Tradición e Innovación Artísticas en Castilla en el siglo XIII

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1 III Semana de Estudios Alfonsíes: Fernando III- 1217- 1252 –1284- Alfonso X. 750 Aniversario. Permanencias e innovaciones, Cátedra Alfonso X el Sabio, Puerto de Santa María, 2002. 135 Tradición e innovación artísticas en Castilla en el siglo XIII Rafael Cómez Ramos Universidad de Sevilla Dentro de la perspectiva en que se han concebido estas conferencias 1 , hemos de enfrentar las figuras de los dos monarcas, padre e hijo, Fernando III el Santo y Alfonso X el Sabio, destacando los aspectos tradicionales o innova- dores de su regia munificencia dado que se trata de dos de los más espléndidos mecenas de la Edad Media española. El vasto panorama de las empresas artísticas de ambos soberanos nos presenta la tentación de desarrollar en extensión todo lo que significó su gene- roso mecenazgo en los reinos de Castilla, León, Jaén, Córdoba, Sevilla y Mur- cia, sin embargo, por razones de tiempo y espacio, limitaremos nuestra exposi- ción a lo que fueron las viejas capitales de Burgos y León, con objeto de

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Artículo donde Rafael Cómez, Catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, desgrana algunos de los elementos fundamentales para la comprensión de la arquitectura medieval castellana.

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    1 III Semana de Estudios Alfonses: Fernando III- 1217- 1252 1284- Alfonso X. 750Aniversario. Permanencias e innovaciones, Ctedra Alfonso X el Sabio, Puerto de SantaMara, 2002.

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    Tradicin e innovacin artsticas en Castillaen el siglo XIII

    Rafael Cmez RamosUniversidad de Sevilla

    Dentro de la perspectiva en que se han concebido estas conferencias 1,hemos de enfrentar las figuras de los dos monarcas, padre e hijo, Fernando IIIel Santo y Alfonso X el Sabio, destacando los aspectos tradicionales o innova-dores de su regia munificencia dado que se trata de dos de los ms esplndidosmecenas de la Edad Media espaola.

    El vasto panorama de las empresas artsticas de ambos soberanos nospresenta la tentacin de desarrollar en extensin todo lo que signific su gene-roso mecenazgo en los reinos de Castilla, Len, Jan, Crdoba, Sevilla y Mur-cia, sin embargo, por razones de tiempo y espacio, limitaremos nuestra exposi-cin a lo que fueron las viejas capitales de Burgos y Len, con objeto de

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    2 R. Branner, Saint Louis and the Court Style in Gothic Architecture, Londres, 1965.3 M. Gonzlez Jimnez, Alfonso X, rey de Castilla y Len (1252-1284) in J. Montoya

    y A. Domnguez (Coord.), El scriptorium alfons: De los libros de Astrologa a las Cantigasde Santa Mara Madrid, 1999, pp. 1-15. Vase tambin del mismo autor su biografaAlfonso X el Sabio (1252-1284), Palencia, 1993, y El infante don Fernando de la Cerda.Biografa e itinerarioin M.J. Alonso Garca et alii (eds.), Literatura y Cristiandad. Homenajeal profesor Jess Montoya Martnez (Estudios sobre Hagiografa, Mariologa, pica y Retrica),Granada, 2001, p. 533.

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    presentar obras artsticas realizadas durante ambos reinados que nos induzcana una reflexin sobre los aspectos de permanencia e innovacin en el artehispano del siglo XIII.

    I

    El desarrollo del arte en Castilla en el siglo XIII no se explica si no consi-deramos previamente la vinculacin de la casa real castellana con la francesa.La reina de Francia, Blanca de Castilla, madre de Lus IX el Santo y ta deFernando III el Santo, haba promovido la construccin de algunos edificiosdel gtico radiante que ha sido conceptuado como estilo de la corte de SanLus 2. Ms tarde, Fernando III el Santo, despus de fallecer su esposa Beatrizde Suabia, madre de Alfonso X, contraer nuevas nupcias con la francesa Juanade Ponthieu, pariente de Luis IX. Con todo ello, la relacin de ambas familiasreales continuara pues el infante Fernando de la Cerda, heredero de Alfonso X,se cas con Blanca, hija de San Lus 3.

    Estas relaciones familiares tuvieron su correlato en el mbito poltico yeconmico y, obviamente, su influjo en la esfera artstica. As pues, el espritude la corte francesa donde imperaba el mejor arte gtico de la Isla de Franciafue el modelo a seguir por la corte castellana, si bien la extraordinaria persona-lidad de Alfonso el Sabio no fue nunca ajena a la sutil belleza del arte islmico.Gracias a la conquista de las ms importantes ciudades andaluzas y su ricaaportacin econmica a la corona castellana se concluiran las obras de lascatedrales de Burgos y Toledo, en lo fundamental, comenzndose la edificacin

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    4 J. Puente Mguez, La frustrada catedral gtica de Santiago de Compostela eslabn perdidoen las relaciones artsticas entre Francia y Espaa en el siglo XIII?in CH. Freigang(herausg.), Gotische Architektur in Spanien (Kolloquium Universitt Gtingen 1994),Frankfurt, 1999, pp. 42-43.

    5 E. Lambert, El arte gtico en Espaa en los siglos XII y XIII, Madrid, 1977, pp.248-273.6 H. Karge, Die Kathedrale von Burgos und die spanische Architektur des 13 Jahrhunderts,

    franzsische Hochgotik in Kastilien und Leon, Berln, 1989, pp.231-233.

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    de la catedral de Len y el inicio de la frustrada catedral gtica de Santiagode Compostela.

