Un Enfoque Gestaltico de La Depresion Infantil

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figura/fondo 101 UN ENFOQUE GESTÁLTICO DE LA DEPRESIÓN INFANTIL Ma. del Pilar Mosqueda Montiel (*) INTRODUCCIÓN El tema de la conducta diferente, llamada Psicopatología, ha sido objeto de múltiples investigaciones; ha interesado a los estudiosos de la Psicología de cualquier corriente. Y si se habla particularmente de la conducta distinta en el niño, el tema se torna aún más apasionante. En mi práctica docente, terapéutica y como supervisora de estudiantes de Psicología que inician sus prácticas profesionales con niños, he observado frecuentemente que algunos niños enviados a terapia presentan síntomas de estado de ánimo deprimido –e incluso el trastorno depresivo completo-, pero que por falta de conocimiento se etiqueta como un niño “mal portado”, grosero y desobediente. Como consecuencia, la manera de intervenir no es la ideal para un niño que parece manejar una contradicción entre sentimientos de enojo no expresado y culpa por las mínimas expresiones del mismo, y con dificultades en general para expresar claramente sus sentimientos y necesidades. Asimismo, si se toma en cuenta que las manifestaciones de depresión en el niño son en ciertos aspectos distintas a las de los adultos, esto contribuye a la mala identificación, y por consiguiente a una peor intervención. Por otra parte, la información existente sobre el tema desde un enfoque puramente gestáltico es relativamente escasa, y aún se continúan utilizando algunos marcos de referencia psicoanalíticos en sus explicaciones. De ahí surge el interés por abordar el tema del Enfoque Gestáltico de la Depresión Infantil. El objetivo general es proporcionar una descripción gestáltica de la depresión en el niño. Los objetivos específicos son: Explicar la visión gestáltica sobre la depresión en el niño. Identificar el momento en el ciclo de la experiencia en que el niño se interrumpe en las manifestaciones de depresión. Identificar el modo de relación característico del niño con depresión. (*) Ma. del Pilar Mosqueda M. Lic. en Psicología de la Universidad del Valle de México, Orientadora Humanista y Psicoterapeuta Gestalt del Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt. Miembro de la Sociedad Mexicana de Psicología. Actividad docente en la UVM y en el IHPG Satélite. Práctica psicoterapéutica privada.

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Depresíon desde el enfoque Gestalt

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    UN ENFOQUE GESTLTICO DE LA DEPRESIN INFANTIL Ma. del Pilar Mosqueda Montiel (*) INTRODUCCIN El tema de la conducta diferente, llamada Psicopatologa, ha sido objeto de mltiples investigaciones; ha interesado a los estudiosos de la Psicologa de cualquier corriente. Y si se habla particularmente de la conducta distinta en el nio, el tema se torna an ms apasionante. En mi prctica docente, teraputica y como supervisora de estudiantes de Psicologa que inician sus prcticas profesionales con nios, he observado frecuentemente que algunos nios enviados a terapia presentan sntomas de estado de nimo deprimido e incluso el trastorno depresivo completo-, pero que por falta de conocimiento se etiqueta como un nio mal portado, grosero y desobediente. Como consecuencia, la manera de intervenir no es la ideal para un nio que parece manejar una contradiccin entre sentimientos de enojo no expresado y culpa por las mnimas expresiones del mismo, y con dificultades en general para expresar claramente sus sentimientos y necesidades. Asimismo, si se toma en cuenta que las manifestaciones de depresin en el nio son en ciertos aspectos distintas a las de los adultos, esto contribuye a la mala identificacin, y por consiguiente a una peor intervencin. Por otra parte, la informacin existente sobre el tema desde un enfoque puramente gestltico es relativamente escasa, y an se continan utilizando algunos marcos de referencia psicoanalticos en sus explicaciones. De ah surge el inters por abordar el tema del Enfoque Gestltico de la Depresin Infantil. El objetivo general es proporcionar una descripcin gestltica de la depresin en el nio. Los objetivos especficos son: Explicar la visin gestltica sobre la depresin en el nio. Identificar el momento en el ciclo de la experiencia en que el nio se

    interrumpe en las manifestaciones de depresin. Identificar el modo de relacin caracterstico del nio con depresin. (*) Ma. del Pilar Mosqueda M. Lic. en Psicologa de la Universidad del Valle de Mxico, Orientadora Humanista y Psicoterapeuta Gestalt del Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt. Miembro de la Sociedad Mexicana de Psicologa. Actividad docente en la UVM y en el IHPG Satlite. Prctica psicoteraputica privada.

