reportaje

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reportaje

Lo imposible no existe

~ Sentada al lado de un gerente de SQM (la 1\ltj! )Ji abreviatura de Soquimich) me dice: "a Wil­~ fredo le quedó chico ser empleado". Mien­tras, los dos vemos al personaje en cuestión, alto, só­

lido, con su piel marcada por ese sol inclemente de Toconao en la segunda región de Chile. Wilfredo Cruz

resulta la imagen perfecta para lo que se teje en San Pedro de Atacama hace ya un par de años. Wilfredo junto a 16 agricultores de la zona quiere convertirse en

viñatero, tal como ya se viste de empresario turístico ... En San Pedro de Atacama, uno de los lugares turís­ticos más conocidos de Chile en el extranjero, se ha producido históricamente vino ... para consumo de

cada familia. La novedad hoy es el trabajo con de­talle fino, tratando de entender en profundidad las cond iciones geológicas y climáticas de la zona para la producción de vino fino, tarea patrocinada por la empresa SQM a través de su plan "Atacama, tierra fértil" y llevada a cabo por asesores como el profesor de la Universidad de Chile y enólogo, Alvaro Peña y el doctor en terroir, Pedro Parra. El paisaje conmueve, y más si uno mira a las parras de syrah luchando por sobrevivir. "Hace dos años vine invitado por Wines of

Chile con los jurados del AWOCA. Esa vez, Steven Spurrier (crítico inglés) me tomó del brazo caminando por el Valle de la Luna y me dijo 'Pedro, tienes que hacer un vino de este lugar mágico', rememora Pa­rra y agrega: "en este minuto le di 200 razones por las cuales la viticultura no se podía desarrollar acá Ahora me como mis palabras". A los pocos meses, cual cosa del destino, Parra fue llamado por SQM ... la historia estaba cambiando para los 17 productores de San Pedro y Toconao, pueblo ubicado a 40 km de

"Comunidad" significa en kunza el nombre de los vinos de Atacama. San Pedro y a 2.400 metros de altura. Hoy por hoy, los

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viñedos más altos de Chile, aun por debajo de Salta en Argentina y Tarija en Bolivia. Junto con la asesoría para manejar sus plantaciones

de torontel y país, el año pasado se plantaron seis hectáreas de syrah "la variedad que ha mostrado ma-yor ductilidad en cuanto a climas", dice Peña, quien

lleva más tiempo trabajando en la zona y donde en un principio los vinos presentaban volátiles imposibles, vinos casi convertidos en vinagre. "Ayllu , Vinos de las Alturas del Salar de Atacama". Eso reza la hermosa etiqueta diseñada por Luis Pia­no. Ayllu , significa comunidad en la desaparecida lengua kunza de los atacameños. Porque el vino que se está haciendo hoy en San Pedro de Atacama y

Toconao es de todos y es de cada uno. Todos llevan la misma marca, pero en la contra etiqueta va el nom­bre de cada productor. Han hechos blancos secos y dulces, y un tinto. Vendieron toda la producción del año pasado a hoteles y restaurantes de la zona que pagaron un buen precio ($ 10.000 cada botella en promedio) y ellos aseguran: "el vino va mejorando" . Las potencialidades son enormes y lo que queda por aprender también. "No sabemos nada de este terroir .

Hay algo de limo, arena, sal. Sabemos que podemos tener heladas y que son suelos poco fértiles. No ha­blaría de cepas, sino de lugar ya que esto no lo he visto en ninguna parte del mundo y sería equívoco igualarlo al resto de Chile. Esto tiene un valor único" , afirma Parra ante la atenta mirada de los productores

y con el desierto de telón de fondo. Ya probamos un blanco de buena acidez y simple,

y los asesores creen que los vinos del futuro de San Pedro de Atacama debiesen ir por un estilo flaco, fino

y muy fresco. ~

re]>ortaje

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¿<e, ""..,'-'""':"""" Los viñedos crecen en terrenos de limo, arena y sal. Pasarán años antes de que expresen todo su potencial

