violencia escolar año 2000 defensor del pueblo

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    INFORMES, ESTUDIOSY DOCUMENTOS

    VIOLENCIA ESCOLAR: EL MALTRATOENTRE IGUALES EN LA EDUCACIN

    SECUNDARIA OBLIGATORIA

    Madrid, 2000

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    ISBN: 84-87182-32-1Depsito Legal: M. 17.227-2000Fotocomposicin e impresin: Closas-Orcoyen, S. L.Polgono Igarsa. Paracuellos del Jarama (Madrid)

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    Pg.NDICE

    PRESENTACION ....................................................................................... 8

    INTRODUCCION....................................................................................... 15

    I. ANTECEDENTES .............................................................................. 251. El estado de la cuestin en Europa: resea de investigaciones e

    intervenciones .............................................................................. 261.1. Estudios de la incidencia del maltrato entre iguales en el

    contexto escolar ................................................................. 271.1.1. Los primeros estudios sobre el maltrato entre

    iguales: los pases escandinavos......................... 271.1.2. Las investigaciones realizadas en Reino Unido

    e Irlanda.............................................................. 291.1.3. Alemania............................................................. 331.1.4. Estudios en los pases mediterrneos: Italia y

    Portugal .............................................................. 361.1.5. Estudios en los pases mediterrneos: Espaa.... 411.1.6. Conclusiones....................................................... 46

    1.2. Intervenciones ante el maltrato entre iguales en elcontexto escolar ................................................................. 471.2.1. Modelos generales de intervencin en el mbito

    educativo............................................................. 491.2.2. Modelos de investigacin e intervencin

    predominantes en los distintos pases europeos.. 551.2.2.1. Escandinavia ....................................... 551.2.2.2. Reino Unido e Irlanda......................... 591.2.2.3. Pases centroeuropeos ......................... 601.2.2.4. Pases mediterrneos: Francia,

    Portugal e Italia ................................... 621.2.2.5. Pases mediterrneos: Espaa.............. 621.2.3. Anlisis de las intervenciones de acuerdo con

    sus mbitos de aplicacin ................................... 65

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    1.2.3.1. Toma de conciencia y desarrollosnormativos........................................... 66

    1.2.3.2. Intervenciones curriculares ................. 73

    1.2.3.3. Formacin del profesorado ................. 751.2.3.4. Prevencin y tratamiento dirigido a

    los alumnos ......................................... 781.2.3.5. Organizacin del centro ...................... 821.2.3.6. Acciones comunitarias ........................ 83

    1.2.4. Resumen de las intervenciones realizadas en losdistintos pases europeos .................................... 84

    2. Aproximacin al tratamiento jurdico de la violencia contramenores, con especial referencia a la violencia escolar ............... 892.1. La regulacin jurdica de la violencia sobre menores.

    Antecedentes...................................................................... 892.1.1. El uso de la violencia legtima en el contexto

    familiar. Antecedentes........................................ 902.1.2. El uso de la violencia legtima en el contexto

    escolar. Antecedentes ......................................... 932.1.3. La potestad sancionadora del Estado sobre los

    menores: la reforma de menores.Antecedentes....................................................... 94

    2.1.4. La violencia ilegtima sobre los menores: losmenores como vctimas de lesiones.................... 96

    2.1.5. Conclusiones....................................................... 97

    2.2. La regulacin actual........................................................... 982.2.1. Principios y reglas del Derecho internacional .... 992.2.2. Principios y reglas del Derecho espaol............. 104

    2.2.2.1. Principios constitucionales y legales... 1042.2.2.2. La facultad de correccin de los

    padres .................................................. 1052.2.2.3. La disciplina escolar............................ 1062.2.2.4. El Derecho Penal de menores.............. 1102.2.2.5. Los menores como vctimas de

    lesiones y maltratos ............................. 1122.2.3. Conclusiones....................................................... 115

    2.3. Menores contra menores. Los supuestos de violenciaescolar ................................................................................ 1172.3.1. Agresores............................................................ 1182.3.2. Agredidos ........................................................... 119

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    2.3.3. La doble funcin del Ministerio Fiscal............... 1202.3.4. Conclusiones....................................................... 121

    3. Actuaciones de las administraciones educativas concompetencias plenas en educacin en Espaa.............................. 1223.1. Incidencia del fenmeno de la violencia escolar................ 1263.2. Actuaciones de carcter normativo orientadas hacia la

    prevencin y solucin de problemas de violencia escolar . 1303.3. Actuaciones de carcter no normativo en relacin con el

    fenmeno de la violencia escolar....................................... 1333.4. Actuaciones dirigidas al personal docente en relacin con

    el fenmeno de la violencia escolar ................................... 1373.5. Programas especficos desarrollados por las distintas

    administraciones educativas en los centros docentes, quetienen como finalidad la prevencin de conflictos y laviolencia escolar................................................................. 139

    3.6. Actuaciones desarrolladas por las distintasadministraciones educativas, tendentes a coordinar suscompetencias con otras autoridades en relacin con laviolencia escolar................................................................. 141

    3.7. Instrucciones que se hayan cursado y lneas de actuacinque orientan la intervencin de los Servicios deInspeccin Educativa para prevenir y solucionar losfenmenos de violencia escolar ......................................... 145

    3.8. Cualesquiera otros datos o actuaciones relacionadas conla prevencin y la intervencin sobre la violencia escolar 147

    II. ESTUDIO DE LA INCIDENCIA DEL MALTRATO ENTREIGUALES EN LOS CENTROS DE EDUCACIN SECUNDARIAESPAOLES METODOLOGA DE LA INVESTIGACIN YANLISIS DE LOS RESULTADOS.................................................. 149

    1. Caractersticas metodolgicas del estudio.................................... 1501.1. Objetivos del estudio ............................................................ 150

    1.2. Estudio piloto..................................................................... 1511.3. Mtodo de la encuesta epidemiolgica en todo el Estado.. 153

    1.3.1. Muestra............................................................... 1541.3.2. Material............................................................... 154

    1.3.3. Procedimiento..................................................... 1562. Resultados del estudio emprico sobre incidencia del maltratoentre iguales en centros de educacin secundaria ........................ 157

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    2.1. Resultados relativos a las respuestas de los alumnos yalumnas .............................................................................. 1582.1.1. Resultados acerca de la incidencia de los

    distintos tipos de maltrato entre iguales ............. 1592.1.1.1. La incidencia de cada tipo de maltrato

    segn las vctimas ............................... 1592.1.1.2. La incidencia de cada tipo de maltrato

    segn los agresores.............................. 1622.1.1.3. La incidencia de cada tipo de maltrato

    segn los testigos ................................ 1632.1.1.4. Variacin de la incidencia segn las

    caractersticas de la muestra................ 1662.1.1.5. Comparacin con la incidencia en

    otros pases.......................................... 1692.1.2. Ms all de la incidencia: caractersticas de los

    protagonistas y circunstancias del maltrato........ 1732.1.2.1. Quines protagonizan el maltrato

    entre compaeros o compaeras:curso, gnero y relaciones sociales ..... 173

    2.1.2.2. El escenario del maltrato ..................... 1792.1.2.3. Lo que sigue a la agresin: reacciones

    y sentimientos ..................................... 1812.2. Resultados relativos a las respuestas del profesorado ....... 189

    2.2.1. Cmo viven los profesores los conflictos en elcentro y su gravedad........................................... 189

    2.2.2. Frecuencia de los tipos de maltrato en el centroen opinin de los profesores ............................... 191

    2.2.3. El escenario del maltrato .................................... 1942.2.4. El perfil de las vctimas y los agresores, segn

    el profesorado ..................................................... 1982.2.5. Cuando los profesores son parte del conflicto.... 1992.2.6. Cmo reaccionan los centros ante las agresiones

    entre iguales........................................................ 2012.2.7. La intervencin, tal como la desea el

    profesorado ........................................................ 205

    III. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES................................... 208

    1. Panorama actual del maltrato entre escolares de EducacinSecundaria.................................................................................... 2101.1. La incidencia del maltrato.................................................. 213

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    1.2. Caractersticas de los actores del maltrato ......................... 2181.3. El escenario del maltrato.................................................... 2191.4. Lo que sigue a la agresin: pedir y recibir ayuda .............. 220

    1.5. La visin del profesorado: el abuso entre iguales comoproblema y su prevencin .................................................. 224

    2. Recomendaciones......................................................................... 229

    IV. ANEXOS

    1. Tablas y grficos de resultados .................................................... 2442. Cuestionario de alumnos .............................................................. 3643. Cuestionario de profesores ........................................................... 3784. Referencias bibliogrficas............................................................ 391

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    PRESENTACIN

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    La violencia, execrable siempre y sea cual sea la razn que pretenda justificarla,tiene un grado mayor de perversidad cuando afecta a nios y jvenes. Cualquier niovctima o testigo de un acto violento no slo padece las consecuencias inmediatas deste, sino que adems incorpora a su desarrollo personal una experiencia negativa deconsecuencias impredecibles en el futuro.

    Si en algn mbito junto con la familia los nios deben estar a salvo de loscomportamientos y las actitudes violentas ste es sin duda alguna la escuela, a la queacuden no slo para la mera adquisicin de conocimientos sino tambin como dice yexige la ley para formarse en el respeto de los derechos y libertades fundamentalesy en el ejercicio de la tolerancia y de la libertad dentro de los principios democrticosde convivencia (LODE, art. 2). Sobre esta idea elemental parece haber acuerdo ytanto en nuestro pas como en los de nuestro entorno incluida por fin Inglaterra,donde hasta fechas recientes se consideraba legtimo el castigo corporal como forma dedisciplina escolar: estn definitivamente desterrados del sistema educativo, al menos

    desde el punto de vista legal, cualesquiera correcciones contrarias a la integridad fsicao a la dignidad personal del alumno.

    Pero no es la violencia fsica o psquica ejercida por los adultos sobre los nios lanica que puede ensombrecer el paso de stos por la escuela. Quin no recuerda aaquel compaero de colegio siempre zaherido por los dems e incapaz desobreponerse? Quin no fue actor, vctima o testigo de la cruel y sistemticaexclusin de diversiones, juegos o tareas en las que los dems compaerosparticipaban? Quin no recuerda a aquel matn del mismo curso o de otro superior

    al que ms vala evitar, y en todo caso complacer, para no ser vctima de sus iras?