    Entre 1256 y 1258 se iniciaron las obras de transformacin de la baslicade Santiago, que comenzaron por la ampliacin de la cabecera al igual queocurri en las catedrales francesas de Cambrai, Coutances, o Le Mans, permi-tiendo el uso del templo romnico ya que estas obras tenan lugar en el exterior.El conocimiento que tena el arzobispo don Juan Arias de las nuevas realiza-ciones artsticas francesas y castellanas, as como la favorable coyuntura econ-mica propiciada por las recientes conquistas andaluzas, impulsaron su proyectode adaptacin de la vieja baslica compostelana al gusto de la moda francesade los nuevos tiempos del gtico 4.

    Ciertamente, la indudable repercusin artstica del gtico burgals se debeno slo a la calidad de los maestros que laboraban en los talleres de la catedralde Burgos sino tambin al efecto de larga duracin de aquellos otros talleresque edificaban la prxima iglesia abacial de Las Huelgas Reales desde las dosprimeras dcadas del siglo XIII 5. En ambas construcciones se demuestra elpapel decisivo que desempe la regin del Loira en la transmisin del artegtico del norte de Francia hasta Espaa, con lo cual contemplamos los evi-dentes nexos de unin del gtico castellano con el gtico europeo.

    Las estructuras arquitectnicas fundamentales de la catedral de Burgosterminadas ya en 1260 haban seguido el modelo del ncleo catedraliciode Bourges cuya portada occidental de arcaturas ciegas horizontales tuvo largadescendencia no slo en el Suroeste de Francia por el Camino de Santiagosino tambin en la arquitectura espaola a travs de Burgos. El primer maestrode la catedral de Burgos, annimo, formado en el taller de Bourges, antes depasar a Espaa con un grupo de canteros, debi de trabajar en la construccinde la cabecera de San Martn de Tours, segn sostiene Henrik Karge 6, pues as

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    7 H. Karge, La cathdrale de Burgos. Organisation et technique de la construction inR. Recht (coord.), Les batisseurs des cathedrales gothiques, Strasbourg, 1989, pp. 139-163.

    8 H.Karge, Die kathedrale von Burgos..., p.201.9 R. Cmez Ramos, Las empresas artsticas de Alfonso X el Sabio, Sevilla, 1977, p. 69.

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    lo evidencia tanto la forma de las ventanas de la parte superior de los murosen Burgos como el tema de las ligaduras longitudinales de las bvedas, difun-dido en el mbito anglo-normando y transmitido a Burgos a travs de la regindel Loira gracias al importante factor de intercambio de ideas y productosque significaba la Via Turonensis va norte del Camino de Santiago lacual partiendo de Tours pasaba por Burgos (fig. 1).

    En consecuencia, diseos arquitectnico franceses fueron utilizados ennuestro pas con poca diferencia de tiempo respecto al vecino ya que la ereccinde la cabecera de San Martn de Tours, antes de 1220 y hacia 1250, se realizabapoco antes del comienzo de la catedral de Burgos 7. Por lo tanto, durante loscuarenta aos en que se terminaron las obras fundamentales en Burgos existiun flujo de creacin arquitectnica entre los dos pases, permitiendo quecanteros castellanos aprendieran nuevas tcnicas y, sobre todo, copiaran aquellosdiseos venidos de Francia (figs. 2, 3 y 6). Como prueba de lo que afirmamoshemos de mencionar las bvedas de crucera con ligaduras longitudinales(fig. 4)que alcanzaron una difusin especial en la geografa peninsular desdeel entorno burgals con singulares ejemplos en Castro Urdiales (Santander),Sasamn (Burgos), Grijalba (Burgos), Villalczar de Sirga (Palencia), Piedra(Zaragoza), y las iglesias de San Miguel en Crdoba y Santa Ana en Sevilla 8.

    El segundo maestro de la obra de la catedral de Burgos fue el maestroEnrique quien se habra formado en los talleres de Reims y conoca bien el gti-co radiante parisino (1240-1250), como evidencia el estilo de las fachadas delos brazos del crucero y la del hastial principal si bien el alzado recuerda la cate-dral de Bourges (fig. 5). Este maestro que se encarga de la segunda fase cons-tructiva del templo, que culmina con su consagracin en 1260, ser tambinquien tome la direccin de la catedral de Len, estando al frente de ambostalleres hasta su fallecimiento en 1277, cuando le sucede en el cargo Juan Prez,que fue asimismo maestro de las obras de las dos grandes catedrales 9.

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    Figura 2. Cabecerade la baslica de SanMartn de Tours.

    Figura 3. Planta dela catedral deBurgos en suprimera fase(Karge).

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    Figura 4. Planta de lacatedral de Burgos en

    su segunda fase(Karge).

    Figura 5. Alzado de la catedral deBurgos.

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    10 J. Puente Mguez, op.cit., p.4711 J. Puente Mguez, ibdem, p. 50. Vase tambin del mismo autor, La catedral gtica

    de Santiago de Compostela: Un proyecto frustrado de D. Juan Arias (1238-1260),

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    Figura 6. Planta de la catedral de Bourges.

    Cuando alrededor de 1275 se decide la transformacin y ampliacin delas capillas absidales de la catedral de Burgos se adopta el modelo de Santiagode Compostela (fig. 7), coincidiendo con el cese de actividad en el taller santia-gus hacia 1276, debido a la nueva situacin econmica, circunstancia a laque se une la muerte de Enrique, maestro de la catedral de Burgos, como hasealado Puente Mguez 10. Tras el fallecimiento del arzobispo don Juan Ariasen 1266, Alfonso X se incauta de los fondos de la sede arzobispal vacante paraapoyar su candidatura al sacro Imperio Romano Germnico y sus nuevascampaas andaluzas, y decae econmicamente la Obra nueva de Santiagoque haba alcanzado hasta la base de los ventanales en todo su permetro,abandonndose definitivamente hacia 1280 11.

