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Recibido: 02-03-11 Aprobado: 20-05-11 i Licenciada en Psicología Social. Magíster en Gerencia de Recursos Humanos. Doctora en Formación, Empleo y Desarrollo Regional. Profesora Asociado de la Universidad Nacional Experimental de Guayana adscrita al Departamento de Organización y Gerencia, Puerto Ordaz, Venezuela. Investigadora activa del Centro de Investigaciones Gerenciales de Guayana (CIGEG), Puerto Ordaz, Venezuela. Telf. (58-416) 5860679. E-mail: [email protected]. ii Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales. Doctora en Ciencias Económicas y Empresariales. Profesora Titular de Política Económica de la Universidad de La Laguna, España. Investigadora activa del Centro de Investigaciones en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de La Laguna, España. Tel. (+34) (922) 31.70.84. E-mail: [email protected]. Innovación Tecnológica y la Pequeña y Mediana Empresa María Eugenia Witzke i Universidad Nacional Experimental de Guayana, Venezuela Flora Díaz ii Universidad de la Laguna, España Artículos y Ensayos Resumen El artículo analiza la innovación tecnológica (definición, tipos y clasificación) y el tipo de contexto necesario para que ésta se promueva, genere, desarrolle, implemente y difunda entre las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Se enfatiza en los sistemas de innova- ción como forma de organización favorable para la innovación, constituidos tanto por estas empresas como por el sistema público de investigación y desarrollo (I+D), la administración pública y las instituciones y organismos de apoyo a la innovación (contexto productivo, contexto científico-tecnológico, contexto político-institucional y contexto técnico financiero de la innovación). Para garantizar la innovación en estos sistemas, las PYMES requieren desarrollar interacciones a nivel micro (dentro de la organización) y a nivel meso (dentro del sistema de innovación) y desarrollar mecanismos para la transferencia de tecnología entre los que se encuentran los flujos (informales) de conocimiento y la cooperación tecnológica entre empresas y entre éstas y el sistema público de I+D. Palabras clave: Innovación, Innovación Tecnológica, Sistemas de Innovación, PYMES Technological Innovation and the Small and Medium Enteprises Abstract In this article, we analyze technological innovation (definition, types and classification) and the necessary context to promote, create, develop, implement and spread such technological innovation among small and medium enterprises (SMEs). Innovation systems are underlined as a favorable organizational means for innovation. These systems are either made by these enterprises or by the public R&D system as well as the public administration, institutions and bodies that support innovation (productive context, scientific-technological con- text, political-institutional context and technical-financial context for innovation). In order to ensure innovation, SMEs require interactions at the micro level (within the organization) and at the meso level (within the innovation system). They also need to develop mechanisms for technology transfer such as (informal) knowledge flows and technological cooperation among enterprises and the public R&D system. Keywords: innovation, technological innovation, innovation systems, SMEs.

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Recibido: 02-03-11 Aprobado: 20-05-11

i Licenciada en Psicología Social. Magíster en Gerencia de Recursos Humanos. Doctora en Formación, Empleo y Desarrollo Regional. Profesora Asociado de la Universidad Nacional Experimental de Guayana adscrita al Departamento de Organización y Gerencia, Puerto Ordaz, Venezuela. Investigadora activa del Centro de Investigaciones Gerenciales de Guayana (CIGEG), Puerto Ordaz, Venezuela. Telf. (58-416) 5860679. E-mail: [email protected] Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales. Doctora en Ciencias Económicas y Empresariales. Profesora Titular de Política Económica de la Universidad de La Laguna, España. Investigadora activa del Centro de Investigaciones en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de La Laguna, España. Tel. (+34) (922) 31.70.84. E-mail: [email protected].

InnovaciónTecnológica y la Pequeña y Mediana Empresa

María Eugenia Witzkei

Universidad Nacional Experimental de Guayana, Venezuela

Flora Díazii

Universidad de la Laguna, España

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os y

Ens

ayos

ResumenEl artículo analiza la innovación tecnológica (definición, tipos y clasificación) y el tipo de contexto necesario para que ésta se promueva, genere, desarrolle, implemente y difunda entre las pequeñas y medianas empresas (PYMES). Se enfatiza en los sistemas de innova-ción como forma de organización favorable para la innovación, constituidos tanto por estas empresas como por el sistema público de investigación y desarrollo (I+D), la administración pública y las instituciones y organismos de apoyo a la innovación (contexto productivo, contexto científico-tecnológico, contexto político-institucional y contexto técnico financiero de la innovación). Para garantizar la innovación en estos sistemas, las PYMES requieren desarrollar interacciones a nivel micro (dentro de la organización) y a nivel meso (dentro del sistema de innovación) y desarrollar mecanismos para la transferencia de tecnología entre los que se encuentran los flujos (informales) de conocimiento y la cooperación tecnológica entre empresas y entre éstas y el sistema público de I+D.

Palabras clave: Innovación, Innovación Tecnológica, Sistemas de Innovación, PYMES

Technological Innovation and the Small and Medium Enteprises

Abstract

In this article, we analyze technological innovation (definition, types and classification) and the necessary context to promote, create, develop, implement and spread such technological innovation among small and medium enterprises (SMEs). Innovation systems are underlined as a favorable organizational means for innovation. These systems are either made by these enterprises or by the public R&D system as well as the public administration, institutions and bodies that support innovation (productive context, scientific-technological con-text, political-institutional context and technical-financial context for innovation). In order to ensure innovation, SMEs require interactions at the micro level (within the organization) and at the meso level (within the innovation system). They also need to develop mechanisms for technology transfer such as (informal) knowledge flows and technological cooperation among enterprises and the public R&D system.

Keywords: innovation, technological innovation, innovation systems, SMEs.

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Innovación tecnológica y la pequeña y mediana empresa

Introducción

A partir del año 1950, comenzó a sentirse que la acumulación de capital resultaba insuficiente para ex-plicar el fenómeno de crecimiento económico de las naciones, por cuanto durante ese siglo los salarios y las rentas no se estancaron y, en contraposición a lo planteado por el modelo de acumulación de capi-tal, aumentó la productividad así como la diferencia de producción per capita entre países, producto de la industrialización y producción en masa en centros urbanos que provocaron la bipolarización centro-periferia. Esta situación indicó que la intensificación del capital no era la única variable explicativa del crecimiento, surgiendo la consideración del cambio tecnológico y de la relación entre éste, el capital y el trabajo como factores decisivos del desarrollo.

Entre los investigadores que plantearon esta vi-sión estuvo Solow (en Samuelson y Nordhaus, 1999) quien a través de su modelo neoclásico del creci-miento reconoció la influencia del capital y del cambio tecnológico en el mismo y logró explicar el fenómeno mencionado a través de la influencia de los avances logrados en los procesos de producción y la intro-ducción de nuevos y mejores bienes y servicios, que evitaron que la economía entrara en situación estable, permitiendo una creciente producción por trabajador, una mejora de los salarios y una mejora del nivel de vida.

Durante esos tiempos, y a raíz de lo planteado, surgió una nueva visión económica, conocida como la nueva economía, donde la innovación comenzó a considerarse motor y fuente principal del crecimien-to de las naciones, visto que éstas producían nuevas formas de trabajo y nuevos escenarios que favore-cían el empleo y la calidad de vida (Confederación Empresarial de Madrid [CEIM], 2001) y que, como se indicó, los factores capital y trabajo resultaban insufi-cientes para explicar el crecimiento económico.

En el marco de esta nueva perspectiva, la ventaja competitiva de las naciones descansó significativa-mente en la introducción de innovaciones; las cuales, junto a las ideas, el conocimiento y la tecnología, co-menzaron a ser consideradas factor de producción impulsor del proceso de crecimiento de la renta y el empleo. En otras palabras, se planteó que el éxito económico de los países dependía de su efectividad para fomentar la innovación en la empresa, la difusión de conocimientos, el espíritu empresarial, la capaci-dad de aprender y la formación especializada (Centro de Estudio Tomillos [CEET], 2002).

Ahora bien, la innovación representa una inver-sión en activos tangibles e intangibles que impacta el crecimiento económico de las naciones a través del

cambio que producen en las estructuras productivas, de tal forma que “el crecimiento de una economía determinada es considerado una función del índice del esfuerzo innovador y de la composición del gas-to tecnológico, de las oportunidades de aprendizaje implícitas en la brecha tecnológica en relación con los países avanzados y de una serie de inversiones, como las inversiones en educación” (COTEC, 2001: 54). También, el crecimiento económico de las nacio-nes se ve impactado por el efecto multiplicador (en forma de cascada) que se produce desde las áreas in-tensas en tecnología (tecnologías de la información, biotecnologías).

