Tras Las Huellas Del Poder Simbolico - Wacquant

20
 7 Tras las huellas del poder simbólico. La disección de la «nobleza de Estado» Loic Wacquant Los estratos sociales, privilegiados por los órdenes políticos, so- ciales y económicos existentes... desean  ver sus posiciones trans formadas de unas relaciones de pode r pur amente factual es en un cosmos de derechos adquiridos y saber as í que están santificados. Estos intereses constituyen, co n mucho, el motivo s fuerte para la conservación de los elementos carismáticos de una natura leza objetivada dentro de la estructura de dominación. MA X WEBER, Wirtschaft una Gesellschaft (1818-1920) Vamos a pl antear,  ex abrupto,  que l a fuerza y el prop ósi to principal de  la obra de Pierre Bou rdieu son - y han sido desde su origen- «recuperar»  la dimensión simbólica de la dominación para instituir una antropología de la génesis del poder en sus manifestaciones más diversas. Desde sus pri meros escritos sobre relaciones de  género en su pueblo natal de Béarn hasta su exégesis de la trascendencia sociopolítica de la filosofía de Hei- degger; desde s u estudio sobre el desarraigo del campesinado de  la Ar gelia colonial hasta su análisis del papel de Flaubert y Manet en la for mación de la contemplación estética moderna; desde su  crítica a las ilusiones ideológicas de los intelectuales hasta su investigación sobre la 159

description

Tras Las Huellas Del Poder Simbolico - Wacquant ubicado en "El Misterio del Ministerio"

Transcript of Tras Las Huellas Del Poder Simbolico - Wacquant

  • 7

    Tras las huellas del poder simblico. La diseccin de la nobleza de Estado

    Loic Wacquant

    Los estratos sociales, privilegiados por los rdenes polticos, so-ciales y econmicos existentes... desean ver sus posiciones trans-formadas de unas relaciones de poder puramente factuales en un cosmos de derechos adquiridos y saber as que estn santificados. Estos intereses constituyen, con mucho, el motivo ms fuerte para la conservacin de los elementos carismticos de una natura-leza objetivada dentro de la estructura de dominacin.

    MAX WEBER, Wirtschaft una Gesellschaft (1818-1920)

    Vamos a plantear, ex abrupto, que la fuerza y el propsito principal de la obra de Pierre Bourdieu son - y han sido desde su origen- recuperar la dimensin simblica de la dominacin para instituir una antropologa de la gnesis del poder en sus manifestaciones ms diversas. Desde sus pri-meros escritos sobre relaciones de gnero en su pueblo natal de Barn hasta su exgesis de la trascendencia sociopoltica de la filosofa de Hei-degger; desde su estudio sobre el desarraigo del campesinado de la Ar-gelia colonial hasta su anlisis del papel de Flaubert y Manet en la for-macin de la contemplacin esttica moderna; desde su crtica a las ilusiones ideolgicas de los intelectuales hasta su investigacin sobre la

    159

  • construccin poltica del mercado inmobiliario en Francia y la disemi-nacin de la jerga moderna neoliberal por todo el planeta, el rasgo co-mn que atraviesa las diversas investigaciones de Bourdieu consiste en desvelar la contribucin especfica de las formas simblicas a la consti-tucin y la perpetuacin de la desigualdad estructurada, que enmascara sus bases econmicas y polticas.

    La educacin y la dominacin en la era democrtica

    Una vez que hemos admitido que ningn tipo de dominacin puede sostenerse sin hacerse reconocer logrando que las bases arbitrarias sobre las que se sustenta sean irreconocibles como tales,1 la obra de Bourdieu puede leerse en su totalidad acertadamente como una bsqueda para ex-plicar la especificidad y la potencia del poder simblico, es decir, la capa-cidad que tienen los sistemas de sentido y significacin para proteger y, por lo tanto, para reforzar, las relaciones de opresin y de explotacin ocultndolas bajo el manto de la naturaleza, la benevolencia y la merito-cracia.2 Y su sociologa de la cultura se revela as como lo que es en realidad: una economa poltica de la violencia simblica, de la imposi-cin y la inculcacin de los instrumentos de conocimiento y construc-cin de la realidad que estn influidos socialmente pero no se perciben como tales.3 Por consiguiente, cuando el autor de La distincin se centra en los productos y prcticas culturales por los que se diferencian a s mismas las clases sociales, en las clasificaciones que definen el gusto en asuntos tan mundanos y diversos como el deporte y los compaeros se-xuales, la comida y el mobiliario, la pintura y los polticos, es porque sostiene que estos esquemas clasificatorios desempean un papel decisi-vo en la consolidacin de nuevas formas de dominio de clase, en virtud de la correspondencia oculta que los vincula a la estructura del espacio social.4 La cultura burguesa es a la sociedad moderna lo que la religin era a la sociedad precapitalista, su fetiche supremo y, para recordar las palabras de Lukcs, la negacin de su propio suelo.

    Asimismo, si Bourdieu ha mostrado tanto inters por las institucio-nes acadmicas, dedicando nada menos que cinco libros a este tema y volviendo sobre l una y otra vez a lo largo de tres dcadas de prolfica investigacin,5 no es porque l sea un socilogo de la educacin per so -en realidad l rechaza explcitamente la divisin aceptada del trabajo

    160

  • cientfico que asigna a los investigadores los objetos preconstruidos del sentido comn-, sino porque Bourdieu considera que la escuela es la maquinaria institucional preeminente para la certificacin de las jerar-quas sociales en los Estados-nacin avanzados y por esta misma razn un campo de juego fundamental en los conflictos democrticos.6 Tam-bin en este punto no muy diferente al papel de la iglesia en la sociedad medieval, la escuela proporciona una sociodicea en accin del orden so-cial existente, una lgica para sus desigualdades y la base congnitiva y moral para su conservacin:

    Seguramente, entre todas las soluciones planteadas a lo largo de la historia al problema de la transmisin del poder y de los privilegios, no existe ninguna que se oculte mejor, y que, por lo tanto, se adapte mejor a las sociedades que tienden a reutilizar las formas ms patentes de transmisin hereditaria del poder y los privilegios, que esa solucin que proporciona el sistema educati-vo contribuyendo a la reproduccin de la estructura de las relaciones de cla-se y ocultando, bajo una actitud aparentemente neutral, el hecho de que cumple esta funcin.7

