TESINA DE INVESTIGACIÓN MASTER EN PSICOLOGÍA DE LA ...

87
TESINA DE INVESTIGACIÓN MASTER EN PSICOLOGÍA DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y DEL DEPORTE COMPARACIÓN DE LOS ESTADOS DE ÁNIMO ANTES Y DESPUÉS DEL PARTIDO ENTRE DOS EQUIPOS DE FÚTBOL. FERNANDO CALLEJO MUÑOZ Dirigida por: D. Guber David García Adrianzén Dr. Roberto Ruiz Barquín Madrid, Junio de 2010

Transcript of TESINA DE INVESTIGACIÓN MASTER EN PSICOLOGÍA DE LA ...

TESINA DE INVESTIGACIÓN

MASTER EN PSICOLOGÍA DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y DEL DEPORTE

COMPARACIÓN DE LOS ESTADOS DE ÁNIMO ANTES Y

DESPUÉS DEL PARTIDO ENTRE DOS EQUIPOS DE

FÚTBOL.

FERNANDO CALLEJO MUÑOZ

Dirigida por: D. Guber David García Adrianzén

Dr. Roberto Ruiz Barquín

Madrid, Junio de 2010

A ellas, las más bellas…

AGRADECIMIENTOS

En primer lugar quiero agradecer la presente tesina a Guber, por el tiempo

que me ha dedicado, por guiarme en cada paso que he dado no sólo en esta presente

investigación sino también en el periodo de prácticas que he realizado en la

Agrupación Deportiva Alcorcón. También le quiero agradecer la amabilidad que me

ha brindado durante estos intensos meses, por su preocupación cuando he tenido

problemas personales, por mantener una comunicación activa y periódica, por un

sin fin de adjetivos que describen a una gran persona. Con la elaboración de este

trabajo de investigación no solamente he ganado un tutor o un compañero de

profesión sino también un amigo.

En segundo lugar quiero agradecer este trabajo a la Agrupación Deportiva

Alcorcón por dejarme trabajar con varios equipos de su cantera así como con el

primer equipo en el famoso ‘alcorconazo’. A los entrenadores con los que he

trabajado diariamente, Miguel Ángel y Miguel Ángel del filial, y Jose Manuel del

equipo Juvenil, por darme el espacio y tiempo que quisiera para desarrollar mis

conocimientos como psicólogo deportivo. A los demás entrenadores y directivos del

Club que me han permitido practicar con sus respectivos equipos y me han dado la

oportunidad de dasarrollar nuevas habilidades psicológicas así como mejorar las

que pudiera tener. A mi compañero y amigo de prácticas en la AD Alcorcón, Carlos

Rey, con el que he trabajado codo con codo y con el que espero desarrollar no sólo

una vida laboral, sino también una estrecha relación de amistad. Pero sobre todo

quiero agradecer esta tesina a los jugadores del Juvenil ‘C’ y Alcorcón ‘B’, que son

los verdaderos protagonistas de esta investigación y que sin ellos no podría haberse

hecho este estudio. Por su paciencia con los test de antes y depués de los

encuentros, por su atención, por sus ganas de aprender todo lo relacionado con la

psicología, por hacer del fútbol un deporte más real, más humano y sobre todo más

auténtico y no tan espectacular como nos lo pintan en la televisión.

A mis padres y hermanos por su incondicional apoyo que me han

demostrado durante toda mi vida tanto en los buenos como en los malos momentos.

A Lucía y Gonzalo que son las dos personas que más quiero en esta vida.

A Nacho, que es como un hermano para mí, por ser la persona más especial,

más entusiasta y fantástica que he conocido. A Ángel y Bea por ser los mejores

amigos que uno puede tener, gracias por demostrarme todo vuestro apoyo. A Alba,

por tener que aguantarme todos los días en el trabajo con mis vídeos de motivación.

Tampoco me olvido de Keka y David.

A mi Rayito Madrid, mi equipo, por el que he dado media vida y por lo que

me queda por dar. Gracias por haberme dejado practicar intervenciones de

motivación.

A Carlos, mi culto amigo de la carrera y Master, que fue él quien me ayudó

a encontrar mi camino dentro de la Psicología y que gracias a eso estoy donde estoy

presentando este trabajo de investigación. Gracias por tus consejos y por ser mi

libro de consulta durante mis prácticas con la AD Alcorcón. Juntos “correremos

nuestra mejor carrera”.

A Luis, “el maño”, que junto con Harry han sido mis grandes

descubrimientos en este año de tantos cambios. Gracias por vuestras clases

magistrales sobre la vida en general.

También quiero agradecer a todos mis compañeros del Máster sus pequeños

consejos que me han ayudado a la hora de redactar esta tesina. ¡Va por ustedes!.

Mención especial a mis compañeros de beca Harry y Alba y a mis jefas Ana

Bueno y Ana Isabel Rios de la Oficina de Relaciones Internacionales de la Facultad

de Psicología, la ORI, por la facilidad de medios y flexibilidad de horarios que me

han dado y que han permitido que esta tesina sea hoy por hoy una realidad.

Por último y no menos importante, quiero agradecer al Master en Psicología

de la Actividad Física y del Deporte la oportunidad que me han dado de haber

podido realizar unas prácticas estupendas en la AD Alcorcón.

INDICE

JUSTIFICACIÓN…..…………………………………………...………………… 1

INTRODUCCIÓN……………………………………………..…………………. 3

1. MARCO TEÓRICO………………………………………..…………..……... 8

1.1 Las Emociones……………………………………..……………….….... 8

1.1.1 Definición.……………………………..………….….……... 8

1.1.2 Funciones de las emociones.…………..…….……………..... 9

1.1.3 Clasificación de las emociones.…………………….......…… 9

1.1.4 Afectos, estados de ánimo y emociones.……….......……… 11

1.2 Los estados de ánimo…………………………………………….….… 12

1.2.1 Definición………...………………………………….….…. 12

1.3 Estados de ánimo y actuación deportiva………………….………..…... 13

1.3.1 Fundamentos teóricos…………………….……………..….. 13

1.3.2 Principales factores de influencia………………...……..….. 19

1.3.3 Estados de ánimo y rendimiento deportivo………................ 22

1.3.4 Aportaciones específicas de Morgan y el POMS en la

predicción del rendimiento deportivo ……………………… 24

1.4 Estados de ánimo en deportistas juveniles…………………………....... 27

1.5 Investigaciones previas……………………………………..………..… 28

2 OBJETIVOS…………………………………………………..………......... 34

2.1 Objetivo general..………………………………………..….……….... 34

2.2 Objetivos específicos…………………………………………………. 34

3. METODOLOGÍA………………………………………………..………....... 35

3.1 Muestra..…………………………………………………..….……….... 35

3.2 Instrumento………………………………………………………...…… 35

3.3 Procedimiento………………………………………………..…………. 36

3.4 Variables de estudio………….…………………………………………. 37

3.4.1 Variables dependientes……………………….……………..….. 37

3.4.2 Variables independientes……………………………...………... 37

3.5 Análisis de datos……………………………………………..…………. 37

4 RESULTADOS…………………………………………………….…..…… 38

5 DISCUSIÓN……………………………………………………….……….. 63

6 CONCLUSIONES………………………………………………………….. 69

7 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………………….......... 70

1

JUSTIFICACIÓN

El fútbol es un deporte que está sujeto a diversas variables (tácticas,

técnicas, psicológicas, contextuales, etc.) que influyen en el rendimiento de un

deportista. En nuestro caso, trabajamos la parte psicológica, área fundamental que

no siempre tienen en cuenta los técnicos pero que es necesaria para explicar muchos

de los comportamientos y actitudes que tienen los deportistas a la hora de competir

o de entrenar. El objetivo principal de este estudio es la comparación de cómo

varían los estados de ánimo antes y depués de un partido en dos equipos, uno en

puestos de ascenso y el otro en puestos de descenso. El primero juega en la

categoría Juvenil y el segundo en la categoría Preferente. Ambos pertenecen a la

Agrupación Deportiva Alcorcón, se trata del equipo filial y un equipo de cantera.

¿Por qué realizar esta investigación?. Son varias las razones por las cuales se

hizo este estudio. La primera es que por suerte o por desgracia, existía la posibilidad

se realizar un estudio con equipos que estaban situados en la clasificación en

posiciones extremamente diferentes por lo que íbamos a poder realizar un trabajo

excepcional sobre la comparación de la fluctuación de los estados de ánimo en uno

y otro equipo, antes y después de un encuentro. ¿Qué sensaciones tendría un

deportista que ha ganado un partido sabiendo que está en puestos de ascenso?¿Y un

jugador que está en puestos de descenso?¿Qué sensación le produce esa victoria tan

difícil de conseguir? El estudio se realizó durante la segunda vuelta de la

temporada, analizando 10 encuentros con ambos equipos.

2

Por otro lado, la realización de este estudio ayudaría, junto con otras

investigaciones ya realizadas o que se fueran a hacer en el futuro a poder diseñar

programas de entrenamiento donde se interviniera en la parte psicológica para así

mejorar el rendimiento del propio deportista. Además, es importante señalar que

durante la revisión teórica, no se han encontrado investigaciones que estudiaran

comparaciones entre dos equipos de fútbol, acerca de la fluctuación de los estados

de ánimo en función del puesto en la clasificación.

Como es lógico, cuanto más sepamos sobre las habilidades técnicas, tácticas

y psicológicas de un jugador, mejor van a poder preparar los entrenadores,

preparadores físicos y psicólogos los entrenamientos para sacar un mayor

rendimiento a cada uno de sus deportistas. Por lo tanto, en la psicológica, cuanto

más conozcamos cómo fluctuan los estados de ánimo en cada uno de los jugadores,

mejores intervenciones realizaremos, por lo que el trabajo estará reflejado en un

mayor aprovechamiento por parte de cada deportista y en consecuencia en una

mejora en el rendimiento del equipo.

3

INTRODUCCIÓN

Las emociones, y en particular los estados de ánimo, constituyen un

contenido esencial de la evaluación psicológica del entrenamiento deportivo, ya que

inciden en la manera de percibir y enfrentar las demandas que se le presentan al

atleta durante su preparación (Barrios, 2007).

A menudo la actividad que realiza el deportista durante una competición está

condicionada por su estado anímico. Las emociones, los sentimientos, el afecto son

variables que tienen gran influencia a la hora de realizar y valorar los esfuerzos.

También son importantes los posibles cambios que se puedan producir en el estado

de ánimo antes y después de la realización de diferentes pruebas de esfuerzo, o

entre los diferentes combates que debe de disputar un deportista. Estos posibles

cambios ¿se producen?, ¿son significativos?, ¿interactúan con las otras variables

presentes en la competición?, ¿con cuál de ellas?, ¿en qué medida?. Numerosos

autores consideran que existe un componente afectivo, un “algo emocional” en la

definición de la situación elicitada por el contexto (Lazarus, 1984). Se han

propuesto diversos modelos sobre la emoción humana y todos ellos plantean un

número de emociones discretas relativamente pequeño (Arruza, Valencia y Alzate,

1994). Dichos estudios coinciden en considerar la existencia de dos grandes

factores que constituyen las principales dimensiones de la estructura afectiva. Estas

dimensiones normalmente se han definido como afecto o estado de ánimo positivo

y afecto negativo, y son sobre las que se han trabajado durante los últimos años en

Judo, con el “Perfil de Estados de Ánimo” (Arruza, 1987; Ruiz, 2004), tanto para

los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 como los de Atlanta 96 (Arruza, Balagué y

4

Arrieta, 1998). Asimismo, se ha administrado este cuestionario en poblaciones no

estrictamente con deportistas de alto nivel (Balaguer, Fuentes, Meliá, García-Merita

y Pons, 1994).

La investigación que relaciona variables psicológicas y rendimiento

deportivo ha recurrido con gran frecuencia al Perfil de los estados de ánimo,

conocido popularmente por sus siglas en inglés POMS (Profile Of Mood States)

(Morgan, 1980a). Existen numerosas versiones de este instrumento (Andrade, Arce

y Seoane, 2002). Uno de los principales está compuesto por 65 adjetivos, que

representan a siete dimensiones de afecto, dos de ellas positivas (vigor y amistad) y

cinco negativas (tensión, depresión, cólera, fatiga y depresión) (Andrade, Arce,

Armental, Rodríguez y de Francisco, 2008).

Diseñado para el ámbito clínico por McNair, Lorr y Droppleman (1971), ha

llegado al deporte de la mano de Morgan (1980a) y de su modelo de Salud Mental

(Mental Health Model). Según Morgan, el estado de ánimo positivo y el éxito

deportivo correlacionan de forma significativa. Las puntuaciones en los diferentes

factores del POMS han permitido a este autor identificar incluso un patrón de

estado de ánimo característico de los deportistas con más éxito, al que denominó

perfil iceberg (Cox, 2009; Weinberg y Gould, 2010). Esta denominación se debe al

hecho de que sus valores de tensión, depresión, cólera, fatiga y depresión suelen

situarse por debajo de la media poblacional, mientras que sus puntuaciones en vigor

suelen ser superiores a dicha norma (Morgan, 1980a, 1980b; Morgan y Johnson,

1977, 1978; Morgan y Pollock, 1977; Nagle, Morgan, Hellickson, Serfass y

Alexander, 1975). El perfil iceberg es, en esencia, el perfil de un individuo

5

psicológicamente sano y el POMS se ha revelado como la prueba más efectiva para

el propósito de predicción del éxito y del fracaso en este entorno (Morgan, 1980b).

Investigaciones que han empleado versiones originales del POMS, con un

elevado número de ítems, se han visto afectadas por dificultades de tipo práctico,

que justifican el diseño de formas más breves e incluso con un número menor de

componentes (Grove y Prapavessis, 1992; Norcross, Guadagnoli y Prochaska, 1984;

Reddon, Marceau y Holden, 1985; Shacham, 1983; Watson y Clark, 1997). Por una

parte son listas de adjetivos redundantes que exigen demasiado tiempo y esfuerzo a

sujetos con necesidades especiales (por ejemplo, deportistas ciegos, o individuos

bajo condiciones de estrés o dolor). Por otra parte, cuanto más breve y simple sea el

instrumento de medida más se podrá aproximar su aplicación al evento deportivo de

interés incrementando así su valor predictivo. Por ello existen cuestionarios con

pocos ítems (la versión reducida del cuestionario de 58 ítems del Centro de Alto

rendimiento de Barcelona, la versión reducida de 29 ítems del cuestionario de 65 y

la versión más reducida compuesta por 15 ítems). Dentro del contexto deportivo

español no existe un trabajo sistemático para la evaluación del estado de ánimo en

deportistas adolescentes (Andrade et al., 2008).

Desde su introducción en el ámbito del deporte, en 1975, ha habido al menos

315 publicaciones relacionadas con el POMS (LeUnes, Hayward y Davis, 1988;

Snow y LeUnes, 1994). Desde la creación del POMS original en 1971 se han

desarrollado dos versiones adicionales autorizadas. Una de ellas es una versión

bipolar con 72 ítems (Lorr y McNair, 1988) y la otra es una versión abreviada con

30 ítems (McNair, Lorr y Droppleman., 1992). En cada versión se miden los

mismos seis estados de ánimo básicos. Además de las versiones autorizadas del

6

POMS algunos investigadores independientes han desarrollado otras cuatro

versiones abreviadas (LeUnes y Burger, 2000; Terry, 1995). Algunos trabajos de

investigación han demostrado que todas las versiones abreviadas, incluída la

versión bipolar, tienen una alta correlación con el POMS original de 65 ítems (Cox,

2009).

A pesar de la pluralidad de los resultados, varios informes parecen coincidir

en que los deportistas muestran típicamente un perfil iceberg en momentos previos

a la competición, en particular cuando sus puntuaciones se contrastan con las

normas derivadas de la población que no practica deporte (Vanden Auweele,

DeCuyper, Van Mele y Rzewnicki, 1993; Terry y Lane, 2000) y cuando se

comparan deportistas con el mismo nivel de habilidad (Beddie, Terry y Lane,

2000).