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    El presente artculo se encuentra dividido en tres partes. La primera, denominada Normalidad y Anormalidad Infantil, muestra una breve resea histrica sobre el estudio de la conducta diferente en el nio; asimismo, refiere la dificultad para definir el trmino Psicopatologa y ms an cuando se trata de nios. Finalmente, contiene un apartado con la visin humanista de este tema. La segunda, titulada Depresin Infantil, aborda la diferenciacin de la depresin como sntoma, sndrome y trastorno, explicando qu es este fenmeno llamado tan caracterstico del siglo XX y ahora XXI; los antecedentes del estudio de la depresin infantil y los diversos enfoques que la explican, y terminando con sus caractersticas bsicas. Con base en la hiptesis de que la depresin es agresin retroflectada, la tercera parte, Enfoque Gestltico de la Depresin Infantil , propone una explicacin de la sintomatologa depresiva en el nio. Expone el concepto de neurosis para la Gestalt como la incapacidad para encontrar equilibrio entre las necesidades propias y las del medio; las caractersticas de la conducta neurtica, los modos de relacin con que la persona evita contactar con sus necesidades (particularmente la retroflexin); y concluye con el proceso mediante el cual el nio interrumpe su ciclo de experiencia y manifiesta sntomas depresivos, ofreciendo una explicacin de cmo podra producirse cada sntoma. De esta manera, este estudio ofrece una aproximacin a un terreno poco explorado. Es una propuesta para todos los que se dedican a la psicoterapia gestalt, especficamente aplicada a nios, y es una invitacin a continuar incursionando e investigando en este tema. NORMALIDAD Y ANORMALIDAD INFANTIL Una breve resea histrica El nio no siempre ha sido considerado como actualmente lo hacemos; no siempre ha sido de inters para los profesionales de la salud mental (ni para la gente en general), sino que los primeros escritos sobre psicopatologa infantil datan del siglo XIX. En la poca Grecorromana la importancia del nio radicaba exclusivamente en su resistencia fsica, visto como un futuro guerrero y poniendo nula atencin a su desarrollo y necesidades emocionales.

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    Posteriormente, durante la Edad Media, con el predominio de la filosofa cristiana, se vea al nio como portador del pecado original, egosta, eglatra y pecador, pero con apariencia inocente; era un adulto en miniatura e incluso vctima de la Inquisicin. Con San Agustn empiezan los primeros vestigios de una ptica diferente para el infante, tomndolo en cuenta ya como una verdadera persona con sentimientos autnticos. No obstante, en la Revolucin Industrial se sigue haciendo vctima al nio de malos tratos y extenuantes jornadas de trabajo. Fue apenas a finales del siglo XIX y principios del XX cuando se reconoci al nio, ya no como un adulto en miniatura, sino con necesidades propias y una particular forma de desarrollo emocional. Es entonces cuando se da el fenmeno de la llamada Psicopatologa infantil. En realidad, el mrito de los primeros esfuerzos en el estudio psicolgico del nio les corresponden a los psicoanalistas y neopsicoanalistas, destacando Anna Freud hacia finales de la dcada de los 20s, Melanie Klein, Margaret Mahler, Donald Winnicott y Heinz Kohut. Ms recientemente, en el rea de la psicoterapia gestalt, son Violet Oaklander y Loretta Cornejo quienes se dedican al estudio del nio. Normalidad y anormalidad en el nio Hablar sobre normalidad o salud, y anormalidad o patologa resulta difcil dado que ambos trminos son conceptualizados de manera diferente segn el enfoque desde el cual se aborden. En el estudio del comportamiento humano, para algunos Anormal puede ser lo que escapa de la norma estadstica; para otros, lo que resulta inadaptado (otro trmino subjetivo); otros ms diran que es lo opuesto a la salud; mientras que en algunos enfoques ni siquiera existira dicho trmino. De ah la complejidad de definir lo anormal ya que, como lo refiere Marcelli, no es suficiente realizar una evaluacin de la conducta y una enumeracin de sntomas para definir algo como tal. Si se considera que definir lo anormal en un adulto resulta complejo, lo es an ms cuando se habla del comportamiento infantil, dado que la infancia es una etapa en la cual los cambios se dan a una velocidad mayor y/o son ms fcilmente observables que en el adulto. Entre las diversas definiciones de Psicopatologa Infantil, para Jimnez es ...el estudio cientfico de la conducta anormal, o alteraciones conductuales, del nio o nia (Jimnez, 1995, pg. 20). Refiere que no puede estudirsele como una extensin de la psicopatologa del adulto -lo cual sera como regresar a la Edad Media-, sino que hay que tomar en

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    cuenta un factor esencial que lo distingue: el factor evolutivo. Tomar en cuenta el factor evolutivo implica valorar la conducta en el contexto del desarrollo esperado para la edad del nio, es no perder de vista las normas evolutivas como criterio bsico para decidir si cierta conducta del nio es en cierto momento normal o anormal. Asimismo, es considerar su nivel de desarrollo cognitivo, ya que ste influye en la percepcin, interpretacin y valoracin de su propia conducta y la de los dems. Pero adems del criterio evolutivo, es tambin necesario considerar, simultneos a ste, los factores: estadstico (qu tan frecuentemente y con qu intensidad y duracin se da la conducta anormal), social y adaptativo (si es una conducta esperada para ese contexto cultural y momento social). Por otra parte, es importante no olvidar que hay otras caractersticas diferentes entre la patologa del nio y del adulto: es difcil que el nio refiera su sensacin de malestar, y en l no se percibe la disminucin de autonoma como en el adulto (dado que socialmente no se ve al nio como autosuficiente), lo que hace que rara vez el nio se perciba a s mismo como candidato para apoyo psicolgico. Anna Freud (1986) menciona que al nio la idea de curacin no le es placentera dado que implica ajustarse a un ambiente que le est siendo amenazador. Desde un enfoque humanista y gestltico, cualquier comportamiento del nio ms que una enfermedad, es una manifestacin de la tendencia inherente al ser humano hacia el crecimiento y la supervivencia. Toda patologa implica una interrupcin amplia y crnica del proceso mediante el cual la persona satisface sus necesidades, y lo que a la mayora nos pudiera parecer enfermo, para la persona es una acomodacin a su estado de bloqueo (Zinker, 1997). Oaklander refiere: un nio har todo lo que pueda y lo que piense que es mejor para sobrevivir en este mundo y para completar la tarea de crecer (Oaklander (a), 1999, sin pg.). Para Oaklander (1998), un nio saludable viene al mundo con la habilidad para utilizar todos sus recursos a favor de un crecimiento y desarrollo sanos, usando todos sus sentidos para conocer el mundo. Se vuelve consciente de su cuerpo y todas las formas de emplearlo en su medio ambiente. Expresa sus emociones en forma congruente dando as a conocer sus necesidades. No obstante, en ciertos momentos el nio debe restringir, inhibir y detener esos aspectos naturales de s mismo para poder sobrevivir en el mundo. Por ejemplo, aprende que expresar enojo provoca desaprobacin, por lo cual inhibe su expresin.

