Vizer & Helen El Ojo de Dios

8/17/2019 Vizer & Helen El Ojo de Dios

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Diálogos Transdisciplinarios en la Sociedad de laInformación

Contenidosdigitales

InteractivosSociedad de la

Información Nº IV EL OJO DE DIOS: CONECTADOS Y VIGILADOS

THE EYES OF GOD: CONNECTED AND MONITORED Eduardo A. Vizer& Helenice Carvalho1

Abstract: For many fervent believers, god is everywhere and sees everything. That wecannot demonstrate but what we can –and must investigate- up the last consequences is the

omnipresence of technologies that surround us from everywhere: from satellites !cheloncelebrates three decades of e"istence# to the implicit vigilance on the networ$s %oogle,Twitter and Faceboo$#, geolocali&ation of our cellphones of which Foursquare is ane"ample#' the hidden cameras or the infiltration camfecting # of our personal webcamswhich can be high(ac$ed, sending information of what we are doing in our homes to serverson the web. )*T+s really are everywhere, they not only encircle but besiege us penetratingour intimacy: they can see, hear and registrate almost everything, and they seem to replaceholy omnipresence by the blac$ magic of technology.

Keywords: vigilance' )*T+s' digital panoptic' information history' public communication.-1 !/0 /23 4)5!/ r. en 3ociolog6a. 7rof. *onsulto e )nv. Tit. )nst. %ino %ermani

niversidad de 8uenos ires. *oordinador 9rea de Teor6a del *onocimiento, aestr6a en !studios3ociales y *ulturales, niversidad de ;a 7ampa. 7rof. *olaborador F3, 8rasil. !".Fulbright Fellow,4isiting 7rofessor, *omm. epart. niv.of assachussets 33-3#. c %ill, ontrn 8. 1? libros public. 7ostdoc. y *onferencista en lemania, *anada, !!,7ortugal y 8rasil. rgentino. e-mail: @eavi&erAgmail.comB

=!;!)*! */4;=0 7rofesora d(unta de la *arrera de *omunicaci>n de la niversidad Federaldel /io %rande do 3ul FabicoCF/%3#. *oordinadora del %rupo de )nvestigaci>n en )nteligencia0rgani&acional C *7q. ;icenciada en *omunicacion 3ocial pela niversidad Federal de 3anta ariaF3#, s. !n dministracion, n, n da niversidad do 4ale do /io dos 3inos77%**-)3)03#. 8rasilera e-mail: @helecarvalhoAgmail.comB


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D

Resúmen: 7ara muchos creyentes fervientes, dios estE en todas partes y lo ve todo. unqueas6 fuese no ser6a posible demostrarlo. ;o que s6 podemos demostrar y sobre todo debemosanali&ar hasta sus ltimas consecuencias es la omnipresencia de las tecnolog6as que noscircundan: desde los satn y control' comunicaci>n pblica.-

Resumo: 7ara muitos crentes fervorosos, deus estE em todas as partes e tudo vH. inda quefosse assim isso nIo seria pass6vel de demonstraJIo. 0 que sim podemos demonstrar e,sobretudo devemos analisar at< suas ltimas consequHncias < a onipresenJa das tecnologiasque nos circundam: desde os sat


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G

asom0ro el gigante que est( constru%endo el cuer$o de ingenieros del Ercito. "e trata de la nueva

0ase de la $oderosa !ational "ecurit% Agenc% #!"A, que se convertir( en el corazn de un colosal

ta0lero mundial destinado a es$iar cada rincn del $laneta que considere hostil o afecte los

intereses de 2ashington. Es, tal vez, el $aso m(s 0eligerante que da EE.''. en la llamada 3guerra

del ci0eres$acio4.

!n la misma nota se menciona que *arroll F. 7ollett, director de la gencia de efensa de 3istemasde )nformaci>n )3#, lo e"plica con claridad en una sesi>n en el *ongreso . 3El ci0eres$acio se haconvertido en un nuevo cam$o de 0atalla. Ha adquirido una im$ortancia similar a la que tienen los

otros5 tierra, mar, aire % es$acio. Est( claro que de0emos defenderlo % volverlo o$erativo4. En

lenguae militar, el ci0eres$acio es denominado 3quinto cam$o de 0atalla4+. O prosigue 32illiam -inne%, e6 integrante de la !"A advierte 3Estamos a una $eque/a distancia del Estado totalitario4.

7ara finali&ar, el periodista termina con las siguientes palabras 3!os hace $ensar que tal vez no secom$rendi a tiem$o lo que en su momento $lante 7a% -rad0ur%5 3!o intento descri0ir el futuro,

intento $revenirlo4.

!l segundo e(emplo atae a la proliferaci>n imparable de las escuchas telef>nicas ilegales

que se practica en muchos pa6ses. esde el ao D?11 el escEndolo /. urdoch en la

circunspecta )nglaterra llev> esta prEctica al mundo de la prensa como estrategia para

adelantarse a la competencia invadiendo el mundo privado de pol6ticos, famosos y

autoridades con el solo fin de hacer notas period6sticas. !n 8rasil uno de los medios mEs

importantes compr> una empresa de seguridad, levantando obvias sospechas sobre la

posibilidad de replicar en 8rasil el mismo problema de la Qcuesti>n urdochR.

