Spurgeon_El Gran Cumpleaños y Nuestra Mayoria de Edad

download Spurgeon_El Gran Cumpleaños y Nuestra Mayoria de Edad

of 8

Transcript of Spurgeon_El Gran Cumpleaños y Nuestra Mayoria de Edad

  • 7/24/2019 Spurgeon_El Gran Cumpleaos y Nuestra Mayoria de Edad

    1/8

    tumbas para que vivan, yo esperoansiosamente con gozo la horacuando T me llamars y yo teresponder. Haz lo que quierasconmigo, pues T eres mi Padre.Sonreme; yo tambin te sonreiry dir: Padre mo. Castgame ymientras lloro voy a clamar:

    Padre mo. Esto har que todosea para bien para m, aunque seamuy difcil de sobrellevar. Si Teres mi Padre todo est bien paratoda la eternidad. La amargura esdulce y la muerte misma es vida,puesto que T eres mi Padre.

    Oh, viajen alegremente a casa,ustedes, hijos del Dios viviente,diciendo cada uno para s: Lotengo, lo tengo, tengo aquello que

    los querubines delante del trononunca han ganado: tengo una re-lacin con Dios del tipo ms cer-cano y ms amoroso, y mi espritutiene esta palabra como su melod-a: Abba, Padre; Abba, Padre!

    Ahora, queridos hijos de Dios,si alguno de ustedes est en escla-vitud bajo la ley, por qu seguirestndolo? Los redimidos han desalir libres. Te encanta llevar ca-denas? Eres t como las mujereschinas que se deleitan en usar za-

    patitos que aprietan sus pies? Tedeleitas en la esclavitud? Deseasser cautivo? T no ests bajo laley, sino bajo la gracia;permitirs que tu incredulidad teponga bajo la ley? T no eres unesclavo. Por qu temblar comoun esclavo? T eres un hijo. T

    eres un heredero. Tienes que vivirde acuerdo a tus privilegios. Oh,t, simiente desterrada, algrate!Eres adoptado en la casa de Dios;entonces no seas como un extra-o. Oigo que Ismael se re de ti;djalo que ra. Cuntale de l a tuPadre, que pronto dir: Echa aesta sierva y a su hijo. El mritohumano no ha de burlarse de lagracia inmerecida; tampoco

    hemos de entristecernos por lospresentimientos del espritu lega-lista. Nuestra alma se regocija y,como Isaac, se llena de una santarisa, pues el Seor Jess ha hechograndes cosas por nosotros, porlas que nos alegramos. A l sea lagloria por siempre y para siempre.Amn.

    Porcin de la Escritura ledaantes del sermn:

    Glatas 3: 24-29; 4; 5: 1-4.

    SERMN PREDICADO LA MAANA DEL DOMINGO 21 DE DICIEMBRE, 1884POR CHARLES HADDON SPURGEON

    EN EL TABERNCULO METROPOLITANO, NEWINGTON, LONDRES.

    Impreso en los talleres de PUBLICACIONES BAUTISTAS

    Compartiendo la Palabra de Dios en todas las direcciones

    Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y mscortante que toda espada de dos filos; . . .

    Hebreos 4:12

    [email protected]

    El Gran Cumpleaos Y Nuestra Mayora de Edad 16

    Sermones Evanglicos Clsicos

    Pastor del Tabernculo Bautista Metropolitano de Londres.

    www.spurgeon.com.mx

  • 7/24/2019 Spurgeon_El Gran Cumpleaos y Nuestra Mayoria de Edad

    2/8

    El Gran Cumpleaos

    Y

    Nuestra Mayora de Edad

    As tambin nosotros, cuando ramos nios, estbamos en esclavitudbajo los rudimentos del mundo. Pero cuando vino el cumplimiento deltiempo, Dios envi a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, paraque redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibisemos la

    adopcin de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envi a vuestros corazo-nes el Espritu de su Hijo, el cual clama: Abba, Padre!

    Glatas 4: 3-6.

    El nacimiento de nuestro SeorJesucristo en este mundo es unmanantial de una dicha pura y sinmezcla. Asociamos con Su cruci-fixin una buena dosis de doloro-sa lamentacin, pero Su nacimien-to en Beln nos provoca nica-mente deleite. El cntico anglicoera un apropiado acompaamien-to para ese dichoso acontecimien-to, y la llenura de la tierra de paz yde buena voluntad es una conse-cuencia apropiada de ese condes-cendiente hecho. Las estrellas deBeln no proyectan una aciaga luz.Podemos cantar con un gozo indi-

    viso: Un nio nos es nacido, hijonos es dado. Cuando el eternoDios se inclin desde el cielo yasumi la naturaleza de Su propiacriatura que se haba rebelado encontra Suya, ese hecho no podasignificar ningn dao para elhombre. Que Dios asuma nuestranaturaleza no significa que Diosest contra nosotros, sino queDios est con nosotros. Podemos

    tomar al nio en nuestros brazos ysentir que hemos visto la salva-cin del Seor. No puede signifi-

    car destruccin para los hombres.No me sorprende que los hombresdel mundo celebren el supuestoaniversario del gran cumpleaoscomo una gran fiesta con villanci-cos y banquetes. Desconociendopor completo el significado espiri-tual del misterio, perciben, con to-do, que significa el bien del hom-bre, y as responden al hecho a sutosca manera. Quienes no obser-vamos ningn da que no hubieresido establecido por el Seor, nosregocijamos continuamente ennuestro Prncipe de Paz y encon-tramos en la humanidad de nues-

    tro Seor una fuente de consola-cin.Para quienes constituyen ver-

    daderamente el pueblo de Dios, laencarnacin es el motivo de unaalegra reflexiva que siempre crececonforme aumenta nuestro cono-cimiento de su significado, as co-mo los ros se vuelven ms cauda-losos gracias a muchos dbilesafluentes. El Nacimiento de Jess

    no slo nos trae esperanza, sino lacerteza de buenas cosas. No sloconsideramos que Cristo entra en

    El Gran Cumpleaos Y Nuestra Mayora de Edad 2

    has sido adoptado, y Dios no hacancelado nunca ninguna adop-cin hasta este momento. Hay unaregeneracin, pero no hay tal cosacomo que la vida recibida enton-ces se extinga. Si eres nacido paraDios, eres nacido para Dios. Lasestrellas se podran convertir en

    carbones, y el sol y la luna podranconvertirse en cogulos de sangre,pero el que es nacido de Dios tieneuna vida interior que no puedeterminar nunca; l es un hijo deDios, y ser un hijo de Dios. Portanto, dejen que ande por todoslados como un hijo, como un here-dero, como un prncipe de sangrereal que tiene una relacin con elSeor que ni el tiempo ni la eter-

    nidad podran destruir jams. Es-ta es la razn por la que Jess fuenacido de una mujer y formadobajo la ley, para que pudiera dar-nos a disfrutar la plenitud del pri-vilegio de hijos adoptados.