    En el ltimo cuarto de siglo ha sido creciente la preocupacin social por los actosde violencia escolar, que en algunos casos han alcanzado una gravedad tanextraordinaria que les han hecho tristemente merecedores de un amplio protagonismoinformativo. Como se detalla en el correspondiente apartado del informe que ahora sepresenta, los pases nrdicos, inicialmente, y luego los restantes de nuestro entornoeuropeo, han investigado primero e intervenido despus en relacin con el fenmenode la violencia escolar, conscientes de que, en un contexto sociocultural cada vez ms

    violento, lograr un mbito educativo ajeno a tal cncer, donde la instruccin y lasocializacin de los alumnos se desarrollen en paz, es una premisa esencial paraatisbar, al menos, un futuro mejor.

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    En una comparecencia de este Defensor del Pueblo ante la Comisin Mixta

    Congreso-Senado a la que da cuenta de sus actuaciones y en la que se presentaba algn

    informe anual, los Parlamentarios asistentes propusieron la realizacin de diversasinvestigaciones sobre temas de actualidad y, entre ellas, sta relativa a la violenciaescolar. A su preparacin y realizacin ha orientado la institucin buena parte de susesfuerzos en este ltimo perodo de tiempo, con el apoyo y ayuda externa que acontinuacin se refiere.

    Aunque en un principio se pens en una investigacin ms restringida que lafinalmente realizada, acorde con las limitaciones de presupuesto y medios personales

    que afectan a la institucin, centrada tan slo en algunos centros docentesrepresentativos del conjunto de todos ellos, pronto se comprendi que incluso para unobjetivo aparentemente tan poco ambicioso era necesario contar con una apreciablecolaboracin externa. Con el Comit Espaol de UNICEF tiene el Defensor del Pueblosuscrito un convenio de colaboracin desde febrero de 1995 y se decidi recabar elapoyo de dicha entidad, que pareca idnea tanto por el mbito subjetivo y material dela investigacin que se avecinaba, como por la positiva experiencia de su participacinen otros trabajos anteriores iniciados por el Defensor del Pueblo.

    Desde el primer momento el Comit Espaol de UNICEF mostr la mejordisposicin para colaborar en la realizacin de un estudio sobre la violencia escolar enlos centros educativos espaoles, ofreciendo no slo su apoyo econmico sino laaportacin de un equipo de expertos, habituales colaboradores de UNICEF, que congenerosidad y dedicacin han llevado a buen puerto esta tarea. Para instrumentaradecuadamente la colaboracin entre el Comit Espaol de UNICEF y el Defensor delPueblo se suscribi en el mes de diciembre del ao 1998 un Protocolo anexo alConvenio de Colaboracin ya citado, y a partir de ese momento se iniciaron lostrabajos preparatorios de la investigacin incluida en el informe que ahora se presenta.

    Con el asesoramiento proporcionado por UNICEF y su grupo de expertos, se llegla conclusin de que el mejor servicio que el Defensor del Pueblo poda prestar a lacausa de la erradicacin de la violencia escolar pasaba por la realizacin de un estudiode mbito nacional sobre este fenmeno que permitiese tener un conocimientodetallado de la situacin actual, con un triple objetivo:

    En primer lugar, contribuir al proceso de concienciacin y sensibilizacin contra laviolencia escolar poniendo de manifiesto la incidencia real del problema en los centrosdocentes de nuestro pas y alertando pblicamente sobre la necesidad de atajarlo encualquier estado que se encontrase. En segundo lugar, proporcionar a la comunidadeducativa especialmente a padres y profesores, a las administraciones pblicas

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    con competencias en la materia y a la comunidad cientfica prxima al sector(psiclogos, socilogos, pedagogos) una base objetiva y cierta a partir de la cualpuedan definirse polticas, disearse estrategias y proponerse intervenciones y

    actuaciones concretas para erradicar la violencia escolar. En tercer y ltimo lugar,aunque no por ello menos importante, para impulsar y facilitar futuras tareas deinvestigacin en esta materia, tanto para completar y mejorar el conocimiento real delfenmeno de la violencia escolar en mbitos determinados (por hbitats, por edades,por gnero, etc.) como para evaluar las iniciativas e intervenciones que se emprendan,cotejando los datos ahora aportados con los que resulten de futuros estudios en los quese emplee la metodologa y el instrumento de anlisis aqu utilizado.

    De entre los diversos fenmenos de violencia susceptibles de producirse en elmbito escolar, se decidi centrar la atencin de manera fundamental, aunque noexclusiva, en aquellos que tienen por actores y vctimas a los propios alumnos, que sonreiterados y no ocasionales y que rompen la simetra que debe existir en las relacionesentre iguales generando o favoreciendo procesos de victimizacin. Este tipo deviolencia, que resulta estar presente de manera constante en nuestros centros escolares,suele ser mal conocida cuando no ignorada por los adultos, hasta el extremo deque sus formas menos intensas (ciertos insultos, los motes ofensivos, la exclusin dejuegos y tareas...) gozan, si no de aceptacin social, s de un grado de permisividad e

    indiferencia desconocedor de las negativas consecuencias que estas conductas puedenllegar a tener en quienes las realizan y las padecen, y de que en ellas est,probablemente, el germen de otras conductas antisociales posteriores.

    El informe que ahora se presenta incluye, adems de la investigacin sobreviolencia entre iguales en el mbito escolar que constituye su objeto central, una ParteI en la que, a ttulo de antecedentes y con una finalidad puramente informativa, sedescribe, el estado de la cuestin en varios pases de nuestro entorno, a fin de quepueda tenerse alguna referencia prxima con la que comparar nuestro estado actual y

    conocimiento de las lneas de actuacin y formas de intervencin con las que hastaahora se ha enfrentado el problema. Asimismo, en esta parte del trabajo se analiza elmarco normativo con el que nuestro sistema jurdico protege a los menores frente a laviolencia, con especial referencia a la propiamente escolar, y se describen tambin lasprincipales actuaciones de las administraciones educativas y del Ministerio Fiscal enrelacin con este problema, segn el relato que ellas mismas han aportado al Defensordel Pueblo cuando les ha sido solicitada informacin al respecto.

    Conviene precisar que la elaboracin de este informe se inici en el mes dediciembre de 1998, cuando todava el Ministerio de Educacin y Cultura gestionabambitos territoriales que en el presente son ya competencia de las comunidadesautnomas correspondientes. El dato debe tenerse en cuenta porque explica que ciertas

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    autoridades educativas no aparezcan mencionadas en el texto ni se haga referencia asus actuaciones y, asimismo, porque tuvo influencia decisiva en la determinacin de lamuestra y en el anlisis de los resultados de la investigacin, donde se parti de la

    situacin competencial Estado-comunidades autnomas en materia de educacin enniveles no universitarios existente en aquel momento.

    Como se detalla pormenorizadamente en el apartado dedicado a la metodologa dela investigacin, la muestra sobre la que se realiz el trabajo de campo estuvoconstituida por un total de 3.000 alumnos de educacin secundaria obligatoria oniveles equivalentes, de 300 centros docentes pblicos, privados y concertados de todoel territorio espaol y por los jefes de estudios de esos centros educativos. Se ha

    pretendido conocer la incidencia real y actual del fenmeno del maltrato entreiguales en el contexto educativo espaol, determinando la frecuencia e intensidad delos actos violentos que este maltrato conlleva, la tipologa de los mismos, los lugaresen los que se producen, el papel del profesorado en la deteccin y resolucin delproblema y las variables significativas de edad, gnero o tamao del hbitat en que seubiquen los centros docentes, entre otros aspectos, que pudieran tener incidencia en elmismo. La lectura de las Partes II y III de este informe, as como de los anexos, en losque se incluyen, adems de las tablas y grficos correspondientes a los resultados, loscuestionarios a travs de los cuales se recabaron datos a alumnos y profesores,

    proporciona informacin detallada sobre los objetivos de la investigacin llevada acabo.

    La realidad que pone de manifiesto la investigacin efectuada exige una perentoriallamada de atencin a todos los participantes en el proceso educativo y a la sociedad engeneral: en nuestros centros docentes se producen de manera constante y reiteradaactitudes y comportamientos violentos, mayoritariamente entre los propios alumnos,que es preciso erradicar. El aula, los patios de recreo, los pasillos y los aseos, losalrededores del centro educativo.., son, con una frecuencia indeseable, escenario

    habitual de episodios violentos en los que hay agresores, vctimas y testigos que enalguna medida, a veces muy intensa, quedan marcados por ellos con el consiguientedeterioro de su desarrollo personal y social.

    Ciertamente, si tomamos como referencia a los pases de nuestro entorno (siempreen la medida en que las comparaciones sean posibles y razonablemente significativas),la situacin actual en nuestros centros educativos no debe calificarse de alarmante; yesta afirmacin tranquilizadora que en modo alguno justificara la desatencin delproblema se fundamenta en las razones siguientes, que con mayor extensin sedesarrollan en el apartado correspondiente a las conclusiones y recomendaciones deeste informe.

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    Por un lado, porque la incidencia de episodios de maltrato entre iguales en loscentros educativos espaoles comparada con la que segn diversos estudios se da enotros pases es relativamente baja, especialmente en los tipos de maltrato de mayor

    gravedad. Por otro lado, porque el marco normativo, tanto en lo que se refiere a laprevencin y sancin de conductas violentas contra menores en general y en el mbitoescolar en particular, como en lo que hace a las medidas correctoras de tipologaesencialmente educativa y no represiva, parece adecuado en orden a posibilitar lneasde intervencin que atajen el problema en el propio mbito escolar. Por ltimo, porquesi bien con respuesta desigual y no sistemtica, parece existir un grado deconcienciacin suficiente en las administraciones educativas respecto de esteproblema, lo que se manifiesta en las numerosas actuaciones orientadas a su resolucin

    de las que han dado cuenta al Defensor del Pueblo en los informes que les han sidosolicitados, actuaciones stas que la institucin confa en que alcancen un mayor gradode eficacia y de sistematicidad a partir de los datos que aporta la investigacinrealizada.

    Sin embargo, todo lo anterior, aun siendo cierto, no debiera llevamos al error devalorar, ni siquiera de un modo moderadamente positivo, la situacin actual delproblema. Un examen incluso superficial de los resultados de la investigacinefectuada evidencia que la convivencia en nuestras escuelas todava dista y

    mucho de aproximarse al nivel mnimo exigible, que sera aquel en el que losepisodios violentos entre los alumnos fueran, en el peor de los casos, espordicos yocasionales, inmediatamente detectados, colectivamente rechazados y finalmenteresueltos como mejor procediese desde un punto de vista pedaggico y educativo afavor de quienes hubieran participado en ellos. Pero lo cierto es que en todos loscentros educativos investigados se producen situaciones de maltrato, aunque lafrecuencia disminuya notablemente en los casos de maltratos ms graves. Y aunque laincidencia de casos aunque no en todos los tipos de violencia sea porcentualmentemenor que la que se da en otros pases de nuestro entorno, hay que poner todos los

    medios, en primer lugar, para que el deterioro convivencia! no progrese y, en segundolugar, para corregir una situacin en la que ms del 30 por 100 de los alumnosencuestados declaran sufrir agresiones verbales con cierta frecuencia, de igual modoque cerca de un 9 por 100 sufre amenazas con la finalidad de meterle miedo y ms deun 4 por 100 padece agresiones fsicas directas.

