Unidad i Identidad y Organización
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UNIDAD I IDENTIDAD Y ORGANIZACIÓN
1.1 ¿QUIÉN SOY YO?
Esa es una buena pregunta que la mayoría de veces no sabemos contestar
porque desconocemos nuestro propio ser.
Hay personas que costantemente buscan la aprobación de otros para tener un
punto de referencia o de seguridad. Como esa amiga que va de compras
acompañada y contínuamente pregunta: ¿Cuál de las dos prendas te gusta más?
Y al final el armario de la persona que va a comprar se parece menos a los gustos
reales de ella que a los de la acompañante.
Por otro lado, definir los defectos y las virtudes de los demás es una tarea que a
muchas personas les parece menos compleja que definirlos para ellas mismas.
Así, cuando les preguntan ¿Cómo es ella o él? Empiezan a hablar con fluidez y
seguridad, poniendo ejemplos reales que acompañan a cada adjetivo que
proyectan. En cambio, cuando les pides a estas personas que se definan ellas
mismas sufren un paradójico y extraño mutismo.
La primera causa de esto es quelas personas estamos mucho más
acostumbradas a usar los valores de juicio establecon las demás que con nosotros
mismos. En segundo lugar, al convivir todo el día con nosotros tenemos ejemplos
de acciones que pueden ser contradictorias, somos más conscientes de nuestra
evolución y no nos gusta encasillarnos en un adjetivo. Entendemos que somos
mucho más complejos que cualquier palabra o grupo de palabras.
Tomarse un tiempo para reflexionar
De vez en cuando es positivo que te guardes un tiempo para tener una cita contigo
mismo, de manera que lo utilices para reflexionar sobre quién has sido, quién eres
y en quién te estás trasformando. Esto te ayudará a conocerte, a descubrir tu
propia verdad. A encontrar las respuestas dentro de ti. Respuestas que en algún
momento esperabas que te diesen otras personas.
Empieza a hacer eso que te causa satisfacción, como puede ser: leer, caminar o ir
a la playa. Acciones para las que la soledad no sólo no es un impidimento, sino
que puede ser una ventaja.
¡Puedes pedir opinión o asesoramiento! Pero tú tienes la capacidad de elegir lo
que es mejor para ti cuando te conoces.
Una vez sabes quién eres, es más fácil definir qué quieres, y aumentarás las
probabilidades de que tus decisiones sean más acertadas.
Entre los papeles del Dr. Agosin después de su fallecimiento había varios ensayos
para ejercicios e introducciones para esos ejercicios. Estos se presentaron a los
miembros de Cafh y al público en general que vino a participar en busca de
enriquecimiento espiritual.
“¿Quién soy yo?”es probablemente la pregunta más desconcertante, profunda,
difícil, emocionante e interesante que nos podemos hacer.
Es desconcertante porque a lo largo de todas las respuestas y las definiciones que
nos damos de nosotros mismos siempre terminamos insatisfechos. Siempre hay
algo más. Después de cualquier respuesta a que podemos llegar volvemos a un:
“pero no es realmente así”. “¿Quién soy yo?”parece una pregunta simple, quizás
la más simple, y sin embargo nos deja desconcertados y confundidos.
Es profunda porque desde que recibimos el don de la conciencia, del sentido del
yo, es del mayor interés para nosotros. Desde el origen de pensar en el ser
humano nos hemos hecho esta pregunta y ha sido motivo de nuestras reflexiones.
¿Qué puede ser más importante que entender la naturaleza del ser? Nada tiene
mayor profundidad que la pregunta de quién es este “yo mismo”, la conciencia que
habita este cuerpo y que vive en esta hora de la historia.
“¿Quién soy yo?”es la pregunta más difícil porque tiene miles de respuestas, y
más. Sólo hacer la pregunta nos trae inquietud y ansiedad. Sentimos que es una
pregunta relevante pero algo en nosotros rechaza pensarla y se quiere distanciar
de la respuesta que de todos modos anhelamos. Es algo tan básico que
incomoda no tener una respuesta preparada y clara. Pero cualquier explicación
apresurada nos deja insatisfechos.
Cuando nos detenemos a pensar más profundamente nos damos cuenta de qué
compleja e intrigante es la cuestión y aparece más vasta y escurridiza. Muchas
personas se asustan de la pregunta y la dejan de lado porque “es una
preocupación demasiado abstracta” para gastar tiempo en ella. O se puede
sostener que es un asunto para filósofos, o que no tiene relevancia en mi vida
cotidiana. ¡Pero cómo puede no ser relevante! Si es tan básica y esencial, aunque
sea difícil, exija atención, tiempo y hasta tenga un halo de aventura al encararla.
Empezar a preguntarnos esta simplísima cuestión, “¿Quién soy yo?” trae
entusiasmo y emoción porque abre un vasto campo de exploración ante nosotros.
Quiere decir que es una puerta hacia nuestra vida interior. Cuando preguntamos
seriamente, en la intimidad de nuestro ser, con honestidad total y objetiva,
desnudos frente a nosotros mismos, empezamos a descubrir mucho sobre quién
somos. ¿Con qué nos identificamos? ¿De dónde venimos? ¿Qué limitaciones nos
auto-imponemos? ¿Cuáles son nuestros prejuicios? ¿Cuáles son las definiciones
que hacemos de nosotros mismos? ¿Cómo nos vemos a nosotros mismos? Es
sorprendente-a veces doloroso, a veces estimulante-llegar a conocernos en
profundidad.
Pero no es solo entusiasmo lo que encontramos en el camino hacia las respuestas
de esta pregunta. Hay también fascinación porque se abre un inmenso campo
frente a nuestros ojos: el campo de la conciencia interior. Tenemos un
conocimiento subliminal de este aspecto de nuestra vida interior pero apenas nos
relacionamos con él. Y a medida que uno comprende más y más aparece con
mayor claridad que la respuesta no tiene límites y que descubrimos nuevos
horizontes de nuestra realidad. Fascinación y maravilla son las únicas palabras
que describen este proceso. No hay realmente una respuesta clara o simple a la
pregunta. Este asunto de “¿Quién soy yo?” es más bien una herramienta para
explorar la propia vida interior, y no una pregunta. Se puede usar como una
ventana (o un microscopio) para mirarnos a nosotros mismos y explorar la
naturaleza de nuestro ser.
Podemos acercarnos a la pregunta de modo sistemático:
Yo soy un cuerpo. Todos tenemos un cuerpo y este aspecto de nuestro ser es el
que más obviamente se ve. Nuestro cuerpo tiene un variedad de características:
ciertas fuerzas, ciertas debilidades. Necesitamos darnos cuenta de sus diferentes
aspectos y mantenerlo sano. Sin embargo también es obvio que somos algo más
que nuestro cuerpo porque si se le remueve una parte (por ejemplo, una
extremidad), igual seguimos siendo nosotros mismos; todavía queda un “Yo”. Yo
soy un cuerpo, pero hay algo más.
Yo soy una persona que reacciona emocionalmente. Necesitamos conocer
nuestras respuestas emocionales, nuestros estados de ánimo, qué es lo que los
causa. Necesitamos llegar a ser objetivos con nuestras emociones, observar cómo
reaccionamos. Yo soy mis emociones, pero hay algo más.
Yo tengo un ser histórico. Vivimos en un tiempo particular de la historia. El mundo
era muy diferente antes y va cambiar completamente en el futuro. Vivimos en un
momento como parte de un continuum histórico. Estamos muy determinados por
esta hora de la historia, pero hay algo más.
Yo soy una cultura. Todos estamos sumergidos en una cultura. Pero hay más....
Yo soy parte de una nación. La identidad nacional es una identificación muy fuerte.
Nos identificamos con la historia, el pueblo, las costumbres. Hay símbolos que nos
vinculan a la nación incrementando nuestra conexión emocional: “Soy Americano”,
“Japonés”, “Chino”, “Francés”, “Chileno”-identificaciones fuertes. Pero hay algo
más.
Yo soy parte de una familia. La familia de la que venimos, la familia que soñamos,
la familia que creamos. Recordar que enraizado está nuestro nombre en nuestra
conciencia, y que gran parte de nosotros es. Pero hay algo más.
Yo soy el resultado de mi educación. Pero también.
Yo soy el conjunto de mis pensamientos. Pero también.
Yo soy el conjunto de mis defectos. Pero además.
Yo soy mis rutinas. Todos tenemos una rutina que se hace parte de nosotros.
Nuestra conexión habitual con ella nos hace difícil cambiarla. Es parte de
nosotros. Pero hay algo más.
Yo soy un obrero. Una persona que hace un trabajo. Esta es una de las
identificaciones más fuertes que tenemos. Fácilmente igualamos lo que hacemos
para ganarnos la vida con lo que somos. Pasamos tanto tiempo en nuestros
trabajos que nos convertimos en ellos. Yo soy un maestro, un estudiante, un
ingeniero, un mecánico cuando en realidad yo soy una persona que enseña, que
estudia, que practica ingeniería, que arregla automóviles. Así es que hay en mí
algo más que mi trabajo...
1.2 LENGUAJE Y COMUNICACIÓN
La comunicación es un campo de estudio dentro de las ciencias sociales que
trata de explicar cómo se realizan los intercambios comunicativos y cómo estos
intercambios afectan a la sociedad. Es decir, investiga el conjunto de principios,
conceptos y regularidades que sirven de base al estudio de la comunicación como
proceso social. Está en estrecha relación con otras ciencias, de las cuales toma
parte de sus contenidos o los integra entre sí. Son muchas las discusiones
abiertas en el campo académico sobre lo que en realidad constituye la
comunicación y de allí que existan numerosas definiciones al respecto, muchas de
las cuales se circunscriben a determinados campos o intereses de la ciencia.
La comunicación inicia con el surgimiento de la vida en nuestro planeta y su
desarrollo ha sido simultáneo al progreso de la humanidad. Se manifestó primero
a través de un lenguaje no verbal, evolucionando y complicándose conforme el
hombre mismo evolucionaba.
Todos los días los seres vivos se comunican de diferentes maneras, pero sólo los
seres humanos podemos hacerlo racionalmente; llevando a cabo infinidad de
actividades, tales como: conversar, reír, llorar, leer, callar, ver televisión entre
otras; por ello se dice que la comunicación humana es un proceso:
• Dinámico: porque está en continuo movimiento y no se limita a una relación
Emisor--->Receptor estático, pues los roles se intercambian.
• Inevitable: Pues es imposible no comunicar, incluso el silencio comunica.
• Irreversible: porque una vez realizada, no puede regresar, borrarse o ignorarse.
• Bidireccional: porque existe una respuesta en ambas direcciones.
• Verbal y no verbal: porque implica la utilización de ambos lenguajes -en algunos
casos.
Además de la comunicación verbal y no verbal, el hombre también se distingue
por la capacidad de comunicarse con el mismo a través del pensamiento; a esto
se le llama comunicación intrapersonal.
1||1En vvikipedia se puede encontrar lo siguiente sobre la historia del concepto:
“Viene del griego el nombre de La comunicación como una disciplina unificada
tiene una historia de contestaciones que pueden ser trazadas desde los Diálogos
de Sócrates y en muchos casos la primera y la más debatida de las ciencias
tempranas y de la filosofía. Es precisamente Aristóteles el primero en tocar el
problema de la comunicación e intentar crear una teoría de la misma en su obra
La Retórica. Su punto de trabajo fue esencialmente la persuasión.
Diferentes puntos de vista desde el humanismo y la retórica dominaron la
discusión antes del siglo XX cuando aparece la mayor cantidad de metodologías
científicas y las miradas desde la psicología, la sociología, la lingüística y la
publicidad y que comenzaron a influir los estudios, el pensamiento y la práctica de
comunicación al punto que la conocemos en la actualidad.
La búsqueda por un término que defina la "comunicación" como una palabra
estática o una disciplina unificada puede no ser tan importante como entender la
comunicación como un conjunto de semejanzas con una ámplia pluralidad de
definiciones tal como establece Ludwig Wittgenstein.
Los estudios sobre la comunicación se intensificaron después de la II Guerra
Mundial debido al gran interés en encontrar posibilidades de control social
aportado por los mecanismos comunicativos. Se multiplicaron entonces los
modelos gracias al surgimiento de las distintas escuelas sociológicas que se han
aproximado al estudio de esta disciplina”.
Los términos de lenguaje y comunicación tienen un frecuente uso sinonímico. Por
tanto es preciso ponernos de a cuerdo en qué entendemos por lenguaje y qué
entendemos por comunicación.
