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TEMA 4: EL NIÑO DESCUBRE A LOS OTROS. Es importante que el educador conozca como se produce el inicio de la socialización de los niños, para que pueda realizar una buena acción docente mediante la mejora de un clima favorable en la clase y poder tratar los aspectos de la conducta social de los niños en el grupo-clase. Según la L.O.G.S.E., la educación infantil debe contribuir a desarrollar en los niños la capacidad de relacionarse con los demás a través de las distintas formas de expresión y comunicación. Y el R.D. 1.333/1.991, que se establece el currículo de Infantil, dice que los niños deben establecer relaciones de vínculos fluidos con los adultos y con sus iguales, respondiendo a los sentimientos de afecto, respetando la diversidad y desarrollando actitudes de colaboración y ayuda. Por lo tanto, vemos que es importante para la acción docente, que el educador conozca como evoluciona EL PROCESO DE SOCIALIZACIÓN EN LOS NIÑOS, el cual va

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oposiciones infantil

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TEMA 4: EL NIÑO DESCUBRE A

LOS OTROS.

Es importante que el educador conozca como se

produce el inicio de la socialización de los niños, para

que pueda realizar una buena acción docente

mediante la mejora de un clima favorable en la clase

y poder tratar los aspectos de la conducta social de

los niños en el grupo-clase.

Según la L.O.G.S.E., la educación infantil debe

contribuir a desarrollar en los niños la capacidad de

relacionarse con los demás a través de las distintas

formas de expresión y comunicación.

Y el R.D. 1.333/1.991, que se establece el

currículo de Infantil, dice que los niños deben

establecer relaciones de vínculos fluidos con los

adultos y con sus iguales, respondiendo a los

sentimientos de afecto, respetando la diversidad y

desarrollando actitudes de colaboración y ayuda.

Por lo tanto, vemos que es importante para la

acción docente, que el educador conozca como

evoluciona EL PROCESO DE SOCIALIZACIÓN EN LOS

NIÑOS, el cual va desarrollándose de forma paulatina

y progresivamente gracias a la maduración de los

procesos orgánicos y, sobre todo, al intercambio que

el niño realiza con sus iguales y los adultos.

El niño desarrolla la socialización, sobre todo,

porque gracias a ella resuelve la necesidad que tiene

de satisfacer sus necesidades, mediante su

vinculación y adaptación al grupo social al que

pertenece. Según WALLON, la primera persona con la

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que el niño establece un vínculo afectivo es con su

madre, después a medida que el niño crece comienza

a establecer relaciones sociales a través de la

sonrisa, de los gestos y de la mirada, con las

personas de su entorno, las cuales comienza a

diferenciar de los demás. Por lo que, mediante el

proceso de socialización, que se produce durante los

6 años primeros del niño, se consigue que se

produzca en el niño su desarrollo afectivo y

cognoscitivo.

Durante los 3 primeros años, el niño todavía no

es sociable del todo, ya que aunque sabe que tiene a

su lado otros niños, no se relacionan entre sí y cada

uno juega a lo suyo, es lo que se denomina “Juego

solitario”; después comenzarán con el “Juego

paralelo” que aunque cada niño sigue jugando

individualmente, se relacionan aunque sólo sea para

quitarse los juguetes, además esta época coincide

con el comienzo del colegio, por lo que tendrán que

participar en juegos colectivos.

Esta colaboración cada día es más habitual en

grupos de 4 o 5 niños, que al tener 4 años están en la

época del “Juego asociativo”, en el que hay unas

normas y símbolos, en el que cada niño desempeña

un papel específico. Por ejemplo: el juego del

mercado, en el que unos hacen de fruteros,

carniceros,... y otros de clientes con sus hijos. Una

vez que los niños llegan a los 5 años, se puede decir

que además de relacionarse entre sí, empiezan a

vincularse mutuamente, ya que al mismo tiempo que

dan, también reciben, al hacer tanto de modelo,

como de imitadores, y de este modo satisfacen sus

necesidades, esta etapa se denomina “Juego de

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colaboración”, en la que empiezan a salir de su

egocentrismo.

