Mariela D’Angelo, Martín Hoare, Magalí Amalla
Diseño de experiencias áulicas.
HCD como disparador de propuestas didácticas
en disciplinas proyectuales.
Resumen
La intención primaria de este artículo es poner de manifiesto la importancia de detectar e interpretar
las necesidades del estudiante actual a partir de un acercamiento metodológico con base en la
empatía, promediando las mismas con los objetivos curriculares de las asignaturas y las demandas
vigentes del mercado laboral: detectando insights (descubrimientos claves) para llegar a establecer
líneas de acción traducibles en instrumentos didácticos aplicables al proceso de aprendizaje.
Oímos habitualmente hablar del diseño de experiencias como una disciplina emergente sobre todo en
referencia a nuevas tecnologías y nuevos medios. Sin embargo, visto está, que es una disciplina que
puede operar en diversas áreas donde el factor humano se encuentre presente. A partir de entender
su potencial alcance en el marco de la educación, y su posible implicancia en nuevas propuestas
pedagógicas para la formación académica en disciplinas proyectuales, venimos desarrollando con foco
en las personas el abordaje de propuestas curriculares, incorporando herramientas metodológicas
que dichas concepciones como HCD (Human-Centered Design o Diseño Centrado en Personas) y
Design Thinking (Pensamiento de Diseño) nos permiten, entendiendo que todo proceso de diseño,
incluso el diseño de una clase y/o una asignatura, debe tener como premisa básica la empatía.
Entender las expectativas, las condicionantes, las intenciones y motivadores de las personas dentro del
aula, promediando ésto con los objetivos disciplinares y académicos de la asignatura, puede llevar a
resultados exitosos con un factor motivacional explorado y explotado, dando por resultado final una
mejor experiencia tanto para el estudiante como para el docente, con resultados académicos de
mayor calidad.
La iniciativa de estudio en este escenario surge a partir de una investigación llevada adelante en el
marco del programa de investigación de la UP y del interés que despierta en nosotros como docentes
de la UNLP y protagonistas de esta realidad en nuestro ejercicio cotidiano, explorar alternativas para
lograr incidir de forma positiva en la experiencia áulica.
Palabras Claves
HCD; Diseño Centrado en Personas; Design Thinking; Empatía; Educación; Disciplinas Proyectuales.
El marco
“Los jóvenes de hoy enfrentan nuevos desafíos que no pueden resolver recurriendo a viejos
modelos. En esta transición entre un mundo que se termina -y del cual están desencantados- y
otro en plena construcción, se valen de las nuevas tecnologías para vincularse con la
experiencia y configurar sus identidades” (Fernando Peirone. 2015)
Acontece un fenómeno a nivel mundial: en forma paralela a la Universidad tradicional, en espacios
más o menos institucionalizados, las mismas personas que intentan resolver un trabajo práctico para
terminar su carrera universitaria están desarrollando las ideas y soluciones más innovadoras y
desafiantes de la historia; las mismas personas que transitan desmotivados y sin interés alguno el
camino universitario y manifiestan no sentirse capacitados para enfrentar un trabajo profesional.
Existe un divorcio entre el sistema educativo universitario, los estudiantes y el contexto socio-cultural
que los rodea; estamos viviendo la crisis de la academia como el espacio de capacitación y formación
humana. Transitamos la 3er Revolución Industrial, donde el valor más grande para las personas es
adquirir autonomía completa y una naturaleza social del conocimiento (1), donde éste se adquiere a
partir de las experiencias compartidas.
Es por ello que entendemos que existe un divorcio entre las instituciones y los actores que
intervienen. Porque los cambios en el diseño de las experiencias educativas no surgen de las
instituciones, no nacen de ellas. Pues las instituciones, al menos las que conocemos y de las que
formamos parte, aún no han adquirido la fluidez suficiente que requieren los tiempos que corren, y
porque las modificaciones estructurales en el sistema son mucho más complejas y afrontan mayor
resistencia. Es entonces en este escenario, donde las acciones nacen en realidad de los individuos, en
este caso, de los equipos docentes que participan activamente para lograr impacto positivo en
espacios que en ocasiones atienden solo a grupos reducidos de personas dentro de la institución.
