Trastornos de la alimentación

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ÍNDICE Introducción 6 ¿En qué momento la preocupación por el peso y el deseo de adelgazar se convierten en un peligro? 8 ¿Qué se esconde tras la fachada bella y lánguida que ofrece la anorexia nerviosa? 12 ¿Cómo distinguir la bulimia nerviosa? 16 Orientación para calcular el peso 19 ¿Cuántas personas padecen estas alteraciones y qué características tienen? 20 La anorexia y la bulimia nerviosas no son sólo “cosa de chicas” 23 ¿Por qué a partir de la pubertad crece el riesgo en las chicas frente a los chicos? 24 Ejercicio físico sí, pero… 26 ¿Qué consecuencias físicas tiene la anorexia nerviosa para el organismo? 27 ¿Qué precio paga el organismo con la bulimia nerviosa? 30 ¿Hasta qué punto dan resultado las dietas, los vómitos, los laxantes y los diuréticos? 33 La magia de las dietas 33 Si no dejas que te engañen, ¿por qué aceptas mentiras sobre cómo perder peso? 35 La triste eficacia de los vómitos 36 El pobre y peligroso resultado de los laxantes y diuréticos 37 ¿Qué causa los trastornos del comportamiento alimentario? 38 Dietas restrictivas sin control médico para perder el peso 40 ¿Hasta cuándo puedes seguir siendo más listo que el hambre? 41 ¿A quién se engaña: a los demás o a uno mismo? 42 ¿Por qué permites que la comida limite tu libertad? 43 Autoevaluación negativa: insatisfacción corporal y baja autoestima 45 Depresión 47 Perfeccionismo y autocontrol 50 Ante la sospecha de un problema alimentario, ¿qué debo hacer? 52 Página

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Este libro forma parte dela colección SABER PARAVIVIR.

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ÍNDICEIntroducción 6¿En qué momento la preocupación por el peso y el deseo de adelgazar se convierten en un peligro? 8¿Qué se esconde tras la fachada bella y lánguida que ofrece la anorexia nerviosa? 12¿Cómo distinguir la bulimia nerviosa? 16Orientación para calcular el peso 19¿Cuántas personas padecen estas alteraciones y qué características tienen? 20

La anorexia y la bulimia nerviosas no son sólo “cosa de chicas” 23¿Por qué a partir de la pubertad crece el riesgo en las chicas frente a los chicos? 24Ejercicio físico sí, pero… 26

¿Qué consecuencias físicas tiene la anorexia nerviosa para el organismo? 27¿Qué precio paga el organismo con la bulimia nerviosa? 30¿Hasta qué punto dan resultado las dietas, los vómitos,los laxantes y los diuréticos? 33

La magia de las dietas 33Si no dejas que te engañen, ¿por qué aceptas mentiras sobre cómo perder peso? 35La triste eficacia de los vómitos 36El pobre y peligroso resultado de los laxantes y diuréticos 37

¿Qué causa los trastornos del comportamiento alimentario? 38Dietas restrictivas sin control médico para perder el peso 40

¿Hasta cuándo puedes seguir siendo más listo que el hambre? 41¿A quién se engaña: a los demás o a uno mismo? 42¿Por qué permites que la comida limite tu libertad? 43

Autoevaluación negativa: insatisfacción corporal y baja autoestima 45Depresión 47Perfeccionismo y autocontrol 50Ante la sospecha de un problema alimentario, ¿qué debo hacer? 52

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ma que una parte de la informaciónque circula no está contrastada, esparcialmente veraz o, lo que espeor, totalmente falsa.

Uno de los objetivos de este li-bro es transmitir de manera senci-lla, breve y, sobre todo, rigurosa elconocimiento que actualmente seposee sobre algunos aspectos de laanorexia y bulimia nerviosas. Todoslos apartados de este libro se apoyanen los resultados de investigacionesrealizadas por equipos de especia-listas en la materia. Otro objetivo esadvertir y alertar sobre el peligro quesupone caer o simplemente “ir de pa-so” por el camino de los trastornos ali-mentarios.

En este libro vamos a ocuparnossolamente de dos de estas alteracio-nes: la anorexia nerviosa y la bulimianerviosa, que representan dos for-mas diferentes de enfrentarse a unaproblemática común: el miedo “exa-

gerado” a ganar peso y a engordar.En las últimas décadas se in-

crementó de manera impor-tante la información sobre laanorexia y bulimia nervio-sas. Este boom informativono sólo se produjo en elcampo científico, sino que

alcanzó también a otras modalida-des de divulgación no especializa-das como revistas, diarios, mediosaudiovisuales, internet, etc., de for-

❙❙ En suma, se trata de ofrecer elmaterial necesario para reflexionar,formar juicios y poder contrastaropiniones y, a partir de ahí, con la li-bertad que da el conocimiento op-tar por la dirección que se conside-re más correcta.El libro se divide en tres grandesbloques: a) descripción y caracterís-ticas de la anorexia y bulimia ner-viosas, b) consecuencias físicas quepueden provocar y c) revisión dealgunos factores de riesgo.

Bajo el título de trastornos del comportamiento alimentariose agrupa una serie de alteraciones referidas a conductas yactitudes anormales hacia la comida y el acto de comer.

Introducción

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La belleza corporal basada en laesbeltez se ha convertido, además,en una forma importante de conse-guir aceptación social, es decir, de“gustar”. La cultura de la delgadezestá tan arraigada que, en mayor omenor medida y de forma más o me-nos consciente, todos participamosde ella. Los medios de comunica-ción no dejan de bombardear conti-nua e insistentemente sobre el mo-delo corporal que debemos tenerpara triunfar. Una talla corporal re-ducida es como un cheque al porta-dor que no sólo se canjea por belle-

za y glamour, sino también por éxi-to, popularidad y valía personal. Sevende felicidad a costa de sacrificarla salud, como si el estar delgadofuese el requisito imprescindible pa-ra conseguir cualquier objetivo.

Al mismo tiempo, con una basey finalidad muy diferentes, está enauge el estilo de vida saludable quesupone, entre otras cosas, no exce-derse con la comida, sobre todocon determinados alimentos (gra-sas animales, bollería, etc.) y hacerdeporte. Con este panorama, no esextraño que gran parte de la pobla-

En nuestra sociedad,al igual que en el restodel mundo occidental,se ha consolidado una

serie de cánones debelleza relacionados

con el cuerpo idealque tienen que ver,

fundamentalmente,con la preferencia por

la delgadez y ladescalificación del

sobrepeso.

¿En qué momento la preocupaciónpor el peso y el deseo de adelgazarse convierten en un peligro?

ción de los países desarro-llados esté pendiente desu peso, incluso perso-nas delgadas, ya sea

con el objetivo, o pretexto, de lasalud, ya sea por cuestión estética.

El tema importante es sabercuándo las conductas encaminadas a

controlar el peso dejan de ser compor-

tamientos saludables y se conviertenen prácticas arriesgadas.

Aunque no existe un criterio exacto,ni único, se pueden sugerir algunosindicadores que dan pistas de si seestá caminando por terreno peligro-so o se está cruzando la frontera delo saludable a lo trastornado; porejemplo, cuando:

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● los alimentos de régimen, elrecuento de calorías, la báscula, lasdietas… se convierten en una pre-ocupación.

Nos referimos a la dieta comouna práctica voluntaria, sin controlmédico, que se realiza con el pro-pósito de perder o mantener peso.

● se realizan dietas con fre-cuencia y, además, se utilizan es-trategias drásticas como saltarsealguna comida, ayunar, tener unalista de alimentos prohibidos, re-ducir considerablemente las ra-ciones de comida.

● las quejas y el malestar por el

aspecto físico se incrementan exa-geradamente.

● el ejercicio para perder pesoes excesivo y ocupa horas robadas aotras actividades.