Con respecto a los deportes de equipo, Terry y Young (1996) realizaron un

estudio acerca de la capacidad clasificatoria de los estados de ánimo medidos a

través del POMS y la ansiedad precompetitiva medida con el CSAI-2 (Competitive

Sport Anxiety Inventory- 2), de jugadores seleccionados y no seleccionados en

Hockey sobre hierba (n = 128). Los Análisis de la Varianza realizados, demostraron

la existencia de diferencias significativas en las dimensiones de Cólera, Vigor y

Fatiga. En cambio, en el análisis discriminante, solamente el 57,81 % de los sujetos

seleccionados y no seleccionados, fueron correctamente clasificados por las

variables de estado de ánimo antes de la competición, apoyando la hipótesis de que

la capacidad predictiva de los estados de ánimo disminuye en deportes de equipo

con habilidad abierta y de larga duración. A nivel nacional, destacamos los estudios

desarrollados por De la Vega, Ruiz, García-Mas, Balagué y Olmedilla (2008) y

García (2009). En el primero, se hizo una investigación acerca de cómo fluctuaban

7

los estados de ánimo de un equipo de fútbol profesional antes de la disputa de cada

uno de los cuatro partidos que componían la fase final de ascenso a la Segunda

División española. Los resultados mostraron que el estado de ánimo del equipo no

presentaba una variación relevante antes de la disputa de cada uno de los encuentros

estudiados. En el estudio de García (2009) se realizó un análisis de la fluctuación de

los estados de ánimo de un equipo profesional antes y después de los últimos cinco

partidos de la temporada, introduciendo dos variables nuevas con respecto al

estudio anterior, la titularidad y la condición de jugar como local o visitante. Los

resultados corroboraron el estudio de De la Vega et al. (2008) en cuanto a que los

estados de ánimo permanecían relativamente estables antes de cada uno de los cinco

partidos estudiados. Por el contrario se encontraron variaciones considerables

después de cada uno de los encuentros observados, dando lugar a un mejor perfil de

los estados de ánimo en los futbolistas titulares que en los suplentes. En cuanto a la

segunda condición, los resultados mostraron que existía un estado de ánimo previo

más positivo cuando se jugaba como local que como visitante. Y por último, en el

análisis de los post partidos se observaron resultados ligeramente más positivos en

los encuentros jugados fuera de casa.

En el presente estudio pretendemos analizar y describir la consistencia o la

fluctuación de los estados de ánimo durante una situación deportiva de competición

y en un determinado periodo de tiempo. Parece existir acuerdo de que la

herramienta de recogida de información más adecuada es el POMS, que se

compone originalmente por las escalas de Vigor, Tensión, Depresión, Cólera,

Fatiga y Depresión, y que dispone de una amplia investigación teórica y empírica

en el deporte de competición (Balaguer, Fuentes, García-Merita y Meliá, 1993;

Arruza et al., 1994; Andrade, Arce y Seoane, 2000).

8

1. MARCO TEÓRICO

1.1 Las emociones

1.1.1 Definición

Fernandez-Abascal, Jiménez y Martín (2003) establecen que la emoción es

el concepto que utiliza la Psicología para describir y explicar los efectos

producidos por un proceso multidimensional, encargado de:

- El análisis de situaciones especialmente significativas.

- La interpretación subjetiva de las mismas, en función de la historia

personal.

- La expresión emocional o comunicación de todo el proceso.

- La preparación para la acción o movilización del comportamiento.

- Los cambios en la actividad fisiológica.

También hablan de que el proceso emocional implica una condición especial

de procesamiento de información, mediante el cual se pone en relación algo ya

conocido que se percibe en ese momento, con una escala de valores; análisis del

cual depende tanto la cualidad como la intensidad de las emociones evocadas.

9

1.1.2 Funciones de las emociones

Revé (1994, en Fernández-Abascal et al.), en una de sus formas, delimita las

principales características de las emociones, recogiendo las funciones que cumplen:

Función adaptativa, preparar al organismo para que ejecute eficazmente una

conducta exigida por las condiciones ambientales, que movilice la energía necesaria

para ello y que dirija la conducta a un objetivo determinado. Función social, se basa

en la expresión de nuestros estados de ánimo, lo cual permite a las demás personas

predecir el comportamiento que vamos a desarrollar y a nosotros el suyo, lo que

tiene un indudable valor en los procesos de relación interpersonal. La expresión de

las emociones puede considerarse, por lo tanto, como una serie de estímulos

discriminativos que facilitan la realización de conductas sociales. Efecto

motivacional, no se limita al hecho de que en toda conducta motivada se produzcan

reacciones emocionales, sino que una emoción pueda determinar la aparición de la

propia conducta motivada, dirigirla hacia determinada meta y hacer que se ejecute

un cierto grado de intensidad. Así pues, la conducta motivada produce una reacción

emocional y, a su vez, la emoción facilita la aparición de conductas motivadas.

1.1.3 Clasificación de las emociones

La esfera emocional se clasifica de diferentes modos. Pueden existir: el tono

sentimental, las emociones, los afectos, los estados de tensión y los estados de

ánimo (Petrovsky, 1979). Si en el tono sentimental el sentimiento se manifiesta

como matiz emocional o tonalidad cualitativa singular del proceso psíquico, en los

afectos domina rápidamente, y se caracteriza por alteraciones en la conciencia,

10

pérdida del control volitivo y trastornos en la actividad vital. Los estados de tensión

tienen lugar ante sobrecargas físicas y mentales y movilizan la energía necesaria

para superar las exigencias que se plantean al sujeto. Las emociones constituyen la

forma habitual en que se experimenta cualquier sentimiento: directo, inmediato.

(Barrios, 2006a).

Fernández-Abascal et al. (2003) clasifica las emociones basándose en que el

estudio del proceso emocional ha seguido dos direcciones distintas, a la hora de

investigar como se organizan las emociones concretas o específicas, estos enfoques

corresponden con:

- El estudio dimensional o emociones dimensionales, que tiene su

fundamentación en la existencia de importantes diferencias individuales

en las emociones que las personas adultas llegan a desarrollar, por lo que

se considera que el empleo de categorías discretas no es la mejor forma

de describir la realidad. En su lugar, se utilizan dimensiones generales

que definen el mapa de todas las posibles emociones que pueden ser

desplegadas.

- El estudio de las emociones discretas o específicas, por el contrario,

parte de la existencia de características únicas y distintivas para cada

categoría emocional, lo que permite hablar de emociones discretas a

pesar de las diferencias individuales que surgen en el desarrollo personal

de cada una de ellas.

11

1.1.4 Afectos, estados de ánimo y emociones

Antes o después, cualquier disciplina tiene que ser muy cuidadosa con los

términos que utiliza para describir los fenómenos que estudia o los procesos y

mecanismos que los generan. A veces, en el estudio de la emoción han surgido

importantes, pero improductivas polémicas entre teóricos e investigadores como

consecuencia de esta falta de rigor en el uso de algunos términos (por ejemplo la

que surge en los años ochenta sobre la primacía de los afectos y/o las cogniciones, o

en los años noventa sobre la existencia de emociones primarias o dimensiones

afectivas). Acosta (2003, en Fernandez-Abascal et al.) propone algunas distinciones

terminológicas entre los términos afecto, estados de ánimo y emoción que conviene

tener presente cuando nos acercamos a esta disciplina. El término afecto debemos

usarlo para referirnos a cualquier experiencia que incluya un componente

evaluativo: doloroso/placentero, atractivo/repulsivo, agradable/desagradable,

bueno/malo, estimulante/deprimente, etc. Una emoción sería un estado mental o un

proceso usualmente generado por un evento externo. Tiene un inicio definido,

aumenta hasta uno o más picos de intensidad y declina. Su intensidad se puede

medir conductual, fisiológicamente o mediante un auto-informe verbal. Su duración

es más bien reducida, aunque dependiendo de que usemos datos expresivos,

fisiológicos o verbales dicha duración puede oscilar desde segundos hasta minutos u

horas. En relación con los estados de ánimo, sin embargo, es difícil establecer un

inicio o fin claro, su intensidad suele ser más reducida, y su duración más

prolongada (Fernández-Abascal et al., 2003).

12

1.2 Los estados de ánimo

1.2.1 Definición

Los estados de ánimo constituyen un estado emotivo general, que matiza los

procesos psíquicos y la conducta del hombre durante un considerable periodo de

tiempo (Barrios, 2007). No están vinculados a un acontecimiento particular, de ahí

que se considere “un estado general indeterminado” (Rubinstein, 1981). Para

McNair (1971), los estados de ánimo son “estados afectivos transitorios

fluctuantes”. Para Cockerill (1991), los estados de ánimo son “estados emocionales

transitorios que pueden ser influenciados por una variedad de factores ambientales

y de personalidad”. Lane y Terry (2000), han definido los estados de ánimo como

“un conjunto de sentimientos efímeros por naturaleza, que varían en intensidad y

duración, y que generalmente comprometen más de una emoción”. Obviamente el

concepto de estos últimos autores es puramente descriptivo (pag. 2; tomado de

Barrios, 2007).

Los estados de ánimo pueden ser debidos a alteraciones en distintos

acontecimientos que producen una fuerte impresión emocional, y su base sensible

puede hallarse también en la actividad vital del organismo, en sus vagas y mal

localizadas sensaciones de los órganos internos (Barrios, 2007). Pueden surgir bajo

la influencia de una sola impresión, de un recuerdo, de una idea repentina. Ello

depende también de la personalidad, en especial cómo se conduce ante las

dificultades, de sus relaciones con el medio y su propia actividad (Rubinstein,

1981). Se considera que cambios en el estado bioquímico y hormonal del individuo

como falta de sueño, aliento y ejercicio, pueden generar alteraciones en los estados

de ánimo (Ekman, 1994).

13

Shuare (1990) asume una posición en el asunto planteando una definición

donde valora las concepciones existentes. Para dicho autor, “el estado de ánimo es

un estado emocional general e indeterminado de la personalidad, que influencia los

procesos cognoscitivos y la conducta respecto al medio y a sí mismo; es variable y

en él coexisten vivencias de diferente denominación, connotación e intensidad. Se

vincula fundamentalmente a la posición subjetiva del individuo respecto a vivencias

provenientes de la actividad vital del organismo, sus relaciones con el medio y la

satisfacción de sus necesidades y aspiraciones”. (pag. 77, tomado en Shuare, 1990).

1.3 Estados de ánimo y actuación deportiva

1.3.1 Fundamentos teóricos

Martín (2001) considera que los estados de ánimo, por lo general, son

considerados más suaves que las emociones y de menor duración. Todo deportista

sabe que muy a menudo su rendimiento, en una sesión de entrenamiento o incluso

en la propia competición, se encuentra condicionado por su estado de ánimo. De

forma que estados de ánimo positivos se asocian a buenos resultados deportivos,

siempre en la medida de las posibilidades de cada deportista, y viceversa, estados de

ánimo negativos se asocian a malos resultados deportivos (Lorenzo, Gil y Martín,

2001).

Rubinstein (1981) ha realizado planteamientos sobre los estados de ánimo

que adquieren un extraordinario valor al aportar un punto de vista diferente y

estimular reflexiones, en este caso, dentro de la esfera de la actividad deportiva.

Plantea:

14

“En la medida como se forman las relaciones mutuas de personalidad con

el ambiente, se desarrollan en la personalidad determinadas esferas de especial

significación y constancia. No todas las impresiones son suficientemente poderosas

para alterar el general estado de ánimo de la personalidad. Para ello debe existir

una relación con una esfera especialmente significativa para la personalidad, a la

cual ésta sea extraordinariamente susceptible o sensible. Esta impresión está

sometida, por decirlo así, a un determinado filtraje. El ámbito dentro del cual se

puede formar un estado de ánimo es, por tanto, limitado. Con ello, el ser humano

depende menos de las impresiones casuales, y su estado de ánimo se hace

considerablemente más constante. El estado de ánimo depende finalmente, también

íntimamente de cómo se forman para los diferentes individuos las relaciones vitales

con respecto al ambiente o mundo que lo rodea y con respecto a su propia

actividad. El estado de ánimo no solamente se manifiesta en la estructura de esta

actividad, que está intrincada en las activas relaciones mutuas con el ambiente,

sino que también se forma en ella. Para ello, como es natural, no es esencial el

desarrollo objetivo de los acontecimientos de por sí, independientemente de la

relación de la personalidad con respecto a aquel, sino también la manera como el

individuo depende esencialmente de sus cualidades de carácter, en especial de

cómo se conduce con respecto a las dificultades” (pag. 549, tomado en Rubistein,

1981) .

En el análisis de los estados de ánimo dentro de la actividad deportiva se

asumen como fundamentos teóricos generales los siguientes lineamientos y

principios derivados del enfoque histórico-social (Febles, 2004; Corral, 2003;

Shuare, 1990, Rubinstein, 1981):

15

- El estado de ánimo no solo se manifiesta en la actividad que se realiza,

sino que se transforma durante ella. Esta concepción define una visión

del hombre como ser activo, capaz de transformar la realidad al mismo

tiempo que es transformado por ella. De esta forma la subjetividad, su

desarrollo y variaciones, es un resultado indirecto y un nuevo punto de

partida de la acción de transformación sobre el ambiente (Corral, 2003;

Rubinstein, 1981).

- La preparación deportiva es un proceso que se expresa en la búsqueda de

un nivel superior de desarrollo de las capacidades humanas y de

habilidades en el uso de instrumentos y procedimientos históricamente

condicionados. Se caracteriza por el automovimiento producto del

subimiento y solución de contradicciones. Las vivencias y su

reestructuración, conducen al cambio de las necesidades y motivos, que

determinan a su vez, la reacción con el medio.

- La actividad humana, y en este caso la actividad deportiva, se desarrolla

en condiciones de relación social, que supone la cooperación y

comunicación. El estado de ánimo se vincula a la actividad que se

desempeña y a las relaciones del sujeto, pero también es influenciado

por factores tales como: las características individuales, la historia

personal y en la actividad, las necesidades, motivos y aspiraciones;

concretamente, se debe considerar el papel de la personalidad como

instancia reguladora (Rubinstein, 1981).

- Es posible ejercer influencias que estimulen la formación de un estado

anímico favorable al aprovechamiento y la elevación de las capacidades

psicológicas implicadas en la preparación. Esas influencias provienen

16

del efecto que ejerce la actividad (Barrios, 2006b), de la acción

consciente de conducción del proceso a través de la intervención

psicológica del profesional especializado y del equipo pedagógico, que

estimulan la participación activa del sujeto y contribuyen a modular

otras influencias.

- La evaluación del estado de ánimo, como componente de la esfera

emocional, debe considerarse un problema complejo, que no puede

abordarse a través de una sola forma de medición o un simple test. Exige

considerar instrumentos y enfoques que valoren la peculiaridad tanto del

sujeto como de la situación concreta en que se produce, de manera

integral y sistemática.

El estado de ánimo y su relación con la actividad física, ha sido

profusamente investigado durante varias décadas (Barrios, 2007). Se han

comparado los perfiles anímicos de atletas y practicantes de ejercicio con sujetos no

practicantes, y se han encontrado diferencias. Las investigaciones han demostrado

consistentes mejoramientos en el estado de ánimo después de realizar ejercicios

(Barrios, 2006a; Smith, 1990; Dishman, 1995; Biddle, 1991).

Los practicantes de actividad física se caracterizan por poseer bajos niveles

de ansiedad, depresión, hostilidad, fatiga y depresión, mientras el vigor resulta

elevado. Este hallazgo condujo a William Morgan (1980b) a plantear un modelo de

Salud Mental con una relación inversa entre psicopatología y rendimiento

deportivo. De acuerdo con ella, los atletas experimentan más salud mental positiva

17

que la población general, señalando que el perfil típico para el atleta élite - cuando

se evalúa mediante el POMS y se interpreta con una norma para estudiantes -

describe un iceberg, con puntuaciones para las cinco dimensiones negativas por

debajo de las normas, y por encima, el vigor. Su propuesta, aparecida en el artículo

"Test de campeones: el Perfil del Iceberg", ha sido motivo de un debate crítico en la

literatura especializada, que continúa hasta el presente (Terry, 2005).