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Don Alvaro mira el proyecto desde la primera línea, pero es su hijo Patricio junto a Helia y su esposo Juan Luis (administrador del campo, enólogo y viticultor, según to­

dos) quienes hacen realidad los pedidos de Retamal y los consejos de Silva. Es así como han adaptado el clási­co parrón elquino para cuidar las plantas de la radiación excesiva de sol y son los primeros en usar lagares (sí, los mismos que se usaban en tiempos inmemoriales y que hoy siguen vigentes en algunas zonas como Portugal} para suavizar los taninos a través de la forma más simple posible: los pies humanos. "No hay una carta Gantt. Yo escucho a los expertos y trato de armar esto para acer­carnos a la mayor calidad posible. Estamos haciendo una caverna fortificada que será nuestra librería de vinos,

y que será precedida por nuestros huevos biodinámi­cas", nos explica Patricio Flaño.

Si Alto Los Toros syrah ya nos mostró esa acidez filosa y cierta astringencia proveniente de Alcohuaz, el proyecto

de Retamal , Flaño y su equipo aún n? tiene nombre. Se piensa en una suerte de clos que venga de distintas par­celas y, quizá diversas cepas. Nada está pre-escrito. Hoy tienen plantado syrah, garnacha tinta, petite sirah, carig­

nan, malbec y petit verdot. Retamal le tiene ganas a la tou­riga nacional, pero aún no consiguen plantas de calidad. Hoy tienen definido que no van a producir más de 2.500 cajas y que esa primera mezcla 2011 (syrah, garnacha y petite sirah), que pasó por lagares y hoy está en huevo muestra una personalidad única, jugosa, larga, de una vida prometedora y, seguro fecunda. Un hijo del sol de­

finitivamente agradecido.~ ............................................................................................................................. , .............. ............................................................................................................ ··

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...----=--F _.c • Campo Talinay, Fray-JOrge . -~ - - ___ _

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A casi 2.000 metros de altura Río Hurtado es toda una apuesta.

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Por dos ~ Nuestra fotógrafa se siente mal. 1\\..lf:~ ))l Ya llevamos más de dos horas ~ arriba de una camioneta condu­cida por Felipe Müller serpenteando curvas cual Fórmula 1. Él es el flamante gerente ge­neral y enólogo de viña Tabalí. A su lado el viticultor, Héctor Rojas Barahona y la música de Pink Floyd de fondo. Todavía queda ca­mino, a pesar que salimos hace rato de La Serena camino a conocer el nuevo viñedo de la marca que recientemente se desligó del grupo San Pedro-Tarapacá y quedó en manos de su creador y absoluto enamora­do: Guillermo Luksic , una de las 30 fortunas más grandes del mundo. Casi tres horas desde el punto de partida y según los cálculos de Felipe y Héctor, a la misma altura de Alcohuaz pero al otro lado del cerro está el campo de Río Hurtado. Un lugar al que le cae perfecto el mote "donde el diablo perdió el poncho", aún agreste, rústi­co y con un camino que Macarena no quisie­ra recordar para llegar a una suerte de edén. Joven pero increíble paraíso. Junto a planta­ciones de nogales y a 1.900 metros de altu­ra, Río Hurtado -con apenas 11 hectáreas plantadas en 2011- presenta condiciones de suelo ideales: "estamos ante una roca madre alterada y básicamente decidimos trabajar con pendientes ... la condición va cambiando dependiendo si estamos más arriba o aba­jo del viñedo pero se repiten granito, arena, arcilla y roca. Es un suelo soñado pero esta­mos en la etapa primaria", confiesa el viticul­tor Rojas Barahona y Müller reafirma: "nunca habíamos visto un proceso tan rústico de suelo". Y ellos, al unísono disienten de Re­tamal y creen que el suelo es vital bajo estas

