Teatro Precolonial en México

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Teatro Precolonial en México Es difícil pensar, al igual que como sucede con la música o la literatura, que el teatro haya sido una práctica disciplinada en años anteriores a las primeras civilizaciones mesoamericanas en nuestro país, tal como lo fue la de los Olmecas. Mucho de lo que se cree sucedía en lo que a esta rama del arte se refiere eran ceremonias religiosas o con algún motivo especial, pero muy probablemente se enfocarían más a presentar música y danza, más que teatro. Cuando las primeras civilizaciones comienzan a surgir en nuestro país, el teatro tomó un poco más de forma, ahora probablemente se le daba un lugar especial en dónde llevarse acabo, pero de igual manera seguirían teniendo algún fin religioso, lejos de ser simplemente una actividad de entretenimiento. Cuando estas “obras” tomaban lugar, más que nada se trataba de texto leído entre dos o más personas, representando algunos a dioses y otros a hombres. Se cuenta con un texto dramático Maya llamado “Rabinal Achí”, que plantea la pelea entre dos guerreros divinos. Se requería música, vestuario especial y una forma primitiva de actuación para llevarse a cabo. Teatro: Forma Evangelizadora Al igual que con las demás formas de arte ya mencionadas, el teatro fue, quizá con mayor importancia que las otras, una fuerte herramienta de la que se valieron los españoles para evangelizar a los indígenas en nuestro país. Mediante obras de teatro sencillas presentaban la vida de Jesucristo, su Pasión y su Muerte. Muchas de las lecturas halladas en el Nuevo Testamento fueron representadas en mayor o menor medida para su simple comprensión. Las conocidas “pastorelas” hoy en día son fruto de aquellas épocas remotas, en donde se utilizaban vestimentas muy sencillas pero adecuadas, músicalización también bastante simplificada, cantos, bailes y actuación alegre. Un siglo duró esta práctica meramente evangelizadora. Teatro mexicano en el Siglo XVII Sor Juana Inés de la Cruz es considerada una de las primeras defensoras de los derechos de la mujer en nuestro país. Cuando sus escritos alguna vez dejaron de ser de carácter religioso, recibió una llamada de atención por parte del Obispo bajo el cual ella era subordinada. Ella contestó aquello diciendo que lo seguiría haciendo dado que tenía derecho a hacer

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Teatro Precolonial en México

Es difícil pensar, al igual que como sucede con la música o la literatura, que el teatro haya sido una práctica disciplinada en años anteriores a las primeras civilizaciones mesoamericanas en nuestro país, tal como lo fue la de los Olmecas. Mucho de lo que se cree sucedía en lo que a esta rama del arte se refiere eran ceremonias religiosas o con algún motivo especial, pero muy probablemente se enfocarían más a presentar música y danza, más que teatro.

Cuando las primeras civilizaciones comienzan a surgir en nuestro país, el teatro tomó un poco más de forma, ahora probablemente se le daba un lugar especial en dónde llevarse acabo, pero de igual manera seguirían teniendo algún fin religioso, lejos de ser simplemente una actividad de entretenimiento. Cuando estas “obras” tomaban lugar, más que nada se trataba de texto leído entre dos o más personas, representando algunos a dioses y otros a hombres.

Se cuenta con un texto dramático Maya llamado “Rabinal Achí”, que plantea la pelea entre dos guerreros divinos. Se requería música, vestuario especial y una forma primitiva de actuación para llevarse a cabo.

Teatro: Forma Evangelizadora

Al igual que con las demás formas de arte ya mencionadas, el teatro fue, quizá con mayor importancia que las otras, una fuerte herramienta de la que se valieron los españoles para evangelizar a los indígenas en nuestro país. Mediante obras de teatro sencillas presentaban la vida de Jesucristo, su Pasión y su Muerte. Muchas de las lecturas halladas en el Nuevo Testamento fueron representadas en mayor o menor medida para su simple comprensión. Las conocidas “pastorelas” hoy en día son fruto de aquellas épocas remotas, en donde se utilizaban vestimentas muy sencillas pero adecuadas, músicalización también bastante simplificada, cantos, bailes y actuación alegre. Un siglo duró esta práctica meramente evangelizadora.

Teatro mexicano en el Siglo XVII

Sor Juana Inés de la Cruz es considerada una de las primeras defensoras de los derechos de la mujer en nuestro país. Cuando sus escritos alguna vez dejaron de ser de carácter religioso, recibió una llamada de atención por parte del Obispo bajo el cual ella era subordinada. Ella contestó aquello diciendo que lo seguiría haciendo dado que tenía derecho a hacer lo mismo que los religiosos varones hacían en esa misma época. Era una figura ejemplar en genialidad, no solo era escritora, sino que también tocaba varios instrumentos. Por otro lado, aunque su principal campo temático fue la poesía, escribió algunas comedias y autos sacramentales (especie de obra de teatro con tema puramente religioso). “Los Empeños de una Casa” y “El Cetro de José y el Divino Narciso” son dos de sus obras con tintes teatrales más memorables. También realizó obras dramáticas el escritor Juan Ruiz de Alarcón a finales de este siglo XVII.

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Siglos XVIII y XIX

El teatro en México se vio gravemente aturdido por todo lo que la Independencia implicó. El descontento generalizado de todo el país pondría las ideas y la creatividad en otro sitio, y los lugares para llevar a cabo teatro no eran abundantes. El país cayó en un bache cultural, pero logró el premio mas anhelado por el ser humano: la libertad.

Cuando todo pasó a un clima de tranquilidad ahora cuando menos respirable, las cosas regresaron a una normalidad relativa, y los escritos empezaron a fluir. Sobresalieron entonces autores románticos como Fernando Calderón y Manuel Eduardo de Gorostiza. Por éstas épocas se creó en México el concepto de “zarzuela”, y muchas obras prosiguieron bajo ese estándar. Se convirtió en una de las formas de teatro más populares de entonces.

Siglo XX

La zarzuela tenía tintes españoles, pero la mayor parte de las veces trataba sobre temas mexicanos. A finales del siglo anterior y a principios de este, se hizo mucho énfasis en que los actores hablaran con acento español, práctica que aún prevalece en nuestros días. José F. Elizondo creó la zarzuela “Chin-Chun-Chan”, en el año de 1904, que se convertiría en la primera obra presentada en México en alcanzar las 1000 representaciones. Dos años antes, en 1902, se había formado la Sociedad de Autores Dramáticos, que tenía como interés principal el documentar obras de autores mexicanos. Fue en estos tiempos, a la par de la Revolución Mexicana, que el teatro en nuestro país comenzaba a tomar forma como algo que perseguía las tradiciones y el folklore del país, e intentaba dejar atrás la influencia española. Xavier Villaurrutia y Salvador Novo fueron dos pilares en la construcción de una nueva era en lo que al teatro mexicano de vanguardia se refería.

En 1925 se formó la Unión de Autores Dramáticos, la cual tenía como objetivo dar conferencias, pláticas y en general fomentar la cultura del teatro en México. Manuel Díaz Barroso sería el titular de este organismo. Sacarían al público obras como “Véncete a Ti Mismo”, y posteriormente, Díaz Barroso y 6 de sus colaboradores terminarían llamándose “El Grupo de los Siete Autores”. Existían otros grupos de esta índole, tales como “Escolares de Teatro”, “Teatro de Ulises” y “Teatro de Orientación”. Se tuvieron incluso publicaciones como “Contemporáneos”, la cual consistía de algo parecido a una revista que abarcaba muchos temas relacionados con el teatro mexicano, primordialmente el trabajo que se estaba llevando a cabo, y los avances que se habían logrado en separarse de lo español. El ya mencionado Xavier Villaurrutia y Celestino Gorostiza eran los encargados de su edición. Cabe destacar que estos grupos teatrales mexicanos fueron de los primeros en contratar a sus actores y realizar todo el espectáculo sin fines comerciales, únicamente para contar con lo necesario para sustentarse pero haciendo énfasis total en destacar el arte como tal.

Para 1950, el teatro universitario se convirtió en una realidad, gracias a nombres como Villaurrutia, Novo, Usigli y Gorostiza. Obras como “Corona de Sombra”, “Medio Tono” y “El Gesticulador” darían el empuje necesario en todos los niveles para que la carrera de Literatura Dramática y Teatro fuera creada en la facultad de Filosofía y Letras en la Universidad Nacional Autónoma de México. El realismo se había apoderado entonces tanto de escritores como de directores y actores, la mayoría de las obras que entonces se pusieron en escena bajaban a un plano de realidad cada vez más intenso. Emilio

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Carballido en la década de los 80’s, con la obra “Rosa de Dos Aromas”, sería un grandioso ejemplo de un teatro lleno de talento, experiencia y arte, estando en escena por más de 5 años y alcanzando más de 2500 representaciones. Otros nombres importantes de esta época son: Luisa Josefina Hernández, Héctor Mendoza, Sergio Magaña, Luis de Tavira, Julio Castillo, Juan José Gurrola, Luis Basurto, Héctor Azar y Vicente Leñero.

Cabe destacar la importancia que tienen dos festivales de renombre internacional en nuestro país en donde el teatro es pieza fundamental: el Festival de la Ciudad de México, y el Festival Cervantino de la ciudad de Guanajuato. Actualmente el teatro es presentado en niveles semi-profesionales por muchas universidades del país, siendo una de las completas el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), que cuenta con centros de Difusión Cultural en muchos de los Campus en diferentes ciudades de México.

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El teatro inicio como un ritual hacia los dioses.

El 27 de abril de 1857, se inauguró el primer Teatro Colón. Estaba ubicado frente a la Plaza de Mayo.

Los planos fueron confeccionados por el Ing. Carlos E. Pellegrini. Su capacidad estaba calculada para

2.500 personas. El escenario era el más amplio que se construyera hasta esa fecha, estaba dotado de

todos los elementos necesarios para las grandes puestas en escena. Después de tres décadas de

existencia el Teatro Colón cerró sus puertas en 1888 para transformarse en la sede del Banco de la

Nación Argentina. Nuevo teatro Colón

El proyecto de la obra, que reemplazaría al antiguo teatro Colón, dio comienzo en 1889. El proyectista

inicial fue el arquitecto Francisco Tamburini, Dicha obra fue ejecutada en 3 periodos. Actualmente tiene

un área total de 58.000 m2

Primer periodo

El edificio principal fue proyectado en 1889 por el ingeniero y arquitecto italiano Francisco Tamburini

(1838-1891). A su muerte el arquitecto Víctor Meano (1860-1904) asume la dirección de la obra. En

1904, tras el deceso de Meano, la obra se detiene, siendo posteriormente completada por el ingeniero y

arquitecto Julio Dormal, quien se hace cargo de finalizar la obra en el año de 1908.

