TERCERA ÉPOCA

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Disgten

Bloqueael procesotrombótico

Descripción:DISGREN es un inhibidor de la agregación pía-quetaria sintetizado y desarrollado en el Centrode Investigación Uriach, que posee una acusadaactividad antitrombótica puesta de maniíiestü enla experimentación farmacológica y clínica-La actividad anüagr-egante y antitrombótica ticDISGREN constituye la base fisiológica de su efi-cacia en la profilaxis y tratamiento de las enfer-medades tromboembólicas y de los procesospatológicos originados o que cursan con una hi-peraclividad de tas plaquetas

Composición:300 mg de trifusal (DCII por cápsula.

Indicaciones:Tratamiento y profilaxis de la enfermedad t rom-boembólica y de todos los procesos patológicosasociados con hiperactividad de las plaquetas.Tratamiento y profilaxis de los trastornos vas-culocerebrales isquémicos y de sus recidivasTratamiento y profilaxis de las vasculopalías periféricas.Prevención de las trombosis venosas profun-das y de los accidentes-trombóticos en el posto-

peratorio de la cirugía vascular periférica y de lacirugía traumatológicaSituaciones de riesgo trombólico.Complementode la terapia anticoagulante en pacientes mal descoagulados.Hipercoagulabilidad.

Posología:1-3 cápsulas diarias, durante o al final de lascomidas.Dosis preventiva: I cápsula diaria.Dosis de mantenimiento: 2 cápsulas diariasDosis en situaciones de alto riesgo: i cápsulasdiarias.Presentaciones:Disgren 50 cápsulas (P-V.P. IVA 4.478 - ptas.lDisgren 30 cápsulas (P.V.P. IVA 2.691 - ptas IDisgren Envaso Clínico 500 cápsulas

Interacciones:Potencia a los anticoagulantes. AAS y sulfonilu-reas. Asociado al dipiridamol se potencia la ac-ción de ambos fármacos.Contraindicaciones:Deberá administrarse con precaución en la úlce-ra péptica y en pacientes con sensibilidad a los

salicilalos. No está demostrada su inocuidad enel embarazo-Efectos secundarios:En raros casos molestias gástricas que se evitanadministrando el medicamento con las comidasy que ceden con antiácidos,Intoxicación:No se han descrito fenómenos tóxicos incluso adosificaciones de 1.800 mg diarios. En caso de in-toxicación accidental los síntomas son: excitacióno depresión del SNC, alteraciones circulatoriasy respiratorias y del equilibrio electrolítico he-morragias digestivas y diarreas. Tratamiento concarbón activo, eliminación del fármaco (vómito,aspiración, lavado!, prestando atención al equi-librio electrolítico e instaurando tratamientu sintomático.

J. URIACH k Cía, S.A.Decano Bahí 5908026 Barcelona

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msLClORIA

n.° 13 -1986 (Tercera época)

REVISTA DE ESTUDIOSHISTÓRICOS DE LASCIENCIAS MEDICAS

Centro de Documentación deHistoria de la Medicina deJ. URIACH & Cía. S.A.Decano Bahí, 59-6708026 Barcelona

Director:Dr. Juan Uriach MarsalSecretario de Redacción:Dr. José Danón Bretos.

Soporte Válido con laRef. SVRn.°479Dep. legal: B.27.541 -1963ISSN: 0300-8169

T OSI psiquiatras" J españolesy la guerra civil

Antonio Carreras PanchónDepartamento de Historia de la Medicina.Universidad de Málaga.

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"T" OSI psiquiatras

X j españolesy la guerra civil

La psiquiatríaespañola en 1936

Cuando se inicia la Guerra Civildos generaciones de psiquiatras,las que Gracia Guillen hallamado «de los Archivos deNeurobiología» (RodríguezLafora, Sacristán, Valle joNágera, Rodríguez Arias, PradosSuch) y la de 1931 (Mira i López,López Ibor, Alberca,Valenciano, Rojas Ballesteros,Nieto) dominan la asistencia delenfermo mental en la península.1

Años antes, en 1932 habíafallecido Sanchís Banús, acaso elpsiquiatra de mayor originalidady de quien cabía esperaraportaciones más valiosas, y enlos primeros meses del verano de1936 era asesinado en el Madridrepublicano Villaverde, uno delos más ilustres representantesdel grupo madrileño. La guerra,como en tantos aspectos denuestra cultura, interrumpía eldesarrollo de una disciplina queofrecía unas perspectivassumamente prometedoras.2 Eraciertamente una psiquiatría-Sarro3 la ha caracterizado conagudeza- de base sólidamenteorganicista, en que la presenciade Cajal, a través de Achúcarro yLafora fundamentalmente,resultaba en este aspectodeterminante. Predominaba unaformación germánica, con unaaceptación casi absoluta de lanosología kraepeliana.Estuvieron sus representantes

antes de la guerra afanosos porevitar el distanciamiento y elcapillismo a que la diversidad deescuelas (Madrid, Barcelona,Escuela de Sanidad Militar,orientación neurológica o dematiz menos somaticista) podíaempujarles. La revista Archivosde Neurobiología, fundada en1920 por Rodríguez Lafora,Sacristán y Ortega y Gasset,estuvo abierta a séniores yjúniores que hasta 1936 pudieroncolaborar en ella.4 La Asociaciónde Neuropsiquiatría, por suparte, aglutinó a losprofesionales que, animados porun común anhelo, podían através de ella intercambiarinformaciones y propugnarcambios y reformas.

Con la guerra civil un futuroilusionado y atractivo se quebró.Algunos tomaron posicióndecidida y personal en uno u otrobando de conformidad con susideas (Vallejo Nágera o LópezIbor en la zona nacional y Miraen la España republicana); aotros fueron más lascircunstancias las que lesobligaron, en función de suparticular situación geográfica, acontinuar, por una inercia queera vital, al servicio de una de lasfacciones en lucha. El caso de losliberales de izquierda Lafora oSacristán así permite suponerlo.El marginamiento de lacontienda era imposible. Eldesarrollo posterior de susrespectivas vidas y lacontribución, más sanitaria y

asistencial que doctrinariamentecombativa, realizada durante elconflicto lo confirma. Esevidente que la guerra civilsupuso una polarización,también, de la psiquiatríaespañola en la que dospersonalidades, el socialista Miray el militar conservador VallejoNágera, ostentan la máximarepresentación institucional de lapsiquiatría en guerra. Emili Miradirige desde febrero de 1938 losservicios psiquiátricos de la zonarepublicana, hasta ese momentoespontáneamente organizados endistintos frentes sin coordinaciónalguna. El médico catalán -habíanacido en Cuba pero se trasladómuy pronto a Barcelona-, deconvicciones socialistas entró enel PSUC al producirse en julio de1936 la fusión entre comunistas ysocialistas, su filiación políticaera por tanto marxista estalinista.La capacidad de trabajo de Mira,su doble faceta de psiquiatra ypsicólogo, excepcional en elpanorama peninsular, y su agudaintuición de las posibilidades quepsiquiatría y psicología ofrecíanpara potenciar el esfuerzo bélico,no pudieron ser completamenteaprovechadas.

El caso de Vallejo Nágera eradiferente. Médico militar, desde1931 profesor de psiquiatría en laAcademia de Sanidad Militar, en1936 se convierte en Jefe de losServicios Psiquiátricos Militares.De ideología muy conservadorase había significado durante laRepública con el grupo de

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Fosfosal

El analgésico-antiinflamatoriode uso diarioDISDOLENse caracteriza porsu absorción oralexcelente y sutolerancia digestivaen grado óptimo

Composición: Cada sobre contieneFosfosal (DCI), 1200 mg, Excipiente Icón

90 mg de ciclamato sódico y 9 mg desacarina sódica} es p 1 sobre

Indicaciones: Analgésico-antunflamatonopara el tratamiento de los dolores propios

de enfermedades agudas y crónicas, dedolores musculoesqueléticos o articulares

y coadyuvante en los procesos respiratorios ycatarrales. Por su extraordinaria tolerancia

general y digestiva, DlSDOLEN estáespecialmente indicado en tratamientos

de larga duración y en personas de edadavanzada o con problemas de tolerancia

digestiva. • Dolores rnusculDesqueléticos:dorsalgias, lumbalgías, tendinitis contusiones,esguinces, luxaciones. • Dolores articulares.

artritis reumatoide osteoartrids • Algiaspost-traumaticas y post-qulrürgicas.• Cefaleas y Migrañas Neuraígias.

Mialgias. • Estados gripales y febriles.Dosificación: • De 1 a 3 sobres al dia.

• De precisarse, pueden administrarse untotal de 6 sobres al día. distribuidos en

3 tomas de 2 sobres cada una • Debido asu tolerancia gástrica, las tomas de

DlSDOLEN pueden realizarse sin previaingestión de alimentos, en ayunas, entre

comidas, etc • El contenido delsobre se disuelve con rapidez y facilidad

en medio vaso de agua.

Contraindicaciones: Casos de hipersensíbilídada los salidlatos Deberá administrarse con

precaución en pacientes con antecedentes dehemorragia gástrica, gastritis erosiva y úlcerapéptica. Aunque no hay evidencia de efedosteratdgenos. no es aconsejable su utilización

durante el embarazo.Interacciones: DlSDOLEN deberá administrarse con

precaución en pacientes sometidos a tratamiento conanticoagulantes ya que existe la posibilidad de una

potenciación de su acctOn. El (osfosal puedepotenciar la acción de los hipoglucemiantes orales

y obligar a una reducción de la dosis de éstos.Efectos secundarios: No se conocen a las

dosis terapéuticas habituales.Intoxicación y su tratamiento: En caso de

intoxicación accidental, que solo se produciría poringestión de dosis muy elevadas, debido al favorable

coeficiente terapéutico del principio activo, puedenaparecer alteraciones del sistema cardiovascular,

del sistema respiratorio y del equilibrio electrolítico,así como nauseas, vómitos y ocasionalmente diarrea

Como tratamiento de la intoxicación se recomiendael vaciado de estómago por aspiración y lavado

administración de una suspensión acuosa de carbónactivo, aumentar la diuresis y mantener el equilibrio

electrolítico. Instaurar tratamiento sintomáticoPresentaciones: Envases de 40 sobres, (P v.P

IN.M.} 1.871,- Ptas.). Envases de 20 sobres. (P.V.P.960.- Ras). Cada sobre contiene 1200

mg de Fosfosal (DCI) DlSDOLEN es un productoinvestigado y desarrollado por UR!ACH.