    Las escuelas, escribe Bourdieu en las pginas introductorias de La no-blesse d'Etat. Grandes coles et esprit de corps, su ltimo y ms ambi-cioso esfuerzo para desentraar las conexiones entre el orden acadmico y el orden social, son una de las funciones de dominacin y de legiti-macin de la dominacin actuales y, por consiguiente, la sociologa de la educacin debe entenderse como un captulo, y no el menos impor-tante, de la sociologa del conocimiento y de la sociologa del poder, por no mencionar la sociologa de las filosofas del poder.8 El anlisis de los centros de lite que preparan los (futuros) miembros de la clase dirigen-te nos lleva de esta forma directamente al corazn de los mecanismos de reproduccin de su dominio. Nos lleva tambin al ncleo de los conflic-tos que dividen y unen simultneamente a las facciones rivales de esta clase y nos seala las contradicciones peculiares que acucian el modo de dominacin tecnocrtico sobre el que ahora descansa, de forma conjun-ta, su hegemona.

    De este modo La nobleza de Estado no es -o no es solamente, pero tambin es eso- una investigacin especializada sobre las clases superio-res del sistema educativo francs y sus vnculos con la burguesa y las principales empresas de este pas. Es un estudio sobre la maraa de rela-

    161

  • ciones entre los espacios sociales que concentran las dos especies de po-der que la clase dominante de toda sociedad compleja debe monopolizar para fundar y legitimar firmemente su primaca: el capital econmico y el capital cultural. Y, por esta razn, ofrece un modelo muy potente para la antropologa histrica de la formacin y de la composicin de la clase dirigente y su apertura diferencial a la penetracin y a la transformacin mediante los conflictos democrticos.9

    La disolucin del dualismo de la estructura y la agencia

    La sociologa de Bourdieu es una sociologa poltica de las formas simb-licas que pretende fusionar las ideas de Kant y de Marx, de Cassirer y de Weber, de Maquiavelo y de Durkheim, para dilucidar la lgica de la dominacin simblica, al tiempo que la fundamenta en la distribucin objetiva de las distintas formas de capital retenido por aquellos que la ejercen. El toque distintivo de esta empresa es que no se limita a los enunciados tericos abstractos sobre el vnculo entre la cultura y el po-der, sino que establece y lleva a cabo un programa detallado de investi-gacin o, para ser ms precisos, de construccin de objetos. En la cabece-ra de esta agenda se encuentra la exigencia de evitar los dualismos perennes que dividen el pensamiento cientfico social y mutilan nuestra capacidad de captar la realidad: aquellos entre el sujeto y el objeto, la op-cin y la coaccin, el consentimiento y la coercin o entre la actividad intencional y significativa por medio de la cual los agentes construyen su mundo, por una parte, y la compulsin impersonal y los lmites que la gravedad de las estructuras sociales les imponen, por la otra.

    En La nobleza de Estado, Bourdieu proporciona quiz el modelo ms logrado hasta la fecha de una sociologa cuya ambicin no es sim-plemente combinar, articular o unir estructura y agencia, sino, lo que es mucho ms importante, disolver la distincin misma entre esos dos pun-tos de vista del anlisis social aparentemente antinmicos, proporcio-nando una demostracin emprica y terica de la necesidad e inseparabi-lidad simultneas de los enfoques estructuralista y constructivista. Esto se debe a que el verdadero principio de la accin, como sugiere Bourdieu, no reside en ninguno de estos dos estados de lo social que constituyen las instituciones y los agentes, sino en su relacin, es decir, en el encuentro, ya sea armonioso o discordante, entre la historia obje-

    162

  • tivada en cosas, o las estructuras que poseen la cuasi-realidad de las co-sas, y la historia encarnada en cuerpos en forma de categoras de la percepcin y de la apreciacin que los individuos adoptan en sus con-ductas y en sus representaciones.10 A partir de esta dialctica del campo y del habitus perpetua y estratificada, de la posicin y la disposicin, de las estructuras sociales y mentales, surgen las prcticas y (re)elaboran el mundo que las crea."

    Al romper con el estructuralismo clsico, Bourdieu reconoce que el universo social es el resultado de un trabajo de construccin incesante. Coincide con la fenomenologa y la etnometodologa en que los indivi-duos producen el mundo en torno a ellos y que el Lebenswelt es, recor-dando una feliz expresin de Garfinkel, un continuo logro prctico.12 Las estructuras de la sociedad que parecen estar por encima y frente a los agentes como objetos externos no son sino el resultado congelado de innumerables actos de ensamblaje cognitivo que guan sus acciones pa-sadas y presentes. En contra de las formas de anlisis mecanicistas que reducen la sociologa a una mera fsica de la sociedad, a una ciencia de la interaccin de estructuras reificadas y muertas, el concepto de habitus nos recuerda que los individuos no son empujados o expelidos por fuer-zas externas a la manera de partculas de hierro en un campo magntico. Por el contrario, los individuos seleccionan y construyen acciones con rumbos significativos y con ello contribuyen de forma activa a determi-nar aquellos mismos factores sociales que los mueven.

    Pero insistir en la agencia, como exigen legtimamente los paradig-mas interpretativos y microsociolgicos, no implica en ningn modo una negacin o una disminucin de la eficacia de la estructura. Pues la agencia, est ella misma socialmente estructurada: los actos de clasifica-cin que guan las opciones de los individuos estn orientados sistemti-camente por los esquemas mentales y corpreos que resultan de la inter-nalizacin de los patrones objetivos de su entorno social existente. Las preferencias, hbitos e inclinaciones de las personas son estructuras so-ciales encarnadas que transcriben dentro de sus organismos las influen-cias y las fuerzas organizadas de su ambiente. La determinacin estruc-tural se aloja de este modo en el ncleo mismo de la agencia y, cuando es as, no se puede distinguir de ella. Pero es ms, reconocer la agencia no es en absoluto equivalente a adoptar una sociologa subjetivista que re-trata individuos cuando actan intencionalmente, ya sea de acuerdo con la teleologa utilitarista de la teora de la eleccin racional, o al modo del

