Un ultimo Suspiro - Goodreadsphoto.goodreads.com/documents/1362925212books/17562463.pdf · 2013. 3....
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Un ultimo
Suspiro...
Anne Uribe
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Dedicaciones
A una persona que murió dejándonos con el
corazón roto pero con una lección muy
importante…
La vida hay que vivirla al máximo.
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Sinopsis...
De todos los viajes que ella ha tenido en tren,
este podría ser el peor... o tal vez el mejor. Todo
depende del hombre de cabello azabache y ojos
avellanas que ha aparecido por los pasillos del
tren, ¿merecerá sus suspiros? ¿Hasta el
último?.... Aun cuando ella ya no es una niñata
sino toda una mujer, cree en eso que se llama
amor, sean cuales sean las circunstancias.
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Tú eres mi razón, dueño de mi corazón,
y aunque no te conozca, para mí, estar
contigo, es más que la gloria.
Por ello, te regalaría hasta mi último
suspiro.
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Capitulo unico…
Como se conoce al verdadero amor…
No estaba muy segura de lo que iba a hacer pero ¿qué más daba?, ya casi nada me importaba, todo lo que realmente hacia mella en mi cabeza había empezado hace un tiempo y estaba acá conmigo así que
¿Por qué preocuparse más?
Si lo pensaba, en estos últimos días mis preocupaciones no venían siendo las mismas, habían cambiado
drásticamente, bueno, mi madre siempre decía que con la edad y el paso del tiempo iba a cambiar la
forma de ver la vida y ¡valla cambio ese!...
Era jueves, tenía que llegar a tiempo al trabajo y el bendito tren no arrancaba, por fin lo iba a hacer y...
¡Genial! Se detuvo nuevamente, alguien allá arriba no quería que llegara a mi trabajo o que mi jefa me
regañara. Un chico entra, chico lindo, era bastante guapo, era alto, le calculaba 1,82, tenía el cabello
negro como el azabache, se le vía mojado de seguro por los copos de nieve que se derretían sobre su
cabello, por la ventisca de afuera, tenía las mejillas arreboladas y unos hermosos ojos que desde acá se
podía decir eran café oscuro o tal vez negros ¿existía ese color en los ojos?, volteo y me encontró
mirándolo cuidadosamente, sonrió y se sentó, me pregunte seriamente si esto le pasaba seguido porque
¿Le sonreirá a todas las chicas que lo miran tan exhaustivamente?, agache la cabeza y me sonroje por
mis pensamientos y estarlo observando de esa manera, no sabía porque ese extraño causaba en mí las
ganas de esconderme entre mi capucha y observarlo a hurtadillas, debía olvidarlo rápido y concentrarme
en cosas más importantes como mi reciente nuevo trabajo, seguro mañana no lo vería, seguro mañana ni
vendría, era la primera vez que él se subía en este tren y yo lo usaba hace más o menos 3 meses, nunca,
ni una sola vez lo había visto entrar y sentarse frente a la ventanilla contraria a la mía, o en cualquier otro
puesto, lejano o cercano al mío, y en verdad yo era observadora.
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- Atención pasajeros, estamos llegando a la primera estación, Calle Tetuán - anuncio el conductor por los
parlantes, en esa estación me bajaba, mi actual (y único hasta ahora) trabajo quedaba a 3 calles, levante
la mirada por primera vez en el trayecto, mire un segundo al joven, debía tener a lo máximo 25 años, no
se veía mucho mayor, aunque sus facciones demostraran seriedad tenía una linda sonrisa pintada en la
cara, como si algo le causara mucha gracias pero tuviera que mantenerse de esa manera, por algo o
alguien.
- Esta es la primera parada- anunciaron nuevamente por los parlantes, ¡por fin había llegado! Aunque aún
iba tarde.
