Post on 12-Jul-2015
LOS HUESOS MOVIMENTANDOSE
Grupos Pequeños
Las personas que hacen
parte del pueblo de Dios
¿Cuáles son las
características de esas
personas? Según la
visión de Ezequiel.
1 – No estamos comprometidos con la misión que nos ha
dejado Jesús
2 – No estamos preocupados en salvar los perdidos
3 – Nos olvidan que esta es la razón de la existencia
de la iglesia
4 – No estamos dando testimonio de Cristo para las
Personas
5 – Los miembros realizan su ministerio por sus
Propios métodos.
La iglesia representada por los huesos secos, es aquella
Que no experimenta el reavivamiento, no busca el poder del
Espíritu Santo y no crece en la comunión con Jesús.
Es un triste relato sobre la condición que se encuentra
la gran mayoría de las personas.
El pueblo de allí perdieron la razón de vivir y olvidaron se
del poder del evangelio.
Ellos tenían (tienen) la forma y la estructura, pero eso
es muy poco, porque no tiene vida y poder.
Faltaba (falta) el Espíritu Santo.
Por supuesto que si. Jesús dice:
Y pondré mi Espíritu en vosotros y viviréis…
Ezequiel 37:14
1 – La iglesia de I corintios es saludable, llena del
Espíritu, ella es comparada a un cuerpo donde Jesús
es la cabeza y los miembros parte del cuerpo.
2 – La iglesia trabaja armoniosamente para cumplir la
voluntad de Dios.
Pablo amplia el ideal de Dios como un cuerpo vivo.
1- Mostrando que los líderes deben preparar a los
Miembros del cuerpo para el servicio (vers. 11 y 12).
¿Para qué?
- La edificación del cuerpo;
-- Ayudar a los miembros a tener unidad de fe (vers. 13).
-- Ayudar en el pleno conocimiento de quién es Jesús.
-Para tener un estilo de vida semejante al de Jesús.
-- Para estar completamente unidos a Jesús en todos
los aspectos de la vida diaria.
Todo el cuerpo bajo del poder de la cabeza que es Cristo, y todas las
partes de cuerpo unidas, porque cada parte que trabaja bien el cuerpo
todo crece y se desarrolla por medio del amor.
I Corintios 12 – aclara que la iglesia debe ser un organismo dinámico
y activo en relacionamientos y en crecimiento numérico.
1 – dejar que Cristo transforme a cada uno individualmente
(este no es un camino muy fácil)
2 – Aceptar el plan que Dios tiene para nosotros, es decir, olvidar
Nuestros planes “bien intencionados”.
3 – Solamente Jesús puede dar vida a nuestros “huesos secos”.
4 – Aceptar la misión que Jesús nos ha dejado: Salvar a los perdidos.