UNA VIDA TORMENTOSA Antonieta Rivas Mercado · 2007. 11. 24. · Antonieta Rivas Mercado tos, pero...

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Siglo nuevo o pinión 4 Sn Olga de Juambelz Archivo Siglo Nuevo A ntonieta fue una mujer atormen- tada, pero logró sacar adelante a muchísimos artistas de su época. Su casa, fortuna y aliciente, los dio para lo- grar un gran número de pintores, escul- tores, en fin, grandes artistas que llegaron a serlo gracias a su ayuda. Ella se enamoró perdidamente de un pintor que era homosexual, se llamaba Manuel Rodríguez Lozano. No quiso nun- ca comprenderlo, le mandó muchísimas cartas hablándole abiertamente de su amor (hay un libro de estas cartas), todas muy bien escritas, algunas son un poema. Ella se casó con un norteamericano y tuvo un hijo al que también adoró, pero al divorciarse, el marido se lo quitó alegan- do su mala conducta; este hecho acrecen- tó sus dolores. Siguió su vida de mecenas y pasó he- chos terribles durante la Revolución Me- xicana. Estuvo escondida en los sótanos de su casa por mucho tiempo, mal comien- do y mal viviendo, porque los revolucio- narios se apropiaban de las casas y mu- chas veces mataban a sus dueños. Después conoció a José Vasconcelos, político, escritor y filósofo (Oaxaca, 1882 – México 1959); éste fue un idealista y posi- blemente uno de los hombres más cultos y pensantes de esa época. Con la ayuda de Antonieta, Vasconcelos se lanzó para Presidente de México, ella lo acompañó en su campaña y solventó todos los gas- UNA VIDA TORMENTOSA Antonieta Rivas Mercado tos, pero por desgracia perdió. Para Anto- nieta fue como perder su último ideal. Sola, sin el amor de su pintor y de su hijo, su vida se volvió un verdadero desastre. No pudo vivir ya con tanta frustración. Sus grandes amores lejos de ella, sin es- peranza alguna de tenerlos, su trabajo de formar artistas estaba hecho y su decep- ción mayor fue no poder hacer que uno de los mejores hombres de México llegara a la Presidencia. Todos estos acontecimien- tos la nulificaron ante ella misma. Así, sin nada en su haber, se fue sola a París, Francia. Caminó por sus hermosas calles, volvió a ver todo el arte que tanto amó y lentamente se dirigió a la Catedral de Notre Dame y ahí se dio un balazo en la sien. Se tuvo que exorcizar la iglesia por es- te suceso. Y así acaba la vida de esta mu- jer enloquecida, cuyo dolor pudo más que su razón. § Sola, sin el amor de su pintor y de su hijo, su vida se volvió un verdadero desastre

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Siglo nuevo

opinión

4 • Sn

Olga de JuambelzAr

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Nue

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Antonieta fue una mujer atormen-tada, pero logró sacar adelante a muchísimos artistas de su época.

Su casa, fortuna y aliciente, los dio para lo-grar un gran número de pintores, escul-tores, en fi n, grandes artistas que llegaron a serlo gracias a su ayuda.

Ella se enamoró perdidamente de un pintor que era homosexual, se llamaba Manuel Rodríguez Lozano. No quiso nun-ca comprenderlo, le mandó muchísimas cartas hablándole abiertamente de su amor (hay un libro de estas cartas), todas muy bien escritas, algunas son un poema.

Ella se casó con un norteamericano y tuvo un hijo al que también adoró, pero al divorciarse, el marido se lo quitó alegan-do su mala conducta; este hecho acrecen-tó sus dolores.

Siguió su vida de mecenas y pasó he- chos terribles durante la Revolución Me-xicana. Estuvo escondida en los sótanos de su casa por mucho tiempo, mal comien-do y mal viviendo, porque los revolucio-narios se apropiaban de las casas y mu-chas veces mataban a sus dueños.

Después conoció a José Vasconcelos, político, escritor y fi lósofo (Oaxaca, 1882 –México 1959); éste fue un idealista y posi-blemente uno de los hombres más cultos y pensantes de esa época. Con la ayuda de Antonieta, Vasconcelos se lanzó para Presidente de México, ella lo acompañó en su campaña y solventó todos los gas-

UNA VIDA TORMENTOSA

Antonieta Rivas Mercado

tos, pero por desgracia perdió. Para Anto-nieta fue como perder su último ideal. Sola, sin el amor de su pintor y de su hijo, su vida se volvió un verdadero desastre.

No pudo vivir ya con tanta frustración. Sus grandes amores lejos de ella, sin es-peranza alguna de tenerlos, su trabajo de formar artistas estaba hecho y su decep-ción mayor fue no poder hacer que uno de los mejores hombres de México llegara a la Presidencia. Todos estos acontecimien-

tos la nulifi caron ante ella misma.Así, sin nada en su haber, se fue sola a

París, Francia. Caminó por sus hermosas calles, volvió a ver todo el arte que tanto amó y lentamente se dirigió a la Catedral de Notre Dame y ahí se dio un balazo en la sien.

Se tuvo que exorcizar la iglesia por es-te suceso. Y así acaba la vida de esta mu-jer enloquecida, cuyo dolor pudo más que su razón. §

Sola, sin el amor de su pintor

y de su hijo, su vida se volvió

un verdadero desastre