Stein Caminos Del Silencio

7/21/2019 Stein Caminos Del Silencio

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CAMINOS DEL SILENCIO

EDITH ESTHEIN

EL MISTERIO DE LA NOCHEBUENA

1 Adviento y Navidad

1 Cuando los das se acortan paulatinamente y en uninvierno normal comienzan a caer los primeros copos denieve, surgen tmido y calladamente los primerospensamientos de la Navidad. De la sola palabra brota yaun encanto especial, al cual apenas un corazn puedepresentar resistencia. Aquellos que no comparten nuestrafe y an los no creyentes, para los cuales la vie!a "istoria

del Ni#o de $el%n carece de significado, se preparan paraesta festividad y discurren modos y maneras de encenderaqu y all& un rayo de felicidad. 's como si desdesemanas y meses atr&s un c&lido torrente de amor sedesbordase sobre la tierra. (na fiesta de amor y alegra,esto es la estrella "acia la cual marc"amos todos en losprimeros meses de invierno. )ara los cristianos y, enespecial para los catlicos, significa algo todava m&sprofundo. *a estrella los conduce "asta el pesebre con el

Ni#o que tra!o la paz al mundo. 'l arte cristiano nos lopresenta ante nuestros o!os en numerosas y tiernasim&genes+ vie!as melodas, en las cuales resuena todo elencanto de la infancia, nos "ablan de %l.

*as campanas del rorate- y los c&nticos del Advientodespiertan en el corazn del que vive con la glesia unan"elo santo+ y aquel que "a penetrado en el inagotablemanantial de la liturgia se siente da a da m&sprofundamente estremecido por las palabras y promesasdel )rofeta de la 'ncarnacin que dice/ 0ue caiga el


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roco del cielo20ue las nubes lluevan al !usto23saas45,67. 0'l 8e#or est& cerca, venid ador%mosle209en, ven8e#or, no tardes20Al%grate :erusal%n, ll%nate de gozo porviene tu 8alvador23;acaras


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's por eso que el i!o del 'terno )adre tuvo que ba!ardesde la grandeza de su gloria a la peque#ez de la tierra,ya que el misterio de la iniquidad la "aba cubierto de lassombras de la noc"e.

*as tinieblas cubran la tierra y Hl vino a nosotros como laluz que alumbra en las tinieblas, pero las tinieblas no lorecibieron. A aquellos que lo recibieron, les tra!o Hl la luz yla paz+ la paz con el )adre en el cielo, la paz con todosaquellos que igualmente son "i!os de la luz y del )adrecelestial y la profunda e ntima paz del corazn. )ero deninguna manera la paz con los "i!os de las tinieblas. 'l)rncipe de la paz no les trae a ellos la paz, sino laespada. )ara ellos es %l piedra de tropiezo, contra la cual

c"ocan y se estrellan.

'sta es una verdad difcil y muy seria que no debemosencubrir con el po%tico encanto del Ni#o de $el%n. 'lmisterio de la 'ncarnacin y el misterio del mal est&n muyntimamente unidos. Irente a la luz que "a venido de loalto se vuelven las tinieblas del pecado tanto m&s oscurasy lgubres. 'l Ni#o del pesebre eJtiende sus bracitos y susonrisa parece predecir lo que m&s tarde pronunciar&n los

labios del "ombre/ 9enid a m todos los que est&iscansados y agobiados, que yo os aliviar%- [email protected],=67. Aaquellos que escuc"aron su llamada, a los pobrespastores, a quienes el resplandecer del cielo y la voz delos &ngeles les anunciaron la buena noticia en los camposde $el%n y que, poni%ndose en camino, respondieron aesa llamada diciendo/ 9amos a $el%n- 3*c.=,157+ tambi%na los reyes que desde el le!ano ?riente "aban seguidocon fe sencilla la maravillosa estrella, a todos ellos les fuederramado el roco de la gracia que emanaba de lasmanos del peque#o Ni#o y fueron colmados de un grangozo- 3@t.=,1K7.

'sas manos conceden y eJigen al mismo tiempo/ vosotrossabios, deponed vuestra sabidura y "aceos sencilloscomo los ni#os+ los reyes, entregad vuestras coronas ytesoros e inclinaos "umildemente ante el Bey de losBeyes y aceptad sin titubeos los traba!os, penas ysufrimientos que su servicio eJige. De vosotros ni#os, que

no pod%is dar nada todava voluntariamente, de vosotrostoman las manos del Ni#o :ess la ternura de vuestra


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vida, antes casi de que "aya comenzado. 'lla no podraser me!or empleada que en el sacrificio por el 8e#or dela9ida.

= 08gueme2 De esa manera se eJpresan las manosdel Ni#o, como m&s tarde lo "ar&n los labios del "ombre3@c. 1,1>7. As "ablaron sus labios al discpulo que el8e#or amaba y que a"ora tambi%n pertenece a su s%quito.'l mismo :uan, el m&s !oven de todos, el discpulo concorazn de ni#o, lo sigui sin preguntar a dnde o paraqu%. Abandon la barca de su padre y sigui al 8e#or portodos sus caminos "asta la cumbre misma del lgota.

08gueme2*o mismo "izo tambi%n 'steban. 8igui los

pasos del 8e#or en la luc"a contra el poder de lastinieblas y contra el enceguecimiento de la incredulidadempedernida+ finalmente dio testimonio de 'l con supalabra y con su sangre. *o sigui tambi%n en el espritu+en el espritu de Amor que combate el pecado, pero queama al pecador y que, an frente a la muerte, intercedeante Dios por sus asesinos.

'stas son las figuras de la luz que se arrodillan en torno alpesebre/ los tiernos ni#os inocentes, los fieles pastores,los "umildes reyes, 8an 'steban, el discpulo entusiasta, y:uan, el apstol del amor. Fodos ellos siguieron la llamadadel 8e#or. Irente a ellos se eJtiende la noc"e cerrada dela incomprensible dureza de corazn y de la ceguera deespritu/ la de los escribas, que podan se#alar coneJactitud el momento y el lugar donde el 8alvador delmundo "abra de nacer, pero que, sin embargo, fueronincapaces de deducir de all un decidido/ 9amos a $el%n-3*c.=,157+ y la del rey erodes que quiso quitar la vida al

8e#or de la 9ida.

Irente al Ni#o recostado en el pesebre se dividen losespritus. 'l es el Bey de los Beyes y 8e#or sobre la viday la muerte. 'l pronuncia su sgueme- y el que no est&con 'l est& contra 'l. 'l nos lo dice tambi%n a nosotros ynos coloca frente a la decisin entre la luz y las tinieblas.

El Cuerpo Mstico de Cristo

4 *a unin en Dios


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5 &gase tu voluntad

L *os Caminos de 8alvacin

El Cuerpo Mstico de Cristo

1 *a unin con Dios

No sabemos lo que el Ni#o divino nos tienereservado en esta tierra y tampoco debemospregunt&rnoslo antes de tiempo. 8lo una cosa es cierta/que todo lo que sucede a quienes aman al 8e#or es parasu propio bien. E adem&s, que los caminos que nosconducen al 8alvador traspasan los lmites de la vida

terrena.0?" admirable intercambio2 'l creador del g%nero "umanonos presenta su divinidad al tomar un cuerpo. 'l 8alvador"a venido al mundo para realizar esa obra admirable. Diosse "izo i!o del ombre para que todos los "ombresllegaran a ser "i!os de Dios. (no de nuestra raza "abaroto el lazo de nuestra filiacin divina, y uno de nosotros"abra de unirlo nuevamente para alcanzar la remisin delos pecados. Nadie de la vie!a y enferma raza podra

"aberlo "ec"o+ por eso "aba de florecer un brote nuevo,sano y noble. As lleg a ser 'l uno de nosotros, pero noslo eso, sino tambi%n uno con nosotros-.

e aqu lo maravilloso del g%nero "umano/ que todossomos uno. 8i fuera de otra manera, si todos vivi%semosseparados, independientes los unos de los otros, la cadade uno no significara la cada de todos. )or otra parte laeJpiacin de uno no podra "aber sido aplicada a todos/ si

su salvacin no pudiese transmitirse a todos, en ese casono sera posible la !ustificacin. )ero 'l vino para formar


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con nosotros un cuerpo mstico, para transformarse ennuestra Cabeza y a nosotros en sus miembros. )ongamosnuestras manos en las manos del Ni#o Divino,respondamos con un 8- a su 8('@'- y entonces

seremos de verdad suyos y el camino estar& libre paraque su vida divina llegue a nosotros.

= 'ste es el principio de la vida eterna en nosotros. No estodava la visin beatfica de la luz de la gloria, m&s bienes la oscuridad de la fe, pero que ya no pertenece a estemundo, sino al Beino de Dios. Cuando la $ienaventurada9irgen @ara pronunci su fiat- entonces comenz elreino de los cielos en la tierra, y ella fue su primeraservidora+ y todos los que con palabras y "ec"os, antes y

despu%s del nacimiento del Ni#o, se proclamaron suyosM8an :os%, 8anta sabel con su "i!o y todos los queestaban !unto a 'l en el pesebreM entraron a formar partede ese reino celestial.

Fodo aconteci de modo muy diverso a lo que se podrapensar despu%s de la lectura de lo que dicen los salmos yprofetas sobre la implantacin del Beino de Dios. *osromanos continuaron siendo los dominadores del pas, y

los 8umos 8acerdotes y 'scribas siguieron sometiendo alos pobres del pueblo, ba!o el pesado yugo de la ley.

Fodos los que pertenecan al 8e#or llevaban, sinembargo, imperceptiblemente el Beino de Dios en suscorazones. *a carga terrestre no les fue quitada, inclusose les "izo m&s pesada, pero lo que ese reino les ofrecaera una fuerza alentadora que "aca el yugo suave y lacarga ligera. *o mismo ocurre "oy en da con todo "i!o deDios. *a vida divina que se enciende en el alma es la luz

que brilla en las tinieblas, el milagro de la Noc"ebuena. 'lque lleva esa luz consigo comprende lo que se dice deella+ para los otros, sin embargo, todo lo que se dice deella es un balbuceo ininteligible. Fodo el 'vangelio de 8an:uan es un canto a la *uz eterna que, simult&neamente,es vida y amor. Dios en nosotros y nosotros en 'l, en estoconsiste nuestra participacin en el Beino de Dios, cuyofundamento "a sido colocado con la 'ncarnacin del9erbo.


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4 *a unin en Dios

'l primer paso es estar unidos con Dios, pero a %ste lesigue inmediatamente un segundo. 8i Cristo es la Cabezay nosotros los miembros del Cuerpo @stico, entoncesnuestras relaciones mutuas son de miembro a miembro, ytodos los "ombres somos uno en Dios, una nica vidadivina. 8i Dios es Amor y vive en cada uno de nosotros, nopuede suceder de otra manera, sino que nos amemos conamor de "ermanos. )or eso precisamente es nuestro

amor al pr!imo la medida de nuestro amor a Dios. 'steltimo es, sin embargo, distinto al amor natural quetenemos por los "ombres. 'l amor natural vale slo paraaquellos que est&n unidos a nosotros por un vnculo desangre, por una afinidad de caracteres o por interesescomunes. *os otros son eJtra#os-, que poco nosinteresan, y que incluso pueden provocarnos un ciertorec"azo, de tal manera que "asta los evitamosfsicamente. )ara los cristianos no eJisten los eJtra#os-.Nuestro )r!imo- es todo aquel que en cada momentoest& delante de nosotros y que nos necesita,independientemente de que sea nuestro pariente o no, deque nos caiga bien o nos disguste, o de que seamoralmente digno- o no de ayuda. 'l amor de Cristo noconoce fronteras, no se acaba nunca y no se ec"a atr&sfrente a la suciedad y la miseria. Cristo "a venido para lospecadores y no para los !ustos, y si el amor de Cristo viveen nosotros, entonces obraremos como 'l obr, e iremosen busca de las ove!as perdidas.

