El problema de las drogas en América y sus posibles escenarios.
Alberto González Escalante
Me permitiré incluir comentarios propios en cursiva a lo largo de la lectura del siguiente trabajo, en
los lugares en los que considere pertinente, para intentar hacer una justificación clara y lógica de una
postura en torno a la posible legalización-despenalización-regulación de las sustancias en el continente
Americano, especialmente, México.
El problema de las drogas es uno que existe y preocupa tanto a jefes de estado como
al gobierno de los estados que se encuentran en América, pero también al ciudadano
común. Es un problema que afecta a todos, consumidores y no consumidores, y para todos
se manifiesta de forma distinta. Es importante considerar las diferentes realidades
económicas, las estructuras institucionales, las prioridades políticas que son distintas en los
diferentes países, del mismo modo que son distintos los patrones de consumo de drogas, los
temas de salud y los efectos en las actividades del crimen organizado asociados a este
problema.
El artículo se enfatiza que no existe un solo problema relacionado con las drogas, sino
múltiples problemas asociados a la diversidad de características de los países en América y
la posición que cada uno de los países ocupan en relación a dicho problema.
Delimitado lo anterior, se especifica que es lo que se analiza en el informe: En primer
lugar el cultivo, siguiendo con la producción, la distribución o tránsito de las sustancias, la
violencia que ejerce el crimen organizado y la comercialización de las sustancias, además
del consumo de las mismas y por qué se consumen.
De este modo, se entiende que una de las consecuencias del consumo de drogas se
encuentra en la salud de los seres humanos, y esta es una parte principal del problema de las
drogas. Las consecuencias en la salud son las que han llevado a la sociedad a hacer intentos
por controlar el consumo, aunque estos intentos han conseguido que surja una economía
ilegal con consecuencias en la violencia y los delitos asociados. Las drogas impactan a
diferentes órganos en el cuerpo, principalmente al cerebro, las consecuencias más severas
de este impacto las viven los jóvenes. Es un hecho comprobado por la ciencia que el
consumo de drogas afecta a diferentes estructuras cerebrales que median y controlan el
comportamiento. A esta asociación se agrega la predisposición, los efectos a corto y largo
plazo que pueden causar el consumo de sustancias y todos los factores del medio ambiente.
Considero en primer lugar que esta es una de las razones de mayor peso para mantener una postura
conservadora con respecto a la política de drogas en nuestro país. El hecho de que las drogas hacen daño no
es un punto de vista, es un hecho comprobado. Por lo tanto deben estar alejadas de la sociedad tanto como
nos sea posible. No tomo esta postura desde un punto de vista moralino o retrograda. Considero también la
situación actual del país en el que vivo. Conseguir droga es sencillo con el mercado tal y como está. Sin
embargo, considero que el mantener una posición conservadora con respecto a la venta de sustancias,
retrasa significativamente la edad de inicio de consumo de cualquier sustancia.
También es un hecho claro que la dependencia se caracteriza por el uso compulsivo
de sustancias a pesar de sufrir consecuencias negativas por su uso y que no existe un solo
factor que determine si una persona desarrollará la dependencia a alguna droga. Es cierto
que la ciencia ha identificado ciertos factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de una
adicción, entre ellos la edad de primer consumo ya las neurociencias han demostrado que el
cerebro de un niño o adolescente aún se está desarrollando y que el consumo de cualquier
droga durante este periodo puede tener consecuencias significativas a largo plazo.
La marihuana afecta la regulación de las emociones, memoria, atención, control de la
atención y percepción. El consumo intenso aumenta la probabilidad de presentar síntomas
psicóticos. Si se consume durante la adolescencia puede producir cambios en el cerebro que
persistirán a pesar de que el sujeto deje de consumir. Por otro lado, la cocaína es una
estimulante con un gran potencial adictivo. El consumo de cocaína tiene efectos nocivos en
el corto plazo: alteración de la transmisión de impulsos nerviosos, formación de coágulos
en el interior de los vasos sanguíneos, trastornos del ritmo y contracciones cardiacas,
infartos en órganos susceptibles como corazón y cerebro, altera la memoria, provoca
trastornos de sueño y del estado de ánimo. Mientras tanto, la heroína, que llega rápidamente
al cerebro y es altamente adictiva, genera una alta dependencia psicológica y física y se
asocia su consumo a una cantidad importante de muertes por sobredosis. No podemos dejar
de considerar al alcohol, que es factor principal en más de 60 tipos de enfermedades y
lesiones y es responsable de más de 2.5 millones de muertes en el mundo cada año. Los
inhalables tienen diferentes efectos psicoactivos y toxicológicos; su uso está relacionado
con trastornos neuropsicológicos, incluidos la perdida de coordinación muscular y el
deterioro del cerebro.