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    Dado que finalmente su sobrevivencia depende de un adulto, har lo mejor que pueda para asegurarse de que sus necesidades son tomadas en cuenta. Entonces, su sentido del yo disminuye por esta falta de expresin, y entierra sus ms profundos sentimientos en algn sitio dentro de l. Sin embargo, dado que su organismo mantiene una lucha permanente para crecer y conseguir la homeostasis, busca liberar esa energa no expresada mediante formas poco exitosas y generalmente dainas y contraproducentes a travs de, por ejemplo, la retroflexin (dolores de cabeza, estmago, no hablando, y otras conductas autopunitivas) o la deflexin (golpeando, pateando, viviendo en un mundo de sueos). Estas conductas son algunos ejemplos de los intentos del nio para sobrevivir en un mundo estresante, convirtindose en su forma habitual de estar en el mundo. Pero dado que estas conductas no proveen de otra satisfaccin ms que la momentnea (porque no son satisfactores del sentimiento real), pueden volverse un patrn repetitivo en el intento de cerrar una gestalt. Tomando en consideracin lo anteriormente explicado, Oaklander conceptualiza al organismo como poseedor de una capacidad inherente para curarse a s mismo; slo hay que apoyar y seguir su legtimo y natural sendero de salud y crecimiento. Aun desde el punto de vista freudiano, la curacin de una patologa en el nio puede deberse precisamente a esa tendencia curativa innata, a los procesos de maduracin y progresos espontneos del desarrollo (A. Freud, 1986). Desde esta ptica, todo comportamiento anormal es la mejor forma que la persona ha encontrado para adaptarse a su condicin biolgica, a un medio desfavorable y a una sociedad cada vez ms estresante; es la manifestacin de un organismo que slo tuvo esa opcin (Mosqueda, 1996, pg. 248). En adicin a esto, acorde con el enfoque gestltico y con fundamento en la teora general de sistemas, el comportamiento en el nio necesariamente ser comprendido no como algo que tenga o le pase, sino siempre en relacin con un amplio sistema social en el cual ste interacciona (Jimnez, 1995). DEPRESIN INFANTIL Definicin de Depresin Para poder homogeneizar criterios respecto al uso del concepto Depresin, es importante sealar desde qu perspectiva se est abordando. Por vox populi, se ha entendido como un estado de profunda tristeza y

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    decaimiento; inclusive se emplea arbitrariamente la palabra Depre para referirse a dicho sentimiento de tristeza. Aun en la terminologa clnica, ha existido confusin sobre este concepto, emplendolo en ocasiones como un sntoma, (toda manifestacin subjetiva de una condicin patolgica; reportada por la persona afectada ms que observada por el examinador, Mosqueda, 1996, pg. 36) en otras como un sndrome (conjunto de sntomas que regularmente ocurren juntos y no estn asociados por casualidad, Jimnez, 1995, pg. 92) o como un trastorno. En cada caso, Depresin implica: Como sntoma: estado de nimo triste, de infelicidad; sentirse

    desgraciado, melanclico. Se refiere nicamente al estado de nimo disfrico (sensacin displacentera, Mosqueda, 1996, pg. 47) y en la jerga psiquitrica se le denomina Estado de nimo Depresivo.

    Como sndrome: disforia o tristeza acompaada por otros sntomas que no se refieren exclusivamente a cambios afectivos, sino a trastornos vegetativos, psicomotores, cognitivos y motivacionales.

    Como trastorno: existencia de un sndrome depresivo que resulta incapacitante en reas importantes del funcionamiento (social, escolar, familiar, laboral, etc.) simultneo a un cuadro clnico caracterstico de un tiempo mnimo de duracin, historia caracterstica, respuesta caracterstica al tratamiento, y determinados correlatos familiares, ambientales, biolgicos y cognitivos.

    En el presente artculo se har referencia a la depresin desde el marco de un Trastorno Depresivo. Antecedentes del estudio de la Depresin Infantil La depresin en el nio, al igual que cualquier tema de psicopatologa infantil, ha sido ampliamente discutida, particularmente en relacin con su existencia como un trastorno en s o como una caracterstica de la evolucin propia del nio. Desde el siglo XVII el trmino Depresin aparece referido como sntoma en la literatura; en el siglo XIX Griesinger y Descuret diagnostican nostalgia en nios; pero es hacia el siglo XX cuando se le presta especial atencin como entidad diferente a la depresin del adulto. Para 1921, en su sistema de diagnstico, Kraepelin menciona que el trastorno maniaco-depresivo puede ocurrir antes de los 10 aos; en los aos 60s surge el concepto de depresin enmascarada, y no es hasta los 70s cuando la depresin infantil es aceptada abiertamente, reconocindola Anna Freud como tal (a diferencia de los psicoanalistas ortodoxos).

