VOCERRANTE 4 - Laberintos

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1 VOCERRANTE (4) Apertura (Sobre “White ManSleeps II”, por KronosQuartet): (Andante tranquilo) “Las palabras vagan, yerran, buscan. Van y vienen por ahí hasta que encuentran un refugio. En las manos, en los ojos, en cualquier cosa que las rescate del olvido.” Este es el cuarto programa de VOCERRANTE. Bienoídos sean todos. Tengamos a bien perdernos en el laberinto de la palabra. Ya que las palabras previsibles se han extraviado a sí mismas de sentido. Tengamos a bien perdernos en el laberinto de la palabra

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Texto del cuarto programa de "Vocerrante".

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25VOCERRANTE (4)

Apertura(Sobre White ManSleeps II, por KronosQuartet):(Andante tranquilo)Las palabras vagan, yerran, buscan. Van y vienen por ah hasta que encuentran un refugio. En las manos, en los ojos, en cualquier cosa que las rescate del olvido.

Este es el cuarto programa de VOCERRANTE.Bienodos sean todos.

Tengamos a bien perdernos en el laberinto de la palabra. Ya que las palabras previsibles se han extraviado a s mismas de sentido.Tengamos a bien perdernos en el laberinto de la palabraYa que las palabras encontradas an no han dado con su intencin.Ya que las palabras encontradas no han podido cambiar sus significados.Y vuelven a decir en las mismas lenguas las mismas cosas.En las mismas lenguas las mismas cosasDichas con sonidos que ensordecen,Agotando las intenciones y los entusiasmos.Para acabar con toda propensin del decirPara convencernos de que nada ms se diga.Se congelan las lenguas y se ordenan las palabras,Como un mapa completo, exacto y transparente.Un mapa donde cada uno de nosotros es un punto que est all.

Que slo est ah. Y ya no puede moverse.No hay camino ms perverso que aquelQue te lleva adondeEsts.

Donde somos sostenidos, detenidos, por el mapa,En lugar de ser nosotros quienes lo tracemos.Ya que las manos han dado lugar a las cuadrculas.Dejando de habitar o transitar un tiempo.Pasando solamente a estar o a pertenecer a un espacio.

Tengamos a bien perdernos en el laberinto de las palabras.All donde pueda haber lugar para futuros Encuentros.

Ya que el tiempo hace que vivamos en los bordes.Que la esquina no se curve.Que el decir de una palabra alcance a separar lo debido de lo verdadero.

La sintaxis no ordena, sino protege.Las articulaciones no organizan, sino que derivan.Del mismo modo que la mano no est hecha slo para colgar nada ms del brazo,As tambin la palabra ha ponerse en movimiento.Ya que el sentido de la vista slo ve lo que ya est all,En cambio el del odo debe acompaar el fluido de los cambios.

Tengamos a bien perdernosen el laberinto de la palabraCuya primera habitacin es el silencio.

Arrojados a un laberinto. Nos vamos adentrando en los laberintos. Cada vez que ingresamos en un nuevo segundo, rodeados de cosas, lugares, sonidos, puentes y personas que pueden o no seguir all.Arrojamos las palabras en un laberinto. Las hacemos ingresar a un laberinto. Cada vez que narramos una historia o circulamos los sentidos y los verbos, cuya prxima lnea no sabemos culser.

La prxima lnea de un discurso no lineal.El prximo verso de un poema inconcluso.La prxima voz de alguien que an no conocemos.

El laberinto sonoro, Un sitio en el que tu voz resuenelejos de ti.Surja desde lugares que no son tu boca,Se levante desde cuerdas que no impulsan tus pulmones.

El laberinto sonoro,Un sitio en el que el mismo verbo ocurra al mismo tiempo en varios sitios a la vez.Un sitio en el que una palabra siga a otra, pero en lugares distintos.

En una noche cerrada, las voces solas.Las voces solas pinceladas, como rfagas de viento, o ramalazos de luz, o soplos de aire.En una noche cerrada, las voces solas como nuestra gua.Las voces solas como toda huella.

Internarse en un laberinto es aceptar La multiplicidad del horizonte.