5 'l amor natural busca muc"as veces apoderarse dela persona amada para poseerla, en la medida de loposible, enteramente. Cristo "a venido al mundo parareintegrar al )adre la "umanidad perdida, y quien ama consu amor quiere tambi%n a los "ombres para Dios y no paras. 'ste es, sin duda alguna, el camino m&s seguro paraposeerlos eternamente, pues si "emos acunado a un"ombre en Dios, entonces llegamos a ser uno con %l en

Dios, mientras que el af&n de conquistarlo- para nosotros


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nos lleva casi siempre Mtarde o tempranoM a perderlo parasiempre.

'Jiste un principio v&lido para todas las almas y para losbienes eJteriores/ quien se ocupa afanosamente de ganary acopiar, ese pierde+ pero el que ofrece a Dios, ese ganapara siempre.

L &gase tu voluntad

Con esto referimos un tercer signo de la filiacindivina. *a unin con Dios era el primero+ que todosseamos uno en Dios el segundo+ el tercero se eJpresa dela siguiente manera/ 'n esto reconozco que me am&is,en que cumpls mis mandamientos- 3:n. 14,157.

8er "i!o de Dios significa/ caminar siempre de la mano deDios, "acer su voluntad y no la propia, poner todasnuestras esperanzas y preocupaciones en las manos deDios y confiarle tambi%n nuestro futuro. 8obre estas basesdescansan la libertad y la alegra de los "i!os de Dios.0u% pocos, an de entre los verdaderamente piadosos ydispuestos al sacrificio "eroico, poseen este don precioso2@uc"os de ellos marc"an por la vida encorvados ba!o elpeso de sus preocupaciones y deberes.

Fodos conocen la par&bola de los p&!aros del cielo y delos lirios del campo [email protected],=L ss.7, sin embargo, cuando

encuentran a un "ombre que no tiene ni fortuna, ni!ubilacin, ni garantas, ni seguros, pero que sin embargovive feliz y despreocupado de su futuro, entonces meneanla cabeza y lo contemplan como un caso eJtraordinario.

8in duda alguna que se equivoca el que espera que el)adre Celestial se ocupe de su sueldo y el nivel de vidaque %l considera digno. 'l que piensa de esa manera tieneque "aber "ec"o un muy mal c&lculo. *a confianza enDios puede llegar a ser inamovible solamente sipresupone la disposicin de aceptar todo lo que venga de


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la mano del )adre. 8lo 'l sabe con certeza qu% nos "acebien. E si alguna vez son m&s convenientes la necesidady la privacin que una renta segura y bien dotada, o elfracaso y la "umillacin me!or que el "onor y la fama, "ay

que estar tambi%n dispuesto a aceptarlo. 8lo actuandode esa manera se puede vivir feliz en el presente y en elfuturo.

'l 0"&gase tu voluntad2- [email protected],1K7 en todo su sentido yprofundidad tiene que ser el "ilo conductor de toda vidacristiana. 'sa disposicin debe regular el curso del da, dela ma#ana a la noc"e, el pasar de los a#os y, en suma, lavida total. 'sa "abr& de ser adem&s la nica preocupacindel cristiano. Fodos los dem&s cuidados los toma el 8e#or

sobre s. 'sa, sin embargo, permanece ba!o nuestraresponsabilidad durante toda nuestra vida. ?b!etivamente"ablando nunca tendremos la certeza absoluta depermanecer "asta el fin en los caminos de Dios. As comolos primeros "ombres pasaron de la filiacin divina aapartarse de Dios, de la misma manera cada uno denosotros se encuentra en el filo de la nava!a entre la naday la plenitud de la vida divina, y tarde o temprano lopercibimos individualmente.

> 'n la infancia de la vida espiritual, cuandocomenzamos a abandonarnos a la mano conductora deDios, lo percibamos con fuerza e intensidad+ con todaclaridad veamos qu% tenamos que "acer u omitir. 8inembargo esta situacin no puede permanecer siempreas. uien pertenece a Cristo debe vivir la vida de Cristoen su totalidad, "a de alcanzar la madurez del 8alvador yandar por el camino de la Cruz, "asta el etseman y ellgota. E todos los sufrimientos que vienen de fuera sonnada en comparacin con la noc"e del alma, cuando la luzdivina "a desaparecido y la voz del 8e#or no se escuc"am&s. Dios est& all presente, pero escondido y silencioso.E por qu% sucede esto de esa maneraG 8e trata desecretos de Dios, sobre los cuales "ablamos, pero que endefinitiva nunca podremos dilucidar totalmente. 8loalcanzamos a vislumbrar algunas facetas de ese misterioy por eso Dios se "izo "ombre, para "acernos participarde una manera nueva de su vida divina.


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'se es el comienzo y la meta final, pero en medio eJistetodava otra cosa. Cristo es Dios y "ombre al mismotiempo y quien quiere compartir su vida tiene queparticipar de su vida divina y "umana. *a naturaleza

"umana que 'l asumi le dio la posibilidad de padecer ymorir+ la naturaleza divina que 'l posea desde toda laeternidad le dio a su pasin y muerte un valor infinito yuna fuerza redentora. *a pasin y muerte de nuestro8e#or :esucristo se continan en su cuerpo mstico y encada uno de sus miembros. Fodo "ombre tiene quepadecer y morir, pero si %l es un miembro vivo del cuerpomstico de Cristo, entonces su sufrimiento y su muertereciben una fuerza redentora en virtud de la divinidad de laCabeza. 'sa es la razn ob!etiva de por qu% los santosan"elaban el sufrimiento. No se trata de un gustopatolgico por el sufrimiento.

A los o!os de la razn natural puede parecer esto unaperversin, pero a la luz del misterio de la salvacin es lom&s razonable. 's as que los que est&n realmente unidosa Cristo permanecen inquebrantables, aun cuando en laoscuridad de la noc"e eJperimentan personalmente lale!ana y el abandono de Dios. uiz& permite la divina

)rovidencia el sufrimiento precisamente para liberar aquienes est&n atados. )or eso, "&gase tu voluntad-,tambi%n y sobre todo en la noc"e m&s oscura.

4 *os Caminos de 8alvacin

1 )ero..., cmo podemos pronunciar ese 0"&gase tuvoluntad2- si no tenemos ninguna certeza de lo que lavoluntad de Dios eJige de nosotrosG Fenemos algnmedio que nos mantenga en sus caminos cuando seapaga la luz interiorG 'fectivamente, eJisten esos mediosy son tan fuertes que "acen casi absolutamenteimprobable la posibilidad de equivocarnos. Dios vino almundo para salvarnos, para unirnos con %l y para "acer

nuestra voluntad seme!ante a la suya. 'l conoce nuestra


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Noc"ebuena, de la 'ncarnacin del 9erbo. E ese es elcamino m&s seguro para alcanzar la unin duradera conDios y para integrarse cada da m&s fuerte yprofundamente en el Cuerpo @stico de Cristo.

8% muy bien que esto puede parecer a algunos un deseodemasiado radical. 'n la pr&ctica significa para la mayorade los que se convierten un cambio total de la vida interiory eJterior. E esto es precisamente lo que debe ser. 'nnuestra propia vida tenemos que "acer sitio para el8alvador de la 'ucarista, para que 'l pueda transformarnuestra vida en la suya.

8ignifica esto pedir demasiadoG @uc"as veces tenemos

tiempo para tantas cosas intiles, para leer tonteras enlibros, revistas y diarios de poca seriedad+ para pasarnos"oras enteras en los caf%s, o para malgastar un cuarto ouna media "ora en la calle. Fodo esto no es m&s quedisipacin en la que derroc"amos el tiempo y las fuerzas.

's que no es posible a"orrar una "ora en la ma#ana, enla que podamos recogernos en vez de distraernos, en laque no malgastemos nuestras energas, sino queganemos fuerzas para vencer con ellas en las luc"as quenos depara el daG 8in duda alguna se necesita para elloalgo m&s que una "ora. emos de vivir de tal manera quea la una se suceda la otra y %stas preparen las quevienen. De ese modo se "ace imposible de!arse llevar porla corriente- del da, aunque no sea m&s quetransitoriamente. Adem&s no podemos escapar del !uiciode aquellos y aquellas cosas con las que cotidianamenteestamos ocupados. An cuando no se diga una palabra,cada uno percibe qu% es lo que los otros piensan de

nosotros. Cada uno intenta tambi%n adaptarse al ambienteque lo rodea, y si esto no es posible, la vida se convierteen un tormento.

*o mismo ocurre en nuestra relacin diaria con el8alvador/ cada da crece nuestra sensibilidad para percibirlo que le agrada y lo que no le agrada. 8i "asta esemomento est&bamos relativamente contentos connosotros mismos, a partir de nuestro encuentro con 'l se

van a transformar muc"as cosas de nuestra vida. 9amos adescubrir muc"as facetas de nuestra vida que no son del


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todo buenas e intentaremos cambiarlas en la medida de loposible, y otras que tampoco son buenas, pero que a lavez son casi imposibles de cambiar. Con ello podremoscrecer en "umildad y llegaremos a ser pacientes y

comprensivos frente a la pa!a en el o!o a!eno, puestendremos clara conciencia de la viga en el propio.Iinalmente aprenderemos a aceptarnos tal cual somos ala luz de la presencia divina y abandonarnos a lamisericordia de Dios que puede alcanzar todo aquello delo que nuestras propias fuerzas son incapaces.

Desde la satisfaccin propia del buen catlico- quecumple con sus obligaciones-, que prefiere las buenaslecturas- y que toma las opciones correctas-, pero que,

en suma, "ace slo aquello para lo cual se sienteinclinado, "ay todava un largo camino "asta laconduccin de la propia vida de y en las manos de Dios,con la sencillez del ni#o y la "umildad del publicano. 8inembargo, quien "a comenzado a andar por ese camino nole abandonar&, por duro que %ste sea. 8egn estofiliacin divina- significa al mismo tiempo grandeza ypeque#ez. 9ivir eucarsticamente quiere decir as, salir pordecisin personal de la estrec"ez de la propia vida para

crecer en la inmensidad de la 9ida de Cristo. uien buscaal 8e#or en su propia casa no va a ocuparse m&s slo desu persona y de sus asuntos particulares, sino que m&sbien comenzar& a interesarse por los asuntos de Dios. *aparticipacin en el sacrificio eucarstico cotidiano nossumerge imperceptiblemente en la totalidad de la vidalitrgica. *as oraciones y los rituales del culto divino nospresentan, en el ciclo del a#o litrgico, la "istoria de lasalvacin y nos permiten penetrar m&s profundamente en

su sentido.'l sacrificio eucarstico acuna en nuestra alma el misteriocentral de nuestra fe, que a la vez es el e!e de la "istoriauniversal/ el misterio de la 'ncarnacin y de nuestrasalvacin. ui%n podra participar del sacrificoeucarstico con un espritu y un corazn abierto sin serinvadido por el sentido profundo de este sacrificio y sinsentirse penetrado por las ansias de que la peque#ez desu persona sea integrada en la grandiosa obra del

BedentorG


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4 *os misterios del cristianismo son una totalidadindivisible. Cuando profundizamos en uno de ellos somosconducidos autom&ticamente a todos los otros. As noslleva el camino de $el%n forzosamente al lgota y el

pesebre a la Cruz. Cuando la 9irgen @ara present alNi#o :ess en el templo le fue profetizado que una espadaatravesara su corazn y que ese Ni#o sera ocasin decada y de resurreccin para muc"os, un signo decontradiccin. 'se fue el preanuncio de la )asin, de laluc"a entre la luz y las tinieblas, que ya se manifestaba enel pesebre.