URIACH

Di*Aa J Uira.it

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LIPOGRASILTratamiento natural de la obesidad:

estimulante del catabolismo,acción ligeramente laxante y diurética,

no anfetamínico.

í Vnvriié Cia. VA

tadícacttates: TratanUeníti de la obesidad • de iw ^ f i j n r r ^ ,i^/ £"n r / ( í<vj{i M¡H recomendabk^ vutvi de 10 :i 20 días Lwundarioi Cfímposiáún; Cada granea contiene; RhmftHui *

purshiopa poh o, 30 /«y; £" f Twc ws leskulous. 2O0 v'ii. ¿ ir^ íCi'Bflra íccj/jJFJuj.ff fi?,' Ofr d"t* c ufeins-, SO mj?; Fenolfitileí- e¡e\ tid'j\ pueden produiv tntstúrñüs intestinales d\f noiurshio

na, 30 "ft. £JCI/". ^ tiroides, TS mj;, (Vur. 'i'ff.Ertfívcy. /f.J m?,1 diarreka, que dfSBpsfeceti úl dtsfíntwir (s dosti Intoxicaciónktico, ?{! "}i¡ PesotogHti De 2 o6 prcíPÉti rfiünw I/JI- I MÍ ttalantiemn; i ti imo IÍÍHC ion ffjHílií P3 raro íísrio SH p/em-

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ról en indü CTLISO, nte lerapeuiico L't IBSÜ de intoxicodon occidentald d diü, t?i(P sweíí1 OJEÍÍCT/1 entre que wfo puede produnm1 por in$es non de dosis mu t e!e\ o-

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Monotrómetro de Mira.

Acción Española, colaborandoen la revista auspiciada por losmonárquicos; políticamentepor tanto se movía en losantípodas de Mira, que es enmuchos aspectos sucontrafigura. Elmantenimiento en la zonanacional de unos más rígidosesquemas castrenses, lepermitió fundar a lo largo dela contienda catorce clínicaspsiquiátricas y ocuparseademás, de la creación de unGabinete Psicológico de laInspección de Campos dePrisioneros.5

¿A qué problemas seenfrentaron estos hombres?¿cuáles fueron sus respuestas?Curiosamente en lacopiosísima bibliografíaexistente sobre la guerra civil,este tema no ha sido conpormenor estudiado. Elrepertorio de Ricardo de LaCierva, tan difundido, ignoralas contribuciones mássignificativas de VallejoNágera o López Ibor al tema,aunque sí se recoge la de Mira.En los trabajos posterioressólo merece citarse el deFernández Duro,6 valioso en

muchos aspectos, aunqueparcial e incompleto. Para laspáginas que siguen hemosexaminado las monografíasescritas por algunospsiquiatras (López Ibor,Vallejo Nágera, Guija Morales,Mira)7 y los numerososartículos aparecidos en lasrevistas médicas,especialmente en la RevistaEspañola de Medicina y Cirugíade Guerra (nacionalista) y en laRevista de Sanidad de Guerra(republicana).

(1) GRACIA GUILLEN, D.,«Medio siglo de psiquiatríaespañola, 1885-1936», Cuadernos deHistoria de la Medicina Española, X:305-339,1971.(2) C.f. VALENCIANO GAYA,L., «Origen y desarrollo de lapsiquiatría madrileña». Actas IVCongreso Español de Historia de laMedicina, 11:153-164, 1975 y elestudio biográfico del mismo autorEl doctor Lafora y su época,Madrid, 1977, muy útil para ei

conocimiento de la psiquiatríaespañola anterior a la guerra civil.(3) SARRO, R., «La generadopsiquiátrica de Lafora, Sacristán,Sanchís Banús i Mira», Actes iCongrés Internacional d'Historia dela Medicina Catalana, 111:326-330,1970.(4) Sobre la significación de larevista MARTÍNEZ PARDO. F.,La Neuropsiquiatría española vista através de Archivos de Ñeurobiología,Madrid, 1978.(5) Sobre la posición política deMira: TRUETA, J. «Emili Miracom a innovador», Revista delDepartamento de Psiquiatría de laFacultad de Medicina de Barcelona,1,1:59-63, 1973. Un análisis másreciente de su figura en P1GEMSERRA, J. M., «Emilio Mira yLópez y su entorno», Achivos deÑeurobiología (Segunda época),XLV, 2:135-156, 1982. Lavinculación al grupo monárquico deVallejo puede seguirse enMORODO, R., Los orígenesideológicos del franquismo: AcciónEspañola, Madrid, 1985,49, 52.(6) GONZÁLEZ DURO, E.,Psiquiatría y sociedad autoritaria:España 1939-1975, Madrid, 1978.Decepcionante por completo elreciente libro de K.D1ECKHOFER, El desarrollo de lapsiquiatría en España, Madrid, 1984.(7) Cf. LÓPEZ IBOR, J.J.,Neurosis de guerra (psicología deguerra), Barcejona, 1942;VALLEJO NÁGERA, A., Lalocura y la guerra. Psicopatología dela guerra española^ Valladolid, 1939y Psicosis de guerra. Estudio clínicoy estadístico, Madrid, 1942; GUIJAMORALES, E., Los síntomascorporales psicógenos, síntomashistéricos en sentido estrecho, en elmaterial clínico de guerra, Cádiz,1939; MIRA I LÓPEZ. E., Lapsiquiatría en la guerra, BuenosAires, 1944 (versión española deloriginal inglés Psychiatry in War,New York, 1943).

III

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Dibujo realizado por un enfermo mental,relacionado con el tema bélico.

Guerra y alienación

Para entender el papel y lacontribución de los psiquiatrasespañoles al fenómeno de laguerra civil, es ineludible partirde una consideración previa, queMira, sin lugar a dudas elpsiquiatra español que supo anteel fenómeno de la guerra ofrecerlas respuestas más originales,expuso en su libro La psiquiatríaen la guerra (Buenos Aires,1944). Para este autor, la guerraespañola fue especialmenteterrible porque no se tratósimplemente de una contienda deinvasión (se refiere alintervencionismo italo-germano), sino que fue al mismotiempo «una guerra civil y unarevolución». Su posición ladefiende también paladinamenteen el prólogo de este librocuando propugna integrar losconocimientos médicos ypsiquiátricos acerca del hombre ysu utilización en pleno conflictoarmado de manera que sepotencien los esfuerzos para«apresurar la victoria de lademocracia». Desde estapostura, se sigue como corolariouna defensa de la guerra comomedio último para defender elbien supremo democrático: «entodos los ciudadanos de lanación, a pesar de sus opinionespolíticas y religiosas, debe existirla creencia de que no hay otrorecurso sino luchar. Deben estarconvencidos de que hay que

hacer la guerra, no simplementesoportarla». Mira comprendía losriesgos y aun dificultades de esteprograma; el soldado había dedominar sus temoresindividuales, llenarse de lealtadhacia sus jefes y compañeros,obedecer ciegamente a sussuperiores y, al mismo tiempo,sin cesuras, estar dispuesto aproyectar todo su odio ycombatividad hacia un enemigomuchas veces impersonal.

Vallejo Nágera, por su parte,racionalizaba como psiquiatraesta situación al mantener quesólo «ganará la guerra el pueblo

que scparanoice, que padezcadurante la guerra una especie depsicosis multitudinariaparanoica, cuyo delirio sea mixtode grandezas y persecución».8 Escurioso que en 1951, fecha deldiscurso citado, mantuvieseVallejo las mismas tesis que en1938 cuando aseguraba que elpueblo que se histeriza y serefugia en la enfermedad pierdela guerra, siendo imprescindibleparanoizarse para ganarla.También veía como positiva lapregonada vocación imperial dela España Nueva cuando, dentrode las reacciones paranoidesobservadas, consideraba muy

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osLpsiquiatrasespañoles

y la guerra civil

saludable «el delirio degrandezas imperialesexperimentado por losnacionales, mientras losmarxistas se satisfacen con undelirio de pequenez y entrega a lainternacionalidad comunista».No hay duda que desde unasólida posición política, exponíaVallejo un criterio que podíaservir para ironizar sobre losutópicos expansionismosterritoriales que la Falangepredicaba por la Españanacional.y

La irracionalidad de la guerracolocaba al psiquiatra en unaposición especialmenteincómoda. Situado comoespectador la contemplará«como una psicosis nacional queafecta a la mente colectiva»(Mira).1" Es lo que pretendeVallejo, pero que Mira noconsidera suficiente niéticamente aceptable. Para elmédico catalán, el psiquiatra esante todo un ciudadano con unasobligaciones que como médicoha de cumplir: aliviar unossufrimientos, favorecer larecuperación de loscombatientes, prevenir sudecaimiento y ofrecer al mandotodas las posibilidadesdisponibles para ganar la guerra.Por tanto se va a sumir elpsiquiatra en el propio desvaríodel conflicto bélico y asistiremosa una situación en que eseexégeta de la irracionalidad quees el alienista, adopta posturas yposiciones ciertamente

desmesuradas. Con su habitualcrudeza Vallejo Nágeraconfirmaba la inevitableparticipación de todos losciudadanos en la guerra. «Losespañoles de ambos campos -nosdice- sabían desde el momentode iniciarse el GloriosoAlzamiento Nacional que laguerra era sin cuartel, y se vencíao se moría».11 La participaciónen la guerra era por tantoobligada. Quien como Mira hubode presenciar dos muertes por elpánico, sin traumatismo alguno,o asistir a mineros obligados porlos nacionales a avanzar entreminas en el frente de Madrid,inevitablemente se había de verconmocionado.