Finalmente, presentamos un caso infinitamente mEs modesto y prEcticamente privado, perono por ello menos preocupante. !n el edificio de departamentos donde vivimos hasta hace

un par de meses atrEs, se decidi> instalar cEmaras para cubrir hasta el ltimo rinc>n del

espacio comn del edificio. !l argumento siempre es el mismo: disminuir la inseguridad a

travn de las

benditas cEmaras no logra tener un momento de sosiego. 3u stress es permanente ya que

ambas s6ndicas observan y controlan cada movimiento de ella incluyendo cr6ticas al tiempo

que permanece en el bao#. ;a misma situaci>n se presenta en innmeras empresas y

oficinas, donde )ntranet estE su(eta a un monitoreo permanente.

!stos tres e(emplos representan apenas la punta de un iceberg que debe llegar a

profundidades insospechadas de la sociedad. !l primer caso va delineando un panorama que – guardando distancias mort6feras – tiende a seme(arse a una forma de equilibrio del terror


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S

que el mundo vivi> durante la %uerra Fr6a. !sta ve&, el riesgo no viene de la energ6a

at>mica, sino de las guerras por el control y los usos de la informaci>n entre pa6ses, grupos,

sectores econ>micos y hasta las relaciones humanas en Embitos privados. ;os riesgos de

destrucci>n f6sica han de(ado lugar a los riesgos de destrucci>n simb>lica.

!l segundo e(emplo alude a los riesgos de invasi>n de la vida privada por los medios

masivos. ;a privacidad es transformada en una mercanc6a a ser vendida en el mercado. 7ero

debemos tomar en consideraci>n que un aspecto sumamente positivo de esta situaci>n se

halla en que las Qv6ctimasR mEs notorias de estas guerras de la informaci>n han sido sobre

todo actos de gobiernos y pol6ticos inescrupulosos. 0 sea las mentiras pblicas, los engaos

y la falta de transparencia seguramente 8ikileaks tendrE muchos seguidores que i&arEn su

bandera#. !l ltimo e(emplo ya nos muestra claramente los riesgos de los usos de las T)*como un dispositivo pan>ptico que permite un control social absoluto y orwelliano.

2. CONECTADOS: EL PANÓPTICO DIGITAL.-

esde los ltimos decenios del siglo pasado hemos comen&ado a convivir con una

penetraci>n irrestricta de las tecnolog6as digitales de informaci>n y de comunicaci>n en una

mayor6a de las actividades humanas. ;os medios nunca hablan de Qpenetraci>nR de las

tecnolog6as sino de los servicios que prestan, sin embargo la creciente convergencia entre

dispositivos, redes y bancos de datos de todo tipo obliga al ciudadano a una adaptaci>n y

aprendi&a(e permanente en todos los >rdenes: desde la vida cotidiana a los procedimientos

burocrEticos, en las e"igencias de los mercados de traba(o y el consumo, en las

organi&aciones y las manifestaciones pol6ticas, en los eventos culturales y hasta en los

procesos simb>licos a travn y la prensa han aprendido a convergir en ve& de competir con )nternet#. ;as T)*

constituyen una infraestructura material por medio del cual circulan flu(os de datos e

informaci>n que conforman una nueva ecolog6a informacional envolvente, una ecolog6a de

0its, nmeros, signos e imEgenes cuya realidad f6sica estE inscripta en los dispositivos

tn e"hibe

como un rasgo propio la construcci>n de una cultura tecnol>gica 4i&er, 1UVD# cuyo

e"ponente mEs original recibe hoy el nombre de ci0ercultura. 2sta tiene – siguiendo lametEfora mar"ista – una infraestructura material, y una QsuperestructuraR que precisa de la


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M

acci>n y las e"periencias humanas para ser transformada en Qcultura simb>licaR. l fin y al

cabo, cultura es lo que los seres humanos hacen y cultivan, o bien heredan de sus

antepasados, usan, procesan, interpretan y reelaboran consciente o inconscientemente. ;a

tecnolog6a de la informaci>n es hoy mucho mEs que la base material para la bsqueda, el

registro y el procesamiento de infinitas constelaciones de datos. ;as tecnolog6as tienden a la

intercone"i>n, la convergencia, la bsqueda y el procesamiento de los datos que circulan

entre las redes que conectan a miles de millones de QnodosR, terminales, computadoras y

dispositivos de procesamiento. !sta gala"ia tecnoinformacional es como un ocn: la lu& puede ser energ6a pura, pero tambin debe circular y estar Qasentada y registradaR en alguna base material

dispositivo tdigo o lengua(e a travn responde a ciertas l>gicas y

programas inscriptos en la propia naturale&a material de las tecnolog6as, pero que no se

reducen a ella. e modo que las tecnolog6as de la informaci>n – como la lu& – pueden ser

interpretadas en base a cualquiera de las dos hip>tesis: precisan de una base material, pero

sus c>digos y sus l>gicas – su QordenR y organi&aci>n interna - responde a otro QnivelR de

constituci>n de la realidad. na realidad que ha emergido – y contina emergiendo – de los

procesos de la evoluci>n humana en relaci>n con los diferentes conte"tos con los que

convive: naturale&a, sociedad y tecnolog6a.