    163

  • animal semitico tan del gusto de los interaccionistas simblicos o de la tradicin fenomenolgica. Donald Davidson ha mostrado que ser in-tencional no es la prueba de tornasol gramatical de la agencia.13 En efecto, argumenta Bourdieu, las elecciones que los agentes sociales hacen en su vida diaria no son los actos intelectuales de la conciencia, que si-tan explcitamente sus propios objetivos a travs de una seleccin deli-berada entre alternativas constituidas como tales por un proyecto, sino el resultado del funcionamiento prctico del habitus.14 Eso equivale a decir que, si el mundo social est construido socialmente, este trabajo de construccin se despliega fundamentalmente por debajo de los controles de deliberacin y discurso y obedece a una racionalidad prctica funda-mentada en la sensibilidad social15 prerreflexiva adquirida por las per-sonas en los universos sociales que los rodean en virtud de su prolonga-da inmersin en ellos. La competencia prctica no surge de la opcin racional, de la conformidad normativa o de una adecuacin situacio-nal, sino de lo que Bourdieu, tomando prestada la terminologa de Mau-rice Merlau-Ponty, denomina la complicidad ontolgica, que vara en grados y en clases, entre las estructuras objetivas del mundo externo y el complejo interno de las disposiciones mentales y corpreas que consti-tuyen el habitus del individuo.16

    Para Pierre Bourdieu, por lo tanto, la lgica inmanente -como opues-ta a la reconstruida- de la prctica se define a s misma en la relacin en-tre el habitus como individualidades biolgicas estructuradas socialmen-te y las estructuras objetivas heredadas de la historia que constituyen los distintos campos que, de forma conjunta, componen una sociedad diferenciada.17 Es esta relacin la que la sociologa debe construir met-dicamente de nuevo diseccionando sus trminos as como reensamblan-do sus encuentros en cada uno de los distintos juegos y sitios sociales que examina en profundidad. Esto es lo que Bourdieu hace en La noble-za de Estado yendo y viniendo constantemente entre las estructuras ms abstractas y las prcticas y preferencias ms concretas de los agentes, pero desplazando el acento a medida que se extiende el anlisis. Dicho de forma tosca, la primera mitad del volumen, la que comprende la parte primera y segunda, se concentra ms en el momento constructivista: explica la gnesis social y la aplicacin de las categoras mentales que los profesores y estudiantes adoptan en su tarea de produccin prctica de la realidad cotidiana de las escuelas de lite. En la segunda mitad elabora el momento estructuralista trazando el mapa de configuracin, trans-

    164

  • formacin y los vnculos mutuos objetivos entre el campo de las grandes coles y el campo de poder, uno de los conceptos ms destacados de Bourdieu para repensar las posibilidades y los lmites de la poltica de-mocrtica en la sociedad contempornea.

    Clasificacin y consagracin

    En la primera parte del libro, titulada Formas acadmicas de clasifica-cin,1 8 Bourdieu explora las estructuras sociales y mentales que dirigen el juicio acadmico y los veredictos de los profesores sobre el trabajo in-telectual y las cualidades de sus alumnos. A travs de un anlisis dete-nido de los resultados del concours general (un examen anual a escala nacional en el que los mejores alumnos de los centros de secundaria franceses compiten por premios), las opiniones consignadas en el libro de calificaciones de una profesora de filosofa de un prestigioso curso preparatorio de Pars para la cole nrmale suprieure (el criadero tradi-cional de la lite de la intelectualidad del pas y alma mater de Bourdieu), y los obituarios de los antiguos profesores publicados en la revista de los alumnos de esta escuela, Bourdieu desvela la actividad clasificatoria de la que la lite acadmica es el producto, es decir, los procesos de (auto)seleccin y cooptacin, orientados por un tcito sentido de las afi-nidades electivas basadas en la educacin de clase y en el ethos, a travs del cual los estudiantes de las diferentes fracciones de la burguesa son reconocidos por sus pares y por sus profesores como los ms dotados y merecedores de ventajas acadmicas.

    Bourdieu demuestra cmo estas taxonomas aparentemente acadmi-cas en realidad permiten aprobar sentencias sociales transfiguradas, que resultan muy eficaces dado que no se perciben como tales. La discipli-na de las mentes ejercida por la escuela, procede de acuerdo con una serie de oposiciones homolgicas (brillante/torpe, distinguido/vulgar, original/comn, alto/bajo, etc.) que estructuran de forma parecida la je-rarqua de las disciplinas (desde las humanidades a las ciencias naturales) y la propia imagen, as como las aspiraciones escolares y laborales que tienen los alumnos mismos. Estas oposiciones valoran sistemticamente las disposiciones culturales de la burguesa culta, por lo que, finalmente, se obtiene una correlacin estrecha entre la jerarqua acadmica difundi-da por la escuela y las verdaderas jerarquas sociales de las que la prime-

    lf!)

  • ra proclama su independencia. Asimismo, las categoras de moralidad acadmica y el espacio de las posibles virtudes escolares mostradas por los profesores estn dispuestas segn un conjunto de dualismos que re-flejan la oposicin entre la burguesa y las clases bajas, por una parte, y en-tre las facciones de intelectuales y de empresarios de la clase alta, por otra. En definitiva, el sistema educativo funciona a la manera de una in-mensa mquina cognitiva que realiza operaciones de calificaciones y clasificaciones que, aunque se dotan con toda la apariencia de neutrali-dad, reproducen las clasificaciones sociales preexistentes y por ello les imprime el sello de aprobacin del Estado.19