Las investigaciones confirman que el ejercicio tiene un efecto ansiolítico,

tranquilizante o antiansioso (Salmon, 2001; Nakao, 2001; O'Connor, 2000;

Dishman, 1995; Biddle, 1991), producido por un efecto agudo (una sesión de

ejercicio) o crónico (participación durante 8-12 semanas). La relación ejercicio-

ansiedad plantea diversas interrogantes respecto al tipo e intensidad del mismo. Las

investigaciones apoyan al tipo aerobio como superior al no aerobio. Sin embargo,

una intensidad elevada puede resultar negativa en su efecto, de ahí que este

trastorno anímico acompañe al entrenamiento deportivo inadecuadamente

planificado, a los periodos de máximas cargas y a dificultades en la adecuación

personal a las mismas.

El ejercicio se asocia con un efecto antidepresivo de magnitud moderada

(Suh, Park, Kim, Kim, y Kim, 2002; Manber, 2002; Salmon, 2001; O'Neal, Neff,

Saar y Mines, 2000). Se valoran diferentes criterios: la elevación de los niveles de

endorfina como causa de euforia o elevación del vigor; el mejoramiento de la

irrigación sanguínea en regiones cerebrales involucradas en la regulación de las

emociones; acciones sobre el mecanismo encargado de la respuesta de estrés;

influencia sobre neurotransmisores como la dopamina, norepinefrina y serotonina; y

18

mecanismos psicosociales que influyen sobre el mejoramiento del apoyo social,

distracción, elevación de autoestima e imagen corporal.

El ejercicio influye sobre la autoestimación (Davis, 2000), la cual se vincula

a bienestar subjetivo y salud mental (Alferman y Stoll, 2000; Fox, 2000; Waaler,

1998) debido a que mejora la autoestimación física (Fox, 2000), y ésta repercute

sobre la autoestimación global. Se considera que el cuerpo, a través de su

apariencia, atributos y habilidades, proporciona una interfase entre el individuo y el

mundo, proporciona vínculo para la comunicación social y es utilizado para

expresar status y sexualidad. El sí mismo físico implica autovaloraciones de

competencia deportiva, fuerza física, condición física y atractivo corporal (imagen,

satisfacción, aceptación). Los mecanismos para lograr dichas modificaciones se

relacionan con percepciones mejoradas de apariencia, control corporal,

autoaceptación y otros. No obstante, algunos estudios han mostrado dificultades en

deportes con requerimientos de peso y restricciones alimentarias.

Los efectos que se atribuyen al ejercicio influyen sobre el estado anímico del

atleta, pero otras influencias conducen también a modificaciones anímicas, porque

el deporte es una fuente extraordinaria de exigencias y fuertes vivencias

emocionales, que se apoderan del deportista y ejercen su acción sobre los procesos

orgánicos y la conducta (Gorbunov, 1988). Las emociones actúan sobre la actividad

neurovegetativa, que influye de manera notable sobre el grado de esfuerzo que se

debe realizar y por consiguiente, sobre los rendimientos. La tensión o la ira (Ruiz

2005), aportan energía y contribuyen a que el deportista se sienta animado,

optimista, alerta, con energía para los esfuerzos máximos, puesto que aquí se

19

presentan relaciones peculiares entre emociones y cualidades volitivas (García

Ucha, 2004; Gorbunov, 1988).

Pero si la tensión va más allá de la necesaria, la conducta se desorganiza y

aparece la tensión muscular, que conduce a imprecisiones, descoordinación y

problemas en la concentración de la atención. Son inherentes al deporte la variedad

y dinamismo de los estados emocionales y su doble carácter: beneficiosos y

perjudiciales. Esta actividad exige el aprovechamiento y el control de las emociones

(Gorbunov, 1988; García Ucha, 2004).

1.3.2 Principales factores de influencia

Existe la necesidad de estudiar, aprovechar, modificar y enfrentar

influencias que inciden sobre el estado de ánimo. Se ha realizado un análisis de los

principales factores presentes en la actividad cotidiana del deporte (Barrios, 2007):

- De acuerdo a las características de la actividad, se pueden apreciar

problemáticas vinculadas a la asimilación de cargas; las tareas

peligrosas, difíciles y con requerimientos complejos de coordinación;

cambios de técnica, evento, división o categoría; interrupciones del

proceso de preparación (lesiones, enfermedades); problemas vinculados

al peso corporal y adaptación a diversas circunstancias (Stambulova,

2000), que se convierten en barreras psicológicas; preocupaciones por

lesiones o por inadecuado desempeño en pruebas pedagógicas.

- Aparecen nuevas problemáticas en cada etapa de preparación. En la pre-

competición, concebida como una adaptación a las condiciones de la

competición, se puede alterar el nivel de excitación y control emocional

20

y ello está determinado por la importancia atribuida a las competencias,

objetivos, exigencias externas, personalidad y valoración de

insuficiencias en la preparación. Los indicadores anímicos se mueven de

manera individual de acuerdo a los factores antes mencionados. En la

competición se presentan situaciones complejas que se suceden de

manera impredecible, y causan alteraciones como: excitación, ira,

rivalidad, optimismo, pesimismo ante resultados adversos y otros. Esta

etapa expresa el grado de preparación emocional alcanzado y la

dirección de la intervención psicológica en el futuro inmediato. En la

etapa post-competitiva se presentan vivencias de éxito o fracaso, con

consecuencias positivas y negativas para el estado anímico y la conducta

posterior del atleta: optimismo, confusión, desánimo, ira, inquietud,

insatisfacción, preocupaciones por lesiones o por las consecuencias del

desempeño deportivo.

- El atleta establece relaciones humanas dentro y fuera del deporte, que

inciden en su estado anímico:

o Las relaciones con el entrenador. El entrenador es un importante

factor de influencia en la creación de la atmósfera psicológica dentro

del grupo de entrenamiento; en la creación de valores y como

importante elemento de incidencia en la motivación del atleta a

través de su papel de consejero en metas de aprendizaje, rendimiento

y otras esferas de la vida (Haase, 2002); a lo cual se suma su papel

de principal encargado de conducirlo al logro de sus aspiraciones,

por lo que constituye una importante fuente de vivencias (Barrios,

2006b). Su papel exige habilidades comunicativas desarrolladas y

21

concebir al atleta como ser humano integral (Haase, 2002). Pero en

la realidad, no siempre estos requerimientos se presentan en la

medida adecuada o deseada por el atleta.

o La familia. La familia es un sistema abierto, que interactúa de

manera permanente con todos los subsistemas que forman la

sociedad y de los cuales se retroalimenta (Arés, 2003). La familia

ofrece ayuda, protección, satisfacción personal, forma valores y

patrones de comportamiento. La familia del atleta, como cualquier

otra, puede presentar múltiples problemas objetivos y subjetivos; y

poseer una dinámica funcional adecuada, disfuncional, o incluso

constituir una familia problema. El atleta por tanto recibe un

conjunto de influencias familiares. Ese componente interpersonal

repercute sobre el componente intrapersonal (Wylleman, 2000) y

puede tener signo positivo, negativo o ambos (preocupaciones,

enfrentamientos inadecuados, alteraciones emocionales) que

repercuten sobre el estado anímico (Barrios, 2005).

o Otras influencias que van desde la pareja, amigos, pares, periodistas,

dirigentes del deporte y toda la red psicológica de personas próximas

e importantes (Wylleman, 2000).

- La posición del atleta dentro del equipo. Determinado por los resultados

o por la valoración externa de las perspectivas de desarrollo, que se

manifiesta en acciones concretas del medio (entrenadores, dirigentes,

etc.) y repercuten sobre el estado de ánimo.

- La autovaloración de las perspectivas de desarrollo individual. A partir

de complejas relaciones entre valoración de las cualidades que requiere

22

el deporte, condiciones personales autoevaluadas, valoraciones externas,

logros, etc.

- La significación que posee el deporte para el atleta. Su sentimiento de

pertenencia, su compromiso con los objetivos y metas planteadas de

manera social e individual.

- Las características y cualidades de personalidad. Capacidad de

comprensión; cualidades del temperamento, en especial la dimensión

estabilidad emocional y exigencias específicas del deporte.

Mantener o alcanzar un estado de ánimo adecuado, es visto como una parte

importante de la preparación mental para la competición (Terry, 2005; Rudik, 1988;

Puni, 1969), de ahí la necesidad de tomar en cuenta los elementos que inciden sobre

el mismo.

1.3.3 Estados de ánimo y rendimiento deportivo

Como dice Cox (2009), el estado de ánimo se considera una respuesta

psicológica a un estímulo ambiental que de algún modo es transitoria y específica

de una situación. Por ejemplo, la predisposición a sentir tensión en una amplia

variedad de situaciones es un rasgo de la personalidad, mientras que la

manifestación propiamente dicha de la tensión es específica de una situación y se

considera un estado de ánimo. Desde una perspectiva psicológica, un estado de

ánimo debería tener una influencia mayor sobre la conducta que un rasgo de la

personalidad.

23

Como pueden determinarse y medirse los efectos de la personalidad sobre la

conducta deportiva también se pueden precisar los efectos de una situación

(ambiente) sobre esa conducta. Para lograr esto, primero se debe de hallar un modo

de representar los efectos de la situación y uno de los modos que utiliza la

psicología del deporte consiste en la medición de los estados de ánimo. Los estados

de ánimo fluctúan a medida que cambia la situación que muchas veces suele ser

competitiva (Cox, 2009).

En el contexto del análisis y la valoración del rendimiento deportivo, una de

las variables que más interés ha suscitado en la relación que se establece entre el

rendimiento deportivo y las diferentes variables psicológicas que en él intervienen,

ha sido el estado de ánimo precompetitivo y competitivo. Parece evidente que las

percepciones que los atletas tienen sobre sus estados anímicos pueden influir de

alguna manera sobre algún aspecto de su rendimiento (Lazarus, 2000; Ruiz y

Hanin, 2004; Skinner y Brewer, 2002).

Sin embargo, en este ámbito parece necesario distinguir entre distintos

conceptos que se hallan muy relacionados, tales como afecto, estado de ánimo,

sentimiento, rasgos emocionales y temperamento (Vallerand y Blanchard, 1999;

Oakley y Jekins, 1996), ya que en la práctica pueden confundirse o solaparse. El

criterio que usualmente se ha utilizado es el de la duración temporal y las relaciones

con otros procesos cognitivos (Cerin, Szabo, Hunt y Williams, 2000), así como el

de la consistencia o la fluctuación a través de las situaciones deportivas (Calmeiro y

Tennenbaum, 2007; Crocker e Isaak, 1997; Ericsson y Kira, 2001; Hagtvet y Hanin,

2007; Sy y Côte, 2005).

24

Existen situaciones deportivas en las que la fluctuación o consistencia de los

estados de ánimo de los deportistas se convierten en una información clave acerca

de la forma en la que reaccionan frente a su rendimiento (Calmeiro y Tenenbaum,

2007; Hoffman, Bar-Eli y Tenenbaum, 1999).

Tanto para el investigador, como sobre todo para el psicólogo aplicado es de

mucho interés el poder conocer si en una situación, que plantea expectativas

positivas para todos los deportistas y agentes deportivos implicados, los aspectos

emocionales de los deportistas fluctúan o, en cambio, se mantienen relativamente

estables. Esta fase, de alguna manera, puede entenderse como una situación

competitiva “continua” dada su compresión temporal y los objetivos implicados. La

importancia de conocer el nivel de estabilidad de estas dimensiones del estado de

ánimo radica en la necesidad de ofrecer orientaciones concretas al profesional de la

psicología del deporte para poder predecir, en un primer momento, en dónde

pueden surgir más complicaciones en el afrontamiento competitivo en el fútbol y,

en segundo lugar, ser capaz de intervenir en ellas de manera que se optimice su

trabajo (De la Vega et al., 2008).

1.3.4 Aportaciones específicas de Morgan y el POMS en la predicción del

rendimiento deportivo

Morgan (1979) muestra como en la investigación psicológica en deporte, se

ha estudiado de forma importante la detención de prerrequisitos psicológicos que

sustentan la consecución de un determinado rendimiento deportivo (deportistas con

éxito). A su vez, destaca cómo la utilización de datos exclusivamente psicológicos y

fisiológicos, no predecirían el rendimiento deportivo de forma total, dado que

25

solamente cuando el atleta es estudiado como un complejo psicobiológico podemos

aproximarnos a unos niveles de predicción aceptables.

La tendencia en esos años era a estudios meramente fisiológicos, donde

también se realizaron en la década de los 70 importantes estudios empíricos más

profusos sobre los factores psicológicos en varios deportes: Remo, lucha, natación y

carreras de resistencia (Morgan y Pollock, 1977). Desde esta perspectiva, Morgan

ha realizado importantes aportaciones al estudio de la predicción del rendimiento

deportivo ya no sólo con la creación del Profile of Mood Status, sino sus

aportaciones a los estudios predictivos de rendimiento desde una perspectiva

psicológica (Ruiz, 2004).

En el caso de situarse de forma clara entre los investigadores de la corriente

“crédula” o “escéptica” Morgan destaca la falta de consistencia de los estudios en

las predicciones realizadas (Morgan, 1978). Desde el punto de vista crédulo, el

éxito deportivo, estaría relacionado con determinados factores psicológicos, donde

Morgan (1980b) destaca la existencia de modelos precisos que llegan incluso hasta

el 70% en sus predicciones.

Morgan, en una de sus investigaciones en remo, utilizó el POMS para

seleccionar a los 8 mejores remeros (de 60 concentrados) de las universidades de

USA para construir el equipo nacional. Se tomaron a 57 deportistas de los 60 a los

que se les informó del estudio, donde todos los remeros fueron evaluados al inicio

del proceso de selección, indicándoles que los resultados no serían utilizados para la

selección de individuos por sus respectivos equipos. Posteriormente se realizó una

26

comprobación de los finalistas en el campeonato, analizando las puntuaciones de

los distintos tests, obteniéndose los siguientes resultados: Bajos niveles de ansiedad

de estado y rasgo, tensión, depresión, cólera, fatiga, confusión, neuroticismo y

conformidad, pero altas puntuaciones en vigor y extraversión. Por tanto, observaron

que aquellos deportistas con una salud mental positiva tenían más probabilidades de

llegvar al final que aquellos con una salud mental más pobre.

Diez de los dicesiséis finalistas seleccionados fueron identificados usando el

modelo predictivo, y treinta y uno del otro grupo fueron bien clasificados. De esta

forma, 41 de los 57 deportistas fueron bien clasificados. Desde el punto de vista,

esas predicciones basadas en las escalas fueron realizadas a priori, donde un análisis

pos hoc nos llevó a realizar un análisis discriminante, siendo correctamente

asignados 40 de los 57.

La conclusión de estos estudios es que los predoctores a nivel clínico (a

priori) y estadísticos (posteriori), eran igualmente efectivos (70%): De los 16

finalistas, 9 poseeen un perfil psicológico suficientemente único para permitir

realizar la predicción, mientras que 7 del grupo mo exhibían un perfil acusado.

Como siempre, todos los fallos predichos (5) y de éxito (4) fueron correctos, donde

la predicción era posible (Ruiz, 2004).

27

1.4 Estados de ánimo en deportistas juveniles

La mayoría de las personas, cuando piensan en la psicología del deporte

aplicada, piensan en los deportistas de élite y en el modo de mejorar el rendimiento

deportivo. Es indudable que éste es el objetivo de la psicología del deporte durante

unos Juegos Olímpicos que tanto cautivan a la nación y al mundo. Sin embargo, si

se considera que aproximadamente 35 millones de niños entre 6 y 18 años

participan en los programas de deportes juveniles patrocinados por diversas

instituciones cada año y otros 10 millones de jóvenes de entre 14 y 18 años

participan en programas patrocinados por las escuelas (Smoll y Smith, 1998), se

verá el tremendo potencial de desarrollo y enriquecimiento humanos. Si en cada

niño que participara en un deporte aumentarían la autoconfianza, la destreza

percibida, la motivación intrínseca y la autoestima, el mundo y la sociedad serían

mucho mejores. Desafortunadamente, muchos jóvenes a los que les gustaría

participar en programas deportivos organizados por las escuelas no pueden hacerlo

debido a los recursos educativos limitados y la infraestructura insuficiente (Cox,

2009).