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    Compostellanum, XXX, 1985, pp. 245-275, y Catedrales gticas e iglesias de peregrinacin:La proyectada remodelacin de la baslica compostelana en el siglo XIII y su incidenciaen el marco urbano in Los Caminos y el Arte, VI Congreso Espaol de Historia del ArteCEHA, 1986, t. II, Universidad de Santiago, 1986, p.124.

    12 R. Cmez Ramos, op.cit., p.73. Vase tambin M.Gonzlez Jimnez, Itinerario deAlfonso X, rey de Castilla y Len: 1252-1257 in C.M. Reglero de la Fuente, Poder ysociedad en la Edad Media hispnica. Estudios en homenaje al profesor Lus Vicente Martn,t.2, Valladolid, p.7.

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    Figura 7. Planta de la catedral de Santiago de Compostela (Puente Mguez).

    En cuanto a la escultura monumental de esta catedral de Burgos hay quedestacar que hacia 1257, es decir, dentro de esta segunda fase constructivadel templo, estaban ya terminadas sus tres portadas pues Alfonso X mandtrasladar a las puertas de la ciudad el mercado que se celebraba frente a la Puertadel Perdn (fig. 8) y que afeaba el lugar 12. Esta fachada qued completamentetransformada pero queda de ella el testimonio del grabado publicado por Ponz

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    13 A. Ponz, Viaje de Espaa, Madrid, 1947, t. XII, carta II, p.1035.14 Rafael Cmez Ramos, op.cit. pp. 66-73.

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    Figura 8. Fachada occidental de la catedral de Burgos (Iglesias Rouco).

    en 1786 13. La portada meridional o del Sarmental se culmin bajo el reinadode Fernando III y por su calidad ha sido comparada con la obra del maestrodel Beau Dieu de Amiens mientras que la portada septentrional o de laCoronera se realiz bajo el reinado de Alfonso X, habindose atribuido poranalogas estilsticas al maestro Enrique, quien trabaj tambin en la catedralde Len (fig. 9). Esta portada sigue el mismo esquema que la del Sarmental,diluyndose la severidad y el rigor clasicista de aquella aun cuando se representeiconogrficamente el Juicio Final. Tanto el Cristo Juez como la Virgen interce-sora adoptan una aptitud amable, casi risuea, propia del gtico pleno de lasegunda mitad del siglo XIII 14.

    Respecto a las esculturas del claustro sealaremos que ocupan un lugarsignificativo en el desarrollo del arte europeo de su tiempo. Son obras que

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    15 Rafael Cmez Ramos, ibdem, pp. 165-171.16 R. Abegg, Konigs und Bischofsmonumente: die Sculpturen des 13 Jahrhunderts im Kreuzgang

    der Kathedrale von Burgos, Zurich, 1999, pp. 121-123.17 H. Karge, La cathdrale de Burgos. Organisation et technique..., p. 139.

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    Figura 9. Portada de la Coronera dela catedral de Burgos.

    pueden parangonarse con las parejasde Ekkehard y Uta en Naumburgo,Heinrich y Cunegunda en la catedralde Bamberg o el famoso caballero dela misma catedral, que han sido consi-deradas obras maestras de la esculturamedieval europea. Este taller comenza-ra a trabajar hacia 1260, fecha dela consagracin de la catedral, encar-gndose tambin de las esculturas delas torres 15. El grupo de cuatro perso-najes que se distribuyen en dos parejasen torno a los baquetones del pilarnoroeste, que han sido interpretadoscomo infantes forman una composi-cin de contenido dinamismo cuyoscaracteres estilsticos pueden relacio-narse con los reyes de la fachada nortede la catedral de Reims. En el murofrontero aparece la famosa pareja delrey ofreciendo el anillo matrimonial a la reina, que despus del estudio deRegine Abegg 16 podemos considerar como Fernando III y Beatriz de Suabiaya que contrajeron matrimonio en 1221 en la vieja catedral romnica deBurgos, dos aos antes que el obispo don Mauricio, que haba sido encargadopor el rey de ir a buscar a la novia a Alemania, colocase la primera piedra dela catedral gtica 17.

    Asimismo, la figura aislada de un rey en cuya corona resalta una ornamen-tacin islmica, de carcter mudjar, podra ser la de Alfonso X aunque no

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    Figura 11. Estatua de Alfonso X enel claustro de la catedral de Burgos.

    Figura 10. Grupo escultrico deFernando III y el obispo don Mauricioen el claustro de la catedral de Burgos.

    posee atributos que permitan identificarlo plenamente (fig. 11). Sin embargo,las figuras de un rey y un obispo en el pilar sudeste pueden ser probablementelas de Fernando III y el obispo don Mauricio, fundadores del templo (fig. 10).As pues, el claustro se convierte en una galera viviente de reales personajesen cuyo prtico de la Anunciacin se ostentan los escudos de Castilla y de Len.Finalmente, las esculturas de las torres que interpretamos como los ocho reyesde Castilla y Len desde Fernando I a Alfonso IX, padre de San Fernando entanto que en los cuerpos salientes se representan a Enrique I (torre Sur) y a suhermana y tutora doa Berenguela que, proclamada reina, renuncia en su

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    18 R. Cmez Ramos, op.cit., p. 167.19 A. Franco Mata, Alfonso X el Sabio y las catedrales de Burgos y Len, Norba, VII, 1986,

    p. 76.20 F. Deknatel, The thirteenth Century Gothic Sculpture of the Cathedrals of Burgos and

    Leon, The Art Bulletin, XVII, 1935, p.288.21 H. Karge, Die knigliche Zisterzienserinnenabtei las Huelgas de Burgos und die Anfange

    der gotischen Architektur in Spanien in Ch. Freigang, op.cit., p. 33.22 R. Cmez Ramos, Arquitectura alfons, Sevilla, 1974, pp. 136-137; dem, La introduccin

    en Sevilla del arte europeo: la torre de don Fadrique in Sevilla 1248. Congreso Internacionalconmemorativo de la conquista de Sevilla por Fernando III, Madrid, 2000, pp.661-684.

