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éstas es la aparición, en castellano,del EraSl110 y Espal1a, por el eru­dito francés Marcel Bataillon.

Desde que salió a luz el originalfrancés, en 1937, ha sido la auto­ridad máxima sobre el erasmismoespañol. Es obra que representaquince años de asiduas y laboriosasinvestigaciones. Su autor ha vivi­do consagrado a los estudios his-

Colección de EscritoresMexicanos

TOMOS PUBLICADOS:

I. Sor Juana Inés de la Cruz. Poe­sías líricas, $ 6.00.

2. Carlos de Sigüenza y GÓngora.Obras históricas, $ 6.00.

3. Ignacio Manuel Altamirano. Cle­mencia, $ 6.00.

4. José Fernando Ramírez. Vida deFray Toribio de Motolinía, $ 6.00.

5. Manuel José Othón. Poemas Rús­ticos. Ultimas poemas, $ 6.00.

6. Rafael Delgado. Los parientes ri­cos, $ 6.00.

7-10. "rancisco Javier Clavigero.Historia Antigua de México, $ 24.00.

1I. José López Portillo y Rojas. LaParcela, $ 6.00.

12. Salvador Díaz Mirón. PoesíasCompletas, $ 6.00.

13-17. Manuel Payno. Los Bandidosde Río Frío, $ 30.00.

18-19. Vicente Riva Palacio. Monja,casada, virgen y mártir, $ 12.00.

20-21. Vicente Riva Palacio. MartínGaratuza, $ 12.00.

22-23. Alfonso Reyes: Simpatías yDiferencias, $ 12:00.

24. Carlos González Peña. La Chi­quilla, $ 6.00.

25-26. Vicente Riva Palacio. Los pi­ratas del Golfo, $ 12.00.

27. Luis G. Urbina. La vida litera­ria de México, $ 6.00.

28-29. Luis G. Urbina. Poesías Com­pletas, $ 12.00.

30-32. Antollio de Robles. Diario deSucesos Notables (1665-1703), $ 18.00.

33-34. Vicente Riva Palacio. Memo­rias de un impostor: Don Guillén deLampart, Rey de México, $ 12.00.

35. Luis G. Urbina. Cuentos vividosy crónicas soñadas, $ 6.00.

36. Justo Sierra. Cuentos románti­cos, $6.00.

37-38. Servando Teresa de Mier. Me­morias, $ 12.00.

39. José T. Cuéllar. Ensalada de po­llos y Baile y cochino, $ 6.00.

40. E. González Martínez. Preludios,Lirismos, Silénter, Los senderos ocul­tos, $ 6.00.

41-44. J. García lcazbalceta. DonFray Juan de Zumárraga, $ 24.00.

45. José T. Cuéllar. Historia de Chu­cho el Ninfo y La Noche Buena, $ 6.00.

46-48. José María Roa Bárcena. Re­cuerdos de la Invasión Norteamerica­na (1846-1848), $ 18.00.

49. Rafael Delgado. Angelina, $ 6.00.

50-51. Emilio Rabasa. La Bola v LaGran Ciencia. El Cuarto Poder y Mone­da Falsa, $ 12.00.

52-54. Ignacio M. Altamirano. La Li­teratura Nacional. Cada torno, $ 6.00.

55. Manuel Acuña. Obras Completas,$ 6.00.

56-58. José Joaquín Fernández de Li­zardi. El Periquillo Sarniento. 3 to­mos, $ 18.00.

59-61. José María Luis Mora. Méxicoy sus revoluciones. 3 tomos, $ 18.00.

62. Pedro Castera. Carmen. Novela.Memorias de un corazón. México, 1950.$ 6.00

Editorial Porrúa, S. A.Esq. Av. Argentina y Justo Sierra.

Apartado Postal 7990.México, D. F.

pamcos desde que tenía veintlUnaños, y adquirió especial renombrepor su hallazgo, en una bibliotecaportuguesa, de un ejemplar de laedición príncipe (1529) del Diá­logo de Doctrina Cristiana de Juande Valdés, el gran reformista es­pañol, obra que se creía perdida,y de la cual Bataillon sacó en 192 5una preciosa edición facsimilar,precedida de notable estudio intro­ductorio.