Es ineludible partir de este hechopara comprender lo que lospsiquiatras españoles hicierondurante la guerra civil: páginasque hoy producen sonrojo,conductas deontológicamentedudosas, silencios vergonzosos,justificaciones insostenibles...Parafraseando a lord Keynescuando defendía ladesacralización del economistaasimilándole a un modestoprofesional como el dentista,convendrá también que nosotros,para las páginas que siguen, noolvidemos esta condición terrenaldel psiquiatra.

La inamovilidad de laspsicosis endógenas

La psiquiatría de guerra asumelas tesis que tras el conflictobélico de 1914-1919 se habíanimpuesto en el mundo médico.López Ibor, en un artículo en querecoge sus experiencias durantela guerra afirma que se puedeseguir manteniendo «el dogmade la inconmovilidad de laspsicosis endógenas. La guerra noaumenta el número deesquizofrénicos ni de maniaco-depresivos, ni los disminuye».12

Rojas Ballesteros, por su parte,aseguraba que las psicosis yneurosis de guerra eranexpresiones de los profanos, sincorrespondencia ni con entidadesclínicas ni con conceptoscientíficos, «las entidadespsiquiátricas que aparecen en laguerra, son las mismas que

(8) VALLEJO NÁGERA, A.,Enseñanzas psiquiátricas de lasegunda guerra mundial. Discursoleído en la Real Academia Nacionalde Medicina, Madrid, 1951,48.(9) VALLEJO NÁGERA, A., Lalocura... 228 y ss.(10) MIRA I LÓPEZ, E.. Lapsiquiatría..., 18.(11) VALLEJO NÁGERA, A., Lalocura..., 7-8.(12) LÓPEZ IBOR, J. J.,«Experiencias psiquiátricas deguerra», Revista Española deMedicina y Cirugía de Guerra, II,5:82-101 (1939).

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habitualmente tropieza elpsiquiatra en la vida civil».13

Vallejo Nágera, a su vez,reconoce que la guerra no originaformas de psicosis o reacciónpsíquica patológica distintas a lasque se observan en tiempo depaz.14 En la España republicanauno de los profesionales másbrillante y lúcido, DionisioNieto, señala que no hay uncuadro clínico específicamentedebido a la guerra y que, portanto, no existe la psicosis deguerra.15 Se producía así laparadoja de que apareciesenlibros o artículos que desde sutítulo pregonaban una realidadcuya existencia se negaba en elinterior. Nadie eludía sinembargo el hecho de que tanbrutal conmoción, podíapotenciar y desencadenaralteraciones de la conducta yreacciones psíquicas anormales.

Nos sitúa esta cuestión ante otrode los grandes escollos quehubieron de resolver lospsiquiatras hispanos entre 1936 y1939. Nos referimos al desigualcriterio denominador que unos yotros emplean para referirse a lasentidades nosológicas objeto desu atención. La aceptación de lanosología de Kraepelin no estabaexenta de distingos y matices quedificultaban el entendimientoentre los profesionales. LópezIbor señalaba cómo se manteníanaún por una minoría criterios declasificación absolutamenteanticuados, mientras la mayoríaseguía la ordenación kraepelianaaprobada por el ConsejoPsiquiátrico Nacional. Intentaruna estadística mínimamentefiable con una tanpormenorizada clasificaciónresultaba imposible, por ello éldefendía la que en 1933 adoptó laAsociación Alemana dePsiquiatría que permitía recurrira grandes grupos nosológicos yobtener resultados menos sujetosa criterios diagnósticosdiscutibles.l6 De ahí la diversidadde conceptos empleados por lospsiquiatras españoles ante elproblema que la guerraocasionaba. Así López Ibor y

Rojas Ballesteros hablan de«neurosis de guerra» mientrasVallejo mantiene el de «psicosisde guerra». Reconocía Vallejo elvariado grupo de reaccionespsíquicas patológicas de distimia,hipocondría, neurastenia,histeria, estupor o confusión quese observaban en los individuossometidos a la presión de laguerra, pero reservaba eltérmino de psicosis de guerrapara aquellos «síndromes clínicosque se presentanconsecutivamente al deseo deeludir los riesgos y deberes de laguerra»; con todo, ampliaba ladenominación a ciertasreacciones timógenas y a lapsicosis de agotamientoconsecutiva a privaciones oesfuerzos. Menos rígida era laagrupación de procesos queenglobaba López Ibor bajo elnombre genérico de «neurosis deguerra»: 1." de espanto, 2.a porfatiga, 3.° por infección ointoxicación, 4.° neurasteniaconstitucional, 5." neurosisorgánicas, 6.a histerias-y 7."estados crepusculares.17

Frente a estas opinionesmantenidas en los dos bandos enliza. Mira describió reciénconcluida la guerra la existenciade alrededor de 100 casos depsicorrexis, una forma deansiedad maligna de evoluciónfatal. Merece la pena detenerseen su estudio por lo singular delproceso. Afectaba a sujetos conlabilidad vegetativa, exhaustos,sometidos a tratamientos consedantes, que se presentaban conuna angustia grande ycontestaban con monosílabos alas preguntas del interrogador.Se advertía además hiperreflexiaaquilea, exagerados reflejoscutáneos, orina concentrada, pielamarillenta y timpanismo. En loscasos fatales la muerte seproducía a los 3 o 4 días, en uncuadro que recordaba lasencefalitis psicóticas de losautores franceses, aun cuando elL.C.R. era normal.Representaban estos enfermos el2-3% de los casos psiquiátricosingresados en hospitales de la

zona republicana.1S El procesofue únicamente descrito por Miray sobreel mismo se manifestaronreticentes otros psiquiatras. ParaLópez Ibor se trataría de lasintomatología psíquica dealguna enfermedad carencial deltipo de la pelagra, tan difundidaen la España leal al gobierno deValencia, y sobre la que otropsiquiatra, Bartolomé Llopis,publicaría estudios modélicos.l9

(13) ROJAS BALLESTEROS L.,«Psiquiatría de guerra», A cíasEspañolas de Neurología yPsiquiatría, III, 1-2:90-112,1942.(14) VALLEJO NÁGERA, A., Lalocura..., 99. En otro lugar afirmatextualmente: «Ha tiempo quetenemos formado un conceptocientífico, perfectamente claro, delas denominadas genéricamentepsicosis de guerra, conceptoconfirmado por la experiencia de losúltimos años. Sin excepción alguna,consideramos que la causa íntima yreal de las psicosis de guerra es eldeseo subsconsciente de refugiarseen la locura para conservar la vida»,«Reactividad psicopatológica deguerra», Actualidad Médica, XV,176:371-378,1939.(15) NIETO, D., «Psiquiatría yneurología de guerra», Revista deSanidad de guerra, 1, 5:182-193(septiembre 1937).(16) LÓPEZ IBOR, J.J.,«Experiencias...»(17) Una síntesis de los criteriosmantenidos a propósito de laspsicosis de guerra en GONZÁLEZPINTO, R., «Psicosis de guerra»,Actas Españolas de Neurología yPsiquiatría, III, 1-2:133-44,1942.(18) MIRA Y LÓPEZ, E.,«Psychiatric experience in theSpanish War», British MedicalJournal.17 june 1939.(19) LÓPEZ IBOR, J.J.,Neurosis,..; el psiquiatra madrileñovolvería años después sobre el temaen LÓPEZ IBOR, J. J., «Misrecuerdos de Mira como psiquiatra»,Revista del Departamento dePsiquiatría de la Facultad deMedicina de Barcelona, 1,1:39-43,1973. Sobre la pelagra B. LLOPIS,«La psicosis pelagrosa, lapsicopatología general y la nosologíapsiquiátrica», Acta españolaneurológica y psiquiátrica, 1,3-4:174-193, 1940 y también «Los trastornospsíquicos en la pelagra (Enfermedadde Casal»), Actas Españolas deNeurología y Psiquiatría, IV, 1-2:7-31,1943.

VI

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El corticoidedérmico deacción «depot»

Flupamesona

flutenalcrema y pomadaIndicaciones: Dermatopatías sensibles a los corticoi-des tópicosComposición: Flupamesona 0.3%. en vehículo hi-drosoluble (crema) o graso (pomada).Presentaciones: Flutenal crema, lucos de 30 g.PVP IVA 561,- Ras. Flutenal pomada, tubos de 30 g.PVP IVA 568,- Ptas.

flutenalgentamicinacrema y pomadaIndicaciones: Dermopatlas agudas o crónicas coninfección secundaria.Composición: Flupamesona 0.3% y Gentamicina0.1% (como sulfato), en vehículo hidrosoluble {cre-ma) o graso (pomada)Presentaciones: Flutenal Gentamicina crema, tu-bos de 30 g. PVP IVA 596.- Ptas. Flutenal Gentami-cina pomada, tubos de 30 g PVP IVA 601,- Ptas.

flutenallociónpediátrico y fuerteIndicaciones: Dermopatias extensas o en zonaspilosas o visibles.Composición: Flupamesona0,3% (Fuerte)o0,15%(Pediátrico), en vehículo hidrosoluble.Presentaciones: Flutenal Fuerte loción, frascos de30 ce. PVP IVA 557,- Ptas. Flutenal Pedíálricoloción, frascos de 30 ce. PVP IVA 355,- Pías.

flutenalsalipomadaIndicaciones: Dermatosis eritemo-escamosas.Composición: Flupamesona 0,3% y ácido salicilico3% en excipiente graso (pomada).Presentación: Flutenal Sali pomada, tubos de 30 g.PVP IVA 567,-Pías.

Posologia; En general dos aplicaciones al día.Conseguida la mejora, es suficiente una aplicacióndiaria como terapéutica de mantenimiento, hasta al-canzar la curación completa.

