Trabajo Practico Final -...

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Malamud, Micaela XX Trabajo Practico Final Panaro, Milagros. Carvalho, Marina Sayavedra, Agustina Taller de Redacción 29/06/15 0084212 Panaccio, Matías Varias Primero

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Malamud, Micaela

XX

Trabajo Practico Final

Panaro, Milagros.

Carvalho, Marina

Sayavedra, Agustina

Taller de Redacción

29/06/15

0084212

Panaccio, Matías

Varias

Primero

Índice LA ESTANCIA ENCANTADA ............................................................................................................ 3

Sentirse a mil kilómetros pero estar a cien ................................................................................... 6

Córdoba en invierno ...................................................................................................................... 8

“El viaje se da en pleno viaje” ..................................................................................................... 11

“Estando acá me siento como una argentina” ............................................................................ 15

LA ESTANCIA ENCANTADA

¿Vamos a un día de campo? A quien no le tiente mucho la idea de las

vaquitas, la tierra y la nada misma contestaría con un no. Pero muchos de

los que visitaron esta estancia rompieron con los prejuicios. Muchos llegan

obligados, por padres, novios, novias, amigos y de más. Pero lo más

llamativo es que al llegar el fin del día, la respuesta es: ¿cuándo volvemos?

La Estancia La Mariana, es un restaurante de campo para pasar el día entre

familia o amigos. Está situada en la ciudad de Mercedes, en la provincia de

Buenos Aires, Argentina. Es increíble cómo solo a unos kilómetros de la

ciudad existen todavía lugares como este. Donde las familias reviven las

tradiciones y costumbres de nuestro país. Es tan lindo ver a las familias

bajando de sus autos, con los chicos y esa energía que solo ellos tienen; las

parejas de la mano, con la intención de disfrutar de un día cálido y

relajante.

Todo comienza con un desayuno súper abundante. Es solo entrar al salón y

ver mesas y mesas llenas de cosas deliciosas para comenzar la mañana.

Desde yogurt, cereales, pasta frola y mate, hasta cremona, mermeladas

caseras, infusiones y medialunas gigantes. Todos se abalanzan sobre las

mesas como si fuera su última comida, sin imaginarse todo lo que les

espera. Algunos miran de afuera que no saben si reírse o decirles: ¡che

pará un poco!, en términos bien argentinos.

Las mesas se van llenan de platitos vacíos y otros que giran y se rellenan.

Todo parece tan rico e interminable.

Los chicos disparan para los juegos, los varones agarran las pelotas y se

arman el partidito enseguida. Las chicas juegan en la cama elástica y las

más arriesgadas se abalanzan sobre tirolesa. Los niños más grandes se

adueñan del playroom, cuando hablamos de grandes decimos de 20 para

arriba. –“¡¡ Uhhh mira el metegol!”, dice el primero que entra. –“Quien

juega al pool?”, se escucha por el otro lado. Y obviamente que siempre está

el que se van al gym a “bajar la comida”.

De poco se corre el rumor de que allá en el fondo hay un “bosque

encantado”. Dicen que es mágico; que entras por un lado y salís por otro.

Para llegar, los “más valientes” deben cruzar un kilómetro de naturaleza

donde aparece una pequeña laguna con un molino al lado y rodeada de

caballitos con sus crías.

Cuando suena la campana se escucha el grito: “¡Ya están las empanadas!”.

Sí las empanadas de carne caseras, esas que tenes que abrir las piernas

para no mancharte con el juguito. En la mesa de al lado, las comen con

cuchillo y tenedor. Aquellos de buen paladar se degustan algún vino. En las

mesas del centro hay variedad de entradas: lengua, berenjenas al

escabeche, tablas de fiambres y lo que se te ocurra para arrancar. “-No

comas tanto ahora, porque después no comes nada”, se escucha a una

señora que le dice al marido.

Comienzan a rodar las varillas de brochette de pollo y carne, las mesas ya

están llenas de ensaladas, papas fritas y aderezos. Solo se puede oír el

ruido de los cubiertos chocando con los platos. Y el “chin chin” infaltable en

la mesa del fondo.