Algunos a#os se celebran casi simult&neamente lasfiestas de la Candelaria y de 8eptuag%sima, la fiesta de la

'ncarnacin y la preparacin de la )asin. 'n la noc"edel pecado reluce la estrella de $el%n. 8obre el resplandorque desborda de pesebre se proyecta la sombra de lacruz. *a luz se eJtingue en la oscuridad del 9iernes 8anto,pero se eleve esplendorosa como el sol de la gracia en lama#ana de la Besurreccin. A trav%s de la cruz y del dolora la gloria de la resurreccin, ese fue el camino del i!o deDios "ec"o "ombre.

Alcanzar con el i!o del ombre la gloria de laresurreccin a trav%s del sufrimiento y de la muerte es elcamino para cada uno de nosotros y para toda la"umanidad.

LA ORACIN DE LA IGLESIA

)or 'l, con 'l y en 'l, a ti, Dios )adre omnipotente en launidad el 'spritu 8anto, todo "onor y toda gloria por lossiglos de los siglos-.

Con estas solemnes palabras concluye el sacerdote en lacelebracin de la 'ucarista las oraciones que tienencomo punto central el acontecimiento lleno de misterio de

la Fransubstanciacin. Al mismo tiempo se resume all dela manera m&s concisa lo que es la oracin de la glesia/


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loria y "onor del Dios (no y Frino por, con y en Cristo.Aun cuando estas palabras est%n dirigidas al )adre, es denotar que no "ay una glorificacin del i!o y del 'spritu8anto. *a doJologa proclama la gloria que el )adre

comparte con el i!o y ambos con el 'spritu 8anto portodos los siglos de los siglos.

Foda alabanza dirigida a Dios acontece por, con y enCristo. )or 'l, porque la "umanidad tiene acceso al )adreslo por Cristo y porque su ser "umanoMdivino y su obrade salvacin representan la glorificacin m&s perfecta del)adre. Con 'l, porque cada oracin aut%ntica es el frutode la unin con Cristo y al mismo tiempo un refuerzo deesa unin+ adem&s porque cada alabanza del i!o es una

alabanza del )adre y viceversa. 'n 'l, porque Cristomismo es la glesia orante y cada orante en particular unmiembro vivo de su Cuerpo @stico y, adem&s, porque el)adre est& en el i!o y en el i!o se "ace visible elresplandor y la gloria del )adre. 'l sentido doble del por-,con- y ense transforma de esa manera en la eJpresindel car&cter mediador del 9erbo 'ncarnado.

As podemos decir que la oracin de la glesia es la

oracin del Cristo viviente y encuentra su modelo originalen la oracin de Cristo durante su vida terrena.

*a oracin de la glesia como *iturgia y como 'ucarista

)or los relatos evang%licos sabemos que Cristo rez comorezaba todo !udo creyente y fiel a la ley. Fambi%nsabemos que, en los a#os de su infancia con sus padres ymas tarde con los discpulos, peregrinaba en las %pocasprescritas a :erusal%n para celebrar las grandes fiestas enel Femplo. 8in duda alguna cant !unto con los suyos llenode entusiasmo los "imnos de gozo que brotaban de laalegra inmensa de los peregrinos/ 0ue alegra cuandome di!eron, vamos a la casa del 8e#or2- 38almo 1=1,17.

*as narraciones del ltimo encuentro de :ess con susdiscpulos, que estuvo dedicado al cumplimiento de una


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de las m&s sagradas obligaciones religiosas, a saber, lacelebracin solemne de la Cena )ascual, enconmemoracin de la liberacin de la esclavitud de 'gipto,nos testifican que 'l pronunciaba las antiguas bendiciones

!udas, tal como se rezan todava "oy sobre el pan, el vinoy los frutos del campo. uiz& sea precisamente eseencuentro el que nos pueda dar la visin m&s profunda dela oracin de Cristo y la clave para la comprensin de laoracin de la glesia.

E mientras estaban comiendo tom :ess el pan, lobendi!o y d&ndoselo a sus discpulos di!o/ Fomad y comed,ese es mi cuerpo. *uego tom el c&liz Oy dadas las graciasse lo dio diciendo/ Fomad y bebed todos de %l, porque

esta es la 8angre de la Nueva Alianza que ser&derramada por muc"os para el perdn de los pecados/-3@t.=L,=LM=67.

*a bendicin y fraccin del pan y la bendicin y entregadel vino pertenecan ya al rito del banquete pascual, peroambos gestos reciben en este momento un sentidototalmente nuevo. 'n este preciso instante comienza lavida de la glesia. 'lla se presentar& pblicamente, como

una comunidad visible y llena del 'spritu, el mismo da de)entecost%s, pero aqu, durante la Cena )ascual, serealiza el in!erto de los sarmientos en la vid, lo cual "izoposible que les fuera derramado el 'spritu.

*as antiguas bendiciones se convirtieron en boca deCristo en palabras creadoras de vida. *os frutos de latierra se convirtieron en su Cuerpo y su 8angre y fueroncolmados de vida. *a creacin visible de la cual Cristo"aba tomado parte por medio de la encarnacin se

fusionara con 'l de una manera nueva y misteriosa. *oselementos que sirven para la constitucin del cuerpo"umano son transformados sustancialmente y, por surecepcin, son transformados tambi%n los "ombres, sonintroducidos en la unidad de vida con Cristo y plenificadoscon su vida divina. *a fuerza vivificadora de la palabraest& ntimamente unida a la vctima inmolada. *a )alabrase "izo carne para ofrecer en "olocausto la vida carnalque "aba asumido+ para ofrecerse a s misma y, por su

entrega, presentar la creacin redimida como ofrenda dealabanza al Creador.


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*a memoria de la Antigua Alianza se convirti, en la (ltimaCena de Cristo con sus apstoles, en el banquete pascualdel Nuevo Festamento, en la ofrenda de la cruz del monteCalvario, en el gozoso banquete entre la )ascua y la

Ascensin al cielo, en el cual los discpulos reconocieronal 8e#or en la fraccin del pan, y en la ofrenda eucarsticacon la santa comunin.

Cuando :ess tom el c&liz, dio gracias+ aqu podemospensar en las palabras de bendicin que est&n contenidasen una accin de gracias al Creador. Fambi%n sabemosque Cristo acostumbraba a dar gracias cuando, frente aun milagro, elevaba los o!os al cielo. 'l daba gracias al)adre porque saba que le escuc"aba. Cristo da gracias

por la fuerza divina que lleva en s mismo y a trav%s de lacual puede presentar a los o!os de los "ombres el poderinfinito del Creador. 'l da gracias por la obra de salvacinque "a venido a realizar, y tambi%n a trav%s de ella, queen s misma es glorificacin de la divinidad trinitaria,porque por esa obra de salvacin se renueva y embellecela imagen y seme!anza divina de la creacin que "abasido deformada por el pecado.

De esta manera podemos interpretar la ofrenda perpetuade Cristo Men la Cruz, en la 'ucarista y en la gloria eternadel cieloM como una nica accin de gracias al Creador,como una accin de gracias por la creacin, la salvacin yla plenificacin. Cristo se ofrece a s mismo en nombre elmundo creado, cuyo modelo es 'l mismo y al cual "adescendido para transformarlo desde dentro y paraconducirlo a la perfeccin. 'l invita tambi%n a toda lacreacin a unrsele en el ofrecimiento de accin de graciasdebido al Creador.

4 A la Antigua Alianza le "aba sido dada ya lacomprensin del car&cter eucarstico- de la oracin/ lasim&genes milagrosas del tabern&culo y m&s tarde eltemplo del rey 8alomn, que "aba sido construido segnindicaciones divinas, fueron interpretados como modelosde toda la creacin que se rene en torno a su 8e#or enactitud de contemplacin y de servicio. *a tienda, en tornoa la cual acampaba el pueblo de srael durante su

peregrinacin por el desierto, se llamaba la morada de lapresencia de Dios- 3'J.6,=17. 'sa era la morada inferior-


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en contraposicin a la morada superior-. 'l salmistacanta/ Ea"ve", yo amo la belleza de tu casa, el lugardonde se asienta tu gloria- 38almo =5,67, porque la tiendade la Alianza tiene el mismo valor que la creacin del

mundo.As como en la narracin de la creacin el cielo fueeJtendido como una alfombra, de la misma maneraestaban prescritas numerosas alfombras como paredes dela tienda, y as como las aguas del cielo fueron separadasde las aguas de la tierra, as estaba separado el 8anto delos 8antos de los recintos eJteriores por un velo. 'l marde bronce- est& "ec"o tambi%n segn el modelo del marque fue contenido por las costas. Como smbolo de las

estrellas del cielo se encuentra en la tienda el candelabrode los siete brazos. Corderos y aves representan lamuc"edumbre de seres vivientes que pueblan las aguas,la tierra y el aire. E de la misma manera que la tierra fueentregada a los "ombres, as se encuentra en el santuarioel suma sacerdote, que fue consagrado para servir y obraren nombre de Dios. *a tienda, una vez terminada, fuebendecida, ungida y santificada por @ois%s, de la mismamanera que Dios bendi!o y santific la obra de sus manos

el s%ptimo da. As como los cielos y la tierra son testigosde Dios, as "abr& de ser su morada un testimonio de lapresencia de Dios en la tierra 3Dt.K,1


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son los labios orantes de la glesia, rodean la ofrendasanta y traspasan y santifican todas las otras obras delda, de tal manera que la oracin y el traba!o se conviertenen un nico oficio divino-, en una nica *iturgia-.

*as lecturas de las 8agradas 'scrituras y de los )adres,de los documentos de la glesia y de las proclamacionesdoctrinales de sus pastores son un inmenso yconstantemente creciente "imno de alabanza a la accinde la )rovidencia divina y al desarrollo evolutivo del planeterno de salvacin. *as oraciones matinales invitan a lacreacin entera a reunirse en torno al 8alvador/ losmontes y las colinas, los ros y las corrientes de agua, elmar, la tierra y todo cuanto "abita en ellos, las nubes y los

vientos, la lluvia y la nieve, todos los pueblos de la tierra,las razas y naciones y, finalmente, tambi%n los "abitantesdel cielo, los &ngeles y los santos/ todos, y no slo susim&genes "ec"as por manos "umanas, "an de participarpersonalmente de la gran 'ucarista de la creacin Mo m&sprecisamente, nosotros "emos de unirnos a trav%s denuestra liturgia a su viva y eterna alabanza divina. Fodosnosotros My eso significa no slo los religiosos cuyaprofesin- es la alabanza de Dios, sino todo el pueblo de

DiosM manifestamos nuestra conciencia de "aber sidollamados a la alabanza divina cada vez que en lasgrandes solemnidades nos acercamos a las catedrales yabadas y cada vez que participamos de las grandescorales populares y a trav%s de las nuevas formaslitrgicas nos integramos llenos de alegra a esa alabanza.