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    Conceptualizacin de la Depresin Sin embargo, el que la mayora reconociera su existencia no implic que se unificaran los criterios para su explicacin, e incluso algunos tericos todava niegan su existencia. Tal es el caso de los psicoanalistas ortodoxos, quienes refieren que siendo la depresin el resultado de un conflicto intrapsquico entre el yo y el supery, y dado que en el nio el supery an est en desarrollo, es imposible la existencia de este problema. Lefkowitz y Burton (1978, citado por Jimnez, 1995, pg. 84) consideraban que dado que los sntomas de depresin eran tan frecuentes en los nios, no era un trastorno, sino la normalidad estadstica. Por su parte, otra aproximacin reconoce la existencia de la depresin infantil pero enmascarada, es decir, manifiesta a travs de un comportamiento que la disfraza, como por ejemplo conducta antisocial, reacciones psicosomticas, agresividad verbal y motora, enuresis, encopresis, bajo rendimiento escolar, entre otros. Asimismo, la Psicologa del Desarrollo ha considerado a la depresin como un aspecto del desarrollo infantil, sosteniendo que puede surgir en cualquier momento del mismo, y que sus manifestaciones van desapareciendo en funcin de la edad. Por ltimo, se encuentra la perspectiva de la Depresin infantil como un trastorno clnico, desde la cual es similar a la del adulto. Dentro de esta aproximacin caben mencionarse las actuales clasificaciones de la Asociacin Psiquitrica Americana (APA) en su Manual Diagnstico y Estadstico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), y la Organizacin Mundial de la Salud (OMS) en su Clasificacin Internacional de las Enfermedades (CIE-10). Algunos enfoques de la Depresin Infantil A pesar de que casi todos los enfoques han reconocido la existencia de la depresin en el nio, su explicacin es diversa: Enfoque Cognitivo: la depresin es el resultado de un sistema de creencias e interpretaciones subyacentes. Entre los autores ms representativos de este enfoque se encuentra Beck, quien ve a la depresin como una disfuncin cognitiva adquirida por experiencias tempranas, que provoca en la persona una visin negativa de s mismo y el mundo. Enfoque Conductual: relaciona la depresin con patrones de reforzamiento

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    social inadaptados; es decir, que se produce porque hay una baja frecuencia de conductas reforzadas positivamente. Ferster, Liberman, Raskin, Costello y Lewincohn son los autores ms reconocidos. Enfoque Psicobiolgico: la depresin se origina por la presencia de alteraciones en los mecanismos neurotransmisores del sistema nervioso central (especialmente del metabolismo de las catecolaminas e indolaminas) y en los procesos neuroendcrinos. Enfoque Neopsicoanaltico: son varios los autores que a partir de una concepcin psicoanaltica (desde la cual no existe la depresin en el nio), han innovado proponiendo su visin de la depresin infantil: Melanie Klein hace referencia a la posicin depresiva, que se da entre el primero y despus del 2 ao de vida (para Margaret Mahler, a partir de 1 ao 4 meses). Hasta ese momento, el nio est protegido del sufrimiento depresivo gracias a mecanismos como la escisin, proyeccin e introyeccin, separando los objetos malos (pecho malo, madre mala) de los buenos; las pulsiones agresivas son separadas de sus objetos de catexis (objeto al que se dirige esa energa). Sin embargo, por su misma maduracin, el nio empieza a percibir la globalidad del objeto, viendo que la madre mala y buena son un mismo objeto. El sufrimiento por ello provocado se conoce como Posicin Depresiva. Ren Spitz habla sobre la Depresin Anacltica como resultado de una separacin significativa de la madre entre los 6 y 8 meses de vida, y dado que se considera como normal que el nio se apoye en la madre para su desarrollo, se encuentra asociada con la necesidad de apego. Para Sandler y Joffe, la reaccin depresiva es ...la ltima reaccin a fin de evitar la impotencia ante el sufrimiento fsico y psicolgico (citado por Marcelli, 1996, pg. 138). Ambos consideran que esta reaccin est muy relacionada con agresividad no descargada: el estado de sufrimiento provoca intensa clera, que al no poder ser descargada aumenta el sentimiento de impotencia y viene la reaccin depresiva. Enfoque Interpersonal: enfatiza la importancia de factores interpersonales en su origen, mantenimiento y tratamiento. Un episodio depresivo suele iniciar con un suceso estresante relacionado con factores de vulnerabilidad inter o intrapersonal; y una vez iniciada, se mantiene o agrava por la conjuncin de un factor interpersonal y un factor cognitivo. Por otra parte, el Modelo Transaccional de Cicchetti considera las mltiples transacciones entre una diversidad de factores como contribuciones dinmicas recprocas en el curso del desarrollo infantil. Una determinada disposicin

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    gentica puede constituirse en predisposicin hacia determinadas anomalas bioqumicas solamente si concurre la accin de cierto mecanismo psicolgico; estas anomalas bioqumicas pueden a su vez representar una predisposicin al desarrollo de anormalidades psicolgicas slo en presencia de un proceso de socializacin particular. Caractersticas de la Depresin Infantil Aunque los signos (toda manifestacin objetiva de una condicin patolgica; observada por el examinador ms que reportada por la persona afectada, Mosqueda, 1996, pg. 36), sntomas y sndromes que caracterizan a la Depresin infantil han sido abordados con diversos nombres, para Marcelli y De Ajuriaguerra, las conductas bsicas de la depresin en el nio son: Estado de nimo disfrico *. Autodepreciacin*: manifiesta por sentimientos de culpa, o por

    expresiones como no s, no puedo, no sirvo . Comportamiento agresivo: verbal o motor, hacia otros o hacia s mismo.