Contraindicaciones y acciones secundarias: Laspropias de todo corticofde, reducidas al mínimo.Flutenal no produce acciones secundarias genera-les ni locales, incluso en tratamientos de grandeszonas corporales durante largos períodos de tiempo.

UR1ACHDecano Bahí. 59-67

08026 Barcelona

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Trimetaboldevuelveel apetitoal pacienteanoréxico

INDICACIONES: Anabolizante fisiológico (no hormonal).Anorexia luncional o secundaria a procesos orgánicos.Problemas «madre-hijo» por falta de apetito dei niño.Retrasos de crecimiento y desarrollo. Niños apáticos.Períodos de crecimiento acelerado. Prevención de lostrastornos por hiponutridbn en las enfermedades de la in-fancia y en la convalecencia. Especialmente indicado enlos procesos febriles y como acompañante de los trata-mientos con antibióticos.El campo de aplicaciones de TRIMETABOL se extiendetambién al adolescenie y al adulto como solución a la añó-renla que se plantea con frecuencia creciente, tamo de ori-gen orgánico como funcional.

URIACHDecano Bahi. 59-67

08026 Barcelona

COMPOSICIÓN

METOPINA^BM-ISS)

¿•USINA

d.í-CARNITINA

d-SORBITOL

Vitamina B,

Vitamina Bg

Vitamina B, 2

1cucharadita5c.c.

1,75mg.

250,—mg.

376,—mg.

1—9-

30,—mg.

30,—mg.

t.OOO,—mcg.

100 c.c.

35,-mg.

s.-g.

7.5g,

2 0 - g.

600-mg.

600.-mg.

20,- mg.

INCOMPATIBILIDADES: TRIMETABOL carece de im-compatibilidades. Puede administrarse con cualquier otramedicación.

EFECTOS SECUNDARIOS: Durarte el tratamiento conTRIMETABOL puede presentarse excepcionalmente unaligera somnolencia que. lejos de representar un inconve-niente, resulta beneficiosa en niños neiviosos 8 irtranquilosEsta acción secundaria puede eliminarse normalmente re-bajando algo la dosis. Con todo, la sedación excesiva sue-le desaparecer espontáneamente a los tres o cuatro diasde tratamiento.

INTOXICACIÓN V SU TRATAMIENTO: La intoxicaciónaguda con esta especialidad es rara, dado su elevado coe-ficiente terapéutico. En caso de intoxicación accidental,que sólo puede producirse por ingestión de dosis muy ele-vadas, se seguirán las pautas generales para favorecer larápida eliminación de medicamentos (lavado de estómagoy aumento de la diuresis).

POSOLOGIA

Niños hasta 3 años

Niños de 3 a 6 años

Niños mayores y adultos

Svecesaldia

1/2 cucharadila

1 cucharadifa

1-2cucharaditas

CONTRAINDICACIONES: No se conocen

PRESENTACIÓN: Frasco de 150 ce. de solución conagradable sabor a fresa (P.V.P. 259,- Ras.}. Cada envaseva acompañado de una cucharilla dosificadora de 10 c.c,con ranura para poder dosificar a su vez 2,5 y 5 c.c.

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13También Vallejo se manifestabaescéptico y más significativa aúnes la postura que el propio Miraadoptó frente a la enfermedad.En efecto en su importantísimolibro La psiquiatría en la guerra,para nada alude ya a lapsicorrexis. Conocía Mira en esafecha el libro sobre Neurosis deguerra (Barcelona, 1942) deLópez Ibor y sin embargo nirebatió a su colega ni resucitó untema que sin duda él mismo yahabía sometido a revisión.

La enfermedad comorefugio

También frente a la histeria seadvierte una notablediscrepancia entre los psiquiatrasde uno y otro bando. López Iborapenas advirtió reaccioneshistéricas durante la guerra,nunca, además, se vio en lanecesidad de proponer unainutilidad por neurosis.20

Experiencia similar era la deRojas Ballesteros quienaseguraba no haber visto más

que seis casos de histeria durantetoda la guerra. La explicaciónque de este hecho daban uno yotro difería claramente. Para elúltimo de los citados el mejorconocimiento de la histeria comoentidad morbosa y supresentación bajo formas clínicasde gran similitud con cuadrosorgánicos, explicaría ladisminución en el número decasos diagnosticados con relacióna la Primera Guerra Mundial.López Ibor hacía unainterpretación más trascendentey acorde con ciertas tesis que losnacionalismos europeos de losaños treinta habían puesto encirculación. El español sería unsujeto con dos polos verticalessobre los que se desenvuelve suescala de valores, el unoespiritual -«el espíritu entendidocomo substancia»-, el otromaterial -«la vida instintiva»-; apartir de ahí podría entendersesegún el autor la escasez dereacciones neuróticas: «Ante elhecho antes citado de la escasez ysimplicidad de las reaccionespsicógenas en nuestra guerra,hemos tratado de buscar unaexplicación. Es necesario que laexperiencia se sedimente antesde hallar una definitiva, pero nocabe duda de que en ello debeninfluir factores raciales y sociales.Por mi parte, tengo la firmepersuasión de que aquella frasede 'la reserva espiritual de losespañoles' no es un mito. Hayalgo en ellos que les mantieneenhiestos en circunstanciasadversas. Quizás las condicionesbiológicas propias -raza- quizássu propia estructura individual,aquel 'eje diamantino1 de quehablaba Ganivet».21

La cita ha sido larga porquerefleja perfectamente unpensamiento luego muydesarrollado por su autor, queconstituye una contribución mása lo no poco mitificadaconfiguración de un pretendidocarácter nacional. Pero muy otrase presentaba la situación en lazona republicana donde, a pesarde que López Ibor hubieseaventurado la sospecha de que

los nórdicos estaban máspredispuestos a la histeria que losespañoles, los psiquiatraspresenciaban abundantes casoscon ese diagnóstico. Aun cuandoMira hace referencia a casossignificativos, fue Dionisio Nietoquien con más penetración yfinura supo analizar todos losproblemas que el temacomportaba y a la cabeza de ellosla postura moral que el psiquiatradebía adoptar ante el histérico. Sise partía, como hace el autor, deser la histeria una enfermedadelaborada por la voluntad delenfermo que crea su propiasintomatología en busca de unaganancia, la relación médico-enfermo había de ser ciertamenteespecial. ¿Porqué? Precisamentepor el hecho radicalmentediferente que confiere una nuevadimensión a la enfermedad: laguerra. No es justo,argumentaba Nieto, dejar acubierto de peligros a sujetos quemediante la enfermedad evitan elriesgo de la muerte y favoreceren consecuencia la selección alrevés que el suceso bélico realizaal caer los sanos, los mejores.Por ello la guerra impone «unaruptura de hostilidades entre elmédico y el histérico», cuantoantes se ha de procurar sureinserción en la vida militaractiva y en cualquier caso laseveridad con él será inflexible.22

Desde luego la posibilidad deacabar tratando como simuladora todo neurótico era el pasosiguiente. A Mira llegó aobsesionarle eldesenmascaramiento de esossimuladores a quienes no vacilaen inyectar cardiazol paraprovocar el shock y así, ante tantemida terapéutica, eliminar aquienes se hacían pasar por

(20) LÓPEZ IBOR, J.J.,Neurosis..., 75-76.(21) LÓPEZ IBOR, J .J . ,«Experiencias...»(22) NIETO, D., «Psiquiatría...»

Axisterómetro de Mira,utilizado en la selección delos aviadores republicanos.

Vil

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14

ospsiquiatrasespañoles

y la guerra civil

enfermos sin serlo. Los sujetosque, con una intención maliciosa,se presentaban con temblores,convulsiones, parálisis, estupor odesórdenes del lenguajequedaban tan aterrorizados antelo aparatoso del remedio que, enlos casos de simulación,voluntariamente desistían decontinuar su propósito.23 Pero elpeligro de generalizar tal actitudera suficientemente grande comopara que Sacristán advirtiese deeste riesgo y señalase sudisentimiento personal. Frente alos criterios utilitarios y belicistasde sus colegas republicanos paraquienes todo pacifista era undesertor y un enemigo enpotencia, el liberal Sacristánsostenía que era un error tratarexplícita o implícitamente alneurótico de guerra como unsimulante. «Todos lospsicoterapeutas de guerra,escribía, unánimemente,coinciden en ello, puesto que lasimulación pura es una rareza.La menor indicación en estesentido provoca en el enfermouna actitud de indignación contrael médico y simultáneamente secentuplican las resistencias delmismo a toda acciónpsicoterápica».24

La quiebra de hábitos deconducta y el sometimiento delindividuo a presiones muydiferentes de las sufridas entiempo de paz, ocasionó unaumento significativo delalcoholismo y otras toxicomaníasdel tipo de la morfinomanía. El

VIII

fenómeno fue evidente en los dosbandos. Vallejo Nágera selamentaba de su auge sobre todoen la retaguardia y especialmenteen los hospitales, donde laslargas horas de tedio empujabana los heridos al recurso fácil delalcohol. Para quien a través denumerosas publicacionesaparecía como el paladín de laeugenesia y la mejora de la raza,este hecho había de preocupar alos gobernantes al parecerindiferentes ante «miles deindividuos alcoholizados duranteel curso de cicatrización de susheridas de guerra».25 Con másperspectiva López Ibor nodetectaba un crecimientosignificativo del alcoholismo trasla guerra, pero en cambio síadvertía un aumento de lastoxicomanías lo que le llevaba asuponer si hubo deexperimentarse un crecimientoen el número de morfinómanos ycocainómanos en el mundocastrense, aunque confiesa noasistió caso alguno de adiccióndurante la guerra. Es evidenteque la inevitable desorganizacióndurante el conflicto, facilitaba elcontacto con la droga a través delas farmacias de los hospitales,donde no constituía problema laconsecución de opiáceos.