No puede faltar el postre. Para los más golosos una góndola repleta de

postres caseros; mousse, flan, helados. Para otras ensaladas de frutas y

zapallos en almíbar. Para que todos queden conformes. Es por eso que vale

la pena trasladarse un día a un mundo diferente, lleno de alegría y mucha

comida.

Comienzan a preparar los sulkis, los caballos y sus montajes. De a poquito

se van acercan en fila, mientras que otros se van a la granja para alimentar

a los animalitos. Están también aquellos que hace años que no andan en

bicicleta, que se animan a dar unas vueltas y cuando bajan tienen toda esa

adrenalina que muchos ya no recordaban. Las señoras juegan al vóley, los

abuelitos al tejo y los chicos corren por todos lados.

Otra vez la campana, ahí estaban los pastelitos de membrillo y las torta

fritas calientes. En las mesas un juego de mate y en las mesas para elegir

lo que te guste.

El día se va acercando al final. Muchos compran Souvenir, otros productos

de producción propia y todavía están los que tienen energía y juegan por

afuera.

El sol empieza a bajar y las familias se empiezan a ir. Por lo visto un

excelente día. Y por lo que comentan así es siempre en la Estancia La

Mariana.

www.estancialamariana.com.ar

Sentirse a mil kilómetros pero estar a cien

El tradicional Chascomús se renueva lentamente y atrae a nuevos visitantes

a su zona convirtiéndose en uno de los lugares más elegidos para disfrutar

de una escapada de fin de semana.

Ese es el título que define perfectamente al pueblo de Chascomús, treinta

mil habitantes y tres mil hectáreas de laguna pura y exclusiva. Chascomús

es un destino a tener en cuenta para estas vacaciones de invierno ya sea

una escapada de fin de semana o por qué no las vacaciones completas.

El recorrido comienza desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y tras 123

kilómetros llegamos a la entrada del lugar conocido como la “cuna de la

democracia”, debido a que el ex presidente Raúl Alfonsín nació y vivió allí.

El aire grita pueblo, relajación y armonía. Poca gente en las calles a pesar

del feriado largo y de tomar la calle Libres del Sur, una de las avenidas

principales del lugar, llegamos a la histórica y reconocida Laguna de

Chascomús. El punto de encuentro típico plagado de pesqueros sobre el

puente, familias en el parador de “Atalaya” disfrutando de una bebida

caliente para matar este frío invierno y la fila interminable de autos a paso

de hombre.

En el pueblo hay diferentes opciones para disfrutar de un almuerzo o cena

así como también distintos tipos de hoteles con sus características

partículas. En cuanto a la comida, normalmente los visitantes acostumbran

a ir al “Club de Regatas” a disfrutar de un pescado fresco pero tampoco se

privan de comer unas ricas pastas o una tradicional pizza o empanadas en

la plaza del centro.

Para concluir con un día en Chascomús se recomienda caminar por la zona

comercial del lugar que es sobre la calle Belgrano. Allí encontraran no solo

lugares de ropa sino que también podrán deleitarse con los típicos helados

artesanales fabricados en el pueblo.

Los chascomunenses aseguran que si bien en verano es muy bonito debido

a las diversas actividades que pueden realizarse ya sea en la laguna o en

los campings, el invierno es una época hermosa para buscar un hotel

acogedor y sentarse a descansar en frente de un hogar a leña.

Córdoba en invierno

Córdoba, una provincia de las 24 que la República Argentina tiene. Es la

quinta región más extensa del país, con más de 3 millones de habitantes

nos invita a pasar un invierno diferente en las distintas ciudades que tiene.

En este lugar podrán encontrar diversas actividades para todos los gustos y

de todos los precios. Podemos hallar campings en diferentes partes de la

provincia como Agua de Oro, Río Cuarto, Capilla del Monte, la Falda, la Paz,

entre otras en los que podemos encontrar casas rodantes, motorhomes y

autocamping, cualquiera de estas es válida a la hora de acampar.

