V. 3 Correo de las Culturas 32

8/9/2019 V. 3 Correo de las Culturas 32

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Vol. III, nmero 32, 15 de enero de 2009. CEDICULT Director: Leonel Durn Sols

M u s e o N a c i o n a l

d e l a s C u l t u r a s d e l M u n d o

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[email protected]

En este nmero:

Museos del Sur

Descubren en Per restos de ciudad Wari

Nia saudita de ocho aos pide divorcio

Museo Real de Ontario



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Museos

Museos del Sur

por Manuel Borja-Villel

El director del Reina Sofa de Madrid reflexiona sobre el papel de los museos y

propone un modelo con prcticas estticas y polticas que integren otras culturas

y modos de hacer.

La nuestra es una poca de crisis que, segn Immanuel Wallerstein, es sistmica. Porello es importante que los museos elaboren paradigmas histricos que nos ayuden aentender mejor el mundo en que vivimos. Necesitamos comprender el presente con relacinal pasado y pensar las posibilidades que el futuro nos depara. El museo tiene la obligacin deapuntar a ciertos caminos y no a otros. Y esa eleccin nunca puede ser tcnica ni dictada por

una racionalidad formal, sino que entraa lo que Max Weber denomin racionalidad subs-tantiva. Cuando el todo vale es la norma y la confusin de ideas es general, esta eleccino serie de elecciones se perciben a veces como rgidas, elitistas o dogmticas. Cuntas veceshemos odo las voces apesadumbradas de aquellos que piden una especie de eclecticismo denuevo cuo como forma de salvaguardar una pretendida democratizacin de la cultura. Sinembargo, la racionalidad substantiva es todo lo contrario, es el ejercicio de reconciliar lo que

aprendemos de la ciencia y la moralidad y denota siempre una eleccin tica.La mayora de la humanidad no goza de nuestros avances tcnicos y culturales, sino que

constituye el Sur geopoltico del que habla Enrique Dussel y representa la otra cara de lamodernidad. Ese Sur no est situado en un periodo pre o posmoderno, el tiempo anterior auna modernidad que se realizar en cuanto se apliquen los mismos criterios que han servidopara Europa y Estados Unidos. No se trata del estadio menos evolucionado de un proceso

nico, porque estamos en un mundo en que el centro presupone la periferia y viceversa; y eldesarrollo del primero est totalmente relacionado con el de la segunda. El problema resideen que esta otra modernidad es subalterna, no tiene voz. Ha de acatar nuestras reglas, ya quese considera que stas son generales.

La concepcin modernista de la historia busc sus orgenes en la Ilustracin, en la raznpura de Kant, que indica una visin del mundo idealista y eurocntrica. La modernidad se

inici con la expansin de Europa en el mundo y con la centralidad que sta se autoconfiri,por la que no slo domin el sistema mundo, sino que ignor la existencia del Otro. Europa


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Qu hacer ante un pasado en el que no nos reconocemos y un presente que no nos gusta?Cul es la funcin del museo en el mundo contemporneo? Existe alguna alternativa al

museo moderno o al que responde a la cultura del espectculo? Me gustara pensar que s. Elmuseo se mueve entre la subversin y la absorcin, la pasividad contemplativa y la rupturaactiva, el Estado y la multitud, la creacin y el mercado. Por un lado, es cierto que es muydifcil pensar que las formas artsticas puedan abolir las fronteras; pero, por otro, tambinlo es que sirven para desplazarlas. En un tiempo en el que todos los centros de arte hanentrado en una espiral sin lmites hacia la ampliacin de edificios y franquicias, en que el

capitalismo ha alcanzado una expansin que no conoce fin, quizs ha llegado la hora de uncierto repliegue, en el sentido que Pasolini le daba al trmino: no un giro hacia adentro, sinohacia afuera. La atencin a la frgil vida de los cuerpos, la hostilidad hacia la cosificacinde nuestra existencia, la manifestacin explcita de la desaparicin de la frontera entre lopblico y lo privado son algunos de los elementos ms interesantes de incisin poltica.

El Museo Reina Sofa est hoy en una situacin privilegiada para desempear un papel

importante porque, a diferencia de los otros grandes centros de arte europeos y americanos,est todava por hacer. Su estructura no se halla aprisionada por el cors modernista, ni hasido todava absorbida por la cultura del espectculo. Ms an, en ese Sur del que hablamos,en el que las instituciones son muy endebles, tiene la obligacin poltica de proponer y pro-mover una alternativa. sta se centrara en tres aspectos:

a) Una(s) narracin(es) alternativa(s) a la historia moderna.b) Nuevas formas de intermediacin.c) La consideracin del espectador no como un sujeto pasivo ni consumidor, sino comoagente, un sujeto poltico.

