Post on 09-Jul-2022
El cooperativismo como herramienta administrativa para la consecución de los objetivos
básicos de una comunidad cafetalera.
Silvio Andrés Barrios Montero
Código: d5201466
Ensayo presentado como requisito para optar al título de
especialista en alta gerencia
Asesor(a)
John Alexander Prieto Carrillo
Universidad Militar Nueva Granada
Facultad de estudios a distancia
Especialización en alta gerencia
Bogotá, Colombia
2.019
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Resumen
Las organizaciones solidarias deben trazarse el objetivo de que el agricultor colombiano, y en este
caso, que el Cafetalero sea siempre el ganador preferencial del importante negocio del café. El
esfuerzo operativo de este tipo de empresas debe centrarse en la comercialización interna y externa
del café y de buena parte de los insumos y servicios requeridos por la industria del grano de café.
Además, debe buscar sin tregua que los resultados económicos de las operaciones mercantiles se
conviertan en crecimiento y desarrollo de la familia cafetera y su comunidad inmediata en el marco
de la sostenibilidad y la armonía ambiental. El mayor compromiso de las organizaciones de la
economía solidaria será, el adquirir una estrategia, la cual le asegure participar siempre con
competitividad en el mercado de mayor bondad económica y social para el productor del café. El
trabajo con ética y responsabilidad garantizará en todo momento la excelencia de la propuesta de
mercantil de estas empresas, y contribuir así a la satisfacción superior de su respuesta comercial y
social al productor de café, al gremio cafetero y a los compradores nacionales e internacionales del
grano en todas sus modalidades industriales.
Los acuerdos cooperativos deben velar porque se promuevan la prosperidad económica y social de
sus asociados, especialmente en cuanto éstos estén vinculados a la actividad de la producción del
café; igualmente velar por el bienestar de sus familiares y el desarrollo de la comunidad donde ésta
opere, y al mismo tiempo promover las actividades complementarias de la región.
Palabras clave
Cooperativismo, Economía Solidaria, Cafetalero, Café Pergamino Seco, Bienestar Social.
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Abstract
Solidarity organizations should be set the objective that the Colombian farmer, and in this case,
that the Cafeteria is always the preferential winner of the important coffee business. The
operational effort of such companies should focus on the internal and external marketing of coffee
and much of the supplies and services required by the coffee bean industry. In addition, it must
relentlessly seek that the economic results of commercial operations become the growth and
development of the coffee family and its immediate community within the framework of
sustainability and environmental harmony. The greatest commitment of the organizations of the
solidarity economy will be, to acquire a strategy, which ensures that it always participates with
competitiveness in the market of greater economic and social goodness for the coffee producer.
Working with ethics and responsibility will guarantee at all times the excellence of the commercial
proposal of these companies, and thus contribute to the superior satisfaction of their commercial
and social response to the coffee producer, the coffee guild and the buyers national and
international grain in all its industrial modalities.
Cooperative agreements should ensure that the economic and social prosperity of their partners are
promoted, especially as they are linked to the activity of coffee production; also, to ensure the well-
being of their families and the development of the community where it operates, while promoting
the complementary activities of the region.
Key Words
Cooperativism, Solidarity Economy, Coffee, Dry Parchment Coffee, Social Welfare.
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Introducción
Se abordara en el presente documento los conceptos sobre la forma de organización
socioeconómica de carácter universal más grande del mundo el cooperativismo, el surgimiento en
América Latina, la definición de concepto; aparte de ello, se enumeraran algunas de las técnicas
que pueden ser utilizadas en la administración de las cooperativas para mejorar la gestión, sin
perder de vista que es una empresa solidaria; enseguida se argumentará como las disparidades de
la economía nacional y frente a la desventaja, los caficultores toman la decisión de crear
cooperativas, conduciendo al nacimiento de la Federación Nacional de Cafeteros. Posterior a ello,
se abordará los aspectos relevantes de la sinergia comercial que realizan las cooperativas
comprometidas con el cafetalero, con las entidades intermediarias para la compra y venta del café
pergamino seco, u otro participante en el mercado interno del mismo tipo de café. Al final nos
ocuparemos de la gestión directa, en proceso, cuyo propósito es el de avanzar en el mercado interno
y externo de cafés preferidos por sus particulares atributos sensoriales.
La importancia de esta exposición radica en describir los marcos normativos y operativos de los
negocios de café que las cooperativas que asocian cafetaleros llevan a cabo con cada comprador
mayorista, la calidad del servicio a los productores, sus esfuerzos para satisfacer los compromisos
adquiridos, el ausente proceso de transformación del grano, su competitividad en el mercado, los
resultados económicos que logra para el revertirlos en servicios a sus asociados, los caficultores
que atiende con regularidad, la comunidad de su entorno y su propio crecimiento como empresa.