!n estas primeras l6neas nos hemos preocupado por los aspectos mEs generales del

funcionamiento y ciertos riesgos y rasgos de la arquitectura de los sistemas de informaci>n.

Tambi


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P

arquitectura tn y movilidad,

bsqueda, procesamiento y concentraci>n de la informaci>n.

;a comple(idad a la ve& material e inmaterial de los sistemas de construcci>n y

procesamiento de informaci>n que reali&an las tecnolog6as han instalado en nuestrassociedades una cultura – un QtecnopolioR para eil 7ostman – que elimina la necesidad de

luchas intelectuales y filos>ficas, pues Nlas m(quinas eliminan la com$leidad, la duda % la

am0ig9edad. Funcionan r($ido, son $adronizadas % nos ofrecen n:meros que $odemos ver

% calcular W 7ostman, 1UUS, p. 1??#. s6 se hacen entendibles las fantas6as y

representaciones sociales depositadas en las T)*, ya que se hallan en una posici>n

estratn y el n e intercambios simb>licos#. 3i la QbaseR de sustentaci>n de nuestras

S A $artir del 11 de setiem0re, la 3;uerra al


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Y

sociedades – y sobre todo las ciudades – puede concebirse como una base

tecnoinformacional, la vida social consiste realmente en una inmersi>n en redes de

relaciones que corresponden a un entorno comunicacional convergente, construido a travn mediados por dispositivos

mediEticos y redes interconectadas.

!sta parafernalia de dispositivos tecnol>gicos reproduce en los individuos la dualidad del

funcionamiento de la sociedad de la informaci>n. 3e dice a la gente que estEn conectados

connectedness# aunque estas cone"iones no generen sub(etivamente una sensaci>n de real y

significativa comunicaci>n en medio de un flu(o envolvente de est6mulos, datos y mensa(esM.

os encontramos ante la parado(a de una cone"i>n permanente y al mismo tiempo la

sensaci>n de aislamiento sub(etivo que parece profundi&arse, ya que en sociedadeshipermediati&adas y condicionadas a una ecolog6a digital, prEcticamente no e"iste

aislamiento o descone"i>n posibleP. 7or otro lado es interesante observar como la

participaci>n de los pblicos en la televisi>n y las redes sociales estE mostrando rasgos de

e"presi>n eminentemente autoreferenciales, con alta e"posici>n de la intimidad personal,

emocional y sub(etiva los cuadros de depresi>n que invaden los consultorios de salud

mental merecen ser cuidadosamente anali&ados tomando en consideraci>n su segura

asociaci>n con la hiperconectividad de los individuos#.

G. T!*0;0%Z3, )F0/*)[ O *0T/0;. e la piedra al silicio.-

*omo las T)*s son tan actuales, mltiples y poderosas implantadas a partir de los ltimos

decenios del siglo pasado#, se hace dif6cil construir un cuadro de interpretaci>n que permita

ubicarlas dentro de un conte"to mayor. !nsayemos entonces un breve marco hist>rico de lasimbricaciones entre las tecnolog6as y los procesos de informaci>n desde una perspectiva

M 'n estudio realizado $or la 'niversidad de California revela que los norteamericanos consumen un

$romedio de => giga0%tes % 11,? horas de informacin $or d)a, aunque no $rocesen las 1@@.@@@ $ala0ras que

la so$ortanB. En trmino medio, los norteamericanos consumieron 1,= trillones de horas a0sor0iendo

informacin en el @@?. a cantidad de 0%tes consumidos entre 1D?@ % @@? aument un anual, % gracias a

las com$utadoras, un tercio de las $ala0ras % un G@ de los 0%tes son reci0idos interactivamente. a lectura,

que ca% inicialmente de0ido al surgimiento de la


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V

antropol>gica, considerando ciertas hip>tesis fuertes sobre la naturale&a del control social

en las sociedades humanas.

diferencia de las ciencias, hist>ricamente las tecnolog6as nacieron a partir de la percepci>n

de necesidades y han sido creadas y diseadas para servir como instrumentos mediadores afin de lograr ciertos fines. =a sido as6 desde el descubrimiento del fuego hasta la

modernidad. 7ero debemos aclarar que no se debe atribuir al concepto de QnecesidadR un

significado meramente ob(etal y ontol>gico como necesidad de alimentarse, de abrigo, etc.#.

;a verdadera necesidad latente va mEs allE: es el impulso humano de controlar el ambiente y

sus medios de supervivencia, para lo que precisa adquirir informaci>n, desarrollar ciertos

conocimientos y elaborar tn ha generado tecnolog6as sofisticadas de manipulaci>n de informaci>n y el control

de procesos de producci>n. 3e fueron instituyendo nuevas formas de percibir y generar

necesidades, no solamente de acuerdo a intereses espec6ficos, sino tambin han sido creadas para recoger, registrar,

organi&ar y producir nueva informaci>n que sirva a los procesos de organi&aci>n y

gerenciamiento de procesos productivos y organi&ativos de comple(idad creciente. O entreellos realimentar la demanda de servicios y los procesos de intercone"i>n y comunicaci>n

entre individuos, grupos, sectores sociales y gobiernos.