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    hijo Fernando III 18, parece a Angela Franco Mata 19 mucho ms sensato queconsiderarlas la parentela bblica de Cristo y los reyes de Jud, siguiendo el mo-delo francs, segn opinaba Deknatel 20, con lo que culmina este extraordinarioprograma iconogrfico destinado a glorificar a ambas dinastas, ahora unidas.

    II

    No lejos de aquel taller catedralicio, a escasa distancia se laboraba anen la edificacin del monasterio de las Huelgas Reales (fig. 12). Fundado en1187 por Alfonso VIII y su esposa Leonor de Inglaterra, gozaba de una situa-cin de privilegio, no dependiendo del obispado burgals y gozando de posicinautnoma como cabeza de todos los monasterios de monjas cistercienses delreino. Fue una obra de larga duracin a partir de un anterior edificio mientrasque la iglesia abacial no se comenz hasta los aos veinte del siglo XIII. Sinembargo, muy pocas partes del edificio se pueden datar despus del actofundacional. Las formas arquitectnicas de la iglesia nos remiten a las mismasfuentes de la catedral de Burgos: el abovedamiento de las capillas del crucero,por ejemplo, muestran las trompas nervadas angulares tpicas del gtico ange-vino, que pueden constatarse en la sacrista de la iglesia de Sainte Radegondede Poitiers y en la capilla de Saint Jean de Amboise 21, apareciendo despusen la catedral de Burgos (fig. 13) y llegando, ms tarde, al ltimo piso de latorre de don Fadrique en Sevilla 22.

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    Figura 12. Planta general del monasterio de las Huelgas Reales de Burgos(Revilla).

    El ncleo ms antiguo del monasterio sera el claustro romnico llamadolas Claustrillas, realizado por el maestro Ricardo en los primeros aos delsiglo XIII, y en el que la capilla de la Asuncin, perfecta qubba almohade yposible capilla del antiguo palacio, situada en el ngulo noroeste, funcionaracomo cabecera del primitivo templo del monasterio del que slo se conservasu primer tramo. El hecho de que el cuerpo de Alfonso VIII estuviese sepultadoen dicha capilla desde su muerte en 1214 hasta su traslado a la iglesia actualen 1279 cuando es consagrada por don Miguel Snchez, obispo de Albarracn,a ruegos de la infanta doa Berenguela, hija de Fernando III, confirma lahiptesis de que sta fue la primera iglesia y ste el primitivo ncleo del

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    23 E. Lambert, op.cit.,pp. 189-195; L. Torres Balbs, Arquitectura gtica, Ars Hispaniae,VII, Madrid, 1952, pp. 97-103; J. Gonzlez,Un arquitecto de las Huelgas de Burgos,Revista de Archivos , Bibliotecas y Museos,1947, pp.47-50; L. Torres Balbs, Arte almohade.Arte nazar. Arte Mudjar, Ars Hispaniae, IV, Madrid, 1949, p. 370; M.C. Muoz Prraga,Monasterios de monjas cistercienses, Madrid, 1992, pp 18-24. La reina Beatriz, esposa deSan Fernando, fund el monasterio de Matallana en 1228, hoy destruido, cuya plantasegua el modelo de Las Huelgas. Vase F. Antn, Monasterios medievales de la provinciade Valladolid, Boletn de la Sociedad Espaola de Excursiones, 1922-1923, pp. 160-205.

    24 L. Torres Balbs, Las yeseras recientemente descubiertas en Las Huelgas de Burgos,Al-Andalus, VIII, 1943, pp. 21-66.

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    Figura13. Bveda del ltimo piso dela torre de don Fadrique en Sevilla.

    monasterio hasta concluir la construc-cin del templo gtico, que no se inicia-ra hasta la dcada de 1220, y junto alcual se sitan la sala capitular y el lla-mado claustro de San Fernando 23.

    Este claustro abra al patio por arcosapuntados sobre columnas con capitelesde crochet, habindose macizado conun muro en una reforma del siglo XVII.Su tradicional denominacin es un datoimportante para adscribirlo al reinadode este monarca, segn Torres Balbs 24,quien databa sus yeseras entre 1230 y1260. Evidentemente, estas yeseras queforman redes de rombos curvilneos,crculos entrelazados y arcos entrecruza-dos en los que pulula una extraordinariafauna compuesta por pavos reales, gui-las, osos, venados, dromedarios, peces,grifos y otros animales fantsticos en los que quedan restos de policroma(fig. 14), presentan las caractersticas estilsticas de la ltima fase del artealmohade y poseen un carcter ms alegre y menos austero que las otras yeserasprximas de la capilla de la Asuncin, pertenecientes a la primera fase.

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    25 L. Torres Balbs, op.cit. p. 63, y del mismo autor, El Hospital del Rey, en Burgos, Al-Andalus, IX, 1944, p.196.

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    Figura 14. Yeseras del claustro de San Fernando en el monasterio de las Huelgas.

    Pudieron ser realizadas por artistas procedentes de Crdoba o de Sevilla,despus de conquistadas por Fernando III en 1236 y 1248, respectivamente.Torres Balbs las databa a partir de 1230 por estar realizadas en el momentoen que ya estaba cubierto el claustro coincidiendo con el cierre de las primerasbvedas de la nave central de la iglesia en cuyas claves aparecen castillos yleones, testimonio indiscutible de que se cerraron despus de 1230, fechade la unin de los reinos, igual que aparecen tambin dichos escudos en lasyeseras de los capiteles del cercano Hospital del Rey, derribado en 1910 25.