L *a eJpresin m&s fuerte de la unidad litrgica entrela glesia celestial y la terrena Mambas dan gracias al)adre por Cristo-M se encuentra en el )refacio y en el8anctus de la 8anta @isa. *a liturgia no de!a, sinembargo, ninguna duda de que todava no somosciudadanos perfectos de la :erusal%n celestial, sinoperegrinos en camino "acia la patria eterna. Antes deatrevernos a elevar los o!os a lo alto, para entonar con loscoros celestiales el -8anto, 8anto, 8anto-, necesitamosprepararnos debidamente. Fodo lo creado que es utilizadoen el servicio divino tiene que ser apartado de su uso ysentido profano, tiene que ser consagrado y santificado. 'l

sacerdote "a de purificarse a trav%s del reconocimiento desus pecados antes de subir las gradas del altar y, !unto


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con %l, tambi%n todos los creyentes. Antes de cada nuevopaso en el sacrificio de la ofrenda tiene que repetir lasplica del perdn de los pecados, por %l mismo, por losall presentes y por todos aquellos a quienes "abr&n de

alcanzar los frutos de la ofrenda santa. *a ofrenda delaltar es un sacrificio que !unto con los dones presentadostransforma tambi%n a los creyentes, les abre el Beino delos Cielos y les "ace aptos para una accin de graciasagradable a Dios.

Fodo lo que nosotros necesitamos para ser acogidos en lacomunidad de los espritus celestiales est& resumido enlas siete peticiones del )adrenuestro, que Cristo no rezen nombre propio, sino para que aprendi%ramos de 'l.

Nosotros rezamos el )adrenuestro antes de comulgar y silo "acemos sinceramente y de corazn y luego recibimosla comunin con espritu recto, entonces nos proporcionaella el cumplimiento de las peticiones/ ella nos proporcionael perdn de los pecados y nos da fuerzas contra latentacin. *a comunin es el pan de la vida quenecesitamos diariamente para ir acerc&ndonos a la vidaeterna+ ella "ace de nuestra voluntad un instrumento dcilde la voluntad de Dios, ella es el fundamento del Beino de

Dios en nosotros y nos da un corazn y nos labios purospara glorificar el santo nombre de Dios. De esa manera semanifiesta cu&n ntimamente unidos est&n el sacrificio, elbanquete de la ofrenda y la alabanza divina. *aparticipacin en el sacrificio y en el banquete de la ofrendatransforman el alma en una piedra viva de la ciudad deDios, y a cada una de ellas en particular en un templodivino.

'l di&logo personal con Dios como oracin de la glesia

0'l alma de cada "ombre concreto es templo deDios0 'sta frase nos abre "orizontes totalmente nuevos.*a vida de oracin de :ess es la clave para la

comprensin de la oracin de la glesia. Ea "emos vistoque Cristo particip en el Culto Divino pblico y


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legalmente establecido de su pueblo 3es decir, en lo quellamamos normalmente liturgia-7. 'l puso ese culto enntima comunicacin con la ofrenda de su vida, d&ndole deesa manera su sentido total y propio 3el de accin de

gracias de la creacin al Creador7 y de esa manera llevla liturgia del Antiguo Festamento a su realizacin ytransformacin en el Nuevo.

Cristo, sin embargo, no particip solamente del cultopblico. *os 'vangelios nos cuentan, quiz& con m&sfrecuencia an, que Cristo oraba solo, en el silencio de lanoc"e, sobre las colinas o en la soledad del desierto. 8uvida pblica fue precedida por cuarenta das y cuarentanoc"es de oracin en el desierto [email protected],1M=7. Antes de

elegir y enviar a predicar a los doce apstoles se retir ala soledad de un monte para orar 3*c. 1,1=7. 'n el montede los olivos se prepar para el camino del lgota. *oque 'l di!o al )adre en esa "ora difcil de su vida nos fuerevelado en unas pocas palabras, palabras que nos "ansido dadas como guas en nuestras "oras de etseman/)adre, si es posible que pase de mi este c&liz, pero no se"aga mi voluntad sino la tuya- 3*c. ==,4=7. 'sas palabrasson como un rayo de luz, que por un momento nos de!an

entrever la vida interior de :ess, el misterioinconmensurable de su ser divino y "umano en di&logocon el )adre. 8in duda alguna que ese di&logo seeJtendi a lo largo de toda la vida y nunca fueinterrumpido.

Cristo oraba interiormente no slo cuando se ale!aba de lamultitud, sino tambi%n cuando estaba en medio de los"ombres. )ero una vez nos dio una larga y profundavisin de ese misterioso di&logo. No fue muc"o antes dela "ora del monte de los olivos, m&s precisamente, !ustoantes de ponerse en camino "acia all, al acabar la (ltimaCena, en la "ora en que nosotros consideramos que nacila glesia. E 'l, que "aba amado a los suyos... los am"asta el eJtremo- 3:n.1,17. Cristo saba muy bien que esesera su ltimo encuentro y por eso quiso darles an todocuanto poda+ saba tambi%n, sin embargo, que ellos nopodran soportarlo ni entenderlo. )rimero "abra de venirel 'spritu de la verdad para abrirles los o!os. E despu%s

de "aber dic"o y "ec"o todo lo que 'l "aba de "acer y dedecir elev los o!os al cielo y "abl en presencia de ellos


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con el )adre. 'sa oracin la llamamos la oracin de Cristo8umo 8acerdote, pues tambi%n esa oracin tena suimagen en el Antiguo Festamento.

6 (na vez al a#o, en el da m&s santo y solemne, en elda de la 'Jpiacin, entraba el sumo sacerdote en el8antuario y se postraba ante la presencia de Dios paraorar por s mismo, por su casa y por toda la comunidad desrael, para rociar el trono de la gracia con la sangre delternero y del mac"o cabro que "aba sacrificadoanteriormente, para eJpiar sus propios pecados y los desu casa y para preservar al 8antuario de las impurezas delos "i!os de srael, de sus faltas y transgresiones.

Nadie poda estar en la Fienda 3en el &mbito sagradofrente al 8anto de los 8antos7 cuando el sumo sacerdotese postraba en ese santo lugar en la presencia de Dios. 'lsumo sacerdote era el nico que tena acceso a eserecinto y solamente a una "ora determinada. 'n esaocasin "aba de ofrecer el incienso ...para que la nubede incienso envuelva el propiciatorio que est& encima delFestimonio y no muera- 3*ev. 1L,17. 'n el m&s profundomisterio se realizaba entonces ese di&logo. 'l da de la

'Jpiacin es la imagen veterotestamentaria del 9iernes8anto. 'l cordero que era degollado por los pecados delpueblo representaba al Cordero de Dios inmaculado, ascomo aquel otro que, determinado por la suerte y cargadocon los pecados del pueblo, era enviado al desierto.Fambi%n el sumo sacerdote de la casa de Aarnrepresenta la imagen del 8acerdote eterno, :esucristo. Ascomo Cristo en la (ltima Cena anticip su sacrificio, de lamisma manera anticipaba 'l la oracin sacerdotal.

Cristo no necesitaba ofrecer una ofrenda eJpiatoria por smismo, pues 'l no tena pecado+ 'l no necesitaba esperarla "ora indicada por la ley, ni tampoco dirigirse al8antuario en el templo, 'l est& siempre y en todas partesen la presencia de Dios, su misma alma es el 8antuario yella no es solamente morada de Dios, sino que est&inseparable y esencialmente unida al mismo Dios. 'l nonecesita protegerse del )adre con una nube de incienso,contempla sin ningn velo el rostro del 'terno y no tiene

porqu% temer, la mirada del )adre no va a producir sumuerte. De esa manera desvela Cristo el misterio del


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sumo sacerdocio+ todos los suyos pueden or cmo "ablaal )adre en el santuario de su corazn+ sus discpulos "ande eJperimentar de qu% se trata y "an de aprendertambi%n a "ablar con el )adre en sus corazones 3Cfr.

:n.1>,1,ss.7.< *a oracin sacerdotal de nuestro 8alvador nosrevela el misterio de las vida interior/ la intimidad de las)ersonas divinas y la morada de Dios en el alma. 'n esamisteriosa profundidad se prepar y realiz, escondida yen silencio, la grandiosa obra de la salvacin, y as secontinuar& "asta que al final de los tiempos todosalcancen la perfeccin en la unidad. 'n el silencio eternode la vida divina fue concebida a sentencia de la

salvacin. 'n la soledad del silencioso aposento deNazaret descendi la fuerza del 'spritu 8anto sobre la9irgen orante, llevando as a plenitud la 'ncarnacin del8alvador. Beunida en torno a la 9irgen, silenciosa yorante, esperaba la glesia en gestacin el nuevoderramamiento del 'spritu )ar&clito que "abra devivificarla y conducirla a la claridad interior y a unaactividad eJterna llena de frutos.

'l apstol )ablo esperaba, en la noc"e de la ceguera queDios "aba derramado sobre sus o!os y en oracinsolitaria, la respuesta a su pregunta/ 8e#or, qu% quieresque "agaG 3ec"os


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1K As, por e!emplo, 8anta $rgida o 8anta Catalina de8iena. E cuando 8anta Feresa, la gran reformadora de la?rden del Carmen, quiso ir en ayuda de la glesia en una%poca de gran decadencia de la fe, vio que el medio mas

apropiado para ello era la renovacin de la verdadera vidainterior. *a noticia de la decadencia de la vida religiosa,que se eJtenda continuamente en torno suyo, lapreocupaba de manera especial/ ...diome gran fatiga, ycomo si yo pudiera algo o fuera algo, lloraba con el 8e#ory le suplicaba remediase tanto mal. )arecame que milvidas pusiera yo para remedio de un alma de las muc"asque all se perdan. E como me vi mu!er y ruin, eimposibilitada de aprovec"ar en lo que yo quisiera en elservicio del 8e#or, y toda mi ansia era y an es, que puestiene tantos enemigos y tan pocos amigos, que esosfuesen buenos, determin% a "acer eso poquito que era enm, que es seguir los conse!os evang%licos con toda laperfeccin que yo pudiese y procurar que estas poquitasque est&n aqu, "iciesen lo mismo, confiada en la granbondad de Dios que nunca falta de ayudar a quien por 'lse determina a de!arlo todo+ y que siendo tales cuales yolas pintaba en mis deseos, entre sus virtudes no tendranfuerza mis faltas, y podra yo contentar en algo al 8e#or, y

que todas ocupadas en oracin por los que sondefensores de la glesia y predicadores y letrados que ladefienden, ayud&semos en lo que pudi%semos a este8e#or mo, que tan apretado le traen aquellos a los que "a"ec"o tanto bien, que parece le querran tornar a"ora a lacruz, y que no tuviese donde reclinar la cabeza... 0?""ermanas mas en Cristo2ayudadme a suplicar esto al8e#or, que para eso os !unt aqu+ este es vuestrollamamiento, estos "an de ser vuestros negocios, estos

"an de ser vuestros deseos, aqu vuestras l&grimas, aquvuestras peticiones- 3Camino de )erfeccin, Cap.17.