    Sganme un poco ms por unminuto. Lo siguiente que Cristonos ha trado al ser nacido de mu-jer es: Por cuanto sois hijos, Diosenvo a vuestros corazones elEspritu de su Hijo. Aqu hay dosenvos. Dios envi a Su Hijo, yahora enva a Su Espritu. PorqueCristo ha sido enviado, por eso elEspritu es enviado; y ahora cono-cern la morada del Espritu San-to debido a la encarnacin deCristo. El Espritu de luz, el Esp-ritu de vida, el Espritu de amor,el Espritu de libertad, el mismoEspritu que haba en Cristo esten ustedes. Ese mismo Espritu

    que descendi sobre Jess en lasaguas del bautismo ha descendidotambin sobre ustedes.

    T, oh hijo de Dios, tienes elEspritu de Dios como tu presenteGua y Consolador, y l estarcontigo para siempre. La vida deCristo es tu vida, y el Espritu deCristo es tu Espritu; por lo cualeste da ha de ser sumamente fe-liz, pues no has recibido de nuevo

    el espritu de esclavitud para tenermiedo, sino que has recibido elEspritu de adopcin.

    Aqu terminamos, pues Jessha venido para darnos el clamor,as como el espritu de adopcinpor el cual clamamos: Abba, Pa-dre! De acuerdo a tradiciones an-tiguas ningn esclavo poda decir:Abba, Padre!, y de acuerdo a laverdad segn es en Jess, nadie

    sino un hombre que es realmenteun hijo de Dios y que ha recibidola adopcin, puede decir verdade-ramente: Abba, Padre! En esteda mi corazn desea para cadauno de ustedes, hermanos mos,que debido a que Cristo ha nacidoen el mundo, ustedes puedan deinmediato cumplir la mayora deedad, y puedan decir en esta horaconfiadamente: Abba, Padre! Elgrandioso Dios, el Hacedor delcielo y de la tierra es mi Padre, yyo me atrevo a declararlo sin mie-do a que l no reconozca el paren-tesco. El Tronador, el Gobernadordel mar embravecido, es mi Padre,y a pesar del terror de Su poder,yo me acerco a l en amor. Aquelque es el Destructor, que dice:Convertos, hijos de los hom-bres, es mi Padre, y no me alar-ma el pensamiento de que me lla-

    mar para ir a l a su tiempo.Dios mo, T que llamars a lasmultitudes de los muertos de sus

    15 C. H. Spurgeon

  • 7/24/2019 Spurgeon_El Gran Cumpleaos y Nuestra Mayoria de Edad

    3/8

    sorprende que muchos profesan-tes no sepan nada mejor, puesmuchos ministros slo sonevanglicos a medias; pero uste-des, que se han convertido enhombres en Cristo y saben que llos ha redimido de la ley, no de-beran regresar a tal esclavitud.

    Dios envi a su Hijo, nacido demujer y nacido bajo la ley, paraque redimiese a los que estabanbajo la ley.

    Para qu otras cosas vino? No-ten adicionalmente, a fin de querecibisemos la adopcin dehijos. El Seor Jesucristo se en-carn y vino para que Su pueblopudiera realizar, disfrutar y apro-piarse plenamente de la adopcin

    de hijos. Quiero que esta maanavean si pueden hacer eso. Que elEspritu Santo los capacite. Ques recibir la adopcin de hijos?Pues bien, es sentir: ahora estoybajo el dominio del amor, comoun amado hijo, que es a la vezamado y amoroso. Yo entro y sal-go de la casa de mi Padre, no co-mo un siervo temporal, llamadopor el da o la semana, sino comoun hijo en casa. No estoy buscan-do ser contratado como un siervo,pues estoy siempre con mi Padre,y todo lo que l tiene es mo. MiDios es mi Padre y Su rostro mealegra. No le tengo miedo, antesbien, me deleito en l pues nadame puede separar de l. Siento unperfecto amor que echa fuera almiedo, y me deleito en l. Intentaahora, esta maana, entrar en eseespritu. Esa es la razn por la que

    Cristo vino en la carne: vino con elpropsito de que ustedes, puebloSuyo, sean adoptados plenamente

    como hijos del Seor, ejerciendo ydisfrutando todos los privilegiosque la condicin de hijos les pro-porciona.

    Y luego, a continuacin, ejerzansu condicin de herederos. Unoque es un hijo y que sabe que esun heredero de todas las propie-

    dades de su padre, no padece en lapobreza ni acta como un mendi-go. Considera que todo es suyo.Considera que la riqueza de su pa-dre lo hace rico. No piensa queest robando si toma aquello quesu padre le ha heredado, sino quelo usa libremente. Yo deseara quelos creyentes se aprovecharan delas promesas y de las bendicionesde su Dios. Srvanse con libertad,

    pues el Seor no dejar de darlesninguna cosa buena. Todas las co-sas son suyas; slo necesitan usarla mano de la fe. Pidan lo quequieran. Si se apropian de unapromesa, eso no sera pillaje. Pue-den tomarla sin temor y decir:Esto es mo. Su adopcin conlle-va grandes derechos; apresrensea usarlos. Si hijos, tambin here-deros; herederos de Dios y cohere-deros con Cristo. Entre los hom-bres, los hijos son slo herederos -herederos en posesin- una vezque el padre muere; pero nuestroPadre que est en el cielo vive y,sin embargo, tenemos plenaherencia en l. El Seor Jesucris-to fue nacido de mujer con elpropsito de que Su amado pue-blo pudiera tomar posesin de suherencia de inmediato.

