Striker #3 | Agosto 2015
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Strikermagazine
Nº 3
• Ag
osto
201
5
MICRONESIA • GHIGGIA • HOPE SOLO • THE NEW SAINTS
c’est fini
GRENAL DA PAZGritar contra la violencia
IKER CASILLAS
CALLE FÚTBOL, CALLE GOLDonde empieza todo
EL RUGIDO DE INGLATERRAAsí canta la Premier
ROBIN FRIDAYEl mejor jugador que nunca vimos
el curso comienzay nos vamos deviaje por europaen septiembre en
Strikermagazine
Striker MagazineDonde el fútbol es el protagonista
@RevistaStriker
s
Las despedidas no son fáciles. De hecho son una mier-
da. En lo referido al deporte, y concretamente en Es-
paña nos hemos olvidado de despedir, o al menos, esta-
mos en proceso. Eso sí, se nos da muy bien comparar y
en estos últimos meses lo hemos hecho como nadie. La
despedida de tal fulano comparada con la de tal otro.
Y así.
Elegir la figura de Iker Casillas para nuestra sección de
“La Mirada” no fue sencillo. Su marcha no nos cogió por
sorpresa, pero ya teníamos otro tema para tratar. Aún
así nos vimos obligados, por la trascendencia del fut-
bolista a darle protagonismo. Un deportista de la talla
de Casillas merecía, al menos, una parte de nuestra re-
vista. Como el número era para agosto, el tiempo iba
pasando, con Casillas ya jugando en el Oporto, y la co-
munidad madridista es tan amplia -y la no madridista ya
no digamos- que prácticamente ya se había dicho todo
sobre él. Decidimos que daba igual, aunque la lluvia de
textos sobre el símbolo madridista nos superó -gracias
a todos, por cierto- y tuvimos que empezar a hacer una
criba. Como no lo habíamos hecho antes decidimos ele-
gir tres textos que mezclablan información con historia
y que, creemos, son un buen compendio de la larga eta-
pa de Iker Casillas en el Real Madrid. Sirva como hasta
luego de parte de todos los que hacemos Striker para
uno de los futbolistas más importantes que ha dado
España y cuyo palmarés es envidiable. V o l v e r emos a
verlo. Seguro.
editorial
ALINEACIÓN INDEBIDA
Dirección y maquetaciónÁlvaro Ramírez
RedactoresDébora Saldanha Michael Puertas Sarah WickhamRebeca Cardona Rafael GallegoVerónica PrietoAlejandro CarrascoSergio Gaspar Iván GarridoBerenice DíazJulio SonsecaVirginia Villena
IlustracionesS. KingRubio
Twitter@RevistaStriker
CONTENIDO #3 10. LA MIRADAIker Casillas: 25 años de blancopor Álvaro Ramírez, Verónica Prieto, Alejandro Carrasco y Rafael GallegoTras pasar 25 años de su vida en el Real Ma-drid, uno de los jugadores más importantes de los últimos tiempos en España y en el mundo se marcha al Oporto.
28. LA VUELTA AL MUNDO30. Hope Solo: la excelencia y el caospor Sarah WickhamCon 34 años, la trayectoria de Hope Solo se ha movido entre la excelencia en los terrenos de juego y el caos en su vida privada.
42. The New Saints: soñar en grandepor Sergio GasparDesde su fundación en 1959 su historia ha sido una verdadera montaña rusa hasta convertirse en uno de los equipos revelación de Gales.
46. Micronesia: ilusión pacíficapor Iván GarridoEl desarrollo del fútbol en Micronesia avanza a pasos cortos y tiene su origen en el viaje de dos aventureros tras la eliminación de I n g l a -t erra camino a la Euro 2008.
54. El rugido de Inglaterra: así canta la Pre-mierpor Rebeca CardonaDel You’ll Never Walk Alone al Blue is the Co-lour, las gradas de la Premier League se llenan de famosos canticos.
66. Grenal da Paz: gritar contra la violenciapor Débora SaldanhaEl Grenal da Paz surge como iniciativa para luchar contra la violencia en un intento de en-señar a convivir a los hinchas.
72. Calle fútbol, calle gol: donde empieza todopor Michael PuertasEl fútbol comenzó en la calle y allí nos trans-porta “El Turco” en otra de sus historias.
80. DOSSIERLos fondos de inversión en el fútbolpor Julio Sonseca y Virginia Villena
88. ZONA RETRO94. Alcides Ghiggia: el hombre que silenció Maracanápor Berenice Díaz
102. Robin Friday: el mejor jugador que nunca vimospor Álvaro Ramírez
PortadaCarlos Rodríguez
DONDE: Rose Bowl (Los Ángeles, Estados Unidos)CUANDO: 17 de julio de 1994 (Italia v Brasil)QUIENES: Roberto Baggio y Taffarel
LA MIRADA
IKER CASILLAS:25 AÑOS DE BLANCO
santos queyo te pinte
Fue un ídolo total para el madridismo y se le elevó a la santidad. Capaz de desviar un balón con la mirada el santo se transformó en mortal y vivió la amargura del banquillo. De tocar la gloria a descender al infierno. De santo a topo, la trayectoria de Iker Casillas ha sido un viaje por el lado más oscuro del peso de la leyenda.
Texto: Álvaro Ramírez
Los que vamos cumpliendo años
hemos crecido con Iker Casillas
en la portería del Real Madrid y le
hemos visto crecer defendiendo
la meta blanca. No dejan de ser 25
años -16 en el primer equipo- los
que se ha pasado el de Móstoles
en el club de su vida.
Todo ha pasado rápido, muy
rápido, dejándonos una recta fi-
nal de infarto, en un peligroso descenso a los in-
fiernos que ha terminado por convertirse en un
sainete largo, tedioso, irrespirable y triste. No va-
mos a decir que se veía venir porque quizá sería
demasiado arriesgado afirmar que sabíamos el
final, pero lo cierto es que los últimos coletazos
de Iker Casillas como portero blanco soltaban un
tufo a desastre que tiraba para atrás.
Casillas se definió en la entrevista que man-
tuvo con Iñaki Gabilondo: “Tengo talento innato
desde pequeño. A mi no me hace falta ir al gim-
nasio”. La entrevista, que levantó una buena pol-
vareda entre sus más acérrimos detractores, dejó
expuesta para el resto del personal -esos que nos
mantenemos haciendo malabarismos en un térmi-
no medio y evitamos tirarnos a los extremos- una
faceta de Iker que hacía un tiempo que venía ar-
rastrando.
Uno de los símbolos del Real Madrid se había
instalado en la autocomplacencia, sobreprote-
gido hasta límites insospechados por las insti-
tuciones y los grupos mediáticos, fruto de una
trayectoria brillante en la que nunca llegó a ten-
er una competencia real -y si alguna vez la tuvo
hubo que sufrir un calvario mediático- y fruto del
que se sabe capaz de detener un balón con la mi-
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IKER CASILLAS
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rada. Iker Casillas debe saber -y Casillas más que
nadie- que el talento no vale nada sin esfuerzo,
porque el talento depende en gran medida del
físico y este del esfuerzo. Sobre todo cuando has
brincado los 30 tacos. Y por estos lares hay gente
que eso no lo perdona, por uno o por otro motivo.
Han sido 725 partidos vistiendo los colores
del Real Madrid, durante los cuales ha levantado
nada más y nada menos que 19 títulos, entre los
que se encuentran tres Champions. En esta histo-
ria ha habido demasiados protagonistas movidos
por intereses bastardos: de la directiva del Real
Madrid, pasando por los palmeros de la prensa
-la inmensa mayoría fieles escuderos de Casillas
y detractores de todo lo demás- hasta llegar al
propio Iker, incapaz, no se sabe por qué, de seguir
el ejemplo de un Xavi Hernández o de un Steven
Gerrard.
Pudo ser el exceso de sobreprotección. Tam-
bién pudo ser el exceso de orgullo. No había
que ser demasiado listo para entender que Iker
Casillas ya no era aquel portero que podía hacer
milagros. A falta de milagros, nos quedaban sus
paradas en los entrenamientos, los días de gloria
en Sudáfrica, o la repetición en bucle de aquella
estirada en Sevilla. Había bajado su nivel, si, y en-
tre todos terminamos por matarlo.
Fueron primero por una parte los periodistas,
empeñados en fortalecer campañas que no hacían
más que debilitar al Real Madrid, bajar el nivel de
popularidad de un Iker Casillas que comenzaba a
caer gordo a más de uno y dejar a un más que
digno Diego López a la altura del betún. Fue, por
otra parte, ese madridismo bipolar, que un día te
ensalza y al otro te crucifica el que comenzó a
no saber donde dirigirse y si lo sabía, sentía algo
en su interior que le llevaba de la recta final de
Iker Casillas a sus días de gloria. Quería manten-
erse en medio, pero en última instancia no podía.
El escudo por delante. Ese madridismo en el que
se mezclan piperos con no piperos, viudas de
Mourinho, neonazis escocidos, repartidores de
carnets, criminales de la verdad absoluta, pod-
casteros de diversa índole y gente que, en la may-
oría de los casos, pasa por ahí. Ese madridismo, o
una gran parte de él, acabó por silbar a Casillas.
Terminó llamándole traidor. Gritaba en cualquier
sitio donde le dejaban topo, topo y topo. Y en-
tonces, el final era más que inevitable.
Solemos -y en este caso más- sobredimension-
ar los malos momentos para tapar los buenos. Vi
a Iker en Saint-Dennis. Vi a Iker en Glasgow. Vi a
Iker en Lisboa. Vi como levantaba dos Eurocopas
y un Mundial. También lo vi fallar. Lo vi en el ban-
quillo. Lo vi arrodillado, en suelo brasileño, lam-
entando una cantada contra Holanda en el últi-
mo Mundial. Lo he visto defender al Real Madrid,
pero también lo he visto callar. Lo he visto acertar
en sus palabras y lo he visto hablar sinsentidos,
en momentos en los que era mejor estar callado.
Una hoja de servicios brutal y una trayectoria al
alcance de muy pocos, durante la que hemos vib-
rado y nos hemos emocionado, no puede quedar
manchada en su totalidad por una recta final dec-
adente. Como no había tenido la oportunidad de
decirlo: por todos los buenos momentos, gracias
Iker.
“ “No soy santo ni soy topo.Soy Iker Casillas.
todo empezóen glasgowSe convirtió en el portero más joven en jugar (y ganar) una Copa de Europa. La Octava llegó en Saint-Den-nis. Pero si hay un lugar que marca un punto de in-flexión en la carrera de Iker ese es sin duda Hampden Park, el estadio que acogió en Glasgow la final con-tra el Bayer Leverkusen. Si, la de la volea de Zidane.
Texto: Verónica Prieto
Saint-Dennis vio levantar al Real
Madrid su octava Copa de Eu-
ropa. Era la primera vez que se
enfrentaban dos equipos es-
pañoles en una final. Real Ma-
drid frente a Valencia. Míchel
Salgado, Karanka, Helguera,
Iván Campo, Roberto Carlos,
Redondo, McManaman, Raúl,
Morientes y Nicolás Anelka. En
la portería, un joven muchacho que procedía de
la cantera. Iker Casillas. El partido terminó 3-0 a
favor de los blancos, con goles de Morientes, Mc-
Manaman y Raúl.
Iker Casillas había comenzado su andadura en
el Real Madrid en la temporada 1990/91, en el
equipo de prebenjamines y con tan solo 16 años
-concretamente un 27 de noviembre de 1998- era
convocado con el primer equipo. Estaba en clase y
recibió una llamada del director del instituto para
comunicarle que el Real Madrid le había convoca-
do para un partido de Champions League, concre-
tamente contra el Rosenborg, debido a las bajas
de Illgner y Contreras, aunque el titular de aquel
partido sería Santiago Cañizares al que años más
tarde, en 2002, arrebataría la titularidad en la se-
lección española.
Si hay un momento que marca un antes y un
después en su carrera, al margen de aquella fi-
nal de Champions frente al Valencia, es el mágico
partido de Hampden Park, en el que el Real Ma-
drid se enfrentaba al Bayer Leverkusen que por
entonces contaba en sus filas con jugadores como
Butt, Placente o Michael Ballack.
La trascendencia del partido viene marcada
por el mal momento que vivía Iker Casillas. En un
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IKER CASILLAS
bajo estado de forma, quizá debido a su juventud
y a su exceso de confianza, Vicente Del Bosque
lo sentó en el banquillo, situación que se recordó
años más tarde y que Casillas recalcaba en su bi-
ografía, señalando que “se lo habían limpiado”.
Lo cierto es que Del Bosque achacó a una decisión
técnica la suplencia de Iker y remarcó que tenía
plena confianza en el portero. El caso es que en
aquella final de Champions League en Glasgow,
el ahora seleccionador español optó por darle la
titularidad a César.
El partido, además de suponer la novena Copa
de Europa para el Real Madrid, pasó a la histo-
ria por aquella mágica y estética volea de Zinedi-
ne Zidane. Pero también por la mágica actuación
de un portero que comenzaría su estrella ascen-
dente y comenzaría el punto álgido de su forma
física. Cosas de la vida y del fútbol, que suelen
compararse tan a menudo, César se lesionó y Del
Bosque tuvo que meter a Iker Casillas que aca-
bó salvando al Real Madrid, con un par de esas
milagrosas paradas suyas, del arreón final del
Leverkusen.
Desde entonces hasta el día de su despedida
(quien sabe si quizá vendrán más) Iker alcanzó
la plenitud como portero. Ganó una Champions
League más para sumar a su palmarés -la ansia-
da Décima frente al Atlético de Madrid- y por el
camino fue dejando paradas increíbles, actua-
ciones memorables, premios individuales, recon-
ocimiento internacional, consideración como me-
jor portero del mundo y tres títulos que parecían
inalcanzables, esta vez con la selección españo-
la. Levantó la Copa del Mundo en Sudáfrica tras
vencer a Holanda en la final, donde realizó dos
paradas históricas, y elevó al cielo dos Eurocopas
consecutivas, participando en el ciclo más exito-
so de España y marcando un hito en la historia del
fútbol.
Después llegaron los errores. El Mundial de
Brasil. El banquillo. Nada que pueda hacer borrar
aquel día en Hampden Park. Primero fue la octa-
va, pero todo empezó en Glasgow.
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Arriba: tras la consecución del Mundial, ya en zona mixta, Iker no pudo reprimirse y besó a su pareja, la periodista Sara Carbonero, en directo para toda España.
Abajo: Iker realiza una de sus milagrosas paradas en el arreón final del Leverkusen en Glasgow.
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Arriba: Iker junto a Roberto Carlos y Míchel Salgado, admira la Copa de Europa en Hampden Park.
Abajo: Casillas levanta la Copa del Rey en Mestalla, después de 18 años sin ganarla, ya con Mourinho en el banquillo del Real Madrid.
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Arriba: Iker levanta las dos manos en señal de 10. El Real Madrid acababa de conquistar la décima Copa de Europa en Lisboa frente al Atlético de Madrid.
Abajo: la selección española con Iker a la cabeza, eleva al cielo la Copa del Mundo en Sudáfrica.
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Arriba: tras el pitido final, Iker corre como loco. España es campeona del mundo.
Abajo: una parada para la historia. En un momento clave del partido, Casillas se vence en un mano a mano con Robben, pero termina desviando el balón fuera con la punta del pie.
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Arriba: la imagen de la desolación. Iker de rodillas tras recibir uno de los cinco tantos que encajaría España frente a Holanda en el Mundial de Brasil.
Abajo: Iker en el banquillo del Bernabéu en un partido de Liga. Diego López fue el elegido por Carlo.
roma no pagatraidores
De pronto Iker Casillas pasó a ser un topo, un traidor. La plaga de clásicos frente al Barcelona fue el principio del fin de la relación entre el portero del Real Madrid y el en-trenador portugués José Mourinho que acabó relegando al guardameta al banquillo y apostando por Adán prime-ro y Diego López después. Desde entonces nada fue igual.
Texto: Verónica Prieto
El exguardameta polaco del Real
Madrid contaba recientemente
en “Una carrera no Real”, su se-
gundo libro en colaboración con
Darek Kurowski en el que relata
sus cuatro años en la casa blanca,
algunos de los vaivenes vividos
en el vestuario del equipo duran-
te la etapa de José Mourinho.
De entre todo lo vivido en
aquellos tiempos, lo que más trascendió y lo que
más interesó a la prensa carroñera fue su eta-
pa en el equipo con el portugués a los mandos.
Dudek, que fue sentenciado con Pellegrini como
entrenador -el portero fue titular en el mítico Al-
corconazo-, no contó demasiado para los otros
entrenadores con los que trabajó como Schuster,
Juande Ramos o el propio Mourinho. Dudek fue el
eterno suplente -apenas si disputó 13 partidos en
los cuatro años que estuvo en el Real Madrid- en
gran parte porque del 2007 al 2010 Iker Casillas
vivía una de sus mejores etapas, en la plenitud de
su rendimiento.
Si hay un episodio que ha marcado la recta fi-
nal de la trayectoria de Casillas es, sin duda, aquel
que le valió el apelativo de “topo” y que el pola-
co rememora en su libro. “Mourinho entró en el
vestuario con cara de pocos amigos. Nos recrimi-
nó que cómo era posible que la prensa supiera que
Pepe iba a jugar ese día en el mediocampo, si era
algo que solo se conocía de puertas adentro. Dijo
que filtrar informaciones nos perjudicaba a todos.
Al club y también a nosotros, a los jugadores”. El
polaco advierte que esa anécdota fue el origen de
todo lo que vino después. “¿Dónde está esa rata?
¿Eres tú, Granero?, dijo José señalando a Esteban.
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IKER CASILLAS
Insistio varias veces en que había una ‘rata’ en
el vestuario y que no pararía hasta encontrarla.
Después cerró la puerta y se marchó. Aquel epi-
sodio, justo antes de disputar la final de la Copa
del Rey, fue el origen de todos los conflictos que
se produjeron con posterioridad”.
Fuese topo, fuese rata, lo cierto es que al
polaco no le falta razón en señalar que aquella
filtración tuvo una relevante importancia en el
devenir de Casillas en el club. La visita del Bar-
celona tras el fatídico 5-0 en el Camp Nou, que
terminaría con 1-1, trajo la tempestad donde an-
tes reinaba la calma. O al menos eso parecía. La
filtración a la prensa sobre la posición que ocu-
paría Pepe en el terreno de juego fue un punto de
inflexión. Aunque no el único.
Los días en los que Mourinho se reafirmaba en
su idea de que Iker Casillas era el mejor portero
del mundo iban quedando atrás y todo terminó
como el rosario de la aurora. Relegada la leyenda
al banquillo, primero fue Adán y más tarde Diego
López quienes se encargaron de defender la por-
tería blanca, con algún que otro vaivén durante
su paso bajo palos. “Diego López me gusta más
como portero que Iker Casillas”, declaró Mourin-
ho. “Juega bien con los pies, sale bien, domina el
espacio aéreo. Mientras yo sea el entrenador del
Real Madrid seguirá jugando”. Pero el fuego ya se
había extendido. Iker Casillas era el topo para los
acólitos del portugués y así permanecería.
Lo cierto es que cuando José Mourinho ater-
rizó en el Real Madrid decidió darle la titularidad
de todas las competiciones a Iker Casillas. An-
tes de que los blancos se enfrentasen en Copa al
Murcia, con Iker de titular, el portugués senten-
ciaba en rueda de prensa: “El mejor portero del
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mundo tiene que jugar siempre”. Eran los días en
los que la devoción de Mourinho por Iker Casil-
las era manifiesta. El luso aseguraba, tras la gala
del Balón de Oro de 2010 que “un día ganará un
portero el Balón de Oro y ese será Casillas. Es el
mejor”. Tampoco dudaría en elogiar a Iker tras la
final de Copa ganada en Mestalla al Barcelona:
“Respondió con dos grandes paradas. Nos sostu-
vo”.
Al margen del topo en el vestuario, el deteri-
oro de la relación llegó en la guerra sucia contra
el Barcelona. La gota que colmó el vaso de todos
los cruces que se sucedieron entre dos rivales
eternos e irreconciliables. El altercado del dedo
en el ojo a Tito Vilanova en la Supercopa de 2011
y la trifulca con la que finalizó el partido que se
llevó el Barça por 3 a 2, terminó con Iker Casillas
a firmar la paz con Xavi Hernández y Puyol con la
ya famosa llamada telefónica para relajar el am-
biente en el seno de la selección española que
tenía en el horizonte la posibilidad de ganar otra
Eurocopa.
Mourinho lo entendió como una traición. El
momento cumbre del desencuentro llegaba con
la suplencia de Casillas en La Rosaleda, partido
en el que Mourinho optó por Adán.
La mecha se había prendido y para una parte
de la afición madridista Iker Casillas ya no era un
portero. Era un topo o un traidor, aunque Dudek
afirmase en su libro que la palabra utilizada para
definir al filtrador fue “rata”. Sus enemigos se
crecieron y sus palmeros también. El ambiente
comenzó a ser algo irrespirable y Casillas comenzó
a escuchar los primeros pitos en casa. La guerra
abierta había comenzado y solo quedaba esperar
el final de la batalla.
La escena de Iker Casillas visiblemente enfad-
ado con el público que dejó ver la televisión bien
podría servir como epílogo al calvario más duro
que tuvo que soportar el portero en su recta final.
Roma no paga traidores, una sentencia que uno
de los símbolos del Real Madrid puede afirmar a
día de hoy que es cierta.
IKER CASILLAS
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EL AMOR QUE SENTÍA JOSÉ MOURINHO POR CASILLAS SE
FUE APAGANDO PROGRESIVAMENTE. LA
LLAMADA DE IKER A XAVI HERNÁNDEZ TRAS EL
EPISODIO DEL DEDO EN EL OJO A TITO VILANOVA Y LA
FILTRACIÓN A LA PRENSA DE LA POSICIÓN DE PEPE EN EL
CAMPO PARA UNO DE LOS CLÁSICOS, FUERON LOS
PUNTOS DE INFLEXIÓN DE UNA RECTA FINAL QUE MANCHÓ EL
NOMBRE DE CASILLAS.
LA VUELTA AL MUNDO
LA VUELTA AL MUNDO
HOPE SOLO 30THE NEW SAINTS 42
MICRONESIA 46PREMIER LEAGUE 54GRENAL DA PAZ 66
FÚTBOL EN LA CALLE 72
H O P ES O L O
la excelencia y el caos
A sus 34 años, la trayectoria de Hope Solo se ha movido entre la excelencia en los terrenos de juego y el caos fuera de ellos. Sobre el césped: 176 partidos con la selección, dos oros olímpi-cos, subcampeona del mundo en 2011 y campeona del mundo en Canadá. Fuera de ellos: una dura infancia, polémicas con sus compañeras y entrenadores, juicios por violencia doméstica y víctima del celebgate.