Tenemos grandes avances en el estudio del efecto de las diferentes sustancias en el cuerpo,
especialmente en el cerebro. Es preciso dar información veraz, sin ánimo de asustar al posible usuario o al
ya involucrado en el consumo, de las consecuencias reales que el consumo de sustancias tiene en el corto,
mediano y largo plazo.
Me parece importante resaltar que el consumo de alcohol y otras drogas son factores
de riesgo en el caso de 60 enfermedades y lesiones asociadas a accidentes y violencia. El
uso de drogas en América ocupa el lugar 19 de 43 factores de riesgo analizados.
Las drogas y el desarrollo.
Las condiciones estructurales hacen más probable el paso del uso no dependiente de
sustancias al uso dependiente, o al consumo de drogas con mayores daños asociados, tanto
para el consumidor como para terceros. Menor educación, menor acceso al empleo, mayor
vinculación con situaciones de violencia, pueden tornar a las personas más vulnerables a
caer en patrones problemáticos de consumo de drogas ilícitas. De este modo se entiende
que si se quiere abordar el problema de las drogas, es necesario enfrentar las múltiples
formas de exclusión social. Los problemas en la estructura se resuelven con soluciones en
la estructura.
Los problemas fundamentales en nuestro país se centran en estos factores estructurales. Al leer las
líneas anteriores, me queda claro que están hablando de México, no es necesario considerarlo muy
profundamente, es entonces que necesitamos enfocarnos en resolver los problemas de la estructura, antes de
permitir o intentar regular algo que sin duda causaría conmoción entre la población.
Entendiendo que el propósito de este trabajo es el de poder fijar una postura personal a favor o en
contra de la despenalización-legalización-descriminalización del consumo de sustancias psicoactivas,
específicamente de la marihuana, considero impertinente dedicar algunas líneas a los apartados de la
siembra, producción, distribución y venta de estas sustancias, sin embargo, si considero importante
mencionar algunos puntos importantes en relación al consumo de las mismas, específicamente:
¿Por qué los seres humanos consumen drogas? Como se ha establecido con
anterioridad, el cerebro juega una parte importantísima en la respuesta a esta pregunta, así
como una serie de determinantes biológicos, psicológicos y sociales del entorno de las
personas. Para entender cómo es que una persona pasa del consumo experimental hasta
llegar al abuso y uso perjudicial de una sustancia, debemos entender que no solamente nos
podemos enfocar en la responsabilidad del sujeto, debemos así establecer una perspectiva
más amplia que tome en cuenta el contexto social y cultural. Esta interacción nos da como
resultado la presencia de factores de riesgo asociados al consumo, pero también de
protección que generan que haya personas, que aunque se encuentren inmersas en
situaciones de claro peligro, salgan bien libradas, sin generar ningún tipo de dependencia.
Ahora bien, ¿qué drogas son las que se consumen en nuestro hemisferio? Se estima
que en el 2010, alrededor de 230 millones de personas en el mundo consumieron alguna
droga ilegal, esto representa al 5% de la población mundial. La marihuana es la droga de
este tipo que más se consume en América. El 24% de la población que consume alguna
droga se encuentra en América. Se estima que alrededor del 6% de personas entre 15 y 64
años la ha consumido en los últimos 12 meses. Todo parece indicar que las personas que
consumen marihuana empiezan a hacerlo a muy temprana edad, fenómeno que se repite con
el tabaco.
La prevalencia del consumo de cocaína en América durante el año previo a la
encuesta se focalizo en el 1.2% Es importante señalar que el consumo de cocaína en
América representa el 45% del consumo a nivel mundial y se puede encontrar consumo de
cocaína entre la población escolar de entre 13 y 17 años. El consumo de cocaína fumada
también se ha ido extendiendo en el continente, aunque su prevalencia es baja. El consumo
de cocaína base es poco en Centroamérica en relación a otras drogas controladas.
En México y Colombia se centra el mayor consumo de heroína en el hemisferio. El
aumento en el consumo se ha dado a conocer debido a las solicitudes de tratamiento
registradas. No ocurre lo mismo con los estimulantes tipo anfetaminas, ya que el consumo
es muy variado en América. Lo que preocupa de esta sustancia es que está siendo utilizada
por la población más joven en muchos países del hemisferio.