    En la segunda parte de este momento constructivista, titulado La ordenacin (en una deliberada referencia a la religin), Bourdieu anali-za la formacin de los alumnos en los cursos preparatorios que les con-ducen a las escuelas de lite, lo que l denomina la produccin de una nobleza. Los cursos preparatorios son programas especiales de dos a cuatro aos que, como su nombre indica, forman a los mejores gradua-dos del sistema francs de enseanza secundaria para los exmenes de entrada a las diferentes grandes coles. Estos cursos funcionan en forma de instituciones completas diseadas para transformar exhaustivamente la mente, el cuerpo y el yo de los estudiantes en conformidad con las exi-gencias previas de las escuelas de lite y la posicin de poder a las que conducen. Tienen su propia organizacin temporal y espacial, distinta de los cursos regulares de la universidad, y someten a sus alumnos a pro-gramas de trabajo angustiosos, con un horario de ms de cuarenta horas semanales de trabajo, que requieren una cantidad idntica de horas de estudio personal, pautado por continuos exmenes orales y escritos. Se-mejante presin competitiva sin descanso est diseada no slo para ais-lar a los alumnos de su familia, sino tambin, y lo que es ms importan-te, para separarlos del resto de su cohorte de edad, especialmente de los estudiantes que siguen el camino mucho menos prestigioso de la univer-sidad. El internamiento selectivo realizado por el prpas produce un grupo social y mentalmente homogneo cuya homogeneidad misma re-fuerza la mutua (re)socializacin y el cierre del capital social, limitando as las oportunidades de establecer alianzas equivocadas y sentando las bases para futuros patrones de coordinacin y cooperacin en el seno de una clase.

    La socializacin intensiva y segregadora dispensada por estos cursos preparatorios tambin da lugar a un esprit de corps especfico de la clase

    166

  • dirigente contempornea y propicia su integracin ideolgica a pesar de sus potenciales o reales divisiones actuales (de ah el subttulo del libro de Bourdieu en francs), es decir, este sentimiento de solidaridad de grupo que entronca con la comunalidad de esquemas de percepcin, apreciacin, pensamiento y accin que fundamenta la connivencia no pensante de un conjunto de inconscientes bien orquestados.20 El signi-ficado fundamental de la pedagoga de los cursos preparatorios se en-cuentra menos en su mensaje que en su medio que separa a sus pupilos (los miembros de y los candidatos a las grandes coles se denominan ele-ves y no tudiants) de los estudiantes corrientes y les inculcan una rela-cin distintiva con la cultura que refuerza el dominio pblico del yo como preludio y condicin de autoridad sobre los otros.

    La ascesis rigurosa exigida a los estudiantes del prpas tiene todas las caractersticas de una iniciacin carismtica dotada de lo que Nelson Goodman denomina el poder de construir el mundo,21 es decir, la ca-pacidad de producir aquella realidad que, simplemente, merece la pena registrar. La eficacia de esta profeca de autocumplimiento colectivo se explica no slo por el hecho de que, habiendo seleccionado a aquellos j-venes ms predispuestos a adherirse a sus dictados y valores, estas es-cuelas predican sobre todo para los convertidos. Tambin se debe a su capacidad de imbuir incluso a sus estudiantes ms rebeldes un sentido de dignidad y de noblesse oblige que les lleva a adoptar el credo de la legiti-midad meritocrtica de sus privilegios y a identificarse con su defensa, incluso cuando de hecho no se les conceden estos privilegios:

    La institucin de la nobleza escolar, como grupo que la creencia colectiva designa para un destino excepcional, tiene el efecto de constituir semejante destino excepcional (...) El acto acadmico de la consagracin coloca a indi-viduos en la misma clase jurdica, designada y constituida por el credencial, que en realidad constituyen una clase estadstica, definida como tal por una cierta dispersin. Por consiguiente lleva a la totalidad de los elegidos a espe-rar de ellos mismos logros que slo se garantizan a una pequea fraccin de la clase (...) Adems, el hecho mismo de pertenecer a un grupo al cual se le ofrece la posibilidad de obtener las mayores distinciones, permite tomar par-te en estas distinciones tanto objetiva como subjetivamente o, ms exacta-mente, compartir el capital simblico garantizado para el grupo como un todo por la totalidad de las escasas propiedades acumuladas por la totalidad de sus miembros y, en particular, por los ms prestigiosos de ellos.22

    167

  • El poder como efecto de homologas estructurales

    Habiendo dejado al desnudo la ntima conexin entre el orden de las cla-ses y las clasificaciones acadmicas, as como el proceso de consagracin de los electii, Bourdieu se ocupa de los dos espacios sociales en los que evolucionan los estudiantes y los graduados de las escuelas de lite, el campo de las grandes coles y el campo de poder, dedicando las tres lti-mas partes de La nobleza de Estado a un anlisis sincrnico y diacrni-co de su estructura, cambio e interrelaciones.

    Aqu Bourdieu rompe con la naturaleza monogrfica de los estudios convencionales de las escuelas de lite. Al afirmar que las propiedades ms distintivas de la clase dirigente pueden detectarse nicamente al lo-calizarla primero en la constelacin general que forman de manera co-lectiva, comienza trazando una topologa social de las grandes coles. Un anlisis factorial de correspondencias entre las caractersticas del cuerpo de alumnos de las 84 instituciones examinadas muestra dos homologas sorprendentes entre la estructura del espacio de las escuelas de lite y la estructura de clases. En primer lugar, la oposicin entre las escuelas prin-cipales y las menores refleja la oposicin en el espacio social entre la han-te bourgeoisie y [apetite bourgeoisie. En segundo lugar, el dualismo en-tre escuelas intelectuales (como la Ecole nrmale suprieure) y las escuelas adaptadas para el ejercicio del poder poltico-econmico (como la Ecole des hautes tudes commerciales, la principal escuela francesa de ciencias empresariales) reproduce el antagonismo polar entre las dos fac-ciones de la clase dominante, es decir, la burguesa econmica y la cultu-ral. Qu es lo que explica estas homologas? La respuesta de Bourdieu es una vez ms desenmaraar la dialctica de las estructuras mentales y sociales. Dado que los alumnos han internalizado las categoras de juicio que han sido establecidas a partir de estas oposiciones sociales, tienden a inclinarse por aquellas escuelas que recompensan el tipo de disposicio-nes socioculturales que han adquirido en su familia y que mejor encajan con el tipo de posiciones de poder a las que dan acceso cada una de las distintas escuelas. Esta correspondencia se expresa tambin entre la es-tructura de las posiciones que los estudiantes ocupan en el espacio de las escuelas (y las trayectorias que les han llevado hasta all) y las preferen-cias y posturas que adoptan en los diversos dominios, desde el consumo cultural y la poltica a la religin y las aficiones. De este modo, por ejem-plo, a los estudiantes de la Ecole nrmale suprieure, al estar unidos al