Como factor económico, la innovación al interior de la empresa es también considerada motor de cre-cimiento toda vez que han venido perdiendo fuerza las fuentes tradicionales de competitividad (ventajas comparativas), por el equiparamiento en el acceso a los factores de producción comunes (capital y trabajo) generado por la globalización y la integración econó-mica mundial. Estas ventajas comparativas han sido sustituidas por ventajas competitivas o capacidades distintivas (Ventura, 1994), producto de la introduc-ción constante de innovaciones -sustentadas en la incorporación de información, conocimiento y recur-sos humanos cualificados-, y en la atención dada a la calidad del servicio al cliente, a la calidad en procesos y productos y a la adaptación de la empresa al medio donde se desenvuelve (Albuquerque, 1999; Ventura, 1994).

A nivel general existen muchas definiciones y ex-plicaciones del término innovación relacionadas con los ámbitos económico, sociológico, etc., pero todas tienen implícito la introducción de modificaciones en la manera de hacer las cosas para mejorar el resul-tado final (CEIM, 2001). En general, la innovación es considerada como el resultado de producir, asi-milar y explotar con éxito alguna novedad económica o social de forma que aporte soluciones inéditas a los problemas y permita responder a las necesida-des de las personas y de la sociedad (Comisión de Comunidades Europeas [CCE], 1995), que depende de la acción de factores económicos, educativos, cul-turales y políticos, entre otros. También es un término utilizado para describir como las organizaciones crean valor por el desarrollo de nuevos conocimientos o por el uso del conocimiento existente en nuevas formas (Jamrog, Vickers y Bear, 2006).

En la primera parte de este artículo se define en términos generales lo que se va a entender por PYME y cual es la importancia de la innovación para este tipo de empresa. Se parte de que la empresa es el espa-cio donde se hace el esfuerzo de innovar, se invierte en innovación o se aprovechan las oportunidades de aprendizaje que brindan dichas innovaciones. En otras palabras, se considera que sin las empresas

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no hay innovación y, por tanto, no hay crecimiento económico local y/o nacional posible y, que las acti-vidades económicas novedosas que contribuyen con el crecimiento de las naciones y/o localidades, surgen de empresas en las cuales se ha generado algún tipo de innovación (Swenney, 1988).

En la segunda parte del artículo se revisa el con-cepto de innovación tecnológica y se visualiza su tipología, otros tipos de innovación asociadas y las actividades que la PYME requiere realizar para ge-nerar y desarrollar ese tipo de innovación. También se destaca la importancia que tiene el contexto tanto interno como externo de este tipo de empresa en la generación, desarrollo y difusión de innovaciones y la necesidad de que ese contexto funcione de manera eficiente para lograrlo.

La tercera parte del artículo se centra en el en-foque de sistemas de innovación planteado en la década de los ochenta, donde se analiza la importan-cia de las interacciones entre actores y de los flujos de conocimiento y la cooperación tecnológica que de éstas se deriva como mecanismos para la transferen-cia de tecnología.

Innovación y PYME

Las pequeñas y medianas empresas (PYME) son un tipo de empresa no subsidiaria e independiente que han sido definidas utilizando criterios como el balance general, el volumen anual del negocio en términos de ventas y el número de empleados; sin embargo, estos criterios no son utilizados de manera uniforme por los países, tal como ocurre con los paí-ses de América Latina pertenecientes a la Fundación Entorno Empresarial [FUNDES] (2002).

También ocurre que países que utilizan el mismo criterio en su definición, como por ejemplo el nivel de empleo, existen diferencias en cuanto a su delimi-tación. Ejemplo de ello es que mientras que en los Estados Unidos y México se considera PYME a aque-lla empresa que tiene entre 10 y 500 trabajadores, en Colombia se consideran PYME a las empresas que tienen entre 10 y 200 trabajadores, en Costa Rica y El Salvador a las que tienen entre 11 y 100 trabajadores, en Venezuela a las que tienen entre 5 y 100 trabaja-dores, en Guatemala entre 11 y 60 trabajadores y en Bolivia entre 11 y 49 trabajadores (FUNDES, 2002).

En el caso de Japón se consideran PYMEs las empresas que tienen menos de 300 trabajadores con un capital inferior a los 100 millones de yens (Gatto y Ferraro, 1993) y en la Unión Europea a toda empre-sa con un número mínimo de 10 trabajadores y un máximo de 249 (MEPIMED, 2004), cuya clasificación como pequeña o mediana empresa dependerá de

sus efectivos y de su volumen de negocios o de su balance anual. Así, una empresa será considerada mediana cuando ocupe menos de 250 trabajadores y su volumen de negocios no exceda de 500 millones de euros o su balance general no exceda de los 43 millones y, una pequeña empresa será considerada como tal cuando ocupe menos de 50 personas y su volumen de negocios anual o su balance no supere los 10 millones de euros (CEE, 2003).

Sea cual fuere el criterio con el cual se le define, existe coincidencia en que la estrategia competitiva de este tipo de empresa debe centrarse, entre otros factores, en la innovación la cual, como se señala más adelante, no implica solo el desarrollo de actividades de investigación y desarrollo [I+D] sino también el de-sarrollo de nuevas ideas en el modo de hacer empresa, la búsqueda de nuevos mercados, el fomento de las relaciones con otros actores del entorno, la búsqueda de nuevas vías de comercialización de productos, la potenciación de la diferenciación del producto y la me-jorar de las formas de producción (Op.Cit.).

La capacidad que la PYME tenga para innovar tiene consecuencias directas sobre su competitivi-dad, sin embargo son numerosas las barreras que ésta enfrenta para desarrollarla. Entre estas barreras podemos referir la falta de financiamiento a la inno-vación, bien sea porque carecen de los recursos o porque el entorno no se los ofrece; la ausencia de un funcionamiento sistémico de este tipo de empre-sas con el resto de los actores del entorno y la poca disposición de recursos humanos apropiados (oferta laboral limitada).

La superación de estas barreras posiblemente dependerá de un incremento cualitativo y cuantita-tivo de personal capacitado y formado así como del fomento y operacionalización de actividades de coo-peración con actores del entorno. También dependerá entre otras acciones de la creación de un sistema de incentivos desde la administración pública para crear conciencia de los beneficios derivados de la innova-ción y del incremento de su capacidad para adaptarse a los mercados que, junto a un entorno competitivo y dinámico, potencian su capacidad innovadora.

Ahora bien, la cantidad de barreras que enfrentan las PYMEs para innovar asi como el riesgo que co-rren esas empresas en la generación y desarrollo de innovaciones, ha evidenciado su necesidad de otros actores del entorno para llevar a cabo estos proce-sos. Esto y el hecho de que este tipo de empresas es importante para la economía de las naciones -en tanto que son fuente de empleo para amplias capas de la población y facilitadoras de una difusión más equilibrada en el territorio del progreso técnico y el crecimiento económico- ha llevado a plantear la tesis de los contextos interactivos de la innovación (clus-

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Innovación tecnológica y la pequeña y mediana empresa

ters, distritos industriales, redes, sistemas), puesta en práctica en algunas naciones del mundo.

Es importante destacar que en América Latina el 96% de los establecimientos formales son pequeñas y medianas empresas que aglomeran el 56% de la mano de obra ocupada (Albuquerque, 1999), repre-sentando un sector importante para las economías nacionales. No obstante esta situación y como se in-dicó en la introducción de este artículo, existen vacíos en cuanto a políticas de apoyo a la innovación en la PYME dado que, en la mayoría de los países latinoa-mericanos, estas políticas han sido generadas desde el nivel central como resultado de la adaptación de políticas implantadas en países desarrollados y han estado limitadas a las PYMEs que logran exportar y se integran a eslabonamientos dinámicos internacio-nales (Op.Cit.).

La Innovación Tecnológica

Uno de los objetivos principales de cualquier empresa debe ser adquirir ventajas competitivas ge-neradas a partir de la acumulación de conocimientos, el desarrollo de habilidades y el aprovechamiento de capacidades naturales y adquiridas, las cuales deben caracterizarse por ser sustentables, es decir, que aún dependiendo de la explotación de los recursos natu-rales no impliquen la degradación de los mismos ni el deterioro del medio ambiente y, por ser acumulativas como resultante de procesos de aprendizaje y mejo-ramiento tecnológico (Jaramillo, Lugones y Salazar, 2001).

Poseer estas ventajas en las sociedades industria-lizadas, condiciona la competitividad y productividad de las empresas al incidir en su capacidad para ge-nerar, desarrollar y difundir innovaciones pues éstas impactan su crecimiento y productividad en cualquier etapa de su ciclo de vida, el cual se detiene solo si las innovaciones no continúan (Huergo y Jaumandreu, 2002). Ello indica que toda actividad productiva está obligada a introducir innovaciones (Albuquerque, 1999).