    Distinto carcter tienen las yeseras de la capilla de Santiago, muy retiradadel claustro de San Fernando, al fondo de las Claustrillas, prxima a la huertay que datan de 1275, segn una inscripcin de yeso en letra gtica sobre finosatauriques, organizndose la decoracin a travs de polgonos estrellados y

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    26 L. Torres Balbs, Las yeseras..., pp. 44-45, y pp. 63-64.

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    Figura 15. Yeseras de la capilla de Santiago en el monasterio de las Huelgas.

    red de lacera en la que se insertan los castillos herldicos, sin la variedad yla gracia de composicin de las yeseras del claustro de San Fernando y queson relacionables con las que decoran los muros de la Capilla real alfons dela Mezquita catedral de Crdoba. Por tanto, estas ltimas de la capilla de San-tiago corresponden al reinado de Alfonso X (fig. 15) y, tal vez, fueron realizadaspor algunos de aquellos doce moros forros sus officiales exentos de todopecho, servicio y pedido, que moraban todava en el monasterio en 1304 26.

    Aun cuando respecto a la catedral de Len no podamos determinar unafiliacin concreta, es claro que su comitente deseaba un edificio que fuerasemejante a aquellos que disfrutaban la casa real francesa y que poda situarseentre la catedral de Reims y la abada de Saint Denis (fig. 16). En efecto, laplanta y las traceras nos remiten a Reims mientras que la fachada principalenmarcada por las dos torres recuerda a Saint Denis y, sobre todo, a las fachadas

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    27 P. Kurmann, Franzsischer als in Franreich: Zur Architektur und Skulptur der Kathedralevon Leonin Ch. Freigang, op.cit. , pp.105-118.

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    Figura 16. Planta de la catedral de Len.

    de sus transeptos con sus grandes rosetones, en lo que Peter Kurmann hallamado recientemente ms francs que en Francia 27. Por lo tanto, en Lense realizaron las ms modernas experiencias arquitectnicas que se habanllevado a cabo en la Isla de Francia, resultando finalmente una suma totalde los avances del gtico francs aunque no podamos establecer un modeloconcreto (fig. 16 y 17).

    Desde un principio estar presente la munificencia del Rey Sabio en estamagna empresa. Habiendo subido a la silla episcopal de Len en 1254 el pre-lado Martn Fernndez, notario real, gran amigo y protegido de Alfonso X,la obra contar con grandes beneficios. Al ao siguiente le conceda territoriosen Peamin y Castrotierra para que se aprovechara la madera de sus rbolesen la construccin. Ms tarde, en 1258, le cedera todas las tercias reales ydiezmos del obispado que se pagaban al rey con objeto de que se condonaranlas deudas contradas al iniciarse las obras. No obstante, en 1277, con voluntadde facilitar la conclusin de las obras, eximi de impuestos a veinte canteros,

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    28 R. Cmez Ramos, Las empresas artsticas de Alfonso X el Sabio, pp. 76-80. Vase tambinM. Valds et alii, El arte gtico en la provincia de Len, Len, 2001, pp. 47-78.

    29 A. Durn Sanpere, Escultura gtica, Ars Hispaniae, VIII, Madrid, 1956, p.55.30 M.A. Franco Mata, Escultura gtica en Len, Len, 1976, pp. 107 124 y 361-381 y de

    la misma autora, Alfonso X el Sabio y la catedrales..., p. 79.

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    Figura 17. Alzado de la catedral de Len.

    un vidriero y un herrero ademsde librarlos del servicio military otras cargas que conllevabanlos gastos de guerra, es decir, loque conocemos como fonsadoy fonsadera 28.

    Por lo que respecta a la es-cultura de este taller es obvio queaqu se usaron tambin bocetosprocedentes de los talleres fran-ceses de Amiens y Reims comohemos visto en la obra de Bur-gos. La catedral de Len, en laque intervino decisivamente elpatronazgo real, fue la grancreacin del maestro Enriquequien la hizo avanzar y fue iden-tificado con el escultor llamadomaestro de la Coronera porla talla de dicha portada de lacatedral de Burgos 29. Al mismo cabra atribuirle la portada occidental de lacatedral leonesa.

    Aqu sera esta portada de los pies la primera en realizarse, posiblemente,con posterioridad a 1260, cuando ya estaba acabada la portada de la Coroneraburgalesa. Si se mantiene la hiptesis de que se trate del mismo maestro, sepuede afirmar que dicho autor al que algunos denominan maestro del JuicioFinal 30 es uno de los grande escultores del siglo XIII: Bajo la figura de Cristo

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    Rafael Cmez Ramos

    31 P. Kurmann, op.cit., p. 105-118.32 J. Fernndez Arenas, Las vidrieras de la catedral de Len, Len, 1976, pp. 25-35.33 R. Cmez Ramos, op.cit. pp. 178-184.

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    Juez, se alza el ngel que pesa las almas dividiendo la composicin en dosgrupos: el de los bienaventurados que, animadamente, oyen la msica delrgano, situndose a la derecha; y el de los rprobos que son arrojados porlos demonios a las crepitantes caldera de la izquierda. Siguiendo ese eje centraldivisor un bello doselete, que representa a pequea escala la propia catedralde Len, cobija a la Virgen Blanca. Dentro de esta portada occidental, enla arquivolta del llamado locum appellationis aparece tambin la figura delrey impartiendo justicia.

    Ciertamente, el modelo de la portada del Juicio Final se halla en la dela Coronera de Burgos aunque aqu en Len, al ser mucho mayor se enriqueceen detalles y diferentes escenas. Por otra parte, la portada meridional no alcanzala grandiosidad ni la calidad esttica de la anterior, derivando su composicinde la del Sarmental de Burgos. No obstante, la realizacin de estas portadasde Len no pudo deberse exclusivamente artistas extranjeros por lo que sedesarrollaran modelos y patrones para que los maestros locales pudieran usarlosen el diseo de sus distintas obras 31.