;a pregunta consiguiente es sobre la naturale&a de la informaci>n en s6 misma en tanto

producto. 7odemos concebir las relaciones entre las sociedades y sus procesos de

informaci>n y comunicaci>n ba(o una doble perspectiva: la informaci>n considerada como

recurso instrumental empleado por la sociedad para reali&ar tareas o establecer relaciones

entre hechos, ob(etos y procesos. 0 bien podemos concebir la informaci>n como un producto de la historia y el traba(o humanos s6mbolos sagrados, educaci>n, filosof6a,

ciencia no aplicada, valores religiosos y humanos, las artes, etc.#. 3in embargo es importante

aclarar que la informaci>n en s6 misma no puede ser considerada un fin, un valor, sino un

recurso a ser transformado en un valor : el conocimiento. ;a informaci>n como tal, no tiene

ningn valor intr6nseco, vale solamente al ser transformada % $rocesada digamos que su

valor de uso solo surge a partir de su Qvalor de cambioR, su potencialidad para ser procesada

y transformada#. 3i anali&amos las relaciones entre la tcnica, la informacin % los $rocesos


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U

de control social como etapas y tendencias hist>ricas dentro de una perspectiva

antropol>gica podemos observar:

1\. na fase prehist>rica basada en la piedra, en la fi(e&a y la permanencia de los signos

ic>nicos, ya sea como medio para comunicar algo, o como Qfines y valoresR simb>licos osagrados pinturas en cavernas, grabados sobre piedra o escritura en papiros#. na teor6a

sustenta la hip>tesis de que el hombre primitivo recurr6a a imEgenes y esculturas como

forma de controlar sim0licamente el hambre, la muerte o el futuro.

D\. na larga era de los metales apro". a partir de 1.M?? .*.#, donde la informaci>n forma

parte de los procedimientos de administraci>n y control de los primeros estados, y el

conocimiento tn como medio

tn de herramientas, armas militares y tecnolog6as de control so0re el

am0iente, principalmente recursos naturales y agua#. ;as comunidades humanas introducen

la maleabilidad y la portabilidad f6sica de los ob(etos y los registros de informaci>n desde el

papiro a las armas y los ob(etos de uso cotidiano, el signo se funde con el valor de uso de los

o0etos#.

G\. *on el surgimiento de la odernidad se produce una evoluci>n de la era de los metales

hacia una nueva etapa de la fabricaci>n mecEnica, principalmente para promover los via(esde e"ploraci>n y conquista. 3e comien&an a construir los primeros artefactos mecEnicos

comple(os, donde la precisi>n hace indispensable el control numn de los

n:meros para construir los dispositivos tn prEctica siglos ]4)) y ]4))), Keus e6 machina#.

O tambin que debe ser

registrada en nmeros, f>rmulas y te"tos. 3e crean los primeros dispositivos de precisi>n

para el control de los $rocesos de $roduccin primero artesanal, luego industrial#. ;os

procedimientos seguidos se e"presan en te"tos y f>rmulas, o como secuencias de nmeros

principalmente al servicio de la dinEmica de la producci>n industrial naciente. ;a tn, con su apogeo a travn en serie en las

fEbricas Ford y el surgimiento del Taylorismo como dministraci>n *ient6fica de tiempos y

espacios en el lugar de traba(o se llega a implantar un oficio especial: el QtomatiemposR que


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1?

aterrori&> a generaciones de obreros a travn de redes interconectadas decirculaci>n y transformaci>n – o traducci>n - de la informaci>n a travn de una infraestructura capa& de distribuir esa una nueva fuente al servicio de la

econom6a, la sociedad y la cultura. 3urgen as6 los medios masivos de comunicaci>n a

comien&os del siglo ]] como una metEfora de la convergencia entre la fuer&a y la precisi>n

de la mEquina y la sofisticaci>n de la palabra y las imEgenes anal>gicas. /ecordemos que los

medios – a$ud c;uhan - son el mensae, o en otras palabras, n de la

electricidad que surge la posibilidad de generar y transformar en te"tos y mensa(es a los

nuevos $rocesos de circulacin % convergencia entre diferentes es$acios, tiem$os, canalesde informacin % comunicacin.

M\. 7or ltimo, llegamos a nuestras realidades posmodernas^#, ciberculturales y ciber-

informacionales, donde la digitali&aci>n promueve la convergencia universal de la realidad

f6sica y la virtual en c>digos binarios, recreando tanto al mundo material como el

tecnobiol>gico. 3e multiplican las met(foras del sueto $oshumano, de la sociedad y las

relaciones sociales hipermediati&adas, las parado(as y contradicciones del control social y la

autonom6a individual e"acerbadas a la par, tal como se muestra en el e(emplo de loscelulares que promueven el aumento tanto de la autonom6a como el control territorial de los

movimientos de los usuarios. ;a informaci>n y la comunicaci>n enrai&ados en dispositivos

tn.