La innovación tecnológica ha sido definida y estudiada por diferentes autores quienes la han conceptualizado o bien como proceso o bien como producto. Como proceso podemos referir a Viana (1995; en Covarrubias, 2003) quien la define como la “conjunción exitosa de las posibilidades técnicas con las posibilidades de mercado, caracterizada porque es un proceso acumulativo, lleno de incertidumbre, que implica una colaboración intensa y continua entre grupos funcionales especializados” (p.8), a la OCDE (1997b) en el Manual de Oslo y a Paukert, Niedereé y Hemmje (2004), quienes la definen como un proceso

de generación de productos y procesos nuevos o, la mejora significativa de los mismos.

También el CEIM (2001) la visualiza como un proceso de “incorporación de nuevas tecnologías a la actividad de una empresa dando como resultado cambios en los productos o en los procesos de fa-bricación” (p.21) y Silva (2005), quien la define como el “conjunto de los esfuerzos orientados al desarrollo de nuevos productos y servicios y al cambio en los procesos técnicos, administrativos y comerciales de las empresas, con el objeto de generar un impacto positivo en el mercado” (p.79).

Como producto, los autores coinciden en que se habla de innovación tecnológica cuando hay pro-ductos y/o servicios nuevos o mejorados o cuando se instalan nuevos equipos, hay nuevos procesos de producción o procesos de producción mejora-dos. Cuando la innovación se convierte en bienes o servicios disponibles en el mercado, se habla de in-novaciones de producto y cuando se introducen en el proceso de producción se habla de innovaciones de proceso (OCDE, 1997b). En el presente trabajo se considera la innovación tecnológica como el resul-tado de la aplicación de un conjunto de actividades actividades de innovación y de mecanismos para la transferencia de tecnología, que se manifiesta en pro-cesos, productos y/o servicios nuevos o mejorados.

Este tipo de innovación está estrechamente re-lacionado con cambios en el ámbito administrativo, en la organización de la producción y del trabajo, en el control de la calidad, al diseño y/o en los modos de comercialización, que son incluidos en el Manual de Bogotá (Jaramillo et al, 2001). Específicamente, este documento hace referencia a los siguientes tipos de innovación, diferentes a las de producto y pro-ceso, en el marco de la innovación tecnológica: las innovaciones de comercialización y las innovaciones organizacionales.

Las primeras están referidas a la “comercializa-ción de nuevos productos; nuevos métodos de entrega de productos; cambios en el empaque y embalaje” (Op.Cit.: 38); las segundas están referidas a cambios o mejoras gerenciales y organizativas en el funcio-namiento de la empresa, necesarios para que las innovaciones tecnológicas ocurran y pueden referirse a cambios en las formas de organización y gestión de la empresa y en la organización y administración del proceso productivo, la incorporación de estructuras organizativas modificadas significativamente y la im-plementación de orientaciones estratégicas nuevas o sustancialmente modificadas, entre otras.

La innovación organizacional que está estre-chamente relacionada con la innovación social (Albuquerque,1999) o con aquella que incluye cam-bios o mejoras de tipo cultural y social en la empresa y, la innovación administrativa o aquella que produce

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cambios en la estructura de la organización o en sus procesos administrativos (Damanpour, 1987), están recibiendo una creciente atención como factores clave para una adecuada gestión innovativa en las empre-sas pues la práctica internacional ha demostrado que poseer la mas moderna tecnología no basta para ser competitivo en el mercado, sino que también se re-quiere tecnología organizacional y nuevas formas de relacionarse, las cuales son producto también de acti-vidades innovativas (Pérez, 1996).

Otra clasificación de la innovación tecnológica es la que diferencia entre innovación radical e inno-vación incremental, las cuales se mueven a lo largo de un continuo tal como se muestra en la figura 1. En la innovación incremental el esfuerzo está dirigido a mejorar lo que se tiene, mientras que en la innovación radical son consideradas las ideas novedosas bien sea para la industria en general o para la empresa en particular.

Simple Gerencia de la Innovación Compleja

Rutinario/Sistemat Naturaleza del proceso de Innovación Desestructurado

Madura Tipo de Empresa Emprendedora

Continuo de la Innovación

Incremental Radical

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Figura 1 El continuo de la innovación

Fuente: Traducido de McLaughlin, Bessart y Smith, 2005, s.p.

En la innovación incremental el proceso geren-cial es simple pues el proceso para gerenciarla es rutinario y sistemático, mientras que en el caso de la innovación radical el proceso es complejo por cuanto esta se obtiene a través de procesos poco o nada es-tructurados. La innovación incremental es propia de empresas maduras, mientras que las nuevas empre-sas tienden a la radical (McLaughlin et al., 2005).

Tanto la innovación radical como la incremental son importantes para la competitividad de la PYME pues ésta no está únicamente determinada por su capacidad para desarrollar productos, procesos y/o servicios nuevos (innovación radical), sino que tam-bién depende de los cambios que puedan producirse en forma incremental, que son los que a fin de cuen-tas resultan fundamentales para captar, conservar y ampliar los mercados (Pérez, 1996). Además, la ex-periencia ha demostrado que es posible pasar de una serie de cambios incrementales a innovaciones radi-cales y que, en la práctica, es esa actividad innovativa constante dentro de las empresas la que contribuye

a construir los puentes con la capacidad científica y tecnológica fuera de ellas (Op.Cit.).

Las Actividades de Innovación

Como se indicó, para que se genere, desarro-lle y difunda la innovación tecnológica es necesario realizar un conjunto de actividades, a las cuales se denomina actividades de innovación. Estas activida-des han sido tipificadas en diversos documentos entre los cuales podemos referir el Manual de Oslo (OCDE, 1997b), la clasificación utilizada por la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM, 2001) y el Manual de Bogotá (Jaramillo et al., 2001). En los estudios sobre innovación tecnológica es importante determinar cua-les son las actividades de investigación que realiza la empresa porque indica el tipo de estrategia que éstas siguen, la cual puede ser basada en un esfuerzo pro-pio o en la adopción de conocimientos desarrollados por universidades y centros de investigación pertene-cientes al sistema público de I+D.

El Manual de Bogotá, que refleja las particularida-des de los países latinoamericanos, conceptualiza estas actividades como,

[…] todas aquellas acciones llevadas a cabo por la firma tendentes a poner en práctica conceptos, ideas y métodos necesarios para la adquisición, asimilación e incorporación de nuevos conocimientos. El producto de estas acciones tiene como resultado un cambio técnico en la empresa, sin que ésta sea necesariamente una innovación tecnológica en el sentido estricto, lo cual se debe reflejar en el desempeño de la empresa (Op.Cit.: 38).

Considerando este concepto, y en correspon-dencia con el concepto de innovación tecnológica asumido en el presente artículo, las actividades de innovación son entendidas como acciones llevadas a cabo por los diferentes actores del sistema de innova-ción (concepto que como se indicó será desarrollado mas adelante), con la finalidad de promover, generar, desarrollar, implementar y/o difundir conocimiento que se pondrá de manifiesto en productos, servicios y/o procesos nuevos o mejorados.

Como ya se indicó, este tipo de actividades han sido clasificadas en distintos documentos; sin embar-go se ha considerado pertinente referir la clasificación propuesta en el Manual de Bogotá pues, aunque solo refiere tipos de actividades que debe realizar la em-presa, incluye tanto las actividades de investigación y desarrollo especificadas en el Manual de Oslo (OCDE, 1997b) como los esfuerzos de innovación, que en ambos casos pueden aplicarse en otros actores invo-lucrados en el hecho innovativo como universidades y centros de I+D.

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Innovación tecnológica y la pequeña y mediana empresa

Las actividades de investigación y desarrollo in-cluyen las acciones que conlleva el trabajo creativo emprendido en forma sistemática para incrementar el acervo de conocimientos así como el uso de ese conocimiento para concebir nuevas aplicaciones. Los esfuerzos de innovación incluyen el diseño, la adqui-sición de tecnología incorporada y no incorporada al capital, la comercialización y la capacitación del personal, entre otras actividades que conllevan una acumulación de capital físico, humano (incluido el ge-rencial) y de conocimiento (incluido el informacional) (Jaramillo et al., 2001).

Además, en la medida en que el nivel de com-petitividad de una empresa vaya dependiendo de su capacidad de respuesta a condiciones cambiantes y de su grado de disposición a la mejora continua, ésta deberá elevar su valoración tanto del recurso huma-no como de los servicios técnicos y de asesoramiento tecnológico y científico a nivel local. Esta valoración en la práctica se ha venido traduciendo en un incre-mento significativo en volumen y frecuencia de las actividades de capacitación dentro de las empresas llegando en algunos casos hasta niveles universita-rios (Pérez, 1996)

Es importante señalar que sea cual fuere la fuente que origina la innovación tecnológica, la realización de actividades de innovación en la empresa depen-de de gerentes y empresarios innovadores, es decir, de gerentes y empresarios cuyas creencias, valores y comportamientos sean favorables a la innovación, a la aplicación rentable de la tecnología (Ruiz y Mandado, 1989), de los conocimientos y descubrimientos generados en la empresa y de la aplicación de cono-cimientos y novedades descubiertas por terceros.