Los inhalables se encuentran entre las sustancias utilizadas por los estudiantes de
enseñanza media, junto con el alcohol, tabaco, marihuana y fármacos. Es más de un país es
la droga de mayor uso.
Con respecto al tratamiento y prevención se entiende que está fragmentada y
segmentada. La oferta se ha desarrollado al margen del sector público débilmente
conformado e integrado principalmente por establecimientos a cargo de particulares o de
organizaciones comunitarias. La Estrategia sobre el Consumo de Sustancias Psicoactivas y
la Salud Publica de la Organización Panamericana de la Salud considera diferentes aspectos
sobre la oferta de tratamiento: manifiesta que existen obstáculos importantes para atender a
sujetos que tienen trastornos relacionados con el consumo de sustancias, a veces a los
sujetos se les asigna un tratamiento involuntario que no garantiza sus derechos, el
tratamiento algunas ocasiones está en zonas aisladas y sin evaluación de los pacientes, se
encuentran lejos de la comunidad de los pacientes, no cuentan con supervisión médica, el
costo del tratamiento además de ser elevado debe ser cubierto por el paciente o su familia,
los grupos marginales no tienen oportunidad para recibir un tratamiento, además del
estigma que existe relacionado al consumo de sustancias y a la adicción.
Al legalizar o regular cualquier sustancia, forzosamente la percepción en el riesgo se vería
disminuida, lo que disminuiría la percepción de riesgo y la edad de inicio de consumo. ¿Estamos preparados
institucionalmente para atender a mayor número de personas con problemas de adicción? La prevalencia
será la misma, pero al aumentar el número de consumidores, aumentará la cantidad de personas que
necesitan ayuda. Siendo así, las instituciones en México se encuentran rebasadas en su capacidad de
atención. Tenemos que entender que CIJ, una de las pocas instituciones a nivel nacional encargadas de dar
atención en el tema de drogas, considera que impacta a más de 600,000 jóvenes al año, ya que les da una
plática preventiva, les reparte un volante o les acerca un lugar al que pueden acudir a solicitar asesoría.
México no está preparado institucionalmente para la atención de un mayor número de pacientes con
problemas de adicción.
En cuanto a la prevención se han evaluado algunos de los programas existentes, pero
la mayoría de estas evaluaciones se refieren al proceso de implementación de la
intervención más que al impacto en la misma.
Drogas, delito y violencia.
Cuando hablamos de los delitos relacionados al problema de las drogas, debemos
considerar por fuerza al tránsito, que es uno de los mayores problemas y desafíos de la
seguridad pública donde este tránsito se realiza. Esto queda patente pues los delitos
violentos son mayores en los países en los que se transita con drogas que en los países en
los que se produce la droga.
Con respecto a los escenarios que vislumbra el equipo de la Organización de los
Estados Americanos, se encuentran narraciones de lo que podría ocurrir en el futuro. Son
historias de lo que podría ocurrir en la problemática de las drogas en el hemisferio y se
elaboraron con base en las tendencias actuales y en las variables más importantes en
materia política, económica, social, cultural e internacional.
Para poder hablar de estos escenarios, fue necesario habar el mismo idioma, por lo
que se definen algunos conceptos en materia de políticas sobre drogas. El primero de estos
es la despenalización, que alude a la eliminación de las sanciones penales por el consumo y
posesión no autorizada de sustancias controladas, usualmente en cantidades lo
suficientemente reducidas como para que califiquen como dosis personal. La
despenalización de hecho tiene que ver con la no aplicación en toda su extensión de las
leyes que penalizan la producción, distribución o consumo de una sustancia y esta ocurre
cuando un sistema de justicia penal omite la aplicación de la sanción, por acción o por
omisión, sin haber perdido formalmente el poder para hacerlo. Cuando hablamos de
legalización, nos referimos al proceso de eliminación de las prohibiciones legales sobre la
producción, distribución y consumo de sustancias controladas para otros propósitos
diferentes a los medicinales o científicos, generalmente a través de un mercado regulado.
Al mencionar Regulación se engloba a un amplio rango de marcos regulatorios que
permiten que las drogas controladas estén disponibles legalmente para otros propósitos
diferentes a los medicinales o los científicos, pero siempre bajo control estatal.