    Puede haber tambin agitacin motriz. Retraimiento social *: aislamiento, dificultad para jugar con los dems. Modificaciones en el rendimiento escolar: generalmente baja escolar,

    modificaciones de la actitud hacia la escuela. Quejas somticas: enuresis, encopresis, dolores de cabeza, estmago,

    etc. Prdida de la energa habitual. Trastornos del sueo *: aumento o disminucin. Modificacin inhabitual del apetito y/o peso*: excesivo o poco apetito.

    Puede haber aumento de peso, prdida, o no ganar el peso que se esperara por el incremento de edad en el nio (estacionarse en un solo peso).

    Desde la perspectiva de la APA, los Trastornos Depresivos se agrupan en: Trastorno Depresivo Mayor: antes conocido como Depresin Psictica, con

    sntomas de prdida de contacto con la realidad. Trastorno Distmico: antes conocido como Depresin Neurtica, sin

    prdida de contacto con la realidad. Para efectos del presente artculo, el tipo de depresin que se considerar ser el Trastorno Distmico (Distimia), pero para

    Nota: para Jimnez , los criterios marcados con * son los sntomas definitorios.

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    unificacin del lenguaje empleado, se continuar utilizando el trmino Depresin Infantil. Los criterios diagnsticos de Depresin Infantil de la APA no tiene grandes variaciones respecto a la de adultos, slo cambia en relacin con la duracin del trastorno y a la presencia de estado de nimo irritable. Dichos criterios son:

    TRASTORNO DISTMICO EN EL NIO A. Estado de nimo crnicamente depresivo (o irritable) la mayor parte del

    da de la mayora de los das, manifestado por el nio u observado por los dems, durante al menos 1 ao.

    B. Presencia, mientras est deprimido, de 2 ( ms) de los siguientes sntomas: 1. Prdida o aumento de apetito. 2. Insomnio o hipersomnia. 3. Falta de energa o fatiga. 4. Baja autoestima. 5. Dificultades para concentrarse o para tomar decisiones. 6. Sentimientos de desesperanza.

    C. Durante el periodo de 1 ao de la alteracin, el nio no ha estado sin sntomas de los criterios A y B durante ms de 2 meses seguidos.

    D. No ha habido ningn episodio depresivo mayor durante el primer ao de la alteracin; es decir, la alteracin no es mejor explicada por un trastorno depresivo mayor crnico o en remisin parcial.

    E. Nunca ha habido un episodio maniaco, un mixto o un hipomaniaco, y nunca se han cumplido los criterios para un trastorno ciclotmico.

    F. La alteracin no aparece exclusivamente en el transcurso de un trastorno psictico crnico, como la esquizofrenia o el trastorno delirante.

    G. Los sntomas no son debidos a los efectos fisiolgicos directos de una sustancia o enfermedad mdica.

    H. Los sntomas causan un malestar clnicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras reas importantes de la actividad del individuo (escolar, familiar, etc.).

    Cuadro retomado de APA, 1995, pg. 170-171

    A pesar de que las manifestaciones de Depresin Infantil que tomaremos en cuenta -por su menor complejidad- sern las referidas por Marcelli y De Ajuriaguerra; dentro de esta variedad de signos y sntomas, los que el nio utilice como modo de expresin de la depresin se encuentran en

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    funcin de sus caractersticas individuales, de su maduracin respecto a la edad y seguramente del aprendizaje obtenido a partir de sus interacciones en su ambiente familiar y sociocultural. ENFOQUE GESTLTICO DE LA DEPRESIN INFANTIL Para explicar la Depresin desde un Enfoque Gestltico, se puede retomar la idea de Sandler y Joffe de que se trata de una reaccin asociada con agresin no descargada. Entonces, desde esta perspectiva, la depresin se encuentra relacionada con el sentimiento de enojo ms que con el de tristeza. Cuando un terapeuta gestltico escucha hablar de energa no descargada o expresada, lo primero que se viene a la mente es Retroflexin. Sin embargo, la depresin no es cualquier retroflexin, ya que existen formas de emplearla como mecanismo de adaptacin. En este caso, hablamos de retroflexin como forma de evitacin del contacto, como una manipulacin y repeticin de lo que en algn momento fue un ajuste creativo en el nio y ahora se rigidiza, lo que Perls llamara neurosis o trastorno de crecimiento. Neurosis Perls menciona que el contacto es el impulso psicolgico de sobrevivencia ms primario. Para que el hombre opere en su medio, las formas tcnicas de interaccin deben ser fluidas y cambiantes; y refiere: cuando el individuo se hace incapaz de alterar sus tcnicas de manipulacin y de interaccin, surge la neurosis (Perls (b), 1992, pg. 37). El hombre nace con un sentido de equilibrio social y psicolgico, y todos sus movimientos se dirigen a encontrar dicho balance. No obstante, la neurosis no es de ninguna manera un fracaso de la autorregulacin organsmica; los problemas no se dan a partir del rechazo de la persona por el equilibrio, sino a partir de movimientos mal dirigidos para encontrarlo y sostenerlo. Desde este enfoque: la enfermedad... no es ms que una bsqueda de apoyo ambiental (Perls (c), 1998, pg. 73). Al neurtico la bsqueda de equilibrio lo lleva a apartarse cada vez ms de s mismo, permitiendo que la sociedad tenga gran peso sobre l. As, no distingue sus lmites de los del medio, por lo cual tampoco distingue sus necesidades de las de la sociedad (que suelen ser diferentes), lo que lo lleva

