Post on 11-Jul-2015
ANÁLISIS DE LA TEORÍA DEL VALOR
Este presente ensayo sobre el análisis de la teoría del valor se centra en
el riguroso estudio justamente de la asignación del valor de un bien o servicio
bajo dos enfoques que se contraponen teóricamente, sin ser uno más
importante que el otro. Estos no son otros sino la explicación teórica brindada
por la Escuela Clásica y por otra parte tenemos a la teoría que nos brinda la
Escuela Marginalista. Entonces, después de un largo estudio en el campo de la
investigación económica, resumiré este apartado en las siguientes líneas.
Primero, brindaré una explicación ilustrativa acerca de la asignación del valor
que Adam Smith, como uno de los representantes más importantes de la
escuela clásica, le otorga a un bien determinado. Y por otro lado, después del
análisis de la primera teoría, viene la interpretación acerca del valor que los
representantes de la escuela marginalista le otorgan a un bien en particular.
Dentro del enfoque de la escuela clásica, destaco a Adam Smith como
uno de sus máximos exponentes, quien aborda el problema del valor en
cambio y del valor en uso, que dicho sea de paso ya Aristóteles había tratado
de resolver muchos siglos antes. Distingue Smith el valor en uso y el valor en
cambio, dando a entender que el primero significa la utilidad de un objeto en
particular, y el segundo se refiere a la capacidad que posee un objeto para ser
intercambiado mediata e inmediatamente.
La teoría del valor smithiana no es suficientemente clara a nuestro buen
entender, pues explica que el trabajo es la única fuente del valor, y la cantidad
de trabajo incorporada en cada objeto es la medida del mismo. Para este autor,
por lo tanto, las cosas valen por el trabajo necesario para hacerlas.
Bajo el enfoque clásico, el trabajo es la medida real del valor en cambio
de todo bien, pues es la cualidad que tienen las cosas para compararse y
apreciarse unas con otras.
Sabemos bien, que al surgir el capital, el valor de un bien tuvo que ser
dividido entre el trabajador, en forma de salario; el dueño del capital, en forma
de beneficio y lo mismo sucede con el propietario de la tierra si concurriera en
la producción de determinado bien, bajo la forma de renta. Así, el precio final o
valor en cambio estaría constituido por lo que tendría que pagarse por salario,
beneficio y renta.
Con el siguiente ejemplo, quiero ilustrar la teoría del valor bajo el
enfoque clásico:
Simulemos que somos parte de una empresa que fabrica cuadernos. Sabemos
bien que para la fabricación de cualquier producto se necesita la participación
de variados entes productivos, la fabricación de cuadernos obviamente no es
una excepción. En el caso particular de nuestra empresa que estamos
simulando ser parte, el proceso productivo del cuaderno se puede separar por
áreas de trabajo las cuales aportan cada una de ellas una parte indispensable
de un cuaderno, y en cada una se incurren en diferentes costos de producción.
Entre las áreas tenemos al área gráfica, encargada de la elaboración de
portadas, tapas y accesorios para los cuadernos; el área de rayado, encargada
de la elaboración del cuerpo de los cuadernos con los diferentes tipos de
rayados, colores y cantidad de hojas; y por último tenemos al área de
espiralado, encargada del proceso final en la fabricación en la cual se unen
todos los componentes entregados por las áreas previas para finalmente
obtener el producto que es el cuaderno. Es obvio que en cada una de estas
áreas se ha incurrido en costos de producción como ya se ha mencionado,
pero no los he mencionado para no caer en errores y procurar un análisis más
objetivo, ya que esto es sólo una suposición.
Después de todo el proceso para producir un cuaderno, supongamos
que el valor final de este bien sería de S/.4.50, valor que incluye el trabajo
necesario para producirlo y que se transformará en el salario que el trabajador
recibirá. Y por el lado del empresario, incluye este precio final el beneficio que
recibirá por el capital que ha invertido en el proceso productivo. Esto es,
ilustrativamente lo que nos quiere decir la teoría del valor bajo el enfoque
clásico.
