BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA
FACULTAD DE MEDICINA
DESARROLLO DE HABILIDADES DEL PENSAMIENTO COMPLEJO
PROFA. MONSERRAT CASTILLO GRIJALVA
"EL DENGUE"
JAFFETTE AGUAYO ROMEROAMAYRANI HDEZ. MALAGADENISSE Z. GUTIERREZ V.
EDITH HDEZ. GARCIA
SECCION 17:00 – 19:00
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ÍndiceObjetivos…………………………………………………………………………………...3
Planteamiento del problema……………………………………………………………..3
Introducción……………………………………………………………………………….3
Historia……………………………………………………………………………………..4
Dengue en México………………………………………………………………………..5
Justificación……………………………………………………………………………….6
Causas……………………………………………………………………………………..7
Cuadro clínico…………………………………………………………………………….8
Dengue grave o fiebre hemorrágica por dengue…………………………...8
Síndrome de choque por dengue…………………………………………….9
Tratamiento………………………………………………………………………………10
Grupo A. Pacientes ambulatorios……………………………………………12
Grupo B. Pacientes con signos de alarma o condiciones asociadas…....13 Grupo C. Pacientes que requieren tratamiento de emergencia
y cuidados intensivos porque tienen dengue severo……………………14
Prevención………………………………………………………………………………15
Con relación al control del mosquito y los criaderos ………………………16
Conclusión……………………………………………………………………………….17
Referencias………………………………………………………………………………18
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Objetivos
Los objetivos de este proyecto son:
Informar a la población acerca de la problemática del dengue y aprendan a
tener una cultura de prevención.
Dar a conocer a los alumnos de medicina la importancia de un diagnostico y
tratamiento adecuado al tipo de dengue.
Que los directivos de las diversas instituciones de salud en México tengan
las medidas adecuadas para poder prevenir o en su momento tratar esta
enfermedad
Planteamiento del problemaLa inmunidad que deja la infección por cada serotipo viral es duradera,
probablemente de pro vida y se expresa por la presencia de anticuerpos (Ac)
neutralizantes hemotípicos. No existe inmunidad cruzada de serotipos, excepto
durante las primeras semanas o meses después de la infección (Martínez, 1998).
Sin embargo, cuando una persona tiene Ac subneutralizantes contra uno de los
virus del dengue y es infectado por otro serotipo viral se produce una respuesta
infrecuente, casi exclusiva de la infección por dengue: una amplificación
dependiente de anticuerpos (ADA) que se traduce en una elevada replicación viral
y aumento de la viremia, lo cual condiciona y favorece el desarrollo la forma grave
de la enfermedad
Introducción
Para empezar tenemos que saber qué es el dengue. El dengue es una
enfermedad vírica transmitida por mosquitos que se ha propagado rápidamente en
todas las regiones de la OMS en los últimos años.
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El virus del dengue se transmite por mosquitos hembra principalmente de la
especie Aedes aegypti y, en menor grado, de A. albopictus. Este mosquito tiene
hábitos domiciliarios, por lo que la transmisión es predominantemente doméstica.
La enfermedad está muy extendida en los trópicos, con variaciones locales
en el riesgo que dependen en gran medida de las precipitaciones, la temperatura y
la urbanización rápida sin planificar.
Historia
Los primeros relatos históricos sobre el dengue mencionan la isla de Java
en 1779 y Filadelfia (E.U.A.) en 1780, como los primeros lugares donde se
reconocieron brotes de la enfermedad.
En América, los relatos sobre esta dolencia datan de más de 200 años. En
el siglo pasado ocurrieron grandes epidemias, coincidiendo con la intensificación
del transporte comercial entre los puertos de la región del Caribe y el Sur de los
Estados Unidos con el resto del mundo.
En el siglo 20 la primera epidemia de Dengue Clásico en América,
comprobada por laboratorio, ocurrió en la región del Caribe y en Venezuela en
1963-64 asociándose al serotipo Den-3.
