la opinión de que el establecimiento de un punto
intermedio entre ambos extremos es beneficioso. Ya que como asegura De Sousa, el hecho de
que todo conocimiento es incompleto de algún modo, impide dar explicaciones a la infinidad
de intervenciones posibles en el mundo. (De Sousa, 2010) Es decir, el tomar una posición
extrema en este debate no es enriquecedor ni ayuda a mejorar la base metodológica. Aunque,
como señala también éste mismo autor, es importante ser precavidos ante la posibilidad de
complementar diferentes tipos de conocimiento y por el contrario al presentar posibles
contradicciones entre éstos.
BIBLIOGRAFÍA
De Sousa, S. B. (2010). Descolonizar el saber, reinventar el poder. Montevideo, Uruguay:
Tricle.
Erickson, F. (1989). Métodos cualitativos de investigación sobre la enseñanza. En La
investigación de la enseñanza II. Métodos cualitativos y de observación, M. C.
Wittrock (coord.). Primera parte. Barcelona: Paidós Ibérica.
Ginzburg, C. (1989). Indicios. Raíces de un paradigma de inferencias indiciales. En Mitos,
emblemas, indicios. Barcelona: Gedisa.
Rockwell, E. (1987). Reflexiones sobre el proceso etnográfico (1982-1985) En Para observar
la escuela, caminos y nociones, Vol. II del Informe final del proyecto La práctica
docente y sus contextos institucional y social E. Rockwell y J. Ezpeleta (Coord.).
Obtenido de http://polsocytrabiigg.sociales.uba.ar/files/2014/03/Rockwell-El-proceso-
etnogr%C3%A1fico.pdf