condiciones que, si comparamos con Elqui, comparten la nieve y una situación climática más cálida. Hoy están esperando ver los resultados en un par de años para las cepas que plantaron un poco por feeling, un poco por condicio­nes: carignan, malbec, cabernet sauvignon, petite sirah, syrah, merlot, cabernet franc y tempranilla ... también esperan encontrar una buena selección de touriga nacional. Al día siguiente volvemos después de dos años a Talinay, el viñedo ubicado en Fray Jorge. No solo es increíble cómo ha evolu­cionado ese proyecto que ya cuenta con dos aplaudidos y premiados vinos (chardon­nay, mejor vino de la cepa y estreno blanco en nuestra Mesa de Cata 2011 y pinot noir). Sigue impresionando el fuerte componente calcáreo de los suelos: "Chile agrícola no enseña de suelos salinos. Los libros están en Francia, España pero acá no hay expe­riencia en el tema", cuenta Héctor y enume­ra, cual letanía, todo lo aprendido y sufrido en estos años trabajando en un viñedo tan extremo como exquisito. "No solo el clima costero, hay una condición de viento que nos ha obligado a cuidar las plantas. Junto con ello, sabemos que la sal hace más difícil el desarrollo de la planta" , dice Müller, pero agrega entusiasmado: "hay una ventana sutil y muy pocas veces logra­da entre los vinos herbáceos y tropicales, y es la gran condición mineral. Ahí está lo que buscamos para nuestros vinos de Talinay". Una realidad indesmentible justamente en lo que importa: la copa de vino. Ahí aparece lo filoso , vertical pero también suculento de los vinos de Talinay.~

reportaje

Héctor Rojas y Felipe Müller, la dupla que transformó Tabalí .

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51 1 LA CAV uoio 2012

reportaje

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Extremismo puro

Nada está claro, todo es posible en Coyhaique.

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En septiembre de 2008 empezaron las primeras exploraciones de Viña Undu­rraga en Chile Chico. León Cosmelli , el

conocido productor de uvas de Colchagua, fa­miliarizado con esa zona austral por haber vivido allá, entusiasmó a José Yuraszeck y al equipo de la viña, compuesto, entre otros, por Rafael Urrejo­la (enólogo) y Francisco Valdivieso (jefe vitícola) . Como el cultivo de frutales, sobre todo de cerezas, se mostraba promisorio en la región , imaginaron que allí también podría prosperar la vitis vinífera. La motivación de explorar nuevas zonas -que por lo demás se inscribe en la filosofía de la línea TH de Undurraga- hizo que la viña se embarcara en este proyecto hace tres años con el apoyo de Corfo Innova Chile, y que hoy tenga en fermentación la primera partida de uvas obtenidas en el terroir más extremo del hemisferio sur (46,3° latitud). Urrejola aclara que nada de esto es concluyente, ya que el proyecto está aún en una fase experimental , tanto en lo que respecta a las plantaciones como a las mediciones de los parámetros ambientales. Los viñedos fueron plantados con la asesoría del viticultor Roberto Pizarra en diferentes lugares alrededor del lago General Carrera donde antes pastaban ovejas. Es una zona que tiene un meso clima fuertemente influido por el lago, con suelos de origen fluvial y glacial , ricos en calcio y pobres en nutrientes. Los cuarteles que se han estable­cido hasta ahora tienen menos de una hectárea cada uno, y como allí la temporada de crecimiento es breve, se escogieron variedades de ciclos cor­tos (en días grados), como pinot noir, sauvignon blanc y riesling . Las parras deben enfrentar incle­mencias importantes, entre ellas, bajas temperatu­ras y vientos muy intensos. Tanto Urrejola como Valdivieso coinciden en que

la ubicación de estos viñedos es tan extrema, que

aún no se pueden aventurar resultados. Salvo que el calentamiento global siga avanzando, am­bos profesionales piensan que de cinco añadas, lo más probable es que una no resulte . La lucha contra las heladas (no hay experiencia en determi­nar hasta dónde se pueden controlar) , la falta de mano de obra calificada y finalmente la lejanía y los costos que implica la logística no dejan de ser obstáculos importantes en este emprendimiento. Sin embargo, la apuesta por conseguir cosas inte­resantes, por traer algo de aire fresco e innovación a la industria resulta un desafío tan alucinante y motivador, que, aseguran , los tiene llenos de entu­

siasmo y energías positivas.~ : .. ....... ...................................................................... ................ .................................... ...... ............ ............................................................................................... ·