TEXTO DE SARAH WICKHAMFOTOGRAFÍAS DE STRIKER MAGAZINE
Habilidosa, con unos reflejos fe-
linos y un carácter competitivo
que la ha llevado a convertirse
en uno de los referentes del
fútbol femenino y a adquirir la
categoría de mejor portera del
mundo. A pesar de todos los
vaivenes que ha tenido su vida,
Hope Solo se ha mantenido en
lo más alto y, lo que es más importante, ha con-
tinuado defendiendo la portería de los Estados
Unidos. La flamante nueva campeona del mundo
-y Guante de Oro del torneo- nunca ha podido vi-
vir tranquila fuera del ojo del huracán desde que
se convirtiese en una jugadora de éxito. La fama,
sumada a su carácter
rebelde e indomable
y a las numerosas
polémicas que siem-
pre la han persegui-
do han llevado a Solo
a un punto de no re-
torno. Sabe que ya
no hay marcha atrás.
La propia jugadora lo
señalaba así en sus
memorias cuando re-
cordaba el duro golpe
a su imagen que había
supuesto que se hi-
ciese público el informe de la Agencia Antidóping
de su positivo: “Qué coño. Siempre he tenido
problemas con mi imagen”.
El carácter de Hope Solo se ha forjado desde la
cuna. No es difícil relacionar la imagen de la por-
tera con la de la típica joven rebelde que ha teni-
do que luchar y sufrir de lo lindo y que, a pesar
de todo, sigue regalando una cautivadora sonrisa
y una mirada penetrante que transmite seguridad
y buen karma. Su infancia no fue fácil y en su ad-
olescencia caía en picado cuando se elevaba a lo
más alto en lo deportivo. “El fútbol era lo único
que me sostenía”, declaró una vez a la ESPN re-
memorando aquellos días en los que no era más
que una cría.
washington, 1981. Hope Amelia Solo nació en
Richland, Washington, un 30 de julio de 1981 y
fue concebida en la cárcel, donde su padre, Jef-
frey John, cumplía condena por robo. Judy Solo,
su madre, visitaba con frecuencia a Jeffrey. Por
entonces, sus problemas con el alcohol eran más
que evidentes.
Fue su padre el que marcaría su vida para bien
y para mal. Desde los días en los que parecía que
nunca iban a separarse y la enseñaba a jugar al
fútbol hasta que desapareció sin más, víctima de
un sistema que lo había convertido en un despojo
humano.
Jeffrey John Solo,
además de un histori-
al delictivo bastante
amplio, era un veter-
ano de la Guerra de
Vietnam. Uno de esos
hombres que regresa-
ron del horror y que
fueron recibidos con
honores y banderas
al aire en los Estados
Unidos. El mismo país
que una vez finaliza-
da la guerra no supo
encontrarles un sitio. Jeffrey renegó de la patria a
la que había defendido y se convirtió en un vaga-
bundo más.
Hasta entonces, la relación de Hope con su pa-
dre estuvo marcada por el amor y por el odio.
Lo mismo ocurría con su madre. Ambos andaban
metidos siempre en algún lío, bien por el alco-
hol, bien por meterse en oscuros negocios y la
casa de Solo no se convertía precisamente en ese
hogar entrañable y acogedor que aparece en las
películas. La propia portera, rebuscando alguna
anécdota, recordaba aquellos días: “Una prima-
vera cuando yo era una ‘brownie’ desapareció el
JEFFREY JOHN, SU PADRE, MARCÓ SU VIDA. VETERANO DE VIETNAM,
ENSEÑÓ A HOPE A JUGAR AL FÚTBOL, CUMPLIÓ CONDENA
EN WASHINGTON POR ROBO Y TERMINÓ EN LA INDIGENCIA.
HOPE SOLO
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dinero que habíamos ganado vendiendo galle-
tas. A veces mi padre desaparecía. Una mañana
mi madre salió a buscar el coche y él se lo había
llevado para pagar sus deudas. Sin embargo era
mi padre. Él me llenó de amor, pero no sabía ser
un buen esposo, padre o, simplemente, un miem-
bro de la sociedad”.
Su infancia se convirtió progresivamente en
un infierno. En un ambiente de pobreza e inesta-
bilidad, pronto llegaron el acoso y las palizas.
Sus padres terminaron divorciándose cuan-
do Solo cumplió los 6 años pero, a pesar de todo,
siguió manteniendo una buena relación con su
padre. Un buen día, Jeffrey llevó a Hope y Mar-
cus, su hermano, a un partido de béisbol. Condujo
y condujo hasta llegar a Seattle, donde pasaron
varios días en un motel. Su madre, preocupada,
alertó a la policía. Los agentes encontraron a los
dos críos durmiendo en un banco de la calle. Mar-
cus y Hope regresaron a casa con su madre y Jef-
frey fue detenido, acusado de secuestro.
HOPE SOLO
STRIKER MAGAZINE 33
HOPE COMENZARÍA SU TRAYECTORIA EN EL FÚTBOL COMO DELANTERA EN LAS RICHLAND BOMBERS, ANOTANDO 109 GOLES. CUANDO LLEGÓ A LAS WASHINGTON HUSKIES, LESLIE GILLMORE LA PUSO BAJO PALOS.
NUNCA ES FÁCIL ASEGURAR SI HOPE SOLO ESTÁ MÁS LOCA QUE UNA CABRA O ES SIMPLEMENTE UNA CABRA LOCA QUE NO SABE MANTENERSE ALEJADA DE LOS PROBLEMAS
“
”FRANK ISOLA, PERIODISTA
richland bombers y washington huskies. Para
entonces Hope Solo ya había puesto en prácti-
ca las enseñanzas de su padre y su relación con
el fútbol terminó de consolidarse durante su
paso por la Escuela Secundaria Richland, aunque
no precisamente bajo palos. En la denominada
Mid-Conference, Solo levantaría tres títulos de
liga consecutivos, de 1996 a 1998, y ganaría un
campeonato estatal con las Bombers de Richland.
Lo consiguió, eso sí, actuando de delantera, su-
mando una brutal cifra de 109 goles.
El giro en su carrera -sobre todo en su demar-
cación en el terreno de juego- llegaría cuando
Solo abandonó la secundaria. A su llegada a la
Universidad de Washington fichó por las Wash-
ington Huskies, equipo de la Pacific-10 Confer-
ence y donde conoció a la entrenadora Leslie Gal-
limore y a la preparadora Amy Griffin.
Leslie Gallimore, una californiana que se había
curtido como defensa en Berkeley durante la mit-
ad de los años 80, había llegado a Washington
tras su etapa como entrenadora en la Universidad
de San Diego. Tomó el mando de las Washington
Huskies en 1994 -puesto que sigue manteniendo-
y a sus ídos habían llegado las andanzas de Solo
como delantera. Gallimore no tardó en tomar la
decisión de incluir a Solo en las filas del equipo.
Pero algo iba a cambiar: “Solo es una gran atleta y
miraremos con ella como puede rendir en su nue-
va posición, ya que ha pasado a portera después
de actuar como delantera en las Bombers durante
algún tiempo”.
Pronto se vio que Leslie Gallimore había dado
en el clavo. El progreso de Hope Solo era más que
evidente y a los títulos colectivos, la guardameta
iba sumando un palmarés envidiable a nivel de
premios individuales.
Solo se convirtió en la mejor portera de la his-
toria de la Pac-10 y en su segunda temporada fue
nombrada Mejor Jugadora del Año, siendo la pri-
mera guardameta en recibir tal distinción. Su cre-
cimiento era tan sobresaliente que en su último
año de carrera Hope estuvo nominada al Trofeo
Hermann, un premio anual de la Missouri Athletic
Club destinado a los mejores jugadores y juga-
doas de fútbol universitario a lo largo y ancho de
los Estados Unidos y que han ganado, entre otros,
Tony Meola o Alexi Lalas.
selección y reencuentro. Cuando Solo abandonó
la Universidad, especializada en Comunicaciones,
ya era la mejor portera que había visto Washing-
ton, con 18 partidos sin recibir un gol y 325 para-
das. En la selección nacional, Hope iba a pasar
por todas las categorías juveniles antes de unirse
a la absoluta. Debutó en 1996 con la selección
nacional estadounidense sub-16 y, más tarde, lo
haría con la sub-18, donde alcanzó el récord de 8
partidos sin recibir un gol en 1999. De ahí se unió
a la sub-21 hasta que dio el salto a la selección
absoluta, cuando su popularidad estaba en todo
lo alto.
HOPE SOLO
36 STRIKER MAGAZINE
HOPE SOLO
STRIKER MAGAZINE 37
Su paso por la Universidad iba a traerle un re-
encuentro muy especial. Fue durante uno de sus
paseos. Hope se topó con un pobre hombre de-
saharapado y maloliente en un banco público.
Le miró a los ojos y apenas si podía creerlo. Diez
años después, Hope volvía a encontrarse con su
padre.
Con altibajos retomarían la relación hasta la
muerte de Jeffrey. Hasta entonces, su padre, un
vagabundo fuera del sistema estdounidense se
convirtió en el fan número uno de su hija. Comenzó
a acudir a todos y cada uno de sus partidos y tam-
bién se pasaba por los entrenamientos.
estados unidos-europa-estados unidos. Tras su
paso por las Washington Huskies, Solo se marchó
a las Philadelphia Charge en 2003, un equipo que
formaba parte de la ya desaparecida Women’s
United Soccer Association. Por aquel entonces
Hope empezó a tener que lidiar con las lesiones
jugando tan solo ocho partidos hasta que decidió
marcharse a Europa.
En 2004 fichó por el Göteborg de la Primera Di-
visón sueca, jugando 19 partidos y más tarde se
marchó al Lyon de la Primera francesa, en 2005,
donde únicamente disputó siete encuentros.
Regresó a Estados Unidos y recaló en el St. Louis
Athletica de la WPS, de donde tuvo que marcharse
debido a los numerosos problemas que acumulaba
el equipo que desembocaron en la desaparición
definitiva de la franquicia. Hasta entonces, Hope
jugó 17 partidos para el Athletica y fue nombrada
Portera del Año, finalizando como segunda mejor
guardameta del campeonato en paradas y parti-
dos con la portería a cero, concediendo 14 goles
y siendo una de las principales protagonistas en
la consecución de las semifinales del torneo por
parte del Athletica.
Desaparecida la franquicia del St. Louis Ath-
letica, Solo se marchó a las Atlanta Beats, donde
alcanzaría la cifra de 16 titularidades jugando la
mayor parte del año con una lesión en el hombro
que finalmente tuvo que operarse.
SU PASO POR LA UNIVERSIDAD LE DEJÓ UN REENCUENTRO MUY ESPECIAL.DURANTE UNO DE SUS PASEOS, HOPE SE TOPÓ CON UN INDIGENTE EN UN BANCO PÚBLICO. ERA SU PADRE.
HOPE SOLO
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Los récords no pararían de sucederse en las At-
lanta Beats. Hope terminó la temporada con 6 par-
tidos sin recibir un gol, con un promedio de 1’64
tantos en contra. Finalizó como la tercera mejor
portera del campeonato y la primera en paradas
realizadas, siendo titular y uno de los principales
reclamos en el All-Star de la WPS.
Su siguiente equipo fueron las MagicJack, otra
franquicia con problemas que no duraría demasi-
ado tiempo y donde Hope únicamente disputó 4
partidos, aunque esta vez las causas de que ju-
gara menos no se encontraban en los embrollos
de la franquicia. El Mundial se acercaba y Hope
necesitaba ordenarse, tomarse un respiro y, sobre
todo, cuidar su hombro para darlo todo.
Hope ya era una fig-
ura a nivel mundial.
Para bien y para mal.
Para bien porque es-
taba a un paso de en-
trar en el exquisito
grupo de las mejores
jugadoras de la histo-
ria, si es que no lo era
ya. Para mal porque su
vida pública cada vez
estaba más expuesta.
Su caracter tempera-
mental no ha ayudado
demasiado y los mass
media han terminado
haciendo el resto.
Conforme su fama se extendía, Hope se acerca-
ba más a su padre, cuyo apoyo, a pesar de todo,
nunca le faltaba. Tras su ocasional reencuentro
todo parecía funcionar a las mil maravillas, pero
como siempre ocurre, los fantasmas del pasado
suelen tener un día tonto y aparecerse porque sí.
Jeffrey seguía siendo un ex-convicto y la sombra
de un hombre que ha vivido al margen de la ley
es demasiado alargada. Hope había aprendido
a personar, a dejar atrás el pasado y a defend-
er y sentirse orgullosa de su padre, fuera lo que
fuese. Y su padre, en definitiva, era lo que era,
un fallo más del sistema. “Muchas veces intenté
darle dinero, pero no loquiso. A él le gustaba vi-
vir así”. Y así seguiría. Un padre en la miseria que
acudía a los partidos de su hija oliendo mal y con
la ropa sucia y que arrastraba la alargada sombra
del ex-convicto. Entre otros altercados, Jeffrey
había sido nombrado sospechoso de asesinato en
un caso que finalmente se resolvió de forma fa-
vorable al no encontrarse las suficientes pruebas
de su implicación.
polémica en el mundial. Una de las polémicas más
sonadas de Hope dentro del combinado nacional
y una de la que más la ha perseguido tuvo lugar
durante el Mundial de
2007. Demasiadas co-
sas ocurrieron en tan
solo un año.
Hope había sido la
portera titular de Es-
tados Unidos durante
todo el campeona-
to. Hasta que llegó
la semifinal contra
Brasil. Para entonces
había concedido 2 go-
les en 4 partidos. En
una insólita decisión,
Greg Ryan mandó a
Solo al banquillo y
optó por la veterana
de 36 años Briana Scurry. Scurry contaba con una
envidiable e impecable hoja de servicios en el
combinado norteamericano, pero llevaba sin dis-
putar un partido más de tres meses.
Estados Unidos cayó 4-0 frente a Brasil y Hope
Solo estalló delante de los micrófonos. Entre
lágrimas Solo no se mordió la lengua: “Cualqui-
era que sepa algo de este deporte sabe que fue
una decisión equivocada. No tengo ninguna duda
de que yo hubiese parado esos goles. Ya no esta-
mos en 2004 (en la final de los Juegos de Atenas,
LA DECISIÓN DE GREG RYAN DE SENTAR A HOPE SOLO EN EL BANQUILLO POR BRIANA
SCURRY EN LA SEMIFINAL NO LE SENTÓ DEMASIADO BIEN.
ESTALLÓ FRENTE A LOS MICRÓFONOS Y FUE
APARTADA DEL EQUIPO.
Briana Scurry tuvo una brillante actuación frente
a Brasil que llevó a los Estados Unidos a hacerse
con el oro olímpico). Hay que vivir en el presente.
No importa lo que hiciera hace tres años. Lo que
importa es el ahora”. Tras sus declaraciones, Hope
Solo era expulsada del equipo.
Detrás de las lágrimas y de la frustración por
no haber disputado aquella semifinal se escondía
algo mucho más doloroso. Jeffrey John Solo había
muerto de un ataque al corazón. Había decidido
ejercer de padre y de fan número uno y tomó la
decisión de viajar para poder ver a su hija dis-
putar una Copa del Mundo. No pudo ser. Fue un
golpe demasiado duro para Hope.
Los días posteriores a sus declaraciones fueron
un verdadero calvario para Solo. Expulsada del
equipo, la relación con sus compañeras se enfrió.
Evidentemente sus palabras no habían sentado
nada bien y se temía que aquello pudiese reper-
cutir en el grupo.
Contra todo pronóstico, el 23 de junio de 2008
se anunciaba que Hope Solo sería la portera titu-
lar de Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de
Pekín. Briana Scurry se quedaba fuera.
Cosas del destino, el torneo iba a decidirse en
su final entre Estados Unidos y Brasil, esta vez
con Hope Solo bajo palos. Las norteamericanas
se impusieron por la mínima en el añadido y se
hicieron con la medalla de oro. La entrevista que
Hope concedería después para el Today Show de
la NBC le traería más de un dolor de cabeza pasa-
do un tiempo.
Su lesión en el hombro seguía dándole prob-
lemas por lo que Hope se perdió gran parte de
los partidos de clasificación para el Mundial de
2011. A pesar de todo, Solo entró en la preselec-
ción y jugó como titular.
Como si no pudieran librarse de ellas, Esta-
dos Unidos volvió a cruzarse con Brasil, esta vez
en cuartos de final. Los dos goles encajados por
Solo en la derrota de las estadounidenses por 2-1
frente a Suecia las metió segundas de grupo y las
llevó al enfrentamiento contra las brasileñas por
una plaza en la semifinal. Abby Wambach empata-
ba el partido para las norteamericanas en el añadido
y con 2-2 todo debía solucionarse desde el punto de
penalti. Hope detuvo el tercer lanzamiento y Estados
Unidos llegó a la final, donde vencería a Francia por
3-1.
En la final contra Japón, las norteamericanas cay-
eron en la tanda de penaltis, pero la competición no
dudó en premiar el desempeño de Hope: fue Guante
de Oro a la mejor portera, Balón de Bronce y fue in-
cluída en el once ideal del torneo.
el encuentro con antidopaje. La llamada de la Agen-
cia Antidopaje norteamericana pilló a Hope por sor-
presa. Fue poco antes de los Juegos Olímpicos de
HOPE SOLO
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SOLO Y EL DOPAJEExtracto de “Solo: A memoir of hope”, Hope Solo, 2012.
Estaba en una tienda copiando mi pasaporte y otros doc-
umentos que necesitaba tener en orden para los Juegos.
Miré mi teléfono y vi que tenía dos llamadas perdidas de un
número desconocido. Entré en mi correo y se me revolvió el
estómago. Tenía un e-mail de la USA DA -la agencia antidop-
ing norteamericana, el cuerpo del gobierno que supervisa
los programas antidoping para los deportes Olímpicos. Tra-
vis Tygart, el jefe de la organización, trataba de localizarme.
Marqué al número perdido. Travis contestó y me sugirió
que lo llamara a su oficina. ¿Porque? ¿Quería grabar nuestra
conversación? Estaba en shock, viviendo la peor pesadilla
que pueda tener un atleta. Sabía que no había hecho nada
malo, pero también sabía que solo podía haber una razón
para que la USA DA intentara localizarme. Y no podían ser
buenas noticias.
Travis se había ganado a pulso su reputación. La USA DA es-
taba detrás de Lance Armstrong, y Travis aparecía en todos
los noticiarios.
Me explicó lo que ocurría cuando llamé a su oficina. Una
sustancia conocida como canrenona había aparecido en un
test rutinario que me habían hecho el 14 de junio después
de un partido en Suecia. Está en la lista de sustancias pro-
hibidas. Travis se mostró comprensivo: me pidió no decir
nada a nadie hasta hablar con mis representantes. Parecía
dejar una puerta abierta para no arruinar mis olimpiadas,
pero me dijo que debía informar a la US Soccer, al Comité
Olímpico estadounidense y al Comité Olímpico Internacio-
nal.
[...] Yo sabía que era inocente y sabía de donde podía pro-
ceder la canrenona: estaba tomando una medicina para la
menstruación, la única que tomaba regularmente [...]
No fui suspendida, pero mi privacidad se tambaleó. Recibí
una advertencia de la USA DA que se hizo pública. Sabía
que eso no era bueno para mi imagen (ni para mis contra-
tos), pero qué coño, siempre he tenido problemas con mi
imagen.
2012 cuando Solo recibió la llamada.
Le habían detectado canrenona en un
control realizado tras un partido contra
Suecia. Totalmente segura de su ino-
cencia, Hope dio parte a la US Soccer,
al Comité Olímpico estadounidense y al
Comité Olímpico Internacional. Alegó
que la canrenona procedía de un me-
dicamento para la menstruación que
tomaba regularmente. No obstante, la
figura de Hope Solo volvió a estar en el
disparadero. A pesar de que no fue sus-
pendida, la advertencia que recibió de
la Agencia Antidopaje se hizo pública y
su imagen no salió bien parada. Sobre
todo porque algunos medios utilizaron
una entrevista en la que Solo confesa-
ba haber acudido borracha al programa
Today Show tras ganar la medalla de
oro en los Juegos de 2008.
Seleccionada como portera titular
para los Juegos Olímpicos de 2012 tras
evitar la suspensión de la Agencia An-
tidopaje, Solo y la selección estadoun-
idense volvieron a hacerse con la
medalla de oro. En la final que jugaron
contra Japón, que ya les había privado
de ganar un Mundial, Estados Unidos
ganó por un justo 2-1, siendo Solo la
salvadora del equipo al detener el que
podría haber supuesto el gol de las ni-
ponas para meterse en la prórroga.
subir y bajar. Para entonces, Hope Solo
ya era una verdadera estrella, para bien
y para mal. Solo participó en el pro-
grama televisivo Dancing with the Stars,
aunque hasta la fecha ha sido el menor
de sus problemas . Muchos de sus que-
braderos de cabeza han llegado de su
vida personal y privada. En noviembre
de 2012 el que más tarde sería su mari-
do, Jerremy Stevens, jugador de fútbol
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HOPE SOLO
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HOPE SOLO
americano, fue detenido en la investigación de un
asalto en el que Hope resultó herida. Aunque no
se presentaron cargos contra Stevens la situación
fue tan confusa que se llegó a especular con que
la pareja estuviese en medio de una fuerte dis-
cusión. Se casaron al día siguiente de los hechos.
Poco después, una llamada anónima alertaba
a la policía de un altercado en Kirkland, Seattle,
En el informe policial se ponía de manifiesto que
cuando los agentes llegaron a la casa Hope Solo se
encontraba visiblemente bebida y se observaron
heridas en los cuerpos de la hermana y el sobrino
de 17 años. La portera fue arresdata y puesta a
disposición judicial.
Por si fuera poco, Hope Solo fue víctima, al igual
que otros personajes célebres, de un hacker que
pirateó sus cuentas de iCloud. A raíz del suceso
vieron la luz unas cuantas fotos subidas de tono
de Hope Solo completamente desnuda.
El Mundial de Canadá 2015 supuso un nuevo
paso en su carrera, aunque también se vio sal-
picada por la polémica. Concedió tres goles en
todo el torneo, en el que Estados Unidos salió
campeón, y marcó la segunda mejor marca de la
historia de la competición: 540 minutos imbatida.
Además ofreció unas cuantas paradas espectacu-
lares. Todo ello le valió para recibir el Guante de
Oro. “Se siente tan bien. Ha sido increíble. Creo
que estoy en el pico de mi carrera”, declaró Solo
tras el partido.
