Wittgenstein y su concepto de la filosofia

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4 Wittgenstein y su concepto de la filosofia Por Avelino MULEIRO GARCIA (*) I'NTRODUCCION Sucede a veces, y ello no es poco frecuente, que aquellos hombres más sobresalientes en ciertas acti- vidades de la vida y con mayor relevancia dentro de ciertas parcelas del saber discrepan o manifiestan puntos de vista originales, aportan interpretaciones extrañas o poco comunes y, a veces incluso, emiten juicios paradójicos sobre el concepto o el tema centra{ que recubre y envuelve su actividad descollante. Es rnás frecuente todavía descubrir ta evofución ideoló- gica de los grandes pensadores de todos los tiempos y seguir paso a paso el desarrollo y la sistematización de sus ideas las cuales van aglomerándose y lu- chando por decantarse claramente las unas sobre las otras hasta conseguir el triunfo definitivo. Así, por ejemplo, Platón fue primeramente socrático, después desarrolló su teoría de las ideas para terminar con una autocritica a esa su segunda etapa idealista. Igualmente su discípulo Aristóteles partió de la filoso- fía del Platón idealista triunfando al fin como el gran metafísico realista, creador de Va teoría hitemórfica y fundamentador de todos los conceptos filosóficos so- bre un plano físico. También Kant salió de un racionalismo, el raciona- lismo de Wolff, «despertó de su sueño dogmático bajo la filosofía de Hume» para convertirse más tarde en el padre del idealismo. Se habla igualmente del joven Hegel y del Hegel maduro con el fin de distinguir y precisar sus dos eta- pas filosóficas. Otro tanto ocurre con la filosofía del joven Marx y del viejo Marx y se aprecia la diferencia existente entre las tesis de juventud y la evolución su- frida por ellas en la madurez y la vejez. Sobre WittgensTein ocurre algo similar. Y si nos fi- jamos en los aspectos reseñados inicialmente, a sa- ber: originalidad y evolución sobre la temática fun- damenta{, nos encontramos con la figura de Wittgens- tein como un filósofo indiscutible aunque su persona sea discutida y controvertida por más de un crítico y de una corriente filosófica. ' Por otra parte Wittgenstein no es precisamente el mejor clásico ejemplar del filósofo. EI rompe con mu- chos moldes del encasillamiento en el que durante tantos siglos se había introducido a la filosofía y a los filósofos; y por eso justamente su filosofía se mani- fiesta como algo nuevo y esotérico, con rasgos atrac- tivos e interesantes, pero al mismo tiempo suena con frecuencia a raro y extraño, a misterioso y, no pocas veces, a incomprensible. La figura filosófica de Wittgenstein aparece casi siempre relacionada con los problemas del lenguaje y vinculada indirectamente al movimiento neopositi- vista. Pero los problemas del lenguaje son la base y el quehacer fundamental de todos los filósofos neoposi- tivistas; por eso la filosofía neopositivista tiene en L. Wittgenstein su punto de partida y es, sobre todo, al Tractatus a donde acuden los filósofos neopositivis- tas a informarse y repensar las ideas allí expuestas por el filósofo de Viena. Una idea aparece nitida en la obra de Wittgenstein: la profunda relación existente entre los problemas fi- losóficos y el ienguaje. Esta idea, que aparece mol- deada y presentada de díversas formas en los distin- tos momentos de su obra, sería recogida por distintas escueias y movimientos filosóficos, tales como el Cír- culo de Viena, el Círculo de Berlín, la escuela analítica, etc. Y esa idea básica que fundamenta la filosofía de Wittgenstein aparece en tres momentos que se co- rresponden con otros tantos rasgos de su evolución filosófica. LAS TRES ETAPAS DE LA FILOSOFIA DE LUDWIG WITTGENSTEIN En una gran mayoría de tratados en los que se ex- pone la filosofía de L. Wittgenstein aparece una divi- sión tajante del pensamiento de este filósofo en dos momentos: EI que se corresponde con el Tractatus Logico-Philosophicus (o Logisch-Philosophische Ab- handlungJ que coincide con la primera etapa de la fi- losofía wittgensteiniana y e{ que se hace coincidir con las lnvestigaciones filosóficas (Philosophische Unter- suchungen/ pertenecientes al último período del filó- sofo austríaco. Sin embargo esta división dicotómica no abarca, a mi parecer, todo el pensamiento del padre del neopo- sitivismo lógico. Evidentemente el período del Tracta- tus y, el período de las lnvestigaciones filosóficas son los más conocidos y los que de forma más clara han incidido en los movimientos filosóficos posteriores re- lacionados de una u otra manera con el neopositi- vismo. Pero no se puede olvidar un período interme- dio entre el perteneciente al Tractatus y el de las /n- vestigaciones filosóficas, período que está enmarcado por Los cuadernos azul y•narrón y que, de algún modo, posee caracteres propios aunque, también es cierto, está estrechamente vincu{ado al primero y, so- bre todo, al último Wittgenstein. Por ello considero más acertada y en cierta medida más de acuerdo con la realidad una división del pen- samiento de Wittgenstein en tres períodos: 1.° EI período en que aparece el Tractatus Logico-Philosophicus y la filosofía de Wittgenstein se relaciona directa y expresamente con dicha obra. Este período puede comenzar hacia el año 1921, fecha en que escribe el «Tractatus», y puede concluir hacia el año 1929 coincidiendo con la aparición en público del (*) Catedrático de Filosofía del IB San Pelayo - Tuy (Pontevedra). Ĝ 2

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4 Wittgenstein y su concepto dela filosofia

Por Avelino MULEIRO GARCIA (*)

I'NTRODUCCION

Sucede a veces, y ello no es poco frecuente, queaquellos hombres más sobresalientes en ciertas acti-vidades de la vida y con mayor relevancia dentro deciertas parcelas del saber discrepan o manifiestanpuntos de vista originales, aportan interpretacionesextrañas o poco comunes y, a veces incluso, emitenjuicios paradójicos sobre el concepto o el tema centra{que recubre y envuelve su actividad descollante. Esrnás frecuente todavía descubrir ta evofución ideoló-gica de los grandes pensadores de todos los tiemposy seguir paso a paso el desarrollo y la sistematizaciónde sus ideas las cuales van aglomerándose y lu-chando por decantarse claramente las unas sobre lasotras hasta conseguir el triunfo definitivo. Así, porejemplo, Platón fue primeramente socrático, despuésdesarrolló su teoría de las ideas para terminar conuna autocritica a esa su segunda etapa idealista.Igualmente su discípulo Aristóteles partió de la filoso-fía del Platón idealista triunfando al fin como el granmetafísico realista, creador de Va teoría hitemórfica yfundamentador de todos los conceptos filosóficos so-bre un plano físico.

También Kant salió de un racionalismo, el raciona-lismo de Wolff, «despertó de su sueño dogmáticobajo la filosofía de Hume» para convertirse más tardeen el padre del idealismo.

Se habla igualmente del joven Hegel y del Hegelmaduro con el fin de distinguir y precisar sus dos eta-pas filosóficas. Otro tanto ocurre con la filosofía deljoven Marx y del viejo Marx y se aprecia la diferenciaexistente entre las tesis de juventud y la evolución su-frida por ellas en la madurez y la vejez.

Sobre WittgensTein ocurre algo similar. Y si nos fi-jamos en los aspectos reseñados inicialmente, a sa-ber: originalidad y evolución sobre la temática fun-damenta{, nos encontramos con la figura de Wittgens-tein como un filósofo indiscutible aunque su personasea discutida y controvertida por más de un crítico yde una corriente filosófica. '

Por otra parte Wittgenstein no es precisamente elmejor clásico ejemplar del filósofo. EI rompe con mu-chos moldes del encasillamiento en el que durantetantos siglos se había introducido a la filosofía y a losfilósofos; y por eso justamente su filosofía se mani-fiesta como algo nuevo y esotérico, con rasgos atrac-tivos e interesantes, pero al mismo tiempo suena confrecuencia a raro y extraño, a misterioso y, no pocasveces, a incomprensible.

La figura filosófica de Wittgenstein aparece casisiempre relacionada con los problemas del lenguaje yvinculada indirectamente al movimiento neopositi-vista. Pero los problemas del lenguaje son la base y elquehacer fundamental de todos los filósofos neoposi-tivistas; por eso la filosofía neopositivista tiene en

L. Wittgenstein su punto de partida y es, sobre todo,al Tractatus a donde acuden los filósofos neopositivis-tas a informarse y repensar las ideas allí expuestaspor el filósofo de Viena.

Una idea aparece nitida en la obra de Wittgenstein:la profunda relación existente entre los problemas fi-losóficos y el ienguaje. Esta idea, que aparece mol-deada y presentada de díversas formas en los distin-tos momentos de su obra, sería recogida por distintasescueias y movimientos filosóficos, tales como el Cír-culo de Viena, el Círculo de Berlín, la escuela analítica,etc.

Y esa idea básica que fundamenta la filosofía deWittgenstein aparece en tres momentos que se co-rresponden con otros tantos rasgos de su evoluciónfilosófica.

LAS TRES ETAPAS DE LA FILOSOFIA DE LUDWIGWITTGENSTEIN

En una gran mayoría de tratados en los que se ex-pone la filosofía de L. Wittgenstein aparece una divi-sión tajante del pensamiento de este filósofo en dosmomentos: EI que se corresponde con el TractatusLogico-Philosophicus (o Logisch-Philosophische Ab-handlungJ que coincide con la primera etapa de la fi-losofía wittgensteiniana y e{ que se hace coincidir conlas lnvestigaciones filosóficas (Philosophische Unter-suchungen/ pertenecientes al último período del filó-sofo austríaco.

Sin embargo esta división dicotómica no abarca, ami parecer, todo el pensamiento del padre del neopo-sitivismo lógico. Evidentemente el período del Tracta-tus y, el período de las lnvestigaciones filosóficas sonlos más conocidos y los que de forma más clara hanincidido en los movimientos filosóficos posteriores re-lacionados de una u otra manera con el neopositi-vismo. Pero no se puede olvidar un período interme-dio entre el perteneciente al Tractatus y el de las /n-vestigaciones filosóficas, período que está enmarcadopor Los cuadernos azul y•narrón y que, de algúnmodo, posee caracteres propios aunque, también escierto, está estrechamente vincu{ado al primero y, so-bre todo, al último Wittgenstein.