Segundo periodo

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Durante 1938 se realizaron intervenciones de extensión, ampliando los subsuelos bajo la plaza lateral

en la primera instancia. Además se hizo un túnel que conecta los talleres con el escenario.

Tercer periodo

De 1968 a 1972 sufre una última intervención. Dicha intervención consistió en otra ampliación donde se

alojaba bajo la plaza las áreas de producción del teatro, salas de ensayo y talleres de escenografía,

oficinas, vestuarios y un comedor para personal.

El Teatro se contruyo en 1650 y fue con capacidad de 40 personas

Los libros de teatro son, en muchos casos, un grueso ladrillo difícil de digerir por el joven lector. La mayoría de quienes desean ser actores, al menos deben de tener una noción sobre lo que es el teatro y tener en mente alguna de las más emblemáticas obras que han hecho crecer el arte teatral.Lo primero es entender las épocas y los géneros antes de decidirte a leer una obra dramática, de lo contrario no entenderás ni papa. ¿Por qué? Resulta que el teatro se produce para representar un hecho que puede o no estar frente a los ojos de todos, quizás el teatro se produce para despertar el interés por un tema y eso ha ocurrido durante milenios. Nuestras preocupaciones de hoy, no son las mismas que tuvieron los griegos siglos atrás. Por eso el teatro es una máquina del tiempo. De ahí viene el género y es importante saber cuando se está en presencia de una comedia o una tragedia, una farsa o un drama, el absurdo o la tragicomedia, quizás un melodrama; pues cada género tiene características específicas, con un propósito claro. El género puede ser, como esas señales en la carretera que guían al conductor.Lo segundo radica en comprender que las obras de teatro son escritas para los actores, no para lectores. Para la representación, no para la imaginación pasiva. Hay que ver la escenificación en la lectura, las voces, el vestuario, las luces. El texto es una letra muerta, hasta que revive en la voz del actor.Y tercero,  ¿por cuál libro empezar? La academia sugiere iniciar en orden cronológico, pero yo diría que hay rutas más dinámicas para el joven actor, dependiendo de la edad que se tiene, por ejemplo. Las comedias tienen siempre un efecto especial y yo escogería a Moliére, porque es el grande, el

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comediógrafo de Francia y el más famoso de todos. Moliére escribió tan buenas comedias que uno no cansa de leerlas, de lo buena que son, de los enredos que se tejen en la trama. Lean El Avaro, El burgués gentilhombre, o Médico a Palos que cuenta la buena que prepara una mujer a su marido haciéndole creer a todos que su ordinario esposo es un médico, el mejor de todos, y que la única forma de confesarlo es a fuerza de golpes.Por ahí se puede empezar a leer, y descubrirán cuán inteligente son las comedias de Moliere, que hace pensar a la gente con la risa y tiene de armas la sátira y la ironía. Descubrirán también cuántas cosas en común aún tienen sus obras con nuestra época, a pesar de haber sido escritas hace tantos años, quizás porque la naturaleza humana es la misma en todos los tiempos. 

Es la fuerza emocional que mueve al actor, la misma carga emotiva que llega al público y con ella ríe o llora. Cuando ves una película y el personaje te hace llorar porque sientes que su desgracia ha tocado tu alma, es porque el actor, que interpreta el personaje, carga con la misma emoción por la que sufre el personaje de la historia. Cuando escuchas al personaje gritando por su hijo que muere, sientes como espectador que todos tus pelos se paralizan y tu respiración se entre corta. Inmediatamente aparece un nudo en la garganta y comienzas a llorar porque has creído en verdad que la tragedia ha sucedido. Toda esa carga emotiva es la que debe de tener un actor, de la misma forma en que una pequeña braza ardiente se convierte en una llama de fuego. La pasión no se construye, no hay forma de comprarla ni conseguirla. No importa que al principio sea una insignificante incandescencia, lo importante es que esté. Con tu esfuerzo, empeño y trabajo, lograrás sacar dentro de ti toda la intensidad que necesitas para una escena.Estas son las condiciones que debes de tener en cuenta a la hora de ser actor. Me perdonan los teatrosaurios si notan que

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falta alguna, pero a mi modo de ver, estas son las indispensables y la base de lo que sigue.Foto: Galápago (2003) dirigida por Alexander Pajan. En la

foto: Lisa Rodriguez y Yamil Cuellar 

Miedo escénico

No es un defecto, solamente se trata de un obstáculo que debemos mover a la hora de subir al escenario. Tengo un amigo muy tímido a quien he visto actuar varias veces. Le pregunto qué hace para lograr peder la timidez ante el público. Me dice que nada, la timidez se marcha sola. Mi problema es que he confundido miedo escénico con timidez, hay personas que son tímidas, pero no tienen miedo escénico. El miedo escénico es una sensación de no querer ser señalado en público, sin embargo la timidez es más bien un temor personal. De cualquier forma, son temores que a la hora de actuar desaparecen, nadie actúa teniendo timidez o miedo escénico, aunque los padezcas, desaparecen en el escenario. A casi todos los actores, les estimula el ego. No hay actor en este mundo que no le guste ser el centro de atención, a quienes todos los ojos miran y si te das cuenta, cuando en una fiesta alguien se luce haciendo chistes, contando una historia o atrayendo la atención, siempre hay alguien que dice: “tu pudieras ser actor”. Por supuesto que hay formas de vencer el miedo escénico, uno por ejemplo: vístase de payaso, maquíllese, colóquese también una nariz roja y salga a la calle, a los centros comerciales. Vas a sentir pánico al principio, muchos se burlarán de ti, otros te señalarán, reirán, pero a las dos horas, estoy seguro que tu miedo escénico desaparecerá. Con este breve ejemplo, intento demostrarte que no tienes por qué sentir temor cuando quien actúa es un personaje, no eres tú. ¿Qué actor siente miedo escénico? Pues ninguno puede sentirlo, de lo contrario sería el peor actor de este mundo. Cuando crees verdaderamente en un personaje, en las circunstancias, la historia, no tienes por qué sentir miedo escénico, porque no es el actor: tú, quién está sobre el escenario, de quien la gente se ríe, a quien ve traicionando, besando, espiando, ¡no!

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Es al personaje, y el personaje tiene una vida tan propia como la tuya.Quizás también le interese:

¿El teatro abierto que muchos conocemos actualmente cuando inició?

Este teatro inició su actividad de manera activa el 28 de Julio de 1981. Esta iniciativa tuvo continuidad y un

gran éxito, tanto que en el año de 1982 se sumaron nuevos autores, directores y actores.

Hoy día el teatro y para gozo de la comunidad en general, es una actividad que se desarrolla normalmente.

Durante los fines de semana hay, en Buenos Aires, alrededor de ochenta espectáculos que se presentan en

diferentes salas.

Hay que resaltar que la actividad teatral que se desarrolló en el interior del país, en ciudades como Santa Fe,

Córdoba, Mar del Plata, Rosario, Tucumán, La Plata, Mendoza, entre otras, se dio alterna al desarrollo de este

bello arte en otras partes del continente suramericano enriqueciendo y retroalimentando la calidad y cantidad

de obras de teatro en el país. Con el paso de los años han ido surgiendo nuevos y prometedores autores

como Carlos Pais, Mauricio Kartun, Daniel Veronese, Enrique Morales, Eduardo Rouner y Roberto Perinelli

entre otros.

LA OBRA DE ANTONIN ARTAUD – una opinión de ROLAND BARTHES – El Teatro y su Doble.

Este gran surrealista había “radicalizado” ya la experiecia teatral y le había reclamado que se

atreviera a realizar una metamorfosis completa de nuestras formas de vida, al precio de

establecer reglas nuevas, unas reglas que serían en gran medida las de la vanguardia.

EL PENSAMIENTO DEBE QUEDAR ABSORBIDO ENTERAMENTE EN LA FISICA MISMA DE LA ACCIÓN

DRAMÁTICA, mas interioridad, mas psicología, e incluso, contrariamente a lo que el burgués acostumbra a

pensar de la vanguardia: más simbolismo, todo símbolo es real.

ARTAUD QUIERE QUE SU PÚBLICO PARTICIPE EN LA MATERIA ORGÁNICA DE LA ESCENA, COMO UN

PRIMITIVO EN UNA CEREMONIA TEATRAL.

ESTE TEATRO DE LA ANTICULTURA-Artaud rechaza con violencia y desprecio todo el teatrotradicional, que

pone en escena historias de dinero, de arribismo, de una sexualidad edulcorada- requiere de un lenguaje

también liberado. No solo la palabra debe ser “poética”(es decir inmediata desprovista de toda

racionalidad),sino que el lenguaje debe comprender tambén los gritos, los gestos, los ruidos,y los actos más

alla de toda gerarquía, hasta que la combinación produzca una carnicería general en escena, en otras

palabrasEL TEATRO DE LA CRUELDAD, que se ha convertido en la forma más célebre de ARTAUD.

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La Semiosis, el Signo Teatral y el SímboloAcerca de La Semiosis, el Signo Teatral y el Símbolo.

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Noción de Semiosis: La relación del ser humano con el mundo, ya sea en una relación con la naturaleza o

con los seres humanos, esta mediada por SIGNOS. Estos nos   sirven para describir la naturaleza o

comunicarnos con otros seres: este acto comunicativo, esto es de producción de sentido, es lo que

entendemos generalmente por semiosis.

El Signo Teatral: El teatro es un lugar privilegiado del signo, puesto que en el espacio escénico todo es

signo. artificial o natural, todo es visto, percibido como signo por el espectador.DESDE EL MOMENTO EN

QUE UN ACTOR CIRCULA EN LA ESCENA, ESTAMOS ANTE UNA REALIDAD SIGNIFICADA. EJ. en

algunas puestas, los actores se transforman en objetos. Puede dividir el espacio, estableciendo muros o

divisiones internas del espacio. “La transformabilidad”, “es la regla”.