N o en vano sale la edición cas­tellana del Erasmo y Espaiía -fiely esmerada traducción de AntonioAlatorre- trece años después de lafrancesa, pues esto ha dado al au­tor ocasión de corregirla, ponerlaal día y adicionarla con un apén­dice sobre la huella erasmiana en­tre los conquistadores y misionerosde América.

Estamos, pues, en presencia deun verdadero clásico del tema, deuna obra fundamental e indispen­sable.

Bataillon hace hincapié en ellu­gar central del erasmismo en Espa­ña, insistiendo en que tuvo enormeimportancia no sólo en la esferaintelectual sino sobre todo en elorden religioso. El erasmismo cons­tituye en su muy fundada opi­nión, el núcleo de la Reforma yde la Contrarreforma en España.El erasmismo español es para él unmovimiento muy complejo, muyhumano, laico, "pero tambiénfundamentalmente religioso". Esdecir, es "una corriente de piedadreflexiva".

El erasmismo -dice el ilustrehispanista galo- es "una realidadespiritual sepultada y doblementeborrada de la superficie de la his­toria" por la reacción de Trento yla mano de hierro de la Inquisi­ción. Entonces, su libro se propo­ne "reconstituir el movimientoerasmiano en todo su conjunto ycon todas sus prolongaciones","diseñar su realidad viva".

y bien que lo logra. A medidaque nos enfrascamos en estas pá­ginas tan nutridas de sólida infor­mación, compartimos con el autorla emoción fascinado~a del descu­brimiento. La influencia de Eras­mo en España no fué un merosoplo en lo alto, que alcanzaraúnicamente las empinadas testasde los eruditos. Entroncándose concorrientes hispánicas que arrancandel siglo XV, y que cuajan brillan­temente en la reforma del carde­nal Cisneros, y vivificándolas, elerasmismo español se revela comoun amplio y profundo movimien_to de renovación religiosa, un mo­vimiento evangélico, que se hacecastizo con los latidos del almahispánica y que participa del alien­to creador y vital del siglo. Lasdos cumbres más altas de ese mo-

vimiento son, según Bataillon, LuisVives y Juan de Valdés.

Nuestro autor reivindica a Eras­mo de las nociones vulgares, ema­nadas de uno u otro extremo, se­gún las cuales no habría sido másque un "librepensador racionalis­ta" o un "luterano vergonzante ycobarde". Era un alma piadosa,profundamente cristiana y evan­gélica. Pesaron en su corazón, co­mo en el de otros grandes hombresde su época, los males que la cris­tiandad padecía, atacada por fueray corroída por dentro.

Erasmo deseó ardientemente unareforma que restableciera el sen­tido limpio y primordial del cris­tianismo apostólico. Para ayudar aello, emprendió la restauración deltexto griego original del NuevoTestamento, obra que tuvo unainfluencia ingente y extendida,pero que desató las más violentascontroversias.

Por otra parte, a la vista dellu­teranismo, Erasmo se esfuerza pormantenerse independiente y con­ciliador. N o simpatiza con losmétodos militantes de Lutero. Eshombre de espíritu suave y re­traído, que no está hecho para lasbatallas violentas y decisivas. Ypor eso se distancia del reforma­dor alemán, manteniéndose en loposible al margen del choqueabierto entre Roma y Wittenberg,no obstante los ataques virulentoscon que lo exaspera el romanistaZúñiga.

La influencia de Erasmo en Es­paña tiene, según muestra el es­tudio de Bataillon, dos épocasprincipales. En un comienzo seextiende sin trabas, logrando laadhesión entusiasta de grandes fi­guras laicas y ec1ésiásticas. Buenaparte de la obra pasa revista a es­tos grandes erasmistas españoles,entre los que se halla el propioCervantes. El erasmismo españolnace entre 1522 Y 1525. El Enqui­ridión, "manual de cristianismo,"inferior", es leído y meditadoávidamente en claustros y hogares.Su mensaje es "que el fin de todasnuestras obras, oraciones y devo­ciones ha de ser sólo Jesucristo".De 1¡27 a 1532 se multiplican susediciones castellanas. En 1529 apa­rece, profundamente influído porél, el Diálogo de Doctrina Cristia­na de Valdés, que para Bataillones "el primer ensayo de uno de losmás auténticos genios religiosos delsiglo".