Con respecto al primer término, al lenguaje, el repertorio bibliográfico es bastante
amplio pero son dos las definiciones fundamentales:
• Lenguaje entendido como sistema de signos distintos que se corresponden con
ideas distintas, línea difundida a través de F. de Saussure en su Curso de
Lingüística General.
• Lenguaje entendido como totalidad de la función comunicativa, definición que
cobra adeptos a partir de su aparición en La estructura ausente de Umberto Eco.
La definición difundida por Eco plantea un problema que radica básicamente en
que si el lenguaje se entiende como la totalidad de función counicativa, la
Lingüística, disciplina que se ocupa del lenguaje, estudia únicamente las lenguas
naturales humanas, pero existen otros códigos, ¿qué sucede, entonces con ellos?
Aquí entra en juego la Semiología, ciencia que estudia la vida de los signos en el
seno de la vida social.
Para Buyssens, la Semiología es una macrodisciplina que incluye la Lingüística.
En cuanto al segundo término, la Comunicación, consiste en la transición de
información mediante signos.
La Comunicación, que como hemos dicho se suele confundir con el lenguaje, se
convierte en un concepto renovado a partir del Congreso Internacional de
Lingüística celebrado en 1928, en La Haya, en Holanda.
A partir de entonces se produce una polémica que radica en la forma de ver
dichos términos porque mientras que para Saussure se basan en el signo
lingüístico entendido como dualidad psíquica con significante y significado, Peirce
va más allá e introduce junto al significante y el significado, el sujeto de la
semiosis.
Así suele asociarse a Saussure la definición de lenguaje como intercambio de
significantes y significados, mientras que Peirce da un paso más allá y, al
introducir un sujeto de la dualidad entre el significante y el significado, aporta una
dimensión más concreta y particular al proceso, se da paso del lenguaje a la
comunicación.
Del acto abstracto, que diría Saussure, de relacionar un significante a un
significado (lenguaje), al acto concreto de relacionarlo a través de un sujeto, de
alguien que lo particulariza y lo concreta( comunicación ).
Las consideraciones de Peirce dan lugar a diversas concepciones teóricas como
la de la crítica alemana con su Estética de la Recepción.
Lenguaje ( según Saussure ) : un emisor , sobre el que recae el peso de lo
semiótico, construye un significante y lo envía con un significado al receptor.
Comunicación (según Peirce ) : un emisor envía a un receptor un significante; el
receptor es quien lo dota de significado, si carece del mismo para el receptor no se
producirá ese intercambio.
Esta diferencia entre los términos bajo los que se ampara este artículo, da pie a
hablar de los términos de Competence y Performance desarrollados por Noam
Chomsky.
La competencia la define como la capacidad lingüística que posee el hablante
frente a la actuación que se define como la concreción de esa capacidad.
Al comunicarnos, en palabras de N. Chomsky, realizamos, primeramente, un
proceso mental, en el que el emisor realiza un proceso onomasiológico (va de la
idea a la palabra) y el receptor un proceso semasiológico ( de la palabra a la
idea ), en el que el proceso de actuación se corresponde con la estructura
superficial y el de la competencia con la estructura profunda.
Estas consideraciones se amplían a partir del Congreso anteriormente
mencionado y se profundizan y analizan los términos con un enfoque
diametralmente opuesto y en el que interviene de forma clave y clara el hablante,
que supone la concreción de la comunicación de la que los estudiosos no se había
ocupado y habían pasado por alto (para más información sobre ello remito a mi
artículo Los límites entre La Semántica y la Pragmática, desarrollado en esta
misma revista en el número de febrero).
A partir de aquí, frente a la consideración del texto como un código cerrado,
abstracto, centrado en el emisor y en sus significantes, se da una vuelta de tuerca
al asunto y, a juicio de Enrique Bernárdez, el texto no es producto del lenguaje
exclusivamente, sino que hay que dejar paso al receptor, como la escuela
alemana mencionada más arriba, y considerar el texto como producto del hablar,
pero esta cuestión es objeto del siguiente artículo.
1.3 CONTINUIDAD Y CAMBIOS EN LA IMAGEN CORPORAL
La imagen corporal o esquema corporal consiste en el conocimiento y
representación simbólica global del propio cuerpo, es decir, es la manera en que
te ves y te imaginas a ti mismo. Esta imagen se constituye por un componente
perceptivo, un componente cognitivo-afectivo y un componente conductual que se
encuentran interrelacionados entre sí1 y es creada a partir del registro visual con
el propio cuerpo siempre situado en un determinado contexto y una determinada
cultura que lo definen a lo largo de su proceso evolutivo. En cuanto al componente
perceptivo, se refiere a la precisión con la que se percibe el tamaño, el peso y las
formas. Los aspectos cognitivo-afectivos son los sentimientos, actitudes,
pensamientos que despiertan el propio cuerpo y con aspectos conductuales nos
referimos a conductas que se pueden derivar de los anteriores factores como la
evitación de la exhibición del cuerpo o el uso de rituales, entre otros.
Autores como Jean Le Boulch lo definen como "el conocimiento inmediato y
continuo que tenemos de nuestro cuerpo, en reposo o en movimiento, en relación
con sus diferentes partes y, sobre todo, en relación con el espacio y los objetos
que nos rodean".2
Pierre Vayer y Louis Picq lo definen como "la organización de las sensaciones
relativas al propio cuerpo, en relación con los datos del medio exterior".3
Schilder propuso una de las definiciones más aceptadas para este concepto de
imagen corporal reuniendo aspectos neurológicos y psicoanalíticos “la imagen del
cuerpo que nos formamos en nuestra mente, es decir, la apariencia física que le
atribuimos a nuestro cuerpo”.4 Actualmente se encuentra más completa la
definición propuesta por Slade “la imagen corporal es una representación mental
amplia de la figura corporal, su forma y tamaño, la cual está influenciada por
factores históricos, culturales, sociales, individuales y biológicos que varían con el
tiempo.
• El cuerpo es la parte primera, más cercana y más externa de nuestro ser.
• La historia de Carmen.
• La historia de Pepe.
• Ambos sufren por su imagen corporal. No son personas con grandes defectos,
pero los agrandan terriblemente.
• Sienten pena, rabia, ansiedad, asco y repelencia hacia ellos mismos.
• Piensan y se dicen en su diálogo interno, cosas negativas y evitan hacer cosas o
hacen cosas innecesarias para disimular o mejorar su defecto.
La mayoría de las veces el defecto es inexistente o es tan leve que la persona lo
esta exagerando terriblemente.
• Es mucho más importante lo que uno ve, siente, piensa y cómo actúa debido a
su imagen corporal. Por ello:
La imagen corporal no es aquello que ven los demás de nosotros.
La imagen corporal no es sólo la fotografía interna que tenemos de nosotros
mismos.
La imagen corporal no es sólo lo que pensamos de nuestro aspecto.
La imagen corporal no es sólo lo que sentimos de nuestro cuerpo.
La imagen corporal no es sólo cómo nos comportamos en función de nuestro
propio cuerpo.
El cómo nos sentimos con nosotros mismos determinará la manera en cómo nos
relacionamos con los demás.
• Carmen actuará de manera diferente cuando se siente tranquila y confiada que
cuando está controlada por su problema. Y en consecuencia la reacción de los
demás también será diferente respecto a ella.
• Pero es la misma persona en el mismo cuerpo.
• La definición más clásica de IMAGEN CORPORAL la describe como la
representación del cuerpo que cada individuo construye en su mente.
• Una concepción más dinámica la define en términos de sentimientos y actitudes
hacia el propio cuerpo.
Destacar que el cuerpo es el único objeto que se percibe y al mismo tiempo forma
parte del sujeto perceptor.
Rosen (1992) señala que la imagen corporal es un concepto que se refiere a la
manera en que uno percibe, imagina, siente y actúa respecto a su propio cuerpo.
Contiene tres aspectos:
a) Componente perceptual.
b) Componente subjetivo.
c) Componente conductual.
Es decir...la imagen corporal es la representación mental que cada individuo tiene
de su propio cuerpo. Esta representación mental la hacemos en base a:
• 1. Las medidas que atribuimos a nuestro cuerpo (en la sociedad occidental en las
modelos se toma como referencia las medidas ideales 90 – 60 – 90).
• 2. Los pensamientos, sentimientos y valoraciones que nos provoca nuestro
cuerpo, principalmente el tamaño corporal, el peso, determinadas partes del
cuerpo que nos gustan más de nosotros o menos o cualquier otro aspecto de la
apariencia física.
• 3. Las consecuencias de lo anterior (medidas y pensamientos, sentimientos y
valoraciones), es decir debido a cómo percibo mi cuerpo y cómo me siento con el
mismo hago cosas cómo ponerme ropa más ancha, pesarme habitualmente para
ver si he bajado esos kilos de más, vestir de negro porque estiliza, evitar ir a la
playa para no ponerme en bikini, no ponerme sandalias, peinar mi pelo de una
determinada manera, compararme constantemente con los demás, etc.).
Se tiene una imagen corporal negativa cuando:
• Valoramos de una manera equivocada las formas corporales y vemos partes del
cuerpo como no son realmente.
• Se esté convencido de que solamente otras personas son atractivas, y
valoramos estas medidas como éxito y valía personal.
• Exista vergüenza y ansiedad por el cuerpo.
• Se siente incómodo y raro en el propio cuerpo. No nos aceptamos. Nos sentimos
enajenados.
Se tiene una imagen corporal negativa cuando:
• Valoramos de una manera equivocada las formas corporales y vemos partes del
cuerpo como no son realmente.
• Se esté convencido de que solamente otras personas son atractivas, y
valoramos estas medidas como éxito y valía personal.
• Exista vergüenza y ansiedad por el cuerpo.
• Se siente incómodo y raro en el propio cuerpo. No nos aceptamos. Nos sentimos
enajenados.
La imagen corporal es un constructo complejo que incluye tanto la percepción que
tenemos de todo el cuerpo y de cada una de sus partes, como del movimiento y
límites de éste, la experiencia subjetiva de actitudes, pensamientos, sentimientos y
valoraciones que hacemos y sentimos, y el modo de comportarnos derivado de las
cogniciones y los sentimientos que experimentamos.
• Influirá asimismo en cómo nos respondan los demás. Feedback positivo o
negativo.
• Pero la imagen corporal no es inamovible, sino que puede cambiar a lo largo de
la vida, tiene un fuerte anclaje en la infancia y adolescencia, pero está mantenida
por diversas circunstancias y maneras de interpretarlas del momento actual.
1.4 ESTILOS DE APRENDIZAJE (AUDITIVO, VISUAL Y KINESTÉSICO)
AUDITIVO:
Es un método de enseñanza que se dirige a los estudiantes cuyo estilo de
aprendizaje se orienta más hacia la asimilación de la información a través del oído
y no por la vista. Si bien la gran mayoría de la gente tiende a ser principalmente
visuales en la forma de relacionarse con el mundo alrededor de ellos, la
estimulación de audio se emplea a menudo como un medio secundario de
encontrar y absorber conocimientos. Para un pequeño porcentaje de las personas,
el aprendizaje auditivo supera los estímulos visuales y sirve como el método de
aprendizaje de primaria, con el aprendizaje visual cada vez secundaria.
Cuando recordamos utilizando el sistema de representación auditivo lo hacemos
de manera secuencial y ordenada. En un examen, por ejemplo, el alumno que vea
mentalmente la página del libro podrá pasar de un punto a otro sin perder tiempo,
porqué está viendo toda la información a la vez. Sin embargo, el alumno auditivo
necesita escuchar su grabación mental paso a paso. Los alumnos que memorizan
de forma auditiva no pueden olvidarse ni una palabra, porque no saben seguir. Es
como cortar la cinta de una cassette. Por el contrario, un alumno visual que se
olvida de una palabra no tiene mayores problemas, porqué sigue viendo el resto
del texto o de la información. El sistema auditivo no permite relacionar conceptos o
elaborar conceptos abstractos con la misma facilidad que el sistema visual y no es
tan rápido. Es, sin embargo, fundamental en el aprendizaje de los idiomas, y
naturalmente, de la música.
Los alumnos auditivos aprenden mejor cuando reciben las explicaciones
oralmente y cuando pueden hablar y explicar esa información a otra persona.
VISUAL:
Cuando pensamos en imágenes (por ejemplo, cuando 'vemos' en nuestra mente la
página del libro de texto con la información que necesitamos) podemos traer a la
mente mucha información a la vez, por eso la gente que utiliza el sistema de
representación visual tiene más facilidad para absorber grandes cantidades de
información con rapidez.