Símbolo: En Grotowski, Kantor, Barba; “El Cuerpo del actor es simbólico hasta el punto de que en la escena

se transforma en una máquina productora de signos” “

El teatro existe para presentar un enfrentamiento entre el bien y el mal”.

En la comedia y en la tragedia el bien se impone, en el drama hay empate. Aquí más sobre las formas

teatrales.

El drama trata de la vida cotidiana, más “que no te burles de los dioses”  es “como la vida misma”. La comedia

y la tragedia se interesan sobre la moral, el drama se interesa sobre el hombre dentro de la sociedad.

Así pues, el drama, que en el mejor de los supuestos es una triste exploración del hecho “la vida es así”,

puede avanzar puede avanzar: Mediante el cumplimiento del deseo (Película de Acción, Looriqueo, La obra

teatral con víctima, el Nihilismo, la Performance y los textos deconstruidos)

La gente va al teatro para participar en la celebración de un misterio ¿Qué podemos hacer nosotros al

respecto?

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Me parece que la voz llega mejor cuando pasa a través de los actores. EN EL TEATRO EL DIALOGO ES EL

MODO DE DAR LA PALABRA AL ADVERSARIO

Jean Paul Sartre

Quiero ser actor o actriz, ayuda”. En realidad no es una pregunta, más bien se trata de un deseo en busca de respuestas y consejos. Otros pudieran creer que una confesión como esta, pide en realidad una barita mágica, para transformar en hechos las palabras que el deseo encierra. Muchos jóvenes sueñan en conseguir el mismo propósito; los desvela, los hace vibrar de pies a cabeza, sacudiéndolos. El primer temor nace a la hora de decírselo a los padres: ¿Qué pensarán? ¿Cómo lo tomarán? Los padres juegan un papel importantísimo, aunque muchos desestimen ese primer paso, aunque nadie hable de ellos en los libros de teatro. ¿Quién de nosotros no esperó el apoyo de un padre o aún lo espera? Es una suerte contar con el sostén de una familia comprensiva, de padres que entienden nuestra necesidad y que nos impulsen a seguir adelante, dispuestos a recibir junto a nosotros el fracaso, los obstáculos, el éxito, la alegría y el llanto. Pero, ¿y aquel que no tiene ese mismo sustento y prefiere renunciar a su idea y convertirse en una persona frustrada por el resto de su vida? Peor parte llevan los hombres, porque existen en nuestra idiosincrasia popular infinidad de prejuicios y tabúes con respecto a los

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artistas, que impiden el desarrollo cultural de los pueblos, manteniéndolos en el atraso y la ignorancia. Las aspiraciones de hacer arte, es parecido al deseo de ser libre, y precisamente el arte es eso: libertad de expresar lo que sentimos, dicho con un lenguaje especial. A medida que crecemos, esa necesidad expresiva aumenta. Estos consejos están, dirigidos a los jóvenes que aspiran a convertirse en actores desde todos los rincones del mundo. En ningún modo, debe tomarse como referencia de estudio, porque no lo es. No pretende añadir, modificar o presentar un método de actuación. Su contenido respeta las fuentes básicas de las cuales se nutre un actor para guiarse en la formación de una carrera profesional. Está construido a partir de mi experiencia como alumno, actor y profesor con el fin de mostrar un proceso de enseñaza básica.

Cientos de jóvenes, desde muy temprana edad, muestran gran interés por la profesión del actor. Aunque muchos especulan sobre la desaparición del teatro como arte, el interés de los más jóvenes demuestra que dicha teoría es falsa en todos sus puntos. La pasión por el teatro, continúa llenando el corazón de la juventud, dispuesta a recibir los secretos de un oficio tan milenario como lo es la existencia del hombre

Cada letra que les escribo me ha hecho viajar al pasado y recordar con mucha nostalgia los días cuando, con apenas 13 años, viajaba en un tren rumbo a la ciudad de La Habana

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para formar mi carrera. En mi situación, se encontraban decenas de muchachos que desconocían lo que era un teatro, algunos de ellos jamás habían actuado ni presenciado una obra teatral. Nos movía la fuerza, el deseo de expresar y dar vida a un personaje. Bastan esos motivos para comenzar. Uno puede adquirir la técnica, los trucos y ejercicios que se han desarrollado en el teatro durante siglos, pero de nada sirven si no existe el gusto por la creación, el talento natural que impulsa a actuar. Muchos libros de actuación suelen convertirse en una complicada materia de estudio. Ya que su contenido está preparado, en la mayoría de los casos, para personas con experiencia en el teatro y en la vida. Y resulta que para quienes jamás han pisado un escenario, entender el significado de varios aspectos es muy difícil. El otro punto es la edad. A diferencia de otras manifestaciones artísticas, el actor comienza tarde y no es que sea malo, es necesario; debido a que el actor reúne las experiencias de su vida: sus temores, alegrías, sufrimientos, amores, consuelos… y los mete dentro de una caja para cuando llega el momento de actuar, sacarlos y revivir esas mismas emociones de acuerdo a la situación en la que se encuentra el personaje que interpreta.Por supuesto, todos podemos actuar. Hasta un niño de cinco años puede hacer un papel en una película, sólo que

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su actuación está de acuerdo a los límites de su vida. En la película E.T de Steven Spielberg, Henry Thomas interpreta a Elliott, el niño que protege al extraterrestre que ha venido a la tierra a buscar una planta. Para todos nosotros, E.T. es una grandiosa película, llena de aventura, pero principalmente cargada de escenas conmovedoras. Por ejemplo: el final, en el que Elliott se despide de E.T. La despedida nos conmueve tanto como al personaje de la historia. Aunque puede que exista un personaje de E.T. en realidad, no creo que Henry Thomas ni Spielberg hayan conocido a alguno, pero Henry Thomas se apoyó en el recuerdo de su perro cuando éste murió, para revivir el momento de la despedida con E.T.Un joven de 14 años que nunca ha sufrido las consecuencias del amor, le sería difícil interpretar los celos y la rabia que consume al personaje de Otelo cuando sospecha que su esposa Desdémona le ha sido infiel. Uno puede comprenderlo, pero sentirlo, toma un largo camino a diferencia de quienes lo han sufrido. Espero que mis consejos te sean de gran ayuda no sólo en tu carrera, sino también en la forma de apreciar un arte magnífico y efímero como el teatro

Esa es la pregunta del millón. Muchos jóvenes incluso, antes de gastar dinero en clases privadas o esfuerzo, consultan a un tutor para cerciorarse si en verdad tienen posibilidades de convertirse en actores o actrices. Otros prefieren arriesgarse y descubrir la respuesta en el camino. Hay condiciones elementales que debe de tener cualquier interesado a la hora de tomarse en

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serio la profesión del actor. Algunas de ellas pueden adquirirse en una escuela, recibiendo clases privadas, asistiendo a los ensayos de un grupo de teatro, pero otras, debes de llevarlas adentro, deben de pertenecerte como si fueran tus defectos y virtudes, es una condición natural que nadie puede robarte y aunque quisieras, ni tu puedes construirla: “Talento”. ¿Cómo puede un niño de siete años actuar en la televisión y otros no? Sencillamente, unos han nacido para cantar y otros para escuchar a los que cantan.No puedes querer ser actriz porque viste en una película o en un canal de televisión a tu estrella favorita, no se es actor porque deseas tener una vida fácil con mucho dinero en el bolsillo.Es importante que antes de tomar cualquier decisión y gastar dinero en un curso, ahorres tus ilusiones mirándote en el espejo o meditando junto a tu almohada. Esta reflexión, te ahorrará grandes sinsabores y desesperanzas a largo plazo.Es una idea errónea pensar que ser actor es sinónimo de fama, dinero y buena vida. Muchos desean ser actores por el simple entusiasmo de tener una vida parecida a la de sus artistas favoritos, de vivir esa suerte idealizante que genera el mundo del espectáculo.Por supuesto, yo admiro a muchísimos actores que nos han deslumbrado con su trabajo. No es un error tener como referencia a un ideal, a alguien a quien queremos seguir. El punto está, cuando en lugar de la vocación existe solamente admiración, eso dejémoselo a los fans. Sí, quien desea ser actor también siente admiración, pero debe sentir vocación por bailar, cantar, transformarse en un guerrero y al día siguiente en un ladrón de bancos, expresar con sus ojos, sus manos y su vida “algo” que le es inevitable decirle a los demás. Pero el actor no sabe cómo decir lo que siente a través de un pincel o con una guitarra, necesita subir y pararse en frente de todos y representarlo. El teatro no es en modo alguno un fin de lucro personal, en la mayoría de los casos, hay que sacar del bolsillo para mantenerlo con vida. La televisión y el cine: cuestión de suerte. Hay muy buenos actores que nunca han podido mostrar su rostro en la gran pantalla, como existen grandes mediocres que, por tener rasgos “lindos”, están allí para simular que son actores. Sobre lo de “fácil”, pues fácil no hay nada, como profesión al fin, el trabajo del actor lleva un sacrificio enorme, estudio y preparación constante ya sea en el cine, en la televisión o en el teatro. A medida que avancemos, comprenderás que la preparación personal será el único camino para lograr una buena carrera. El sueño de todo artista es vivir del arte, que unos pocos lo consiguen a diferencia de la mayoría, no quiere decir que tú no puedas lograrlo. Todo depende a donde quieres llegar y el empeño que pongas.