Por ello considero más acertada y en cierta medidamás de acuerdo con la realidad una división del pen-samiento de Wittgenstein en tres períodos:

1.° EI período en que aparece el TractatusLogico-Philosophicus y la filosofía de Wittgenstein serelaciona directa y expresamente con dicha obra. Esteperíodo puede comenzar hacia el año 1921, fecha enque escribe el «Tractatus», y puede concluir hacia elaño 1929 coincidiendo con la aparición en público del

(*) Catedrático de Filosofía del IB San Pelayo - Tuy (Pontevedra).

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Circulo de Viena y con el segundo viaje de Wittgens-tein a Cambridge (el primero lo había realizado en1912 para realizar sus estudios con Russell ► . En esteperiodo la filosofía de Wittgenstein está dominadapor el atomismo lógico de Russell y por las influen-cias filosóficas de Frege.

En este primer período filosófico de Wittgenstein elobjeto de ia fitosofía se reduce a la aclaración lógicadel pensamiento.

2.° Una segunda etapa de la filosofía de Wittgens-tein podemos situarla entre los años de 1930 y 1936, ypuede estar representada por Los cuadernos azul ynarrón escritos en 1933-34 y 1934-35 respectiva-mente.

Wittgenstein cree, en este segundo período, que lafilosofía debe esclarecer cuando una palabra, frase oexpresión pertenecen a un juego lingiiístico.

3.° EI último período se inicia hacia 1936 y abarcael resto de la vida filosófica del autor que terrnina en1951. La obra cumbre de esta etapa se denomina /n-vestigaciones filosóficas, obra publicada en 1953.

La finalidad de la filosofía en este período no con-siste en corregir las proposiciones sino en compren-derlas, y comprenderlas significa penetrar en la fun-ción que cumplen y tomar nota del trabajo que ejecu-tan.

Si se habla de tres períodos en la obra filosófica deWittgenstein no se pretende con ello aislar un pe-ríodo de los otros ni tampoco excluir la temática decada uno de ellos de los restantes. Más bien se in-tenta seguir una línea de evolución en el plantea-miento y solución de la temática común que consti-tuye el meollo y el eje central de la obra wittgenstei-niana. Prueba de ello es que, cuando en Cambridge,en enero de 1945 escribe el prólogo a las «Investiga-ciones filosóficas» dice: «In dem Folgenden veriiffen-tliche ich Gedanken, den Niederschlag philosophis-cher Untersuchungen, die mich in den letzten 16 Ja-hren beschi3ftig haben» (Doy acto seguido a la luzpensamientos que pueden consideracse como el pre-cipitado final de las investigaciones filosóficas que mehan ocupado en los últimos 16 años) (1).

Mi preocupación, sin embargo, no consiste inicial-mente en exponer las ideas filosóficas de Wittgens-tein en esos tres momentos más arriba enunciados,sino en interpretar el sentido preciso del término «fi-losofía» en esos mismos tres períodos por los que hatranscurrido el pensamiento de Wittgenstein. Si latemática filosófica del autor del Tractatus ha ido de-cantándose y presentando nuevos aspectos a medidaque se acercaba la publicación de las lnvestigacionesfilosóficas, también es cierto que el propio conceptode «filosofía» iba matizándose y adquiriendo nuevosaspectos una vez que Ludwig Wittgenstein iba supe-rando el Tractatus para escribir Los cuadernos azul ynarrón y concluía su tarea con las lnvestigaciones fi-

losóficas. Este, pues, es el punto central del presentetrabajo; ^qué es la filosofía para Wittgenstein? o^quéentiende Wittgenstein por filosofía?

A) EL CONCEPTO DE FILOSOFIA PARA WITTGENS-TEIN EN LA ETAPA DEL TRACTATUS LOGICO-PHILOSOPHICUS

Debemos abordar el tema que nos ocupa haciendoresaltar una pequeña, aunque necesaria, observaciónsobre el quehacer filosófico wittgensteiniano. Es evi-

(t) LUDWIG WITTGENSTEIN: Philosophische Untersuchungen.Suhrkamp taschenbuch. Frankfurt am Main, 1971, pág. 9.

ciente que la filosofía con la que se mueve y expresaWittgenstein presenta unos caracteres poco frecuen-tes, si por frecuente se entiende lo que han reali-zado (2) otros yrandes filósofos de todos los tiempos.Ludwig Wittgenstein trata los problemas filosóficossiempre en relación con los temas del lenguaje y esosupone cierta novedad en el campo de la filosofía,novedad que se va convirtiendo en algo normal y fre-cuente cuando Wittgenstein empieza a ser reconocidocomo figura indiscutible entre la pléyade de los gran-des filósofos. Con Wittgenstein la filosofía adquiereuna nueva dimensión en la solución de todos susproblemas y ello supone un nuevo amanecer en elmundo filosófico.

«Porque estoy convencido de que nos encontramosen un punto de viraje definitivo de la filosofía, y queestamos objetivamente justificados para considerarcomo concluido el estéril conflicto entre los sistemas.En mi opinión en el momento presente ya estamos enposesión de los medios que hacen innecesario enprincipio un conflicto de esta naturaleza. Lo que senecesita ahora es aplicarlos resueltamente.

Estos métodos se desarrollaron silenciosamente,inadvertidos por la mayoría de los que enseñan fiEo-sofía o la escriben; y así se creó una situación que noes comparable con ninguna anterior...

Las sendas tienen su origen en la lógica. Leibniz vioconfusamente su principio. Gottlob Frege y BertrandRussell abrieron tramos importantes en las últimasdécadas, pero el primero en avanzar hasta el punto deviraje decisivo fue Ludwig Wittgenstein (en su Tracta-tus Logico-Philosophicus, 1922j» (3 ► ..

Y si a partir de Wittgenstein la relación de la filoso-fía con el lenguaje supuso, en general, un cambio deperspectiva en el planteamiento y en el esclareci-miento de los problemas filosóficos, lo cierto es quetambién los parámetros en los que durante tantos si-gios se había sostenido la noción de «filosofía» co-menzaban a debilitarse y a considerarse insuficientese incluso, por qué no decirlo, superfluos ante el enfo-que de la nueva realidad filosófica.

En el Tractatus Logico-Philosophicus señala Witt-genstein que «la palabra «filosofía» debe significaralgo que esté sobre o bajo pero no junto a las cienciasnaturales» (Das Wort «Philosophie» muss etwas be-deuten, was (5ber oder unter, aber nicht neben denNaturwissenschaften steht). Tractatus: 4.111,

Por ello la filosofía no pertenece al ámbito de lasciencias naturales dado que la ciencia natural total es«la totalidad de las proposiciones verdaderas» (DieGesamtheit der wahren Sátze ist die gesamte Natur-wissenschaft). Tractatus: 4.11.

La tesis, pues, defendida por Wittgenstein sobre la«filosofía» consiste en afirmar que ésta no es una teo-ría, sino una actividad: Die Philosophie ist keine Le-hre, sondern eine Tátigkeit. Tractatus: 4.112.

Y esta interpretación de Wittgenstein puede resultarextraña, rara e incluso incorrecta. Es como si se con-siderase el filosofar igual a una actividad por la que laacción no se distingue del acto producido; es decir,como si la actuación de la mente que examina los ob-jetos del pensamiento quedase envuelta por estosmismos sin los cuales no podría concebirse.

EI pensamiento no existe sin un objeto pensado yaque sería absurdo concebir un pensamiento sin con-

(2) PLATON, PORFIRIO, SAN AGUSTIN, BOECIO, etc. también seinteresaron porlos problemas dellenguaje pero no enfocaron todasu filosofía en esta dirección.

(3) A. J. AYER: El positivismo lugico. F. C. E. México, 1965,pág. 60.

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tenrdo, es decir, un pensamiento vacío. Cuando setiene un pensarniento es cuando realmente sé piensa,pero no se puede pensar sin pensamientos, lo rnisrnoque no se puede cantar sin una canción ni existencanciones que no puedan cantarse o no hayan sidocantadas alguna vez. En este caso el concepto de^^cancióm^ ha quedado objetivado como el productode un acto de compone^ y una interpretación estéticade cantar. Cuando a la filosofía se la toma por unaobjetivación del pensamiento o del filosofar escuando la filosofía se convierte en un producto del fi-losofar.

Pero la filosofía objetivada deja de ser pura activi-dad y se convierte en un producto fijo e inmutable delpensamiento. Y Wittgenstein no concibe así la filoso-fía, antes bien intenta depurarla de cualquier ribetecon atisbo de eternidad o inmutabilidad.

La filosofía como actividad ^^debe esclarecer y deli-mitar con precisión los pensamientos que de otromodo serían, por así decirlo, opacos y confusos» (DiePhilosophie soll die Gedanken, die sonst, gleichsam,trŭbe und verschwommen sind, klar machen undscharf abgrenzen ► . Tractatus: 4.112. Esto conlleva ladesaparición total de las proposiciones filosóficascomo tales, toda vez que la función de la filosofía esel esclarecimiento de los pensamientos, que, por otraparte, fundamentan las ciencias naturales y entre és-tas, como he dicho anteriormente, no se encuentra lafilosofía.

Esta concepción esclarecedora y delimitadora de lafilosofía, tal como aparece en el Tractatus Logico-Philosophicus de Wittgenstein, hacía desaparecertodo lo que pudiera tratar la filosofía ya que, de unaparte, todo el campo del discurso significativo se cu-brió con enunciados formales, y por otra, con enun-ciados empíricos (4).

Sucede, pues, que ia filosofia, tal como la ve Witt-genstein, se parece más a la interpretación de unacanción que al trabajo de su composición. La compo-sición, o el acto de componer, tendría una gran simili-tud y estaría muy relacionada, desde el punto de vistadel Tractatus, con la función de las ciencias naturales,que se preocupan por una determinada parcela de larealidad en donde crean su propio objeto. Las cien-cias musicales formarían el conjunto de todas lascomposiciones musicales que con sus respectivas no-tas, claves, silencios, compases, etc. darían pie a queel artista pudiese ínterpretarlas. La función del musi-cólogo, por otra parte, consistiría en descubrir las le-yes musicales, las armonias e incluso los posibles de-fectos de esas composiciones de las que se aprove-chan los artistas; pero, claro está, el trabajo realizadopor e{ musicólogo no puede expresarse con corcheas,ni en claves de sol, ni con compases de compasillo,etc. En otras palabras, las leyes de la música no pue-den expresarse con música pues {o que aparéce concaracteres rnusicales es música o composición musi-cal pero no interpretación o hermenéutica musical. EIhermeneuta tiene como actividad primordial el escla-recimiento de aquellas obras de las cuales él no esautor y por eso busca el sentido, los fallos y los erro-res del trabajo examinado. Esa misma es la funciónde la filosofía y del filósofo: esclarecer y precisar elsentido de las proposiciones de las ciencias; pero élno hace ciencia. Cuando encuentra fallos en kas pro-posiciones científicas debe mostrar su sinsentido o suincorrección. Su meta y su objetivo no se exiiendenmás allá de esa actividad, La fiiosofía busca el escla-recimiento de las proposiciones ya que por medio de

(4) A. J. AYER: 0. C., pág. 29.