Finalmente se conectan acciones y dispositivos que modifican conte"tos y ob(etos virtuales

en una espiral permanente de nuevas instancias de organi&aci>n y reorgani&aci>n dediferentes conte"tos de realidad emergentes. ;a digitali&aci>n se presenta como una


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tecnolog6a de transformacin % control de cualquier orden de realidad a un orden numn de ob(etos, hechos y seres vivos a un orden numn y

traducci>n del orden cibernumn es e"presada en nmeros un mundo de avatares leibni&ianos#.

ebemos aclarar que cada una de las M QetapasR de una historia de la informaci>n, la

tecnolog6a y los procesos de control que presentamos aqu6 no elimina o suplanta a las

anteriores sino que las QtraduceR, las modifica y comple(i&a de acuerdo a las nuevas

instancias y posibilidades que brindan nuevas tecnolog6as. adie sabe hasta qu< punto losdispositivos anal>gicos serEn totalmente suplantados por los digitales.

4. INVESTIGANDO LAS INFLUENCIAS DE LAS TICS.-

*omnmente, las investigaciones sobre las relaciones entre las T)* y los ambientes en que

son instaladas fEbricas, escuelas, sectores gubernamentales, medios de comunicaci>n, etc.#

tienden a ser abordadas en forma demasiado lineal: impacto, eficiencia, ahorro de tiempo y

espacio, etc. 7ensamos que este tipo de aborda(es QmicroR son sumamente acotados y pierden

de vista el panorama mayor: la transformaci>n del conte"to en que se insertan las T)* como

organi&aciones y sistemas comple(os y multidimensionales. 7or esta ra&>n, preferimos un

marco de anElisis no reduccionista que aborde mltiples dimensiones en las que se dan las

prEcticas de individuos y organi&aciones. !n otras palabras, preferimos reali&ar un aborda(e

Qecol>gicoR de las implicancias que conlleva la adopci>n de las T)* en toda clase deconte"tos sociales.

3iguiendo esta l6nea e"ploratoria de investigaci>n, proponemos el mgico amplio que cubre diferentes dimensiones de

anElisis, los que desde una perspectiva sistpico, cada hecho o

proceso como un sub#sistema interligado a un conte"to mayor. e este modo, aspectos

Y a metodolog)a de investigacin diagnstica % de intervencin que desarrolla el "ocioan(lisis est( $resentado en varias $u0licaciones #Vizer @@=, @@GL Vizer % Carvalho @@?, @1@, @1.


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1D

tn y hasta aspectos culturales, pueden ser anali&ados respetando la especificidad

de cada cuesti>n anali&ada y su grado de Qautonom6aR en relaci>n al ambiente mayor. !s

decir: la implantaci>n de una nueva tecnolog6a como generadora – y reproductora - de

nuevas relaciones tn, modificaciones – odesaparici>n - de (erarqu6as sobre todo en las organi&aciones#, pasando por los cambios en

el uso de los espacios f6sicos y la regulaci>n de los diversos tiempos requeridos para la

reali&aci>n de tareas como ser traba(o f6sico o intelectual las formas y estilos de lo que se

denomina traba(o inmaterial#. ;a introducci>n de T)* tambin, sus modos de

comunicarse as6 como sobre los procesos simb>licos que ordenan las representaciones

colectivas y la construcci>n y ad(udicaci>n de sentido la instituci>n simb>lica de diversos>rdenes sociales, o lo que muchos llaman en forma bastante imprecisa QculturaR, creada a la

par de las prEcticas en una organi&aci>n o una comunidad, ya sea real o virtual#.

Tomamos aqu6 en cuenta las dimensiones o categor6as para el anElisis de la construcci>n

f6sica y topol>gica de procesos organi&acionales: en primer lugar la techn_ de los saberes y

las prEcticas instrumentales las tecnolog6as y el conocimiento entendidas como un capital

informacional de cualquier colectivo social#.

0tra dimensi>n – Qpol6ticaR, y que (unto a la dimensi>n anterior constituyen los temas

centrales de este traba(o – abarca el uso de las T)* como instrumentos que de manera

e"pl6cita o impl6cita buscan crear y establecer mecanismos centrali&adores de control por

parte de un 7oder instituido, un orden (erErquico y concentrado aparatos de !stado,

sistemas de toma de decisiones en organi&aciones, etc.#.

!n tercer lugar podemos anali&ar la dimensi>n de los usos y las acciones QinstituyentesR de

miembros, grupos o sectores que quieren producir modificaciones en la organi&aci>n de las prEcticas o que se preocupan por la vida pblica y la democrati&aci>n organi&ativa, por e(.


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1G

acciones y movimientos de resistencia en Embitos privados y pblicos, donde por e(. los

celulares representan la me(or arma utili&ada por los organi&adores y participantes de

movimientos sociales para organi&arse y orientar acciones colectivas#.

