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Fotografía “Guante tricolor, Cleto Reyes” por Elizabeth Reyes.

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Fotografía “Guante tricolor, Cleto Reyes” por Elizabeth Reyes. Don Guante Nocaut ¿Van a cantar o van a llorar? El NúMERo uNo choPIN A cuATRo lABIoS PA’oNDE: PA’l RANcho Ay Ay Ay Ay… México Año 2, N° 17, SEPTIEMBRE DE 2009, MAGAzINE DE DISTRIBucIóN GRATuITA, Fotografía “Juan Manuel Dinamita Márquez” por IMACOj. Round one 06 Editorial

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Don Guante Nocaut

D e los caballeros medievales a los caballeros del ring, nada como un guante para desafiarse a un valiente duelo. Emblema de honorabilidad y

elegancia, entrega y valentía, qué mejor que el número uno del mundo, el simbólicamente mexicanísimo Cleto Reyes, el que ha cobijado los puños de los campeones mundiales que pueblan el gran cartel colocado en la entrada al templo del guante y demás aditamentos de boxeo: la sede de Industria Reyes, allá en el 289 de la calle Wagner de la Vallejo.

Donde transpira una historia que inició cuando en 1938, después de un combate épico en la legendaria Are-na Peralvillo Cozumel, un púgil de nombre Cleto Reyes Castro y 18 años de edad se persuadió de que lo suyo no era el cuadrilátero, pero sí los guantes… Esos con los que peleó y después arregló, pues sabía cómo hacerlo por su paso por un taller de talabartería de manillas de béisbol, e inició así la fabricación de guantes de boxeo, los cuales fueron utilizados por primera vez en una pelea de campeonato mundial en 1945, la del estadounidense Ike Williams y el mexicano Juan Zurita efectuada en el Coso de la Condesa.

En 1965 llegaron a Los Ángeles, California, y de ahí se expandieron por varios países. En 1970, don Alberto Reyes --hijo de don Cleto--, miembro ya del Salón de la Fama del Boxeo Mundial, entró de lleno al negocio: en 1975 registró la marca y en 1979 fundó Industria Reyes, empresa que en 1994 obtuvo el Premio Nacional de Exportación y hoy vende sus productos en todo el mundo.

Hechos a mano, piel de León, Guanajuato, esbeltos, favoritos de velocistas y noqueadores porque penetran más fácilmente la guardia, ya los hubiesen querido los hombres peleando de las pinturas rupestres de Albace-te, España, los de los bajorrelieves de Mesopotamia, los antiguos griegos y romanos, el inglés James Figg, primer campeón mundial de los pesados, o el estadounidense John L. Sullivan, el último campeón mundial a puño lim-pio; y los han querido y quieren leyendas como Joe Louis, Muhammad Ali, Mike Tyson, Roberto Manos de Piedra Durán, Óscar de la Hoya, Sal Sánchez, Julio César Chávez, Juan Manuel Dinamita Márquez: puños mexicanos arriba del ring por Cleto Reyes, los Guantes del Nocaut.

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Año 2, N° 17, SEPTIEMBRE DE 2009, MAGAzINE DE DISTRIBucIóN GRATuITA,

México

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GuarrorismosAy Ay Ay Ay…

¿Van a cantar o van a llorar?

El NúMERo uNo

A coRAzóN ABIERTo

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06 Editorial

Round one

D esde cuando, se los ha dicho existencialistamente Luis Eduardo Aute: “qué ganarán, qué perderán, si todo esto pasará”, pero no entienden los nihilistas

posmodernos y ahí están con sus guerritas y sus guerrotas, sus microcrisis y sus macrocrisis, recurriendo al chovinismo ram-plón, vulgar, barato; allá ellos, porque, diría El Bala, “esos tiem-pos ya pasaron, padre”, y nosotros andamos “movidos”, en otra onda, dándole duro a la chinga y a la farra, al librepensamiento y a la independencia virtual o virtual independencia.

Somos el Rock del Rancho, Los Abandonados, nos llaman, los que dejó la patria pero acogió la matria, los que bailamos a Camelia al acorde bossa nova; somos los abandonados, dicen, porque nos quedamos sin tiempo, pero no es cierto, más bien el tiempo somos: los simbolismos de la feminidad mexicana en rebozo nos convertimos: somos el emblema de la honora-bilidad y valentía, Cleto Reyes nos bautizamos y mundialmen-te competimos; somos el grito de los puños mexicanos: los Juan Manuel Márquez septembrinos seremos.