Por lo tanto, al acabar la etapa de Educación

Infantil, los niños ya tienen establecidas las bases

para aceptar al grupo y hacer relaciones afectivo-

sociales, y todo esto el niño lo consigue gracias a la

ESCUELA, que además de transmitir conocimientos,

tiene un papel muy importante como INSTITUCIÓN

SOCIALIZADORA, lo cual se produce cada día al estar

el niño en contacto con sus compañeros y educador.

Esta importancia de la institución escolar

aparece reflejada en la L.O.G.S.E., que dice que la

educación infantil contribuirá al desarrollo físico,

intelectual, afectivo, emocional y moral de los niños y

desarrollará la capacidad de relacionarse con los

demás a través de las distintas formas de expresión y

comunicación.

Partiendo de esto, vemos que la escuela debe

favorecer un adecuado proceso de socialización,

además de enseñarles conceptos, contenidos y

aptitudes, normas valores y toda una serie de

conocimientos y prácticas sociales, que se enseñan

de forma explícita, también enseña de forma

implícita, es decir, de manera oculta, la

competitividad, las diferencias de trato, las diferentes

expectativas respecto a los niños y niñas, éstos

factores y otros muchos tendrán una gran influencia

sobre la conducta futura de los niños. Para el niño, el

maestro es uno de los modelos de aprendizaje social

fundamental, ya que le imita constantemente al

pasar tantas horas juntos, pero el maestro no es

consciente de que todo lo que realiza en el aula, el

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niño lo capta y le influye, es decir, enseña

constantemente, aunque lo haga sin darse cuenta, ya

que su propia conducta y la manera en que organiza

las actividades de clase, influyen y determinan la

personalidad del niño.

Por lo tanto, es conveniente evitar, en la medida

de lo posible, transmitir contenidos implícitos y

convertirlos en explícitos, aunque en este respecto

los temas transversales pueden favorecer la

transmisión de valores sociales que serán de

importancia y de utilidad a los niños.

El objetivo de la escuela es contribuir a convertir

al escolar en un individuo autónomo, crítico, capaz de

relacionarse positivamente con los demás, de

cooperar con ellos, esto nos hacer reflexionar sobre

la función socializadora de la escuela, que para

conseguir lograr dichos objetivos debe de hacer que

converjan los intereses del niño con los de la

sociedad y tiene que fomentar el desarrollo

intelectual y su capacidad de iniciativa.

Para que el profesor pueda llevar a cabo uno de

los objetivos principales, que es la comprensión de la

conducta de los niños y pueda interpretar los

distintos comportamientos sociales de sus alumnos y

dar significado a lo que éstos hacen dentro del grupo-

clase, los autores HESS y CROFT, destacan los

siguientes “Aspectos en la conducta social en el

grupo-clase”:

- LA TERRITORIALIDAD: Es la posesión, por parte

del niño pequeño, de un determinado espacio físico,

el cual considera suyo y lo defiende. Este espacio

puede ser del aula: su silla, su mesa; o lo puede

marcar en el patio de recreo, por ejemplo: un rincón,

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un banco, las escaleras, etc. Este espacio

permanecerá ocupado por él o acompañado de otros

compañeros, siempre que él lo admita. Esta conducta

es natural que se produzca en su entorno, gracias a

ella el niño aprende a defender sus actividades, sus

intereses y propiedades, aunque pueda crear

conflictos, si el resto de los compañeros no están de

acuerdo con él y también quieren poseer dicho

espacio.