Me pare de mi asiento con lentitud, vi al muchacho de cabello azabache hacer lo mismo, vacile un
segundo y decidí que era hora de salir, por estar pensando en no-se-que-cosas casi me caigo contra el
suelo, que en se momento era solo hierro, granito y metal, un hombre que salió a mi par alcanzo a
cogerme del antebrazo y mi torso, un poco más arriba de la cintura, consiguiendo fácilmente
estabilizarme, mire con vergüenza y agradecimiento al hombre que me había salvado, que para mí mala
suerte era el mismo chico que se había subido hoy haciendo mi día totalmente fuera de lo común o
monótono y por el cual ya me había sonrojado 3 veces ¿tenía eso sentido?, luego de unos segundo me di
cuenta que lo estaba mirando mucho y nuevamente me sonroje ¿Cuántos tenía, 7 años? Revise mi reloj
de mano, y con temor me di cuenta que llevaba 10 minutos de retraso ya, contando las cuadras que me
faltaban caminar y lo torpe que yo era con tacones tan altos, supe que estaría perdida, mi jefa me mataría.
- Gra-gracias - dije al hombre, aunque por culpa de él (y que por alguna razón hoy decidí comportarme
inmaduramente) seria vilmente culpada de un tonto retraso; salí rápido de allí antes de que otra cosa,
vergonzosa o no, me pasase.
Llegue al trabajo con rapidez, mientras caminaba empecé a distinguir en el penúltimo pido de la torre,
color azul platinado, a mi jefa, mirando hacia el suelo, seguro esperándome para decirme lo mal que
estaba, lo comprobé enseguida entre al piso en el que trabajaba dentro de la constructora, mi jefa,
Morgan, me dio un sermón de 25 minutos sobre la puntualidad y que no podía volver a pasar (quitándome
tiempo que podría invertir en trabajo), porque para ella teníamos que ser los mejores (su equipo de
trabajo, que resumía a 6 personas) aparte menciono la reunión en 2 semanas y media con unos posibles
socios y lo importante que era para la empresa, para ella y para mí.
- Valla que tiene un largo repertorio - rio Eleonor, era una señora de 38 años que servía de secretaria a
Morgan, ella no la necesitaba, claramente con el gran equipo que ya poseía no hacía mucho que ponerla
a hacer, pero la hacía sentirse importante y poderosa y Eleonor cargaba con ella todos los días casi 12
horas, pobre mujer.
- Sí, pero nadie más que tú sabe sobre ellos - respondí, temiendo que Morgan escuchase ¿Qué tan malo
sería para mí?, me pregunte con ironía, Mucho, en realidad con los rasgos y características extremistas
que conocía de mi jefa, sabía que por cualquier cosa me podrían despedir.
- Claro que sí - rio nuevamente, aunque esta vez más bajo, supongo que porque imagino mi temor hacia
ser despedida, que considerada. Aunque me llevara 17 años Eleonor me agradaba mucho, era muy...
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ella, tenía eso que te hacía sentirla familia, era muy amable, se me asemejaba a una madre o por lo
menos la tía divertida que te apoya en sus locuras, de seguro lo era, pero no le iba a preguntar.
- Voy a trabajar, hablamos al rato - me disculpe, ella asintió y ensancho la sonrisa, sabiendo
perfectamente que no habría un al rato, lo más seguro es que me encerrara en el pequeño cubículo, con
un espacio reducido en verdad irónico, y que dé hay no saldría quien sabe en cuanto tiempo.
- Por supuesto - afirmo ella, pude sentir su tono irónico, definitivamente ella si sabía lo que me esperaba
en mi “oficina”.
Dure toda la tarde pensando en cómo atraer la atención de los posibles socios, llevaba 3 meses y dos
semana ya en “Barkichs SA” y era fenomenal con tampoco tiempo en la empresa contar con un proyecto
que iba tan bien encaminado y con altas expectativas, solo que eso me quitaba tiempo personal (cosa
que mi ex no entendía); en la tarde una compañera me invito a tomar un café, tuve que rechazar su
propuesta, tenía mucho más trabajo que el que imagine antes de llegar, publicidad, propuestas, cifras,
todo y nada era lo que hasta ese momento llevaba.