La necesidad de buscar formas abreviadas de pruebas psicométricas, que

interfieran mínimamente en las rutinas pre-competitivas, se asocia, en el caso de los

deportistas más jóvenes, con dificultades para responder a algunos ítems. El propio

manual del POMS recomienda su uso con “sujetos de edad igual o superior a 18

años, que tengan al menos un nivel de educación secundaria” (McNair et al.,

1971). Por este motivo; Terry, Lane y Keohane (1996) desarrollaron el POMS-A, la

versión del instrumento para adolescentes.

28

1.5 Investigaciones previas

A lo largo de este punto se comentan estudios donde se ha utilizado como

instrumento de medida versiones del “Perfil de Estados de Ánimo” (POMS), de Mc

Nair, Lorr, Droppleman (1971).

Los practicantes de actividad física se caracterizan por poseer bajos niveles

de ansiedad, depresión, cólera, fatiga y depresión, mientras el vigor resulta elevado.

Este hallazgo condujo a William Morgan (1980b) a plantear un modelo de Salud

Mental con una relación inversa entre psicopatología y rendimiento deportivo. De

acuerdo con ella, los atletas experimentan más salud mental positiva que la

población general, señalando que el perfil típico para el atleta élite -cuando se

evalúa mediante el POMS y se interpreta con una norma para estudiantes- describe

un iceberg, con puntuaciones para las cinco dimensiones negativas por debajo de las

normas, y por encima, el vigor. Su propuesta, aparecida en el artículo "Test de

campeones: el Perfil del Iceberg", ha sido motivo de un debate crítico en la

literatura especializada, que continúa hasta el presente (Terry, 2005).

En un trabajo que se continúa con la línea de investigación surgida a raíz de

la preparación realizada para los Juegos Olímpicos de Barcelona-92. A partir de él,

se verificó tanto la importancia del Estado de Animo (POMS) como de otras dos

variables que fueron las seleccionadas, la Dificultad Percibida Estimada y la

Autoeficacia. Los datos se registraron desde el inicio de la temporada-95 hasta

Atlanta-96, cuando se iniciaba el calentamiento para cada combate, entre 25 y 35

minutos antes de salir a competir. El cuestionario utilizado contemplaba por un lado

las cuatro dimensiones del POMS, Tensión, Hostilidad, Fatiga, Vigor, y por otro, la

29

Dificultad Percibida Estimada y el Grado de Confianza. Los análisis realizados

indican que la Fatiga Percibida puede ser un buen predictor del resultado de la

competición y que las fluctuaciones durante la misma, tanto del Estado de Ánimo,

de la Dificultad Percibida Estimada como de la Autoconfianza influyen en el

comportamiento de las deportistas. Asimismo el presente estudio, en contra de lo

que la literatura establece, indica claramente que el perfil óptimo del Estado de

Ánimo para el rendimiento durante la competición no se corresponde con el “perfil

iceberg” (Arruza et al., 1998).

Una reciente investigación dirigida por Andrade et al. (2008) ofrece una

propuesta de versión reducida del POMS, con tan sólo 33 ítems, para su utilización

con jóvenes deportistas españoles. Participaron en el estudio 106 futbolistas varones

de 14 y 15 años de edad. Para la selección de los ítems que se propusieron para la

versión reducida se intentaron maximizar tres criterios: (1) que los ítems fueran

comprensibles para los sujetos; (2) que los ítems fuesen percibidos por los sujetos

como conceptualmente próximos al significado del factor correspondiente; y (3)

que cada factor contuviese, como mínimo, 4 ítems. Para la aplicación del segundo

criterio se utilizó el procedimiento del escalamiento PROXSCAL que permitió

retener los ítems más próximos al significado de cada factor, ofreciendo índices de

bondad de ajuste satisfactorios en todos los análisis de proximidades realizados. En

la versión del POMS resultante, los 33 ítems se agrupaban en 7 factores, siendo su

distribución la siguiente: Tensión (4 ítems), Estado deprimido (9 ítems), Enfado (4

ítems), Energía (4 ítems), Confusión (4 ítems) y Compañerismo (4 ítems). Lo que

se pretendió con este estudio era dar los primeros pasos en el desarrollo de una

forma reducida del POMS para su utilización con deportistas adolescentes en el

30

contexto de la cultura española. El futuro de la investigación con el POMS-A estará

orientado a satisfacer el menos dos cuestiones: (1) la comprobación de su validez

factorial, y (2) la tipificación de las puntuaciones. Por una parte, la propuesta que

aquí se realiza es innovadora, en el sentido de que son los propios adolescentes los

que eligen los mejores indicadores para cada estado. Pero la estructura factorial

asumida es algo que todavía se debe demostrar para este tipo de población.

Mediante el uso del POMS se ha demostrado que, en comparación con

poblaciones normales, los estados de ánimo de deportistas – especialmente de alto

nivel – se caracterizan por mostrar valores superiores en la escala de Vigor e

inferiores en las de Tensión, Depresión, Cólera, Fatiga y Depresión. Estos niveles

reflejan el “Perfil Iceberg” denominado por Morgan (1980b), el cual indica una

salud mental positiva del deportista. Desde los trabajos pioneros, han sido muchos

los estudios que han relacionado estados de ánimo y situación deportiva utilizando

el POMS (Balagué et al., 1998; Barrios, 2007; Hassment y Blomstand, 1995;

Hoffman, Bar-Eli y Tenenbaum, 1999; Macedo, Sinim y Noce, 2007; Morgan y

Johnson, 1977; Sánchez, González, Ruiz, San Juan, Abando, de Nicolas y García,

2001). Asimismo, se han demostrado mediante revisiones de las investigaciones y

metaanálisis que el POMS posee utilidad para llevar a cabo predicciones acerca del

rendimiento de los deportistas, a partir de las características de sus estados de ánimo

(Andrade et al. 2000; Beedie, Terry y Lane, 2000), aunque plantea algunos

problemas para su uso válido para diferenciar deportistas de parecida habilidad

entre sí o con distintos niveles de logro.

31

El estudio de De la Vega et al. (2008) realizado en el Rayo Vallecano de

Madrid SAD se centró primero en analizar el grado de las fluctuaciones o de la

consistencia en el estado de ánimo de los jugadores de fútbol, considerados como

equipo, antes de cada uno de los partidos eliminatorios de una fase de ascenso a la

categoría superior (2ºA) y segundo, en conocer en qué factores del estado de ánimo

se producían las fluctuaciones más relevantes para adecuar la intervención del

psicólogo deportivo a la interacción deportista-situación específica. Los resultados

demostraron que las diferentes dimensiones del POMS permanecían estables en

cada uno de los partidos disputados, donde además, la escala de Vigor se situaba

por encima de las demás. Estos datos coincidían con el “Perfil Iceberg”. También se

mostraba en el estudio que existe una cierta dispersión de los resultados, es decir,

no todos los jugadores poseen el mismo nivel de estado de ánimo, por lo que hay

que ser cuidadosos a la hora de interpretar los datos.

En otro estudio de Sánchez et al. (2001), que se llevó a cabo con un equipo

de las categorías inferiores del Athletic Club de Bilbao, se hace un análisis sobre

cómo los estados de ánimo, previos a la competición, influyen en el rendimiento

deportivo de un equipo de fútbol durante toda la temporada y si esta relación está

mediada por la variable localización del partido. Los resultados mostraron que

parece haber una relación entre los estados de ánimo previos al partido y el

rendimiento. Concretamente se ha observado una relación negativa entre las

dimensiones de Tensión, Depresión, Cólera, Depresión y Fatiga, y el rendimiento

del partido, medido a través de la valoración del entrenador. Estos resultados

parecen confirmar los hallazgos de otros estudios en torno a la influencia de los

estados de ánimo en el rendimiento. En cuanto a la variable localización del partido,

32

parece haberse demostrado que los estados de ánimo precompetitivos, adquieren un

papel importante en el rendimiento obtenido en los partidos jugados fuera de casa.

Existen otros trabajos dedicados a los estados de ánimo que estudian otros

aspectos asociados al deporte y que no se centran tanto en el rendimiento deportivo.

El estudio de Abenza, Olmedilla, Ortega y Esparza (2009) analiza la

importancia que tiene el considerar los factores psicológicos como aspecto

relevante para mejorar la adecuación de propuestas de rehabilitación. Los objetivos

de su trabajo fueron valorar cómo los diferentes factores emocionales evolucionan

desde el inicio hasta el final del período de recuperación, y analizar el nivel de

adherencia de los deportistas lesionados a su programa de rehabilitación. El estudio

se realizó con 5 deportistas federados en distintas disciplinas, de edades

comprendidas entre los 17 y los 21 años. En relación al tipo de lesión, los criterios

de inclusión para el estudio fueron: lesiones recientes (ocurridas en los dos días

anteriores a la primera visita al centro sanitario), nuevas (no recaídas o reincidentes)

y médicamente diagnosticadas como moderadas o graves. Para valorar el estado de

ánimo se ha utilizado la versión española del POMS, que incluye 5 dimensiones:

tensión, depresión, cólera, vigor y fatiga. Para el registro del índice adherencia se

diseñó una hoja de evaluación partiendo del asesoramiento y la experiencia

profesional del equipo médico que colaboró en el estudio; esta hoja permite valorar

el cumplimiento del tratamiento, tanto en la clínica como el realizado de forma

autónoma por el lesionado fuera de la clínica. Los resultados indican que los

factores emocionales evolucionan adoptando gradualmente un Perfil Iceberg, donde

las dimensiones cólera, depresión y fatiga muestran una evolución descendente,

33

vigor ascendente y tensión de mantenimiento con puntuaciones altas. El nivel de

adherencia al programa de rehabilitación tiende a ser constante, descendiendo

notablemente al final del proceso.

Se sugiere la aplicabilidad de estos hechos en la práctica profesional del

personal sanitario en los procesos de rehabilitación de lesiones deportivas.

34

2. OBJETIVOS

2.1 Objetivo general

! Comparar los estados de ánimo de dos equipos de fútbol, antes y

después de 10 partidos durante la segunda mitad de la temporada

regular.

2.2 Objetivos específicos

! Conocer cómo varían los estados de ánimo del equipo Alcorcón ‘B’

que se encuentra en puestos de descenso.

! Conocer cómo varían los estados de ánimo del equipo Juvenil ‘C’

que se encuentra en puestos de ascenso.

35

3. METODOLOGÍA

3.1 Muestra

La muestra de estudio estuvo constituida por un total de 40 futbolistas, de

los cuales, sólo se utilizaron los 16 jugadores que iban convocados por cada equipo

en cada uno de los 10 encuentros estudiados. Dichos deportistas militan en las

categorías inferiores de la Agrupación Deportiva Alcorcón y se reparten en: 20 que

conforman la plantilla de la Agrupación Deportiva Alcorcón ‘B’ que participa en el

Grupo 2 de la categoría Preferente y 20 futbolistas del Juvenil ‘C’ de la misma

entidad que participa en el Grupo 3 de la categoría Preferente Juvenil. Ambos

campeonatos pertenecen a la Federación de Fútbol de Madrid (FFM). Las edades de

los participantes están comprendidas entre 16 y 24 años.

Se trata de una muestra de futbolistas no profesionales ya que no se dedican

exclusivamente al fútbol sino que muchos de los deportistas trabajan o están

cursando estudios de secundaria y bachillerato. Ambos equipos tienen cuatro

entrenamientos y un día de competición a lo largo de la temporada que va de

Agosto a Junio.

3.2 Instrumento

Para la recopilación de datos para la investigación se ha utilizado el Profile

of Mood Status (POMS, Lorr, McNair y Droppelman, 1971) en la versión de 29

ítems, adaptada y validada en español (Fuentes, García Merita y Balaguer, 1995).

En esta versión, las escalas que conforman el test son las siguientes: tensión, cólera,

vigor, fatiga y depresión.

36

3.3 Procedimiento

Los datos fueron recogidos entre Enero y Junio de 2010. La administración

del POMS tuvo lugar aproximadamente una hora antes y después de cada encuentro

a lo largo de 10 partidos durante la segunda vuelta de la temporada, donde un

equipo estaba en posiciones de ascenso de categoría y el otro estaba en posiciones

de descenso.

La aplicación del instrumento se realizó en los vestuarios, con una duración

aproximada de cinco minutos, durante los cuales no hubo incidentes en ninguna de

las veces que fue aplicada la escala. Se realizó una sesión previa donde se explicó

qué era lo que se pretendía medir y cómo se debían rellenar los cuestionarios. Se

resolvieron todas las dudas que tenían los deportistas de uno y otro equipo.

Los jugadores firmaron una hoja de consentimiento para participar en la

investigación, así como la seguridad de la confidencialidad de los datos obtenidos

en la investigación a nivel individual y anónimo. Como es normal, también se pidió

permiso a los entrenadores de ambos equipos para poder aplicar la escala antes y

después de los encuentros.

37

3.4 Variables del estudio

3.4.1 Variables dependientes

! Tensión

! Cólera

! Vigor

! Fatiga

! Depresión

3.4.2 Variables independientes

! Puesto en la clasificación: ascenso vs descenso

3.5 Análisis de datos

Para el análisis de datos se han utilizado los estadísticos descriptivos de

tendencia central (media) y dispersión (desviación típica), el estadístico de contraste

no paramétrico de diferencia de medias para más de dos muestras relacionadas

Friedman, y el estadístico de contraste no paramétrico de diferencia de medias para

dos muestras independientes U de Mann-Whitney. Para la realización del análisis

de datos se ha utilizado el software especializado en análisis estadísticos predictivos

SPSS en su versión PASW Statistics 18.

38

4. RESULTADOS

En las tablas 1 y 2 podemos observar los diez resultados conseguidos tanto

por el Alcorcón ‘B’ como por el Juvenil ‘C’, de los cuales, hemos tomado los datos

para nuestra investigación.

Tabla 1. Resultados de los diez partidos disputados por el Alcorcón ‘B’ analizados durante la temporada 2009/2010

Partidos Pos. Local Resultado Visitante Pos.

1º Partido 17º Alcorcón 'B' 0-0 Fortuna 5º 2º Partido 16º Alcorcón 'B' 3-2 Colmenar Oreja 8º 3º Partido 4º Moscardó 1-0 Alcorcón 'B' 17º 4º Partido 17º Alcorcón 'B' 1-1 Álamo 18º 5º Partido 17º Alcorcón 'B' 0-1 Leganés 'B' 10º 6º Partido 14º Yébenes 1-1 Alcorcón 'B' 17º 7º Partido 7º Real Aranjuez 1-0 Alcorcón 'B' 17º 8º Partido 17º Alcorcón 'B' 0-1 Villaverde 16º 9º Partido 3º Villaviciosa 1-0 Alcorcón 'B' 17º

10º Partido 17º Alcorcón 'B' 1-3 Internacional 2º

Tabla 2. Resultados de los diez partidos disputados por el Juvenil ‘C’ analizados durante la temporada 2009/2010

Partidos Pos. Local Resultado Visitante Pos. 1º Partido 6º Carabanchel 2-2 Juvenil 'C' 1º 2º Partido 1º Juvenil 'C' 3-2 Sitio Aranjuez 4º 3º Partido 3º Puerta Bonita 0-4 Juvenil 'C' 1º 4º Partido 1º Juvenil 'C' 2-1 Villaverde 15º 5º Partido 9º Aluche 1-1 Juvenil 'C' 1º 6º Partido 1º Juvenil 'C' 4-3 Eurodroguer 14º 7º Partido 11º Villarejo 0-1 Juvenil 'C' 1º 8º Partido 1º Juvenil 'C' 1-1 Lugo 2º 9º Partido 1º Juvenil 'C' 2-0 Vallecas 7º

10º Partido 12º El Pozo 1-2 Juvenil 'C' 1º

39

En las tablas 3 y 4 desarrollamos el análisis de medias y desviaciones típicas

y el análisis de diferencias de medias para muestras relacionadas mediante el

estadístico de contraste no paramétrico Friedman para cada una de las escalas del

POMS antes de los diez partidos disputados por el Alcorcón ‘B’ y el Juvenil ‘C’. El

objetivo es poder comprobar si existen diferencias significativas en cada una de las

escalas de Tensión, Cólera, Vigor, Fatiga y Depresión, para así poder observar

como fluctúan los estados de ánimo en cada uno de los equipos antes de los diez

encuentros analizados.