El Contexto Interactivo de la Innovación

Hasta la década del setenta se consideró que la innovación tecnológica era un proceso secuencial y exógeno al sistema económico (modelo lineal de la innovación), que se generaba o bien desde la investi-gación básica (determinismo científico-tecnológico), o bien desde las necesidades manifiestas del mercado (determinismo del mercado).

Entre 1960 y 1965, prevaleció el modelo lineal que concebía la innovación tecnológica como un pro-ceso escalonado (progresivo) desde la investigación básica hasta la investigación aplicada, el desarrollo tecnológico, la fabricación, el mercadeo y la comer-cialización (CEIM, 2001), también conocido como Tecnology Push (Empujón de la Tecnología). Dentro de esta concepción se consideraba que:

` La innovación tenía que ser desarrollada por unidades de I+D en las grandes empresas

o en instituciones públicas o privadas espe-cialmente creadas para ello, las cuales eran insensibles a los incentivos del mercado y a los requerimientos de otras unidades de la empresa.

` La transferencia de tecnología era un proceso automático bajo el supuesto de que la inno-vación era fácil de copiar (Buesa, Baumertt, Heijs y Martínez, 2002) y,

` El mercado era un elemento secundario en el proceso de innovación, pues se le consi-deraba sólo como un lugar donde se iban a incorporar los resultados de la I+D.

Durante la segunda mitad de la década de los sesenta hasta finales de la década de los setenta pre-valeció el modelo que concebía la innovación como un proceso escalonado y progresivo generada desde el mercado a través del análisis de las necesidades de los consumidores, el cual también se le conoce como market pull (tirón del mercado) o jalón de la de-manda. En esta década el mercado era visto como la principal fuente de ideas para desencadenar el pro-ceso de innovación que luego conducía al “stock” de conocimientos científicos para tratar de satisfacer las necesidades de los consumidores. En esta época se comienza a considerar que la innovación es un factor endógeno al sistema económico y que es la empresa la que innova, no obstante éste fenómeno es inter-pretado únicamente a partir de factores internos de la propia empresa relacionados con su organización (Méndez, 2002).

Ahora bien, ya hacia la década de los ochenta la visión de la innovación sufrió cambios importantes al dejar de ser considerada como un proceso secuencial y comenzar a considerarse como proceso de fases simultáneas o concurrentes sobre todo desde la pers-pectiva operativa y de gestión. La premisa base de este planteamiento era que las diferentes fases o etapas del proceso innovativo se interrelacionan, se retroalimentan entre sí y están condicionadas por nu-merosos factores externos e internos que dificultan en muchas ocasiones, la comprensión del proceso. Bajo esta perspectiva la comunicación, la retroalimentación y la forma en que estos procesos fluyen comienzan a jugar papeles fundamentales en el proceso innovati-vo de la empresa al generar en las diversas etapas, ambientes cambiantes ante los que reaccionan los ac-tores involucrados (Buesa et al., 2002).

En esta década se fortalece el planteamiento de considerar la innovación como factor endógeno al sis-tema económico por cuanto se toma consciencia por un lado de que es en las empresas donde se hace el esfuerzo de innovar, donde se invierte en innovación y donde se aprovechan las oportunidades de apren-dizaje que brindan las innovaciones; sin embargo, a

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diferencia de lo que se creía en la década anterior, se comienza a considerar que las innovaciones son producto de las interacciones que se dan entre acto-res de un mismo territorio, cuya comprensión solo es posible a través del conocimiento del contexto eco-nómico, social, cultural, político y geográfico donde se genera y disemina la innovación.

Ahora bien, considerando las perspectivas en torno a los factores que permiten la promoción, ge-neración, desarrollo, implementación y difusión de innovaciones, es posible afirmar que ésta es un fenó-meno dependiente de dos conjuntos de interacciones: las realizadas al interior de la empresa y las llevadas a cabo entre éstas y otros actores de su entorno como otras empresas (clientes, proveedoras o competi-doras), el sistema público de I+D, la administración pública y otras empresas e instituciones de apoyo a la innovación. En otras palabras, se considera que para que haya innovación tiene que existir un com-portamiento interactivo de actores tanto a nivel micro (la empresa) como a nivel meso (sistema o red) cuya cualidad está influida por un nivel macro (característi-cas del espacio nacional). Visto así, la innovación en todos los niveles pasa a ser un asunto de todos.

A nivel micro y dentro del nuevo patrón tecnoló-gico, la empresa establece vínculos e interacciones entre el departamento de I+D -en caso de que lo hu-biere- y el resto de los departamentos o unidades organizativas (p.e. producción, control de calidad, mantenimiento, etc.), así como entre esas unidades entre si. En otras palabras, se requiere que la inno-vación se convierta en parte del trabajo de cada uno de los que laboran en la empresa, lo que hace que internamente se multipliquen actores y escenarios para la innovación que facilitarán el establecimiento de vinculos con el entorno, bajo la forma de coope-ración técnica con proveedores, usuarios e incluso competidores (Pérez, 1996), también con universida-des, centros de investigación y empresas de soporte técnico.

A nivel meso (sistema o red), la empresa abre flu-jos de comunicación y establece vínculos y relaciones de cooperación que son fundamentales para la inno-vación, pues como se indicó, las empresas y sobre todos las PYMEs no pueden innovar aisladamente sino que requieren interrelacionarse con otros actores del entorno para lograrlo, es decir, requieren de un esfuerzo colectivo para ser innovadoras.

Según Sweeney (1988), las redes e interco-nexiones entre los diferentes actores constituyen el potencial sinergético necesario para el desarrollo que cuando es elevado se caracteriza porque la región o localidad dispone de:

` Un Fondo de Conocimientos, es decir, una cultura técnica que le permite al empresario disponer de los medios necesarios (mano de

obra calificada, financiación y apoyo admi-nistrativo) para fundar su nueva empresa y explotar su innovación.

` Información Nutriente que es la información que alimenta el fondo de conocimientos sobre técnicas y tecnologías (las mejores) y sobre mercados embrionarios, la cual se toma cons-tantemente del resto del mundo. También es aquella información que estimula la creativi-dad y que se obtiene mediante las intensivas redes de contacto personal (a mayor intensi-dad y frecuencia de contactos, mayor estimulo a la creación de nuevas ideas).

` Información Logística que es la información requerida para implementar una idea.

Los Sistemas de Innovación

Previo a desarrollar el tema de los sistemas de innovación, se ha considerado importante revisar al-gunos aportes que la literatura nos ofrece en relación a formas de organización y concepciones que al igual que esa teoría, se basan en la premisa de que para innovar las PYMEs deben interactuar con otros ac-tores de su entorno. Puede decirse que esta visión interactiva de la innovación tienen sus orígenes en 1890, cuando Marshall desarrolla su propuesta de los distritos industriales, concebidos como “concentracio-nes de muchas pequeñas empresas, de naturaleza similar, en un territorio de asentamiento común y defi-nido, que interactúan entre si formando un sistema de relaciones, que propician la generación de economías externas” (Vásquez, 1999: 106).

Marshall visualiza el distrito industrial como empresas que cooperan entre si; siendo su eje de funcionamiento la organización en red del sistema pro-ductivo lo cual facilita la formación de externalidades a través de una multiplicidad de mercados internos y de puntos de encuentro, en los que se establecen las relaciones entre las empresas, los proveedores y los clientes (Vásquez, 1999). Esta concepción marshalia-na es la que desplaza la atención desde la empresa hacia el entorno, bajo la premisa de que no es posible considerar una sola parte del proceso ignorando la re-lación de interdependencia que se da entre esa parte (la empresa) y el todo al que pertenece (Sforzi, 1999).

Con base en estas ideas y aplicándolas al con-texto de la innovación, Lundvall en 1988 plantea la idea fundamental de que la innovación es un proceso interactivo donde agentes e instituciones cooperan y establecen relaciones a largo plazo y comienza a hablar de sistemas de innovación, los cuales fueron definidos como un conjunto de “elementos y relacio-nes que interactúan en la producción, difusión y uso

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de conocimientos nuevos y económicamente útiles…” (OCDE, 1997a: 10); también, como una “red de institu-ciones del sector privado y público, cuyas actividades e interacciones inician, importan, modifican o divulgan nuevas tecnologías” (Buesa et al., 2000, p.70).

Posterior a este concepto y basados en la misma premisa de que la empresa no puede innovar sola, han surgido algunas conceptualizaciones que vale la pena referir. Por un lado tenemos el concepto de “me-dios innovadores” (mileiu innovateurs) que Camagni (1995; en Valenti, s.f.) define como áreas territoriales limitadas en las cuales se dan procesos de imitación y aprendizaje colectivo gracias a la proximidad es-pacial de las empresas que facilita la circulación de información y a los lazos socioculturales comunes que generan un fuerte sentido de pertenencia al territorio; también el concepto de “medios de innovación tec-nológica”, que Castells (1994, 1995; en Valenti, s.f.) define como lugares “donde la sinergia opera de for-ma efectiva para generar una innovación constante, sobre la base de una organización social específica para el complejo de producción ubicado en ese lugar” (s.p.)