    Deberas sentir un dulce gozo

    por la relacin perpetua que ahoraha sido establecida entre Dios yt, pues Jess es tu hermano. T

    El Gran Cumpleaos Y Nuestra Mayora de Edad 14

    una relacin con nuestra naturale-za, sino que establece una unincon nosotros, pues l se ha con-vertido en una sola carne con no-sotros por propsitos tan grandescomo Su amor. l es uno con to-dos los que hemos credo en Sunombre.

    Consideremos a la luz de nues-tro texto el efecto especial produ-cido en la iglesia de Dios por la ve-nida del Seor Jesucristo encarna-do. Ustedes saben, amados, queSu segunda venida producir uncambio maravilloso en la iglesia.Entonces los justos resplande-cern como el sol. Anhelamos Susegundo advenimiento para que laiglesia sea izada a una plataforma

    ms alta que la que ocupa ahora.Entonces los militantes se vol-vern triunfantes, y los que labo-ran arduamente se volvern exul-tantes. Ahora es el tiempo de labatalla, pero el segundo adveni-miento es la victoria y el reposo.Hoy nuestro Rey nos enva al con-flicto, pero pronto l reinar glo-riosamente en el monte Sion conSus ancianos. Cuando l se mani-fieste, seremos semejantes a l,porque le veremos tal como l es.Entonces la esposa se adornarcon sus joyas y estar preparadapara su Esposo. Toda la creacinque espera gime a una, y a unaest en armona con los dolores departo de la iglesia, pero entoncesllegar a su tiempo de alumbra-miento y entrar en la libertadgloriosa de los hijos de Dios. Estaes la promesa del segundo adveni-

    miento.Pero, cul fue el resultado delprimer advenimiento? Tuvo

    algn impacto en la dispensacinde la iglesia de Dios? Lo tuvo, msall de toda duda. Pablo nos diceaqu que ramos nios, en esclavi-tud bajo los rudimentos del mun-do, hasta que vino el cumplimien-to del tiempo cuando Dios envia su Hijo, nacido de mujer y naci-

    do bajo la ley. Algunos dirn:est hablando aqu de los judos;pero l nos previene expresamen-te en el captulo anterior que nohemos de dividir a la iglesia entrejudos y gentiles. Para l la iglesiaes una, y cuando dice que estba-mos en esclavitud, se est diri-giendo a los glatas cristianos,muchos de los cuales eran genti-les, pero no los considera ni como

    judos ni como gentiles, sino comoparte de una iglesia de Dios nicae indivisible. En aquellas edadesen las que la eleccin abrazabaprincipalmente a las tribus de Is-rael, haba siempre algunos elegi-dos ubicados ms all de esa lneavisible, y en la mente de Dios elpueblo elegido no fue consideradonunca como judo o gentil, sinocomo uno en Cristo Jess. Enton-ces Pablo nos hace saber que laiglesia hasta el momento de la ve-nida de Cristo era como un niode escuela bajo tutores y ayos, ocomo un joven que no haba al-canzado la edad de la discrecin y,por tanto, que era mantenido muyapropiadamente bajo ciertas res-tricciones. Cuando Jess vino, elgran da de Su nacimiento fue elda del cumplimiento de la mayor-a de edad para la iglesia: entonces

    los creyentes ya no fueron nios,sino que se convirtieron en hom-bres en Cristo Jess. Por medio de

    3 C. H. Spurgeon

  • 7/24/2019 Spurgeon_El Gran Cumpleaos y Nuestra Mayoria de Edad

    4/8

    Su primer advenimiento, nuestroSeor hizo pasar a la iglesia de suminora de edad y de estar bajotutela, a una condicin de madu-rez en la que fue capaz de tomarposesin de la herencia y de recla-mar sus derechos y libertades, ygozarlos. Fue maravilloso pasar de

    estar bajo la ley como su ayo, a sa-lir de su vara y su gobierno y lle-gar a la libertad y al poder de unheredero adulto; pero as fue elcambio para los creyentes detiempos antiguos y, en consecuen-cia, hubo una maravillosa diferen-cia entre los mayores del AntiguoTestamento y los ms pequeosdel Nuevo. Entre los que nacen demujer no se levant otro mayor

    que Juan el Bautista, y sin embar-go, el ms pequeo en el reino delos cielos mayor es que l. Juan elBautista puede ser comparado conun joven de diecinueve aos, to-dava un infante en la ley, todavabajo su ayo, todava incapaz de to-car su herencia; pero el ms pe-queo creyente en Jess ha supe-rado su minora de edad, y ya noes esclavo, sino hijo; y si hijo, tam-bin heredero de Dios por mediode Cristo.

    Que el Espritu Santo bendigael texto para nosotros mientras lousamos de esta manera. Primero,hemos de considerar la gozosa mi-sin del Hijo de Dios en s misma,y luego hemos de considerar el fe-liz resultado que ha provenido deesa misin, segn est expresadoen nuestro texto.

    I. Los invito a CONSIDE-RAR LA GOZOSA MISINDEL HIJO DIOS. El Seor del

    cielo ha venido a la tierra; Dios haasumido la naturaleza humana.Aleluya!