Unos meses antes, en enero, Hope Solo y Jer-
ramy Stevens eran detenidos en California por
conducir una furgoneta de la Federación de Fút-
bol de Estados Unidos en un claro estado de
ebriedad y agredir a los agentes cuando iban a
ser arrestados. Ocurrió durante la concentración
con la selección, por lo que Hope Solo fue san-
cionada con 30 partidos y no pudo jugar la fase
de clasificación para el Mundial frente a Francia
e Inglaterra.
Hasta la fecha es el último capítulo de una vida
ajetreada y caótica. Quien sabe si volverá a ofre-
cer alguno más. Sobre el césped dejó su último
show al levantar el Guante de Oro y certificar que
dentro del terreno de juego es la número uno. Un
espectáculo bajo los palos a la que ha perseguido
una dura infancia y que, por un motivo u otro, no
ha sabido mantenerse alejada de la polémica.
the newsaints
soñar en grandeSu historia ha sido una verdadera montaña rusa desde su fun-dación en 1959 bajo el nombre de Llansantffraid. En 2003 se fusionó con el Oswestry FC, un club inglés que participaba en el campeonato galés. Antes de pasar a ser The New Saints se lla-maron Total Network Solution tras un acuerdo de patrocinio.
TEXTO: SERGIO GASPAR
A ntes de ser The New Saints
fueron otros tantos nom-
bres más, aunque, en de-
finitiva, siempre fueron el
mismo equipo. Los Saints
fueron poco a poco con-
sagrándose como uno de los
mejores clubes de la com-
petición amateur en la que
se inscribieron, ganando to-
dos los honores posibles, siendo campeones in-
numerables veces, algo que aficionados suyos me
han recordado en varias ocasiones.
El equipo se fundó en 1959 bajo el nombre de
Llansantffraid en representación de la pequeña
ciudad fronteriza de Llansantffraid-ym-Men-
chain, uniéndose a la Montgomeryshire Amateur
League, en el cuarto nivel del fútbol galés.
La situación del club, de origen modesto, me-
joró a partir de la década de los 80, llegando a la
tercera categoría en la 1989/90 y ascendiendo a
la Segunda un año después para terminar en la
1992/93 en la Premier League de Gales. Tras unos
inicios titubeantes en la primera línea del fútbol
de Gales, el Llansantffraid terminó campeón de
la Copa de la Liga en 1995 y campeón de la Copa
de Gales en 1996 tras vencer al Barry Town en la
final.
La llegada de poderosos patrocinadores que
terminan adueñándose de clubes y aficiones fue
un hecho al que no escaparon The New Saints.
Tras el comienzo de la temporada 1997-1998, el
equipo de Llansantffraid pasó a ser tomado por
Total Network Solutions, empresa especialista en
ordenadores del condado de Oswestry en un ac-
uerdo de patrocinio a todas luces lucrativo. De
este modo, tras un breve periodo bajo la denom-
inación de TNS Llansantffraid adaptaron el nom-
bre de Total Network Solutions, siendo el prim-
er club del Reino Unido en adoptar el nombre de
su patrocinador. A partir de entonces, con aquel
contrato de patrocinio bajo el brazo, el equipo
subió como la espuma, proclamándose campeón
de la liga de Gales en la temporada 1999/2000 y
debutando en la Liga de Campeones en 2001.
El Levadia Tallin de Estonia fue su oponente
en la primera ronda del play off. El equipo de Gales
consiguio un meritorio empate en su antiguo es-
tadio, el precioso y vetusto Wrexam Racecourse
Ground (2-2). Los galeses no pudieron comple-
tar la sorpresa, ante, a priori, el mejor equipo del
play off. Cayó derrotado por 4 a 0.
Al año siguiente no fue lo mismo. Los aficio-
nados, decepcionados por lo que pensaban había
sido un lamentable papel en la competicion euro-
pea, dejaron de llenar el Wrexam Racecourse.
El equipo, huérfano del apoyo de su inigual-
able afición acabó en un pésimo y decepcionante
octavo puesto en la liga. Eso si, en Copa el equi-
po seguía siendo fiable, alcanzando la final, en la
que caerían derrotados frente al Barry Town.
Aquella final de Copa llevó al equipo a la fase
de clasificación de la antigua Copa de la UEFA.
Quedaron emparejados con el Polonia Varsovia,
equipo que les vapuleó letalmente.
Para entonces, The New Saints había alcanza-
THE NEW SAINTS
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THE NEW SAINTS
STRIKER MAGAZINE 45
do un acuerdo para absorber el Oswestry FC de
Inglaterra, un club que tras tres temporadas en la
Premier League galesa había entrado en bancar-
rota. La Federación de Gales aprobó la fusión, que
ratificó la UEFA y TNS pasó a mantener una sede
social en ambas ciudades, engordando su plan-
tilla con jugadores de ambos equipos. La fusión
llevó a TNS a dominar el campeonato domésti-
co, consiguiendo tres títulos de liga consecutivos
(2004/05, 2005/06 y 2006/07) y un doblete de
Liga y Copa en la 2005/06.
En su paso por Europa, y debido a su buena
marcha en el campeonato doméstico, TNS ha reci-
bido el premio de enfrentarse a grandes equipos
en la UEFA tales como el Manchester City, partido
que reunió a más de 46.000 almas en el Cardiff
Stadium, y contra el Liverpool, partido que se re-
transmitió por la mayoría de canales y en el que
TNS se enfrentó a un once de gala en el que se en-
contraban Hyppia, Cissé, Xabi Alonso, Carragher
o Zenden.
A mediados de la temporada del doblete, la
empresa Total Network Solutions fue comprada
por British Telecom lo que llevó a suspender el
patrocinio durante el resto de la temporada, con
lo que todo ello suponía. Socios y aficionados se
reunieron para buscar un nuevo nombre y se apor-
taron ideas tales como subastar los derechos de
nombre a través de eBay. El nombre elegido por
consenso no fue otro que el definitivo The New
Saints, denominación que mantenía las siglas de
TNS para hacer remarcable el vínculo entre Llan-
santffraid, que tiene como apodo Saints, y Os-
westry.
Con el nombre también llegó el cambio en el
escudo (cruz verde con un dragón galés encima
originariamente), que tomó un típico dragón rojo
galés que aparece junto a un león, símbolo que
aparecía en el escudo del desaparecido Oswestry.
Arriba el nombre de las dos ciudades y la inscrip-
ción “The New Saints”.
Con la marcha de Total Network Solutions, el
ascenso de The New Saints no se vio afectado y
continuó siendo uno de los equipos más fuertes
del campeonato. En la 2009/10 volvió a procla-
marse campeón de Liga por quinta vez.
micronesiailusión pacífica
Entraron en el maravilloso mundo de los récords negativos tras encajar tres goleadas de escándalo en su paso por los Juegos del Pacífico. El desarrollo del fútbol en los Estados Federa-dos de Micronesia avanza a pasos cortos y tiene su origen en el viaje de Paul Watson y Matt Conrad tras la eliminación de Inglaterra en la clasificación para la Eurocopa de 2008.
TEXTO: IVÁN GARRIDO
Hay que viajar
hasta Oceanía, a
los a r c h i p iéla-
gos del oeste del
Oceáno Pacífico
para encontrar-
nos con los ocho
territorios que
conforman los
Estados Federa-
dos de Micronesia, el nombre que reciben las zo-
nas de Yap, Chuuk, Pohnpei y Kosrae. Los cuatro
estados se esparcen a lo largo del Pacífico, dejan-
do un reguero de 607 islas donde llegaron prim-
ero los portugueses en su búsqueda de las islas
de las Especias (Indonesia) y donde finalmente se
instaló el Imperio Español al alcanzar las Caroli-
nas en el siglo XVI, estableciendo su soberanía y
fundando las dos primeras colonias: Santa Cristi-
na de Yap y Santiago de la Ascensión de Ponapé.
La búsqueda del fútbol. Lo cierto es que conoci-
mos algo más de Micronesia el pasado mes, y todo
vino a raíz del fútbol. Por primera vez en su histo-
ria, en una decisión sin precedentes que tomaron
los organizadores de los Juegos del Pacífico, Mi-
cronesia formó una selección para participar en
la fase de clasificación de los Juegos Olímpicos
de Río 2016.
Visto desde nuestra perspectiva es difícil ase-
gurar si fue o no una buena idea, pero lo que si
es cierto es que todos los integrantes del combi-
nado vivieron una experiencia única que estarían
dispuestos a repetir.
La FSM-FA, o lo que es lo mismo, la Federat-
ed States of Micronesia Football Association, se
fundó en 1999, momento en el cual la selección
comenzó a moverse, aunque su actividad primaria
fue más bien escasa y en julio de 2003 cesaron la
competencia internacional. El fútbol en Microne-
sia se reducía entonces a los cuatro estados men-
cionados que componen el país, con algo más de
movimiento en Palikir, la capital federal situada
en Pohnpei.
Encerrados en unas islas en su mayoría atolo-
nes y arrecifes de coral sobre cordilleras subma-
rinas, el progreso futbolístico se convertía en una
misión imposible.
Paul Watson y Matt Conrad. La aventura de estos
dos británicos arrancó durante un partido entre
Rusia y Andorra, encuentro del que dependía In-
glaterra para participar en la Eurocopa de 2008.
Los Three Lions se quedaron sin participar, pero el
devenir del combinado inglés por la fase de clas-
ificación llevó a los dos amigos a reflexionar so-
bre el fútbol y a preguntarse cual sería la peor se-
lección del mundo y si ellos mismos tenían cabida
en el organigrama del fútbol internacional.
La clasificación de la FIFA les llevó en el mapa
a Guam. “Nos pusimos a buscar sus resultados
para ver a quien se habían impuesto”, explicaba
Matt Conrad. “Habían vencido a un buen puñado
de conjuntos que no formaban parte de la clasifi-
cación FIFA y a uno de ellos, a Yap, le habían en-
dosado un 7-1, lo que nos llevó a buscar a Yap, un
conjunto que había perdido todos los partidos que
había disputado excepto uno, frente a Pohnpei”.
Pohnpei era lo que estaban buscando.
Los dos aventureros enviaron un correo para
contactar con la pequeña isla del Pacífico y trans-
mitir sus inquietudes. Cosas de la vida, por aquel-
los años el exvicepresidente de la Asociación de
Fútbol de Pohnpei se mudaba a Londres.
De los dos tan solo Paul Watson había teni-
do cierta experiencia en el fútbol. Nacido en
Lethbridge, en Alberta, Canadá, Watson creció
entre Shirehampton y Henleaze y jugó semiprofe-
sionalmente al fútbol en el East Fulham FC antes
de convertirse en periodista deportivo y pasar al
programa Football Italia del Channel 4.
El entusiasmo que llevaron por bandera los
dos aventureros terminó con un periodo de prue-
ba al frente del equipo de Pohnpei. “Yo siempre
he sido un obseso de la táctica”, comentaba Wat-
son, “pero en Pohnpei tuvimos que empezar desde
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MICRONESIA
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MICRONESIA
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lo más básico”.
Conrad rememoraba su experiencia en Pohn-
pei: “Lo verdaderamente asombroso del fútbol es
que no necesitas mucho. Para crear una comuni-
dad apasionada del fútbol tan solo hace falta un
balón”. Los dos compañeros se encontraron una
situación en Pohnpei que era más o menos como
la imaginaban. Con apenas 100.000 habitantes y
con un alto nivel de pobreza, el fútbol era lo que
menos importaba allí y la tradición balompédica
no estaba apenas arraigada.
A pesar de todo no decayeron y con la ayuda de la
financiación de algunas agrupaciones religiosas
y del Comité Olímpico lograron poner en marcha
una liga en Pohnpei y conseguir ciertos avances.
Pero lo cierto es que el interés por el fútbol no
progesaba y pasada la novedad, se estancó. No
había ningún objetivo más allá de ganar parti-
dos en Pohnpei por lo que Watson y Conrad lo
LA IMPORTANCIA DEL SECTOR PRIVADO ES
FUNDAMENTAL. CON LA AYUDA DE AGRUPACIONES
RELIGIOSAS, PAUL WATSON Y MATT
CONRAD LOGRARON PONER EN MARCHA UNA
LIGA EN POHNPEI Y CONSEGUIR CIERTOS
AVANCES.
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MICRONESIA
tuvieron claro: había que buscar el estímulo en el
exterior. Pero la empresa no era una tarea fácil.
“Matt y yo llegamos a la conclusión de que el único
lugar al que podíamos ir con un fútbol establecido
era Guam”, señalaba Conrad.
Guam, en el Pacífico occidental, perteneciente
a los Estados Unidos como territorio no incorpo-
rado, es la isla más grande y meridional de las Is-
las Marianas. Hasta ahí todo bien. El único proble-
ma: la falta de patrocinio del equipo de Pohnpei.
Conrad se puso en contacto con un viejo amigo
de su familia dueño de una línea aérea de trans-
porte de mercancías. Todo salió a pedir de boca:
el antiguo conocido se ofreció a llevar al equipo
de Pohnpei hasta Guam.
“Cuando fuimos a Guam, la intensidad del equi-
po había variado mucho. Entrenábamos siete días
a la semana, comenzando en el gimnasio desde las
5, por lo que la condición física del equipo era in-
creíble”, contaba Watson. Tras seis días y cuatro
partidos, Pohnpei vencía 7 a 1 a un equipo de la
Premier de Guam y caían por la mínima ante un
combinado sub-19.
18 meses después de haber empezado desde
cero, Watson y Conrad habían escrito en las pá-
ginas de la historia del fútbol de Micronesia al-
gunos episodios memorables. “El principal logro
fue que este grupo de jugadores pudo volver a la
isla y demostrar que el fútbol puede darte la posib-
ilidad de hacer algo excepcional”, apuntaba Wat-
son.
Otro paso más. Islas Salomón, Fiji, Vanuatu o Nue-
va Caledonia tuvieron la oportunidad de pelear
para meterse en el Mundial. Son pequeños pa-
sos que se van dando. En 2010, el Hekari United,
el club ganador de la O-League de Papúa Nueva
Guinea llegó a disputar el Mundial de Clubes. Otra
muestra más de que el camino es seguir jugando
y evitar el estancamiento.
En febrero de 2010 volvía a ponerse en mar-
cha la FSM-FA bajo el mando de Steve Finnen. Mi-
cronesia no está afiliada a la FIFA, por lo que no
pueden disputar encuentros de clasificación para
el Mundial. Tampoco forman parte de la NF-Board
ni de la ConIFA, organismos que agrupan a los
combinados que no están reconocidos por la FIFA.
Pero Micronesia si forma parte del Comité Olím-
pico, dentro de la división de Oceanía, aunque no
se le pueden traspasar fondos hasta que la FIFA
reconozca el programa de desarrollo por comple-
to, por lo que el desarrollo del fútbol depende
básicamente de los movimientos de la FSM-FA y
de la inversión del sector privado. Todo ello, uni-
do al trabajo de Watson y Conrad, ha logrado in-
suflar un estímulo en Micronesia centrado en la
captación de jugadores de las diferentes islas y
en el desarrollo del deporte del fútbol desde la
escuela.
Jeff Whutel tomó las riendas de la FSM-FA en
2015 y bajo su aún corto mandato, Micronesia en-
tró a partipar en los Juegos del Pacífico por prim-
era vez en su historia en Port Moresby, capital de
Papúa Nueva Guinea. Se reunieron a 23 jugadores
menores de 23 años y se pusieron manos a la obra
para su participación en el torneo. El desastre no
pudo ser mayor.
Stan Foster, el entrenador australiano de Mi-
cronesia, no pudo ser más claro al final del par-
tido contra Tahití: “Ha sido un encuentro de niños
contra hombres”.
Micronesia terminaba última la fase de clas-
ificación y se daba el gusto de entrar en el mara-
villoso mundo de los récords negativos de la his-
toria del fútbol, aunque si les sirve de consuelo
al no ser miembro de la FIFA y al tratarse de un
combinado sub-23 sus números no serán oficia-
les y no e n g o rdarán ninguna lista de récords de
esa índole.
Fueron en total 114 goles recibidos en tres
partidos: 30-0 contra Tahití, 38-0 contra Fiji y 46-0
contra Vanuatu. Tres goleadas escandalosas que,
por si fuera poco, se solaparon entre sí batiendo
marcas, como si se tratara de una muñeca rusa.
Por ejemplo, el número de goles encajado por Mi-
cronesia contra Fiji (38-0) alcanzaba el honor de
52 STRIKER MAGAZINE
MICRONESIA
ser la mayor goleada de la historia (habían llega-
do 21-0 al descanso) hasta que apareció Vanuatu
y le endosó nada más y nada menos que 46 goles,
que se dice pronto. Aquel día Jean Kaltack, delan-
tero del Vanuatu, se marchó a casa con 16 goles
en su cuenta particular. Foster no tardó en pedir
ayuda a la FIFA: “Hemos jugado contra equipos
bien entrenados, espero que la FIFA venga a Micro-
nesia y nos afilie con Asia. Eso nos dará un gran
impulso”. No se le puede negar a Foster que tiene
razón. La petición del ingreso en la FIFA para Mi-
cronesia y la adjudicación de un ránking, mejo-
raría las cosas y abriría las puertas a una mayor
asistencia técnica.
Yo también quiero ser portero. Curiosamente, Mi-
cronesia no se da por vencida y ocurren esas co-
sas maravillosas que solamente parecen ocurrir
en el fútbol. Haciendo cuentas Micronesia recibió
sus 114 goles en 270 minutos, lo que nos lleva
a que el portero debía buscar el balón en el fon-
do de su red cada 142 segundos. Aún así, Foster
comentaba que la posición de portero era una de
las más codiciadas en la selección: “Es divertido
porque ahora tengo otro par de jugadores que me
han dicho que quieren ser porteros”. Increíble pero
cierto.
El primer cambio en la meta de Micronesia
llegó en la segunda parte contra Fiji (Micronesia ya
caía por 21 a 0), cuando el centrocampista Domi-
nic Hadad se puso bajo palos y jugaría después el
último partido. “Esto pasa porque cuando nuestros
porteros logran hacer una parada reciben una gran
cantidad de elogios, no solo por parte del público
sino también de parte de sus compañeros. Es algo
fantástico. El apoyo animó a los otros jugadores a
pensar que tal vez no sea tan malo estar bajo los
palos”, señalaba Stan Foster.
Bien como porteros, como centrocampistas o
como delanteros, los jóvenes de Micronesia no
olvidarán nunca la experiencia ni que hicieron
historia. Para su entrenador es simplemente el
comienzo de algo grande: “Los jugadores solo
querían regresar para volver a entrenar. Están
con mucha más dedicación porque no quieren que
vuelvan a repetirse las goleadas”, señalaba el se-
leccionador.
Ha sido un intenso aprendizaje a gran escala,
algo que les valdrá para el futuro: “Están en un
proceso de desarrollo y han mejorado mucho en un
mes”. Para la inmensa mayoría también ha sido
una experiencia vital además de deportiva: “Del
torneo salen con una experiencia que nunca hab-
rían tenido de no ser por el fútbol. Muchos de los
jugadores no sabían que había fuera de las islas.
Tuve que enseñarles a algunos como utilizar un as-
censor o las escaleras mecánicas”.
Paul Watson dirige un entrenamiento con el equipo de Pohnpei
STRIKER MAGAZINE 53
MICRONESIA
Micronesia no ha dicho su última palabra ya
que los Juegos del Pacífico volverán a contar con
ellos. Será dentro de cuatro años.
Lejos de Micronesia, uno de los dos aventure-
ros ingleses que un día terminó en Pohnpei, sigue
manteniendo la esperanza y la aspiración de que
los Estados Federados de Micronesia pasen a ser
reconocidos por la FIFA.
Tres años después de desembarcar en el Pacíf-
ico, Watson dio con sus huesos en uno de los
parajes más fríos del planeta. “Siempre consid-
eré Pohnpei como el principio de un camino via-
ble para convertirme en entrenador de fútbol”, ex-
plica Watson, “lo que hice en Micronesia supone
menos que nada en casa. No esperaba que el Chel-
sea me ofreciese un trabajo, ni siquiera en Cuarta
División, fundamentalmente porque mi currículum
no le decía nada a nadie”.
Paul Watson recibió una llamada de un direc-
tivo que había leído un artículo sobre su trabajo
en Pohnpei y aceptó una oferta en el Bayangol FC,
un equipo de Ulan Bator, en Mongolia. “Es un paso
adelante con respecto a Pohnpei si hablamos del
nivel de talento y de las opciones de lograr resulta-
dos. Creo que hay potencial para llegar lejos”.
Con más medios que en Micronesia, pero sin
excesos, Watson se ponía manos a la obra. “Los
recursos de los que disponemos disuadirían a
cualquier entrenador de seguir aquí su trayecto-
ria”, aclara Watson. “No es como aceptar un tra-
bajo en Tailandia o en la India, pero creo que están
contentos de haber contratado a alguien como yo
porque seguramente soy menos exigente a la hora
de hablar de sueldo, entorno y presupuesto para
fichajes”.
A diferencia de Micronesia, Mongolia es un
país con afición por el fútbol, sobre todo el in-
glés, aunque las condiciones de trabajo son du-
ras. El clima obliga a suspender la competición
durante seis o siete meses al año y los jugadores
se ven obligados a practicar el fútbol sala para
no perder la forma. Aún con todo, Watson sigue
convencido de ir logrando objetivos. “Estamos
intentado construir una nueva generación de ju-
gadores a los que los niños vean por televisión y
crean que pueden ser como ellos, en lugar de ver a
Luis Suárez y pensar que quieren ser como él pero
nunca lo conseguirán”.
El viaje que se inició con la eliminación de
Inglaterra para la Eurocopa de 2008, continúa su
épica en Mongolia. “Creo que hemos cambiado la
vida de muchos chicos. Creo firmemente en el fút-
bol como herramienta de cohesión y unión en el
seno de una comunidad. Quiero que la gente piense
que puede hacerlo. Hay muchas cosas que pueden
lograrlo, pero nada puede superar al fútbol por su
facilidad de lograr algo positivo”.
EL RUGIDO DEINGLATERRA
ASI CANTA LA PREMIER
EL RUGIDO DEINGLATERRA
ASI CANTA LA PREMIER
TEXTO: REBECA CARDONA
ASÍ CANTA LA PREMIER
56 STRIKER MAGAZINE
Este emotivo canto del Liverpool y que ha sido
entonado por las figuras más emblemáticas de la
música, conmemora la tragedia de Hillsborough,
el desastre en el cual fallecieron 96 aficionados
reds en una semifinal de la FA Cup en la que se
enfrentaban al Nottingham Forest.