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la ciencia éstas se verifican. Por eso a las ciencias leinteresa la verdad de los enunciados rnientras que ala filosofia le interesa lo que realmente éstos signifi-can (5).

Y si buscar el significado de los enunciados es en-trar en el campo del lenguaje, no cabe duda que,como queda reseñado, con Wittgenstein la filosofíacae de 11eno en dicho terreno. Por ello la filosofía eslenguaje (6) y el lenguaje es el último y más profundoproblema del pensamiento filosófico (7).

De esta forma se abre un gran abismo entre eV viejoy tradicional concepto de filosofía (^^amor a la sabidu-ría», «actitud ante la vida^^, etc.) y el nuevo, defendidopor Ludwíg Wittgenstein y sus continuadores. Por de-cirlo de algún modo, la filosofía ahora carece de ob-jeto, dado que el carnpo entero de los objetos corres-ponde a las ciencias especiales, que le cultivan com-pletamente. EI campo de la filosofía es el de la repre-sentación de los objetos; sus objetos son los concep-tos, proposiciones y teorías de la ciencia (8 ► .

La filosofía debe conformarse sólo con aclarar losenunciados de las ciencias y no puede decir nada,porque lo que se expresa por sí mismo en el lenguaje,no podemos expresarlo mediante el lenguaje (Wassich in der Sprache ausdriickt, kiinnen wir nicht durchsie ausdr^cken. Tractatus: 4.121) O sea, lo que sepuede mostrar, no se puede decir («Was gezeigt wer-den kann, kann nicht gesagt werden». Tract. 4.1212. ►Y la filosofía no puede ir más allá, por eso no es pro-piamente una ciencia sino una actividad. EI ir más allásupone salir de los límites del lenguaje y esto a su vezsignifica caer fuera del mundo ya que «Die Grenzenmeiner Sprache bedeuten die Grenzen meiner Welt^^.Tract 5.6. (Los límites de mi lenguaje significan loslímites de mi mundo ► . Y si la lógica Ilena el mundo,los límites del rrundo son también sus límites (DieLogik erfŭ llt die Welt; die Grenzen der Welt sind auchihre Grenzen. Tract. 5.61) y, por tanto, donde no haylógica no hay lenguaje, ni ciencia, ni filosofía. Es poreso justamente por lo que Wittgenstein concede tantaimportancia a la lógica dentro de su concepto de lafilosofía:

«Und ausserhalb der Logik ist alles Zufall» (Y fuerade la lógica todo es casual.) Tract. 6.3.

«Die Logik ist keine Lehre, sondern ein Spiegelbildder Welt^^ (La lógica no es una doctrina, sino un re-flejo del mundo ► . Tract. 6.13.

«Dass die Sátze der Logik Tautologien sind, daszeigt die formalen logischen - Eigenschaften derSprache der Welt» (EI hecho de que las proposicionesde la lógica sean tautologías muestra las propiedadesformales -lógicas- del lenguaje, del mundo ► . Tract.6.12.

«Die Logik ist vor jeder Erfahrung - dass etwas soist» (La lógica precede a toda experiencia - que algoes así} Tract. 5.552.

De algún modo, la lógica viene a ocupar, en el Trac-tatus wittgensteiniano, el lugar de la metafísica tradi-cional la cual se manifiesta ahora completamente in-capaz para desarrollar sus pretensiones.

«Der Sinn der Welt muss ausserhalb ihrar liegen»(EI sentido del mundo debe quedar fuera del mundo ► .Tract. 6.41.

^^Einen Zwang, nach dem Eines geschehen miisste,weil etwas anderes geschehen ist, gibt es nicht. Es

(5) A. J. AYER: O. C., pág. 62.(6) E. LLEDO: Filosofia y lenguaje. Ed. Ariel, Barcelona, 1970,

p$g. 11.(71 E. LLEDO: O. C., pág. 20.(81 ViCTOR KRAFT: El Circulo de Viena. Ed. Taurus, Madrid, 1966,

pág. 205.

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gibt nur eine logische Notwendigkeit» (No existe lanecesidad de que una cosa deba acontecer porqueotra haya acontecido; hay sólo una necesidad lógica).Tract. 6.37.

«So bleiben sie bei den Naturgesetzen als bei etwasUnantastbarem stehen, wie die i3lteren bei Gott unddem Schicksal» (Así, los modernos confían en las le-yes naturales como en algo inviolable, lo mismo quelos antiguos en Dios y en el destino ► . Tract. 6.372.

«Darum kann es auch keine Sátze der Ethik geben.Sátze kónnen nichts Háheres ausdri;cken» (Por lotanto, tampoco puede haber proposiciones de ética.Las proposiciones no pueden expresar nada másalto ► . Tract. 6.42.

^^... Die Lósung des Rátsels des Lebens in Raum undZeigt liegt ausserhalb von Raum und Zeit» (La solu-ción del enigma de la vida en el espacio y en eltiempo está fuera del espacio y del tiempo ► . Tract.6.4312.

«Wie die Welt ist, ist fŭ r das Hóhere vollkommengleichgiiltig. Gott offenbart sich nicht in der Welt»/Cómo sea el mundo, es completamente indiferentepara lo que está más alto. Dios no se revela en e/mundoJ Tractatus: 6.432.

«Das Gefŭhl der Welt als begrentzes Ganzes ist dasmystiche>^ (Sentir el mundo como un todo limitado eslo místico ► Tractatus: 6.45.

«Zu einer Antwort, die man nicht aussprechen kann,kann man auch die Frage nicht aussprechen. Das Rát-sel gibt es nicht,> (Para una respuesta que no sepuede expresar, la pregunta tampoco puede expre-sarse. No hay enigma ► . Tract. 6.5.

Por lo que todas estas expresiones manifiestan, loseternos problemas filosóficos sobre Dios, alma,mundo, etc. quedan abandonados y no precisamenteporque las ciencias que se ocupan de ellos sean falsassino porque están basadas en proposiciones sin sen-tido o pseudoproposiciones.

La mayor parte de las proposiciones y cuestionesque se han escrito sobre materia filosófica no son fal-sas, sino sin sentido. No podemos, pues, responder acuestiones de esta clase de ningún modo, sino sola-mente establecer su sinsentido.

La mayor parte de las cuestiones y proposicionesde los filósofos proceden de que no comprendemosla lógica de nuestro lenguaje. (Son de esta clase decuestiones de si lo bueno es más o menos idénticoque lo bello. ► No hay que asombrarse de que los másprofundos problemas no sean propiamente proble-mas. (Und es ist nicht verwunderlich, dass die tiefstenProbleme eigentlich keine Probleme sind. Tract.4.003. )

«... Dass etwas unter einen formalen Begriff alsdessen Gegenstand fállt, kann nicht durch einen Satzausgedriickt werden» (C!ue algo caiga bajo un con-cepto formal como su objeto, no se puede expresarpor una proposición ► . Tract. 4.126.

«Die richtige Methode der Philosophie wí3re eigen-tlich die: Nichts zu sagen, als was sich sagen lásst,also Sátze der Naturwissenschaft also etwas, was mitPhilosophie nichts zu tun hat -, und dann immer,wenn ein anderer etwas Metaphysisches sagen wo-Ilte, ihm nachzuweisen, dass er gewissen Zeichen inseinen Si^tzen keine Bedeutung gegeben hat» (EI ver-dadero método de la filosofía sería propiamente éste:no decir nada sino aquello que se puede decir; es de-cir, las proposiciones de la ciencia natural -algo,pues, que no tiene nada que ver con la filosofía-; ysiempre que alguien quisiera decir algo de caráctermetafísico, demostrarle que no ha dado significado aciertos signos en sus proposiciones). Tract. 6.53.

^Qué queda, pues, de la filosofia? Si realmente elfilósofa no puede realizar su actividad más que escla-reciendo el sentido y el sinsentido de las proposicio-nes de las ciencias naturales (inada de proposicionesmetafisicas!) su función quedará restringida a la purahermenéutica ling ŭ ística, erninentemente lógica. Pre-tender más, supone salir de los propios y estrictos lí-mites de la lógica y del lenguaje; por ello ni siquierase puede hacer, para aclarar el sentido del término^^filosofía>^, una metafilosofía esclarecedora de as-pecto relevante y con garantías de éxito, porque esosupondría precisamente romper con las tesis funda-mentales del Tractatus Logico-Philosophicus. No cabeduda que resignarse a ser filósofo al estilo y corte delTractatus supone entrar en un mundo de coordena-das distinto al que la mayoría de la gente está acos-tumbrada, pero de eso es conseiente el propio Witt-genstein y por eso escribe: «Diese Methode wi3re f ŭ rden anderen unbefriedigend - er hátte nicht das Ge-fŭhl, dass wir ihn Philosophie lehrten - aber sie wáredie einzig streng richtige» (Este método dejaría des-contentos a los demás -pues no tendrían el senti-miento de que estábamos enseñando filosofía-, perosería el único estrictamente correcto ► . Tract. 6.53.

Pero, por otra parte, las pretensiones de Wittgens-tein al escribir su Tractatus no pueden ser más humil-des ni rnás realistas. Todo lo que afirma en esta obracarece por completo de cualquier valor dogmático yde todo carácter personalista y de exhibición. Expre-samente manifiesta que las proposiciones vertidas ensu Tractatus sirven tan sólo para salir fuera de ellas através de ellas: ^^Meine Sátze erli3utern dadurch, dasssie der, welcher mich versteht, am Ende als unsinnigerkennt, wenn er durch sie - auf ihnen - Gber sie hi-nausgestiegen ist. (Er muss sozunagen die Leiterwegwerfen, nachdem er auf ihr hinaufgestiegen ist.)

Er muss diese Si3tze iiberwinden, dann sieht er dieWelt richtig^,. (Mis proposiciones son esclarecedorasde este modo; que quien rne comprende acaba porreconocer que carecen de sentido, siempre que el quecomprenda haya salido a través de ellas fuera deellas. (Debe, pues, por así decirlo, tirar la escaleradespués de haber subido.) Debe superar estas propo-siciones; entonces tiene la justa visión del mundo. ►Tractatus: 6. 54.