    Esta grandiosa transaccin fuecumplida a su debido tiempo:Cuando vino el cumplimiento deltiempo, Dios envi a su Hijo, naci-do de mujer. El tanque del tiem-

    po tena que ser llenado por la su-cesin de una edad tras otra, ycuando estuvo lleno hasta el bor-de, apareci el Hijo de Dios. Porqu el mundo debi permaneceren tinieblas durante cuatro milaos, por qu debi transcurrirese lapso para que la iglesia alcan-zara su edad plena, no podramossaberlo; lo que s se nos dice esque Jess fue enviado cuando vi-

    no el cumplimiento del tiempo.Nuestro Seor no vino antes de Sutiempo ni despus de Su tiempo:l fue puntual a Su hora, y clamal momento: He aqu que vengo.Nosotros no podemos hurgar cu-riosamente en las razones por lasque Cristo vino cuando lo hizo,pero podemos meditar con reve-rencia en ellas. El nacimiento deCristo es la ms grande luz de lahistoria, el sol en los cielos de to-dos los tiempos. Es la estrella po-lar del destino humano, el puntoesencial de la cronologa, el lugarde reunin de las aguas del pasa-do y del futuro. Por qu tuvo lu-gar justo en aquel momento? Cier-tamente as fue anunciado con an-telacin. Haba muchas profecasque apuntaban exactamente a esahora. No los detendr con ellasprecisamente ahora; pero quienes

    estn familiarizados con las Escri-turas del Antiguo Testamentosabrn bien que, como con igual

    El Gran Cumpleaos Y Nuestra Mayora de Edad 4

    aviso de que ests despedido. Aqutienes tu salario. Tienes que bus-carte otro seor. Podras hacerleeso a tu hijo? Podras hacerle esoa tu hija? Nunca pensara en algoas, respondes. Tu hijo es tuyo depor vida. Tu muchacho se com-port muy mal contigo, entonces,

    por qu no le diste su salario y lodespediste? T respondes que lno te sirve por salario, y que l estu hijo y no puede ser otra cosa.Justamente as es. Entonces hasde reconocer siempre la diferenciaentre un siervo y un hijo, y la dife-rencia entre el pacto de obras y elpacto de gracia.

    Yo s cmo un corazn ruinpuede hacer mucho dao con esto,

    pero no puedo evitarlo. La verdades la verdad. Acaso habra de re-belarse un hijo porque siempreser un hijo? Lejos de ello, es pre-cisamente eso lo que lo induce asentir amor a cambio. El verdade-ro hijo de Dios es guardado delpecado por otras fuerzas superio-res al miedo servil de ser echadofuera de las puertas de su Padre.Si ests bajo el pacto de obras,pon mucho cuidado, pues si nocumples con toda la justicia, pere-cers; si ests bajo ese pacto, amenos que sea perfecto, estarsperdido; un pecado te destruir,un pensamiento pecaminoso tellevar a la ruina. Si no has sidoperfecto en tu obediencia, tienesque tomar tu salario y largarte. SiDios trata contigo segn tusobras, no habr nada para ti ex-cepto Echa a esta sierva y a su

    hijo. Pero si eres un hijo de Dios,eso es un asunto diferente; todav-

    a sers Su hijo aun cuando l tecorrija por tu desobediencia.

    Ah, -dice alguien- entoncespuedo vivir como me plazca.Escucha! Si eres un hijo de Dios,te dir cmo te gustara vivir. De-searas vivir en perfecta obedien-cia a tu Padre, y sera tu apasiona-

    do anhelo ser perfecto cada da,as como tu Padre que est en elcielo es perfecto. La naturaleza dehijos que la gracia implanta es unaley para s misma: el Seor poneSu temor en los corazones de losregenerados de tal manera que nose apartan de l. Habiendo nacidode nuevo y habiendo sido introdu-cido en la familia de Dios, le ren-dirs al Seor una obediencia que

    no habras pensado rendirle sislo hubieras sido impelido por laidea de la ley y del castigo. Elamor es una fuerza dominante, yquien siente su poder odiar todomal. Entre ms se vea que la sal-vacin es toda por gracia, msprofundo y ms potente sernuestro amor, y ms trabajar porlo que es puro y santo. No cites aMoiss por motivos de obedienciacristiana. No digas: El Seor meechar fuera a menos que haga es-to y aquello. Tal pltica es de lasierva y de su hijo; pero es muy in-apropiada en la boca de un here-dero del cielo verdaderamente na-cido de nuevo. Scala de tu boca.Si eres un hijo deshonras a tu Pa-dre cuando piensas que l repu-diara a los Suyos; te olvidas de tucondicin de heredero espiritual yde tu libertad cuando temes un

    cambio en el amor de Jehov. Estmuy bien que un mero beb hablede esa ignorante manera, y no me

    13 C. H. Spurgeon

  • 7/24/2019 Spurgeon_El Gran Cumpleaos y Nuestra Mayoria de Edad

    5/8

    nar el favor divino, pero ahora notenemos un tal motivo. La palabraera: Haz esto, y vivirs, y portanto, nosotros nos esforzbamoscomo esclavos para escapar delltigo y ganar nuestro salario; pe-ro ya no es ms as. Luego nos es-forzamos por cumplir la voluntad

    del Seor para que l nos amara ypara que fusemos recompensa-dos por lo que hicimos; pero aho-ra no tenemos el designio de com-prar ese favor, pues lo disfrutamossegura y libremente sobre una ba-se muy diferente. Dios nos amapor pura gracia y nos ha perdona-do nuestras iniquidades gratuita-mente, y esto por una bondad gra-tuita. Ya somos salvos, y eso no

    por obras de justicia que hayamoshecho, o por actos santos que es-peramos realizar, sino enteramen-te por la gracia inmerecida. Y si espor gracia, ya no es por obras, y esnuestro gozo y gloria que todo seapor gracia de principio a fin. Lajusticia que nos cubre fue obradapor Aquel que naci de mujer, y elmrito por el cual entramos en elcielo es el mrito, no de nuestraspropias manos o de nuestros pro-pios corazones, sino de Aquel quenos am y se entreg por noso-tros. Entonces somos redimidosde la ley porque nuestro Seor fuenacido bajo la ley; y nos volvemoshijos y ya no ms siervos porqueel grandioso Hijo de Dios se hizosiervo en lugar nuestro.