Con Juan está su hermano Al­fonso, secretario imperial, otroerasmista fervoroso, el de los diá­logos inmortales. Y el erasmismocobra auge por todas partes. Esun avivamiento, el único gran avi­vamiento religioso que España haexperimentado. Pero pronto se

desatan vientos contrarios. Vieneprimero la sospecha, luego el ata­que académico, al fin la persecu­ción. La Inquisición no descansa.Hay una contenida y patéticaemoción en las páginas de estaobra, que trazan el proceso im­placable de desarraigamiento decuanto fuera erasmiano. Con todo,la· influencia del ilustre roterdamésno perece del todo. "Removió enEspaña lo que ella tiene de másíntimo y universal. Enriqueció supatrimonio de manera imperece­dera." El autor declara, profética_mente, para terminar: "La luchano ha concluído."

El apéndice sobre la influenciade Erasmo en el Nuevo Mundo,es breve pero esencial. El erasmis­mo está presente, con presenciaviva y dinámica, en aquellos gran­des varones de la utopía america­na, evangélica y paulina, frayJuan de Zumárraga y Tata Vasco.Pero también en América, estemovimiento fué implacablementesuprimido. Cabe preguntar si ha­brá posibilidades de un resurgi­miento, si no de sus formas, sí desu espíritu vital. La obra de Batai­110n, marcando esencias y trascen_dencias que pertenecen a la cate­goría de lo eterno, permite espe­rarlo así, y su difusión y estudiopodría ayudar a suscitarlo.-PE­DRO GRINGOIRE.

LEOPOLDO BAEZA y ACEVEz, En­docrinología y Criminalidad.México, Imprenta Universita­ria, 1950.

Tengo excelentes referencias deLeopoldo Baeza y Acevez, autordel libro Endocrinología y Crimi­nalidad. No es, en verdad, obrapara el vulgo sino para especia­listas.

Cuando hay que dar al DerechoPenal su amplitud humana debeestudiarse al hombre y los móvi­les que impulsan al delincuente.N o es'el hombre sólo materia, diceBaeza, quien admite el dualismode la criatura humana.

Estudia los problemas funda­mentales del Derecho Penal, el de­lincuente, el delito y la pena, den­tro de la concepción de la escuelaclásica; explora en las ideas deCésar Beccaria, quien censuró lapena de muerte, las penas infa­mantes, la tortura, etc., y abogapor la atenuación de la penalidad;discurre cuando se concibe que,siendo el hombre conocedor delbien y del mal, y libre para deci­dirse por uno u otro, es responsablede su destino, siguiendo ciertasteorías. La vetusta escuela clásicatiene una recia estructura. Des­pués, acompaña en sus investiga­ciones a Lombroso. No rehuyeningún estudio o ciencia que pue­da dar una razón al entendimiento

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ya la justicia. Es buen crítico. Ex­hibe las fallas de la misma ciencia.

Vale copiar algunos de sus pen­samientos: "Los hombres de nues­tro siglo, creen haber entrado pornuevas sendas y nuevos caminos;jamás se imaginan exploradoresque encuentren vados hasta hoydesconocidos; pero se equivocan,y con ello siembran una mayordesorientación ..." Examina todoel material de la endocrinología.Toca lo patológico y va hasta losúltimos episodios de la. medicina.La líbido le da un campo vasto.Como habla con conocimiento,puede obtener las conclusionespertinentes para su estudio. Desdeel célebre Claudio Bernard, quedetuvo el curso de la bilis de unperro con sólo causarle una depre­sión moral, hasta los recientes tra_bajos de la .fisiología o de la pato­logía, orientan al legislador. Perola endocrinología desconoce losfactores "medio" y "voluntad",entre otros, y por eso es inadmisi­ble y prostituye los principios j,u­rídicos. La antropología, endocri­nología, sexología, deben aceptar­se, dice, como disciplinas coadyu­vantes, pues ni una sola, ni todasjuntas, son capaces de descifrar losenigmas que esconde la personali­dad humana.