Un gran nmero de culturas tiende a fundamentar la historia de su arte y literatura en

unos textos fundacionales que, al definir la naturaleza de su propia comunidad, tienen algode sacralizado, absoluto y excluyente. stos asientan el ncleo de lo que en su momento sepercibi como una comunidad amenazada a partir de la segregacin de toda divergencia. seha sido, sin duda, el origen de las grandes narraciones que han constituido la ideologa domi-nante durante los siglos XIX y XX. Como sostiene Edouard Glissant, estos relatos, derivadosde la escritura pica y casi escritos al dictado de los dioses, estn ntimamente ligados con

el objeto cerrado, la trascendencia, la inmovilidad corporal y con una especie de tradicinde la consecucin, que denominamos pensamiento lineal. Hoy, por el contrario, no resulta


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tiene competencia hermenutica sobre los mismos. Una ciencia del archivo debe incluir, portanto, la teora de esa institucionalizacin, es decir, de la regla que comienza por inscribirse

en ella y a la vez del derecho que la autoriza. ste fija los lmites declarados infranqueables,ya se trate del derecho de las familias o del Estado, los lazos entre lo secreto y lo no-secreto,o, lo que es lo mismo, entre lo privado y lo pblico, se trate del derecho de propiedad o deacceso, de publicacin o de reproduccin, de clasificacin o de la puesta en orden. La demo-cratizacin efectiva se mide siempre por este criterio esencial: la participacin y el accesoal archivo, a su constitucin y a su interpretacin. Dar voz al otro significa que ste tenga

capacidad de archivar y repensar su propia historia, de contrnosla. La solucin pasara porla constitucin de un archivo universal, una especie de archivo de archivos, que no slo sirvie-se para cuestionar la propiedad, sino tambin para dar voz, y escuchar, al que no la tiene.

Las historias requieren de una comunidad que las transmita, de mentes en las que repro-ducirse, de un terreno de cultivo que les permita evolucionar. Si no quieren mantener sucarcter aurtico, las narraciones han de cuestionar la nocin de autor y renunciar a la

idea del genio romntico. Ya no podemos pensar la historia como una sucesin de grandespersonajes, ni siquiera como el individuo nmada del momento multicultural, sino comouna muchedumbre de secundarios, la multitud annima e hirviente de sucesos, destinos,movimientos y vicisitudes. El autor es un vehculo a travs del cual la biblioteca de unacomunidad busca replicarse a s misma.

Es importante que estas historias se multipliquen y circulen lo mximo posible. Si el sis-

tema econmico de nuestra sociedad se basa en la escasez, lo que permite que los objetosde arte alcancen unos valores desorbitados, la nueva narrativa se sienta en el exceso, en unaordenacin que escapa al criterio contable. En este caso, el que recibe las historias es sinduda ms rico, pero el que las cede (narra) no es ms pobre. Se trata de constituir federa-ciones de comunidades libres, un proceso que parte desde abajo y habla de autonoma msque de la toma del poder estatal. No se intenta ya educar a un Estado/nacin de un modo

uniforme. Tampoco se quiere evitar el vnculo con las instituciones, sino establecer redes ydescubrir terrenos nuevos para las prcticas antagnicas. No basta con quejarse de la inge-niera de consenso que se nos impone, sino de manejar sus mentiras, ofreciendo unos mitosy preconstituyendo el terreno sobre el que se distorsionarn los hechos, con el objetivo dereconducir esa distorsin y producir desplazamientos de sentido.

Fuente: El Pas


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Hallazgo

Descubren en Per ruinas de ciudad Wari

Lima. Arquelogos descubrieron en el norte dePer los restos de una ciudad entera que podra serel eslabn perdido de dos importantes culturas,dijeron el martes investigadores. El sitio, ubicadoen una zona conocida como Cerro Ptapo a kilmetros de la ciudad Chiclayo, sera proba-blemente de la cultura wari, que vivi y gobernen lo que hoy es Per aproximadamente hace1,00 aos. Si se comprueban las investigaciones

preliminares, el descubrimiento podra conectar la antigua civilizacin wari con la culturamoche, que floreci hace 1,00 o 1,900 aos.

Los investigadores afirman que la ciudad enterrada contiene cermicas, trozos de prendasde vestir y restos bien conservados de una mujer joven. El lugar tambin muestra indicios desacrificios humanos, con lugares designados para el propsito y un gran nmero de huesosencontrados en el fondo de un acantilado cercano.

El lugar tambin muestra evidencia de sacrificios humanos, con lugares designados para elpropsito y un gran nmero de huesos encontrados en el fondo de un acantilado cercano.

El hallazgo proporciona el eslabn perdido, ya que explica la forma en que el puebloWari permiti la continuacin de la cultura Moche, dijo a Reuters el arquelogo jefe delproyecto, Csar Soriano. El experto refiri que es la primera vez que se encuentra pruebas dela cultura Wari en Cerro Ptapo, que se expandi desde el sur del pas hasta el norte del pas.