    168

  • polo intelectual del espacio de las escuelas y destinados a las facciones intelectuales de la clase dominante, en general les desagradan los depor-tes pero son unos vidos aficionados al teatro y la pera; leen ms peri-dicos y revistas acadmicas y estn polticamente ms a la izquierda que sus homlogos de la Ecole de HEC, quienes normalmente colocan las actividades deportivas por encima de las intelectuales, mientras que los alumnos de la ENA (Ecole nationale d'administration, un estableci-miento de postgrado que prepara para los altos puestos de la administra-cin) se encuentran en un lugar intermedio. Esto se debe a que las "op-ciones" ticas, estticas y polticas encuentran su base en la matriz de preferencias derivada de la incorporacin de la estructura del capital he-redado.23

    Pero los mecanismos de reproduccin que estn en juego aqu son nicamente estadsticos. Mientras que sesgan sistemticamente las pro-babilidades de xito acadmico a lo largo de un gradiente de clase, no impiden ni la (limitada) movilidad hacia abajo, y con ella la desilusin y la discordia de aquellos que fracasan a la hora de preservar su distingui-da posicin, ni aquellas trayectorias entrecruzadas al final de las cua-les las hijas de los catedrticos de universidad ingresan en las escuelas de empresariales y los hijos de los ejecutivos de las empresas eligen conver-tirse en filsofos. De hecho, Bourdieu sostiene que tales trayectorias desviadas son uno de los factores ms importantes en la transformacin de los campos de poder porque producen disposiciones inestables que a su vez generan prcticas y posturas contradictorias, si no de reaccin, especialmente en el mbito de la poltica:24 vase el izquierdismo extre-mo de muchos estudiantes de origen burgus durante la dcada de 1960 en Europa y Norteamrica.

    Sin embargo, el hallazgo ms importante de Bourdieu es que el espa-cio de las grandes icoles est vinculado al espacio general de las posicio-nes de poder an por otra relacin de homologa. Los diferentes campos en los que circulan las diversas formas de capital monopolizado por la burguesa -a saber, el campo econmico, el campo del alto funcionaria-do, el campo universitario y el campo artstico- estn formados de acuerdo con la jerarqua objetiva entre las dos formas de poder domi-nantes en disputa, el poder econmico y el poder cultural.25 De este modo, la misma estructura quiasmatica organiza el espacio social, el campo de las escuelas de lite, y el campo de poder (y la propia burgue-sa contempornea): en cada uno de ellos, la distribucin segn el prin-

    169

  • cipio dominante de dominacin (el capital econmico) se encuentra en una simetra inversa a la distribucin de acuerdo con el principio domi-nado de dominacin (el capital cultual), segn se indica en la figura si-guiente.

    capital cultural + capital cultural -capital econmico -

    ESPACIO SOCIAL capital econmico +

    artista profesiones burgus cientfico

    CAMPO D E P O D E R hombres de negocios

    Artstico-cientfico Campo burocrtico campo econmico-jurdico

    acadmico (gobierno) CAMPO D E LAS ESCUELAS D E LITE

    escuelas intelectuales ENA Ciencia Poltica Escuelas poltico-econmicas

    Ecole normale suprieure H E C

    No tenemos espacio aqu ni siquiera para bosquejar el anlisis subsi-guiente de Bourdieu, basado en un impresionante despliegue de datos de las 200 principales empresas francesas y de sus directivos, de la compo-sicin interna del segmento de los negocios de la burguesa26 y de las mltiples estrategias que desarrollan para reconvertir y preservar su ca-pital, as como para rechazar las demandas de los poseedores de creden-ciales exigiendo una mayor parte del botn de la dominacin. Ni tampo-co es posible hacer justicia a las complejidades de su explicacin sobre los dos modos de reproduccin que la nobleza de Estado actual combina para perpetuar su dominio. Valga decir que la primera, la reproduccin directa, se basa en la transmisin sin mediacin de la propiedad privada a travs de la familia, mientras que en la segunda, la reproduccin basada en la escuela, la herencia del poder y de los privilegios se hace con la me-diacin de las instituciones educativas que actan como pantalla y ga-ranta de preeminencia de acuerdo con la figura democrtica del mri-to. La especificidad de la segunda radica en la lgica estocstica: al tiempo que permite a la clase reproducirse como colectivo, no garantiza que este o aquel miembro sea capaz de preservar su posicin. La contradiccin especfica de este mecanismo de reproduccin reside de este modo en la

    170

  • disyuntiva que crea entre el inters de clase que salvaguarda la escuela y el inters individual de aquellos hijos de la clase que debe sacrificar como precio para la ganancia aadida de la legitimidad garantizada por la pro-longacin de la cadena de consagrados y de la mucho mayor opacidad del proceso de reproduccin.

    Otro hallazgo sorprendente de esta investigacin es la extraordinaria elasticidad de las estructuras de poder en Francia. A pesar de la rpida proliferacin de escuelas profesionales ms pequeas (especialmente de direccin de empresas) y del incremento general de la asistencia educati-va y de la competicin, la forma del campo de las grandes coles ha per-manecido virtualmente inmutable a lo largo de las dos dcadas despus de 1966. Si acaso, los cismas entre establecimientos prestigiosos e infe-riores, por una parte, y entre la universidad y las grandes coles, por otra, se han ahondado, contribuyendo a un mayor elitismo de estas ltimas. Mientras que para la burguesa empresarial, el aumento relativo del peso del capital cultural (y especialmente de las licenciaturas que certifican una cultura burocrtica general como opuesta a los credenciales que tes-tifican una competencia tcnica o cientfica) en estrategias de reproduc-cin ha erosionado, pero ciertamente no ha anulado, la capacidad de re-producirse autnomamente que posee el capital econmico. En efecto, Bourdieu insiste en que la tendencia del modo de reproduccin mediati-zado por la escuela de suplantar el modo directo, no es en absoluto una evolucin necesaria e irreversible: por el contrario, es el resultado con-tingente de una batalla poltica que bloquea las distintas facciones de la burguesa para la dominacin del campo econmico a travs de la me-diacin de la anexin del Estado.27