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B razilian Café reúne una cautivadora selección de samba, bossa nova y jazz interpretada por estrellas y talentos prometedores de

Brasil. A comienzos de la década de los sesenta, los legendarios com-positores brasileños Antônio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes solían reunirse en un café ubicado en la playa de Ipanema y admirar a una hermosa joven del vecindario: Helô Pinheiro, misma que les inspiró una de las canciones más populares de todos los tiempos: “La chica de Ipa-nema”. El inicio del boom mundial de la bossa nova puede asociarse a ese momento de gozo estético y musical. La mayoría de los artistas de Brazilian Café se han inspirado en Jobim, de Moraes y otros composito-res posteriores. Con esta producción, Putumayo sigue demostrando la fuerte conexión entre la comida y la música, al presentar la receta del pavê de café, un postre popular de café brasileño.

E spaña es una fascinante combinación de música antigua y nueva que refleja siglos de tradición, culturas regionales diversas e in-

fluencias internacionales. Muestra transversal que va desde el flamen-co hasta el movimiento “mestizo” de Barcelona, que incorpora fusiones de pop, rock, jazz, reggae, rumba, flamenco y más. España presenta una cautivadora mezcla de canciones interpretadas por artistas contempo-ráneos del país y muestra los diversos estilos musicales de la región. De Madrid a Barcelona, el viaje de Putumayo por tierras españolas es un espléndido y vibrante tapiz musical, que incluye el trabajo del renom-brado fotógrafo Peter Adams y una receta de la afamada chef vasca Eva Arguinaño.

www.putumayo.com

Rodolfo Villagómez P.DirEctor gEnEral [email protected]

Renato Galicia M.DirEctor [email protected]

Fabián Arandacalderón de la BarcacoorDinaDor [email protected]

María lu MendozaArturo Ríos Alejoharlen Vega SoriaRodrigo Villegas RusterGiovanni Gómezluis Manuel ortizEqUipo EDitorial

carlos Salazar RoncesDirEctor [email protected]

Raúl JiménezDirEctor DE artE y DiSEñ[email protected]

Javier Villagómez P.DirEcción planning Mé[email protected]

InformacIón y [email protected]@[email protected]

Móvil: 951.155.72.84 / 951.141.47.65

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Año 2, N° 17, septiembre 2009. Tangente toca tu vida® es una publicación mensual editada y distribuida por Imaginario Colectivo/ Agencia de Comunicación. Editor responsable Javier Villagómez Peñaloza. Reserva de derechos de autor: 04- 2009- 062212053800- 102, Certificado de licitud de título en trámite, Certificado de li-citud de contenido en trámite, ante la Comisión Calificadora de Publicaciones y revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. El contenido de los artículos firmados no refleja necesariamente la opinión del editor. Los artículos contenidos en esta publicación, con excepción de las imágenes, podrán ser reproducidas siempre y cuando se cite la fuente, solicitándolo previamente por escrito al editor. Impreso en Oaxaca, México, Formas Conti-nuas España S.A. de C.V. Tangente toca tu vida® no realiza intercambios de publicidad, ni acepta cortesías a cambio de reportajes, garantizando un punto de vista independiente. Tangente toca tu vida® investiga sobre la seriedad de sus anun-ciantes, pero no se responsabiliza por las ofer-tas o informaciones expresadas por los mismos. www.tocatuvida.com

FE DE ERRATASEl duende de los pavorosos remolinos de polvo, envidioso como es, arremetió con un gazapo en el texto VanityFair & Web Cómic de nuestra edición anterior, la 16: debió decir Lugosi, no Rugosi. Sorry Bela, Conde y todos los lectores.

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> Pedro Trinidad

A hora que es septiembre, rememore la es-cena en el semáforo del Ángel de la Inde-pendencia, aquella del espectáculo lum-

pen que el lumpen urbano ofrece ahí: las payasitas de diez y cinco años en pirámide, los posmodernos faquires sobre esquirlas de vidrio y las malabaristas del aro; pero concéntrese y recupere específicamen-te esa imagen registrada en el subconsciente, la que ocurrió entre un parpadeo y otro, entre el amarillo y el rojo, cuando la indígena otomí, sin desanudarlo, se pasó su rebozo con todo y criatura envuelta en él de su espalda a su seno para poder amamantar a aqué-lla al tiempo de seguir ofreciendo los chicles Trident.