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Las escuelas de actuación existen en todas partes del mundo, buscar la correcta es la tarea más importante. En una escuela tienes la posibilidad de prepararte y aprender todo lo que debes de saber antes de entrar al mundo profesional. Necesitas a un tutor, a una persona que observe lo que haces de la misma forma en que el público, te mira en una obra de teatro. Un profesor con experiencia será capaz de corregir tus defectos y guiarte a pulir tu talento. De nada vale que leas libros acerca de la formación del actor si luego no subes a un escenario porque, más que teoría, necesitas práctica. Digamos que la teoría en un actor solamente comprende un 20 %, mientras que la práctica, el trabajo diario, las improvisaciones y ejercicios ocupan el resto del entrenamiento.Todas las universidades del mundo tienen programas de estudios de artes. También existen escuelas privadas de teatro, que puedes encontrar en la Internet, en el periódico o puedes preguntarle a algún actor o artista de tu ciudad. Aparecerá esa escuela, ya que siempre necesitan matrícula para seguir existiendo. Asegúrate qué tipo de programa tienen para ofrecerte. Debes tener en cuenta que brinden clases de actuación como es lógico, expresión corporal y voz y dicción. En muchas academias respetables de actuación, te realizan una prueba de ingreso antes de entrar. Esto es muy conveniente, ya que descarta la posibilidad de robarte tu dinero al decirte si reúnes o no las condiciones.Para realizar ese examen, debes ir vestido como un atleta, con ropa flexible, desolgada y preferiblemente descalzo o en zapatillas cómodas. Asegúrate de no llevar ningún tipo de prendas como relojes, aretes, sortijas o cadenas en tu cuello. En el caso de ser mujer, recomiendo ir con el cabello bien recogido. A la hora de entrar, ten presente que el jurado está seleccionando a los mejores candidatos. Mantén tu cuerpo erguido.Por lo general te harán exámenes con los cuales deducirán si eres un actor o no. Podrán preguntarte tu nombre o que hables acerca de ti, no porque le interesas quién eres, simplemente quieren escuchar tu voz, así que asegúrate de hablar claro y que puedan escucharte. Te harán cantar, dar vueltas y una serie de ejercicios con el propósito de comprobar si tienes imaginación para ver cuán creativo eres en el escenario. Todos tenemos imaginación, de lo contrario no seríamos humanos, pero la imaginación de un actor es poderosa, tan poderosa como la de un escritor o un pintor. No seas perfeccionista, el jurado no está mirando si dominas un idioma o no, si haces correctamente una máquina de lavar ropas con tu cuerpo, simplemente están apreciando las cosas que se te ocurren hacer y el grado de originalidad que tienes. Puede que ha ese animal u objeto que has seleccionado, le inventes una historia.La diferencia entre una persona con talento y otra que no tiene, se basa en la creatividad, la espontaneidad a la hora de elaborar un ejercicio. Entre más interesante sea lo que haces en el escenario, más se fijará en ti el jurado. No se trata de hacer locuras descarriadas y sin sentido, es poner magia. Digamos que el jurado te ha pedido hacer un animal, ¿cuál se te ocurre? No hay tiempo

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para escoger, el primero que pase por tu mente es el que debes de presentar. En un examen no hay tiempo para reflexionar si lo haces correcto o no, no hay vacilaciones. Al jurado por lo general capta aquellos aspirantes que tienen impronta, “chispa” y están atentos a lo que se le pide realizar de la misma forma en que un tigre vigila a su presa. Por lo tanto, no importa el tipo de animal que escojas en ese instante, lo importante es cómo harás ese animal. Un actor sin talento, a lo mejor decide hacer a un mono; corre por el escenario, gesticula y tratará de imitarlo, pero alguien con vocación, tomará ese mismo mono y aunque no lo imite perfectamente le dará magia, vida, colores. ¿A qué me refiero? “Creatividad”, ese mono puede estornudar, comerse una banana, saludar al jurado, hacer una monería, dar tres vueltas, cualquier cosa que le de vida propia y lo haga interesante. Hay cientos de actores que han interpretado el Hamlet de William Shakespeare, pero ninguno, aún teniendo el mismo texto y los mismos movimientos, será igual al otro. Todo consiste en la creatividad individual de cada actor y su forma de ver el personaje. Cualquiera puede incorporar una cafetera eléctrica o el motor de una fábrica, pero no todos pueden darle interés a esos objetos que te pongo por ejemplo, porque esos objetos tienen tanta vida e historia como la tuya o la mía: se rompen, los reparan, sufren, los explotan hasta el cansancio, se cansan de estar trabajando…Como te darás cuenta, no puedo decirte qué hacer en ese momento, tampoco puedes copiar el examen de otro, porque estas son pruebas únicas y personales. Si eres un verdadero actor, tendrás la creatividad necesaria para mostrar una historia interesante. Ayúdate de los conflictos, a nadie le interesa escuchar la historia de Santa Claus que bajó por la chimenea. Es más original contar que Santa, cuando intentaba bajar por la chimenea, se quedó atorado en ella. ¿Comprendes lo que quiero mostrarte y lo importante es que tu creatividad esté 100% activa en ese momento? Quien no tiene creatividad, se limita a contar una historia aburrida. Sé ocurrente, interesante.Escucha con atención lo que te piden hacer. Al jurado no le gusta estar repitiendo una y mil veces lo que debes de realizar en el escenario. Cuando haces la misma pregunta, estas mostrando que no tienes atención, que no sabes escuchar lo que te piden, que no tienes enfoque. Parece algo simple, pero un director no necesita que a la hora de empezar el ensayo de la obra, un actor le pregunte: “Perdone, pero, ¿me dijo que llegara hasta el centro, verdad?” Concéntrate, la actitud que debes de tener en un examen de ingreso a una academia de actuación es impecable. Déjate ver, si estas haciendo un examen de grupo mantente en lugares donde te puedas ver y escuchar, la timidez en ese momento no ayuda en nada. Claro que estás nervioso, hasta yo lo estaría a estas alturas de la vida si tuviese que hacer un examen de ingreso, el jurado lo sabe, y es bueno que estés nervioso porque te mantendrás alerta, pero la timidez no ayuda. Ten presente que estas allí con un propósito, ganar. En todos los exámenes de ingreso el jurado mide diferentes aspectos necesarios para admitir a un candidato, como observan en un bailarín su

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elasticidad, su postura, sus condiciones físicas, su coordinación y expresión corporal. Dichos aspectos los mencionaré en una próxima publicación. Por el momento, a leer.

Lo más hermoso que existe en la vida es ser sincero con uno mismo. Es un paso difícil que todos debemos de dar antes de continuar. ¿Realmente tengo condiciones? Ya sabes que sientes vocación, que actuar, contar una historia o encarnar la vida de un personaje despierta tu curiosidad y te fascina, pero existen ciertos requisitos para toda persona que desea comenzar y que están en la mira del jurado, que como anteriormente te decía, realizan un escrutinio para seleccionar a los aspirantes que entren a la escuela de actuación. Esos aspectos básicos o condiciones son las siguientes: 

1. La voz.Una persona con serios e irremediables problemas de voz no tiene muchas probabilidades de entrar a una academia, a menos que se convierta en mimo o se ayude de otras cualidades para ejercer su profesión. Esto no quiere decir que los mimos no sean actores o que no poseen una buena voz, ellos han preferido convertirse en mimos por su propio gusto, pero en las escuelas que cuentan con un número determinado de posiciones, el jurado no seleccionará a un aspirante afónico pudiendo escoger a otro que tiene su voz en excelentes condiciones. Tu voz debe de ser clara, precisa y que se escuche lo que dices, que llegue a todos los que se encuentra en una sala sin importar la distancia, no tiene que ser perfecta, en definitiva estas allí para aprender a mejorarla y ha convertirla en una mejor herramienta de comunicación.2. Condiciones Físicas¿A quién crees que el jurado elegiría entre un gordo y un flaco, entre un fortachón y un debilucho? Un actor es como un lagarto que cambia de piel constantemente y debe ser capas de transformarse una y mil veces. Si es necesario adelgazar o engordar, el actor tiene que estar dispuesto a lograr ese cambio. Tan malo es estar fornido, a tal punto que apenas puedes moverte o girar, como no tener un tono muscular apropiado. En el teatro, un actor puede cambiar su físico con la ayuda del vestuario y elementos teatrales, pero esto exige que el actor tenga un cuerpo flexible para adaptarse al personaje. Las películas, a diferencia del teatro, requieren gran realismo, por ello un director busca a un actor por un prototipo determinado. Pero las condiciones físicas van más allá de la apariencia que pueda inspirar a un director para darte el personaje de Don Quijote de La Mancha o el avaro de Moliere. Un actor debe de tener un cuerpo ágil y en total dominio. Aunque sea delgado o grueso, debe de impedir que su condición se convierta en una limitante.3. Imaginación y creatividad

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De más está decir que son las herramientas de cualquier artista, sin ellas, no lo eres. Cualquier artista que observa la realidad que lo rodea y decide representarlo, busca a través de la imaginación un lenguaje, una forma de decir lo que siente y lo que debe mostrarle al público. La creatividad es un don individual, nadie puede copiarla ni tampoco imitarla porque se produce de acuerdo a la imaginación de cada individuo. Cuando se realiza en la playa una competencia de castillos de arena, el premio lo gana el concursante que haya creado el castillo más admirable.4. La lecturaEs muy posible que a la hora de hacerte un examen, el jurado te pida leer e interpretar un cuento, una poesía. El teatro parte de un texto dramático que es la base de un montaje, de igual forma la radio, la televisión y el cine tienen un guión por el cual se estructura y se erige la obra que mostrarán al público. La lectura es parte indispensable no solamente del actor, cada integrante del equipo tiene obligatoriamente que interpretar, analizar y desarrollar la idea que propone el escritor. En cualquier audición para entrar a una academia de arte dramático, la primera pregunta que te harán será la siguiente: ¿Qué libros has leído? De tu respuesta dependerá la impresión que se llevará de ti el jurado, porque si no tienes hábito de lectura y nunca has leído un libro pues, ¿qué sentido tiene que entres al teatro cuando todo se basa en la interpretación? ¿Cómo puede un actor trasmitirle las emociones al público cuando ni él mismo ha comprendido lo que el autor ha querido decir en cada línea del texto? Como ves, es un problema con soluciones y se resuelve leyendo.

5. Sentimientos InternosTodos tenemos sentimientos, no he mencionado nada que el resto de las personas no tengan, pero a diferencia del resto de las personas, el actor es una máquina de emociones que juega con sus estados de ánimo. Cuando alguien pierde a una persona querida se pone tan triste que el corazón se le parte, pero el tiempo puede aliviar esas heridas. En el caso de un actor, las heridas nunca cierran. Los recuerdos, las buenas y malas noticias se guardan hasta que llega la hora de mostrarlas. Es un poco masoquista el trabajo del actor, ¿no crees? Pero más adelante tocaré nuevamente este tema y te enseñaré las herramientas de las que un actor se vale para controlar esas emociones de la misma forma en que se cierra y se abre la caja de Pandora. A lo que me refiero ahora es que un jurado, descartará a quienes no sientan la necesidad de expresar esos sentimientos, a quienes no recurren a ellos para vivirlos nuevamente.