En el documento se incluyen a otros conceptos relevantes para seguir homogenizando
el lenguaje entre los diversos países miembros, y se entiende que cuando se habla de
consumo dependiente de drogas, se habla del consumo que se cataloga como habitual y
compulsivo a pesar de los efectos negativos a nivel social y sanitario, mientras que cuando
se habla de consumo problemático, lo que se entiende es que el mismo ha iniciado a tener
consecuencias negativas y que causa efectos perjudiciales tanto en todos los aspectos de la
vida de la persona como en otros relacionados con los individuos, las familias, amigos o
sociedad.
Aunque, cuando hablamos de drogas ilícitas, en realidad estamos hablando
coloquialmente, no es fácil hacer una distinción entre drogas legales e ilegales, pues existen
muchas zonas grises de por medio. Se puede afirmar que no hay sustancias “ilegales” per
se, pero si pueden ser producidas ilegalmente en mercados ilegales. Por eso, un término
más preciso puede ser el de sustancias controladas.
Al hablar de un infractor de las leyes de drogas, hablamos de gente que transgrede las
leyes vigentes sobre drogas, mientras que cuando hablamos de un infractor
drogodependiente nos referimos a un adicto que comete un delito bajo el efecto de alguna
droga.
La interdicción es la interceptación de drogas de contrabando por aire, mar o tierra
por parte de las fuerzas encargadas del cumplimiento de la ley.
Ahora bien, al comparar los diferentes escenarios que se proponen en el documento,
se entiende perfectamente bien cuatro aristas dentro de cada uno de los escenarios
propuestos. Estas aristas se centran en entender al problema de las drogas, dar una
respuesta, plasmar las oportunidades que presenta cada una de las respuestas así como los
retos que la implementación de esa respuesta presenta.
Mientras que el primer escenario, denominado “Juntos” entiende al problema de las
drogas como parte de un problema mayor de inseguridad, con instituciones estatales débiles
e incapaces de controlar sus consecuencias como el crimen organizado, la violencia y la
corrupción, propone fortalecer las capacidades de las instituciones judiciales y de seguridad
pública mediante una mayor profesionalización, mejores alianzas con los ciudadanos,
nuevos indicadores de éxito y la cooperación internacional mejorada. Este escenario supone
que con este tipo de medidas se contaría con una mayor seguridad ciudadana y una mayor
credibilidad en las instituciones estatales, lo que respaldaría el incremento en la tributación;
es decir, crear una alianza de todo el hemisferio renovada. Sin embargo, para implementar
esta respuesta, es necesario reconstruir diversas instituciones estatales frente a la oposición
de intereses arraigados, al tiempo que la cooperación internacional ha sido y es dispersa y
vacilante; el efecto globo de las actividades criminales simplemente se desplazaría hacia
lugares donde las instituciones fueran más débiles.
Este primer escenario es, considero, la solución más conservadora y utilizada en nuestro país. Se ha
intentado hacer de manera local con el fortalecimiento de los cuerpos policiacos, la creación de nuevas
entidades encargadas de la seguridad tanto a niveles locales, estatales y federales, pero una y otra vez nos
hemos encontrado con corruptelas, con que el crimen organizado encuentra la forma de colarse hasta los
niveles más altos de estas organizaciones creadas para ser incorruptibles y con la misma historia de siempre
“nuevos planes, viejos métodos”. Es importante mencionar que, desde mi punto de vista, este escenario
resulta corto para nuestro país, pues para poder llevarlo a cabo, se tendría realmente que crear una fuerza
policiaca que fuera incorruptible, y para lograr dicho cometido, tendría que pagar muy buenos salarios,
salarios suficientes para evitar que cualquier capo pueda llegar y comprar a cualquier policía. Esto se ve
seriamente afectado por los diversos carteles que trabajan en nuestro país, pues además de tener que ser
incorruptible, los mandos policiacos deben poner su vida en riesgo al “quedar mal” con los jefes de los
carteles mexicanos.
Al considerar el segundo escenario, que se dieron a la tarea de llamar “Caminos” se
habla del problema de las drogas como uno del régimen legal y regulatorio actual, que
intenta controlar el uso de drogas mediante sanciones penales, especialmente arrestos y
encarcelamiento, que están causando mucho daño. Se intentaría probar y aprender de
regímenes legales y regulatorios alternativos, iniciando con el cannabis y se piensa que
probando esta medida se podría desarrollar una mejora en las políticas de drogas mediante
la experimentación rigurosa: al destinar los recursos para el control de drogas y usuarios a
temas de prevención y tratamiento se podrían eliminar algunos mercados y ganancias del
crimen. El lado negativo que tendría que vencerse en este escenario es que hay que
gestionar los riesgos de la experimentación, especialmente en lo que concierne a la
transición de los mercados criminales hacia los mercados regulados, además de tener que
lidiar con nuevos mercados criminales y nuevas tensiones intergubernamentales como
resultado de las diferencias de regímenes entre las jurisdicciones.