Traducida como “Nunca caminarás solo” fue
grabada originalmente para el musical Carousel
en 1945, compuesta por Richard Rodgers y Oscar
Hammerstein.
La versionaron, entre otros, Frank Sinatra, Elvis
Presley o Johnny Cash. En Inglaterra fueron Gerry
& The Pacemakers quienes adaptaron la letra en
1960, llegando al número 1 en las listas británi-
cas el 26 de octubre de 1963 y siendo adoptada
por los hinchas reds.
When you walk through a storm,
hold your head up high,
and don’t be afraid of the dark ;
at the end of the storm there is a golden sky
and the sweet silver song of the lark.
Walk on through the wind,
walk on through the rain,
though your dreams be tossed and blown.
Walk on, walk on with hope in your heart,
and you’ll never walk alone,
you’ll never walk alone.
Walk on, walk on with hope in your heart,
and you’ll never walk alone,
you’ll never walk alone.
YOU’LL NEVER WALK ALONE
ASÍ CANTA LA PREMIER
STRIKER MAGAZINE 57
Esta canción se originó en el 2011, con la ad-
quisición del Aston Villa por Randy Lerner en una
iniciativa de los aficionados para la búsqueda
de un himno que ayudara a animar al club y que
lograra crear una atmósfera en los partidos en el
Villa Park.
Todo surgió a raíz de la campaña que se denom-
inó The 12th Man, que traducido al lenguaje fut-
bolístico sería algo así como “El jugador número
doce”.
Sucede que, cosas de hinchadas, el himno del Aston
Villa le ha llevado a protagonizar discusiones subidas
de tono con las aficiones de otros equipos que com-
parten el afamado “claret” y “blue” como colores in-
signia y que también se remarca en otras tantas can-
ciones.
The bells are ringing for the claret and blue.
Claret and blue. Claret and blue.
The fans are singing for the claret and blue.
Claret and blue. Claret and blue.
Everybody is knowing, to the Villa they’re going.
Where the Villa are showing.
We’re the best in the land. Best in the land.
We’re congregating for the claret and blue.
Claret and blue. Claret and blue.
The fans are singing for the claret and blue.
Claret and blue. Claret and blue.
And today we’re gonna score a goal or two,
or three or more
For the boys in claret and blue. Claret and blue.
Claret and blue.
the bells are ringing
58 STRIKER MAGAZINE
i’m forever blowing bubblesLa música de este himno adoptado por el West
Ham fue escrita por John Kellette. Las letras son
mérito de Jaan Kenbrovin, lo que es en realidad
un seudónimo colectivo de los escritores James
Kendis, James Brockman y Nat Vincent. El núme-
ro fue debutado en un musical de Broadway The
Passing Show en 1918, y que fue presentado por
Helen Carrington.
Los derechos de I’m Forever Blowing Bubbles
fueron originalmente registrados en 1919, y eran
propiedad de Kendis-Brockman Music Co. Inc. Lu-
ego fue transferido ese año a Jerome H. Remick &
Co. de New York y Detroit.
Versionada, entre otros, por el mítico grupo punk
Cock Sparrer, la canción va siempre acompañada
de una lluvia de pompas de jabón.
I’m dreaming dreams, I’m scheming schemes,
I’m building castles high.
They’re born anew, their days are few,
just like a sweet butterfly.
And as the daylight is dawning,
they come again in the morning.
I’m forever blowing bubbles, pretty bubbles in the air,
They fly so high, nearly reach the sky.
Then like my dreams, they fade and die.
Fortune’s always hiding, I’ve looked everywhere,
I’m forever blowing bubbles, pretty bubbles in the air.
When shadows creep, When I’m asleep, to lands of hope
I stray. Then at daybreak, When I awake,
My bluebird flutters away.
Happiness new seemed so near me,
Happiness come forth and high,
ASÍ CANTA LA PREMIER
STRIKER MAGAZINE 59
A pesar de que Blaydon Races es reconocida como
la canción de los aficionados del Newcastle Unit-
ed FC, esta ha sido adoptada por varios clubes a
través de Iglaterra. La referencia geográfica (e.g.
Scotswood Road) y en lenguaje dialectico (e.g.
gannin’) y parte de las letras han cambiado para
acomodarse al club pero la melodía se mantiene.
Se discute también el canto con los aficionados
del Gateshead FC que reclaman el himno como
suyo, ya que Blaydon está en Gateshead, club
opuesto al Newcastle. El mismo Geordie Ridley
era de Gateshead.
Geordies también entra en la contienda por la
propiedad de la canción a la que se une el AFC
Sunderland que también lo usa en sus partidos.
El Queens Park Rangers F.C. usa un canto similar.
blaydon races
Oh me lads you should have seen us coming,
Running down the Uxbridge Road,
You should have seen us coming,
All the lads and lasses smiles,
upon there faces,
Running down the Uxbridge Road,
To see the Queens Park Rangers.
ASÍ CANTA LA PREMIER
60 STRIKER MAGAZINE
ASÍ CANTA LA PREMIER
blue moonBlue Moon fue escrita por Richard Rodgers y Lo-
renz Hart en 1934. Versionada entre otros por El-
vis Presley y Rod Stewart, la canción ha incluído
ciertas variaciones en sus versos. El Manchester
City la adoptó en su forma original como himno.
El club también entona la popular canción Live for
City, la cual es una versión remix de Pounding de
Doves antes de la mayoría de los encuentros en
Eastlands, al igual que varias canciones de Oasis,
debido a que las cabezas visibles de la banda, los
hermanos Gallagher, son aficionados acérrimos
al club.
Del mismo modo es habitual escuchar el hiper fa-
moso Hey, Jude de The Beatles, grupo inspirador
de una de las referencias del britpop como son
Oasis.
Blue Moon,
you saw me standing alone,
Without a dream in my heart,
Without a love of my own.
Blue Moon, You knew just what I was there for
You heard me saying a prayer for
Someone I could really care for
Then suddenly they’ll appear before me
The only one my arms could ever hold
I heard someone whisper “Please adore me”
And when I looked my moon had turned to gold.
Blue Moon, now I’m no longer alone
I have a dream in my heart
I have a love of my own
STRIKER MAGAZINE 61
ASÍ CANTA LA PREMIER
Fue una canción que se volvió sinónimo de los
Spurs en la década de los 60.
De todos los clubes que han usado el Glory Glo-
ry como canto base, Tottenham lo ha usado más
extensamente que otros equipos. Originalmente
era una canción de marcha de la Guerra Civil
Americana, y terminó siendo una referencia para
el fútbol. La canción puede ser escuchada duran-
te cualquier encuentro en White Hart Lane, e in-
clusive en los encuentros de visitante a los que
asisten un gran número de aficionados Spurs.
El Hibernian fue el primer club en popularizar la
canción y también es utilizada por el Leeds Unit-
ed, que la sacó como single interpretada por Ron-
nnie Hilton, y por el Manchester United, escrita
por Fran Renshaw.
glory, gloryGlory, glory Tottenham Hotspur,
Glory, glory Tottenham Hotspur,
Glory, glory Tottenham Hotspur,
And the Spurs go marching on.
Tottenham are the greatest team the world
has ever seen (x2)
And the Spurs go marching on.
The pride of North of London were the kings of
White Hart Lane (x2)
And the Spurs go marching on.
Loyal Spurs supporters and they come to every
game (x2)
To watch the Spurs go marching on.
62 STRIKER MAGAZINE
ASÍ CANTA LA PREMIER
blue is the colourFamosa canción asociada con el Chelsea. Fue re-
alizada por el equipo y publicada en 1972 coin-
cidiendo con la final de Copa de la Liga ante el
Stoke City en la que cayeron 1-2.
Blue is the colour,
football is the game.
We are all together and winning is our aim.
So cheer us on trough the sun and rain
Cos Chelsea, Chelsea is our name.
Here at the Brigde, whether rain or fine, we can
shine all the time.
Home or away, come and see us play.
You’re welcome any day.
Blue is the colour,
football is the game,
We are all together and winning is our aim.
So cheer us on trough the sun and rain
Cos Chelsea, Chelsea is our name.
Come to the Shed and we’ll welcome you
wear your blue and see us through.
Sing loud and clear until the game is done
sing Chelsea everyone.
Blue is the colour,
football is the game.
We are all together
and winning is our aim.
So cheer us on through the sun and rain
cos Chelsea, Chelsea is our name.
STRIKER MAGAZINE 63
ASÍ CANTA LA PREMIER
El Crystal Palace Football Club adoptó la canción
como su himno en 1960. Fue entonada al inicio de
los juegos en casa, y luego del encuentro (cuando
el Palace ganaba). El coro es entonado después de
los goles en casa, antes de que se diga el nombre
del anotador. El Sábado 10 de Febrero de 1968
The Dave Clark Five tocó Glad All Over en vivo en
la casa del Crystal Palace, Selhurst Park.
Una versión fue cantada por el equipo al mismo
tiempo y fue publicada más tarde como parte
del marketing de temporada de la FA Cup (donde
alcanzaron la final de la competición) en 1990.
El Blackpool también usó Glad All Over como su
himno desde el 2008, y otros equipos de fútbol
inglés como Rotherham United, Port Vale y Swin-
don Town.
glad all over
You say that you love me,
(Say that you love me),
All of the time,
(All of the time).
You say that you need me,
(Say you that need me),
You’ll always be mine,
(Always be mine).
And I’m feeling, glad all over,
Yes I’m, glad all over,
Baby I’m, glad all over,
So glad you’re mine.
64 STRIKER MAGAZINE
ASÍ CANTA LA PREMIER
when the saints go marching inUtilizada por numerosos equipos de fútbol, fút-
bol americano, rugby o hockey, este himno tiene
diferentes variaciones. Se utiliza la letra original,
variaciones de la misma o se entona sin letra.
El himno adoptado por el Southampton vino ro-
dado debido a que el apodo que recibe el club es
el de the Saints y es el único equipo que utiliza la
letra original.
Oh, when the saints go marching in
Oh, when the saints go marching in
Lord I want to be in that number
when the saints go marching in.
Oh, when the drums begin to bang,
I want to be in that number
when the saints go marching in.
Oh, when the stars fall from the sky
I want to be in that number
when the saints go marching in.
Oh, when the moon turns red with blood,
i want to be in that number
when the sainst go marching in.
Oh, when the trumpet sounds its call,
I want to be in that number
when the saints go marching in.
Oh, whenn the fire begins to blaze,
I want to be in that number
when te saints go marching in.
STRIKER MAGAZINE 65
ASÍ CANTA LA PREMIER
Esta canción empezó a ser entonada en el inicio
de 1960 y fue retomada en 1980. La primera línea
es frecuentemente “Grand old team to get arrest-
ed for!”. La palabra redshite fue reemplazada por
el nombre del equipo que estuviera jugando y
la última línea era “And dear old Everton will be
there” en un principio, seguida del grito “Get out
of that you bums”.
El equipo también entro en varias ocasiones en la
lista de éxitos del pop siguiendo la moda de pub-
licar una canción cuando alcanzaban la final de
la FA Cup. Entre otras, grabaron The Boys In Blue
y All Togheter Now, una versión de la banda de
Merseyside The Farm que constituyó uno de sus
mayores éxitos y que no tiene nada que ver con la
famosísima canción de The Beatles.
it’s a grand old team
It’s a grand old team to play for
It’s a grand old team to support
An if you know your history
It’s enough to make your heart go.
We don’t care what the red side (redshite) say
What the heck do we care
Cause we only know
that there gonna be a show
when the Everton boys are there.
grenalda paz
gritar contra la violenciaEl incremento de la violencia en el fútbol en Brasil es un hecho que no puede pasar desapercibido. Necesitados de parar una sangría lamentable surgen iniciativas como el Grenal da Paz, un camino a la convivencia a través de una hinchada mixta que comparta la pasión por el deporte rey en el clásico que enfrenta a Internacional y Grêmio.
TEXTO: DÉBORA SALDANHA
El 1 de marzo de 2015 dio inicio
la campaña por la paz entre los
aficionados, en el estadio Beira
Rio, donde juega el Club Inter-
nacional. En un partido válido
para la liga estatal por prime-
ra vez “Gremistas” y “Colora-
dos”, azules y rojos, tuvieron
la oportunidad de ver el duelo
en un espacio común, codo con
codo. El área del grupo mixto se conformó con
mil rojos que tenían que invitar a otros mil tri-
colores. Las dos hinchadas serían recibidas en la
cancha vistiendo las camisetas de sus correspon-
dientes equipos. La iniciativa recibió el nombre
de “el Grenal de la Paz”, haciendo referencia a
uno de los más grandes clásicos del fútbol bra-
sileño -quizá del mundo- El Grenal, una palabra
que mezcla el “Gre” de Grêmio y el “Nal” de In-
ternacional.
Ambos equipos suman un total de mas de 210
mil socios y fans. El Internacional es el club bra-
sileño con mayor número de socios y fans, con
algo más de 136 mil y el Grêmio se encuentra ac-
tualmente en el cuarto lugar, con poco más de 82
mil. No sólo en número, este clásico es uno de los
más apasionados del Brasil. Además del número
de aficionados y de la importancia del choque, el
encuentro entre Grêmio e Internacional es uno de
los más apasionados de Brasil.
El primer partido tuvo un seguimiento espec-
tacular y todo el mundo estuvo involucrado para
bien, de los jugadores a los entrenadores. Luiz
Felipe Scolari, por e n t o n ces entrenador de Grê-
mio, y Diego Aguirre, entrenador de Internacion-
al, se reunieron un día antes del encuentro en una
cena para intercambiar camisetas de los equipos
y lanzar una proclama a favor de la campaña. En
el campo los jugadores se comprometieron con la
iniciativa y saltaron al verde con unas camisetas
blancas en las que podía leerse el mensaje #Gri-
tosdaPaz, una manera también de fomentar el
hastag en las redes sociales. La hinchada, el prin-
SUPEDITADOS A LA VIOLENCIA EN LAS GRADAS, LA
INICIATIVA QUE RECIBIÓ EL NOMBRE DE GRENAL DE LA PAZ LLEVÓ A MIL ROJOS A INVITAR
A OTROS MIL TRICOLORES PARA VER CODO CON CODO EL
GRENAL, EL CLÁSICO ENTRE EL INTERNACIONAL Y GRÊMIO.
68 STRIKER MAGAZINE
GRENAL DA PAZ
EL GRENAL DE LA PAZ DIO LUGAR AL CAMINO DEL GOL,
UNA INICIATIVA HERMANA QUE REUNIÓ EN LAS CALLES A MÁS DE 30 MIL PERSONAS QUE NO
PUDIERON ACUDIR AL ESTADIO.
cipal foco de atención de la campaña, acudió en
masa y en las gradas pudieron verse carteles en
contra de la violencia en los partidos de fútbol.
El Grenal da Paz dio lugar al “Camino del Gol”,
una iniciativa hermana destinada a todos aquel-
los aficionados que no iban a estar presentes en
las gradas. De acuerdo con la policía, el “Camino
del Gol” reunió a más de 30 mil personas en las
calles bajo un clima de total comunión y cama-
radería, algo que también pudimos ver en la Copa
del Mundo de 2014 en Porto Alegre. Familias de
todas las edades, gremistas y c o l oradas, acudi-
endo en masa con los colores de su equipo, con
banderas y pisando las pintadas calles de Porto
Alegre, engalanadas para la ocasión en azul y rojo.
Un ambiente de armonía y sin provocación entre
todos a q u e l los que no pudieron acudir al esta-
dio. Algo que nunca nadie hubiese i m a g inado
en los últimos tiempos. Sobre todo si hablamos
de un clásico de esta magnitud en Brasil.
Bien es cierto que se registraron algunos in-
cidentes fuera del estadio, aunque se señaló que
fueron lejos del recorrido del “Camino del Gol”.
Un enfrentamiento organizado entre hinchadas
con piedras, que dejó a un policía herido tras
caer del caballo. Sin embargo, los involucrados
fueron identificados y arrestados poniéndose a
disposición del Tribunal Especial. Fueron los úni-
cos incidentes registrados, totalmente aislados,
que no desmerecieron el show.
Ya dentro del estadio la comunión en la grada
STRIKER MAGAZINE 69
GRENAL DA PAZ
llevó a que el temor desapareciera. Incluso en los
momentos más tensos del duelo, que terminó sin
goles, no hubo problemas.
Dado el éxito y la tranquilidad con la que se
vivió el partido los jugadores decidieron continu-
ar con la iniciativa.
El siguiente Grenal, que tuvo lugar en abril de
este año, con el final de la Liga cerca, se celebró
en la Arena, el estadio de Grêmio. El presidente
del club, Romildo Bozán, no dudó un instante y se
puso a disposición de la campaña. Todo se hizo de
la misma forma que en el primer Grenal de la Paz
y, por segunda vez, la campaña fue un éxito con
una gran organización y con un buen funciona-
miento de la seguridad.
O r g a n i z a -
do esta vez sin
el “Camino del
gol”, pero con
el mismo clima
agradable y la
misma relación
de cordialidad
entre los cen-
tenarios riva-
les, la segunda
edición de las
hinchadas mix-
tas en el clásico
de Grenal también contó con la unión en los alre-
dedores. Los aficionados acudieron en autobús,
puestos a disposición por ambos clubes que se
desplazaron sin ningún tipo de problemas. El am-
biente tranquilo del segundo Grenal sorprendió
incluso a las autoridades. El clásico pasó sin in-
cidente y fue el primer partido válido para la de-
cisión de la Liga Estatal Gaucha.
El tercer Grenal de la Paz tuvo lugar justo en
el final de la Liga y se jugó en el estadio Beira Río,
el campo de Internacional. Esta vez el club rep-
itió las dos iniciativas: la hinchada mixta en las
gradas y el “Camino del Gol”, en el que se unieron
miles de personas que decidieron ir caminando y
cogidos de la mano al estadio.
Esta vez fue diferente y el partido no pudo ser
todo lo tranquilo que se esperaba. Una minoría
organizada de hinchas de Grêmio arrancaron y
arrojaron sillas a los aficionados de Internacion-
al. La facción organizada no se encontraba en la
zona de la hinchada mixta pero lograron empañar
lo que venía siendo una iniciativa impoluta.
Las hinchadas organizadas son siempre una
cuestión de lucha y de debate, sobre todo en Bra-
sil donde en los últimos años se ha asistido a un
incremento de los episodios violentos y de las
muertes.
Tras una serie de episodios que dieron la vuel-
ta al mundo el debate se intensificó poniéndose
sobre la mesa
la posibilidad
de una hincha-
da única -una
única afición
en el estadio-
para poner coto
a la violencia,
pero la medida
no avanzó por
c o n s i d e r a r s e
demasiado re-
strictiva. ¿Ten-
dría brillo un
partido cuando falta parte de la hinchada? Las
otras opciones propuestas fueron la prohibición
de los grupos organizados o la limitación de es-
tos al interior del estadio, así como la restricción
de banderas, objetos potencialmente peligrosos
e incluso instrumentos musicales. Ninguna de las
propuestas cuajó finalmente.
Fue entonces cuando la iniciativa #Gritosde-
Paz abogando por una hinchada mixta tal y como
se había dado en el Grenal optó por aumentar su
proyección y expertos, presidentes de clubes y
jugadores de todo Brasil pasaron a defender la
campaña para que se extendiera a otros estadios
del país. En este sentido, la prensa internacional
El incremento de los episodios de violencia en
Brasil llevó a plantear una serie de medidas que no
cuajaron por considerarse muy restrictivas, como la
de la hinchada única.
70 STRIKER MAGAZINE
GRENAL DA PAZ
ayudó mucho al dar bastante cobertura a lo que
se venía haciendo en los enfrentamientos entre
Internacional y Grêmio.
Como suele ocurrir en todas partes siempre
encontramos la parte pesimista, aquellos que no
ven que la iniciativa pueda triunfar en otros es-
tadios de Brasil. No obstante la inmensa mayoría
coincide que la campaña, como símbolo de civili-
zación, es el primer paso para un futuro promet-
edor. La hinchada mixta que propone la iniciativa
abre la cancha para la mayoría de la gente que
acude a ver el fútbol, esa mayoría que es pacífica,
que tolera la celebración del rival y que sabe con-
vivir con las personas que son de un equipo dif-
erente. Cuando esta mayoría asume su parte de
responsabilidad se inhibe a la minoría. Para que
eso ocurra lo ideal es la proliferación de la inicia-
tiva para que pueda calar hondo e introducir un
cambio cultural y de mentalidad.
Se lograron reunir a 2.000 gremistas y colo-
rados. Azules y rojos en un partido compartiendo
el mismo espacio. El objetivo pasa por reunir en-
tre 3.000 y 5.000 aficionados para el próximo en-
cuentro, unas cifras que asentarían el éxito de la
convocatoria. “Es un gran paso a copiar”, señala el
promotor Paulo Castilho del Tribunal de Hinchas
del Estado de Sâo Paulo en una entrevista a un
periódico local. Precisamente Sâo Paulo es otra
de las zonas donde la violencia en los campos de
fútbol ha experimentado una radicalización en
los últimos años, habiendo muerto tres personas
en el último enfrentamiento entre aficiones.
Sigue existiendo una serie de cuestiones que
es importante tratar cuanto antes, pero es inneg-
able que el mensaje que ha transmitido el Grenal
da Paz ha tenido una repercusión muy positiva y
ha alimentado las conversaciones entre los inte-
resados, el debate en las escuelas y en las redes
sociales y ha puesto sobre la mesa a la sociedad
que es posible una convivencia saludable en el
fútbol. Los partidos del Grenal da Paz supusieron
una alternativa histórica y valiente, el primer
paso para crear un movimiento fuerte y diferente
STRIKER MAGAZINE 71
GRENAL DA PAZ
que ayude a trascender los límites iniciados por
la campaña y se pueda acabar contra los que, ca-
muflándose bajo sus símbolos, únicamente pien-
san en las acciones criminales. No hace tanto ti-
empo que era común ver a las hinchadas mixtas
en los estadios brasileños. ¿Cómo no creer en el
éxito de la fórmula de nuevo?
CALLE FÚTBOL,CALLE GOL
un texto de michael “el turco” puertas
CALLE FÚTBOL,CALLE GOL
Caminando por las
calles de mi ba-
rrio, r e c o r d aba
una frase de Héc-
tor Lavoe, quien
filosofando, sin
tener intención
de hacerlo, decía
esta proclama:
“En los barrios de
guapo, no se vive tranquilo”, al mismo tiempo que
pasaba por aquella canchita de cemento con ro-
cas a granel, y arcos forjados de hierro que tan-
tas veces me vio jugar como portero o volante de
marca, hasta que la rodilla no dio para más.