En 1953-54 en Trinidad se aisló por primera vez el agente causal de tipo 2 a
partir de casos no epidémicos.
En 1977 el serotipo Den-1 fue introducido en América por Jamaica el que se
diseminó por la mayoría de las islas del Caribe causando epidemias.
El serotipo Den-4 fue introducido en 1981 y desde entonces los tipos 1,2 y 4
han sido transmitidos simultáneamente en muchos países donde Aedes
aegypti está presente. En el Caribe co-circulan actualmente varios serotipos de
Dengue, incluyendo el Den-3, introducido desde 1994 a partir de Nicaragua, el
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cual constituye un riesgo importante para la población americana, extensamente
susceptible a esta variante.
La epidemia de Fiebre Hemorrágica de Dengue asociada al serotipo Den-2,
que afectó a Cuba en 1981, fue la primera ocurrida fuera de las regiones del
sudeste asiático y el Pacífico occidental. Este hecho ha sido considerado el evento
más importante en la historia del Dengue en América. Dicha epidemia fue
precedida por otra en el año 1977, con casos clínicos de presentación clásica
ocasionados por el serotipo Den-1, que permaneció endémicamente por 4 años.
En América del Sur la enfermedad se ha extendido en Perú, Venezuela,
Brasil y otros países. En Brasil se han registrado miles de casos de Dengue 1
desde 1981 y de Dengue 2 desde 1990, configurándose un problema serio y
creciente de Salud Pública.
Aunque la incidencia de manifestaciones graves en la epidemia de Dengue
y Fiebre Hemorrágica de Río de Janeiro en 1991 no fue muy elevada, se
produjeron extensas epidemias de Dengue hemorrágico en Venezuela y
posteriormente en 1997 en Cuba.
En México
Aunque el dengue en el continente americano se remonta a más de 200
años, fue hasta la primera mitad del siglo pasado cuando se registraron los
primeros casos en la República Mexicana.
El patrón de diseminación en el país ha sido de Sur a Norte, a lo largo de
los estados del sureste y el golfo hacia la mayoría de las entidades de la república,
sobre todo aquellas que por sus características geográficas, demográficas y
sociales propician la presencia del vector y, por tanto, de la enfermedad.
Actualmente encontramos los cuatro serotipos y en algunas entidades hay
evidencia de la circulación simultánea de dos o más. Estos fenómenos han estado
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relacionados con la permanencia de la epidemia y el incremento de casos
hemorrágicos graves.
En la actualidad, la enfermedad está presente en 29 estados, donde residen
más de 50 millones de personas y se localizan grandes urbes, centros agrícolas,
ganaderos, industriales, pesqueros, petroleros y los sitios turísticos más
importantes del país.
El comportamiento epidemiológico del dengue en México ha mostrado un
perfil irregular, con incrementos y disminuciones de las tasas anuales de
morbilidad.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, del 2000
al 2011 se han registrado 338 defunciones en el país; el mayor número (n = 96)
correspondió a 2009.
Para el 2010 se reportaron 121 499 casos probables de dengue y 55 961
casos confirmados, de los cuales 11 396 fueron de fiebre hemorrágica por dengue.
El estado con mayor incidencia fue Baja California Sur, con 278.84 casos por cada
100 000 habitantes, seguido de Colima, Guerrero, Yucatán y Campeche. El 54 %
de los casos de fiebre por dengue correspondió al sexo femenino, mientras que 54
% de los casos de fiebre hemorrágica por dengue, al masculino. El grupo de edad
más afectado en ambos sexos fue el que estaba entre los 15 y 19 años.30 En
2011, de acuerdo con lo informado hasta la semana epidemiológica 52, se
registraron 69 910 casos probables de dengue y se confirmaron 15 578. De ellos,
10 970 correspondieron a fiebre por dengue y 4608 a fiebre hemorrágica por
dengue.