Este escenario se está poniendo en marcha en diversos lugares del continente. Considero en lo
personal que es un escenario que ha resultado fracasado en otros lugares. Tuve la oportunidad de participar
en mesas de trabajo de la asamblea legislativa en la que se trató el tema de la despenalización de la
marihuana y el uso regulado. A dicho foro asistió el Primer Ministro Holandés, Wim Kok, quien claramente
dijo que Holanda había cometido ese mismo error al considerar en Ámsterdam el consumo recreativo y
turismo de drogas como una posibilidad. Lo que realmente ocurrió fue que las partidas de gasto en
persecución de narcotráfico, se trasladaron centavo por centavo a las partidas de salud y tratamiento.
Un tercer escenario es el de la “Resiliencia” que sustenta al problema como una
manifestación de disfunciones sociales y económicas subyacentes que generan, no solo
violencia, sino adicción. Pretende abordar el problema creando programas para el
fortalecimiento de las comunidades y mejorando la seguridad y salud públicas, creados de
abajo hacia arriba por gobiernos locales, las empresas y las ONG´s. Al implementar estos
programas, se considera que podría haber comunidades incluyentes, menos violentas y más
sanas que asuman un rol activo en la lucha contra las drogas y el crimen, sin embargo,
considera que los recursos y las capacidades son insuficientes en muchos gobiernos locales
y organizaciones no gubernamentales para abordar estos problemas. Este tipo de respuesta
generaría rezagos antes de que se logrará reducir el crimen relacionado con las drogas.
Este escenario se ha puesto en marcha a pequeña escala en diversos lugares de la capital
Colombiana, que es meca de las diferentes medidas efectivas que se han tomado en relación a las drogas. Me
refiero a la política de erradicación de los grandes carteles colombianos después de la época de Pablo
Escobar, así como a la puesta en marcha de planes sociales en los que los barrios más peligrosos de la
capital fueron tomados, pero no a la fuerza, sino por la cultura y actividades incompatibles con el consumo,
creando parques, galerías, espacios de expresión y esparcimiento para los jóvenes, deportivos y gimnasios
gratuitos. En menos de 1 año, la situación había cambiado drásticamente, la delincuencia disminuyó
considerablemente y los traficantes se desplazaron a otro lugar. Esta respuesta, si bien es efectiva, coincido
totalmente con el articulo al considerarla utópica.
Por último se considera al escenario de la “Ruptura” en el que se considera que los
países productores de drogas y aquellos en los que se transita, están pagando costos
insoportables e injustos. Para este escenario la respuesta es abandonar unilateralmente la
lucha contra la producción y el tránsito de drogas en su territorio; al hacer esto se esperaría
que se redujera la violencia y que se pudiera prestar mayor atención a las prioridades
domesticas sobre las internacionales, permitiendo liberar recursos que actualmente se
invierten en la seguridad y ejecución de la ley. El gran lado negativo en esta aplicación
permitiría la expansión de los mercados y las ganancias de las drogas, además de estar
violando tratados internacionales.
Este escenario resulta atractivo para mí. Se rumora que el Sr. De los Cielos, Amado Carrillo, propuso
ese escenario en presidencia poco antes de desaparecer. La posibilidad de tener un libre tránsito por el país
con la promesa de no dejar droga en el mismo. Lamentablemente nos encontramos adscritos a tratados
internacionales que no consideran esa como una postura valida, lo cual traería muchos problemas a nuestra
nación.
Al considerar los diferentes escenarios que se plasman en el documento de la OEA, queda claro que
cada uno de ellos tiene sus beneficios, pero también sus puntos negativos y difíciles.
En lo personal considero que, con peligro de sonar conformista, la respuesta en este momento en
nuestro país es dejar las cosas tal como están. La respuesta no está en la regulación o legalización de una
sustancia. Si bien se debe proteger al usuario y no se le debe criminalizar, debe haber una opción viable
para atender a los usuarios con problemas de adicción. Es así que considero que lo único que debe cambiar
son las cantidades permitidas y consideradas para uso personal e inmediato, ya que difícilmente una persona
con un uso constante de sustancias traerá únicamente su siguiente dosis y el traer más sustancia no quiere
decir que sea un traficante.
Gracias…
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