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Page 1: Koldo Saratxaga «La empresa es una dictadura»

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JUEVES 10 DE ENERO DE 2008

El genio empresarial que sacó dela crisis a los autobuses Irízar pa-ra pasearlos triunfantes por me-dio mundo, trayecto que hoy seestudia con reverencia en la Har-vard Business School, no está pordisputar la carrera de la austeri-dad gastronómica a la que pare-cen fatalmente abonados muchospersonajes de esta última página.El periodista acude a la cita con lasensación incómoda de que llegatarde por partida doble. Primero,porque Koldo Saratxaga ya estásentado a la mesa del restaurantedel Museo de Bellas Artes de Bil-bao —lo mejor son las vistas al par-que que ofrecen las grandescristaleras—, y segundo, porque lapregunta obligada: “Dime, Koldo,¿cuál es el secreto?”, ya ha sidoformulada con anterioridad porunos 50.000 directivos que han pe-regrinado desde cualquier partedel mundo para escuchar su fór-mula, desarrollada en un libro dereciente aparición.

Este hombre de rostro afilado,que viste enteramente del mismogris que su cabello y su barba, res-ponde con celeridad y un puntazobrillante en la mirada. “Se trata decreer en las personas y sacar lomejor de ellas”. Como la verdadrevelada en forma tan sintética noha borrado todo resto del escepti-cismo que cree percibir en el sem-blante de su interlocutor, Saratxa-ga se lanza a explicarse y ya no se

detendrá hasta que, a despecho dela tosta de pimiento con berenje-na, intacta sobre la mesa y lastimo-samente fría, la camarera amaguecon traernos el segundo plato. “Laclave está en el modelo de relacio-nes laborales”, enfatiza. “Si en 14años, pasamos de los 224 trabaja-dores que éramos en Ormaiztegi(Guipúzcoa) a los 3.000 actuales yabrimos fábricas para crear auto-buses en China, India, Marruecosy México es porque hicimos de laempresa una aventura colectiva”.“El elemento diferencial, el valorañadido”, subraya: “La empresadel futuro, que es la de la innova-ción, la creatividad y el conoci-miento, exige que los trabajado-res sean partícipes reales del pro-yecto y se sientan motivados”.

Aunque sus palabras puedansonar gastadas, entre tanto gurúde la retórica ambiental, lo quedistingue radicalmente a Saratxa-ga es que su modelo ha funciona-

do, y espectacularmente. Hablade la democratización de la em-presa, establece un máximo decuatro niveles salariales, el repar-to equitativo del 30% de los benefi-cios y un comportamiento éticoque obliga a todos a la transparen-cia. Casi nada. Y es que el ex geren-te de Irízar, hoy dedicado al aseso-ramiento, sostiene que el modelopiramidal creado hace un siglo su-pone un desperdicio ingente de ca-pacidades y energías.

“La empresa es uno de los ra-ros reductos de dictadura que que-dan en las sociedades democráti-cas y está pidiendo a gritos trans-

formarse en espacio de libertad yde bienestar”, dice Saratxaga, naci-do en Sopuerta (Vizcaya) hace 60años. El cambio que propone estan radical que en su vocabulariono cuenta ya la palabra “empre-sa”, sustituida por “organización”,y han sido abolidos términos, quejuzga vejatorios, como plantilla, re-cursos humanos o gestión de per-sonal. Allí donde interviene comoasesor, elimina el hábito de fichary establece la consigna de “estru-jar a las máquinas y mimar a laspersonas”. En su opinión, el granproblema es la falta de verdaderoslíderes. “Los jefes están agobiadosde trabajo porque no quieren ce-der el poder de decisión. Tienenmiedo y por eso se dedican a con-trolar, en lugar de estimular, facili-tar y responsabilizar”. También lalubina se le ha quedado fría, perono parece importarle demasiado.

El gobernante del pequeño pero globalmen-te muy influyente Estado se desperezó en lacama y, al hacerlo, su mano tropezó con lapiel tersa de su esposo.

Como en las películas, en aquel momen-to sonó el móvil.

—Sí, claro, te lo paso. Díselo tú mismo—dijo el esposo, alargándole el aparato a sumarido, al tiempo que comentaba:

—Es el de Valencia, que no puede venirporque tiene que acompañar a su hermanaa la clínica abortista. Ha decidido interrum-pir el embarazo.

—Vale, vale, me parece bien —cortó elgobernante al otro, perentorio—. Llámameluego para contarme cómo os ha ido.

No pudo concentrarse en lo que le intere-saba, porque otro de sus colaboradores le

requería, esta vez desde Madrid. Habló di-rectamente con él:

—De acuerdo, no importa. Si tienes quellevar a la familia al parque temático, loprimero es lo primero. ¡Uf!

Se relajó. Un rato más tarde el esposopidió café. Su marido el gobernante se le-vantó, diligente, y al poco volvió con un parde expresos que olían a gloria.

—¿Y si nosotros tampoco fuéramos?—propuso el otro.

—Una cosa es que me hayan elegido de-mocráticamente y otra, que no nos presen-temos.

—Podemos verlo por la tele.Empuñó el mando. La plaza de San Pe-

dro ya se había llenado de fieles. El griteríoque salía del aparato se confundía con elque entraba por la ventana. Un primer pla-no mostró el contenido de una pancarta:“Desde que podemos casarnos, estamosmás calmados. Gracias, Papa”. Y otra: “Celi-bato, caca”.

—Son los españoles —comentó él—.Quién lo hubiera dicho, ¿quién hubiera di-cho hace unos años que, para amarnos máslos unos a los otros, bastaría con esto?

Y le palmeó el culillo al cónyuge.

ALMUERZO CON... KOLDO SARATXAGA

“La empresaes una dictadura”

MARUJATORRES

E Dos entrantes: 23,44E Pichón deshuesado: 18,72E Lubina: 20,13E Postres: 10,82E Tres cafés: 4,50E Agua mineral: 2,10E Vino: 14,72E Pan: 1,80

Total con IVA: 102,97 euros

Restaurante ArbolaGaña. Bilbao

Su caso está en laescuela de Harvardy se basa en apostarpor las personas

Koldo Saratxaga, ex gerente de la empresa Irízar. / jesús uriarte

‘Delirium’

JOSÉ LUIS BARBERÍA

8 425536 001086

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URL de este pdf: http://www.ifuturo.org/es/infosocios/SO/SO_88/SO_88_4.pdf