Vasquez (1999) aporta a esta discusión el con-cepto de redes industriales o sistemas de relaciones entre empresas, cuyo contenido puede estar referido a bienes materiales, información y tecnología, que impacta las economías en tanto mecanismo que ge-neran crecimiento y cambio estructural. En las redes industriales, cuyos actores principales son las empre-sas, son fundamentales las actividades y los recursos pero también resultan esenciales las creencias, va-lores, actitudes y comportamientos asociados a la reciprocidad, la interdependencia, la multiplicidad y la transferencia que, como se sabe, no son variables de tipo económico pero que refuerzan los compromisos y la cooperación entre empresas.

El contexto donde se mueve la empresa permite transformar sus decisiones de inversión y de adop-ción de innovaciones en “un proceso colectivo que permite reducir riesgos y costes en la introducción de innovaciones” (Vásquez, 1999: 104). Las redes dan flexibilidad a los sistemas productivos para res-ponder a los cambios y favorecer el crecimiento de la productividad de la empresa y la mejora de su posicionamiento.

De acuerdo con Vasquez (1999) los desarrollos teóricos relacionados con estas formas de organi-zación no incluyen el papel de otros actores locales diferentes a las empresas en los procesos de cambio estructural, aunque si reconocen que el territorio es clave en la dinámica industrial; tampoco le confieren a la innovación el papel estratégico que tiene en la dinámica industrial, aunque reconocen la importancia de la difusión del conocimiento.

Para superar esta limitación, el autor propone el concepto de entorno local, en el que se amplía el ámbito de la red al conjunto de actores económicos, sociales, políticos e institucionales y a las relaciones de cooperación e interdependencia que se establecen entre ellos, los cuales poseen modos específicos de organización y regulación y tienen una cultura propia que genera una dinámica de aprendizaje colectivo.

El entorno local necesario para el proceso inno-vativo propuesto por Vasquez (1999), similar al medio innovador de Camagni (1995; en Valenti, s.f.) y al me-dio de innovación tecnológica de Castells (1994, 1995; en Valenti, s.f.), es denominado por Albuquerque (1999) “entorno innovador”. Para este autor, el entor-no innovador tiene elementos asociados al contexto externo de la empresa como el sistema de I+D, las políticas de I+D e Innovación, el estímulo social y cultural de la innovación, la vinculación del sistema educativo a los requerimientos y problemas del siste-ma productivo, el grado de exigencia de proveedores y consumidores, el acceso al financiamiento, etc.; sin embargo le incorpora elementos asociados al contex-to interno de la empresa como el estilo gerencial y la organización de la empresa, el estilo de dirección y liderazgo, el grado de involucramiento y motivación de los empleados, la calidad de las relaciones laborales, entre otros., pues “centra lo esencial de su argumen-tación en los aspectos relativos a la organización empresarial y su capacidad para alcanzar un cierto grado de desarrollo” (Méndez, 2002).

Desde esta perspectiva la promoción, generación, desarrollo, implementación y/o difusión de innova-ciones depende de la organización del territorio, de la interacción de diferentes agentes, de la cultura y, por tanto, de la dinámica de aprendizaje colectivo. La innovación es un fenómeno que se basa en las rela-ciones y la interacción de las empresas con su entorno interno y externo, por lo que la densidad y calidad de esas relaciones pasan a ser factores fundamentales en el proceso. Dentro de esta visión de los entornos innovadores, la innovación es considerada en un sen-tido amplio y siempre en relación con el contexto local.

Vinculado al concepto de entorno innovador, resulta interesante referir el concepto de “territorio in-novador” de Méndez (2002), quien expresa que este tipo de territorio se caracteriza por presentar un cierto clima social, redes locales de colaboración -formaliza-das o de carácter informal-, esfuerzos para mejorar la formación del recurso humano e instituciones públicas que apoyan la innovación y el desarrollo territorial, y se define por la presencia,

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[…] de un sistema productivo vinculado a una o varias actividades, en el que buena parte de las empresas existentes realizan esfuerzos en el plano de la innovación tecnológica, incorporando mejoras en los diferentes procesos vinculados a su cadena de valor y en los productos que ofrecen (p.70),

Ahora bien, una vez revisados algunos autores que comparten la vision interactiva de la innovación y retomando el tópico de los sistemas de innovación, es importante señalar que en la actualidad no existe consenso respecto a la definición de estos sistemas (Pérez, 1996). Se les tiende a utilizar en un sentido restringido como un sistema científico tecnológico o sistema de instituciones públicas destinadas a apoyar al sector productivo con el fin de introducir el progreso técnico en el ámbito comercial y, en un sentido amplio como un sistema que incluye todo aquello que afecta la capacidad y la actitud innovativa y las posibilidades de innovar, que engloba a todos los actores y a todos los espacios relacionados con el progreso técnico en el aparato productivo, al mismo tiempo que la distin-gue del mundo académico y científico.

En lo que si hay coincidencia es que el término sistema ha sido utilizado en ese contexto para re-ferirse al conjunto de interacciones y relaciones de cooperación entre los actores, que pasa por la bús-queda conjunta de aprendizaje mutuo y culmina en avances tecnológicos determinados y en una cre-ciente capacidad de todo el conjunto de actores para identificar posibilidades de innovación y realizarlas (Op.Cit.). Por ello se afirma que en los sistemas de innovación, las innovaciones son el resultado de un proceso de aprendizaje que se genera a partir de la interacción permanente de esos actores en un contex-to institucional y cultural y una estructura económica favorables al desarrollo de la innovación y que, según sea la interacción que se produzca habrá aprendizaje por experiencia, por uso, por interacción, por repro-ducción de conocimientos existentes o por creación de nuevos conocimientos (Lundvall, 1997).

Otra característica de los sistemas de innova-ción es su grado de especialización. Los sistemas de innovación brindan la oportunidad de acumular experiencias y conocimientos en áreas productivas específicas, pues son los actores involucrados los que especifican sus necesidades tecnológicas, parti-cipan en su solución y evalúan su efectividad, lo cual requiere que el sistema de innovación esté anclado en un territorio específico y que se den las interaccio-nes entre actores de manera armónica por cuanto en todo país, región o localidad existe un sistema de in-novación o “ambiente territorial para la innovatividad” (Pérez, 1996), solo que dependiendo de la cantidad y calidad de las relaciones e interacciones y del grado de armonía entre los actores, el sistema será más o menos bueno, eficiente, innovativo, etc.

Lundwall (1997) plantea que el abordaje de los sistemas de innovación debe hacerse desde el nivel nacional argumentando entre otros planteamientos que las diferencias de contexto institucional y cultu-ral entre países marcan diferencias importantes en el como se produce la innovación. No obstante, como el mismo autor lo afirma, la idea de estudiar los sistemas de innovación a nivel nacional no es un argumento contra el análisis de los sistemas de innovación re-gional, empresarial, tecnológico o sectorial, sino para descomponer los sistemas de innovación nacional en los subsistemas que lo constituyen.

En relación a esto, Buesa et al. (2002) señalan que resulta más acertado estudiar los sistemas de innova-ción a nivel regional por cuanto a) se ha detectado que en muchos países las actividades innovadoras tienden a concentrarse geográficamente; b) a nivel de naciones se han detectado diferencias regionales dentro del sistema de innovación regional, respecto al desarrollo de la innovación y, c) la distancia afecta la adecuada transmisión de las nuevas ideas. Esta posi-ción coincide con Smith (1995; en Valenti, s.f.) quien destaca la limitación del estudio de los sistemas de in-novación a nivel nacional por la dificultad que acarrea extraer elementos de orden práctico en la aplicación de políticas tecnológicas.

También coinciden con esta posición Alvarez et al. (1999) quienes señalan la existencia de investi-gaciones que ponen de manifiesto la especificidad innovadora regional como motor del crecimiento y la competitividad destacando que “las características de la región son muy significativas para la tasa y direc-ción de las innovaciones. Estas características están relacionadas con la dotación de infraestructura y el ni-vel educativo, el marco institucional y cultura, el tejido empresarial y el capital social” (p.16).

Un estudio interesante relacionado con este tó-pico es el realizado por Buesa et al. (2002) quienes elaboraron un modelo de generación de nuevos cono-cimientos (patentes) basado en el enfoque de sistemas de innovación cuyas variables estuvieron referidas al tamaño económico poblacional de las regiones, a su estructura científica, al entorno económico, a la in-fraestructura de apoyo a la innovación y a la calidad de los recursos humanos y fueron desglosadas para 3 actores del sistema: empresas, universidades y ad-ministración pública.