11 A la 8anta le pareca necesario que aqu suceda loque en tiempo de guerra. ame parecido es menestercomo cuando los enemigos en tiempo de guerra "ancorrido toda la tierra y vi%ndose el 8e#or de ella apretado,se recoge a una ciudad que "ace muy bien fortalecer, ydesde all acaece algunas veces dar en los contrarios, y

ser tales los que est&n en la ciudad, como es genteescogida, que pueden m&s ellos a solas que con muc"os


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soldados, si eran cobardes, pudieron, y muc"as veces segana de esta manera victoria... @as, para qu% "e dic"oestoG )ara que entend&is, "ermanas mas, que lo que"emos de pedir a Dios es que en este castillo que "ay ya

de buenos cristianos, no se nos vaya ya ninguno con loscontrarios, y a los capitanes de este castillo o ciudad los"aga muy aventa!ados en los caminos del 8e#or, que sonlos predicadores y telogos. E pues los m&s est&n en lasreligiones, que vayan muy adelante en su perfeccin yllamamiento, que es muy necesario... 0$uenos quedaranlos soldados sin capitanes2+ "an de vivir entre los "ombresy tratar con los "ombres y estar en los palacios y an"acerse algunas veces con ellos en lo eJterior. )ens&is,"i!as mas, que es menester poco para tratar con elmundo y vivir en el mundo y tratar negocios del mundo... yser en lo eJterior eJtra#os del mundo... y, en fin, no ser"ombres sino &ngelesG )orque, a no ser esto as, nimerecen nombre de capitanes, ni permita el 8e#or salgande sus celdas, que m&s da#o "ar&n que provec"o+ porqueno es a"ora tiempo de ver imperfecciones en los que "ande ense#ar. E si en lo interior no est&n fortalecidos enentender lo muc"o que va en tenerlo todo deba!o de lospies y estar desasidos de las cosas que se acaban y

asidos a las eternas, por muc"o que lo quieran encubrir,"an de dar se#al. )ues con qui%n lo "an sino con elmundoG No "ayan miedo se lo perdone, ni que ningunaimperfeccin de!en de entender. Cosas buenas, muc"asse les pasar&n por alto, y an por ventura no las tendr&npor tales+ mas mala o imperfecta, no "ayan miedo. A"orayo me espanto qui%n los muestra la perfeccin, no paraguardarla, que de esto ninguna obligacin les parecetienen..., sino para condenar, y a las veces lo que es virtud

les parece regalo. As que no pens%is es menester pocofavor de Dios para esta gran batalla adonde se meten,sino grandsimo... As que os pido, por amor del 8e#or,pid&is a su @a!estad nos oiga en esto. Eo, aunquemiserable, lo pido a su @a!estad, pues es para gloria suyay bien de su glesia, que aqu van mis deseos... 9ean lasque vinieren que teniendo santo prelado lo ser&n lassbditas, y como cosa tan importante ponedla siempredelante del 8e#or+ y cuando vuestras oraciones y deseos

y disciplinas y ayunos no se emplearen por esto que "e


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dic"o, pensad que no "ac%is ni cumpls el fin para queaqu os !unt el 8e#or- 3Camino de )erfeccin-, Cap.7.

1= u% es lo que proporcion a esa religiosa, que"aba vivido en oracin desde "aca decenios en unacelda conventual, el ardiente deseo de "acer algo por lacausa de la glesia y una mirada aguda para lasnecesidades y eJigencias de su tiempoG )recisamente el"ec"o de "aber vivido en oracin, de "aberse de!adollevar por el 8e#or cada vez m&s profundamente a lasmoradas interiores del castillo del alma, "asta esa ltimadonde 'l poda decirle ...que ya era tiempo de que suscosas tomase ella por suyas y 'l tendra cuidado de lassuyas, y otras palabras que son m&s para sentir que para

decir- 3@orada >, =,17. )or eso no poda ella sinoocuparse con diligencia de las cosas del 8e#or, el Dios delos e!%rcitos. 3)alabras de nuestro 8anto )adre 'las quefueron tomadas como lema en el escudo de nuestra?rden7. uien se entrega incondicionalmente al 8e#or eselegido como instrumento para construir su Beino. 8loDios sabe de cu&n gran ayuda fueron las oraciones de8anta Feresa y de sus "i!as para evitar el cisma de la feen 'spa#a, y qu% poder increble desarroll esa oracin

en las luc"as de fe en Irancia, olanda y Alemania.

*a "istoria oficial no menciona esos poderes invisibles einquebrantables, pero a confianza de los puebloscreyentes y el eJaminante y cuidadoso !uicio de la glesiales conocen perfectamente. E nuestra %poca se ve cadavez m&s obligada, cuando todo fracasa, a esperar de esafuente escondida la ltima salvacin.

*a vida interior, las formas eJternas y las obras

*a obra de la salvacin se realiza en la soledad y el

silencio. 'n el di&logo silencioso del corazn con Dios sepreparan las piedras vivas de las cuales est& construido el


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Beino de Dios y se modelan los instrumentos selectos queayudan en la construccin. *a corriente mstica queatraviesa los siglos no es un afluente errante que sesepar imperceptiblemente de la vida de oracin de la

glesia+ ella constituye precisamente la instancia m&sntima de su vida orante. Cuando rompe con las formastradicionales, sucede porque en esa corriente vive el'spritu que sopla donde quiere, que "a creado todas lasformas de la tradicin, y que va creando siempre nuevasformas. 8in el 'spritu y sin las corrientes msticas en lasque 'l se manifiesta no "abra ni liturgia ni glesia.

No era el alma del salmista real un arpa cuyas cuerdassonaban ba!o la caricia del aliento del 'spritu 8antoG Del

corazn rebosante de la 9irgen llena de gracia brot el"imno de gozo del @agnificat-. 'l c&ntico prof%tico del$enedictus- abri los labios enmudecidos del anciano;acaras cuando vio realizarse visiblemente lasmisteriosas palabras del &ngel. *o que en aquel momentoemanaba de los corazones inundados del 'spritu yencontraba su eJpresin en palabras y obras, fuetransmitido luego de generacin en generacin.

*a corriente mstica de que antes "abl&bamos constituyede esa manera el "imno de alabanza polifnico y siemprecreciente al Creador, Dios (no, Frino y 8alvador. 's poreso que no se trata de contraponer las formas libres deoracin como eJpresin de la piedad sub!etiva- a laliturgia como forma ob!etiva- de oracin de la glesia/ atrav%s de cada oracin aut%ntica se produce algo en laglesia, y es la misma glesia la que ora en cada alma,pues es el 'spritu 8anto, que vive en ella, el queintercede por nosotros con gemidos inefables 3Bom. 6,=L7.'sa es la oracin aut%ntica, pues nadie puede decirP8e#or :essQ, sino en el 'spritu 8anto- 31Cor. 1=,7.u% podra ser la oracin de la glesia, sino la entrega delos grandes amantes a Dios, que es el Amor mismoG *aentrega de amor incondicional a Dios y la respuesta divinaMla unin total y eternaM son la eJaltacin m&s grande quepuede alcanzar un corazn "umano, el estadio m&s altode la vida de oracin. *as almas que lo "an alcanzadoconstituyen verdaderamente el corazn de la glesia, en

cada uno de ellas vive el amor sacerdotal de :ess.'scondidas con Cristo en Dios no pueden sino transmitir a


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otros corazones el amor divino con el cual "an sidocolmadas, y de esa manera cooperan en elperfeccionamiento de todos y en el camino "acia la unincon Dios que fue y sigue siendo el gran deseo de :ess.

14 De esa misma manera entendi @ara Antonieta deeuser su vocacin. 'lla se senta llamada a realizar lagran empresa del cristiano en medio del mundo y elcamino que ella sigui tiene sin duda alguna car&cter demodelo para los muc"os que "oy se sienten movidos acomprometerse en la glesia a trav%s de una entregaradical en su vida interior, pero que no les "a sido dada lavocacin de seguir al 8e#or en el recogimiento de unconvento.

'l alma que "a alcanzado el grado m&s alto de la oracinmstica en la actividad apacible de la vida divina, nopiensa ya en otra cosa, sino en entregarse al apostoladoal que 'l la "a llamado.

'sa es la tranquilidad en el orden y a la vez la actividadliberada de toda atadura. 'l alma se presenta a esa luc"allena de paz, porque ella est& actuando segn el sentidode los decretos divinos. 'lla sabe que la voluntad de suDios se plenifica por el crecimiento de su gloria, pues, sibien muc"as veces la voluntad "umana pone barreras a laomnipotencia divina, es siempre la omnipotencia divina laque triunfa, y la que realiza una obra grandiosa con elmaterial que queda. 'sa victoria del poder divino sobre lalibertad "umana, que a pesar de todo permite obrarlibremente, es uno de los aspectos m&s grandiosos y m&sdignos de admiracin del plan de salvacin...- 3@arie de laFrinite-, carta del => de septiembre de 17. Cuando

@ara Antonieta de euser escribi esta carta seencontraba ya en los umbrales de la eternidad+ slo unvelo suave la separaba de esa ltima perfeccin quenosotros llamamos la vida de gloria.

'n los espritus bienaventurados que entraron a formarparte de la unidad de la vida divina, todo es uno/ actividady quietud, contemplar y obrar, "ablar y callar, escuc"ar yeJpresarse, entrega total receptora del amor y

sobreabundancia de ese amor que se derrama en cantosde alabanza y agradecimiento. Fanto tiempo como nos


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encontremos todava de camino 3y cuanto m&s le!ana lameta, tanto m&s intensamente7, estaremos su!etos a lasleyes de la temporalidad, y no podremos prescindir del"ec"o de que para la realizacin de la vida divina en

nosotros es necesaria una evolucin y unacomplementacin mutua de todos los miembros delCuerpo @stico.

15 Fodos necesitamos de esas "oras en las queescuc"amos en silencio y de!amos que la )alabra divinaobre en nosotros "asta el momento en que ella nosconduce a ser fructferos en la ofrenda de la alabanza y enla ofrenda de las obras concretas. Fodos nosotrosnecesitamos de las formas que nos "an sido transmitidas

y de la participacin en el culto divino pblico, para que deesa manera nuestra vida interior sea motivada yconducida por rectos caminos y para que all encuentresus modos de eJpresin m&s convenientes. *a solemnealabanza divina tiene que tener tambi%n un lugar en estemundo, donde "a de alcanzar la m&s grande perfeccinde la que los "ombres son capaces.

8lo desde aqu puede elevarse al cielo por el bien de

toda la glesia, y transformar a sus miembros, despertar lavida interior y animarla a la co"erencia eJterior. *a oracinpblica, a su vez, tiene que ser vivificada por dentro entanto que de!a espacio en las moradas interiores del almapara una profundizacin silenciosa y recogida. De no seras se convertira en una c"arlatanera est%ril y falta devida. *as moradas de la vida interior ofrecen un refugiocontra ese peligro, ellas son los lugares donde las almasest&n en presencia de Dios en silencio y soledad, paraconvertirse en amor vivificante en el corazn de la glesia.Cristo es el nico camino "acia el interior de nuestra vida,as como "acia el coro de los espritus bienaventurados,que cantan el 8anctus- eterno. 8u 8angre es el velo atrav%s del cual entramos en el santuario de la vida divina.

'n el bautismo y en el sacramento de la reconciliacin nospurifica de nuestros pecados, nos abre los o!os para la luzeterna, los odos para percibir la palabra de Dios y loslabios para cantar "imnos de alabanza y para rezar

oraciones de eJpiacin, de peticin y de agradecimiento,que no son sino distintas formas de adoracin y


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veneracin de las criaturas ante el Dios todopoderoso y deinfinita bondad. 'l sacramento de la Confirmacin marca yfortifica a los luc"adores de Cristo en el testimonio valientede la fe+ pero el sacramento que nos "ace miembros de su

Cuerpo @stico es sobre todo el de la 'ucarista, dondeCristo est& real y personalmente presente.