Al volver a casa, sentado frente a mi computa-
dora viendo el México vs Panamá de la Copa Oro,
tras el daño tan grande que sufrió el equipo Pan-
ameño por cuenta de los inventos del señor Mark
Geiger, y el silencio no tan sorprendente de una
CONCACAF untada hasta el cogote en el denomi-
nado FIFAGate, que nos develó la cruda realidad
del fútbol manejado por el dinero negro, record-
aba la esencia de ese juego de la calle, del barrio,
de los amigos, ese que a pesar de no te-ner un
centavo en el bolsillo, emociona jugarlo, y sentir
la adrenalina de un encuentro futbolero en el que
no te juegas más que el honor y el talento.
Otra vez a la calle, la misma cancha. Las histo-
rias de competencia volvían a mí. Ver los cables
telefónicos atestados de zapatos rotos, mugrien-
tos, y hasta deshechos por los estragos de la lluvia
o el sol, hacían que el corazón latiera más fuerte
al ver esos zapatos rojos de suela de caucho que
perdí tras no poder contener tres penales ante el
combo del barrio vecino. Lo sé, yo que admiré a
grandes como Chilavert, Fillol, Mondragón, Pan-
cho Cevallos, Barthez y tantos otros, no fui capaz
de acercárme a ellos en una tarde de domingo.
Y puse la pelota, silente, sobre el centro del
terreno. Solo estábamos ella, el campo y yo, espe-
rando una patada inicial que la llevara a moverse
coquetamente, esperando a los amigos de toda
la vida. Al Gordo que se metiera al arco, al flaco
que desbordaba a punta de gambetas, al “caribo-
nito” que era la sensación entre las nenas que nos
veían jugar, al fortachón que bien podía emular a
Roberto Perfumo con un solo plante; esperando,
tal vez, recordar esos “códigos” que ni en la tele,
ni en los grandes estadios, ni con los grandes ju-
gadores fichados por cifras astronómicas podrían
entender, esos mismos que hacen que donde una
bola ruede y haya dos equipos en su disputa, la
magia del frenético fútbol siga estando viva.
La calle latinoameticana, el estadio más bonito
del mundo. Aún a pesar de mis escasos 20 años,
y de no ser un recurrente viajero de equipaje al
hombro y caminatas demenciales, he tenido la
oportunidad de encontrarme con personas en-
trañables a l lende las fronteras colombianas, his-
torias que tal vez conocí y conocieron de la mía
gracias a un balón, y que también, ni más faltaba,
se identificaron con alguna camiseta, admiraron a
74 STRIKER MAGAZINE
CALLE FÚTBOL, CALLE GOL
un jugador, pero sobre todo, quisieron probar sus
dotes en la barriada.
Me acordé de mi amigo y maestro. César, ar-
gentino él, de la ciudad de Colón, eterno agrade-
cido por el doctor René Favaloro, y fanático de
aquel Independiente de Bochini, Burruchaga, Ma-
rangoni, Percudani, dirigido por el Gran José Omar
Pastoriza en la temporada 83/84, que supo ganar
el título del Metropolitano a costa de un Racing
descendido, levantar su séptima Copa L i b ertado-
res, e incluso ser campeón del mundo venciendo
al mismísimo Liverpool de Kenny Dalglish y com-
pañía.
“Cesarín” es del fútbol de vieja data, el que
se jugaba con bola de trapo o medias enrolladas
en las empedradas calles argentinas. Se tenía que
jugar así, a mediados de los 60 y en los 70, en el
albor de juventud, no había otra manera de ha-
cerlo, en ese entonces, los balones de cuero de
animal se hacían costosos para la clase popular,
y los de cuero sintético estaba recién dando sus
primeros pinitos en las canchas del mundo.
Pero, qué importaba, con los amigos de infan-
cia todo valía, a pesar de que los años y la mad-
urez no los juntara tan recurrentemente, la pa-
sión seguía ahí, las piedras se hacían arcos, y que
empiece el fútbol a rodar. César quería emular a
los ídolos que consiguieron un triunfo heroico
ante Talleres en 1978; quería sentir esa misma
sensación que tuvieron esos 8 sobrevivientes a la
masacre arbitral al oír al “Pato” decir “Vayan, sean
hombres, jueguen y ganen”, y aún hoy, a pesar de
los años, del corazón remendado en su pecho, y
de la nostalgia propia del inclemente paso del ti-
empo, sigue viendo el alma humilde y fuerte del
juego que sale del alma, del que ni la mejor aca-
demia te enseña a apropiar.
Daniel, por su parte, es Chileno, mucho más
joven que César claro está, hincha furibundo de
Colo Colo, El Cacique que rompió en 1991 el
hechizo de los equipos de Chile con la Copa Lib-
ertadores, de la mano del Croata Mirko Joziç. Con
un equipazo en el que se destacaban hombres
“CESARÍN” ES DEL FÚTBOL DE VIEJA DATA, EL QUE SE JUGABA CON BOLA DE TRAPO O MEDIAS ENROLLADAS EN LAS EMPEDRADAS CALLES ARGENTINAS. LOS BALONES DE CUERO ANIMAL SE HACÍAN COSTOSOS Y LOS DE CUERO SINTÉTICO APENAS ESTABAN DANDOS SUS PRIMEROS PASOS.
STRIKER MAGAZINE 75
CALLE FÚTBOL, CALLE GOL
como Yañez, Pizarro, Margas, Martínez y Morón.
El mismo que a pesar de ver a una estupenda
generación de futbolistas trasandinos de los que
destacaban Salas y Zamorano, nunca había podi-
do vivir la gloria de ver a La Roja ganar un títu-
lo internacional hasta que Alexis Sanchez, en la
noche del 4 de Julio de 2015, le picó levemente
la pelota a Romero, hizo estallar el Nacional de
Santiago, y de paso, todo el país Austral.
Daniel también se daba sus buenos machacon-
es en la calle, claro, el asfalto reemplazaba las
empedradas bonaerenses y la pelota de cuero ya
se hacía más común, pero en esencia, la vivencia
es la misma.
A pesar del crecimiento desenfrenado de San-
tiago, y con él, la cantidad de automóviles que in-
vadieron sus calles y pasajes, el fútbol se siguió
haciendo lugar entre los pedazos de lata y los
cauchos de las llantas marcando su paso sobre el
improvisado escenario deportivo, haciendo así un
concierto de gambetas y roces, ante todo y ante
todos.
Ahora lo juega en el barrio, en las ligas lo-
cales, tal vez con un poco más de organización si
se quiere, y ya con algo de dinero de por medio,
víctima un poco de la modernidad que carcome a
la redonda, pero esperando que vuelvan esos días
de asfalto quemado y piernas gastadas en medio
de la avenida, con una sonrisa en el rostro y la
cara confundida en el enredo de sudor y aceite.
El “pica’o” de barrio. Pero no me podía olvidar
de mi bella Colombia, del “pica’o” del barrio, del
que muchas veces fui protagonista, y otras tantas,
al ser algo lelo en el campo, antagonista de prim-
era línea.
Ese que jugábamos a calle templada desde el
final del almuerzo hasta el grito de mamá gruño-
na esperando el regreso al hogar. El mismo que
armábamos con los amigos, que escogían los
equipos en disputa con las tapas de las gaseo-
sas de la tienda de la esquina; los arcos eran im-
provisados, todo era válido, las varillas cubiertas
con costales de harina, los sacos de la escuela, o
hasta los guacales -(para quienes no lo sabes, ese
es el nombre que reciben las cajas de madera en
las que se guardan las frutas)-, todo servía, solo
faltaba la bella pecosa, y a correr todo el mundo
detrás de ella.
Ese en el que, aunque suene a meme de re-
des sociales, no había árbitro, pasabas 6 o 7 horas
dándole haciendo pausas de máximo 5 minutos
para darle algo de respiro al cuerpo, el que se jug-
aba sin tácticas, sin conceptos, sin periodización,
posesión, definición o todo lo que termine en On,
a solo cuerpo, huevos y actitud, en el que el mar-
cador no importaba, importaba ganar, sí, pero más
que eso, importaba divertirse, pasarla bien, y re-
cordar que esa canchita improvisada recoge tan-
tos recuerdos, tanto dentro, como fuera de ella.
El que en las vacaciones era de sagrada
tradición disputar, un derby de barrio convocaba
76 STRIKER MAGAZINE
CALLE FÚTBOL, CALLE GOL
a los vecinos como si fuese un Barça – Madrid o
un Boca – River, todos se preparaban para jugar
ese partido; los bafles de los equipos de sonido
ambientaban el encuentro con algo de salsa o val-
lenatos, mientras que las mamás se entregaban
a la cocina esperando a los hambrientos gladia-
dores, ese mismo fútbol que hoy, lastimosamente,
parece perderse en el olvido y en las chequeras.
El tercer tiempo. Otra costumbre que se nos ha
ido metiendo en el baúl, es la del tercer tiempo,
el compartir con compañeros y rivales las anécdo-
tas de partido, sentados en algún sitio, riéndose o
criticando su propio accionar, pero que así mismo
servía para unir más los lazos entre los contendi-
entes, demostrando que lo que pasaba en la can-
cha, en la cancha se quedaba.
César es de la tradición porteña de “fútbol y
asado”. Después de jugar, la parrilla reunía a to-
dos los jugadores, se convertían en comensales
para degus-
tar su buena
mano para las
asaduras, las
brasas iban
e n v o l v i e n -
do de a poco
las carnes, y
el cocinar de
la misma iba
perdiéndose
en el aire con
el polvo de la
pelota y los
zapatos de
cuerina que
minutos an-
tes se cho-
caban en la
empedrada.
El vino
añejado y la
comida eran
el final del
STRIKER MAGAZINE 77
CALLE FÚTBOL, CALLE GOL
el melón con vino es indispensable en el
tercer tiempo chileno. un melón agujereado a
la mitad, con vino en el centro, que provoca una
mezcla de sabores refrescante.
encuentro futbolero, un buen reserva Sanjuanino,
unos bifes de chorizo con chinchulín, y las probo-
letas de queso daban el final a una tarde llena de
raspaduras, golpes, caños, gritos y goles, pero tal
era la magia del asado, que dejaba abierta la puer-
ta para que en 8, 15, o mil días, todos se volvieran
a encontrar en torno a la bola y el asador.
Daniel es de los que se junta a tomar el sol,
y una cerveza empieza a calmar los ánimos y a
reestablecer el cuerpo del desgaste, solo basta
una birra bien helada, para refrescar la gargan-
ta y amainar el sudor. Una heladera se convierte
en el sitio de reunión, uno sobre la pelota, otros
en el piso, otros sobre el mismo freezer, pero hay
que beber algo, el desgaste ha sido fuerte y el
físico exige su recompensa hecha de cebada fer-
mentada, ah, y claro, una bolsita de frituras o un
choricito para picar, tampoco es que venga para
nada mal.
Pero si quieres ser algo fitness, hay un tercer
tiempo muy famoso en tierras chilenas: el melón
con vino, un melón agujereado a la mitad con algo
de vino en su centro, los sabores se mezclan. El
agua propia de la fruta le da un entramado de
aromas extraño, pero que a la vez resulta ser de-
liciosamente refrescante, y por si acaso, también
te puedes comer el melón, por si acaso el estóma-
go pide algo más.
Nosotros, los colombianos, tenemos varios
78 STRIKER MAGAZINE
CALLE FÚTBOL, CALLE GOL
hábitos que acompañan ese periodo entre el final
del partido y el momento de partir, claro está que
una pertenece más al vademécum de la infancia,
pero de igual manera, hacen parte del compendio
de cosas que solo en la calle vas a entender.
Los “bolis”, son unas bolsitas de fruta conge-
lada en una nevera cualquiera, recurrentemente
eran el trofeo del partido, porque los perdedores
son los que pagan por los mismos. La otra, es la
Malta con Roscón, un simil, de Dona relleno con
bocadillo de guayaba, queso o dulce de leche,
según el gusto de los competidores, y que a lo
sumo, no llega a costar más de 40 centavos de
dólar.
Y la última, para los ya adultos, es el “refajo”,
un combinado de refresco de Cola roja con cerve-
za que, servido bien frío, y en la mayoría de los
casos por alguna dama de robusto aspecto que
funge como mamá, suegra o tendera de cabecera
de alguno de los players, resulta ser más delicio-
so y glorioso que el mismo vino consagratorio del
Vaticano. Dos “polas”, medio litro de Cola con
gas, y estás delante de la adalid de las reuniones
futbolísticas colombianas, la vía de entrada al an-
ecdotario de juego, la de risas y chistes, y pueden
pasar el tiempo que sea, pero todo, absoluta-
mente todo, pasa por entre la cofradía y el men-
cionado líquido vital.
Al rescate ante la modernidad. No es solo culpa
del baile de los millones que el fútbol haya perdi-
do tantos de sus valores, la tecnología, la llamada
“modernidad” ha hecho de las suyas, y no solo en
nosotros, sino en los que vienen detrás, las nue-
vas generaciones que ven el fútbol como modelo,
más que como sentimiento.
Ahora, gracias a los videojuegos, cualquier
chico puede emular ser un DT consagrado, mover,
poner, quitar, fijar, planear a su antojo, pero no lo
vive en carne propia, no se planta en una grama
a sentir el roce de la esférica susurrándole a sus
pies. No sabe lo que es hacer un quite deslizante,
tirar un caño, hacer un gol con la cabeza en la úl-
tima jugada, esa emoción se hace hielo en sus ve-
nas.
Ya no ven al fútbol como un espectáculo propio
de la cancha, de la esencia futbolera, es más, de-
bido a la expansión de la TV, no se identifican con
un color o camiseta, sino que resultan seguir a 6
o 7 cuadros al mismo tiempo, y de estos, ni uno si
quiera de su país, es más, ya no dicen “Quiero ser
como este o aquel, quiero jugar así, quiero mov-
erme asá” sino “quiero aparecer en las revistas,
firmar contratos, salir en la tele, recorrer el mun-
do”, y yo me pregunto, ¿La Pecosa. La caprichosa,
dónde la dejás, Hermano?
Por eso, la invitación es a volver a la magia
del barrio, al juego de nuestros padres, abuelos,
o incluso, de nosotros mismos, el de la infancia, a
palpar otra vez el suave toque de la pelota, el gri-
to de Gol entre panas, el ver cómo de un sablazo
tuyo puede salir ese sentimiento desde el alma y
todos se funden en un abrazo tan cargado de sen-
timiento y emoción.
Dejemos la máquina y el papel moneda a un
lado, regresemos atrás, abajo, a los sueños hu-
mildes pero a la vez mágicos, a ese encuentro
donde no solo juegas, compartes, sonríes y dis-
frutas aunque el líquido brote de la frente. Hay
que pegar la vuelta a ese fútbol de valores, donde
no importa quién eres, de dónde vienes o para
dónde vas, solo importa lo que muestres, y como
lo muestres, solo importa tener una pelota cerca
para empezar a correr como locos cuerdos detrás
de ella, solo vale lo sencillo, lo real, el sentido
humano del deporte más popular del mundo. Bas-
ta con rencontrarse con él para entender por qué
el fútbol envuelve tanta hermosura, estética y pa-
sión, pero para eso, habrá que poner el mapa y
localizar de vuelta la Calle Luna, Calle Gol.
Detrás del balón
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Reportajes, historias, análisis y opinión sobre fútbol internacional
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DOSSIER
LOS FONDOS DE INVERSIÓN EN EL FÚTBOL
Aparecieron como de la
nada aunque en realidad,
en menor o mayor medi-
da siempre estuvieron
ahí. Y, de repente, nos
los topamos de bruces y
comenzamos a verlos a
cada momento, como esa
ex-pareja que quieres
evitar a toda costa pero a
la que no paras de encon-
trarte. El concepto no es nuevo pero si que se puso
de relieve el pasado verano en el fútbol europeo,
momento del año en el que nos bombardean con
las palabras de venta, cesión, opción de recom-
pra o cláusula de rescisión, vocablos a los que es-
tamos muy habituados pero que en esta ocasión
venían unidos a otros conceptos como derechos
económicos, porcentajes de venta, propiedad
compartida y, claro está, fondo de inversión. Pero,
¿qué es un fondo de inversión? ¿De dónde viene
y a donde va? ¿Cómo funciona y en que lugar se
enamoró del fútbol?
En una socieda marcada por la crisis
económica, la industria del fútbol debe reorgani-
zarse y cambiar su modus operandi. No es nece-
sario señalar que no es lo mismo una época de
bonanza que un periodo de vacas flacas. De este
modo, los equipos pasan a diseñar sus plantillas
buscando calidad, esos jugadores indispensables
que necesitan en sus plantillas pero a un menor
coste. Es el momento en el que comienzan a mov-
erse los agentes, que buscan su comisión, y hasta
ahí se sigue el proceso que todos nos sabemos de
memoria. Ocurre que en época de vacas flacas es
el momento ideal que aprovechan los grupos in-
versores para adentrarse en el maravilloso mun-
do del fútbol, un paraíso de rentabilidad que no
conoce fin. El dinero llama al dinero. Nos encon-
tramos entonces con la aparición de fichajes que
llegan financiados -parcial o totalmente- por un
grupo de inversores distinto al equipo en el que
terminará jugando tal o cual futbolista. Ese grupo
inversor obtiene un porcentaje de derechos del
jugador que utilizará posteriormente en un tras-
paso futuro, con el único objetivo de rentabilizar
a lo grande el dinero invertido en primera instan-
cia. El negocio, claro está, se encuentra toda vez
que el futbolista sea fruto de un traspaso, cuyo
importe pasará a repartirse entre los tenientes de
los derechos económicos en función de los por-
centajes repartidos. Un modelo de explotación
económica nada nuevo y al que muchos ya han
señalado como una nueva forma de esclavitud
que conlleva una peligrosa especulación.
El Comité Ejecutivo de la FIFA acordó la pro-
hibición de la propiedad de futbolistas por parte
de empresas y fondos de inversión a partir del 1
de mayo de 2015, aunque mantuvieron la vigen-
cia de los contratos en vigor hasta su expiración.
Pero la FIFA, inmersa en un proceso de investi-
gación por corrupción, también planteó un pla-
zo transitorio a todos los clubes para adaptarse
a la nueva situación y dejando en el horizonte la
necesidad de hacer una definición adecuada de
“propiedad de terceros” para la normativa.
LOS FONDOS DE INVERSIÓN EN EL FÚTBOL
82 STRIKER MAGAZINE
LA FÓRMULA, COMENZADA EN AMÉRICA LATINA, SE EXTENDIÓ RÁPIDAMENTE POR EUROPA,
AUNQUE LA FIFA LE PUSO CERCO EN MAYO DE 2015.
EN PORTUGAL LOS CLUBES PASARON A TENER SUS PROPIOS
FONDOS DE INVERSIÓN, LA MAYORÍA IDEADOS POR EL
BANCO ESPIRITO SANTO Y CON UNA RENTABILIDAD DEL 35%
PARA SUS INVERSORES.
LOS FONDOS DE INVERSIÓN EN EL FÚTBOL
STRIKER MAGAZINE 83
La fórmula nace en América Latina, con una
gran difusión en Brasil y, sobre todo, en Argentina.
El argentino es el mercado donde nos podemos
encontrar la mayor cantidad de inversores ajenos
a los clubes, o en terminología inglesa third-part-
ner ownership (TPO). Con una práctica tan extendi-
da no es de extrañar que cuando la Agencia Tribu-
taria argentina aprobó una resolución para evitar
las operaciones con dinero negro apareciesen se
creasen dos registros que ayudaron a arrojar algo
más de luz al tema de los fondos de inversión.
Por una parte se encontraban los representantes
y por otra, los inver-
sores. El artículo 18
bis del reglamen-
to de traspasos de la
FIFA prohíbe la inter-
vención de un tercero
en el negocio, aunque
ya hemos visto que la
ley no pareció tener
trascendencia. En Ar-
gentina, la AFIP obligó
a los hombres de ne-
gocios del fútbol a
comunicar las opera-
ciones con jugadores:
identificación del fut-
bolista, fecha de op-
eración, porcentaje
de participación, din-
ero desembolsado y fecha en la que se recupera
la inversión. De no ser así la Agencia Tributaria
obliga a los clubes, que ejercen de recaudadores,
la aplicación de la máxima retención del impues-
to de ganancias, el 35% sobre el 90% de la op-
eración, que pasa a ser del 17’5% si el registo es
correcto.
En Brasil la práctica se extendió brutal-
mente. En mayo de 2015, según datos de Acorde
Corporate, el 90% de los futbolistas de Primera
en Brasil pertenecían a TPO.
En Brasil el pase del 30% de un jugador de
16 años se estipulaba en unos 250.000 dólares.
Su traspaso a un fondo daba la posibilidad de
unas inversiones más bajas. Hasta 2001 existía la
figura jurídica del pase, que permitía al jugador
seguir ligado al club una vez finalizado su contra-
to. Una vez cambiada la normativa, el vínculo del
futbolista pasa a ser efectivo solo durante la du-
ración de su contrato, condición básica para gen-
erar beneficios son sus derechos económicos. La
modificación de la norma abría paso a los fondos
de inversión, siendo uno de los más relevantes el
FIP Soccer BR1, bajo gestión del Banco Bradesco,
que maneja unos 20
millones de euros en
activos con plazos de
inversión fijados en
20 años.
Los TPO no
tardaron en extend-
erse por toda Euro-
pa, siendo prohibidos
primeramente en In-
glaterra, Francia y Po-
lonia pero haciéndose
muy fuerte en Portu-
gal. Es en territorio
portugués donde los
grandes clubes cuen-
tan con sus propios
fondos de inversión,
la mayoría ideados
por el Banco Espirito Santo. Creado en 2009, el
fondo está participado en un 15% por el propio
club, generando dinero por dos vías en cada ven-
ta, y en tres años ha generado una rentabilidad
del 35% para sus inversores.
En la Comisión Nacional del Mercado de Va-
lores portuguesa se registraron tres fondos que
tenían como objetivo la inversión en futbolistas:
Benfica Stars Fund (con participaciones en los
derechos económicos de Garay y Nolito y en su
día de Di María o Coentrao hasta su fichaje por el
Real Madrid), Sporting Portugal Fund (Capel y Jef-
LA PREMIER LEAGUE MULTÓ EN SU DÍA AL WEST HAM PORQUE
LOS DERECHOS DE MASCHERANO Y TÉVEZ, PROCEDENTES DEL
CORINTHIANS, ERAN PROPIEDAD DEL FONDO MEDIA SPORTS
INVESTMENT. EN BRASIL, SEGÚN DATOS DE MAYO DEL 2015, EL
90% DE FUTBOLISTAS DE PRIMERA PERTENECÍAN A TPO.