También Mira presenciabaimpotente la dependencia demuchos soldados que acudían alalcohol en todo momento paraliberarse, en la ebriedad, de laangustia. Ideó diversas medidaspara romper esta dependencia

pero sin éxito, ni la vigilancia delos jefes, ni el empleo de unatarjeta de identificación para lossoldados sorprendidosborrachos, ni la rotura de laspandillas de bebedoresinveterados, ni siquiera laadministración de licoramoniacal anisado al 5 % comoaversivo, le dieron resultado. Ensu confianza en los mediospropagandísticos y en lapersuación psicológica teníadispuesta una película que seproyectaría por los frentes paramostrar los efectos sobre elhígado del alcohol. No pudocomprobar sus efectos a pesar desus esperanzas porque la guerraconcluyó antes de que pudiesellevar a cabo su empeño.26

(23) MIRA Y LÓPEZ, E.,Lapsiquiatría..., 58.(24) SACRISTÁN, J. M., «Laasistencia del neurótico de guerra»,Revista de Sanidad de Guerra, II,10:69-77 (febrero 1938).(25) VALLEJO NÁGERA, A., Lalocura..., 74. Las publicacionessobre eugenesia de Vallejo son muyabundantes: La asexualización delos psicópatas, Madrid, 1934;Eugenesia de la Hispanidad yregeneración de la Raza, Burgos,1937; Eugamiá. Selección délosnovios, San Sebastián, 1938.(26) MIRA I LÓPEZ, E.,Lapsiquiatría..., 93 y ss.(27) VALLEJO NÁGERA, A.,«Contribución al estudio de lapsicopatología del soldadoasalariado». El Siglo Médico, n.°4.080,20 febrero 1932. Citamos porel folleto editadoindependientemente en Madrid elmismo año. El autor era hermano deAntonio Vallejo Nágera.

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15

Emilio Mira,poco antes de la guerra civil.

El psicópata comocombatiente

Pero es sin embargo en lautilización de los psicópatas enlos ejércitos donde la actividaddel psiquiatra resulta másinquietante. La experienciacastrense en este sentido no erareciente y contaba con datos muyconcretos. En 1932 Félix VallejoNágera publicaba en El SigloMédico un trabajo sobre lasparticularidades caracterológicasdel soldado mercenario enroladoen el Tercio, y comenzabaafirmando, para eliminar desdeel principio cualquier duda, que«el Tercio ofrece al psiquiatraamplio campo de observación yestudio de las personalidadespsicopáticas».27 Una proporciónno inferior al 20 % de lossoldados estaba constituida por«tipos de tara psicopática» y lavaloración que se hacía de estematerial humano erafrancamente positiva; el durorégimen disciplinario y laactividad constante favorecían suintegración sin graves conflictosen la vida militar.Con la guerra el problematomaba proporciones mucho másgraves al incorporarse a filas unvolumen muy elevado decombatientes, resultando muydifícil la detección de aquellaspersonalidades de rasgos másacusadamente psicopáticos. Laexperiencia en el frente nacionalse valoró como positiva. López

IX

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Dos "soluciones"eficaces y prácticas

Pitiriasis versicolor.Dermatosis pitiriasiformes.

Dermatitis seborreica.seca y descamativa.

10O c c.

oselenium:ocadmio _

\

Bioselenium BiocadmioSulfuro de selenio al 2,5%.

INDICACIONESBioselenium: Pitiriasis versicolor,dermatosis pitiriasiformes, prurigi-nosas, escamosas o escamo-costro-sas del cuero cabelludo.Biocadmio: Dermatitis seborreicaseca y descamatíva. Control de laalopecia secundaria a la dermatitisseborreica acompañante o predis-ponente.

POSOLOGIADejar actuar el preparado sobre lazona afectada durante unos 20 mi-nutos, a modo de lavado. Repetiresta operación varios días consecu-tivos. Para el tratamiento de la Piti-riasis versicolor resulta también

Sulfuro de cadmio al 1 %

eficaz dejar actuar Bioseleniumtoda la noche, duchándose la ma-ñana siguiente y repitiendo cada3-7 días.

EFECTOS SECUNDARIOS YCONTRAINDICACIONESNo se conocen. En contacto con lamucosa ocular pueden resultar irri-tantes.

INTOXICACIÓNY TRATAMIENTOEn caso de intoxicación accidentalpuede aparecer anorexia, vómitosy anemia. Tratamiento: lavado deestómago por aspiración y lavadocon purgante salino.

PRESENTACIONESY COMPOSICIÓNBioseleniumFrascos de 100 y 35 ce. con sulfurode selenio al 2,5% en vehículo de-tergente. P.V.P. 212,-y 151,-Ptas.BiocadmioFrascos de 100 y 35 ce. con sulfurode cadmio al 1 % en vehículo deter-gente. P.V.P. 165,-y 102,-Ptas.

J. URIACH&CIA..S.A.Decano Bahi, 59-67

Barcelona 26

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FurantoínaAntibacteriano de referencia,específico de las infeccionesurinarias agudas y crónicas

FurantoínaSedanteTratamiento de las infeccionesurinarias que cursan con dolor,espasmo, tenesmo y disuria

URIACHDecano Bahí 59

Barcelona 26

Furantoína Furantoína Sedante

Indicaciones: Infecciones del tracto genitourinarioocasionadas por gérmenes sensibles: pielitis, pielonefri-tis, cistitis, prostatitis, uretritis. Profilaxis en interven-ciones o exploraciones urológicas.Contraindicaciones: Insuficiencia hepática o renal gra-ves. Hipersensibilidad a la nitrofurantoína.Posología: Adultos: 1-2 comprimidos 3 veces al día; Ni-ños: 2,5-5 ce. de suspensión 3 veces al día.Composición y presentaciones: Comprimidos: Envasesde 25 y 50 comp. con 50 me de nitrofurantoína (PVP199,-y 257,-pts.).Suspensión: Frascos de 80 ce. con 10 mg de nitrofuran-toína por ce. (PVP 160,- pts.).

Indicaciones: Infecciones urinarias ocasionadas porgérmenes sensibles a la nitrofurantoína y que cursancon sintomatología acusada (dolor, tenesmo, disuria):cistitis, uretritis, pielitis, litiasis con infección secunda-ria.Posología: 3 cápsulas diarias.Contraindicaciones: Nefritis grave o insuficiencia re-nal. Glaucoma. Retención urinaria. Hipersensibilidada la nitrofurantoína.Composición y presentación: Envases de 30 cápsulascon 50 mg de nitrofurantoína, 100 mg de fenazopiridi-na, 1 mg de N-metilbromuro de hioscina y 2500 UI devitamina A por cap. (PVP 231,- pts.).

Incompatibilidades: Los acidificantes del pH urinarioaumentan la absorción digestiva de la nitrofurantoína,mientras que los alcalinizantes y el ácido nalidíxico ladisminuyen.Efectos secundarios: Puede producir náuseas y vómi-tos, que se evitan ingiriendo el medicamento con las co-midas. Ocasionalmente, en tratamientos muy prolon-

gados, se han descrito trastornos alérgicos y polineuri-tis, que ceden al suprimir la medicación.Intoxicación y su tratamiento: La intoxicación aguda esrara dado su elevado coeficiente terapéutico. En casode intoxicación accidental, seguir las pautas generalespara favorecer la eliminación de medicamentos (lavadode estómago y aumento de la diuresis).

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Ibor señalaba el excelenteresultado dado por ciertos tiposde psicópatas: los fanáticos,explosivos y fríos de ánimo-aseguraba- rendían grandesservicios en la guerra. Con todaclaridad señalaba además que suempleo como soldados no sefundaba únicamente en laconveniencia de sumar hombresa los ejércitos, sino en sus«cualidades positivas en tiempode guerra».28 Rojas Ballesterosencontraba que los psicópatas,en general, eran incompatiblescon la disciplina militar, peroestablecía una salvedad conhipertímicos e hipomaníacos. Ensu opinión, de estos grupospodían extraerse magníficossuboficiales, acríticos y capacesde proyectar sobre los soldadossu propia euforia y optimismo.29

Mira hubo también de ocuparsede este problema cuando seencargó de la revisión deinutilidades para el serviciomilitar y sentó un criterio que suscolegas nacionales no habríandudado en suscribir. Para él, enuna situación de guerradeclarada, todo ser humanoresponsable de sus actos debíaser empleado de alguna maneradentro del ejército, cualquieraque fuese el trastorno mentalalegado. Para Mira, la guerra seganaba o se perdía en funcióntambién de la disposicióncombativa de la retaguardia -deahí su preocupación por lapropaganda y la guerrapsicológica- y el oligofrénico, eldesequilibrado o el cobardepodían hacer mucho más daño enla vida civil que controlados porla disciplina militar.30 Pocodespués de concluida la guerra seharía este reproche a Mira.Vallejo Nágera, quien en otrasocasiones manifiesta su aprecio ala cualificación profesional delpsiquiatra de Barcelona, haceuna alusión que constituía unaacusación a la honorabilidad desu antagonista y que haalimentado su leyenda negativa:«Tampoco es cierto que lossujetos de disposición neuróticase utilizasen únicamente enservicios secundarios, pues.

según nos han informadopsiquiatras que sirvieron bajo lasórdenes de Mira, obligaba ésteque fueran al frente individuosfrancamente mentales».31

Una de las consecuenciasindeseables de estas levasindiscriminadas eran lasautomutilaciones que seproducían en el frente entreindividuos que preferían asumirla incapacidad a soportar la vidamilitar. El cirujano BastosAnsart en sus memorias describeepidemias de automutilaciónresueltas extirpando el trayectocon el dedo medio yreconstruyendo así «manos deprincesa», poco precisas paramovimientos finos pero útiles.32