Cambie de escenario, recuerde a Martita Saha-gún de Fox en sus tiempos de omnipotencia lucien-do cuanto rebozo pudiera en el espectáculo de la política neoliberal cuyo logro ha sido el espectáculo lumpen de Reforma, sólo que agudice su visión e imagínela realizando la maniobra aquélla de la mu-jer otomí, pero con los bebecitos Bribiesca… Sí, se le caerían, sin duda.

El contraste ejemplifica lo que nos dice la cro-nista Beatriz Velázquez Inclán: el del rebozo es buen botón de muestra de que “en las ciudades estamos perdiendo la identidad de quiénes somos, de dón-de venimos y qué queremos”.

Aunque quién sabe, porque como cuenta la misma Velázquez Inclán, en la parroquia de Santo Domingo, ubicada en el corazón de la ciudad de México, reina el Señor del Rebozo, una advocación de Jesús Nazareno: según la leyenda, a una monja moribunda cuya costumbre era limpiarle diario el altar al tiempo de platicar con él, le cumplió su de-seo de verlo por última vez, y cuando ya se iba de su celda, ella le ofreció su rebozo para que se cubriera la cabeza porque estaba lloviendo: esa mismísima imagen apareció en aquel altar al otro día. Y hoy la creencia es que si se le rezan 33 credos y se le piden tres deseos, concede uno ese Cristo; como agrade-cimiento, desde luego, hay que llevarle un rebozo: tiene infinidad en esa parroquia de Santo Domingo.

Y si se camina unas cuantas cuadras de ahí, en la esquina de Correo Mayor y República de El Salvador se halla una rebocería donde ancianas de pueblos de todo el país van a comprar especialmente un re-bozo negro, el que quieran, sin importar el precio, el cual guardan para que con él las amortajen cuando muertas: es una costumbre.

Una costumbre como tantas otras relacionadas con el rebozo, el manto de identidad de la mujer mexicana que sobrevive en pueblos indígenas y campesinos de toda la República.

Beatriz Velázquez Inclán (D.F., 1966) escribió Me-moria viva de un pueblo rural: San Miguel Topilejo (Co-naculta), de donde es nativa, Un rebocito para jugar y un cuento para imaginar (edición de autor) y sólo espera que suelten el recurso para publicar su libro El rebozo, manto de identidad, donde cuenta historias maravillosas.

Como manto de identidad, en la muerte el rebo-zo seca las lágrimas, se impregna de dolor, y en la vida va a la fiesta patronal, se impregna de alegría; “no es una prenda de vestir, sino parte de la indu-mentaria de la mujer en una línea de usos y costum-bres, no de modas”: sirve para cargar al niño en la espalda, para amamantarlo, como herramienta en faenas cotidianas y del campo.

Pero maravillosamente posee también un len-guaje mudo, de ayer a hoy: desde el Virreinato, el rebozo jaspeado de colores oscuros que ahora co-nocemos como el de Tenancingo, Estado de Méxi-co, ha sido para las mujeres del pueblo, y el de seda para las de la alta sociedad; cubrirse la cabeza con el rebozo es muestra de respeto; una mujer que trae el rebozo doblado atrás de la espalda sobre los bra-zos con las puntas colgando en las muñecas, está buscando novio; la que lo lleva del lado izquierdo, es viuda; aquella que lo porta doblado del derecho, casada.

Simbolismos e identidades de un rebozo colo-nial mexicano cuyo origen es prehispánico: el del lienzo rectangular de algodón o de fibras como la del maguey y el ixtle; y español: la mantilla de seda; de un rebozo, el “que tapa el bozo”, que pasó a ser eso cuando aparecieron los rapacecos o repacecos, es decir, las puntas, de un rebozo que en las ciuda-des perdió sus identidades y simbolismos.