"El sistema educativo actual fue diseñado hace 300 años, con el espíritu de la revolución
industrial y el objetivo de crear ciudadanos buenos, obedientes y productivos. El debate es
qué capacidades, conocimientos y habilidades hay que desarrollar hoy para un mundo que
todavía no sabemos cómo va a ser",
Gerry Garbulsky, organizador de TEDxRiodelaPlata.
Podemos asumir que la educación hoy -y sus métodos-, tanto en América Latina como a escala global,
están exigiendo un cambio radical. Una transformación que acompañe la radicalidad de los cambios
sociales que transforman día a día nuestra condición social y nuestras formas de ser y hacer.
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Por otro lado, es relevante decir que la problemática de la formación en las disciplinas proyectuales,
trasciende el ámbito académico universitario ya que tiene una íntima relación con las diferencias que
se establecen entre las capacidades profesionales emergentes y los requerimientos/demandas del
mercado laboral, por lo cual requiere un análisis profundo, no solo de contenidos curriculares, sino de
formas de vincularse con la enseñanza y el aprendizaje, por parte de los educadores y también (y
responsablemente) por parte de las instituciones académicas.
La intención primaria de nuestra exploración es leer y entender las motivaciones y necesidades de los
estudiantes, adaptadas a sus contextos. Entendiendo que las personas y su relación con el entorno,
sus creencias y comportamientos se vuelven una fuente de inspiración para la definición de
estrategias de diseño y creación de experiencias memorables en la vida de las personas.
El contexto y los actores.
Como profesionales de la Experiencia de Usuario y docentes Universitarios, entendemos que toda
experiencia vivida por una persona requiere del estudio y del análisis de la misma, para poder alinear
sus deseos y necesidades hacia una experiencia emocionalmente satisfactoria.
Y es así que encontramos en el Diseño Centrado en las Personas un modelo para la construcción y
ejecución de un camino que nos permita llegar a esto.
En Argentina, disponemos del privilegio de contar con instituciones de educación superior pública y
gratuita. Motivo de ello, las instituciones de educación superior suelen caracterizarse por albergar una
multitud de identidades con rasgos distintivos y pensares característicos que construyen un
conocimiento colectivo, inclusivo y plural.
La experiencia promueve el aprendizaje significativo (Ausubel et al., 1999). En el modelo de
aprendizaje vivencial, aplicado a los talleres usualmente troncales en la currícula de disciplinas
proyectuales, la experiencia determina el proceso de construcción del conocimiento. Por lo cual
mejorar esa experiencia en todo su proceso, tanto para el estudiante como para el equipo docente es
sustancial para potenciar esa construcción conjunta.
“El conocimiento no se descubre, se construye” (Bruner, 1997).
El aprendizaje significativo, alineado con el constructivismo, sostiene que el estudiante aprende a
partir de la vinculación con otros y de la inmersión en el proceso mismo de construcción del
conocimiento. Por ende, el proceso de aprendizaje se caracteriza por el dinamismo y la interactividad:
la información externa es internalizada e interpretada de forma tal que los mecanismos de
pensamiento van construyendo progresivamente modelos explicativos cada vez más complejos y
potentes. Por lo tanto, puede deducirse que el estudiante cumple un rol protagónico en el proceso de
aprendizaje.
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Los Estudiantes
Si buscamos la definición de alumno en la Real Academia encontraremos que se lo describe como
“Discípulo, respecto de su maestro, de la materia que está aprendiendo o de la escuela, colegio o
universidad donde estudia.” Lo cual pone al alumno en un lugar de recepción pasiva.
“Fui forzado a aprender; si esta es la educación del futuro, parecía vagamente fascista.” Ben Nelson Director de Minerva University
Las personas que ingresan a una Institución Universitaria o Terciaria en calidad de estudiantes en la
actualidad conforman un grupo perteneciente a la denominada generación Y. Así se ha dado en
denominar a la generación posterior a la generación X, caracterizada por la búsqueda de la libertad, la
flexibilización de pautas, de desafíos para sus vidas, de formar parte de un proyecto que los movilice.
Son jóvenes en busca del sentido.