Es justamente por ello por lo que es necesarioabandonar todo intento y preocupación por la metafí-sica, debiendo de cifrar todo empeño y esfuerzo ennostrar y esclarecer el sentido lógico de las proposi-

ciones de las ciencias naturales y de lo que no seaprecisamente esto conviene no decir nada: ^eWovonman nicht sprechen kann, dariiber muss man schwei-gen» (De lo que no se puede hablar, mejor es ca-Ilarse). Tract. 7.

Las tesis wittgensteinianas emanadas del TractatusLogico-Philosophicus obtuvieron un rápido e inusi-tado éxito a partir del mismo momento de su publica-ción. Uno de los más acérrimos defensores del nuevométodo y de la nueva concepción filosófica fue el Cír-culo de Viena, creado por Moritz Schlick para discutirprecisamente las proposiciones del Tractatus, caracte-rizándose dicho movimiento por su aspecto antimeta-físico y la preocupación por el lenguaje. R. Carnap,rniembro destacado del Wiener Kreis, escribe delnuevo método filosófico nacido del Tractatus:

«EI nuevo método científico del filosofar puede ca-racterizarse brevemente diciendo que consiste en elanálisis lógico de las proposiciones y conceptos de laciencia empírica. Con ello se han apuntado los dosrasgos más importantes que distinguen a este mé-todo de la filosofía tradicional. EI primer rasgo carac-

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terístico consiste en que este filosofar se realiza enestrecho eontacto con la ciencia empírica, e inclusosólo con relación a ella, de modo que una filosofia noes ya considerada como un dominio del conocimientopor derecho propio, igual o superior a las cienciasempiricas. EI segundo rasgo característico indica enqué consiste el trabajo filosófico sobre la ciencia em-pírica: consiste en la aclaración de !as proposicionesde la ciencia empírica por medio del análisis lógico.Más específicamente, en la descomposición de lasproposiciones en sus partes ( conceptos), en la reduc-ción paso a paso de los conceptos a conceptos másfundamentales y de las proposiciones a proposiciones^nás elernentales. Este modo de plantear la tarea re-vela el valor de la lógica para la investigación filosó-fica. La lógica no es ya meramente una disciplína filo-sófica entre otras, sino que podemos decir sin reser-vas: la lógica es el 'nétodo del filosofar.» ( R. Carnap:La antigua y la nueva lógica. ap. A. J. Ayer: EI positi-vismo lógico; pág. 139 ► .

Por supuesto que la lógica de las proposiciones fi-losóficas puede ser mostrada pero no se puede decir;y de acuerdo con ello la tarea de la filosofía no con-siste en hacer manifestaciones acerca de la forma ló-gica de la proposición sino en analizarla de tal modoque su forma lógica se evidencie y resalte de manerainmediata (9).

De esta forma, toda la función de la filosofía, a la luzdel Tractatus, estriba en precisar el sentido de lasproposiciones de las ciencias y en mostrar que el len-guaje es una figura de los hechos cuya forma lógicaviene a figurar o representar el lenguaje. De la mismamanera un lenguaje que no figure o represente he-chos tampoco puede ser considerado como tal; y estoes lo que debe dejar bien claro la filosofía en el mo-mento de depurar las pseudoproposiciones metafísi-cas.

B) LA FILOSOFIA PARA WITTGENSTEIN, EN LOSCUADERNOS AZUL Y MARRON

Cuando Wittgenstein dicta sus Cuadernos en Cam-bridge en los cursos 1933-34 y 1934-35, las proposi-ciones del Tractatus Logico-Philosophicus estánsiendo debatidas amplia y detenidamente entre los fi-lósofos vanguardistas de Inglaterra, Alemania, Aus-tria, etc. No me parece correcta, por tanto, la tesis de-fendida por algunos que sitúan la elaboración de loscuadernos azul y marrón en los mismos momentosen que Wittgenstein gestaba su Tractatus y las lnves-tigaciones filosóficas (10). Creo que los Cuadernos sedictaron, efectivamente, cuando se gestaban las /n-vestigaciones filosóficas publicadas veinte años mástarde, pero el Tractatus ya había aparecido a la ventahacía aproximadamente algo más de dos lustros.Además es significativo reseñar, y ello avala mi afir-mación, que el Tractatus Logico-Philosophicus apa-rece expresamente citado por el propio Wittgensteinen Los cuadernos en los cuales se lee:

^^EI hablar del hecho como de un complejo de obje-tos tiene su origen en esta confusión (Cf. TractatusLogico-Phílosophicus ► » (11 ► .

(9) JUSTUS HARTNACK: Wittgenstein y la /ilosofia contemporá-nea. Ed. Ariel. Barcelona, 1972; pág. 59.

(10) ^^Se produjeron estos ' cuadernos' mientras se gestaban susprincipales obras -'Tractatus Logico-Philosophicus' (1922) y 'Philo-sophical investigations' ( 1953-...^^ (Contraportada de Los cuadernosaru/ y marrón, Ed. Tecnos. Madrid, 1976).

(11) L. WITTGENSTEIN: Los cuadernos azul y marrón, pág. 60.

EI Tractatus se cerraba con una proposición que, encierto modo, recogia el sentido de toda la obra: «Delo que no se puede hablar, mejor es callarse». Perocomo el lenguaje era justamente, a juicio del Witt-genstein del Tractatus, eso de lo que no se puede ha-blar, convenía profundizar un poco más en su natura-leza con el fin de encontrar simultáneamente la solu-ción a los problemas filosóficos, cuya esencia radi-caba en el propio lenguaje, y la explicación a muchospuntos no contestados en el Tractatus acerca del pro-pio lenguaje. Para el Wittgenstein de Los Cuadernosel resolver los problemas lingiiísticos (o problemasdel lenguaje) significaba resolver de raíz los proble-mas filosóficos y éstos eran esencialmente problemasmetafísicos, que nacian del uso inadecuado e impro-pio del lenguaje.

Igual que en el Tractatus (pro. 4.111) Wittgensteinrepite en el Cuaderno azul el grave error que resultade querer usar en filosofía el método de las ciencias:

«Los filósofos tienen constantemente ante los ojosel método de la ciencia y sienten una tentación irresis-tible a plantear y a contestar las preguntas del mismomodo que lo hace la ciencia. Esta tendencia es la ver-dadera fuente de la metafísica y Ileva al filósofo a laoscuridad más completa.» (Cuaderno azul; pág.46).

La filosofía debe realizar un trabajo de clarificacióny precisión en los usos del lenguaje cuando éste seusa de forma inadecuada. EI fílósofo tradicional, esehombre que es blanco de crítica por parte de Witt-genstein, se creó infinidad de problemas por confun-dir las reglas de juego del lenguaje. Es ahora la filoso-fía, «tal como nosotros utilizamos la palabra, cuandodebe luchar contra la fascinación que ejercen sobrenosotros las formas de expresión» (Cuaderno azul,pág. 56).

EI metafísico se interesaba, interrogándose, por unconjunto de cuestiones que producían en él y en no-sotros un cierto espasmo mental y al dejarse Ilevarpor tal tipo de problemas se encontraba muy a me-nudo con resultados paradójicos. Por eso en filosofía,afirma Wittgenstein, «la dificultad estriba en no decirmás de lo que sabemos» (Cuaderno azul; pág.76).

^Cuál es la solución filosófica a todo este conjuntode problemas? Ni más rii menos que el conocimientogramatical de los distintos juegos del lenguaje.Acaece con frecuencia que se usan las mismas pala-bras con el mismo significado en juegos ling ŭ ísticosdistintos, derivando así en claras paradojas o frasescontradictorias que producen perplejidades filosófi-cas.

«Imaginen un lenguaje en el que en vez de decir 'nohe encontrado a nadie en la habitación' se dijese 'heencontrado al señor Nadie en la habitación'. Imaginenlos problemas filosóficos que surgirían de tal conven-ción.» (Cuaderno azul, pág. 103).

«Pero si consideramos un juego de lenguaje en elque la expresión «Yo puedo...» se use de este modo(es decir, un juego en el que hacer una cosa se tomecomo la única justificación de decir que uno es capazde hacerla ► , vamos que no existe la diferencia metafi-sica entre este juego y uno en el que se acepten otrasjustificaciones para decir ^rYo puedo hacer tal y tal».Un juego del tipo de 65) (12 ► , dicho sea de paso, nos

(12) EI Cuaderno marrón se compone de dos partes, en cada unade las cuales aparecen distintas explicaciones y juegos de lenguajeenumerados ordenadamente. La primera parte consta de setenta ytres anotaciones enumeradas desde 1) hasta 73). EI número 65) estátextualmente escrito en esa cita y, como vemos, es un juego en elque se analiza a sí mismo. La segunda parte de dicho Cuaderno ma-rrón se compone de veinticinco juegos igualmente designados pornúmeros, del 1) al 25).

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muestra el uso real de la expresión «Si algo sucede,es indudable que puede suceder»; una expresión casiinútil en nuestro lenguaje. Suena corno si tuviese al-gún significado muy claro y profundo, pero, como larnayor parte de las proposiciones filosóficas, carecede sentido, excepto en casos muy especiales» (Cua-^lerno ^narrón, pág. 154-155).

En filosofía suelen hacerse igualmente unas deter-minadas preguntas cuyas respuestas caen claramentefuera del círculo desde el que se formulan tales cues-tiones, provocando asiduamente, por ello, manifies-tos absurdos o sinsentidos. Indudablemente Witt-genstein ve el problema en todo esto y quiere extraerde raíz todo el confusionismo y la falta de seriedad enla formulación de gran parte de las preguntas filosófi-cas, analizando (a gramática y la semántica en que sepresentan dichos problemas, y buscando, al mismotiempo, el método idóneo para erradicarlos. Este mé-todo no es otro que el conocimiento de los juegos dellenguaje.

^<Considerando estos juegos de lenguaje, no nosencontramos con las ideas del pasado, el futuro y elpresente en su aspecto problemático y casi siempremisterioso. Puede ejemplificarse de modo casi carac-terístico que sea este aspecto y cómo es que se pre-senta si consideramos la pregunta: «^A dónde va elpresente cuando se hace pasado y dónde está el pa-sado?» ^En qué circunstancias tiene atractivo paranosotros esta pregunta? Pues en determinadas cir-cunstancias no lo tiene y la rechazaríamos como unsinsentido...