Pero el niño además de establecer su espacio

físico, debido a su egocentrismo, también intentará

establecer y conservar su propio espacio psicológico,

en el que el maestro destaca, y llega a pensar que

sólo le pertenece a él, lo mismo le ocurre con su

amigo, que no quiere que tenga más amigos. Esta

posesión se debe a que tiene necesidad de poseer y

sentirse deseado y amado. La consecuencia de

querer establecer al maestro como espacio

psicológico propio, es que piensa que el maestro sólo

le tiene que hacer caso a él y siempre estará a su

lado, privilegio que nadie más puede tener. Por lo

que es el maestro quien resuelva este conflicto, ya

que es el mediador en el proceso de socialización, y

la manera de resolverlo, siempre tendrá como

consecuencia la imposición de alguna norma que los

niños comprendan.

- LA CONDUCTA DE ENFOQUE Y DE INFLUENCIA:

Es el esfuerzo por conseguir resultados de los demás

o modificar el ambiente en beneficio propio. El

desarrollo de esta conducta lleva consigo los

sentimientos de afirmación, culpabilidad, desilusión y

satisfacción.

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El maestro para conseguir desarrollar este tipo

de conducta, puede actuar de dos maneras. En la

primera, el maestro para conseguir que los niños

hagan cosas, utiliza como modelo las respuestas y

exigencias de los compañeros. Y en la segunda, el

maestro dependiendo de la forma de actuar de los

niños, es decir, si tienen una conducta que refleja

aspectos afectivos, de enfoque y de influencia,

entonces el maestro apoyara y reforzara dichos

comportamientos.

Por lo tanto, el maestro diferenciara dos tipos de

comportamientos, uno en el que la conducta que

quiere que los niños desarrollen, la conseguirá

mediante la manipulación de sus compañeros, esta

conducta el maestro no la recompensará; y la otra

conducta, en la que se observa en el niño unas

características de enfoque cuyo fin es la interacción,

el placer mutuo o la realización de las tareas, esta

conducta el maestro si que la reforzará y apoyará.

Aunque el niño haya captado esta última conducta, el

maestro, a lo mejor, no observará enseguida los

resultados, pero el hecho de que el niño este

vivenciando continuamente ejemplos, tendrá efectos

a largo plazo.

- LA ALINEACIÓN: El niño busca en los demás la

ayuda que necesita para conseguir obtener sus

propósitos. Se manifiesta cuando se unen dos niños

en contra de otro o contra el maestro o cuando se

une un niño a otro para que le empuje el columpio. A

partir de los cinco años el niño realiza una alineación

más premeditada, aunque antes también se llevan a

cabo alienaciones en clase o en el patio.

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La alineación que realizan los niños, por ejemplo,

al jugar a tiendas o a indios y vaqueros, constituye

una forma de colaboración y cooperación. Cuando los

niños interactuan también pueden manifestar

conducta de influencia, cuando por ejemplo un niño

esta persuadiendo a otro para que haga las cosas a

su manera. Y también puede manifestar conducta de

territorialidad, cuando están cooperando dos niños y

uno está respondiendo a las pretensiones que el otro

tenía respecto al espacio. Por lo tanto, los tres

aspectos de la conducta social pueden aparecer

juntos. Aunque si el maestro los considera por

separado, entenderá mejor los esfuerzos del niño por

socializarse y podrá ayudar a satisfacer sus

necesidades.

Los niños para conseguir los objetivos de las

conductas de territorialidad, de influencia y de

alineación, suelen emplear dos estrategias:

Conductas Agresivas y Persuasivas.

LAS CONDUCTAS AGRESIVAS: Son las más

obvias y fáciles de observar. Son debidas a los

esfuerzos que hacen los niños por proteger su

territorialidad, a los celos o a la facilidad de los niños

para fustrarse. Forman parte de la construcción de

las relaciones entre los niños y la realidad física que

les rodea, lejos de ser únicamente destructivas, las

conductas agresivas y en general, los conflictos,

pueden ser reveladores de la dinámica afectivo-

cognoscitiva del grupo de niños de la manera en que

los proyectos de cada uno se articulan.