También está la “Feria Artesanal Paseo de las Artes” donde los visitantes se

llevarán recuerdos regionales. Esta feria cuenta con 200 puestos en los

cuales se pueden apreciar diferentes disciplinas, además durante los fines

de semana habrán shows a la gorra.

Otra de las actividades que no hay que perderse es la visita al “Jardín

Zoológico de la ciudad de Córdoba” en el centro de la ciudad en un predio

del Parque Sarmiento. Aquí se verán más de 90 especies exóticas y 120

autóctonas. El zoo cuenta con una visita guiada durante los fines de semana

en los cuales una persona hará el recorrido explicando cada cosa.

Una visita al “Museo Emilia Caraffa” es otra opción para un día en Córdoba,

éste es uno de los más conocidos en la provincia, ya que el museo de artes

visuales más importante de la ciudad, el cual expone muestras fijas e

itinerantes de artistas tanto nacionales como extranjeros.

El Cerro colorado, Monumento Histórico Nacional, ubicado en el kilómetro

160 de la ruta provincial nº 21, un lugar para pasar una tarde de recuerdos.

En esta reserva se pueden encontrar miles de pictografías de los pueblos

originarios que habitaban la zona, los cuales hacen referencia a escenas de

la vida cotidiana. En esta localidad está la “Antigua casa”, hoy, un museo

abierto al público.

Un viaje a la astronomía es el “Observatorio Astronómico” fundado en

1871,el primero de la República Argentina en el cual se realizan

observaciones astronómicas y visitas a la Estación Astrofísica de Bosques

Alegre y al Museo del Observatorio Astronómico.

Para los más aventureros se puede encontrar en la Capital de esta provincia

el “Canopy” o también conocido como tirolesa, esta actividad consiste en

escalar una montaña o un árbol y al llegar a la cima con la ayuda de un

arnés atravesar por medio de un cable de acero inoxidable todo un

precipicio. Fue diseñada para poder ser impulsada por la gravedad y así

poder deslizarse y llegar al otro extremo.

Vacaciones de invierno en Capital.

Bodegones, una opción contra el frío.

En estas vacaciones de invierno, para quienes se queden en la gran Ciudad

también hay opciones para salir, divertirse y comer rico.

A las típicas salidas al cine, teatro o las convencionales pizzerías porteñas,

ahora también podemos sumar a “Los bodegones” que antiguamente eran

conocidos como almacenes o pulperías y que hoy son un clásico de Buenos

Aires. Se caracterizan por sus platos típicos y abundantes ideales para el

invierno y las bajas temperaturas como el guiso de lentejas, polenta con

tuco, pastas coseras o un rico mondongo. En cuanto a los postres se

destaca el flan casero, pastafrola, el clásico “vigilante” y el budín de pan.

A diferencia de los restaurantes no buscan un clima de glamour y

ostentación si no que se destaca por su ambiente familiar, acogedor donde

generalmente es atendido por sus dueños donde colaboran varias

generaciones y los mozos trabajaron toda la vida allí y conocen a la

perfección las recetas y los gustos de los fieles clientes.

La decoración tiene un cierto encanto antiguo. En las paredes podemos

encontrar cuadros con fotos de Gardel, posters autografiados por ídolos del

fútbol y retratatos diferentes puntos de la ciudad, también pizarras con el

“menú del día” o promociones. Repisas repletas de vinos. Los sifones de

soda, manteles de papel, pingüinos para servir el vino, cazuelas de barro

crean un ambiente particular.

“El viaje se da en pleno viaje”

Martín Carvalho Blanco (24) no se considera un viajero tradicional, pero

tampoco un típico mochilero. Sujeto a su propio estilo de viaje descubre y

analiza el mundo en primera persona. Habla con los habitantes y trata de

informarse previo al viaje sobre la situación actual del país y todos sus

personajes históricos. Sin embargo, en todo ser nómade yace el lado

sedentario y es el hecho de que su trabajo, novia y familia lo traen devuelta

al país sin la posibilidad de comprar solo un ticket de ida.