No aceptan condiciones ni son dóciles a las normas, si no encuentran en ellas algo realmente
gratificante que le dé sentido a su quehacer. El lugar de conexión y engagement es la “motivación”, la
conducción hacia aquello que los entusiasma, si lo hallan, trabajan con tenacidad para cumplir
objetivos. Están más dispuestos que sus mayores a pelear por lo que creen y desean alcanzar lo que se
proponen, buscan su realización personal, y a través de ella su lugar en el mundo, su felicidad.
Este perfil general del joven-adulto, constituye a su vez el perfil del estudiante universitario. Ante esta
realidad, quienes ejercemos la docencia debemos aprender a capitalizar estas diferencias, valorando
de éstas las características que pueden potenciar el crecimiento y la retroalimentación generacional, y
a su vez otorgar a estas personas las herramientas que les permitan, sin negar esta identidad,
desarrollarse en un cada vez más exigente mercado laboral, obteniendo a su vez esta gratificación
personal tan deseada o tan necesaria para dar sentido a su realidad, que incluye su vida profesional.
El informe Horizon 2014 identifica las principales tendencias que impulsarán los cambios en la
educación universitaria y uno de los cambios sustanciales que menciona se encuentra relacionado con
el rol del estudiante en el proceso de aprendizaje, y habla del paso de los estudiantes como
consumidores a estudiantes como creadores.
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Acción. Presentación del caso.
Nuestra experiencia nace a partir de la necesidad de brindar una propuesta pedagógica mejorada ante
un escenario que en el último tiempo venía mutando en la asignatura de la que somos profesores:
cada vez más estudiantes se encontraban "migrando" a nuestra cátedra y los artilugios que solíamos
usar para acompañarlos en la cursada ya no parecían servir para este cambio importante en la
matrícula.
Vimos aquí la posibilidad de indagar con detenimiento acerca de la visión que los estudiantes tenían
acerca de la universidad pública como un espacio de formación, a la vez que encontrar en nuestro
intercambio con ellos indicios acerca de la manera en que percibían su realidad inmediata y la manera
en que imaginaban su futuro.
Así, decidimos generar un acercamiento centrado en las personas para aproximarnos, teniendo
siempre como excusa aprender de ellos para elaborar una propuesta pedagógica alineada a sus
expectativas, sin perder de vista la oportunidad de generar una renovación en el abordaje para
prepararlos mejor ante posibles escenarios laborales futuros. Afortunadamente, encontramos que
tenían mucho por contarnos; y fue de este intercambio desde donde encontramos inspiración para
abordar nuestro desafío.
Nos valimos del framework (marco de trabajo) de Design Thinking sabiendo que teníamos disponible
nuestro verano para consolidar una dinámica de trabajo mejorada para iterar en el transcurso del año
entrante. La manera de entender un año de cursada como un gran prototipo, debía asegurarnos sin
embargo un terreno lo suficientemente sólido como para no poner en riesgo la experiencia de
aprendizaje de los estudiantes que se incorporarían como "usuarios" activos y se sumergirían a la
nueva propuesta.
Inmersión
El trabajo fundamentalmente se abordó de manera empírica empleando técnicas que nos ayudaran a
comprender mejor la visión de nuestros estudiantes. Para ello, convocamos mediante redes sociales a
jóvenes específicos que de acuerdo a características predefinidas nos interesaba escuchar; así,
generamos talleres contextuales con ex estudiantes de la materia y otros con estudiantes aspirantes,
aquellos que iban a compartir con nosotros el año de trabajo entrante.
Cada taller contextual contuvo actividades específicas que sirvieron de excusa para que los jóvenes
intercambiaran puntos de vista, construyeran la imagen que tienen de los actores con los que se
relacionan en el contexto universitario, su aprendizaje y su visión de futuro.
Por otro lado, se realizaron encuestas a una gran cantidad de ex alumnos que habían transitado
nuestra materia, a fin de encontrar en su feedback valoraciones positivas y negativas de la propuesta
curricular concreta que les venía siendo provista.
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Talleres contextuales con estudiantes aspirantes y ex-alumnos nos ofrecieron entendimiento de base.
La visión propia y del contexto inmediato.