1L 'n tanto que participamos en el banqueteeucarstico y en tanto que somos alimentados por suCuerpo y por su 8angre, en la misma medida somostransformados en su Cuerpo y su 8angre. E slo en tantoque somos miembros de su Cuerpo podemos servivificados y conducidos por su 'spritu. ...el 'spritu es elque vivifica, pues el 'spritu es el que "ace de los

miembros, miembros vivos+ el 'spritu, sin embargo,vivifica solamente los miembros que se encuentran en elcuerpo... )or eso nada "abr& de temer el cristiano tantocomo la separacin del Cuerpo @stico de Cristo, pues si%l es separado del Cuerpo de Cristo, de!a de ser sumiembro y no puede ser ya vivificado por el 'spritu- 38an

Agustn, Fract.=>, in :oannem7.

@iembros del Cuerpo de Cristo somos adem&sR...no slo

por el amor, sino en verdad por la unin con su cuerpo. *aunin misma es causada por el alimento que 'l nos "aregalado para probarnos sus ansias de permanecer connosotros. )or eso "a querido sumergirse en nuestrapropia eJistencia y proyectar su cuerpo en el nuestro paraque todos seamos uno como la cabeza y el cuerpo sonuno- 38an :uan Crisstomo, omila L1 al pueblo de

Antioqua7. Como miembros de su Cuerpo, animados porsu 'spritu, nos ofrecemos tambi%n nosotros comovctimas por 'l-, con 'l- y en 'l- y entonamos con loscoros celestiales el eterno "imno de agradecimiento. )oreso la glesia, despu%s del banquete sagrado, reza/

8aciados con tan grandes dones,

te pedimos 8e#or, conc%denos que los

dones que recibimos nos sirvan para nuestra

salvacin y para que nunca abandonemos

la alabanza de tu nombre.


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LOS CAMINOS DEL SILENCIO INTERIOR

1 'n una conferencia que intentaba describir unaimagen del alma femenina que correspondiera a sudeterminacin eterna se mencionaban los siguientesatributos/ amplia, tranquila, vaca de s misma, c&lida yluminosa. 8imult&neamente se planteaba la pregunta decmo se puede llegar a la posesin de tales cualidades.

8in duda alguna no se trata de una multitud de caracteresque "ayan de ser tomados en cuenta o elaboradosindividualmente, m&s bien se refieren a un estado generaldel alma que, en esos atributos concretos, escontemplada desde diversos puntos de vista. 'se estadono puede ser elaborado voluntariamente, sino que tieneque ser producido por la gracia. *o que nosotros podemosy tenemos que "acer es/ abrirnos a la gracia. 'so significarenunciar totalmente a nuestra propia voluntad, para

entregarnos totalmente a la voluntad divina, poniendonuestra alma, dispuesta a recibirle y a de!arse modelar por'l, en las manos de Dios. 'ste es el conteJto primario quenos permite vaciarnos de nosotros mismos y alcanzar unestado de paz interior.

Nuestra interioridad se ve colmada por propia naturalezade muy diversas maneras y "asta tal punto, que una cosaempu!a a la otra y todas ellas mantienen el alma en unmovimiento constante+ a menudo incluso en conflicto yperturbacin. *as obligaciones y preocupaciones del dase acumulan en nuestro entorno en el momento mismo dedespertarnos por la ma#ana, si es que no interrumpieronya la tranquilidad de la noc"e. 'n ese momento seplantean ya cuestiones tan incmodas como estas/Cmo puedo sobrellevar tantas cosas en un solo daGCu&ndo podr% "acer esto o aquelloGRCmo puedosolucionar tal o cu&l problemaG )arece que quisi%ramoslanzarnos agitadamente o precipitarnos sobre los

acontecimiento del da, para poder tomar las riendas enlas manos y decir/ 0ec"o2


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)ero lo realmente importante es no de!arse turbar en esemomento. @i primera "ora en la ma#ana le pertenece al8e#or. oy quiero ocuparme de las obras que el 8e#orquiere encomendarme y 'l me dar& la fuerza para

realizarlas. De esa manera quiero subir al altar del 8e#or.Aqu no est& en !uego mi propia persona o mis cuestionespersonales, peque#as y sin importancia, aqu se trata dela gran ofrenda eJpiatoria. Eo puedo participar de ella parapurificarme y llenarme de alegra y para ofrecerme en elaltar con todas mis obras y mis sufrimientos. E cuandorecibo luego al 8e#or en la comunin puedo preguntarle/8e#or, qu% quieres de miG 'n ese momento me decido arealizar aquello que, despu%s de un di&logo silencioso conDios, considero que es mi prJima empresa.

= (na profunda paz inundar& mi corazn, y mi alma sevaciar& de todo aquello que pretenda perturbarla ysobrecargarla, si comienzo con mis tareas cotidianasdespu%s de la celebracin matinal de la eucarista+ y, a lavez, ser& ella colmada de santa alegra, de valenta y defortaleza. 8us "orizontes se agrandan y amplan, porqueella sali de s misma para entrar en la vida divina. 'lamor arde en ella como una llama suave que "a

encendido el 8e#or y la incita a eJpresar ese amor y atransmitirlo a los otros. Ilammescat igne caritas,accendat ardor prJimos-. E con toda claridad contemplaella el prJimo pedacito de camino que tiene por delante+ella no puede ver muy le!os, pero sabe que cuando "ayaalcanzado el punto que a"ora limita el "orizonte, se leabrir& un panorama totalmente nuevo.

E a"ora comienza la tarea cotidiana. uiz& cuatro o cinco"oras seguidas de traba!o en la escuela. 'so significaconstante concentracin en una cosa y cada "ora unadistinta. 'n esa o en aquella "ora de clase no se puedealcanzar lo que se pretenda, o quiz& en ninguna. 'lpropio cansancio, las interrupciones imprevistas, lasdeficiencias de los alumnos, el des&nimo, lasinsurrecciones, los temores.

? bien en la oficina/ contacto con un !efe o colegasdesagradables, pretensiones irrealizables, acusaciones

in!ustas, miseria "umana y necesidades de todo tipo.asta que llega el medioda. Cansados y agotados


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volvemos a casa donde posiblemente nos esperan nuevosconflictos y tribulaciones. Dnde queda la frescuramatinal del almaG De nuevo quisiera eJplotar yprecipitarse/ des&nimo, disgusto, arrepentimiento. E, a

pesar de todo, 0queda todava tanto por "acer "asta latarde2 's que tenemos que comenzar inmediatamenteGNo, por lo menos no antes de "aber encontrado unmomento de tranquilidad.

Cada una debe conocerse lo suficientemente a smisma como para saber dnde y cmo puede encontrarsus momentos de tranquilidad. *o me!or, si es posible, esdesa"ogarse un momento frente al tabern&culo y volverall todas nuestras preocupaciones. uien no pueda

"acerlo, porque quiz& necesita un poco de serenidadfsica, puede tomarse un respiro en la propia "abitacin. Esi esa tranquilidad eJterior no fuera de ninguna maneraposible, si no se tiene ningn lugar en el que uno puedaretirarse un momento y si las obligaciones apremiantesnos privan de una "ora de tranquilidad, entoncesdeberamos por lo menos por un momento cerrarnos atodas las otras preocupaciones para poder remontarnos al8e#or. 'l est& siempre all presente y puede darnos en un

instante todo lo que necesitamos.

As se desarrollar& el resto del da, quiz& con muc"o m&scansancio y fatiga, pero en paz. E cuando llega la noc"e yla revisin del da nos muestra que muc"as de nuestrasobras fueron fragmentarias y otras, que tambi%n nos"abamos propuesto, quedaron sin "acer y se despierteen nosotros una suerte de vergSenza y arrepentimiento,en ese momento "abremos de tomar las cosas tal cualson, "emos de ponerlas en las manos de Dios yabandonarlas a 'l. De esa manera se puede descansaren 'l, para, despu%s de recuperarnos verdaderamente,comenzar el nuevo da como si fuera una nueva vida.

4 'sta es slo una peque#a indicacin de cmopodramos organizar nuestro da para dar lugar en nuestravida a la gracia de Dios. Cada una en particular sabecmo puede aplicar estos conse!os de la me!or manera asu propia vida.


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A"ora slo resta mostrar cmo el domingo "a deconvertirse en una gran puerta, a trav%s de la cual la vidaeterna puede penetrar en nuestra vida diaria, para darnosfuerzas en el traba!o de toda la semana+ y cmo las

grandes fiestas, los tiempos solemnes y los de penitencia,vividos en espritu eclesial, proporcionan a las personas,a#o tras a#o, la paz eterna del sabbat-.

(na importante tarea de cada una en particular consistir&en pensar cmo podr& ella organizar su plan diario yanual, segn sus propias aptitudes y circunstanciaseJistenciales, para preparar los caminos del 8e#or. *adistribucin eJterna de las actividades tendr& que serdistinta para cada una, y tambi%n con el correr del tiempo

tendr& que adaptarse el&sticamente al cambio de lascircunstancias.

Adem&s, la situacin anmica es diversa en las distintaspersonas. E no todos los medios aptos para estableceruna relacin con el 'terno o para mantenerla viva orevivificarla 3meditacin, lectura espiritual, participacin enla liturgia, devociones populares7 son igualmentefructferos para cada una en particular y en diversas

circunstancias. *a meditacin, por e!emplo, no puede sere!ercitada siempre por todos y de la misma manera. 'smuy importante encontrar lo m&s efectivo para cada una yaprovec"arse de ello.

4

SANCTA DISCRETIO EL DON DEL DISCERNIMIENTO

1 *a regla de 8an $enito de Nursia es llamada amenuda discretione perspicua-, distinguida por ladiscrecin. *a discrecin se convierte de esa manera en elcu#o especial de la santidad benedictina. 'n realidad noeJiste santidad sin ella+ m&s an, si se la entiende enprofundidad y en todas sus dimensiones, coincide con lasantidad misma.


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)or e!emplo, si se confa algo a alguien ba!o discrecin-,eso significa, se espera que se guardar& en secreto. )erola verdadera discrecin es muc"o m&s que la solareserva. 'l discreto sabe, sin que se lo pidan

eJpresamente, sobre qu% cosas puede "ablar y qu% es loque debe callar. 'l posee el don de distinguir lo que debeocultarse en el silencio, de lo que "a de ser revelado+ elmomento en el que "ay que "ablar y el momento en elque "ay que callar+ a qui%n se le puede confiar algo y aqui%n no. Fodo esto es v&lido no slo para las cuestionesque le ata#en personalmente, sino tambi%n para aquellasque se refieren a otros. 8e considera tambi%n unaindiscrecin- cuando alguien "abla sobre cuestionespropias, pero en un lugar o en un momento pocoindicados. 'l discreto no toca tampoco con sus preguntaslo que no debe ser tocado y sabe muy bien cmo ycu&ndo una pregunta es conveniente+ y si fuera "irientesabe de!arla de lado.

= (na suma de dinero nos puede ser entregadatambi%n a discrecin-, lo cual significa que podemosdisponer de ella. 'sto no quiere decir, sin embargo, quepodamos utilizarla arbitrariamente. uien nos entrega esa

suma nos da libertad de acin, pues est& convencido deque nosotros somos quienes podemos determinar me!orqu% es lo que se puede "acer con ella. 'n ese caso ladiscrecin es tambi%n un don de discernimiento. Demanera muy especial tiene necesidad de ella quien tiene asu cargo la direccin de otras personas. 8an $enito "ablade la discrecin en relacin con lo que se "a de eJigir del

Abad 3Begla de 8.$enito, Cap.L47/ 'l Abad tiene que seren sus ordenaciones previdente y refleJivo+ ya se trate de

una ocupacin divina ya "umana, que %l imponga, debedistinguir y sopesar, teniendo en cuenta aqueldiscernimiento de :acob que di!o/RP8i a!etreo demasiado ami reba#o, morira todo en un solo daQ 3en.,17. 'l

Abad "abr& de cobi!ar en su corazn ese y otrostestimonios en favor del don del discernimiento, la madrede todas las virtudes, para poder tomar aquellasdeterminaciones que eJige el valiente y que no asustan ald%bil-.