● el peso y la imagen corporalpasan a ocupar el lugar principal enla autovalía.

● se prefiere comer solo a tenercompañía.

● el malestar emocional se satis-face comiendo.

● se busca aceptación social através de la imagen.

Obviamente, a más indicadores,mayor riesgo. Si este fuera el caso,mejor pararse e, incluso, retroce-der para ver con más perspectivaadónde estamos llegando antes de“cruzar la raya roja”.

Antes de seguir avanzando conviene hacer dos aclara-ciones:

1. Dieta y ejercicio no son sinónimos de trastornos dela conducta alimentaria.

No todas las personas que hacen dieta para controlarel peso y practican deporte están enfermas o en riesgo deestarlo, en absoluto. Lo que define el trastorno es la can-tidad, intensidad y frecuencia con que se practican esasconductas, la preocupación que provocan y la finalidadque persiguen.

2. No caigamos en el extremo de estar siempre alertay ver peligro en todas partes. Es normal que las personasquieran seguir las tendencias de la moda, no hay nada pa-tológico en ello. No confundamos el hecho de conocermás acerca de un trastorno con la alarma exagerada y gra-tuita. Hagamos buen uso del conocimiento.

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arrollo esperable. La curva de crecimien-to se queda por debajo del nivel que ten-dría si la alimentación fuese normal.

b) Miedo intenso a aumentar de pesoo a volverse gordo, aún estando muy del-gado o por debajo del peso normal.

Una persona con anorexia nerviosanunca, o casi nunca, se encuentra satis-fecha con el peso que ha perdido, quiereseguir bajando cada día aunque sea po-co. Mantener el mismo peso de un día aotro o aumentar unos gramos, por pocosque sean, puede causarles miedo intensoa engordar.

c) El peso corporal ocupa el lugarmás importante en la valoración que ha-cen de sí mismos, se convierte en el ele-

mento más valioso y central de susvidas. También pueden verse o

sentirse más gordos de loque en realidad están,

o negar que tengaimportancia para lasalud tener un pesotan bajo.La anorexia ner-

viosa es un trastornomuy peligroso, por-que las personas quela padecen no admi-ten que están enfer-

mas y necesitan ayuda. No hacen caso deconsejos, aunque vengan de expertos, nide opiniones de personas que les quie-ren como la familia y los amigos. Cuandose miran al espejo, no ven a una personaenferma, escuálida y pálida que necesitaayuda urgentemente, sino que ven a unapersona que “está bien” o, incluso, quenecesita seguir bajando algunos kilospara estar “perfecta”, y que los comenta-rios que les hacen responden a la envidiaque sienten.

d) En las mujeres que ya tuvieron laprimera regla (menarca), el bajo pesocorporal puede producir desarreglos fi-siológicos (disfunciones hormonales)que provocan la ausencia de lamenstruación (amenorrea) du-rante meses. En las mujeres quetodavía no tuvieron la primeraregla puede retrasarse su apari-ción, como consecuencia del fre-no que causa en el desarrollo la res-tricción de los nutrientes necesarios.

Si al término anorexia le añadimosel calificativo “nerviosa”, nos referimosa una pérdida de apetito de origen ner-vioso. Nada más alejado de la realidad.Según Hilde Bruch, una de las autorasmás relevantes en este tema, las per-sonas con anorexia nerviosa son lite-

ralmente “organismos hambrientos” querechazan o no quieren comer a pesar detener hambre.

A continuación, presentamos loscuatro criterios que se utilizan actual-mente para realizar el diagnóstico deanorexia nerviosa:

a) Rechazo a tener un peso corporalque sea mínimamente normal para esaedad y estatura. La negativa a comerconsigue que el peso baje hasta el pun-to de hacer peligrar la salud y, en algu-nos casos, incluso la vida. Si la negativaa comer se produce en la niñez o en lasprimeras etapas de la adolescencia, elresultado es que no se alcanza el des-

La palabra anorexiasignifica “pérdida deapetito” y, como tal, esun síntoma que puedeaparecer en algunasenfermedades

orgánicas.

¿Qué se esconde tras la fachadabella y lánguida que ofrece laanorexia nerviosa?

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Hay dos tipos de anorexia nerviosa:restrictiva y purgativa. La diferencia másimportante entre ambos es el métodoque se utiliza para perder peso.

En la anorexia restrictiva el bajo pesose consigue a costa de no comer (ayu-nar), comer poquísimo o hacer ejerciciode manera muy exagerada y extenuante,dedicándole muchas horas al día y des-atendiendo otras actividades u obliga-ciones. En la purgativa, la persona tiene

momentos en los que no es capaz de se-guir aguantando el hambre y come has-ta desquitarse y quedar llena (atracón).

Seguidamente, por miedo a engor-dar con todo lo que comió, realiza prác-ticas compensatorias o “purgas”; es de-cir, se provoca el vómito, toma laxantesy/o diuréticos.

De esta forma, en la anorexia purga-tiva se alternan atracones de comida ypurgas para controlar el peso.

Los cuatro criterios señalados, independientemen-te del tipo que sea, constituyen el diagnóstico de ano-rexia nerviosa. Ahora bien, no es necesario tenerlostodos para necesitar tratamiento. Puede suceder, porejemplo, que la menstruación siga siendo regular oque la pérdida de peso todavía esté dentro de loslímites de la normalidad y, sin embargo, la personarequiera atención especializada dada la gravedadque reviste su caso.

Se sabe que algunas personas, en vez de utilizarla información como forma de conocer más acerca deestos trastornos y poder prevenir su aparición, la utili-zan para poner en práctica alguno de los métodos depérdida de peso que se describen, con el consecuenteriesgo de caer en un trastorno grave que marque defi-nitivamente sus vidas. Como se dijo al principio, quecada cual valore y decida si compensa engancharse auna tortura que acaba devorando la libertad y generan-do enorme malestar psicológico, tal como comentanmuchísimas pacientes, adolescentes y jóvenes, algunasde las cuales han tenido la fortuna de salir del proble-ma y otras que, estando todavía en él, añoran el tiem-po perdido y lo bien que estaban antes.

❙❙Tras la fachadabella y lánguidade la anorexianerviosa se es-conde un ser fa-mélico, infeliz,privado de li-bertad, cuya es-tética recuerdamás la enferme-dad y la muerteque la salud y lavida.

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La persona con bulimia nerviosatambién está excesiva y permanente-mente preocupada por su peso y su fi-gura y se enfrenta, habitualmente, aesta situación con episodios de atra-cones de comida y purgas. Para hacerel diagnóstico de bulimia nerviosa tie-nen que estar presentes los criteriossiguientes:

a) episodios repetidos de atraco-nes de comida (comilonas). Un atra-cón se caracteriza por:

a.1.) comer en un corto es-pacio de tiempo una cantidadde comida mucho más grandede la que la mayoría de la gente

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El término bulimiasignifica “hambrede buey” y con el

adjetivo nerviosa sequiere especificarque no hay causa

orgánica queexplique ese

“apetito voraz”.

comería durante un período de tiempo simi-lar y en circunstancias semejantes.

a.I1) sensación de perder el control sobrela cantidad de comida que se ingiere (porejemplo, sentir que no se puede parar de co-mer o no ser capaz de controlar el tipo y lacantidad de comida que se está ingiriendo).

b) conductas compensatorias (purgas) inade-cuadas y repetidas para no ganar peso después delatracón, como pueden ser provocarse el vómito,tomar laxantes, diuréticos u otros medicamentos(sin control médico), ayunar o hacer ejercicio deforma exagerada.

¿Cómo distinguir la bulimia nerviosa?

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Antes de presentar uno de los que más se utilizaen la actualidad, hay que aclarar que, aunque el usode estos procedimientos puede ser útil como refe-rencia, no es un indicador preciso de la cantidad degrasa. En el peso entran la grasa corporal, músculos,huesos y órganos internos; aumentar de peso nosiempre quiere decir que haya aumentado la grasacorporal.