5 LA CAY jL- e 20'2

reportaje

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Viñedos por lechería CuandO el agrónomo Christian Sotoma­yor y su primo Alejandro Herbach plan­taron parras sobre una loma orientada

hacia el norte, donde antes pastaban las vacas del campo familiar osornino, solo se dejaron guiar por una tincada. La superficie del viñedo , de apenas una hectárea y media, introdujo un cambio importante en el paisaje y embarcó a estos dos profesionales en una aventura que los tiene completamente encantados con los resultados. Sotomayor, que trabaja en el área comercial de Viña Valdivieso , cuenta que solía pasar los ve­ranos en la casa de su abuela en Osorno. Re­cordando con nostalgia el sabor de las frutas que se daban en su jardín , pensó que las parras también podrían resultar allí. Además, mirando el globo terráqueo, veía que Osorno está a la altura del estrecho que separa las dos grandes islas de Nueva Zelandia. De manera que con todo esto en mente, se motivó por ver qué podía pasar. Al cabo de una docena de años que no han sido fáciles, pero ya con algunos vinos disfrutados, Sotomayor cree que el problema más difícil que debieron enfrentar dice relación con la falta de personal calificado. Entre gente dedicada al tri­go y la lechería, era casi imposible conseguir que alguien reconociera los signos externos de las plantas (como el oídio, el principal problema sanitario de las parras de la zona), o que poda­ra o amarrara correctamente. Sotomayor cuenta que implantaron el viñedo con riego, pero que al cabo de cuatro años dejaron de usarlo. Y sus parras de chardonnay (60%), pinot noir (30%) y pinot blanc (1 0%) alcanzan un desarrollo fenoló­gico perfecto, con plantas sanas que solo nece­sitan aplicaciones fijas de azufre. Si hoy volviera a plantar, con la experiencia lo­grada, este profesional cree que los plazos para entrar en producción podrían acortarse muchí­simo. Aprendió que debe cosechar sin buscar grado, ya que si espera mucho, los pájaros se comen la fruta. Por lo tanto, cosecha a 18° brix, con un pH de 3, perfecto para un vino base de espumante. Por el momento no tiene expectati-vas comerciales con lo que produce, y coincide con otros productores en que, de cada 1 O aña­das, es muy probable que se pierdan dos. Su objetivo es crear conciencia de que es posible cul tivar uva en la nueva DO Austral , y que con ella se puede obtener un producto vitícola mu­

cho mejor del imaginado.~ Las parras están orientadas sobre una loma al norte, donde antes pastaban las vacas .

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59 LA CAV 1 junio 2012

Viñas a oril las del lago Ranco crecen bajo un micro­clima beneficioso.

Buscando la uva perfecta .. '{. ~::. ..•

Mario Geisse, el enólo­go de Viña Casa Silva y propietario de Cava

Geisse en Brasil , viene buscando desde hace tiempo la uva perfec­ta con la que hacer un espumante de primera calidad en Chile. En su opinión, más que del proceso, que ya está normado en todos sus pasos, la preocupación tiene que ir por el lado de la fruta, que debería alcanzar características similares a las de Champagne: una madurez completa, pero con poca azúcar (para lograr de ma­nera natural unos 11 o de alcohol) y una elevada acidez, conjunción que permite pensar en vinos que evolucionen bien y ganen com­plejidad. Después de buscar en latitudes costeras como Paredones, llegó a plantar a orillas del lago Ran­co, en una propiedad de Mario Silva, propietario de la viña. Allí la presencia del lago crea un micro clima beneficioso. Pero Geisse también está consciente de que se trata de un lugar limítrofe, que no siempre garantiza una bue­na cosecha ni permite proyectar esta experiencia a toda la región. Coincidiendo con otros producto­res, piensa que no sería extraño que una de cada cinco cosechas