Como se puede observar en la tabla 3, los valores de las desviaciones típicas

son elevados, esto nos muestra una dispersión en las respuestas de los jugadores del

equipo. Estas puntuaciones se deben de tener en cuenta a la hora de valorar las

respuestas grupales medias para cada una de las escalas. Los resultados muestran

que existen diferencias significativas en el equipo antes de los diez partidos jugados

en la escala de Tensión.

En la tabla 4, que corresponde a los estadísticos descriptivos y de contraste

del equipo Juvenil ‘C’, podemos observar que ocurre lo mismo que en la tabla 3, los

valores de las desviaciones típicas son elevados, lo que muestra la existencia de la

dispersión en las respuestas en el equipo, lo que debe ser tenido en cuenta al valorar

las respuestas grupales medias para cada una de las escalas. Los resultados no

muestran diferencias significativas en las puntuaciones de las escalas del POMS en

el equipo antes de los diez partidos disputados.

40

Tabla 3. Análisis descriptivos para muestras relacionadas mediante el estadístico de contraste Friedman para la escala del POMS antes de los diez

partidos del Alcorcón ‘B’

Escalas del POMS

Media (n=16)

Desv. típica

Rango promedio

Chi cuadrado gl Significación

Tensión pre 1º 10,5 6,512 5,66 Tensión pre 2º 9,19 4,996 5,72 Tensión pre 3º 9,44 2,898 6,25 Tensión pre 4º 8,81 4,969 5,22 Tensión pre 5º 8,44 3,306 5,19 23,432 9 0,005 Tensión pre 6º 7,69 4,542 4,31 Tensión pre 7º 8,81 7,748 4,84 Tensión pre 8º 14,5 4,305 8,38 Tensión pre 9º 8,81 1,759 5,41 Tensión pre 10º 7,13 4,349 4,03 Cólera pre 1º 4,75 3,642 5,75 Cólera pre 2º 4,88 4,097 5,69 Cólera pre 3º 4,81 4,446 5,22 Cólera pre 4º 4,06 3,065 5,63 Cólera pre 5º 4,56 4,289 5,06 12,089 9 0,208 Cólera pre 6º 4,88 4,815 5,09 Cólera pre 7º 6,06 6,371 5,72 Cólera pre 8º 3,19 2,509 4,09 Cólera pre 9º 6,25 3,751 7,31 Cólera pre 10º 4,69 3,42 5,44 Vigor pre 1º 19,06 4,187 6,38 Vigor pre 2º 18,63 4,53 5,78 Vigor pre 3º 19,5 4,066 6,31 Vigor pre 4º 19,19 3,953 5,44 Vigor pre 5º 18,88 3,879 5,53 6,299 9 0,71 Vigor pre 6º 18,69 3,894 5,13 Vigor pre 7º 18 3,615 4,94 Vigor pre 8º 19,06 3,768 5,75 Vigor pre 9º 16,88 3,739 4,28 Vigor pre 10º 18,5 4,017 5,47 Fatiga pre 1º 0,81 1,377 5,38 Fatiga pre 2º 1,63 2,754 6,06 Fatiga pre 3º 1,19 1,905 6,16 Fatiga pre 4º 0,81 1,167 5,81 Fatiga pre 5º 0,75 1,39 5,69 10,583 9 0,305 Fatiga pre 6º 0,69 1,621 5,13 Fatiga pre 7º 1 1,897 5,72 Fatiga pre 8º 0 0 3,91 Fatiga pre 9º 0,63 1,147 5,25 Fatiga pre 10º 1,44 2,19 5,91 Depresión pre 1º 2,5 3,12 6,16 Depresión pre 2º 2,69 3,092 6,59 Depresión pre 3º 2,38 3,964 5,5 Depresión pre 4º 1,94 2,294 6,09 Depresión pre 5º 1,75 3,568 4,66 12,803 9 0,172 Depresión pre 6º 2,69 2,96 6,34 Depresión pre 7º 2,44 3,932 5,38 Depresión pre 8º 0,69 1,991 4,03 Depresión pre 9º 1,88 2,277 5,53 Depresión pre 10º 1,31 2,182 4,72

41

Tabla 4. Análisis descriptivos para muestras relacionadas mediante el estadístico de contraste Friedman para la escala del POMS antes de los diez

partidos del Juvenil ‘C’

Escalas del POMS

Media (n=16)

Desv. típica

Rango promedio

Chi cuadrado gl Significación

Tensión pre 1º 8,5 2,658 5,75 Tensión pre 2º 9,5 3,559 6,59 Tensión pre 3º 9,13 4,559 5,91 Tensión pre 4º 7,31 3,341 4,84 Tensión pre 5º 7,31 3,341 4,97 8,533 9 0,481 Tensión pre 6º 7,13 3,775 4,97 Tensión pre 7º 6,5 4,775 4,31 Tensión pre 8º 8,5 2,658 5,75 Tensión pre 9º 8,44 3,687 5,5 Tensión pre 10º 9,81 5,443 6,41 Cólera pre 1º 4,69 2,575 5,16 Cólera pre 2º 7,63 4,992 7,72 Cólera pre 3º 4,31 3,478 4,91 Cólera pre 4º 4,44 2,828 5,31 Cólera pre 5º 6,25 5,053 5,78 14,971 9 0,092 Cólera pre 6º 4,69 2,845 5,31 Cólera pre 7º 4 2,477 4,56 Cólera pre 8º 4,69 2,575 5,16 Cólera pre 9º 5,31 2,726 6,41 Cólera pre 10º 3,94 2,265 4,69 Vigor pre 1º 19,5 2,556 5,59 Vigor pre 2º 17,63 3,631 4,38 Vigor pre 3º 19,44 3,386 5,88 Vigor pre 4º 19,44 3,881 6,41 Vigor pre 5º 18,25 3,416 4,75 9,039 9 0,434 Vigor pre 6º 18,56 4,242 5,38 Vigor pre 7º 18,56 3,306 4,56 Vigor pre 8º 19,5 2,556 5,59 Vigor pre 9º 19,38 2,705 5,97 Vigor pre 10º 20,31 2,33 6,5 Fatiga pre 1º 1,31 1,621 5,88 Fatiga pre 2º 1,88 2,187 6,5 Fatiga pre 3º 1,75 2,049 6,69 Fatiga pre 4º 0,81 1,223 5,22 Fatiga pre 5º 1,38 2,217 5,72 12,163 9 0,204 Fatiga pre 6º 0,44 1,031 4,28 Fatiga pre 7º 1,38 2,849 5,16 Fatiga pre 8º 1,31 1,621 5,88 Fatiga pre 9º 1 1,862 5 Fatiga pre 10º 0,69 1,401 4,69 Depresión pre 1º 1,75 2,206 5,31 Depresión pre 2º 3,56 4,163 6,66 Depresión pre 3º 2,25 2,817 5,53 Depresión pre 4º 1,31 2,056 4,78 Depresión pre 5º 3,13 3,667 6,31 8,183 9 0,516 Depresión pre 6º 2,19 4,053 5,09 Depresión pre 7º 1,25 2,049 4,63 Depresión pre 8º 1,75 2,206 5,31 Depresión pre 9º 2,38 3,03 6,13 Depresión pre 10º 1,44 1,788 5,25

42

Siguiendo con el primer objetivo específico de conocer cómo varían los

estados de ánimo del equipo Alcorcón ‘B’, a continuación se presenta la figura 1

con el objetivo de poder observar las puntuaciones del POMS de forma gráfica.

En la figura 1, podemos observar la existencia de tendencias distintas en las

medias del Alcorcón ‘B’. En las escalas de Fatiga y Depresión se puede apreciar

que siguen un patrón parecido. Podemos encontrar puntuaciones máximas en Fatiga

antes del 2º y 10º partido, y puntuaciones mínimas antes del 8º encuentro.

Las escalas de Tensión, Cólera y Vigor siguen un patrón parecido donde

podemos encontrar puntuaciones máximas antes del 1º, 3º, 7º y 8º encuentro, y

puntuaciones mínimas en antes del 9º y 10º partido. El nivel mínimo encontrado en

Cólera corresponde con el 8º encuentro.

Figura 1. Gráficas analógicas de las escalas del POMS en el Alcorcón ‘B’, mostrando las tendencias de fluctuación de cada una de ellas antes de los diez

partidos disputados.

43

Siguiendo con el segundo objetivo específico de conocer cómo varían los

estados de ánimo del equipo Juvenil ‘C’, a continuación se presenta la figura 1 con

el objetivo de poder observar las puntuaciones del POMS de forma gráfica.

En la figura 2, podemos observar la existencia de tendencias distintas en las

medias del Juvenil ‘C’. En las escalas de Cólera, Fatiga y Depresión se puede

apreciar que siguen un patrón parecido. Podemos encontrar puntuaciones máximas

en antes del 2º partido, y puntuaciones mínimas antes del 6º y 7º encuentro.

Las escala de Tensión y Vigor siguen un patrón parecido donde podemos

encontrar puntuaciones máximas antes del 10º encuentro, y puntuaciones mínimas

antes del 2º y 7º partido.

Figura 2. Gráficas analógicas de las escalas del POMS en el Juvenil ‘C’, mostrando las tendencias de fluctuación de cada una de ellas antes de los diez

partidos disputados.

44

Con el objetivo general de comparar los estados de ánimo de ambos equipos

de fútbol, a continuación presentamos los resultados referidos a las puntuaciones

del POMS antes de los 10 encuentros estudiados tanto del Alcorcón ‘B’ como del

Juvenil ‘C’. En la figura 3 podemos observar la comparación de perfiles entre uno y

otro equipo en donde en ambos se cumple el “Perfil Iceberg” que plantea Morgan.

Posteriormente, en el apartado de Discusión, analizaremos de forma específica si

existen diferencias estadísticamente significativas entre los dos equipos.

Figura 3. Gráficas analógicas comparativas de las escalas del POMS en el Alcorcón ‘B’ y Juvenil ‘C’, mostrando las tendencias de fluctuación de cada

una de ellas antes de los diez partidos disputados.

45

En las tablas 5 y 6 nuevamente desarrollamos un análisis de medias y

desviaciones típicas y un análisis de diferencias de medias para muestras

relacionadas mediante el estadístico de contraste no paramétrico Friedman para

cada una de las escalas del POMS después de los diez partidos disputados por el

Alcorcón ‘B’ y el Juvenil ‘C’. El objetivo es poder comprobar si existen diferencias

significativas en cada una de las escalas de Tensión, Cólera, Vigor, Fatiga y

Depresión, para así poder observar como fluctúan los estados de ánimo en cada uno

de los equipos después de los diez encuentros analizados.

Como se puede observar en la tabla 5, correspondiente a las puntuaciones

del Alcorcón ‘B’, los valores de las desviaciones típicas son elevados, esto nos

muestra una dispersión en las respuestas de los jugadores del equipo. Estas

puntuaciones se deben de tener en cuenta a la hora de valorar las respuestas

grupales medias para cada una de las escalas. Los resultados muestran que existen

diferencias significativas en el equipo después de los diez partidos jugados en las

escalas de Cólera, Vigor y Depresión.

En la tabla 6, que corresponde a los estadísticos descriptivos y de contraste

del equipo Juvenil ‘C’, podemos observar que los valores de las desviaciones típicas

son elevados, lo que muestra la existencia de la dispersión en las respuestas en el

equipo, lo que debe ser tenido en cuenta al valorar las respuestas grupales medias

para cada una de las escalas. Los resultados muestran diferencias significativas en el

equipo después de los diez partidos disputados en las escalas de Tensión, Cólera,

Vigor y Depresión.

46

Tabla 5. Análisis descriptivos para muestras relacionadas mediante el estadístico de contraste Friedman para la escala del POMS después de los diez

partidos del Alcorcón ‘B’

Escalas del POMS

Media (n=16)

Desv. típica

Rango promedio

Chi cuadrado gl Significación

Tensión pos 1º 9,38 3,964 5,88 Tensión pos 2º 7,56 3,932 4,38 Tensión pos 3º 10,38 4,884 6,38 Tensión pos 4º 8,44 3,14 5,19 Tensión pos 5º 9,81 5,319 6,28 6,232 9 0,716 Tensión pos 6º 9,63 4,365 5,81 Tensión pos 7º 8,56 4,501 5,09 Tensión pos 8º 9,56 5,91 5,63 Tensión pos 9º 9,44 3,366 5,44 Tensión pos 10º 7,94 3,974 4,94 Cólera pos 1º 13,19 4,778 5,06 Cólera pos 2º 7,38 5,679 2,19 Cólera pos 3º 16,44 5,059 6,97 Cólera pos 4º 13,81 5,706 4,94 Cólera pos 5º 14,81 5,54 5,91 37,912 9 0,001 Cólera pos 6º 13,56 5,597 4,88 Cólera pos 7º 14,5 5,645 5,75 Cólera pos 8º 19,25 3,194 8 Cólera pos 9º 16,63 3,442 6,25 Cólera pos 10º 14,38 3,481 5,06 Vigor pos 1º 11,75 4,851 6,91 Vigor pos 2º 12,63 3,948 7,13 Vigor pos 3º 10,63 4,38 6,44 Vigor pos 4º 11,19 5,294 6,38 Vigor pos 5º 11,19 3,851 6,84 53,527 9 0,001 Vigor pos 6º 10,56 4,115 5,97 Vigor pos 7º 10 4,487 5,81 Vigor pos 8º 1,31 1,815 1,47 Vigor pos 9º 7,94 5,802 4,84 Vigor pos 10º 5 5,007 3,22 Fatiga pos 1º 11,38 5,315 6,06 Fatiga pos 2º 9,13 6,479 5,19 Fatiga pos 3º 10,81 5,833 5,69 Fatiga pos 4º 9 5,669 4,97 Fatiga pos 5º 9,63 6,292 5 9,848 9 0,363 Fatiga pos 6º 9,25 4,796 5,16 Fatiga pos 7º 8,56 6,239 4,81 Fatiga pos 8º 13,88 5,795 7,44 Fatiga pos 9º 8,81 7,287 5,06 Fatiga pos 10º 10,25 6,072 5,63 Depresión pos 1º 8,69 5,677 5,19 Depresión pos 2º 3,88 4,53 2,75 Depresión pos 3º 10,31 6,311 6,06 Depresión pos 4º 7,81 6,94 4,38 Depresión pos 5º 9,13 6,152 5,47 41,61 9 0,001 Depresión pos 6º 8,94 7,344 5,03 Depresión pos 7º 9,13 6,682 5,5 Depresión pos 8º 17,94 3,974 9,16 Depresión pos 9º 12 5,526 6,19 Depresión pos 10º 9,5 5,774 5,28

47

Tabla 6. Análisis descriptivos para muestras relacionadas mediante el estadístico de contraste Friedman para la escala del POMS después de los diez

partidos del Juvenil ‘C’

Escalas del POMS

Media (n=16)