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    a no satisfacer las propias. De ah que todas las neurosis surgen de la incapacidad de la persona para encontrar balance entre s mismo y el medio; siendo su neurosis ...una maniobra defensiva para protegerse a s mismo de la amenaza de ser aplastado por un mundo avasallador. (Perls (b), 1992, pg. 42). En condiciones ideales, cuando hay un conflicto entre sus necesidades y las de la sociedad, el individuo es capaz de tomar la decisin de quedarse en contacto o retirase, sacrificando temporalmente la necesidad menos apremiante por la ms apremiante. Pero cuando el individuo y el grupo tienen necesidades diferentes y la persona no puede distinguir cul es la dominante -o lo que es peor, no puede distinguir si es su necesidad o de los dems-, surge el desequilibrio. As, en la persona cuyos modos de relacin adquieren un matiz neurtico, la sociedad acta con demasiada fuerza. Para Perls existen 4 mecanismos (modos de relacin) mediante los cuales la persona evita el contacto con sus propias necesidades -y en general, con su propio organismo-, a saber: Introyeccin: aceptar ntegro e indiscriminadamente algo del ambiente sin

    hacerlo realmente propio, sin digerir. Retroflexin: el individuo dirige hacia s mismo lo que quisiera dirigir

    hacia otro, o lo que quisiera que otro le hiciera. Confluencia: el individuo se hace uno con el ambiente, no experimenta

    ningn lmite entre s mismo y lo externo. Proyeccin: tendencia a hacer responsable al ambiente de lo que se

    origina en s mismo. A stos, Erving y Miriam Polster agregan la Deflexin como maniobras para evitar o enfriar el contacto directo y real consigo mismo o con el ambiente. Aunque a travs de todos estos modos de relacin se evita el contacto real, pareciera que el ms estrechamente relacionado con las manifestaciones depresivas es la Retroflexin. Retroflexin Literalmente significa volverse atrs intensamente en contra. El retroflector deja de dirigir sus energas hacia afuera y reorienta su actividad hacia adentro, cambindose a s mismo por el ambiente. Los Polster refieren que es ...la funcin hermafrodtica por la que el sujeto vuelve contra s mismo lo que querra hacerle a otro, o se hace a s mismo lo que querra que otro

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    le hiciera (Polster, 1997, pg. 89), sustituyendo los intentos de recibir atencin de otros con la manipulacin de s mismo. As, existen dos modalidades de retroflexin: Activa: el sujeto se hace a s mismo lo que quisiera hacerle a otro. Pasiva: el sujeto se hace a s mismo lo que quisiera que otro le hiciera. De cualquier manera, el retroflector se encuentra escindido en dos partes, una que hace y otra que se deja hacer, convirtindose en sujeto y objeto a la vez. Esta escisin suele causar estrs, porque la persona permanece autocontenida y no transforma esta energa en la actividad necesaria, gastndola en actividades de contencin. Como en casi todo modo de relacin, el retroflector sobreestima al medio ambiente y trata de satisfacer las necesidades de ste; pero en este caso, tambin se subestima a s mismo, e incluso se llega a convertir en su propio enemigo, porque como refiere Perls ...el resistir impulsos destructivos deliberadamente es bastante diferente que volverlos en contra de uno mismo. (Perls, (b), 1992, pg. 50). La ideacin de un retroflector podra ser no debo enojarme con ellos, entonces vuelvo mi clera contra m mismo y nadie me presta atencin, entonces tengo que atenderme por mi cuenta (Polster, 1997, pg. 90). Por otra parte, subyacente a la retroflexin generalmente se encuentran introyectos que refuerzan la contencin y el volver la energa hacia s mismo, por ejemplo: Es vergonzoso demostrar mi cario. No soy lo suficientemente bueno. Tengo vergenza de m mismo. Soy un tonto. Tengo que forzarme a m mismo para hacer este trabajo. Yo tengo la culpa. Enojarse (o expresar cualquier otro sentimiento) es malo, me van a

    rechazar. Tengo que controlarme a m mismo. El que se enoja pierde. Los hombres no lloran. La gente educada no se exalta. No es bueno llorar en pblico. Y como estos, cualquier cantidad de introyectos que limitan la expresin directa, que se ven reforzados por una autoestima, autoapoyo y capacidad

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    de iniciativa daados, y por fronteras muy bien definidas, rgidas, de las cuales la persona no sale. En suma, Kepner refiere:

    Si las expresiones de enojo, tristeza, disgusto, amor, deseo o temor se encuentran regularmente con castigo, crtica o rechazo, uno aprende a detener la expresin corporal de estos sentimientos inhibiendo los movimientos que los forman: la vocalizacin en la garganta, la expulsin de aliento al sollozar, el brillo de enojo en los ojos o la cara triste, los movimientos de apartar con un empujn, agarrar, o golpear, de tender la mano o de escapar. (Kepner, 1992, pg. 147).

