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- 1. TEOLOGA SISTEMTICA VOLUME SEGUNDO
- 2. CHARLES HODGE, D.D.TEOLOGA SISTEMATICA EN DOS VOLUMENES
VOLUMEN SEGUNDO TRADUCCIN E CONDENSACIN Santiago Escuain
- 3. NOTA: Los textos [entre corchetes] son palabras aadidas
porel traductor para dar claridad bien aadiendo antecedentes
inexistentesen el presente texto debido a la condensacin, bien por
otras causas.Tambin ocasionalmente traducciones de trminos latinos
o de otraslenguas que el autor da sin traducir. Excepto cuando se d
mencin expresa de ello, las citas bblicashan sido tomadas de la
versin Reina- Valera, Revisin 1977.Editorial CLIEGalvani 11308224
TERRASSA (Barcelona) EspaaE-mail: libras@clie.esWeb:
http://www.clie.esTEOLOGA SISTEMTICA - Vol. IIEdicin en
rsticaCharles Hodge 1991 por Editorial CLIE para esta edicin en
castellanoNinguna parte de este libra puede serreproducida sin el
permiso escrito de los editores,con la excepcin de breves
citas.Depsito Legal: SE-2412-2003 (I)ISBN 84-8267-354-8Impresin:
PublidisaPrinted in SpainClasifquese: 4 TEOLOGA: Teologa
sistemticaC.T.C. 01-01-0004-01Referencia: 22.45.51
- 4. INDICE PARTE III CAPTULO I EL PLAN DE LA SALVACIN1. Dios
tiene un plan as 19 La importancia de conocerlo.- Los medios para
conocerlo2. Supralapsarianismo 223. Infralapsarianismo 25[4.
Redencin hipottica] 27 Objeciones a este esquema5. La doctrina
Luterana respecto ai plan de Ia salvacin 276. La doctrina de los
Remonstrantes 297. La doctrina Wesleyana 308. La doctrina
Agustiniana 32 Observaciones preliminares.- Enunciado de la
doctrina.- Prueba de la doctrina Argumento en base de los hechos de
la Providencia.- En base de los datos de la Escritura La relacin de
Dios con sus criaturas racionales.- El hombre, una raza cada. La
obra del Espritu.- La eleccin lo es a la santidad.- La naturaleza
gratuita de la salvacin.- El argumento de Pablo en el captulo
noveno de Romanos.- Argumento en base de la experiencia9.
Objeciones a la doctrina Agustiniana 49 Se observa que las
objeciones lo son en contra de la Providencia de Dios.- Se basan en
nuestra ignorancia.- Las mismas objeciones apremiadas en contra de
las enseanzas de los Apstoles .
- 5. TEOLOGIA SISTEMTICACAPTULO II EL PACTO DE LA GRACIA1. El
plan de la salvacin es un Pacto 552. Diferentes perspectivas de la
naturaleza de este Pacto 56 La postura Pelagiana.- La postura
Remonstrante.- La postura Wesleyana Arminiana.- La postura
Luterana.- La doctrina Agustiniana3. Las partes del Pacto 58
Distincin entre el Pacto de Redencin y el Pacto de Gracia4. Pacto
de Redencin 595. Pacto de Gracia 626. Identidad del Pacto bajo
todas las Dispensaciones 65 . . La promesa de la vida eterna, dada
antes de la venida de Cristo.-. Cristo el Redentor bajo todas las
dispensaciones.- La fe es desde el principio la condicin para la
salvacin7. Diferentes Dispensaciones 72 Desde Adn hasta Abraham.-
Desde Abraham hasta Moiss.- Desde Moiss hasta Cristo.- La
Dispensacin del Evangelio CAPTULO III LA PERSONA DE CRISTO1.
Observaciones preliminares 772. Hechos escriturarios acerca de la
Persona de Cristo 79 . l es verdaderamente Hombre.- El es
verdaderamente DlOS.- El es una Persona Prueba de la doctrina.-
Prueba de los distintos puntos por separado.- En base de las
descripciones incidentales de la Escritura.- En base de pasajes
concretos de la Escritura.- El Evangelio de Juan 1:1-14.- 1 Juan
1:1-3 - Romanos 1:2-5.- 1 Timoteo 3:16.- Filipenses 2:6-11.-
Hebreos 2:143. La unin hiposttica5. Las dos naturalezas en Cristo.-
El significado de la palabra Naturaleza.- Dos naturalezas unidas
pero no confundidas.- Los atributos de una naturaleza no son
transferidos a la otra.- La unin es una unin Personal4.
Consecuencias de la Unin Hiposttica 89 Comunin de atributos.- Los
actos de Cristo.- El Hombre Cristo Jesus es el objeto de la
adoracin.- Cristo pucde simpatizar con Su pueblo.- El Logos
encarnado, la fuente de la vida.- La exaltacin de la naturaleza
humana de Cristo.5. Doctrinas errneas en cuanto a la Persona de
Cristo.- Los ebionitas.- Los gnsticos.- la doctrina Apolinaria.- El
Nestorianismo.- El Eutiquianismo.- La controversia Monotelita 946.
La doctrina de las Iglesias Reformadas 102
- 6. NDICE 77. Doctrina Luterana 102Diferentes posturas entre los
Luteranos.- Observaciones acerca de la doctrina Luterana8. Formas
posteriores de la doctrina 112Socinianismo.- Swedenborg.- EI doctor
Isaac Watts.- Objeciones a la teoria del doctor Watts9. Formas
modernas de la doctrina 114Cristologa pantesta.- Cristologa testa.-
La doctrina de Ia Kenosis.- Ebrard GessObservadones acerca de la
doctrina de la KenosisLa Cristologa de Schleiermacher.- Basada en
principios pantestas. Involucra el rechazo dela doctrina de la
Trinidad.- Su falsa antropologa. Pervierte el plan de la salvacin
CAPTULO IV LA OBRA MEDIADORA DE CRISTO1. Cristo, el nico Mediador
1412. Calificaciones para la obra 1433. El triple oficio de Cristo
145 CAPTULO V EL OFICIO PROFTICO1. Su naturaleza 1472. Cmo Cristo
ejecuta el Oficio de Profeta 148 CAPTULO VI EL OFICIO SACERDOTAL l.
Cristo es verdaderamente un Sacerdote 1492. Cristo es nuestro nico
Sacerdote 1513. Definiciones de los trminos153 Expiacin.-
Satisfaccin.- Pena.- Vicario.- Culpa.- Redencin.Expiacin.-
Propiciacin CAPTULO VII LA SATISFACCIN DE CRISTOl. Enunciado de la
doctrina 1632. El sentido en que la Obra de Cristo fue una
Satisfaccin 1643. La doctrina de los Escotistas y de los
Remonstrantes 167
- 7. 8 TEOLOGfA SISTEMTICA4. La Satisfaccin de Cristo lo fue a la
justicia 1695. La obra de Cristo, una Satisfaccin a la Ley 1726.
Prueba de la doctrina segn se acaba de exponer 173Argumento en base
del Oficio Sacerdotal de Cristo.- En base del carcter sacrificial
de Sumuerte.- Prueba del carcter expiatorio de los sacrificios por
el pecado.- Argumento en basedel captulo cincuenta y tres de Isaas.
Pasajes del Nuevo Testamento en los que se exponela Obra de Cristo
como Sacrificio, Romanos 3:25; Hebreos 9: 10; 1 Juan 2:2; 1 Pedro
2:24.Argumento en base de la naturaleza de la redencin Redencin de
la pena de la Ley.- De laLey misma.- Del poder del pecado.Del poder
de Satans.- La final redencin de todo mal.-Argumento en base de las
doctrinas relacionadas Argumento en base de la experienciareligiosa
de los creyentes.7. Objeciones 190Objeciones filosficas.-
Objeciones en base de los sentimientos.- Objeciones
morales.-Objeciones apremiadas por los modernos telogos alemanes
Respuesta a la teoria de estosescritoresObjeciones populares
CAPTULO VIII POR QUINES MURI CRISTO?1. Estado de la cuestin 1972.
Prueba de la doctrina Agustiniana 1991. En base de la naturaleza
del Pacto de Redencin.- 2. Eleccin.- 3. La expresa declaracinde las
Escrituras.- 4. En base del especial amor de Dios.- 5. En base de
la unin del creyentecon Cristo.- 6. En base de la intercesin de
Cristo.- La doctrina de la Iglesia abarca todas lasrealidades del
caso Objeciones.- En base del ofrecimiento universal del
Evangelio.- En basede ciertos pasajes de la Escritura CAPTIL O IX
TEORAS DE LA EXPIACIN1. La postura ortodoxa 2112. La doctrina de
algunos de los primeros Padres 2123. La teoria moral 214Objeciones
a esta teoria4. La teoria gubemamental 216La teoria RemonstranteLos
sobrenaturalistasObjeciones a la teoria gubernamental
- 8. NDICE 95. La teoria mstica 219Los primeros msticos:- Msticos
de la poca de la Reforma.- Osiander - Schwenkfeld.-Oetinger.- Las
posturas modernas6. Observaciones finales 220 CAPTULO X LA
INTERCESIN DE CRISTO1. Cristo nuestro Intercesor 2232. La
naturaleza de su intercesin 2243. Sus objetos 2244. La intercesin
de los santos 225 CAPTULO XI EL OFICIO REGIO DE CRISTO1. La
Iglesia, el Reino de Dios 2272. Cristo, verdaderamente Rey 2283.
Naturaleza del Reino de Cristo 229Su dominio sobre el universo.- Su
reino espiritual.- Su reino visible. Naturleza de este reino4. El
reino de la gloria 236 CAPTULO XII LA HUMILLACIN DE CRISTO1.
Incluye su Encarnacin 2372. Que fuera hecho bajo la Ley 2393. Sus
padecimientos y muerte 2414. Que soportara la Ira de Dios 2415. Su
muerte y sepultura 242El Dessensus ad Inferos. Las doctrinas
Luterana y moderna de la Humillacin de Cristo CAPTULO XIII LA
EXALTACIN DE CRISTO1. Su Resurreccin 2452. Su Ascensin 2483. Su
sesin a la Diestra de Dios 2514. La venida de Cristo a juzgar el
mundo 251
- 9. 10 TEOLOGA SISTEMTICA CAPTULO XIV LA VOCACIN1. Uso
escriturario del trmino 2532. El llamamiento externo 2553. La
gracia comn 262La doctrina Luterana.- La doctrina
racionalista.Prueba del Llamamiento Interno del Espritu como
distinto a la VerdadEsta influencia puede ser sin la Palabra.- La
Obra del Espritu, distinta de la EficienciaProvidencialUna
influencia del Espritu comn a todos los hombres.- Los efectos de la
Gracia Comn.4. La gracia eficaz 272.Por qu eficaz.- No simplemente
ab eventu.- No por su congruenciaLa doctrina Agustiniana Enunciado
de la doctrina.- El principal punto involucradoEs el poder
omnipotente de Dios.- Por ello 1. Es misteriosa y peculiar. 2. Es
distinta de lagracia comn. 3. Es distinta de la conviccin moral. 4.