Los estudiantes se mostraron no del todo satisfechos con la experiencia previa que habían tenido en
su formación académica. Como todos se encontraban cursando o incluso terminando el último año de
la carrera, lograron manifestar opiniones, visiones y deseos muy arraigados en la experiencia propia o
de compañeros cercanos; puede decirse que tenían una imagen consolidada del camino transitado.
Todos los participantes manifestaron no sentirse del todo preparados para insertarse
profesionalmente, y tenían una visión un tanto negativa de la carrera en que se estaban formando: en
líneas generales compartían experiencias frustrantes o de incomodidad en la relación con sus
docentes y las mecánicas que estos empleaban para el seguimiento de sus clases; una necesidad de
exigir más saberes y saberes más actualizados, un sentido generalizado de estancamiento de la
formación respecto de la profesión y, por consiguiente, un sentimiento de falta de preparación para la
inserción laboral inmediata.
Encontramos que los estudiantes tenían muchas cosas para compartir entre ellos y, si bien muchos no
se conocían entre sí, acordaban en la mayoría de los temas que abordaban. La desilusión del espacio
universitario como lugar de aprendizaje se vinculaba a un sentimiento generalizado de querer
terminar los estudios para pasar a ocupar el tiempo en otros espacios, aunque habitados por la
inseguridad e incertidumbre.
El futuro.
Los participantes de los talleres se mostraron optimistas respecto de su futuro. A partir de una
actividad sencilla que les pedía a ellos dibujar un escenario futuro en un lapso de tiempo específico,
logramos notar que imaginaban una vida donde lo laboral no ocupaba un lugar del todo
determinante,, aunque sí la conexión con ellos mismos, con su familia y hasta en casos, con contextos
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geográficos naturales. En general imaginaron un futuro libre, sin demasiadas ambiciones en lo laboral
y en calidad de emprendedores o profesionales independientes.
Point of View -Visión-
Comprendimos que los estudiantes necesitaban encontrar espacios de inspiración, aprendizaje y
acompañamiento renovados porque los modelos con los que habían transitado su formación
académica parecían entrar en conflicto con sus expectativas a largo plazo, generando en ellos una
visión desesperanzada de sí mismos en un escenario laboral inmediato, aunque no así en un escenario
futuro.
A partir de los insights surgidos en la instancia de inmersión pudimos arribar a ciertas formulaciones
que evidenciaban que los estudiantes necesitaban nuevas maneras de aprender como así también
nuevos contenidos curriculares que estimulen su participación activa en un espacio de motivación y
gran compromiso. La visión negativa de la formación académica hacía que la facultad no sea vista por
ellos como el espacio donde depositar su confianza ni el lugar donde explotar su potencial.
La información recopilada a través de encuestas y talleres contextuales fue desempacada, cruzada y analizada en un gran
board.
Ideación
En primer término se realizó una investigación relámpago a partir de fuentes externas para encontrar
inspiración que tanto empresas como otras casas de estudio habían sabido dar a problemáticas
relacionadas a la que nos encontrábamos afrontando: como en cierta manera intuímos que el trabajo
de rediseño de los contenidos y didáctica de nuestra materia estaba estrechamente relacionada a
propiciar un escenario motivador para los estudiantes, relevamos aquellos casos en los que a través
de ciertas estrategias otras entidades supieron encontrar la manera de cautivar a jóvenes con
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requerimientos similares aunque no idénticos, por lo que dicho relevamiento se limitó a la
consideración de ciertas referencias de terreno.
Posteriormente, se elaboraron escenarios alternativos dispares a partir de claves que surgieron
durante la instancia de inmersión; las ideas de alternativas didáctico-pedagógicas rondaron entre
propuestas de trabajo más conocidas, hasta otras menos conocidas e incluso irrisorias.
Los estudiantes valoraron ideas predefinidas aunque también sugirieron nuevas. Las ideas no estaban
necesariamente orientadas a los contenidos curriculares sino más bien a acciones relacionadas con la
didáctica de las clases. Los participantes lograron dar indicios de cuán importante resulta para ellos
ser tenidos en cuenta por sus docentes y por sus pares.