He aquí una de las fuentes más fecundas de confu-sión filosófica: hablamos del acontecimíento futurode que alguien entre en mi habitación, y también dela futura Ilegada de ese acontecimiento...

Puede suceder así que no seamos capaces de libe-rarnos de las implicaciones de nuestro simbolismo,que parece dejar sitio para preguntas como «^Adónde va la Ilama de una vela cuando se la apaga?»«<A dónde va la luz?» «^A dónde va el pasado?»(Cua^lerno •narrón, pág. 144-145 ► .

Pero el deber del filósofo consiste en rehuir el em-brujamiento de nuestra inteligencia mediante el len-guaje y comprender que el lenguaje no encierra nin-gún misterio, pues lo importante es ver cómo fun-ciona, y describirlo así. EI lenguaje, dice Wittgenstein,funciona en sus usos y hay múltiples usos y múltiplesjuegos del lenguaje. Afirmar que existen varios jue-gos del lenguaje equivale a decir que lo más primariodel lenguaje no es la significación sino el uso.

«Una expresión no es más directa que la otra. EIsignificado de la expresión depende por completo decómo seguimos usándola» (Cuaderno azul, pág. 108 ► .

Y Wittgenstein critica duramente a aquellos filóso-fos que pretenden encontrar el significado de las pa-labras como si cada una de éstas tuviera necesaria-mente un significado propio y exclusivo: «Los filóso-fos hablan muy frecuentemente de investigar y anali-zar el significado de las palabras. Pero no olvidemosque una palabra no tiene un significado, por así de-cirlo, por un poder independiente de nosotros, de talmodo que pudiese haber una especie de investiga-ción científica sobre lo que la palabra real-nente signi-fica. Una palabra tiene el significado que alguien le hadado» (Cuaderno azul, pág. 56-57).

Los juegos del lenguaje tienen varias misiones,como: describir, preguntar, indignarse, consolar... Nohay nada oculto en los juegos del lenguaje ya que losjuegos son los usos que hacemos de ellos, es decir, elmodo como sirven en las formas de vida.

Por haberse ilusionado por el lenguaje, se han sus-

citado lo que se Ilaman ^<problemas filosóficos» queno son problemas sino perplejidades (13). La diferen-cia está en que los problemas se resuelven y las per-plejidades se disuelven.

Una de las características más generalizadas de unagran mayoria de filósofos de todos los tiempos hasido la de rebuscar las expresiones ling ŭ ísticas pormedio de las cuales intentaban manifestar su pensa-^niento. Eso acarreaba múltiples dificultades en elmomento en que se intentaba comprender a talespensadores, pues nunca se estaba seguro de haberprofundizado lo suficiente en la semántica de dicholenguaje. Por eso las interpretaciones que se hacían alrespecto sobre esos filósofos eran, en la gran mayoríade las veces, del mismo estilo y ofrecían una estruc-tura lingiiística similarmente dificultosa a la presen-tada en los textos originales examinados:

«Sentimos la tentación de pensar que para aclararfilosóficamente tales materias nuestro lenguaje esdemasiado basto y que necesitamos otro más sutil»(Cua lerno azul, pág. 76 ► .

Pero la verdadera cura de estas enfermedades fito-sóficas tiene que provenir de un giro total en la pre-sentación de la etiología de tales enfermedades, pro-blemas o perplejidades; el filósofo debe comenzarpor presentar claramente las reglas del juego ling ŭ ís-tico en que se mueve, entrenándose y ofreciendo sujuego a los que se preocupen por sus mismos pro-blemas y debe recordar que «lo que más turbaciónproduce en filosofía es que sentimos la tentación dedescribir el uso de palabras importantes de ^^tarearara» como si fueran palabras con funciones regula-res» (Cuarlerno azu/, pág. 75 ► .

EI filósofo tenía por orgullo encontrar lo general delas cosas y expresarlo mediante una definición. Peroal definir ya se enmarañaba con el lenguaje y con fre-cuencia hacía mal uso de las reglas de juego, produ-ciéndose por lo mismo innumerables enredos. ^Porqué tiene que haber siempre una respuesta de carác-ter general a preguntas como qué es el tiempo, quésignifica «poder», cuáles son los constituyentes últi-mos de la materia, etc.? Estas preguntas, afirma Witt-genstein, son típicas de la metafísica «ya que la carac-terística de una pregunta metafísica es que expresa-mos una falta de claridad respecto a la gramática delas palabras bajo la forma de una pregunta científica»(Cuaderno azul, pág. 65).

Es necesario salir del enredo filosófico en el que seencuentra la metafísica comprendiendo los juegos dellenguaje en los que se difuminan y desvanecen lasperplejidades del pensamiento.

Pero, ^qué entiende Wittgenstein por esos juegosdel lenguaje? Wittgenstein denomina juegos de len-guaje a las formas de lenguaje con que un niño co-mienza a hacer uso de las paiabras. Y el estudio delos juegos de lenguaje es el estudio de las forrnasprimitivas de lenguaje o lenguajes primitivos. Igual-rnente aconseja Wittgenstein el estudio de las formasprimitivas de lenguaje en las que estos modos depensar aparecen sin el fondo perturbador de los pro-cesos de pensamiento altamente complicados, si sepiensan estudiar los problemas de verdad y falsedad(Cuaderno azul, pág. 44-45).

En cualquier caso al enfrentarnos con el problemade los valores veritativos en los diversos juegos delenguaje debemos precisar exhaustivamente el sen-

(13) Podría decirse que la misma palabra uproblema» se aplicamal cuando se usa para nuestras dificultades filosóficas. Estas dificul-tades, en la medida en que se las toma como problemas, son el su-plicio de Tántalo y parecen insolublesn (Cuaderno azul, pág. 77^.

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tido de las referencias de sus enunciados ling ŭ ísticospara no caer en ulteriores dificultades semántico-filosóficas. Si con las tesis del Tractatus Logico-Philosophicus, Wittgenstein pretendia encontrar la cla-rificación de las proposiciones de las ciencias, mos-trando su sentido o su sinsentido, ahora, en Los Cua-dernos, incide nuevamente en la claridad de losenunciados analizados pero sobre todo quiere hallarun iazo de conexión entre las proposiciones de cadajuego lingiiístico y la referencia de las mismas. Y,como decía Frege ( 14 ► , es evidente que el pensa-rniento transmitido por el lenguaje pierde fuerza y va-lor cuando nos percatamos que a una de sus partes lefalta ta referencia (15 ► .

En mi apreciación, pues, considero un avance filo-sófico las tesis wittgensteinianas expuestas en LosCuadernos, en donde se descubre la preocupación in-dagadora no sólo por el sentido sino también por lareferencia, aunque no real pero sí usual. Y eso, porotra parte, no supone restar mérito alguno al Tracta-tus. Pero para encontrar una referencia a cualquierenunciado lingiiístico no es suficiente con conocer larealidad óptica del objeto sino que también se nece-sita conocer la estructura lingiiísiica desde la cual sebusca ese objeto referencial, y la estructura ling ŭ isticase conoce a través de los juegos de lenguaje y en es-tos juegos se descubre que lo primario del lenguajeno es la significación sino el uso. De esta forma, elcultivo de los estudios gramaticales se convierte paraWittgenstein en la tarea casi exclusiva de la filosofía.

Y cuando la filosofía se centra en estos estudiosgramaticales del lenguaje descubre, por ejemplo, quelas imágenes que a veces se asocian con las expre-siones lingi^ísticas no son parte de su significación,como a veces se piensa. Igualmente esta filosofíadescubrirá que cometemos una grave equivocación alsuponer que el lenguaje normalmente utilizado poseeunos usos delimitados con precisión para las expre-siones que contiene. Afirma Wittgenstein que, de he-cho, no existe ninguna regla gramatical universal paracada palabra que sea capaz de controlar su ocurrenciaen cada una de las ocasiones en que se utiliza. Larnisma palabra «longitud», por ejemplo, no posee unasignificación idéntica cuando la utilizan el peatón, elmaquinista, el astrónomo o el físico atómico. Entre lasdistintas reglas gramaticales ilustradas en cada unade estas ocasiones sólo habrá lo que Wittgensteindenomina «un aire de familia».

Puede ocurrir que se atribuya una significación acuestiones absurdas por haberse adoptado las signifi-caciones de otros contextos de las palabras constitu-tivas, y el resultado es que la combinación de las pa-labras tal como se manifiesta en el presente carece designificación. Hay que añadir, sin embargo, que mu-chas veces no es posible indicar el punto preéiso en elque las semejanzas entre las distintas significacionesde las expresiones comienzan a descarriarse. ^^La per-sona filosóficamente perpleja ve una {ey en el modoen que se utiliza una palabra y, al intentar aplicar estaley de forma consistente, se enfrenta con casos en losque conduce a resultados paradójicos» (Cuadernoazul, pág. 56 ► .

En el Cuaderno marrón aparecen varios casos en

(14) G. FREGE: Estudios sobre semántica. Ed. Ariel, Barcelona,1971, pág. 59.

(15) No se puede confundir el «significadm, con la ureferencia,,.La referencia de un nombre propio es el objeto mismo que designa-mos con é l; !a representación que tenemos entonces es totalmentesubjetiva; entre ambas se halla el sentido, que ciertamente ya no essubjetivo como la representación, pero, con todo, tampoco es el ob-jeto mismo. (G. FREGE: Estudios sobre semántica, pág. 55t.

los que, a través de sistemas diversos de comunica-ción, se pretende exponer y ejemplificar cómo surgenmúltiples juegos de lenguaje. Asi, por ejemplo, un al-bañil A se comunica con su peón B a través de pala-bras tales como ^^cubo», «ladrillo», «Ioseta», «co-lumna,,, etc. En un momento posterior el lenguajecon el que se comunican el albañil y el peón va au-mentando con la incorporación de los numerales, lospronombres demostrativos, los nombres propios, laspreguntas y respuestas, etc. Tanto el lenguaje pri-mero, es decir, al lenguaje que sirve inicialmente demedio de comunicación entre el albañil A y el peón B,como al lenguaje con la incorporación de los numera-les, o al lenguaje con los demostrativos, o con losnombres propios, o con preguntas y respuestas, seles denomina juegos de lenguaje. Y es significativoindicar como, según Wittgenstein, estos juegos delenguaje no pueden describirse «como partes incom-pletas de un lenguaje, sino como lenguajes completosen sí mismos, como sistemas completos de comuni-cación humana... Cuando el muchacho o el adultoaprenden lo que podrían Ilamarse lenguajes técnicosespeciales, por ejemplo, el uso de mapas y diagra-mas, la geometría descriptiva, el simbolismo químico,etc. aprende más juegos de lenguaje» (Cuaderno •na-rrón, pág. 116 ► .