Acta de forma inmediata. En quesentido es fsica. 5. Es
irresistible. 6. El alma es pasiva en la Regeneracin. 7.
LaRegeneracin es instantnea. 8. Es un acto de gracia soberana5.
Prueba de la doctrina 2811. El consentimiento comn. 2. La analoga.
3. Efesios 3:17, 19.~. Las enseanzas generalesde la Escritura. 5.
La naturaleza de la Regeneracln. 6. Argumento en base de
doctrinasrelacionadas. 7. En base de la experiencia6. Objeciones
2927. Historia de la doctrina de la Gracia 293La doctrina de la
Iglesia Primitiva.- La doctrina Pelagiana. Semi-pelagiana.- El
perodoEscolstico.- La controversia Sinergista. Controversias en la
Iglesia Reformada.-Universalismo.- Hipottico.-Sobrenaturalismo y
Racionalismo CAPTULO XV REGENERACIN1. Uso de la palabra Regeneracin
2952. Naturaleza de la Regeneracin 296.No es un cambio en la
sustancia del alma.- No es un acto del alma.- Doctrina del
doctorEmmon.- Doctrina del profesor Finney.- Postura del doctor
Nathaniel Taylor.- No es uncambio en ninguna facultad.- No es
meramente iluminacin.- No es un cambio exclusivo delos ms elevados
poderes del alma.- Posturas especulativas modernas.- Doctrina de
Ebrard.-Doctrina de Delitzsch3. La doctrina evanglica 297Exposicin
de la doctrina
- 10. NDICE 11Un acto de poder divinoNo es un acto en el sentido
subjetivo del trminoEs un nuevo principio de vida.- Un nuevo
nacimiento.- Un nuevo corazn.- Toda el alma essujeto de ello4.
Objeciones a la doctrina evanglica 301 CAPTULO XVI LA FEl.
Observaciones preliminares 3052. La naturaleza psicolgica de la fe
306 .La idea primaria de la fe es confianza.- Sentido ms
restringido de la palabra Definicionesde la fe basadas en su
naturaleza subjetiva,- Primero, un grado de conviccin menor que
elconocimiento, pero ms fuerte que la opininSegundo, una conviccin
determinada por la voluntadDefiniciones de fe basada en los objetos
de la fe.- La conviccin de las cosas que no se venDefiniciones
basadas sobre la clase de evidencia en la que reposa la
conviccin,-Primero, una conviccin basada en el sentimientoSegundo,
una conviccin basada en el testimonio3. Diferentes clases de fe
3114. Relacin de fe con el conocimiento 3155. Relacin de la fe con
los sentimientos 3206. Relacin de la fe con el amor 3217. El objeto
de la fe salvadora 3218. Efectos de la fe 323SeguridadCertidumbre
de la salvacin CAPTULO XVII JUSTIFICACIN 1. Enunciado simblico de
la doctrina 3312. La justificacin, un acto legal 333Prueba de la
doctrinaLa doctrina de Calvino3. Las obras no son la base de la
justificacin 346La doctrina de Roma.- La doctrina Remonstrante.- La
doctrina Protestante4. La justicia de Cristo es la base de la
justificacin 3515. La imputacin de justicia 3546. La prueba de la
doctrina de la Imputacin 3557. Consecuencias de la imputacin de la
justicia de Cristo 3658. Relacin de la fe con la justificacin
366
- 11. 12 TEOLOGiA SISTEMTICA[9. Objeciones a la doctrina
protestante de la justificacin] 371[10. Alejamientos de la doctrina
Protestante] 371Osiander.- Stancarus.- Piscator.- Doctrina
Arminiana[ 11. Posturas modernas acerca de la justificacin] 371
.Teorias racionalistas.- Teorias filosficas.- Telogos especulativos
CAPTULO XVllI SANTIFICACIN1. Su naturaleza 373Sobrenatural2. En qu
consiste 3793. Su mtodo, 3854. Sus frutos 389 Naturaleza de las
buenas obras.- La doctrina de Roma.- Obras deSupererogacin.-
Preceptos y consejos5. La necesidad de las buenas obras 394
Antinomianismo6. La relacin de las buenas obras con la recompensa
3967. Perfeccionismo 396[8. Teorias del perfeccionismo]
398[pelagiana.- Romanista.- Arminiana.- Oberlin] CAPTULO XIX LA
LEY1. Observaciones preliminares 399El tesmo, el fundamento de la
ley moral.- La libertad cristiana.- El uso escriturario de
lapalabra Ley.- Diferentes clases de leyes.- La perfeccin de la
Ley.- El Declogo.- Normasde interpretacin2. Divisin del contenido
del Declogo 4073. El prefacio a los Diez Mandamientos 4104. El
Primer mandamiento 4115. La invocacin de los santos 413Mariolatra6.
El segundo mandamiento 421 , Prohibicin del culto a las imgenes.-
Doctrina y uso dela iglesia de Roma Reliquias7. El tercer
mandamiento 431Sentido del mandamiento.- Juramentos.- Doctrina
Romanista.- Votos.- Votos monsticos8. El cuarto mandamiento 438Su
designio.- Origen y obligacin perpetua del SabbathCmo debe ser
santificado Leyes dominicales
- 12. NDICE 139. El quinto mandamiento 440Relacin filial.-
Deberes paterno .- La obediencia debida a los magistrados
civilesObediencia a la Iglesia 10. El sexto mandamiento.- Su
Designio 446La pena capital Autodefensa.- Guerra.- Suicidio.-
Duelos 11. El sptimo mandamiento 452El celibato.- El matrimonio,
institucin divinaComo institucin civilLa monogamia Polgamos
convertidosEl divorcioLa doctrina de la Iglesia de Roma.- En qu
sentido el matrimonio es un sacramentoLas leyes de los pases
ProtestantesEl mal social Matrimonios prohibidos 12. El octavo
mandamiento 479El fundamento del derecho a la propiedad.- Comunidad
de bienes.- Comunismo ysocialismo.- Sociedad intemacional.-
Violaciones del Octavo Mandamiento13. El noveno mandamiento 485La
importancia de la verdad.- Detraccin.- Falsedad.- Reserva mental.
Fraudes piadosos.-Falsos milagros14. El dcimo mandamiento 493
CAPTULO XX LOS MEDIOS DE LA GRACIA 1. La Palabra de Dios 497El
oficio de la Palabra como medio de gracia.- Doctrina luterana2. Los
sacramentos 504Su naturaleza.- Uso de la palabra.- Definicin
teolgica.- Doctrina Luterana.- DoctrinaRomanista.- Doctrina
Remonstrante3. Nmero de los sacramentos 5054. Eficacia de los
sacramentos 507Doctrina Zuingliana y Remonstrante.- Doctrina
Reformada.- Doctrina Luterana.- DoctrinaRomanista.- La doctrina Ex
Opere Operato5. La necesidad de los sacramentos 5086. La validez de
los sacramentos 5127. El bautismo 513Su modo.- Uso de la palabra8.
La frmula del bautismo 5259. Los sujetos deI bautismo.-
Cualificaciones para el bautismo de adultos 526 10. Bautismo de
prvulos 52911. Cuyos ninos tienen derecho al bautismo? 535 12. La
eficacia del bautismo 543
- 13. 14 TEOLOGIA SISTEMTICA[13. La doctrina luterana del
bautismo] 553[14. Doctrina de la Iglesia de Roma] 553 15. La cena
del Seor 55316. Doctrina de las Iglesias Reformadas 558Postura
Zuingliana.- La doctrina de Calvino.- La forma de declaracin en que
concuerdanZuinglianos y CalvinistasEl sentido en que est presente
Cristo en el Sacramento ManducacinQu se recibe en la Cena del
SeorLa eficacia de la Cena del Seor[17. Posturas modernas acerca de
este Sacramento] 560[18. La doctrina Luterana] 560[19. Doctrina de
la IgIesia de Roma 560La transubstanciacin.- La negacin de la copa
a los laicosLa Cena del Seor como sacrificio]20. Oracin 560 . El
objeto de la oracin Requisitos para una oracin aceptableDiferentes
clases de oracinOracin pblicaEl poder de la oracin PARTE IV
ESCATOLOGA CAPTULO I ESTADO DEL ALMA DESPUS DE LA MUERTE 1.
Doctrina protestante 571La doctrina del Antiguo Testamento acerca
del Estado FuturoEl Estado Intermedio2. El sueo del alma 585[3. La
doctrina patrstica acerca del Estado Intermedio] 5874. La doctrina
de la IgIesia de Roma 587Purgatorio CAPTULO II LA RESURRECCIN1. La
doctrina escrituraria 6112. Historia de Ia doctrina 619
- 14. NDICE 15 CAPTULO III LA SEGUNDA VENIDA1. Observaciones
preliminares 6212. La doctrina de la Iglesia 6213. La venida
personal de Cristo 6224. El llamamiento de los gentiles 6275. La
conversin de los judos 6276. El Anticristo 629 CAPTULO IV
CONCOMITANTES DE LA SEGUNDA VENIDA1. La restirreccin general 6332.
El juicio final 6353. El fin del mundo 6394. El reino de los cielos
640[5. La teoria del advenimiento premilenial] 6436. El castigo
futuro 643
- 15. TEOLOGIA SISTEMATICA PARTE III SOTERIOLOGA PARTE IV
ESCATOLOGIA..
- 16. PARTE III SOTERIOLOGIABAJO este encabezamiento se incluyen
el propsito y plan de Dios en relacin conla salvacin de los
hombres; la persona y la obra del Redentor; y la aplicacin deesta
obra por el Espritu Santo para la salvacin real del pueblo de
Dios.CAPTULO IEL PLAN DE LA SALVACIN 1. Dios tiene este plan.LAS
Escrituras hablan de una Economa de Redencin; el plan o propsito de
Diosen relacin con la salvacin de los hombres. Lo llaman, en
referencia con su plenarevelacin en la poca del advenimiento, la
oikonomia tou plromatos tn kairn,La economa de la plenitud de los
tiempos. Se declara que es el plan de Dios enrelacin con Su accin
de reunir en un solo cuerpo armnico a todos los objetos dela
redencin, sea en el cielo o en la tierra, en Cristo (Ef 1: 10).
Tambin recibe elnombre de oikonomia tou mustrion, el misterioso
propsito o plan que haba sidoescondido durante las edades en Dios,
y cuya revelacin fue el gran designio delEvangelio, y que tena como
intencin dar a conocer a los principados y a laspotestades, por
medio de la Iglesia, la multiforme sabidura de Dios (Ef 3:9). Un
plan presupone: (1) La seleccin de algn fin u objeto concreto a
llevar acabo. (2) La eleccin de los medios apropiados. (3) Al menos
en el caso de Dios, laaplicacin efectiva de estos medios para
alcnzar el fin propuesto.