Existe en la cultura organizacional de estas cooperativas un acentuado convencimiento sobre la
necesidad y conveniencia de ejecutar el servicio de compra de café a los productores con
solidaridad gremial, valores comunitarios, ética, idoneidad y profesionalismo, así mismo la mejora
continua en los procesos operativos y administrativos es una política siempre presente que se
cultiva en cada uno de los directivos y colaboradores. La historia y los resultados positivos de las
cooperativas en el trascurso del tiempo de existencia son indicadores sobresalientes de la calidad
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de sus acciones. Aun así, no es dable detenerse en la cualificación del servicio que se puede y debe
dársele a la comunidad cafetera.
Desarrollo
Se desglosará la presente temática desde los puntos mas generales, hasta la minucia del mismo, por
tal razón se iniciará con describir aspectos históricos sobre el cooperativismo, definiciones,
herramientas administrativas que pueden ser utilizadas en el cooperativismo y posterior a ello se
enfocará sobre el café con los tipos y clases de convenios que este tipo de cooperativas de
comercialización al por mayor de café pergamino seco, y en general, en cualquier presentación
industrial del mismo grano debe realizar para que se generen utilidades económicas, traducidas en
beneficios y bienestar social de toda una comunidad cafetera.
¿Qué se ha aprendido? (La evolución).
Ramírez, Herrera y Londoño (2016) afirmaron que el cooperativismo representa posiblemente la
forma de organización socioeconómica de carácter universal más grande del mundo, en este estudio
señalaron que han sido más de 167 años de historia, desde su nacimiento oficial, partiendo que los
seres humanos desde la antigüedad trabajaron en la cooperación, especialmente para defenderse de
las fuerzas de la naturaleza y de otros animales, buscar dominio territorial, preservar la existencia
y fortalecerse. Hernández y Rodríguez (2015) comentaron que la primera experiencia en el sector
cooperativo se dio en el campo de la agricultura, cuando en su transformación de nómada a
sedentario, el ser humano se vio en la obligación de producir alimentos para él y su familia. Desde
entonces surgió la necesidad de trabajar en equipo para cubrir las diferentes etapas de producción.
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Así mismo, en el contexto americano se puede citar los mayas, aztecas, y los incas quienes con la
llegada de los europeos presentaron una nueva cultura de cooperación, basada en aspectos
religiosos, particularmente basado en el cristianismo católico.
No obstante, fue en el siglo XVIII donde aparecieron los primeros inicios del cooperativismo en
Nueva Holanda (USA) con la creación de la cooperativa americana por Pleckhoy (1730), se
introduce un sistema de participación en las pesquerías de Nueva Inglaterra (Usa). Seguidamente
en 1750 nace la Sociedad mutual contra incendios en Estados Unidos. Y en 1816 se creó el primer
banco de ahorro mutuo (USA) (Ramírez, Herrera y Londoño, 2016)
Respecto de América Latina, Mogrovejo, Mora y Vanhuynegem (2012) citaron algunos autores
quienes afirmaron que el cooperativismo agrícola surgió a principios del siglo XX en Honduras,
México y Argentina y fue cuando Estados Unidos, por medio del Programa de la Alianza para el
Progreso, apoyo varias reformas agrarias en América Latina, generando diferentes formas de
cooperativas en el ámbito rural, unas de explotación comunitaria de la tierra y otras de servicios.
Pese a este logro, dichas cooperativas fracasaron, el análisis de aquel entonces arrojo que no solo
se trata de coger un modelo de cooperativa exitoso y replicarlo en otra región, se debe arraigar en
las comunidades el proceso de creación y gestión. Así mismo, tener en cuenta los cambios
culturales. No obstante, una vez superadas las dificultades y aciertos experimentados por el
cooperativismo; se afirmó que sigue siendo un excelente modelo a seguir para la generación de
nuevos empleos y disminución de la pobreza. La experiencia desarrollada permitió afirmar que el
cooperativismo es una alternativa para las personas y familias de menores recursos, teniendo en
cuenta que siempre será de gran valor observar la historia para evitar caer en los mismos errores
en que se incurrió y también para emular los aciertos logrados (Mogrovejo, Mora y Vanhuynegem,
2012).