El trabajo de ideación se realizó teniendo en cuenta información de gran utilidad, fruto de los talleres contextuales,
donde obtuvimos una aproximación a los parámetros que generan mayor satisfacción y apatía en los jóvenes.
Testeo y valoración
Se realizó un plan de acción para el año curricular entrante que fue validado en primer término por el
resto del equipo docente, un plantel de jóvenes profesionales que no hacía demasiado tiempo habían
dejado de estar en el rol de estudiantes universitarios, por lo que sus sugerencias dieron un valor
importante para continuar consolidando la propuesta. En la misma dirección, se volvió a convocar a
los estudiantes a fin de validar con ellos nuevas alternativas.
Todos los participantes se mostraron interesados y en ciertas iniciativas lograron demostrar gran
apego, pues muchas de las alternativas de acción eran re-interpretaciones adaptadas de ideas o
sugerencias que ellos mismos habían impulsado.
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Las ideas fueron valoradas a través de un sistema de valoración simple por el que los estudiantes pudieron generar una
selección de las alternativas de acción más y menos viables.
Acciones impulsadas. Formalización del rediseño del año de trabajo.
“Taller de Diseño en Comunicación Visual 5A” es el nombre de la asignatura que como docentes
llevamos adelante, y se enmarca en el último año de la carrera Diseño en Comunicación Visual, de la
Facultad de Bellas Artes en la Universidad Nacional de La Plata.
Como se ha mencionado, la materia tiene un perfil proyectual, y en ella los estudiantes desarrollan su
proyecto de graduación: un ejercicio de rediseño sobre una problemática existente de alta
complejidad y enmarcado en áreas temáticas predefinidas de las más diversas (identidad de marca/
producto, comunicación en el entorno, medios digitales y audiovisuales, etc.)
Adoptamos la filosofía, framework y técnicas del Pensamiento de Diseño para orquestar los desafíos
que serían lanzados a nuestros alumnos en un año de trabajo. Así, los estudiantes transitaron un año
cumpliendo múltiples misiones, alcanzando metas y consolidando de manera gradual e iterativa una
propuesta proyectual con foco en los usuarios.
Set de competencias del estudiante
A nivel axiológico nuestra asignatura pone el foco en diferentes aristas que son entendidas como
competencias que los estudiantes deberán desarrollar en el transcurso del año académico. Este set de
competencias procura exponerlos a escenarios desde donde experimenten alternativas de respuesta
desarrollando y poniendo a prueba diferentes habilidades que entendemos determinantes para su
quehacer profesional.
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Auto-conocimiento
Capacidad de autonomía y
auto-gestión
Capacidad para la
conceptualización
Desarrollar la capacidad de
auto-reflexión para el
descubrimiento de las
motivaciones personales a nivel
profesional y respecto de su
futuro posicionamiento.
Fomentar la adopción del
framework ofrecido para a partir
del mismo diseñar su propio
abordaje sobre la problemática y
de esta forma internalizar un
proceso de trabajo aplicable a
otros escenarios.
Adquirir metodologías para
sumergirse en la realidad sobre la
que se tendrá incidencia; ganar
sensibilidad para poder
interpretarla y poder así operar
sobre ella. Desarrollar la
capacidad de diagnóstico con
sentido crítico, objetividad y
sentido social.
Capacidad para la generación,
prototipado y evaluación de
ideas
Capacidad para la resolución
técnica
Capacidad para la
comunicación de resultados
Desarrollar la capacidad de
adopción de una mentalidad que
vea en la generación, prototipado
y evaluación de ideas una de las
claves principales para generar
adecuación de la propuesta a
escenarios puntuales,
retroalimentación y mutación o
crecimiento de las ideas.
Consecución de resultados
competitivos, no sólo desde un
perfil investigativo sino también
desde uno resolutivo.
Desarrollar destreza para la
comunicar descubrimientos, ideas
y resultados a través de múltiples
formatos. Conseguir claridad en
la transmisión de información con
foco en la oratoria como también
en el discurso visual y escrito.