    Ni un solo acto de violencia en la escuela debe ser admisible. Ningn alumno debesufrir maltrato alguno ni por parte de sus compaeros ni por parte de sus profesores. Yel logro de un objetivo tan elemental y quizs tan utpico como ste exige elpermanente esfuerzo de quienes de cualquier modo participan en el proceso educativoy especialmente de aquellos que lo sostienen, lo supervisan y lo aplican.

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    En este nimo, y fundamentalmente orientadas a las administraciones educativas, alprofesorado y en algn caso a otros agentes participantes en la educacin, estainstitucin se ha permitido, al hilo de las conclusiones que cabe extraer de los datos

    resultantes de la investigacin realizada, formular algunas recomendaciones generalesque no pretenden por esta vez instar la adopcin de medidas concretas por parte de lasautoridades o administraciones pblicas destinatarias de las mismas, sino ms biensealar algunas pautas orientadoras o principios generales de actuacin que, a juiciodel Defensor del Pueblo, debieran ponerse en prctica, pretendiendo con ello tan slorealizar una modesta contribucin a la resolucin de un problema que a todos nosafecta y en el que afortunadamente an estamos a tiempo de incidir sin que hayaalcanzado niveles de gravedad de los que pudiera ser difcil el retomo.

    Queda por ltimo expresar pblicamente el agradecimiento del Defensor del Puebloal Comit Espaol de UNICEF cuya colaboracin ha sido imprescindible para larealizacin de este informe, sin dejar de mencionar adems que dicha Institucin haasumido buena parte del coste econmico del mismo. El equipo de colaboradores sobrelos que ha recado el peso fundamental de la realizacin prctica de este informemerece asimismo una mencin especial. Da. Cristina del Barrio Martnez y Da.Elena Martn Ortega, profesoras titulares ambas de Psicologa Evolutiva y de laEducacin de la Facultad de Psicologa de la Universidad Autnoma de Madrid, han

    codirigido la investigacin, que ha sido coordinada por Da. Esperanza OchataAlderete, tambin profesora titular del mismo departamento y universidad. Comoinvestigadores que han aportado su trabajo y conocimientos en los diferentes apartadosde este informe figuran D. Liborio Hierro Snchez-Pescador, profesor titular deFilosofa del Derecho, D. Ignacio Montero Garca-Celay, profesor titular deMetodologa de la Facultad de Psicologa, y D. Hctor Gutirrez Rodrguez, becario deinvestigacin en el Departamento de Psicologa Evolutiva y de la Educacin de laFacultad de Psicologa, todos ellos de la Universidad Autnoma de Madrid. Asimismoy como investigadora y colaboradora respectivamente, han participado Da. Isabel

    Fernndez Garca y Da. Mara del Mar Callejn Espinosa, profesoras ambas deEducacin Secundaria. Finalmente han realizado aportaciones de inters para lainvestigacin Da. Emiliana Villaoslada Hernn, Da. Olga Hoyos de los Ros y D.Carlos Elena Tardn, doctora y doctorandos respectivamente del Departamento dePsicologa Evolutiva y de la Educacin de la Facultad de Psicologa de la UniversidadAutnoma de Madrid.

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    INTRODUCCIN

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    Las experiencias con los iguales, sean compaeros de clase o amigos del barrio,coetneos o no, constituyen un importante contexto de desarrollo para los nios yadolescentes. A travs de ellas se adquieren, durante el largo perodo anterior a la edadadulta, un amplio abanico de habilidades y actitudes que influyen en la adaptacinsocial de la persona a lo largo de la vida. Los iguales son un factor de socializacin quecontribuye, junto con otros factores tales como la familia, la escuela y otros escenariossociales del entorno donde vive el nio, a su bienestar y ajuste social, emocional ycognitivo. Frente a las experiencias con los adultos, las experiencias con los pares se

    caracterizan por situarse en un plano de simetra horizontal, de ah la consideracincomo iguales a quienes protagonizan esas experiencias. El juego sera la actividad quemejor ilustra este carcter de relaciones no jerrquicas, en las que la igualdad deestatus domina la interaccin entre nios.

    Sin embargo, no siempre los iguales son un factor de influencia positiva en eldesarrollo de la persona, ni las relaciones entre ellos estn exentas de conflictos. Elobjeto de estudio que presenta este informe es un tipo de relacin daina entre iguales:el maltrato o victimizacin por abuso de poder en los centros de educacin secundaria

    de nuestro pas. Aunque tiene relacin con el fenmeno de la violencia, este informeha acotado su objeto de estudio a un tipo particular de violencia o de agresiones entreiguales. No se contemplan las agresiones, organizadas o espontneas, en las que sebusca recprocamente el dao mutuo, ni los actos de vandalismo, ni otroscomportamientos referidos a relaciones negativas que pudieran manifestarse ms omenos abiertamente en el entorno escolar o en la comunidad en la que se inserta elcentro educativo. Lo que se ha estudiado es un tipo de violencia, que a menudo slo semanifiesta bajo la superficie de las relaciones observables en la escuela, oculta casisiempre para los adultos, pero bien conocida por el alumnado. Es por ello un tipo deviolencia difcil de identificar, de diagnosticar en cuanto a su gravedad y de eliminar.

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    En su forma ms general, el fenmeno del abuso consiste en la opresin reiterada,tanto psicolgica como fsica, hacia una persona con menos poder, por parte de otra

    persona con un poder mayor(Farrington, 1993). Es este desequilibrio de poder entre

    las personas, a veces obvio (p. ej., cuando se da por parte de una persona fsicamentems capaz o cuando es un grupo de personas quien aterroriza a un individuo), otrasveces, menos obvio (p.ej., cuando la diferencia entre el agresor y la vctima espsicolgica), la caracterstica ms relevante de los distintos tipos de abuso, conindependencia de la edad o del tipo de conducta especficos. El maltrato por abuso depoder puede adoptar diferentes formas: puede tratarse de un maltrato directo, es decir,de agresiones de tipo intimidatorio, que a su vez pueden incluir un dao fsico overbal; o bien de formas de maltrato indirectas, como la exclusin social. Por lo tanto,

    el maltrato puede presentar diversas formas, como las siguientes:

    Maltrato fsico. Maltrato verbal. Exclusin social.

    Aun cuando en este informe se utiliza esta clasificacin general, se ha acudidofrecuentemente a una mayor especificacin del tipo de maltrato. As se ha hecho, porejemplo, a la hora de confeccionar el cuestionario utilizado en el estudio emprico que

    explora la incidencia del maltrato entre iguales en nuestro pas, y del que se ocupa lasegunda parte de este informe. Tanto en el cuestionario como en el anlisis de losresultados se hizo un desglose de tipos de maltrato mucho ms pormenorizado, deacuerdo con las categoras siguientes que suelen emplearse habitualmente paradistinguir las formas en que puede ejercerse el maltrato:

    Maltrato fsico: Amenazar con armas (maltrato fsico directo). Pegar (maltrato fsico directo).

    Esconder cosas (maltrato fsico indirecto). Romper cosas (maltrato fsico indirecto). Robar cosas (maltrato fsico indirecto).

    Maltrato verbal: Insultar (maltrato verbal directo). Poner motes (maltrato verbal directo). Hablar mal de alguien (maltrato verbal indirecto).

    Exclusin social: Ignorar a alguien. No dejar participar a alguien en una actividad.

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    Mixto (fsico y verbal): Amenazar con el fin de intimidar. Obligar a hacer cosas con amenazas (chantaje).

    Acosar sexualmente.

    El maltrato entre iguales supone una perversin de las relaciones entre stos, aldesaparecer el carcter horizontal de la interaccin, es decir la relacin de igualdad,que es sustituida por una relacin jerrquica de dominacin-sumisin entre el agresor yla vctima.

    La preocupacin social que suscita la violencia cuando sta se produce en los

    centros escolares, ha dado lugar en diferentes pases a numerosas acciones eintervenciones en distintos mbitos. La mayora de estas acciones se sitan en elpropio marco escolar y, en trminos generales, se pueden agrupar en dos grandesbloques: por un lado, la investigacin epidemiolgica de la gravedad del fenmeno pormedio de cuestionarios y otros procedimientos de recopilacin de informacin; porotro lado, la labor directa con los implicados, tanto los protagonistas (agresor yvctima) como sus compaeros. A su vez, estas ltimas acciones se llevan a cabo endos frentes: la intervencin rpida para detener el proceso, y la prevencin. Y, aunquecon diferencias segn los pases, otras acciones que exceden el mbito de los centros

    han venido de la mano del marco legal o de la actuacin de las administracionespblicas, bien sea por medio de polticas sociales, o bien por medio de polticaseducativas dirigidas a conformar centros educativos en los que se promuevanrelaciones interpersonales que vayan parejas a los contenidos y procedimientos queconfiguran el proceso de enseanza-aprendizaje.

    Aunque el fenmeno del maltrato por abuso de poder no es especfico del entornoescolar, y de hecho la investigacin de su naturaleza, sus causas y consecuenciasincluye al mundo laboral adulto (Smith, 1999), la relevancia de las experiencias

    escolares las ha puesto en el punto de mira de las principales investigaciones sobre eltema.

    El noruego Olweus (1983), uno de los pioneros en el estudio de la victimizacin enentornos escolares, da una definicin suficientemente clara y minuciosa del maltratoentre iguales, que sirve de punto de partida para describir el fenmeno en suscaractersticas primordiales. La victimizacin o maltrato por abuso entre iguales es unaconducta de persecucin fsica y/o psicolgica que realiza el alumno o alumna contra

    otro, al que elige como vctima de repetidos ataques. Esta accin, negativa e

    intencionada, sita a las vctimas en posiciones de las que difcilmente pueden salir

    por sus propios medios. La continuidad de estas relaciones provoca en las vctimas

    efectos claramente negativos: descenso en su autoestima, estados de ansiedad e

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    incluso cuadros depresivos, lo que dificulta su integracin en el medio escolar y el

    desarrollo normal de los aprendizajes.