Ahora, para contrastar lo dicho por los clásicos como Adam Smith,
veamos como los marginalistas le asignan un determinado valor a un bien
específico.
Los bienes tienen importancia para nosotros en el monto que nuestro
conocimiento les da valor personal para satisfacer nuestra jerarquía de
necesidades. Sobre este cimiento, Menger construye un edificio lógico de
conclusiones que sorprende y coloca a la Economía en una posición de real
utilidad para tomar decisiones racionales. Todo porque esa ciencia se ve ahora
como una de comportamiento humano.
Es reconocido que Menger, Jevons y Walras, otros dos grandes
economistas, propusieron a la percepción subjetiva como la explicación del
valor económico y, desde luego, a la Teoría de La Utilidad Marginal que
establece que el valor de cada unidad de un bien poseído se reduce conforme
se eleva el número de unidades poseídas.
Los bienes, productos y servicios tienen importancia para nosotros los
humanos. Pero esa importancia que les damos es una importancia asignada
por nosotros mismos. Les imputamos ese atributo de calidad para nosotros
porque de esos bienes depende nuestra vida y nuestro bienestar. He ahí el
meollo del asunto acerca de la teoría del valor de la escuela marginalista.
El valor de los bienes viene desde fuera de ellos y depende de lo que
sepamos que ese bien hace por nosotros. Esto añade una dimensión, que es
nuestro conocimiento, pues si no sabemos que un cierto bien puede satisfacer
necesidades nuestras, ese bien no tiene valor.
Citando nuevamente el ejemplo de la empresa que fabrica cuadernos,
podemos deducir lo siguiente: Si bien es cierto, el cuaderno cuesta S/.4.50.
Esto es el valor del bien bajo el enfoque objetivo de la escuela clásica, pero
ahora agregándole la dimensión que menciono líneas más arriba, el
conocimiento, pues si vemos que el cuaderno no puede satisfacer nuestras
necesidades, dicho bien no tiene valor para nosotros. Por otro lado, si
evaluamos la situación y vemos que el cuaderno es muy importante para
nosotros como material académico y que nos proporcionaría una utilidad
especial con respecto a los otros que no requieren de uno, entonces el valor
asignado para el cuaderno sería alto. En este enfoque ya entra a tallar el
subjetivismo de la situación.
Y esto es muy lógico, pues si el valor es asignado al bien por quienes lo
usan para satisfacer necesidades, el valor del bien dependerá enteramente del
conocimiento de quien asigna el valor.
La satisfacción de diferentes necesidades, además, tiene diferentes
niveles. No hay igualdad en la satisfacción de necesidades. Unas son mayores
que otras. Esa magnitud diferente proviene de la variación que existe en la
importancia que cada bien tiene para el mantenimiento de nuestra vida y
bienestar.
El valor de los bienes es asignado por la persona a cada bien
dependiendo del valor de la importancia de la necesidad que satisface ese
bien. Es así como se sintetiza el análisis de la teoría del valor bajo el enfoque
marginalista.
Finalmente, si el valor de un bien es asignado por la persona eso implica
que no existe una relación entre ese valor y lo que fue usado para elaborarlo.
Según el enfoque marginalista, no merece importancia el valor de un bien
teniendo en cuenta la cantidad de trabajo e insumos para su producción, sino lo
que dicho bien puede hacer por el individuo, es decir, la utilidad que le puede
proporcionar. Lo que acarrea otra conclusión lógica: Las personas asignan el
valor a los bienes independientemente de lo implicado en la producción de
ellos.
Es importante tener en claro también que el valor asignado a un bien
para satisfacer una necesidad puede ser mayor, igual, o menor que el valor de
los bienes utilizados para producirlo. No hay una relación necesaria entre el
valor de un bien y el valor de lo usado en su producción, pues como ya he
dicho más arriba, la asignación de valor a un bien es netamente subjetiva, lo
que no significa que sea arbitraria. El valor imputado a cada bien obedece a
una escala de importancia de necesidades para cada individuo fundamentada
en su juicio de bienestar.
Williams Castillo Torres
El autor