    Qu!, dir alguien-Entonces t no buscas hacerbuenas obras? Ciertamente bus-

    camos hacerlas. Antes hablba-mos de ellas, pero ahora las reali-zamos realmente. El pecado no

    tendr dominio sobre nosotros,pues no estamos bajo la ley, sinobajo la gracia. Por la gracia deDios deseamos abundar en obrasde santidad, y entre ms podamosservir a nuestro Dios, ms felicessomos. Pero esto no es para sal-varnos, pues ya somos salvos. Oh

    hijos de Agar, ustedes no puedenentender la libertad del verdaderoheredero, es decir, del hijo nacidosegn la promesa! Ustedes queestn bajo esclavitud y sienten lafuerza de los motivos legales nopueden entender cmo hemos deservir a nuestro Padre que est enel cielo con todo nuestro corazn ycon toda nuestra alma, no por loque obtengamos a cambio, sino

    porque l nos ha amado, y nos hasalvado prescindiendo de nuestrasobras. Sin embargo, as es. Nosgustara abundar en santidad paraSu honra, alabanza y gloria, por-que el amor de Cristo nos constri-e. Qu privilegio es cesar delespritu de esclavitud por habersido redimidos de la ley! Alabe-mos a nuestro Redentor con todonuestro corazn.

    Somos redimidos de la ley encuanto a su operacin sobre nues-tra mente. Ahora ya no engendraningn miedo en nosotros. He o-do que algunos hijos de Dios dicena veces: Bien, pero, no piensasque si caemos en pecado dejare-mos de ser objeto del amor deDios, y entonces pereceremos?Esto equivaldra a arrojar un es-tigma contra el inmutable amorde Dios. Veo que cometes un error

    si piensas que un hijo es un siervo.Ahora, si tuvieras un s iervo y l secomportara mal, le diras: Te doy

    El Gran Cumpleaos Y Nuestra Mayora de Edad 12

    nmero de dedos, apuntaban altiempo cuando Siloh vendra ysera ofrecido el grandioso sacrifi-cio. Vino en la hora sealada porDios. El infinito Seor establece lafecha de cada evento. Todos lostiempos estn en Su mano. No hayhilos sueltos en la providencia de

    Dios, no hay puntos de sutura quese suelten, no hay eventos que se-an dejados al azar. El gran relojdel universo marca un tiempo pre-ciso y toda la maquinaria de laprovidencia se mueve con unapuntualidad certera. Era de espe-rarse que el ms grande de todoslos eventos fuera cronometradomuy precisa y sabiamente, y asfue. Dios quiso que fuera donde

    fue y cuando fue, y esa voluntad espara nosotros la razn ltima.Si pudiramos sugerir algunas

    razones que fueran apreciadas pornosotros mismos, deberamos verla fecha en referencia a la iglesiamisma en cuanto al tiempo delcumplimiento de su mayora deedad. Hay una medida de raznen establecer la edad de veintinaos como el perodo de la mayor-a de edad de un hombre, pues en-tonces est maduro y plenamentedesarrollado. No sera sabio esta-blecer que una persona fuera ma-yor de edad a la edad de diez, uonce o doce aos; cualquiera veraque esos aos pueriles seran in-apropiados. Por otro lado, si no al-canzramos la mayora de edadhasta no cumplir los treinta aos,cualquiera vera que sera unaposposicin innecesaria y arbitra-

    ria. Ahora, si fusemos lo bastantesabios, veramos que la iglesia deDios no habra podido tolerar la

    luz del Evangelio antes del da dela venida de Cristo. Tampocohabra sido bueno mantenerla enlas sombras ms all de ese tiem-po. Haba una adecuacin encuanto a la fecha que no podemosentender plenamente porque notenemos los medios de formarnos

    un clculo tan definitivo de la vidade una iglesia como de la vida deun hombre. Slo Dios conoce lostiempos y las sazones para unaiglesia y, sin duda, para l, loscuatro mil aos de la antigua dis-pensacin constituyeron un pero-do apropiado para que la iglesiapermaneciera en la escuela y lle-vara el yugo en su juventud.

    El tiempo del cumplimiento de

    la mayora de edad de un hombreha sido establecido por la ley conreferencia a quienes lo rodean. Pa-ra los sirvientes, no sera conve-niente que el nio de cinco o seisaos fuera su patrn; en el mundodel comercio no sera convenienteque un muchacho ordinario dediez o doce aos fuera un comer-ciante por cuenta propia. Hay unaadecuacin con referencia a pa-rientes, vecinos y dependientes.As haba una adecuacin en eltiempo en que la iglesia cumplierasu mayora de edad con relacin alresto de la humanidad. El mundotiene que conocer su oscuridadpara poder valorar la luz cuandobrilla. El mundo tiene que cansar-se de su esclavitud para que puedadarle la bienvenida al grandiosoEmancipador. El plan de Dios eraque la sabidura del mundo de-

    mostrara ser necedad. l tena laintencin de permitir que el inte-lecto y la habilidad se agotaran y

    5 C. H. Spurgeon

  • 7/24/2019 Spurgeon_El Gran Cumpleaos y Nuestra Mayoria de Edad

    6/8

    entonces enviara a Su Hijo. lpermitira que el hombre compro-bara que su fuerza era una debili-dad perfecta, y entonces l se con-vertira en su justicia y su fuerza.Entonces, cuando un monarca go-bernaba todas las tierras y cuandoel templo de la guerra fue cerrado

    despus de aos de derramamien-to de sangre, el Seor a quien bus-caban los fieles apareci de pron-to. Nuestro Seor y Salvador vinocuando el tiempo era cumplido yera como una cosecha lista paraser segada, y as vendr de nuevocuando una vez ms la edad estmadura y lista para Su presencia.

    Observen, en cuanto al primeradvenimiento, que el Seor se

    mova en l hacia el hombre.Cuando vino el cumplimiento deltiempo, Dios envi a su Hijo. No-sotros no nos movimos hacia elSeor, sino que el Seor se movihacia nosotros. Yo no encuentroque el mundo, en arrepentimien-to, buscara a su Hacedor. No, an-tes bien, el propio Dios ofendido,en infinita compasin, rompi elsilencio y vino para bendecir a Susenemigos. Vean cun espontneaes la gracia de Dios. Todas las co-sas buenas comienzan con l.