Luego de dos horas extra en mi trabajo llegue a mi apartamento, quería descansar, y hacerlo ya; me quite
la ropa y puse pijama, deseaba dormir como nunca, mañana tendría la misma rutina, y en el fondo de mi
corazón quería que ello cambiase por muy bueno que fuese necesitaba algo emocionante, hace un mes y
medio que había roto con mi ahora ex-novio y todo por culpa de mi trabajo o dicho sinceramente por mi
culpa, ¿Por qué no podía comportarme como alguien de mi edad?, hoy a esta hora las muchachas deben
estar en bares con sus amigos divirtiéndose y probablemente yo hace 3 meses dos semanas y un día
hubiera estado haciendo lo mismo, ¿Por qué yo ya no soy así?, claro YO eh cambiado y ahora tengo
responsabilidades, que a diferencia de mis otras amigas en la universidad yo si eh de cumplir .
Latte, mi cachorrito Yorkshire terrier, subió sobre mi encima del mueble donde estaba recostada, prendí la
televisión y como sabía que iba a suceder, en menos de 15 minutos estaba dormida profundamente,
soñando con copos de nieve sobre la yerba de una pradera.
- Ring-Ring - escuche el espantoso ruido de mi despertador, eran las 6 de la mañana y entraba a las
ocho, quedaba tiempo y aunque la frase era muy cliché y por más desquiciado que pareciese grite a la
nada un simple “5 minutos más”, creo que fue para convencerme a mí misma que estaba bien, bueno eso
en realidad no importaba, porque luego de esos cinco minutos (que en verdad fuero veinte) Latte corrió
como loco alrededor de mi cama ladrando fuerte para su pequeño cuerpecito, Latte en esta ecuación
diaria seria la mamá regañando a su hijo por no querer ir a clases, solo que él no hablaba, me ladraba
como poseso, pero no hablaba.
Me metí a la ducha, y demore mucho más de lo normal, hasta alise mi cabello, algo que solo hacía por
cosas muy especiales, no acostumbraba a ser de las más arregladas, solo me encargada de verme formal
y presentable, después de todo yo no iba a conquistar a nadie ni algo parecido, mi deber era trabajar,
para eso me pagaban; salí rápido y creo saque toda prenda existente de mi guardarropa que siendo
sincera no era muy amplio y si tenía demasiada ropa esparcida sin algún orden especifico, nada de ese
desorden me gustaba, pero termine eligiendo algo que realmente en mi lucio bien, una camisa morada
oscura pegada y que resaltaba mis curvas y una falda negra cruzada, lisa y ceñida en las caderas,
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zapatos de tacón y joyería ligera de color plateado, me sentía linda, profesional y también sexy “No puedo
creer que piense así ¿Quién rayos soy hoy?”.
Ya que demore por lo menos 60 minutos más de lo normal, tuve que desayunar en un tiempo record,
lavarme la boca y salir corriendo a la parada de trasporte, sin despedirme de Latte como normalmente lo
hacía.
Nunca pensé correr tanto, entre en lo que me llevaría a mi trabajo, y escogí el mismo asiento que el día
anterior, ya iba a empezar su camino y estaba muy desilusionada por que el joven de ayer no hubiera
subido, mire por la ventana y estaba allí esperando, imagine que el siguiente trasporte, sentí la desilusión
recorrer mi cuerpo entero y la tristeza invadirme por completó, escondí mi cara como el día anterior a
esperar llegar a la siguiente estación y tal vez bajar por algo de agua; decidida a no tomar importancia al
extraño sentimiento que se posó en mi pecho subí mi rostro, amaba ver el paisaje que tenían las calles a
mi trabajo, siempre me ha gustado ver por las ventanas de los autos, buses, trenes, etc. Y hay en frente a
dos sillas estaba él, mi corazón empezó a repiquetear notablemente más de lo normal, “si supieras que
por ti llevo mi falda más bonita” pensé irónicamente.