- 17. 20 PARTE III - SOTERIOLOGA Por cuanto Dios est obrando,en,
base de un plan concreto en el mundoexterno, es justo inferir que
lo mismo sucede con referencia al mundo moral yespiritual. Para la
mirada de un hombre sin instruccin, los cielos son un caos
deestrellas. El astrnomo ve orden y sistema en esta confusin; todas
aquellasresplandecientes y distantes lumbreras tienen sus lugares
designados y rbitasfijadas; estn todos ellos dispuestos de modo que
ninguna interfiere con la otra,sino que cada una va dirigida
conforme a una concepcin amplia y majestuosa. Lasinnumerables
formas de vida vegetal no son una masa en confusin, sino que parala
mirada de la ciencia se disponen en una regularidad de clases,
rdenes, gneros yespecies, exhibiendo una unidad de diseo que
impregna el todo. El zologo ve enlos cientos de miles de animales
que moran en nuestro globo cuatro y slo cuatroformas tpicas
primordiales, de las que todas las otras son su desarrollo en un
ordenascendente, nunca pasando el uno al otro, sino todos ellos
presentando un gransistema inclusivo desarrollado en todos sus
detalles. A la cabeza de estasinnumerables formas devida animal se
levanta el hombre, dotado de capacidadesque le elevan por encima de
la clase de meros animales, llevndole a la comunincon los ngeles y
con el mismo Dios. Por cuanto en estos departamentos inferioresde
Sus obras Dios acta en base de un plan preconcebido, no se debe
suponer queen las esferas ms elevadas de Sus operaciones, que tocan
al destino del hombre,todo sea dejado al acaso, permitindose que
tome su curso no dirigido para llegar aun fin indeterminado. En
conformidad con ello encontramos que la Escrituraafirma de manera
expresa en referencia a las dispensaciones de la gracia no sloque
Dios ve el fin desde el principio, sino que l obra todas las cosas
segn elconsejo de Su voluntad, o, en base de su propsito eterno. La
importancia del conocimiento de este Plan. Si existe tal plan
tocante a la redencin del hombre, es evidentemente de lamayor
importancia que sea conocido y comprendido correctamente. Si
alcontemplar una complicada mquina desconocemos el fin para el que
ha sidodiseada, o la relacin de sus distintas partes, seremos
incapaces de comprenderlao de aplicarla con utilidad. De manera
semejante, si ignoramos el gran fin a que sedirige el plan de la
redencin, o las relaciones de las diferentes partes del plan, o
sitenemos una falsa concepcin del fin y de aquella relacin, todas
nuestras ideassern confusas y errneas. Seremos incapaces bien de
exhibirlo a otros o deaplicmoslo a nosotros mismos. Si el fin de la
redencin as como el de la creaciny de la providencia es la
produccin de la mayor cantidad de felicidad, entonces
elcristianismo ser una cosa; si su fin es la gloria de Dios,
entonces el cristianismoser otra cosa. Todo el carcter de nuestra
teologa y religin depende de larespuesta
- 18. CAPTULO I EL PLAN DE SALVACIN 21a esta pregunta. De manera
semejante, si el designio especial e inmediato de laredencin es
asegurar la salvacin del pueblo de Dios, entonces sigue todo
elsistema Agustiniano por una necesidad lgica; si su designio es
simplemente hacerposible la salvacin de todos los hombres, se deber
recibir el sistema opuestocomo verdadero. El orden de los decretos
divinos o, en otras palabras, la relacinque sostienen mutuamente
las varias partes del plan divino, est entonces muylejos de ser una
cuestin de especulaciones ociosas. Tiene que determinar
nuestrateologia, y nuestra teologa es determinante de nuestra
religin. Cmo se puede conocer el plan de Dios. Si hay un esquema as
preconcebido relacionado con la salvacin de loshombres, y si es por
ello importante la apropiada comprensin de este esquema,
lasiguiente pregunta es: cmo puede determinarse? La primera
respuesta a estapregunta es que en cada sistema de hechos
mutuamente relacionados, la relacin serevela en la naturaleza de
los hechos. El astrnomo, el gelogo y el zologo prontodescubren que
los hechos de sus varias ciencias sostienen una cierta relacin
entresi, y que no admiten otra distinta. Si no se admite la
relacin, se niegan odistorsionan los hechos mismos. La nica fuente
de error est bien en unainduccin incompleta de los hechos, bien en
dejar de permitirles su debidaimportancia relativa. Un sistema de
astronoma ha dejado el paso a otro, sloporque los anteriores
astrnomos no estaban familiarizados con unos hechos quedescubrieron
sus sucesores. Esta ciencia ha llegado por fin a un estado
quedemanda el asentimiento de todas las mentes competentes, y que
no puede a partirde ahora ser modificada de manera radical. Lo
mismo, hasta cierto punto, es ciertoen todos los departamentos de
las ciencias naturales. Y no puede ser menos ciertoen teologia. Lo
que son los hechos de la naturaleza para el naturalista lo son
loshechos de la Biblia y de nuestra consciencia moral y religiosa
para el telogo. Si,por ejemplo, la Biblia y la experiencia ensean
la total incapacidad de los hombrescados para nada espiritualmente
bueno, este hecho rehsa de manera tenazarmonizar con cualquier
sistema que niegue la gracia eficaz o la eleccin soberana.Y as
sucede con todos los grandes hechos escriturarios. Se disponen a s
mismosen un cierto orden mediante una ley interna, con la misma
certidumbre y de maneratan clara como las partculas de materia en
el proceso de la cristalizacin, o en launidad orgnica del cuerpo de
un animal. Es cierto aqu como en la ciencia naturalque es slo
mediante una induccin imperfecta de los hechos, o mediante
sunegacin o perversin, que se puede dudar o que pueda haber
diversidad deopiniones acerca de su posicin relativa en el esquema
de la salvacin. Peroadems tenemos en teologa una gua que el hombre
de
- 19. 22 PARTE III - SOTERIOLOGAciencia no posee. Tenemos en las
Escrituras no slo la revelacin del magnodesignio de Dios en todas
Sus obras de creacin, de providencia y de redencin,que es declarado
como Su propia gloria, sino que tenemos declarada de maneraexpresa,
en muchos casos, la relacin que tiene cada parte de este esquema
conotras partes. As, por ejemplo, se dice que Cristo muri para
salvar a Su pueblo desus pecados. Somos escogidos para santidad.
Por ello, la eleccin precede a lasantificacin. Somos escogidos para
ser santificados, y no porque seamos santos.Estas revelaciones
acerca de la relacin de las partes subordinadas del esquema dela
redencin determinan de manera necesaria la naturaleza del plan
ntegro. Estoquedar claro por lo que sigue. As como las personas
difieren en su entendimiento de los hechos de laEscritura, y as
como algunos son ms cuidadosos que otros para reunir todos
loshechos que deben ser considerados, o ms fieles en someterse a la
autoridad de losmismos, as difieren en sus perspectivas del plan
que Dios ha dispuesto para lasalvacin de los hombres. Las
posiciones ms importantes que se han adoptadoacerca de esta cuestin
son: 2. El Supralapsarianismo. Primero, el esquema supralapsario.
Segn esta posicin, Dios, para manifestarsu gracia y justicia,
seleccion de entre los hombres creables (esto es, de entre
loshombres a crear) a un cierto nmero como vasos de misericordia, y
a ciertos otroscomo vasos de ira. En el orden del pensamiento, la
eleccin y la reprobacinpreceden al propsito de crear y de permitir
la cada. La creacin tiene como fin laredencin. Dios crea a unos
para ser salvos, y a otros para ser perdidos. Este esquema recibe
el nombre de supralapsario porque supone que los hombrecomo no
cados, o antes de la cada, son objetos de eleccin para vida eterna
y depredestinacin a la muerte eterna. Esta postura fue introducida
entre una ciertaclase de Agustinianos incluso antes de la Reforma,
pero no ha sido generalmenterecibida. El mismo Agustn, y tras l la
mayora de los que adoptan su sistemadoctrinal, fueron, y siguen
siendo, infralapsarios. Esto es, mantienen ellos que esde la masa
de hombres cados que algunos fueron escogidos para vida eterna,
yalgunos, para justo castigo de sus pecados, predestinados a la
muerte eterna. Lapostura del mismo Calvino en cuanto a este extremo
ha sido discutida. Por cuantono era en su tiempo un punto especial
de debate, se pueden citar de sus escritosciertos pasajes que
sustentan la postura supralapsaria, y otros pasajes que favorecenla
postura infralapsaria. En el Consensus Genevensis, escrito por l,
hay unaafirmacin explcita de la doctrina infralapsaria.... En la
Formula Consensus Helvetica, redactada como el testimonio de
- 20. CAPTULO I - EL PLAN DE SALVACIN 23las iglesias suizas en
1675, y cuyos principales autores fueron Heidegger yTurretin, hay
un repudio formal de la postura supralapsaria. En el Snodo de
Don,que incluy a delegados de todas las iglesias Reformadas en el
Continente y en laGran Bretaa, una gran mayora de sus miembros eran
infralapsarios, siendoGomarus y Vretius los principales proponentes
de la postura opuesta. Los cnonesde aquel Snodo, aunque evitando
toda declaracin extrema, fueron redactados detal manera que se
diera una autoridad simblica a la doctrina infralapsaria. ...
Lamisma observacin se aplica a la Asamblea de Westminster. Twiss,
el Prolocutorde aquella venerable corporacin, era un celoso
supralapsario; pero la gran mayorade sus miembros militaban en el
campo opuesto. Los Smbolos de aquellaAsamblea, aunque implican
claramente la postura infralapsaria, fueron sinembargo redactados
de tal manera que evitaran constituir una ofensa para los
queabrazaban la teora supralapsaria. En la Confesin de Westminsterl
se dice queDios design a los elegidos para vida eterna, y que [en
cuanto a] el resto de lahumanidad, le plugo a Dios, conforme al
inescrutable consejo de Su propiavoluntad, mediante el que l
extiende o retiene la misericordia como quiere, parala gloria de su
poder soberano sobre sus criaturas, pasarlos por alto, y
destinarlos adeshonra e ira por sus pecados, para alabanza de Su
gloriosa justicia. Aqu se nosensea que aquellos que Dios pasa por
alto son el resto de la humanidad; no elresto de hombres ideales o
posibles, sino el resto de aquellos seres humanos queconstituyen la
humanidad, o la raza humana. En segundo lugar, el pasaje
citadoensea que los no elegidos son pasados por alto y ordenados a
ira por suspecados. Esto implica que fueron contemplados como
pecaminosos antes de estapredestinacin a juicio. La postura
infralapsaria sigue siendo ms evidentementesupuesta en las
respuestas a las preguntas 19 y 20 en el Catecismo Breve. Seensea
en l que toda la humanidad perdi por la cada la comunin con Dios,
yque estn bajo su ira y maldicin, y que Dios, por su mero
beneplcito, escogi aalgunos ,(a algunos de aquellos que estaban
bajo su ira y maldicin) para vidaeterna. Esta ha sido la doctrina
de la gran mayora de los Agustinianos desde eltiempo de Agustn
hasta el presente. Objeciones al Supralapsarianismo. Las objeciones
ms evidentes a la teora supralapsaria son: (1) Que pareceinvolucrar
una contradiccin. De un Non Ens, como dice Turrettin, no se
puededeterminar nada. El propsito de salvar o de condenar tiene que
seguir de maneranecesaria, en el orden del pensamiento, al propsito
de crear. Lo ltimo quedapresupuesto en lo primero. (2) Es un
principio Escritural1. Cap. m, 6,7.