¿Cómo definirías tu estilo de viaje?

Mi estilo de viaje lo definiría basado en un apertura a experiencias nuevas

en la cual principalmente me baso en esas cosas que están fuera de

programa, cómo dijo una vez Beatriz Sarlo, ciertas cosas que uno define

esperar encontrarse pero que siempre existen variables externas que te

terminan modificando el orden y la estructura de las cosas y que lo

terminan sorprendiendo a uno.

¿Qué es lo que te lleva a esta forma de conocer otros países?

La espontaneidad con la que uno se puede encontrar con esos países al no

tener nada diagramado, sí una idea armada basada en comentarios y

diversas cosas que escucha y lee, pero sin dudas uno genera un nexo

mayor con aquello que uno está predispuesto a conocer que, creo, es la

cultura propia de cada lugar y desde una perspectiva más antropológica

como viven en cada lugar.

¿Qué te incentiva a elegir cada destino?

Principalmente, hoy los lugares que me generan más curiosidad son

los países latinoamericanos por su tipo de vida sociocultural, por el

desarrollo que han en tenido en los últimos años y por esa fuerte unidad

que se ha generado entre estos países en los últimos años. Sin embargo, no

es una cuestión preponderante sino que, me llama la atención el mundo

entero en sí.

¿Cómo planificás tus viajes?

Me baso principalmente en un o los países que tenga ganas de conocer y

empiezo a investigar, mucho internet, muchos libros. Trato de leer siempre

literatura propia del lugar, a través de la música, de comentarios de gente

que vivió la experiencia anteriormente, de cosas que uno va a escuchando

en los viajes que le van despertando nuevos intereses. Y uno empieza a

tener ciertas ideas, pero la verdad es que el viaje se da en pleno viaje.

Dentro de tu metodología de viaje, ¿preferís hacerlo solo o

acompañado?

Últimamente priorice viajar solo, pero no creo que eso sea un factor que

garantice que va a estar solo todo el viaje. La realidad es que en los últimos

viajes, arranqué solo y termine viajando con gente que fui conociendo ahí

en el momento. Creo que eso es lo que está bueno de arrancar solo, lo

obliga a uno a tener que sociabilizar con otra gente.

¿Cómo financias cada uno de tus viajes?

Destino un porcentaje de mis ahorros a los viajes. La realidad es que es

todo a partir de ahorros o de plata que uno pueda tener hoy en día y

principalmente trato de financiarlo gastando lo menor posible y priorizar los

gastos.

A la hora de emprender el camino a un nuevo destino ¿qué

elementos no pueden dejar de acompañarte?

Todo lo que sea alrededor de la lectura y la música es algo que no

puedo dejar de llevar, ya sean dos o tres libros para leer, porque es el

momento en el cual uno al tener mayor tiempo y también generar una

conexión mayor con uno mismo, dedicándole tiempo a la lectura. Y también

focalizarse en escuchar música de una manera más melómana, del amor

hacia escuchar la música.

Tu último viaje fue a Venezuela. ¿Qué podrías contar de esta última

experiencia?

El último viaje fue cargado de sorpresas, de cuestiones fuera de

programa, ya que capaz tenía una idea construida aquí desde otra

perspectiva y cuando llegué allá y terminé de interpelarme a mí mismo y

me encontré sorprendido por un país que toda la información que nos llega

acá a través de los medios no es lo que se vive en carne propia allá.

De ver la realidad con tus propios ojos…

Exactamente, sin duda eso era lo que más me despertaba curiosidad siendo

hoy la situación de Venezuela tan polémica mundialmente y como

paradigma geopolítico. Creo que era algo relevante conocerlo desde adentro

y poder compartir la opinión de los lugareños.

¿Cómo es tu rutina cuando viajas a diferencia de tu vida diaria?