La propuesta didáctica
La propuesta didáctica debía contemplar todos los contenidos curriculares que la asignatura demanda,
más componentes nuevos que queríamos incorporar relativos al método user-centered que nos
permitiría actualizar la currícula trayendo procesos de trabajo contemporáneos y de gran vigencia en
el mercado laboral a un terreno académico, donde nos interesa que los estudiantes puedan explorar
-por tratarse del último nivel de la materia troncal de la carrera- escenarios cercanos a los que
deberán afrontar en su ejercicio futuro.
Por lo cual el desafío era grande. A su vez, queríamos que experimenten este camino como aquel que
los llevaría a resultados poderosos, y lo hicieran de forma lúdica. La realidad es que este trayecto a su
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vez demandaría mucho trabajo y compromiso de su parte, si. Pero les ofrecería un marco de trabajo
en el que se sientan seguros, contenidos. Plantear metas y plazos, clarificar el recorrido.
Necesitábamos a su vez activar los grupos tempranamente respecto de su participación en el aula, y
los desafíos, con ciclos cortos de trabajo e incluso con misiones a resolver en equipo, propiciaban esta
actitud.
Es así como nació la idea de establecer a partir de metas los desafíos en forma de misiones a resolver,
cada uno de ellos atravesado por una problemática troncal en la definición de un diagnóstico del tema
que cada estudiante abordaría. Cada misión se soporta en una guía que pretende acompañar al
estudiante en la resolución del desafío con el propósito de generar en ellos autonomía respecto del
docente para llevar a cabo su objetivo. A su vez cada una de estas guías fue ideada de forma tal de ir
conduciendo al alumno por el framework del método sin desnudar totalmente la metodología, para
que se acerquen a la misma de manera exploratoria, a partir de la experiencia y puesta en práctica.
Este camino que recorrerían a lo largo del año sería alimentado por charlas de profesionales en
ejercicio, tanto de la propia disciplina como de disciplinas asociadas; y por encuentros en días
especiales con el profesor titular de la cátedra destinados a la reflexión sobre el futuro ejercicio
profesional, las posibilidades de inserción real y las posibles estrategias que deberían articular para un
buen posicionamiento alineado a sus intereses.
Los estudiantes fueron provistos de un sistema de guías de apoyo para los 7 desafíos que tuvieron que superar a lo largo
del año. A la vez, recibieron en la clase de apertura una hoja de ruta para tener visibilidad de su año de trabajo y la
etapabilización del proceso de diseño que llevarían adelante.
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La generación de charlas especiales procuró generar espacios alternativos de aprendizaje con contenidos aplicables a los
desafíos por afrontar.
El espacio áulico
Como parte de las acciones para mantener a los estudiantes motivados y en sintonía, dejamos de ver
el aula física como único espacio de encuentro y contacto con ellos. El aula como punto de encuentro
entre profesores y estudiantes bajo un modelo vertical de transmisión de saber institucionalizado es
un formato inviable si tenemos en cuenta los espacios y las maneras de aprender que tienen hoy las
generaciones más jóvenes.
Como educadores desempeñamos el rol de mentores que facilitan a los estudiantes la toma de
decisiones y los estimulan a conocerse a sí mismos en la búsqueda de decisiones apropiadas en
relación a los desafíos que encaran. Con el fin de alentar esta misión, encontramos en el uso de
medios alternativos nuevas aristas desde donde acompañarlos: el valor en el uso de espacios
alternativos al aula física facilita la integración entre estudiantes y docentes a la vez que desdibuja el
modelo verticalista de transmisión de conocimiento.
Los espacios que generamos se encuentran en las redes sociales, donde nuestro discurso se ablanda,
se desacartona y se desinstitucionaliza. Hemos logrado constatar que las comunicaciones generadas
empleando registros discursivos conocidos y compartidos por nuestros estudiantes ha logrado
mejorar la llegada de los mensajes, la recepción de los mismos, y afianzar la relación dentro del aula
física. En este sentido, entendemos a nuestra materia como una entidad en sí misma que es más
grande que los docentes que la forman; así, nuestras comunicaciones sobreviven en el tiempo y han
logrado atraer la atención no sólo de nuestros alumnos, sino además de estudiantes de otras carreras
y de otras ciudades. A la vez, la generación de grupos privados en redes sociales ha permitido
establecer una relación horizontal de los estudiantes con sus pares y sus docentes; generando una
comunidad virtual de saber compartido que abre juego al debate, la colaboración y el desarrollo de
ideas.