La facilidad que tienen para fustrarse puede ser

debida a que son muy exigentes consigo mismo, a la

inseguridad o que no tienen confianza en ellos

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mismos; la manera que tenemos de solucionarlo es

dándole alternativas, por ejemplo: si está haciendo

una actividad que no le sale, le dejamos que no la

haga; un método aconsejable es la asamblea, por

medio de ella, intentaremos afianzar su confianza y

con el tiempo, le pediremos que vuelva a intentar

hacer esa actividad, pero nunca le reñiremos.

Cuando un niño tiene celos en clase, puede ser

debido a que tiene conflictos en casa. También puede

mostrar agresividad, debido a que tiene el

sentimiento del autoconcepto bajo, por culpa de la

conducta de la familia, que no lo valora suficiente,

por lo que debemos potenciar su confianza y

autoestima, por ejemplo: cuando un niño toma la

iniciativa en una actividad debemos reforzarle la

autoestima o cuando haga algo bien, lo

reconoceremos delante de todos.

Cuando el niño coga alguna RABIETA,

intentaremos que se calme, lo dejaremos un rato solo

para que se tranquilice, después lo volveremos a

introducir en el grupo mediante alguna actividad

nueva y estableciendo alguna norma.

Cuando varios niños se PELEEN, los tendremos

que separar, y dialogaremos con ellos para que se

pidan disculpas y se perdonen.

A través de la asamblea intentaremos solucionar

las rabietas y peleas, preguntándoles porque lo han

hecho y explicándoles cual es la correcta manera de

actuar, al mismo tiempo que, por medio de la

asamblea, a respetarse mutuamente.

Otra conducta agresiva es el NEGATIVISMO, en

la que el niño se niega a hacer cualquier cosa,

creando conflictos en el aula; suele ser debido a que

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hay problemas en su estructura familiar. Debemos

tener mucha paciencia con él, para intentar que se

sienta seguro, eficaz y querido por nosotros y por sus

compañeros.

LAS CONDUCTAS PERSUASIVAS: Las podemos

observar de distintas formas, como son los besos,

sonrisas, abrazos, o por el contrario, llantos,

lloriqueo, persistencia o perdida de tiempo. Estas

conductas las utiliza el niño en sus relaciones con los

adultos y con sus compañeros. También representar

un esfuerzo del niño por establecer su individualidad

o su autoestima, al igual que para comprobar sus

límites personales en la relación con los demás.

Cuando surgen estas conductas en clase, al niño no

se le puede prestar toda la atención que él quiere, ni

darle tantos besos como pide, sino que hay que darle

los mismos que al resto de sus compañeros. Cuando

un niño llora excesivamente, le dejaremos que llore

un rato, pero debemos hacerle comprender que esa

no es forma de comportarse y que no le podemos

prestar más atención que a sus compañeros.

Otra de las dificultades que se presentan en las

relaciones sociales del grupo-clase, es el NIÑO-

AISLADO, que tiene problemas en su relación con sus

compañeros. Las causas suelen ser debidas a él,

como que sea retrasado, que permanezca mucho

tiempo en silencio, que no proponga juegos a los

otros niños, que se mueva poco o que participe poco

en las actividades que organizan sus compañeros.

Por lo general, su conducta variará desde que el niño

participe poco en clase, hasta que se anime y pegue

al profesor o permanezca en un rincón con expresión

de miedo.

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La causa de este comportamiento suele ser una

educación sobreprocterora o por el contrario una

falta de cariño en los primeros años de vida del niño.

En ambos casos, la consecuencia es una falta de

seguridad en sí mismo.

Para ayudar a estos niños debemos reforzar

cualquier intento del niño por participar o

relacionarse con los demás, mostrando nuestra

aprobación. A medida que el niño se acerque al

grupo y comience a participar, irá adquiriendo

seguridad en sí mismo y aprenderá a relacionarse y a

participar. Esta seguridad en sí mismo hará que

paulatinamente vaya perdiendo el temor y se vaya

integrando en las actividades comunes, aunque no

debemos forzar a sus compañeros a que lo quieran.

Debemos valorar sus progresos delante de sus

compañeros, pero nunca le debemos mentir y decirle

que lo hace igual que sus compañeros, resaltaremos

lo que hace bien.