El IMC (Índice de Masa Corporal) es uno de losmétodos más utilizados hoy como indicador del pe-so. Su valor se obtiene aplicando la siguiente fórmu-la: IMC = Peso (Kilogramos)/Altura (metros)2

A continuación, se presenta una clasificación delsignificado que tiene el valor del IMC:

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Orientación para calcular el peso

c) los atracones y las purgas se realizan con deter-minada frecuencia, por ejemplo, dos veces por semanadurante tres meses.

d) la valoración personal (autoestima) está exagera-damente determinada por el peso y la silueta corpora-les. Es característico que estas personas crean que supopularidad, atractivo y valía dependen, casi única yexclusivamente, de su peso y la forma de su cuerpo.

Al igual que aclaramos enel apartado anterior, no esimprescindible reunir loscuatro criterios para nece-

sitar tratamiento. Como norma, ante la sospecha,cuanto antes se busque ayuda especializada, antes sesaldrá del trastorno.

La bulimia nerviosa también puede presentarse dedos formas diferentes: purgativa y no purgativa. La pri-mera, más frecuente, es cuando la persona se provocael vómito o abusa de laxantes y/o diuréticos para evitarengordar después de darse una comilona. En la segun-da, se utilizan otras conductas compensatorias no pur-gativas para no en-gordar, como ayunoo ejercicio excesivo.

Las principales carac-terísticas de la bulimianerviosa son el caos

alimentario de atraco-nes y purgas y la so-

brevaloración del pesoy la silueta.

❙❙ Puede parecer complicado hacer la espe-cificación del subtipo de anorexia o bulimianerviosas; no importa, esa es tarea del espe-cialista. Lo que interesa es reconocer atiempo un problema alimentario antes deque llegue a convertirse en trastorno de laconducta alimentaria.

Existen distintos procedimientos yfórmulas para calcular el peso ideal,

en función de la edad y la talla.

Las pacientes con anorexia nerviosa suelen obte-ner un IMC de 17 o por debajo, mientras que las quetienen bulimia nerviosa suelen estar en la franja delnormopeso (entre 20 y 25), pero como ya sabemos lanormalidad del peso no siempre refleja la anormali-dad de cómo se consigue.

INDICATIVO

Menos de 18 ___ Anorexia nerviosaEntre 18 y 20 ___ Bajo pesoEntre 21 y 25 ___ Peso normal o normopesoEntre 26 y 30 ___ Peso elevado o sobrepesoEntre 31 y 40 ___ Obesidad

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Afortunadamente, no es así. Los estudios realiza-dos con criterios diagnósticos adecuados demuestranque el porcentaje de personas afectadas en poblacióngeneral no es alto.

No obstante, también informan de que el mayorriesgo se concentra en el sector de mujeres jóvenes yadolescentes, donde se ha producido un incrementoimportante (de dos a cinco veces) en la tasa de afecta-das en las tres últimas décadas. Es más, en esta pobla-ción no sólo se acumulan los casos de trastornos ali-mentarios, sino que también se acrecienta el riesgo de

padecerlos por la cantidad de actitudes y conductasalimentarias anormales que presentan (miedo exagera-do a engordar, dietas hipocalóricas, valoración exage-rada de la importancia de estar delgadas).

Para conocer la frecuencia, distribución y determi-nantes de los factores relacionados con la salud y laenfermedad se recurre a los estudios epidemiológicos.La epidemiología cuenta con dos elementos básicos demedida que son las tasas de incidencia (nº de casosnuevos en una población en un período o momentotemporal) y prevalencia (nº total de casos, nuevos y an-tiguos, acumulados en una población en un momentotemporal).

Pues bien, la investigación epidemiológica ha des-cubierto que la tasa de incidencia de los trastornos ali-mentarios va en aumento y, además, que aparecen a

¿Cuántas personas padecenestas alteraciones y quécaracterísticas tienen?

Si nos fijásemosúnicamente en lainformación que en los

últimos años trasmitenlos medios de

comunicación sobre lostrastornos alimentarios,podríamos pensar que setrata casi de una epidemia.

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edades más tempranas (9-10 años) y más tardías(30-40 o más años). También se incrementan lastasas de prevalencia porque la recuperación sueleser lenta (casos antiguos) por resistencia al trata-miento y riesgo de recaídas, especialmente si se re-trasó o interrumpió el tratamiento. Según los ex-pertos, la prevalencia de la anorexia nerviosa enpoblación general está, aproximadamente, entre el0,5 y el 1%, y la de la bulimia nerviosa entre el 3 y el4%. Como ya vimos, estas cifras son más altas en-tre el género femenino y en determinadas pobla-ciones que se consideran de mayor riesgo porquela ocupación/profesión implica determinadas exi-

gencias de peso, como pueden ser mo-delos, gimnastas, jockeys, atletas...

La prevalencia de la anorexia y bu-limia nerviosas es mucho mayor enmujeres que en hombres; se habla deuna proporción aproximada de 9 mu-jeres por cada hombre. Sin embargo,el porcentaje de hombres está cre-ciendo en los últimos años. Este datopone de evidencia, por una parte, quela influencia de la presión estética enel contexto sociocultural también em-pieza a afectar a los hombres y, porotra parte, que las mujeres no tienennada particular en su anatomía o fisio-logía que las haga vulnerables.

Varias razones pueden explicar porqué hay muchos más casos entre chi-cas que entre chicos. Algunas de ellas

se indican a continuación:

● Desde siempre a la mujer se lavaloró, más que al hombre, por su as-pecto físico y, en consecuencia, es ló-gico que sufra la presión social de loque dicta la moda con más fuerza.

● Algunos hombres ocultan el“problema” porque lo consideran untrastorno femenino y se avergüenzande padecerlo.

● En la actualidad, los criterios quese utilizan para realizar los diagnósti-cos de anorexia y bulimia y evaluar suscaracterísticas están más centrados enlas mujeres ya que son las que más pa-decen estos trastornos.

Esto pudo dar lugar a que se des-atendiesen las posibles peculia-ridades de los hombres y, portanto, no se identificasen ade-cuadamente. En este sentido,aunque a algunos chicos lespreocupa engordar, a la mayoríales interesa mucho más aumen-tar de peso, tener más muscu-latura, más altura, o cambiaralguna parte específica de sucuerpo.

❙❙ Igualmente se sabe que los trastornos alimentarios se carac-terizan por un alto grado de comorbilidad, esto es, la coexis-tencia en la misma persona de otros trastornos, como depre-sión, ansiedad, abuso de drogas, baja autoestima, entre otros, yque representan la tercera enfermedad crónica en la poblaciónfemenina, adolescente y juvenil de los países desarrollados.

Que el número de chicosque tienen trastornos ali-

mentarios sea muy inferioral de chicas, no quiere de-cir que estén a salvo y no

vayan a padecerlos. Los da-tos indican que las cosas

están cambiando.

La anorexia y la bulimia nerviosas no son sólo “cosa da chicas”

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Según los expertos, aunque estos tras-tornos pueden aparecer a cualquier edad,es en la adolescencia (12 - 18 años), espe-cialmente en las mujeres, cuando se produ-cen con mayor frecuencia debido al mo-mento vital de cambio.

En nuestra sociedad y, en general en lasculturas occidentales, los procesos deaprendizaje social de la masculinidad y lafeminidad se diferencian de manera impor-tante. Las actitudes hacia la forma corporaly el peso empiezan ya en torno a los 6 añosde edad y se hacen evidentes a los 12 (al-gunos estudios encontraron que el temor ala gordura existe ya en un tercio de las ni-ñas de 9 y 10 años, que quieren seguir die-tas para perder peso).

A los 12 años, cerca de la mitad de laschicas se quejan de que tienen sobrepeso

mientras que, en el caso de los chicos, só-lo lo dicen 10 de cada 100.