    Finalmente, es importante sealar que la retroflexin no siempre es inadaptativa. En su forma adaptativa, puede servir para contrarrestar las limitaciones reales inherentes a la naturaleza espontnea del ser humano; pero se vuelve lo que los Polster llaman caracteriolgica cuando implica una paralizacin crnica de las energas que se contraponen dentro de la persona, cuando se utiliza inconsciente e indiscriminadamente para bloquear una accin que originalmente iba dirigida hacia afuera. Gestalt y Depresin Infantil Se ha mencionado ya que la depresin (a cualquier edad) es vista como agresin no descargada. Mucho tiempo se le consider como un grado superlativo de tristeza, sin embargo, es interesante ver que la relacin entre enojo y depresin es en realidad muy cercana. Ellerbroek (cit. Salama, 1992, pg.128) hace una diferenciacin entre ambas, concluyendo que:

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    Es decir, enojo y depresin, en vez de estar separados pueden ser considerados estados emocionales similares en su formacin, pero diferentes en el aspecto de potencia. Desde este enfoque, el nio deprimido sera un nio que se siente impotente para actuar efectivamente en su mundo; es un nio que ha optado por no descargar y expresar en el ambiente lo que a ste le corresponde, y/o incluso desenergetizarse para evitar la mayor expresin posible. Esto se da a raz de que el nio aprende a inhibir este tipo de expresiones y desatender sus necesidades organsmicas para poder estar en un mundo estresante en el cual su sobrevivencia depende del adulto, quien adems suele ser una persona significativa afectivamente para l (casi siempre los padres). Ciclo de la Experiencia Se ha considerado que la sintomatologa depresiva se encuentra asociada con retroflexin, y tomando en cuenta que una patologa puede considerarse como la interrupcin crnica del ciclo de la experiencia, y lo que a la mayora nos parece diferente en una persona, para ella es una adaptacin a dicha interrupcin; entonces, es importante ubicar en el proceso depresivo infantil dichas interrupciones. Explicar la sintomatologa depresiva infantil puede hacerse a la luz de dos clases de interrupciones en el ciclo de la experiencia, principalmente:

    1. Formacin de figura x Movilizacin de energa. 2. Movilizacin de energa x Accin.

    El tipo de manifestacin sintomtica del nio puede depender del nivel en el cual se est autointerrumpiendo. Sin embargo, en ambos casos nos estamos refiriendo a una pauta retroflectora. 1. Interrupcin entre Formacin de figura y Movilizacin de energa. Existen algunas manifestaciones de la depresin en el nio en las cuales pareciera que carece de energa para realizar sus actividades. En este punto, debido a una Represin Ideolgica, el nio no cuenta con la energa, el apoyo fsico, ni el suficiente estado de alerta como para emprender alguna accin que satisfaga su necesidad de expresin de enojo.

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    En este punto especfico coloca Zinker a las personas deprimidas e incapaces de movilizarse para la accin. Es una forma de vaciarse de energas que no permite tener una expresin saludable de los propios sentimientos. En relacin con esto, Zinker menciona:

    ... la persona deprimida retroflexiona su expresin, temerosa de manifestar insatisfaccin o ira con sus seres queridos. En vez de ello, deja que la crtica, rebotando en los dems, penetre en su propio ser, de modo que ste sufre sus propias crticas, insatisfacciones e iras. En vez de nutrirse de la energa del mundo, socava la suya propia. (Zinker, 1997, pg. 88).

    Como sntomas de la depresin infantil asociados con una interrupcin a este nivel podran referirse particularmente: Fatiga. Distraccin y falta de concentracin. Falta de vigor. Fracaso escolar. Dificultad para jugar. De esta manera, el nio no se provee de la energa suficiente para: a) llevar a cabo alguna accin que logre satisfacer su necesidad de expresin, o b) dirigirla hacia s mismo en una pauta autopunitiva (que correspondera a la siguiente fase de interrupcin). 2. Interrupcin entre Movilizacin de energa y Accin. Tomando en cuenta que el retroflector no dirige su energa hacia el objeto real, se presume que otra detencin en el Ciclo de la Experiencia se encuentra entre Movilizacin de energa y Accin, constituyndose as una Represin Fisiolgica; es decir, el nio cuenta con apoyos fsicos, est alerta y tiene capacidad de descarga, pero no acta en la realidad (en el ambiente), no descarga ni utiliza la energa movilizada muscularmente, interrumpindose entonces el contacto y no satisfacindose la necesidad real del organismo.

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    Regresando a los orgenes de la psicoterapia gestalt, en su libro Ego, hambre y agresin, Perls menciona que el desarrollo psicolgico se encuentra asociado con el proceso de ingestin de alimentos. Es necesaria la conducta agresiva para poder ingerir, morder y desintegrar el alimento para poder aprovecharlo; siendo la agresin una funcin del instinto de hambre. De forma similar se conduce lo que denomin el alimento mental: es necesario deshacer lo que nos llega del ambiente y desintegrarlo de forma tal que sea asimilable para nosotros, es decir, congruente con nuestro organismo. Desde esta ptica, puede decirse que en algunas de sus manifestaciones, la depresin en el nio implica una dificultad para agredir lo que llega del ambiente, la dificultad de no morder. As, a esta interrupcin pueden asociarse sntomas tales como: Conductas autodestructivas: como una forma activa en la cual no

    agrede al ambiente, sino a s mismo; por ejemplo, cuando el nio se golpea intencionalmente contra la pared o cuando se provoca heridas.