    Otros autores han distinguido distintos niveles en la victimizacin. As, Rigby(1996) diferencia entre maltrato maligno y maltrato no deliberado. El primero, quepuede considerarse el ejemplo ms extremo del fenmeno, consiste en una agresinintimidatoria que busca conscientemente hacer dao a otro, es decir, una explotacindeliberada de una diferencia de poder. El maltrato no deliberado, por indiferencia onegligencia, puede darse con fines incluso pedaggicos, pero la vctima se sienteigualmente sometida y sin defensa. Los elementos del maltrato maligno prototipo demaltrato presentes ya en la definicin dada por Olweus, son los siguientes:

    Deseo inicial obsesivo y no inhibido de infligir dao, dirigido contra alguienindefenso.

    El deseo se materializa en una accin. Alguien resulta daado. La intensidad y la gravedad del dao dependen de la

    vulnerabilidad de las personas.

    El maltrato se dirige contra alguien menos poderoso, bien sea porque existedesigualdad fsica o psicolgica entre vctimas y actores, o bien porque estosltimos actan en grupo.

    El maltrato carece de justificacin.

    Tiene lugar de modo reiterado. Esta expectativa de repeticin interminable porparte de la vctima es lo que le da su naturaleza opresiva y temible.

    Se produce con placer manifiesto. El agresor disfruta con la sumisin deldbil.

    El complejo dibujo que proyecta el proceso de victimizacin de un individuo porparte de sus iguales est asociado a relaciones de poder con un esquema de dominio-sumisin (Ortega, 1998). Esta relacin asimtrica de poder se refleja en acciones en lasque un individuo o un grupo de individuos realiza una serie de actos variados dehostigamiento y falta de respeto a la vala personal del otro hasta el extremo de llegar ahacerle la vida imposible, creando un crculo de victimizacin. La accin intimidatoriasuele mantener un orden ascendente de dolor, pudiendo comenzar con un simple motepara ir pasando lentamente a otros actos ms graves, tales como rerse de la persona,

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    meterse con ella, burlarse..., para llegar despus al aislamiento, al rechazo, al insulto, ala agresin fsica, etc., lo que acrecienta la sensacin de indefensin por parte de lapersona acosada. Los estudios sobre la incidencia de casos de maltrato por abuso

    sealan el paso de la escolaridad primaria a la secundaria como el momento de mayorfrecuencia de casos (entre 11 y 14 aos), frecuencia que a partir de entonces vadisminuyendo.

    La falta de apoyo de los compaeros hacia las vctimas, frecuente en esos procesos,ha sido interpretada por Olweus (1993) como resultado de la influencia que losagresores ejercen sobre los dems, en la lnea de lo que algunos estudios handemostrado respecto a que tanto adultos como jvenes se comportan de forma agresiva

    despus de observar un acto de agresin. En el caso del maltrato entre iguales, seproduce un contagio social que inhibe la ayuda e incluso fomenta la participacin enlos actos intimidatorios por parte del resto de los compaeros que conocen elproblema, aunque no hayan sido protagonistas inicialmente del mismo. Este factor esesencial para entender la regularidad con la que actos de esta ndole pueden producirsebajo el conocimiento de un nmero importante de observadores que, en general, sonlos compaeros y no los adultos del entorno de los escolares. En otros casos, se hademostrado que es el miedo a ser incluido dentro del crculo de victimizacin yconvertirse tambin en blanco de agresiones lo que impide que alumnos que sienten

    que deberan hacer algo no lo hagan.

    Los adultos representan el cuarto elemento del conjunto del proceso, junto con lavctima, el agresor o agresores y los compaeros. Los datos aportados por todos loscuestionarios aplicados hasta el momento nos indican que los adultos no se percatan delos hechos por diferentes razones. En edad infantil, los nios comunican ms susituacin de riesgo a profesores y padres: un 32 por 100 de las vctimas da parte a losprofesores y un 29 por 100 lo dice a la familia, mientras que en edades adolescentes elgrado de comunicacin es considerablemente inferior (Ortega, 1992; Fernndez y

    Quevedo, 1991). Esto conlleva una dificultad aadida en trminos de deteccin eintervencin puesto que, cuando los casos salen a la luz, la escalada de las agresionessuele estar en niveles de mayor riesgo e intensidad para la vctima. Por tanto, esnecesario no slo alertar a los adultos sobre la importancia de estos hechos para quemantengan una actitud vigilante y atenta, sino tambin concretar y definir con claridadcon los alumnos qu tipos de actitudes y de relaciones no son permisibles, y, porconsiguiente, deberan comunicarse por las vctimas, en caso de producirse, ya queatentan contra el clima social positivo que ha de existir en las escuelas.

    Llegados hasta aqu es importante afirmar que el maltrato entre iguales, comocualquier otra forma de abuso, es un fenmeno complejo que no puede atribuirse a unasola causa o factor. Los modelos unicausales que hace unos aos utilizaron psiclogos

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    y socilogos para explicar y, consecuentemente, para prevenir este fenmeno han idodando paso a otros ms complejos. La violencia que se produce en los centrosescolares no puede explicarse slo por las caractersticas del agresor, de la vctima o

    del propio contexto escolar. Por el contrario, las teoras contextuales o ecolgicas(Bronfenbrenner, 1979, 1997) muy utilizadas en la actualidad para la explicacin delos fenmenos sociales, afirman que el abuso de poder entre iguales es el resultado dela interaccin compleja entre estos y otros factores que surgen de los distintoscontextos en que el individuo vive, desde los ms prximos, como la familia, laescuela, el grupo de amigos o los medios de comunicacin, hasta los ms lejanos,como los recursos educativos, culturales y econmicos, sin olvidar los valoresimperantes en cada cultura sobre las relaciones entre personas, y en particular en el

    medio escolar, entre compaeros y compaeras.

    Las caractersticas o circunstancias personales de ciertos nios y adolescentespueden ser factores de riesgo para que, en determinadas condiciones, se comporten deforma violenta con sus compaeros. Estas caractersticas, como la agresividad, la faltade control, las toxicomanas o el aprendizaje de conductas violentas en los primerosaos de la vida, se han utilizado frecuentemente para explicar el fenmeno aqutratado, pero no pueden aceptarse como causas nicas del maltrato. Algo semejantepodra decirse respecto a ciertas peculiaridades de las vctimas, tales corno su debilidad

    fsica o psicolgica, baja autoestima, etc.

    El contexto familiar tiene indudablemente una importancia fundamental para elaprendizaje de las formas de relacin interpersonal. As la estructura y dinmica de lafamilia, los estilos educativos de los padres y las madres, las relaciones con loshermanos, etc., son aspectos fundamentales que hay que tener en cuenta ya que puedenconvertirse bien en factores protectores o bien en factores de riesgo para que los nioso nias se conviertan en agresores o vctimas en su relacin con los iguales.

    El mbito escolar es determinante en el establecimiento de las relaciones de losalumnos entre s, y de stos con sus profesores. Tanto los aspectos estructurales de lainstitucin educativa como su dinmica, en la que se incluyen los fenmenos a queanteriormente se ha hecho referencia (aprendizajes agresivos por imitacin,comportamiento de los profesores, etc.), son muy importantes a la hora de explicar y,sobre todo, de prevenir los abusos entre iguales en dicho mbito.

    Sin embargo es necesario sealar que, tal como ocurre con las caractersticaspersonales o familiares aludidas ms arriba, el maltrato entre iguales que se produce enla escuela tampoco puede explicarse slo mediante las variables relativas al propiocentro. Junto con los factores ms relacionados con el medio escolar y el grupo deamigos, existen otros factores sociales y culturales implicados en el fenmeno cuyo

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    conocimiento permite la comprensin del mismo en toda su complejidad. As, porejemplo, los medios de comunicacin, especialmente la televisin, se han convertidoen un contexto educativo informal de enorme importancia en el desarrollo y el

    aprendizaje de los nios, nias y adolescentes. No es que los medios de comunicacinpor s solos puedan explicar la violencia infantil y juvenil, sino que la visin deprogramas violentos socialmente aceptados puede agregarse a otros factores de riesgo.Tambin los recursos comunitarios, tales como los servicios sociales, jurdicos opoliciales juegan un importante papel en la prevencin del abuso. Finalmente, no sepuede olvidar la importancia de las creencias y los valores culturales a la hora deexplicar el problema del maltrato entre iguales. Todo parece indicar que la violenciahacia los compaeros, en sus diferentes grados y modalidades, es aceptada de forma

    diferente en las distintas culturas y microculturas. Por ello puede esperarse que elfenmeno del maltrato entre iguales tenga distinta incidencia o se presente de formadiferente en los distintos pases estudiados.

    Lo que de modo muy sinttico se ha expuesto hasta aqu apunta, como se analizara lo largo de las pginas de este estudio, hacia que los poderes pblicos, inicialmente, ylos restantes agentes implicados, despus, deben abordar los distintos niveles deprevencin y erradicacin de la violencia entre iguales atendiendo a la complejidadque el hecho presenta. Se trata por tanto de realizar programas completos que aborden

    la intervencin individual, familiar y, sobre todo, escolar del abuso entre iguales. Perono se debe olvidar tampoco el importante papel que tienen los medios de comunicacina la hora de educar a los nios para la no violencia, o la responsabilidad de todas laspersonas e instituciones a la hora de introducir un progresivo cambio de mentalidadque permita abordar de forma ms positiva las relaciones interpersonales.

    El abuso o maltrato entre alumnos ha sido ampliamente estudiado dentro de laUnin Europea. Tambin se han llevado a cabo estudios e intervenciones sobre dichofenmeno en pases como Japn, EE.UU., Canad y Australia. En Europa fueron los

    escandinavos los primeros en definir el fenmeno, determinar su incidencia y crearprogramas de intervencin para sus escuelas. Ya en los aos ochenta el peso de lainvestigacin se desplaza al Reino Unido e Irlanda. Desde comienzos de los noventa sehan llevado a cabo numerosas experiencias de intervencin en Alemania y Holanda.Entre los pases mediterrneos, Espaa, Italia y Portugal, continuaron trayectoriasparecidas siguiendo el modelo ingls, mientras que en Francia la violencia escolar secontempla en el contexto ms general de la violencia juvenil y las medidas adoptadasresponden ms a ese planteamiento general y no al estrictamente educativo. Al ser loscontextos anglosajn, germano y escandinavo los que mayor nmero deinvestigaciones aportan, aparecen ciertas dificultades al intentar comparar resultados yestablecer adaptaciones de los instrumentos de investigacin y de intervencin a lasformas y las costumbres de las distintas poblaciones del sur de Europa, puesto que sus

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    formas de interaccin social y sus usos lingsticos son, en muchos casos, muydiferentes a los nuestros.