    Por otra parte, las extraordinarias vidrieras de la catedral de Len inducena pensar en un maestro francs que aleccionara a varios discpulos espaoles,dada su clara filiacin con los vitrales de Chartres y Reims, como puede consta-tarse desde las capillas absidales hasta los ventanales del cuerpo de la iglesia(fig. 17). El conjunto de las realizadas entre 1260 y 1300, fue completadoen los siglos XV y XVI hasta llegar a un total de 134 ventanales y 3 rosetones 32.No obstante las desgraciadas restauraciones realizadas en los siglos XIX y XX,que dificultan su estudio, representan uno de los ms bellos testimonios his-tricos del reinado de Alfonso X y su esplndido mecenazgo 33.

    La claridad, concisin y simplicidad de elementos armoniosamentesubordinados unos a otros, en perfecta sntesis como en un tratado defilosofa escolstica, convierten a la vidriera en el espejo en el que se reflejala sociedad de su tiempo. As, en las capillas absidales se representan temas

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    34 R. Cmez Ramos, ibdem, p. 185.35 Ibdem, p.77.

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    Figura 18. Vitrales de la catedral de Len.

    iconogrficos relativos a vidas desantos mientras que en el muroNorte se muestra la temtica delAntiguo Testamento con figuras depatriarcas, profetas y reyes (fig. 18).Sin embargo, en otras ventanas delmismo muro se representa un cor-tejo de caballeros y guerreros pre-cedidos por el rey bajo rosetas queostentan los escudos de Castilla yLen al mismo tiempo que repre-sentan las artes liberales: gramtica,retrica y dialctica, o sea, el tri-vium; aritmtica, geometra, astro-noma y msica, es decir, el qua-drivium. Alfonso X igual queprotegi a los vidrieros de Len,eximindolos de impuestos, habaprotegido tambin a la Universidadde Salamanca, fundando asimis-mo los estudios generales de Sevilla y Murcia, donde se impartan dichasenseanzas 34.

    El primer ventanal de la nave mayor significa la exaltacin de los trespersonajes que influyeron decisivamente en la culminacin de la magna obraque representaba la Pulchra leonina: Gregorio X, bajo cuyo pontificadose concedieron indulgencias a quienes contribuyeran con limosnas a la ter-minacin de la obra; Martn Fernndez, obispo de la dicesis, verdaderopromotor; y Alfonso X, que concedi todo gnero de exenciones tributarias asu construccin 35. Ahora bien, el rey vicario de Dios, al decir de las Partidas,aparece con manto rojo de ruedas en las que luce el escudo de Castilla, corona,cetro imperial y globo terrqueo, tal como fuera efigiado tambin en el panten

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    Rafael Cmez Ramos

    36 Ibdem, p. 47. Vase tambin M.J. Sanz, Imagen del antiguo tabernculo de plata, de la capi-lla real de Sevilla, a travs de dos sellos medievales, Laboratorio de Arte, 11, 1998, pp. 51-6.

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    Figura 19. Alfonso X como emperadoren un vitral de la catedral de Len.

    de Sevilla 36. Aunque el sueo delimperio no se hiciese realidad, elarte que transforma la vida, eternizaquella idea imperial en estas vidrie-ras de la catedral de Len (fig. 18y 19).

    III

    Finalmente, despus de estaexposicin, podemos comprobar enqu manera el inicio de la frustradaobra nueva de la catedral de San-tiago de Compostela as como laconstruccin de la iglesia del monas-terio de Las Huelgas muestran elinters de la aristocracia y de losobispos por el arte francs. Esteinters vena coadyuvado por lasrelaciones familiares entre la dinasta

    francesa y la espaola aunque todo ello fuera facilitado por el intercambiode ideas y productos que significaba la Via Turonensis que partiendo deTours pasaba por Burgos hasta llegar a Santiago de Compostela. Este interses patente en Fernando III cuando en 1221, dos aos despus de contraermatrimonio con Beatriz de Suabia encarga a un maestro francs que emprendalas obras de una nueva catedral que vendra a sustituir a la antigua catedralromnica donde haba tenido lugar su boda. Es posible que el obispo donMauricio, despus del largo viaje para recoger a la novia en Alemania, deseaseuna catedral como las que haba visto a lo largo del camino pero es ms

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    37 H. Karge, La catedral de Burgos y la arquitectura del siglo XIII en Francia y Espaa,Valladolid, 1995, p. 176.

    38 H. Karge, Die Kathedrale von Toledo oder die Aufhebung der islamichen Tradition,Kritische Berichte, 1, 1992, pp. 16-28.

    39 Vase nota 24.

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    Figura 20. Triforios de la catedralde Burgos.

    probable que el rey Fernando tuviesela voluntad expresa de levantar unedificio condigno a la monarquacastellana en el nuevo estilo creadoen el vecino pas de sus parientes. Deeste modo, durante su reinado sellev a cabo la primera etapa de lasobras, es decir, la ms decisiva, hasta1245, cuando se concluye la portadaNorte y se hallaban terminados losdos brazos del transepto y la navecentral 37.

    Aun cuando Karge compara eltratamiento dado a los triforios deBurgos con la organizacin de lassuperficies de los muros islmicos ymudjares (fig. 20), esta comparacinconviene ms a los triforios de lacatedral de Toledo, estudiados porel mismo autor en otra ocasin 38.Este influjo de la tradicin islmica en la catedral toledana, perceptible enlos arcos polilobulados de las ventanas del triforio parece lgico en el maestroforneo que goza del impacto visual de los edificios mudjares de la ciudaddel Tajo. Sin embargo, a la hora de decorarse a las bvedas del nuevo claustrode Las Huelgas, que lleva el nombre de San Fernando, se recurri a expertosyeseros musulmanes que dotaron aquel espacio gtico de la mayor fantasaimaginable 39.