Consecuentemente también podemos afirmar queel filósofo al crear su propio estilo y forma de len-guaje no hace más que elaborar un juego determi-nado y concreto del lenguaje. No se puede decir, sinembargo, que el juego de lenguaje creado por el filó-sofo sea superior o más perfecto que otros juegos delenguaje. Es Wittgenstein quien incide en esta idea ensu Cuaderno azul:

«Es erróneo decir que en filosofía consideramos unlenguaje ideal, como opuesto a nuestro lenguaje or-dinario. Pues esto hace que parezca como si pensá-semos que podríamos perfeccionar el lenguaje ordi-nario. Pero el lenguaje ordinario está perfectamente.Cuando elaboramos «lenguajes ideales», no es paraque reemplacen a nuestro lenguaje ordinario, sinoprecisamente para eliminar alguna dificultad causadaen la mente de alguien al pensar que ha comprendidoel uso exacto de una pelabra común. Esta es tambiénla razón por la que nuestro método no consiste sim-plemente en enumerar los usos actuales de las pala-bras, sino más bien en inventar otros nuevos demodo deliberado, algunos de ellos a causa de su apa-riencia absurda» (Cuaderno azul, pág. 57).

Para Wittgenstein la firlalidad de la filosofía nopuede ser otra, ciñéndonos a Los Cuadernos, que lade encontrar las reglas adecuadas y precisas de cadajuego de lenguaje en el que queramos jugar los filó-sofos. Ya no se puede decir, como se afirmaba en elTractatus Logico-Philosophicus, que la filosofía debepretender la búsqueda de la claridad de las proposi-ciones de la ciencia natural sino que la claridad, siqueremos seguir usando este término, debe emanarde la exposición peculiar de cada juego y del signifi-cado que en cada caso pretendemos concederle. To-dos los juegos tienen sus reglas que, al cumplirlas rí-gida pero necesariamente, admiten la participación dedistintos jugadores y la conformidad de éstos en aca-tarlas y comprometerse con sus consecuencias. Loque no se puede permitir a los jugadores es que sesalten arbitrariamente y por capricho las reglas esta-blecidas en cada caso, puesto que una actitud seme-jante destruiría la misma esencia del juego. Pero nosiempre la filosofía ha respetado dócilmente las nor-mas establecidas en el juego del lenguaje, lo que parasu propia desdicha ha ocasionado innumerables tras-

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tornos. Muchas veces se traspasan palabras de unjuego a otro con idénticos valores, en otras ocasionesse simplifican lenguajes pensando que asi resultanmás precisos, hay circunstancias en que las frases dellenguaje se intercambian por valores transitivos e in-transitivos y^^naturalmente, ésta es la vía por la quesurgen generalmente los rompecabezas filosóficos»(Cuaderno •narrón, pág. 184).

Podemos concluír, pues, de todo lo expuesto sobreel concepto de filosofía a través de Los Cuadernosazul y marrón que:

1.° Para el Wittgenstein de Los Cuadernos, el obje-tivo de la actividad filosófica consiste en restablecer laopinión no sofisticada del «hombre ordinario„ a tra-vés del análisis del lenguaje.

2.° La significación de las expresiones se deter-mina examinando su uso contextual; no queda cla-ramente explicado, sin embargo, cuál es el principiopor el cual podemos solucionar las ocurrencias deuna expresión, concibiéndolas como distintas en cadacaso.

3.° A pesar de que Wittgenstein habla mucho delas reglas gramaticales que gobiernan la ocurrenciade las expresiones, raramente formula alguna explíci-tamente y eso oscurece algo la obra comentada.

4° Los problemas filosóficos resultan de la con-cepción inadecuada de un juego ling ŭ ístico y la solu-ción de dichos problemas depende del análisis y pe-netración en los abusos y malentendidos de la lógicadel lenguaje, o lo que es igual, en el modo y maneraen que ésta ha sido violentada.

Para terminar este segundo análisis del concepto defilosofía en Wittgenstein, quiero hacer notar la proxi-midad ideológica, e incluso terminológica, existenteentre Los Cuadernos y Las investigaciones filosóficas.Como muestra véanse estos dos pasajes correspon-dientes a cada una de las obras aludidas:

I. Augustinus, in den Confessionenl/8: Cum ipsi(majores homines) appelabant rem aliquam,et cumsecundum eam vocem corpus ad aliquid movebant,videbam, et tenebam hoc ab eis vocari rem illam,quod sonabant, cum eam vellent ostendere. Hoc au-tem eos velle ex motu corporis aperiebatur: tamquarnverbis naturalibus omnium gentium, quae fiunt vultuet nutu oculorum, ceterorumque membrorum actu, etsonitu vocis indicante affectionem animi in petendis,habendis, rejiciendis, fugiendisve rebus. Ita verba invariis sententiis locis suis posita, et crebo audita, qua-rum rerum signa essent, paulatim colligebam, meas-que iam voluntates, edomito in eis signis ore, perhaec enuntiabam». (Philosophische Untersuchungen,pág. 15 ► .

«AI describir Agustín de Hipona su aprendizaje dellenguaje dice que le enseñaron a hablar aprendiendolos nombres de las cosas» (Cuaderno marrón, pági-na 111 ► .

^^... Die Philosophie ist ein Kampf gegen die Verhe-xung unsres Verstandes durch die Mittel unsererSprache» (Philosophische Untersuchungen, n.° 109).

«La filosofía, tal como nosotros utilizamos la pala-bra, es una lucha contra la fascinación que ejercensobre nosotros las formas de expresión» (Cuadernoazul, pág. 56 ► .

A continuación veremos el tercer momento del aná-lisis del concepto de «filosofía» a la luz de Las investi-gaciones filosóficas.

C) LA FILOSOFIA EN LAS INVESTIGACIONES FILO-SOFICAS

En enero de 1945 Wittgenstein escribía el prólogo a

una posible futura publicación de sus escritos etabo-rados a partir de 1935, aproximadamente, y profun-damente pensados hasta el 29 de abril de 1951, #echade su muerte. Antes de que el cáncer terminara con lavida del gran filósofo austríaco, éste pudo dejar toda-vía el título a esos escritos que en 1953 saldrían publi-cados con el nombre de Philosophische Unrersu-chungen o lnvestigaciones filosóficas. Las ideas ex-puestas en esta obra manifiestan un claro cambio desentido, con respecto al Tractatus, en el enfoque y so-lución de los problemas filosóficos planteados. Po-demos afirmar con Justus Hartnack que «las ideas delas Investigaciones filosóficas hunden sus raíces en lanegación radical de las del Tractatus» (16). Mientrasque en el Tractatus se defendía la tesis de que la fun-ción de la filosofía era el análisis de las diversas pro-posiciones con el fin de Ilevarlas a una correcta formalógica, ahora, en las Investigaciones filosóficas, se de-fiende la teoría de que la tarea de la filosofía debecentrarse en la comprensión de los enunciados. La fi-losofía sigue careciendo de sentido, igual que en elTractatus, aunque el hecho de su existencia tiene laexplicación en un rnal entendimiento de los enuncia-dos en que la filosofía se expresa. Es necesario, portanto, Ilegar a un profundo conocimiento de los dis-tintos juegos lingi;ísticos, en donde los conceptos fi-losóficos se expresan, para comprender los enuncia-dos que han sido filosóficamente mal entendidos. En-garzamos así la problemática filosófica de Los cua-dernos azu/ y•narrón con la de las lnvestigaciones fi-losóficas a través de un hilo conducior: los juegos dellenguaje.

EI lenguaje y la etiología de los errores filosóficos

En las Investigaciones filosóficas Wittgenstein de-fiende el valor del lenguaje común como medio en elque se expresa la ciencia; no es necesario elaborarescrupulosamente un lenguaje rígidamente formali-zado aunque sí es preciso usarlo adecuadamente. Enel lenguaje común existen diversos usos, a los queWittgenstein denomina «juegos de lenguaje» o«jue-gos ling ŭ ísticos» que, como ya hemos visto en.Loscuadernos, sirven para que cada palabra se entretejaen un contexto de actividades humanas. Las palabrasno pueden entenderse fuera de ese contexto y paracomprender el significado de las mismas hay que en-trar de Ileno en el «juego lingiiístico» concreto al quetales palabras pertenecen. Los juegos de lenguaje seestructuran y conexionan entre sí Ilegando a formarun modo de vida para sus hablantes, pudiendo eiabo-rarse igualmente una multiplicidad de juegos.

«Man kann sich leicht eine Sprache vorstellen, dienur aus Befehlen und Meldungen in der Schlacht bes-teht.-Oder eine Sprache, die nur aus Fragen bestehtund einem Ausdruck der Bejahung und der Vernei-nung. Und unzáhlige Andere.-Und eine Sprachevorstellen heisst, sich eine Lebensform vorstellen»(Cabe imaginarse muy bien un lenguaje formado tansólo por órdenes y partes de batalla. O un lenguajeque sólo viniera a constar de preguntas y un par deexpresiones, una para la respuesta afirmativa y otrapara la respuesta negativa. E innumerables otros.Imaginar un lenguaje equivale a imaginar una formade vida.) Philosophische Untersuchungen, 19.

Esta manera de apreciar al juego lingiiístico (Spra-chspiel) como una forma de vida la repite continua-mente Wittgenstein en sus Investigaciones filosóficas,

(16) JUSTUS HARTNACK: Wittgenstein y la /ilosofia contemporá-n^a, pág. 99.

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demarcando con ello formas de vida más sencillas amás complejas según la sencillez o cornplejidad deesos juegos. «Das Wort «Sprachspiel» soll hier her-vorheben, dass das Sprechen der Sprache ein Teil isteiner Tátigkaeit, oder einer Lebensform„ (A ia expre-sión «juego lingiáístico» le incumbe destacar aquí quehablar un lenguaje forma parte de una actividad, o deuna forma de vida» ► . Philosophische Untersuchungen,23.