¿Por qué rayos me pasa eso a mí? Y lo peor ¿ahora?, apenas si lo conozco, en este momento ni a mí
misma me reconozco, ¿Cuál es la necesidad de comportarme como una niñita de 15?, ¡Dios! Tengo 21;
solo 10 minutos, 10 minutos y llego a mi destino, respira hondo, inspira, expira y no te comportes como
una fan loca de algún actor de moda, ¿Cómo es posible que ni por tu artista favorito hayas actuado así y
ahora lo hagas? Me reclama mi conciencia, la parte racional en este momento, calma, eres una adulta
madura, compórtate como tal.
“Cupido no tiene razones ni tiempo, es un dulce bebe, hace lo que cree correcto” las palabras de mi
madre llenaron mi cabeza por completo, ¿tenían que aparecer ahora?, sí y no estaban ayudándome en
nada, gracias madre.
No aguanto más y miro su cara, está bostezando ¿Qué le parece aburrido?, ¿no le gustara este tipo de
trasporte?, ¿volverá a venir en uno de estos?, muchas preguntas invaden mi mente y cuando salgo de
mis cavilaciones vuelvo a enfocar mis ojos en él sin que se dé cuenta, al menos debo verme disimulada,
y ¡no puede ser! me está mirando, ahora él me está mirando a mí, ¿Dónde quedo la joven madura? ¿Qué
paso con…?, ¡Al traste aquella!, fijo mi mirada en su rostro, solo en ello y todo desaparece a mi alrededor,
nota mis ojos posados en él y suspira, ¿le estaré molestando?, ¿creerá que soy muy tonta para alguien
como él?, ¿Por qué no puedo ser más linda o más inteligente?, ¿pensara que me comportó como una
niñita desesperada?, ¿me estoy comportando como una?, otra vez las preguntas hacen mella en mi
cabeza y sin querer pasar más vergüenzas cierro los ojos y dejo que mi mente divague unos minutos, los
vuelvo a abrir solo para asegurarme que no estoy haciendo algo peor y noto que él me sigue mirando,
vuelve a notar mis ojos sobre él y aparta la vista, instantáneamente vuelvo a cerrar los míos, apenas
respiro, me hago pequeñita y me pongo a temblar, siento que pronto comenzare a híper-ventilar.
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Y así pasaron los días de lunes a viernes, siempre se subía al mismo trasporte, en el mismo paradero
pero yo notaba que la indecisión lo llenaba al entrar; me preguntaba constantemente ¿Por qué esa
indecisión? Pero nunca era capaz de responderla o pedirle a ese alguien que la respondiera.
Ya han pasado semanas desde que el usa este trasporte y siempre que sube es como un martirio para él
(Y para mi), como si no tuviera deseos de entrar en este lugar, ¿lo incomodare?, igualmente todo va como
siempre, de estación a estación va y viene el silencio, sé que él sabe que a veces lo observo, pero ¿Por
qué se me hace tan difícil no observarlo?, ¿Qué tiene que otros chicos no tienen?, simplemente no sé.
…Odio el amor… Amo el amor…
Todo sigue igual, nada ha cambiado, o tal vez si, ahora yo sé su nombre, creo que él lee mis
pensamientos porque al pensarlo me mira, su mirada me intimida y sin darme cuenta me pongo a temblar,
entonces ocurre, despiertan mis labios, pronuncian su nombre tartamudeando, ¿Qué eh hecho?, ahora el
pensara que soy la chica más tonta y que me eh obsesionado, no volverá a subir aquí, no lo volveré a
ver, tal vez sea lo mejor, pero de solo pensarlo me pregunto si lo aguantare, ¿realmente aguantare no
verlo?, ¿Qué me ha hecho?, ¿Qué rayos me pasa?, Ugh ¡Me quiero morir! Y aunque no lo crea y todo se
pase de raro todo se detiene y a la vez todo ocurre.