Desv. típica

Rango promedio

Chi cuadrado gl Significación

Tensión pos 1º 9,31 3,646 6,81 Tensión pos 2º 9,44 4,618 6,56 Tensión pos 3º 7 4,099 5,16 Tensión pos 4º 5,31 3,092 3,78 Tensión pos 5º 6,75 2,671 5,47 16,955 9 0,049 Tensión pos 6º 7,5 3,596 5,44 Tensión pos 7º 6,44 3,651 4,88 Tensión pos 8º 7,38 5,162 4,94 Tensión pos 9º 6,63 3,793 4,88 Tensión pos 10º 10,19 5,332 7,09 Cólera pos 1º 11,31 5,665 7,28 Cólera pos 2º 7,06 5,674 5,44 Cólera pos 3º 5,75 4,435 4,53 Cólera pos 4º 5,25 3,357 4 39,304 9 0,001 Cólera pos 5º 10,13 5,608 6,66 Cólera pos 6º 7,69 5,51 5,41 Cólera pos 7º 5,75 2,646 5 Cólera pos 8º 13,94 3,958 8,5 Cólera pos 9º 6,25 4,313 4,78 Cólera pos 10º 4,44 4,016 3,41 Vigor pos 1º 13,81 4,847 5,97 Vigor pos 2º 15,69 6,172 7,13 Vigor pos 3º 14,56 6,703 6,06 Vigor pos 4º 12,81 6,421 5,16 Vigor pos 5º 10,38 5,277 3,97 17,938 9 0,036 Vigor pos 6º 12,88 6,185 5,59 Vigor pos 7º 11,5 5,526 4,91 Vigor pos 8º 9,38 6,323 3,97 Vigor pos 9º 13 6,481 5,41 Vigor pos 10º 15,88 4,515 6,84 Fatiga pos 1º 8,5 4,953 5,94 Fatiga pos 2º 6,31 5,851 5,16 Fatiga pos 3º 6,69 4,785 5,09 Fatiga pos 4º 7,13 5,365 5,41 Fatiga pos 5º 8 5,151 5,72 1,745 9 0,995 Fatiga pos 6º 7,63 5,56 5,59 Fatiga pos 7º 7,5 4,336 5,59 Fatiga pos 8º 7,88 5,932 5,81 Fatiga pos 9º 7,31 5,735 5,72 Fatiga pos 10º 6,56 3,949 4,97 Depresión pos 1º 6,56 5,428 6,94 Depresión pos 2º 3,44 4,633 5,31 Depresión pos 3º 2,25 3,715 4,5 Depresión pos 4º 1,88 1,455 4,66 Depresión pos 5º 4,69 3,701 6,41 35,017 9 0,001 Depresión pos 6º 4,25 4,509 5,91 Depresión pos 7º 2,31 2,869 4,56 Depresión pos 8º 9,19 4,199 8,41 Depresión pos 9º 3,19 4,475 4,91 Depresión pos 10º 1,13 2,5 3,41

48

Siguiendo con el primer objetivo específico, a continuación se presenta la

figura 4 con el objetivo de poder observar las puntuaciones del POMS de forma

gráfica. Podemos apreciar la existencia de tendencias distintas en las medias del

Alcorcón ‘B’. En las escalas de Cólera, Fatiga y Depresión se puede apreciar que

siguen un patrón parecido. Podemos encontrar puntuaciones máximas en Fatiga

después del 3º y 8º partido, y puntuaciones mínimas después del 2º encuentro. Las

otras dos escalas, Tensión y Vigor no siguen un patrón parecido. En la primera,

tenemos una puntuación máxima depués del 3º partido y una mínima depués del 2º

encuentro. En la segunda escala, Vigor, tenemos una puntuación máxima depués

del 2º encuentro, y una puntuación muy baja después del 8º partido.

Figura 4. Gráficas analógicas de las escalas del POMS en el Alcorcón ‘B’, mostrando las tendencias de fluctuación de cada una de ellas después de los

diez partidos disputados.

49

Siguiendo con el segundo objetivo específico, a continuación se presenta la

figura 5 con el objetivo de poder observar las puntuaciones del POMS de forma

gráfica. Podemos observar la existencia de tendencias distintas en las medias del

Juvenil ‘C’. En las escalas de Cólera y Depresión se puede apreciar que siguen un

patrón parecido. Podemos encontrar puntuaciones máximas tanto en una escala

como en otra después del 1º y 8º partido, y puntuaciones mínimas después del 10º

encuentro. Las escalas Tensión y Vigor siguen también un patrón parecido.

Encontramos puntuaciones máximas después del 10º encuentro y puntuaciones

mínimas después del 4º y 9º partido.

Figura 5. Gráficas analógicas de las escalas del POMS en el Juvenil ‘C’, mostrando las tendencias de fluctuación de cada una de ellas después de los

diez partidos disputados.

50

Nuevamente, con el objetivo general de comparar los estados de ánimo de

ambos equipos de fútbol, a continuación presentamos, de forma gráfica, los

resultados referidos a las puntuaciones del POMS después de los 10 encuentros

estudiados tanto del Alcorcón ‘B’ como del Juvenil ‘C’. En la figura 6 podemos

observar la comparación de perfiles entre uno y otro equipo. Posteriormente, en el

apartado de Discusión, analizaremos de forma específica si existen diferencias

estadísticamente significativas entre los dos equipos.

Figura 6. Gráficas analógicas comparativas de las escalas del POMS en el Alcorcón ‘B’ y Juvenil ‘C’, mostrando las tendencias de fluctuación de cada

una de ellas después de los diez partidos disputados.

51

En las tablas 7, 8, 9, 10 y 11 desarrollamos un análisis de estadísticos de

contraste (b) U de Mann-Whitney de las escalas de Tensión, Cólera, Vigor, Fatiga y

Depresión del POMS antes de los diez partidos disputados por el Alcorcón ‘B’ y el

Juvenil ‘C’. El objetivo es poder comprobar si existen diferencias significativas en

las diferentes escalas que conforman el POMS, para así poder realizar una

comparación en la fluctuación los estados de ánimo entre los dos equipos

estudiados antes de los diez encuentros analizados, análisis correspondiente al

objetivo general de nuestro estudio.

En la tabla 7 se puede observar que los resultados en los estadísticos de

contraste muestran que existen diferencias estadísticamente significativas entre el

Alcorcón ‘B’ y el Juvenil ‘C’ antes del 8º encuentro en la escala de Tensión.

Tabla 7. Estadísticos de contraste (b) para la escala de Tensión del POMS antes de los diez partidos según el equipo (Alcorcón ‘B’/ Juvenil ‘C’)

Tensión antes

del 1º partido Tensión antes del 2º partido

Tensión antes del 3º partido

Tensión antes del 4º partido

Tensión antes del 5º partido

U de Mann-Whitney

114,500 118,000 117,500 111,000 99,000

W de Wilcoxon

250,500 254,000 253,500 247,000 235,000

Z -,511 -,379 -,398 -,643 -1,099 Sig. asintót. (bilateral)

,609 ,705 ,691 ,520 ,272

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,616 ,724 ,696 ,539 ,287

Tensión antes del 6º partido

Tensión antes del 7º partido

Tensión antes del 8º partido

Tensión antes del 9º partido

Tensión antes del 10º partido

U de Mann-Whitney

123,500 101,500 31,000 119,000 82,500

W de Wilcoxon

259,500 237,500 167,000 255,000 218,500

Z -,170 -1,005 -3,675 -,344 -1,722 Sig. asintót. (bilateral)

,865 ,315 ,001 ,731 ,085

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,867 ,323 ,001 ,752 ,086

a. No corregidos para los empates. b. Variable de agrupación: Equipo

52

En la tabla 8 se puede observar que los resultados en los estadísticos de

contraste en la escala de Cólera, muestran que no existen diferencias

estadísticamente significativas entre el Alcorcón ‘B’ y el Juvenil ‘C’ antes del los

diez encuentros ya que no hay una tendencia a la significación estadística (p<0,01)

en la escala de Cólera.

Tabla 8. Estadísticos de contraste (b) para la escala de Cólera del POMS antes de los diez partidos según el equipo (Alcorcón ‘B’/ Juvenil ‘C’)

Cólera antes del 1º partido

Cólera antes del 2º partido

Cólera antes del 3º partido

Cólera antes del 4º partido

Cólera antes del 5º partido

U de Mann-Whitney

113,000 73,000 116,000 115,500 85,000

W de Wilcoxon

249,000 209,000 252,000 251,500 221,000

Z -,579 -2,103 -,479 -,485 -1,684 Sig. asintót. (bilateral)

,562 ,035 ,632 ,628 ,092

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,590 ,039 ,669 ,642 ,110

Cólera antes del 6º partido

Cólera antes del 7º partido

Cólera antes del 8º partido

Cólera antes del 9º partido

Cólera antes del 10º partido

U de Mann-Whitney

107,500 126,500 70,000 117,000 125,000

W de Wilcoxon

243,500 262,500 206,000 253,000 261,000

Z -,808 -,059 -2,341 -,420 -,118 Sig. asintót. (bilateral)

,419 ,953 ,019 ,675 ,906

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,445 ,956 ,029 ,696 ,926

a. No corregidos para los empates. b. Variable de agrupación: Equipo

53

En la tabla 9 se puede observar que los resultados en los estadísticos de

contraste muestran que existen diferencias estadísticamente significativas entre el

Alcorcón ‘B’ y el Juvenil ‘C’ antes del 9º partido en la escala de Vigor.

Tabla 9. Estadísticos de contraste (b) para la escala de Vigor del POMS antes de los diez partidos según el equipo (Alcorcón ‘B’/ Juvenil ‘C’)

Vigor antes del 1º partido

Vigor antes del 2º partido

vigor antes del 3º partido

Vigor antes del 4º partido

Vigor antes del 5º partido

U de Mann-Whitney

126,000 104,500 116,500 127,000 116,500

W de Wilcoxon

262,000 240,500 252,500 263,000 252,500

Z -,076 -,890 -,436 -,038 -,436 Sig. asintót. (bilateral)

,939 ,374 ,663 ,970 ,663

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,956 ,381 ,669 ,985 ,669

Vigor antes del 6º partido

Vigor antes del 7º partido

Vigor antes del 8º partido

Vigor antes del 9º partido

Vigor antes del 10º partido

U de Mann-Whitney

124,500 105,000 127,500 72,000 99,500

W de Wilcoxon

260,500 241,000 263,500 208,000 235,500

Z -,133 -,872 -,019 -2,128 -1,081 Sig. asintót. (bilateral)

,894 ,383 ,985 ,033 ,279

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,897 ,402 ,985 ,035 ,287

a. No corregidos para los empates. b. Variable de agrupación: Equipo

54

En la tabla 10 se puede observar que los resultados en los estadísticos de

contraste muestran que existen diferencias estadísticamente significativas entre el

Alcorcón ‘B’ y el Juvenil ‘C’ antes del 8º encuentro en la escala de Fatiga.

Tabla 10. Estadísticos de contraste (b) para la escala de Fatiga del POMS antes de los diez partidos según el equipo (Alcorcón ‘B’/ Juvenil ‘C’)

Fatiga antes del 1º partido

Fatiga antes del 2º partido

fatiga antes del 3º partido

Fatiga antes del 4º partido

Fatiga antes del 5º partido

U de Mann-Whitney

105,000 104,500 96,000 128,000 113,500

W de Wilcoxon

241,000 240,500 232,000 264,000 249,500

Z -,978 -,949 -1,269 ,000 -,619 Sig. asintót. (bilateral)

,328 ,343 ,205 1,000 ,536

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,402 ,381 ,239 1,000 ,590

Fatiga antes del 6º partido

Fatiga antes del 7º partido

Fatiga antes del 8º partido

Fatiga antes del 9º partido

Fatiga antes del 10º partido

U de Mann-Whitney

120,000 126,500 64,000 115,000 108,500

W de Wilcoxon

256,000 262,500 200,000 251,000 244,500

Z -,417 -,065 -3,177 -,597 -,898 Sig. asintót. (bilateral)

,676 ,948 ,001 ,551 ,369

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,780 ,956 ,015 ,642 ,468

a. No corregidos para los empates. b. Variable de agrupación: Equipo

55

En la tabla 11 se puede observar que los resultados en los estadísticos de

contraste muestran que no existen diferencias estadísticamente significativas entre

el Alcorcón ‘B’ y el Juvenil ‘C’ antes del los diez encuentros ya que no hay una

tendencia a la significación estadística (p<0,01) en la escala de Depresión.

Tabla 11. Estadísticos de contraste (b) para la escala de Depresión del POMS antes de los diez partidos según el equipo (Alcorcón ‘B’/ Juvenil ‘C’)

Depresión

antes del 1º partido

Depresión antes del 2º

partido

depresion antes del 3º

partido

Depresión antes del 4º

partido

Depresión antes del 5º

partido U de Mann-Whitney

113,000 109,500 116,000 100,000 88,500

W de Wilcoxon

249,000 245,500 252,000 236,000 224,500

Z -,588 -,708 -,484 -1,110 -1,617 Sig. asintót. (bilateral)

,557 ,479 ,628 ,267 ,106

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,590 ,491 ,669 ,305 ,138

Depresión

antes del 6º partido

Depresión antes del 7º

partido

Depresión antes del 8º

partido

Depresión antes del 9º

partido

Depresión antes del 10º

partido U de Mann-Whitney

99,500 113,000 83,500 112,000 106,000

W de Wilcoxon

235,500 249,000 219,500 248,000 242,000

Z -1,127 -,615 -1,894 -,623 -,902 Sig. asintót. (bilateral)

,260 ,539 ,058 ,533 ,367

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,287 ,590 ,094 ,564 ,423

a. No corregidos para los empates. b. Variable de agrupación: Equipo

56

Siguiendo con el objetivo general de comparar los estados de ánimo de los

dos equipos de fútbol, antes de los 10 partidos estudiados, a continuación se

presenta la figura 7 con el objetivo de poder observar las puntuaciones del POMS

de forma gráfica.

Se puede observar la diferencia de los perfiles antes de los diez partidos

entre el Alcorcón ‘B’ y el Juvenil ‘C’. Podemos decir que ambos equipos siguen un

mismo patrón, ya que tanto en uno como en el otro poseen prácticamente los

mismos niveles a pesar que en Tensión ya el Alcorcón ‘B’ comienza a tener niveles

más altos.

Figura 7. Gráficas análogas de las escalas promedio del POMS de los equipos Alcorcón ‘B’ y Juvenil ‘C’, mostrando las diferencias de cada una de ellas

antes de los diez partidos.

57

En las tablas 12, 13, 14, 15 y 16 nuevamente desarrollamos un análisis de

estadísticos de contraste (b) U de Mann-Whitney de las escalas de Tensión, Cólera,

Vigor, Fatiga y Depresión del POMS, pero esta vez, después de los diez partidos

disputados por el Alcorcón ‘B’ y el Juvenil ‘C’. Siguiendo el objetivo general, este

análisis queremos comprobar si existen diferencias significativas en las diferentes

escalas que conforman el POMS.

En la tabla 12 se puede observar que los resultados en los estadísticos de

contraste muestran que existen diferencias significativas entre el Alcorcón ‘B’ y el

Juvenil ‘C después del 4º y 9º partido en la escala de Tensión.

Tabla 12. Estadísticos de contraste (b) para la escala de Tensión del POMS después de los diez partidos según el equipo (Alcorcón ‘B’/ Juvenil ‘C’)

Tensión

después del 1º partido

Tension despues del 2º

partido

Tensión después del 3º

partido

Tensión después del 4º

partido

Tensión después del 5º

partido U de Mann-Whitney

127,000 95,500 81,000 60,500 82,000

W de Wilcoxon

263,000 231,500 217,000 196,500 218,000

Z -,038 -1,232 -1,777 -2,562 -1,743 Sig. asintót. (bilateral)

,970 ,218 ,076 ,010 ,081

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,985 ,224 ,080 ,010 ,086

Tensión

después del 6º partido

Tensión después del 7º

partido

Tensión después del 8º

partido

Tensión después del 9º

partido

Tensión después del 10º partido

U de Mann-Whitney

79,000 97,500 100,000 67,500 91,000

W de Wilcoxon

215,000 233,500 236,000 203,500 227,000

Z -1,858 -1,156 -1,058 -2,299 -1,399 Sig. asintót. (bilateral)

,063 ,248 ,290 ,021 ,162

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,067 ,254 ,305 ,021 ,171

a. No corregidos para los empates. b. Variable de agrupación: Equipo

58

En la tabla 13 se puede observar que los resultados en los estadísticos de

contraste muestran que existen diferencias significativas entre el Alcorcón ‘B’ y el

Juvenil ‘C después del 3º, 4º, 5º, 6º, 7º, 8, 9º y 10º partido en la escala de Cólera. No

existen diferencias significativas después del 1º y 2º partido.