Mira recuperó 11 de 14automutilados, que constituyensu casuística, hasta hacer de ellosexcelentes soldados; de losrestantes, uno era enemigodeclarado y en los otros dosacabó manifestándose un broteesquizofrénico.33 Los psiquiatrasnacionales no se refieren a esteasunto, y sin embargo es de sobrasabido que también en su ejércitose dieron casos numerosos deautomutilación. ÚnicamenteGarcía Valcárcel, en un breveartículo dedicado a la simulación,advertía de la rareza con que seobservaba el tatuaje producidopor la pólvora en el disparo abocajarro en las heridasintencionadas, y cómo el soldadohabía aprendido a interponerentre el cañón y su piel mantas,algodón o madera que evitabanla quemadura delatora.34 No hayque olvidar que Mira escribe enEstados Unidos, con undistanciamiento inevitable y sinlas cortapisas de ningunaautocensura. Entre lospsiquiatras nacionales elcondicionamiento expreso otácito de la censura eliminaba eltratamiento de un tema queponía sobre la mesa una realidadincómoda. Por otra parte paraquienes como Vallejo Nágera oLópez Ibor sostenían que en laguerra civil se habíanevidenciado las cualidades mássingulares y específicas del

(28) LÓPEZ IBOR. J.J.,Neurosis..., 112-13, el mismocriterio mantiene en«Experiencias...»(29) ROJAS BALLESTEROS, L.,«Psiquiatría...», también referenciasa los psicópatas en su artículo«Algunas notas de psiquiatría militarde la guerra española», Actaespañola neurológica y psiquiátrica,1,1:35-49,1940.(30) MIRA I LÓPEZ, E., Lapsiquiatría..., 78.(31) VALLEJO NÁGERA, A.,Psicosis de guerra, 32. Una lecturamalintencionada de Mira puedellevar a una interpretación errónea,en realidad su pretensión eraalcanzar la curación o al menos laremisión de los síntomas. Elprocedimiento era ciertamenteviolento, en los casos de alteraciónmental de los elementos deretaguardia no se hacía suevacuación hacia el hospitalpsiquiátrico sino que «dirigidoshacia adelante, o sea, hacia loscentros de prefrente correspondiente,la sorpresa que tenían al ver que sualteración no los libraba sino que losacercaba al peligro era, muchasveces, suficiente para lograr unasúbita mejoría», los subrayados sondel propio Mira, La psiquiatría...,90-91.(32) BASTOS ANSART, M., Delas guerras coloniales a la guerracivil. Memorias de un cirujano,Barcelona, 1969: 316.(33) MIRA I LÓPEZ, E., Lapsiquiatría.,., 98.(34) GARCÍA VALCÁRCEL, A.,«Neurosis de guerra y simulación,diagnóstico y curación en primeralínea», Revista Española deMedicina de Guerra, IV,33:302-3O9,1941.

Cartel de propagandaconstituyendo la portada castellana dela Psiquiatría en la guerrade Emilio Mira.

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español, la automutilación no eraprecisamente un refrendo de lasvirtudes heroicas del soldadohispano.

Es evidente que junto a lacensura ejercida desde suscomienzos por las autoridadesmilitares entró enfuncionamiento un personalretraimiento para ocuparse deasuntos que podían informar alcontrario de la situación deflaqueza o decaimiento moral delpropio bando. Por su finalidadpráctica las revistas de medicinade guerra tenían unaperiodicidad mensual -quepuede considerarse intensa- yuna difusión notable. Bastos, ensus memorias ya citadas, relata,con orgullo no exento de ironía,la avidez con que los cirujanosque acompañaban a las tropasnacionales buscaban los númerosmás recientes de la Revista deSanidad de Guerra tan pronto eratomada una población hastaentonces sujeta a las autoridadesrepublicanas. Entenderemos asísilencios que pueden parecerextraños.

(35) Como hemos señalado laaportación a la bibliografía de lapsiquiatría de guerra de GonzaloRodríguez Lafora fue escasa, apenasdos artículos de contenido anodino,«La Psiquiatría y Neurología deguerra y de la revolución. Susproblemas y soluciones», Revista deSanidad de Guerra, 1,4:121-128(agosto 1937) y «Hemiplejíasorgánicas de guerra no debidas aproyectiles», Revista de Sanidad deGuerra, 11,9:18-23 (enero 1938).

A. VALLEJO NÁGERA

LA LOCURA Y LA EDEMAHIC0PATOIOGÍA DE LA GUERRA ESPAÑOLA

VALLADOLIO - LIBRERÍA SANTARÍN - AÑO 1939

La guerra psicológica

A través de la literaturapsiquiátrica que la guerra civilprodujo se advierte el deseo dedar respuesta a problemas quepodemos considerarconvencionales en el ejercicioprofesional del alienista:diagnóstico de psicosisendógenas, actitud ante laneurosis, desenmascaramientode simuladores, atención a lassecuelas psíquicas padecidas portraumatizados craneales. En laactitud ante estos problemas seadvierte muy claramente la

orientación neurológica o menosdecididamente organicista. Es elcaso de Rodríguez Lafora35

cuando estudia las hemiplejíasorgánicas o de López Ibor,catedrático de Medicina Legalinicialmente, que pormenorizacomo ha de ser elaborado uninforme pericial.

Precisamente la síntesis que enEmili Mira constituyó su saberpsiquiátrico con unaininterrumpida preocupación porla psicología, dan a sucontribución la máximaoriginalidad hasta convertirle enun auténtico experto en guerra

XII

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EMILIO MIRA Y LÓPEZDOCTO! «!» MIDIÍ.ES*

Ex nOTESOI DI niQUIATtlA IN LA UNIVERSIDAD Oí IUCE1OS1,COCISTE LIBÍC DI PMCOTDIATIA Y PSICOLOGÍA MtDICA

IS LA UNIVÍÜSIDAD OÍ BUKHOt AIRES

LA PSIQUIATRÍAEN LA GUERRA

C'PSYCHIATRY IN WAR")

BUENOS AIRES

1944

psicológica. En efecto, no sedetuvo Mira en el estudio de lasentidades morbosas mássignificativas, ni limitó suactividad a la mera planificaciónde asistencia hospitalaria en lalínea de fuego. Desde unadecidida posición beligerante ydesde su convicción de lasposibilidades que la psicologíaofrecía, procuró muydirectamente modificar lapropaganda para conseguirrelanzar la moral y combatividadde una población que,inevitablemente, veía en 1938muy alejada cualquier esperanzade victoria.

Mira era consciente de que laguerra moderna afectaba a lapoblación civil de una maneraradicalmente diferente a como lohabían hecho las guerras clásicas;ya no era concebible que losenfrentamientos se limitasenúnicamente a los ejércitoscombatientes, mientras laretaguardia no padecía ningunode los perjuicios del conflicto. Yeso no tanto por los efectos de losbombardeos de la aviación (élmismo afirma que los padecidospor Barcelona durante la guerra,250, no ocasionaron más que4.357 víctimas, tantas como lasproducidas en el tráfico urbano),

como por la carestía, zozobra ytemor ante las consecuencias quese siguen de perder la guerra. Deahí su preocupación ante laapatía que advirtió a partir delpacto de Munich (septiembre de1938) cuando el acuerdo entreInglaterra, Francia y Alemaniaalejaba la inminencia de unconflicto europeo y la únicaposibilidad de que otraspotencias auxiliasen a laRepública frente a los rebeldesde Burgos. Desde ese momentosólo el estupor y la indiferenciadominaban en la retaguardia, ycuando tal situación se da, nosdice, «significa el fin de la lucha».Toda una serie de hechosenumera que definen un índicede la moral combativa en laguerra, desde el aumento en lasalegaciones para eximirse delcumplimiento militar, a laindiferencia ante arengas ydesfiles; desde el auge en laespeculación, al aumento desuicidios o la avalancha dedimisiones en quienes ocupanpuestos de responsabilidad.Numerosas recomendaciones,algunas harto ingenuas, ofreceMira tras la experiencia deldesastre a quienes se encarguenevaluar la moral combativa de lade la censura militar: no dejenpasar información susceptible deser utilizada por el enemigo,aconsejen a quienes escribancartas añadan 3 o 4 días a la fechade las mismas para disimular losretrasos, en las fotografíasaparezcan los sujetossonrientes... En su deseo de

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población y ante la imposibilidadde recurrir a sondeos masivos dela población acudió además amétodos indirectos querecomienda como eficaces:«perder» cartillas deracionamiento agradeciendo através de anuncios su devolución,o solicitar una joven a través delos anuncios de la prensa paraacompañar a una anciana alextranjero. La respuesta a estoscebos permitía detectar el estadomoral de la población en unmomento determinado.36

Una aplicación práctica de susexperiencias como psicólogoalcanzó relevancia en suactividad militar. Aplicando elaxistereómetro a los aspirantes aservir en la aviación republicana,buscaba determinar suscondiciones mentales por lapercepción kinestésica delespacio, desarrollando elprincipio general de lapsicomiokinesis. Estacontribución que dio famauniversal a Mira se fundaba en suconvicción de que cualquieractividad mental puede serconsiderada como una sucesiónde cambios posturales. Si elequilibrio mental se perturba sualteración se evidenciará en losmovimientos individuales,«consiguientemente, si pedimosa un sujeto que realice pequeñosmovimientos oscilatorios en losplanos fundamentales delespacio, sin control visual, losdesplazamientos que se observennos indicarán el predominiorelativo de sus tensionesmusculares y, por ende, nosdarán idea de sus actitudespredominantes de reacción».37

Obviamente las circunstancias aque Mira había de hacer frenteeran mucho más penosas que lasque se presentaban en la Españanacional. En agosto de 1938publicaba un estudio sobre elmiedo, que luego reproduciría enla revista inglesa Lancet, quedemuestra su inquietud ante unsentimiento que en esa fecha seadvertía con caracteres

El profesor Vattejo ftágera en sus últimos años.