Los cambios en la pubertad determinanla aparición y desarrollo de los caracteressexuales secundarios que, para las mujeres,consisten sobre todo en un aumento de te-jido adiposo en determinadas zonas corpo-rales (pecho, caderas, muslos, nalgas); portanto, se incrementa su peso y cambia su si-lueta. Esta transformación puede represen-

tar un serio problema para algunaschicas a la hora de aceptar sunueva imagen y la correspon-diente valoración estética.

Al mismo tiempo, el desarro-llo biológico en las chicas sueleir en sentido inverso a las ten-dencias de la moda, crecen y en-

sanchan, o al revés, ganando peso y distanciándose delos cánones de belleza “que gustan”. Esto puede pro-vocar insatisfacción con el cuerpo y deseo de adelga-zar y, como consecuencia, se empieza con dietas hi-pocalóricas que las acercan a la zona peligrosa de lostrastornos alimentarios.

En los chicos, sin embargo, los cambios que se pro-ducen en la pubertad (crecer y ensanchar, ganar tejidomuscular) se corresponden con el ideal social para susexo; en general, están menos insatisfechos con su pe-so y se fijan más en la forma y el volumen, principal-mente en la parte superior del cuerpo.

❙❙ Otra circunstancia que ayuda a enten-der por qué en estas edades es mayor elriesgo de trastornos alimentarios es queen la adolescencia, a la par que el cuerpoestá cambiando, también se produce labúsqueda de una identidad propia, ciertaautonomía, la integración en grupos deiguales fuera de la familia y los primeros“ligues”.Todo es normal en este proce-so, a no ser que se dispare la preocupa-ción por el aspecto físico y que el cuer-po se convierta en la herramientafundamental para agradar alos demás y triunfar social-mente. Si es así…¡cuidado!

¿Por qué a partir de la pubertad crece el riesgo enlas chicas frente a los chicos?

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Mediante la nutrición, los ali-mentos que ingerimos se transfor-man en nutrientes, que son los queprocuran la energía que necesita elcuerpo. La persona con anorexianerviosa come muy poco y, si esta si-tuación se mantiene, su organismoacaba reduciendo su gasto energéti-co al máximo para consumir el me-nor número posible de calorías ensu funcionamiento.

Aunque el cuerpo se adapta, es-ta privación de comida tiene un cos-te muy importante que puede llevarincluso, en casos extremos, a la

muerte. Cuando la persona que re-duce la cantidad de comida está enfase de crecimiento, su desarrollo sedetiene. La curva de crecimiento seestanca. A continuación, se indicanalgunas de las secuelas que provocala anorexia nerviosa:

11.. Disminución de la temperaturacorporal. El organismo reduce sutemperatura para evitar gastar ener-gía dando calor al cuerpo. Es fre-cuente que las personas con anore-xia nerviosa se quejen constante-mente de tener las manos y los piesfríos (por la dificultad de regular la

¿Qué consecuencias físicas tiene laanorexia nerviosa para el organismo?

Ejercicio físico sí, pero…

❙❙ Se está investigando hasta qué punto la com-binación de hacer ejercicio de forma excesiva y

ponerse a dieta puede llegar a convertirse en un cír-culo vicioso de consecuencias graves, por el hecho de queel ejercicio se transforme en un comportamiento repetiti-

vo y exagerado que mantenga y agrave el estado de mal-nutrición.

No cabe duda de que el ejerciciofísico produce importantes benefi-cios, no sólo para el cuerpo sino tam-bién para la mente.

El problema surge cuando el ejerciciose convierte en una actividad exageradaque se realiza, expresamente, para quemarcalorías o como una forma de purgarse, lle-gando a hacer ejercicio con esta finalidadhasta el agotamiento, como comentan mu-chas pacientes: “…más que como un ejer-cicio lo vivía como un castigo por habermepasado comiendo”.

Lamentablemente, hay casos conocidosque muestran que el ejercicio físico extremopuede llevar al agotamiento y a la muerte, co-mo es el de Christy Henrich, gimnasta de talla

mundial que murió en 1994.

El organismo de una persona conanorexia nerviosa está sometido auna exagerada disminución dealimentos. Es un “organismo muertode hambre” porque apenas recibelos nutrientes necesarios para poderfuncionar con normalidad.

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temperatura) e, incluso, con un tono casimorado debido a la falta de oxígeno enlas extremidades.

22.. Sequedad de la piel y caída del ca-bello. La ausencia de una alimentación

variada en cantidades normales pro-duce insuficiencia de nutrientes pa-ra mantener la piel tersa y con as-pecto saludable. Por la misma ra-zón, es frecuente la caída del cabe-llo o que éste se vuelva frágil y que-

bradizo. También puede aparecer ve-llo, que se le llama “lanugo”, en lasmejillas, la espalda y los brazos. Unavez que la alimentación se normaliza,estos problemas suelen resolverse.

33.. Alteraciones cardiovasculares.Siguiendo con la norma de reducir el

gasto energético, se produce bradicardia,lentitud anormal de las pulsaciones cardí-acas (apenas se les encuentra el pulso por-que late despacio y sin fuerza). También seproduce hipotensión, que puede pro-vocar mareos.

44.. Alteraciones en el es-tómago e intestino. Ladisminución de los ju-gos segregados porel estómago y la de-ficiencia de nutrien-tes hace más lenta ladigestión.

A igual cantidad de alimento ingeri-do, una persona con anorexia nerviosatarda el doble de tiempo que una per-sona normal en vaciar su estómago.Estreñimiento por movilidad intestinaldeficiente debido a la insuficiencia decalcio, potasio y sodio.

55.. Esqueleto. Posibilidad de fractu-ras espontáneas de los huesos por ladisminución de calcio. Esta enfermedadse conoce como osteoporosis (los hue-sos tienen cavidades como una espon-ja), y puede dar lugar a desviaciones dela columna o curvatura de la misma (ci-fosis) e, incluso, aplastamiento de algu-nas vértebras. La ingesta disminuida decalcio por una mala alimentación puedeagravarse por la dificultad de su fijacióndebido a la baja producción de estróge-nos (hormonas).

66.. Desarreglos menstruales. En lamayor parte de los casos, la ausenciade la menstruación sigue a la pérdidade peso porque se produce una disfun-ción fisiológica, debida a niveles anor-malmente bajos de estrógenos causa-dos por desarreglos hormonales.

Si la anorexia se produce antes de laaparición de la menarca, se puedenpresentar problemas en el desarrollo.

77.. Alteración de la composiciónsanguínea. Se puede originar anemiaferropénica, que es una disminución enel número de glóbulos rojos provocadapor escasez de hierro.

La mayoría de las com-plicaciones físicas des-aparecen a medida quese va recuperando el

peso. Otras se convier-ten en secuelas irrever-sibles a causa de la des-

nutrición.

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11.. Complicaciones debidas a los atracones de comi-da. Como consecuencia de ingerir cantidades exagera-das de comida en el atracón, el estómago se dilata ypuede generarse una sensación desagradable de hincha-zón y dificultad para respirar debido a la elevación deldiafragma (músculo que separa la cavidad torácica de laabdominal).

22.. Complicaciones ocasionadas por el vómito auto-provocado. Cuando se vomita, se invierte el proceso na-tural de la alimentación, esto es, se vuelve a la boca el ali-mento que ya estaba en el estómago, bañado por el jugogástrico, para continuar su transformación como partede la digestión. El jugo gástrico, segregado por el estó-mago contiene, entre otros componentes, ácido clorhí-drico (HCl), una sustancia muy corrosiva que ayuda a

descomponer los alimentos. Aunque es-te ácido no daña el estómago porque susparedes son gruesas y están protegidaspara contenerlo, cuando sale de su lugarnatural y sube al esófago y a la boca, ge-nera varios problemas. En la boca, el áci-do clorhídrico produce pérdida del es-malte de los dientes, especialmente porla parte interna, por lo que se facilita laaparición de caries. Además, esta pérdi-da es irreversible porque el esmalte nun-ca vuelve a reponerse.