Visualizar nos ayuda además, a establecer relaciones entre distintas ideas y
conceptos. Cuando un alumno tiene problemas para relacionar conceptos muchas
veces se debe a que está procesando la información de forma auditiva o
kinestésica.
La capacidad de abstracción está directamente relacionada con la capacidad de
visualizar. Tambíen la capacidad de planificar.
Esas dos características explican que la gran mayoría de los alumnos
universitarios (y por ende, de los profesores) sean visuales. Los alumnos visuales
aprenden mejor cuando leen o ven la información de alguna manera. En una
conferencia, por ejemplo, preferirán leer las fotocopias o transparencias a seguir la
explicación oral, o, en su defecto, tomarán notas para poder tener algo que leer.
El Aprendizaje Visual se define como un método de enseñanza/aprendizaje que
utiliza un conjunto de Organizadores Gráficos (métodos visuales para ordenar
información), con el objeto de ayudar a los estudiantes, mediante el trabajo con
ideas y conceptos, a pensar y a aprender más efectivamente. Además, estos
permiten identificar ideas erróneas y visualizar patrones e interrelaciones en la
información, factores necesarios para la comprensión e interiorización profunda de
conceptos. Ejemplos de estos Organizadores son: Mapas conceptuales,
Diagramas Causa-Efecto y Líneas de tiempo, entre otros.
Los Organizadores Gráficos toman formas físicas diferentes y cada una de ellas
resulta apropiada para representar un tipo particular de información. A
continuación describimos algunos de los Organizadores Gráficos (OG) más
utilizados en procesos educativos:
· Clasificadores visuales
· Mapas conceptuales
· Mapas de ideas
· Telarañas
· Diagramas Causa-Efecto
· Líneas de tiempo
KINESTÉSICO:
Cuando procesamos la información asociándola a nuestras sensaciones y
movimientos, a nuestro cuerpo, estamos utilizando el sistema de representación
kinestésico. Utilizamos este sistema, naturalmente, cuando aprendemos un
deporte, pero también para muchas otras actividades. Por ejemplo, muchos
profesores comentan que cuando corrigen ejercicios de sus alumnos, notan
físicamente si algo está mal o bien. O que las faltas de ortografía les molestan
físicamente. Escribir a máquina es otro ejemplo de aprendizaje kinestésico. La
gente que escribe bien a máquina no necesita mirar donde está cada letra, de
hecho si se les pregunta dónde está una letra cualquiera puede resultarles difícil
contestar, sin embargo sus dedos saben lo que tienen que hacer.
Aprender utilizando el sistema kinestésico es lento, mucho más lento que con
cualquiera de los otros dos sistemas, el visual y el auditivo. Se necesita más
tiempo para aprender a escribir a máquina sin necesidad de pensar en lo que uno
está haciendo que para aprenderse de memoria la lista de letras y símbolos que
aparecen en el teclado.
El aprendizaje kinestésico también es profundo. Nos podemos aprender una lista
de palabras y olvidarlas al día siguiente, pero cuando uno aprende a montar en
bicicleta, no se olvida nunca. Una vez que sabemos algo con nuestro cuerpo, que
lo hemos aprendido con la memoria muscular, es muy difícil que se nos olvide.
Los alumnos que utilizan preferentemente el sistema kinestésico necesitan, por
tanto, más tiempo que los demás. Decimos de ellos que son lentos. Esa lentitud
no tiene nada que ver con la falta de inteligencia, sino con su distinta manera de
aprender.
Los alumnos kinestésicos aprenden cuando hacen cosas como, por ejemplo,
experimentos de laboratorio o proyectos. El alumno kinestésico necesita moverse.
Cuando estudian muchas veces pasean o se balancean para satisfacer esa
necesidad de movimiento. En el aula buscarán cualquier excusa para levantarse y
moverse.
Cuando se procesa la información asociándola a las sensaciones y movimientos,
al cuerpo, se está utilizando el sistema de representación kinestésico. Se utiliza
este sistema de forma natural cuando se aprende un deporte, pero también para
muchas otras actividades.
Por ejemplo, escribir a máquina, la gente que escribe bien a máquina no necesita
mirar donde está cada letra, de hecho si se les pregunta dónde está una letra
cualquiera puede resultarles difícil contestar, sin embargo sus dedos saben lo que
tienen que hacer.
Aprender utilizando el sistema kinestésico es lento, mucho más lento que con
cualquiera de los otros dos sistemas, el visual y el auditivo. El aprendizaje
kinestésico también es profundo, se puede aprender una lista de palabras y
olvidarlas al día siguiente, pero cuando se aprende a montar en bicicleta, no se
olvida nunca. Una vez que se aprende algo con el cuerpo, es decir, con la
memoria muscular, es muy difícil que se olvide.
1.5 TÉCNICAS DIDÁCTICAS PARA EL TRABAJO ACADÉMICO
Existe una gran cantidad de técnicas didácticas, al igual que existen
diferentes formas de clasificarlas.
La técnica didáctica es un procedimiento didáctico que se presta a ayudar a
realizar una parte del aprendizaje que se persigue con la estrategia. Mientras que
la estrategia abarca aspectos más generales del curso o de un proceso de
formación completo, la técnica se enfoca a la orientación del aprendizaje en áreas
delimitadas del curso. Dicho de otra manera, la técnica didáctica es el recurso
particular de que se vale el docente para llevar a efecto los propósitos planeados
desde la estrategia.
Las técnicas determinan de manera ordenada la forma de llevar a cabo un
proceso, sus pasos definen claramente cómo ha de ser guiado el curso de las
acciones para conseguir los objetivos propuestos. Aplicando ese enfoque al
ámbito educativo, diremos que una técnica didáctica es el procedimiento lógico y
con fundamento psicológico destinado a orientar el aprendizaje del alumno.
Dentro del proceso de una técnica, puede haber diferentes actividades necesarias
para la consecución de los resultados pretendidos por la técnica. Estas actividades
son aún más parciales y específicas que la técnica y pueden variar según el tipo
de técnica o el tipo de grupo con el que se trabaja. Las actividades pueden ser
aisladas y estar definidas por las necesidades de aprendizaje del grupo.
Características generales de algunas técnicas didácticas:
Técnica Objetivo Ventajas Aplicaciones Recomendaciones
Exposición
Presentar de manera organizada información a un grupo. Por lo general es el profesor quien expone; sin embargo en algunos casos también los alumnos exponen.
Permite presentar información de manera ordenada.
No importa el tamaño del grupo al que se presenta la información.
Se puede usar para:
- Presentar los contenidos del curso.
- Presentar una conferencia de tipo informativo.
- Exponer resultados o conclusiones de una actividad.
Estimular la interacción entre los integrantes del grupo.
El profesor debe desarrollar habilidades para interesar y motivar al grupo en su exposición.
Método de proyectos
Acercar una realidad concreta a un ambiente académico por medio de la realización de un proyecto de trabajo.
Es interesante.
Se convierte en incentivo.
Motiva a aprender.
Estimula el desarrollo de habilidades para resolver situaciones reales.
Recomendable en:
- Materias terminales de carreras profesionales.
- Cursos donde ya se integran contenidos de diferentes áreas del conocimiento.
- Cursos donde se puede hacer un trabajo interdisciplinario.
Definan claramente las habilidades, actitudes y valores que se estimularán en el proyecto.
Dar asesoría y seguimiento a los alumnos a lo largo de todo el proyecto.
Método de casos
Acercar una realidad concreta a un ambiente académico por medio de un caso real o diseñado.
Es interesante.
Se convierte en incentivo.
Motiva a aprender.
Desarrolla la habilidad para análisis y síntesis.
Permite que el contenido sea más significativo para los alumnos.
Útil para:
- Iniciar la discusión de un tema.
- Promover la investigación sobre ciertos contenidos.
- Verificar los aprendizajes logrados.
El caso debe estar bien elaborado y expuesto.
Se debe reflexionar con el grupo en torno a los aprendizajes logrados.
Método de preguntas
Con base en preguntas llevar a los alumnos a la discusión y análisis de información pertinente a la materia.
Promueve la investigación.
Estimula el pensamiento crítico.
Desarrolla habilidades para el análisis y síntesis de información.
Los estudiantes aplican verdades "descubiertas" para la construcción de conocimientos y principios.
Útil para:
- Iniciar la discusión de un tema.
- Guiar la discusión del curso.
- Promover la participación de los alumnos.
- Generar controversia creativa en el grupo.
Que el profesor desarrolle habilidades para el diseño y planteamiento de las preguntas.
Evitar ser repetitivo en el uso de la técnica.
Simulación y juego
Aprender a partir de la acción tanto sobre contenidos como sobre el desempeño de los alumnos ante situaciones simuladas.
Promueve la interacción y la comunicación.
Es divertida.
Permite aprendizajes significativos.
Aplicable para:
- Contenidos que requieren la vivencia para hacerlos significativos.
- Desarrollar habilidades específicas para enfrentar y resolver las situaciones simuladas.
- Estimular el interés de los alumnos por un tema específico al participar en el juego.
Que el docente desarrolle experiencia para controlar al grupo y para hacer un buen análisis de la experiencia.
Que los juegos y simulaciones en que se participará sean congruentes con los contenidos del curso.
Que los roles de los participantes sean claramente definidos y se promueva su rotación.
Aprendizaje basado en problemas
Los estudiantes deben trabajar en grupos pequeños, sintetizar y construir el conocimiento para resolver los problemas, que por lo
Favorece el desarrollo de habilidades para el análisis y síntesis de
Es útil :
- Para que los alumnos identifiquen necesidades de
Que el profesor desarrolle las habilidades para la
general han sido tomados de la realidad.
información.
Permite el desarrollo de actitudes positivas ante problemas.
Desarrolla habilidades cognitivas y de socialización.
aprendizaje.
- Para abrir la discusión de un tema.
- Para promover la participación de los alumnos en la atención a problemas relacionados con su área de especialidad.
facilitación.
Generar en los alumnos disposición para trabajar de esta forma.
Retroalimentar constantemente a los alumnos sobre su participación en la solución del problema.
Reflexionar con el grupo sobre las habilidades, actitudes y valores estimulados por la forma de trabajo.
Juego de roles
Ampliar el campo de experiencia de los participantes y su habilidad para resolver problemas desde diferentes puntos de vista.
Abre perspectivas de acercamiento a la realidad.
Desinhibe.
Motiva.
Fomenta la creatividad.
Es útil:
- Para discutir un tema desde diferentes tipos de roles.
- Para promover la empatía en el grupo de alumnos.
- Para generar en los alumnos conciencia sobre la importancia de interdependencia grupal.
Que el profesor conozca bien el procedimiento.
Que los roles y las características de los mismos sean identificadas claramente.
Que se reflexione sobre las habilidades, actitudes y valores logrados.
Panel de Discusión
Dar a conocer a un grupo diferentes orientaciones con respecto a un tema.
Se recibe información variada y estimulante.
Motivante.
Estimula el pensamiento crítico.
Se aplica para:
- Contrastar diferentes puntos de vista con respecto a un tema.
- Motivar a los alumnos a investigar sobre contenidos del curso.
Aclarar al grupo el objetivo del panel y el papel que le toca a cada participante.
Hacer una cuidadosa selección del tema en el panel y de la orientación de los invitados.
El moderador debe tener experiencia en el ejercicio de esa actividad.
Lluvia de ideas
Incrementar el potencial creativo en un grupo.
Recabar mucha y variada información.
Resolver problemas.
Favorece la interacción en el grupo.
Promueve la participación y la creatividad.
Motiva.
Fácil de aplicar.
Es útil:
- Sl enfrentar problemas o buscar ideas para tomar decisiones.
- Para motivar la participación de los alumnos en un proceso de trabajo grupal.
Delimitar los alcances del proceso de toma de decisiones.
Reflexionar con los alumnos sobre lo que aprenden al participar en un ejercicio como éste.
"Saber algo ya no es suficiente; es preciso también saber enseñar"
1.5.1 ADMINISTRAR EL TIEMPO
Existen muchas actividades en las cuales el todo es mayor que la suma de
las distintas partes. Por ejemplo, hacer malabarismos con antorchas de fuego
necesita algo más que unos movimientos específicos de las manos. La
administración del tiempo es similar. Las técnicas, ideas y trucos particulares le
permitirán lograr avances hacia una manera de trabajar productiva y eficiente;
pero únicamente el abordar el proceso en todo su ancho frente le llevará a una
práctica sostenida que asegure una eficacia permanente. Sin la actitud adecuada,
la administración del tiempo no pasará nunca de ser una información inicial y
entusiasta de técnicas que se atrofiarán rápidamente.