Para Baeza y Acevez el Dere­cho Penal sólo podrá resurgircuando vuelva a tener su conte­nido filosófico.-EFRÉN N ÚÑEZ

MATA.

CRONICA LITERARIA DE LAGRAN BRETAÑA

En los períodos deprimentes dela historia, como el que ahora atra­viesa la especie humana, los másvaliosos miembros de la comuni­dad mundial son aquellos queaportan, al resto de la humanidad,el más alto grado de estímulomental. Si a un lector inglés se lepidiera que citase tres nombres deescritores ingleses, de su propialengua, que puedan ser incluídosen tal categoría, no podría hacernada mejor que responder de estemodo: Bernard Shaw (reciente­mente fallecido), William RalphInge (ex deán de la catedral de SanPablo, de Londres) y BertrandRussell. .

Para estimular mentalmente asus lectores, un escritor debe pro­vocar algún desacuerdo -aunqueno demasiado-; por crítica quesea la actitud que adopte en cuan­to a las personas, la sociedad, elmundo o el universo, debe habersiempre una base de compenetra­ción entre él y su público. Mu­chos de los autores actuales, conaptitud para producir el estímulode que venimos hablando, fracasanpor su quizá subconsciente despre­cio del género humano y por su

postura, fuildamentalmente nega­tiva, respec;to a la vida ~n esteplaneta. Abunda hoy tanto ladesesperación que nunca podre­mos estar bastante agradecidos aquienes miran a la adversidad, caraa cara, y sin desfallecimiento.

Los tres escritores citados ante­riormente son del temple reque­rido. Ninguno de ellos se deja en­gañar por un falso optimismo, nise deja contagiar por ese preva­leciente desagrado hacia la huma­nidad, que no pasa de ser un casode adolescencia retardada; los tresescriben suficientemente bien paraser clasificados como artistas lite­rarios, produciendo un placer es­tético incluso al tratar de temasfilosóficos. Ahora que la literaturade ficción -la poesía, el teatro, lanovela- se encuentran en deca­dencia (fase de la que un día re­surgirán) de prestigio internacio­nal, que se considera obligado aescribir con sencillez y claridadpara las personas de inteligenciacorriente; un autor que no estimaimpropio de un erudito mezclarnotas humorísticas con temas cul­turales; un prosista que ha culti­vado un estilo tan atrayente quesu talla como hombre de letras es­tá muy cercana a la que le co­rresponde como pensador.

El nuevo libro de Russell, Un­popular Essays (Ensayos impopu­lares) , pudiera parecer obra depoca importaneia comparado conla imponente History of WesternPhilosophy (Historia de la Filo­sofía Occidental), que publicó en1946, o con sus anteriores y másprofundas producciones Principlesof Mathematics (Principios Mate­máticos) e Introduetion to Ma­thematical Philosophy (Introduc­ción a la Filosofía Matemática),aparecidas respectivamente en1903 y 1919. Sin embargo, Rus­sel no puede escribir una sola pá­gina sobre cualquier tema corrien­te sin formular alguna observa­ción que fuerce a la mente dellector a meditar de nuevo sobre loque piensa y cree que cree.