    Sntomas fisiolgicos: como una forma pasiva, se agrede a s mismo para no hacerlo con el ambiente, por ejemplo, a travs de enuresis, encopresis, dolores de cabeza, estmago, etc.

    Exceso de apetito: ingiere sin asimilar, no agrede desbaratando el alimento, sino tragndolo casi entero. En este ejemplo, la metfora del alimento es ms clara.

    Carencia de apetito: se encuentra frenada su capacidad de morder, destruir en su propio provecho.

    Conducta suicida: como su manifestacin ms extrema. Al hablar de esto, Zinker refiere: se devora a s mismo el estmago (de lo cual resulta una lcera), alimentndose a s mismo, en vez de alimentarse de la energa disponible en su ambiente. (Zinker, 1997, pg. 84). Perls menciona que ...si se aprende a aplicar las herramientas para morder (que psicolgicamente podran ser las habilidades para expresar la agresin de manera saludable para el organismo), la persona podr

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    superar su subdesarrollo [sic] (Perls (a), 1985, pg. 150). As pondr a trabajar su agresin en el lugar biolgico apropiado, sin sublimarla, exagerarla, suprimirla, y armonizando con su personalidad. Por ltimo, se puede decir que la sintomatologa depresiva en el nio a la luz de un enfoque gestltico es una manifestacin ms de la sabidura organsmica, de los esfuerzos del nio por adaptarse a una situacin poco favorecedora, en la cual no tuvo ms opciones que reprimir su enojo para poder seguir contando con el amor y aceptacin de los dems (principalmente de sus figuras parentales). De esta manera, a partir de dichas experiencias y una serie de introyectos, el nio tuvo que desenergetizarse para no contactar su enojo, o dirigirlo a s mismo, involucrndose as en una pauta retroflectora, en la cual se percibe como incapaz de hacer otra cosa para mejorar su situacin. CONCLUSIONES El estudio de la llamada Patologa en el nio ha sido tema de controversia; es un rea difcil de abordar por la gran variedad de enfoques que lo contemplan. Histricamente ha costado mucho trabajo llegar a la conclusin de que la depresin s puede manifestarse en el nio como una pauta rgida y caracteriolgica de adaptacin; y una vez que esto se ha conseguido, ahora la dificultad radica en definir y explicar dicha pauta. Diversas explicaciones han sido formuladas, desde las Conductistas, Cognitivas, Psicoanalistas y Neopsicoanalistas; y ms recientemente las Psicobiolgicas e Interpersonales. No obstante que todas las corrientes psicolgicas reconocidas por su seriedad han realizado aproximaciones al estudio de la depresin infantil, la Tercera Fuerza an no cuenta con un amplio estudio al respecto. Existe poco material sobre la conceptualizacin del nio desde el Enfoque Gestltico, y an menos material sobre un tpico tan especfico como la depresin infantil. Sin embargo, sobresale Violet Oaklander como la mejor representante hoy en da del enfoque gestltico aplicado en nios. Aun as, Oaklander se ha referido poco a la depresin como tal. Es por ello que lo que de este estudio se desprende es inferido por la autora del mismo,con base en un proceso de anlisis, sntesis, induccin y deduccin del material existente y de la observacin de nios con estas caractersticas. Surge a raz de pulir el diamante en bruto que nos han brindado todos los gurs de la Psicoterapia Gestalt.

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    En resumen, se puede concluir que la Depresin Infantil es una muestra ms del proceso de autorregulacin inherente a todo ser humano, de esa sabidura organsmica a la cual haca referencia Goldstein. Es el esfuerzo del nio por adaptarse a un medio ambiente poco promotor de la expresin del enojo, de un ambiente colmado de introyectos relacionados con la contencin de la agresin, particularmente cuando se trata del enojo hacia los padres o figuras afectivamente significativas para el nio, y de las cuales depende su sobrevivencia. Se trata de una autointerrupcin en el ciclo de la experiencia a dos niveles: entre Formacin de figura y Movilizacin de la energa, y entre esta ltima y Accin. De esta manera, la expresin de tales interrupciones pueden ser los sntomas depresivos que el nio presenta, y que muchas veces se ven como berrinches y manipulaciones del nio. Aunque este estudio es un intento de explicar un fenmeno tan amplio como la depresin en el nio, no constituye la nica perspectiva. Es una primera aproximacin de la autora a un mundo poco conocido pero frtil; es el primer paso de lo que podra constituir un amplio estudio que desemboque en el mejoramiento de las actitudes y herramientas del terapeuta gestltico infantil, para continuar con nuestro objetivo de promover el darse cuenta, la actualidad y la responsabilidad BIBLIOGRAFA ASOCIACIN PSIQUITRICA AMERICANA (1995). MANUAL DIAGNSTICO Y ESTADSTICO DE LOS TRASTORNOS MENTALES, DSM-IV, BREVIARIO, Criterios diagnsticos, Ed. Masson, Espaa. FREUD, Anna, (1986). NORMALIDAD Y PATOLOGA EN LA NIEZ, Ed. Paids, Argentina. JIMNEZ H. Manuel (1996). PSICOPATOLOGA INFANTIL, Ed. Aljibe, Espaa. KEPNER, James (1992). PROCESO CORPORAL, un enfoque gestalt para el trabajo corporal en psicoterapia, Ed. Manual Moderno, Mxico. MARCELLI, D.; De Ajuriaguerra (1996). PSICOPATOLOGA DEL NIO, Ed. Masson, Espaa, 3a. ed.

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