Porque en las ciudades ha cundido el síndrome Martita y no hay simbolismos e identidades del re-bozo urbano, porque se ha convertido en un lujo de diez mil, 15 o 20 mil pesos, porque vino la moderni-dad del canguro, porque ya existe el automóvil y no hay que cargar al niño, porque se le ve como una ar-tesanía mexicana de ornato y eso no es cierto, sino cierto es que, asienta categórica Beatriz Velázquez Inclán, constituye “un manto que le da identidad a los pueblos indígenas y campesinos y que se elabo-ra artesanalmente”.

El lENGuAJE MuDo DEl REBozo

Manto de identidad

Fotografía “Frida Leaving Church (w/rebozo),Coyoacán, México DF, 1936” por Fritz Henle.

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> almohada Carnívora

Escritos por esa especie endémica de las camas desiertas a la que se le ha descu-bierto cierto gusto por las telenovelas,

las canciones del Loco Valdés y la asquerosa cos-tumbre de beber por las mañanas el café que no termina en la noche surgen los guarroris-mos, sentencias breves venidas a más que se te quedan dentro sin causar estragos, además de poner le y proponer las como regla en alguna ciencia o arte. Oportuna combinación de gua-rro con aforismo.

Excelente liadora de tabaco: lo apretaba bien rico.

Hipótesis sobre el futuro del mercadoglobal de mano de obra:

el bienestar está en el intercambio de chinos.

Está demostrado que el exceso de humedad acelera la descomposición de los cuerpos:

mi lengua se ha podrido.

Ella, biología, yo, ciencias sociales.Complemento perfecto:

a ella le gusta lo duro, yo prefiero lo blando.

Influencias posmodernas enla anatomía humana:

en el cerebro, metalenguaje; en la boca, meta lenguaje; en el pubis, meta lengua, je.

La mejor intérprete del mundo: Chopin a cuatro labios.

Me encantaba verla sonreír,sobre todo si ladeaba la cabeza.

Conclusión definitiva sobre las puertas: todas se abren con un ariete.

Aromática añoranza: extraño el olor de sus tobillos en mis hombros.

Ventajas colaterales deldesplazamiento longitudinal: el que vive cerca llega rápido,el alejado se viene despacito.

Paráfrasis de la sabiduría popular: este muñeco de estuche se va

por otro peluche.

Veracidad de los razonamientos geológicos: mientras más cerca del centro, más caliente.

La similitud fonética es inversamenteproporcional a la semántica:

ellas comprometidas, yo compro metidas.

Adaptación vegetal de las relacionescóncavo-convexas:

de mi palo de rosa a tu huele de noche.

Conclusión nutricional con tintespsicopedagógicos:

a partir de los quince: mañana té,zumo por la tarde, lechita en la oscuridad.

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choPIN A cuATRo lABIoS

Guarrorismos

Ilustración “Hace muchos años” por Chaquetadepollo bajo una licencia de cc en Flickr.

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> Fabián aranda Calderón de la barCa

Si en pleno boom del rock, allá por los se-senta, aquellos que se desgañitaban en escena se hubieran preguntado cuál sería

el futuro del género, la proyección, por más crea-tiva, psicodélica y arriesgada, no habría imagina-do un crecimiento de la familia rockera tan des-medido. En su mente jamás se hubieran dibujado el grunge o el happy punk. Mucho menos tenían la más peregrina idea de qué pasaría cuando el rock se impregnara con la vena latina.

Ni la murga-blues-rock de Los Piojos; ni la sal-samuffin del Sargento García, ni la bomba-punk de Los Rabanes; ni el cuarteto-ska de Los Autén-ticos Decadentes… y muchísimo menos el Rock del Rancho de Los Abandonados, habrían figura-

do en las fantasías más pasoneadas de los rocke-ros antaños.

Pero resulta que sí, que un buen día el rock llegó a latitudes ajenas para mezclarse con los ritmos oriundos de cada destino marcado o sin marcar en su inestable itinerario. Uno de los pun-tos: Hermosillo, Sonora. Allá donde la cerveza circula como el agua y las barras no corean a los pamboleros, sino que encienden cuando pugnan los Yaquis vs Los Mayos. Donde el chiltepin va a ponerle escabroso acento a la comida.