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    Rafael Cmez Ramos

    40 H. Karge, La catedral de Burgos ..., p. 205.41 P. Galera, Jan gtica in J. Fernndez Lpez (coord.), Andaluca, La Espaa gtica,

    Madrid, 1992, p. 145.

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    Por otra parte, Alfonso X termin las obras de la nave mayor de la catedral,comenzando el desarrollo ornamental e introduciendo el programa iconogrficodestinado a glorificar a la dinasta castellana. Es precisamente con la entradadel maestro Enrique en la obra cuando tiene lugar la segunda fase en eldesarrollo del taller burgals, introducindose las formas del gtico radianteparisino que nos remiten de la fachada Oeste de Burgos a la fachada Oestede Notre Dame, o del rosetn Sur de Saint Denis al rosetn Sur de Burgos 40.Esta fase de 1260 a 1280, coincidente tambin con la obra de la catedral deLen, supone el ms claro testimonio del gusto por las novedades del artefrancs, aun cuando a este perodo pertenecen asimismo las yeseras de la capillade Santiago del monasterio de las Huelgas.

    Bajo el reinado de Fernando III y el comienzo de la catedral de Burgos,entra el gtico francs en Castilla aun cuando perviven la tradicin romnicapor un lado y el arte almohade por otro, como puede constatarse en el monas-terio de Las Huelgas. Durante el reinado de su hijo Alfonso X, se mantienenambas tendencias si bien en este reinado tendr lugar el mximo desarrollodel gtico radiante de la Isla de Francia, que tiene su mejor exponente en lapersonalidad de Enrique, maestro en los talleres de Burgos y de Len, a partirdel cual avanza la obra burgalesa y se realizan sus esplndidos programas escul-tricos, siendo tambin el artfice creador de la catedral de Len, la ms francesade todas las espaolas. Por otra parte, surge el arte mudjar en toda plenitud,conjugndose con las formas gticas y tendr su mximo desarrollo en tierrasandaluzas.

    A medida que Castilla avanza por el territorio de Al-Andalus, el arte cris-tiano va asimilando al arte musulmn y es mayor el ndice de aceptacin delas formas y contenidos del arte de los vencidos, en otras palabras, un mayornmero de mudjares se va incorporando a las obras de construccin. El castillode Santa Catalina en Jan o Castillo Nuevo para distinguirlo del Viejo omusulmn, desaparecido y situado donde se encuentra el parador de turismoactual 41, considerado como obra de Fernando III, debi de ser terminado ya

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    TRADICIN E INNOVACIN ARTSTICAS EN CASTILLA EN EL SIGLO XIII

    42 R. Amador de los Ros, Monumentos de la ciudad de Jan, Revista de Archivos, Bibliotecasy Museos, IX, 1905, p. 181.

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    Figura 21. Castillo de Santa Catalinaen Jan.

    Figura 22. Yeseras de la capilla delcastillo de Santa Catalina en Jan.

    en tiempos de Alfonso X, como intuy Amador de los Ros 42. En efecto, lacapilla de Santa Catalina, cuya bveda est recubierta de yesera con los escudosde Castilla y Len entre arcos polilobulados, muestra en las figuras de los leonesla asimilacin del arte nazar en unos leones que recuerdan a los de la Alhambra(fig. 21 y 22). As pues, es en el reinado de Alfonso X cuando se desarrollantodas las novedades artsticas que se haban asomado al reinado de su padre,Fernando III. Cuando consideramos el nivel alcanzado por las empresasartsticas de Alfonso X el Sabio podemos comprobar que el arte gtico alcanzen sus dominio un desarrollo y esplendor inusitado a diferencia de otros reinoshispnicos. En Portugal se introdujo a expensas de la orden cisterciense y el

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    Rafael Cmez Ramos

    43 P. Pereira, Historia da Arte Portuguesa, 1 v., Lisboa, 1995, p. 49 y 377-380.44 J. Sureda (coord.), Catalua, La Espaa gtica, Madrid, 1987.45 G. Borrs, Arte mudjar aragons, Zaragoza, 1985.46 J. Martnez de Aguirre, Arte y monarqua en Navarra (1328-1425), Pamplona, 1987.47 M.D. Llorens Gonzlez, La miniatura monacal y catedralicia en los reinos de Alfonso X

    el Sabio, Fragmentos, 2, 1984, pp. 47-57. Para una visin de conjunto sobre la miniaturaalfons, con bibliografa general, vase A. Domnguez Rodrguez, La miniatura en la cortede Alfonso X, Madrid, 1992.

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    claustro de la catedral de Lisboa se terminaba a fines del siglo XIII, en los dasdel rey don Dions 43. Algo similar ocurra en Catalua respecto a la catedralde Lrida y los monasterios de Poblet y Santes Creus y su decisiva influenciaque impide la introduccin de las nuevas formas francesas. La obra msmoderna sera la fachada de la catedral de Tarragona, que se termina ya enel siglo XIV 44. An ms lenta es la entrada del gtico en Aragn donde predo-mina la mano de obra mudjar en las catedrales de Tarazona, Zaragoza y Teruely cuyas formas artsticas resultan menos evolucionadas que sus contemporneasde Burgos y Len 45. Asimismo, Navarra se incorpor tardamente al gtico,adquiriendo su mayor actividad durante el siglo XIV 46.

    En cuanto a la escultura lo ms importante es la portada de santa Marala real de Olite, que se termina un cuarto de siglo despus de la muerte deAlfonso el Sabio. En Tarragona, la portada principal de la catedral realizadapor Bartomeu a fines del siglo XIII, supone la introduccin del gtico francsen Catalua. Finalmente, por lo que respecta a la pintura no hallamos nadasemejante a las vidrieras de la catedral de Len ni a la produccin del scripto-rium alfons (fig. 23). La miniatura quedaba recluida en los monasterios,aferrada a la tradicin de los Beatos de estilo romnico tardo y protogticosin preocuparle demasiado las novedades introducidas por la escuela de Pars 47.