!n cuarto lugar, la dimensi>n de la influencia y potencialidad de las T)* en las cuestiones dela apropiaci>n, la creaci>n y la distribuci>n de los espacios y los tiempos tanto en la

materialidad de los conte"tos y ambientes f6sicos de las organi&aciones, como en los

espacios y los tiempos de las comunidades virtuales#. !l derecho a la Qposesi>nR y el control

de espacios y tiempos siempre se constituye en una arena de controversias y hasta de luchas

entre personas, grupos y sectores.

enos visible que las anteriores dimensiones de anElisis, y muchas veces desconsiderados,

estEn los procesos ligados a la intersub(etividad, las modificaciones sobre el mundo de los

v6nculos y las prEcticas instituidas de contenci>n social, los valores y emociones, etc. la

influencia de las tecnolog6as de la comunicaci>n no solamente como redes virtuales sino en

la vida familiar, los v6nculos primarios y la participaci>n en grupos, deportes, el tiempo

libre, la salud y los aspectos emocionales, la seguridad material y la perspectiva de futuro,

etc.#. Finalmente se debe tomar en consideraci>n los aspectos culturales, las formas

simb>licas, las representaciones sociales, la religi>n, las identidades e identificaciones que

fortalecen o disminuyen el capital social y simb>lico de una comunidad o una instituci>n.

Xueremos aclarar que la introducci>n de cualquier tecnolog6a no QproduceR cambios sociales,

sino que mediatiza y modifica las relaciones e"istentes tanto entre los miembros de una

organi&aci>n, como en las relaciones de


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1S

partido, o los agentes econ>micos por sobre la sociedad. *omunicacionalmente corresponde

a un modelo Qmuchos hacia muchosR, en oposici>n a la dimensi>n anterior que responde a

un modelo de concentraci>n de informaci>n y del poder de decisi>n de Qmuchos hacia unoRV.

!ste traba(o pretende precisamente referirse a los riesgos que presenta este ltimo modelo y

que se vislumbra en el uso de las tecnolog6as con fines de espiona(e por medio de la

recolecci>n y concentraci>n de infinita cantidad de informaci>n sobre los ciudadanos con

fines econ>micos o de control social, pol6tico o ideol>gico.

5. ARENAS DE CONFRONTACIÓN: UNO A MUCHOS, MUCHOS A MUCHOS

Y MUCHOS A UNO.

na marca fundamental del siglo ]] fue la creaci>n e"plosiva de las comunicaciones de

masas. !l cine, la radio y luego la televisi>n generaron las condiciones tn a escala global. !l correlato social de este proceso fue

el pasa(e de la era de los pblicos a las sociedades de masas a partir del segundo y tercer

decenio del siglo ]] aunque la prensa y el teatro anticiparon este proceso en el siglo

])]#. !l primer impacto econ>mico de esos medios se tradu(o en la creaci>n de mercadosde consumo a escala mundial. 7odemos considerar a esta primera etapa de la globali&aci>n

o mundiali&aci>n# de los productos culturales, como de producci>n de mercanc6as

culturales producidas en serie y llevando a la cultura y la producci>n simb>lica el modelo de

producci>n en serie inaugurado por =enry Ford de autom>viles a pel6culas y series de

televisi>n#. esde una perspectiva antropol>gica, podemos decir que comen&aba una

primera era de las comunicaciones masivas, invadiendo la humanidad con tecnolog6as cuyo

impacto directo se revela como un proceso de mediati&aci>n creciente de las relaciones

sociales, pol6ticas y culturales. 3u signo distintivo consisti> en la creaci>n de mercados

mundiales de consumo cultural productos de cine, radio y televisi>n#. ;os te>ricos de la

comunicaci>n hablan de una etapa del Nuno a muchosW, donde QunoR produce y QmuchosR

consumen.

V "eg:n el investigador


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1M

*omo seal< en otra parte asociando Qlos medios y los miedosR, el poder del dispositivo

aument> tambin de los pblicos a travgico de bsqueda de seguridad y lidera&go an al

costo de la pn a la N%uerra contra el TerrorW, n es casual#. !n la pol6tica y en las guerras, las

estrategias del miedo y el terror pueden ser eficaces durante aos.

7ero para los investigadores de los medios, los miedos clEsicos que comien&an en esta

primera etapa son los de la hiperconcentraci>n de la producci>n en un pa6s, lahomogenei&aci>n cultural, la pasividad del receptor figura clEsica de esta etapa#, la

ambivalencia de un Qimperialismo culturalR impuesto por ese QunoR con la e"istencia

hegem>nica de !stados nidos como centro todopoderoso de creaci>n de tecnolog6as, de

contenidos y de la producci>n para mercados globales. ;os riesgos de la hiperconcentraci>n

han girado 1V? grados: de la producci>n visible han pasado a la Qrecolecci>nR secreta.

7ero como dicen los (>venes, la etapa mediEtica industrial ya QfueR. 7ara finales del siglo

]], y sobre todo en este siglo ]]), hemos de(ado le(os la primera fase de la mediati&aci>n

de masas. 3e imponen no solamente nuevas tecnolog6as, sino nuevas formas de producir,

distribuir y consumir cultura. uevas formas de integrar pblicos – y mediati&ar

tn de mercados globales

y sus consiguientes concepciones sobre la producci>n y consumo de dispositivos y

contenidos culturales que se transforman en QcommoditiesR: desde la tradicional producci>n

de contenidos anal>gicos a los digitales. esde programas que precisan de un soporteanal>gico material pel6culas o peri>dicos# hasta los productos inmateriales de programas

virtuales. ;a digitali&aci>n ha quebrado los modelos y paradigmas de la era anal>gica U

NTodo lo que es s>lido se desvanece en el aireW, todo lo que QesR ha comen&ado a fluctuar,

todo lo real tiende a ser virtuali&ado, y hasta los su(etos de carne y hueso pueden crear y

multiplicarse en clones y avatares virtuales#. 3e quiebra el paradigma de la producci>n

U unque pare&ca un tema prehist>rico, a fines de los V? todav6a discut6amos en seminarios de las acionesnidas los riesgos del Nflu(o de datos transfronterasW.