Y entre revuelcos norteñísimos de acordeón, viene una banda a brillar de nuevo por su irreve-rencia, justo como hace unos años los compas de Monterrey sorprendieran a la radio con su Macha-ca Regia, camada rockera de donde salieran nom-bres como Plastilina Mosh y Jumbo.

loS ABANDoNADoS, chARRoS cIBERNéTIcoS

Pa’onde: pa’l rancho

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13Must

Dueños de una particular irreverencia, Los Abandonados apuestan por la mezcla total, crean-do un sonido en donde no queda el menor rastro de sus influencias. Rock del Rancho, “así bautiza-mos nuestra música porque lo mismo un mambo lo hacemos rock que un rock lo hacemos cumbia, corrido, salsa, merengue, etcétera. Hacemos paro-dias, nos reímos de la vida y de nosotros mismos, ¿a quién no le gusta reírse? Y del rancho, pues so-mos vaqueros o igual metrosexuales, nacos, raza pueblo, vernáculos… sin albur”, comparte Pedro Millán, el Tiger, con Tangente, toca tu vida.

Botudos y ensombreradosYa lo anunciaba el Rockdrigo en sus proféticas no-paladas: “era un gran rancho electrónico, con no-pales automáticos, con sus charros cibernéticos y zarapes de neón”. Botudos y ensombrerados, Los Abandonados dan al clavo con la profecía, pero también a la tuerca, dándole una vuelta más. Charros cibernéticos que liberan su música en el ciberespacio, incursionando una nueva forma de

independencia. “Prácticamente podemos decir que somos un grupo de Internet: es el medio por el que nos podemos dar a conocer en sitios como Youtube y otras redes sociales. Esperamos que en el futuro los artistas ya no necesiten de las radios, la TV, los periódicos, ya que son medios muy eli-tistas y es difícil que crean en un proyecto nuevo; tal vez alguien ya hizo algo parecido, pero en es-tos momentos lo estamos haciendo nosotros, va-mos lentos pero seguros en el gusto de la gente”, apunta el Tiger.

Sumergidos en el uso de la tecnología y la ex-plotación creativa de sus herramientas, Los Aban-donados son una buena muestra de que aquello que se afana a lo nuevo, no necesariamente está acotado: su música lleva un delicioso sabor a tie-rra, al desmán de lo vivo, a carcajada populachera que explora lo propio y lo ajeno, pues “la música mexicana es nuestra idiosincrasia, podremos ad-mirar otras culturas, otros géneros, ¿pero quién chingados no escucha el mariachi en vivo y le sale un grito de alegría o se pone a llorar con una rola de Juanga?”, confiesa.

Fotografías Los Abandonados. Cortesía Los Abandonados.

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Basta un paseo por sus rolas para descubrir cómo eso a lo que llaman globalización pierde su peso retórico cuando le llega su turno al arte, pues acá se dan cita los más diversos orígenes para invocar a la risa: desde una “Camelia de Ipa-nema”, que reúne al bossa con el corrido; un “Vi-viendo de noche” que compagina el rock en tu idioma con la cumbia, hasta la torcida ternura de un “Mátalas” versión serial killer. Ciudadanos del mundo virtual, Los Abandonados tocan y reto-can la retacería de una época que ya se despide: aquella en la que las fronteras imponían reglas al lenguaje musical.

Mexicanos, sin embargoPero una cosa muy distinta es la negación de la tierra propia. Y si bien se deslizan sabroso entre los ritmos más dispares, Los Abandonados se aferran a su naturaleza: “nuestra música es 100% mexicana, tocamos de todo pero somos norte-ños, hasta el más rocker de Los Abandonados no más escucha el acordeón y le sale el nopal, la cerveza, carne asada, béisbol, igual hacemos co-rajes cuando pierde la selección. El público nos

ha dado una muy buena acogida… sin albur; Los Abandonados cantan lo que la gente quiere oír, las palabrotas, el albur, como somos los mexica-nos pues, espontáneos, divertidos, mal hablados, irreverentes, la grosería en el momento exacto que agrade, que no se escuche con ofensa, y si es en sus canciones preferidas pues mejor”, raja el Tiger.

Pero como buenos oriundos de Mexicalpan de las Tunas, diría el maese Tin Tan, también le rayan al dolor, de ahí el nombre de la agrupación, pues “esta unión nace de la bohemia y la situa-ción civil de todos en esos momentos: divorcia-dos, abandonados, dejados.” Mas ya se sabe que a rajarse a su rancho, que en este caso no opera, pues no se achicopalan ni tantito. “Ser mexicano es ser bien chingón: nuestra cultura, historia, cos-tumbres, comida, y a pesar de nuestros gobiernos corruptos, violencia, delincuencia, desempleo, no nos rajamos, seguimos adelante”.