Así entendida, la administración del tiempo no solo implica mantener sus papeles
ordenados y su escritorio despejado, sino toda una forma de trabajar que subyace
a sus acciones y a las interrelaciones de cada una de las facetas de su trabajo. De
ahí que, a continuación, analicemos varias consideraciones generales (no
individuales) que deben aplicarse teniendo presente la totalidad de las tareas que
abarca su trabajo. Comienzan, de manera lógica, con la evaluación del modo en
que usted trabaja actualmente como base desde la que considerar posibles
cambios en el futuro.
Evaluar su práctica laboral actual. Es posible que esté usted convencido de saber
cómo desarrolla sus tareas; quizá siente que conoce a la perfección su modo de
trabajar, incluidos los fallos. Pero no piense que analizarlo con detalle será una
pérdida de tiempo. Para mejorar algo, siempre es necesario evaluar en qué estado
se encuentra. El examen del momento actual de la situación es aplicable sin duda
a la administración del tiempo, sobre todo porque esta es un área donde existe
una gran tendencia al autoengaño.
Hay dos formas de evaluar en qué se va su tiempo: una de ellas es calcularlo por
aproximación y la otra, utilizar una plantilla de registro cronológico. La segunda es
mucho más precisa, puesto que se trata de anotar todas y cada una de las
acciones que realiza a lo largo del día, al menos durante una semana o, si es
factible, un periodo más prolongado.
Son muy pocos los que ponen en práctica este ejercicio sin llevarse una sorpresa;
algunos descubren que, en algunas áreas, se invierte mucho más tiempo de lo
que pensaban, o que ciertas tareas llevan menos tiempo del que suponían. Como
resultado de todo ello, aparecen espacios que necesitan una revisión.
Una vez que se tiene este registro de datos en la mano, lo más útil a continuación
es elaborar una descripción de cuál sería el modo ideal de dividir su tiempo. De
esta forma, se establece la meta por alcanzar y progresivamente –a medida que
actúa- irá descubriendo si su labor está teniendo un efecto positivo.
Planificar el trabajo y trabajar el plan. Cualquier avance real en la administración
del tiempo requiere de un plan, el cual deberá ponerse por escrito para poder ser
revisado y actualizado regularmente. Este es el principio práctico fundamental
para lograr una óptima gestión de su tiempo. Un plan como este ofrece una visión
rápida, en cualquier momento y por adelantado, de las tareas pendientes. Como
tal plan, debe mostrar con precisión y en su totalidad su idea de trabajo para el
futuro inmediato y dar una aproximación de lo que vendrá después. Al mirar hacia
delante, algunos hitos aparecerán con total claridad. Otras áreas son más difusas
y, por supuesto, hay mucho trabajo que no puede anticiparse en absoluto.
La configuración exacta del plan dependerá del periodo que esté usted abarcando.
Lo que importa es que sea un plan útil y claro, que los distintos tipos de
actividades aparezcan con su verdadera identidad y que guarde una estrecha
relación con su agenda y sistema de citas. Aunque la manera en que el plan esté
ordenado y el modo de utilizarlo para mejorar su productividad sean
determinantes, las modificaciones que van surgiendo de su revisión regular tienen
una gran relevancia: son el factor básico para crear una disciplina de
administración del tiempo y aportan gran parte de la información a partir de la cual
deberá elegir entre qué hacer, delegar, demorar o ignorar. El control y la
actualización del plan no le llevarán más de cinco minutos al día. Con ello
conseguirá: más tiempo para dedicar a esos otros “malabarismos” menos
organizados que pueblan la jornada laboral.
La mayoría de la gente mide su día de modo reactivo: siempre suceden
imprevistos a los que hay que dedicar la atención y el tiempo que cada uno
requiere. A causa de este componente reactivo se tiende a pensar que la
planificación eficaz es una quimera. Y, sin embargo, ocurre todo lo contrario:
planificar es aún más urgente si sus días constan, aunque sea en parte, de este
tipo de sucesos azarosos, pues estos implican que quedará menos tiempo
disponible para realizar otras tareas.
Fijar objetivos claros. Unos objetivos claros son siempre decisivos y cualquier
vaguedad puede afectar negativamente al trabajo global de una persona, en
particular a la administración del tiempo, y a veces de manera subrepticia. Gran
parte de lo que se necesita para administrar el tiempo de modo eficiente tiene que
ver con la resolución de conflictos y con las decisiones respecto a qué hacer
primero. Nada de esto es viable si no impera la claridad meridiana de los objetivos,
que es la base de referencia. Unos objetivos inteligentes son específicos,
mensurables, realistas y están sometidos al rigor de los plazos.
Invertir tiempo para ahorrar tiempo. Todas las acciones que pueda considerar para
mantenerse bien organizado suelen pertenecer a dos categorías diferentes:
aquellas que son sencillas de implementar y las que tardan en organizarse y
requieren más tiempo hasta que se incorporan como un hábito de trabajo. Si solo
se limita a las primeras, nunca maximizará su eficiencia en la administración del
tiempo. Si hay que realizar una tarea muy concreta, es probable que esta salga
adelante más rápidamente si lo hace usted mismo que si lo delega en uno de sus
empleados. Pero si se trata de algo repetitivo, quizá le convenga detenerse,
pensar en nuevas estrategias de actuación rápida o explicar su funcionamiento a
una persona de su confianza. A veces, “perder” tiempo es la mejor manera de
recuperarlo más adelante.
Estar dispuestos a decir “no”. Hay que aceptar que no se puede llegar a todo y
que tendrá que decir “no” a algunas cosas. Tendrá que decírselo a colegas, a
subordinados o a su propio jefe. Pero esto no es todo: la persona a quien le puede
resultar más difícil decir “no” es usted mismo. Y es que hay numerosos motivos
para decir “sí”: no querer ofender a los demás, no pensar en cómo un elemento
nuevo afecta a la carga de trabajo ya existente, etcétera. Todos tenemos nuestros
puntos débiles en este sentido. Hay que ser conscientes de nuestras propias
tendencias cuando estas nos desvían de nuestras prioridades.
Ser o no ser perfecto. La mayoría de la gente que tiene un empleo que aprecia
quiere hacer las cosas bien. Pero algunos llevan este punto al extremo y son
demasiado perfeccionistas. Esto es digno de encomio y no sería ético alentar a
nadie a adoptar una actitud negligente ante su trabajo. El hecho es que lograr la
perfección lleva su tiempo y, además, puede no ser estrictamente necesario.
Cualquier asunto exige ser abordado con seriedad, pero quizá no sea necesario
tanto esfuerzo en lograr que cada minúsculo detalle resulte perfecto. El punto de
equilibrio se encuentra entre la calidad –la norma respecto a la cual se miden las
cosas- y los costes y el tiempo. Dicho equilibrio solo se alcanza haciéndolo de un
modo consciente.
Organizarse (y mantenerse organizado)
La organización y la administración del tiempo corren paralelas. Estar bien
organizado crea el medio temporal adecuado. La mala organización es insidiosa:
todo lleva un poco más de tiempo del que debería y así se va provocando una
acumulación, día a día, que acaba reduciendo inevitablemente la productividad. Lo
mismo vale para los fallos y omisiones menores que, multiplicados por cierto
número de actividades, pueden ejercer, en conjunto, una influencia perniciosa y
diluir la eficiencia. Y lo que es peor: ese pobre desempeño es visible y afecta a los
demás. Quienes trabajan con una persona desorganizada se ven perjudicados, el
responsable de ello adquiere una reputación de empleado poco fiable y así no solo
se ve afectado el trabajo, sino también las perspectivas de promoción personal.
¿Cómo se organiza uno (y se mantiene organizado)? La clave, a la que nos
referimos en el apartado anterior, es tener un plan. Por eso volvemos sobre la
planificación, no solo para analizar su diseño, sino también para explorar maneras
de que funcione correctamente.
Trabaje el plan. “Trabajar el plan” supone algo más que simplemente elaborar una
lista de tareas por hacer. Un posible sistema sería el siguiente: (1) haga una lista
de actividades pero de forma sucinta, para evitar que se desborde y pierda su
utilidad; (2) calcule cuánto tiempo tardará en dar concreción a cada ítem del modo
más preciso posible; (3) resérvese un margen para contingencias, pues todo
asunto acaba siempre por llevar más tiempo del que se supone; (4) decida las
prioridades.
Controle el plan: revíselo íntegramente por lo menos una vez al día, hasta
convertir ese proceso en una rutina. Todo lo que va surgiendo a lo largo de la
jornada se puede agregar a la lista en ese mismo momento o anotarlo en un
pequeño papel adhesivo, hasta incorporarlo de modo permanente más tarde.
Agrupe sus tareas. El problema de muchos trabajos (¿la mayoría?) es que la lista
de tareas pendientes tiende a convertirse en inmanejable, a menos que esas
tareas se agrupen. Esos grupos dependerán del tipo de trabajo que realice, pero
seguramente caerán bajo denominaciones como Llamar, Escribir, Documentar,
Archivar, Enviar Presupuesto, etcétera. Una cantidad abordable de estas
categorías puede, si lo desea, ir unida físicamente a varias bandejas sobre su
escritorio o a alguna marca distintiva en los propios archivos. Otra agrupación que
puede seguir esta misma lógica es la de los Eventos, en la mayoría de los casos
citas, que puede llevarse a cabo automáticamente con el uso habitual de una
agenda.
Utilice su agenda de modo eficaz. Contar con un sistema de agenda claro es
imprescindible. Muchas de las que existen en el mercado (tradicionales o
electrónicas) combinan la agenda convencional con su versión sofisticada de “lista
de tareas por hacer”. Algo que sin duda funciona bien, y que admiten las agendas
de hojas sueltas, es tener un cuadro completo de su día apenas abre una carpeta,
en el que aparecerán registradas tanto sus citas como las actividades que debe
realizar.
La agenda principal puede ocasionar confusión en muchas oficinas. A menudo hay
una agenda de escritorio a cargo de la secretaria, otra en el bolsillo del ejecutivo y
algunos otros ejemplares, como en el caso de un cuadro de planificación en la
pared. Una agenda tiene que ser fácilmente comprensible (hay que evitar, por
ejemplo, anotar siglas o claves que solo entiende una persona, y cuyo significado
puede llegar a olvidar); en caso de que existan diversas “subagendas”, deben
estar perfectamente sincronizadas. Esta sincronización es relativamente sencilla
de conseguir con los actuales sistemas informáticos en red, pero si se utiliza un
sistema tradicional, habrá que cuidar este aspecto para trabajar con eficiencia.
Un elemento de planificación dentro de una agenda (de papel o electrónica) es
muy útil. A cualquiera que necesite una visión general de un período concreto le
resultará inestimable. Quizá la diferencia más notable entre una simple agenda de
citas y un sistema de administración del tiempo es su utilización para ordenar tan
solo las citas o todo (o casi todo) el tiempo de trabajo. La agenda también es el
utensilio adecuado donde guardar otros valiosos datos, como números de teléfono
o direcciones de correo electrónico, siempre, claro está, que no se la sobrecargue
hasta convertirla en una herramienta inútil.
Ordene sus compromisos cuidadosamente. Los compromisos, las interacciones
con otras personas, ocupan una buena parte del tiempo de trabajo de muchos
ejecutivos. Su productividad se ve afectada por la idoneidad o no del momento
para el que los programan. Es fundamental reservar tiempo suficiente para cada
compromiso, pues extenderse más allá de la hora fijada suele acarrear
complicaciones añadidas. El verdadero problema es establecer con una precisión
absoluta los límites de comienzo y final, pues se cruzan demasiadas interferencias
y no siempre controlables: las interrupciones, el lugar geográfico de la cita, los
horarios para comer, el número de personas que asisten a la reunión, su propio
“reloj biológico” (por ejemplo, si se siente más activo por las mañanas que por las
tardes), etcétera.
Despeje su escritorio. Hay personas que tienen sus mesas de trabajo literalmente
ocultas bajo pilas de papeles, de tal forma que la superficie de la mesa no ve
nunca la luz. Son las mismas personas que afirman con rotundidad: “Yo sé dónde
lo tengo todo”. Lo dicen convencidos y algunos de ellos con razón. Pero este tipo
de desorden rara vez se compadece con la buena administración del tiempo.