- 21. 24 PARTE III - SOTERIOLOGAclaramente revelado que donde no
hay pecado no hay condenacin. Por ello, nopuede haber predestinacin
a muerte que no contemple a su objeto como yapecaminoso. (3) Parece
llano en base de todo el argumento del Apstol en Ro 9:9-21 que la
multitud de la que algunos son escogidos y otros son dejados es
lamasa de hombres cados. El designio del escritor sagrago es el de
vindicar lasoberana de Dios en la dispensacin de Su gracia. El
tiene misericordia de unos yno de otros, en conformidad a Su
beneplcito, por cuanto todos son igualmenteindignos y culpables. La
vindicacin es expuesta no slo por la relacin de Dioscon Sus
criaturas como Creador de ellas, sino por Su relacin con ellas como
unsoberano cuya ley ellas han violado. Esta descripcin impregna
todas lasEscrituras. De los creyentes se afirma que son escogidos
del mundo, esto es: dela masa de los hombres cados. Y en todas
partes, como en Ro 1 :24, 26, 28, sedeclara la reprobacin como
judicial, basada en la pecaminosidad de sus objetos.De otra manera
no podra ser una manifestacin de la justicia de Dios. (4) Lacreacin
nunca es expuest en la Biblia como un medio para la ejecucin
delpropsito de la eleccin y de la reprobacin. Esto, como se ha
observado conjusticia, no puede ser as. Los objetos de la eleccin
son individuos concretos,como se admite en esta controversia. Pero
lo nico que distingue entre meroshombres posibles o creables e
individuos concretos, que con certeza serancreados y salvados o
perdidos, es el propsito divino de que sern creados. Demanera que
el propsito de crear necesariamente precede, en el orden de
lanaturaleza, al propsito de redimir. Por ello en Ro 8:29, 30 se
declara queprognsis precede a proorismos. A los que de antemano
conoci, tambin lospredestin. Pero el conocimiento anticipado
implica la existencia cierta de susobjetos; y la certidumbre de la
existencia presupone por parte de Dios el propsitode crear. Nada es
o debe ser sino en virtud del decreto de Aquel que
ordenapreviamente lo que ha de suceder. Toda futurizacin, por ello,
depende de la previaordenacin; y el conocimiento anticipado
presupone futurizacin. Tenemos portanto la autoridad del Apstol
para decir que el conocimiento anticipado, basado enel propsito de
crear, precede a la predestinacin. Y, por tanto, la creacin no es
unmedia para ejecutar el propsito de la predestinacin, porque el
fin tiene quepreceder a los medios; y, segn Pablo, el propsito de
crear precede al propsito deredimir, y por ello no puede ser un
medio para tal fin. Nuestro Seor, se nos dice,fue entregado a la
muerte por el determinado designio y previo conocimiento deDios.
Pero Su muerte, de manera necesaria, supona Su encarnacin, y por
ello, enel orden del pensamiento, o en el plan de Dios, el propsito
de prepararle cuerpoprecedi al propsito de entregarlo a la muerte
de la cruz. El nico pasaje de laBiblia que parece ensear de manera
explcita que la creacin es un medio para laejecucin del propsito de
la predestinacin es
- 22. CAPTULO I EL PLAN DE SALVACIN 25Ef 3:9, 10. AlI, segn
algunos, se dice que Dios cre todas las cosas afin de que(hina) su
multiforme sabidura fuera dada a conocer por medio de la Iglesia.
Si staes Ia relacin entre las varias clusulas de estos versculos,
el Apstol s enseaque el universo fue creado a fin de que por medio
de hombres redimidos (laIglesia) fuera revelada la gloria de Dios a
todas las criaturas racionales. En estesentido y en este caso se
declara de la creacin que es un medio para la redencin;y por ello
el propsito de redimir tiene que preceder al propsito de crear.
Sinembargo, no es sta la conexin lgica de las clusulas en este
pasaje. Pablo nodice que Dios cre todas las cosas afin de que. No
est refirindose al designio dela creacin, sino al designio del
evangelio y de su propia vocacin al apostolado. Am, dice l, me ha
sido dada esta gracia de que yo predique entre los gentiles
lasinescrutables riquezas de Cristo, e iluminar a todos los hombres
en el conocimientodel misterio (de la redencin) a fin de que por
medio de la Iglesia sea dada aconocer la multiforme sabidura de
Dios. sta es la conexin natural de este pasaje,y sta es la
intetpretacin adoptada por los modernos comentaristas,
conindependencia total de la relacin que tenga el pasaje con la
controversiasupralapsaria. (5) Una adicional objecin al sistema
supralapsario es que no esconsecuente con la exhibicin Escrituraria
del carcter de Dios. Es declarado comoDios de misericordia y de
justicia. Pero no es compatible con estos atributosdivinos que los
hombres sean predestinados a la desgracia y a la muerte eternacomo
inocentes, esto es, antes que hubieran apostatado de Dios. Si son
dejados delado y predestinados a la muerte por sus pecados, ello
debe deberse a que en lapredestinacin se les considera como
criaturas culpables y cadas. 3.Infralapsarianismo. Segn la doctrina
infralapsaria, Dios, con el designio de revelar Su propiagloria,
esto es, las perfecciones de Su propia naturaleza, decidi crear el
mundo; ensegundo lugar, permitir la Cada del hombre; en tercero,
elegir de entre la masa dehombres cados una multitud que ningn
hombre podra contar como vasos demisericordia; cuarto, enviar a Su
Hijo para la redencin de los mismos; y quinto,dejar al resto de la
humanidad, como haba dejado a los ngeles cados, para quesufrieran
el justo castigo por sus pecados. Los argumentos en favor de este
punto de vista acerca del plan divino ya hansido presentados en
forma de objeciones a la teora supralapsaria. Sin embargo, sepuede
tambin observar adicionalmente: 1. Que esta teora es coherente y
armnica. Por cuanto todos los decretos deDios constituyen un
propsito inclusivo, no se puede admitir ninguna postura de
larelacin de los detalles que abarca este propsito que no se
- 23. 26 PARTE III - SOTERIOLOGApuedan reducir a una unidad. En
todo gran mecanismo, sea cual sea la cantidad ocomplejidad de las
partes que lo constituyen, tiene que existir unidad de
designio.Cada parte tiene una relacin determinada con cada otra
parte, y es necesaria lapercepcin de esta relacin para una
comprensin adecuada del todo. Asimismo;como los decretos de Dios
son eternos e inrnutables, ninguna postura acerca de Suplan de
accin que suponga que primero l se propone una cosa y luego otra
puedeser coherente con la naturaleza de los mismos. Y como Dios es
absolutamentesoberano e independiente, todos Sus propsitos han de
ser determinados desdedentro, o conforme al consejo de Su misma
voluntad. No se puede suponer quesean contingentes o suspendidos en
base de la accin de Sus criaturas, ni en basede nada externo a El
mismo. El esquema infralapsario, tal como lo mantienen lamayora de
Agustinianos, cumple todas estas condiciones. Todos los
particularesconstituyen un todo inclusivo. Todos siguen un orden
que no supone cambioalguno de propsito. Todos dependen de la
voluntad infinitamente sabia, santa yjusta de Dios. Es para este
fin que l crea el mundo, que permite la Cada; de entretodos los
hombres l elige a algunos para vida eterna, y deja al esto para la
justaretribucin que merecen sus pecados. A los que l elige los
llama, justifica yglorifica. sta es la cadena de oro cuyos
eslabones no pueden ser separados nitraspuestos. Esta es la forma
en que el esquema de la redencin aparecia en lamente del Apstol tal
como nos lo ensea en Ro 8:29, 30. Diferentes significados que se
asignan a la palabra predestinacin. 2. La palabra predestinacin es
ambigua. Se puede emplear primero en elsentido general de
preordenacin. En este sentido tiene una idntica referencia atodos
los acontecimientos; porque Dios ordena anticipadamente todo lo
quesucede. Segundo, puede referirse al propsito general de la
redencin sin referenciaespecfica a individuos concretos. Dios
predetermin revelar Sus atributos en laredencin de los pecadores,
como predetermin crearlos cielos y la tierra paramanifestar Su
poder, sabidura y benevolencia. En tercer lugar, se emplea
enteologa de manera general para expresar el propsito de Dios en
relacin con lasalvacin de las personas individuales. Incluye la
seleccin de una porcin de laraza para salvacin, dejando al resto a
que mueran en sus pecados. Es empleada eneste sentido por los
supralapsarios, que ensean que Dios seleccion a un ciertonmero de
personas individuales para que fueran creadas para salvacin, y
otronmero para ser creadas como vasos de ira. Es de esta manera que
subordinan lacreacin a la predestinacin como un medio para un fin.
Es a esto que losinfralapsarios objetan como algo inconcebible,
repugnante a la naturaleza de Dios,y antiescriturario. Pero si se
toma la palabra
- 24. CAPTULO I - ELPLAN DE SALVACIN 27predestinacin en el
segundo de los sentidos que se menciona arriba, se puedeadmitir que
en orden de pensamiento precede el propsito de crear. Esta postura
esperfectamente consecuente con la doctrina que hace del hombre
creado y cado elobjeto de la predestinacin en el tercer y
comunmente recibido sentido de lapalabra. El Apstol ensea en Col 1:
16 que todas las cosas, visibles e invisibles,fueron creadas por y
para Aquel que es la imagen del Dios invisible, que es antesde
todas Ias cosas, por quien todas las cosas consisten, y que es la
cabeza delcuerpo, la Iglesia. El propsito de la creacin, as, no es
meramente la gloria deDios, sino la manifestacin de esta gloria en
la persona y la obra de Cristo. Ascomo l es el Alfa, tambin es la
Omega; el principio y el fin. Teniendo este granobjetivo a la
vista, la revelacin de S mismo en la persona de Su Hijo, se
propusocrear, permitir la Cada, elegir algunos para que fueran
objetos de Su gracia, ydejar a otros en su pecado. Esta postura
parece concordar con las descripciones delas Escrituras, y evita
las dificultades relacionadas con la doctrina
supralapsariaestricta. Se debe tener presente que el propsito de
estas especulaciones no esinmiscuirse en el funcionamiento de la
mente divina, sino simplemente dilucidar yexponer la relacin que
tienen entre s las varias verdades reveladas en la Escrituraacerca
del plan de la redencin. [4. Redencin hipottica.] 5. La doctrina
luterana en cuanto al plan de la salvacin. No es fcil exponer la
doctrina luterana a este respecto, porque se da de unamanera en los
primeros libros simblicos de esta iglesia, y de una manera
algodiferente en la Frmula de Concordia y en los escritos de
telogos luteranosnormativos. El mismo Lutero enseo la doctrina
Agustiniana estricta, comotambin Melancton en la primera edicin de
su obra Loci Communes. Enposteriores ediciones de aquella obra,
Melancton ensea que los hombres cooperancon la gracia de Dios en la
conversin, y que la razn de que un hombre searegenerado y otro no
lo sea llene que encontrarse en esta cooperacin. Esto dioorigen a
la prolongada y enardecida controversia sinergista, que por largo
tiempoperturb seriamente lu paz de la Iglesia Luterana. Esta
controversia qued por untiempo solucionada de manera autoritativa
mediante la Frmula de Concordia,que fue adoptada y establecida por
los Luteranos como norma de ortodoxia. Eneste documento se
rechazaron tanto la doctrina de la cooperacin como la de
lapredestinacin absoluta. Se enseaba all la total incapacidad del
hombre para nadaespiritualmente bueno, y se negaba por ello que se
pudiera ni prepararse para laregeneracin ni cooperar con la gracia
de Dios en esta obra. Atribuye laregeneracin del pecador de manera
exclusiva a la accin
- 25. 28 PARTE III - SOTERIOLOGAsobrenatural del Espritu Santo.