pudiera perderse. El viñedo está establecido sobre una ladera orientada al poniente, con suelos de trumao y la cordillera como te­lón de fondo. Son cinco hectáreas en las que se plantó chardonnay, pinot noir y sauvignon blanc con el apoyo de una instalación de riego que ya no se utiliza. A diferencia de la viticultura que se realiza en el Valle Central , Geisse reconoce que la de Ran­co es difícil , pero que correr ries­gos tiene el encanto de hacer las cosas de manera diferente. Hoy, a pesar de que tiene vinos base elaborados, aún no ha pasado a la segunda fermentación . Aún están en contacto con las lías, y, debido a la elevada acidez natu-ral de los vinos, la fermentación maloláctica es mucho más lenta y requiere de más paciencia que lo habitual. Pero como esto no es una carrera contra el tiempo, más que ser los primeros, lo que les interesa es llegar bien. Geisse y Silva coinciden en señalar que la ausencia de mano de obra calificada y los daños infligidos en el viñedo por los pájaros, son algu­nos de los principales problemas a tener en cuenta, todos asuntos remediables, pero que por cierto inciden en los costos.~

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5C LA CAY ur o 20'2

Unos locos en Traiguén Si ha habido alguien que ha estado despeinando a la industria vitivinícola

chilena, empujándola cada vez más hacia los límites, ese es Pedro Parra,

el experto en terroirs e implacable defensor de las bondades que tie­nen los extremos para los vinos. En sociedad con los enólogos Fran<;:ois

Massoc y Francisco Leighton , y el ingeniero Albert Cussen -todos algo irreverentes a su manera- crearon Clos des Fous, algo así como "la viña de los locos". Y no han sido

pocos quienes los han tildados pre­cisamente de locos por buscar lu­gares imposibles en los que plantar con el propósito de obtener vinos gustosos, fáciles de beber, que re­

quieren poca intervención enológica y que invitan a descorchar una se­gunda botella ...

Para crear sus propios viñedos su­reños (también han plantado en el norte y en la zona central) , indaga­ron en lugares como Cauquenes, Lanalhue y Traiguén. Pero quiso el

destino que Parra y Massoc se en­contraran con Leighton, cuyo sue­gro era dueño de tierras justamente en Traiguén, por lo que la solución a la búsqueda llegó de manera casi lógica. Pero también daba la casua­lidad que el propietario de aquellas tierras había participado años atrás en un proyecto Corto que buscaba evaluar el comportamiento de viñe­

dos en la zona. A pesar de que las plantaciones no se hicieron en las

mejores condiciones, y los clones no eran los adecuados, el vino que Leighton obtuvo de esas parras les mostró a los socios todo el potencial de la zona.

Así fue como en 2010 establecieron las primeras 7,5 hectáreas de un vi­ñedo que en estos momentos está

en pleno desarrol lo y cuya entrada

en producción será más tarde que lo habitual en Chile. Los socios prefie­ren jugársela por una viticultura de secano y por un crecimiento lento de las parras, que les asegure una vida más prolongada y productiva del viñedo. Tanto Massoc como Parra creen firmemente que de Concep­ción al sur el clima es el más cerca­no a zonas vitícolas importantes de Europa. De ahí que un 85% de sus plantaciones sea de pinot noir y, el resto, de chardonnay y riesling.

Respecto de los suelos, Parra con­fiesa que esa región presenta una geología nueva para él, con una for­mación probablemente más violenta que la de la zona central (ya bas­tante convulsionada ... ). Hay allí una mezcla potente de suelos aluviales con rocas redondas que, en vez de arena, están unidas por material de textura limo-arcillosa, muy mineral y de origen volcánico. Pero también existen allí suelos donde se mezcla la gravilla con la arcilla y rocas lami­nadas (tipo esquisto), que le recuer­dan mucho algunos de Sonoma, en Estados Unidos. Es decir, todo un

mundo por explorar.~

Traiguén se presenta como una geología nueva y de formación violenta según Pedro Parra .

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