Como consecuencia de los vómitos,también se suele producir inflamaciónde las glándulas salivares, fundamental-mente las parótidas. Esta hinchazónsuele dar apariencia redondeada al ros-tro, lo que incrementa la preocupaciónpor verse con aspecto más rechoncho.Cuando se deja de vomitar, este proble-ma desaparece.

De igual forma se pueden producirheridas en la garganta, el paladar y lasencías como resultado de introducir lasmanos u otros elementos para lograr vo-mitar. Estas lesiones pueden infectarse yproducir dolor, afonía y/o ronquera.Cuando se utilizan las manos para vomi-tar, se forman cicatrices o llagas en lapiel de los nudillos por el roce que pro-vocan los dientes.

El paso repetido del ácido clorhídricopor el esófago puede hacer que éste seinflame. Incluso, aunque no es frecuente,cuando los vómitos son muy seguidos,pueden producirse desgarros esofágicoscon hemorragias importantes.

Otra consecuencia derivada de losvómitos es la pérdida de electrolitos quese produce como consecuencia del va-ciado gástrico, que es rico en sodio, po-tasio, magnesio, etc. Estas sustanciasquímicas ayudan a mantener el equili-brio de los fluidos, la acidez de la sangre–pH–, la acción de los músculos y otrosprocesos importantes. El bajo nivel depotasio (hipocalemia) puede afectar alfuncionamiento del corazón, dando lu-gar a irregularidades en el ritmo cardía-co e, incluso, paro cardíaco. La disminu-ción de sodio genera descenso de la

¿Qué precio paga el organismocon la bulimia nerviosa?

Cuando las característicasdel trastorno

alimentario sonfundamentalmente de

carácter bulímico,esdecir,atracones de

comida,que luego tratande eliminarse mediante

vómitos, laxantes,y/odiuréticos,pueden

producirse daños en elorganismo en relacióncon cada uno de ellos.

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Una de las prácticas más habitua-les para perder peso es hacer dieta.En el mercado existen cientos dedietas de adelgazamiento de índolediversa que ofrecen la posibilidad dereducir, incluso en un tiempo ré-cord, un suculento número de kilos.La profusión de dietas más o menos

salvajes se dispara, al igual que suconsumo y el de otros productosadelgazantes, en la primavera y co-mienzos del verano, casi como con-dición imprescindible para prepararel cuerpo para la playa, la piscina osimplemente para ir “seguros”, másligeros de ropa.

presión arterial. También se pierdemagnesio al vomitar y su reducciónpuede dar lugar a calambres, hormi-gueo y debilidad muscular. Además,la pérdida de agua que acompaña alvómito produce deshidratación.

33.. Complicaciones debidas al usode laxantes y/o diuréticos. Cuando seabusa de los laxantes y/o diuréticos,se produce una pérdida importantede electrolitos y fluidos que acarreannumerosas disfunciones corporales,como ya se vio en el punto anterior.Además, se pueden originar dañosde distinta consideración en los riño-nes, como consecuencia de la deshi-dratación, desde infecciones a for-mación de cálculos (piedras, areni-llas). También pueden aparecer dia-rreas, cólicos y estreñimiento.

¿Hasta qué punto dan resultadolas dietas, los vómitos, los laxantes y los diuréticos?La magia de las dietas

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Cuando alguien realiza una die-ta baja en calorías, llega un mo-mento en que comienza a perderpeso. NO HAY MAGIA: como elorganismo no recibe a través de lacomida las calorías que necesitapara funcionar, utiliza la grasa acu-mulada para generar su propiaenergía y el peso baja. Esta situa-ción puede mantenerse durante untiempo, pero… la disminución decalorías acaba provocando unasensación insoportable de ham-bre, y llega un momento en que elcuerpo se niega a seguir pasandonecesidad y come, más bien tragacon avidez, especialmente aque-llos alimentos prohibidos durantela dieta (hidratos de carbono y ali-mentos ricos en grasas) en canti-dades superiores a lo que se co-mería en caso de no estar a régi-men. Estamos ante las característi-cas propias de un atracón/comilo-na.

De nuevo vuelve a iniciarse ladieta y el consiguiente estado deinanición puede desencadenarnuevamente otro atracón, y entrarde esta manera en un ciclo peligro-so: dieta-debilidad-atracón.

Está demostrado que, a medio plazo, las personasque entran en la dinámica de las dietas acaban per-diendo cada vez menos peso con cada nuevo intento.Distintas explicaciones tratan de dar cuenta de esteresultado. Una de ellas indica que las personas tienenun peso biológicamente programado; por tanto, difí-cilmente modificable, al menos permanentemente.

Cuando se pierden kilos con la dieta, el organismohace todo lo posible por volver al peso original y man-tenerlo constante. Para ello realiza una serie de pro-cesos de regulación que, entre otros, ajustan la inges-ta y el gasto energético, de forma que, en épocas dedieta, el cuerpo aprovecha al máximo los alimentosque se ingieren y reduce al mínimo el metabolismo pa-ra gastar lo menos posible y frenar la reducción de pe-so. Mientras más se prolongue la historia de dietas,más se descontrolará el metabolismo y, como resulta-do, se bajará menos de peso en las épocas de restric-ción de comida, por más restrictivas que éstas sean, y

se incrementará más cuandose deje la dieta porque elorganismo asimila mu-

cho con poco y el res-to lo almacena.

Si no dejas que te engañen,¿por qué aceptas mentiras sobre cómo perder peso?

❙❙ Las dietas no sólo son poco eficaces, sino que la ma-yoría de las personas que entran en esa dinámica aca-ban aumentando de peso.

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La preocupación por engordar des-pués de comer hace que algunas perso-nas se provoquen el vómito con la inten-ción de poder así eliminar las caloríasque ingirieron en la comida y no aumen-tar de peso.

Pero esto no sólo es inexacto sinoque, además, es muy peligroso dado quese producen pérdidas irreparables en elorganismo que nunca compensan las“pocas calorías” que se pueden perdercon el vómito. Cuando se vomita sólo seelimina una pequeña parte de los nu-trientes que pudieran convertirse en“grasa”, pero se expulsan también otrassustancias que son imprescindibles parareparar el desgaste y mantener el cuerpocon aspecto saludable. El vómito, comoya se dijo, produce desequilibrios inter-

nos de los electrolitos que pueden des-encadenar problemas serios de salud.

Por si fuera poco, cuando se vomitaenseguida, se vuelve a tener hambre, conlo que, fácilmente, se acaba cayendo enel ciclo vómito-atracón, un camino quemuchas veces tiene un difícil retorno: alprincipio la persona puede controlar lafrecuencia de los vómitos…..pero, casisin darse cuenta, llega unmomento en que la preo-cupación por engordar,incluso sin haber comidoen exceso, y el impulso devomitar se adueñan de suvoluntad y ya pierdecompletamente eldominio de lasituación.

Otros métodos que se utilizan equi-vocadamente para perder calorías sonlos laxantes y los diuréticos. Los laxan-tes son sustancias que aceleran la eva-cuación del vientre, con lo que dan lasensación de ligereza. Con estas sus-tancias se pierde un número muy bajode calorías (con dosis altas un 5% delas calorías ingeridas) porque influyenfundamentalmente en el vaciamientodel intestino grueso, donde están losdesechos del proceso digestivo espe-rando a ser evacuados.