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Ahora bien, cada vez que se profundiza en los casos exitosos del cooperativismo se encontrará que
las cooperativas deben basarse en los valores de la autoayuda, la autorresponsabilidad, la
democracia, la igualdad, la equidad y la solidaridad. Además, se destaca que los socios
cooperativos deben hacer suyos los valores éticos de la honestidad, la transparencia, la
responsabilidad y las vocaciones sociales (Gadea, 2006)
La evolución de cooperativismo a través del tiempo, ha permitido definir a las cooperativas como:
una asociación de personas que se han unido de forma voluntaria para satisfacer sus necesidades y
aspiraciones económicas, sociales y culturales en común mediante una empresa de propiedad
conjunta y de gestión democrática (Martínez, 2015). Pardo y Huertas (2014) definieron a las
cooperativas como empresas no capitalistas, sin ánimo de lucro, y que, para el caso del subsector
estudiado, se diferencian de un banco privado por su forma de propiedad, de gestión y de reparto
de sus beneficios y resultados, que no son utilidades. Por otra parte, Bustamante (2009) cito la
Declaración Mundial sobre Cooperativismo de Trabajo Asociado, aprobada en 2005 por la
Asamblea General de CICOPA, afirmando que este tipo de organizaciones debe tener las siguientes
características básicas: su propósito es crear y mantener puestos de trabajo sustentables, que
generen riqueza, mejoren la calidad de vida y promuevan el desarrollo comunitario y local.
Mientras que Serrano (2007) comento que los asociados deben aportar a la cooperativa recursos
económicos, es decir, capital, y se constituyen como usuarios de los bienes o servicios que esta
produce o distribuye, tienen derecho a decidir sobre cómo utilizar los recursos y qué bienes o
servicios deben producirse, así como a garantizar o asegurar que aquello que la empresa produce o
distribuye sea suficiente, adecuado, de calidad y a precios aceptables. Igualmente, tienen derecho
a evitar que los recursos sean mal utilizados y que los bienes o servicios correspondan a lo
demandado en relación con la cantidad, oportunidad, calidad y precio.
Así mismo, la evolución del cooperativismo permite emular los aciertos de países como Costa Rica
quienes resaltan que la Sociedad Cooperativa Cafetalera promovió la integración de pequeños
productores de café que eran explotados por los grandes productores. Dicho caso motivó al
gobierno a proponer acciones mediante la opción cooperativa generando aumento de bienestar,
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inversión en capital humano, el fomento de respeto por el ecosistema, el impulso de dinámicas de
solidaridad, la certidumbre de los asociados y la convivencia comunitaria. Afirmando así que las
comunidades con tradición cooperativa tienen mejores niveles de progreso social. Bustamante, A
(2009) comentó que la dimensión alcanzada por este sector, en cuanto a cantidad de empresas,
puestos de trabajo generados, flujos de efectivo, de bienes y servicios transados y afectación en la
dinámica económica y social de las regiones, ha generado un interés internacional, en el plano
político, económico y académico para el estudio y la promoción del modelo cooperativo.
En síntesis, la revisión de literatura, permite inferir que las cooperativas agropecuarias aportan
sustancialmente al de Desarrollo Rural Territorial (Pavletic y Reyes, 2013), basado en elementos
básicos del Cooperativismo como el fortalecimiento organizacional, el principio de la educación
cooperativista, la dinamización de la economía local, cooperativas como empresas sociales y la
cohesión social y participación ciudadana.
Y si a lo anterior, se le suma el objeto de este escrito “herramienta Administrativa” Herrera y Louge
(2015) enumeraron algunas de las técnicas que pueden ser utilizadas en la administración de las
cooperativas para mejorar la gestión, sin perder de vista que es una empresa solidaria:
• Planificación estratégica: rara vez las cooperativas destinan el tiempo y los recursos para
planificar qué nuevos servicios podrían prestar a sus asociados; cómo mejorar los existentes o
cómo desarrollar sus productos.
• La adquisición de tecnología y el uso de sistemas de información suele ser un aspecto no
abordado por las cooperativas, sin embargo, la planificación de la incorporación de los mismos
puede traducirse en una ventaja competitiva.
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• Marketing cooperativo: una debilidad que generalmente se presenta en el movimiento cooperativo
es la escasa difusión del impacto positivo de las actividades que realizan estas entidades en la
comunidad.
• Utilización de técnicas para la cohesión interna que permita unir a los participantes de la
cooperativa (empleados, consejeros, asociados) en objetivos comunes, fomentando el sentido
de pertenencia.
• Las empresas lucrativas muestran sus actividades sociales mediante un Balance de
Responsabilidad Social Empresaria; en tanto que el movimiento cooperativo trabaja hace años
en el desarrollo de un Balance Social como herramienta de gestión y difusión, que aun no ha
tenido una adopción práctica en la mayoría de las cooperativas.
• Incorporación de control y retroalimentación que permita evaluar la gestión y mejorar el servicio
prestado a los diferentes públicos. Algo que suele ocurrir en las cooperativas es restar
importancia a la actividad de control, que resulta fundamental para la detección de problemas o
desvíos y aprovechar las oportunidades del entorno. También, consideramos que es importante
tomarse el tiempo necesario para repasar todo lo realizado, porque es una manera de valorar el
trabajo efectuado y difundirlo.
Sin embargo, es necesario aclarar que en muchos casos las cooperativas han adoptado algunas o
varias de estas herramientas y las han utilizado para mejorar su gestión.