Y es que como cantaba el mismísimo Alex Lora, “los mexicanos ‘tamos hechos de una fibra muy especial, estamos hechos de la mezcla del tequila y el mezcal”, aunque dice el Tiger, “noso-tros le agregaríamos la cheve, las caguamas.”

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Rock del Rancho2007

Acertado mapa celeste con cuerno de la’bundancia por ombligo universal. Vaivén de carcajadas revestidas con albur en estado puro y dolor del bue-no. Súbita invitación al aeroplano del desmoche, llenecito de pérjidas azafa-tas que acabarán sumando un par de bien colocaos cuernos a aquel en que nacimos.

Oraleee! Sabroso!!! En vivo2009

Traperísima puñalada al hígado mismo de la estrechez musical. Irreverente su-cesión de mofas varias cargadas de te-rrorismo hilarante. Lanzagranadas con proyectiles desguanzados que impac-tan sin pudor las mejores conciencias. Viajecito a lomo de mulas sin itinerario previo y con el gozo por destino.

los Abandonados son:

> TAkeshy Saavedra: guitarra, primera voz

> Pedro Millan (Tiger): guitarra, voces

> edgArdo Valdez: teclados, acordeón

> MArIo Nolan: bajo, tololoche, teclatoche, voces

> Noé Soto (Panke): gritos

> delzyA Ortega: vocalista

> PoNCho Acuña: vocalista

> JulIo González: batería

> ruly Cárdenas: percusiones

> BruNy Campoy: vocalista

charros cibernéticos> http://www.losabandonadosonline.com

> http://www.myspace.com/losabandonadosmx

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Ay Ay Ay Ay…

¿Van a cantaro van a llorar?> arTuro ríos alejo

Kamikaze (hace 2 meses)Si eres mexicano se te pone la piel chinita…

¡VIVA MÉXICO!

Troy McClure (hace 4 meses)Puta madre pero qué chingón es ser mexicano

verdad de dios…Viva México Cabrones.

Q ue levante la mano aquel que sepa quién fue Quirino Mendoza y Cortés. Que conste que yo

la dejé abajo. De cualquier modo, es posible decir que una tarde vieja de 1882, allá en el tiempo en que don Por-firio era dueño del poder y tenía por delante, además, sus días más felices y sus tragos más amargos, don Quirino vio a la chica de la casa de junto con ojos nuevos, o bien a don Quirino se le metió por los ojos una morena desde luego hermosa, y se enamoró. Luego le compuso una canción para enamorarla o para vengarse. O al menos para que se le pusiera chinita la piel.

Seguramente no le sorprendería tanto a don Quirino (como a nadie, por lo demás) es-cuchar el “Cielito lindo” en la voz de Pedro In-fante y los otros dos García, como a dueto, en duelo mortal entre Pavarotti y Enrique Iglesias: descontando lo absurdo, es claro que los tres García buscan algo elemental, viejo como la Biblia: enamorar a la prima rubia. En cambio, lo de Luciano y Enrique tiene que ver con países, y no con chicas que enamorar. Y ése, Don Quiri-no, es otro cuento.

Monsiváis aventuraba una opinión: “el Mundial 86 de Futbol ha revelado la evapora-ción del patriotismo tradicional, momentánea o permanente, aún no se sabe, y la presencia

de un nuevo patriotismo, cuyo centro es el espectáculo y cuya razón de ser desaparece al final del juego”. Pues bien, últimamente, de manera muy particular en el Mundial de Ale-mania (había que estar lejos para reafirmar el patriotismo) aunque cada vez más en los esta-dios mexicanos, el sentimiento nacional se ha extendido más allá del pitido que marca el final del partido, para llegar hasta las afueras del es-tadio, las calles, el Metro, cantando para no llo-rar, eligiendo las difusas (no por ello menos ver-daderas) sensaciones por las que se siente bien chingón ser mexicano, que las muy concretas evidencias que nos hacen maldecir, varias ve-ces por hora y con el individualismo propio de vivir al día (y no por convicción existencial sino por que aquí nos tocó), la perra suerte común. Mientras más se aleja el Metro del estadio, mientras menos somos, va dando vergüenza seguir cantando.