Ser ordenado da sus resultados: no solo a usted, sino también a la organización
en la que trabaja. Si no lo cree así, piense por un momento en la posibilidad de
que un médico tuviera que darle de baja por alguna enfermedad o accidente. La
desorganización causaría enormes quebraderos de cabeza a la persona que
ocupara su puesto temporalmente, al tener que manejar sus montañas de
documentos desordenados. Y lo que es peor para usted: a su vuelta, después de
que otros hayan estado ocupando su lugar, seguramente no podrá encontrar
nada.
Evite desordenar su plan. El tratamiento que usted haga de la administración del
tiempo tiene que ser sistemático. Algunas de las técnicas que ya hemos detallado
exigen hábito y coherencia. Hay personas que tienen grandes cualidades para
esto: elaboran el plan, ordenan sus prioridades, tienen una agenda útil y un buen
sistema para ordenar el tiempo. Pero, a veces, estas mismas personas cometen
un error muy llamativo: siguen eligiendo las tareas a contramano de las
prioridades que definieron, por ejemplo porque se trata de trabajos que les
agradan. Por el motivo que sea, reordenan continuamente sus prioridades y
deciden que es “esta otra”, y no la que de verdad correspondería, la actividad que
primero hay que llevar a cabo. Pueden pasar tanto tiempo repitiendo este proceder
que el plan nunca se encamina y no se le dedica el tiempo necesario para ponerlo
en práctica.
Naturalmente, un cronograma no es algo estático. Necesita un ajuste fino
regularmente, pero ello no debe convertirse en la excusa para no cumplirlo. Si se
tiene confianza en el plan y se evita desviarse de él por el motivo que sea, el
resultado será satisfactorio.
Insista en la calidad. La calidad siempre ha sido reconocida, pero hoy en día se
pone en ella un énfasis muy destacado, pues la administración o gestión de
calidad ha sido elevada a la condición de objetivo central, a menudo bajo el título
de Gestión de la Calidad Total. Es el modo de intentar sistematizar y documentar
todas las tareas que normalmente se realizan en una empresa. Si en su compañía
existe este tipo de iniciativas, resulta muy aconsejable que se interese por ellas o
que, incluso, se ofrezca para colaborar en su implantación. La calidad es una gran
amiga de la buena administración del tiempo. “Hágalo bien y le llevará menos
tiempo” es un excelente principio general, aplicable a un buen número de áreas
del trabajo. La calidad ahorra tiempo (y dinero).
Una buena secretaria. A veces se cuenta la historia de la secretaria de un alto
ejecutivo que pasaba mucho tiempo de viaje. Alguien quiso un día concertar una
cita con él y la secretaria le contestó que, lamentablemente, no podía ayudarle,
pues su jefe se encontraba en Singapur. “Otra vez en el extranjero”, dijo el otro.
“Dígame, ¿quién hace todo su trabajo durante todo el tiempo en que no está
aquí?”. La secretaria respondió sin vacilar mirando a los ojos de su interlocutor:
“La misma persona que lo hace cuando sí está”.
Es muy posible que muchas secretarias tengan este grado de autoridad, y aunque
su presencia no sea la panacea, una buena secretaria es una inestimable ayuda.
No solo puede ser la receptora de parte del trabajo que usted delega, sino también
la encargada de exigirle con regularidad una buena administración del tiempo, y
cumplir así un rol activo en su esfuerzo por organizarse o por organizar su
departamento.
No sirve de nada una buena secretaria, consciente de la importancia de la
administración del tiempo, si no existe la comunicación con ella. Este es un
ejemplo clásico de algo para lo que “nunca hay tiempo”. Sin embargo, encontrar el
momento para hacerlo le ayudará a ahorrar mucho más tiempo del que lleva
despachar con ella los asuntos que lo requieran. Su secretaria necesita conocer
su método de trabajo y lo que tiene en curso en cualquier momento. Aún más
deseable sería que compartiera una misma visión de las prioridades, y saber, por
ejemplo, con qué cuestiones puede interrumpírsele, qué asuntos necesitan más
atención y en qué orden deberían estos abordarse.
Por tanto, es preciso revisar y organizar la agenda junto con su secretaria y que
usted le explique en qué tarea se encuentra inmerso y la razón de ello: de esa
forma podrá delegar en ella un mayor contenido, más allá de las meras cartas o
informes. Incluso será útil el que pueda tomar ciertas iniciativas por su cuenta, le
servirá de gran ayuda si le acompaña a determinadas reuniones y que controle
áreas completas de la vida de su oficina, de modo que usted vea mejorada
significativamente su utilización del tiempo.
Regresar a la oficina tras un viaje y comenzar a quejarse (porque no se han
completado las tareas pendientes, porque le espera una sucesión de reuniones
concertadas que son una pérdida de tiempo) no sirve de nada. Y es aún más
frustrante si todo eso que encuentra a su vuelta, y que le desagrada, es
consecuencia directa de una falta de entendimiento entre usted y su secretaria.
Tiene, por tanto, que comunicarse de forma clara y regular, sin olvidar que la
comunicación implica también la escucha activa.
Utilizar listas de control (check lists). ¿Cuántas veces por semana se ve obligado a
detenerse para pensar cómo se realiza una tarea rutinaria? ¿Le sucede que a
veces lo hace mal o de modo incompleto por algún pequeño detalle? Incluso un
pequeño número de errores ya justifica el empleo de unas listas de control que le
ayuden a ahorrar tiempo.
La razón de ser de estas listas reside en que las tareas rutinarias no siempre son
predecibles. Por eso merece la pena dedicar un tiempo a poner por escrito todos
los pasos que componen algunas de ellas, para poder tenerlos siempre a la vista y
estar seguros de que ningún detalle, por minúsculo que sea, se nos pasará por
alto.
Tómese un descanso. Después de trabajar un largo rato atenta y
concienzudamente, la mayoría de las personas ve flaquear su concentración. Un
descanso cada cierto tiempo no se contradice con la productividad que busca, sino
que la favorece. De vuelta al lugar de trabajo, las ideas se aparecen más claras en
la mente.
Esto es válido, en particular, para las tareas aparentemente inmanejables. A
veces, quedarse sentado largo rato, confundido por la profusión de elementos que
hay que manejar y tomar en cuenta, conduce a la sensación de que no se va a
ningún sitio, de que el trabajo no avanza. Después de un descanso, la mente
vuelve a percibir de forma nítida lo que había terminado por enmarañarse y, de
ese modo, los minutos que se dedican a aliviar la fatiga son la verdadera manera
de ganar tiempo.
Combatir lo que le hace perder tiempo
No hay nada tan molesto como ser interrumpido en el curso de nuestras
actividades, salvo ser interrumpido innecesariamente. Las interrupciones adoptan
muy diversas formas: personas que se presentan en el despacho, otras que
llaman por teléfono y otras más a las que se oye gritar desde lejos. A veces se
producen emergencias, averías, llega una entrega urgente por mensajería o es la
hora del almuerzo. Todo ello junto lleva más tiempo, por lo general, de lo que
debiera.
En el capítulo anterior se expuso la necesidad de una planificación clara y positiva
y, sin embargo, por razonable que ello suene y por más que se quiera cumplir con
el plan, todo parece conspirar para volverlo imposible. Las interrupciones y otras
intromisiones que nos roban un tiempo precioso son endémicas. Uno se hunde
bajo su peso, se vuelve fatalista y acaba creyendo que son inevitables y que nada
puede hacerse para contrarrestarlas. Esto bien puede ser el ejemplo más obvio de
que hay que impedir que la perfección se convierta en la enemiga de lo bueno, ya
que las interrupciones nunca desaparecerán del todo. Sin embargo, sí es posible
reducir su número y, si se quiere ser eficiente en la administración del tiempo y
cosechar su recompensa, hay que hacerlo. Pero ¿cómo?
¿Qué es lo que le hace perder tiempo? Sin duda alguna, el factor que más tiempo
nos hace perder, el que más alarga nuestro trabajo, somos nosotros mismos. En
primer lugar, tenemos una tendencia natural a postergar todo aquello que nos
parece dificultoso. Pero es un hecho -lamentablemente demostrado- que las cosas
no se vuelven más fáciles por apartarlas a un lado. Y lo que es peor aún: aquello
que comienza siendo ligeramente complicado, rápidamente se vuelve
terriblemente complejo y, en muchos casos, da lugar a problemas adicionales.
Esto no quiere decir que haya que lanzarse a solucionar las complicaciones de
una forma impulsiva. Frente a las cuestiones más arduas y enrevesadas hay que
“gastar” tiempo en reflexionar, valorar, verificar, etcétera. Y una vez que se esté en
condiciones de tomar una decisión o actuar, hacerlo sin demora. Lo contrario le
hará perder más tiempo de lo debido.
Por otra parte, hay que tomar precauciones ante aquellas que consideramos
nuestras tareas favoritas. Centrarse demasiado en estas conlleva potencialmente
el desperdiciar aún más tiempo que cuando postergamos lo que nos parece difícil
o nos desagrada. Muchas personas dedican un tiempo desproporcionado a hacer
lo que más les gusta y que, quizá, también es lo que mejor saben hacer. Este
comportamiento es natural, pero el peligro acecha cuando se es proclive a hacer
de más, a dedicar un tiempo excesivo y, a veces, producir un estándar de calidad
o excelencia que no es el exigido.
Cómo manejar las interrupciones personales. El trabajo no sería nada sin las
personas. No se puede eliminar a los demás, pero se puede intentar controlar sus
peticiones espontáneas porque estas son capaces de consumir cualquier cantidad
de tiempo. Cuando alguien entra en su despacho y dice “¿Tienes un minuto?”,
puede que usted no sepa de qué se trata, pero esté seguro de una cosa: nunca
será un minuto.
Algunas interrupciones son útiles en sí mismas. Necesita usted mantener algunas
de esas conversaciones que le proponen; lo único que sucede es que no es el
momento más oportuno. Otras veces, en cambio, se tratará de una completa
pérdida de tiempo. Entonces, ¿cómo minimizarlas? Hay cinco respuestas:
Negarse a ellas. Simplemente decir “no” y lograr que el otro se marche. A veces
es así de simple, pues no es una cuestión urgente, puede resolverse sin su ayuda
o el asunto no vuelve a aparecer. Más difícil resulta si quien se presenta es su jefe
y no un compañero, aunque siempre se puede aprender a respetar mutuamente el
tiempo de cada uno en una relación de trabajo. Habrá veces, por último, en que
esta vía esté vedada, pues sea lo que sea, tendrá preferencia (por ejemplo, la
visita imprevista de un cliente).
Posponerlas. Diga que en ese instante no puede hacer una pausa y ofrezca fijar
otro momento para conversar. Esta sigue pareciendo una actitud positiva y para
usted significa poder elegir cuándo hacer un descanso. Lo más sorprendente de
esta táctica es que logrará que algunas personas se vayan y no vuelvan más.
Minimizarlas. En este caso, se acepta realizar una pausa pero se marca un límite
de tiempo: “Tengo diez minutos”. Si se decanta por esta respuesta, mantenga
siempre el límite establecido. Mostrándose disciplinado en este sentido se creará
una positiva reputación respecto a su actitud frente al tiempo y se ganará el
respeto de mucha gente. Además, le servirá para reducir la frecuencia de las
interrupciones.
Evitarlas. Para esto tendrá que crear un sistema que le provea de un tiempo
totalmente libre de interrupciones. Este plan tendrá que elaborarlo junto con su
secretaria, con una importante matización: no exagere el sistema. Si nunca está
disponible, no por ello cesarán las interrupciones y además, puede que no llegue a
enterarse de ciertos asuntos que le importan o le conciernen.
Estar en otra parte. Quizá su trabajo es de los que pueden realizarse en el lugar
que uno elija. Busque entonces entre la inmensidad de sitios donde es posible
estar tranquilo y encuentre su refugio: su productividad mejorará.
Las llamadas telefónicas. En ocasiones querrá o necesitará estar disponible de
modo inmediato; en el resto, su secretaria actuará como filtro atendiendo las
llamadas en primera instancia. Unas instrucciones claras al respecto harán fácil
determinar con quienes estará dispuesto a hacer una pausa, a qué otros llamará
más tarde y qué llamadas deben ignorarse por completo.
Atender una llamada personalmente conlleva menos “riesgos” que escuchar a
alguien que asoma la cabeza por detrás de la puerta: la persona que llama no
puede ver si está usted especialmente ocupado o no. Esta “invisibilidad” ofrece
una ventaja añadida a la hora de gestionar este tipo de interrupción y muchos la
aprovechan para proteger su tiempo, pues consideran una mentira “menos grave”
la que se dice por teléfono (como estar –supuestamente- en mitad de una reunión,
a punto de dejar la oficina o cosas por el estilo). También resulta rentable tener
preparadas ciertas respuestas para cada tipo particular de llamada.