'n este caso se puede entender la discrecin como lasabia mesura-, pero la fuente de una tal mesura es el


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mismo don de poder distinguir qu% es lo que conviene acada uno.

De dnde viene es donG )or una parte "ay algonatural que nos capacita para el discernimiento "asta undeterminado grado. A eso don natural le llamamos tacto-o delicadeza- y es fruto de un cultivo del alma y de unasabidura "eredada o bien adquirida por diversasactividades formativas o eJperiencia vitales. 'l CardenalNeTman deca que el perfecto entlemann- se confundecasi con el santo. 8u actitud alcanza slo "asta undeterminado nivel de sobrecarga. )or encima de ese nivelse rompe el equilibrio del alma. *a discrecin natural nollega tampoco a niveles muy profundos. 'lla sabe cmo

tratar a los "ombres- y como un aceite suave se adelantaa los roces en el engrana!e de la vida social, pero lospensamientos del corazn, el centro m&s ntimo del alma,le son desconocidos. All llega solo el 'spritu que todo lopenetra, "asta las profundidades mismas de la divinidad.*a verdadera discrecin es sobrenatural. 'lla seencuentra solamente all donde reina el 'spritu 8anto,donde una persona, mediante el ofrecimiento indivisible des misma y la capacidad de entregarse libremente,

escuc"a la voz suave de su "u%sped y est& atenta a susinspiraciones.

4 8e puede considerar a la discrecin como un dondel 'spritu 8antoG 8in duda alguna no se la puede tomarcomo uno de los siete conocidos ni tampoco como unoctavo nuevo. *a discrecin pertenece a cada don enparticular y se puede llegar a afirmar que los siete donesconstituyen la "uella visible de este nico don.

'l don del temor distingue- en Dios la divina ma!estas- ydetermina la distancia inconmensurable entre la santidadde Dios y la propia imperfeccin. 'l don de la piedaddistingue en Dios la pietas-, el amor paternal, lecontempla con amor filial y respetuoso, con un amor quesabe distinguir lo que es debido al )adre en el cielo. 'n laprudencia es donde se ve con m&s claridad que ladiscrecin es un don de discernimiento+ ella determina qu%es lo m&s conveniente para cada situacin concreta. 'n la

fortaleza podramos inclinarnos a pensar que se trata dealgo puramente voluntario, sin embargo la distincin entre


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la prudencia que reconoce el camino recto y una fortalezaque se impone ciegamente es posible slo en el &mbitonatural. 'l espritu "umano obra dcilmente y sin disgustoall donde reina el 'spritu 8anto. *a prudencia determina

el obrar pr&ctico sin ninguna restriccin y la fortaleza se vede esa manera iluminada por la prudencia. Ambasposibilitan a la persona "umana para adaptarsefleJiblemente a las m&s diversas situaciones.)recisamente cuando ella se "a entregado sin resistenciaal 'spritu, es capaz de sobrellevar todo lo que leacontece. *a luz del 'spritu le permite, como don deciencia, ver con absoluta claridad todo lo creado y todo loacontecido en su ordenacin a lo eterno, comprenderlo ensu estructura interna y otorgarle el lugar debido y laimportancia que le corresponde. Iinalmente le concede,como don de entendimiento, la penetracin en lasprofundidades de la divinidad misma y de!a resplandecerante ella con toda claridad la verdad revelada. 'n su puntoculminante, como don de sabidura, le une con la Frinidady le permite penetrar de alguna manera "asta la mismafuente eterna y "asta todo aquello que emana de ella yque le tiene como sustrato en ese movimiento vital ydivino que es amor y conocimiento !untamente.

5 *a sancta discretio- se distingue, segn esto,radicalmente de la inteligencia "umana, an de la m&saguda. 'lla no distingue a trav%s de un pensamientodiscursivo escalonado como el espritu "umano queinvestiga+ ella no desmembra y resume, no compara yrene, concluye y prueba. *a sancta discretio- distinguede la misma manera que el o!o "umano percibe el entornode las cosas sin esfuerzo alguno a la luz del claro da. *a

penetracin en los detalles particulares no le "ace perderla visin de todo el conteJto. Cuanto m&s alto sube elcaminante tanto m&s se ampla el "orizonte, "asta llegar ala cumbre donde la visin del entorno es completa. 'l o!odel espritu, iluminado por la luz celestial, alcanza lasle!anas m&s distantes, nada de desvanece, nada se "aceindistinguible. Con la unidad crece la plenitud, "asta quetodo el mundo se "ace visible ba!o el simple rayo de la luzdivina, como acaeci en la magna visio- de 8an $enito.


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AMOR !OR LA CRU"

1 Algunas refleJiones con motivo de la fiesta de 8an :uan

de la Cruz

8iempre se nos "a querido mostrar que 8an :uan de laCruz no deseaba para s otra cosa que el sufrimiento y eldesprecio. oy nos preguntamos por los motivos de eseamor por el sufrimiento. 's que se trata solamente del

recuerdo amoroso del camino sufriente de nuestro 8e#oren la tierra, una suerte de apremio de la sensibilidad"umana por acerc&rsele a trav%s de una vida que seaseme!a a la suyaG 'sto parece no corresponder a laelevada y estricta espiritualidad del maestro mstico+ casisignificara que, en virtud del varn de dolores-, se olvidaal Bey triunfante sentado en el trono, al divina 9encedorsobre el pecado, la muerte y el abismo. Acaso no "adesterrado Cristo la esclavitudGRNo nos "a conducido

tambi%n al Beino de la *uz y nos "a llamado a ser "i!osfelices del )adre CelestialG *a visin del mundo en quevivimos, la necesidad, la miseria y el abismo de la maldadson causa suficiente para aplacar el gozo del triunfo de laluz. *a "umanidad luc"a todava en el fango y el reba#ode los que se liberaron de %l en la cumbre m&s alta de losmontes es an muy peque#o. *a batalla entre Cristo y el

Anticristo no "a concluido todava. 'n medio de esa luc"atienen su puesto los seguidores de :ess y su arma

principal es la Cruz.Cmo podemos entender estoG 'l peso de la Cruz con elque Cristo se "a cargado es la corrupcin de la naturaleza"umana, con todas sus consecuencias de pecado ysufrimiento, con las cuales fue acunada la "umanidadcada. 'l sentido ltimo de la Cruz es liberar al mundo deesa carga. 'l retorno de la "umanidad liberada al corazndel )adre celestial y la aceptacin de la "erencia legtimaes un don libre de la gracia y del amor misericordioso de

Dios. Fal liberacin no "abr& de suceder, sin embargo, acosta de la santidad y la !usticia divinas. *a suma total de


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los errores "umanos, desde el pecado original "asta el dadel !uicio final, tiene que ser borrada por una obra deeJpiacin de medidas equivalentes. E esa eJpiacin no esotra cosa que el calvario, el camino de la Cruz. *as tres

cadas de Cristo ba!o el peso de la Cruz corresponden a latriple cada de la "umanidad/ el pecado original, elrec"azo del 8alvador por su pueblo elegido y la cada deaquellos que llevan el nombre de cristianos.

= 'l Bedentor no estaba solo en el camino de la Cruzy los que le rodeaban y apretu!aban no eran solamentesus adversarios, sino tambi%n "ombres y mu!eres que leapoyaban/ la @adre de Dios, @ara, como modelo de losseguidores de la Cruz de todos los tiempos+ 8imon de

Cirene, como e!emplo para todos aquellos que aceptan elsufrimiento que les "a sido impuesto y que encuentran sufelicidad en tanto que lo soportan+ 9ernica, comorepresentante de las almas amantes que se sientenimpulsadas a servir al 8e#or. Cada uno de los que a lalargo de la "istoria "an cargado con un destino difcil enmemoria del Bedentor sufriente, o bien voluntariamentetomaron sobre s la eJpiacin del pecado, "an ayudadocon ello al 8e#or a cargar con su yugo y "an disminuido,

en parte, el peso brutal del pecado de la "umanidad. @&san, Cristo mismo como Cabeza realiza la eJpiacin delpecado en esos miembros concretos de su Cuerpomstico, que se "an puesto a disposicin de su obra desalvacin en cuerpo y alma.

@uy bien podemos suponer que la presencia de losamigos que "abran de seguirle en el camino del dolor diomuc"as fuerzas al 8alvador en la noc"e del monte de losolivos. E la fuerza de esos Cargadores de la Cruz- vieneen su ayuda despu%s de cada cada. *os !ustos del

Antiguo Festamento son quienes le acompa#aron en elcamino entre la primera y la segunda cada. *os discpulosy discpulas, que se reunieron en torno a 'l durante suvida terrena, fueron sus ayudantes en el segundo tramo.Iinalmente, los amantes de la Cruz, que 'l "a suscitado y"abr& de suscitar siempre de nuevo en la "istoriacambiante de una glesia controvertida, ser&n suscompa#eros "asta el fin de los tiempos. )ara ello "emos

sido llamados tambi%n nosotros.


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)or lo tanto, si alguien an"ela el sufrimiento, no lo"ace por un recuerdo puramente piadoso de lossufrimientos del 8e#or. *a eJpiacin voluntaria es lo quenos une verdadera y m&s profundamente con el 8e#or. Fal

unin est& por encima de la ya eJistente con Cristo, puesel "ombre natural "uye del sufrimiento, y la bsqueda deldolor para satisfacer una inclinacin perversa alsufrimiento, nada tiene que ver con las ansias desufrimiento como eJpiacin de los pecados. *a inclinacinperversa por el dolor no es, adem&s, una aspiracinespiritual, sino una pretensin puramente sensible y, encuanto tal, no es me!or que otros vicios de laconcupiscencia, sino precisamente peor por serantinatural. 8olamente quien tiene abiertos los o!os delespritu para el sentido sobrenatural de losacontecimientos del mundo puede eJperimentar ansiaspor el sufrimiento eJpiatorio. 'so, sin embargo, slo esposible para aquellos en los cuales vive el 'spritu deCristo, que como miembros de un cuerpo, reciben de lacabeza su fuerza, su sentido y su direccin. *a eJpiacin,por otra parte, nos une m&s ntimamente con Cristo, de lamisma manera que cada comunidad se siente m&sntimamente unida en la realizacin de una tarea con!unta

y como los miembros de un cuerpo se unifican cada vezm&s en el !uego org&nico de sus funciones.

'l amor por la Cruz y la gozosa filiacin divina, adem&s,no se oponen, pues la unin con Cristo es nuestrabeatificacin celestial y el crecimiento evolutivo en esaunin representa nuestra felicidad en la tierra. Ayudar acargar con la Cruz de Cristo nos proporciona una alegrafuerte y pura, y quienes pueden y tienen derec"o a

"acerlo, los constructores del Beino de Dios, son susverdaderos "i!os. De a" que la preferencia por el caminode la Cruz no signifique de ninguna manera que olvidemosque el 9iernes 8anto ya "a sido superado y la ?bra de la8alvacin consumada.