Es la obra de Dios, y no es en sentido alguno ni enningn grado la
obra del hombre. Pero ensea que la gracia de Dios puede
serresistida eficazmente, y que la razn por la que no todos los que
oyen el Evangelioson salvos es porque algunos resisten la
influencia que se les aplica, y otros no.As, en tanto que la
regeneracin es exclusivamente la obra del Espritu, el fracasoen
cuanto a la salvacin debe ser atribuido a la resistencia voluntaria
contra lagracia ofrecida. Por cuanto este sistema era ilgico y
contrario a las clarasdeclaraciones de las Escrituras, no pudo
mantenerse mucho tiempo. La noresistencia a la gracia de Dios, el
darse pasivamente a su influencia, es algo bueno.Es algo por lo que
una clase se distingue de manera favorable con respecto a otra,
ypor ello la razn por la que ellos, y no otros, son salvos, debe
ser atribuida a ellosmismos y no a Dios, que da la misma gracia a
todos. Por ello, los telogosluteranos posteriores han abandonado el
terreno de la Frmula de Concordia, yensean que los objetos de la
eleccin son aquellos que Dios previ que creeran yque perseveraran
en la fe hasta el fin. Segn este esquema, Dios, (1) En base de la
general benevolencia o amor a laraza cada de los hombres, quiere la
salvacin de los mismos con una intencin ypropsito sinceros. ... (2)
Para poner en accin este propsito general debenevolencia y
misericordia de manera indiscriminada para con todos los
hombres,Dios determin enviar a Su Hijo para que hiciera una plena
satisfaccin por suspecados. (3) A esto sigue (en el orden del
pensamiento) el propsito de dar a todoslos hombres los medios de la
salvacin y la capacidad de servirse de lamisericordia ofrecida. ...
(4) Adems de esta voluntas generalis (en cuanto arelacionada con
todos los hombres) y antecedens, como yendo antes de cualquieraccin
contemplada de los hombres, hay una voluntas specialis, relacionada
conciertas personas individuales, y consequens, como siguiendo la
previsin de lasacciones de las mismas. Esta voluntas specialis es
definida como que qupeccatores oblata salutis media amplectentes
terna salute donare constituit.2 AsHutter dice:3 Quia (Deus)
prvidit ac prscivit maximam mundi partem mediissalutis locum minime
relicturam ac proinde in Christum non credituram, ideo Deusde illis
tantum salvandis fecit decretum, quos actu in Christum
crediturosprvidit. Hollaz expresa el mismo punto de vista. ... As,
la doctrina Luterana responde a la pregunta de Por qu se salvan
unos yno otros? diciendo: porque los unos creen y los otros no. La
pregunta de por quDios elige a unos y no a otros, y los predestina
a vida eterna es2. Hollas, Examen, III. I, capo 1, qust. 3; edit.
Jeller, Holmi et Lipsi, 1750, pg. 586.3. Hutter, Soci Communes,
Tract. Artic. Prseient. Prov. Decret, etc., VII; edicin de
Wittenberg, 1619,pg. 793, b.
- 26. CAPTULO I EL PLAN DE SALVACIN 29contestada diciendo: Porque
l ve por anticipado que algunos creern hasta elfinal, y otros no.
Si se pregunta: Por qu unos creen, y otros no?, la respuesta es:No
porque unos cooperen con la gracia de Dios y otros no, sino que
algunosresisten y rechazan la gracia que se ofrece a todos, y otros
no. La dificultad quesurge de la doctrina luterana de la total
corrupcin de nuestra naturaleza cada, y dela total incapacidad del
pecador para hacer nada espiritualmente bueno es afrontadadiciendo
que el pecador tiene capacidad para usar de los medios de la
gracia, quepuede or la palabra y recibir los sacramentos, y como
estos medios de graciatienen un poder divino sobrenatural, producen
un efecto salvador sobre todos losque no se resisten a su
influencia de manera voluntaria y persistente. El bautismo[en el
sistema luterano], en el caso de los prvulos, va acompaado de
laregeneracin del alma, y por ello todos los que son bautizados en
la infanciareciben la implantacin de un principio de gracia que, si
es abrigado, o no apagadovoluntariamente, asegura su salvacin. En
el sistema luterano, la predestinacin selimita a los elegidos. Dios
predestina a aquellos que l prev que perseverarn enfe para
salvacin. No hay predestinacin de los incrdulos para muerte. 6. La
doctrina Remonstrante. A comienzos del siglo diecisiete Arminio
introdujo un nuevo sistema dedoctrina en las iglesias Reformadas de
Holanda, sistema que fue formalmentecondenado por el Snodo de Dort
que estuvo en sesin desde noviembre de 1618hasta mayo de 1619. Los
proponentes de esta doctrina presentaron una
reprensin[remonstrance], y por ello fueron al principio llamados
Remonstrantes, pero enaos posteriores la designacin ms comn para
ellos ha sido la de Arminianos. ElArminianismo es una forma de
doctrina muy inferior a la del Luteranismo. Entodos los temas
incluidos bajo Antropologia y Soteriologa constituye unadesviacin
mucho ms grave del sistema del Agustinianismo que ha sido en
todaslas eras la vida de la iglesia.Los Arminianos ensearon: 1. Que
todos los hombres derivan de Adn una naturaleza corrompida que
losinclina al pecado. Pero niegan que esta corrupcin sea de la
naturaleza de pecado.Los hombres son responsables slo por sus actos
voluntarios y por lasconsecuencias de los dichos actos.4 ... 2.
Niegan ellos que el hombre, por la Cada, haya perdido su capacidad
dehacer el bien. Esta capacidad, o libertad, segn la llaman ellos,
es esencial a nuestranaturaleza, y no se puede perder sin prdida de
humanidad.5 ...1. Vase Apologia pro Confessione Remonstrantium,
edicin de Leyden, 1630, pg. 84.2. Confessio Remonstrantium, VI. 6;
Episcopii Opera, edicin de Rotterdam, 1665, vol. II, parte 2,
pg.80.
- 27. 30 PARTE III - SOTERIOLOGA 3. Esta capacidad, sin embargo,
no es en si misma suficiente para asegurar queel alma vaya a volver
a Dios. Los hombres necesitan la gracia previniente,energizante y
auxiliadora de Dis para su conversin y vida en santidad. 6 ... 4.
Esta gracia divina es otorgada a todos los hombres en una
suficiente medidapara capacitarles al arrepentimiento, a creer y
para guardar todos los mandamientosde Dios.7... 5. Los que de su
propia vo1untad y en el ejercicio de esta capacidad que
lespertenece desde la cada, cooperan con esta gracia divina, son
convertidos ysalvados.8... La Apologia de los Remonstrantes, y
especialmente los TelogosRemonstrantes, como Episcopius y Limborch,
van ms all de esto. En lugar delimitar esta gracia suficiente a los
que oyen el Evangelio, la extienden a toda lahumanidad. 6. Los que
creen as son predestinados para vida eterna, no sin embargo a
nivelindividual, sino como clase. El decreto de la eleccin no
concierne a las personas,sino que se refiere simplemente al
propsito de Dios de salvar a creyentes.9 ... 7. El Arminianismo
Wesleyano. El sistema Arminiano fue modificado tan profundamente
por Wesley y suspartidarios y seguidores, que le dan la designacin
de Arminianismo Evanglico, yreivindican para el mismo originalidad
y globalidad. Difiere del sistema de losRemonstrantes: 1. En que
admite que desde la Cada el hombre est en un estado de absoluta
ototal contaminacin y depravacin. El pecado original no es un mero
deterioro denuestra naturaleza, sino una total depravacin moral. 2.
Al negar que los hombres, en este estado de naturaleza, tengan
ningn poderpara cooperar con la gracia de Dios. Los proponentes de
este sistema consideran ladoctrina de la capacidad natural, o de la
capacidad del hombre natural paracooperar con Dios, como
semi-Pelagiana, y la doctrina de que los hombres tenganpor
naturaleza la capacidad de guardar a la perfeccin los mandamientos
de Dios,como Pelagianismo puro.10. 3. Al afirmar que la culpa que
recae en todos los hombres por el pecado deAdn es quitada por la
justificacin que ha venido a todos los hombres por lajusticia de
Cristo. 4. Que la capacidad del hombre de poder jams cooperar con
el Espritu6. Ibid. XVII. 6; ut supra, pg. 88.7. Apologia pro
Confessione Remonstrantium, pg. 162.8. Confessio Remonstrantium,
XVll. 8; pg. 89.9. Apologia pro Confessione Remonstrantium, pg.
102.10. W. F. Warren, System. Theologie, Hamburgo, pg. 145.
- 28. CAPTULO I EL PLAN DE SALVACIN 31de Dios no se debe a nada
inherente en su estado natural cado, sino a la influenciauniversal
de la redencin de Cristo. Por ello, cada recin nacido llega al
mundolibre de condenacin en base de la justicia de Cristo, y con
una simiente de graciadivina o un principio de una nueva vida
implantada en el corazn. Es una verdadindudable que por el delito
de uno, afirma Wcsley, vino el juicio sobre todos loshombres (todos
los que nacen en el mundo) para condenacin, y afecta a cadaprvulo
lo mismo que a cada persona adulta. Pero es igualmente verdad que
por lajusticia de uno, vino sobre todos los hombres el libre don
(esto es, para todos losnacidos en el mundo, tanto prvulos como
adultos) para justificacin. Y Fletcher11dice: Asi como Adn atrajo
una condenacin universal y una simiente de muerteobre todos los
prvulos, as Cristo trae sobre ellos una justificacin general y
unasemilla universal de vida. Cada ser humano, dice Warren, tiene
una medida degracia (a no ser que la haya desechado), y los que
emplean fielmente este don degracia sern aceptados por Dios en el
da del juicio, sean judos o griegos,cristianos o paganos. En virtud
de la mediacin de Jesucristo entre Dios y nuestraraza cada, todos
los hombres desde la promesa de Gn 3:15 estn bajo unaeconoma de
gracia, y la nica diferencia entre ellos como sujetos al
gobiernomoral de Dios es que en tanto que todos tienen gracia y luz
suficiente para alcanzarla salvacin, algunos, sobre y por encima de
esto, tienen ms y otros menos.12Dice Wesley: Ninguna persona
viviente deja de tener algo de gracia previniente, ycada grado de
gracia es un grado de vida. Y en otro lugar: Yo digo que hay
unamedida de libertad sobrenaturalmente restaurada para cada
persona, junto conaquella luz sobrenatural que alumbra a cada
hombre que viene al mundo.13 Segn esta visin del plan de Dios, l
decret o se propuso: (1) Permitir laCada del hombre. (2) Enviar a
Su Hijo para que hiciera una plena satisfaccin porlos pecados de
todo el mundo. (3) Sobre la base de esta satisfaccin, remitir
laculpa de la primera transgresin de Adn y del pecado original, e
impartir talcantidad de gracia y de luz a todos y a cada uno de los
hombres como para permitira todos alcanzar la vida eterna. (4) Los
que a diario mejoran aquella gracia yperseveran hasta el fin, son
ordenados para salvacin; Dios se propone desde laeternidad salvar a
aquellos que l prev que perseverarn as en la fe y en lasantidad. Es
evidente que el principal punto de diferencia entre los esquemas
posterioresLuterano, Arminiano y Wesleyano y el de los Agustinianos
es que, segn esteltimo, es Dios, y segn los otros es el hombre,
quien11. Works, VII, pg. 97.12. Wurren, pg. 146.13. Works, VII, pg.