Justificación
El dengue es una enfermedad de alto impacto vírica, transmitida por
mosquitos, los brotes pueden ocurrir en tiempos de lluvias. El dengue no se
transmite de persona a persona, está enfermedad se propaga rápidamente en
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todas las regiones principalmente en los trópicos, con algunas variaciones locales
que dependen en gran medida de las precipitaciones, la temperatura y la
urbanización.
El virus del dengue se transmite por mosquitos hembra principalmente de la
especie Aedes aegypti y, en menor grado, de A. albopictus
El dengue grave (conocido anteriormente como dengue hemorrágico) fue
identificado por vez primera en los años cincuenta del siglo pasado, durante una
epidemia de la enfermedad en Filipinas y Tailandia.
Se conocen cuatro serotipos distintos, pero estrechamente emparentados,
del virus: DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4. Cuando una persona se recupera de la
infección adquiere inmunidad de por vida contra el serotipo en particular. Sin
embargo, la inmunidad cruzada a los otros serotipos es parcial y temporal. Las
infecciones posteriores causadas por otros serotipos aumentan el riesgo de
padecer el dengue grave.
Debido a esto debemos hacer lo posible para evitar padecer esta
enfermedad vírica, que en la actualidad afecta a la mayor parte de los países de
Asia y América Latina y se ha convertido en una de las causas principales de
hospitalización y muerte en los niños de dichas regiones.
Por eso con este trabajo de investigación pretendemos difundir la
información para lograr una correcta prevención y control del dengue, de modo
que esta enfermedad no cuenta con tratamiento específico. En el caso de dengue
grave, la asistencia prestada por médicos y enfermeras que tienen experiencia con
los efectos y la evolución de la enfermedad puede salvar vidas y reducir las tasas
de mortalidad de más del 20% a menos del 1%.por lo que es decisivo mantener a
toda la población informada sobre los alcances de dicha enfermedad.
Causas
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Existen diversos factores que ocasionan el desarrollo de formas graves de la
enfermedad:
Del huésped: edad, estado nutricional, factores genéticos e inmunológicos.
Del virus: serotipo y virulencia de la cepa.
Epidemiológicos: vector de transmisión e intervalo entre las infecciones.
Se ha documentado que con frecuencia los individuos que sufren las formas
graves han tenido una infección anterior por un serotipo diferente del virus. Esto se
debe a que los anticuerpos de la infección primaria se unen al virus de la infección
secundaria y forman un complejo que es fagocitado por los macrófagos, situación
que ocasiona que más células resulten infectadas y se liberen mayores niveles de
citosinas y mediadores químicos, los cuales incrementan la permeabilidad
vascular. No obstante, casos graves de la enfermedad ocurren por infección
primaria y esto depende principalmente del serotipo.
Cuadro clínico
Los síntomas del dengue se inician después de un periodo de incubación
que puede varias de cinco a ocho días tras la picadura. Habitualmente cursa con
fiebre alta que se inicia de forma repentinamente y se acompaña de dolor de
cabeza intenso, dolor alrededor de los ojos y detrás de los globos oculares,
cansancio y dolor en músculos y articulaciones.
Al tercer día de la fiebre, muchas veces aparece un exantema por el
cuerpo, es decir, una erupción generalizada de color rojizo, que dura unos dos o
tres días, puede haber náuseas, vómitos, pérdida del apetito o dolor de garganta.
La fiebre usualmente dura hasta una semana y suele ser intermitente. Una
fiebre que dura más de 10 días no ser por dengue. En ocasiones, al disminuir la
fiebre, aparece un segundo exantema cutáneo que dura entre uno y cinco días y
desaparece con descamación de la piel. Tras la desaparición de los síntomas
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puede persistir el cansancio, a veces junto con depresión, durante muchas
semanas.
Algunas personas después de la fiebre inicial pueden tener síntomas más
graves característicos del dengue hemorrágico, llamado así por las
manifestaciones hemorrágicas que presentan los pacientes.