    El concepto de maltrato o abusos entre iguales tiene significado y alcancediferentes segn el pas al que se haga referencia. Los trminos con los que se designaeste fenmeno varan segn los pases y las acepciones de los conceptos empleados nosiempre son equivalentes. As en el norte de Europa se comenz utilizando el trminomobbing [acosar, rodear] en los primeros estudios que datan de los aos setenta(Heinemann, 1969, 1972; Olweus, 1973). El trmino mobbing se toma de laetologa, en particular de Konrad Lorenz, quien lo utiliza para designar un ataquecolectivo por un grupo de animales contra un animal de otra especie, que usualmente

    es ms grande y enemigo natural del grupo (Lorenz, 1968). Esta definicin retras eldesarrollo de las investigaciones pues limit el fenmeno a hechos grupales, sinatender a agresiones de individuo a individuo. Sin embargo, investigacionesposteriores han demostrado que esta ltima modalidad la agresin individuo aindividuo ocupa un porcentaje muy alto de las agresiones entre escolares.

    De mobbing se pas a los trminos anglosajones bully para designar al autorde la accin y bullying para designar su accin, trminos estos que se usantanto en el lenguaje cientfico como en el cotidiano. Estas voces proporcionan una

    cobertura semntica ms amplia y ajustada a la descripcin y caractersticas delfenmeno que la que proporcionan voces equivalentes de otras lenguas1. Pese a ello, elconcepto de bullying no abarca la exclusin social como forma agresiva de relacinpero, aun con esta limitacin, proporciona las caractersticas bsicas para definir elfenmeno y es este trmino el que, tras diferentes revisiones a partir de la primeradefinicin de Olweus en 1978, tiene un uso consensuado en la literatura cientfica queaborda este problema. A menudo se aade al trmino intimidacin [bullying], elde exclusinsocial [socialexclusin] para referirse al fenmeno completo de loque puede designarse en espaol como maltrato o abuso.

    Este informe se propone analizar el alcance del fenmeno de la violencia entreiguales en el mbito escolar en Espaa, centrndose el estudio realizado en la etapa deEducacin Secundaria Obligatoria. Previamente se aportan datos para hacer posible elconocimiento del estado de la cuestin aqu y en los principales pases de nuestroentorno a travs del examen de los estudios e investigaciones ms relevantes que hastael presente han visto la luz. Asimismo, se ha tomado en consideracin el marco legal

    1 As, en espaol, el trmino correspondiente sera intimidacin, que los nios no suelen utilizar. El trmino

    bully, tal como lo define el Oxford Universal Dictionnary tiene entre otras, dos acepciones relativas al fenmenode la intimidacin: por un lado, persona (o animal) que se convierte en terror para el dbil o indefenso; por otrolado, aquel que protege y vive de las prostitutas. En uno y otro caso est presente el elemento de aprovecharsede quien est en una situacin de inferioridad. Su traduccin al espaol sera intimidador, o los ms coloquiales,tambin en el lenguaje infantil, matn, abusn, chulo.

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    propio y ajeno que incide en este problema y se ha solicitado diversa informacin a lasadministraciones pblicas con competencias en materia educativa tratando de conocerla percepcin que stas tienen de dicho problema y las regulaciones por ellas adoptadas

    para afrontar, prevenir y erradicar la violencia escolar. Finalmente se ha intentadodeterminar, en el momento presente, la incidencia real del problema a travs de unaencuesta de mbito nacional realizada sobre una muestra representativa de 3.000estudiantes de un total de 300 centros pblicos y privados que imparten educacinsecundaria de todo el territorio del Estado y de 300 profesores integrantes de losequipos directivos de dichos centros. De todo ello, incluyendo los resultados de laencuesta antes citada, se da cuenta en el presente informe.

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    I. ANTECEDENTES

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    1. EL ESTADO DE LA CUESTIN EN EUROPA: RESEA DE

    INVESTIGACIONES E INTERVENCIONESEste apartado describe las principales actuaciones que se han venido desarrollando

    en Europa relativas al maltrato en el contexto escolar, agrupadas en dos grandesbloques. En el primero se resumen los principales estudios que han investigado lamagnitud del problema en varios pases. En el segundo se analizan las medidas deprevencin e intervencin experimentadas y aplicadas en ellos, destacndose susorientaciones fundamentales. Las principales fuentes documentales para elaborar lainformacin contenida en este captulo han sido, por orden cronolgico, el nmero

    especial de la Revista de Educacin (1997) dedicado al maltrato entre iguales, querene colaboraciones de expertos de varios pases europeos; el volumen publicado en1998 por la Junta de Andaluca bajo el ttulo La convivencia escolar: qu es y cmoabordarla, coordinado por la profesora Rosario Ortega, de la Universidad de Sevilla; ypor ltimo, el volumen publicado este mismo ao por Peter Smith y otros expertos devarios pases (Smith, Morita, Junger-Tas, Olweus, Catalano y Slee, 1999) con el ttuloThe Nature of School Bullying: A Cross-National Perspective. Asimismo, se hanmanejado los libros y artculos que se citan en cada uno de los apartados.

    La informacin recogida en el primer bloque de este apartado servir ms adelantepara comparar los datos obtenidos en el estudio nacional que constituye el contenidosustancial de este informe con los resultados de otras investigaciones desarrolladas envarios pases con tradicin en el estudio de estos temas, como son los escandinavos,Reino Unido, Italia, Irlanda, Alemania y Portugal, as como con los ya obtenidos enEspaa en otros estudios anteriores. No obstante, tal como se expondr msextensamente en su momento, la comparacin es difcil y debe hacerse de maneracautelosa ya que, si bien en algunas de estas investigaciones se utiliz el CuestionarioAbusn/vctima [Bully/victim] de Olweus (1983, 1997b), ni siquiera en estos supuestoslos resultados son fcilmente comparables por cuestiones metodolgicas. Es decir, alas diferencias entre los procedimientos o tcnicas de investigacin utilizadas se unenotras, como el uso de muestras diferentes, tanto en lo que se refiere al nmero de

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    sujetos como a las edades, el diseo estadstico desarrollado, etc., que obligan a tomarcon extrema cautela el resultado de la comparacin de los datos que aportan losdistintos estudios. No obstante, es de inters partir del conocimiento que otros estudios

    anteriores han ido construyendo en torno al problema del abuso entre iguales en elmbito escolar que aqu nos ocupa.

    En el segundo bloque del apartado se analizan las medidas de prevencin eintervencin desarrolladas en los distintos pases, medidas estas que en algunos casosse han tomado casi de forma inmediata una vez conocida la incidencia real delproblema. El apartado se inicia con la exposicin de los dos modelos de intervencinque ms influencia han tenido en Europa y a continuacin se describe con cierto

    detalle la forma en que esos programas, o las modificaciones sobre ellos realizadas, sehan puesto en marcha en los distintos pases, incluido Espaa. Se refieren, por tanto,las lneas comunes de actuacin, as como las tendencias que diferencian los distintostipos de intervencin hasta ahora desarrollados. Por ltimo, se analizan los programasde prevencin e intervencin teniendo en cuenta los distintos mbitos en los que lasactuaciones se llevan a cabo: individual, escolar, de formacin del profesorado ycomunitario.

    1.1. ESTUDIOS DE LA INCIDENCIA DEL MALTRATO ENTRE IGUALES

    EN EL CONTEXTO ESCOLAR

    1.1.1. LOS PRIMEROS ESTUDIOS SOBRE EL MALTRATO ENTRE IGUALES:LOS PASES ESCANDINAVOS

    Los estudios sobre malos tratos entre compaeros/compaeras en la escuela sonbastante recientes. El primer trabajo sistemtico que suele citarse se inici en 1970 ytodava hoy se sigue desarrollando ya que se trata de un estudio longitudinal. Su autorfue Dan Olweus, de la Universidad de Bergen (Olweus, 1973), y se llev a cabo con

    una muestra de 900 sujetos. Olweus ha realizado los cuatro grandes estudios que seresumen en la tabla 1.1 (Olweus, 1999a) (ver pgina 33).

    En los dos estudios transversales realizados en Noruega y Suecia se utiliz elCuestionario Abusn/vctima (Olweus, 1983), mientras que en las investigacioneslongitudinales se han utilizado adems mltiples instrumentos para obtener una mayorinformacin sobre diversos aspectos concretos y ciertas caractersticas especficas delos agresores y las vctimas. El Cuestionario Abusn/vctima fue traducido yestandarizado para ser utilizado en otros pases y as sirvi como instrumento demedida para comparar la incidencia del maltrato entre iguales, por ejemplo, en Suecia,Finlandia, Inglaterra, Estados Unidos, Canad, Holanda, Irlanda, Espaa y Australia(vase Olweus, l999b, para la evolucin del contenido del cuestionario).

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    No se van a ofrecer aqu de forma detallada los datos obtenidos en todos los

    estudios citados en la tabla 1.1. Para los propsitos del presente informe resulta

    suficiente resumir los resultados del estudio de mbito nacional llevado a cabo en 715escuelas de

    TABLA 1.1. RESUMEN DE LOS ESTUDIOS REALIZADOS POR OLWEUS ENESCANDINAVIA

    ESTUDIO

    NACIONAL EN

    NORUEGA1983

    ESTUDIO A

    GRAN ESCALA

    EN SUECIA(1983-1984)

    ESTUDIO

    INTENSIVO

    EN BERGEN(1983-1985)

    ESTUDIO EN

    EL GRAN

    ESTOCOLMO(1970-)*

    Unidad de anlisis 715 escuelas.

    Cursos 2 a 9

    (130.000 chicos y

    chicas)

    60 escuelas. Cursos

    3 a 9 (17.000

    chicos y chicas)

    4 cohortes de

    2.500 chicos y

    chicas. Cursos 4

    y 7 (1983), 300-

    400 profesores;

    1.000 padres

    3 cohortes de

    900 chicos,

    cursos 6 a 8

    (1970)

    Nmero de veces de

    estudio de la muestra Una Una Varias Varias

    * Estudio todava en cursoNoruega (1983) y con un nmero aproximado de 130.000 alumnos de edadescomprendidas entre los 7 y los 16 aos (Olweus, 1999b). En general, los datos de lamuestra total que parecen ms relevantes son los siguientes:

    Un 15 por 100 de alumnos participaban en las acciones intimidatorias biencomo vctimas, bien como agresores.

    El 9 por 100 eran vctimas, el 7 por 100 agresores, y el 1,6 por 100 habanparticipado como agresores y como vctimas.

    Un 5 por 100 de los alumnos estaban involucrados en el maltrato ms grave(victimizacin dura o intensa), cuya frecuencia era de un acto de maltratouna vez a la semana.