Los Wari hicieron su capital cerca de lo que ahora es la ciudad de Ayacucho, en laCordillera de los Andes, pero viajaron ampliamente y son conocidos por su extensa red decarreteras.

A principios de 008, los arquelogos de las ruinas de Huaca Pucllana en Lima, ubicada a800 kilmetros al sur de Chiclayo, descubrieron una momia que se cree fue de Wari.

Per, un pas rico en tesoros arqueolgicos, tiene cientos de sitios arquelgicos que datande hace miles de aos y abarcan decenas y diferentes culturas que incluye las famosas ruinasincas de Machu Picchu.

Fuente: Reuters


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Culturas

Riad. Un juez en la ciudad saud de Aneisa se ha negado por segunda vez a conceder la peti-cin de divorcio de una nia de ocho aos, a la que su padre dio en matrimonio a un hombreque tiene casi 0 aos ms que ella.

Segn fuentes prximas a la magistratura, el marido se neg en el segundo da de procesoa dar la libertad a la nia, que l considera su esposa legal.

El juez le pidi a l y a la madre de la nia, que curs la demanda en nombre de su hija,que lleguen a un acuerdo. El proceso continuar a principios de febrero. Hasta entonces la

pequea podr vivir con su madre. Ni el abogado ni la madre quisieron comentar hoy ladecisin del magistrado.

La madre abandon al padre de su hija antes del matrimonio de la pequea. El padre ven-di a la pequea de acuerdo con las leyes locales. El marido en cuestin pag las deudas delpadre, que ascendan a unos ,00 euros, a cambio de casarse con la nia.

Ya en la primera comparecencia ante el tribunal en agosto del 008 el marido se neg aconceder el divorcio. Quiere que la nia, con la que todava no ha consumado el matrimo-nio, viva en su casa.

Fuente: DPA

Nia saudita de ocho aos pide divorcio

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El Museo Real de Ontario, Canad, es uno de losprincipales del mundo. De hecho, al combinarun museo universal de culturas con otro de historia

natural, ofrece una amplitud inusual de experiencias alos visitantes y a los eruditos de alrededor del planeta.La naturaleza y la humanidad se entrelazan, y el MROofrece muchos ejemplos de estas relaciones funda-mentales en sus colecciones y programas.La misin del MRO es atraer al pblico hacia la explo-

racin del cambio cultural y servir como promotor dela ciencia en el estudio de la naturaleza. Sus coleccio-

nes e investigacin sirven de base para los programas que van desde cursos de educacinformal hasta los debates pblicos, las conferencias, los simposios, las pelculas, los viajes,las publicaciones, el recorrido y otras actividades para la familia. El museo busca recibir yproducir programas con profundidad intelectual y de importancia social, incluyendo exposi-ciones del propio MRO y trabajos especiales de naturaleza colaborativa. A travs del Institu-to para la Cultura Contempornea del MRO, el museo tambin explora temas de actualidada travs de obras de arte y programas en muchos medios.

El MRO est prximo a concluir un proyecto de capital importancia que contempla dotaral edificio con nuevas salas, la adicin de valiosas amenidades pblicas, y la creacinde la dramtica nueva arquitectura en el Cristal de Michael Lee-Chin, diseada por DanielLibeskind. Esto est entre los proyectos ms grandes en la historia de instituciones cultura-les canadienses, y ofrece el total de los acervos del museo nuevamente al pblico, inclusodurante el tiempo en que el MRO se prepara para celebrar su centenario en 01.

En su portal de Internet se tiene acceso a millares de fotografas y resmenes emanados desus exhibiciones y de sus actividades de investigacin en todo el mundo, informacin sobreprogramas actuales y exposiciones, as como diversas maneras de transferir informacin, verpodcasts y comprar boletos para asistir al museo y a sus eventos.

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Entre las salas dedicadas a las culturas del mundo destacan: la de las pinturas murales altemple de la dinasta Yuan, donde tambin se exhiben grandes esculturas en madera que

representan bodhisattvas (futuros Budas); la de las culturas nativas de Canad; otra saladedicada a China con ,00 objetos, que representan siete milenios de historia de ese pasasitico; la sala de Corea; la sala de Japn del prncipe Takamado; la sala de la arquitecturachina; la sala de la antigua Chipre; la sala de frica, las Amricas y Asia-Pacfico; la saladel Sudeste Asitico; la sala del Medio Oriente; la sala de Egipto; la sala de Grecia, as comolas dedicadas a los textiles y atuendos de distintas pocas y pases.

Sala de Japn, Museo Real de Ontario.

Felicitacin


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Ramss II. Museo Egipcio de El Cairo.

A nombre del Museo Nacional de las Culturas

y de su Centro de Estudios sobre la Diversidad Cultural,

le deseo que el presente 2009 sea un buen ao

para usted y su familia.

Antrop. Leonel Durn Sols

Felicitacin

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