Todo lo relacionado con el manejo de estos tipos de interferencias en el quehacer
diario requiere de las capacidades normales de trato con las personas: tacto y
diplomacia, pero también una actitud de firmeza. Hay que desplegarlas en la
combinación adecuada. Si le perciben como insensible y rígido hasta el punto de
sonar descortés, es posible que algunas relaciones se resientan o se deterioren.
Pero si de verdad pide que lo pisoteen, no debería sorprenderse de que lo traten
como un felpudo.
Correo electrónico. Este estilo de comunicación se ha convertido en una variante
destacada con unas características muy particulares. Si el correo electrónico le
hace refunfuñar y sentirse angustiado, quizá le conforte saber que no está solo.
Sin duda, es una herramienta de extremada utilidad y que ha revolucionado el
mundo de los contactos, pero son muchos los que abusan del sistema. Es tan fácil
enviar copia de un mensaje a toda la libreta de direcciones, que hoy la gente llega
por la mañana a su oficina y se encuentra con una avalancha de e-mails
esperándole. Recuerde que si se dedica a controlar cada cinco minutos su correo,
las ventajas de este magnífico recurso se evaporan rápidamente.
Primero, lo primero
La administración del tiempo apela al uso de unos métodos que incrementen la
cantidad de tiempo real y efectivo del que se dispone, pero también está
relacionada con el saber ordenar el trabajo dentro de ese tiempo, para así
concentrarse en lo que de verdad requiere atención. En ese sentido, las
prioridades cobran una importancia fundamental. A largo plazo, quienes hacen un
uso eficiente del tiempo se diferencian de los demás por su capacidad para
determinar, con facilidad y precisión, cuáles son sus prioridades. La experiencia
demuestra que vale la pena ir en pos de ese objetivo.
La ley de Pareto. Antes de decidir cuáles son sus prioridades, tiene que saber qué
importancia es la que tienen. Esto, sin duda, suena demasiado obvio: es claro que
usted sabe que algunas cosas son más importantes que otras. Pero es fácil
subestimar cuánto influye este concepto en lo que necesita hacer y cuánto en su
eficacia. La ley de Pareto, llamada así en honor del economista italiano Wilfredo
Pareto, es conocida ahora universalmente como la regla 80/20. Vincula causas y
efectos en una fracción y, si bien esto no se ve representado con absoluta
precisión en la vida real, se encuentra una razón aproximadamente de 80/20 en
muchas actividades laborales. Esto significa que, por ejemplo, el 20 % de los
clientes de una empresa producen el 80 % de sus ingresos.
La ley de Pareto también se aplica a la gestión eficaz del tiempo: el 20 % del
tiempo dedicado a reuniones produce alrededor del 80 % de las decisiones que se
toman; el 20 % de los documentos que pasan por su escritorio contienen el 80 %
de la información que necesita en su trabajo. Y, lo más importante de todo: el 20
% de su tiempo laboral contribuye en un 80 % a lo que es vital para el éxito de su
trabajo. De modo que es de gran trascendencia reflejar esto en su manera de
trabajar, para concentrar la atención en las cuestiones clave que producen este
efecto drástico. Tener claros los objetivos y qué tareas influyen sobre qué
resultados, así como cuáles son clave en términos de 80/20, es la única base
racional para decidir prioridades.
Pero en cierto nivel es curiosamente difícil establecer determinadas prioridades. Si
nos preguntamos por qué, llegamos a la lamentable cuestión de lo urgente frente a
lo importante. Lo urgente y lo importante son ámbitos de distinta naturaleza, pero
ambos ejercen presión para que se les preste atención antes que a ninguna otra
cosa.
Haga de lo accesorio una prioridad (ocasionalmente). No hay nada perfecto y es
inevitable que, al planificar, ordenar y dedicar un mayor tiempo a las prioridades,
algunas de las pequeñas tareas accesorias se acumulen. Si esto sucede –y para
mucha gente es así-, entonces no sirve de nada ignorarlo y simular que no ocurre.
Más bien necesita que se reconozca y así decidir cómo manejarlo.
La mejor manera es programar una ofensiva ocasional sobre distintos tramos de
esas mínimas tareas. Y no porque sean vitales, sino porque eliminar trabajo
atrasado de este tipo le permitirá aliviar la carga de papeles sobre su escritorio y
en sus sistemas.
Elimine lo innecesario. La mayoría de las personas negará, si se les pregunta, que
desperdician su tiempo en banalidades, pero esa es la realidad. Este malgastar el
tiempo obedece a razones de todo tipo: por costumbre, porque es lo que esperan
los demás, por salvar las apariencias, etcétera. La cuestión es que algunas de
esas razones son completamente válidas: a veces necesitará participar en algunas
reuniones simplemente para demostrar su dedicación, y este es un resultado
tangible y prioritario.
Esta es un área que debe tratarse con especial atención. ¿Hay cosas que puede
dejar de hacer sin afectar negativamente a los resultados? Para la mayoría de la
gente, una evaluación honesta demuestra que la respuesta es “sí”, de modo que
póngase a revisar sus tareas de inmediato -si no lo ha hecho hace tiempo- y
repítalo regularmente para asegurarse de que no está acumulando tareas
innecesarias.
¿Cómo se hace esto? La vía más rápida es preguntarse por el porqué. ¿Por qué
hace tal cosa? Si la respuesta es “porque así es la vida”, “es el sistema” o, peor
que eso, “es como siempre se ha hecho”, entonces pregúntese de nuevo. Si no
puede encontrar una razón mejor, entonces esa tarea es una perfecta candidata a
la eliminación. En caso de que algo falle en este método, intente entonces realizar
esa inútil tarea con menos frecuencia o menor detalle, o emprenda los reajustes
necesarios para que la atención se centre en las prioridades.
¡Peligro, mantenga la distancia! Hay un tipo particular de tarea que muy
sensatamente puede catalogarse como innecesaria, al menos para usted. Los
agujeros negros, las estrellas colapsadas, tan enormes y con gravedad tan
poderosa que lo atraen todo, hacen que la expresión “irse por el sumidero”
parezca algo insignificante. En la mayoría de las oficinas hay equivalentes
corporativos de lo que podríamos llamar “trabajos-agujero negro”, que absorben
todo el tiempo y aún más. Esté alerta y recuerde que si se aproxima demasiado,
ya no habrá salida, y que involucrarse significa que todos sus demás planes
quedan suspendidos.
¿Qué tipo de trabajos merecen una descripción como esta? Están incluidos los
proyectos que conllevan una gran variedad de complejas tareas; los que generan
polémica; los que nunca contentarán a todos; los que son capaces de arruinar
reputaciones y los que exigen una cantidad desproporcionada de dedicación. Son
labores que tienen que hacerse, (su trabajo habitual puede incluirlas y, en ese
caso, es asunto diferente), pero a menudo se piden “voluntarios” para llevarlas a
cabo. Usted sabe, sin duda, que esta clase de tareas existe en su oficina, por lo
que debería asegurarse de estar bien lejos antes de ponerse en peligro de tener
que asumir una de ellas.
1.5.2 TOMAR APUNTES
Sabías que....
Sentarse en la primeras filas es muy productivo.... tomarás mucho mejor tus
apuntes.
Los apuntes ayudan a reforzar tu atención sobre lo que dice el profesor. La propia
acción de tomar unas notas refuerza nuestra capacidad de prestar atención.
Aprendemos a fijarnos en detalles que más tarde seremos capaces de recordar a
través de nuestros apuntes.
Sabremos la importancia que le concede un profesor a un tema, una cuestión...
Más allá de lo que recogen nuestros libros.
Los alumnos que toman apuntes y los toman bien tienen garantizado el éxito en un
porcentaje muy elevado respecto de los que no los toman (o lo hacen de forma
muy deficiente...).
El método 5R ó 6R (Cornell Note Taking System)
Cada hoja para tomar apuntes se divide en tres zonas: la columna de apuntes
(notetaking), columna de observaciones y parte de abajo destinada a un resumen.
Registra. En la columna de apuntes, registra tantos hechos e ideas significativas
como puedas. Utilice las oraciones telegráficas pero, cerciórese de que puedas
reconstruir el significado completo más adelante. Escribe legible.
Resume. Después de clase, resume tus notas escribiendo en la columna de
observaciones palabras clave y frases cortas. Resumir clarifica significados, revela
relaciones, establece continuidad, y consolida la memorización.
Recita. Tapa la columna de apuntes con una hoja del papel. Entonces, mirando las
palabras y las frases en la columna de observaciones solamente, el recita en voz
alta y con tus propias palabras la clase o tema completo.
Reflexiona. El Profesor Hans Bethe, físico nuclear y Premio Nobel afirma, "... la
creatividad viene solamente con la reflexión." Debes reflexionar haciéndote
preguntas como las siguientes, por ejemplo. ¿Cuál es el significado de estos
hechos? ¿En qué principio se basan? ¿Cómo puedo aplicarlos? ¿Cómo los
integro con lo que sé ya?
Revisa. Pasa diez minutos cada semana repasando tus notas. Si los haces podrás
retener mucho mejor su contenido de cara a los exámenes..
Recapitulación. Deja un espacio al final de cada hoja para una síntesis a modo de
recapitulación.
Ver también: Estudiar escribiendo
Cada día
1. Emplear tiempo en ordenar vuestras notas y apuntes cuando notéis que estáis
en una fase de más bajo rendimiento. Organizar los apuntes.
2. Mejor emplear los cuadernos de hojas sueltas.
3. Revisa y clasifica tus apuntes el mismo día que los has tomado. Pasar a limpio
los apuntes
Lecturas complementarias: Organizar los apuntes -- Seguir activamente las clases
-- Pasar a limpio los apuntes
Trucos
Construye y diseña tus propios símbolos y abreviaturas. Tienes mucha experiencia
en abreviaturas de Whatsapp ¡no la desaproveches!
Completa tus apuntes nada más salir de clase con el libro / los libros de la
asignatura.
Hacer resúmenes, esquemas y mapas conceptuales. Ver Estudiar escribiendo.
Anota los datos principales. Si tu profesor escribe notas en la pizarra, es una
ventaja: puedes copiar lo que escribe. Si no lo hace, anota los datos más
relevantes de lo que explique en clase. ¿Ha mencionado el profesor de historia
una fecha en la que ocurrió una guerra civil importante? ¿Da ejemplos el profesor
de inglés de la manera en que Shakespeare utilizaba la ironía dramática? ¿Explica
el profesor de matemáticas alguna fórmula? ¡Anótalo!
Puede que te haga falta experimentar un poco para descubrir qué información es
realmente importante, así que sigue intentándolo y no te rindas. Los diferentes
profesores hacen las cosas de manera diferente. Por ejemplo, algunos profesores
pueden mencionar muchas fechas y hechos en clase, pero sólo escriben los
principales en la pizarra. Otros profesores no escriben nada, pero pueden repetir
alguna fecha o información. Esa es probablemente una pista importante. Con el
tiempo, llegarás a conocer el estilo de cada profesor.
No te esfuerces más de la cuenta. Sin embargo, no te vuelvas loco tomando
apuntes: si pretendes escribir todas las palabras que se dicen en clase, acabarás
frenético. Y si te concentras demasiado en escribir bien los apuntes, podrías
perderte información importante. De hecho, algunas personas aprenden más
escuchando, anotando algunos datos importantes y repasando las notas después
de clase cuando tienen más tiempo.
Preguntar. No tengas miedo de pedir al profesor que te repita algo que no has
entendido. Si el profesor va demasiado deprisa, es probable que tus compañeros
agradezcan también oír de nuevo la información. Si no quieres preguntar en clase,
ve a ver a tu profesor después. Eso es mucho mejor que dudar de si has tomado
bien los apuntes cuando estás estudiando.
Comparar. Ten tus apuntes a mano cuando tengas que leer algún texto. Compara
tus apuntes con lo que dice el texto; es posible que quieras ampliar tus apuntes
con lo que lees.
Repasar tus apuntes con un amigo y comparar lo que habéis escrito los dos puede
ayudarte a reforzar lo que estás aprendiendo. También puede ayudarte a recordar
la información cuando llegue el momento del examen. Y al repasar vuestras notas
tú y tu amigo podéis daros cuenta de si habéis cometido algún error.
Copiar. Dependiendo de lo pulcra que sea tu escritura, tal vez quieras pasar los
apuntes a limpio al llegar a casa. Si has tomado los apuntes deprisa, es más
probable que descifres una palabra o una frase mal escrita el mismo día que
escuchaste la lección que semanas más tarde, cuando tengas que repasar los
apuntes para el examen.