Tabla 13. Estadísticos de contraste (b) para la escala de Cólera del POMS después de los diez partidos según el equipo (Alcorcón ‘B’/ Juvenil ‘C’)

Cólera

después del 1º partido

Cólera después del 2º

partido

Cólera después del 3º

partido

Cólera después del 4º

partido

Cólera después del 5º

partido U de Mann-Whitney

102,000 128,000 21,500 24,500 72,000

W de Wilcoxon

238,000 264,000 157,500 160,500 208,000

Z -,983 ,000 -4,043 -3,916 -2,118 Sig. asintót. (bilateral)

,326 1,000 ,001 ,001 ,034

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,341 1,000 ,001 ,001 ,035

Ira después del 6º partido

Ira después del 7º partido

Ira después del 8º partido

Ira después del 9º partido

Ira después del 10º partido

U de Mann-Whitney

47,500 22,000 37,000 10,500 17,000

W de Wilcoxon

183,500 158,000 173,000 146,500 153,000

Z -3,041 -4,006 -3,486 -4,449 -4,211 Sig. asintót. (bilateral)

,002 ,001 ,001 ,001 ,001

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,002 ,001 ,001 ,001 ,001

a. No corregidos para los empates. b. Variable de agrupación: Equipo

59

En la tabla 14 se puede observar que los resultados en los estadísticos de

contraste muestran que existen diferencias significativas entre el Alcorcón ‘B’ y el

Juvenil ‘C después del 8º, 9º y 10º partido en la escala de Vigor. No existen

diferencias significativas después del resto de encuentros.

Tabla 14. Estadísticos de contraste (b) para la escala de Vigor del POMS después de los diez partidos según el equipo (Alcorcón ‘B’/ Juvenil ‘C’)

Vigor después del 1º partido

Vigor después del 2º partido

Vigor después del 3º partido

Vigor después del 4º partido

Vigor después del 5º partido

U de Mann-Whitney

103,000 85,500 82,500 116,000 107,000

W de Wilcoxon

239,000 221,500 218,500 252,000 243,000

Z -,946 -1,606 -1,719 -,453 -,794 Sig. asintót. (bilateral)

,344 ,108 ,086 ,650 ,427

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,361 ,110 ,086 ,669 ,445

Vigor después del 6º partido

Vigor después del 7º partido

Vigor después del 8º partido

Vigor después del 9º partido

Vigor después del 10º partido

U de Mann-Whitney

94,000 103,500 14,500 70,000 13,000

W de Wilcoxon

230,000 239,500 150,500 206,000 149,000

Z -1,286 -,926 -4,312 -2,193 -4,347 Sig. asintót. (bilateral)

,198 ,354 ,001 ,028 ,001

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,210 ,361 ,001 ,029 ,001

a. No corregidos para los empates. b. Variable de agrupación: Equipo

60

En la tabla 15 se puede observar que los resultados en los estadísticos de

contraste muestran que existen diferencias significativas entre el Alcorcón ‘B’ y el

Juvenil ‘C después del 1º, 3º y 8º partido en la escala de Fatiga No existen

diferencias significativas después del resto de encuentros.

Tabla 15. Estadísticos de contraste (b) para la escala de Fatiga del POMS después de los diez partidos según el equipo (Alcorcón ‘B’/ Juvenil ‘C’)

Fatiga

después del 1º partido

Fatiga después del 2º

partido

Fatiga después del 3º

partido

Fatiga después del 4º

partido

Fatiga después del 5º

partido U de Mann-Whitney

76,000 97,000 70,000 101,000 112,500

W de Wilcoxon

212,000 233,000 206,000 237,000 248,500

Z -1,967 -1,174 -2,203 -1,021 -,586 Sig. asintót. (bilateral)

,049 ,241 ,028 ,307 ,558

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,051 ,254 ,029 ,323 ,564

Fatiga

después del 6º partido

Fatiga después del 7º

partido

Fatiga después del 8º

partido

Fatiga después del 9º

partido

Fatiga después del 10º partido

U de Mann-Whitney

106,000 118,000 43,500 114,000 76,500

W de Wilcoxon

242,000 254,000 179,500 250,000 212,500

Z -,832 -,378 -3,204 -,531 -1,950 Sig. asintót. (bilateral)

,405 ,705 ,001 ,596 ,051

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,423 ,724 ,001 ,616 ,051

a. No corregidos para los empates. b. Variable de agrupación: Equipo

61

En la tabla 16 se puede observar que los resultados en los estadísticos de

contraste muestran que existen diferencias significativas entre el Alcorcón ‘B’ y el

Juvenil ‘C después del 3º, 4º, 5º, 6º, 7º, 8, 9º y 10º partido en la escala de Depresión

No existen diferencias significativas después del 1º y 2º encuentro.

Tabla 16. Estadísticos de contraste (b) para la escala de Depresión del POMS después de los diez partidos según el equipo (Alcorcón ‘B’/ Juvenil ‘C’)

Depresión

después del 1º partido

Depresión después del 2º

partido

Depresión después del 3º

partido

Depresión después del 4º

partido

Depresión después del 5º

partido U de Mann-Whitney

101,500 118,500 38,000 45,000 75,000

W de Wilcoxon

237,500 254,500 174,000 181,000 211,000

Z -1,002 -,366 -3,465 -3,155 -2,003 Sig. asintót. (bilateral)

,316 ,714 ,001 ,002 ,045

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,323 ,724 ,001 ,001 ,047

Depresión

después del 6º partido

Depresión después del 7º

partido

Depresión después del 8º

partido

Depresión después del 9º

partido

Depresión después del 10º partido

U de Mann-Whitney

75,500 43,000 14,000 30,500 26,500

W de Wilcoxon

211,500 179,000 150,000 166,500 162,500

Z -1,988 -3,233 -4,308 -3,738 -4,000 Sig. asintót. (bilateral)

,047 ,001 ,001 ,001 ,001

Sig. exacta [2*(Sig. unilateral)]

,047 ,001 ,001 ,001 ,001

a. No corregidos para los empates. b. Variable de agrupación: Equipo

62

Siguiendo con el objetivo general de comparar los estados de ánimo de los

dos equipos de fútbol, en este caso, después de los 10 partidos estudiados, a

continuación se presenta la figura 8 con el objetivo de poder observar las

puntuaciones del POMS de forma gráfica

Podemos observar la diferencia de los perfiles después de los diez partidos

entre el Alcorcón ‘B’ y el Juvenil ‘C’. Podemos decir que ambos equipos no siguen

un mismo patrón, sino más bien al contrario exceptuando las escala de Tensión

donde no hay grandes diferencias de puntuación. Se aprecia que el Alcorcón ‘B’

posee niveles más altos que el Juvenil ‘C’ en las escalas de Tensión, Cólera, Fatiga

y Depresión.

Figura 8. Gráficas análogas de las escalas promedio del POMS de los equipos

Alcorcón ‘B’ y Juvenil ‘C’, mostrando las diferencias de cada una de ellas después de los diez partidos.

63

5. DISCUSIÓN

A lo largo de este punto discutiremos los diferentes resultados que hemos

obtenido y además corroboraremos dichos datos con otros estudios que se hayan

realizado a lo largo de los últimos años en el mismo campo de investigación.

Respecto al primer objetivo específico, los datos obtenidos en la Tabla 3 y

representados en la Figura 1 de la presente investigación, indican que las

dimensiones del estado de ánimo del Alcorcón ‘B’, analizado con el POMS,

permanecen relativamente estables antes de los diez partidos exceptuando la escala

de Tensión, donde existen diferencias significativas antes del 8º encuentro, como se

puede comprobar al ver la media de dicho partido.

Para poder darle una posible explicación al resultado obtenido antes del 8º

partido, es importante señalar que el encuentro correspondía al enfrentamiento entre

el Alcorcón ‘B’ y el Villaverde, ya que ambos se encontraban en posiciones de

descenso, el primero en la posición 17º y el segundo en la posición 16º, entre los

cuales distaba una diferencia de dos puntos. El Villaverde marcaba la segunda

posición de descenso de categoría y se encontraba a un punto de la permanencia,

empatado con el primer equipo que marcaba el descenso. El Alcorcón ‘B’ se

encontraba a tres puntos (a falta de nueve) de salir de los puestos de descenso. Se

trataba de un enfrentamiento directo, donde ambos se jugaban mucho a falta de tres

jornadas del final del campeonato. Esto podría explicar que el nivel de Tensión

previo al encuentro por parte del Alcorcón ‘B’ fuera tan alto. El resultado de 1-0 a

favor del Villaverde certificó el descenso de categoría del Alcorcón ‘B’, debido a

que el equipo que estaba en la última posición de permanencia venció su partido,

64

por lo que ahora el equipo filial del Alcorcón se encontraba a seis puntos pero con

el gol average perdido.

Por otra parte, refiriéndonos al segundo objetivo específico del estudio, los

datos obtenidos en el Juvenil ‘C’ indican que las dimensiones del estado de ánimo

permanecen relativamente estables antes de los diez partidos.

Tanto los resultados del Alcorcón ‘B’ como los del Juvenil ‘C’ confirman

los estudios encontrados por De la Vega et al. (2008) y los de García (2009). El

primero de ellos se centró en el estudio de la fluctuación de los estados de ánimo de

un equipo profesional, el Rayo Vallecano SAD, antes de los partidos de una

competición de Play Off. El segundo autor fue más allá al analizar los estados de

ánimo de un equipo profesional de 2ª División B (AD Alcorcón) antes y después de

la disputa de los últimos cinco partidos de la temporada regular.

Los resultados de nuestro estudio mostraron la ausencia de diferencias

significativas antes de los encuentros en cada una de las escalas del POMS. Es

importante señalar que el Juvenil ‘C’ está formado por deportistas no profesionales,

no como los jugadores del estudio de referencia, que utiliza una muestra

profesional. Aún así, los datos obtenidos en la presente investigación con el equipo

juvenil corroboran el estudio de Sánchez et al. (2001), que hizo un análisis de los

estados de ánimo con un equipo de las categorías inferiores del Athletic Club de

Bilbao.

Como se puede observar en las Figuras 1 y 2 que muestran las escalas antes

de los diez encuentros tanto del Alcorcón ‘B’ como del Juvenil ‘C’, los datos

coinciden con el denominado “Perfil Iceberg” (Morgan, 1980b), donde la escala de

65

Vigor se sitúa por encima de las demás dimensiones. La obtención de este perfil

predispondrá al jugador a obtener un elevado rendimiento competitivo que se

correspondería con un estado de ánimo óptimo (García, 2009).

Asimismo y siguiendo con los dos objetivos específicos del estudio, los

datos obtenidos tanto en un equipo como en el otro, nos muestran que los estados de

ánimo fluctúan considerablemente después de cada uno de los diez encuentros

analizados durante la temporada. En el caso del Alcorcón ‘B’, considerando los

resultados que se muestran en la Tabla 5 y representados gráficamente en la Figura

4, a medida que se aproxima el final de la Liga y sobre todo en el 8º encuentro

donde se certifica el descenso del equipo, la Cólera, la Fatiga y la Depresión van

aumentando considerablemente debido a que no se han cumplido los objetivos de la

temporada. En cambio, el Vigor va descendiendo lentamente debido a que no se

están dando los resultados durante las jornadas anteriores y es en el octavo partido

donde obtiene un valor extremadamente bajo.

En el Juvenil ‘C’, los datos mostrados en la Tabla 6 y Figura 5 nos indican

que a medida que se aproxima el final de la Liga, van ascendiendo los valores de

Vigor y Tensión debido a la posibilidad de ascender de categoría (lideran la

clasificación), sobre todo en el 10º encuentro que es donde se certifica el ascenso.

Con la Cólera y la Depresión ocurre lo contrario, sobre todo en el 9º y 10º

encuentro. Es importante señalar las anomalías en cuanto a dichas puntuaciones en

el 8º encuentro ya que el Juvenil ‘C’ jugaba con el segundo clasificado, el Lugo, y

el resultado fue de 1-1 con empate del equipo rival por medio de un penalti en el

minuto 93 de partido.

66

Los datos obtenidos para conocer cómo varían los estados de ánimo de

ambos equipos, que corresponde con los dos objetivos específicos del estudio

corroboran nuevamente el estudio de García (2009), el cual muestra en su análisis

que los estados de ánimo fluctúan considerablemente después de los diez últimos

partidos de la temporada regular.

Los datos analizados muestran además que existe una dispersión, esto quiere

decir que no todos los jugadores poseen el mismo nivel de estado de ánimo, por lo

que hay que ser cuidadosos a la hora de interpretar los datos, que dependen de una

media de equipo, así como a la hora de intervenir.

En cuanto al objetivo principal de la investigación, el cual nos lleva a la

comparación de los estados de ánimo de los dos equipos, los datos mostrados en las

Tablas 7, 8, 9,10, 11 y representados en la Figura 7, nos indican que antes de los

diez encuentros no existen prácticamente diferencias entre el Alcorcón ‘B’ y el

Juvenil ‘C’, a pesar de que en la escala Tensión, el equipo juvenil posea una

puntuación un poco más baja. Esto es un dato poco significativo porque asumimos

que ambos equipos afrontan previamente el encuentro de una forma competitiva

donde se esperan altos niveles de Vigor, como así ha sido. Ambos equipos poseen

un estado de ánimo óptimo que les permitirá obtener un elevado rendimiento

competitivo. En cambio, los datos obtenidos en las Tablas 12, 13, 14, 15, 16 y

representados en la Figura 8, difieren después de los diez partidos disputados.

Existen diferencias significativas en cada una de las escalas del POMS. Los

jugadores del Juvenil ‘C’ tienen un mejor perfil de los estados de ánimo después de

67

los partidos que los jugadores del Alcorcón ‘B’. Los primeros tienen altos puntajes

en la escala de Vigor, bajas en Tensión, Cólera y Fatiga y una puntuación muy baja

en Depresión. No podemos realizar una comparación de los resultados obtenidos al

no haber encontrado durante la revisión teórica otro estudio de la misma índole

donde se comparen los estados de ánimo de dos equipos de fútbol.

Por el contrario, los jugadores del Alcorcón ‘B’ tienen puntuaciones muy

altas en la escala de Cólera, altas en Fatiga y Depresión y medias en Vigor y

Tensión. El tener los estados de ánimo por debajo del nivel óptimo no les permitirá

obtener un elevado rendimiento competitivo.

Con los datos obtenidos en la presente investigación, podemos afirmar que

puede ser beneficioso establecer intervenciones para la mejora de los estados de

ánimo de los deportistas ya que como se ha podido ver durante este estudio, un

óptimo estado de ánimo ayudará a lograr un máximo rendimiento deportivo.

La principal limitación de la presente investigación reside en la posibilidad

de que los deportistas hayan contestado de forma mecánica en algunas de las

pruebas que se han rellenado a lo largo de la segunda mitad del campeonato debido

al carácter repetitivo del instrumento de medida.

Las posibles implicaciones prácticas de este estudio giran en torno a la

elaboración de intervenciones o diseño de estrategias por parte del psicólogo

deportivo, sobre la influencia que tienen los estados de ánimo a la hora de competir.

68

Al igual que los aspectos físicos, técnicos y tácticos se entrenan, las variables

psicológicas también juegan un papel importante en el rendimiento deportivo.

Por último, destacar que una de las aportaciones más importantes de este

estudio es que se ha podido realizar un análisis con dos equipos que se encontraban

en situaciones totalmente contrarias, uno en posiciones de ascenso y otro en

posiciones de descenso.

69

6. CONCLUSIONES

A continuación se muestran las conclusiones que se han considerado más

relevantes de la presente investigación:

- Los estados de ánimo permanecen relativamente estables antes de cada uno

de los diez partidos disputados en cada uno de los equipos valuados.

- Los estados de ánimo fluctúan considerablemente después de cada uno de

los diez partidos disputados en cada uno de los equipos evaluados.

- No existen prácticamente diferencias significativas entre el Alcorcón ‘B’ y

el Juvenil ‘C’ a la hora de comparar los perfiles de los estados de ánimo

antes de los diez partidos disputados.

- El Juvenil ‘C’ tienen un mejor perfil de los estados de ánimo que el

Alcorcón ‘B’ después de los diez partidos disputados.

70

7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

- Abenza, L., Olmedilla, A., Ortega, E. y Esparza, F. (2009). Estados de

ánimo y adherencia a la rehabilitación de deportistas lesionados. Apunts

Med Esport, 161, 29-37.