Se caracteriza por fiebre súbita y ataque al estado general. Suele
acompañarse de cefalea frontal intensa, mialgias, artralgias, fotofobia dolor
retoorbitario, exantema rubeoliforme y pruriginoso, epistaxis, anorexia dolor
abdominal leve, náuseas y vómito. Los síntomas suele ser más leves en niños que
en adultos; la fase aguda dura aproximadamente una semana.
En ocasiones se presentan manifestaciones hemorrágicas mucocutáneas
de poca intensidad, como epistaxis, gingivorragia o metrorragia, dado que no
solamente existe trombocitopenia en estos pacientes, ya que la misma fiebre
puede ocasionar estas manifestaciones por vasodilatación y aumento de la
fragilidad capilar.
DENGUE GRAVE O FIEBRE HEMORRÁGICA POR DENGUE.
Se distingue por fiebre y datos de fuga capilar como ascitis, derrame
pleural, derrame pericárdico, edema periorbitario o de miembros inferiores e
hipoalbuminemia. Se acompaña de trombocitopenia <100 000 plaquetas/mm³ y
puede haber hemorragia cutánea, gingivorragia, epistaxis, sangrado del tubo
digestivo, hematuria, sangrado pulmonar, así como sangrado oculto (hemorragia
intracraneal, torácica o abdominal)
SINDROME DE CHOQUE POR DENGUE.
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Se define por fiebre y datos de fuga capilar así como ascitis, derrame
pleural derrame pericárdico y edema periorbitario o de miembros. Se adicionan
signos de falla circulatoria como el acortamiento de la tensión arterial diferencial a
menos de 20 mm Hg, tensión arterial sistólica <60 mm Hg o caída >30% de la
basal.
Asimismo, aparecen signos de choque: alteración del estado de conciencia,
palidez, piloerección, diaforesis, piel fría, taquicardia, pulso débil, cianosis y
oliguria. Estas manifestaciones son precedidas por dolor abdominal intenso, datos
de irritación peritoneal, vomito persistente y descenso brusco de la temperatura. El
choque por lo regular se manifiesta cuando ya no hay viremia, por lo que está
desencadenando fundamentalmente por la respuesta inflamatoria e inmunológica
del organismo.
Otras formas de presentación del dengue en cualquiera de sus etapas
evolutivas, aunque raras, pueden ser hepatitis fulminante, miocardiopatía,
encefalitis o incluso la parálisis flácida.
Tratamiento
La evaluación inicial del paciente con dengue definirá si el tipo de atención
que necesita será ambulatoria u hospitalaria; y qué decisiones clínicas y
terapéuticas deben ser tomadas. La enfermedad requiere un diagnóstico clínico
temprano y la restitución temprana y adecuada de los líquidos. En los casos muy
severos pueden observarse trastornos metabólicos que hacen más difícil el
tratamiento.
Lo primero que se evaluará será la historia clínica del paciente, teniendo en
cuenta los siguientes puntos:
Fecha del inicio de la fiebre o enfermedad
Cantidad de ingestión por vía oral
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Búsqueda de signos de alarma
Evacuaciones líquidas
Cambios en el estado de conciencia: irritabilidad, somnolencia, letargia,
lipotimias, mareos, convulsiones y vértigo,
Diuresis (frecuencia, volumen y hora de la última micción)
Determinar si hay familiares con dengue o dengue en la comunidad o
historia de viajes recientes a áreas endémicas de dengue
Condiciones coexistentes tales como lactantes menores, adultos mayores
de 60 años, embarazo, obesidad, asma, diabetes mellitus, hipertensión, etc.