Primer tema.Vos quid admiramini / Gratissima / Contratenor /Gaude Gloriosa, de Phillippe de Vitry, por The Gothic Voices (02:45).Acabamos de escuchar Vos quid admiramini / Gratissima / Contratenor /Gaude Gloriosa, de Phillippe de Vitry, por The Gothic Voices.

RalPor debajo, en el centro de las grutas, golpear la piedra. Golpear la piedra oscura, sonora.Quebrar la piedra, como un lento desentierro.Abrir las grietas donde permanezca la raz de lo vibrante. Ver cmo esas grietas se desprenden, se fisuran, se dibujan, se abren paso. Como una red que busca a otras. Como una raz desasida de las otras. Fragmentos de dureza extendidos, distendidos en el trazo de cada vez ms tenues recorridos. El tejido de lo frgil. All donde se traza el derrotero ms fino de la hendidura. Inscripciones del temblor. Desnudez del nervio. Por esas fibras, hebras que sostienen la unidad de la roca, la materia se cohesiona. De poder rastrearse una sola de estas lneas, a lo largo de todas las espaldas subterrneas, se accedera de una sola vez a la cartografasensitiva del planeta.

DanielSoy el Minotauro.Soy el centro. Encerrado en el centro.En el centro del laberinto. El lugar exacto. El dnde en s.Estoy en mis entraas.Hurgando, raspando, despojndome de todasmis vctimas de carne.Slo espero que alguien me arranque de estas paredes a las que obedece mi sombra.Discurro por mis huesos, por mis nervios, por mi sangre.Buscando Arrancarme.

Ral Pero no hay un centro.Somos toda periferia. El cundo.El modo de salir al otro, a travs del otro.Pero estamos adheridos a los huesos, a los nervios, a la sangre,Como si no fueran recorridos, afluentes, inter-cambiables.Hacia el centro no hallars nunca el horizonte.Somos arrancados.Buscando reensamblarse.

DanielSoy el hombre de la luz al final del tnel.El que seala el camino a las nimas sueltas.Soy un laberinto quieto.Miro hacia donde nadie va.Mira hacia donde todos parten.Sostengo la lmpara como un punto en la distancia.Cuando llegues a m, desaparecer.

RalEl tnel es reposo prolongado,Boca muda.Distancias estiradas.No hay luz al final, sino que todo final supone unaapertura. Y todo umbralalumbra.

Daniel Soy Lican, hallado entre los lobos,Convertido en lobo.Igual entre los iguales, masticado por iguales.Laberinto ciego.Que busca a lo mismo en lo mismo y por lo mismo.Mientras tiene lugar el territorio de la masacre.

RalBusco lo otro en lo mismoY me pierdo en la esperanza.La esperanza es un camino abierto de un solo lado.El deseo, por su parte, se abre desde los dos.Una puerta que se abra hacia ambos ladosAl mismo tiempo.Laberinto generoso. Perdido en la piel confundida con la pielUno de otro.

DanielSoy el barco absurdoEn medio del desierto.Soy el barco encallado en medio de la sal.No hay ms distancia que la que recorre el vientoQue sopla sobre velas que nunca impulsar.Laberinto del olvido.Laberinto desazn.Con los cascos oxidados Y derruido el mascarn.Un barco que es su propia costa,Con la proa atada a su timn.Y al que una sola lgrima puedaponer en movimiento.

RalLuego, los laberintos verticales, Los vertiginosos laberintos de las cadas.Sin lnea recta, plomada o direccin,Solamente el desvado.

DanielO los laberintos cortinadosEn los que se pueda descorrer el otro ladoY ver lo que ocurre detrs del seto.Cortinas de susurros, de radios mal sintonizadas,Cortinas de cencerros.Que no nos digan dnde estamosSino que vamos yendo.RalJorge coleccionaba frasquitos de agua de lluvia.Los rotulaba con la fecha y el momento en que la haba recogido.Y su estado de nimo, y las personas que tena o que vea a su alrededor.Se pasaba luego vendiendo esos frasquitos por los bares.Nadie crea que fuera en serio esa molestia De que fuera en realidad el trabajo de tantos aos.l, crea que el agua de lluvia, de una lluvia determinada, Poda transportar recuerdos.Y de hecho, cuando alguna de sus gotas se desparramabaEn el agua de caf, o sobre la mesa de madera,Volvan a aparecer viejas miradasEn rostros nuevos.