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Más adelante, volveré detenidamente a estos puntos, la forma en que cada uno de ellos interactúa en el teatro, la manera en que ejercen su influencia en la preparación actoral. 

Los casting o las audiciones son una oportunidad para actores y no actores profesionales que les permite entrar en un proyecto de trabajo. En ellos se busca a la persona de acuerdo a un tipo predeterminado que al director le interesa encontrar. Supongamos que buscan hacer una película en Brasil que se desarrolla en la época de los esclavos, la protagonista es una muchacha de piel morena que huye del ingenio. ¿A quién crees que el director estará buscando, a una actriz rubia o de piel oscura? Los casting dependen de la suerte, que tu físico encaje con el personaje. No determina si eres actor o no. Sin embargo, cuando uno va a un casting, debe de ir preparado y no con la voluntad de probar suerte.Ningún productor arriesgará con un actor o una actriz sin experiencia los miles de dólares que requiere el rodaje de una película. Hay quienes toman ese riesgo, pero son muy pocos. Todos creemos que somos el actor que ellos buscan, que encarnamos el personaje perfectamente como ellos lo han descrito. Pero a ese casting se presentan tantos actores parecidos a nosotros que al director no le queda más remedio escoger aquel actor que, además de reunir las características del personaje, tiene talento.He visto mucha gente que sin preparación alguna se presentan a un casting probando suerte. Para serte muy sincero, algunos lo consiguen, mientras que otros, actores profesionales y bien formados, se quedan fuera. Caemos en lo mismo: depende de la suerte. Principalmente cuando se trata de una película o una serie de televisión.La mejor forma de enterarte de los castings es a través de los medios de prensa y por supuesto, en los sitios donde se realizan castings con frecuencia (escuelas de cine, estaciones de televisión o radio). Rodéate de personas que tengan el mismo fin, cuando esto ocurre, estarás mejor informado del panorama laboral en tu ciudad. Cada persona que aporte un granito de información, obtendrás al final muchas opciones para escoger y estar al día.A los casting se va vestido presentable y mostrando la mejor imagen que tengas de tu persona, no ocultes tu rostro con un bigote, barba, pendientes y tatuajes que limitan a la persona a cargo de la captación, ver una parte de ti que puede interesarle. Nunca olvides llevar una o dos fotos en las que muestres tu mejor perfil. Consulta la opinión de un fotógrafo profesional. Dichas fotos adjúntalas en un curriculum, si ya tienes trabajos previos como actor o actriz, menciónalos, de lo contrario limítate a poner tus datos personales. Como te decía anteriormente, la desventaja de los castings es que dependen absolutamente de la suerte, por muy buen actor que seas, si tu perfil no encaja, pierdes el tiempo. Pero no te preocupes, ya vendrán más y más oportunidades. La paciencia es parte de los gajes del oficio.

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Finalmente, este es el último método que toda persona, tenga la profesión que sea, utiliza para colarse en el trabajo que le gusta y quiere obtener. He conocido a mucha gente que comienza cargando cables en una estación de televisión y al cabo de un tiempo protagonizan una novela. Suerte, perseverancia, empeño y voluntad: son las palabras mágicas. Simplemente, ve a ver una función de teatro en tu ciudad. Si te ha gustado la obra y deseas formar parte del grupo, espera al director a la salida del teatro. Seguramente sale rodeado de los actores, hablando con el escritor. Pierde la timidez; acércate y dile cuánto te ha gustado la obra, elogia su trabajo, eso te ganará unos puntos maravillosos, dile además que te encantaría asistirlo en el grupo voluntariamente, ayudar. Con el tiempo y a medida que vayas ganando confianza, el director no solamente te dejará presenciar los ensayos, barrer el escenario, tomar notas, participar en los entrenamientos, sino que también llegará a darte un pequeño personaje. El mismo método se puede hacer en otros medios como la radio, el cine y la televisión. Muchos de mis amigos han comenzado como camarógrafos, sonidistas y al final terminan protagonizando una película. Mucha gente me pregunta acerca de escuelas, profesores, academias… pero siempre he creído que la mejor manera de educarse, es en un teatro. Incluso quienes terminan su carrera, se sienten estar en pañales cuando buscan trabajo por primera vez en una compañía. ¿Por qué? ¿No se supone que hayan aprendido todo lo que necesitan en una escuela? Sí, estamos de acuerdo, pero en las escuelas te enseñan lo que debes de saber, ahora necesitas ponerlo en práctica, llevar ese conocimiento a un escenario de verdad, donde están cientos de personas mirando, los críticos sentados en la primera fila, para no perderse ni un detalle. La ventaja de “Tocar Puertas” es que comienzas directamente en un medio profesional donde crearás tu experiencia, frente al público, además, pone a prueba una virtud que todo actor debe de poseer o proponerse: la perseverancia, la voluntad. Si una puerta no se te abre, prueba otra, y otra más, y donde te digan no, tú dirás que sí, hasta que alguna, por muy pequeña que sea, se abrirá y depende de ti saber si se encuentra allí la oportunidad que esperas.

El teatro comienza en un papel y por la mano de un escritor, llamado dramaturgo: quien teje una historia entre conflictos, objetivos y sucesos presentados por el diálogo de los personajes. ¿Por qué mejor no escribir una novela? Cada artista escoge el género que le permite alcanzar su propósito, es de acuerdo a su deseo y su visión. El teatro tiene el privilegio de reunir a muchas personas en un mismo espacio y compartir con ellos una idea colectiva, algo que no puede hacer una obra de carácter individual, por lo cual, el teatro fue temido por reyes, políticos e incluso por la iglesia. Otro punto, es la identificación que encontramos en el teatro socialmente, como el ejemplo en la obra de Hamlet, de William Shakespeare, cuando el príncipe

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Hamlet prepara una representación teatral en el castillo, con el propósito de prepararle una trampa a su tío, sospechoso de haber asesinado a su propio hermano, el padre de Hamlet, en su codicia de poder. En la representación teatral, Hamlet pide a los comediantes que interpreten la tragedia de un rey, asesinado por su propio hermano para quitarle la corona y quedarse con la esposa. Al ver la obra, el rey Claudio se siente descubierto y un complejo de identificación se apodera de su rostro, prueba suficiente para que Hamlet comprobara la verdad.Sin embargo, el texto teatral adquiere sentido cuando sube a escena, cuando es representado. En muchas ocasiones es el mismo dramaturgo quien dirige sus obras, pero en otras, la obra la escogen otros artistas, que encuentran en el texto la pieza que desean montar. Veamos primeramente cómo está estructurado un grupo de teatro, el elenco artístico de una compañía teatral y las funciones que acometen cada uno de ellos antes de entrar en la estructura de una obra. Primariamente, el teatro es el actor, que sin su presencia no existe. La cantidad de actores en una compañía depende del tipo de teatro que realizan. En las grandes compañías, es inevitable contar con numerosos actores y actrices, estableciendo contratos temporales a otros intérpretes en caso de ser necesario su colaboración en la obra. En los últimos tiempos, se ha puesto muy de moda el llamado “pequeño formato” que cuentan con un reducido número de talento artístico por razones de financiamiento. Dado el caso, las obras que presentan están acordes a esta limitante, pero exigen de los creadores un mayor esfuerzo creativo. Hay grupos conformados solamente por un actor, que contrata a un director artístico para montar la obra o grupos de cinco actores que se dirigen a sí mismos además de encargarse del vestuario, la escenografía y el resto de las labores en escena. Es una respuesta para poder subsistir haciendo teatro ante las dificultades económicas que enfrenta el arte escénico.Las compañías oficiales, con sustento económico sólido, pueden darse el lujo de contratar a todo el personal que necesitan. En Cuba por ejemplo, el productor teatral pierde la importancia que tiene en comparación con otros países, debido a que el director es en realidad el líder y quien genera la idea de producir la obra con el subsidio del estado. En el resto de los países, el productor teatral es el motor, el impulso creador a la realización teatral, la persona que genera, subvenciona y produce teatro con el fin de obtener ganancias. En la mayoría de los casos el director hace la función de productor, poniendo de su dinero, contratando y controlando el manejo de las finanzas para poder continuar haciendo teatro. La producción teatral está en manos de una persona capaz, sensible al arte y a las finanzas para poder sedimentar un proyecto sin que éste se tambalee como un castillo de naipes. Debe de estar presente en todos los procesos de la obra, incluso en su elección y archivar las necesidades técnicas y artísticas que tomará el montaje. Por ello, saca un plan de financiamiento, calculando el costo contra el tiempo de trabajo que demorará en subir el espectáculo a escena. Si es necesaria una aguja, el

