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Primera edición: octubre de 2008

D.R. ® Suprema Corte de Justicia de la NaciónAv. José María Pino Suárez, Núm. 2C.P. 06065, México, D.F.

Impreso en MéxicoPrinted in Mexico

Investigación y redacción: Mtro. Gerardo Dehesa Dávila

La edición y diseño de esta obra estuvieron a cargo de la Dirección General de laCoordinación de Compilación y Sistematización de Tesis de la Suprema Corte deJusticia de la Nación.

Sistema Bibliotecario de la Suprema Corte de Justicia de la NaciónCatalogación

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y pú-blico en general / investigación y redacción Gerardo DehesaDávila. – – México : Suprema Corte de Justicia de la Nación,Dirección General de la Coordinación de Compilación y Siste-matización de Tesis, 2008.xiv, 81 p.

ISBN 978-970-712-893-4

1. Retórica – Decisiones jurídicas 2. Argumentación jurídica –Resoluciones judiciales 3. Lógica jurídica 4. Lexicología jurídica5. Dialéctica jurídica I. Dehesa Dávila, Gerardo.

POFOC420E435e

Suprema Corte de Justicia de la Nación

México 2008

SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

Ministro Guillermo I. Ortiz MayagoitiaPresidente

Primera SalaMinistro Sergio A. Valls Hernández

Presidente

Ministro José Ramón Cossío DíazMinistro José de Jesús Gudiño Pelayo

Ministra Olga Sánchez Cordero de García VillegasMinistro Juan N. Silva Meza

Segunda SalaMinistro José Fernando Franco González Salas

Presidente

Ministro Sergio Salvador Aguirre AnguianoMinistro Mariano Azuela Güitrón

Ministro Genaro David Góngora PimentelMinistra Margarita Beatriz Luna Ramos

Comité de Publicaciones y Promoción EducativaMinistro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia

Ministro Mariano Azuela GüitrónMinistra Margarita Beatriz Luna Ramos

Comité EditorialMtro. Alfonso Oñate Laborde

Secretario Ejecutivo Jurídico Administrativo

Mtra. Cielito Bolívar GalindoDirectora General de la Coordinación deCompilación y Sistematización de Tesis

Lic. Gustavo Addad SantiagoDirector General de Difusión

Dr. César de Jesús Molina SuárezDirector General de Casas de la Cultura Jurídica

y Estudios Históricos

Dr. Salvador Cárdenas GutiérrezDirector de Análisis e Investigación Histórico Documental

V

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . IX

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XI

Capítulo I

Algunas notas sobre la controvertida retórica . . . . . . . 1

1. ¿Resulta útil conocer algo sobre la retórica? . . . . . 1

2. La retórica y la práctica del derecho . . . . . . . . . . . 15

a. La invención . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

b. La disposición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

c. La memoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

d. La elocución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

e. La acción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22

3. Un cambio de mentalidad respecto al significado

y uso de la retórica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23

Contenido

VI

Capítulo II

La sentencia y la demanda como discursos retóricos . 27

1. Noción de discurso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

a. Definición etimológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28

b. Definición conceptual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

2. La sentencia y la demanda ¿son auténticos discursos? 32

a. Reflexión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33

b. Ordenación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

c. Argumentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38

d. Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40

3. Esctructura lógico-retórica de la sentencia y de la

demanda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40

a. Exordio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41

b. Narración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

c. Confirmación o argumentación . . . . . . . . . . . . 42

d. Refutación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

e. Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43

Capítulo III

Aspectos prácticos de la retórica en el ámbito del dere-

cho. Aspectos básicos sobre comunicación . . . . . . . . . 47

1. Aplicación práctica del orden propuesto por el dis-

curso retórico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47

a. Normas generales para la corrección argu-

mentativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48

2. ¿Cómo lee una sentencia del Poder Judicial la ge-

neralidad de nuestra población? . . . . . . . . . . . . . 58

a. Estudio de la lexicografía . . . . . . . . . . . . . . . . . 59

b. Recontextualización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59

c. Algunas reflexiones prácticas sobre la lectura . 62

3. Algunas consideraciones sobre el proceso de lectura,

partes y estrategias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64

a. Proceso de construcción del significado . . . . . 65

b. Aspectos relevantes a considerar . . . . . . . . . . . 65

Conclusión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77

VII

IX

a dinámica y exigencias del trabajo jurisdiccional de

hoy, confirman una realidad que no se puede com-

prender sin las premisas de claridad y precisión, bases funda-

mentales de la transparencia.