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1P

masiva en funci>n de nuevas formas de producci>n y consumo personali&ado, pero sin

abandonar la creaci>n de nuevos mercados.

*uando aparecen en escena los que se llamaban nuevos medios audiovisuales en los aos P?

y Y?, y sobre todo con la e"pansi>n de )nternet en los U?, un optimismo democrati&ante bastante naive toma la forma de discursos sobre la Qemancipaci>n digitalR, y la posibilidad

de construir formas y canales de democracia participativa directa a travn y a los nuevos dispositivos de acceso. parecen en escena los discursos

oficiales que dibu(an imEgenes casi id6licas de una 3ociedad del *onocimiento y la

)nformaci>n, donde reina la mEs absoluta libertad de e"presi>n. ;a creatividad y la

innovaci>n pasan a ser palabras estratn, el control y la homogenei&aci>n cultural que hab6ansurgido con los medios de masa parec6an definitivamente e"orci&ados con la floreciente

mediati&aci>n digital de las sociedades. 3in embargo, nuestro presente estE marcado por la

proliferaci>n y la competencia QdarwinistaR entre mltiples dispositivos mediEticos, entre

tecnolog6as que destruyen los parEmetros definidos de las fronteras entre lo real y lo virtual,

lo pblico y privado, la producci>n y el consumo de cultura, entre naturale&a y cultura, entre

cuerpo-carne y tecnolog6a, y an entre tiempo y espacio. 4ivimos tiempos de confusi>n y

disoluci>n de certe&as y grandes relatos. uestras marcas son el relativismo y el estigma delinstantane6smo y la obsolescencia programada.

!n esta nueva era de hipermediati&aci>n a travn. ;a manipulaci>n de los miedos, la

confusi>n y la desinformaci>n se transforman en armas pol6ticas para el control de masas

fracturadas por la inseguridad global y el temor. partir del 11 de setiembre del D??1 y

sobre todo a partir de la instalaci>n global de las pol6ticas de Q%uerra al TerrorR, el Q7atriot

ctW y los intentos de control de la informaci>n como el proyecto 307, todos nacidos en

los !stados nidos#, los valores que nutrieron la libertad de pensamiento, el pensamiento

cr6tico, la libertad de e"presi>n diferencia sutil con la noci>n de Qlibertad de prensaRsustentada por los grandes medios# caen ba(o diferentes grados de sospecha de subversi>n.


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1Y

=emos entrado en una forma de rn de la pruebaR: cualquiera puede ser

sospechoso, y en cierto sentido un agente de subversi>n, hasta tanto demuestre lo contrario.

7ara un norteamericano o un europeo occidental esta sensaci>n de estar ba(o rn privilegiada.

*ualquier individuo, o cualquier ob(eto - natural o artificial - puede ser registrado como dato

en el mundo digital. Tenemos muestras contundentes del poder y la instrumentalidad tn actuales construyendo y procesando

informaci>n. !s una muestra del avance de la capacidad humana para registrar, reordenar,

producir conocimiento y desarrollar dispositivos para controlar – o al menos regular –

sistemas y procesos de una naturale&a enormemente comple(a, ya sean naturales o sociales.

!s la cara optimista y aparentemente neutra del progreso cient6fico y tecnol>gico. !s la

3ociedad de la )nformaci>n y del *onocimiento como QproductoR de la capacidad humana.

1? "in e6agerar ni dramatizar, $odemos decir que en el mundo actual los es$)as $ueden estar en el 0olsillo enel que guardamos nuestro celular, o a:n escondidos en los nanoro0ots o los chi$s que la medicina $uede

introducir en nuestros cuer$os $ara curar otra clase de agentes malignos o t6icos.


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1V

7ero claro, esto es apenas una parte, una mirada algo ingenua sobre las maravillas de los

procesos tn inagotable de

innovaciones y el control sobre los procesos de reconstrucci>n permanente de los sistemas

sociales y sus relaciones con el entorno f6sico natural en nuestro mundo actual las ciudades

no podr6an subsistir sin estas bases de sustentaci>n: mEquinas y dispositivos creados para

procesar energ6a e informaci>n e"terna e interna en la forma de sistemas de regulaci>n de

energ6a#.

7ero el problema del control que nos ocupa aqu6 no es de naturale&a tmo y con qu< fines para qun. !ste es el problema

central, y en n. 3e

trata de generar (urisprudencia en base a un m6nimo orden de restricciones. ;a

(urisprudencia actual sobre derechos y deberes del ciudadano tiene una historia

suficientemente asentada como para dar una s>lida base de sustentaci>n al derecho en esta

era digital.