Organizar. Guarda los apuntes de cada tema en un lugar diferente, de modo que
puedas encontrarlos fácilmente cuando llegue el momento de estudiar para un
examen. Esto puede significar utilizar una libreta o una parte de una libreta para
cada tema cuando tomas apuntes en clase.
Algunas personas combinan la técnica de copiar de manera organizada utilizando
una libreta para tomar apuntes en clase y después pasan los apuntes a una libreta
para cada asignatura cuando llegan a casa. El truco para que funcione esta
técnica es asegurarte de hacerlo con periodicidad. Si no lo haces, tus apuntes
estarán totalmente desorganizados y será un lío cuando llegue el momento de
estudiar para el examen.
Tomar bien los apuntes requiere organización y que dediques un tiempo extra. Te
puede ayudar si piensas que el tiempo que pasas repasando los apuntes es una
inversión. Por ejemplo, si decides pasar en limpio cada tarde los apuntes,
probablemente tendrás menos tiempo ver la televisión o hablar por el Messenger
con tus amigos. Pero ahorrarás tiempo para cuando tengas que estudiar de
verdad para el examen.
Tomar bien los apuntes te permite asimilar la información que necesitas aprender.
Esto no sólo puede ayudarte a hacer mejor un examen, sino que también es un
gran estímulo para tu confianza cuando estás estudiando y dices: "¡Ah, ya me
acuerdo de esto!".
1.5.3 PREPARACIÓN DE EXPOSICIONES ORALES
Es una exposición de un tema determinado que realizan generalmente
cuatro estudiantes: un mantenedor y tres ponentes. Se trata de un tema dividido,
por lo general en tres subtemas, pero esto no quiere decir que él numero de
ponentes no pueda aumentar, ni que haya más subtemas. El foro es una
exposición de grupo.
Preparación:
Una vez conocidos los temas, se reúnen todos los integrantes del grupo y
determinan, en asocio del profesor, el tiempo exacto que van a emplear, teniendo
en cuenta que hay que distribuirlo en tres partes: presentación de la actividad,
exposición de los ponentes treinta minutos y para las preguntas del auditorio.
Para la presentación se dedican generalmente cinco minutos, para la exposición
de los ponentes treinta minutos y para las preguntas del auditorio, de diez a quince
minutos.
En una reunión previa del grupo debe nombrarse el mantenedor, dividir el tema en
tantas partes cuantos ponentes haya, asignar un subtema a cada ponente,
acordar el orden de exposición, etc.
Debe prepararse el tema estudiado y consultando libros, revistas, periodicos y
toda clase de publicaciones relacionadas con el tema.
En una reunión previa los integrantes escriben la totalidad de los que van a decir
en la realización del foro.
Los integrantes deben hacer todas las preparaciones en conjunto, no
individualmente.
Realización:
Los participantes se sientan cómodamente frente al auditorio.
El mantenedor abre la sección anunciando el tema general, diciendo el interés que
éste tiene para todos los asistentes; debe anunciar el tiempo que cada ponente
tiene para hablar, e informar el nombre de cada uno de los subtemas y el del
respectivo ponente que lo va a tratar.
El mantenedor cede el turno de la palabra al primer ponente, y agradece a éste al
terminar de hablar.
El mantenedor expone la idea principal tomada de los que ha dicho el ponente.
Luego sede la palabra al segundo ponente, después al tercero, al cuarto, etc.
El auditorio va anotando las posibles preguntas que ira a formular.
El mantenedor pregunta a los ponentes que el auditorio formule preguntas (los
ponentes siempre deben de estar de acuerdo).
El mantenedor invita al auditorio a hacer preguntas advirtiendo que se hagan con
claridad y que sean concretas, dirigidas a cada ponente según corresponda,
llamándolo por su nombre. Los ponentes responden solamente las preguntas
relativas al tema de exposición y cuando no tiene la respuesta a alguna pregunta,
debe confesarlo sinceramente.
Si uno delos ponentes cree que la pregunta esta respondida con la suficiente
claridad por parte de su compañero, puede contestarla él o pedir al auditorio que
la responda.
Los ponentes piden a las personas que interrogan dar su nombre.
El mantenedor cierra la sesión a terminarse el tiempo previsto, enumerando
algunas conclusiones generales, agradeciendo a los ponentes su colaboración y al
publico la forma coma han correspondido.
El mantenedor debe aprender de memoria el nombre y el interés del tema general,
el mismo que los nombres de los subtemas y los de las personas que lo van a
exponer. Deben llevar algunas hojas de papel en blanco para tomar apuntes en el
momento de las exposiciones.
Es una exposición de un tema determinado que realizan generalmente cuatro
estudiantes: un mantenedor y tres ponentes. Se trata de un tema dividido, por lo
general en tres subtemas, pero esto no quiere decir que él numero de ponentes no
pueda aumentar, ni que haya más subtemas. El foro es una exposición de grupo.
Preparación:
1. Una vez conocidos los temas, se reúnen todos los integrantes del grupo y
determinan, en asocio del profesor, el tiempo exacto que van a emplear, teniendo
en cuenta que hay que distribuirlo en tres partes: presentación de la actividad,
exposición de los ponentes treinta minutos y para las preguntas del auditorio.
2. Para la presentación se dedican generalmente cinco minutos, para la
exposición de los ponentes treinta minutos y para las preguntas del auditorio, de
diez a quince minutos.
3. En una reunión previa del grupo debe nombrarse el mantenedor, dividir el
tema en tantas partes cuantos ponentes haya, asignar un subtema a cada
ponente, acordar el orden de exposición, etc.
4. Debe prepararse el tema estudiado y consultando libros, revistas,
periodicos y toda clase de publicaciones relacionadas con el tema.
5. En una reunión previa los integrantes escriben la totalidad de los que van a
decir en la realización del foro.
6. Los integrantes deben hacer todas las preparaciones en conjunto, no
individualmente.
Realización:
a. Los participantes se sientan cómodamente frente al auditorio.
b. El mantenedor abre la sección anunciando el tema general, diciendo el
interés que éste tiene para todos los asistentes; debe anunciar el tiempo que cada
ponente tiene para hablar, e informar el nombre de cada uno de los subtemas y el
del respectivo ponente que lo va a tratar.
c. El mantenedor cede el turno de la palabra al primer ponente, y agradece a
éste al terminar de hablar.
d. El mantenedor expone la idea principal tomada de los que ha dicho el
ponente. Luego sede la palabra al segundo ponente, después al tercero, al cuarto,
etc.
e. El auditorio va anotando las posibles preguntas que ira a formular.
f. El mantenedor pregunta a los ponentes que el auditorio formule preguntas
(los ponentes siempre deben de estar de acuerdo).
g. El mantenedor invita al auditorio a hacer preguntas advirtiendo que se
hagan con claridad y que sean concretas, dirigidas a cada ponente según
corresponda, llamándolo por su nombre. Los ponentes responden solamente las
preguntas relativas al tema de exposición y cuando no tiene la respuesta a alguna
pregunta, debe confesarlo sinceramente.
h. Si uno delos ponentes cree que la pregunta esta respondida con la
suficiente claridad por parte de su compañero, puede contestarla él o pedir al
auditorio que la responda.
i. Los ponentes piden a las personas que interrogan dar su nombre.
j. El mantenedor cierra la sesión a terminarse el tiempo previsto, enumerando
algunas conclusiones generales, agradeciendo a los ponentes su colaboración y al
publico la forma coma han correspondido.
7. El mantenedor debe aprender de memoria el nombre y el interés del tema
general, el mismo que los nombres de los subtemas y los de las personas que lo
van a exponer. Deben llevar algunas hojas de papel en blanco para tomar apuntes
en el momento de las exposiciones.
1.5.4 TÉCNICAS DE ESTUDIOS
Técnicas de Estudio Técnicas de Estudio
Las técnicas de estudio se están convirtiendo en uno de los conceptos más
importantes en el mundo estudiantil. Después de ver todo el fracaso escolar que
se está cosechando en los centros educativos, a los estudiantes os queda la
opción de mejorar vuestro rendimiento con normas, trucos, técnicas o recetas de
estudio que puedan mejorar claramente los resultados. Las técnicas de estudio
son un conjunto de herramientas, fundamentalmente lógicas, que ayudan a
mejorar el rendimiento y facilitan el proceso de memorización y estudio.
Mentalízate
Ante todo es fundamental la mentalización de "tener que estudiar". Si partimos de
la base de que no queremos estudiar el resto sobra. Pero es evidente que ante la
situación social la preparación concienzuda para nuestro futuro laboral es algo
clave. La organización a la hora de comenzar un año escolar es fundamental.
El estudio diario, siento decirlo, es casi obligatorio. No consiste en estar delante de
los libros dos o tres horas todos los días. Consiste en ver nuestras propias
necesidades, analizar en que campos o temas tenemos más problemas, cuales
son las prioridades inmediatas (exámenes, y trabajos, presentaciones, etc.), y a
partir de ahí confeccionarnos un horario de "trabajo" diario. Sí, digo bien, "trabajo"
ya que debemos concienciarnos que el estudio, hasta llegar al período laboral
social, es nuestro verdadero trabajo y lo debemos ver, o por lo menos intentar,
como algo inherente a nosotros mismos que va a facilitar, con toda seguridad,
nuestra posterior vida laboral. Estudiamos para nosotros, para nuestro porvenir
(métetelo en la cabeza), no para nuestros padres.
Organízate antes de empezar
La organización es uno de los elementos fundamentales a la hora de empezar a
estudiar o a la hora de comenzar a preparar un examen, una oposición, una
prueba, etc.
El Método de estudio
El método de estudio que utilicemos a la hora de estudiar tiene una importancia
decisiva ya que los contenidos o materias que vayamos a estudiar por sí solos no
provocan un estudio eficaz
Lectura
A la hora de enfrentarnos a un texto debemos dar una serie de pasos
Pre-lectura o lectura exploratoria: que consiste en hacer una primera lectura rápida
para enterarnos de qué se trata.
El subrayado
¿Qué es subrayar?
¿Por qué es conveniente subrayar?
¿Qué debemos subrayar?
¿Cómo detectamos las ideas más importantes para subrayar?
¿Cómo se debe subrayar?
El esquema
Es la expresión gráfica del subrayado que contiene de forma sintetizada las ideas
principales, las ideas secundarias y los detalles del texto.
Reglas mnemotécnicas
Os presentamos algunas técnicas para evitar que se olviden las cosas aprendidas:
Las reglas mnemotécnicas.
¿Cómo preparar un examen?
¿Cómo puedes mejorar la preparación de los exámenes?
Trabajar diariamente para asegurarte de que entiendes la materia. Preguntar en
clase cuando sea necesario.
Atención-concentración
La atención es el proceso a través del cuál seleccionamos algún estímulo de
nuestro ambiente, es decir, nos centramos en un estímulo de entre todos los que
hay a nuestro alrededor e ignoramos todos los demás.
Organización y planificación
Es necesario disponer de una planificación del estudio en la que estén
comprendidos los contenidos de las distintas asignaturas, repartidos
convenientemente, con arreglo a una distribución del tiempo bien pensada.
Lectura comprensiva
¿Que debo hacer cuando leo?
Centra la atención en lo que estás leyendo, sin interrumpir la lectura con
preocupaciones ajenas al libro.
Ten Constancia. El trabajo intelectual requiere repetición, insistencia.
El resumen
El último paso para completar el éxito de nuestro método de estudio es el
resumen.
Pues bien, el siguiente paso consiste, sencillamente, en realizar una breve
redacción que recoja las ideas principales del texto pero utilizando nuestro propio
vocabulario.
Técnicas para desarrollar la memoria
Si quieres potenciar tu capacidad de memorizar te aconsejo estés atento a lo
siguiente:
Mejora la percepción defectuosa: intenta que en el aprendizaje intervengan todos
los sentidos consiguiendo la máxima atención y concentración.
Realizar un trabajo por escrito
Para la correcta elaboración de un tema por escrito es preciso dar los siguientes
pasos:
Seleccionar bien el tema sobre el que se desea trabajar.
Recopilar el material necesario relacionado con el tema: notas, artículos,
bibliografía, material gráfico....
Técnicas de relajación
Es muy aconsejable para alumnos nerviosos y preocupados. Se recomienda
practicar cada día una o dos sesiones de relajación de diez o quince minutos
aproximadamente.
El fracaso académico no sólo es consecuencia de problemas o deficiencias
cognitivas del alumno. Algunas veces, este fracaso puede deberse a qué la forma
de estudiar que posee el alumno no es la adecuada.