En la obra Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y pú-

blico en general, que en esta ocasión se pone a consideración de

los lectores, se proporcionan valiosas orientaciones de carácter

práctico para mejorar sensiblemente la comprensión del tra-

bajo que realizan los tribunales que integran el Poder Judicial

de la Federación, e invitar a la ponderación informada de sus

resoluciones.

La retórica es la disciplina que instruye y encauza para cons-

truir cualquier forma de discurso, independientemente de su

materia y contenido, por lo cual, es de gran utilidad conocer los

Presentación

L

X

Suprema Corte de Justicia de la Nación

elementos fundamentales que la integran y le dan sentido

y estructura, ya que confiere racionalidad y comprensión a

todo ejercicio de naturaleza verbal o escrita. Bajo su respaldo

y sustento teórico, es posible investir el trabajo institucional

con respetables prendas de dignidad profesional. Es particu-

larmente pertinente y eficaz en el proceso de formulación

del documento más significativo del trabajo jurisdiccional: la

sentencia.

Por lo anterior, esperamos que la edición de estas reglas para el

buen pensar, heredadas de una sabiduría antigua, sea un medio

de consulta útil, tanto para los órganos responsables de impar-

tir justicia, como para el público en general.

Comité de Publicaciones y Promoción Educativa

de la Suprema Corte de Justicia de la Nación

Ministro Mariano Azuela Güitrón

Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos

Ministro Guillermo I. Ortiz Mayagoitia

Introducción

e la retórica se puede afirmar con toda propiedad

que es tanto una teoría y práctica de la comunica-

ción, en todas sus variadas y amplias posibilidades como una

teoría y práctica de la argumentación. De ahí que cualquier inten-

to de difusión y comunicación entre de lleno bajo su influencia

directa.

Todo acto de comunicación y difusión contiene, de modo ne-

cesario, un ejercicio retórico. Por ello, en la actualidad resulta

indispensable contar con algún conocimiento de los elemen-

tos esenciales que conforman la retórica.

Asimismo, cualquier ejercicio argumentativo, entendido como

el acto de dar una o varias razones para sustentar o apoyar una

postura u opinión está inmerso en la retórica que es la encar-

gada de estructurar y exponer todos los argumentos.

D

XI

1 Palabras pronunciadas por el señor Ministro presidente Guillermo I. Ortiz Maya-goitia al iniciar el primer periodo de sesiones del año 2008. Sesión pública solemnede apertura del primer periodo de sesiones del Pleno de la Suprema Corte de Justi-cia de la Nación, celebrada el miércoles dos de enero de dos mil ocho.

XII

Suprema Corte de Justicia de la Nación

La obra que se presenta tiene como fin, entre otros, colaborar

de alguna manera con el esfuerzo de transparencia y difu-

sión del trabajo que realiza la Suprema Corte de Justicia de la

Nación al proporcionar los elementos de retórica indispensa-

bles para entender mejor sus resoluciones.

El 2008 será el año de la transparencia judicial. Llevaremos a

cabo importantes medidas para hacer accesible el uso de los

recursos públicos; también destinaremos parte de ellos en lle-

var a cabo una política de divulgación y de acercamiento con la

ciudadanía para que se conozca de mejor manera al Poder Ju-

dicial de la Federación.

Invertiremos en fomentar y fortalecer la cultura constitucional

en el país. (…).

Queremos colaborar en la creación de una nueva imagen de

la justicia, no sólo como una actividad de los tribunales y

de los juzgadores, sino como el resultado de una profunda

convicción social por la Constitución y por el orden que de ella

emana.