84 STRIKER MAGAZINE
LOS FONDOS DE INVERSIÓN EN EL FÚTBOL
fren) y Soccer Invest Fund. Por si fuera poco, una
de las mayores figuras en el mundo de los repre-
sentantes de jugadores, Jorge Mendes, asesoraba
al fondo de inversión Quality Sports Investments.
Quality Sports Investments, uno de los fon-
dos de relevante importancia, se funda en 2011.
Pasó a poseer los derechos de 15 jugadores, con
la participación de 20 inversores y el asesora-
miento de Jorge Mendes y Peter Kenyon, exdirec-
tivo del Manchester United y Chelsea. Se registró
en Jersey -territorio de tributación laxa- y contó
con una inversión mínima inicial de un millón de
libras, prometiendo una rentabilidad anual del
10%.
En Inglaterra, la Premier multó en su día al
West Ham porque los derechos de Mascherano
y Tévez, que llegaban del Corinthians brasileño,
eran propiedad del fondo Media Sports Invest-
ments. En ese aspecto, Tom Cannon, profesor de
desarrollo estratégico de la Universidad de Liv-
erpool, ya denunciaba en 2006 una práctica que
creía peligrosa: “Hay dos grandes miedos en los
aficionados. Primero, que los mejores jugadores
se vendan buscando beneficios en contra de las
necesidades del propio club. Después de todo son
especuladores. Buscan dinero, no ganar títulos.
Segundo, ¿dónde queda la lealtad de los jugadores
a su equipo? Se socava el vínculo entre futbolistas
y aficionados”.
El desembarco de los fondos de inversión en
España movió más de 100 millones en 2013 en un
mercado en el que se aceptaban jugadores como
aval, se financiaban fichajes y se costeaba su sal-
ario. Su actividad llegó a quedar recogida en el
Plan de Sostenibilidad que elaborara el Consejo
Superior de Deportes ya que permitió recortar la
deuda de los clubes de la Liga tal y como se pre-
veía para ese año (300 millones por temporada).
El primer caso en España fue el de Rober-
to. El jugador del Benfica llegó al Zaragoza en el
verano de 2011, poco después de que el club se
declarase en suspensión de pagos. El fondo de in-
versión pagó 8’6 millones por el portero.
LOS FONDOS DE INVERSIÓN EN ESPAÑA MOVIERON MÁS DE 100
MILLONES EN 2013. SU ACTIVIDAD LLEGÓ A QUEDAR RECOGIDA EN EL PLAN DE
SOSTENIBILIDAD ELABORADO POR EL CONSEJO SUPERIOR DE
DEPORTES YA QUE PERMITIÓ RECORTAR LA DEUDA DE LOS
CLUBES DE LA LIGA (300 MILLONES POR TEMPORADA).
STRIKER MAGAZINE 85
LOS FONDOS DE INVERSIÓN EN EL FÚTBOL
Sergio Dompablo, uno de los autores de Fon-
dos de Inversión y Actividad Deportiva advierte:
“A los mal llamados fondos de inversión, porque
en realidad son sociedades de capital riesgo, les
interesa entrar en el fútbol, en general, pero des-
confían de la estructura financiera de los clubes,
en especial en el caso de España. El activo más cla-
ro es, pues, el futbolista, ya sea por sus derechos
federativos o derechos de imagen, con los que los
riesgos materiales son más fáciles de controlar”.
Atlético de Madrid y Sevilla son dos de los
equipos que más han recurrido a los fondos de
inversión para sufragar operaciones. Stevanic,
Babá, Botía o Kondgobia, en el caso del club se-
villano, fueron jugadores contratados a través de
fondos de inversión.
El equipo colchonero explicó en su día que
había ingresado 45 millones por el traspaso de
Radamel Falcao, que tras ser uno de los activos
en tres de los títulos que ganó el Atlético -Euro-
pa League, Supercopa y Copa del Rey- se marchó
al Mónaco francés, por entonces recién ascendi-
do y con una importante inyección económica del
magnate ruso Rybolovlev.
En el caso de Falcao, Doyen Sports adquirió
el 33% de los derechos del futbolista colombia-
no a cambio de 20 millones con los que sufragar
el fichaje. El Atlético pagó 40 millones al Opor-
to y dos años después, Radamel era traspasado
al Mónaco por 45 millones. Hablamos de una
plusvalía de 5 millones de la cual le corresponde
la tercera parte al fondo de inversión.
Doyen Sports participó también en las op-
eraciones que llevaron a Negredo al Manchester
City o a Kaká de regreso a Milán. Doyen Sports
reconocía en 2013 su inversión de más de 100
millones en derechos federativos de futbolistas.
Con socios en España y base en el Reino Unido,
Doyen Sports se especializó en representación y
en la compra de derechos de imagen, teniendo en
Neymar y en el Cholo Simeone a dos de sus acti-
vos más importantes.
Según informes publicados en 2013 se es-
LOS NÚMEROS DE NEYMAR
En el fichaje de Neymar por el FC Barcelona hubo unos cuantos puntos oscuros que llevaron a la investigación de la operación para traerlo a España. El club catalán sentó la operación en 57 millones, aunque el total del montante podría sobrepasar los 90 millones. De entre el mar de números que generó el debate sobre el fichaje del brasileño cabe recordar que el 45% de sus derechos correspondían a fondos de inversión. Concretamente el 40% iba a parar al fondo DIS y el 5% al fondo TIESA, lo que gen-eró que, al conocerse las cifras reales del fichaje, los fondos reclamasen mayores plusvalías.
ATLÉTICO DE MADRID Y SEVILLA SON DOS DE LOS EQUIPOS QUE MÁS HAN RECURRIDO A LOS FONDOS DE INVERSIÓN CON OPERACIONES COMO LAS DE
FALCAO, STEVANIC O KONDOGBIA.
86 STRIKER MAGAZINE
LOS FONDOS DE INVERSIÓN EN EL FÚTBOL
tima que en España se invirtieron más de 100
millones de capital privado en la adquisición de
derechos federativos de jugadores en el fútbol
español, afectando a 13 de los 20 clubes de Prim-
era División. A día de hoy, la mayoría de los equi-
pos habrían recurrido a los fondos de inversión a
excepción de Real Madrid, Barcelona y Athletic.
Uno de los problemas que se ponen sobre la
mesa es la falta de regularización con respecto a
la existencia de los fondos, aunque la FIFA haya
tomado cartas en el asunto. Lo cierto es que re-
cientemente Bruselas pasó a examinar si la pro-
hibición del máximo
organismo del fútbol
mundial en relación
con la participación
de terceros en los
derechos económi-
cos de jugadores de
fútbol profesional
era compatible con
las normas europeas,
aunque hasta la fecha
no se ha decidido so-
bre la apertura de un
expediente formal.
Ricardo Cardoso, el
portavoz de materia
de Competencia del
Ejecutivo comunitar-
io, señaló que había
recibido las denuncias de la LFP y la LPFP portu-
guesa.
En materia de falta de regularización, Sergio
Dompablo advertía que la práctica “continuará
pese a la prohibición porque hay pocas salidas
más para el sostenimiento del fútbol como indu-
stria. Si está prohibido comprar los derechos fed-
erativos, se invertirá, por ejemplo, en una opción
sobre el derecho, o se recurrirá a triangulaciones
para evitar la prohibición, que ha sido como pon-
er puertas al campo. Lo adecuado, en mi opinión,
habría sido regularlos”.
En la misma dirección de la prohibición
frente a la regularización se explicaba Enrique de
la Mata, uno de los socios de Corporate Finance:
“En España, por ejemplo, hay que distinguir en-
tre los fondos regulados por la Comisión Nacio-
nal del Mercado de Valores, en los que podemos
hablar de 220.000 millones de euros más unos
108.000 millones de gestoras extranjeras, y los
puramente dedicados al fútbol, que han configu-
rado un pequeño sector sin regulación. Las opera-
ciones que han llevado a cabo en nuestro país son
unas 120 en los últimos dos años. La pretensión
de rentabilidad mín-
ima está en torno al
15%”.
Según las cifras
de Acorde Corporate y
Corporate Finance, el
valor de los jugadores
profesionales en Eu-
ropa sería de alred-
edor de 19.500 mil-
lones. “Ha sido una
herramienta útil para
clubes de bajo pod-
er adquisitivo, pero
cuando se pierde el
rastro de los propi-
etarios, podemos en-
trar en el riesgo de
la adulteración de la
competición”, señala de la Mata.
La denuncia de la prohibición por vulnerar
las normas de la Unión Europea, es una situación
que puede abrir nuevas puertas a una situación
que muchos consideran el principio de algo alar-
mante. En definitiva sigue siendo una lucha entre
los que consideran a los fondos de inversión un
instrumento legítimo dentro del sistema de libre
mercado al que los clubes pueden acudir ante la
falta del crédito bancario y entre los que lo con-
sideran un arma de doble filo que convierte a los
futbolistas en esclavos, descapitaliza a los clubes
PARA ALGUNOS ESPECIALISTAS LA SOLUCIÓN SE DEBE
ENCONTRAR EN LA REGULARIZACIÓN Y NO EN LA
PROHIBICIÓN. SEÑALAN QUE LOS FONDOS CONTINUARÁN,
INVIERTIENDO EN UNA OPCIÓN SOBRE EL DERECHO FEDERATIVO Y
ENTRANDO EN RIESGO DE ADULTERAR LA COMPETICIÓN.
STRIKER MAGAZINE 87
LOS FONDOS DE INVERSIÓN EN EL FÚTBOL
y puede llevar a sospechosas prácticas a la hora
de formar las alineaciones.
En la defensa de los fondos, el presidente de
la LFP, Javier Tebas, señaló que: “Hemos calcula-
do que hasta ahora los fondos de inversión le han
supuesto unos ingresos de 100 millones de euros
al fútbol español y el objetivo es triplicar esa ci-
fra en dos temporadas porque con esa entrada
de dinero mantendríamos talento y podríamos
fichar jugadores de primer nivel. Queremos que
los fondos se regulen”, mientras que el conseje-
ro financiero de la Liga aportaba las propuestas
necesarias para alca-
nzar la regularización:
“Hemos hecho una
propuesta por escrito
detallada y aproba-
da por los clubes, por
la que no se podrían
utilizar con menores
de edad, que el máxi-
mo del porcentaje que
pueda tener un TPO
sobre los derechos
económicos de un ju-
gador no sea mayor
de un 50%, o que un
club no pueda tener
más de seis jugadores
bajo esa condición”.
En la misma línea de defensa se mostraba
Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del
Atlético de Madrid, quien advirtió que: “Nosotros
hemos duplicado los ingresos, hemos jugado diez
finales y ganado siete títulos desde que en 2008
empezamos a utilizar este tipo de financiación”.
En el lado contrario el sindicato español y
mucho más arriba, claro está, la FIFA, la UEFA y
el sindicato internacional de jugadores, quienes
se mantienen en su posición de considerar a los
fondos como dañinos y como un instrumento que
puede adulterar una competición, al margen del
tan traído y llevado tema de la esclavitud del fut-
bolista.
En el fondo de todo, acusaciones cruzadas,
sobre todo a la Premier por parte de la LFP, ya
que tiene prohibidos los fondos de inversión y a
la que se ve como un elemento de presión sobre
la FIFA para llegar a prohibirlos en todas las com-
peticiones internacionales y así poder incremen-
tar su hegemonía económica. Javier Tebas, en su
defensa, considera a los TPO como estratégicos
para poder hacer frente al pujante crecimiento de
la Premier League: “Si no podemos utilizarlos en
cinco años la Premier será como la NBA y el resto
de campeonatos hab-
rán perdido interés.
Esto puede derivar
que los grandes clubes
decidan crear una
Liga europea. Poder
utilizar los fondos es
tan importante como
la venta centralizada
de los derechos tele-
visivos”.
Es evidente que
el dinero llama al din-
ero y que el capital
que logran mover los
fondos de inversión
es un caramelo que
pueden aprovechar li-
gas emergentes o en vías de un desarrollo a la
alza. Pero ¿hasta qué punto?
Un texto de Julio Sonseca y Virginia Villena.
Gráfico de El Mundo.
Información y consultas de El País, El Mundo, Pú-
blico, El Economista y El Confidencial.
EN EL FONDO DEL ASUNTO MUCHOS INTERESES CON LA
PREMIER LEAGUE EN EL PUNTO DE MIRA. JAVIER TEBAS SEÑALABA QUE “SI NO PODEMOS UTILIZAR LOS FONDOS, EN CINCO AÑOS LA PREMIER SERÁ COMO LA NBA Y
EL RESTO DE CAMPEONATOS HABRÁN PERDIDO INTERÉS”.
ZONA RETRO
ALCIDES GHIGGIA 90ROBIN FRIDAY 102
ALCIDESGHIGGIA
EL HOMBRE QUE SILENCIÓ MARACANÁ
TEXTO: BERENICE DÍAZ
Anotó uno de los goles más famosos de la historia del fútbol. Logró silenciar uno de los estadios más míticos y alimentó una leyenda. Después malvivió en Montevi-deo. La caprichosa vida quiso que Alcides Ghiggia se fuese para siempre en el 65 aniversario del Maracanazo.
Estaba en el lugar adecuado en el
momento justo. Obdulio Varela
corre con la pelota y se la pasa a
Ghiggia. Ghiggia la suelta, se la
deja a Julio Pérez y echa a cor-
rer. Julio Pérez levanta la cabe-
za y lo ve, rápido como el que
más. Pérez le devuelve el balón.
Ghiggia se zafa de Bigode y es-
cucha gritar a Míguez: “¡Pásala,
Alcides!”. Se lo dice dos o tres veces, entrando por
el centro. Lo ha escuchado perfectamente. Barbo-
sa, el portero de Brasil, también ha escuchado a
Míguez. Trece minutos antes de la jugada, Ghig-
gia ya había metido un pase para Schiaffino que
servía para empatar el encuentro. Barbosa no va a
permitir que ocurra otra vez por lo que se mueve
con la intención de interceptar un nuevo centro
de Ghiggia. “¡Pásala, Alcides!”. En una milésima
de segundo, Ghiggia ha decidido no centrar a Mï-
guez. Patea la bola. 200.000 personas se quedan
en silencio, un silencio que hiela la sangre y parte
el alma. Gol. Ha sido gol.
Montevideo, 1947-1949. El chico, con el paso de
los años, tomó porte de estrella de Hollywood.
Hasta entonces, Alcides había crecido en el seno
de una familia hincha de Peñarol, motivo por el
cual el joven Ghiggia dejó de jugar al balonces-
to para Nacional. Como si de una línea marcada
por el destino se tratase, su vida fue poco a poco
ligándose al fútbol. Su familia -sobre todo su pa-
dre- era estricta, cuadriculada, de esas que saben
qué es lo mejor para un hijo y qué no lo es. Cuando
Alcides tocaba la adolescencia sus padres pare-
cían tener bastante claro qué no era bueno para
su hijo. Fue por ello que Ghiggia dejó de estudiar
mecánica electrónica en la Universidad Técnica
de Uruguay y se vio pateando un balón con el ob-
jetivo de jugar al fútbol en Sudamérica.
Cosas de la vida el chico no pasó una prueba
para el Atlanta y tuvo que regresar a Uruguay. Fue
entonces cuando Nacional volvió a fijarse en él,
92 STRIKER MAGAZINE
ALCIDES GHIGGIA
ALCIDES GHIGGIA
aunque en esta ocasión no lo querían para el ba-
loncesto, sino para el fútbol. Pero su madre, hin-
cha de Peñarol, se lo había advertido claramente:
“Si vas a Nacional, no pisas más esta casa”.
Era 1947 y Alcides terminó fichando por
Peñarol equipo donde se curtió y en el que Eméri-
co Hirsch, el entrenador húngaro que dirigía el
equipo por entonces, decidió ponerlo de titular.
Para ese día ya era el año de 1949 y la decisión
de haber entrado en Peñarol comenzaba a dar sus
frutos. Además, el Mundial de 1950 se acercaba y
Alcides tenía una ocasión única de meterse en el
combinado nacional. Por suerte no había pasado
las pruebas con Atlanta y no se encontraba allí,
sino que estaba en Peñarol. Hubo un tiempo en
el que los jugadores que jugaban fuera no eran
llamados a la selección uruguaya.
Río de Janeiro, 1950. Ghiggia era un don nadie.
En Brasil apenas si lo conocían. Había entrado
como titular en Peñarol un año antes, era joven,
con buena planta y tenía calidad y olfato de gol,
pero seguía siendo un don nadie. Todo el mundo
hablaba de Obdulio Varela, el capitán de Uruguay
y de otros tantos que se movían por la cancha,
pero a Alcides no lo conocía nadie.
Brasil había montado el Mundial en casa con
el objetivo de levantar el trofeo. Nadie podía im-
pedirlo y todo estaba saliendo a pedir de boca.
La canarinha arrasaba en el césped a sus rivales y
habían dado la vuelta al mundo las goleadas que
habían endosado a España y a Suecia. 6 a 1 y 7 a 1.
Eran invencibles y llegaban a la final como los fa-
voritos indiscutibles. El clamor popular comenzó
a celebrar el título horas antes de que el árbitro
pitase el inicio de la final. Nada ni nadie podía
detener a la apisonadora en la que se había con-
vertido Brasil. Hasta que apareció Uruguay. Hasta
que apareció Alcides Ghiggia.
Uruguay se presentó en la final después de su-
mar a duras penas en sus dos anteriores encuen-
tros. Derrotó 3 a 2 a Suecia y empató a 2 goles
frente a España. Ghiggia había marcado en todos
ALCIDES TERMINÓ FICHANDO POR PEÑAROL. SU
MADRE SE LO HABÍA ADVERTIDO CON CLARIDAD:
“SI VAS A NACIONAL NO PISAS MÁS ESTA CASA”.
QUIZÁ FUESE EL DESTINO. EN 1949 EMÉRICO HIRSCH LO METÍA DE TITULAR Y SE
LE ABRÍAN LAS PUERTAS PARA EL MUNDIAL DE
BRASIL.
STRIKER MAGAZINE 93
SOLO TRES PERSONAS SILENCIARON MARACANÁ. EL PAPA, FRANK SINATRA Y YO.
“”
los partidos del torneo, pero quizá con eso no era
suficiente. Todo pintaba que sería coser y cantar
para los brasileños.
Roma, 1953. La vida no podía sonreirle más a Al-
cides. Regresó a Peñarol tras el Mundial de Brasil
y levantó el título de campeón de Uruguay. Era
ya una celebridad con lo que eso suponía, sobre
todo para el bolsillo. En 1952 Alcides perdía la
cabeza con Juan Carlos Armental, el colegiado
que dirigía el clásico entre Peñarol y Nacional y
la Federación lo suspendía 15 meses. Golpe bajo.
Llamó entonces a su puerta la Roma, algo
bastante inédito para la época ya que pocos ju-
gadores sudamericanos tenían la oportunidad de
jugar en Europa.
Su llegada a Italia fue propia de una estrella
mundial, con cientos de aficionados esperando su
llegada en el aeropuerto. Debutó contra el Charl-
ton, delante de 55.000 tifossi que acudieron para
verlo y permaneció nueve años en tierras italia-
nas: ocho temporadas en la Roma -ganando una
Copa de Europa- y una en el Milan -donde se alzó
con el scudetto-.
Ghiggia había crecido como jugador, triunfa-
ba y, como consecuencia, se hacía de oro. “En dos
años hice doce millones de liras”, contaba Alcides.
“No sé cuanto era, pero sé que me favorecía”. Así
era. Alcides vestía con ropas de piel, tenía tres
Alfa Romeo -un coupé Superligera, un Julieta y un
convertible-, se codeaba con personajes de la tal-
la de Gina Lollobrígida, Vittorio Gassman o Ana
Magnani, se alojaba en hoteles de cinco estrellas
y sufría el acoso de los paparazzi. Toda una cele-
bredidad.
las piedras, 2002. Ghiggia decidió dejar Monte-
video. Llenó una maleta con algo de ropa y con
sus medallas y se marchó. Debía ser 1992. Él ya
estaba jubilado y optó por retirarse a Las Piedras,
a 40 kilómetros de Montevideo, una pequeña ciu-
dad rodeada de viñedos donde, claro está, todo el
mundo lo conoce.
96 STRIKER MAGAZINE
ALCIDES GHIGGIA
STRIKER MAGAZINE 97
ALCIDES GHIGGIA
Tiene 66 años y está jubilado. El Estado uru-
guayo le da unos 15 mil pesos (cerca de 600 eu-
ros) de jubilación. Los medios solo se acuerdan
de él cuando llega el 16 de julio.
río de janeiro, 1950. La táctica parecía estar clara.
Alcides estaba en su mejor momento. Había ano-
tado en todos los partidos del torneo por lo que,
antes de salir al césped, el técnico y sus com-
pañeros se pusieron de acuerdo en que a Ghiggia
tenían que lloverle
balones.
Alcides explotó su
velocidad como pudo
por la derecha. Le lle-
gaban balones largos
y él encaraba, busca-
ba, luchaba y estaba
más enchufado que
nunca.
Unas horas antes
se había visto a gen-
te por las calles cel-
ebrando la victoria
brasileña. Nada más
conocerse los dos
finalistas se había
optado por un cla-
ro vencedor. Y no era
Uruguay. La prensa se
había vuelto loca y ya
veía a la canarinha le-
vantando la ansiada
Copa del Mundo.
La primera mitad terminó con empate a cero.
Todo pareció hundirse al arrancar la segunda mit-
ad. Gol de Brasil.
Pero Ghiggia seguía sobre el terreno de juego.
En el minuto 65 Obdulio levantó la cabeza y lo
vio. Le pasó la pelota y Alcides la condujo con
fuerza y velocidad. Una de esas cabalgadas de
película. Llegó al área brasileña y centró medido
a Schiaffino. Gol de Uruguay. 1-1.
uruguay se levantó estremecida. la
noticia había calado hondo entre los
habitantes del país. fue a parar a manos de un
socio de paco casal, un empresario del fútbol, y la habían tasado en 1.600 dólares. ghiggia se había visto obligado a vender la medalla de
maracaná.
Montevideo, 2002. Uruguay se levantó estremeci-
do. En los periódicos se podía leer: “Ghiggia debió
desprenderse de varios recuerdos que atesoraba
de su glorioso pasado deportivo y remató varias
medallas para lograr ingresos que le permitieran
solucionar problemas impostergables”.
Una de sus medallas más valiosas había sido
tasada en 1.600 dólares y fue a parar a manos de
Paco Casal, empresario del fútbol, representante
de jugadores y propi-
etario de los derechos
de televisión de la
Federación uruguaya.
Era la medalla de Ma-
racaná.