    Es muy deleitable que Dios de-muestre un inters en cada etapadel crecimiento de Su pueblo, des-de su infancia espiritual hasta laedad adulta espiritual. As comoAbraham hizo un gran banquetecuando fue destetado Isaac, as elSeor hace un banquete cuandoSu pueblo cumple la mayora de

    edad. Mientras eran como meno-res de edad bajo la ley de las ob-servancias ceremoniales, l los

    condujo y los instruy. l sabaque el yugo de la ley era para subien, y los consolaba mientras losoportaban; pero se alegr cuandolleg la hora para su gozo ms ple-no. Oh, cun verazmente dijo elsalmista: Cun preciosos meson, oh Dios, tus pensamientos!

    Cun grande es la suma de ellos!Declaren con gozo y alegra quelas bendiciones de la nueva dis-pensacin bajo la cual estamosson los dones espontneos deDios, cuidadosamente otorgadoscon gran amor que hizo sobre-abundar para con nosotros en to-da sabidura e inteligencia. Cuan-do vino el cumplimiento del tiem-po, Dios mismo intervino para

    conceder a Su pueblo sus privile-gios, pues no es voluntad Suyaque nadie de Su pueblo se pierdade un solo punto de las bendicio-nes. No es Su deseo que seamosbebs; l quiere que seamos hom-bres. Si padecemos hambre no espor Su deseo, pues l quiere lle-narnos con el pan del cielo.

    Observen la intervencin divi-na: Dios envi a su Hijo. Esperoque no les parezca aburrido queme detenga para considerar la pa-labra: envi, Dios envi a suHijo. Esa expresin me produceun gran placer, pues sella toda laobra de Jess. Todo lo que Cristohizo, lo hizo por comisin y auto-ridad de Su Padre. El grandiosoSeor, cuando naci en Beln yasumi nuestra naturaleza, lo hizobajo la autorizacin divina; ycuando lleg y distribuy dones a

    manos llenas entre los hijos de loshombres, era mensajero y embaja-dor de Dios. Era el Plenipotencia-

    El Gran Cumpleaos Y Nuestra Mayora de Edad 6

    tendencia a caer en una transgre-sin u otra. Era muy bueno queas fuera, pues es bueno que unhombre, mientras sea joven to-dava, tome el yugo y aprenda laobediencia; sin embargo, debe dehaber sido fastidioso. CuandoJess vino, cun feliz diferencia

    estableci. Pareca como un sueode goce, demasiado lindo para serverdad. Pedro no poda creerlo alprincipio y requiri de una visinque le asegurara que era as.Cuando vio ese gran lienzo quedescenda, lleno de todo tipo decriaturas vivientes y de cuadrpe-dos terrestres, y cuando se le or-den que matara y comiera, dijo:Seor, no; porque ninguna cosa

    comn o inmunda he comidojams. Estaba en verdad sorpren-dido cuando el Seor le dijo: Loque Dios limpi, no lo llames tcomn. Ese primer orden de co-sas consiste slo de comidas y be-bidas, de diversas abluciones, yordenanzas acerca de la carne, im-puestas hasta el tiempo de refor-mar las cosas; pero Pablo dice:Yo s, y confo en el Seor Jess,que nada es inmundo en s mis-mo. La prohibicin respecto ameros puntos ceremoniales ymandamientos sobre asuntos car-nales est abolida ahora y grandees nuestra libertad; seramos ne-cios en verdad si permitiramosquedarnos enredados de nuevocon el yugo de la servidumbre.Nuestra minora de edad termincuando el Seor, que habl por losprofetas, en los postreros das en-

    vi a Su Hijo para guiarnos a laforma ms sublime de adultez es-piritual.

    Se nos dice a continuacin queCristo vino para redimir a los queestaban bajo la ley; es decir, el na-cimiento de Jess, Su venida bajola ley y Su cumplimiento de la ley,han liberado de la ley, como yugode esclavitud, a los creyentes. Nin-guno de nosotros desea ser libre

    de la ley como una regla de vida;nos deleitamos en los manda-mientos de Dios, que son santos,justos y buenos. Deseamos poderguardar cada precepto de la ley sinuna sola omisin ni transgresin.Nuestro sincero deseo es el de al-canzar una perfecta santidad, perono miramos en esa direccin paranuestra justificacin ante Dios. Sise nos preguntara hoy: esperan

    ser salvados por medio de cere-monias? Respondemos: Dios nolo quiera. Algunos parecieranfantasear que el bautismo y la Ce-na del Seor han reemplazado a lacircuncisin y a la Pascua, y que sibien los judos eran salvados poruna forma de ceremonial, noso-tros hemos de ser salvos por me-dio de otra. Nunca demos cabida aesa idea; no, ni siquiera por unahora. El pueblo de Dios es salvo,no por ritos externos, ni formas nisupercheras sacerdotales, sinodebido a que Dios envi a suHijo, nacido de mujer y nacido ba-jo la ley, y l guard la ley de talmanera que, por fe, Su justicia cu-bre a todos los creyentes y no so-mos condenados por la ley. Encuanto a la ley moral, que es lanorma de equidad para todo tiem-po, no es un camino de salvacin

    para nosotros. Una vez estuvimosbajo esa ley y nos esforzbamospor guardarla con el objeto de ga-