Se paras de su asiento y se acercas hablando, diciéndome en voz baja - Yo no te conozco y es extraño,
ya te echaba de menos - sus palabras son dulce para mis oídos, mi corazón palpita demasiado rápido,
siento que tiemblo ¿estaré hiperventilando? ¡Genial! quedare peor de lo que ya estaba. ¿Podría quedar
peor frente a él? ¿Peor que una mujer insulsa que se comporta como quinceañera hormonal? No lo creo.
- ¿En ver-er-dad? - pregunto entrecortadamente, sigo tartamudeando, ¿puedo ser más patética?, noto
que sí.
- Sí - responde sin vacilar, ¿Por qué no puedo hacer lo mismo? Segura y directa - cada mañana rechazo
el directo y elijo este tren -.
Así que por eso es su vacilación e indecisión al entrar, no está seguro si es correcto de usar este o ser
más lógico y usar el que lo lleva directo a su destino, un momento ¿esto lo hacer por mí?, si es así creo
que estoy soñando, es tan bello y mágico, casi irreal... pero como todo lo bueno, se ha de acabar.
Siempre había tenido esta mala suerte, y ahora que creí había cambiado… No, no había cambiado.
Todo se empieza a mover, turbulencia es lo primero que viene a mi cabeza pero ¿y si es algo más?, no
podría aguantar la culpabilidad de que pase algo porque sería mi culpa si algo ocurriese y él estuviese en
este tren, este NO es su tren.
Creo que el vuelve a leer mi mente porque me mira a los ojos y coge mi mano cuando llegamos a un túnel
que apaga la luz, aun así veo en la profundidad de sus orbes cafés como el chocolate, ¿Eran tan
perfectos y hermosos con la luz iluminándolos? ¿Podría en un futuro saberlo? ¿Había un futuro?, bajo mi
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vista y por primera vez lo veo totalmente de cerca, deseo grabar cada centímetro de su rostro, la belleza
es digna de mirar y tratar de recordar, tengo una idea que vaga en mi cabeza, todo mi ser dice que sí pero
¿estará bien que lo haga?, volteo mi rostro, no deseo que sepa más lo que pienso, si es que realmente lo
sabe… solo quiero que lo sienta.
Y estamos aquí, en este tren donde todo empezó, caigo en la cuenta de que hoy es jueves, “todo empezó
un jueves”, ¿él lo sabrá?, no lo sé pero deseo que si lo sepa, sigo pensando en esa posibilidad
extravagantemente tentadora, ¿qué tan mal estaría pusiera en práctica?, ¿mal para mí? no, al contrario
estaría más que perfecto pero ¿y para él?, toda mi cavilación da por terminada al sentir que el tren se
mueve más fuerte, él aprieta mi mano y sin más tomo una decisión, no estay muy segura de lo que voy a
hacer pero ¿qué más daba?, ya casi nada me importaba, todo lo que realmente hacia mella en mi estaba
acá conmigo así que ¿Por qué preocuparse más de lo necesario?, así que… lo haría.
Tanteo el espacio y encuentro su cara nuevamente gracias a mis manos ya que con tan poca luz no
distingo mucho, me acerco de a poco y aumento un poco la presionó en tu rostro para que entienda que
quiero hacer, si él no quiere ¿Por qué obligarlo?, no se quita, ni me rechaza, ¿significara eso algo?, con
esto último en mi mente, tengo una decisión tomada, me vuelvo valiente y te beso en los labios, no hay
algo más dulce que haya probado y hay me doy cuenta de todo, al parecer lo eh ocultado, me lo eh
ocultado ¿tendrá razón mi madre?, acaso yo ¿me eh enamorado?, si lo eh hecho estoy más que
encantada de que esto esté pasando, podría decirse que antes de morir conseguí todo lo que deseaba,
hasta lo que una persona norma, divertida y entregada a la vida deseaba.
Buen trabajo, dinero, reconocimientos, una mascota y… amor.