97; VI, pg. 42. Fletcher, I, pg. 137ss, etc.
- 29. 32 PARTE III - SOTERIOLOGAdetermina quienes han de ser
salvos. Agustn enseo que de la familia cada de loshombres, todos
los cuales hubieran podido ser dejados en justicia para
queperecieran en su apostasa, Dios, meramente por Su beneplcito,
eligi a unos paravida eterna, envi a Su Hijo para la redencin de
los mismos, y les da el EsprituSanto para asegurar su
arrepentimiento, fe y santidad hasta el fin. Cur autem nonomnibus
detur [donum fidei], fidelem movere non debet, qui credit ex uno
omnesisse in condemnationem, sine dubio justissimam: ita ut nulla
Dei esset justareprehensio, etiamsi nullus inde liberaretur. Unde
constat, magnam esse gratiam,quod plurimi liberantur.14 As, es Dios
y no el hombre quien decide quienes hande ser salvos. Aunque se
puede decir que sta es la cuestin crucial entre estosgrandes
sistemas, que han dividido a la Iglesia en todas las pocas, sin
embargoesta cuestin involucra necesariamente a todas las otras
diferencias, como lanaturaleza del pecado original; el motivo de
Dios al proveer la redencin; lanaturaleza y el designio de la obra
de Cristo; y la naturaleza de la gracia divina, ola obra del
Espritu Santo. As, en gran medida, todo el sistema de teologa,
ynecesariamente el carcter de nuestra religin, depende de la
postura que se adopteante esta cuestin concreta. Por ello, se trata
de un tema de la mayor importanciaprctica, y no de un asunto de
especulacin ociosa. 8. El esquema Agustiniano. Se debe recordar que
no se trata de cul sea la perspectiva del plan de Dios mslibre de
dificultades, ni el ms acorde con nuestros sentimientos naturales,
y porende el ms plausible para la mente humana. Se puede admitir
que nos parecerams consecuente con el carcter de Dios que se
hubiera dado provisin para lasalvacin de todos los hombres, y que
se hubiera concedido un suficienteconocimiento y gracia a cada ser
humano para lograr su salvacin. Y tambin serams consistente con el
entendimiento y los sentimientos naturales si se hubierahecho una
similar provisin para los ngeles cados, o que Dios hubiera
impedidola entrada del pecado y de la desgracia en el universo; o
si, cuando entraron,hubiera provisto para su total erradicacin del
sistema, de modo que todas lascriaturas racionales pudieran haber
llegado a ser perfectamente santas y dichosaspor toda la eternidad.
No habra fin para tales tipos de planes si cada uno tuviera
lalibertad para erigir un esquema de operacin divina segn sus
propios puntos devista acerca de qu sera ms prudente y mejor.
Estamos limitados por los hechos:los hechos de la providencia, de
la Biblia y de la experiencia religiosa. Estoshechos tienen que
determinar nuestra teora. No14. Agustn, De Predestinatione
Sanctorum, VIII. 16; Works, edicin Benedictines, vol. X, pg. 1361,
c.
- 30. CAPTULO I - EL PLAN DE SALVACIN 33podemos decir que la
bondad de Dios impide que se permitan el pecado y ladesgracia si
realmente existen el pecado y la desgracia. No podemos decir que
lajusticia exige que todas las criaturas racionales debieran ser
tratadas por un igual,que tuvieran las mismas ventajas y la misma
oportunidad de alcanzar elconocimiento, la santidad y la dicha, si,
bajo el gobierno de un Dios de infinitajusticia existe en realidad
la mayor disparidad. Entre todos los cristianos se seadmiten unos
ciertos principios, y es en base de ellos que deben interpretar
loshechos de la historia y de las Escrituras. 1. Se admite que Dios
reina; que Su providencia se extiende a todos losacontecimientos,
tanto a los grandes como a los pequeos, de manera que nadaocurre ni
puede ocurrir en contra de Su voluntad, o que I o bien no lleve a
cabocon Su propio poder, o bien por Su permisin que lo ejecuten
otros agentes. Esta esuna verdad de la religin natural as como de
la revelacin. Se reconoce (en laprctica) de manera universal. Las
oraciones de accin de gracias que los hombresdirigen a Dios por una
ley de su naturaleza dan por supuesto que l controla todoslos
acontecimientos. La guerra, la pestilencia y el hambre son
lamentados comoexhibicin de Su desagrado. Y a l se vuelven todos
los hombres para ser liberadosde todos estos males. La paz, la
saIud y la abundancia son universalmentereconocidos como dones de
l. Esta verdad subyace en la base de toda religin, yno puede ser
puesta en tela de juicio por ningn Testa, y mucho menos por
ningncristiano. 2. No menos claro o universalmente admitido es el
principio de que Dios puedecontrolar las acciones libres de las
criaturas racionales sin destruir ni su libertad nisu
responsabilidad. Universalmente, los hombres oran pidiendo ser
liberados de laira de sus enemigos, para que la enemistad de estos
se desvanezca, o que el estadode sus mentes sea cambiado. Todos los
cristianos oran para que Dios cambie loscorazones de los hombres,
para que les d arrepentimiento y fe, y controle de talmanera las
acciones de los mismos que pueda ser impulsada Su gloria y el bien
delos dems. sta es de nuevo una de aquellas verdades sencillas,
profundas y degran alcance, que los hombres dan por supuestas, y en
base de las cuales actan yno pueden dejar de hacerlo, sean cuales
sean las dudas de los filsofos, o lasdificultades especulativas que
puedan acompaar a estas verdades. Todos los cristianos admiten que
Dios tiene un plan o propsito en el gobiernodel mundo. Hay un
objetivo que cumplir. Es inconcebible que un Ser infinitamentesanto
cree, sustente y controle el universo sin contemplar ningn fin a
alcanzarmediante esta maravillosa exhibicin de Su poder y recursos.
As, la Biblia nosensea que Dios obra todas las cosas segn el
consejo de Su propia voluntad. Yesta verdad est incorporada en
todos los sistemas de fe adoptados entre loscristianos, y es dada
por sentada en toda la adoracin y experiencia cristiana.
- 31. 34 PARTE III - SOTERIOLOGA 4. Constituye un corolario
necesario en base de los anteriores principios que loshechos de la
historia son la interpretacin de los eternos propsitos de Dios.
Todolo que realmente acontece entr en este propsito. Por ello,
podemos aprender eldesignio o la intencin de Dios en base de la
evolucin o desarrollo de Su plan enla historia del mundo y de cada
hombre individual. Todo aquello que ocurre, llopermite por sabias
razones. l puede impedir todo aquello que considere
oportunoimpedir. Por ello, si se da un pecado, es porque era el
designio de Dios queocurriera asi. Si viene la desgracia como
consecuencia del pecado, ste era elpropsito de Dios. Si slo algunos
hombres son salvos, mientras que otros perecen,todo esto debe haber
formado parte del ntegro propsito de Dios. No es posibleque ninguna
mente finita pueda abarcar los designios de Dios, o que vea
lasrazones qe Sus dispensaciones. Pero nosotros no podemos, debido
a esto, negarque l gobierna todas las cosas, ni que l las gobierna
en base del consejo de Supropia voluntad. El sistema Agustiniano de
doctrina no es nada ms que la aplicacin al casoespecial de la
salvacin del hombre de estos principios generales y reconocidos
demanera casi universal. Exposicin de la doctrina. El esquema
Agustiniano incluye los siguientes puntos: (I) Que la gloria
deDios, o la manifestacin de Sus perfecciones, es el fin ms alto y
ltimo de todaslas cosas. (2) Para este fin Dios se propuso la
creacin del universo y todo el plande la providencia y de la
redencin. (3) Que l puso al hombre en un estado deprobacin,
haciendo de Adn, el primer padre de la raza, su cabeza y
representante.(4) Que la cada de Adn arrastr a toda su posteridad a
un estado de condenacin,de pecado y de desgracia, del que son
absolutamente incapaces de librarse a smismos. (5) De entre la
multitud de hombres perdidos Dios escogi a una cantidadinnumerable
para vida eterna, dejando al resto de la humanidad para la
justaretribucin por sus pecados. (6) Que la base de esta eleccin no
es la previsin denada en la primera clase para distinguirlos
favorablemente de entre los miembrosde la otra clase, sino el
beneplcito de Dios. (7) Que Dios, para la salvacin de losescogidos
as para vida eterna, dio a Su Hijo unignito, para que se hiciera
hombre,y para que obedeciera y padeciera por Su pueblo, haciendo as
una plenasatisfaccin por el pecado, e introduciendo la justicia
eterna, haciendo la salvacindefinitiva de los escogidos totalmente
cierta. (8) Que mientras que el EsprituSanto, en sus operaciones
comunes, est presente con cada hombre mientras vive,reprimiendo el
mal e induciendo al bien, su poder ciertamente eficaz y salvador
esejercitado slo en favor de los escogidos. (9) Que todos aquellos
a los que Dios haescogido as para vida, y por los que
- 32. CAPTULO I - EL PLAN DE SALVACIN 35Cristo se dio a S mismo
de manera especfica en el pacto de la redencin, sernciertamente
llevados (a no ser que mueran en la infancia) al conocimiento de
laverdad, al ejercicio de la fe, y a la perseverancia en la
santidad hasta el fin. ste es el gran esquema doctrinal conocido
histricamente como Paulino,Agustiniano o Calvinista, enseado, como
creemos, en las Escrituras, desarrolladopor Agustn, sancionado
formalmente por la Iglesia Latina, al que se adhirieron lostestigos
de la verdad durante la Edad Media, repudiado por la Iglesia de
Roma enel Concilio de Trento, avivado en esta misma iglesia por los
Jansenistas, adoptadopor todos los Reformadores, incorporado en los
credos de las Iglesias Protestantesde Suza, del Palatinado, de
Francia, Holanda, Inglaterra y Escocia, y desarrolladoen la
Confesin redactada por la Asamblea de Westminster, representante
comnde los Presbiterianos en Europa y Amrica.... Prueba de la
doctrina. En primer lugar, se trata de un esquema sencillo, armnico
y coherente. Nosupone ningunos propsitos contradictorios en la
mente divina; que primero sepropusiera una cosa, y luego otra; ni
que se propusiera fines que luego no sonllevados a cabo; ni la
declaracin de principios en conflicto con litros que
seaninnegables. Todas las partes de este inmenso plan admiten su
reduccin a unpropsito todo inclusivo tal como estuvo oculto durante
eras en la mente divina. Elpropsito de crear, de permitir la cada,
de elegir a algunos para vida eterna,mientras que otros son pasados
por alto, de enviar a Su Hijo para redimir a Supueblo, y de dar el
Espritu para aplicar esta redencin, son propsitos quearmonizan
entre s, constituyendo un plan coherente. Las partes de este
esquema noson simplemente armnicas, sino que estn relacionadas de
tal manera que unasinvolucran a las otras, de manera que si una
queda demostrada, se implica laverdad del resto. Si Cristo fue
entregado para la redencin de Su pueblo, entoncesla redencin de Su
pueblo resulta segura, y entonces las operaciones del Espritudeben,
en el caso de ellos, ser desde luego eficaces; y si tal es el
designio de la obrade Cristo y la naturaleza de la influencia del
Espritu, entonces los que son objetosde la primera y sujetos de la
otra, tienen que perseverar en santidad hasta el fin. Osi
comenzamos con cualesquiera de los otros principios ya mencionados,
sigue elmismo resultado. Si se demuestra o concede que la Cada
arrastr a la humanidad aun estado de pecado y miseria del que nada
podan hacer para salir, entonces deello sigue que la salvacin tiene
que ser por gracia; que es de Dios y no de nosotrosel que estemos
en Cristo; que el llamamiento es eficaz; que la eleccin es por
elbeneplcito de Dios; que el sacrificio de Cristo asegura la
salvacin de su pueblo; yque no pueden
- 33. 36 PARTE III - SOTERIOLOGAapartarse fatalmente de Dios. Y
as con todo el resto. Admtase que la muerte deCristo asegura la
salvacin de Su pueblo, y todo el resto sigue de ello. Admtaseque la
eleccin no es por obras, y todo el plan tiene que ser admitido
comoverdadero. Admtase que nada sucede contrario a los propsitos de
Dios, y denuevo se tiene que admitir todo el esquema Agustiniano.