Sin embargo, la absorción de nu-trientes ya se llevó a cabo en el intesti-no delgado. De manera semejante a loque comentamos en el apartado ante-rior, no compensan en absoluto losgraves perjuicios que se causan al orga-nismo frente al número mínimo de ca-lorías que se pueden perder. Ni siquie-ra con dosis altas, que cau-san diarrea y cólicos, seelimina “grasa”, sino queel resultado es que juntoa la evacuación de losdesechos del organis-mo se pierde agua ysodio, lo que, como ya

vimos, altera los electrolitos y producedeshidratación con las consabidas se-cuelas. Además, el uso frecuente de la-xantes puede causar el efecto contrarioen el intestino, haciendo que éste sevuelva perezoso y pierda la contractili-dad natural.

Los diuréticos son sustancias queprovocan la pérdida de líquidos porqueaumentan la frecuencia urinaria. Comoen los casos anteriores, el problema esque son muy poco eficaces para perderpeso dado que, cuando se orina, no seexpulsa grasa sino agua y potasio, con elconsiguiente problema de deshidrata-ción y desequilibrio electrolítico. Locierto es que el uso de estas sustanciaspuede dañar muy seriamente los riñones

y no reducir para nada el peso.

El pobre y peligroso resultado de los laxantes y diuréticos

La triste eficacia de los vómitos

❙❙Tanto los laxantes co-mo los diuréticos yotros procedimientosrelacionados hacenmuy poco efecto por-que actúan bastantedespués de haber teni-do el atracón.

❙❙ El deterioro y eldaño que se le haceal cuerpo no se notaa corto plazo, lo queanima a seguir vomi-tando pero, a medi-da que pasa el tiem-po, cuando algunaspérdidas son ya irre-parables y se hacenvisibles, es muy difí-cil parar: mientrasmás tiempo pase,más atrapa el tras-

torno a la perso-na.

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a) Factores predisponentes: hacen quela persona sea más vulnerable o más sensi-ble a padecer el trastorno. Pueden ser: in-

dividuales (edad: 13-20 años, génerofemenino, obesidad, dietas res-

trictivas, depre-

sión, ansiedad, características de personalidad), fami-liares y socioculturales.

b) Factores precipitantes: provocan que se dispareo inicie el trastorno. Entre ellos se encuentran dietasrestrictivas, separaciones y pérdidas, cambios corpo-rales, contactos sexuales, acontecimientos vitales es-

tresantes y exceso de ejercicio físico.c) Factores mantenedores: posibi-

litan que el trastorno permanezca, esdecir, persista en el tiempo. Estosfactores pueden ser los propios efec-tos fisiológicos y emocionales causa-dos por el trastorno alimentario (die-tas restrictivas, atracones y vómitos),una relación familiar disfuncional, elaislamiento social y las creencias y va-lores.

La investigación realizada hasta elmomento indica que en el inicio,desarrollo y mantenimiento de lostrastornos alimentarios intervienen ungran número de factores de naturalezadiversa.

La cantidad, combinación y peso específico de cada unode ellos varía según las personas. Se puede afirmar queNUNCA un único factor es suficiente para provocar un tras-torno de la conducta alimentaria. También se sabe que, siuna persona reúne varios de estos factores, su riesgo es ele-vado, pero no significa que necesariamente vaya a desarro-llar el trastorno.

Los distintos factores se clasifican en predisponentes,precipitantes y mantenedores, tal y como se explica a con-tinuación:

¿Qué causa los trastornos delcomportamiento alimentario?

Teniendo en cuenta que la mayoría de estos facto-res pueden causar también otros trastornos menta-les distintos a los alimentarios, vamos a centrarnosen aquellos que, según los expertos, pueden tenerun papel más directo en la aparición de la anorexiay la bulimia nerviosas, aunque volvamos a repetirque no son los únicos y que su presencia no lleva in-evitablemente al trastorno alimentario.

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Los resultados de un experimentomuy interesante realizado en 1950 en

Minnesota (Estados Unidos) so-bre las consecuencias de la in-anición (malnutrición) provo-cadas por una dieta hipocalóri-

ca, claramente insuficiente, ilus-tran el papel que juega la dieta pa-ra predisponer, precipitar y mante-ner un trastorno alimentario.

Varios voluntarios aceptaronreducir su ingesta alimenticia du-rante varias semanas. A medidaque avanzaba el experimento, losparticipantes comenzaron a sentircambios importantes en su estadoanímico, fisiológico y conductual.

En concreto, se quejaron de depre-sión, irritabilidad creciente, desespe-ranza, inseguridad, anhedonia (pérdidadel placer de disfrutar con las cosasque antes les gustaban), insomnio y,además, desarrollaron pensamientos yconductas anormales relacionadas conla comida (robar, almacenar y escondercomida), incluidos episodios bulími-cos. En este sentido, cuando se les per-mitió comer lo que desearan, aunquecomían hasta estar completa y exagera-damente llenos, algunos manifestaronque todavía no se sentían saciados.

Los síntomas de la anorexia nerviosason muy parecidos a los que manifesta-ron los voluntarios de Minnesota, las

Dietas restrictivas sin controlmédico para perder el peso

diferencias son que en la anorexia: a) la dieta se hacevoluntariamente, pero para estar delgado, y la pérdidade peso que se consigue refuerza este deseo y b) eltiempo de dieta suele ser superior a unas semanas.Pasado un tiempo de dieta, llega un momento en quese mezclan los síntomas propios de la anorexia y losdel estado de malnutrición, haciendo que las conse-cuencias negativas sean más numerosas y graves y difi-

culten la salida del agujero en que se convierten susvidas.

El experimento también muestra que ladieta hipocalórica provoca deseos incontro-lados de comer más allá de la saciedad(atracones), lo que en el caso de las perso-nas con gran preocupación por engordarhace que se sientan mal (ansiedad y culpa)y traten de evitar que las calorías ingeridas

en la comilona se conviertan en kilos demás, de modo que acaben eliminán-

dolos.

En la clasificación de los factores de riesgo, las dietasrestrictivas o hipocalóricas están incluidas en todoslos niveles; esto puede dar idea del peligro queentraña este tipo de prácticas. De nuevo,recordamos que no todas las personas que hacendieta desarrollan un trastorno alimentario.

En 1980 dos investigadores, Herman y Polivy, des-arrollaron una teoría según la cual las personas “res-trictivas” tienen una característica común que consisteen un “estado permanente” de preocupación por el pe-so y la comida, que les lleva a estar realizando conti-nuamente dietas, aunque tengan un peso normal. Estapeculiaridad hace que su ingesta de comida esté másregulada por estas preocupaciones que por sensacio-nes fisiológicas de hambre y saciedad. Por el contrario,las personas “no restrictivas” no están preocupadaspor su peso y, por consiguiente, comen respondiendoa las señales fisiológicas de hambre y saciedad.

Las personas restrictivas, bajo ciertas condiciones,como estados emocionales negativos (ansiedad, triste-za, soledad), presencia de comida, ingesta de alcohol,haberse saltado la dieta, pierden el control y ceden a laurgencia fisiológica de comer.

¿Hasta cuándo puedes seguirsiendo más listo que el hambre?

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42 TTRRAASSTTOORRNNOOSS DDEE LLAA AALLIIMMEENNTTAACCIIÓÓNN 43

La bulimia es más difícil de detectarporque son conductas que por vergüen-za se ocultan, y porque la pérdida de pe-so no es tan llamativa; suelen ser normo-peso. Pero, si se descubre, es frecuenteque las personas disfracen la verdado se autoengañen creyendo que contro-lan los vómitos y atracones… aunque,como demuestran, lamentablemente,miles de testimonios de pacientes, quienrealmente tiene el control es el trastorno.