Por otra parte, respecto de Colombia, las Cooperativas de Trabajo Asociado nacen jurídicamente
con la ley 79 de 1988. Con esta norma se permitió que, un colectivo de personas de manera
concertada logre llevar a buen término, una o varias ideas de emprendimiento laboral,
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democratizando los medios de producción y distribuyendo equitativamente los excedentes, en
razón de reducir los elevados índices de desempleo que presenta el país (Horta, 2018).
Horta (2018) reporta que con base en los reportes que hacen las empresas solidarias a la
Superintendencia de la Economía Solidaria; el sector solidario es el tercero de mayor importancia
después del público y el privado respectivamente. Lo anterior en razón a que, existe un porcentaje
elevado de personas vinculadas a una o varias organizaciones cooperativas, en algunos casos,
mediante el requisito del aporte social.
Si miramos la industria cafetera esta es una de las más importantes. Más de 100 años marcan la
tradición de este producto que se ha posicionado como uno de los mejores del mundo. Sin embargo,
existen toda una serie de retos que deben enfrentar los caficultores de la mano de las cooperativas.
Según el informe del Banco Mundial (2002) la evidencia muestra claramente como los costos de
mercadeo del café, así como los márgenes, varían significativamente entre regiones. Ocampo y
Álvarez, (2017) señalaron que en muchas de las regiones productoras de café los niveles de
productividad permanecen dificultados por el bajo nivel de destreza y el acceso limitado a insumo
y crédito. Los mercados volátiles sin instrumentos de gestión del riesgo desaniman a efectuar
inversión a largo plazo en los cafetales.
Con base en lo anterior, la presencia de las cooperativas de caficultores fue y serán determinantes
para la fijación de un precio competitivo por parte del mercado. En el estudio realizado por Piñeros
(2016) señalaron que frente a estas disparidades de la economía nacional y frente a la desventaja,
los caficultores tomaron la decisión de crear cooperativas con el propósito de defender sus
intereses, ganándose el margen de intermediación y control de los mercaderes especulativos.
Lo anterior, desencadeno en el nacimiento de la Federación Nacional de Cafeteros en 1927: bajo
el criterio “los cafeteros colombianos se unieron con el fin de crear una organización que los
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representara nacional e internacionalmente, y que velara por su bienestar y el mejoramiento de su
calidad de vida”.
En la actualidad los productores comúnmente reciben alrededor del 70 al 75% de los precios
cuando venden su cosecha a través del sistema de cooperativas. Este porcentaje puede variar
dependiendo del número de intermediarios que actúen en la transacción. Este sistema permite que
los agricultores reciban una de las tasas más altas de retorno a escala mundial. Igualmente, el
mercado ha pagado constantemente una prima significativa por la calidad y consistencia del café
colombiano.
Al analizar el modelo cooperativo de Federación Nacional de cafeteros se podría concluir que:
concentró los comercializadores, las instituciones foráneas y vinculó de forma directa, la
exportación del café, ordenó del mercado interno, generó garantía de compra y el precio de
sustentación con el precio de contado, generó utilidades comerciales que pueden retornar a los
productores o el Estado colombiano y la más importante, es un ente regulador del grano.
Además, esta institución ha impulsado la siembra del grano, ha mantenido la calidad que representa
el café colombiano, tiene depósitos para almacenar la oferta y que no afecte los precios del grano,
y es una caja de créditos para los caficultores y para el propio Estado.
En vista de tal situación a continuación se presentan los convenios para alcázar dichos benéficos
citados.
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Convenio con la Federación Nacional de Cafeteros a través de Almacafe S.A.
Se transcribe la manifestación enfática de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia
respecto de la comercialización interna de café:
[ “…Cuando no existe competencia por el café en un municipio o pueblo alejado, los pequeños
cafeteros pierden la capacidad de negociación frente a los compradores locales o regionales,
reduciendo en ocasiones sus ingresos en hasta un 40%. Esta asimetría en la capacidad de
negociación de la gran mayoría de los cafeteros colombianos, que no pueden acceder
individualmente a economías de escala en la comercialización de su producto, es compensada por
nuestra política de garantía de compra.
Es por ello que la garantía de compra es considerada como el servicio más significativo que el
Fondo Nacional del Café y la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia brinda a los cafeteros
colombianos. Este servicio le asegura al cafetero que, al momento de vender su café, siempre
encontrará un comprador que estará dispuesto a pagarle un precio de mercado sin abusar de su
condición de cafetero “pequeño”. El precio de referencia que fija diariamente la Federación
Nacional de Cafeteros de Colombia y que constituye un referente del mercado es público y se fija
con criterios de transparencia y de acuerdo con las condiciones del mercado.