Apenas si puede haberuna prueba ms clara de que comprendemos una
mquina complicada que el hechode que podamos poner en su sitio
todas sus piezas de manera que cada una estexactamente en su lugar,
siendo que ninguna de ellas admite su sustitucin porotra, y que
toda ella queda completa y dispuesta para funcionar. Tal es el
orden delas obras de Dios que si se le da a un naturalista un solo
hueso, puede construirtodo el esqueleto del que forma parte; y tal
es el orden de su plan de redencin quesi se admite una de las
grandes verdades que incluye, se debe aceptar todo el resto.ste es
el primer gran argumento en apoyo del esquema doctrinal Paulino
oAgustiniano. Argumento en base de los hechos de la Providencia. En
segundo lugar, slo este esquema es consistente con los hechos de
laprovidencia de Dios. Por evidente que sea esta verdad, tiene que
ser repetida una yotra vez que es intil enfrentarse a los hechos.
Si una cosa es, es en vano ignorarlao negar su relevancia. Tenemos
que amoldar nuestras teorias a los hechos, y nohacer que los hechos
se amolden a nuestras teorias. Por ello, ser correcta aquellavisin
de la verdad divina que est de acuerdo con los hechos de la
providenciadivina; y ser falsa aquella perspectiva que entre en
conflicto con estos hechos.Otro principio no menos sencillo, y no
menos susceptible de ser olvidado, es el queantes ya se ha dado por
sentado que lo admiten todos los cristianos, esto es, queDios tiene
un plan, y que todos los eventos de Su providencia se corresponden
coneste plan. En otras palabras, que suceda lo que suceda, Dios ha
tenido la intencinde que suceda; que para l nada hay que sea
inesperado, ni nada contrario a Suspropsitos. Si es as, entonces
podemos aprender con certidumbre cul es el plande dios, lo que l se
ha propuesto hacer o permitir, en base de lo que realmentellega a
acontecer. Si una proporcin de los habitantes de un determinado
pasmueren en la infancia y otra parte llega a la edad madura, este
ha sido por razonessabias razones el propsito de Dios. Si algunos
son prsperos y otros mseros,tambin es en conformidad a su santa
voluntad. Si en una sazn hay abundancia yen otra a la inversa, es
as segn l lo ha dispuesto. As lo dicta incluso la religinnatural. E
incluso los paganos creen esto. Apenas si se puede dudar que si se
aceptan estos sencillos principios, se tieneque admitir la verdad
del esquema Agustiniano. Es un hecho que Dios ha creado alhombre;
es un hecho que la cada de Adn involucr a toda
- 34. CAPTULO I - EL PLAN DE SALVACIN 37nuestra raza en el pecado
y en la desgracia; es un hecho que de esta familia cadaunos se
salvan y otros se pierden; es un hecho que la salvacin de los
querealmente alcanzan la vida eterna queda asegurada por la
mediacin de Cristo y porla obra del Espritu Santo. stos son hechos
providenciales admitidos por todos loscristianos. Todo lo que ensea
el Agustinianismo es que estos hechos no fueroninesperados para la
mente divina, sino que Dios conocia anticipadamente quesucederian,
y haba dispuesto que sucedieran. Esto es Todo. Todo aquello
querealmente sucede es porque Dios ha dispuesto que sucediera.
Aunque Suspropsitos o intenciones no pueden fracasar, l no emplea
influencias para elcumplimiento de los mismos que sean
incompatibles con la perfecta libertad yentera responsabilidad de
las criaturas racionales. Por cuanto Dios es infinito enpoder y
sabidura, l puede controlar todos los acontecimientos, y por ello
el cursode los acontecimientos tiene que estar en conformidad a Su
voluntad, porque lpuede rnoldearlos o dirigirlos conforme a Su
beneplcito. Por ello, es evidente,primero, que los acontecimientos
tienen que ser la interpretacin de los propsitos,o sea, de aquello
que l se propone que suceda; y segundo, que no se puedepresentar
objecin alguna contra el propsito o los decretos de Dios que no
militentambin contra Su providencia. Si es justo que Dios permita
que suceda unacontecimiento, tiene que ser justo que l se proponga,
permitirlo, esto es, quedecrete que va a suceder. Podriamos suponer
cierta la concepcin Desta oRacionalista de la relacin de Dios con
el mundo: que Dios cre a los hombres, yque los dej sin ninguna
conduccin providencial ni influencias sobrenaturales,que los
abandon al ejercicio sin restricciones de sus propias facultades, y
a laactuacin de las leyes naturales y sociales. Si as fuera, se
daria de una manera realun cierto curso de acontecimientos en
sucesin regular y en todas las posiblescombinaciones. En este caso
no se podra pretender que Dios fuera responsable delresultado. l
habra creado al hombre, dotndole de todas las facultades,
yrodendole de todas las circunstancias necesarias para su mayor
bien. Si lescogiera abusar de sus facultades y descuidar sus
oportunidades seria su propiaculpa. No podria quejarse contra su
Hacedor. Podriamos tambin hacer lasuposicin de que Dios, mirando y
previendo cmo iban a actuar los hombresdejados a s mismos, y cul
sera el resultado de un universo llevado de estamanera, decidiera,
por sabias razones, que llegara a ser real; que realmente vinieraa
existir un universo as con aquel curso de eventos en aquel orden.
Sera estoinjusto? O, qu diferencia habra si el propsito de Dios en
cuanto a lafuturizacin de tal mundo, en lugar de seguir a la
previsin del mundo, loprecediera? En todo caso Dios se propondria
precisamente el mismo mundo, elmismo curso de acontecimientos. El
Agustinianismo supone que Dios, para Supropia gloria, y por ello
por el ms excelso y benfico de tales fines,
- 35. 38 PARTE III - SOTERIOLOGAse propuso tal mundo y tal serie
de acontecimientos como los que habran ocurridoen la hiptesis
desta, con dos importantes excepciones. Primero, l se interponepara
reprimir y conducir la maldad del hombre de modo que previene
laproduccin de un mal sin mitigaciones, y para hacer que lleve a la
produccin debien. Y segundo, l interviene mediante Su providencia,
y mediante la obra deCristo y del Espritu Santo, para salvar a
innumerables almas del diluvio dedestruccin. Por ello, el sistema
Agustiniano es tan slo la aceptacin de que Diosdispuso en la
eternidad lo que realmente lleva a cabo en el tiempo. Por ello,
estesistema est en conformidad con todos los hechos de la divina
providencia, y estpor ello asentado sobre una base inamovible. La
soberania de Dios en las dispensaciones de Su providencia. Hay sin
embargo otro punto de vista que se debe tomar acerca de esta
cuestin.El Agustinianismo est basado en la suposicin de la soberana
de Dios. Suponeque le corresponde a l, en virtud de Su propia
perfeccin, en virtud de su relacincon el universo como su Creador y
preservador, y en virtud de Su relacin con elmundo de pecadores
como su gobernante y Juez, tratar con ellos en base de
Subeneplcito; que l puede de derecho perdonar a unos y condenar a
otros; quepuede con derecho dar Su gracia salvadora a uno y no a
otro; y por ello que lecorresponde a l, y no al hombre, que uno, y
no otro, sea hecho partcipe de la vidaeterna. Por otra parte, todos
los sistemas anti-Agustinianos suponen que Dios estobligado a
proveer la salvacin para todos; a dar gracia suficiente a todos; y
a dejarla decisin de la salvacin o perdicin a la voluntad de cada
uno por s mismo. Nosomos criminales condenados de entre los cuales
la soberana pueda perdonar aunos y no a otros, sino criaturas
racionales, teniendo todos el mismo y vlidoderecho sobre nuestro
Hacedor a recibir todo lo necesario para nuestra salvacin.Pero la
cuestin no es cul de estas teorias es la ms agradable, sino cul es
laverdadera. Y para decidir esta cuestin, un mtodo es determinar
cual cncuerdamejor con los hechos providenciales. Acta Dios en sus
tratos providenciales conlos hombres en base de los principios de
soberana, distribuyendo sus favores enbase del beneplcito de Su
voluntad; o sobre la base de la justicia imparcial,tratando con
todos los hombres sobre una base de igualdad? Esta pregunta
sloadmite una respuesta. Puede que minimicemos mucho las meras
circunstanciasexternas, y que magnifiquemos tanto como podamos las
compensaciones de laprovidencia que tienden a nivelar la condicin
de los hombres. Podemos apremiarhasta el extremo el principio de
que mucho se demandar a los que mucho hanrecibido, y menos a los
que menos. Aparte de estas cualificaciones y limitaciones,es
evidente el hecho de que existen desde luego las ms grandes
- 36. CAPTULO I EL PLAN DE SALVACIN 39desigualdades entre los
hombres; que Dios trata de manera mucho ms favorable aunos que a
otros; que l distribuye Sus bendiciones providenciales, que
incluyen noslo el bien temporal sino tambin ventajas y
oportunidades religiosas, comosoberano absoluto segn su propio
beneplcito, Y no como un juez imparcial. Eltiempo para el juicio
todavia no ha llegado. Esta soberana de Dios en la dispensacin de
Su providencia queda evidenciadaen Sus tratos tanto con las
naciones como con los individuos. No se puede creerque la suerte de
los ladrones sea tan favorable como la de los moradores de la
zonatemplada; ni que los hotentotes tengan una posicin tan deseable
como la de loseuropeos; ni que las gentes de Tartaria estn con
tanto bienestar como las de losEstados Unidos. La desigualdad es
demasiado patente para poderla negar; comotampoco se puede dudar de
que la norma que Dios adopta en la determinacin de lasuerte de las
naciones es Su propio beneplcito, y no las demandas relativas de
laspersonas afectadas por Su providencia. Este mismo hecho no es
menos evidentecon respecto a los individuos. Algunos son dichosos,
otros son desgraciados.Algunos tienen una salud de hierro; otros
son victimas de enfermedades ydolencias. Algunos tienen todas sus
facultades, mientras que otros nacen ciegos osordos. Algunos son
ricos, otros estn hundidos en la desgracia y degradacin de lams
abyecta pobreza. Algunos han nacido en medio de la sociedad
civilizada y enel seno de famlias virtuosas, pero otros estn
rodeados de vicios y maldad desde elmismo comienzo de su
existencia. Estas son realipades innegables. Como tampocose puede
negar que la suerte de cada individuo queda determinada por el
soberanobeneplcito de Dios. El mismo principio es el que se lleva a
cabo con respecto a la comunicacin delconocimiento y ventajas de la
religin. Dios escogi a los judos de entre todas lasfamilias de la
tierra para que fueran los receptores de sus orculos y de
lasordenanzas divinamente instituidas de la religin. El resto del
mundo queddurante siglos en una total oscuridad. Podemos decir que
ser ms tolerable en eldia del juicio para los paganos que para los
judos incrdulos; y que Dios no dejsiquiera a los gentiles sin
testimonio. Todo esto puede admitirse, y sin embargoqueda en pie lo
que dice el Apstol: Las ventajas del judo eran grandes en
granmanera. Seria necedad e e ingratitud por parte de los moradores
de la Cristiandadno reconocer su posicin como indescriptiblemente
ms deseable que la de lospaganos. Ningn cristiano americano puede
persuadirse a si mismo de que lehubiera ido mejor si hubiera nacido
en Africa; y tampoco puede dar respuesta aesta prcgunta: Por qu he
nacido aqui, y no all? aparte de: Si, Padre, porque asite agrad.