Pero ante la gran cantidad de juegos lingiiísticos nosólo existentes sino incluso posibles, ^es necesarioque exista algo en común para que se les pueda con-siderar como lenguajes? Wittgenstein cree que no ydice: ^rBetrachte z.B. einmal die Vorgánge, die wir«Spiele» nennen. Ich meine Brettspiele, Kartenspiele,Balispiel, Kampfspiele, usw. Was ist allen diesen ge-meinsam? - Sag nicht: «Es muss ihnen etwas ge-meinsarn sein, sonst hiessen sie nicht «Spiele»-sondern schau, ob ihnen allen etwas gemeinsamist.-Denn wenn du sie anschaust, wirst du zwar nichtetwas sehen, was allen gemeinsam wáre, aber duwirst ,4hnlichkeiten, Verwandtschaften, sehen, undzwar eine ganze Reihe. Wie gesagt: denk nicht, son-dern schau!„ (Observa, por ejemplo, una vez a los fe-nómenos a los que ► lamamos «juegos». Yo pienso enlos juegos de damas, en los juegos de naipes, en lostorneos, etc. ^Qué tienen en común todos ellos? Norespondas: ^^es necesario que tengan algo en común,de lo contrario no se Ilamarían juegos», más bienmira si lo tienen. Porque cuando tú los mires, tú noverás algo que sea común a todos sino que verás se-mejanzas, afinidades y una serie completa. Como tedecía: jno pienses, sino mira! ► . Philosophische Unter-suchungen, 66.

Pensar que debe existir algo común a los distintosjuegos, creer que los lenguajes privados gozan de va-lidez alguna, a excepción de quien los habla, defenderque nuestros juegos ling ŭ ísticos más claros y senci-Ilos pueden considerarse como estadios iniciales deuna futura reglamentación del lenguaje, son algunasde las causas que originan equívocos y errores nosólo en el ámbíto de la ciencia sino también en elcampo de la filosofía. Es necesario ajustar el lenguajea unas normas estables y coherentes impidiendo porcualquier medio que aquel «esté de vacaciones>,, yaque, según Wittgenstein, esta situación provoca gra-ves problemas, pues el lenguaje se sale de su uso co-rrecto.

La gran mayoría, o incluso podemos afirmar que latotalidad, de los problemas filosóficos nacen ai so-caire de las imprecisiones, inexactitudes y falta de se-riedad en el respeto de las leyes que rigen el lenguaje.

La tarea de la filosofía debe consistir en ceñirse altrabajo de acrisolar las proposiciones IingGísticas deacuerdo con las reglas que imperan en cada juegolingiiístico. Muchas veces se piensa que la filosofíaconsiste en usar palabras o expresiones que se pre-sentan bajo una apariencia de oscuridad lingiiísticacomo si esta oscuridad fuese una garantía para laelaboración de una filosofía más profunda e intere-sante. «Die Probleme, die durch ein Missdeuten unse-rer Sprachformen entstehen, haben den Charakter derTiefe. Es sind tiefe Beunruhigungen; sie wurzeln sotief in uns wie die Formen unserer Sprache, und ihreBedeutung ist so gross wie die Wichtigkeit unsererSprache-Fragen wir uns: Warum empfinden wir ei-nen grammatischen Witz als tief? (Und das ist ja diephilosophische Tiefe. ► (Los problemas que nacen poruna falsa interpretación de nuestras formas de len-guaje tienen un aire de profundidad. Son profundasinquietudes que arraigan tan profundamente en noso-

tros como las propias formas de nuestro lenguaje ysu significado es tan grande como importante esnuestro lenguaje. Preguntémonos: ^por qué sentimosuna broma gramatical como profunda? (Y esto es evi-dentemente la profundidad filosófica). PhilosophischeUntersuchungen, 111.

Si los errores filosóficos hunden sus raíces en ellenguaje, conviene que la filosofía baje hasta ellas yarranque de una vez por todas a las que puedan ali-mentar frutos perniciosos para la ciencia y para la fi-losofía. La filosofía, en afirmación de Wittgenstein,«debe ser un combate contra el embrujamiento denuestro pensamiento por medio de nuestro lenguaje:«Die Philosophie ist ein Kampf gegen die Verhexungunsres Verstandes durch die Mittel unserer Sprache».Philosophische Untersuchungen, 109.

Resulta necesario analizar el lenguaje con todo inte-rés y responsabilidad para resolver todos los proble-mas planteados a lo largo de la historia del pensa-miento; una acción semejante será Ilevada a cabo porla filosofía que sigue descarriada y no ha sido capazde encontrar su camino propio después de tantos si-glos de presencia entre los hombres. AI extraviarse, lafilosofía ha deambulado por lugares extraños y havagado continuamente por falsos derroteros creán-dose innumerables problemas. Para Wittgenstein losproblemas filosóficos parten del hecho de que lasproposiciones y expresiones pueden ser mal entendi-das y de no existir estos malentendidos ling ŭ ísticosno existirían los problemas filosóficos.

Los problemas con los que se ha enfrentado la filo-sofía tienen la forma: ^^no sé cómo proceder, no sécómo salir del atolladero» (Ein philosophisches Pro-blem hat die Form: «Ich kenne mich nicht aus). Philo-sophische Untersuchungen, 123.

Y ^qué significa salir del atolladero? Significa en-contrar para cada palabra, para cada proposición opara cada expresión lingiiística su lugar adecuadodentro de un juego concreto de lenguaje. Salir del ato-Iladero significa que la filosofía no pueda interferir deningún modo con el uso real del lenguaje y sólopueda describirlo (Die Philosophie darf den tatsáchli-chen Gebrauch der Sprache in keiner Weise antasten,sie kann ihn am Ende also nur beschreiben. Philosop-hische Untersuchungen, 124.

Saber como proceder significa igualmente aspirar ala claridad completa, y ello equivale a decir que losproblemas filosóficos deben desaparecer totalmente:^^Denn die Klarheit, die wir anstreben, ist allerdingseine vollkommene. Aber das heisst nur, dass die phi-losophischen Problem vollkommen verschwinden so-Ilen». Philos. Untersuch., 133.

Pero esta afirmación wittgensteiniana implica, nimás ni menos, que una disolución y desaparición ra-dical de la filosofía como fenómeno cultural, toda vezque al suponer desaparecidos los problemas que in-trigaron y preocuparon a las mentes humanas, la filo-sofía carece de objeto propio. Y de esta comprome-tida implicación es consciente el pensador austríaco.Los problemas de la filosofía son enredos derivadosdel lenguaje y conviene cuanto antes desenredar todasuspicacia gramatical que no ofrezca rasgos claros derectitud lingi^ística. EI pensamiento aprisionado porlas irregularidades de cualquier tipo de leyes o reglaslingiiísticas debe salir de esa prisión rompiendo lasamarras que lo sujetan, inaugurando una nuevaetapa, sin duda alguna más fructífera, de libertad ybuena salud. ^Qué se debe hacer para ello? «DerFliege den Ausweg aus dem Fliegenglas zeigen»(Mostrar a la mosca la salida del mosquitero). Philos.Untersuch., 309.

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La filosofia como terapia

AI querer que la mosca salga del mosquitero se in-tenta conseguir que no haya problemas filosóficos, sebusca un camino que Ileve fuera del mosquitero aquien haya entrado por una dirección prohibida, y elmétodo mejor es salir por donde se ha entrado. Nahay duda de que el sendero conducente al mosqui-tero es la irregularidad del lenguaje en alguna de susleyes o formas. EI filósofo debe hacer ver el uso -olos usos: más bien breves en número- que hacendesaparecer el problema pues con eso le es sufi-ciente. Le basta con que desvele y haga evidente laconcepción de la gramática lógica del término o ex-presión que hacía posible la existencia del presuntoproblema para que se abra el camino de par en par ysalga la mosca (17).

Lo que no debe hacer la filosofía es elaborar tesisya que por este camino pocas cuestiones se plantea-rian y todos estarían, desde un principio, de acuerdocon las mismas (Wollte man Thesen in der Philosop-hie aufstellen, es kónnte nie ŭber sie zur Diskussionkommen, weil Alle mit ihnen einverstanden wáren).Philos. Untersuch., 128.

la filosofía se limita a ponerlo todo delante, sin ex-plicar ni inferir nada de ello. Como todo está a lavista, nada hay tampoco que explicar. Porque lo quepudiera latir escondido, pongamos por caso, no es denuestra incumbencia (Die Philosophie stell eben allesbloss hin, und erklárt und folgert nichts.-Da alles of-fen daliegt, ist auch nichts zu erkláren. Denn, wasetwa verborgen ist, interessiert uns nicht ► . Philos. Un-tersuch., 126.

Wittgenstein afirma que la filosofía debe Ilegar adarse cuenta que ella carece de juegos de lenguaje yde ahí arrancan todos sus problemas. Si hubiese undeterminado «juego de lenguaje» en el que las pro-posiciones filosóficas pudieran colocarse, desapare-cerían los problemas que le aquejan de forma crónica.Es incuestionable que Wittgenstein quiere tratar losproblemas filosóficos como una enfermedad, quedebe ser diagnosticada cuanto antes para conseguirsu curación: «Der Philosoph behandelt eine Frage;wie eine Krankheit». Philos. Untersuch., 255.

Y^cómo puede curarse esta enfermedad si no escon la desaparición del enfermo? Si a la filosofía lehacemos desaparecer sus problemas ya no quedaránada de carácter filosófico y con la cura de la enfer-medad (los problemas filosóficos) también acabamoscon el paciente (la filosofía). Esta discutible y resbala-diza conclusión a la que le obligo a Ilegar a Wittgens-tein, haciendo hincapié en algunas de sus proposicio-nes extraidas de las lnvestigaciones filosóficas, meproduce al mismo tiempo desencanto y alegría. EI de-sencanto me proviene al pensar que durante tantossiglos hayan sido innumerables los filósofos que sehan dedicado a introducir en tantas mentes el em-brujo del pensamiento a través de un enmarañadolenguaje sin que esa gran parte de ios humanos, a losque han Ilegado esas ideas, hayan podido romper unmaleficio ancestral. La alegría me envuelve al obser-var que el mismo Wittgenstein se da cuenta de que lafilosofía deja todo como está: «Sie lásst alles, wie esist». Philos. Untersuch., 124. Y deja todo como estáporque la filosofía, añade Wittgenstein, no puede, enmodo alguno, incidir en el uso real del lenguaje nipuede fundamentarlo, sólo puede describirlo (Die Phi-losophie darf den tatsí3chlichen Gebrauch der Sprache

(17) JUSTUS HARTNACK: O.c., pág. 126.

in keiner Weise antasten, sie kann ihn am Ende alsonur beschreiben. Denn sie kann ihn nicht begri;nden.Philos. Untersuch., 124.) Lo más que puede hacer lafilosofía es retirar sus problemas del ámbito del len-guaje porque los enunciados filosóficos, como quedadicho, no pertenecen a ningún juego lingiiístico; pero,^se consigue algo con esto? Evidentemente con la de-saparición de los problemas filosóficos descubrimosque podemos interrumpir la actividad filosóficacuando queramos y de esta forma la filosofía seallega al silencio, cesando su tormento por problemasque la ponen a ella misma en cuestión. Con ello sedisolverán los problemas, no un problema; y enton-ces se podría afirmar que no existe un método de lafilosofía, aunque ciertamente hay métodos, en ciertomodo hay diferentes terapias (Es gibt nicht eine Met-hode der Philosophie, wohl aber gibt es Methoden,gleichsam verschiedene Therapien. Philos. Uníer-such., 133.)