Roma, 1953. Ghiggia es
ya todo un personaje
público y famoso en
Italia. A pesar de ello,
deportivamente hay
quien todavía piensa
que decepcionó, aun-
que la hinchada roma-
na sigue recordándolo
como un fino estilis-
ta al que le gustaba
repartir juego.
La fama había
llevado a Alcides a
realizar una serie de
inversiones que no
terminaron precisa-
mente bien. Siempre se le achacó que no supiese
rodearse de buena gente y que no tuviese los
mejores consejeros. Sus negocios iban en picado
pero Ghiggia seguía siendo el centro de atención
y a él le gustaba.
Alcides abandonó la Roma después de disputar
201 partidos y anotar 10 goles. En 1963 regresaba
a Uruguay, 13 años después de aquel glorioso día
en Maracaná. Aquellos campeones ya se habían
ALCIDES GHIGGIA
98 STRIKER MAGAZINE
retirado, pero Ghiggia quería seguir en activo. El
físico le aguanta bas-
tante bien por lo que
Alcides continuará ju-
gando hasta pasados
los 40 años.
Pasó por Danu-
bio, equipo que venía
del subcampeonato
en Uruguay en 1954,
siete temporadas
después de su llegada
a Primera, y después
recaló en el Sud
América, equipo de
Montevideo habitual
de la Segunda y que
había tenido sus años de gloria en la década de
los 50, alcanzando el cuarto puesto en la Primera
División en 1958.
Ya en las filas de los buzones -como se denomi-
na al Sud América por el color naranja de su vesti-
menta- Alcides decide
colgar las botas. Fal-
tan siete días para su
42º cumpleaños.
las piedras, 2002.
Cuando Alcides deja
el fútbol tiene que
ponerse a trabajar. Al
igual que había ocur-
rido con sus antiguos
compañeros, el Esta-
do le otorga a Ghig-
gia una pensión y le
da un empleo público,
que en su caso fue en
los casinos municipales, un trabajo que ocupará
hasta cerca de 1990, cuando se jubila. A partir de
entonces Alcides recibe un total de alrededor de
600 dólares -unos 15.000 pesos uruguayos- pero
ghiggia recibía 15.000 pesos del estado
uruguayo, que además le consiguió un empleo en
los casinos municipales. aún así tuvo que vender algunas pertenencias y
sus dos casas.
ALCIDES GHIGGIA
STRIKER MAGAZINE 99
no parece ser suficiente. Como relataría después
su mujer, Alcides es un peligro con el dinero y
es ella quien tiene que ayudarle a administrarlo.
Ghiggia se ha visto obligado a vender sus medal-
las y dos propiedades que poseía: una casa en El
Pinar y otra en Montevideo.
montevideo, 2012. A Ghiggia siempre le gustaron
los coches. Fueron, junto a las mujeres, una de
sus grandes pasiones. Quizá fue en Italia donde
más los disfrutó, debido a que invirtió mucho del
dinero que ganaba en llenar su garaje de lujosos
Alfa Romeo.
Han pasado unos años desde que Ghiggia tuvo
que vender su medalla. Y las casas. Recibió 6.000
después de formar parte de un documental y cada
vez que lo reclaman los medios advierte que co-
bra por las entrevistas. A muchos periodistas no
les gusta, aunque el 16 de julio no tienen más re-
medio que aceptar.
Muchos siguen dándole vueltas a la venta
de su medalla de Maracaná. Alcides no esquiva
el tema y reniega de todo lo que se contó en su
día. Pero es mentira, o al menos, no todo lo que
cuenta es verdad. Ghiggia saca la medalla cada
vez que le preguntan por ella para certificar que
no la vendió en ningún momento. Lo cierto es que
el preciado tesoro mundialista se tasó en 1.600
dólares y se vendió pero el comprador, un socio
del empresario Paco Casal decidió devolvérsela.
Un par de periodistas indagaron entonces en
la historia de la medalla. Al parecer Paco Casal
tenía una buena relación con Ghiggia y le daba
unos 400 dólares al mes. También le regaló un
Renault Clío.
montevideo, 2014. No puede evitar emocionarse.
Alcides Ghiggia ya andaba delicado de salud y eso
era algo más que evidente. No había pasado por
sus mejores días después del accidente y aunque
seguía conservando esa sonrisa y esa mirada, las
secuelas no pasaban desapercibidas. Era un par-
tido entre Uruguay y Jordania en la repesca para
el Mundial de Brasil 2014. “Ñato”, como también
el renault clío con el que sufrió el accidente fue
un regalo de paco casal. el camionero que impactó con el
vehículo se saltó un stop y su
conductor acabó en prisión.
le llamaban, recibía un merecido homenaje en el
estadio Centenario. Era el único héroe del Ma-
racanazo que seguía vivo.
montevideo, 2012. Era un 12 de junio y el impacto
del camión contra el Renault Clío que le había re-
galado Paco Casal pudo ser mortal de necesidad.
Viajaban Ghiggia, Beatriz, su esposa, y su cuñada.
Alcides no llevaba el cinturón de seguridad. Trau-
matismos en tórax y cabeza, fracturas en rótula,
brazo y tobillo, lesión de cadera y deficiencia
pulmonar fueron el resultado del choque.
Ghiggia tuvo que ser internado de urgencia y
pasó 37 días en el hospital en coma inducido tras
la operación que le realizaron por sus múltiples
lesiones internas. El camión se había saltado una
señal de stop. Su conductor, Hugo Umpiérrez, era
procesado más tarde por un delito de “lesiones
graves calificadas por resultado múltiple” y pasó
dos meses en prisión. Fallecería un año más tarde
después de sufrir un accidente laboral.
río de janeiro, 1950. Terminaría siendo un día
100 STRIKER MAGAZINE
ALCIDES GHIGGIA
para la historia. El partido de fút-
bol por excelencia. La gesta que
quedaría para la eternidad.
Estaba en el lugar adecuado en
el momento justo. Obdulio Vare-
la corre con la pelota y se la pasa
a Ghiggia. Ghiggia la suelta, se la
deja a Julio Pérez y echa a correr.
Julio Pérez levanta la cabeza y lo
ve, rápido como el que más. Pérez
le devuelve el balón. Ghiggia se
zafa de Bigode y escucha gritar
a Míguez: “¡Pásala, Alcides!”. Se
lo dice dos o tres veces, entran-
do por el centro. Lo ha escuchado
perfectamente. Barbosa, el portero
de Brasil, también ha escuchado a
Míguez. Trece minutos antes de la
jugada, Ghiggia ya había metido
un pase para Schiaffino que servía
para empatar el encuentro. Barbosa no va a per-
mitir que ocurra otra vez por lo que se mueve
con la intención de interceptar un nuevo centro
de Ghiggia. “¡Pásala, Alcides!”. En una milésima
de segundo, Ghiggia ha decidido no centrar a Mï-
guez. Patea la bola. 200.000 personas se quedan
en silencio, un silencio que hiela la sangre y parte
el alma. Gol. Ha sido gol. “Fue la primera vez en mi
vida que escuché algo que no fuera ruido. Sentí el
silencio. Parecía que todo había terminado”, con-
tó años más tarde Juan Schiaffino. En el cielo de
Brasil todavía se escucha el eco de la narración
de un momento épico: “Dio para Ghiggia. Ghiggia
devuelve a Julio Pérez que la da en profundidad
al puntero derecho. ¡Corre Ghiggia! ¡Corre Ghiggia!
¡Se aproxima al arco de Brasil! ¡Tira! ¡Gol! ¡Gol de
Uruguay! ¡Ghiggia! Segundo gol de Uruguay. Dos
a uno”. La fiesta ha terminado en la calle y las
gradas del estadio son un auténtico funeral. Na-
die da crédito a lo que está ocurriendo. Es un 16
de julio de 1950. Ghiggia ha marcado el segundo.
Uruguay es campeona del Mundo. Acaba de tum-
bar a Brasil en Maracaná.
xtremefutbol.com
ROBINFRIDAYEL MEJOR JUGADOR QUE NUNCA VIMOSSexo, drogas, rock’n’roll y fútbol fueron los pilares básicos en los que se sustentó la vida de uno de esos jugadores únicos. Desaliñado, drogadicto, alcohólico y maldito, Robin Friday nunca jugó en Primera, pero levantó estadios en la Second Division con actuaciones memorables. Nunca lo vimos jugar pero dicen que fue uno de los mejores futbolistas del mundo. Esta es su historia.
un texto de álvaro ramírez
De entre todos los
antros que pueda
haber a lo largo y
ancho del Reino
Unido, conocía bas-
tante bien muchos
de ellos. Algunos
eran como su se-
gunda casa, cuando
no eran la primera.
En unos era el rey y
en otros un despo-
jo humano al que
largaban a patadas
y al que no volvían
a dejar entrar.
Frecuentaba el Boar’s Head, en Reading,
donde lo habían hechado más de cien veces por
sacarse la polla por la bragueta y el sitio en el que,
aún con todo, le aconsejaban marcharse a casa a
una hora prudente; saltaba desde el segundo piso
del Top Rank a la pista de baile junto con otros
compañeros sin importarle demasiado su integ-
ridad física, y nada más tocar el suelo se movía
como si le estuviesen dando espasmos; y, sobre
todo, era uno más de la entrañable fauna que
podía encontrarse en el Churchill’s, una ratonera
de Reading donde se daban cita delincuentes de
todos los escalafones, putas, p o l i t ox icómanos y
gente que ya no tenía nada que perder. Fue allí,
en el Churchill’s, donde un joven con melena,
sucio, borracho y drogado, entró, miró a la clien-
tela, se puso en medio de la pista de baile y se
quitó la gabardina para ponerse a bailar. Estaba
totalmente desnudo.
- ¿Quien cojones es ese payaso? - preguntó uno
de los habituales.
- Eh, cuida tu boca, gilipollas. Es el mejor fut-
bolista que he visto en mi vida.
Así parecía ser. El prestigioso David Coles, de
la BBC, lo había incluído en una lista de los me-
jores jugadores de la historia junto a Maradona.
Era Friday. El puto Robin Friday.
ROBIN FRIDAY
104 STRIKER MAGAZINE
ROBIN FRIDAY
STRIKER MAGAZINE 105
acton, 1952. A unos diez kilómetros de Charing
Cross, en el oeste de Londres, se encuentra Ac-
ton, un enorme barrio obrero londinense donde
nacieron Robin y su hermano gemelo Tony un 27
de julio.
Como a otros tantos, sus orígenes marcaron
profundamente su deriva en la vida. Hijos de un
joven matrimonio de clase baja, Alf Friday, un con-
ductor para una empresa de lavandería, y Sheila,
que se habían casado con 20 años, los dos her-
manos crecerían en un ambiente en el que pre-
dominaba la pobreza y las malas artes para salir
de ella, además de otros hábitos no demasiado
saludables para un par de chicos de corta edad.
Tony y Robin se complementaban, como bue-
nos gemelos. Tony era el aplicado y extrovertido,
Robin el chico tímido y mal estudiante. A pesar
de tener algo de alergía a la escuela, Robin había
desarrollado ciertos talentos artísticos y también
deportivos. Era un excelente dibujante y le había
dado por el tenis, el cricket y los bolos. Pero
donde demostraría una mayor habilidad sería en
el fútbol.
La familia de Friday era de tradición futbo-
lera. Su abuelo, Frederick Riding, había jugado
en el Brentford antes del estallido de la Segunda
Guerra Mundial y su padre se había encargado de
transmitir la emoción del fútbol a sus hijos, a los
que comenzó a llevar a partidos cuando apenas
contaban con dos años y con quienes solía jugar a
la pelota los domingos en el parque.
Fue también su padre quien advirtió las in-
creíbles capacidades de Robin en el fútbol. Era
un chico que destacaba en cualquier posición y
aunque en muchas ocasiones se empeñaban en
ponerlo bajo palos -era extremadamente ágil y
tenía unos increíbles reflejos- a Robin le gustaba
lo de marcar goles.
Su padre no estaba por la labor de que Robin
desperdiciara todo su talento en el fútbol por lo
que no dudó en presentar a su hijo a los clubes
que habían mostrado interés. Fueron primero el
Queens Park Rangers y más tarde el Crystal Palace,
hasta que con 13 años Friday pasó sobradamente
las pruebas para jugar en el Chelsea. Pero había
algo más allá de las cualidades técnicas para lo
que Robin no estaba preparado. En un conjunto
de la entidad del Chelsea perseveraban la disci-
plina y dominaban unas normas, algo para lo que
el joven parecía no haber nacido.
COMENZÓ A
CONSUMIR MUY PRONTO.PRIMERO FUERON
EL ALCOHOL Y EL SPEED. CON 16 AÑOS FUE DETENIDO POR ROBO Y PASÓ 14 MESES EN
EL REFORMATORIO DE BORSTAL.
108 STRIKER MAGAZINE
ROBIN FRIDAY
Robin y su hermano pasaron a engrosar las filas
del Acton British Legion Reserves cuando con-
taban con 14 años y jugaron un par de partidos
junto a su padre. Para entonces Friday ya había
demostrado sobradamente que no estaba prepa-
rado para las obligaciones de la escuela, que odi-
aba los estudios y que, al margen del fútbol, vivía
movido por otros intereses. A los 15 años dejaba
el colegio.
it’s a wild, wild world. Acton no era muy dis-
tinto a la mayoría de barrios obreros que se ex-
tendían a lo largo y ancho de Londres. Y no era
distinto porque, en el fondo, los problemas que
azotaban a Inglaterra eran iguales para todos los
que se partían el lomo de sol a sol. Con sus co-
sas buenas y sus cosas malas, los vecinos de Ac-
ton sobrevivirían sin más remedio a los reveses
políticos, sociales y económicos que comenzaría
a arrastrar el basto territorio de Isabel II a mitad
de la década de los 60.
Los Friday se habían mudado a South Acton
después de que Sheila diese a luz a los geme-
los. Con poco dinero en los bolsillos pasaron los
primeros años de vida de Tony y Robin en casa
de los padres de ella con no demasiadas como-
didades. South Acton no era ni mejor ni peor que
donde vivían. Era simplemente lo que había y lo
único a lo que podían aspirar después de que la
casa prefabricada que alquilasen en Acton Green
se cayese a pedazos.
Para entonces el camino de Robin se había
desviado. Y tan solo tenía 15 años.
El carácter de Friday cambió por completo.
Comenzó a salir habitualmente, le gustaba bailar,
la música, sobre todo el rock, y sus coqueteos con
el alcohol y las drogas empezaban a irse de las
manos.
Fueron las pastillas, principalmente speed, las
que le llevaron a tener sus primeros problemas.
Robin había trabajado como aprendiz de es-
cayolista, de repartidor en una tienda y de lim-
piaventanas, pero su corto sueldo no le daba para
mucho. Además, su carácter indomable no era una
garantía para que los empleos le durasen demasi-
ado tiempo. Las fiestas, el alcohol y las drogas
eran caras y debía conseguir el dinero para man-
tenerlas de cualquier forma. Todo empezó con
pequeños robos.
A los 16 años sufrió su primer arresto pero
fue puesto en libertad por no tener antecedentes
y por el agravante de padecer asma. Tres meses
después volvía a ser cazado en un hurto y le
c a y eron 14 meses que pasó en el reformatorio
de Borstal, en Feltham.
de borstal al encuentro con charlie hurley. 14
meses en Borstal no cambiaron absolutamente
nada. En el reformatorio, ubicado dentro del
STRIKER MAGAZINE 107
ROBIN FRIDAY
sistema de prisiones del Reino Unido, Friday hizo
un par de amistades, se puso en forma y no tar-
dó en destacar en el equipo de fútbol del penal.
Desde la llegada de Friday el equipo de Borstal
comenzó a ganarlo todo y él era su estrella indis-
cutible. Sus actuaciones en el equipo le llevaron
a ser elegido como el mejor jugador de la liga del
sistema penitenciario británico algo que le sirvió
para tener algunos privilegios. Entre ellos un par
de días de permiso que Robin dedicaba a entrenar
con los juveniles del Reading, con quienes llegó
a disputar unos cuantos partidos de la South East
Counties League, uno de los torneos de juveniles
del sur de Inglaterra.
Cuando salió de Borstal todo continuó igual.
Friday rechazó las ofertas de un par de equipos
que lo habían tanteado y siguió con su alocada
vida nocturna como si nada hubiese pasado. Dro-
gas, mujeres y borracheras. Y no precisamente en
ese orden.
Al poco tiempo de terminar su condena en
Borstal conoció a Maxine Doughan, una chica de
raza negra a la que dejó embarazada y con la que
se fue a vivir.
La relación interracial con Maxine le trajo más
de un quebradero de cabeza, pero a Robin no le
importó. En un barrio como Acton, víctima como
tantos otros de la explosión del racismo que
poco después aprovecharía la extrema derecha,
la r e l ación de Friday con Maxine no estaba bien
vista. Perdió a muchos amigos que le retiraron la
palabra, le costó alguna que otra paliza en el pub
y se deterioró la relación con su padre. Nada de
todo eso echó a Friday para atrás. Terminó casán-
dose con Maxine cuando ambos apenas contaban
con 17 años y tuvieron a Nicole, hoy en día una
abogada de sobrada reputación. Eso sí, el matri-
monio no duró mucho.
Robin continuó trabajando para pagarse los
vicios y también siguió jugando al fútbol. Pasó
por el Walthamstow, un club amateur de la Isth-
mian League donde jugó por 10 libras semanales
y de donde lo echaron por una pelea y más tarde
CHARLIE HURLEY, EL ENTRENADOR DEL READING, SE QUEDÓ
PRENDADO DE FRIDAY. SU HISTORIAL DELICTIVO Y SUS
PROBLEMAS CON EL ALCOHOL Y LAS DROGAS NO LO
ECHARON ATRÁS. LO FICHÓ POR 750 LIBRAS.
por el Hayes, otro equipo amateur donde cobraba
30 libras semanales y donde conoció a un par de
asfaltadores que le introdujeron en el oficio. No
era el sueño de su vida, pero estaba bien pagado.
Friday destacó muy pronto en el Hayes. Era
como si, de repente, hubiese sentado la cabe-
za. Pero no era así. Serio y un número uno en el
t e r reno de juego, su vida privada seguía siendo
un caos sin solución. Bebía hasta altas horas en el
pub y muchas veces sus compañeros lo encontra-
ban durmiendo en algún banco del parque. Llega-
ba tarde a los entrenamientos y por si eso fuera
poco también a los
partidos. En una oc-
asión, el Hayes tuvo
que comenzar su en-
cuentro con 10 ju-
gadores. Friday no
aparecía por ningún
sitio. Avanzado el par-
tido, Robin apareció
todavía borracho, en-
tró al terreno de juego
y nadie se preocupó
por él debido a su es-
tado. Anotó el gol de
la victoria. Eso sí, no
lo recordaría.
En una de sus jor-
nadas laborales como
asfaltador durante el
mes de julio de 1972, Robin sufrió un accidente
que casi le cuesta la vida. El andamio sobre el que
estaba subido se venció y fue al suelo. Robin cayó
sobre una verja metálica de pinchos. Uno de ellos
se le ensartó en el trasero, le atravesó el estóma-
go y casi le perfora un pulmón. Se levantó, se sacó
él mismo el hierro y pidió ayuda. La operación a
la que le sometieron duró horas, pero no iba a ser
fácil quebrar a Friday. En octubre, el muchacho
estaba de vuelta en el Hayes.
Para entonces el equipo se encontraba en ple-
na competición de la FA Cup, uno de los torneos
STRIKER MAGAZINE 109
ROBIN FRIDAY
más antiguos -y románticos- del mundo. El sorteo
enfrentó al Hayes con el Bristol, partido en el que
Friday ofreció una muy buena actuación y donde
su equipo terminó llevándose la victoria.
En la siguiente ronda el Hayes quedó empare-
jado con el Reading, un equipo mucho más supe-
rior y que se encontraba en la Cuarta División. El
Hayes logró sacar un épico empate a cero en el
primer partido a domicilio pero cayó 1-0 en el re-
play.
Charlie Hurley no le había quitado el ojo du-
rante los dos encuentros al muchacho desaliñado
y rudo que campaba a
sus anchas por el ter-
reno de juego. Tenía
pinta de estrella del
rock venida a menos
pero parecía tener
más cojones que nin-
guno. Friday se había
encarado a los veinte
minutos del partido
con la mitad del equi-
po del Reading -y con
parte del banquillo-,
sobre todo con Steve
Death, su portero, al
que dejó un par de
recados en forma de
patada.
Charlie Hurley
había sido internacional con Irlanda y en I n g l a -
t erra pasó por las filas del Millwall, el Sunderland
y el Bolton. Había llegado al Reading en 1972 y
su mayor logro hasta la fecha había sido su épico
doble partido frente al Arsenal en la cuarta ronda
de la FA que ilusionó a 20.000 almas en Elm Park.
El Reading había finalizado aquella temporada en
decimocuarta posición y las cosas no iban a me-
jorar demasiado.
Espió a Friday durante semanas y cada cosa que
descubría era peor que la anterior. Las recomen-
daciones desde su cuerpo técnico no podían ser
HURLEY ERA INCAPAZ DE ENDEREZAR
EL RUMBO DE FRIDAY. DEBUTÓ CON CONTRATO PROFESIONAL EN EL READING EL 10 DE FEBRERO DE 1974 FRENTE AL EXETER EN
UNA CÓMODA VICTORIA EN LA QUE ANOTÓ DOS
GOLES.
positivas. Aquel muchacho solo traería prob-
lemas. Además, con semejante caos de vida iba a
ser casi una misión imposible llevarlo por la sen-
da de la regularidad. “Quiero a ese Friday”, era lo
único que contestaba Hurley.
Robin Friday se marchaba del Hayes después
de 67 partidos donde había anotado 46 goles -la
mayoría de ellos borracho- y llegaba al Reading
en enero, mediada la temporada, por 750 libras y
un contrato amateur.
gloria en el reading. Podía ser una noche cual-
quiera. El diálogo, pasadas ya unas horas, termi-
naba siendo el mismo.
- Déjalo ya, chico. Es más de medianoche y es-
tás totalmente borracho.
Friday levantaba la mirada, pagaba la cuenta y
se marchaba del pub. Así cada noche.
Llegó tarde a su primer partido con los reser-
vas del Reading y con un aspecto que atemoriza-
ba. Despeinado, sucio y todavía en un manifiesto
estado etílico. Cuando sonó el silbato el resto no
importó.