Caminatas en áreas boscosas o baños en corrientes o caídas de agua
(considerar el diagnóstico diferencial de leptospirosis, tifus, malaria, fiebre
amarilla, fiebre tifoidea)
Comportamiento sexual desprotegido reciente, drogadicción (considerar el
síndrome de seroconversión por VIH)
Teniendo esto, se procederá a la exploración física, en donde se evaluaran los
siguientes puntos:
El estado mental con la escala de Glasgow
El estado de hidratación
El estado hemodinámico. Tomar el pulso y la presión arterial. Determinar la
presión arterial media y la presión del pulso o presión diferencial.
Evaluar la presencia de derrames pleurales, taquipnea, respiración de
Kussmaul
Comprobar la presencia de dolor abdominal, ascitis, hepatomegalia
Buscar la presencia de exantema, petequias o signo de Herman "mar rojo
con islas blancas"
Buscar manifestaciones hemorrágicas espontáneas o provocadas
Prueba del torniquete (repetir si previamente fue negativa)
A partir de estas evaluaciones podemos ser capaces de responder las siguientes
preguntas:
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¿Es dengue?
¿Qué fase del dengue? (febril/crítica/recuperación)
¿Hay signos de alarma?
¿Cuál es el estado hemodinámico y de hidratación? ¿Está en choque?
¿El paciente requiere hospitalización?
Y en base a esto vamos a poder separar a los pacientes por grupos, según sea
el grado de emergencia en el que se encuentren, siendo estos: A, B o C, se
describe el tratamiento recomendado para cada una de estas categorías y se
explican a continuación:
Grupo A. Pacientes ambulatorios
Éstos son los pacientes que pueden realizar el tratamiento en casa, toleran
volúmenes adecuados de líquidos por la vía oral y han orinado, por lo menos, una
vez cada seis horas, no tienen signos de alarma y no están en el día en que baja
la fiebre. No tienen ninguna condición clínica asociada ni riesgo social. Los
pacientes ambulatorios deben evaluarse diariamente y se les debe hacer un
hemograma, al menos, cada 48 horas, para observar la progresión de la
enfermedad hasta por 24 a 48 horas después del descenso de la fiebre. Cuando
baje la fiebre, se deben buscar los signos clínicos de alarma, en caso de
presentarlos tienen que acudir al hospital urgentemente.
Tratamiento a seguir:
1. Reposo en cama
2. Líquidos .
Adultos: líquidos abundantes por vía oral (por lo menos, cinco vasos
o más al día, para un adulto promedio)
Niños: líquidos abundantes por vía oral (leche, jugos de frutas
naturales, con precaución en diabéticos), suero oral (sales de
rehidratación oral) o agua de cebada, de arroz o agua de coco. Hay
que tener precaución con el uso de agua sola, ya que puede causar
desequilibrio hidroelectrolítico.
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Escribir la cantidad prescrita: en vasos (250 rnl), onzas o en litros
3. Paracetamol:
Adultos: 500 a 1.000 mg por vía oral cada cuatro a seis horas, dosis
máxima diaria de 4 gramos.
Niños: dosis de lOa 15 mg/kg cada seis horas, escribir la cantidad en
cucharaditas de 5 mI o el número de tabletas
Baños con esponja mojada en agua tibia
Recomendaciones: buscar y eliminar los criaderos de zancudos en la
casa y sus alrededores. Uso de mosquiteros (pabellones, toldos) en
pacientes enfermos. Siempre debe ser vigilado por un adulto
entrenado en cuidados de dengue.
Grupo B. Pacientes con signos de alarma o condiciones asociadas
El objetivo es prevenir el choque. En este grupo se incluyen los pacientes que
cumplan con uno o más de los siguientes puntos:
1. Signos de alarma.
2. Presencia de enfermedades y condiciones concomitantes, que hagan que
el dengue o su manejo pueda complicarse, por ejemplo, embarazo, niño
menor de dos años, adultos mayores de 60 años, obesidad, hipertensión
arterial, diabetes mellitus, asma, falla renal, enfermedades hemolíticas, etc.
3. Riesgo social: vive solo o vive lejos de donde puede recibir atención
médica, falta de transporte, pobreza extrema.