Para ayudar a mejorar la conducta a los niños, es

necesario que este proceso se realice en

colaboración con la familia, la cuál deberá modificar

su forma de tratar y educar al niño; a través de esto

conseguiremos que el niño adquiera confianza en sí

mismo, aspecto fundamental para que logre la

autoestima, es decir, la aceptación plena de sí

mismo, lo que le conducirá a la aceptación de los

demás.

Por lo tanto, después de ver los diferentes

aspectos de la conducta social de los niños en el

grupo-clase, y de cómo debe actuar la escuela para

intentar solucionarlo, vemos que LA EDUCACIÓN

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INFANTIL TIENE UN PAPEL PREVENTIVO Y

COMPENSADOR.

Ya que la escuela tiene la posibilidad de ser un

ámbito privilegiado para la prevención y detección

precoz de los problemas derivados del entorno

familiar, social o escolar negativos, que en lugar de

favorecer el pleno desarrollo del niño, le pone en

peligro, negándole la oportunidad de crecer,

sumiéndole, por el contrario, en unas condiciones

que deterioren su persona y frente a las que puede

adoptar conductas propias de la marginación social.

Según la L.O.G.S.E., las Administraciones

educativas asegurarán una actuación preventiva y

compensatoria, garantizando, en su caso, las

condiciones más favorables para la escolarización

durante la etapa de educación infantil, de todos los

niños cuyas condiciones personales, por su

procedencia de un medio familiar de bajo nivel de

renta, por su origen geográfico o por cualquier

circunstancia, supongan una desigualdad inicial para

acceder a la educación obligatoria y para proseguir

en los cursos posteriores.

La escuela para llevar a cabo las actuaciones

adecuadas antes de que sea tarde y evitar que el

niño se haga daño físico o emocional irreparable,

lleva a cabo distintos niveles de prevención:

- PREVENCIÓN PRIMARIA: La escuela debe actuar

con los niños de forma directa, educándolos en

hábitos y actitudes sociales y de forma indirecta por

medio de las familias, a través de la sensibilización y

la información.

- PREVENCIÓN SECUNDARIA: La escuela debe

procurar dectetar y tratar lo antes posible a los niños

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cuyo medio o entorno familiar presente carencias o

problemas, o a los que por su comportamiento se

hallen en peligro.

- PREVENCIÓN TERCIARIA: Tratan de prevenir

complicaciones y secuelas de inadaptaciones y cuidar

a los niños para reintegrarlos.

La escuela una vez detectado el problema

interviene tratando la:

Afirmación familiar, y las buenas relaciones

familiares.

Se acomodará a las características y a la

personalidad del niño.

Intentará compensar las carencias que el niño

tenga.

Mirará al niño como un ser capaz de

reaccionar y estimulará sus respuestas.

Le facilitará su autonomía.

Desarrollará en el niño un sentido de

conciencia solidaria.

Se coordinará con otras instituciones para

intentar dar respuestas a los problemas del

niño.

Con todo esto, podemos decir que la

Socialización es un proceso en el que interactuan

mutuamente, el niño y todas las personas de su

entorno, ya que el grupo social donde nace el niño

necesita también de la incorporación de éste para

mantenerse y sobrevivir y, por ello, además de

satisfacer sus necesidades, le transmite la cultura

acumulada a lo largo de todo el curso del desarrollo

de la especie. Esta transmisión cultural implica

valores, normas, costumbres, asignación de roles,

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enseñanza del lenguaje, lo cuál lo lleva a cabo a

través de los agentes sociales, que son los

encargados de satisfacer las necesidades del niño e

incorporarlo al grupo social. Entre estos agentes

están la madre, el padre, los hermanos, otros

familiares, compañeros, amigos, los maestros y otros

adultos, algunas instituciones, que son la familia y la

escuela, los medios de comunicación social, y otros

instrumentos como los libros, juguete, etc. Todos

ellos tienen una importancia decisiva en el proceso

de socialización del niño.