    Ciertamente, ningn otro monarca europeo del siglo XIII desempeun papel de mecenazgo semejante. Se le ha comparado, a veces, con su to, elemperador Federico II, que muri en 1250, dos aos antes que Alfonso comen-zara a reinar. Ahora bien, el renacimiento cultural introducido por Federico IIHohestaufen en el Sur de Italia tuvo, tanto en la arquitectura como en la escul-tura, el peso de la tradicin clsica del mundo antiguo siempre viva en aquel

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    TRADICIN E INNOVACIN ARTSTICAS EN CASTILLA EN EL SIGLO XIII

    48 A. Di Stefano y A. Cadei, Federico e la Sicilia dalla terra a la corona, 2 ed., Catlogo dela Exposicin 1994-1995, 2 v., Palermo, 2000. Para el desarrollo del arte gtico en Italiavase J. White, Arte y arquitectura en Italia (1250-1400), Madrid, 1989.

    49 J. Yarza, Baja Edad Media. Los siglos del gtico, Madrid, 1992, p. 33.

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    Figura 23. Miniatura de las Cantigasde Santa Mara: la enfermedad del

    rey Alfonso.

    solar 48. No posee Castilla nada seme-jante a la clasicista Puerta de Capua,de resabios imperiales romanos. Y auncuando el Castello Ursino de Catania,el Castello Maniace de Siracusa o elfamoso Castel del Monte, estuviesendotados del confort de los sistemashidrulicos rabes, su tipologa esmuy diferente a la de los palacios al-fonses donde se aprovecharon estruc-turas islmicas subsistentes, aadin-doles otras nuevas gticas a la modade la Isla de Francia. En lo tocante ala miniatura, la produccin del scrip-torium alfons supera con mucho altratado de cetrera De arte venandicum avibus de Federico II o la Bibliade su hijo Manfredo, aunque ambosmonarcas se hayan ocupado igual-mente de la traduccin de textosrabes a lenguas occidentales.

    No consideramos que aqul hayasido su modelo ni que tengamos que buscarle ningn modelo. Joaqun Yarzaha afirmado que la figura de Alfonso X es demasiado excepcional para con-siderarla modlica entre otros reyes promotores de las bellas artes 49. En efecto,sobrepasa el modelo de mecenas porque supera a todos los de su tiempo.

    Hay que tener en cuenta su extraordinaria y compleja personalidad, preo-cupada por todos los saberes y animada de un espritu enciclopdico y universal,para comprender sus vastas y variadas realizaciones. Hace aos demostramos

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    Rafael Cmez Ramos

    50 R. Cmez, El retrato de Alfonso X el Sabio en la primera Cantiga de Santa Mara in Studieson the Cantigas de Santa Maria: Art, Music and Poetry, International Symposium on theCantigas de Santa Maria of Alfonso X el Sabio (1221-1284) in Commemoration of Its700th Anniversary Year-1981 (New York, November, 19-21), Madison, 1987, pp. 35-52.

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    cmo existi una decidida voluntad de establecer una determinada imagendel rey con aspecto juvenil a travs de las diferentes escenas de presentacinde distintos cdices 50. Este retrato oficial adoptado por el scriptorium alfonsrevela asimismo a un comitente que sigue muy de cerca la obra que encarga ysus resultados finales. Sin embargo, este comitente era un altsimo poeta quetutelaba no slo los derechos de autor de los escritores sino tambin de los pin-tores y escultores como evidencia el ttulo XVIII de la Partida III, que trataba decuyo debe ser el seoro de la imagen que home pinta o entalla en tabla oen viga ajena.

    El desarrollo del arte gtico en los dominios de Castilla y Len bajo elreinado de Alfonso X el Sabio se vio ms favorecido por las relaciones dinsticascon la casa real de Francia que con el Sacro Imperio Romano Germnico.Una torre como la de su hermano Fadrique en Sevilla demuestra en qu manerael arte y los artistas fueron importados de Francia aun conocindose la arqui-tectura italiana. No obstante, este arte francs implantado en el corazn de laPennsula Ibrica y que traa las ltimas novedades del estilo nacido en la Islade Francia, se vio enriquecido con las aportaciones arquitectnicas y artsticasde los territorios recin conquistados a los musulmanes.

    As pues, por consiguiente, nos hallamos ante un arte integrador de todaslas tendencias que vena a expresar admirablemente su idea imperial. Lasperspectivas del llamado fecho del imperio propugnaban un arte imperialy en ello consiste el estilo alfons. Tanto la corona de Sancho IV con sus anti-guos camafeos romanos como las tablas alfonses pletricas de esmaltes,esmeraldas y amatistas, nos hablan del lujo y el esplendor de la corte (figs.24y 25). El magnfico tabernculo del panten hispalense, aunque haya desa-parecido, puede ser imaginado en su riqueza gracias a su imagen en un sellode la catedral de Sevilla, recientemente descubierto. All apareca Alfonso conla corona, el cetro y el globo terrqueo del Imperio. Asimismo, en las vidrierasde la catedral de Len tenemos su representacin iconogrfica como emperador.Aquellos atributos junto con los antiguos camafeos y las piedras preciosas

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    Figura 25. Tablas alfonses de la catedral de Sevilla.

    Figura 24. Corona de Sancho IV.

    expresaban una conciencia de continuidad de la Antigedad, que enlazaba aCsar y Augusto con el Sacro Imperio Romano Germnico. Finalmente, ensu Crnica General de Espaa, al relatar no slo los trabajos de Hrcules y lafundacin de Cdiz sino tambin la de Sevilla por Julio Csar, junto a la histo-ria del legendario rey Rocas de Toledo, exhumaba la antigedad de Espaa,garantizando la obra de Alfonso que sobrepuj en saber et entendimientoa todos los reyes sabios.