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Otras acciones generadas para transgredir los límites del aula han sido encuentros fuera de clase
donde estudiantes y docentes se reúnen en un bar o pub para abordar algún tema específico y a la vez
socializar.
Estas acciones tienen un peso importante en la seguridad de los estudiantes para con sí mismos y en
la relación de confianza y compromiso para con la asignatura. Entender al espacio áulico por fuera de
los límites físicos supone entonces la construcción de otro tipo de vínculos que generan un muy buen
efecto en materia de motivación y compromiso.
Los anuncios en redes sociales acompañan un espíritu positivo y fresco que anima a los estudiantes a avanzar en el año
de trabajo.
El formato de las clases y encuentros con alumnos toma lugar dentro y fuera de los límites físicos del aula.
Reconocimiento de hitos
Entendemos la experiencia de nuestros estudiantes en la asignatura como un trayecto que ellos
recorren durante un año académico. Es así que a lo largo de ese año de trabajo podemos identificar
puntos de encuentro y artefactos que se diseñan y disponen como herramientas de apoyo para dar al
alumno acompañamiento, aunque también orientados a desarrollar en él seguridad y auto-disciplina.
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En nuestra experiencia de todos los días, uno de los aspectos clave para mantener elevado el nivel de
motivación del grupo radica en ser conscientes de los estadíos del trayecto para aprovecharlos e
impulsar acciones dirigidas a manejar un ritmo a nivel emocional: generar en los chicos visibilidad
para el trabajo que tienen por delante pero también dar espacio a la sorpresa y a lo inesperado.
En esta dirección tomamos como premisa la posibilidad de dar lugar a celebración de los logros; es así
que con pequeños gestos impulsamos acciones que contribuyeran a generar un buen clima e
integración entre pares. El hecho de celebrar los logros de manera gradual es algo que a nivel humano
genera sentimientos positivos marcando contrapuntos o hitos dentro de ese gran recorrido que
invariable, predecible y monótono podría volverse demasiado pesado y hasta deshumanizado.
Celebrar los resultados e impulsar acciones que fomenten la integración resultan iniciativas clave para mejorar el
rendimiento de los estudiantes durante el año y perfilar una experiencia positiva.
Aprendizaje de la experiencia.
Las acciones que llevamos a cabo se iteran a lo largo del año y se modifican al siguiente a partir del
feedback obtenido de nuestros estudiantes. Esto hace que nuestra propuesta pedagógica y de
contenidos se establezca como una iniciativa flexible, viva en el tiempo. Tenemos muchos desafíos por
resolver y por eso nos encontramos escuchando a nuestros estudiantes más que nunca, y también
estamos atentos a los contextos profesionales para los que los estamos formando, entendiendo que
tenemos el deber y la responsabilidad de formar personas que puedan adaptarse a la inestabilidad del
contexto, que sepan que el cambio es el nuevo paradigma, que ya no trabajaremos sobre una
condición estable e inmutable.
El trabajo permanente sobre la motivación es el factor que permite el establecimiento de un pacto
tácito entre profesores y alumnos, un acuerdo donde ambas partes entienden que están ocupando y
poniendo esfuerzo en un espacio que vale la pena, siendo parte de una construcción conjunta, donde
la formación pasa a ser el motor fundamental que dispara tal entrega.
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Premisas para seguir construyendo sobre este modelo
Es sumamente importante el desarrollo -por parte de instituciones y formadores- de la capacidad de
adaptación al contexto dramáticamente mutable de la sociedad contemporánea y el desarrollo de la
sensibilidad que les permita leer la realidad para operar sobre ella.
“En un mundo en el que las cosas deliberadamente inestables son la materia prima para la
construcción de identidades necesariamente inestables, hay que estar en alerta constante;
pero sobre todo hay que proteger la propia flexibilidad y la velocidad de readaptación para
seguir las cambiantes pautas del mundo “de afuera”.