Hurley se había sentado un par de veces a con-
versar con él. El chico era valiente y técnicamente
un portento. Pero no entendía de táctica y, sobre
todo, en el campo no tenía amigos. Ni tan siquiera
en los entrenamientos. Mas de una vez Charlie
Hurley tuvo que expulsarlo y mandarlo a la case-
ta. Era eso o quedarse sin equipo. Años después,
el fisioterapeuta que tuvo en Cardiff aseguró que
nunca había visto entrenar a Robin Friday pero
que podía hacerse una idea de como era solo vi-
endo la cola de jugadores que se le amontonaba
en la enfermería.
El 100% que daba en el terreno de juego tam-
bién lo daba en su vida privada. Indomable como
pocos, Hurley no podía con él. Era complicado
enderezar el rumbo de aquel muchacho. ¿Cómo
podía llevarlo por el buen camino si ni siquiera
había sido capaz de convencerlo de ponerse un
traje para las fotos oficiales del equipo?
Para enero de 1974 el Reading no lograba
ROBIN FRIDAY
110 STRIKER MAGAZINE
levantar cabeza. Dos victorias en catorce parti-
dos eran unos números para alarmarse. El equi-
po necesitaba un refresco que le diera el impul-
so necesario para no hundirse en lo más bajo del
fútbol inglés.
- ¿Estás preparado para jugar?
Robin no dijo nada. Había participado en tres
o cuatro partidos con los reservas y suponía que
la diferencia entre ambos conjuntos no debía de
ser sideral considerando los números. Harley hizo
debutar a Robin Friday con el primer equipo el 23
de enero de 1974 frente al Northampton en un
partido que terminó con empate a tres. Jugó tam-
ROBIN FRIDAY
STRIKER MAGAZINE 111
bién contra el Barnsley fuera de casa, anotando
de cabeza su primer gol para el Reading el 3 de
febrero. “Pensé en bajar el balón con el pecho y
meterla de tacón, pero pensé que sería mejor no
burlarme demasiado”, declaró tras el partido.
Para entonces, el club había rescindido su
contrato amateur y había firmado uno profesion-
al para engrosar las filas del primer equipo. El
sueldo era una miseria y Friday ganaba más como
asfaltador. Poco importaba. Robin gastaba inme-
diatamente todo lo que ganaba. Cobraba su paga
semanal y la invertía en fiestas, mujeres y drogas.
Cuando caía la noche sus bolsillos estaban vacíos.
Friday jugó su primer partido como profesion-
al el 10 de febrero de 1974 en la cómoda victo-
ria por 4 a 1 frente al Exeter en la que anotó dos
goles. En un abrir y cerrar de ojos se había meti-
do al público -y a la prensa local- en el bolsillo.
También pasó a ser el enemigo público número
uno para los jugadores rivales. En la Inglaterra de
los 70, en la que el fútbol parecía otro deporte
totalmente distinto al que conocemos hoy en día,
primaba la máxima de “o pasa el rival o pasa el
balón, pero nunca los dos”, algo que se elevaría
al cuadrado cuando era Robin Friday el que se di-
sponía a encarar a los defensas. Pero era impa-
rable y, sobre todo, era de los que gustaba pagar
con la misma moneda. A cada patada que recibía
respondía con otra más dolorosa y si no podía,
respondía con alguna virguería con el balón. Ahí
comenzaba su show. Hacía caños, fintas, auto
pases, y se reía en la cara de sus contrincantes.
Solía bajarse los pantalones para hacer un calvo
o responder a la presión haciendo el signo de la
victoria (equivalente a la peineta en el Reino Uni-
do). También, por supuesto, perdía los nervios en
un abrir y cerrar de ojos, lo que le costó más de
una expulsión que nunca se tomaba bien. En una
ocasión, tras recibir una tarjeta roja por golpear a
un rival que llevaba hostigándole todo el partido,
Friday se marchó a los vestuarios, entró en el del
rival y se cagó en medio. Una ricura.
Friday formó como titular contra el Lincoln
City y más tarde contra el Doncaster Rovers,
donde firmó un gol que el Evening Post definió
como “mágico”. La leyenda crecía y era algo im-
parable. El historiador del Reading, David Downs,
firmaba en su columna del Evening Post: “El equi-
po que ha sido transformado por Robin Friday ha
marcado ya la notable cifra de 16 goles en cinco
encuentros. Y la guinda a este crecimiento la ha
puesto un fantástico gol de Friday que ya merece
el precio de la entrada”. Era cierto. Aquel jugador
indomable, borracho y drogadicto había logra-
do que los aficionados acudiesen en masa a Elm
Park. La gente pagaba para verlo jugar.
ROBIN FRIDAY
112 STRIKER MAGAZINE
FRIDAY ESTABA DESCONTROLADO. SUS
EXCESOS ERAN CADA VEZ MÁS EXTREMOS. CUANDO NO BEBÍA, SE DROGABA. CUANDO NO SE DROGABA, BEBÍA. CUANDO TENÍA DINERO, MEZCLABA:
LSD Y COCAÍNA CON WHISKY
A medida que crecía su popularidad y su im-
portancia sobre el terreno de juego, su vida se
volvía más caótica. La preocupación de Charlie
Hurley ya no tenía nada que ver con sus excesos.
Empezaba a preocuparle que no pudiesen retener
a Robin Friday en el equipo si seguía progresando
de aquella manera.
Se convirtió en una figura respetable para sus
compañeros los cuales toleraban su descontrola-
da vida porque sabían de la importancia de Fri-
day en el equipo, aunque algunos, como Tommy
Youlden, que había aterrizado en el Reading en
1972 procedente del Portsmouth, se mostraban
escépticos.
Robin ya bebía de una forma extrema. Su licor
preferido era la cerveza de malta Colt 45. Podía
acabar con una botella en un abrir y cerrar de
ojos. Sus excelsas borracheras ayudaban a dete-
riorar aún más su imagen y a meterle en algún
que otro problema. Lo habían hechado del Caver-
ham’s Crown y del Boar’s Head más de diez veces.
En algunos sitios tenía vetada la entrada. Si no
podía entrar a tal o cual pub, buscaba otro, aun-
que no en todos eran tan tolerantes como en el
Churchill’s, uno de los peores antros de Reading.
En sus noches locas, Friday había popularizado el
acto de sacarse los bolsillos de los pantalones,
bajarse la bragueta y asomar la polla meneándo-
la al ritmo de sus bailes. Lo llamaba jocosamente
“hacer un elefante”.
Cuando tenía dinero, invertía una parte en
comprar ingentes cantidades de droga. E n t o n c -
es mezclaba las pintas y el whisky con LSD y
otras sustancias. Estaba totalmente descontrola-
do. Para detener aquella espiral autodestructiva
Charlie Hurley intentó imponerle alguna que otra
norma. Friday tenía prohibido beber o d r o g arse
48 horas antes de cada partido, norma que, evi-
dentemente, no funcionaba. Hurley optó por lle-
varlo al apartamento donde vivia el viejo encar-
gado del campo con el objetivo de tenerlo algo
más controlado pero también resultó imposible.
El piso se convirtió en un lugar donde sonaba
música a todas horas y donde no paraban de en-
trar amigos de Friday que llegaban al apartamen-
to con el objetivo de drogarse y emborracharse
hasta que aguantara el cuerpo. Eso cuando no se
llenaba de camellos, yonquis y putas.
la leyenda del indomable. La temporada 1973/74,
el Reading terminó en una increíble sexta posición,
en parte gracias al insolente genio de Acton. Por
el camino había dejado goles mágicos, pero tam-
bién expulsiones, trifulcas, borracheras, dro-
gas, sexo salvaje, recuperaciones en el hospital
después de alguna que otra paliza en un pub -en
una de ellas descubrió que había estado jugando
cuatro partidos con un esguince en el tobillo- y
un carácter indómito que lo estaba convirtiendo
en un mito.
Finalizada la temporada Friday desapareció
sin dejar rastro. Cuando comenzó el entrenamien-
to para la temporada en julio de 1974 nadie sabía
donde estaba. Apareció justo un día antes de un
amistoso frente al Watford en un estado lamenta-
ble. Se había unido a una comuna hippie en Corn-
wall, inviertiendo su tiempo de descanso en Janis
Joplin y Jimi Hendrix, drogas psicodélicas, alco-
hol y sexo en grupo.
STRIKER MAGAZINE 113
A pesar de todo, cuando el balón comenzó a
rodar de nuevo, Robin Friday fue, otra vez, el me-
jor del equipo. Sus excesos no habían mermado
-todavía- sus cualidades y el resto de compañeros
parecían unos aficionados a su lado. Pronto llegó
el interés de los equipos de Primera. El Sheffield
United había preguntado por aquel loco joven en
un par de ocasiones y Charlie Hurley había podi-
do ver a Bertie Mee, entrenador del Arsenal, en
las gradas de Elm Park presenciando un partido
del Reading frente al Rotherham con la intención
de ver en directo al tal Robin Friday.
En septiembre de 1974 lideraba la tabla de go-
leadores con nueve tantos, incluído un hat-trick
contra el Southport, pero también su carácter den-
tro del campo se había ido agravando. Amonesta-
ciones innecesarias y expulsiones en la mayoría
de los casos por estupideces también lo situaban
en lo más alto del ránking más negativo de la liga.
Su compartamiento era más agresivo y mucho más
impredecible. Algunos de sus compañeros como
John Murray comenzaban a alzar la voz: “Algunas
de las cosas que hace son divertidas, pero otras
son una locura total”.
Pero Friday seguía llevando al equipo en vo-
landas. En enero de 1975, el Reading alcanzaba la
12ª plaza y en febrero se encontraban en el 10º
puesto a tres puntos de la zona de reelección.
Tras la victoria contra el Workington enlazaron
seis victorias consecutivas aunque terminaron la
temporada en la 7ª posición, cinco punto por de-
bajo de los puestos de promoción. Pese a algunas
salidas de tono como la que protagonizó tras ano-
tar frente al Rochdale, en la que corrió por todo
el campo hasta llegar a uno de los policías y dar-
le un beso -”Al policía se le veía algo frío y de-
cidí calentarlo un poco”, declaró después-, Friday
terminó la temporada 1974/75 como máximo go-
leador con 18 goles en 20 partidos y fue votado
como jugador del año.
114 STRIKER MAGAZINE
ROBIN FRIDAY
Era un ídolo total para los aficionados. Él solo
había logrado levantar a un equipo del montón y
llevarlo a las posiciones más altas de la tabla. Su
estado de forma, a pesar de la mala vida, seguía
intacto y apenas si podía notar el peso de las
noches locas. En la temporada 1975/76, el Read-
ing seguía imparable, llegando a situarse en la
cuarta posición del campeonato. Friday también
seguía imparable y sus salidas de tono eran cada
vez más frecuentes dentro y fuera del campo.
Tras un partido frente al Newport, fue arrestado
por escándalo público y uso reiterado de lengua-
je obsceno a la salida
de un pub. Fue juzga-
do, se negó a tener
representación le-
gal, defendiéndose él
mismo y terminó sa-
liendo inocente de las
acusaciones. Friday
salía ileso de cualqui-
er situación, pero los
ecos de sus legend-
arias noches cada vez
llegaban a más rin-
cones de Inglaterra. A
pesar de ello, el tal-
ento de Acton seguía
atrayendo el interés
de una inmensidad de
clubes.
El Reading había
desechado una oferta de 60 mil libras del Cardiff
y Robin Friday había llamado la atención de Terry
Venables -futuro entrenador del FC Barcelona y la
selección inglesa- quien lo había visto en acción
en un partido del Reading frente al Crystal Palace.
La promoción para la Tercera estaba a tiro de
piedra para el equipo, con un Robin Friday que
sumaba ya 18 goles mediado el torneo. Las victo-
rias se iban sucediendo y el indomable de Acton
era uno de los principales activos para lograrlas.
Entre el cuerpo técnico y sus compañeros solo
existía la preocupación de que llegara a lesio-
narse de gravedad o de que lo expulsaran -algo
que ocurría a menudo-. Esa era la importancia
de Friday. Cada vez que tocaba el balón, la gen-
te se levantaba en la grada. Nadie más allá de la
Cuarta División del fútbol inglés y de algún que
otro equipo de mayor rango sabía absolutamente
nada de aquel alocado joven, pero ellos estaban
presenciando a uno de los mejores jugadores de
la época.
En uno de sus partidos, contra el Tranmere Rov-
ers, Robin Friday anotó uno de esos goles que ter-
minó de afianzar su
leyenda. Era un 31 de
marzo de 1976. Fri-
day recogió un balón
de Gary Peters en la
izquierda del área del
Tranmere, de espal-
das a la portería. Saltó
para controlar con el
pecho. Cuando volvió
a pisar el suelo, con el
balón aún a la altura
de su cabeza, conectó
una potente volea, to-
davía de espaldas al
marco contrario, que
pasó por encima de su
hombro y entró como
un obús por la es-
cuadra. Clive Thomas,
el árbitro del encuentro, no daba crédito a lo que
había visto y se echó las manos a la cabeza. “Nun-
ca lo olvidaré”, declaró después Thomas, un árbi-
tro internacional que había pitado en Mundiales y
Eurocopas. “Fue la velocidad de aquella volea que
pasó sobre su hombro. Si hubiese sido desde otra
posición menos complicada hubiese destrozado
el palo de la portería. He tenido la suerte de ar-
bitrar a Pelé y a Cruyff, pero estoy seguro de que
este es el mejor gol que he visto en mi vida”.
Tras el partido, Clive Thomas se dirigió al encuen-
EL TANTO QUE MARCÓ FRENTE AL TRANMERE SIGUE
CONSIDERÁNDOSE COMO UNO DE SUS MEJORES GOLES. EL
ÁRBITRO INTERNACIONAL CLIVE THOMAS, INCRÉDULO, SE ECHÓ LAS MANOS A LA
CABEZA.
STRIKER MAGAZINE 115
ROBIN FRIDAY
tro de Friday.
- Muchacho, jamás había visto un gol así.
Robin sonrió.
- ¿De verdad? Entonces deberías venir por aquí
más a menudo. Suelo hacer esto todas las sema-
nas.
El Reading consiguió en aquella temporada un
merecido ascenso a Tercera división, con Robin
Friday como máximo anotador con 22 tantos (21
en liga) y siendo nombrado, por segunda tempo-
rada consecutiva, mejor jugador del año.
la bajada. Friday permaneció en el Reading a
pesar de algún que otro desencuentro con Char-
lie Hurley. El ascenso a Tercera había llevado a
muchos jugadores a sentarse a renegociar sus
contratos, pero la mayoría siguió percibiendo un
salario irrisorio.
Robin se casó por segunda vez con una univer-
sitaria llamada Liza Deimel. La ceremonia estuvo
a la altura de un personaje como era el futbolista
de Acton. Al banquete acudieron 200 personas,
incluídos periodistas y cámaras de televisión -la
boda se retrasnmitió por la Southern Television-
y Friday apareció en la iglesia con una camisa de
estampado de tigre, un traje de terciopelo mar-
rón y unas botas de piel de serpiente. Por si fuera
poco, el futbolista se encendió un porro a la entra-
da de la ceremonia y finalizado el acto religioso
se repartieron canutos en la puerta de la iglesia.
La nueva temporada comenzó con un Friday
en un estado físico más deteriorado que nunca.
Volvió a ser, de nuevo, el mejor jugador del equipo
en un inició meteórico del Reading, pero Robin ya
era una figura totalmente problemática y fuera de
control. Sus juergas eran cada vez más anárquicas
y brutales, desaparecía durante tres o cuatro días
sin que nadie supiese su paradero y comenzó a
mostrar síntomas de decadencia en el terreno de
juego. Se había vuelto más irascible, se sucedían
las reacciones lentas, las malas elecciones en el
pase, los fallos que antes no se daban, los malos
controles de balón. A todo ello se le sumó el har-
tazgo de sus compañeros debido al trato de favor
que recibía Friday a pesar de que su rendimiento
había bajado. Charlie Hurley comprendió entonc-
es que era el momento de traspasarlo.
Cosas de su frenético ritmo de vida, los clubes
que se habían interesado por él en el pasado -al-
gunos como el QPR o el West Ham- veían ahora
con recelo el hacerse con los servicios del ju-
gador. Hurley creía que la única vía para rehabil-
itar a Friday era venderlo a un club grande. Ter-
minó aceptando la oferta del Cardiff, en Segunda,
que ofreció 28.000 libras, menos de la mitad de
lo que habían sugerido por el jugador un año an-
tes.
friday en cardiff. Su periplo en Gales arrancó con
una detención en la estación de tren por haber
viajado desde Reading sin billete. La policía lla-
mó a las oficinas del Cardiff al no que creerse una
sola palabra que salía de la boca de Friday, quien
no paraba de señalar que era la nueva estrella del
equipo y que estaban cometiendo un error al de-
tenerlo.
A pesar de lo que arrastraba el jugador, Jim-
my Andrews, el mánager del Cardiff, estaba se-
guro de poder reconducirlo. Friday debutó el 1 de
enero de 1977 frente al Fulham, después de una
116 STRIKER MAGAZINE
ROBIN FRIDAY
monumental borrachera la noche anterior. Anotó
dos goles en la victoria del Cardiff contra unos
cottagers que tenían por entonces en sus filas al
internacional Bobby Moore y al genio de Belfast
que llevó una trayectoria similar a la de Friday,
George Best.
A pesar de su gran debut, nada era ya lo mis-
mo. Friday bebía más, se metía más droga y faltaba
asiduamente a los entrenamientos. Aún guardaba
algo de magia para los partidos pero su deterioro
era más que evidente.
Friday volvió a desaparecer durante todo un
verano tras el final
de la temporada, en
la que el Cardiff se
mantuvo en Segunda.
Charlie Hurley con-
fesó años después
que había viajado a
Reading para pedir-
le regresar al equi-
po, pero el club no
podía reembolsar las
casi 30.000 libras
que había pagado el
club de Gales por él.
Su relación con Jim-
my Andrews, que ter-
minó siendo un vig-
ilante de todos los
movimientos del jo-
ven, se había estro-
peado y Friday ape-
nas si podía mirarle a la cara. No quería entrenar
con él. No quería jugar en el Cardiff.
la decadencia. Totalmente fuera de control, Fri-
day comenzó a ganarse una mala reputación en
el terreno de juego. Se convirtió progresivamente
en un futbolista caótico, problemático, irasci-
ble e incluso peligroso. Los rivales sabían de su
carácter, por lo que no dudaban en provocarle sa-
biendo que iban a obtener una respuesta, y los
árbitros le tenían tomada la matrícula, por lo que
sus expulsiones eran cada vez más frecuentes,
algo que perjudicaba a todo el equipo del Cardiff.
Arabella, su segunda hija, fue el fruto de su ma-
trimonio con Liza que, como el anterior, tampoco
fue muy duradero. Nadie podía soportar un ritmo
de vida como el de Friday. Poco a poco, el jugador
comenzó a pasar de todo y de todos. No soportaba
que nadie le dijera lo que tenía que hacer. El tal-
ento de Acton había llegado al extremo y tocaba
fondo. No podía pasar del alcohol. Ya no aguanta-
ba un día sin meterse.
Fue en un partido
contra el Brighton, en
un enfrentamiento
con el defensa Mark
Lawrenson. Buscó a
Friday durante todo
el encuentro hasta
que consiguió lo que
perseguía. La primera
entrada de Lawren-
son recibió un aviso.
La segunda obtuvo
respuesta inmedia-
ta. Cuando el defen-
sa estaba en el suelo,
doliéndose de una
fea entrada, Friday le
soltó una patada en
la cara que le costó
la expulsión. Cuan-
do finalizó el partido
Friday había desaparecido. Era un 30 de octubre
de 1977. Aquel había sido su último partido con
el Cardiff y su último partido como profesional.
Tenía 25 años.
no hay redención. Maurice Evans, nombrado nuevo
entrenador del Reading, logró ponerse en contac-
to con Robin Friday. A su despacho había llegado
una petición firmada por más de 3.000 hinchas
que reclamaban la vuelta del de Acton al equipo.
LAS PASTILLAS Y LA MARIHUANA YA NO
PODÍAN LLENARLE Y EN LA DÉCADA DE LOS 80 COMENZÓ A
METERSE HEROÍNA. PASÓ POR LA CÁRCEL POR POSESIÓN DE
DROGAS Y FUE CONSUMIÉNDOSE HASTA
SU ESPERADO FINAL.
STRIKER MAGAZINE 117
- Robin, si logras reconducirte un poco durante
un par de años podrías jugar incluso con Inglater-
ra.
- ¿Cuántos años tiene?
- 41, ¿por qué?
- Yo tengo la mitad y sin embargo he vivido el
doble que usted.
Durante su etapa en el Cardiff, Friday comenzó
a viajar al Londres más sórdido y frenético, lugar
donde terminó perdiéndose entre drogas y alco-
hol mientras su vida se caía a pedazos. Volvió a
casarse en 1980 pero su matrimonio apenas si
duró tres años. Intentó su regreso al fútbol en-
trenando en pretemporada con el Brentford, pero
ya no había marcha atrás. Su estado era lamenta-
ble.
De la marihuana, las pastillas y la cocaína,
Friday comenzó a pincharse heroína. Dormía a
menudo en casa de sus padres o en las de su her-
mano y desaparecía cada vez con más frecuencia
en busca de un chute. Fueron diez años de de-
scenso al más profundo de los infiernos hasta el
esperado final. Hasta entonces fue detenido dos
veces y pasó por prisión. La primera por hacerse
pasar por policía para incautar un pequeño alijo y
la segunda por posesión de drogas.
Era un 22 de diciembre de 1990 cuando lo en-
contraron muerto en su apartamento de Acton por
sobredosis de heroína. Tenía 38 años.
En su funeral se dieron cita cientos de per-
sonas. Amigos, aficionados, entrenadores, com-
pañeros de equipo e incluso rivales. Años después
el periodista Paolo Hewitt y Paul McGuigan, ex
bajista de la banda británica Oasis firmaron el li-
bro The greatest footballer you never saw, en el
que remarcaban que de todas las personas que
completaron las entrevistas para el libro ninguna
tenía una mala opinión de Robin Friday.
Acton probablemente marcó la deriva de su
vida y aunque nadie supo nunca cuales eran los
fantasmas que intentaba espantar con el abuso
del alcohol y las drogas, lo que si es cierto es que
todos coinciden es en que pudo llegar a lo más
alto del fútbol mundial. Era consciente de su tal-
ento y en su cabeza solo estaba la victoria y le en-
cantaba el aplauso del público, que terminó por
rendirse a sus pies. En una entrevista realizada
en 1977 declaraba: “En el terreno de juego odio a
todos los rivales. No me importa una mierda nin-
guno de ellos. La gente piensa que estoy loco, que
soy un lunático. Soy un ganador”. Era Friday. El
puto Robin Friday.
el curso comienzay nos vamos deviaje por europaen septiembre en
Strikermagazine
s