Estudios de laboratorio sobre “pruebas de sabor”demostraron que las personas no restrictivas (que nohacen dieta habitualmente) “autorregulan” su ingestade modo natural, es decir, si comen de una cosa, co-men menos de la siguiente; sin embargo, las personasrestrictivas (que suelen estar a dieta habitualmente)realizan el proceso inverso: “contrarregulan”, esto es,comen más cuanto más hayan comido (sobre todo sitomaron alimentos con alto contenido calórico o ali-mentos que se habían auto-prohibido), y menos siapenas comieron. Piensan que el haberse saltado la

dieta supone haber infringi-do una norma esencial y seles disparan pensamientosextremos del tipo “todo” o“nada”: “si pierdo el controly como…, ya estoy perdi-do, todo da igual”. Al final,como siempre, la baza se lalleva el hambre.

TTRRAASSTTOORRNNOOSS DDEE LLAA AALLIIMMEENNTTAACCIIÓÓNN

“Lo triste es que la dieta ytodos los esfuerzos poradelgazar no te ayudan asalir de los problemas,al

contrario,cada vez te sien-tes más insegura y confu-

sa…” (Silvia,16 años).

“Menos mal que me dicuenta, aunque tardé más

de dos años, de que laanorexia no es un estilo devida, como había leído eninternet, es un trastornocon letras mayúsculas”

(Cecilia, 18 años).

Mientras más avanzan estos trastornos, más sequieren ocultar y más se recurre a trucos, disculpasy pretextos.

Se empieza engañando a los demás, aunque laanorexia es difícil de esconder porque el aspectocadavérico y enfermizo acaba delatando la situa-ción, y se termina cayendo en la trampa. Es fre-cuente que las personas con anorexia no reconoz-can que están enfermas o nieguen la gravedad deltrastorno; lo que no saben es que, a medida que és-te avanza, el propio estado de desnutrición en elque caen es el que acaba falsificándoles la realidad.

Puede que funcione el engaño e, incluso, el au-toengaño, pero esa astucia de poco les valdrá consu organismo.

La anorexia y la bulimia nerviosas consiguen limi-tar la libertad, tienden una red en torno a la persona,la separan de sus anteriores amistades (a no ser quecompartan la misma problemática) y la mantienenaislada haciéndole creer que es distinta, superior,especial y que tiene la suerte de entrar en un mundoselecto para escogidos.

A veces, las excusas para no salir con los amigosprovienen del temor a que en los planes se encuen-tre “tomar” o “picar algo”, en fin, que haya que co-mer…. Automáticamente, sólo con imaginar la es-cena, se produce nerviosismo y malestar. Si se acep-ta, puede suceder que:

a) se mantenga el autocontrol (no se coma nadao, al menos, nada “prohibido”), pero a costa de grantensión e incomodidad, lo que hace mantener la

¿Por qué permites que la comidalimite tu libertad?

¿A quién se engaña: a los demáso a uno mismo?

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alerta constante y comportarse de mo-do artificial, deseando que acabe elsuplicio de ver pasar las tapas, porquerealmente se tiene hambre, aunque sediga: “no gracias, estoy lleno” o

b) la voluntad falla, se empieza pi-cando algo… y acaba descontrolándo-se y dando el espectáculo. Y volver aempezar…

Como la experiencia acumuladacon estas salidas no es agradable,porque cada vez se disfruta menos, lomás fácil es evitarlas: quedarse en ca-sa. Entonces, se sale sólo si…o de-pendiendo de… y el tiempo va pa-sando y se van perdiendo relaciones ybuenas amistades, o se van cambian-do por otras que sintonizan con las“mismas preocupaciones”, o simple-mente se busca la soledad para evitarpreguntas o miradas incómodas. Lodicho: que la comida acaba contro-lando tu libertad.

En nuestra cultura, el modelo esté-tico ideal es la delgadez. Es más, sepuede conseguir popularidad y éxitosi se tiene un buen físico; quedan al

margen o en un plano inferiorotras cualidades. Este mo-delo es el espejo donde semiran muchos adolescentesy jóvenes.

En el proceso de aprendizaje so-cial formamos nuestra imagen corpo-ral. Las reacciones y comentarios delos demás (familia e iguales), las com-paraciones propias y de los otros y lainfluencia constante de la moda de ladelgadez pueden facilitar o entorpe-cer que la persona se encuentre satis-fecha o insatisfecha con su cuerpo.

Para la mayoría de la gente no esposible alcanzar el cuerpo ideal, sim-plemente consumiendo una cantidadmoderada de calorías y manteniendoun peso saludable. Además, paradóji-camente, mientras el peso medio y la

Autoevaluación negativa:insatisfacción corporal ybaja autoestima

“Mucho rollo que loque vale es la perso-na, pero en realidad

se fijan si eres guapa ydelgada” (Reyes, 17

años).

❙❙“Antes lo pasaba fatal por tener queestar siempre controlándome con la co-

mida, ahora sólo me pongo mala cuando re-cuerdo todo el tiempo que perdí encerradaen casa, chateando con otras solitarias como

yo, aprendiendo nuevos trucos para adelga-zar…” (Cecilia, 18 años).

Page 22: Trastornos de la alimentación

“Me miro al espejo y meveo horrible, tengo los

muslos gordos, la caderaenorme y mucho vientre,me doy asco.Parezco unafoca, soy un desastre to-

tal” (Luz,22 años).

La depresión puede ser causa o consecuencia de lostrastornos alimentarios. Muchas pacientes con anorexiao bulimia nerviosas informan de estados depresivos pre-vios al trastorno alimentario (muerte de algún familiar,enfermedad, separación, ambiente familiardifícil…). Hay pruebas de que los senti-mientos negativos de tristeza, soledad,en suma, malestar emocional, favorecenla aparición y mantenimiento de atraco-nes. Algunas personas tienen dificulta-des para reconocer y responderadecuadamente a los estados

TTRRAASSTTOORRNNOOSS DDEE LLAA AALLIIMMEENNTTAACCIIÓÓNN 47TTRRAASSTTOORRNNOOSS DDEE LLAA AALLIIMMEENNTTAACCIIÓÓNN46

talla de las mujeres fue aumentandoen las últimas décadas como conse-cuencia de las mejoras en nutrición,cuidados pediátricos y otros facto-res, el peso de los modelos ideales,que encarnan el máximo atractivo fí-sico, ha ido disminuyendo.

Es fácil sacar una conclusión: amayor discrepancia entre el cuer-po real y el ideal, mayor grado de

insatisfacción. Algunas personas

consideran esta dis-crepancia como se-ñal de fracaso y mo-tivo de autocrítica,de modo que la in-satisfacción se ex-

tiende a otras facetas, como la auto-estima (grado de aceptación y valo-ración personal), sobre todo cuandose considera que la estética es el atri-buto más valioso por delante deotras cualidades como inteligencia,simpatía, solidaridad, generosidad,habilidades sociales…

Las personas con baja autoestimason muy sensibles a las críticas de losdemás, incapaces de expresar opi-niones contrarias, son inseguras yestán muy pendientes de gustar y seraceptadas; como se puede compro-bar, un buen caldo de cultivo para se-guir castigándose con las dietas yconseguir los cánones que establecela moda.

Gran número deinvestigaciones han señalado laexistencia de una estrecharelación entre la depresión ylos trastornos de la conductaalimentaria. De hecho, sedice que ambos trastornostienen en común muchosfactores de riesgo.

Depresión

❙❙“Ahora me veo distinta, antes estaba obsesiona-da con el peso,no paraba de pesarme,de mirarfotos de modelos en las revistas,me parecían fas-cinantes.No me daba cuenta de que su trabajoconsiste en parecer perfectas y que las fotos es-tán muchas veces retocadas. Si no eres guapa,puedes mejorar mucho si te sabes arreglar, ade-más,desde que no me preocupo tanto por la co-mida,estoy más relajada,disfruto con mis amigosy creo que les gusto más que cuando estaba tandelgada” (Silvia, 25 años).