    Los porcentajes de alumnos que decan ser vctimas decrecan tanto en

    chicos como en chicas a medida que aumentaba tanto la edad como elcurso.

    Los ms jvenes y ms dbiles eran los ms vulnerables a la victimizacin.

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    El gnero del agresor y de la vctima sola ser masculino.

    Haba menos agresiones fsicas en los cursos superiores que en los inferiores.

    Las agresiones solan ser realizadas por compaeros del mismo curso o decursos superiores.

    Para facilitar una ulterior comparacin con los resultados del estudio que se aportaen este informe y que se exponen en la segunda parte del mismo, en la tabla 1.2 seresumen algunos datos referentes a los cursos 6, 7, 8 y 9 del sistema noruego, que

    equivalen a 1, 2, 3 y 4 cursos de la Educacin Secundaria Obligatoria espaola.

    TABLA 1.2. DISTRIBUCIN DE LAS VCTIMAS Y AGRESORES POR SEXOY CURSO EN EL ESTUDIO NACIONAL NORUEGO

    6 CURSO

    12-13 AOS

    7 CURSO

    13-14 AOS

    8 CURSO

    14-15 AOS

    9 CURSO

    15-16 AOS

    VCTIMASChicos

    8,4% 8,0% 7,7% 6,4%

    Chicas 5,5% 3,3% 3,5% 3,0%AGRESORESChicos

    11,7% 11,7% 12,8% 12,7%

    Chicas 3,1% 2,2% 3,0% 2,1%

    Como puede apreciarse en esta tabla, el descenso en el porcentaje de vctimascomienza en sptimo curso. Un resultado llamativo, por lo explcito que resulta, es ladiferencia de gnero en la frecuencia relativa de agresores y vctimas: en los chicos

    hay ms agresores que vctimas en todos los cursos entre 6 y 9, mientras que en laschicas se invierte esa relacin, figurando en todos ellos, menos chicas agresoras quechicas vctimas. Por lo tanto, es el bajo nmero de chicas agresoras (menor que lasvctimas de uno y otro gnero, y menor que chicos agresores) lo que contribuye a queen la muestra general aparezcan menos agresores que vctimas. Es decir, el datogeneral no refleja la tendencia en la submuestra masculina.

    1.1.2. LAS INVESTIGACIONES REALIZADAS EN REINO UNIDO E IRLANDA

    En Inglaterra se inician diversos estudios sobre la violencia escolar al final de ladcada de los ochenta. El ms importante se llev a cabo en el rea de Sheffield,utilizando el cuestionario de Olweus (1985) adaptado a la lengua inglesa y a las edades

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    de los sujetos que componan la muestra. La investigacin, dirigida por Peter Smith,estudi un total de 6.758 alumnos y alumnas procedentes de 24 escuelas: 17 deprimaria con un total de 2.623 alumnos entre 7 y 11 aos de edad, y 7 de secundaria

    con 4.135 estudiantes entre 12 y 16 aos (Whitney y Smith, 1993). Los resultados msimportantes obtenidos en la muestra, cindonos a los niveles de educacin secundariaen coherencia con las edades en que se centra este informe, son los siguientes:

    Por lo que se refiere a las vctimas, el 10 por 100 de alumnos manifestabanhaber sido agredidos de vez en cuando, y el 4 por 100, una vez a la semana.

    Por lo que se refiere a los agresores, el 6 por 100 de los estudiantes

    manifestaron haber agredido algunas veces, y el 1 por 100, una vez a lasemana.

    El lector interesado en obtener una informacin ms completa de este trabajo puederecurrir al resumen incluido en Ortega (1998) y en Smith (1999a). En cualquier caso,las conclusiones ms relevantes son las siguientes:

    Se produce un descenso claro del nmero de vctimas con el aumento de laedad (cuando se comparan los centros de educacin primaria con los de

    secundaria).

    Tambin se produce a lo largo de secundaria un descenso importante en elnmero de agresores.

    La mayora de los actos de victimizacin eran realizados por compaeros delmismo curso y grupo, aunque algunos se llevasen a cabo por compaeros decursos superiores.

    Las modalidades de maltrato ms frecuentes sufridas por los chicos y chicasde 12 a 16 aos fueron (Whitney y Smith, 1993):

    Insultos, motes 62 por 100 Agresin fsica 26 por 100 Amenazas 25 por 100 Rumores 24 por 100 Insultos racistas 9 por 100 Aislamiento social 7 por 100

    Si bien los chicos, comparados con las chicas, eran con mayor frecuencia objeto deagresiones fsicas directas y de amenazas, stas parecan experimentar ms formas

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    indirectas de maltrato, especialmente como objeto de rumores acerca de ellas y al serexcluidas porque nadie hablara con ellas (Smith, 1999a).

    Los lugares en que se abusaba de los compaeros eran (Whitney y Smith,1993):

    El recreo 45 por 100 Las clases 39 por 100 Los pasillos 30 por 100 Otros lugares 10 por 100

    No obstante, en los cursos de secundaria la diferencia entre el recreo y el aula comolugares preferentes de maltrato era mnima.

    En Escocia fue Mellor quien realiz en 1990 el primer estudio de incidencia delabuso entre iguales, financiado por el gobierno del Reino Unido. La muestra estuvoformada por 942 estudiantes de secundaria (12-16 aos) pertenecientes a diez centros,y tambin en este caso se utiliz el Cuestionario Abusn/vctima. A continuacin seexponen los resultados ms importantes de esta investigacin:

    El 3 por 100 de los escolares manifest ser maltratado al menos una vez porsemana, mientras que el 6 por 100 afirmaba haberlo sido a veces o con unafrecuencia mayor.

    El 4 por 100 manifest que haba agredido a otros a veces o con unafrecuencia mayor. Un 2 por 100 manifest hacerlo una vez por semana.

    No aparecen diferencias en el nmero de vctimas entre chicos y chicas a los12-13 aos.

    Las chicas decrecan en el nivel de victimizacin de que eran objeto a partirde los 13-14 aos; mientras que entre los chicos, a los 14-15 aos haba msvctimas que en cursos anteriores.

    La mitad de los chicos y un tercio de las chicas admitan haber maltratado aotro compaero en algn momento. La diferencia entre chicos y chicasmaltratadores se marcaba, sobre todo, a los 15 aos donde un 12 por 100 dechicos manifestaban que recientemente lo haban hecho y un 5 por 100manifestaba que lo haca todos los das.

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    Un 48 por 100 consider que los incidentes se daban en el recreo y un 28 por100 en la clase.

    Se encontraron grandes diferencias de incidencia de unas escuelas a otras:las cifras oscilaban desde un 2,4 por 100 de adolescentes que habanagredido a otro a veces o con una frecuencia mayor en una escuela, hastaun 15,4 por 100 de agresores en otra escuela.

    La incidencia total encontrada en las escuelas escocesas es menor que la delas escuelas inglesas de los estudios de Smith (Mellor, 1999).

    En Irlanda, los primeros estudios sobre el tema tuvieron lugar a partir de 1985(Byrne, 1987, 1999; O'Moore y Hillery, 1989) usando adaptaciones del cuestionarioelaborado por Olweus, con muestras de escolares en edades comprendidas entre los 8 y12 aos. Merece la pena prestar atencin a otro estudio llevado a cabo en 1994 porByrne, con una muestra de sujetos considerablemente ms amplia que los anteriores:726 estudiantes de primaria y 576 de secundaria, pertenecientes a siete centros deDubln. Siguiendo a Ortega, los resultados ms importantes de este trabajo son:

    Se encontr un 5,37 por 100 de agresores y un 5,14 por 100 de vctimas.

    En concordancia con los datos encontrados en otros pases, los chicosparticipaban ms que las chicas como agresores y como vctimas: un 74,28por 100 y un 59,7 por 100 de agresores y vctimas, respectivamente, eranchicos.

    Los adolescentes discapacitados o desfavorecidos eran ms victimizados queel resto de sus compaeros.

    Se constat un absentismo escolar importante entre los agresores.

    En 1996 se dieron a conocer los resultados de un estudio nacional realizado porO'Moore, Kirkham y Smith en el Anti-Bullying research and Resource Centre delTrinity College de Dubln, financiado por la Gulbenkian Foundation y el Ministerio deEducacin irlands. El estudio se realiz en el curso 1993/94 con una muestra dealumnos que iba desde 3 de primaria (8 aos) hasta 6 curso de la enseanzapostprimaria. Tambin en este caso se utiliz el cuestionario creado por Olweus. Lamuestra estaba compuesta por un total de 530 escuelas 320 de primaria y 210 desecundaria, lo que representaba el 10 por 100 de todo el alumnado de primaria y el27 por 100 de postprimaria. Siguiendo a Byrne (1999), los resultados ms destacablesfueron:

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    Un 5 por 100 del alumnado de primaria afirmaba ser victimizado una vez a

    la semana, mientras que en la postprimaria en su conjunto la cifra bajaba a 2

    por 100.

    Sin embargo la incidencia ms alta de maltrato se produca en el 2 curso dela enseanza postprimaria, equivalente al 2 curso de ESO en el sistemaespaol (13-14 aos).

    El 50 por 100 de los alumnos afirmaba que se unira para hostigar a uncompaero si ste les caa mal.

    Cuando se les preguntaba si comunicaran un maltrato a otra persona, sepudo observar que la probabilidad de comunicarlo decreca notoriamente conla edad, ya fuese en el centro escolar o en casa.

    1.1.3. ALEMANIA

    En Alemania, los estudios acerca del maltrato entre iguales se enmarcangeneralmente dentro de los que tratan la violencia juvenil, que ya haba recibido cierta

    atencin pblica durante los aos setenta y ochenta. A finales de esta dcada se creuna Comisin Gubernamental Independiente para la Prevencin y Control de laViolencia, con una atencin a problemas muy diversos, desde la violencia en la familiao la escuela hasta la violencia en los estadios o con motivacin poltica. Una de lasconclusiones alcanzadas fue que en el fenmeno de la violencia hay distintos factoresrelevantes, destacndose como uno de los que afectan a la violencia escolar el climaeducativo. De estas conclusiones se derivaron propuestas de prevencin e intervencinque apelaban a la funcin educativa de la escuela, a la responsabilidad del profesoradoy el alumnado y a la necesidad de apoyo externo a las escuelas.