    Para los estudiosos de poltica democrtica, los anlisis incluidos en La nobleza de Estado dejan meridianamente claro que Bourdieu recha-za tanto la visin centralista del poder de arriba hacia abajo localizado en un aparato (al estilo de Althusser), capaz de imponer mecnicamente su propia lgica a la gente como la concepcin del poder espontnea o descentralizada que surge desde abajo y se dispersa a travs de las re-des que forman la sociedad, que encontramos en las obras de Michel Foucault y de los analistas de la poltica convencional que inspir. Bour-dieu comparte con Foucault la visin de que el poder no es una sustan-cia que posean los individuos o los grupos, sino un efecto de ciertas re-laciones sociales inscritas en la verdadera constitucin de los sujetos que lo ejercen y lo sufren.28 Coincide en la idea de que el poder adopta una

    171

  • multiplicidad de formas (como las diferentes especies de capital) que puede, bajo condiciones precisas que el anlisis social puede determinar, activar una gama igualmente variada de estrategias de resistencia, oposi-cin o autopreservacin. De hecho, es la diferenciacin misma de las formas de capital y del correspondiente surgimiento de un microcos-mos social y de los mecanismos dedicados a su acumulacin y conserva-cin separada, la que necesita fraguar la nocin de campo de poder.29 Asimismo, Bourdieu coincide con Foucault en que el ejercicio del poder no necesita una intencin consciente y una toma de decisiones explcita y que el poder no es simplemente represivo, sino tambin productivo de nuevas relaciones y realidades. Sin embargo los dos tericos sociales franceses se distancian al menos en dos razonamientos principales.

    En primer lugar, Bourdieu sostiene que, lejos de mantenerse difuso en lo social en forma de vasos capilares, el poder se concentra en sectores institucionales definidos y en zonas determinadas del espacio social: el campo de poder es precisamente el terreno en donde se acumula la ener-ga social constituida por formas de acumulaciones de capital y donde se disputa y se adjudica el valor relativo de las distintas especies de poder. Ms que un anlisis ascendente del poder desde sus mecanismos infini-tesimales,30 Boudieu da prioridad a un anlisis dirigido al nexo de las ins-tituciones que aseguran la reproduccin del capital econmico y cultural a travs de las acciones y reacciones aparentemente anrquicas de una multitud de agentes que al mismo tiempo compiten y se confabulan en el funcionamiento de circuitos de legitimacin cada vez ms extensos y ms complejos avalados en ltima instancia por el Estado como arbitr de los conflictos entre capitales en disputa. Una segunda diferencia importante entre Bourdieu y Foucault es que, a diferencia del savoir-pouvoir, la vio-lencia simblica no presupone la mediacin de un discurso o de orga-nismos formalizados de conocimiento que impliquen afirmaciones de la verdad, como en el anlisis del biopoder de Foucault en el surgimiento de la sociedad disciplinaria.31 Por el contrario, la violencia simblica fun-ciona por medio de la inculcacin de categoras mentales que, al estar ajustadas al mundo objetivo a partir del cual se difunden, hacen posibles los efectos de poder al convertirlos en imperceptibles:

    Los agentes contribuyen involuntariamente a ejercer la dominacin simb-lica que a su vez se ejerce sobre ellos, es decir, sobre su inconsciente, en la medida en que -y slo en la medida en que- sus estructuras mentales con-

    172

  • cuerdan objetivamente con el microcosmos social en el que se engendran y se invierten sus intereses especficos en, y mediante esa misma concordancia.32

    En cuanto al tringulo: poder, derecho, verdad tan apreciado por Fou-cault, Bourdieu lo sustituye por el tringulo poder-cuerpo-creencia.33 Al final, la hegemona de la burguesa actual se apoya en la pirmide com-pleta de homologas cruzadas y reforzadas mutuamente que conecta con una red de estructuras, objetivas y subjetivas, desde las cuales en ltima instancia surge la creencia, santificada por el Estado y compartida tanto por el dominante como por el dominado, en la necesidad y legitimacin de su dominio.

    Cada una de las cuatro partes de La nobleza de Estado -sobre las races sociales de los esquemas acadmicos del juicio, el proceso de produccin de una lite acadmica consagrada, la forma y la evolucin del espacio de las escuelas de lite, la estructura y la modificacin de la clase capitalista y sus lazos con estas escuelas y el Estado- pueden leerse de forma sepa-rada con un considerable provecho para aquellos estudiosos interesados en la relacin entre la democracia, por una parte, y la educacin, la clase, la cultura, las organizaciones formales y el dominio econmico y polti-co, por la otra.34 Sin embargo, nicamente cuando se juntan y se piensan de manera conjunta, es cuando se puede percibir por completo su im-portancia analtica y su impacto. Es la intrincada red de vnculos genti-cos, estructurales y funcionales entre cada uno de esos aspectos del do-minio tecnocrtico la que proporciona la visin ms clara del objeto que Bourdieu ha intentado construir, as como su ventaja ms completa a partir del cual hay que evaluar tanto el mtodo que emplea para este pro-psito, como la explicacin propuesta para lo que l denomina la magia del Estado de las credenciales en las sociedades racionalizadas implica-das. La nobleza de Estado no proporciona respuestas adecuadas a todas las preguntas que plantea, ni soluciones a todos los enigmas que saca a la luz. Pero ofrece un conjunto de instrumentos analticos muy potentes, as como un arriesgado modelo provisional para el anlisis comparativo e histrico de las clases dirigentes de las diferentes pocas que resulta especialmente apropiado para demostrar cmo funciona la dominacin en las sociedades democrticas liberales repletas de ideales de igualdad formal y de mrito individual.

    173

  • No es casualidad que La noblesse d'tat se publicara a principios de

    1989 (y se abra con una cita epigramtica de 1789), precisamente cuando

    las clases dirigentes del pas estaban preparndose para las festividades

    nacionales en honor de la Revolucin Francesa. El libro fue la contribu-

    cin personal de Bourdieu al bicentenario, una contribucin iconoclasta

    y veraz a los ideales originarios de 1789. Al desenmascarar la (auto)mis-

    tificacin colectiva que inviste al poder en el mismo momento en el que

    se lo celebra pblicamente, Bourdieu esperaba, si no contribuir al pro-

    ceso de disolucin dentro de la clase dirigente del que Marx habla en El

    manifiesto comunista, s al menos registrar una nota de disconformidad

    en el concierto de felicitaciones orquestado por la nueva nobleza de Es-

    tado de Francia (dirigida por los socialistas), lo suficientemente estri-

    dente como para obligar a salir a la luz la verdad de las relaciones de po-

    der, aunque slo sea forzndolas a esconderse an ms.35

    Notas

    1. Pierre Bourdieu y Monique Saint Martin, Le patronat, Actes de la recherche en sciencies sociales 20/21 (marzo-abril de 1978): 3-82, en la p. 76.