alarmantes.38 Se trata de unartículo muy académico,aparentemente alejado deexperiencias personales, peroque es muy indicativo de la moralcombativa percibida por elpsiquiatra catalán. A pesar de suaparente distanciamiento, en lasúltima páginas se evidencia elpropósito de informar a cuantoscon responsabilidad sanitariaacceden a la revista, de losmedios para combatir lassituaciones de pánico colectivoque puedan producirse. Para ellopropone medidas que van desdela eliminación de cualquier lesiónorgánica que contribuya a laaparición de un estado deinseguridad, a la confianza en unfuturo en que, porprocedimientos farmacológicos,pueda modificarse la bioquímicadel miedo y de la angustia; en lamisma línea recomiendaejercicios de relajación yautocontrol que hagan alindividuo resistente a la «pasiónmiedosa». Pero ¿y cuando estono pueda conseguirse y seaurgente el dominio del pánico?El combatiente Mira no puede

XIV

menos de aceptar aunque sea conrepugnancia que el fuego de lasunidades situadas en retaguardiadetiene el pánico del soldado queelige la «huida hacia adelante»,ante la muerte segura que tienedetrás. O, como mediante frasegráfica expresa, en la guerra «hayque combatir el miedo con elterror».39

Detectar al inestable, alderrotista, al abnegado, alneurótico, al más sensibilizadopolíticamente fueronobligaciones que se impuso Miraa través de un Breviario dehigiene mental del combatiente,que editó la Inspección Generalde Sanidad Militar, destinado aser comentado en las distintasunidades por oficiales,comisarios, médicos y soldados.En el Breviario se incitaba alcombatiente, con unvoluntarismo en exceso ingenuo,a integrarse en su unidad y aprevenir los desfallecimientos odepresiones. Es una cartilla declaro doctrinarismo político(«Soldado del Ejército Popularque estás dispuesto a dar tu

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Ansiol ítico

IndicacionesEslados de ansiedad; tensión psíquica y exci-tación nerviosa.Agüación psicomotriz, neurosis y lobias. Psico-sis obsesivas.Insomnio.Trastornos psicosomáticos del climaterio. Ten-sión premenstrual.Neurosis digestivas y cardiocirculaíorias. Colonirritable. Espasmos de vías biliares y coronarias.Distonías neurovegetativas.Cefaleas tensionales. Estados de agotamientopsicofísicos por sobrecarga.Parálisis espasmódicas, periartritis, parkinsonis-mo. Procesos reumáticos. Rehabilitación post-traumática.Neurodermitis.

ContraindicacionesPor su acción miorrelajante, PACIUM no debeutilizarse en la miastenia grave ni en casos dehipertonía muscular.

IncompatibilidadesAl igual que otros ansioliticos PACIUM no de-be administrarse conjuntamente con inhibido-res de la MAO.El alcohol potencia la acción cíe PACIUM. lo quedeberá tenerse en cuenta en pacientes que de-ban conducir vehículos o manejar maquinariaspeligrosas.

Efectos secúndanosEn casos hipersensibles puede presentarsesomnolencia que cede al ajustar la dosificación.

Intoxicación y su tratamientoNo se conocen intoxicaciones agudas serias poringestión ocasional de dosis excesivas de PA-CIUM. En caso de intoxicación accidental, quesólo puede producirse por ingestión de dosismuy elevadas y que se manifiesta por sueñoprofundo y relajación muscular, se seguirán laspautas generales para favorecer la rápida eli-minación de medicamentos (lavado de estóma-

go y aumento de la diuresis).

PosologíaLa dosis media para el adulto es de una a doscapsulas, dos o tres veces al dia. En casos deinsomnio se administrará una dosis única dehasta tres cápsulas media hora antes de acos-tarse.

Composición, presentación y precioCada cápsula contiene: diazepan, 5 mg.; cocar-boxi lasa, 15 mg.: codecarboxi lasa, 15 mg. y d¡-bencozida, 30 mcg.Envases de 40 cápsulas. (P.V.P. 304 Ptas.) yde 20 cápsulas (P.V.P. 190 Ptas.).

J. URIACH & Cía,, S.A.Decano Bahí, 59-67 BarceIona-26

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Normalizador de lafunción hepatobiliar

Laxante

INDICACIONESDispepsia biliar. Insuficiencia hepática. Estreñimiento.

Ictericia.

COMPOSICIÓNCada gragea contiene: Vitamina PP (nico1inam:da) 50 mg.,

Extracto de alcachofa 150 mg.. Hojas de boldo polvo 10 mg..Resina de Podotilum pelfatum. 2 mg., Extracto de bilis de

buey 40 mg., Evonimina 10 mg.. Extracto de cascara sagrada 20 mg.

POSOLOGIADe 2 a 6 grageas al día. antes o después de las comidas.

CONTRAINDICACIONESColecistitis y apendicitis agudas.

INCOMPATIBILIDADESNICO-HEPATOCVN carece de incompatibilidades.

EFECTOS SECUNDARIOSNICO-HEPATOCYN es una medicación muy bien tolerada, con

una incidencia de efectos secundarios prácticamente nula.

INTOXICACIÓN Y SU TRATAMIENTOLa intoxicación aguda por esta especialidad es rara dado

su elevado coeficiente terapéutico. En caso de intoxicaciónaccidenta!, que sólo puede producirse por ingestión de dosis

muy elevadas, se seguirán las pautas generales parafavorecer la rápida eliminación de medicamentos (lavadode estómago, aumento de la diuresis). Ante un cuadro

rjiarreico intenso, se administrará medicación astringentey se procederá a la rehidratación.

PRESENTACIÓNFrascos de 60 grageas (191 Ptas.) yfrascos de 30 grageas (113 Ptas.|.

J. URIACH y Cía. S.A.

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25sangre y a ofrecer tu vida parasalvar la República Española dela invasión del fascismointernacional»), en que una yotra vez se invocan sentimientosde solidaridad. Finaliza el folletocon una colección de lemas en lalínea apuntada que se abren conel difundido eslogan «¡Vale másmorir de pie que vivir derodillas!»

Con la misma finalidad elaboróMira un breve cuestionario enque se preguntaba al soldadosobre el empleo del ocio, hábitossexuales o resistencia a la fatiga;a través del mismo se podíanconocer las característicaspsicológicas del soldado.También aquí la intencionalidadpolítica se evidenciaba desde elprincipio. La primera preguntaexigía al soldado definir elfascismo, confesar las razonesque le empujaban a combatirlo ydescribir los efectos que de lavictoria se seguirían para supropio pueblo.40

(36) E. MIRA. La psiquiatría...,163.(37) MIRA I LÓPEZ. E., Lapsiquiatría..., 175 y ss.(38) MIRA Y LÓPEZ, E.,«Estudio psicopatológico delmiedo», Revista de Sanidad deGuerra, II, 14-16:287-303 (julio-agosto 1938); también «Fear»,Lancet, june 1939.(39) MIRA Y LÓPEZ, E.,Lapsiquiatría..., 229.(40) El Breviario y el cuestionarioaparecen reproducidos en MIRA ILÓPEZ, E., «La higiene mental delcombatiente». Revista de Sanidad deGuerra, II, 11-12:138-142 (marzo-abril 1938).(41) BERNARDO, M. y CASAS.R., Historia de la Psiquiatría aCatalunya, Barcelona, 1983: 91-103.(42) En los primeros meses de laguerra el psiquiatra argentinoGregorio Bergmann realizó unalabor asistencial que Mira y R.Lafora elogian, sus experiencias lasrecogería en el Boletín de laAsociación de Médicos Liberales(Madrid, 1938). E. GONZÁLEZDURO, op. cit., 10, recoge ademásuna conferencia sobre «Dialécticade! fascismo y su psicopatología»reproducida en el libro del propio G.BERMANN, Problemaspsiquiátricos, Buenos Aires, 1965.(43) VALLEJO NÁGERA, A., Lalocura..., 189.

La asistenciapsiquiátrica

Es aún incompleto nuestroconocimiento de la organizaciónasistencial psiquiátrica durante laguerra civil. Ha sidorecientemente analizada la laborambiciosa realizada en estesentido por la Generalitat quecontó con un delegado para losservicios de Psiquiatría, el Dr.Salvador Vives i Casajuana,animoso y eficaz, pero carecemosde un detenido estudio de laplanificación hospitalaria llevadaa cabo en los tres años deguerra.41 Con todo es evidenteque la asistencia psiquiátrica alsoldado contó en la Españanacional con unas posibilidadesde partida superiores. Catorcemanicomios funcionaron desde elcomienzo de las hostilidades(Zaragoza, Oviedo, Valladolid,Salamanca, Navarra, Logroño,Plasencia, Mérida, Miraflores,Cádiz, Granada, Córdoba,Patencia y Conjo) y a los mismosse añadieron muy prontoLeganés y Ciempozuelos. Lasreacciones psicógenas seprocuraban tratar en lasproximidades del campo debatalla evitando lahospitalización en centros deretaguardia. Se aconsejabacambiar el destino del soldadoantes de ingresarlo en un centroque retrasaba su incorporación ala vida militar. En la Españarepublicana tardó en imponerseun sistema coherentementecentralizado para dar respuesta aestos problemas. Como en otrosaspectos la solución apenas sidifería de la adoptada por el otrobando. Mira se ocupó deconstituir un grupo con 32psiquiatras que distribuyó en loscinco frentes existentes (Centro,Extremadura, Sur, Levante yEste); el hospital psiquiátrico seerigía en la retaguardia y a unos30 kms. se situaban centrospsiquiátricos de prefrente dondese atendía a los ingresadosdurante un tiempo máximo dediez días. La terapia tanto

psíquica como gimnástica eraintensa y en los casos en que noremitía la clínica se enviaban alhospital psiquiátrico que seencontraba a unos 200 kms. delfrente.42

En busca del almanacional

Es Mira el psiquiatra republicanoen quien los sentimientospolíticos más se patentizan, yanos hemos referido a laaportación más decircunstancias, muy clínica deLafora o Sacristán. En Nieto auncuando su ideología republicanaes clara, es más dominante lapreocupación del profesionalante el hecho bélico.