    11 C. H. Spurgeon

  • 7/24/2019 Spurgeon_El Gran Cumpleaos y Nuestra Mayoria de Edad

    7/8

    ramente las cosas del Padre, y laenseanza de los sacerdotes cuan-do enseaban por medio de la la-na escarlata y el hisopo y la san-gre! Cun diferente es la ense-anza del Espritu Santo imparti-da por los apstoles de nuestroSeor, y la instruccin mediante

    la utilizacin de comidas y bebidasy festivales! La antigua economaest oscurecida por el humo, ocul-tada tras unas cortinas, protegidade un acercamiento demasiado fa-miliar; pero ahora llegamos vale-rosamente al trono y con el rostrodescubierto contemplamos comoen un espejo la gloria de Dios. ElCristo ha venido, y ahora se aban-dona la escuela del kindergarten y

    se cambia por la universidad delEspritu, por quien somos ensea-dos por el Seor para conocer co-mo somos conocidos. El severogobierno de la ley ha concluido.Entre los griegos se pensaba quelos muchachos y los jvenes nece-sitaban una cruel disciplina.Mientras asistan a la escuela erantratados muy speramente por suspedagogos y tutores. Se suponaque un muchacho slo poda ab-sorber la instruccin a travs desu piel, y que el rbol del conoci-miento era originalmente un abe-dul y, por tanto, no se escatimabala vara y no haba ninguna mitiga-cin de abnegaciones y penalida-des. Esto representa adecuada-mente la obra de la ley en aquelloscreyentes primitivos. Pedro hablade ella como de un yugo que niellos ni sus padres eran capaces de

    llevar (Hechos 15: 10). La ley fuepromulgada en medio de truenosy flamas de fuego, y era ms apro-

    piada para inspirar un sano temorque una confianza amorosa. Esasverdades ms dulces que sonnuestra diaria consolacin erancasi desconocidas o poco se habla-ba de ellas. Los profetas cierta-mente hablaron de Cristo pero sededicaban ms frecuentemente a

    proferir lamentaciones y denun-cias contra hijos corruptores. Meparece que un da con Cristo equi-valdra a medio siglo con Moiss.Cuando Jess vino, los creyentescomenzaron a enterarse acerca delPadre y de Su amor, de Su graciaabundante y del reino que habapreparado para ellos. Entoncesfueron reveladas las doctrinas delamor eterno y de la gracia reden-

    tora y de la fidelidad del pacto, yoyeron acerca de la ternura delHermano Mayor, de la gracia delgrandioso Padre y de la habitacindel siempre bendito Espritu enlas personas. Era como si hubie-ran pasado de la servidumbre a lalibertad, de la infancia a la edadadulta. Bienaventurados aquellosque en su da compartieron el pri-vilegio de la antigua economa,pues era una luz maravillosa com-parada con las tinieblas paganas;sin embargo, a pesar de todo ello,comparada con la luz del mediod-a que Cristo trajo, era la simpleluz de una vela. La ley ceremonialsujetaba al hombre a una severaservidumbre: no debes comer es-to, y no debes ir all, y no debesvestir esto y no debes recogeraquello. Estabas bajo restriccinpor doquier y caminabas entre se-

    tos de espinas. Al israelita se le re-cordaba el pecado a cada instantey se le adverta de su perpetua

    El Gran Cumpleaos Y Nuestra Mayora de Edad 10

    rio de la Corte del Cielo. Detrs decada palabra de Cristo est la ga-ranta del Eterno. Detrs de cadapromesa de Cristo hay un jura-mento de Dios. El Hijo no hacenada por S mismo, sino que elPadre obra con l y en l.

    Oh alma, cuando t te apoyas

    en Cristo no ests confiando en unSalvador amateur ni en un Reden-tor que no ha sido comisionado,sino en Uno que es enviado por elAltsimo y que, por tanto, est au-torizado en cada cosa que realiza.El Padre dice: Este es mi Hijoamado; a l od, pues al orlo a lestn oyendo al Altsimo. Hemosde encontrar dicha, entonces, enla venida de nuestro Seor a

    Beln, porque l fue enviado.Ahora dirijan su mirada a la si-guiente palabra: Cuando vino elcumplimiento del tiempo, Diosenvi a su Hijo. Observen a la Di-vina persona que fue enviada.Dios no envi a un ngel, ni a unacriatura exaltada, sino a su Hijo.Cmo puede haber un Hijo deDios, no lo sabemos. La eterna fi-liacin del Hijo ha de permanecersiendo por siempre uno de esosmisterios en los cuales no pode-mos fisgar. Sera algo parecido alpecado de los hombres de Bet-semes si furamos a abrir el arcade Dios para contemplar las cosasprofundas de Dios. Es sumamentecierto que Cristo es Dios, puesaqu l es llamado su Hijo. lexista antes de haber nacido eneste mundo, pues Dios envi aSu Hijo. l ya exista pues de otra

    manera no poda haber sidoenviado. Y a la vez que l es unocon el Padre, con todo, tiene que

    ser distinto del Padre y tiene quetener una personalidad separadade la del Padre, pues de otra ma-nera no podra decirse que Diosenvi a Su Hijo. Dios el Padre nonaci de una mujer ni fue engen-drado bajo la ley, sino nicamenteDios el Hijo; por tanto, aunque sa-

    bemos y se nos asegura que Cristoes uno con el Padre, con todo, hade observarse de manera muy cla-ra Su personalidad distinta.

    Es de admirar que Dios hayaengendrado un solo Hijo y que lohaya enviado para levantarnos. Elmensajero para los hombres nopuede ser otro que el propio Hijode Dios. Qu dignidad hay aqu!Es el Seor de los ngeles quien es

    nacido de Mara; es l, sin quiennada de lo que ha sido hecho fuehecho, quien se digna ser mecidoen el pecho de una mujer y ser en-vuelto en paales. Oh, la digni-dad de esto y, consecuentemente,oh, su eficiencia! Quien ha venidoa salvarnos no es ninguna dbilcriatura como nosotros; quien haasumido nuestra naturaleza no esun ser de limitada fuerza, tal comopodran haberlo sido un ngel oun serafn; pero l es el Hijo delAltsimo. Gloria sea dada a Subendito nombre! Reflexionemoscon deleite sobre esto.

    Si se hubiere enviado a algn pro-feta

    Con las alegres nuevas de la salva-cin,

    Quien oyera ese bendito eventoPodra rehusar su amor ms tier-

    no?

    7 C. H. Spurgeon

  • 7/24/2019 Spurgeon_El Gran Cumpleaos y Nuestra Mayoria de Edad

    8/8

    Pero fue Aquel para quien en e l cie-lo

    No cesan nunca los al eluyas;l, el poderoso Dios, nos fue dado,Nos fue dado un Prncipe d e Paz.