Me doy cuenta de que eh cerrado los ojos, tengo miedo de abrirlos, ¿y si le molesto que lo besara?, ¿Por
qué me correspondió si le molesto? ¿estuvo mal?, ¿le bese mal?, los abro de a poco, con el miedo
aflorando en mi piel, no quiero que se dé cuenta de que ¿lo amo?, sí lo amo, ¿eso lo asustara?, termino
de abrir mis ojos y me encuentro con los suyos, me miran con intensidad, siento que ha descubierto todo,
¿lo asustaré?, de un momento a otro todas mis inseguridades se van, se esfuman, con solo esas dos
palabras que dijo en mi oído ¿podre ser más afortunada?, no lo creo.
Mientras pasaban las semanas descubrí pequeños detalles de él que me hacían desear hablarle, pero no
era TAN atrevida como para hacerlo; cuando se golpeaba al entrar en el tren o al salir sonreía de manera
irónica, o yo simplemente no lo supe entender, él era simplemente masoquista o sabía que habían
personas más desafortunadas en este mundo; Le encantaba el helado de chocolate, y cuando lo comía
dentro del tren, yo con mucho disimulo podía comprobar que sus ojos en verdad eran como el chocolate;
Las galletas saltin con Coca-Cola eran algo que siempre tenía cuando esperaba en su parada de tren,
como una clase de rito; Miraba por la ventana admirando el hermoso paisaje pero parecía tener miedo de
que alguien lo pillara ¿Qué tan malo era pillar a un hombre admirando los árboles y edificios que hacían
un conjunto abrumador llamado cuidad?, a mí me parecía adorable; Mi cosa favorita sobre él, era y de
seguro iba a ser siempre, como peinaba su cabello, o mejor dicho, como dejaba que el agua los
despeinara, casi siempre tenía el cabello mojado y mis dedos picaban por quitar los mechones que caían
en sus ojos, obstruyendo las vista de su frente.
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Es bello saber que puedes hacer tantas cosas, que no todo está perdido y que el amor aún existe, aun en
las circunstancias más raras y bizarras. Con mi mano libre (porque la otra esta entre las suyas) quito un
mechón que obstruye a mi vista de su hermosa apariencia, él sonríe porque al igual que yo sabe qué
hace tiempo que deseaba hacerlo.
Pienso en sus dulces palabras, esas que han calado en el fondo de mi corazón, todo en ese momento se
vuelve oscuro y siento un horrible dolor punzante, lo había olvidado, ese lugar donde estábamos, era de
verdad que olvidabas todo con el amor de tu vida cerca (literalmente el sí lo era), pienso en retrospectiva y
me doy cuenta que en verdad no me arrepiento de haber subido, tal vez de haber sido valiente antes nos
estaríamos en la recta final de nuestras vidas, pero y aun con esos pequeñísimo detalles que me
confirman que por mi culpa dos vidas se acaban pienso que todo valió la pena solo por escucharlo
pronunciar aquello, “te quiero” es lo último que vaga por mi mente, mi último pensamiento.
Tal vez no el ultimo…
El último es simple y no se opaca ni siquiera con los deseos de chillar y gemir de dolor por lo que sea que
me está oprimiendo la respiración, es algo que demuestra el cariño que ha crecido en estas pocas
semanas dentro de mí y que aflora hoy, ese que él ha despertado, aquel calor que hoy desprende mi
cuerpo, mi alma, y por el cual yo le regalo mi corazón, uno que ahora y siempre le pertenecerá solo a él,
cada latido, cada minuto de vida, cada minuto de amor, cada segundo restante de mi existir y en
aquel momento de mi vida, en ese instante final solo pienso en una cosa, él me quiere y yo…
Le regalo el último soplo de mi corazón.
FIn
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La vida no es siempre justa
La vida no es siempre buena
La vida no es siempre bella
Pero tiene esos simples y pequeños detalles que la hacen
Perfecta…
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Escrita y Editada por: Anne Uribe.
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Página de la Autora: http://letrasdeanne.weebly.com