    En los aos noventa el tema cobr importancia para la opinin pblica, con lo quese iniciaron nuevos estudios y trabajos, algunos de los cuales prosiguen en laactualidad (Funk, 1997; Lsel y Blieser, 1999). Antes de pasar a describir losresultados obtenidos en estos estudios es necesario tener en cuenta que en muchos deellos (vase Funk, 1997) no slo se analiza el fenmeno del abuso entre iguales, sinotambin otras muchas conductas violentas, como el vandalismo, que no implicannecesariamente agresiones entre nios. Por esta razn, los estudios alemanes nosiempre se incluyen en las revisiones y publicaciones sobre el maltrato entre iguales.Parece relevante incluir aqu estos trabajos porque muestran la preocupacin alemanapor el estudio y la prevencin de la violencia. Sin embargo, es necesario dejar muyclaro que los datos de incidencia que se proporcionan a continuacin no pueden ser

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    comparados punto por punto con los que estudian slo el abuso entre iguales. Alincluir un mayor nmero de conductas y de lugares en los que stas pueden producirse,los niveles de incidencia aumentan, sin que ello signifique necesariamente que los

    escolares alemanes maltraten ms a sus compaeros que los restantes escolareseuropeos.

    No existe un estudio de incidencia general realizado en Alemania. Como es sabido,la estructura estatal de Alemania es de tipo federal, lo que implica que lascompetencias educativas estn asumidas por los estados federados o lnder. Por ello,los datos con los que se cuenta se refieren a los estudios locales o regionales. Los msdestacados relativos a los escolares alemanes como agresores, a partir de la frecuencia

    con la que admiten haber cometido acciones agresivas, son los siguientes:

    En el Estudio sobre Violencia Escolar de Nuremberg 1994, los insultosrepresentan la accin violenta ms comn 83 por 100 de chicos y 74 por100 de chicas, lo que coincide con otros estudios alemanes (Funk, 1997).Mentir acerca de los compaeros, las peleas, el vandalismo y los insultos alos profesores tambin son acciones frecuentes entre el 49 por 100 y 32por 100 de chicos, y entre el 32 por 100 y 16 por 100 de chicas, segn el tipode conducta. Se citan poco el acoso sexual a compaeros (6 por 100 de

    chicos y 2 por 100 de chicas), o las amenazas con armas (4 por 100 de chicosy 1 por 100 de chicas). An menores son los porcentajes cuando lasagresiones se dirigen al profesorado, pero las profesoras padecen ms amenudo la violencia psquica y verbal que sus colegas masculinos.

    Tambin result evidente en el estudio citado que los chicos eran msviolentos que las chicas, resultado coincidente con otros estudios realizadosen el pas (Fuchs y otros, 1996; Von Spaun, 1996).

    La franja de edad ms violenta se distribuye entre los 13 y 15 aos (cursos 7a 9), si bien en las escuelas secundarias profesionales esta franja aumentahasta los 18 aos. En Hesse las mayores cuotas de violencia se registran en8 y 9, y en Sajonia, en 8 curso (Funk, 1997).

    Las agresiones verbales se dan por igual en escuelas de primaria, escuelassecundarias profesionales e institutos, pero hay ms peleas en las de primaria(49 por 100) que en los institutos (23 por 100) y en las escuelasprofesionales (31,5 por 100). Los actos vandlicos se cometen ms eninstitutos (59,5 por 100) y centros de primaria (50 por 100), comparados conlas escuelas secundarias profesionales (45 por 100) (Funk, 1997, pg. 61).

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    No existen diferencias significativas entre los estudiantes alemanes yextranjeros en lo referente a mentiras, insultos y ofensas, peleas, vandalismoy amenazas con armas o acoso sexual (Funk, 1997, pag. 62). Otro estudio

    (Fuchs y otros, 1996, cit. en Funk, 1997) refiere ms violencia vandlica,psquica y fsica en los escolares extranjeros que en los escolares alemanes;tan slo en lo que respecta a la violencia verbal no se constataron diferenciasen funcin de la nacionalidad.

    El 15 por 100 de los escolares de Nuremberg admiten llevar consigo a laescuela medios de defensa, doblando el porcentaje de chicos (19,5 por100), al de chicas (9,7 por 100). Los niveles de incidencia aumentan en los

    escolares de Berln (26 por 100), de Bochum (24,5 por 100) y de Baviera (30por 100). Los alumnos que llevan armas cometen agresiones con mayorfrecuencia que los que no las llevan y son tambin con mayor frecuenciavctimas de violencia verbal y no verbal.

    Segn Von Spaun y otros (1996), en el estudio realizado en Baviera se pudoconstatar una mayor incidencia de delitos violentos en las zonas urbanas queen las rurales.

    Por lo que se refiere a las vctimas:

    El 5,8 por 100 de las chicas declaraban haber sido pegadas o haber sidoobjeto de acoso sexual frente al 3,7 por 100 de los chicos.

    El 59,7 por 100 de los escolares de Baviera declaraban haber sido insultadosen el curso de 1994.

    El 41,5 por 100 se consideraban blanco de comentarios indecentes por partede sus compaeros.

    Se destaca una coincidencia entre agresor y vctima relativamente alta: untercio de los agresores declaran haber sido a su vez vctimas.

    Finalmente es necesario sealar que en el captulo escrito por Lsel y Blieser parael manual de Smith y col. (1999), dedicado a Alemania, los autores afirman que losresultados de las investigaciones alemanas sobre violencia entre iguales estn en lamisma lnea que los de otros pases europeos. As, por ejemplo, en relacin con el tipode abusos predominan de forma clara los que implican agresin verbal y aquellos queconllevan violencia fsica leve, aunque los autores citados afirman que los porcentajesde prevalencia del maltrato frecuente y persistente son considerables. Estos autores

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    resumen del siguiente modo los resultados respecto a las caractersticas de losagresores y de las vctimas:

    Los agresores suelen ser compaeros de curso o tener una edad ligeramentesuperior a la de las vctimas.

    No parece haber relacin entre estatus socioeconmico familiar y maltratoentre iguales: las caractersticas emocionales y educativas de las familiasparecen influir ms que las materiales en la existencia del maltrato entreiguales.

    Las edades en que se han encontrado ms abusos parecen situarse entre los13 y los 17 aos.

    Tanto en los agresores como en las vctimas (no de modo tan acusado enstas), el rendimiento acadmico suele ser bajo y las actitudes hacia laescuela, negativas. Aunque en el caso de las vctimas, al contrario de lo queocurre con los agresores, existe una actitud parental ms positiva hacia loslogros escolares de los hijos, siendo similar en unos y otros el mediofamiliar.

    Existe un efecto del gnero, en el sentido de que el fenmeno es msfrecuente entre los chicos.

    En cuanto a los lugares de riesgo, los profesores afirman que el mayor nmero deabusos se produce en los lugares de juego (60,1 por 100), seguido por los alrededoresde la escuela, los pasillos y finalmente las clases (9,2 por 100). Sin embargo losalumnos, comparados con los profesores, dan ms importancia que stos al aula y losalrededores de la escuela como lugares de riesgo.

    Con respecto a la comunicacin de los abusos, el 74 por 100 de los chicos y chicasestudiados por Detenborg en 1993 (Lsel y Bleiser, 1999) consideraba intilcomunicarlo a los padres, mientras que el 82 por 100 deca que, de ocurrirle, locomunicara a los profesores. La intencin de comunicarlo a los profesores disminuyecon la edad y/o el curso escolar.

    1.1.4. ESTUDIOS EN LOS PASES MEDITERRNEOS: ITALIA Y PORTUGAL

    El inters por el estudio del maltrato escolar entre iguales es muy reciente en Italia.El estudio inicial fue llevado a cabo en 1996 por Genta, Menesini, Fonzi, Costabile ySmith en escuelas del centro y el sur de Italia. Estudiaron un total de 17 escuelas de

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    primaria y secundaria entrevistando a 1.379 escolares de edades comprendidas entrelos 8 y los 14 aos (8-11 en primaria y 11-14 en secundaria). Utilizaron una adaptacindel cuestionario de Olweus (1993) y de Whitney y Smith (1993). Los porcentajes de

    alumnos que declaraban haber sido victimizados se muestran en la siguiente tabla:

    TABLA 1.3. PORCENTAJE DE ALUMNOS QUE AFIRMAN HABER SIDO VCTIMAS DE

    MALTRATO POR SUS COMPAEROS A VECES O CON UNA FRECUENCIA MAYOR EN

    LOS LTIMOS TRES MESES EN ESCUELAS PRIMARIAS Y SECUNDARIAS DE

    FLORENCIA Y COSENZA (TOMADO DE FONZI Y COL., 1999)

    ESCUELAS PRIMARIAS ESCUELAS SECUNDARIAS

    SUJETOS FLORENCIA COSENZA FLORENCIA COSENZAChicos 43,7% 40,6% 29,4% 21,4%

    Chicas 48,3% 34,6% 29,7% 33,1%

    Total 45,9% 37,8% 29,6% 27,4%

    Los resultados indican que un alto porcentaje de nios y nias se declaran vctimasen la escuela primaria, descendiendo significativamente en la secundaria. Los autoresindican que estos datos son bastante altos y superiores a los obtenidos en otros paseseuropeos.

    En 1997, el volumen II bullismo in Italia, coordinado por Ada Fonzi, rene lasinvestigaciones de distintos autores acerca de la incidencia del maltrato entre escolaresen diferentes zonas geogrficas de Italia. Los datos que figuran en la tabla 1.4representan el valor medio de aquellos encontrados en cinco ciudades italianas, dos delnorte de Italia (Turn y Bolonia), una del centro de Italia (Florencia) y dos del sur deItalia (Cosenza y Npoles), en las escuelas de secundaria (11-14 aos).

    TABLA 1.4. PORCENTAJE DE CHICOS Y CHICAS DE 11 A 14 AOS QUESE DECLARAN VCTIMAS O AGRESORES (FONZI Y COL. 1999)

    CHICOS CHICAS TOTAL

    Vctima: Alguna vez o ms veces 25,0% 27,8% 26,4%

    Vctima: Una vez

    a la semana o ms 10,2% 8,7% 9,5%

    Agresor: Alguna vez o ms 23,4% 16,4% 20,0%

    Agresor: Una vez a la semana o ms 10,6% 5,3% 8,1%

    Se apreciaron las mismas tendencias que en otros trabajos ya expuestos (porejemplo, Whitney y Smith, 1993):

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    El maltrato recibido por las vctimas decreca con la edad entre 8 y 14 aos.

    Los agresores eran mayoritariamente chicos.

    Agresores y vctimas estaban normalmente en la misma clase.

    Sin embargo, parece confirmarse que los niveles medios de maltrato entreiguales son ms altos en Italia que en otros pases europeos.