DanielSupngase una familia heredera de un solar enorme. Una familia cuyas propiedades coincidan con los sitios donde alguna vez se jug la Historia. Y en cualquier reunin de tas y sobrinas, de cuados y vecinos, sealar con la bombilla, la empanada o el tenedor, los momentos y lugares donde hubiera habido enfrentamientos, donde pueda sealarse la escena de una formidable traicin en la lozana de las cortes, o donde se hubieran realizado las primeras y divinas consagraciones.O supngase que grandes extensiones de tierra hubieran pertenecido a una sola familia. Y que sus dignos y dichosos herederos pudieran contarnos la historia con meras referencias a su mueblario ocasional: As, por ejemplo, diran: Coronaron al general en Lessex, donde guardbamos los utensilios parapostres. Haba muerto mucha gente entre el aparador y la vitrina. Detrs de lamampara, se preparaba una conspiracin. Llegaban tropas salvajes desde la mesa de luz, dispuestas a aduearse de la tina. Las reservas de oro se haban separadoen el neceser y estaban llenos los lavamanos de plvora.Laberintos del poder, siempre tributarios de la indolencia.

RalSupngase ahora un caracol. Llvelo a su odo.No es verdad?.Dentro de las espirales de esa pieza nacarada que arroja el marEst de nuevo el mar.Laberinto de la ternura, siempre arrancando semillas nuevas al pan.

El todo en la parte. La voz en el aire, la palabra en el dilogo.La piel en la Historia.

Segundo Tema. Hermoza muchachica Tradicional sefarad, por Hesperion XXI, Dir. Jordi Savall. (05:12)Acabamos de escuchar Hermozamuchachica Tradicional sefarad, por Hesperion XXI, Dir. Jordi Savall.

RalPor hacer al mundo previsible,Hemos perdido toda confianza en nosotros,Nadie dice lo que piensa sino lo que sabe.Con lo que multiplicamos el poder de la ignorancia, que nos cerca.

Quienes abren su ventana, o entornan sus ojos, ya se asoman al laberinto.Ejemplos de ventanas y de recorridos.DanielIUn personaje que slo vea las miradas, el brillo de las miradas, el flujo de las miradas, el ardor o la tibieza o el punzn de la mirada. Que gue su camino a rafalazos de miradas. A fogonazos de miradas. Hasta que pueda descansar finalmente en la tuya.

IIRalUn animal, un vegetal, un mineral, que slo habite en los silencios, y que vaya yendo de un silencio a otro, deslizndose, transportndose entre matas, flujos, selvas, muros de ruido y de choque de distancias. Trazando los circuitos interiores a todo.

IIIDaniel Un recuerdo, una decisin, una semilla, tambin son otros tantos laberintos.Que crecen en las distantes y generosas alternativas.

Sobre Sposa son disprezzatta, de Antonio Vivaldi, por Cecilia Bartoli y Gyorgy Fischer, en piano.

IVRalAlguien dibuja un rostro, Pero el rostro cambia cada vez que est a punto de darle el ltimo trazo.El ltimo trazo ya no puede ser un dibujo.Alguien camina por el sendero. Pero el sendero cambia cada vez que est a punto de darle el ltimo paso.El ltimo paso ya no puede ser un sendero.El secreto de la inmortalidad yace en los laberintos. No por evitar una salida, sino por multiplicarlas.

VDanielContar tus cabellos es el modo ms acompasado de enredarse. Extravo que consiste en siempre volver a empezar.

VIRalAs el viento jug con las hojas:Confundiendo sus reflejos en mitad del medioda.Por lo que al caer, algunas cayeron en la sombra de otras.

VIIDanielLas hojas de ese rbol ordenaron su cada:De forma tal de cubrir tus pasos.

VIIIRalA lo largo de tus piernas,El agua se curva.

IXDanielNo hay punto de mi boca que no seaEquidistante de tu ombligo.

XRalAmar es descentrarsePrecisamente, aparecer en otros.

XIDanielHay un grillo que toca a destiempo.Desacompasa la nochePara que ocurra un milagro.

XIIRalLos que van con un pioln a cruzar el laberinto no quieren cruzarlo en realidad, sino volverse.Todo laberinto desplegado es un plano horizontal.Por mi parte, elijo los laberintos en los que perderme.En una voz, en dos o tres notas de una meloda.O nada ms la lluvia.