Para hacer efectiva la política de Garantía de Compra en todo el país, la Federación requiere de una
capacidad logística y de acopio importante. Para ello cuenta con los servicios de cerca de 33
Cooperativas de Caficultores y con una red de aproximadamente 541 puntos de compra de café,
localizados en los sitios más alejados de la zona cafetera colombiana…”].
Por lo anterior, es necesario decir que este tipo de Cooperativas de Caficultores deben firmar un
Convenio y/o Contrato con Almacafe S.A., operador logístico de la Federación Nacional de
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Cafeteros, en la medida de las posibilidades debe ser desde su creación o fundación. El Convenio
debe establecer como Objeto: Los mecanismos y condiciones a través de los cuales Almacafe S.A.,
suministra recursos a las Cooperativas de Caficultores con el fin de que éstas adquieran, por su
cuenta y riesgo café pergamino seco, cuando Almacafe S.A., así autorice expresamente a las
Cooperativas de Caficultores mediante instrucciones escritas, y las Cooperativas de Caficultores
se obligan a desarrollar las demás actividades conexas, instrumentales o complementarias al objeto
de ese Convenio y/o Contrato, previo visto bueno de Almacafe S.A.”.
¿De qué manera práctica se percibe la ejecución de este Convenio, basado en herramientas
de administración?
Se debe tener en cuenta el presente Proceso, definido en el tipo de Convenio y/o Contrato suscritos
entre Almacafe S.A., y las Cooperativas de Caficultores.
a. Almacafe S.A., operador logístico de la Federación Nacional de Cafeteros, gira a las
Cooperativas de Caficultores, bajo la modalidad de crédito con plazo e intereses, de manera
continua, a diario o semanal, y en función de la oferta de café pergamino de los productores,
determinadas sumas de dinero perteneciente al Fondo Nacional del Café con el propósito
de que las Cooperativas de Caficultores compren café pergamino seco.
b. El dinero del Fondo Nacional del Café – Línea Financiamiento es consignado por la
Federación Nacional de Cafeteros o Almacafe S.A., en las cuentas corrientes especiales a
nombre de las Cooperativas de Caficultores y que esta debe abrir y manejar con condiciones
expresamente señaladas, en bancos autorizados.
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c. Las Cooperativas de Caficultores llevan una contabilidad especial con exclusividad para el
movimiento de los recursos y especies del Fondo Nacional. del Café – Línea
Financiamiento, la cual es informada permanentemente a la Federación Nacional de
Cafeteros, Almacafe S.A., y el Comité de Cafeteros del departamento donde estén ubicadas
las Cooperativas de Caficultores, de manera simultánea está disponible a todos los órganos
de control gubernamental competente con derecho claro de supervisar y vigilar.
d. La Federación Nacional de Cafeteros publica dieciséis precios diarios de compra de café a
los productores, uno por capital de departamento, o lugar donde Almacafe S.A., acopie el
café adquirido por las Cooperativas de Caficultores del país, con convenio.
e. Las Cooperativas de Caficultores, teniendo como base el precio diario publicado por la
Federación de cada departamento cafetero del país, deduce un valor, que por cada año civil
aprueba Almacafe S.A., ante solicitud fundada de las Cooperativas de Caficultores, que
sirve para cubrir los costos y gastos de comercialización por kilo de café pergamino. Este
valor deducido está conformado por 136 rubros presupuestales relacionados con el
mercadeo de café.
f. La cifra del precio descontada, cuyo factor de rendimiento base es 92.80, es convertida en
factor de rendimiento 88. La suma resultante se expone públicamente a los caficultores
como precio base de compra diario de las Cooperativas de Caficultores, en cada uno de sus
puntos de atención. Así, el precio que se paga al productor es susceptible de ser superior al
precio base si el respectivo factor de rendimiento es inferior a 88 e inferior si el factor de
rendimiento es superior.
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g. La Federación Nacional de Cafeteros por si misma o a través de Almacafe S.A., instruye
y/o direcciona aspectos atinentes al Convenio, que las Cooperativas hacen propias para
intervenir en el mercado de café, tales como:
• Metodología de compra a aplicar
• Características físicas y sensoriales del café: Gramos de Almendra Sana, Gramos de Almendra
Defectuosa y Merma (Gramos de Cisco) y ausencia de defectos que afecten la taza.
• Programas, caficultores beneficiarios, tipos de café, sobreprecios, etc.
• Fórmula de cálculo del precio de compra al productor.