    2. El poder simblico es una forma subordinada del poder, una forma transfigura-da, es decir, irreconocible, transformada y legitimada por otras clases de poder. Una cien-cia unificada de la/s prctica/s debe trascender la opcin forzada entre los modelos ener-gticos estriles que describen las relaciones sociales como relaciones de poder y los modelos cibernticos que las consideran relaciones de comunicacin. Una ciencia as debe describir las leyes de transformacin que gobiernan la trasmutacin de las distintas clases de capital en capital simblico (Pierre Bourdieu, Symbolic Power, en Langua-ge and Symbolic Power [Cambridge: Polity Press, 1990, este artculo de 1977, p. 70).

    3. Loi'c Wacquant, From Ideology to Symbolic Violence: Culture, Class and Cons-ciousness in Marx and Bourdieu, International Journal of Comparative Sociology, 30, nmero 2 (octubre de 1993): 125-142.

    4. Pierre Bourdieu. Distinction: A Social Critique of the Judgement of Taste (Cam-bridge, MA: Harvard University Press, 1984 [1979]), pp. 466-484.

    5. En orden de su publicacin original seran, Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passe-ron, The Inheritors: French Students and their Relations to Culture (Chicago: University of Chicago Press, 1979 [1964]); Pierre Bourdieu, Jean-Claude Passeron, Monique de Saint Martin et. al., Academic Discourse: Linguistic Misunderstanding and Professional Power (Cambridge: Polity, 1992 [1965]); Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron, Re-production in Education, Society and Culture (Londres: Sage, 1977 [1970]); Pierre Bour-dieu, Homo Academicus (Cambridge: Polity Press, 1988 [1984]), y The State Nobility: Elite Schools in the Field of Power (Cambridge: Polity, 1996 [1989]). Siete nmeros de

    174

  • Actes de la recherche en sciences sociales, la revista fundada por Bourdieu y editada en el Centro para la Sociologa Europea, el grupo de investigacin que diriga en Pars, se de-dicaron a la educacin entre 1975 y 1990.

    6. Esto lo pudo ver claramente hace dos dcadas Collins: Bourdieu es ms que un socilogo de la educacin. La educacin no es ms que un lugar estratgico para su argu-mento (Randall Collins, Cultural Capitalism and Symbolic Violence*, en su Sociology Since Mid-Century: Essays in Theory Cumulation (Nueva York: Academic Press, 1981), pp. 173-182, en la p. 174). Est documentado exhaustivamente por la investigacin so-ciolgica de Frank Popeau sobre la sociologa de la educacin en Francia durante las cua-tro ltimas dcadas sealando con precisin la ubicacin distintiva de Bourdieu dentro de ella, Une Sociologie d'Etat. L'ecole et ses experts en France (Pars: Raisons d'agir Edi-tions, 2003).

    7. Bourdieu y Passeron, Reproduction in Education, Society and Culture, p. 178. 8. Pierre Bourdieu, The State Nobility: Elite Schools in the Field of Power (Cam-

    bridge: Polity Press, 1996 [1989]), p. 5. El ttulo original completo del libro en francs: La Noblesse d'Etat. Grandes coles et esprit de corps.

    9. Comento en profundidad este punto en mi Prlogo a The State Nobility, pp. ix-xii, en el que tambin bosquejo la trasposicin entre las escuelas de lite francesas y esta-dounidenses (o britnicas) para mostrar la aplicabilidad de la nocin de campo de po-der de Bourdieu ms all del marco emprico de la concepcin; ver tambin el captulo de Gil Eyal en este libro.

    10. Pierre Bourdieu, Legn sur la legn (Pars: Minuit, 1982), p. 38. [Trad, castellana: Leccin sobre la leccin, Barcelona, Anagrama, 2002.]

    11. La dialctica de las estructuras sociales y las estructuras mentales aparece de forma comprimida en las pginas del Prlogo a The State Nobility, pp. 1-6 que se en-cuentran entre lo ms lcido y coherente escrito nunca por Bourdieu.

    12. Harold Garfinkel, Studies in Ethnometodology (Englewood Cliffs: Prentice-Hall, 1967).

    13. Donald Davidson, Essays on Actions and Events (Oxford: Clarendon Press, 1980), p. 44.

    14. Bourdieu, State Nobility, p. 2. 15. James Ostrow, Social Sensitivity (Albany: State University of New York Press,

    1989). 16. As Axel Honeth no podra estar ms lejos de la verdad cuando interpreta el an-

    lisis de Bourdieu de la prctica como una transformacin utilitaria del estructuralismo antropolgico (...) que analticamente pone las prcticas simblicas al mismo nivel que las prcticas econmicas, como actividades sociales realizadas desde el punto de vista de la maximizacin utilitarista (The Fragmented World of Symbolic Forms: Reflections on Pierre Bourdieu's Sociology of Culture, Theory, Culture & Society 3 (1986): 55-66, en la p. 55). Para refutaciones explcitas de esta lectura neoclsica de la teora de Bourdieu del sentido prctico ver Pierre Bourdieu, In Other Words: Essays Toward a Reflexive Sociology (Cambridge: Polity Press, 1999, ed. rev. 1994 [1987]), pp. 34-57, 87-93, 194-196 y The Logic of Practice (Cambridge:Polity Press, 1990 [1980], Libro I, especialmente, pp. 42-65.

    175

  • 17. The State Nobility, p. 53. Tambin: Encontramos aqu el principio de accin ms oscuro que no reside ni en las estructuras ni en la conciencia, sino en la relacin de proximidad inmediata entre las estructuras objetivas y las estructuras personificadas (The State Nobility, 38).