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productor debe ser capaz de conseguirla. Notas de prensa, promoción, entrevistas en la radio y la televisión, es un trabajo que solamente le compete al productor teatral para lograr el éxito financiero de la obra. Como casi siempre ocurre, el productor y el director artístico nunca van juntos de la mano y las querellas, incidentes y conflictos surgen entre ellos por razones de intereses, ya que el director lucha por mantener en escena su visión personal, mientras que el productor busca un resultado de taquilla.El director es la voz líder en el teatro. Tiene la capacidad de visualizar la idea artística del montaje, aunque ésta cambie a medida de los ensayos por el enriquecimiento creativo de las improvisaciones o la propuesta de un actor. Es una persona que concibe la obra como espectáculo y tiene en su poder la dirección de los actores y del texto, cuyo contenido puede eliminar, agregar o modificar cuanto guste obedeciendo a la puesta en escena. El director es quien sabe de todo un poco, acerca de vestuario, diseño, luces, música, danza, literatura y actuación, poseyendo un conocimiento cultural, intelectual y artístico por encima de todos. Los actores respetan a un director, cuando éste da muestras de conocimiento, cuando en verdad sus ideas hacen valer y logran rescatar a un actor o a una actriz del atolladero que se encuentra con el personaje. Hay directores que no saben dirigir a un actor, pero sin embargo dominan el aspecto escénico, también los hay viceversa, que no saben cuál luz poner en el fondo del escenario, pero guían al actor en la búsqueda del personaje. El director teatral es una balanza entre ambas cosas y su aprendizaje se forma por la experiencia y el estudio constante. Basta decir que su nivel analítico, artístico y psicológico, son las bases de su carrera. Un director, es aquella persona que cuando lee el texto, además de entender y querer llevar a escena lo que ha escrito el autor, tiene su propia visión de la obra. Sabe perfectamente lo que quiere conseguir con ella y entiende cómo funciona la maquinaria del actor, sólo necesita guiarlo para que el actor, por sí mismo, encuentre el sentimiento correcto que en ese momento necesita el personaje. ¿Te imaginas una orquesta sin director? Aunque cada músico tenga frente a sí la misma partitura, todos tocarían desafinados, al tono que a cada cual convenga. El director está para darle armonía, estilo. Tan terrible es que un director se suba al escenario, marcándole a un actor lo que debe de hacer imitando sus movimientos, a que se quede sentado, sin criterio, sin ideas, en espera de que los actores resuelvan el espectáculo por su cuenta.Los diseñadores determinan el aspecto visual de la obra, al igual que el resto del elenco, están presentes en el trabajo de mesa, no sólo para conocer la obra, sino también las ideas que tiene el director. El diseño casi nunca interviene desde un inicio, aunque puedan sugerir imágenes, elementos escénicos o colores, porque a medida que avance el montaje, tanto el director como los actores, desechan ideas que no funcionan y encuentran otras hasta que sienten más sólida la puesta en escena. Un director chileno, muy amigo mío, me contaba cómo, mucho antes de empezar el montaje, había cometido el error de hacer un vestuario con telas de seda para un personaje. La pieza de

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vestuario era tan sensible, que al darle un mínimo soplo de aire, se movían y levitaban sus piezas creando una imagen hermosa en el escenario, pero lo que no esperaba era, que a medida que avanzaba el montaje, la concepción del vestuario discrepaba con el entorno de la obra y no decía nada relevante, incluso dificultaba los movimientos de la actriz, que tenía que pasar por enredaderas y andamios, ocasionando finalmente la destrucción de un vestuario costoso e innecesario. Le sirvió de experiencia. Incluso, a pocos días del estreno, los diseñadores dan los últimos detalles. El diseño comienza a consolidarse a mitad de los ensayos, en los que el director tiene más claramente la obra y lo que está consiguiendo. Existen varias ramas en el diseño teatral, divididas en: diseño escenográfico, diseño de luces, de banda sonora, de vestuario y maquillaje. Todos ellos coexisten en una estrecha relación con la idea general del espectáculo y la estética. Por lo cual, es imposible que si estamos haciendo una obra del siglo XV, veamos un vestido del siglo XX o un reguetón en lugar de música clásica sin que estos tengan un propósito o una justificación en la obra.¿A quiénes nos falta por mencionar? Casi nunca, en ningún libro se habla de los técnicos, y sus profesiones se ven tan carentes de valor que los omiten en la historia del teatro. Pero sin ellos, le quedaría al colectivo teatral un duro camino por recorrer. La mayoría de los técnicos no tienen poder artístico y creativo, se limitan a ejecutar las órdenes del director para que en tal pie de texto iluminen el escenario, suban el volumen de la música, cuelguen un elemento escenográfico, pero cuentan con una gran experiencia para resolver infinidad de problemas que aparecen en una función, problemas que los actores y hasta el director no pueden resolver por desconocimiento técnico. Estando en un festival de teatro en Cuba, estábamos a punto de presentar una obra pero nos rompíamos la cabeza para lograr una pantalla de fondo con una altura determinada del escenario. Por desgracia, la habíamos concebido en la sala donde originalmente montamos la obra, pero no todos los teatros tienen las mismas características, por lo que el efecto logrado en nuestra sala de ensayos, no se lograba en un teatro más grande. Inmediatamente salió un técnico de luces, y señalándonos la ubicación de las lámparas, nos propuso mover al público al escenario y realizar la obra desde el público corriendo los asientos, de esta forma conseguíamos el efecto que queríamos con la pantalla de acuerdo a la posición de las luces. Los buenos directores, antes de tomar muchas decisiones, cuentan siempre con la opinión de un técnico, ya que ellos en realidad son los únicos que pueden asegurar o determinar si se puede o no, realizar un efecto teatral con la ayuda de la técnica.

Como el nombre lo indica, la acción es un concepto natural del teatro. El texto y la representación teatral, marchan gracias a la acción dramática. Por ejemplo, en el texto, la acción teatral se encuentra en el verbo, la palabra activa que indica acciones, movimientos, sucesos.“Lloro, bajo la sombra del sauce”

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¿Dónde se encuentra la acción? En el llanto. La acción dramática está constituida por los sucesos, que surgen entre la pugna del protagonista contra los conflictos cuando éste quiere alcanzar su objetivo. ¿Qué efecto te sujeta a mirar una película, a seguir una historia, a continuar esperando lo que sucede con el protagonista o los personajes de una novela o un cuento? El teatro dejaría de existir si estuviese ausente el conflicto, no tuviera sentido si el protagonista o los personajes de la historia no tuvieran objetivos, que al tratarlos de alcanzar, suceden, como en la vida, retos, obstáculos, conflictos en el camino. La acción dramática tiene como fin mover la historia, articularla de forma tal que avance y el espectador junto a ella. No es el ritmo, ni el tiempo, tampoco es el género con el que clasifican las películas violentas, aunque de la “acción” parte el significado, es la vitalidad que mueve la trama, los personajes y el montaje escénico. Cada personaje tiene sus propias acciones: internas y externas (o físicas). Ambas, coinciden en una estrecha relación en la que es imposible separarlas. Si el personaje se levanta, plancha su ropa, se prepara el desayuno y sale de la casa rumbo al trabajo, entonces nos damos cuenta que estas son acciones físicas, pero qué pasaría si al levantarse, el personaje percibe que hoy no es su día de suerte, que se levantó con el pie izquierdo, que al mirar la hora: el reloj indica que se le ha hecho tarde y lo más seguro es que su jefe lo despida, y a su mente viene su propia imagen, caminando por la calle en busca de un nuevo empleo, con la mesa llena de facturas y cuentas por pagar, mejor olvidarse de los futuros planes, las vacaciones en las Bahamas, el nuevo televisor… y como ves, hemos creado una cadena de pensamientos surgidos por una simple percepción; como es lógico, todos esos pensamientos negativos crearán un estado de ánimo físico. Veamos otro ejemplo de la estrecha relación entre la acción interna y la externa con la obra Otelo de William Shakespeare. Si la has leído, notarás la gama de emociones que transitan por el personaje, llevándolo a matar a su amada e inocente esposa. Otelo es presa de los celos, que aumentan a medida que piensa en la traición que su esposa ha cometido; dichos sentimientos van aumentando, llevando a Otelo a perder el juicio, apoderándose de sus manos y de su corazón para quitarle la vida a su amada. No he mencionado nada que no ocurra en nuestras vidas, sólo que en la actuación se pone en marcha como una ley o una regla son descanso. ¿Puede una palabra, un sentimiento, desencadenar acciones externas? Acabamos de mencionarlo: cómo el amor puede hacerte vibrar, correr, escribir poemas, escoger flores, soñar o hasta matar. ¿Puede una acción externa provocar acciones internas? Por supuesto, basta con ponerte unos patines y lanzarte sobre el hielo siendo un inexperto, verás cómo nace la incertidumbre. Pero este proceso es un campo por el que hay que andar seguro, con amplio conocimiento y dominio de la actuación, apenas estamos comenzando. Cuando era estudiante y escuchaba tantas palabras y tantos conceptos, veía la actuación como una inmensa maquinaria, llena de botones,

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palancas, muelles y resortes. Sentía que nunca podría actuar, porque, ¿quién puede mover tantas palancas y controles al mismo tiempo? Pero al tiempo, después de leer y subir al escenario, descubrí que el dominio de esa maquinaria lo hemos llevado siempre adentro, que no estaba tan lejos ni distante como creía, solamente bastaba concientizar que estaba allí y que saberla controlar nos posibilita perfilar nuestro talento, de la misma forma que amolamos un cuchillo de mesa.

Finalmente, nos queda por hablar del la estructura de una obra teatral, desde la primera lectura del texto hasta que se lleva a escena. A veces, el texto llega por manos de un actor, un dramaturgo o la elección del director, que ve en la obra la puesta en escena. El texto debe de tener un gancho que es el que nos motiva a llevarla a escena y justificaciones como: “siempre he querido hacer Romeo y Julieta, ese personaje de Yerma puede quedarme genial, me gustaría decir eso que está escrito”, sobran, porque son incitadas por la curiosidad artística. Cuando se realiza la elección, el director lleva a cabo un trabajo de mesa. Esta primera parte es una reunión en la que interviene todo el elenco artístico y técnico, con el fin de darle a conocer a todos la obra elegida y las ideas que pueden generarse alrededor de ella. El trabajo de mesa no termina el primer día, ni el segundo, se mantiene todos los días, en todos los ensayos, en las funciones hasta que se estrena la obra definitivamente e incluso, siempre hay momentos donde hay que sentarse y analizar el texto por si aún existen lagunas en la obra. En estas primeras lecturas, los actores leen en voz alta la obra, hacen pausas, el director interrumpe, pregunta, sugiere y el resto de los artistas comentan acerca de tal y más cual personaje, lo que observan y lo que sienten. El director deja claramente el género de la obra, la sinopsis, el tema, los conflictos, lo que quiso decir el dramaturgo en la obra, los objetivos y súper objetivos, su mensaje como director, y las características de los personajes en sus circunstancias. El trabajo de mesa posibilita organización y enfoca el trabajo de equipo. Los actores se marchan a sus casas, estudian, generan ideas, revisan el texto, la época y regresan al día siguiente para otra lectura con el director. Es hora de subir a escena y el director otorga los personajes que cada uno de los actores interpretará de acuerdo al físico y el talento. Unas primeras improvisaciones y esbozos son el inicio del montaje, que marcha respetando las unidades en que han dividido la obra. Las unidades dividen la obra para facilitarle al director el montaje y no son necesariamente una escena como la concibe el dramaturgo, pero ya hablaremos de ese aspecto más adelante, para que sepas qué son los actos, las escenas, las unidades y cada aspecto que interviene en el texto dramático. Por el momento, el montaje marcha día tras día. Si el director ha dividido la obra en 40 unidades, entonces serán 40 ensayos, con cinco pases finales de la obra completa, con dos ensayos para marcar luces y otros dos para ensayar con el sonido. Luego un pre-estreno donde acuden amigos o teatristas con el

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fin de obtener opiniones, hasta que finalmente llega la noche oficial del estreno, el fin de dos o tres meses de trabajo. He visto obras, cuyas puestas en escena toman dos semanas y otras que incluso hasta dos años. Ambos extremos resultan negativos, porque por una parte, el trabajo que llega a escena resulta incompleto y por el otro, cansado.La obra teatral ha pasado por un proceso de madurez. Lo que inicialmente fue una idea, una sensación, ahora es un hecho sólido y concreto, enriquecido y condimentado por los aportes de cada integrante del equipo. Así es el teatro. 