!l problema en s6 no es propiamente (ur6dico sino pol6tico: que instituci>n tendrE el poder

para hacer cumplir los deberes y hacer respetar los derechos en una era de mundiali&aci>nuna versi>n particularista del mundo global ba(o unos pocos centros de poder mundial#^ 3i

un solo pa6s y sus instituciones de gobierno se abrogan el derecho de Qpolic6a globalR, el

sistema (udicial se transforma en un mero discurso sin poder que solo sirve para (ustificar la

acci>n y los m


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1U

7lanteando la cuesti>n en tn de las primeras tecnolog6as digitales se

abre un panorama desmedidamente optimista de crecimiento e"ponencial de las libertades:

Qmuchos se diri(en a, y se comunican con muchosR. 3e cree en la acci>n individual

irrestrictita, en la movilidad, la creatividad, y el desarrollo de prEcticas de participaci>n y la

bsqueda de formas institucionales de democracia directa, etc. ;a ``` se transform> en

el icono de esta era. !l s6mbolo de una primera era digital. 3in embargo parece no haber

podido establecer bases suficientemente s>lidas como para sostenerse frente a los embates

de gobiernos, corporaciones e intereses que buscaron apropiarse no tanto de las tecnolog6as

como de las propios canales y fuentes de informaci>n que les aseguren un control aunque

an no un dominio absoluto# de los dispositivos pol6ticos de la sociedad y de los mercados

omnipresentes. !l diagrama de la informaci>n y la comunicaci>n en n y el Qmucho a pocosR presenta la figura

opuesta: el escenario y los actores centrales son los pblicos de las redes, los muchos que

usan y abusan de las T)* sin haber tomado conciencia de que ellos son el espectEculo real,

la fuente de informaci>n de los mensa(es recogidos por las propias redes, las agencias de

mar$eting, los organismos de gobierno, las corporaciones y hasta los medios digitales

interactivos. Todos somos actores y pblicos de un ciberescenario virtual al mismo tiempo.

lgunos lo consideran una manifestaci>n de democracia comunicativa, de libertad y

reali&aci>n individual.

unque suene desagradable decirlo, todos hemos sido paulatinamente reproducidos como

avatares en bases de datos digitales. os compran y nos venden, pero nadie parece

molestarse demasiado. !l proceso se ha invertido en tnica en la 3ociedad de la )nformaci>n^ ;a respuesta

es obvia: el mercado y los gobiernos' corporaciones comerciales, empresas ligadas a los

mercados de la informaci>n y organismos de seguridad. Tanto es as6 que al anali&ar diversos


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D?

medios de comunicaci>n, la cn hist>rica anticipando la misma tendencia para

la ```, presentando en la tapa de la /evista el t6tulo catEstrofe de NThe web is deadW la

web ha muerto, setiembre del D?1?#.

!. REFLE"IONES FINALES: DEL MEG#FONO AL HIPERLIN$ -.

o es dif6cil sacar un par de conclusiones interesantes sobre ciertas diferencias y

consecuencias del pasa(e de la era dorada del muchos a muchos que an resiste y lucha

denodadamente por mantener una democracia comunicacional en el acceso y los usos de laT)* y sobre todo de )nternet#, y el cuadro actual de tendencias a la centrali&aci>n y el

control profundi&adas desde el D??1 ba(o el prete"to de la seguridad colectiva. Xuien

prefiere sacrificar su libertad de palabra en el nombre de una QseguridadR, siempre difusa y

su(eta al poder de turno, al filtrado de la informaci>n y los riesgos siempre presentes de

manipulaci>n^ ;a era dorada de muchos a muchos puede mostrar an los signos positivos y

creativos de una 3ociedad abierta de la *omunicaci>n. ;a era de muchos a uno se

corresponde demasiado con las realidades de una visi>n tecnocrEtica de la 3ociedad de la)nformaci>n: no hay mensa(es, no hay comunicaci>n, solamente hay datos, registros

infinitos de informaci>n que son recogidos, seleccionados y procesados sigilosamente a

travn es una de las figuras legales que e"ige la sociedad como la

principal garant6a para poder acceder a esos bancos de datos secretos, intentando revertir

dentro de lo posible el muchos a uno mediante la incorporaci>n de programas abiertos,

consultas, e hi$erlinks que abren diferentes alternativas de informaci>n. !l ob(etivoestratn


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D1

efectiva con los ciudadanos, limitando el clEsico mon>logo del poder y la metEfora del

megEfono Quno a muchosR#. ;a inclusi>n de mecanismos de consulta pblica en los procesos

de formulaci>n de pol6ticas debe compensar las acciones verticales to$ do8n# en Embitos

donde la participaci>n y el debate abren alternativas de discusi>n, an a riesgo de

per(udicar la gobernabilidad. ;a institucionali&aci>n de canales de cr6tica es necesaria para

desenmascarar las estrategias diseadas para engaar a la sociedad ba(o una mEscara seudo

democrati&ante el doble discurso y los falsos mediadores entre el poder y la ciudadan6a#. 3e

puede considerar a esta pol6tica como una emergente Qcomunicaci>n pblicaR, al introducir

dos ob(etivos centrales en la comunicaci>n: desde el estado, la publici&aci>n de sus acciones

y los criterios de decisi>n, y desde la sociedad la abertura de canales de opini>n e

interpelaci>n cr6tica. 3e trata de de desafiar la clEsica tendencia del poder a invisibili&arse.

/!F!/!*)3

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Vizer & Helen El Ojo de Dios

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