- Alferman, D., y Stoll, O. (2000). Effect of Physical Exercise on Self-concept

and Well-being. International Journal of Sport Psychology, 1, 47-65.

- Andrade, E., Arce, C., Armental, J., Rodríguez, M. y de Francisco, C.

(2008). Indicadores del estado de ánimo en deportistas adolescentes según el

modelo multidimensional del POMS. Revista Psicothema Vol. 20, Nº4, 630-

635.

- Andrade, E., Arce, C. y Seoane, G. (2002). Adaptación al español del

cuestionario “Perfil de los Estados de Ánimo” en una muestra de deportistas.

Psicothema, 14 (4), 708-713.

- Andrade, E., Arce, C. y Seoane, G. (2000). Aportaciones del POMS a la

medida de estado de ánimo de los deportistas: estado de la cuestión. Revista

de Psicología del Deporte, 9, (1-2), 7-20.

- Arés, P. (2003). La familia. Fundamentos básicos para su estudio e

intervención. En: Castellanos, R. (Ed.). Psicología Selección de Textos, 165-

186. La Habana: Editorial Félix Varela.

- Arruza, J. A. (1987). Planificación Anual del Entrenamiento de Judo.

Málaga: Unisport.

71

- Arruza, J., Valencia, J. y Alzate, R. (1994). Estado de Ánimo como factor

predictivo en los deportistas de alta competición. 23rd Internacional

Congreso of Applied Psychology. Madrid

- Arruza, J. A., Balagué, G., Arrieta, M. (1998). Rendimiento deportivo e

influencia del estado de ánimo, de la dificultad estimada y de la autoeficacia

en la alta competición. Revista de Psicología del Deporte, 7 (2), 193-204.

- Balaguer, I., Fuentes, I., Meliá, J.L., García-Merita, M. y Pons, D. (1994).

Adaptación del Perfil de Estados de Ánimo (POMS) a una muestra de

estudiantes valencianos. Trabajo presentado al IV Congreso de Evaluación

Psicológica. Santiago de Compostela.

- Balaguer, I., Fuentes, I., Meliá, J.L., García-Merita, M. y Pérez Recio, G.

(1993). El Perfil de los Estados de Ánimo (POMS): Baremo para estudiantes

valencianos y su aplicación en el contexto deportivo. Revista de Psicología

del Deporte, 4, 39-52.

- Barrios, R. (2005). La interacción atleta-familia: enfoques y métodos para

su investigación e intervención. Trabajo presentado en Forum Científico

IMD.

- Barrios, R. (2006a). Consecuencias sociopsicológicas del ejercicio con fines

de salud: una actualización. Disponible en: Revista Digital

www.efdeportes.com. Nº 93.

- Barrios, R. (2006b). La comunicación atleta-entrenador. Conferencia en el

curso de superación para psicólogos del deporte. Instituto de Medicina

Deportiva. Cuba.

- Barrios, R. (2007). Los estados de ánimo en el deporte: fundamentos para su

evaluación. Disponible en: Revista Digital www.efdeportes.com. Nº 110.

72

- Beedie, C.J., Terry, P.C. y Lane, A.M. (2000). The Profile of Mood States

and athletic performance: Two meta-analyses. Journal of Applied Sport

Psychology, 12, 49-68.

- Biddle, S. (1991). Psychology of Physical Activity and Exercise. A Health

Related Perspective. London: Springer-Verlag.

- Calmeiro, L. y Tenenbaum, G. (2007). Fluctuations of cognitive-emotional

states during competition: A idiographic approach. Revista de Psicología del

Deporte, 16, (1), 85-100.

- Cerin, E., Szabo, A., Hunt, N. y Williams, C. (2000). Temporal patterning of

competitive emotions: A critical review. Journal of sport Sciences, 18, 805-

826.

- Cockerill, L., Nevil, A., y Lyons, N. (1991). Modelling mood status in

athletic performance. Journal of Sport Sciences, 2, 205-212.

- Corral, R. (2003). Historia de la Psicología: apuntes para su estudio. La

Habana: Editorial Felix Varela.

- Cox, R. H. (2009). Psicología del deporte. Concepto y sus aplicaciones (6ª

ed.). Madrid, Editorial Médica Panamericana S.A.

- Crocker, P. E. e Isaak, K. (1997). Coping during competitions and training

sessions: are youth swimmers consistent? International Journal of Sport

Psychology, 18, 355-369.

- Davis, C. (2000). Exercise abuse. International Journal of Sport

Psychology, 2, 278-289.

73

- De la Vega, R., Ruiz, R., García-Mas, A., Balagué, G. y Olmedilla, A.

(2008). Consistencia y fluctuación de los estados de ánimo en un equipo de

fútbol profesional durante una competición de play off. Revista de

Psicología del Deporte, 17 (2), 241-251.

- Dishman, R. (1995). Physical activity and public health. Quest, 47, 362-385.

9(2): 205-212.

- Ekman, P., Davidson, R. (1994). The nature of emotion. Oxford, England:

Oxford University Press.

- Febles, M. y Canfux, V. (2004). La concepción histórico-cultural del

desarrollo. Leyes y principios. En: Psicología del desarrollo. Selección de

lecturas.

- Fernández-Abascal, E., Jiménez, M., Martín, M. (2003). Emoción y

motivación: la adaptación humana. Madrid, Editorial Centro de Estudios

Ramón Areces, S.A.

- Fox, K. (2000). Self-steem, Self-perceptions and Exercise. International

Journal of Sport Psychology, 2, 228-240.

- García, G. (2009). Fluctuación de los estados de ánimo pre y post partido en

función de la titularidad y de la condición de local o visitante. Tesis de

Maestría no publicada. Universidad Autónoma de Madrid.

- García Ucha, F. (2004). Herramientas psicológicas para entrenadores y

deportistas. La Habana: Editorial Deportes.

- Gorbunov, G. (1988). Psicopedagogía del deporte. La Habana: Pueblo y

Educación.

74

- Grove, J.R., y Prapavessis, H. (1992). Preliminary evidence for the

reliability and validity o fan abbreviated Profile of Mood States.

Internacional Journal of Sport Psychology, 23, 93-109.

- Haase, N. (2002). Expert or dilettant? Reflections on the professionalism of

coaches and effective communication. New Studies in Athletics, 1, 43-53.

- Hagtvet, K. A. y Hanin, Y. L. (2007). Consistency of performance:

Individual zones of optimal functioning model. European Yearbook of Sport

Psychology, 1, 29-72.

- Hassmen, H. y Blomstrand, E. (1995). Mood State Relationships and Soccer

Team Performance. The Sport Psychologist, 9 (3), 297-308.

- Hoffman, J.R., Bar-Eli, M. y Tenenbaum, G. (1999). An examination of

mood changes and performance in a professional basketball team. Journal of

Sports Medicine and Physical Fitness, 39, 74-79.

- Lazarus, R. (2000). How emotions influence performance in competitive

sports. The Sport Psychologist, 14, 229-252.

- Lazarus, R. (1984). On the primacy of cognition. American Psychologist,

39, 124-129.

- Lane, A. y Terry, P. (2000). Development of normative data for the Profile

of Mood Status for use with athletic simples. Journal of Applied Sport

Psychology, 12, 69-85.

- LeUnes, A. y Burger, J. (2000). Profile of Mood States research in sport and

exercise psychology: Past, present and future. Journal of Applied Sport

Psychology, 12, 5-15.

75

- Leunes. A., Hayward, S. y Davis, S. (1988). Annotated bibliography on the

Profile of Mood States in Sports, 1975-1988. Journal of sport Behavior, 11,

213-240.

- Lorenzo, J., Gil, C. y Martín, G. (2001). Manual de prácticas de Psicología

Deportiva. Las ciencias del comportamiento deportivo: prácticas de

entrenamiento mental. Madrid, Editorial Biblioteca Nueva S.L.

- Lorr, M. y McNair, D. M. (1988). Manual for the Profile of Mood Status-

Bipolar form. San Diego, CA: Educational and Industrial Testing Service.

- Mecedo, I.O., Sinim, M.A. y Noce, F. (2007). Utiliçaçao do POMS do

monitoramento dos estados de humor antes de competiçao nas diferentes

provas do atletismo. Cuadernos de Psicología del Deporte, 7, 1, 85-96.

- Manber, R. (2002). Alternative treatments for depression: empirical support

and relevance to women. Journal of Clinical Psychiatry, 3 (7), 628-640.

- McNair, D. Lorr, M., y Dropplemann, L. (1992). Manual of the Profile of

Mood Status. San Diego, CA: Educational and Industrial Testing Service.

- McNair, D. Lorr, M., y Dropplemann, L. (1971). Manual of the Profile of

Mood Status. San Diego, CA: Educational and Industrial Testing Service.

- Morgan, W. (1979). Prediction of performance in athletics. In P. Klavora &

J. V. Daniel (Eds.), Coach, athlete, and the spot psychologist, 172-186.

Champaign, IL: Human Kinetics Publishers.

- Morgan, W. (1978). The mind of the marathoner. Psychology Today, 38-49

- Morgan, W. (1980a). The Trait Psychology Controversy. Research

Quarterly for Exercise & Sport, 51, 50-76.

- Morgan, W. (1980b). Test of Champions: the iceberg profile. Psychology

Today, 14, 92-99.

76

- Morgan, W. y Johnson, R.W. (1977). Psychologic characterization of the

elite wrestler: A mental health model. Medicine and Science in Sports, 9,

55-56.

- Morgan, W., y Pollock, M.L. (1977). Psychological characterization of the

elite distance runner. Annals of the New York Academy of Science, 301, 382-

403.

- Nagle, F.J., Morgan, W., Hellickson, R.O., Serfass, R.C. y Alexander, J.F.

(1975). Spotting success traits in Olympic contenders. The Physician and

Sports Medicine, 18, 85-92.

- Nakao, M., Ohwada K., Takesue, N. y Fujii, Y. (2001). Anxiety is a good

indicator for somatic symptom reduction though behavioural medicine

intervention in a mind/body medicine clinic. Psicotherapy and

Psichosomatics, 70, 87-95.

- Norcross, J.C., Guadagnoli, E., y Prochaska, J.O. (1984). Factor structure of

the Profile of Mood States (POMS): Two partial replications. Journal of

Clinical Psychology, 40, 1270-1277.

- O´Connor, P. (2000). Physical activity, anxiety and anxiety disorders.

International Journal of Sport Psychology, 31 (2), 136-155.

- O´Neal, H., Neff J., Saar, S. y Mines J. (2000). Depresion and Exercise.

Internacional Journal of sport Psychology, 31 (2), 110-135.

- Petrovski, A. (1979). Psicología General. La Habana: Editorial Pueblo y

Educación.

- Puni, A. (1969). La preparación psicológica para las competiciones

deportivas. La Habana: Editorial INDER. Boletín Científico Técnico Nº11.

77

- Reddon, J.R., Marceau, R., y Holden, R.R. (1985). A confirmatory

evaluation of the Profile of Mood States: Convergent and discriminant item

validity. Journal of Psychopathology and Behavioral Assessment, 7, 243-

259.

- Rubinstein, J. (1981). Principios de Psicología General. La Habana:

Edición Revolucionaria.

- Rudick, P. (1988). Psicología de la educación física y el deporte. La

Habana: Pueblo y Educación.

- Ruiz, M. (2005). La ira y otros estados emocionales en karatekas de alto

nivel. Revista de Actualidad de la Psicología del Deporte. Nº6.

- Ruiz, R. (2004). Análisis de las características psicológicas, deportivas y

sociales en el deporte del judo a nivel competitivo: una propuesta teórica y

metodológica para la predicción del rendimiento. Tesis doctoral publicada,

Facultad de Psicología, Universidad Autónoma de Madrid.

- Ruiz, M. C. y Hanin, Y. L. (2004). Athlete´s self-perceptions of optimal

states in karate: An application of the IZOF model. Revista de Psicología

del Deporte, 13, (2), 229-244.

- Salmon, P. (2001). Effects of physical exercise on anxiety, depression and

sensitivity to stress: unifying theory. Clinical Psychology, 21 (1), 33-61.

- Sánchez, A., González, E., Ruiz, M. San Juan, M., Abando, J., de Nicolás,

L. y García, F. (2001). Estados de ánimo y rendimiento deportivo en fútbol:

¿Existe la ventaja de jugar en casa? Revista de Psicología del Deporte, 10,

2, 197-210.

- Shacham, S. (1983). A shortened version of the Profile Mood States.

Journal of Personality Asessment, 47, 305-306.

78

- Shuare, M. (1990). La Psicología soviética tal y como yo la veo. Moscú:

Editorial Progreso.

- Skinner, N. y Brewer, N. (2002). The dynamics of threat and challenge

appraisals prior to stressful achievement events. Journal of Personality and

Social Psychology, 83, (3), 678-692).

- Smith, A., Scott, S. G., O'Fallon W. M., Young M. L. (1990). Emocional

reponses of athletes to injury. Mayo Clinical Proc. 65 (1), 38-50.

- Smoll, F.L. y Smith, R.E. (1998). Conducting psychologically oriented

coach-training programs: Cognitive-behavioral principles and techniques.

En J.M. Williams (Ed.), Applied Sport Psychology: Personal growth to peak

performance, 41-62. Mountain View, CA: Mayfield Publishing Company.

- Snow, A. y LeUnes, A. (1994). Characteristics of sports research using the

Profile of Mood Status. Journal of sport Behavior, 17, 207-

211.Psychological characteristics and high-level performance: Research on

elite athletes using the Profile of Mood States. En R.N. Stinger, M. Murphey

y L.K. Tennant (Eds.), Handbook of Research on Sport Psychology, 262-

265. Nueva York: MacMillan.

- Shuare, M. (1990). La Psicología Soviética tal como yo la veo. Moscú:

Editorial Progreso.

- Stambulova, N. (2000). Athletes Crises: A developmental Perspective.

International Journal of Sport Psychology, 31 (4), 584-601.

- Suh, M., Park, J., Kim, J., Kim, D, Kim, T. (2002). Effets of regular exercise

on anxiety, depresión and quality of life in maintenance hemodiálisis

patients. Renal Pharmacology, 24 (3), 337-345.

79

- Sy, T. y Côte, S. (2005). The contagious leader. Impact of the leader´s mood

on the mood of group member, group affective tone, and group processes.

Journal of Applied Psychology, 90, (2), 295-305.

- Terry, P.C. (2005). In the Mood: Mood profiling applications and mood

regulations strategies. Symposium POMS.

- Terry, P.C. (1995). The efficacy of mood state profiling with elite

performers: A review and synthesis. The sport Psychologist, 9, 309, 324.

- Terry, P.C. y Lane, A.M. (2000). Normative values for the Profile of Mood

States for use with athletic samples. Journal of Applied Sport Pychology, 12,

93-109.

- Terry, P.C. y Young (1996). Discriminant effectiveness of psychological

states measures in predicting performance outcome in field hockey trialists.

Perceptual and Motor Skills, 82, 371-377.

- Terry, P.C., Keohane, L. y Lane, H. (1996). Development and validation of

a shortened version of the Profile of Mood States suitable for use with

young athletes. Journal of sports Sciences, 14, 49.

- Vanden Auweele, Y., De Cuyper, B., Van Mele, V. y Rzewnicki, R. (1993).

Psychological characteristics and high-level performance: Research on elite

athletes using the Profile of Mood States. En R.N. Singer, M. Murphey y

L.K. Tennant (Eds.), Handbook of Research on Sport Psychology, 262-265.

Nueva York: MacMillan.

- Waaler, N. (1998). Body image and physical activity. A survey among

Norwegian men and women. International Journal of Sport Psychology, 29,

239-265.

80

- Watson, D., y Clark, L.A. (1997). Measurement and mismeasurement of

mood: Recurrent and emergent issues. Journal of Personality Assessment,

68, 267-296.

- Weinberg, R. y Gould, D. (2010). Fundamentos de Psicología del Deporte y

del Ejercicio Físico (4ª ed.). Buenos Aires: Panamericana.

- Wylleman, P. (2000). Interpersonal Relationship in Sport: Uncharted

Territory in Sport Psychology Research. International Journal of sport

Psychology, 31, 555-572.