Quiera o no, uno siempre está atado a la rutina, pero durante el viaje es

una rutina mucho más abierta y diversa a nuevas cuestiones: conocer gente

nueva, realizar cosas nuevas y tener mayor tiempo para poder hacer cosas

que uno capaz acá en el día a día no puede. Sin dudas, creo que es mucho

más reflexiva la rutina de viaje y puede conocerse más uno mismo y a

lo que lo rodea.

¿Cómo adaptas los viajes a un trabajo estable?

Siempre trato de pensar estratégicamente los días de vacaciones y tomar

algún feriado puente o fin de semana largo para poder sacar tal vez de una

semana de vacaciones quince días.

¿Tuviste en cuenta en algún momento dedicarte pura y

exclusivamente a viajar?

Es una cuenta pendiente que tengo yo en el tintero. Es algo que me planteo

siempre.

Sobre todo el desafío de no tener nada que te ate acá para poder

viajar…

Sin dudas. Hay que buscarse y hay que hacerse uno. Lamentablemente, las

oportunidades no abundan, pero uno ha de buscarlas.

¿Qué te depara de acá a futuro en relación a tus viajes?

Ahora en mente para el año que viene estoy en la dicotomía de seguir por el

lado de América, lo que es Panamá, Costa Rica y Nicaragua o también estoy

con ganas de incursionar a otra cuestión totalmente diferente que sería

Alemania, Bélgica y Holanda. Esos son básicamente los dos horizontes para

2016.

Si tuvieras que aconsejar a aquellos viajeros principiantes, ¿por

dónde les recomendarías comenzar?

Viajar a donde quieran, pero viajar. Aprovechar y aprender,

equivocarse, repetir, conocer gente y disfrutar los momentos. Sobre todo, lo

que más recomendaría es nunca dejar de formarse, como personas que es

lo que más uno se lleva de este tipo de viajes.

“Estando acá me siento como una argentina”

Mariel (32), una mujer muy activa que le gusta estar siempre en

movimiento y rodeada de gente, conocida por ser una persona que habla

mucho, una charlatana, pero a ella no le molesta, lo toma como un alago.

Ella es chilena con descendencia Argentina, siempre tuvo un gran amor

especial por este país, por eso al crecer decidió que el mismo sería su lugar

para quedarse.

¿Qué te trajo a la argentina?

Principalmente cuando yo decidí este país para mudarme fue porque acá se

podía estudiar gratis.

¿Cómo tomaste la decisión de este país teniendo en cuenta que en

otros países también se puede estudiar gratis?

En chile la educación es muy cara, yo allá estuve estudiando agronomía,

una carrera de 5 años más la tesis y al llegar al cuarto año no pude seguir

porque era demasiado cara. Por eso decidí venir a Argentina para ver si se

podían hacer los trámites para continuar o comenzar de nuevo la carrera.

Vine un verano para ver si era tan así, si sería muy difícil venir, averigüé,

hice los trámites y tome la decisión de venir a estudiar acá.

¿Tuviste en cuenta otros países antes de venir a Argentina?

No, solamente Argentina.

¿Es la primera vez que te mudas a otro país?

Si, de visita había ido a otros, pero es la primera vez que me mudo a otro

país.

¿Qué otros países visitaste?

Fui a Italia hace tiempo.

¿Con motivo de estudio o visita?

Con motivo de paseo.

¿Cómo te mantenes económicamente en la actualidad?

Al principio cuando llegué a Argentina me mantuve con dinero que había

traído de chile y tres meses después conseguí trabajo en una multinacional

por un año. Cuando dejé de trabajar ahí y empecé a ir periódicamente a

chile a hacer trabajos qué generalmente son para el gobierno, estudios

agrícolas, entre otras cosas, junto el dinero y me vuelvo y con eso me

mantengo acá. Y cuando no me alcanza me ayuda mi pareja.

¿Qué actividades realizar en tu país que no haces acá y viceversa?