    18. Alusin transparente al ensayo clsico de mile Durkheim y Marcel Mauss, Pri-mitive Forms of Classification (ed. Rodney Needham, Chicago: The University of Chi-cago Press, 1963 [1903]), en el que se formula por primera vez la idea, central a todas las teoras de Bourdieu, de una correspondencia entre las estructuras sociales y las estructu-ras mentales (State Nobility, p. 1 -6). La afiliacin no es un mero homenaje al fundador de la sociologa francesa moderna y a su sobrino ni un modo de sealar las races durkhei-mianas de la problemtica de Bourdieu: es tambin sustantivo, ya que Bourdieu cree que la funcin social de la integracin lgica que tiene la clasificacin totmica en las for-maciones sociales segmentarias la desempean las taxonomas acadmicas y las creden-ciales en las sociedades avanzadas.

    19. The State Nobility, p. 52. 20. The State Nobility, p. 85. 21. Nelson Goodman, Ways ofWorld-Making (Indianpolis: Hackett Publishing,

    1978). 22. The State Nobility, p. 113, pp. 113-114. 23. Ibd., pp. 170-171. 24. Ibd.,p. 183. 25. Bourdieu sugiere tambin que la estructura de cada uno de estos campos est orga-

    nizada de una manera homologa a la del campo de poder como un todo y que cada uno debe una serie de sus propiedades ms especficas a la posicin que ocupa dentro de este ltimo. Para una demostracin en el caso del campo universitario, ver Bourdieu, Homo Academicus.

    26. En sntesis, dos oposiciones principales estructuran el campo de poder econmi-co. La primera enfrenta a los patrons d'Etat (es decir a los directivos de las empresas que habiendo ido a las escuelas de lite, deben sus carreras y su poder a sus vnculos con el Es-tado y a la promocin de una visin modernizada y tecnocrtica de la empresa) y los patrons prives (los herederos de las grandes dinastas comerciales, financieras e industria-les, localizadas con ms frecuencia en las provincias, faltos de credenciales y unidos a una concepcin paternalista, si no autocrtica, de la direccin). La segunda enfrenta a la no-bleza de los negocios (viejos linajes corporativos que descienden de la nobleza y la alta burguesa parisina) y los advenedizos que slo han alcanzado recientemente la clase dominante. Bourdieu demuestra que en estos dualismos subyace toda una serie de dife-renciaciones sistmicas entre los capitalistas y en particular diferencias en su mezcla de estrategias de reproduccin y de legitimacin.

    27. The State Nobility, p. 322. Esta lnea de anlisis se ampla en Pierre Bourdieu, Razones prcticas (Barcelona, Anagrama, 1997 [1994]), en especial los captulos 2 y 3, El nuevo capital (original de 1989) y Repensar el Estado: sobre la gnesis y la estructura del campo burocrtico (original de 1990).

    28. Comparar Michel Foucault, Power/Knowledge (Nueva York: Panten, 1980), 78-108, con, por ejemplo, The State Nobility, pp. 102-123 y Meditaciones pascalianas (Barcelona, Anagrama, 1999 [1997]), captulo 6.

    176

  • 29. Ver Pierre Bourdieu y Loie Wacquant, From Ruling Class to Field Power, Theory, Culture & Society, 10, numero 1 (agosto de 1993): 19-44 y Bourdieu, The Forms of Capital, en John G. Richardson (ed.) Handbook of Theory and Research for the Sociology of Education (Nueva York: Greenwood Press, 1983), pp. 241-258.

    30. Foucault, Power/Knowledge, p. 99. 31. Michel Foucault, Vigilar y castigar: nacimiento de la prisin (Madrid, Siglo X X I ,

    2000) y Historia de la sexualidad vol. I, Introduccin (Madrid, Siglo X X I , 1982 [1976]). 32. Bourdieu, The State Nobility, p. 4. 33. Foucault, Power/Knowledge, p. 93; ver especialmente Bourdieu, The Logic of Prac-

    tice, captulos 4, 7 y 8 y Meditaciones pascalianas, captulo 4. De este modo, en contra de la afirmacin de Lash, resulta evidente que Bourdieu no comparte en absoluto las ideas de poder/conocimiento de tipo posmoderno de Foucault (Scott Lash, Modernization and Postmodernization in the work of Pierre Bourdieu, en su Sociology of Postmoder-nism (Londres: Routledge, 1990), pp. 237-265, en la pgina 254.

    34. Para una seleccin de contrastaciones y convergencias con la investigacin en cada una de estas reas ms o menos coetneas a la publicacin de La Noblesse d'Etat, ver, respectivamente, Fritz Ringer, Fields of Knowledge: French Academic Culture in Com-parative Perspective, 1890-1985 (Cambridge: Cambridge University Press, 1992) y Ste-ven Brint y Jerome Karabel, The Diverted Dream: Community Colleges and the Promi-se of Educational Opportunity in America, 1950-1985 (Nueva York: Oxford University Press, 1989) sobre la cultura y la poltica de la educacin terciaria en Europa y Estados Unidos; Maurice Zeitlin, The Large Corporation and Contemporary Classes (New Brunswick: Rutgers University Press, 1989) y George E. Marcus, Lives in Trust: The For-tunes of Dynastic Families in Late 20th-century America (Boulder: Westview Press, 1991), sobre la construccin de la clase dirigente estadounidense; Lawrence W. Levine, High-Brow/'Low-Brow: The Emergence of Cultural Hierarchy in America (Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press, 1988), sobre el proceso histrico de sacraliza-cin de la cultura intelectual; Walter W. Powell y Paul DiMaggio (eds.), The New Ins-titutionalism in Organizational Analysis (Chicago: University of Chicago Press, 1992), sobre anlisis organizativo; Neil Flingstein, The Transformation of Corporate Control (Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press, 1991), sobre las relaciones hist-ricas entre las formas corporativas estadounidenses y el Estado; y Paul Corrigan y David Sayer, The Great Arch: English State Formation as a Cultural Revolution (Oxford: Basil Blackwell, 1985) y Roger Brubaker, Citizenship and Nationhood in France and Germany (Cambridge, Massachusetts: Harvard University Press, 1992), sobre la dimensin simb-lica del Estado y de la formacin cvica.

    35. Prefacio a Reproduction in Education, Society and Culture, p. xxi.

    177