• Monto máximo de descuento al precio diario publicado para cubrir costos y gastos de
comercialización por la Cooperativa.
h. Las Cooperativas de Caficultores compran el café pergamino seco de conformidad con las
normas de calidad física (Gramos Almendra Sana, Gramos de Almendra Defectuosa,
Gramos de Cisco), y sensorial (Ausencia de defectos en la taza), programas, base de datos
de caficultores beneficiarios de programas, tipos de café, sobreprecios de cada programa y
tipo de café, precio base descontados los costos y gastos de comercialización, que le han
sido instruidos o que se han concertado para un determinado periodo de tiempo o evento.
i. Las Cooperativas de Caficultores ejecutan el convenio con Almacafe S.A., a través de
empleados suyos o agentes de compras con quienes se firman Convenios y/o Contratos de
carácter privados, que son transcripciones del Convenio Almacafe S.A. – Cooperativa,
adecuadas al contexto de cada caso.
j. Las compras diarias de café pergamino seco que ejecuta las Cooperativas de Caficultores
en cada uno de sus puntos de atención en los departamentos cafeteros del país son
registradas en sendos Kardex que contienen cifras promedias de Gramos de Almendra Sana,
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gramos de almendra Defectuosa, valor total de la compra y precio pagado por kilo. El
registro acumulado resultante se realiza mediante el método promedio ponderado.
k. Las sumas de dinero de la Línea Financiamiento- Fondo Nacional de Café, son convertidas
en café pergamino y entregadas a satisfacción de Almacafe S.A. La satisfacción de las
entregas se cumple cuando el café puesto a consideración cumple con las normas de calidad
física y sensorial para un determinado programa o tipo de café.
l. Después de cada giro de dinero de la Línea Financiamiento – Fondo Nacional del Café, las
Cooperativas de Caficultores tienen un plazo de veinte días calendario para anunciar la
compra de café que colme el saldo total recibido.
m. Después del anuncio de compra, las Cooperativas de Caficultores tienen diez (10) días
hábiles para la entrega del café a Almacafe S.A. Este último plazo puede ser ampliado
conforme a circunstancias objetivas que aduzca el gerente de la Cooperativa de Caficultores
respectiva. En caso de superar el plazo de veinte días la Cooperativa de Caficultores deberá
pagar a Almacafe S.A., intereses a una tasa anual sobre saldos insolutos, fijada por la
Federación Nacional de Cafeteros.
n. Dentro del plazo otorgado para realizar los anuncios de compra de café las Cooperativas de
Caficultores hacen fijaciones (sinónimo de anuncios), en forma diaria o semanal a la
Federación Nacional de Cafeteros en función del café comprado e incluso por comprar. El
precio de entrega es el publicado por la Federación en la fecha en que se formaliza cada
fijación.
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o. Con las entregas de café de las Cooperativas de Caficultores a Almacafe S.A., en tanto éstas
sean satisfactorias en cuanto a calidad física y sensorial, se cancela cada uno de los créditos
otorgados por la Federación Nacional de Cafeteros a través de Almacafe S.A. Ante la
presencia de varios créditos a cargo de la Cooperativa, las entregas sanean los créditos en
orden cronológico, del más antiguo al más reciente.
p. Con las entregas de café a Almacafe S.A., son esperables tres escenarios en relación con la
calidad física:
• Que las características verificadas por Almacafe S.A. coincidan con las características del café
despachado por las Cooperativas de Caficultores. En este caso el valor de la liquidación que
hace Almacafe S.A., es igual que valor despachado corresponde a los costos y gastos de
mercadeo.
• Que las características verificadas por Almacafe S.A., no coincidan con las características del
café despachado. El factor de rendimiento es superior (El factor es inversamente proporcional
a la calidad). Aquí el valor de la liquidación que hace Almacafe S.A., es menor que el valor
despachado en función del Kardex que corresponda. Las Cooperativas de Caficultores,
entonces, deben cubrir las diferencias negativas que resultan porque habrían abonado a sus
créditos con Almacafe S.A., una suma inferior a la pretendida con el café despachado.
• Que las características verificadas por Almacafe S.A., no coincidan con las características del
café despachado por las Cooperativas de Caficultores. El factor es menor en Almacafe S.A. En
este caso el valor de la liquidación que hace Almacafe S.A., es mayor que el valor despachado
en función del Kardex que corresponda.
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• Los descuentos en el precio de negociación son drásticos cuando el café presentado a
consideración por las Cooperativas de Caficultores es verificado con defectos en la taza. El café
con defectos del Grupo I no es sujeto de revaluación, se rechaza y la Cooperativa toma la
decisión de aceptar los descuentos o retirarlo para buscar otros compradores. El café con
defectos de los Grupos II y III si es sujeto de reevaluación por Almacafe S.A., en fracciones de
25 o más sacos. Es preciso tener en cuenta que las compras que las Cooperativas de Caficultores
hacen a los productores tienen prueba de taza y análisis de calidad física. (Resolución 003.
2.015).
Necesidad de la aplicación del anterior procedimiento como herramienta de compra de café
pergamino seco para las cooperativas que benefician a los cafeteros y cafetaleros.