Allá principalmente voy a trabajar, salgo, voy a ver a la familia, pero

cuando voy si no es por paseo es por trabajo.

A diferencia de que acá no puedo salir tanto debido a que estudio tres

carreras y no me alcanza el tiempo como para pasear.

¿Qué carreras estudias?

En la UBA estoy terminando agronomía, estando acá supe que se puede

estudiar licenciatura en criminalista y me gustó eso y me metí en la carrera

en el Instituto de la policía federal, por otra parte para hacer una

especialización más profunda me metí en una tecnicatura de

gestionamiento.

¿Aparte de Buenos Aires, conoces alguna otra provincia de

Argentina?

Si, conozco Mendoza, San Juan, Misiones, Entre Ríos, Corrientes, San Luis,

casi todas, mas lugares que de chile.

¿Cuál fue la que más te gustó?

Me gustan todas porque son distintos paisajes, diferentes cosas, pero la que

me gustó mucho, pero no quiere decir más que otras es Misiones, ya que se

conecta mucho con el verde, pero por otro lado también esta Mendoza que

tiene muchas viñas que es lo que más me gusta por la parte agrícola.

También me gusta entre ríos porque tiene muchos ríos, como que cada

provincia tiene su encanto.

¿Qué es lo que más te gusta de Argentina?

Lo que más me gusta de acá es que uno puede estudiar y se puede

capacitar gratis.

Es lo que más valoro de este país y lo que más comento cuando converso

con personas que hay que valorar eso porque en otros países, mismo en

chile estudiar sale muchísimo.

También me gusta que le den mucha importancia a la cultura, que los libros

son baratos, que las mismas páginas o editoriales las publican gratis, y eso

en chile no se ve.

Algo que también es a tener en cuenta que más allá de que la obra social

sea algo que se cobra en el mismo sueldo, una vez que la tenes podes

usarla las veces que quieras, a diferencia de que en Chile cada vez que

necesitas usarla hay que pagar y mucho.

¿Qué es lo que menos te gusta?

Lo que no me gusta es que es un lugar muy desordenado, acá me doy

cuenta que cada cual hace lo que quiere, los mismos piquetes, los paros, es

como que la gente no tiene mucho respeto por el otro, porque hace lo que

quiere y nadie controla para que esas cosas no pasen.

Tampoco me gusta la basura de Buenos Aires.

A pesar de vivir hace tantos años en este país ¿Te seguís

considerando una turista?

No, al ya tener mis amigos acá, a mi novio uno se siente bien en casa. Ya

desde chica sin siquiera vivir acá en Argentina siempre tuve un cariño muy

especial por este país y estando acá me siento como un argentina, lejos de

una turista.

Después de vivir tantos acá, ¿cómo te sentís cuando volved a Chile?

Siempre me siento como en casa cuando estoy allá, porque esta mi familia,

mis amigos, los afectos, pero a la vez extraño cuando estoy allá en chile y

ya me quiero volver para Argentina, con sus desordenes y todo que a veces

desesperan a uno los extraña, aparte siendo un persona tan activa que me

gusta hacer muchos cursos y siempre seguir aprendiendo me da ganas de

estar en Capital otra vez.

Igual esté en el lugar que esté siempre extraño estar en el otro lugar.

¿Recomendas este país como un lugar para venir a vivir?

Si, totalmente, porque a pesar de todo yo tengo una visión diferente, me di

cuenta que acá la gente habla sin saber, sin conocer, tiran tierra al país del

que son, de las cosas malas, de que no se puede vivir y realmente no es así

porque yo siento de Chile me doy cuenta que allá las cosas están mucho

peor, que la gente acá no valora lo que tiene porque no sabe que las cosas

afuera están mucho peor, por desconocimiento e ignorancia, por no saber

que existe algo peor.

Pero más allá de estas cositas que tiene que obviamente todos la tienen,

hay cosas que son por lo menos para mí impagables y no en el sentido de la

plata, si no en cosas para valorar, pero es un lugar para a quien le interesan

estas cosas que le recomendaría venir.