La descripción como método de la filosofía

La crítica de Wittgenstein en las lnvestigaciones fi-losóficas va dirigida especialmente, lo mismo que lohiciera en el Tractatus y en Los cuadernos azu/ y ma-rrón, contra la metafísica, la cual representa para él lacausa de todos los problemas filosóficos pasados ypresentes. Denuncia las palabras que en metafísicahan sido usadas incorrectamenie y propugna la vueltade las mismas a su uso ordinario: «Cada vez que losfilósofos usan palabras -«conocimiento», «ser», «ob-jeto», «yo», «proposición», «nombre^^-, intentandoaprehender la esencia de la cosa, hay que pregun-tarse: ^acaso se usa esa palabra realmente así en ellenguaje, en ese lenguaje en el que tiene su hogar?Retrotraemos las palabras de uso metafísico a su usocotidiano (Wenn die Philosophen ein Wort gebrau-chen -«Wissen» , «Sein», «Gegenstand», «Ich»,«Satz», «Name»- und das Wesendes Dings zu erfas-sen trachten, muss man sich immer fragen: Wirddenn dieses Wort in der Sprache, in der es seine Hei-mat hat, je tatsáchlich so gebraucht?

Wir fŭhren die Wbrter von ihrer metaphysischen,wieder auf ihre alltí3gliche Verwendung zur ŭ ck ► . Phi-los. Untersuch., 116.

Pero la filosofía no debe entrar en ia esencia mismadel lenguaje porque éste es un «laberinto de cami-nos» (Labyrinth von Wegen) y con frecuencia llegasde un lado y puedes salir pero otras veces vienes deotro lado distinto hacia el mismo lugar y ya no acier-tas con la salida. «La filosofía debe poner todo de-lante, sin explicar ni inferir nada de ello. Como todoestá a la vista, nada hay tarnpoco que explicar» (/n-vestigaciones filosóficas, 126j.

Como puede apreciarse a lo largo de todas las /n-vestigaciones filosóficas, la tarea de la filosofía es me-ramente descriptiva en la medida en que constatacomo funcionan las proposiciones y las expresionesling ŭ ísticas. Si en el Tractatus Wittgenstein le asig-naba a la filosofía el análisis somero y minucioso delas proposiciones científicas con el fin de hallar laforma lógica correcta de las mismas hasta Ilegar a susformas más elementales, capaces de someterse a lasfunciones veritativas contrastadas con los hechosatómicos, ahora en las Investigaciones renuncia a esateoría para quedarse con la sencilla descripción de losenunciados. Los errores filosóficos podían surgir, deacuerdo con el Tractatus, por la falta de lógica entrelos hechos y las proposiciones atómicas, desvirtuadasen una ulterior estructura molecular; pero ahora esa

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teoría aparece superada porque no exisie un sólo yexclusivo lenguaje que se ajuste a la realidad de losobjetos como su figura, sino m ŭ ltiples o indefinidosjuegos ling ŭ ísticos, todos ellos con el mismo valor.Aunque todos carecen de algo común, como quedareseñado, tienen, sin embargo, un «cierto aire de fa-milia» que los aproxima y los hace reconocibles: «Nopuedo caracterizar mejor estas similitudes que me-diante la expresión «aire de famifia»; porque, efecti-vamente, así se entrecruzan y relacionan unas conotras las diversas similitudes existentes entre losmiembros de una familia: estatura, rasgos faciales,color de los ojos, manera de andar, temperamento,etc. etc. Y aún diría: «Ios juegos forman una familia»(Ich kann diese Ahnlichkeiten nicht besser charakteri-sieren als durch das Wort ,<Familienáhnlichkeiten»;denn so ŭbergreifen und kreuzen sich die verschiede-nen Ahnlichkeiten, die zwischen den Gliedern einerFamilie bestehen: Wuchs, Gesichtszŭge, Augenfarbe,Gang, Temperament, etc. etc. -Und ich werde sa-gen: die «Spiele» bilden eine Familie^^ ► . Phi/osophis-che Untersuchungen, 67.

Este aire de famiiia que envuelve a todos los juegosling ŭ ísticos se caracteriza por una peculiar manera deconceder a todas las proposiciones un cierto ordendentro del propio medio en que éstas se insertan; y elorden no sólo queda limitado a la estructura lingiiís-tica de las palabras, proposiciones o expresiones sinoque trasciende igualmente a nuestra forma de em-plear el lenguaje: «Wir wollen in unserm Wissen vomGebrauch der Sprache eine Ordnung herstellen: eineOrdnung zu einem bestimmten Zweck; eine von vie-len miiglichen Ordnungen; nicht die Ordnung». Phi-los. Untersuch., 132. Pero se debe tener en cuenta queWittgenstein no busca un orden ideal, pues no sebusca tampoco en filosofía un lenguaje perfecto.Basta con pensar que cada frase de nuestro lenguajeestá en orden como está, y se puede afirmar que lasentencia más vaga debe estar, pues, en orden: «Ei-nenseits ist klar, dass jeder Satz unsrer Sprache «inOrdnung ist, wie er ist». D.h., dass wir nicht ein Idealanstreben: Als hi3tten unsere gewóhnlichen, vagenSétze noch keinen ganz untadelhaften Sinn und einevollkommene Sprache wi3re von uns erst zu kons-truieren.-Anderseits scheint es klar: Wo Sinn ist,muss vollkommene Ordnung sein. Also muss dievollkornmene Ordnung auch im vagsten Satze stec-ken». Philos. Untersuch., 98.

Por todo ello Wittgenstein considera los resultadosde la filosofía como una indagación efectuada en ellenguaje en el cual se encuentran ciertos sinsentidosdescubiertos por ese análisis filosófico: ^^Die Ergeb-nisse der Philosophie sind die Entdeckung irgendei-nes schlichten Unssins und Beulen, die sich der Vers-tand beim Anrennen an die Grenze d^r Sprachegeholt hat. Sie, die Beulen, lassen uns den Wert jenerEntdeckung erkennen». Philos. Untersuch., 119.

^Qué diferencia existe entre la filosofía de Los cua-dernos y la filosofía de las /nvestigaciones? A primeravista parece que existe una proximidad ideológica en-tre una obra y la otra, pues el elemento común a am-bas es el concepto de «juego ling ŭ ístico» (Sprachs-piel) y sus impticaciones. Sin embargo, no se pueden

pasar por alto otros elementos que configuran la pro-pia individualidad y personalidad, con sus respectivosvalores, tanto del Cuaderno azu/ y marrón como delas lnvestigaciones filosóficas. En el Cuaderno azul sepreconiza un examen minucioso del lenguaje a travésde juegos lingiiísticos con explicaciones, metáforas yejemplos que aparecen vertidos en las mismas Inves-tigaciones filosóficas. Por ejemplo: «aire de familiaentre los lenguajes» (Cuaderno azul, pág. 62; Philo-sophische Untersuchungen, n.° 67); «en filosofía nose considera el lenguaje ideal como opuesto al ordi-nario>^ (Cuaderno azul, pág. 57; Philos. Untersuch. n°120 ► ; «desaparición de todos los problemas filosófi-cos para resolver cualquiera en particular» (Cuadernoazul, pág. 75; Philos. Untersuch., 133); «negación delvalor de los lenguajes privados» (Cuaderno azul, pág.87; Philos. Untersuch., n.° 246); etc. etc.

La presentación y el análisis de las funciones de lafilosofía, extraidos de dichas obras, quedan manifies-tamente claras por todo lo dicho hasta ahora. Si elparangón entre las distintas fases del desarrollo delpensamiento de Wittgenstein lo ampliamos desde elTractatus hasta las Investigaciones, pasando por LosCuadernos, podemos indicar que:

1.° Wittgenstein a partir de Los cuadernos azul ymarrón abandona la tesis, defendida en el Tractatus,de que el significado de una palabra hay que buscarloen el objeto que representa, y, en su lugar, afirma queel significado de las palabras depende de su funciónparticular en un juego lingiiístico.

2.° La función de la filosofía en el Tractatus se re-ducía al análisis de las proposiciones científicas o filo-sóficas, buscándoles su forma lógica correcta. A partirde los Cuadernos Wittgenstein dirá que el fin de lafilosofía consiste en esclarecer el sentido de las ex-presiones lingiiísticas de acuerdo con las reglas dejuego concretas y que en las lnvestigaciones filosófi-cas a esa tarea la Ilamará comprensión de su función,es decir, tomar nota del trabajo que ejecutan.

3.° Si en el Tractatus Wittgenstein defendía la teo-ría de que el lenguaje es una figura de la realidad ypor ello sólo cabría hablar de un único lenguaje, enlas Investigaciones filosóficas, después de haberexaminado ya setenta y tres casos de formación delenguajes en la primera parte del Cuaderno marrón yveinticinco en la segunda parte de la misma obra,asevera la existencia de múltiples lenguajes ordina-rios, todos ellos igualmente válidos.

4.° En el Tractatus la filosofía tenía el deber de Ile-var al lenguaje a su forma lógica correcta; es decir, lalógica se consideraba allí el único método válido, filo-sóficamente hablando, y el método descriptivo pre-sentado en las Investigaciones filosóficas viene a su-plantar el puesto de la lógica.

Por todo ello, y para concluir este trabajo, quieromanifestar nuevamente la existencia de esos tres as-pectos o momentos ideológicos en la obra de LudwigWittgenstein, en cada uno de los cuales el filósofoaustríaco asigna a la filosofía distintos trabajos y fun-ciones no defendiendo, por ello, un sólo concepto defilosofía, tal vez porque «Die Sprache (oder das Den-ken) ist etwas Einzigartiges». Philosophische Untersu-chungen, n.° 110.

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