Los Actores que Interactúan en los Sistemas de Innovación

Como antes se indicó los sistemas de innovación están constituidos por un conjunto de actores como las empresas, el sistema público de I+D, la adminis-tración pública y las instituciones y organismos de apoyo a la innovación, entre los cuales deben esta-blecerse interacciones cualitativa y cuantitativamente

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significativas para que sea posible promover, generar, desarrollar y difundir innovaciones (ver Figura 2).

a. Las empresasLas empresas son los actores que innovan, es

decir, los actores donde se implementan las innova-ciones. También son actores que pueden generar y desarrollar innovaciones sin la participación de otros actores del sistema de innovación; constituyen lo que Calderón (2000) ha denominado el contexto producti-vo de la innovación.

EEMMPPRREESSAASS (Contexto Productivo)

SSIISSTTEEMMAA PPÚÚBBLLIICCOO DDEE II++DD (Contexto científico-tecnológico)

AADDMMIINNIISSTTRRAACCIIÓÓNN PPÚÚBBLLIICCAA (Contexto Político-Institucional)

LOS SISTEMAS DE INNOVACIÓN Actores Involucrados

IINNSSTTIITTUUCCIIOONNEESS YY OORRGGAANNIISSMMOOSS DDEE AAPPOOYYOO AA LLAA IINNNNOOVVAACCIIÓÓNN (Contexto Técnico-Financiero)

IINNNNOOVVAACCIIÓÓNN

Figura 2Actores que interactúan en los sistemas de innovación

Las empresas para la generación, implemen-tación y/o difusión de innovaciones desarrollan o deben desarrollar a nivel micro (dentro de la organi-zación) procesos interactivos de tipo funcional entre departamentos y otras unidades administrativas y de producción, entre los diferentes niveles de dirección y entre la dirección y los trabajadores (Montobbio, 1998).

A nivel meso (dentro del sistema de innovación) deben desarrollar: a) procesos verticales es decir procesos interactivos entre empresas usuarias y empresas proveedoras y, b) procesos horizontales que son los procesos interactivos que desarrollan las empresas con otras empresas y actores del sistema de innovación (Op.Cit.). La interacciones que se pro-ducen pueden ser de competencia o de cooperación (Pérez, 1996).

De acuerdo con lo planteado, la capacidad de la empresa para generar, desarrollar e implementar innovaciones se verá afectada tanto por la cualidad como por la calidad y cantidad de interacciones que ésta pueda producir; sin embargo también se verá afectada por otras variables asociadas a la empre-sa como son su tiempo de vida en el mercado y su tamaño. Respecto a la primera variable, vale referir Huergo y Jaumandreu (2002) quienes estudiaron la relación entre la probabilidad de la empresas de in-troducir innovaciones de producto y proceso en las distintas etapas de su trayectoria en el mercado (ini-cio, crecimiento post-entrada, madurez y salida del mercado) partiendo de las siguientes hipótesis: a) las

empresas que inician deben ser las más innovadoras; b) el crecimiento post-inicial está ligado al comporta-miento innovador y, c) el número de innovaciones de producto tenderá a decrecer con la madurez de la in-dustria tendiendo a concentrarse en innovaciones de proceso para el abaratamiento de costos.

Las principales conclusiones de este estudio se refieren a continuación:

` Las empresas que se iniciaban en el merca-do presentaron una alta propensión a innovar, la cual disminuyó lentamente en el período post-inicial.

` Las empresas que se encontraban en la etapa que antecede a la salida del mercado presen-taron un comportamiento innovador pobre, en especial en el caso de las innovaciones de proceso.

` Las empresas con más años en el mercado presentaron una menor propensión a innovar, aun cuando los autores reportan que existe una franja de empresas con edades más que intermedias que son al menos tan activas, si no más, que las empresas que se inician, es-pecialmente en las innovaciones de producto.

También, el tamaño de la empresa es una varia-ble que ha sido considerada como determinante del desempeño innovativo de la empresa (Alvarez et al., 1999; Clavert, Llopis, García y Molina, 1998). Se ha considerado que mientras más pequeñas son éstas, mas dificultades tienen para generar conocimientos y, en consecuencia, mas dificultades para absorber conocimientos y tecnologías externas, dado que esta última capacidad depende de la interacción de la base de conocimientos internos de la empresa y los conoci-mientos externos (Alvarez et al., 1999); sin embargo, hay que considerar también que a menor tamaño mayor habilidad para actuar con rapidez y flexibilidad en la introducción de innovaciones, dado el tipo de estructura (descentralizada) que generalmente las ca-racteriza (Clavert et al., 1998).

Relacionado con esto Bonilla (2000), con base en los resultados de la primera encuesta nacional co-lombiana sobre desarrollo tecnológico realizada en 1996, muestra la diferencia en la producción de inno-vaciones de las empresas manufactureras según su tamaño al señalar que el 50% de las pequeñas em-presas (con menos de 49 empleados) y alrededor del 70% de las grandes y medianas empresas había rea-lizado alguna innovación o mejora de producto para el mercado nacional o para la propia empresa y/o alguna innovación de proceso sin esfuerzo investigativo (I+D) como la compra de maquinarias y equipos.

También reporta que el 15,1% de las grandes empresas logró realizar o bien alguna innovación de

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productos a nivel internacional, o bien algunas acti-vidades de I+D con el objetivo de innovar o mejorar tecnológicamente un producto, o bien alguna inno-vación de procesos o mejora tecnológica a uno ya existente, o bien algunas actividades de I+D con el objetivo de innovar o mejorar tecnológicamente un proceso. Estas últimas empresas presentaron los mejores y más altos resultados en los indicadores de inversión en actividades como cambio organizacional, tecnologías incorporadas al capital, investigación y desarrollo, y capacitación organizacional, al ser com-parados con el resto de las empresas que innovan.

El CEET (2002) por su parte, realizó un análisis de las actividades innovadoras en función del tamaño de las empresas. Para realizar este análisis comparó el gasto en innovación de empresas con menos de 50 empleados con el gasto de empresas con más de 50 empleado. Entre las conclusiones destacan que al tomar el porcentaje de empresas que efectúan gas-tos en innovación como indicador de su esfuerzo o propensión a innovar, las empresas de mayor tama-ño (más de 50 empleados) fueron encontradas más innovadoras que las empresas pequeñas (menos de 50 empleados), pues para todas las actividades de innovación consideradas (I+D, adquisición de tecno-logía, gasto en comercialización, en formación, etc.), el porcentaje de empresas de más de 50 empleados que realiza gastos en dichas actividades fue significa-tivamente superior al registrado en las empresas que tienen menos de 50 empleados.

El CEET señala además que la máxima dispa-ridad en el porcentaje de empresas que realiza una cierta actividad, en función de su tamaño, se presenta en las actividades de I+D y en el diseño e ingeniería industrial; lo cual se reduce significativamente al efec-tuar comparaciones en otro tipo de actividades como la compra de equipo y tecnología inmaterial.

b. El sistema público de I+DEl sistema público de I+D es el actor que genera

y difunde innovaciones en el sistema de innovación y constituye lo que se ha denominado el contexto cientí-fico de la innovación (Calderón, 2000). Este actor está constituido por el conjunto de todas las instituciones y organismos públicos (universidades, centros de inves-tigación) dedicados a la investigación y al desarrollo con el objetivo de generar conocimiento utilizable por el sector industrial y empresarial (COTEC, 2001). La utilidad de este actor del sistema no está solo en la ca-lidad del conocimiento producido sino en el grado de articulación que tenga con el tejido empresarial, pues de ello depende realmente el uso y difusión de ese conocimiento (Alvarez et al., 1999).

c. La administración pública La administración pública es el actor que pro-

mueve, fomenta y apoya la generación, desarrollo, implementación y difusión de innovaciones en el sis-tema y constituye el contexto político-institucional de la innovación (Calderón, 2000). Este actor está re-presentado por los órganos e instituciones del sector público que, sin realizar actividades de I+D y sin haber sido concebidas para facilitar la actividad innovado-ra de las empresas, deben apoyar activamente los procesos de innovación. Sus principales objetivos se señalan a continuación:

[…] el fomento a la innovación... la difusión de innovación y la transferencia de tecnología..., la regulación de aspectos relacionados con la innovación tecnológica tanto técnicos (calidad, seguridad de usuarios, normalización) como jurídicos (propiedad industrial, competencia) y la organización del sistema público de I+D... (COTEC, 2001, p.38).

La acción de la administración pública puede dar-se a través de dos formas diferentes:

` De forma directa, fundamentalmente a tra-vés del financiamiento al sistema público de I+D: Universidades y Centros Públicos de Investigación y a través de las ayudas finan-cieras directas a empresas (CEIM, 2001).