Unpopular Essays lleva ese tí­tulo porque el autor previene a aLgunos c¡rítlÍcos, que encontraronde difícil comprensión partes deun libro anterior, que "en el pre­sente volumen hay varias frasesque algunos niños de diez años,singularmente estúpidos, pudieranhallar un poco confusas. Esa es larazón de que no califique estosensayos de populares; y, si no sonpopulares, han de ser impopula­res". El primero de ellos, titulado"Filosofía y política", demuestrael talento de Russell para la pro­vocación saludable. Pocos serán losque lo lean sin sentirse impeli.dosa un cierto grado de recapaclta­ción. Los platónicos, por ejemplo,

cuya devoción por el gran pensa­dor griego pueda inspirarse en surango estético como el filósofo­poeta por excelencia, no podrándejar de prestar atención al asertode que la familia y los amigos dePlatón actuaron de quislings en laGuerra del Peloponeso, entre la de­mocrática Atenas y la oligárquicaEsparta: "Se afirma que su trai­ción contribuyó a la derrota deAtenas. Tras aquella derrota, Pla­tón comenzó a entonar elogios alos vencedores mediante la com­posición de una Utopía cuyosprincipales rasgos se hallaban ins­pirados por la constitución polí­tica de Esparta. N o obstante, lohizo con tal pericia artística quelos liberales jamás se dieron cuentade sus tendencias reaccionarias,hasta que los discípulos de Platón,Lenin y Hitler, les depararon unaexégesis práctica."

Para Bertrand Russell hay dosclases de filosofía: la propia delhombre especializado, pura, depensamiento abstracto, que forja"amplias hipótesis generales"; y lafilosofía aplicada, dirigida a des­cubrir e inculcar la mejor formaposible de vida, y que (entre otrosservicios diariamente prestados ahombres y mujeres) "suministraun antídoto a las ansiedades y an­gustias del presente, haciendo po­sible la máxima aproximación a la

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VOLUMENES PUBLICADOS

1LITERATURA ESPAÑOLA SIGLOXX (Segunda edición) . Por Pedro Sa­linas, $ 12.50.

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serenidad a que puede aspirar unamente sensitiva en nuestro tortu­rado e incierto mundo". Estas úl­timas frases proceden del ensayo"Filosofía para profanos", en queel autor dirige una mirada escru­tadora al dogmatismo y al escep­ticismo: "el dogmático es dañoso"por su tiránica asunción de cer­teza; "el escéptico es inútil", por­que no está cierto de nada másque de la certeza de no saber.Russell es un empírico, un cre­yente en la libertad y la toleran­cia, un heredero de la convicciónde ]ohn Locke según la cual nin­guna doctrina es válida a menosque esté "comprobada en cada unode sus extremos por su éxito en lapráctica".

Y, dicho sea de paso, ¡cómo sedivierte Bertrand Russell con He­gel! (páginas 20-25).

George Orwell, que falleció enenero de 1950, mantenía opinionessimilares a las de Russell en cuantoa la libertad intelectual, y en lacolección póstuma de sus ensayos,Shooting an Elephant, hay mu­chas frases que el autor de Un­popu.lar Essays no vacilaría enaprobar. Es interesante estableceruna comparación entre los dos li­bros como prueba de la amplia dis­tancia que puede separar a doshombres que,en lo importante,profesan las mismas ideas y creen­cias. Aunque la especulación acer­ca de las preferencias de la poste­ridad es baldía, cabe decir que lasobras literarias de Russell se se­guirán leyendo mucho después dehaber sido olvidadas las de Orwell.La mente de éste se hallaba rebo­sante de indignación, que muchasveces llegaba a los linderos de laira ciega, en cuanto al actual es­tado de la humanidad y sus pers­pectivas futuras. El valor de Or­well, para su propia generación,estribó precisamente en esa faltade objetividad; daba ésta a los es­critos una nota de apremio que ele­vaba el ánimo de los lectores. Peroes dudoso que esa elevación loscondujera a hacer otra cosa queaclamar al escritor por su gallar­día moral y la rotunda franquezacon que se expresaba. Como autory pensador, carecía de ese sentidodel pasado que añade algo así comouna nueva dimensión a. la mentede Russell, dándole una profundi­dad de visión, perspectiva, propor­ción y (10 que es más valioso detodo) de serenidad que le hacíafalta a George Orwell para hacerde él algo más que un periodistade primera clase. La mayor partede la gente encontrará sus ensayosmás fáciles de leer que los de Rus­sell; pero quienes lean unos y otrosquizá encuentren también que los