Foto: Galápago (2003) dirigida por Alexander Pajan. En la foto: Yamil Cuellar, Lisa Rodriguez, Iyaima Martinez y Delvys Fernandez. 

El teatro no es la realidad, no es la vida natural en la que transcurren 24 horas separando el día de la noche. En el escenario, la vida de un personaje puede transcurrir en una hora e incluso en minutos. El arte capta, una visión de la vida y la muestra conforme al lenguaje que utiliza, en una forma lógica, equilibrada. Y el tempo-ritmo, comparten también la dualidad externa e interna en escena, ya que existe un tiempo interior en los personajes e igualmente un tiempo en el escenario, un ritmo físico por el cual, el director, es el máximo responsable de cuidarlo. Digamos que el ritmo interno son como los latidos del corazón, que se agita o palpita despacio de acuerdo a las circunstancias que está viviendo el personaje. Si pelea, el ritmo interno será tan violento como la acción lo exige. El tiempo de una conversación en la vida cotidiana, no lleva el mismo tiempo ni puede, que en el escenario, o en la escena de una película. En la vida real las conversaciones están plagadas de frases parásitas, pausas innecesarias, silencios, y no por gusto en más de una ocasión cuando hablamos por teléfono, nuestro interlocutor nos despide porque se ha aburrido de hablar. Pero en el escenario es necesario que, aunque sea una escena romántica y llena de pensamientos, el personaje deba de tener un ritmo interior, que tome de la mano al espectador y no lo suelte hasta que llegue el final y baje el telón. Esto no significa que haya que correr a la hora de decir “te amo” o hablar rápido o eliminar un texto muy largo con el cual pensamos que los espectadores se van a dormir. Es un termómetro, con el cual se mide el equilibrio de la atención que el público pone en un personaje. Físicamente se demuestra cuando sentimos que la obra es larga y que transcurre sin contarnos nada, entonces escuchamos los primeros ronquidos, aun no lleva 30 minutos de haber empezado, pero ¡ya hay personas dormidas, incluso en las primeras filas! De pronto, escuchas una vocecita que desde cortina le grita a los actores sin que el público se de cuenta: “¡Ritmo, ritmo!” para ver si agilizan la obra un poco. De la misma forma ocurre cuando los

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actores atropellan y corren en el escenario, creyendo que la gente se está aburriendo pero, el remedio resulta peor que la enfermedad, porque la gente se levanta de la silla sin entender nada, aburrida. Como ves, existe un claro balance técnico para conseguir atrapar la atención del espectador. Ningún libro lo enseña, porque sólo se consigue sobre un escenario, ensayando las escenas hasta conseguir el tiempo y el ritmo que requieren llevar. Si en una comedia, los actores hicieran largas pausas a la hora de decir sus diálogos, pues la obra perdería el tono de comedia y se convertiría en un absurdo y aburrido drama. La comedia exige inmediatez, los personajes no piensan lo que dicen, no lo procesan, consiguiendo el carisma que los caracteriza. Mientras que en un drama o una tragedia es necesario el uso de la reflexión, el espacio en el que el texto logra significado por la relevancia de la trama. ¿Qué ritmo tendría una escena triste en comparación con el de una fiesta? ¿Qué sucedería si el ritmo veloz y exaltante de la fiesta lo pasáramos a la escena triste y viceversa? Pues el resultado, como bien sabes, es que en la escena triste, donde antes había un funeral, ahora veríamos una comedia de humor negro en la que reiríamos a carcajada y la escena de la fiesta se tornaría la más aburrida y deprimente que hayas tenido en tu vida.Pero, ¿qué diferencia existe entre el ritmo y el tiempo? Cabe decir que ambos están estrechamente relacionados, pero el ritmo es una constante que no se pierde, que se mantiene a un paso, sin flaquear, sin agitarse, mientras que el tiempo es el cronómetro que impide cualquier desbalance del ritmo. Veamos un ejemplo de cómo se pone de manifiesto el tiempo y el ritmo en el texto:Ella: (Sujetándolo por la manga de la camisa.) ¿A dónde vas? PrecipitadoÉl: ¡Suéltame! DinámicoElla: ¡Dime que me quieres! ¿Me amas, verdad? En acción

Más liviano y denso:Él: Yo… tengo que irme.Ella: (Le cierra el paso parándose en la puerta en forma de cruz, pero Él la aparta suavemente, marchándose sin mirar atrás.) ¿Regresarás?

En este último fragmento de texto, puedes darte cuenta que, producto a la situación, al ruego, la súplica de la mujer, el tiempo sede en la forma en que debe ser dicho. Aunque lo muestre mecánicamente, el diálogo se produce de forma natural, como lo decimos en la vida diaria, sólo que adquiere énfasis, sentido y resonancia porque no debe de ir ni más ni menos. Ella (el personaje) no puede preguntarle “¿Regresarás?” sin antes no hacer una mínima pausa, llena de esperanza e infelicidad, porque Él se marcha sin mirar atrás, sin escuchar el ruego. Como has de notar, incluso las pausas dan ritmo, acción, dinamismo en escena. En la comedia por ejemplo, una pausa en su justo momento puede provocar

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la risa en el público, hasta darle una lectura al personaje que no se encuentra en el texto, así son las habilidades y armas del actor, que haciendo conciencia de todas ellas, pone a su gusto las herramientas para trabajar en la escena.

Foto: Yerma a Destiempo (2002) dirigida por Alexander Pajan. En la foto: Dianela González y Deibis Garrido. 

¿Cómo decir un texto? ¿Cómo hablar en el escenario? Apenas comenzando en la escuela de teatro me invitan a participar en una obra de teatro. Todavía daba mis primeros y pequeños pasos, empezando desde lo más básico en la actuación. Pero, el personaje que me ofrecían, tenía texto. De más está decirte que me encontraba en blanco, como mismo tú puedes estarlo ahora. Tomé el libreto, lo leí como se lee cualquier párrafo de un libro y el director me miró abriendo los ojos como los de una lechuza. De todas formas decidió arriesgarse y darme el papel indicándome que lo estudiara y que pasara toda la noche leyéndolo, buscando los matices, las entonaciones y la correcta intensión. Y esa noche, recostado a mi almohada, seguía viendo el mismo texto, con las mismas letras sin saber qué intenciones ni matices tendría que darle a semejantes palabras. ¿Qué quería aquel hombre? Lo mejor, pensé, era que me lo aprendiera de memoria y luego probarlo en voz alta. Al parecer funcionaba, lo intentaba decir con naturalidad, espontáneo y teatral, aunque seguían temblándome las piernas. Jamás en mi vida había hecho teatro, ni pisado un escenario y las pocas obras que hasta el momento había visto en mi vida eran solamente unos cuentos de Andersen adaptados a la escena, eso sí, me atrapa el teatro, algo en mí me motivaba a crear a interpretar, ¿pero cómo? ¿Puede ser razonable que sin haber visto antes teatro, ni sepas ni siquiera lo que es, desees convertirte en actor y hacer teatro? A mi me ocurrió, junto a muchos jóvenes que provenían de zonas en el interior del país, que juntos, nos preguntábamos que teníamos de especial para ser escogidos entre miles que a diferencia de nosotros, sí sabían lo que era un teatro e incluso algunos de ellos lo habían hecho. Sin nada de modestia admito que: el talento, era la única respuesta y que todo el conocimiento del actor vendría poco a poco por nuestra perseverancia y voluntad de ser verdaderos actores profesionales. Llegó el día siguiente y cuando terminé mi clase de actuación corrí al salón donde el director que, junto otros estudiantes de años avanzados ensayaban una escena de la obra. Cuando llegó mi momento, el cuerpo se me paralizó, la lengua, como un nudo, se me enredó inexplicablemente. No podía moverme, ni hablar, ni coordinar lo que estaba diciendo, no actuaba, solamente estaba parado en la escena como si esperara el impacto de un auto. Como es de esperar, me dieron otro personaje, sin texto, que aparecía y desaparecía en cuestión de segundos.Una gran desilusión me sobrecogió el alma, esa parte tan sensible que