` De forma indirecta mediante la formulación de políticas de apoyo que favorezcan la reali-zación de actividades de I+D por parte de las empresas, la transferencia de tecnología, la difusión de los resultados de la I+D pública y, en definitiva, la creación de un clima favorable a la innovación en las empresas y en la so-ciedad (CEIM, 2001; COTEC, 2001). Esto se resume en las siguientes funciones:- Favorecer un clima social y laboral estable que

favorezca la actividad empresarial.- Establecer políticas fiscales que incentiven la

I+D empresarial.- Favorecer un mercado financiero adaptado a

las características de los proyectos de I+D.- Promover legislaciones adecuadas sobre pro-

piedad industrial e intelectual.- Apoyar las tecnologías propias del país (CEIM,

2001, p. 113).

La administración pública o más bien, el contexto político-institucional de la innovación, está constituido por los organismos de desarrollo regional, los mi-nisterios y agencias gubernamentales y los poderes públicos regionales y locales, que deben:

` Velar porque el entorno de la empresa y del resto de los actores del sistema de innovación tenga recursos elementales como: servicios

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Innovación tecnológica y la pequeña y mediana empresa

públicos adecuados, personal calificado, ser-vicio técnico y financiamiento.

` Propiciar la creación de redes de apoyo, mecanismos facilitadores y escenarios de concertación y cooperación que contribuyan a estimular la innovación en todos los planos y entre empresas y entre las universidades y empresas.

` Desarrollar una estrategia de divulgación para convencer a los empresarios de que la mo-dernización gerencial y el dominio tecnológico son la ruta de la rentabilidad y el crecimiento y una estrategia facilitadora que brinde acceso a los medios necesario para hacerlo (Pérez, 1996) y,

` Tratar de establecer un clima de competencia con reglas de juego claras y estables, de tal forma que sea posible estudiar los riesgos de inversiones e innovaciones y decidir correrlos.

d. Instituciones y organismos de apoyo a la innovaciónLas instituciones y organismos de apoyo a la

innovación que constituyen el contexto técnico-finan-ciero de la innovación (Calderón, 2000), incluyen al conjunto de entidades públicas, privadas y autónomas concebidas para facilitar la actividad innovadora de las empresas a través del suministro de medios ma-teriales y humanos para su I+D -tanto propios como de terceros-, experticia tecnológica, soluciones a pro-blemas técnicos y de gestión, información y otros servicios de naturaleza tecnológica (COTEC, 2001).

Esta infraestructura es la interfase entre las em-presas y las administraciones públicas y los centros de I+D, donde se encuentran los centros de servicios técnicos, consultores en innovación y gestión de tec-nología, asesores en patentes y licencias, parques tecnológicos y viveros de empresas, sociedades de capital-riesgo y bancos, cámaras de comercio y organizaciones profesionales, sociedades de inge-niería y gestores de bancos de datos. En el caso de las PYMEs esta infraestructura es particularmente importante, especialmente cuando pertenecen a sec-tores tradicionales, por su dificultad para acceder a la información, recursos humanos, financieros e instala-ciones necesarias para desarrollar por si mismas los procesos de innovación (Op.Cit.).

Es importante señalar que la visión de sistemas de innovación plantea una proliferación de actores y escenarios en el entorno de la empresa bajo la forma de procesos de cooperación técnica y complemen-tación tecnológica, también multiplica las fuentes de apoyo técnico por cuanto además de las universida-des y centros de I+D, crecen los grupos de soporte, consultoría y servicios, entre otros.

Los mecanismos de transferencia de tecnología en los sistemas de innovación

Como se ha señalado hasta aquí las interaccio-nes que se establecen entre los diferentes actores son fundamentales para la promoción, generación, desarrollo, implementación y difusión de innova-ciones, los cuales son procesos necesarios para la transformación y renovación del contexto productivo y para el incremento de los niveles de competitividad de las empresas que lo conforman (Albuquerque, 1999; Alvarez et al., 1999; Bouzada, 2003; Buesa et al., 2002; Lundvall, 1997; COTEC, 1998; Montobbio, 1998, Vásquez, 1999).

Esencialmente las interacciones en el marco del sistema de innovación facilitan la transferencia de tec-nología que, en un sentido amplio, puede entenderse como la transferencia del conjunto de conocimientos aplicados y reglas prácticas que tienen como misión crear, modificar y valorar el entorno del hombre para satisfacer sus necesidades (Ruiz y Mandado, 1989), que para la PYME puede traducirse en la compra, venta o cesión de bienes y equipos (tecnología incor-porada), de documentos escritos y/o audiovisuales privados o públicos y/o de conocimiento incorpora-do en las personas (Know-how) como producto de la confluencia de su educación, formación y experiencia (OCDE, 1997a; Ruiz y Mandado, 1989;).

También, estas interacciones permiten que los di-ferentes actores del sistema de innovación dominen un conocimiento, unas reglas, unos valores y una for-ma de interactuar, es decir una cultura (Albuquerque, 1999), a través de la cual conocen, aprenden, actúan e innovan, fomentando así su capacidad de produc-ción y de organización empresarial (Vásquez, 1999). Al respecto, la economía ortodoxa ha mantenido la creencia de que las interacciones entre actores se basan únicamente en factores de tipo económico (economías externas o disminución de costos); sin embargo se ha comenzado a evidenciar que no sólo están sustentadas en ese tipo de bases - pues si así fuera esas ventajas serían trasladables o recreables en cualquier región – sino que también las sostie-nen valores como la confianza, la cooperación, la solidaridad, los mecanismos de responsabilidad y el comportamiento leal de los actores (Albertos, 2002), elementos que forman parte de su cultura.

Básicamente la literatura refiere que en contex-tos interactivos, la innovación se genera, desarrolla, implementa y difunde sobre la base de relaciones de cooperación tecnológica entre empresas y entre éstas y el sistema público de I+D. En estos contextos donde se interactúa para cooperar y se coopera para compe-tir en bloque (Pérez, 1996), la cooperación tecnológica puede ser definida como aquella relación que vincula a una empresa con otra, o a una empresa con al-gún actor del sistema público de I+D (Universidades,

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Centros de Investigación) “en aspectos que pueden ayudar a la empresa a mejorar o a ampliar su conoci-miento respecto a la técnica que emplea y a la forma en que organiza sus recursos” (Taboada, 2004: 90).

La cooperación tecnológica entre la pequeña y mediana empresa (PYME) y el sector público de I+D resulta importante por cuanto a través de este pro-ceso la empresa puede incrementar su capacidad tecnológica a partir de los recursos que le brinda el sistema público de I+D y, éste último, puede orientar y financiar sus actividades de investigación, desarrollo e innovación; en el caso de las instituciones educati-vas, éstas pueden adecuar la formación académica de los egresados a las necesidades del entorno.

También para las PYME, la cooperación con el Sistema Público de I+D tiene ventajas importantes como el hecho de poder: a) captar y contratar su perso-nal (investigadores), b) complementar la investigación aplicada que éstas desarrollan con la investigación básica que desarrolla el sistema público de I+D, c) utilizar equipos e instrumental especializado a bajo costo, d) adquirir experiencia en la dirección y ges-tión de proyectos y, e) estar al día en los desarrollos tecnológicos.

Además, este tipo de cooperación la ayuda a obtener información y conocimiento tecnológico, a aumentar su productividad y competitividad, a codesa-rrollar tecnologías, a la apertura de nuevos mercados y a la consolidación de cadenas de proveedores-pro-ductores-clientes, entre muchas. Esta relación tiene gran valor como estrategia para innovar con éxito en contextos donde escasean recursos y existen altos niveles de riesgo e incertidumbre, en tanto que ello supone compartir recursos y conocimientos, así como un reparto del riesgo de la innovación entre los acto-res que cooperan.

En España, y con particular referencia en la cooperación empresa-empresa, el porcentaje de em-presas que mantiene acuerdos de cooperación no supera el 38% (CEET, 2002). El estudio realizado por el CEET (2002) reporta que la cooperación tecnológi-ca es más frecuente entre las empresas de más de 50 empleados y en las empresas servicio que en las de menos de 50 empleados y las empresas industriales y que el factor más valorado por las empresas para que los acuerdos de cooperación tengan éxito son el apo-yo de la dirección en virtud que es la dirección la que asigna los necesarios para la cooperación (tiempo, personal, etc.).

Es importante aclarar que la cooperación tec-nológica no puede ser considerada exclusivamente un instrumento para la innovación sino que, mas allá, debe ser parte de una cultura orientada hacia el desarrollo científico, tecnológico y de innovación, fundamentada en la necesidad que tienen los actores de complementarse. Este tipo de cooperación, como

todo proceso interactivo y social, no resulta fácil en la práctica pues pueden surgir conflicto de intereses; sin embargo es de vital importancia lograrlo por cuanto abre canales o flujos de conocimiento gracias a los cuales se genera, sostiene o contradice el conoci-miento tecnológico del sistema de innovación, aunque estos canales o flujos también pueden surgir sin que medien procesos formales de cooperación.

