Uno de Ellos Con Su Particular
description
Transcript of Uno de Ellos Con Su Particular
uno de ellos con su particular
impacto en su medio natural.
El enfoque antropológico de las interacciones humano-medio ambiente descritas
anteriormente se haIimitadc en gran
medida a la investigación básica, prestándose muy poca atención a aspectos de
aplicación, y no digamos a la acción y el
trabajo constructivos. Sin embargo, más allá de estos síntomas de crisis medioambiental,
como la depleción de recursos, la
contaminación, la extinción de especies, la desforestación tropical, etc., es cada
vez mayor el reconocimiento de que estos
fenómenos se relacionan a menudo con formas varias de VIOLENCIA, incluida
la violación de los DERECHOS HUMANOS
(Homer-Dixon et al., 1993; B. Johnston,
1994). Así, la ecología radical, conglomerado de diversos enfoques ecológicos
más allá de los criterios meramente antropológicos,
empieza a influir en los especialistas, junto con la obra práctica y
advocatoria de la propia profesión (R.
Wright, 1988). Cerolyn Merchant (1992, p. 1) nos da la descripción más concisa de
ecología radical: La ecología radical se enfrenta a la Ilusión de que las gentes son libres de explotar la
Naturaleza y moverse en la sociedad a expensas
de otros con una renovada consciencia
de nuestras responsabilidades
frente a la propia Naturaleza y al prójimo.
Busca una nueva ética del cuidado de la
Naturaleza y de las gentes, a las que faculta para efectuar cambios en el mundo en
consonancia con una visión social y una
ética nuevas.
La explotación y destrucción de las sociedades
indígenas en FRONTERAS como la Amazonia por ESTADOS y sus delegados
vincula ecocidio con ETNOCIDIO y aun GENOCIDIO.
Un caso específico queda patente en los millares de buscadores ilegales
de oro que han causado verdaderas masacres,
epidemias devastadoras, envenenamiento por mercurio y otros problemas
de extrema gravedad tras su invasión del
terri.torio de la nación yanomami en Brasil
y Venezuela desde mediados de la década
de 1980 (Sponsel, 1994; Tierney,
1996). En consecuencia se ha creado una
palestra de interés mutuo para la antropologia
ecológica y la defensa, que da asimismo
cabida a los derechos humanos
(M. Miller, 1993; Sponsel, 1995).
Una de las contribuciones prácticas de la antropología ecológica ha sido demostrar
la eco-lógica o razones ambientales
de aspectos de la cultura de las sociedades
indígenas que los ajenos a éstas han
valorado indefectiblemente de forma negativa en razón de su propio ETNOCENTRISMO
y RACISMO (Bodley, 1994). Por
ejemplo, las prácticas tradicionales de ARRA.SAMIENTO (tala y quema) son sostenibles
en tanto la densidad poblacional
sea baja, tengan carácter de subsistencia y se disponga de suficiente bosque para
barbecho, nuevos HUERTOS y terreno para
la caza. Así, aunque habitada por sociedades indígenas desde hace milenios,
la Amazonia no se vio nunca amenazada
de desforestación hasta la llegada del DESARROllO
económico de estilo occidental
de los últimos decenios. Además, el arrasamiento
tradicional puede potenciar de
hecho la biodiversidad creando un mosaico
de comunidades bióticas en diferentes estadios de sucesión o desarrollo
(Sponsel, 1992). Los ambientalistas, conservacionistas
y otros reconocen de manera creciente la importancia de las comunidades
locales y su conocimiento,
cultura y valores para la gestión sostenible de los recursos y la conservación de
la biodiversidad (Klee, 1980; Sponsel et al., 1996).
Otro componente de la ecología radical es el ecofeminismo, que analiza la dominación
masculina de las mujeres vinculada
a la de la humanidad sobre la naturaleza. En consecuencia, el ecofeminismo
sostiene que para crear una sociedad
más sostenible hay que cambiar las relaciones hombre-mujer y humano-ambiente.
El papel de las mujeres es crasamente despreciado en la antropología
ecológica en igual medida que en el desarrollo
medioambiental (Rodda, 1991; Shiva, 1989).
Por último, la ecoteología, o ecología espiritual,
ha emergido como campo transdisciplinario en años recientes, ailllque
ya vagamente preanunciada por varios
estudios casuísticos etnográficos ciertamente soberbios, como el trabajo sobre
Nueva Guinea (Rappaport, 1979), la organización
del riego por los sacerdotes del templo en Bali (Lansing, 1991) y el
uso del bosque por los norteamericanos
nativos en el subártico (R. Nelson, 1983)
y Amazonia (Heichel-Dolmatoff 1971).
Ha surgido del reconocimiento de que la
causa más profunda y última del rompimiento ambiental y social es la visión occidental
del mundo y los valores y actitudes
asociados, comprendidos el materialismo y el consumismo, que reflejados en
el comportamiento tienen consecuencias
maladaptativas (Tucker y Grim, 1994).
Esta visión mundial ya no se limita al Occidente geográfico; empezando con el COLONIALISMO, es un síndrome que se ha
propagado por todo el planeta junto con
la industrialización, la MODERNIZACIÓN y otras fuerzas globalizadoras precipitadoras
de un desequilibrio ecológico y social
(Bennett, 1976; Dobson, 1991).
La RELIGIÓN se considera un componente
más para afrontar la crisis medioambiental,
dado que es un universal transcultu-
ANTROPOLOGÍA ECOLÓGICA 65 ral (los humanos son animales espirituales),
aborda cuestiones elementales como el lugar de la humanidad en la naturaleza,
proporciona valores morales como la
reverencia por la vida, y puede ser una poderosa fuerza que motive a los creyentes
emocional e intelectualmente (Roekefeller
y Elder, 1992). Así, la World Wildlife Fund patrocinó una conferencia
de líderes de las llamadas grandes religiones
(budismo, cristianismo, hinduismo, islam y judaísmo) para extraer de
sus doctrinas los ingredientes relevantes
para construir una ética ambiental sostenible
para la comunidad de sus seguidores.
Sin embargo, la discrepancia entre
ideales religiosos y comportamientos reales sigue siendo el mayor obstáculo para
el uso de la religión en la promoción de
una sociedad más sostenible.
La antropología ecológica contemporánea tiene la oportunidad de brindar una
gran ayuda a las ciencias medioambientales
y a su aplicación en todo el mundo. Pero, dado que la mayoría de los antropólogos
han escrito primariamente para
sus colegas, poca ha sido la influencia
que han tenido en el público o en los organismos
estatales (Milton, 1993). El reto que los antropólogos culturales deberán
asumir en el futuro no es otro que
llegar a una audiencia ajena a su clase y lograr que las comunidades que albergan
sus trabajos de campo sean colaboradores
activos en todas las fases de su investigación (Sponsel, 1995). LS
Véase también ETNOBOTÁNICA, ETNOCIENCIA,
ETNOZOOLOGÍA, ANTROPOLOGÍA FEMINISTA,
PESCA,.PRODUCCIÓN ALIMENTARIA,
RECOLECTORES, FUNCIONALISMO, GÉNERO,
CAZA, PASTORES NÓr.1ADAS,TEORÍA DE SISTEr.
1AS.
Otras lecturas J. Anderson, 1973; Bates
y Plog, 1991; B. Campbell, 1985; Crosby,
1972, 1986; Dobson, 1991; J. Hugues,
1983; McNeely y Pitt, 1985; Merchant,
1994; Moran, 1979; Oldfield y Alcorn