(Bauman, Z. 2006)
Tanto las instituciones académicas, como las distintas organizaciones que conforman el universo
laboral en la actualidad enfrentan un importante desafío para captar a las nuevas generaciones. Estos
nuevos profesionales, o profesionales aún en formación, ya no exigen lo mismo de las empresas ni de
las instituciones que exigían hasta hace unos años las generaciones de sus padres. Necesitan un
proyecto que los entusiasme y requiere un compromiso real; si encuentran ésto, darán de sí. Por lo
tanto, en lugar de etiquetarlos y/o subestimarlos, el desafío está en comprenderlos, reconocer sus
valores, su capacidad para afrontar el futuro sin temores, desprejuiciadamente y con un gran sentido
de la libertad. Buscan dar sentido a sus vidas, y para ellos esto significa que ese sentido debe atravesar
cada arteria de su realidad, de su experiencia. Esto incluye su vida académica y su vida laboral,
definitivamente.
Todos somos conscientes de estar viviendo en un contexto en que los cambios de paradigma están a
la orden del día, y en este marco el rol del docente universitario es más que relevante. Es por esto, que
el profesor hoy no puede limitarse a transmitir conocimiento, pues ya no es humanamente posible
poseer todos los conocimientos que requiere un buen desenvolvimiento profesional en el mundo
contemporáneo; el rol del docente debe ser necesariamente otro: debe instruir sobre cómo encontrar,
compartir o redistribuir la información. Tiene que enseñar a aprender, asumiendo a su vez, que
existen múltiples maneras de hacerlo. Debe construir las herramientas para abordar grupos diversos,
y por sobre todas las cosas debe ser receptivo y practicar, sin descanso, la iteración.
“Es difícil predecir los contenidos concretos que deberán enseñarse en las distintas disciplinas.
En parte, porque muchos de ellos aún no han sido creados. Pero sí es factible afirmar que
asistiremos a profundas modificaciones en el tipo de conocimientos con que se formarán
nuestros niños, niñas y jóvenes.”
(Daniel Filmus (2015), Ex Ministro de Educación de la Nación Argentina)
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Más allá de entender que una institución académica no debe trabajar a demanda, generando sólo los
perfiles profesionales que solicita el mercado, sino que también -y principalmente- debe incidir en la
manera en que se construyen las profesiones y los conocimientos específicos para luego tener
incidencia concreta en los contextos sociales donde dichos profesionales se insertan, es necesario
admitir que es importante desarrollar programas que permitan la alineación entre los profesionales
emergentes y las necesidades socio-culturales de la comunidad que los alberga, para de esta forma
lograr que dichos profesionales tengan una incidencia concreta desde sus espacios laborales en
acciones que tengan un impacto positivo en la vida de las personas y en el desarrollo de dicha
comunidad.
Nos importa sobre todas las cosas poder trabajar junto al estudiante en términos aspiracionales
respecto del lugar que pretende ocupar profesionalmente a nivel futuro en base a posibilidades
concretas de inserción actualizadas.
La búsqueda está orientada a lograr la alineación entre los perfiles profesionales generados por la
institución y la demanda de la industria y las instituciones locales, nacionales e internacionales, para
conformar profesionales competentes con un gran poder de incidencia y resolución, que alienten y
sean generadores de cambio, incidiendo de forma integral en las distintas áreas de su incumbencia
profesional con el objeto de lograr resultados con adecuación y relevancia.
“El saber no se extrae, no se coloca, no se acumula: el saber se inspira”.
(Sztajnszrajber, 2010)
Notas: (1) “El enfoque docente hasta ahora dominante (el vertical descendente), con el que se ha pretendido crear seres
competitivos y autónomos, comienza actualmente a ceder su lugar a una experiencia educativa de corte distribuido y
colaborativo con la vista puesta en inculcar el principio de la naturaleza social del conocimiento. La inteligencia,
según ese nuevo modo de pensar, no es algo que la persona hereda ni un recurso que ésta acumula sin más, sino una
experiencia compartida y distribuida entre muchas personas más.” Jeremy Rifkin
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Artículos
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. Sztajnszrajber (2010) Alumno viene de alimento.
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. OntheCuttingEdge - Professional DevelopmentforGeoscienceFaculty. Student Motivations and
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Casos de Estudio
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Peer to Peer University
Diseño de Experiencias Áulicas 16
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