Entre los nacionales en Vallejo yLópez Ibor encontramos una másdeclarada toma de posturapolítica ante el conflicto. Quiencomo Vallejo Nágerapropugnaba laparanoizacióncomo medio de ganar la guerrano precisó esfuerzos muyexigentes para alcanzar un tonoincendiario en muchas de suspáginas. La rebelión, porejemplo, se justificaba ante las«chulapadas del Jefe deGobierno [Casares Quiroga],que unido a otros guapospolíticos contribuyeron con susdesplantes a soliviantar el medioambiente social».43 En otrasocasiones la contraposición entrevirtudes y defectos -en este casotan opinables como los deapostura o fealdad- llega alímites cómicos, aunque ni elcensor ni el enardecidopsiquiatra parecieran advertirlo.Bajo el epígrafe «La sonrisa delCaudillo» escribía Vallejo: «Ladegeneración física, lasdeformaciones corporales, lafealdad, hállanse ligadas casiindefectiblemente a complejosde rencor y de resentimiento,traducidos en una conductaantisocial, en toda la amplituddel vocablo. Por el contrario la

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figura corporal agraciada, labelleza física, la armonía de lasdimensiones del cuerpo,corresponden, en la inmensamayoría de los casos, a un almanoble y virtuosa (...) lacomparación de las figurascorporales de nuestro invictoCaudillo y del llamadopresidente de la II Repúblicaespañola recuerda y exteriorizalas respectivas psicologías, cuyoencarecimiento podemosahorrarnos».44

Muy otra es la forma que adoptaen López Ibor la justificación deuna postura y la comprensión deunos hechos. El psiquiatravalenciano es el profesionalespañol de estos años que conmayor atenimiento al rigoracadémico analiza los problemaspsiquiátricos de la guerra civil, elempleo de una bibliografíaabundante y un cierto afán dedistanciamiento ante la situación,son sobremanera evidentes. Esetono profesoral de muchas de suspáginas, y desde luego unapsicología personal diferente,hacen impensables en suproducción escrita los desahogoscallejeros tan habituales enVallejo; pero también hay queseñalar su alejamiento de laoriginalidad, muchas veces nocuajada, inmadura, peroindudable que se aprecia enMira. La comparación de loscapítulos dedicados en susrespectivos libros a la guerrapsicológica es un buen ejemplode este hecho.

López Ibor no establecedistinciones entre lascaracterísticas de unos y otroscombatientes. Está en lasantípodas de Vallejo Nágeraquien presentaba comopostulado la relación entreciertas personalidadesbiopsíquicas y la predisposiciónconstitucional al marxismo (sic),o la proporción del fanatismomarxista en los «inferioresmentales».45 Su valoración de laguerra es positiva: «La guerra,que tiene a mi juicio, másevidentes virtudes biológicas

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positivas, puede tener otrasnegativas, si no se buscaninfluencias compensadoras».Además en la guerra se pusieronde manifiesto «valencias delespíritu humano» sobremaneraapasionantes que hallaron unaconcreción especial en elcomportamiento bélico delespañol. Toda una interpretaciónde la peculiaridad nacionalapoyará esta aseveración. Perocautelosamente no afirma elautor la existencia de un almacolectiva, lo cual sería «graveherejía», sino más bien laexistencia de «colores del almanacional», que desde una actitudpuramente descriptiva puedensingularizarse. En realidad, tantopara López Ibor como paraVallejo Nágera, resultaba difícilaceptar hasta sus últimasconsecuencias muchos de losprincipios que la medicinagermana estaba difundiendo(eugenesia, esterilización depsicópatas, pureza racial). Elconflicto con unas creenciasreligiosas, contrarias a medidastan irreversibles, explica losdistingos y matizaciones quellenan de ambigüedad muchas desus páginas.

(44) VALLEJO NÁGERA, A., Elfactor emoción en la España Nueva,Burgos, 1938.(45) Bajo el título «Biopsiquismodel fanatismo marxista» publicó unaserie de artículos Vallejo Nágera enla Revista Española de Medicina yCirugía de Guerra en que examinabalas características psicológicas debrigadistas de diversos países hechosprisioneros por el ejército nacional.(46) DOMINGO, P., «Vivéncies aCuba amb el D. Emili Mira»,Revista del Departamento dePsiquiatría de la Facultad deMedicina de Barcelona, 1,1:25-32,1973.(47) VALLEJO NÁJERA, A.,«Biopsiquismo del fanatismomarxista», Revista Española deMedicina y Cirugía de Guerra, II,5:30-44,1939, y Enseñanzas..., 49.La colaboración anunciada porVallejo en G.W. KISKER, WorldTensión. The Psychopathology ofInternational Relations, New York,1951,244-254.

Conclusión

Concluida la guerra se consolidóla división que el conflicto habíaabierto en la psiquiatríaespañola. Para Emili Mira seiniciaba un exilio europeo yamericano que concluiría con sumuerte. Su experiencia larecogería en su Psychiatry in War(New York, 1943) cuyapublicación auspiciaba el SalmónMemorial Comittee. PorAmérica le perseguiría tambiénuna injusta leyenda que leacusaba de haber proporcionado,gracias a sus conocimientoscientíficos, a los serviciospoliciales de la Repúblicamétodos para la obtención dedeclaraciones de los detenidos.46

Rodríguez Lafora regresaría enla postguerra, no sin que laincomprensión y la desconfianzadificultasen su integración en lavida española. Sacristánpermanecería hasta su muerte enun peculiar exilio interior.

Para los vencedores, «lageneración de 1931 o de lascátedras universitarias», elmundo académico representaríala culminación de un triunfo enque no escasearon las pequeñasescaramuzas. También en elámbito científico la guerra fríahizo olvidar algunas de las mástotalitarias afirmacionessostenidas por los psiquiatrasnacionales. El Vallejo Nágeraque identificaba al partidodemócrata estadounidense comode extrema izquierda y asegurabaque Estados Unidos era una«nación que se precia de culta sinserlo», se enorgullecía en 1951 depertenecer a un grupo deinvestigadores que, por iniciativanorteamericana, estudiaba latensión mundial, «mi aportación-concluía- será modestísimalimitada a la exposición de mipensamiento sobre unaorganización eficiente de losservicios psiquiátricos castrenses,deducida principalmente de laexperiencia norteamericana en lasegunda guerra mundial».47

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Analgésico-antitérmico:tratamiento sintomáticode la gripe y del resfriado común.Indicaciones: Estados gripales e infecciosos. Resfriados, fiebre, cefaleas,migraíías. Tensión premenstrual- Dismenorrea. Procesos reumáticos.Artrosis, poliartrosis, mialgias. Fiebre reumática. Traumatismos, Neuralgias.Contraindicaciones: Hipersensibilidad al medicamento o a suscomponentes. Ulcus gastroduodenal.Incompatibilidades: No se conocen a dosis terapéuticas.Composición: Cada comprimido contiene 500 mg de ácido acelilsaficilico,10 mg de fosfato de codeina y 250 mg de viiamina C.Efectos secundarios: Si bien DOLMEN posee una buena tolerancia,en algunos casos hipersensibles puede provocar molestias gástricasque ceden al administrar un antiácido.Intoxicación y su tratamiento: En caso de intoxicación accidental,que solo puede producirse por la ingestión de dosis muy elevadas,se seguirán las paulas generales para favorecer la rápida eliminaciónde medicamentos (lavado de estomago y aumento de la diuresis).Posologia: 1 a 2 comprimidos, disueltos en agua, cada 4-6 horas.Presentación: Envases de 10 y 20 comprimidos efervescentes.(P.V.P. 207 y 321 ptas).

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URIACH

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Amoxicilina UriachEficacia y rapidezen el tratamientode las infeccionesrespiratorias agudas

Indicaciones: Tratamiento de infeccionesocasionadas por gérmenes sensibles a laamoxiciiina,

Contraindicaciones: Sensibilidad a la penicilinay a sus derivados.

Incompatibilidades: La acción bactericida puedeser aruagonizada por antibióticosbacteriostáticos.

Efectos secundarios: Raramente intoleranciasdigestivas leves, que no requieren suspenderel tratamiento.

Intoxicación y su tratamiento: No se hanobservado intoxicaciones dada la bajatoxicidad de la amoxicilina. En personashipersensibles pueden aparecer fenómenosalérgicos, que se tratarán conantihistamínicos, aminofilina o ácidonícotinico, por vía oral o parenteralsegún la gravedad del caso.

Dosificación: 25-50 mg/kg/dia repartidos en trestomas (cada 8 horas). En términos prácticosesta dosificación queda como sigue:

Adultos: 1 cápsula de EUPEN CAPSULAS(500 mg), tres veces al dia.Ñiflas mayores de tres años: 1 sobre de EUPENSOBRES (250 mg). tres veces al dia.Niflos menores de tres años: 25 gotas de EUPEN GOTAS(125 mg), tres veces al dia.Lactantes: 12 gotas de EUPEN GOTAS (60 mg), tres vecesal día.

En caso necesario puede doblarse la dosis: Eupen puede seradministrado antes, durante o después de las comidas.Las presentaciones pediátricas (sobres y gotas) poseen unagradable sabor y pueden ser tomadas mezcladas conleche, papujas y otros alimentos, sin pérdida de suactividad terapéutica.

Composición y PresentacionesEUPEN 12 CAPSULAS: 500 mg de amoxicilina (trihidrato)por cápsula. PVP IVA 523.- pts.EUPEN 12 SOBRES: 250 mg de amoxicilina (trihidrato)por sobre, para preparar suspensión extemporánea.PVP IVA 339,- pts.EUPEN GOTAS (25 ce): 125 mg de amoxicilina(trihidrato) por 25 gotas (1,25 ce). PVP IVA 359.- pts.

500 mg deAmoxicilina

250 mg deAmoxicilina

125 mg deAmoxicilina

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