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tenemos los artistas. Regresé a mi cama esa noche convencido de que no era actor, que nunca lo sería y que lo mejor que podía hacer era recoger todas mis cosas y regresar a mi casa, fue entonces, cuando un ángel consejero se acercó y me explicó con lujos y detalles lo mismo que te diré. Hay quienes tienen una ventaja natural de decir un texto en escena e incorporarlo al personaje con gran facilidad, de la misma forma asimilan todos los aspectos referentes a la técnica del actor, mientras que otros, como era mi caso, teníamos que trabajar el doble para poder aprenderlos, asimilarlos y dominarlos en la escena. En la misma escuela conocí una actriz genial, de las grandes que tendría la escena cubana de no ser por esa cabeza alocada que la dominaba. Evitaré mencionar su nombre por cuestión ética, pero tenía tanto talento que podía darse el lujo de aprender muy poco en clase. Sus notas eran pésimas, revelando, que tras aquella estatura artística se escondía una indisciplinada, en vías de malgastar su talento, pero, cuando el resto de sus compañeros de aula se pasaban semanas ensayando por tratar de conseguir el personaje, ella, con una simple lectura, subía a escena dejando a todos boquiabiertos, porque parecía que nunca estuvo ausente o que su desperdicio de tiempo lo había invertido en ensayos y estudios. Pero como todos sabíamos muy bien que no era cierto, que era una vaga para leer, memorizar y ensayar, su virtuosa agilidad para actuar bien era la respuesta de un don, por encima del resto de sus compañeros. Para los del inframundo, sólo quedaba el largo camino de ir, poco a poco, aprendiendo, con caídas, roturas de huesos y lágrimas lo que en un inicio, parecía extraordinariamente fácil, para ella lo era.La voz es el principal instrumento del actor, requiere gran cuidado y atención. A menos que decidas convertirte en mimo, el actor necesita tener una voz clara y fuerte. Partimos nuevamente del teatro, si has presenciado una obra teatral, te darás cuenta que los textos que dice un actor consiguen llegar hasta el ultimo espectador al final de la sala. Para ti puede que parezca normal, pero ten en cuenta que el actor, gracias a una técnica de voz, ha mantenido una proyección constante de su voz, a una intensidad determinada para ser escuchado por todos durante más de una hora. Cuando el teatro está vacío, es curioso notar cómo cualquier palabra se escucha en el auditorio, pero a medida que empieza a entrar el público, la sensibilidad del sonido desaparece. ¿Has estado en un salón vacío? Incluso puede escucharse un eco, pero cuando pones sillas, mesas, llegan los invitados de la boda, los novios, el sonido se absorbe por los receptores que llenan el espacio. Algo parecido es lo que ocurre entre el público y la voz de un actor.No tienes que asustarte si tu voz es rasgada, ronca o crees que tienes defectos que te impiden hacerla sentir. Muchas veces esos defectos pueden tener una simple solución. Lo primero que debes hacer es consultar a un Foniatra, especialista de las cuerdas vocales y todo el sistema sonoro-articulatorio del cuerpo humano. Este especialista te

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examinará las cuerdas vocales y te dirá en qué condición se encuentra, explícale tus deseos de actuar y pregúntale cómo puedes mejorar la proyección de tu voz. También puedes consultar la opinión de un profesor de voz y dicción, pero para serte sincero, un profesor de voz y dicción está en la posición de hallar soluciones en el campo escénico, pero no físico.En el caso de los varones, la voz sufre una gran trasformación en la etapa de la adolescencia, es por eso que falla, pierde intensidad o timbre durante un período de tiempo hasta conseguir el tono adecuado.El otro punto es la articulación. Usted puede tener una grandiosa voz, pero si en el teatro no se articula correctamente una palabra, pues nadie podrá entenderlo. La articulación es un arma tan poderosa que incluso, sin poseer una buena voz, el público podrá escuchar cuanto dices gracias a la correcta dicción con que lo pronuncies. En el cine y la televisión, a veces la articulación pierde la importancia que tiene en el teatro, debido a que en estos medios se exige más naturalidad a la hora de decir un texto, pero ojo, esto no quiere decir que para poder trabajar en la televisión o el cine no debas de preocuparte por tu articulación. Si dominas una buena articulación, puedes articular mal cuando el personaje lo necesite, pero si hablas y articulas mal, cuando te pidan decir claramente una palabra no podrás hacerlo. A lo mejor te preguntas cuál es el rollo de todo este asunto en cuanto a la hora de decir en el actor, pero recuerda que trabajamos para un publico, ya sea en el teatro, la radio, el cine o la televisión, el público está allí presente para escuchar lo que dices y aunque a ti te parezca que hablas muy bien, la gente a tu alrededor no entiende nada de lo que dices. Si tu interlocutor no te entiende escuchándote a unos pasos de distancia, imagínate cuando te alejes a 50 metros de él y necesites decirle algo. Antes de terminar, quiero advertir algo muy importante y extremadamente delicado. Nunca realices un ejercicio de voz sin la consulta previa de un foniatra. Algunos ejercicios, quizás el más común que sugieren varios profesores, es el del lápiz bajo la lengua mientras lees un texto en alta voz. Puede que lo necesites y puede que no, por lo que de hacerlo sin necesitarlo, quizás, surja otro inconveniente en tu dicción.Quizás también le interese:

Suena idealista, pero un actor sin imaginación es una cáscara vacía, no tiene nada que dar, ni tampoco nada que recibir. El arte es una máquina de sueños, nuestra imaginación es quien produce la forma del lenguaje. Todo arte nace de la imaginación y será la imaginación quien te motive a crear un personaje, a inventar una historia, a hacer teatro. La creatividad nace producto a la imaginación. Supongamos que trabajas en un grupo de teatro y te han dado el papel del demonio, ¿cómo lo harías? Por supuesto que tienes en la mente los cuernos, la capa roja y si te entusiasmas buscas hasta un tridente. Debes de poner a funcionar tu creatividad para lograr que tu personaje sea diferente al

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resto de quienes anteriormente han hecho el mismo personaje. ¿No sería más interesante que el diablo aparentase ser bueno, y en lugar de capa roja y actitud de villano, aparentase ser un ángel bueno? Claro que el diablo sigue siendo el villano de la historia, simplemente has puesto a trabajar tu creatividad para demostrar que la maldad siempre simula la falsa apariencia del bien. Estas poniendo a funcionar tu creatividad, no sólo para hacer un personaje diferente, sino también para mostrar artísticamente como el mal puede disfrazarse del bien engañando a la gente.

Te sorprenderá que te diga esto, pero he conocido muchos actores que no pueden leer ni un texto. ¿Te imaginas que vayas a un casting? ¿Qué crees que sucederá? Pues te darán un libreto con una escena a representar; no quisiera estar en tu lugar si lees con dificultad, créeme.

Cuando el público asiste a una función teatral, no solamente ha pagado su entrada para disfrutar del espectáculo, está allí para escuchar lo que se dice. Todo cuanto ocurre a nivel de imágenes, música y actuación, gira alrededor de un texto. Ojo con este punto, es de vital importancia que, si no tienes hábito de leer, busques inmediatamente un libro y pongas a funcionar tu imaginación. De la lectura proviene la interpretación y ¿cuál es el trabajo del actor si no es el de interpretar lo que el escritor dice con su obra? Supongamos que se va a realizar una película basada en la obra Romeo y Julieta de William Shakespeare, supongamos que, si eres varón, te dan el papel de Romeo. Si nunca has leído la obra ni tampoco te interesa leerla por que te aburre o te quedas dormido con los primeros diálogos, ¿cómo podrás saber entonces quién es Romeo? O peor aún, ¿de quién está enamorado? El 80% del trabajo del actor con el personaje, consiste en estudiar el texto. De lo contrario no tendrá concordancia lo que haces con lo que dices en la escena.Abundan los actores que apenas toman un libro entre las manos, la mayoría de ellos se limitan a leer el guión que les asignan, lo revisan y listo. No cometas el mismo error. Si tomas en serio esta carrera, debes de motivarte a leer no solamente teatro, también cuentos, novelas, aventuras y todo cuanto a literatura se refiere. En mi experiencia personal

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puedo decirte que los actores que leen a menudo, tienen mayor ventaja a la hora de construir un personaje que aquellos que no lo hacen. Todo se debe a que la lectura es una fuente inagotable de estímulos, vivencias y situaciones que ampliarán tu imaginación, tu fantasía y tu creatividad. Ahora no agarres el primer libro que te pase por delante. ¿Qué te gustaría leer? ¿Cuáles son los géneros que más te gustan: el misterio, el drama, el humor, el suspenso, la aventura? A mí en particular me encanta el género de aventuras, los libros de Emilio Salgari y de Julio Verne eran mis preferidos cuando cumplía los 11 años de edad. Consejos útiles, no violes tus etapas, me refiero a que si tienes 13 años, no tiene sentido que atrapes en tus manos un libro de filosofía o una novela muy compleja de leer, porque no entenderás nada. También escoge un libro con sabiduría, hoy en día abunda la literatura que llamamos mediocre, las novelas rosadas e irreales que no tienen ningún provecho.

Hablemos del teatro como estructura, me refiero al teatro físico, a la obra y al grupo teatral que son aquellos artistas y técnicos que se reúnen para hacer posible el espectáculo. Siempre existe la curiosidad de saber cómo los actores ven al público desde un escenario. Sentados en el público, la sala parece grande, llena de asientos y balcones si estamos en un teatro antiguo, como los de “herradura”, llamados así por la forma semicircular que tienen con respecto al escenario. Cuando tuve la posibilidad de subir a un escenario, recuerdo que eché a correr, subiendo, bajando por las escaleras, entrando a los camerinos y descubriendo todo el espacio que desconocía mientras estaba sentado en el público. Parado en el escenario, contemplaba las lunetas, viéndome aplastar por la inmensidad de un espacio tan abierto. ¿Cómo será tener mil miradas encima de uno, donde todos y todas miran lo que haces, dices y sientes? A partir de aquel momento, preferí quedarme atrás del telón, junto con los actores y las actrices para ver cómo

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construían ese mundo teatral para el público, cómo resolvían sus problemas y dificultades sin que nadie notara el más mínimo problema. En todos los grandes teatros existe un jefe de sala o director de escena, que coordina toda la organización del espectáculo. El jefe de sala controla el tiempo de maquillaje, revisa la escenografía, la seguridad de los elementos, la entrada del público, el comienzo y el final de la obra y dirige a todo el personal de tramoya. El jefe de sala es el que comprueba que los actores están listos para empezar, de que ya es hora y ordena apagar las luces y abrir el telón. Es una profesión que ha desaparecido en los teatros pequeños ya que sus funciones las coordinan los propios actores, pero aún así, continúa existiendo para velar por la organización y el respeto del teatro como institución. Un gran teatro también cuenta con tramoyistas que no solamente abren y cierran el telón, ellos se encargan de todo el andamiaje y seguridad en el teatro, si es necesario bajar una barra desde donde está sujeta la pata de un telón, colocar la escenografía, o amarrar una cuerda, ellos lo hacen. Su profesión es antiquísima en el teatro, desde que aparecía volando un actor interpretando un ángel o se producía en la obra cualquier efecto de magia que necesitaban de la ayuda de personas para lograrla. Falta por mencionar otras profesiones como el electricista y técnico de luces, el carpintero y el utilero, el sonidista  o técnico de audio, el personal de taquilla y por supuesto, la acomodadora.