La transcripción del anterior proceso de compra de café pergamino seco, se hace vital describirlo,
toda vez que es necesario que el caficultor se entere de los movimientos que realizan los analistas
de calidad física y sensorial al interior de las Cooperativas de Caficultores dedicadas a la compra
de este grano. Como método de enseñanza al caficultor, cada uno de estos procedimientos deben
darse a conocer al mismo productor del café pergamino seco, para que esté enterado del por qué su
producto final será analizado, facturado y pagado a determinado precio, precio el cual, será
entregado al mismo caficultor y que servirá para que lleve un sustento diario a su familia, pueda
comprar sus fertilizantes necesarios para el cultivo del cafeto, pago a los recolectores de café que
le ayudaron en la cosecha de café y demás egresos por motivos de la misma temporada cafetera.
La complejidad del ámbito rural y la zozobra sobre el impacto de muchos de los cambios
vinculados con la demografía, la economía y el medioambiente otorga posiciones heterogéneas
entre los expertos políticos en torno a los modelos y las formas de intervención. A pesar de ello,
existe decisión unánime entre los investigadores acerca de los rasgos que caracterizan la actual
realidad rural, entre ellos: la importancia de la territorialidad; la vinculación entre los ámbitos
urbano y rural; la complementariedad de las actividades del agro y aquellas no agrícolas; la
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integración del mundo rural en los mercados nacionales y externos; y la protección del medio
ambiente. Este escenario implica que el desarrollo rural tiene que mejorar no solo las oportunidades
económicas, sino también debe conseguir bienestar de toda la población y de la protección de varias
tradiciones socioculturales; esto involucra, el diseño de procesos integrales, que susciten la
participación de diferentes sectores de la población (Coque Martínez, 2005). En tal contexto, la
actividad emprendedora es el vehículo para mejorar la calidad de vida de alguna población y para
hacer sostenible la economía y el medio ambiente de muchas comunidades rurales. La orientación
del empresariado en las áreas rurales ha de estar basada en la estimulación de todo el talento
empresarial local con el consiguiente crecimiento de empresas autóctonas de la región. De esta
forma se generaría empleo y alto valor económico regional, y también los recursos se mantendrán
en el territorio. Dentro del amplio abanico de formulaciones jurídicas que se pueden utilizar para
lograr la reactivación de las áreas rurales, el cooperativismo resulta un mecanismo apropiado para
asegurar un desarrollo integral (Comunidades Europeas, 1988), dado que permite aprovechar los
recursos autóctonos de la región al fomentar la cohesión zonal, contribuir al desarrollo de
comportamientos democráticos y reforzar el interés de la colectividad. Este aspecto resulta de
especial importancia en todas las áreas rurales con un perfil económico débil, donde la contribución
es decisiva para la generación y mantener empleo, de infraestructuras socioeconómicas diversas y
de actividades encuadradas en todos los sectores secundario y terciario.
De esta manera, los beneficios se reinvierten en varios lugares de origen, lo que evita el éxodo de
mucha población (Comunidades Europeas, 1987). Además, las cooperativas ofrecen la base
racional para el desarrollo económico y social de un relevante carácter participativo: facilita la
concertación económica, social y ambiental mediante la generación de una demanda organizada de
bienes o servicios, donde deben manifestarse necesidades y preferencias de toda una población
(Instituto de Promoción de la Economía Social [IPES], 1996, p. 48). Esta oportunidad que
representa el cooperativismo para el desarrollo rural, tiene su base en su configuración
organizacional, en tanto estructura de movilización colectiva con un fuerte componente de capital
social (OCDE, 2010). En efecto, la concepción de cooperativa como figura asociativa para
emprender de otra manera, implica la acción colectiva fundamentada en tres dimensiones: la social
(asociarse), la económica (emprender) y la política (de modo distinto) (Favreau, 2009, p. 7). De tal
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forma, la viabilidad y la supervivencia del cooperativismo depende de su capacidad para convertir
en actividades económicas, todas las especificidades vinculadas al territorio, en tanto que empresa
ciudadana, asociativa y participativa (Arteau y Brassard, 2008, p. 11). Esta acción colectiva
configura al cooperativismo como las organizaciones que tienen un fuerte componente de capital
social (Valentinov, 2004). Considerado como el conjunto de recursos sociales inherentes a la
organización social que pueden mejorar la eficiencia de toda una sociedad al promover una acción
coordinada (Coleman, 1990), el capital social se relaciona con toda la creación de recursos sociales
que deben surgir de relaciones establecidas en los grupos a los que un individuo pertenece por
voluntad, por azar, por necesidad o como consecuencia de un proceso de adscripción social
(Worms, 2003). En esta línea, Putman y Goss (2003, p. 14) lo conceptualizan como la mezcla de
redes sociales y normas de reciprocidad asociadas con estas, que requiere de la cooperación entre
grupos y virtudes humanas como: honestidad, compromiso, cumplimiento y la reciprocidad para
generar valor. El mayor cargo de capital social del cooperativismo en relación con sus homónimas
capitalistas, tal y como muestran los estudios de Bauer, Guzmán y Santos (2012) y Jones y Kalmi
(2009), estaría respaldada en el contexto de su creación, su definición estructural y su vinculación
con la territorialidad (Nilsson, Svendsen y Svendsen, 2012). En primer término, cabe señalar que
la falta de accesibilidad a varios productos o servicios, es la principal razón de su creación hace un
poco más de un siglo. Basada tanto en sus particulares valores y principios como en la integración
estructural de varios intereses de muchas comunidades, la dinámica del cooperativismo ha
permitido satisfacer las necesidades insatisfechas de grupos sociales, comunidades y regiones.