    La tabla 1.5 que aparece a continuacin ha sido tomada de los mismos autores y en

    ella se recogen tambin los porcentajes de los distintos tipos de maltrato recibidos.Como puede observarse, la modalidad ms frecuente es el maltrato verbal, sobre todocuando se trata de insultar y, en menor medida, de hablar mal de otros. La agresinfsica es bastante frecuente y en menor medida se dan las agresiones consistentes enquitar cosas e ignorar.

    TABLA 1.5. MODALIDADES DE MALTRATO, DE ACUERDO CON ELGNERO, EN ENSEANZA SECUNDARIA 11-14 AOS (FONZI Y COL. 1999)

    MODALIDADES CHICOS CHICAS TOTALInsultar y otras formas verbales 44,9% 45,3% 45,0%

    Dao fsico 27,7% 13,4% 20,7%

    Sembrar rumores sobre uno 23,3% 26,3% 24,6%

    Amenazar 17,7% 8,4% 13,0%

    Quitar mis cosas 11,5% 7,3% 9,3%

    Ignorar (nadie me habla) 6,8% 6,2% 6,4%

    Como puede deducirse de la tabla 1.6. siguiente, el lugar donde ms incidenciatiene el maltrato es la propia clase, seguida de la categora otros y de los pasillos. Elrecreo constituye el espacio donde se producen menos problemas, dato que sediferencia del encontrado en Inglaterra, pero que coincide con los de Alemania cuandoson los chicos y chicas, y no el profesorado, quienes son preguntados.

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    TABLA 1.6. LUGARES EN QUE SE PRODUCEN LOS ABUSOS EN ITALIA

    (FONZI Y COL. 1999)

    LUGARES CHICOS CHICAS TOTAL

    Pasillos 23,5% 16,5% 19,6%

    Recreo 13,5% 11,2% 12,3%

    Clases 49,9% 53,9% 51,9%

    Otros 24,6% 15,7% 20,2%

    El primer estudio realizado enPortugaltiene tambin una fecha reciente (Pereira yotros, 1996). Se llev a cabo en 18 escuelas pertenecientes a la zona de Braga con untotal de ms de 6.100 alumnos, concretamente 2.846 de primaria y 3.341 de escuelapreparatoria (secundaria). Se realiz tambin con una adaptacin del cuestionario deOlweus (1991) y del trabajo y del estudio ingls correspondiente a Smith y Sharp(1994). La educacin obligatoria en Portugal abarca una banda de edad que va de los 6a los 15 aos y tiene tres etapas: primaria (6-9 aos), secundaria o preparatoria (10-11)y tercer ciclo (12-14 aos) Los resultados que parecen ms destacablescorrespondientes a los cursos de secundaria o preparatoria son los que se recogen a

    continuacin en la tabla 1.7 (Almeida, 1999).

    TABLA 1.7. PORCENTAJE DE SUJETOS QUE SE DECLARAN VCTIMAS YAGRESORES EN EL ESTUDIO REALIZADO EN PORTUGAL EN EDUCACIN

    SECUNDARIA (ALMEIDA, 1999)

    CHICOS CHICAS TOTAL

    Vctimas (tres o ms veces en el trimestre) 24,2% 18,7% 21,6%

    Agresores (tres o ms veces en el trimestre) 20,5% 9,6% 15,4%

    Los resultados que muestra la tabla son coherentes con los obtenidos en otrospases europeos: los chicos participan en los episodios de maltrato en mayor grado quelas chicas, especialmente como agresores pero tambin como vctimas. Estos datos sehan puesto de manifiesto tambin en los sujetos ms pequeos, estudiantes de primaria(6-9 aos). Por otra parte, hay que sealar que tambin en este caso la incidenciadisminuye para edades o cursos superiores, ya que se encontr una mayor presencia delproblema en las escuelas de primaria que en las de secundaria, aunque slo en los

    chicos y chicas que se declaraban agresores y no en los que afirmaban haber sidoagredidos.

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    Las modalidades o tipos de maltrato ms frecuentes en el ciclo de educacinsecundaria son los que se recogen en la tabla 1.8 que figura a continuacin.

    TABLA 1.8. MODALIDADES O TIPOS DE MALTRATO MS FRECUENTESEN EL CICLO DE EDUCACIN SECUNDARIA EN PORTUGAL

    MODALIDAD CHICOS CHICAS TOTAL

    Verbal directa (insultar, amenazar) 65,5% 66,5% 66,0%

    Fsica directa (golpear, dar puetazos,

    quitar pertenencias1)

    63,1% 46,7% 55,2%

    Indirecta (rumores, nadie me habla) 29,8% 54,5% 41,7%1 Obsrvese que en otros estudios se utilizan categoras algo diferentes: por ejemplo, quitar pertenencias no se considera un

    tipo de agresin directa a la persona, sino indirecta, como esconder cosas o romper cosas. En los tres tipos de actos se intentaintimidar a la persona actuando fsicamente sobre sus pertenencias

    Los resultados ms interesantes que muestra la tabla anterior, si se consideran lostipos de maltrato, el gnero y el nivel escolar, son los siguientes:

    La violencia verbal directa es la ms usual tanto para chicos como parachicas en el ciclo secundario o preparatorio.

    La violencia fsica directa era la ms frecuente en primaria para ambosgneros.

    Todos los tipos de maltrato decrecan con el curso escolar o con la edad.

    Las chicas tendan a utilizar antes la agresin indirecta que los chicos.

    Hay una clara distincin de gnero en el tipo de maltrato utilizado: los chicosmuestran consistentemente ms agresin fsica y las chicas ms agresinindirecta.

    La siguiente tabla 1.9 muestra los lugares en que tienen lugar los malos tratos.

    TABLA 1.9. LUGARES DE INCIDENCIA DEL MALTRATO EN FUNCINDEL GNERO EN SECUNDARIA (ALMEIDA, 1999)

    LUGARES CHICOS CHICAS TOTAL

    Recreo 80,7% 75,4% 78,2%Pasillos 28,0% 35,2% 31,5%

    Clase 19,3% 27,1% 23,0%

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    Otros lugares 18,1% 14,7% 16,5%

    En este caso, si se consideran los lugares de incidencia del maltrato, teniendo encuenta tambin el gnero y el nivel escolar, se puede concluir lo siguiente:

    Tanto en primaria como en secundaria, para chicos y chicas, el espacio demayor riesgo es el recreo, en una proporcin mucho ms alta que en otrosestudios, debido probablemente a que se estudian nios desde los 6 aos,cuya visin de los abusos puede estar dominada por los episodios que tienenlugar en el patio.

    En primaria el segundo lugar de mayor incidencia es la clase, mientras queen preparatoria lo es el pasillo.

    Finalmente, cuando se analizan las caractersticas de los escolares que cometen losabusos podemos decir que los alumnos y alumnas declaran ser agredidos por chicos enmayor porcentaje: a) por un chico solo (48,8 por 100); b) por un grupo de chicos (29,6por 100); o c) por un grupo de chicos y chicas (10,5 por 100).

    La procedencia de los agresores era la siguiente, por orden de importancia: a) de

    cursos superiores (61,1 por 100); b) de la misma clase (57,5 por 100); o c) de una clasediferente pero del mismo curso (34,9 por 100).

    1.1.5. ESTUDIOS EN LOS PASES MEDITERRNEOS: ESPAA

    Se dedica un apartado completo a las investigaciones desarrolladas en Espaa,descritas en la reciente publicacin de Ortega (1998), y en el captulo escrito por lamisma autora, en colaboracin con Mora-Merchn para el volumen dirigido por Smith(Smith y otros, 1999). Los estudios aparecen relacionados en orden cronolgico.

    El primer trabajo sobre la violencia por abuso entre iguales se debe en Espaa a ungrupo de investigadores que estudiaron el problema en Madrid (Viera, Fernndez yQuevedo, 1989; Fernndez y Quevedo, 1991) Construyeron un cuestionario deeleccin mltiple, que pasaron a una muestra de 1.200 alumnos de 8, 10 y 12 aos endiez escuelas de Madrid, la mitad de las cuales eran pblicas y la otra mitad privadas.De acuerdo con Ortega (1998, pg. 58), los resultados ms destacables fueron lossiguientes:

    Por lo que se refiere a la incidencia de las agresiones, el 17,3 por 100 delalumnado afirmaba intimidar a sus compaeros y compaeras y el 4,7 por100 deca haberlo hecho muchas veces en el ltimo trimestre.

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    Cuando se analiz la incidencia de la victimizacin, los datos reflejaron que

    el 17,2 por 100 del total de la muestra estudiada afirmaba haber sido

    intimidado en el ltimo trimestre. Un 3,1 por 100 lo haba padecido muchasveces en el ltimo trimestre.

    Por lo que se refiere a los tipos de maltrato, la incidencia mayor era la deagresiones verbales (19,3 por 100), seguida de robos (13,9 por 100) y deintimidaciones fsicas (12,7 por 100).

    El 41 por 100 de las agresiones se producan en el recreo.

    Con respecto a la comunicacin o no del abuso, se encontraron diferenciasen funcin del gnero del alumnado: las chicas demostraban ser mscomunicativas, especialmente con padres y profesores; los chicos, en el 37,8por 100 de los casos, preferan devolver la agresin.

    El volumen de intimidaciones decreca con la edad de los estudiantes.

    Finalmente en relacin con la variable centro pblico/centro privado,

    aunque se observ una tendencia a una mayor agresividad en los privados,las diferencias no fueron significativas en trminos estadsticos.

    Si se comparan estas conclusiones con las de los estudios anteriormente reseadosy desarrollados en otros pases europeos, cabe afirmar que este primer trabajo mostrtendencias muy semejantes que ponen de manifiesto la importancia de las variablesestudiadas: sexo, curso o edad, lugares de riesgo y titularidad del centro. Si bien losresultados relativos a la edad varan. En otros estudios no decrece el volumen deagresiones tan pronto como encuentran estos autores.

    Poco despus, en 1992, Cerezo y Esteban desarrollaron otro estudio utilizando unatcnica no usada en anteriores investigaciones: la identificacin por parte de losalumnos de sus compaeros agresores y vctimas dando sus nombres. La muestra erade 317 alumnos, con edades comprendidas entre 10 y 16 aos, de cuatro centroseducativos de la regin de Murcia. Siguiendo de nuevo a Ortega (1998), los principalesresultados fueron los siguientes:

    En general result que, si bien en todos los casos se localizaron intimidadores yvctimas, los nmeros de aqullos eran inferiores a los hallados con los cuestionariosempleados en otras investigaciones: 11,4 por 100 de agresores y 5,4 por 100 devctimas. Por lo que se refiere a la edad, el mayor nmero de implicados tena entre 13

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    y 15 aos. Tambin el gnero fue una variable relevante en el sentido de que, al igualque sucede en