Tratamiento a seguir:
Dengue con signos de alarma:
Obtenga un hemograma completo (hematocrito, plaquetas y
leucocitos) antes de hidratar al paciente.
Administre inmediatamente soluciones cristaloides a 10 ml/kg en la
primera hora; puede ser solución salina normal (SSN) al 0,9% o
lactato de Ringer.
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Vigilancia estricta de los signos vitales, particularmente, la presión
arterial.
Evalúe nuevamente al paciente cada hora si no existe mejoría
clínica y la diuresis es menor de lml/kg en una hora, y repita la carga
una o dos veces más.
Evalúe nuevamente al paciente si hay mejoría clínica y la diuresis es
de 1ml/kg O mayor por hora. Reduzca el goteo a 5-7 ml/kg en una
hora, en las siguientes dos a cuatro horas, y continúe reduciéndolo
progresivamente.
Evalúe nuevamente el estado clínico del paciente y repita el
hematocrito. Si hay deterioro de los signos vitales o incremento
rápido del hematocrito después de tres cargas, maneje el caso como
si fuera un choque.
Los pacientes con signos de alarma deben ser controlados hasta que el riesgo
pase (hasta 48 horas después de que la fiebre desaparezca). Debe mantenerse
un adecuado balance de líquidos y electrolitos.
Dengue sin signos de alarma:
Se debe estimular la ingestión de líquidos por vía oral. Si el paciente no
bebe o bebe poco, o está deshidratado, se debe comenzar la terapia con líquidos
intravenosos (según la fórmula de Holliday y Seagar), con solución salina normal
al 0,9% o lactato de Ringer con dextrosa al 2% o sin ella, en la fase de
mantenimiento; se debe reiniciar la vía oral tan pronto sea posible.
Grupo C. Pacientes que requieren tratamiento de emergencia y cuidados
intensivos porque tienen dengue severo
El plan de acción consiste en el tratamiento del choque mediante
resucitación con aporte por vía IV de soluciones cristaloides a 10-20 ml x kg x hora
en la primera hora y re-evaluar la condición del paciente (signos vitales, tiempo de
llenado capilar, hematocrito, diuresis) y decidir –en dependencia de a
situaciónreducir progresivamente la cantidad de líquidos, si es que el paciente
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evidencia mejoría, o repetir un segundo bolo de cristaloides si los signos vitales
son aun inestables – y si el hematocrito se ha elevado –, lo cual sugiere que el
choque persiste La cantidad de solución cristaloide ahora transfundida puede ser
de 20 ml x kg x hora. Si se obtiene mejoría en el estado del paciente, reducir la
cantidad de líquidos progresivamente. De lo contrario, considerar la posibilidad de
utilizar una dosis de coloide. Si el hematocrito desciende y el paciente mantiene el
estado de choque, pensar en que se ha producido una hemorragia, casi siempre
digestiva, e indicar transfusión de glóbulos rojos. Los pacientes con choque por
dengue deben ser monitoreadas frecuentemente hasta que el periodo de peligro
haya pasado. Debe mantenerse un cuidadoso balance de todos los líquidos que
recibe y pierde. Los pacientes con dengue severo deben ser atendidos en un lugar
donde reciban cuidados intensivos.
Prevención
El control y la prevención del dengue debe ser una prioridad de salud
pública nacional, debido a los daños a la salud que ocasiona a grandes grupos de
población y a los inmediatos efectos sociales y económicos que puede causar,
como el exceso en la demanda de consulta y lo costos de atención para las
instituciones, las familias y la comunidad.
La propagación del virus del dengue y sus mosquitos vectores se ve
favorecida por el rápido aumento de las poblaciones urbanas, especialmente
aquellas en las que es frecuente el almacenamiento domestico de agua y no se
dispone de servicios adecuados para la eliminación de residuos sólidos. Mientras
no se cuente con una vacuna eficaz, se deben realizar mejoras sanitarias
ambientales.