Como más de cien mil mexicanos, los dos fueron al estadio, se emborracharon de lo lin-do, a pesar de sus esfuerzos cantaron como Enrique Iglesias. Como varios millones de mexi-canos, vieron ganar a su selección, se sintieron orgullosos y enlazados por un multitudinario abrazo fraterno. Pero eso fue el domingo entre las once y las cuatro, las cinco cuando mucho. En la realidad uno de ellos es policía de trán-sito y está mordiendo al otro que quién sabe a que se dedica. Un paro, no la amuele, es lo del día. El de tránsito entiende, pero exige re-ciprocidad en la comprensión: también para él es lo del día. Entonces, desde el fondo de la desesperación o simplemente de los recuerdos del partido pasado, de pie junto a su coche, el infractor comienza con el ay ay ay ay canta y no llores porque cantando se alegran cielito lindo los corazones. El guardián de la ley, incrédulo, incli-na un poco la cabeza para verlo por encima de las gafas oscuras. Esboza una sonrisa…

Ilustración por Fu-Ya bajo una licencia de cc en Flickr.

septiembre 2009opinión

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> renaTo GaliCia miGuel

¿ Puede alguien que lee a Gabriel García Már-quez, escucha a Phil Collins y va al teatro, vencer al “salvaje” Manny Pac Man Pacquiao?

Sin duda: el Número Uno, el mexicano Juan Manuel Dinamita Márquez, tres veces campeón del mundo en diferentes divisiones y en todas las aso-ciaciones y el mejor libra por libra en el país hoy por hoy, ya lo hizo dos veces, aunque “fuerzas oscuras hicieron todo lo posible por escatimarle la victo-ria”, como dice su mánager, don Ignacio Beristáin, y ahora va camino a la mexicanísima la tercera es la vencida.

Claro, si antes deja en el camino a otro monstruo del boxeo actual: the Number One, Floyd Mayweather Jr., contra quien peleará en el MGM Gran Garden Arena de Las Vegas, Nevada, la noche del 19 de septiembre, sólo cuatro días después de que, ojalá, Jorge Travieso Arce dé el grito y se convierta en campeón mundial supermosca de la FIB y, de paso, en el número 17 a la cuenta de don Nacho.

Y sí, Juan M lee Cien años de soledad, escucha Easy lover, va al teatro y juega billar, pero sólo si no se prepara para una pelea, que es decir casi siempre, porque desde hace 16 años, cuando a los 20 inició su carrera profesional en el boxeo, ha peleado 55 veces, previas 35 en amateur, y desde 105 días antes inicia su entrenamiento riguroso:

“Entreno tres meses y medio para una pelea, y una rutina de cada día consiste en pararme a las cuatro de la madrugada para irme a correr a Toluca, lo que es en El Ocotal, lo que es en El Zarco, me gusta ir allá por la altura, regreso a la casa a las seis y media o siete de la mañana, descanso, desayuno y me voy al gimnasio”.

a 38 grados celsiusEs al filo del mediodía cuando llega tranquilamente manejando su camioneta negra BMW o una Ford crema al gym Romanza ---el de don Ignacio Beris-táin--, el sagrado de Iztacalco, el de la calle Resina

de la Granjas México, el del guadalajarísimo aroma de birria de El 7 Rayos de Jalisco.

Ahí lo esperamos los Tangentes, pero sólo ha-cemos periodismo de sombra, porque después que Floyd Mayweather Jr., se lesionó pospusieron la pe-lea y Juan M sólo va de vez en cuando. Mientras, va-mos conociendo a la banda de afuera del Romanza, la de los franeleros y lavacoches, la del Polo y El Bala, leña y cábulas como ellos solos:

¿Por qué te apodan El Bala?Pues porque soy bien movido, padre…Ah, pensé que porque sacas la pistola y órale… Nooo, padre, esos tiempos ya pasaron…Oye Bala, ya en serio, estamos organizando un en-

cuentro con Juan M, ¿le entras?Nooo, padre, es el campeón, cómo crees.Un encuentro para una entrevista, Bala... “A 38 grados de temperatura, en el gimnasio

entreno dos horas y media o tres, primero hago diez minutos de calentamiento; después sparring: dependiendo de lo que me toque, hay veces que sumo seis, ocho o 12 rounds; luego a pegarle a los aparatos: manopla, pera fija, pera loca, el costal y movimientos de reflejos. En total estoy acompletan-do 16 o 18 asaltos de cuatro a tres minutos y medio cada uno. Al terminar aquí me voy a la cámara hi-perbárica: 20 sesiones, una diaria, de dos horas por vez. Entre semana juego frontón como parte del en-trenamiento, es un ejercicio muy completo, bueno para los brazos y para la elasticidad, y los fines de semana corro en el Nevado de Toluca. Todo el día estoy ocupado y no hay tiempo para la familia, pues el domingo sólo oigo misa y descanso”.

Amablemente, don Nacho nos brinda el acceso al espectáculo íntimo de la banda de adentro del Romanza. Ahí están infinidad de aspirantes y suspi-rantes, desde un chaval de 11 años hasta uno viejón de 69, “el año más romántico”, dice jocoso, y los tres auxiliares de Beristáin: César Jacobo, El Oaxaquita, quien ya es el jefe del gimnasio Xolaltenco de Tlaxca-la y debutó a Rogelio Romero, un prospecto de cam-peón mundial que ganó el Cinturón de Oro de este año; también Israel García, El Yoyis, y Luis, El Ocho,

El NúMERo uNo VS ThE NuMBER oNE

A corazón abierto

Fotografías “Juan Manuel Dinamita Márquez” por IMACOj.

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tocatuvida.com septiembre 2009

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pero sobre todo el mismo don Ignacio, ejemplo del dicho que reza “creo en el trabajo serio, pero no en las personas serias”, porque cuando de su quehacer se trata es formal, estricto y preciso: “Juan, a ver si te puedes bajar con dos golpes sólidos, si son abier-tos bien, pero me gustaría que fueran por el centro para que no des chance de que te contesten rápido; tiras izquierda-derecha, gancho-gancho, derecha-izquierda, gancho-gancho, empiezas por abajo con la izquierda y terminas con la derecha”, pero cuando de bromear es tiempo no se le va vivo nadie, como el canoso vendedor de insólitos libros medievales que inverosímilmente se cuela al gym, el cual pregunta después de no haber vendido nada:

Don Nacho, ¿y qué se necesita para entrenar en este gimnasio?

Tú, un certificado médico, porque te me vayas a morir aquí, cabrón.

El valor del miedoJuan M fue un niño de barrio que creció en medio del deporte; un adolescente que jugaba –y juega aún-- futbol soccer, americano, basquetbol, béis-bol, tenis y squash, pero también para el que fue importante la escuela: terminó la preparatoria y es-tudió una carrera corta en contabilidad y trabajó en el gobierno 11 años en su ramo, hasta que en 1999 decidió dedicarse de lleno al box, y hoy es un adul-

to maduro que si llega a caer en la política, la cual le “gusta mucho porque es como la religión: siempre te las pasas peleando y nunca llegas a una solución, un tema de nunca acabar en el que se hacen buenas riñas, ayudaría al deporte no nada más por decirlo, sino por apoyarlo concretamente, cien por ciento”.

Es decir, un hombre común que es también un hombre extraordinario que es a la vez un hombre como todos.

Así que se vale preguntarle, igual que Oriana Fallaci a Neil Armstrong y compañía en la conferen-cia de prensa que los astronautas daban antes de lanzarse a la luna, enfadada de que todos los media workers inquirieran solamente respecto de la fuerza gravitacional por cm3 en la atmósfera lunar y demás tecnicismos extraterrestres, y no dudas humanas, que si cuando sube al ring para una pelea siente miedo.

Y sí, cuando Juan M suba al ring para pelear con-tra Floyd Mayweather Jr. tendrá “nervios”, porque “al sonar la campana se siente la adrenalina, sabes, pero a final de cuentas se quita y haces lo que tienes que hacer”…

Subir como todo gran campeón dispuesto a ga-nar a corazón abierto, a corazón mexicano, como Sal Sánchez cuando subió a demoler poquito a poco al puertorriqueño Wilfredo Gómez, como Julio César Chávez cuando hizo lo propio y noqueó en la última décima de centésima al estadounidense Meldrick Taylor, los dos ídolos mexicanos de Juan M.

El ojo del tigre.

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