8olamente los redimidos, los "i!os de la gracia puedenayudar a Cristo a cargar con la Cruz. 'l sufrimiento"umano recibe fuerza eJpiatoria slo si est& unido alsufrimiento de la cabeza divina. *a vida del cristianoconsiste en sufrir y en ser feliz en el sufrimiento, en ser


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parte del mundo, andar por los miserables y &speroscaminos de esta tierra y, a pesar de todo, reinar con Cristoa la derec"a del )adre, en rer y llorar con los "i!os deeste mundo y cantar ininterrumpidamente con los coros de

los &ngeles las alabanzas de Dios, "asta que despunte laaurora de la eternidad.

L

A#E CRU$%S!ES UNICA

14 M < M 1


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Cruz y "acen los esfuerzos posibles para arrancarla delcorazn de los cristianos. *amentablemente, con bastantefrecuencia "an tenido %Jito, incluso con aquellos que,como nosotras, "aban prometido ya cargar con la Cruz de

Cristo. )or eso el 8alvador nos contempla "oy, serio yeJaminante, y nos pregunta a cada una de nosotras/uieres ser fiel al CrucificadoG 00)i%nsalo bien22

'l mundo est& en llamas+ el combate entre Cristo y elAnticristo "a comenzado abiertamente. 8i t te decidespor Cristo, te puede costar la vida+ refleJiona por eso muybien sobre aquello que prometes. *a profesin y larenovacin de los votos es algo terriblemente serio. Fu"ar&s una promesa al 8e#or del cielo y de la tierra y si eso

no te es lo suficientemente sagrado como para poner todotu empe#o en cumplirlo, caer&s en las manos del Diosviviente.

= 'l 8alvador cuelga en la Cruz, delante de ti, por"aber sido obediente "asta la muerte y muerte de Cruz. 'lvino al mundo no para "acer su voluntad sino la voluntaddel )adre. 8i tu tambi%n quieres ser la prometida delCrucificado, tienes que negar incondicionalmente tu propia

voluntad y no tener ningn otro an"elo, sino el de cumplirla voluntad del )adre. 'lla se te eJpresa en la 8antaBegla y en las Constituciones de la ?rden. 'lla te "abla atrav%s del suave Aliento del 'spritu 8anto, en lo m&sntimo de tu corazn. 8i quieres ser fiel a tu voto deobediencia tienes que or, noc"e y da, atentamente esavoz y seguir sus mandamientos. 'so significa, adem&s,crucificar cada da y en cada momento tu voluntad y tuamor propio.

Fu 8alvador cuelga en la Cruz delante de ti, desnudo yabandonado, porque 'l "a elegido la pobreza y quienquiera seguirle "abr& de renunciar a todos los bienesterrenos. No es suficiente que una vez lo "ayasabandonado todo y que "ayas venido al monasterio. Ftienes que tomarlo tambi%n a"ora muy en serio. Aceptaagradecida lo que la providencia de Dios te enva y prvatealegremente de lo que %l te "ace carecer+ no te carguesde cuidados por tu propio cuerpo, ni por sus capric"os e

inclinaciones, sino entr%gate m&s bien a aquellas


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"asta inundar todos los confines de la tierra. ?yes losgemidos de los "eridos en los campos de batalla del 'stey del ?esteG Fu no eres m%dico, ni tampoco enfermera, nipuedes vendar sus "eridas. Fu est& recogida en tu celda y

no puedes acudir a ellos. ?yes el grito agnico de losmoribundos y quisieras ser sacerdote y estar a su lado. Feconmueve la afliccin de los viudas y de los "u%rfanos y tuquerras ser el Ungel de la Consolacin y ayudarles. @ira"acia el Crucificado. 8i est&s unida a %l, como una noviaen el fiel cumplimiento de tus santos votos, es tuVsusangre preciosa la que se derrama. (nida a %l, eres comoel omnipresente. Fu no puedes ayudar aqu o all como elm%dico, la enfermera o el sacerdote+ pero con la fuerza dela Cruz puedes estar en todos los frentes, en todos loslugares de afliccin. Fu Amor misericordioso, Amor delcorazn divino, te lleva a todas partes donde se derramasu sangre preciosa, suavizante, santificante, salvadora.

*os o!os del Crucificado te contemplaninterrogantes, eJaminadores. uieres cerrar nuevamentetu alianza con el CrucificadoG u% le responder&sG-8e#or,Ra dnde iremosG 8lo F tienes palabras devida eterna-.

000A9' CB(W, 8)'8 (NCA222

LAS BODAS DEL CORDERO

14 de septiembre de 1


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qu% $anquete de $odas se "abla aquG Eo contempl% y vique en medio del trono y de los cuatro seres vivientes y delos ancianos estaba un cordero como degollado-3Apoc.5,L7.

Cuando el vidente de )atmos contempl ese rostro latatodava en %l el recuerdo de aquel inolvidable da !unto al:ord&n, cuando :uan el $autista le mostr al Cordero deDios que quita los pecados del mundo- 3:n.1,=


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el 8uma 8acerdote de la Iamilia de Aaron Meso o aclarinsistentemente 8an )ablo en la carta a los ebreosM, sinola verdadera vctima de Beconciliacin, que estabaprefigurada en todas las anteriores vctimas prescritas por

la *ey, y el 8umo 8acerdote, segn el orden de@elquisedeX, en cuyo lugar estaban los sumos sacerdotesde la casa de Aaron. 'l es tambi%n el verdadero Cordero)ascua, por cuya causa pas de largo el &ngeleJterminador frente a las casos de los "ebreos, cuandocastig a los egipcios. 'l mismo 8e#or eJplic esto a susdiscpulos cuando comi con ellos el Cordero )ascual porltima vez, y se entreg a s mismo como alimento. )ero...porqu% "aba elegido el Cordero como smbolopreferidoG )orqu% se muestra 'l todava en esa forma enel trono de la eterna gloriaG )orque fue inocente y "umildecomo un cordero y porque %l "aba venido para de!arsellevar como un cordero que es llevado al matadero.

:uan presenci tambi%n eso cuando el 8e#or permiti quele apresaran en el @onte de los ?livos y luego se de!clavar en la cruz en el lgota. All, en el lgota, fue

consumada la verdadera 9ctima de la Beconciliacin ycon ella perdieron su eficacia todas las antiguas ofrendas,y muy pronto cesaron totalmente, as como el antiguosacerdocio cuando la destruccin del Femplo. Fodo esto letoc presenciar a :uan+ por eso no le asombraba elCordero sobre el trono, y porque fue un fiel testigo suyo lefue mostrada tambi%n la esposa del Cordero. 'l vio laPCuidad 8antaQ, la Nueva :erusal%n que descenda desdeel cielo, del lado de Dios, engalanada como una novia quese adorna para su esposo- 3Apoc.=1,=+ < ss.7. As como elmismo Cristo descendi del cielo a la tierra, as tienetambi%n su esposa, la 8anta glesia, su origen en el cielo.a nacido de la gracia de Dios y con el i!o de Dios "adescendido del cielo, de modo que est& unida a 'lindisolublemente. a sido construida con piedras vivas ysu piedra basal fue colocada cuando la )alabra de Diosasumi la naturaleza "umana en el seno de la 9irgen. 'naquel tiempo el alma del Ni#o Divino y de la @adre 9irgenestaban enlazadas con el vnculo de la m&s ntima unin,

que "oy llamamos desposorio. *a :erusal%n celestial vinoa la tierra escondida a los o!os del mundo y de ese primer


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vnculo nupcial nacieron todas las piedras vivas 3cadaalma, en particular, llamada a la vida por la gracia deDios7, que luego ensamblaron la vigorosa construccin. *a@adre 9irginal llegara a ser la @adre de todos los

redimidos, y como la c%lula fecunda, de la cual sedesprenden siempre nuevas c%lulas, construira ella laciudad viviente de Dios.

'ste misterio escondido le fue revelado a :uancuando estaba !unto a la 9irgen @adre al pie de la Cruz yfue entregado a ella como "i!o. All se abri la glesiavisiblemente al ser. 8u "ora "aba llegado, pero no todavasu ltima perfeccin. 'lla vive y "a sido desposada por elCordero, pero la "ora del festivo banquete nupcial llegar&

cuando el dragn sea definitivamente vencido y el ltimode los redimidos "aya luc"ado su combate "asta el final.

As como el Cordero tuvo que ser degollado para serelevado sobre el trono de la gloria, as conduce el caminode la gloria, a trav%s de la Cruz y el sufrimiento, a todosaquellos que fueron elegidos para el $anquete de $odasdel Cordero.

'l que quiera desposar al Cordero tiene que de!arse

clavar con %l en la Cruz. )ara esto est&n llamados todoslos que fueron marcados con la sangre del Cordero, y%stos son todos los bautizados. 8in embargo, no todoscomprenden esa llamada y le siguen+ pero "ay unallamada para un seguimiento m&s estrec"o, que suenam&s penetrante en el interior del alma y que eJige unaclara respuesta. 'sa es la llamada a la vida religiosa, y larespuesta son los votos. 'n aquel, a quien el 8e#or llamaen medio de las circunstancias m&s normales 3familia,pueblo, ambiente7, para entregarse solamente a 'l, sedestaca el vnculo nupcial con el 8e#or con m&s fuerzaque en la multitud de los redimidos. )or toda la eternidadtienen que pertenecer de manera preferida al Cordero,seguirle a donde 'l vaya y cantar el "imno de las vrgenesque ningn otro puede cantar 3Apoc.14,17. 8i se despiertaen el alma el deseo de la vida religiosa, es como si el8e#or pidiera su mano en desposorio, y si ella seconsagra a %l a trav%s de los votos y acepta el 9eni,sponsa C"risti-, se prefigura el banquete de las bodas

celestiales.


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8e trata aqu, sin embargo, slo de la espera por elbanquete eterno. 'l gozo nupcial del alma consagrada aDios y su fidelidad tienen que templarse en combates, yaocultos, ya manifiestos, y en lo cotidiano de la vida

religiosa. 'l esposo que ella elige es el Cordero que "asido degollado, y si ella quiere entrar con 'l en la gloriacelestial tiene que de!arse clavar ella misma en su Cruz.*os clavos son los tres votos. Cuanto m&s solcita seeJtienda el alma consagrada sobre la Cruz y soporte losgolpes del martillo, tanto m&s profundamenteeJperimentar& la realidad de estar unida con elCrucificado y as, el mismo "ec"o de estar crucificada,ser& para ella la fiesta de las bodas.

4 'l voto de pobreza abre las manos para que ellasde!en caer todas aquellas cosas que las tenan atrapadasy las su!eta luego de modo que no puedan ya lanzarse alas cosas de este mundo. 'l ordena, adem&s, las manosdel espritu y del alma/ los apetitos que siempre seinclinan a los placeres y los bienes materiales+ laspreocupaciones que se desprenden de pretender asegurarla vida terrena en todas sus dimensiones, la agitacin quese ocupa de cosas diversas, poniendo en peligro de esa

manera la dedicacin a lo nico necesario. (na vida en laabundancia y la comodidad burguesa contradice elespritu de la santa pobreza y nos separa del pobrecrucificado. Nuestras "ermanas, en los primeros tiemposde la reforma, se consideraron dic"osas cuando lesfaltaba lo necesario, y cuando las dificultades "aban sidosuperadas, teman que el 8e#or se "ubiera apartado deellas, pues lo tenan todo a disposicin en cantidadsuficiente.

Algo no funciona bien en una comunidad conventual si lavida eJterior toma tanto tiempo y fuerzas para s

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