Además de las medidas preventivas es necesario mantener actualizado el
registro de la evolución epidemiológica del dengue, debido a las constantes
variaciones demográficas, de clima y a la identificación del mosquito vector en
zonas ubicadas cada vez a mayor altura sobre el nivel del mar.
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Es indispensable contar con la participación total y decidida de la sociedad,
los municipios y los propios servicios de salud de todas las instituciones del sector,
a fin de operar los programas y las campañas con mayor eficiencia y contener así
la tendencia ascendente del dengue en México.
Con relación al control del mosquito y los criaderos
El control del vector, una vez notificados los casos de dengue, está en
general a cargo de organismos municipales, provinciales o nacionales, quienes
realizan tareas de bloqueo mediante la eliminación y/o control mecánico o químico
de los criaderos y la fumigación con insecticidas.
Para el control del vector:
Promover que la población elimine recipientes que puedan servir de criaderos
de mosquitos en su domicilio y áreas de trabajo descartando los inservibles o
impidiendo la presencia de agua en los útiles.
Implementar la visita de los promotores de salud a los barrios, retirando todo
objeto que pueda contener agua y pudiera convertirse en un criadero de
mosquitos.
Incorporar a la planificación y discusión de actividades a los diferentes sectores
involucrados (ambiente, educación, ONGs, medios, etc.)
Garantizar que las tareas de eliminación de de posibles criaderos de mosquitos
se realicen en las dependencias públicas, con especial cuidado en los centros
de salud.
Priorizar actividades de control permanente en los centros de salud donde
asisten los casos sospechosos de dengue.
Realizar tareas de comunicación social promoviendo actividades educativas
con los distintos actores sociales referidos a la información mencionada en los
párrafos anteriores, para lograr la participación comunitaria en tareas de
prevención y control de los criaderos de Aedes aegypti en el hogar, el lugar de
trabajo, parques y otros sitios de descanso y sus alrededores.
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Conclusión
El control y la prevención del dengue debe ser una prioridad de salud
pública nacional, debido a los daños a la salud que ocasiona a grandes grupos de
población y a los inmediatos efectos sociales y económicos que puede causar,
como el exceso en la demanda de consulta y los costos de atención para las
instituciones, las familias y la comunidad.
La propagación del virus del dengue y sus mosquitos vectores se ve
favorecida por el rápido aumento de las poblaciones urbanas, especialmente
aquellas en las que es frecuente el almacenamiento doméstico de agua y no se
dispone de servicios adecuados para la eliminación de residuos sólidos.
Mientras no se cuente con una vacuna eficaz, se deben realizar mejoras
sanitarias y ambientales. En el Instituto Mexicano del Seguro Social, este
problema se enfrenta mediante la realización de campañas encaminadas a la
erradicación del vector. Además de las medidas preventivas, es necesario
mantener actualizado el registro de la evolución epidemiológica del dengue,
debido a las constantes variaciones demográficas, de clima y a la identificación del
mosquito vector en zonas ubicadas cada vez a mayor altura sobre el nivel del mar.
Para ello, es indispensable contar con la participación total y decidida de la
sociedad, los municipios y los propios servicios de salud de todas las instituciones
del sector, a fin de operar los programas y las campañas con mayor eficiencia y
contener así la tendencia ascendente del dengue en México.
Referencias Organización Mundial de la Salud.Dengue y dengue grave. Mayo 2015.
URL: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs117/es/
18
Germán Fajardo-Dolci, José Meljem-Moctezuma, Esther Vicente-González, Francisco Vicente Venegas-Páez, Betania Mazón-González, Héctor Gerardo Aguirre-Gas.Universidad Nacional Autónoma de México. El dengue en México:Conocer para mejorar la calidad de atención 2012. URL:http://www.medigraphic.com/pdfs/imss/im-2012/im126i.pdf
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