SOLUCIONES · 2017. 11. 13. · SOLUCIONES La pérdida del interés pues, no es un acontecimiento...

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Fallecimientos en la familia, ser despedido del trabajo, una mudanza, son más situaciones cuyos efectos merman la libido. Más factores son las secuelas de abuso sexual (conlleva la dificul- tad para confiar en otra persona y el sexo se puede convertir en algo desagradable) o bien enfermedades que producen trastornos de la perso- nalidad o desajustes hormonales. El consumo crónico de alcohol o drogas también llega a fomentar la pereza sensual. SOLUCIONES La pérdida del interés pues, no es un acontecimiento azaroso o espontá- neo sino el resultado de un proceso en el que influyen las interacciones con el entorno. Si la cita sensual se posterga en demasía y las razones son el can- sancio y las preocupaciones, una so- lución básica es diseñar un plan de relajación, una atmósfera íntima pa- sada por un baño con agua caliente, velas aromáticas, música tranquila. Que el deseo estuviera encen- dido no era resultado de alguna alineación cósmica o evento casual, las dinámicas al interior de la pare- ja mantenían abierta la puerta a las relaciones. Recobrar el placer per- dido puede ser cuestión de quererlo y hacer un esfuerzo personal en ese sentido. Una señal de alerta es el abu- rrimiento. Su presencia representa un declive de la libido. Combatirlo requiere saber qué es lo que pide el cuerpo, identificar contextos ca- paces de influir, de buen modo, en la excitación y los despertadores de la acción. A la par de la disposición al encuentro, se recomiendan las ac- tividades excitantes, por ejemplo, bailar, o esencialmente conjuntas, salir a dar un paseo o acudir a un espectáculo, para tender puentes, hablar sobre lo hecho y retomar el hábito de compartir. Comunicarse es un paso esencial a la hora de po- ner manos a la obra y recuperar el ejercicio amoroso. No está de más buscar noveda- des e introducirlas en la rutina: usar lencería, recurrir a la literatura eró- tica o abrir el álbum de las fantasías. La inercia sexual se rige por una ley de la física: un cuerpo en repo- so permanece así a menos que una fuerza externa actúe. De ahí se des- prende la necesidad de que uno de los dos tome las riendas y corrija el rumbo. Un riesgo inherente a la pereza carnal es confundir una simple mala costumbre, la falta de sexo, con algo más profundo. No obstante, siempre es bueno saber identificar en qué lugar se ubi- ca la relación. En ocasiones, algunas parejas se convierten en excelentes amigos y nada más. Conservan el es- tatus de compañeros, o de confiden- tes, pero sin el deseo de conectar en la intimidad. Redacción S. N. 18 SIGLO NUEVO

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Page 1: SOLUCIONES · 2017. 11. 13. · SOLUCIONES La pérdida del interés pues, no es un acontecimiento azaroso o espontá-neo sino el resultado de un proceso en el que infl uyen las interacciones

Fallecimientos en la familia, ser despedido del trabajo, una mudanza, son más situaciones cuyos efectos merman la libido.

Más factores son las secuelas de abuso sexual (conlleva la difi cul-tad para confi ar en otra persona y el sexo se puede convertir en algo desagradable) o bien enfermedades que producen trastornos de la perso-nalidad o desajustes hormonales. El consumo crónico de alcohol o drogas también llega a fomentar la pereza sensual.

SOLUCIONES

La pérdida del interés pues, no es un acontecimiento azaroso o espontá-neo sino el resultado de un proceso en el que infl uyen las interacciones con el entorno.

Si la cita sensual se posterga en demasía y las razones son el can-sancio y las preocupaciones, una so-lución básica es diseñar un plan de relajación, una atmósfera íntima pa-sada por un baño con agua caliente, velas aromáticas, música tranquila.

Que el deseo estuviera encen-dido no era resultado de alguna alineación cósmica o evento casual, las dinámicas al interior de la pare-ja mantenían abierta la puerta a las

relaciones. Recobrar el placer per-dido puede ser cuestión de quererlo y hacer un esfuerzo personal en ese sentido.

Una señal de alerta es el abu-rrimiento. Su presencia representa un declive de la libido. Combatirlo requiere saber qué es lo que pide el cuerpo, identifi car contextos ca-paces de infl uir, de buen modo, en la excitación y los despertadores de la acción. A la par de la disposición al encuentro, se recomiendan las ac-tividades excitantes, por ejemplo, bailar, o esencialmente conjuntas,

salir a dar un paseo o acudir a un espectáculo, para tender puentes, hablar sobre lo hecho y retomar el hábito de compartir. Comunicarse es un paso esencial a la hora de po-ner manos a la obra y recuperar el ejercicio amoroso.

No está de más buscar noveda-des e introducirlas en la rutina: usar lencería, recurrir a la literatura eró-tica o abrir el álbum de las fantasías.

La inercia sexual se rige por una ley de la física: un cuerpo en repo-so permanece así a menos que una fuerza externa actúe. De ahí se des-prende la necesidad de que uno de los dos tome las riendas y corrija el rumbo.

Un riesgo inherente a la pereza carnal es confundir una simple mala costumbre, la falta de sexo, con algo más profundo.

No obstante, siempre es bueno saber identifi car en qué lugar se ubi-ca la relación. En ocasiones, algunas parejas se convierten en excelentes amigos y nada más. Conservan el es-tatus de compañeros, o de confi den-tes, pero sin el deseo de conectar en la intimidad.

Redacción S. N.

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