Estimado colega,
Le escribo sentada al borde del pasto de la Plaza de la Constitución, mi desesperación por no
poder concretar mi amor por Usted me ha llevado a desafiar a las fuerzas de orden y plantarme
aquí mismo a plasmar en este modesto block de papel verde los sentimientos que me esclavizan.
Desde que llegaste al servicio mi vida se iluminó, las reuniones cobraron otro sentido, comencé a
arreglarme para ti, a considerar qué podrías pensar de mis propuestas, a enamorarme.
Las secas páginas de nuestras comunicaciones vía memo me han parecido dulces esquelas, tu
mirada de caballero andante, defendiendo el bien común y el deber funcionario, le han dado un
nuevo sentido a mi trabajo y a mi vida, espero cada día con ansiedad el momento de ir al casino y
compartir esos breves momentos en que me atrevo a asomarme a tu vida privada.
No es su culpa, nada menos cercano a Usted que faltar a la probidad e incitarme a quererlo en
plena jornada laboral, pero el color de sus ojos me parece más dulce que la miel, y espero
nerviosamente nuestras comunicaciones telefónicas para oír su amada voz, temo que lo haya
mirado demasiado durante sus presentaciones de comité y que finalmente mi amor se haga
público.
Estoy angustiada, es por eso que he tomado una decisión brutal, partir, partir para evitar el
desastre, he pedido el traslado a una oficina lejos de Usted, me lo han concedido, es un lugar
recóndito dentro de Santiago, desde allí recibirá ésta carta y si en algo puedo ser correspondida,
entonces, y solo entonces, lejos de las barreras que nos pone la administración, esperaré el
encuentro en que podamos conversar frente a frente, como personas y ya no como colegas, no
como funcionarios ,no como números dentro de este enorme Estado.
Lo ama sinceramente,
Rosita
Autor seudónimo Papel Calco
Top Related