El cooperativismo, en tanto son las organizaciones empresariales de carácter social, son utilizadas
por individuos y micro empresas, más o menos marginalizadas, para movilizar recursos mediante
reorganización de relaciones entre sus actividades y algún mercado (Malo y Tremblay, 2004). De
esta manera, han funcionado como él instrumento de ajuste al mercado, pues dejan a sus socios
bajar riesgos al crear su propia empresa (Nilsson et ál., 2012). Como segundo punto, el
cooperativismo se configura como la empresa en que los socios participan a plenamente en su
funcionamiento productivo, bien como consumidores y/o proveedores de bienes y servicios, y
promueven su adscripción territorial. El modelo de cooperativismo posibilita además la realización
de varios proyectos en que las poblaciones pueden reconocerse y adquirir nuevas competencias, lo
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cual confirma la dinámica local de desarrollo. Adicionalmente, la aplicación del principio de
“intercooperación”, como regla importante de funcionamiento, crea un entramado empresarial
propio que resulta ser un alargamiento de la misma dinámica individual, como resultado de
considerar el cooperativismo como una red en sí misma. Este tipo de funcionamiento, logra que el
cooperativismo supere su limitación productiva local, derivada de toda una vinculación territorial
de sus socios, para operar a escala internacional y tratar de resolver todos los efectos de un mercado
cada vez más amplio.
Es necesario explicar que los precios obedecen a variables internacionales, siendo así muchas veces
tema de discordia por el valor asignado al grano entregado por los caficultores, ya que son estas
empresas multinacionales las que establecen el valor a pagar por cada kilo de café. El precio
destinado no a pagarse no depende de las cooperativas, ni de la Federación Nacional de Cafeteros
ni de Almacafe S.A., ni mucho menos del Fondo Nacional del Café, por lo que se deben adoptar
nuevas estrategias para que el caficultor asociado y no asociado a este tipo de empresas no se
resigne a continuar con la venta del café pergamino seco, no se retire de la organización y que al
mismo tiempo, las cooperativas puedan generar ingresos que luego deben ser revertidos en
beneficio de los cafeteros de las cooperativas de caficultores.
Ahora bien, el anterior pago que se hace al caficultor ya fue descrito en anteriores párrafos, sobre
como proceden las cooperativas de caficultores, la Federación Nacional de Cafeteros, el Fondo
Nacional del Café y Almacafe S.A., a liquidarle el precio que se destinará como pago al cafetero,
y se tienen en cuenta variables como: el tipo de café que vende, el programa al que pueda estar
afiliado el caficultor (UTZ, Rainforest Alliance, FLO, Coffe Practices, Nespresso AAA), y demás
situaciones que le puedan otorgar un precio considerable al café vendido por el productor. (Salazar,
N. Becerra, A. Steiner, R. 2.015).
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Conclusiones
• Para lograr que el cooperativismo sea una herramienta administrativa para la consecución de
objetivos es necesario buscar que los socios y socias de las cooperativas no sólo se formen para
la gestión socioeconómica de la cooperativa sino que sean personas con mayores habilidades
para desenvolverse en todos los ámbitos tanto personales como comunitarios con la premisa de
que son los miembros quienes hacen sus organizaciones, pero también son las organizaciones
las que transforman a sus miembros.
• La organización de la cooperativa y su eje centrado en las personas, le otorga fortaleza para la
gestión. No obstante, para que esa fortaleza se transforme en una ventaja competitiva, se debe
buscar la diferenciación, siendo necesario incorporar herramientas administrativas utilizadas
por los sectores privados, bajo un justo equilibrio entre lo social y económico.
• Las herramientas administrativas, en el sector cafetero han permitido que el que el caficultor
se entere de los movimientos que realizan los analistas de calidad física y sensorial del café.
Siendo este un método de enseñanza al caficultor, permitiendo que el productor conozca del
por qué su producto final será analizado, facturado y pagado a determinado precio.
• El cooperativismo es una excelente opción para los caficultores ya que con ello pueden acceder
a precios más justos y así lograr una mejor calidad de vida.
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