Al respecto, la OCDE (1997a) ha identificado cua-tro tipos de flujos de conocimiento en los sistemas de innovación, los cuales se describen a continuación.

a. Flujo empresa-empresaEs el flujo que se genera tanto de la colaboración

tecnológica formal entre las empresas como de las conexiones informales empresa-empresa; empresa-proveedor-usuario y empresa-competidores. El flujo de conocimiento generado a partir de la colaboración técnica formal y las alianzas estratégicas entre em-presas es fundamental en aquellos campos en que los costos de desarrollo son muy altos (biotecnolo-gía, tecnología de la innovación) y generalmente se dan bajo este tipo de cooperación para juntar recur-sos técnicos, alcanzar economías de escala y ganar sinergias al complementar su capital humano y sus ventajas técnicas. En el caso de los flujos de cono-cimiento producto de las conexiones informales vale señalar que a pesar de que resultan tan importantes como los que se derivan de las conexiones formales, pues a través de estos se transfiere conocimiento y Know-how, es un flujo difícil de medir (OCDE, 1997a).

b. Flujo sector público/sector privadoLos flujos de conocimiento entre sectores públi-

cos y privados son también fundamentales dentro de la visión de sistemas de innovación, en tanto que el sector público está constituido por institutos de investigación y universidades de los cuales fluye co-nocimiento hacia el sector privado. La infraestructura de investigación pública puede llegar a ser uno de los más importantes activos de soporte a la innovación en la medida que realicen investigación genérica, produzcan conocimientos básicos para la industria y sean fuente también de nuevos métodos, instrumen-tos y valiosas habilidades. Entre las interacciones que pueden darse para generar este tipo de flujo están la ejecución de proyectos conjuntos y el financiamiento de personal de investigación.

Además de estos tipos de interacciones las institu-ciones de investigación pública están sirviendo como depósito global de conocimiento técnico y científico en campos específicos que han generado la necesidad en el sector privado de incrementar su habilidad para acceder a ese conocimientos lo cual puede hacerse a través de datos de patentes, información publicada acerca de nuevos descubrimientos científicos, cono-

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Innovación tecnológica y la pequeña y mediana empresa

cimiento incrustado en instrumentos y metodologías, acceso a trabajos científicos y resultados de incu-badoras de empresas tecnológicas. En los estudios realizados por la OCDE (1997a) sobre sistemas de in-novación a nivel nacional han revelado que el sector público de investigación puede resultar más utilizado por el sector industrial y empresarial como fuente in-directa de conocimiento que como fuente directa.

Como fuente directa la posibilidad de acceder al nuevo conocimiento depende mas de la capacidad de respuesta del sector público que de la capacidad de acceder a la información por parte del sector pri-vado y esa respuesta se ha caracterizado por una producción científica-tecnológica desfasada tempo-ralmente del sector privado, pues el intervalo entre las generación de conocimiento básico y el desarro-llo de la innovación ha sido muy amplio. Al contrario, como fuente indirecta, la posibilidad de acceder al conocimiento depende mas de la habilidad del sector privado que de la velocidad de respuesta del sector público, sin embargo esta situación tiende a variar por sector y por el tipo de base de conocimiento del sistema (Op.Cit.).

c. Difusión tecnológica Es el flujo de conocimiento más tradicional en los

sistemas de innovación pues se produce a través de la adquisición y utilización de equipos y maquinarias nuevas. Normalmente, la difusión de la innovación es un proceso de efecto-movible que puede variar en el tiempo en función del sector, el contexto y las ca-racterísticas del tejido empresarial. Sin embargo, es importante destacar que el incremento de la ejecución innovativa de las empresas depende de su capacidad para trabajar con innovaciones y productos adopta-dos, usados y desarrollados en otra parte.

De acuerdo con la OCDE (1997a) este flujo de conocimiento puede venir de clientes y proveedores además de competidores e instituciones públicas, siendo particularmente importante para los sectores manufactureros tradicionales y la industria de servicios que en su mayoría no ejecutan I+D por si mismos. En relación a este flujo, estudios muestran que la difusión de tecnología ha impactado amplia y positivamente a la industria, siendo considerado en muchos países tan importante como la inversión en I+D.

d. Movilidad de personalDe acuerdo con la OCDE (1997a) se abre un flujo

de conocimiento que aumenta el nivel de habilidades de la fuerza laboral y la ejecución innovativa de la eco-nomía con la movilidad de personal cualificado dentro de la industria y entre el sector público y el sector pri-vado. Respecto a este flujo la OCDE (1997a) refiere estudios que muestran que: a) el mayor movimiento de personal se da entre graduados desde la universi-

dad a la industria y a los institutos de investigación, b) el movimiento de investigadores universitarios y per-sonal de institutos de investigación a la industria es bajo y, c) el movimiento de personal desde los institu-tos de investigación a las universidades es moderado al igual que la movilidad del personal técnico dentro de la propia industria.

También se genera un flujo de conocimiento de las interacciones que se dan entre investigadores in-formalmente enlazados (asociaciones profesionales, congresos, conferencias, etc.) y, aunque este también es un flujo difícil de medir, se ha logrado demostrar que las habilidades y las capacidades de encadena-miento del personal son claves para implementar y adaptar las nuevas tecnologías (OCDE, 1997a), he-cho por el cual la inversión en tecnología avanzada debe ser compatible con la capacidad de adopción determinada por las cualificaciones, el conocimiento tácito global y la movilidad de la fuerza de trabajo (Op.Cit.).

En síntesis, vale decir que de la cooperación tec-nológica y de los flujos de conocimiento que de esta actividad se derivan, “surgen importantes sinergias que intensifican el proceso innovador y elevan el nivel competitivo de las empresas” (Nieto y Rodríguez, s.f.) y de los organismos e instituciones que constituyen el sistema público de I+D.

Consideraciones Finales

El artículo que concluye se centró en la innova-ción tecnológica, su definición, tipos de innovación asociados y clasificación así como en la descripción del tipo de contexto necesario para que ésta se pro-mueva, genere, desarrolle, implemente y/o difunda entre las pequeñas y medianas empresas (PYMEs). En términos generales podemos concluir que:

` Las innovaciones tecnológicas son resultado de la realización de actividades de innovación y el desarrollo de mecanismos para la trans-ferencia de tecnología, que pueden darse de manera radical o incremental y que se tra-ducen en procesos, productos y/o servicios nuevos o mejorados. Tanto la innovación tecnológica como las actividades de innova-ción y los mecanismos para la transferencia de tecnología dependen de un conjunto de interacciones que deben producirse tanto en el ambiente interno de la empresa como en su ambiente externo. Es decir, dependen del comportamiento interactivo de actores en el nivel micro (la empresa) como el departamen-to de I+D -en caso de que lo hubiere- y otros departamentos o unidades organizativas (pro-

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Maria Eugenia Witzke y Flora Díaz

pp.30-45

ducción, control de calidad, mantenimiento, etc.) y en el nivel meso (sistema o red), como otras empresas, universidades, centros de I+D y administración pública, entre otros, las cuales constituyen el potencial sinergético de la innovación.

` Los sistemas de innovación son una forma de organización favorable a la innovación en el nivel meso que están constituidos por las empresas, el sistema público de I+D, la administración pública y las instituciones y organismos de apoyo a la innovación que constituyen respectivamente el contexto pro-ductivo, el contexto científico-tecnológico, el contexto político-institucional y el contexto técnico financiero de la innovación.

` Para innovar las empresas desarrollan interacciones a nivel micro (dentro de la or-ganización), las cuales pueden ser entre departamentos u otro tipo de unidades admi-nistrativas y de producción, entre los distintos niveles de dirección y entre los niveles de dirección y los trabajadores); también desa-rrollan interacciones a nivel meso (dentro del sistema de innovación) las cuales pueden ser verticales entre empresas (usuario-proveedor) y horizontales entre empresas, y entre em-

presas y otras organizaciones e instituciones involucradas en el proceso innovativo.

` En los sistemas de innovación, la innovación se difunde a través de mecanismos para la transferencia de tecnología entre los que se encuentran los flujos (informales) de cono-cimiento y la cooperación tecnológica entre empresas y entre éstas y el sistema público de I+D. Estos mecanismos resultan importan-tes pues contribuyen con el incremento de la capacidad tecnológica de la empresa y con la orientación y financiamiento de las activida-des de investigación y desarrollo tecnológico y de la formación académica del sistema público de I+D; también, estos flujos y coo-peración permiten que las PYMEs capten y contraten personal preparado, complementen el binomio investigación aplicada - investiga-ción básica, utilicen equipos e instrumental especializado a bajo costo, adquieran expe-riencia en la dirección y gestión de proyectos, obtengan información y conocimiento tec-nológico, aumenten su productividad y competitividad, codesarrollen tecnologías, abran nuevos mercados y consoliden cadenas de proveedores-productores-clientes.

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