Por ello, de nada sirve adoptar una teoria que no concuerde con
estos
- 37. 40 PARTE III - SOTERIOLOGAhechos. Es en vano que neguemos
que Dios es soberano en la distribucin de Susfavores si es
innegable que en Su providencia l acta como soberano.
ElAgustinianismo concuerda con estas hechos de la providencia, y
por ello tiene queser verdadero. Slo presupone que Dios acta en la
dispensacin de Su graciaprecisamente como acta en la distribucin de
sus otros favores; y todos lossistemas anti-Agustinianos que estn
basados en el principio de que esta soberanade Dios es
inconsecuente con su justicia y con su relacin paterna con los
hijos delos hombres est en evidente conflicto con los hechos de Su
providencia. Argumento en base de los hechos de la Escritura. La
tercera fuente de prueba acerca de esta cuestin se encuentra en los
hechosde la Biblia, o en las verdades que se revelan llanamente en
ella. El Agustinianismoes el nico sistema consecuente con estos
hechos o verdades. 1. Esto se evidencia primero en base de la clara
revelacin que la Escritura hacede Dios como infinitamente exaltado
por encima de todas Sus criaturas, y como elfin ltimo as como la
fuente de todas las cosas. Es por cuanto l es infinitamentegrande y
bueno que Su gloria es el fin de todas las cosas, y que Su
beneplcito es lams elevada razn de todo lo que llega a acontecer.
Qu es el hombre para quealterque con Dios, o que mantenga que son
sus intereses antes que los de Dios losque han de ser el fin ltimo?
Las Escrituras no slo afirman la absoluta soberanade Dios, sino que
ensean que est basada, primero, en Su infinita superioridadsobre
todas las criaturas; segundo, sobre Su relacin con el mundo y todo
lo quecontiene, como Creador y preservador, y por ello como dueo
absoluto; y, en tercerlugar, por lo que respecta a nosotros los
hombres, en nuestra total prdida de tododerecho en cuanto a Su
misericordia, por nuestra apostasa. El argumento es que
elAgustinianismo es el nico sistema que concuerda con el carcter de
Dios y con Surelacin con Sus criaturas tal como se revela en la
Biblia. 2. Es un hecho que los hombres son una raza cada; que por
su enajenacin deDios estn envueltos en un estado de culpa y de
contaminacin, del que no sepueden liberar a s mismos. Por la culpa
que han contrado han perdido tododerecho ante la justicia de Dios;
con toda justicia podran ser dejados en perdicin;y por su
depravacin se han hecho totalmente incapaces de volver a Dios, o
parahacer nada espiritualmente bueno. Estos son unos hechos ya
demostrados. Elsentimiento de culpa es universal e indestructible.
Todos los pecadores conocen eljusto juicio de Dios, y que son
dignos de muerte. La incapacidad de los pecadoresno es slo
declarada clara y repetidamente en las Escrituras, sino que
esdemostrada por toda la experiencia, por la comn conciencia de los
hombres,
- 38. CAPTULO I - EL PLAN DE SALVACIN 41Y, naturalmente, por la
conciencia de cada persona individual, y especialmente decada
hombre que haya sido o que sea verdaderamente convencido de pecado.
Perosi los hombres son as incapaces de cambiar sus propios
corazones, para prepararsea s mismos para este cambio, o para
cooperar en su produccin, entonces tienenque ser falsos todos
aquellos sistemas que presuponen la capacidad del pecador yque
mantienen que la distincin entre los que se salvan y los que se
pierden radicaen el empleo hecho de esta capacidad. Son contrarias
a los hechos. Soninconsecuentes con lo que cada hombre, en lo ms
hondo de su corazn, sabecierto. Lo que se quiere ilustrar cuando
las Escrituras compara a los pecadores conmuertos, e incluso con
huesos secos, es su total impotencia. A este respecto, todosson
iguales. Si Cristo pasara por un cementerio, y dijera a uno u a
otro que saleira,la razn por la que uno seria restaurado a la vida
y otro no slo podra encontrarseen Su beneplcito. Por la misma
naturaleza del caso, no se podra encontrar en losmismos muertos.
Por ello, si las Escrituras, la observacin y la consciencia
nosensean que los hombres son incapaces de restaurarse a s mismos a
la vidaespiritual, el hecho de que sean vivificados tiene que ser
atribuido al beneplcito deDios. Por la obra del Espritu. 3. Esto
queda confirmado por otro evidente hecho o verdad de la Escritura.
Laregeneracin del corazn humano, la conversin de un pecador a Dios
es la obra,no del que recibe aquel cambio, sino del Espritu de
Dios. Esto queda claro,primero porque la Biblia siempre lo atribuye
al Espritu Santo. Se dice quenacemos no de la voluntad del hombre,
sino de Dios; que somos nacidos delEspritu; que somos sujetos de la
renovacin del Espritu Santo; que somosvivificados, o resucitados de
entre los muertos por el Espiritu del Seor; los huesossecos viven
slo cuando el Espritu sopla sobre ellos. sta es la descripcin
queimpregna a las Escrituras de principio a fin, Segundo, la
Iglesia, por tanto, en sucapacidad colectiva, y cada miembro
viviente de la Iglesia, reconocen esta verdaden sus oraciones en
peticin del poder renovador del Espritu Santo. En los msantiguos y
reconocidos credos de la Iglesia, el Espritu es designado
comozopoion, el dador de la vida; el autor de toda vida espiritual.
La soberanainvolucrada en esta influencia regeneradora del Espritu
Santo queda claramenteimplicada en la naturaleza del poder que se
ejerce. Se declara que es el gran poderde Dios; la sobrepujante
grandeza de Su poder; el poder que obr en Cristo laresucitndole de
entre los muertos. Se presenta como anlogo al poder con el que0se
hizo ver a los ciegos, or a los sordos, y con el que fueron
limpiados losleprosos. Es bien cierto que el Espritu ilumina,
ensea, convence, persuade y, enuna palabra, gobierna el alma segn
su naturaleza como
- 39. 42 PARTE III - SOTERIOLOGAcriatura racional. Pero todo esto
se relaciona con lo que se hace en el caso de loshijos de Dios
despus de su regeneracin. La imparticin de vida espiritual es
unacosa; el sustento, control y abrigo de esta vida es otra. Si la
Biblia nos ensea quela regeneracin, o resurreccin espiritual, es la
obra del poder omnipotente deDios, anlogo al que ejercit Cristo
cuando dijo: Quiero, s limpio, entoncessigue necesariamente que la
regeneracin es un acto de soberania. Depende deDios el dador de la
vida, y no de los que estn espiritualmente muertos, decidirquines
son los que deben vivir, y quines permanecer en sus pecados.
Laconviccin ntima del pueblo de Dios en todas las eras ha sido y es
que laregeneracin, o infusin de vida espiritual, es un acto del
poder de Dios ejercidosegn Su beneplcito, y por ello es el don por
el que la Iglesia ora de maneraespecial. Pero este hecho involucra
la verdad del Agustinianismo, quesencillamente ensea que la razn
por la que un hombre es regenerado y otro no, ypor consiguiente uno
es salvo y otro no, es el beneplcito de Dios. El tienemisericordia
de quien tiene misericordia. Es cierto que l manda a todos
loshombres que busquen Su gracia, y promete que los que busquen
hallarn. Pero,por qu uno busca, y no el otro? por qu uno queda
impresionado ante laimportancia de la salvacin, mientras que otros
permanecen indiferentes? Si escierto que no slo la regeneracin
viene de Dios, sino tambin todos lospensamientos rectos y propsitos
justos, es de l y no de nosotros que buscamos yhallamos Su favor.
La Eleccin lo es a la Santidad. 4. Otro hecho claramente revelado
es el de que somos escogidos para lasantidad; que somos creados
para buenas obras; en otras palabras, que todo bien ennosotros es
el fruto, y por ello que no puede ser la base de la eleccin. En Ef
1 :3-6dice el Apstol: Bendito Sea el Dios y Padre de nuestro Seor
Jesucristo, que nosbendijo con toda bendicin espiritual en los
lugares celestiales en Cristo, segn nosescogi en l antes de la
fund