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emocionales y los confunden consensaciones viscerales de hambre/

saciedad, lo que hace que se denatracones cuando se sienten tris-tes, están decaídas o se sienten

solas, aunque obviamente esasemociones no se neutralizancomiendo, al contrario. Sesabe que los atracones dis-traen, disminuyen el males-tar emocional y producensatisfacción por poder co-

mer precisamente todosaquellos alimentos “sabrosos”

que estuvieron prohibidos duran-te el período de dieta, pero no so-lucionan el problema de base.

La depresión también puedeaparecer como consecuencia de ladesnutrición propia de la anorexiao por el caos alimentario de la buli-mia: vómito-atracón-vómito. En el

primer caso, como ya vimos en el expe-rimento de Minnesota, el estado demalnutrición, propio de la restricciónalimentaria, provoca algunos síntomascaracterísticos de la depresión (irritabi-lidad, insomnio, aislamiento social,tristeza, dificultad de concentración...).

Es posible que parte de los sínto-mas depresivos puedan deberse al es-tado físico de desnutrición y sean larespuesta natural del organismo ante laprivación de alimento.

Por esta razón, las personas que ha-

cen dieta suelen tener síntomas depre-sivos, incluso reconocen que su humorempeoró desde que se pusieron a hacerdieta. Ante el ciclo de vómitos-atraco-nes característicos de la bulimia nervio-sa también es frecuente que surjan sín-tomas depresivos como consecuenciade los sentimientos de culpa por la fal-ta de control, por la impotencia para sa-lir de la espiral problemática, por lapresión y preocupación que ejerce lacomida sobre la vida y por tener que es-tar siempre empezando una dieta.

“No sé qué apareció antes,si la depresión o la obsesión

por adelgazar. Pero creoque la depresión vino des-pués, cuando me di cuentade que no me servía de na-da todo lo que hacía para

adelgazar” (Esther, 24 años).

“Vaya futuro!Comer y vomitar,siento vergüenza,estoy deprimida,quiero morirme”(Puri, 18 años).

“Muchas veces me sientotriste y sola, entonces

empiezo a comer prime-ro una galleta, luego otray otra y al final acabo co-miendo todo lo que en-cuentro por casa” (Ana,

21 años).

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Con frecuencia, tras la fachada perfecta de la perso-na con anorexia nerviosa se esconde un ser temerosode la crítica, inseguro, que necesita imperiosamente laaprobación de los demás y que recurre a la lucha por laperfección como forma de compensar sus deficienciasy la sensación de vacío interno. El problema es que es-te tipo de perfeccionismo exige resultados sobresalien-tes y no siempre se pueden conseguir, entonces, en vezde reforzar la seguridad, se acaba generando inseguri-dad y mayor insatisfacción.

En cuanto a la bulimia nerviosa, está demostradoque el perfeccionismo favorece el mantenimiento de lapatología bulímica. La insatisfacción con la propia ima-gen incita a ponerse a dieta, pero la imposibilidad demantener la restricción alimentaria en el tiempo, junto

con los síntomas depresivos y la baja au-toestima que produce, acaban provo-

cando la ruptura de la dieta. Elatracón, entonces, se convierte

en la válvula de escape de la hambruna y de las emo-ciones negativas. Después, hay que eliminar, como sea,las calorías ingeridas en el episodio de descontrol conla comida y volver a empezar…

El autocontrol está muy relacionado con el perfec-cionismo. Es frecuente que estas personas tengan unatendencia marcada a querer controlar todo lo que pasaen sus vidas, incluido, por supuesto, su peso, de modoque, cuando algo se les descontrola, compensan esasensación de impotencia controlando el peso corporal.El problema surge cuando dejan de controlar y son elatracón y la purga las que toman el control.

La tendencia al perfeccionismonegativo suele ser común entre laspersonas con anorexia y bulimia ner-viosas. El perfeccionismo es negativocuando los esfuerzos realizados y losresultados obtenidos nunca son losuficientemente buenos. Estas perso-nas se proponen metas exageradas,están siempre en tensión por miedo al

fracaso y a la crítica, se juzgan severa-mente, no disfrutan de lo que consi-guen, de modo que son incapaces deaumentar su autoestima y mejorar suánimo a partir de los logros que ob-tienen. Ante este panorama, es fácilsuponer que tienen gran probabilidadde perseguir implacablemente uncuerpo perfecto.

El perfeccionismo esun rasgo depersonalidadestrechamenterelacionado con laautoestima y elestado de ánimo.Hay dos tipos deperfeccionismo:positivo y negativo,que se puedenentender como lascaras opuestas de lamisma moneda.

Perfeccionismo y autocontrol

❙❙ “Al principio creí que podría controlarlos vómitos y los atracones de comida, peroahora me doy cuenta de que no soy capaz.¿Qué dirían mis amigos si se enteraran quecomo y vomito?” (Isabel, 20 años).

“Tengo que conse-

guir, cueste lo que

cueste, llegar a los

42 kilos antes del

verano, seré la en-

vidia de todos, es-

taré súper” (María,

16 años). “No quiero defrau-

dar a mis padres,

tengo que hacer

las cosas perfec-

tas” (Luis, 14 años).

“El perfeccionismo

es una trampa,

nunca se consigue

la perfección”

(Silvia, 16 años).

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no acepta la realidad o la oculta y engaña, intenta qui-tarle importancia, asegura que la controla y no necesitaayuda, etc. Nunca es así, la realidad de los datos esaplastante, se necesita ayuda especializada YA porque,mientras más avance, más difícil será salir: sin dartecuenta te va atrapando, anula tu libertad y potencia elautoengaño y, cuando se instala, es un huésped incó-modo que se niega a abandonar tu cuerpo.

Como se dijo, la primera opción puede ser acudir alcentro de salud o consultorio y pedir consejo y asesora-miento al médico de atención primaria y éste valorará laconveniencia o no de iniciar un tratamiento específico yderivar al especialista o unidad correspondiente.

Además, existen unidades de tratamiento o clínicasespecíficas para trastornos alimentarios, donde unequipo multidisciplinar de profesionales (psicólogos,psiquiatras, endocrinólogos) analiza los casos y, en fun-ción de las características clínicas y familiares, le ads-criben a un régimen de tratamiento (hospitalización,hospital de día, ambulatorio). También podría acudir ala consulta privada de un psicólogo o psiquiatra; hoy losprofesionales de la salud mental están preparados paratratar estos trastornos.

Como ya vimos, las situaciones pueden tener distin-to nivel de gravedad y urgencia, desde pedir asesora-miento por la sospecha de alguna conducta o actitudproblemática hasta la posibilidad de tener un trastorno;en todas ellas, es importante poder contar con el apoyode la familia (padres), amigos, pero lo realmente im-prescindible es que la persona afectada reconozca quetiene un problema o un trastorno. Sin este reconoci-miento no dará el paso siguiente, que es la voluntad dequerer resolverlo. Si se trata de asesoramiento, el con-sejo del orientador del centro o del médico de familiapuede bastar.

Lamentablemente, muchas veces no se resuelve tanfácilmente porque la familia no se da cuenta, la persona

Los trastornos de la conduc-ta alimentaria son un caminocuyo recorrido se estrecha amedida que avanza, de formaque, mientras más te aden-

tras, más difícil resulta retro-ceder. Los datos confirman

que esta metáfora refleja cla-ramente la realidad.

Ante la sospecha, siempre se debepedir asesoramiento y solicitarayuda y, si fuese necesario, buscarcuanto antes atención especializada.

Ante la sospecha de un problemaalimentario, ¿qué debo hacer?

❙❙ Igualmente, es importante mencionar la existenciade numerosas asociaciones dedicadas a la lucha contralos trastornos de la conducta alimentaria, que suponen unaayuda muy valiosa no sólo para informar sobre profesionales ycentros terapéuticos específicos, sino también para abordar eltratamiento de ambos trastornos.

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Este libro, que forma parte dela colección SABER PARAVIVIR, acabó de imprimirse enlos talleres de Diumaró enseptiembre de 2008.