XIIIDanielPara perderte Estn hechos los caminos.Y las palabras para confundirte.Slo son verdaderos el desvoY la incertidumbre.

XIVDanielUn laberinto de una sola vozDe una sola vozDe una solaVoz,Se extingue, se disipa, se volatiliza.

XVRalPuedo encontrarme en cualquier parte,Seguir las instrucciones del mapa,Alcanzar cualquier punto dentro de un complejo recorrido.Pero perderme, Slo puedo perdermeCon ella.

Hilo de Ariadna.DanielVamos tirando del hilo de AriadnaRalDeshilvanando todo destinoDanielDesovillando el curso de las lenguasRalPaso paso en el camino desandadoDanielNo hay camino transitadoRalSino por la memoriaDanielO el regresoRalVamos tirando del hilo de AriadnaDanielA fin de alcanzar algn sitio de reposo.RalLetra a letra, llovizna por lloviznaDaniel Lnea a lnea desprendida de las rocasRalArrancando las races del silencioDaniel Continuando los trabajos de la sombraRal Sin apartar nuestras manos de las paredes de la cuevaDanielHaciendo de nuestras manos las paredes de la cuevaRalSin perder el hilo de un aroma que se extingueDanielDe una voz que desvaneceRal De una morada movedizaDanielDe un rescoldo que se apagaRal De una huella que se desdibujaDaniel Vamos tirando del hilo de AriadnaRalTan inasible como un puente sin orillasDanielDe la fragilidad del recuerdoRal De un lugar que nunca visitamosDanielDe la incerteza de tu nombreRalDe la textura de un arrulloDanielDe la finura de un cabello.Ral

Tercer Tema. Concierto para dos cellos en Sol menor, en versin de Bobby Mc Ferrin cantando y dirigiendo la Saint Paul Chamber Orchestra. Segundo Movimiento. (03:14)Acabamos de escuchar el segundo movimiento del Concierto para dos Cellos en Sol Menor de Antonio Vivaldi, en la versin de Bobby Mc Ferrin cantando y dirigiendo la Saint Paul Chamber Orchestra.

A lo largo de todas las catedrales, los pasillos, las naves laterales, los templos y murallas, los salones de arnas, las salas de baile, las tiendas de campaa, los palacios imperiales, las aulas de enseanza, los patios de recreo, los baos pblicos, las glorietas, los paseos, los desfiladeros, las oficinas, los retretes, los quirfanos, salones de pasos perdidos, las salas de espera, los interiores de los barcos, los aviones, los tranvas y los colectivosA lo largo de todos los pasajes y de las habitaciones, vamos dibujando el trazo inverosmil de la vida.

DanielLa vida que slo se sostiene en sus desvos.

Ral Las pequeas soledades como textos incipientes,Teas que se apagan si nadie las traslada De una fogata a la otra.De una voz a la otra.De una palabra a la siguiente.Una ventana a la que nadie asome,Una soledad en la que nadie habita,Un sueo que nadie duerme,Una voz que slo espera ser por alguien recogidaY esparcirse en los odos.Las hojas que no acunan sus cadas,La esperaSon todos y tantos y otros laberintos.Que slo pueden recorrerse por otro.DanielAl mar la mar del barco errante,Entre el cielo y el agua, la noche y el hielo.Las olas lo empujan arrastran y embistenLo salpican y convocan a perderse en el destierro.

Ral Al mar la mar del barco errante,De un sitio a otro, sin ancla ni quimera,Dibuja sobre el agua su suave estela Sin brjula o sextante.

DanielAl mar la mar del barco errante,Entre el da y la noche, la bruma y el ruido,No busca la costa, sino el rocoQue derrame la Luna sobre el maderamen.

Ral Al mar la mar del barco erranteCon slo polizones,Sin ningn tripulante.

DanielDe nuevo entonces la noche, la suave anrquica, reservando en un candil toda la tibieza.

Cierre(Sobre Linverno Segundo Movimiento Antonio Vivaldi, por IlGiardinoArmonico):(Lento - Grave)Siguen vagando las palabras, criaturas del aire, harinas de tiempo, hurgando por las cuerdas, y los labios y la boca, para vibrar de nuevo.