    Nadie sino Aquel que nos crePoda redimir del pecado y del in-

    fierno;Nadie sino l poda reinstalarnos

    En el rango del cual camos.

    Prosigamos, adhirindonos to-dava a las propias palabras deltexto, pues son muy dulces. Diosenvi a Su Hijo en una humanidadreal, hecho de mujer (made of awoman). La Versin Revisada loexpresa apropiadamente as:

    nacido de mujer. Tal vez se pu-dieran aproximar ms a la esenciadel original si dijeran: hecho paraser nacido de mujer, pues ambasideas estn presentes, el factum(hecho) y el natum (nacido), elsiendo hecho y el siendo nacido.Cristo era real y verdaderamentede la sustancia de Su madre, tanciertamente como lo es cualquierotro infante que nace en el mun-do. Dios no cre la naturalezahumana de Cristo aparte para lue-go transmitirla a la existenciamortal por algunos medios espe-ciales; antes bien, Su Hijo fuehecho y fue nacido de mujer. les, por tanto, de nuestra raza, unhombre como nosotros y no unhombre de otra especie. No debencometer ningn error al respecto.l no slo tiene una humanidad,mas tiene la humanidad nuestra,

    pues quien es nacido de mujer esun hermano para nosotros, inde-pendientemente de cundo nacie-

    ra. Sin embargo, hay una omisinque sin duda no fue intencional, alno mostrar cun santa era esa na-turaleza humana, pues l es naci-do de una mujer, no de un hom-bre. El Espritu Santo cubri conSu sombra a la Virgen, y el SantoSer naci de ella sin el pecado

    original que pertenece a nuestraraza por descendencia natural.Aqu hay una humanidad puraaunque es una verdadera humani-dad; una verdadera humanidadaunque es libre de pecado. Nacidode mujer, l era corto de das, yhastiado de sinsabores; nacido demujer, estaba rodeado de nuestrasdebilidades fsicas; pero como noera nacido de hombre, l estaba

    por completo desprovisto de todatendencia al mal o al deleite en elmal. Yo les ruego que se regocijenen este ntimo acercamiento deCristo con nosotros. Hagan sonarlas campanas, si no en los campa-narios y en las torres, s dentro desus corazones, pues nunca saluda-ron a sus odos noticias ms ale-gres que stas: que quien es elHijo de Dios fue tambin nacidode mujer.

    Se agrega adicionalmente queDios envi a Su Hijo hecho bajola ley, o nacido bajo la ley, pues lapalabra es la misma en ambos ca-sos; y por los mismos medios porlos que lleg a nacer de una mujer,l vino bajo la ley. Y ahora admi-ren y maravllense! El Hijo deDios vino bajo la ley. l era el Le-gislador y el Promulgador, y era ala vez el Juez y el Ejecutor de la

    ley, y, con todo, l mismo vino ba-jo la ley. l estuvo bajo la ley des-de que naci de una mujer; eso lo

    El Gran Cumpleaos Y Nuestra Mayora de Edad 8

    hizo voluntariamente y, sin em-bargo, necesariamente. l quisoser hombre, y siendo un hombreacept la posicin y estuvo en ellugar del hombre como sujeto a laley de la raza. Cuando lo tomarony lo circuncidaron de acuerdo a laley, se declar pblicamente que

    l estaba bajo la ley. Ustedes pue-den comprobar cun reverente-mente observ los mandamientosde Dios durante el resto de Su vi-da. l tena incluso una considera-cin escrupulosa hacia la ley cere-monial segn fue dada porMoiss. Despreciaba las tradicio-nes y las supersticiones de loshombres, pero tena un elevadorespeto por la ley de la dispensa-

    cin.l vino bajo la ley moral pararendirle un servicio a Dios a nom-bre nuestro. Guard los manda-mientos de Su Padre. Obedeciplenamente la primera y la segun-da tablas de la ley, pues amaba aDios con todo Su corazn y a Suprjimo como a S mismo. Elhacer tu voluntad, Dios mo, meha agradado dice l- y tu leyest en medio de mi corazn.Poda decir verdaderamente delPadre yo hago siempre lo que leagrada. Con todo, fue algo mara-villoso que el Rey de reyes estuvie-ra bajo la ley y, especialmente, queviniera bajo el castigo de la ley ascomo a su servicio. Estando en lacondicin de hombre, se humill as mismo, hacindose obedientehasta la muerte, y muerte decruz. Como era nuestra Fianza y

    Sustituto, estuvo bajo la maldicinde la ley. Fue hecho por nosotrosmaldicin. Habiendo tomado

    nuestro lugar y habiendo asumidonuestra naturaleza -aunque lmismo era sin pecado- se sometia las rigurosas demandas de lajusticia, y a su tiempo inclin Sucabeza a la sentencia de muerte.l puso su vida por nosotros.Muri, el justo por los injustos,

    para llevarnos a Dios. En este mis-terio de Su encarnacin, en estamaravillosa sustitucin de S mis-mo por los pecadores radica la ba-se de ese portentoso progreso quehicieron los creyentes cuandoJess vino en la carne. Su adveni-miento en forma humana co-menz la era de la madurez espiri-tual y de la libertad.

    II. Por tanto, yo les pido aho-ra, en segundo lugar, QUE CON-TEMPLEN EL GOZOSO RE-SULTADO PRODUCIDO PORLA ENCARNACIN DENUESTRO SEOR.

    Debo regresar a lo que dije an-tes: la venida de Cristo ha puestoun fin a la minora de edad de loscreyentes. Los miembros del pue-blo de Dios, entre los judos, eranhijos de Dios antes que Cristo vi-niera, pero eran meros bebs ohijitos. Eran instruidos en los ru-dimentos del conocimiento divinopor medio de tipos, emblemas,sombras y smbolos; pero cuandoJess vino, esa enseanza infantillleg a su trmino. Las sombrasdesaparecen una vez que la sus-tancia es revelada; los smbolos noson necesarios cuando la personasimbolizada est ella misma pre-

    sente. Qu gran diferencia entrela enseanza de nuestro Seor Je-sucristo cuando nos muestra cla-

    9 C. H. Spurgeon