Por eso, existen diferentes programas de entrenamiento en técnicas de estudio
que pueden resultar de gran utilidad para todas aquellas personas que están
estudiando y necesitan aprender a estudiar de una forma más eficaz y satisfactoria
o necesitan mejorar sus propias técnicas de estudio para evitar posibles fracasos
escolares.
El método L.S.E.R.M. es uno de estos programas de entrenamiento en técnicas de
estudio, que pretende enseñar cuáles son los principales pasos a seguir en el
estudio y aprendizaje de una lección. Es decir, este método tiene como objetivo
entrenar a las personas en las principales técnicas de estudio que pueden facilitar
el proceso de aprendizaje.
Como ya se ha dicho, el método L.S.E.R.M. enseña a perfeccionar los pasos
fundamentales que hay que realizar en el estudio de un texto o de un tema y que,
como indican sus iniciales, son la Lectura, el Subrayado, el Esquema, el
Resumen, el Repaso, y la Memorización. Vamos a pasar a detallarlos a
continuación.
L = Lectura
El primer paso para el estudio es realizar la lectura del texto que se debe
aprender. Para ello, una lectura exploratoria o pre-lectura (es decir, una primera
lectura rápida del texto) permite obtener una primera síntesis inicial del tema y,
posteriormente, una lectura comprensiva (volver a leer el texto detenidamente)
ayuda a entender y profundizar en el contenido del mismo. En definitiva que “sin
entender es difícil aprender y muy fácil olvidar”.
Para poder realizar una lectura comprensiva de un texto, hay que leerlo muy
detalladamente, atendiendo y reflexionando sobre su estructura lógica, sobre las
ideas que se plantean en el mismo y sobre el significado de las palabras que se
desconocen, incluso buscarlas en un diccionario si es necesario.
S = Subrayado
El siguiente paso es aprender a subrayar el texto o aprender a señalar las ideas
más importantes que interesa destacar.
Subrayar consiste en destacar mediante trazos (haciendo rayas o poniendo líneas)
las ideas fundamentales o secundarias presentes en el texto, así como todas las
palabras claves o los detalles importantes, con el fin de que resalten.
La ventaja de utilizar el subrayado reside en que se evita la pérdida de tiempo a la
hora de estudiar el texto, puesto que permite fijar la atención sobre lo que interesa,
es decir, permite realizar rápidos repasos del tema a estudiar.
Existen varias formas de subrayar, aunque cada persona puede utilizar la manera
de subrayar que mejor se adapte a su estudio, incluso puede utilizar
combinaciones de subrayados.
Los principales tipos de subrayado son:
El subrayado lineal, que puede realizarse mediante líneas simples, dobles rayas o
líneas de puntos, o mediante el uso de colores.
El subrayado de engarce o realizar anotaciones marginales (escribir en el margen)
de dos o tres palabras entresacadas del texto y que lo resumen.
El subrayado con signos, es decir, utilizar signos convencionales o inventados
para marcar ideas importantes, aspectos que no se entienden, etc.
E = Esquema
El esquema es la representación gráfica del resumen del texto, que permite
captar, con un simple vistazo, el contenido y la organización de las ideas del texto.
Algunos tipos de esquemas son:
Esquemas Numéricos
Esquemas con letras
Esquemas Mixtos (letras y números)
Esquemas gráficos o de llaves
Esquemas de flechas
Esquemas de barras y puntos
Cuadros sinópticos
Diagramas
R = Resumir y Repasar
El resumen consiste en sintetizar o reducir a términos más breves y precisos lo
más esencial del tema que se está intentando aprender.
Por eso, un buen resumen no debe exceder más del 30% de la extensión del texto
original y debe reflejar solamente las ideas más importantes expresadas de forma
personal, con las propias palabras. Con esta técnica, se consigue desarrollar la
capacidad de síntesis y mejorar la capacidad de expresión escrita.
Además de resumir el texto, se debe repasar y repetir mentalmente o en voz alta
el mismo, para retener las ideas principales del texto estudiado, al igual que
hacerse preguntas sobre él para saber qué aspectos deben ser reforzados y
nuevamente repasados.
M = Memorizar
Por último, memorizar consiste en adquirir y mantener en la memoria o el recuerdo
aquéllos conocimientos necesarios y fundamentales sobre un tema, para después
poder recuperarlos satisfactoriamente.
Por tanto, es conveniente potenciar la capacidad de memorizar o recordar todas
las cuestiones que tienen un mayor grado de dificultad mediante lo que se
denominan reglas mnemotécicas.
Algunas técnicas de memorización o reglas mnemotécicas son:
La Técnica de la historieta, que consiste en construir una historia con los
elementos que deben memorizarse.
La Técnica de los lugares, que es asociar cada uno de los elementos que deben
memorizarse con los lugares de un recorrido que es familiar para el estudiante.
La Técnica de la cadena, que pretende concatenar las palabras a memorizar
mediante el uso de imágenes.
La Técnica de la oración creativa, que consiste en concentrar un significado o
contenido de un tema por medio de una oración.
El método L.S.E.R.M. no es el único programa de entrenamiento en técnicas de
estudio que hay. Existen otros programas cuya finalidad, también, es enseñar
formas de estudiar que ayuden a mejorar el propio proceso de estudio y
aprendizaje, a aumentar el rendimiento académico y a favorecer la autoestima y la
motivación escolar.
Algunos de estos programas de entrenamiento incluyen las técnicas de
preparación de exámenes, técnicas de planificación del estudio, técnicas de
relajación, etc.
En definitiva, todos los programas de entrenamiento en técnicas de estudio
pretenden que el estudiante descubra cuál es su mejor método personal de
estudio, al ofrecerle pequeños y grandes “trucos” que puedan resultarle muy útiles
y que, especialmente, suelen ir dirigidos a niños en edades escolares y a
adolescentes, para prevenir un posible “fracaso escolar” y orientarles en su
andadura académica.
1.5.5 PREPARACIÓN DE EXÁMENES
La preparación de los exámenes no se limita a los días previos sino que
comienza el primer día de curso y hay que irla realizando de manera continuada
durante todo el curso.
Dejar la preparación para los últimos días es tener muchas probabilidades de
fracasar.
Ya se ha comentado en lecciones anteriores que el estudiante debe fijarse un
ritmo de estudio (su "velocidad de crucero") que comenzará a poner en práctica el
primer día de curso.
Lógicamente cuando se acerquen los exámenes tendrá que intensificar este ritmo.
Si durante el curso basta con dedicar diariamente 2 / 3 horas al estudio (en
algunas carreras más), en las fechas previas a los exámenes habrá que
encerrarse "literalmente" en casa y dedicarse de lleno.
Si durante el curso es suficiente los fines de semana dedicar una mínima parte al
estudio, ahora el sábado y el domingo serán días exclusivamente de estudio.
El haber llevado una buena planificación durante el curso permite llegar a los
exámenes sin agobios, con una buena preparación, con los conocimientos
asimilados.
Esto permite que, aunque en estas fechas haya que intensificar el ritmo de
estudio, se pueda (y se deba) respetar el descanso.
El estudiante podrá mantener sus horas de sueño, algo que es esencial para estar
en plena forma y rendir al máximo en los exámenes.
Una planificación acertada permitirá que en tiempos de exámenes el estudiante se
pueda centrar en repasar, en afianzar los conocimientos ya aprendidos, y no en
tratar a última hora, de prisa y corriendo, de estudiar aquello que no se hizo en su
momento.
En fechas de exámenes el estudiante debe dar al menos 2 repasos a la
asignatura.
El penúltimo repaso llevará algunos días, dependiendo de la dificultad de la
materia, mientras que el último repaso se debe realizar en los dos días anteriores
al examen.
¿Cómo se planifican estos dos últimos repasos?
Veamos un ejemplo: si entre un examen y el siguiente hay 7 días por medio, este
será el tiempo disponible para los dos últimos repasos.
Si al último repaso hay que dedicarle 2 días, se dispondrá de 5 días para el
penúltimo repaso, por lo que el estudiante deberá cada día revisar al menos un 20
por ciento de la materia que entra en el examen.
Lo primero que se deberá hacer cada día es revisar rápidamente lo que vio el día
anterior, con vistas a ir consolidando los conocimientos. Si un día puede avanzar
más de lo establecido mejor (más desahogado estará al final), lo que no se puede
es incumplir el objetivo diario.
Estos plazos sólo se podrán cumplir si durante el curso se ha llevado la asignatura
al día; si no ha sido así resultará materialmente imposible.
En su planificación a comienzos de curso el estudiante debe estimar de cuantos
días dispondrá antes de cada examen y en función de ellos llevar las asignaturas
convenientemente preparadas.
En los días previos al examen el estudiante debe hacer un esfuerzo por combatir
la ansiedad.
Un buen método es despreocuparse por el posible resultado de la prueba y en
cambio sí preocuparse por hacer todo lo posible.
Debe tratar de pensar en positivo: he trabajado, me he esforzado, he preparado el
examen con rigor, probablemente apruebe y en caso de que no sea así, siempre
tendré otra oportunidad.
Si el estudiante detecta que le "ha pillado el toro" es preferible que el tiempo
disponible (respetando los descansos) lo distribuya de forma que pueda revisar
toda la materia que le queda, aunque sea superficialmente, antes que estudiar
muy bien una parte y no ver nada del resto.
De esta forma siempre tendrá la posibilidad de contestar algo de cualquier
pregunta, evitando tener que dejar alguna pregunta totalmente en blanco, lo que
para muchos profesores supone directamente un suspenso.
El día anterior al examen hay que preparar todo el material que se va a necesitar:
un par de bolígrafos (uno de ellos de repuesto), lápices, goma, sacapuntas,
calculadora, juego de reglas y compás, etc.
Hay que evitar sorpresas de última hora (la calculadora no funciona, el bolígrafo se
ha terminado en mitad de la prueba, etc.) que aumenten el nerviosismo.
En la noche previa al examen es fundamental descansar. No se debe "robar" ni
una sola hora al sueño ya que el cansancio puede ser un enemigo terrible durante
el examen.
Aunque el estudiante pueda pensar que con un par de horas más aumentan sus
probabilidades de aprobado, el efecto es justamente el contrario: una hora menos
de sueño conlleva ir menos fresco, con la cabeza cargada, lo que dificultará
nuestro rendimiento.
Es conveniente la noche previa y la misma mañana del examen realizar ejercicios
de relajación.
El día del examen no se debe repasar nada, como mucho mirar por encima las
fichas resúmenes con los esquemas de las distintas lecciones.
Ese día se debe llevar un ritmo relajado: levantarse temprano, tomar
tranquilamente un buen desayuno, ir con tiempo al examen, sin prisas, etc.
Si el examen es por la tarde hay que cuidar la comida, que sea suficiente pero no
excesiva; por supuesto nada de alcohol. También hay que cuidar el consumo de
café: tomar lo necesario para ir despejado, pero sin abusar.
UNIDAD II HABILIDADES PARA LA COMUNICACIÓN ESCRITA Y EL TRABAJO
CONCEPTUAL
2.1 TÉCNICAS escolares el trabajo de la comunicación escrita
AKMAIJAN, A. et alii (1984), La lingüística. Una introducción al lenguaje y a la
comunicación, Madrid: Alhambra.
ALARCOS, E. (1994), Gramática de la lengua castellana, Madrid: Espasa-Calpe.
ARENS, Hans (1975[1965]), La lingüística. Sus textos y su evolución desde la
antigüedad hasta nuestros días, Madrid: Gredos.
AUSTIN, J. L. (1982[1962]), Cómo hacer cosas con palabras, Barcelona: Paidós
http://www.seedsofunfolding.org/issues/07_11/reflections_spanish.html
“Percepción de la imagen corporal como aproximación cualitativa al estado de
nutrición”. Herlinda Madrigal-Fritsch.
• “Distorsión de la imagen corporal: un estudio en adolescentes”. Conxa Perpiñá y
Rosa M. Baños.
https://sites.google.com/site/sabucito14hotmailcom/aprendisaje-auditivo-visual-y-
kinestesico
http://www.galeon.com/aprenderaaprender/vak/vakcaract.htm
http://sitios.itesm.mx/va/dide2/tecnicas_didacticas/caract_td.htm
Patrick Forsyth dirige el Touchstone Training and Consultancy, institución cuya
especialidad es el perfeccionamiento en marketing, ventas y comunicación.
Forsyth es también autor de Cómo motivar a la gente, Formación y promoción del
personal y Presente informes y propuestas eficaces.