La transparencia y la austeridad no son fines en sí mismos sino

medios, son herramientas para poder dar cauce a estas inver-

siones sociales de las que he hablado, que buscan incidir en el

mediano plazo en la conformación de nuestra sociedad, de

nuestros valores y de nuestro Estado de derecho.1

Parte esencial de este trabajo es contribuir a crear esta "nueva

imagen de la justicia" al acercar a un amplio público los elemen-

2 Cassany, Daniel, Tras las líneas. Sobre la lectura contemporánea, Barcelona, Anagrama,2006, pp. 73 y ss.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

tos esenciales que se contienen en el documento medular que

es la razón de ser a todo tribunal: la sentencia. Esta obra segu-

ramente será de utilidad tanto para profesionistas de las áreas

más diversas como a estudiantes de preparatoria, de facultad

y centros de educación superior, en fin, será de provecho para

un amplísimo sector de nuestra comunidad sin descuidar el

foro nacional, estudiantes e interesados en el derecho en gene-

ral así como para todos sus aplicadores, Jueces, Magistrados y

sus respectivos auxiliares.

Esta "nueva imagen de la justicia" descansa, dentro de otros fac-

tores, en la inteligencia y lectura que de las sentencias de los ór-

ganos jurisdiccionales haga la sociedad, ello exige una reflexión

sistemática sobre el uso de la lengua y algunos aspectos de la

lingüística, ya que la sentencia es, dentro de una de sus múlti-

ples facetas, un privilegiado instrumento de comunicación.

La comunicación, parte fundamental para lograr los objetivos

propuestos es un acto lingüístico, y como tal cae bajo el impe-

rio de la retórica.

Dentro de esta afirmación no debe olvidarse que:

Con el discurso, no sólo expresamos un mensaje, también cons-

truimos una visión de la realidad: los lectores adoptamos la

concepción de la realidad que ofrece el discurso.2

XIII

XIV

Suprema Corte de Justicia de la Nación

La obra que hoy se pone a la consideración de los lectores tiene

como objetivo primigenio proporcionar los elementos indis-

pensables para entender un aspecto medular de las sentencias

y las partes que las constituyen como un acto comunicativo de

trascendental importancia, de ahí el auxilio que ésta represen-

ta para todos los que a ella se acerquen y la utilidad que reviste.

Además, aportará a todo lector que a ella se acerque los me-

dios prácticos para perfeccionar sus habilidades comunicativas

y conocer las partes fundamentales de la sentencia.

1

Capítulo I

Algunas notas sobre la controvertida retórica

3 La noción de discurso se explica con mayor amplitud en la página 27 y ss.

1. ¿Resulta útil conocer algo sobre la retórica?

La respuesta a esta pregunta debe darse sin titubeo alguno y en

forma enfática, sí; y puede añadirse, no sólo es útil, sino que es

un conocimiento necesario para cualquier persona.

Otras dos cuestiones que vienen a la mente de manera natu-

ral derivadas de esta pregunta son ¿qué es la retórica, y en qué

aspectos descansa la necesidad de su conocimiento?

La retórica es la ciencia del discurso oral o escrito, académico

o coloquial, jurídico o político, escolar o universitario, cientí-

fico o literario. El discurso es todo aquello que sale de la boca

del hablante con independencia de la forma que adopte.3

4 Aristóteles, Retórica, 1355b25.

2

También se ha definido a la retórica como la facultad de teo-

rizar sobre todo aquello que es útil para persuadir y conven-

cer, asimismo como una teoría de la comunicación y de la

argumentación.4

Así, ésta interviene de manera directa en todo ejercicio de co-

municación sea cual fuere el nivel o la forma en que se reali-

ce. Por ello, si bien ésta tiene un amplio sustrato teórico, toda

ella está orientada a un ejercicio eminentemente práctico pues

es en el ejercicio de la misma donde se manifiesta su enorme

utilidad y poderío y éste aparece en los lugares más variados y

en todos los campos.

Esta reflexión conduce a considerar dos vertientes que deben

estudiarse conjuntamente. La primera de ellas es la teórica que

viene a constituir los cimientos de la retórica, la "obra negra"

como suelen decir los constructores. La segunda, es la parte

práctica y corresponde a la vista exterior del edificio. Es la be-

lleza arquitectónica que avasalla a los sentidos, incluso al grado

de arrebatarlos. Sin embargo, toda esa magnificencia sería inex-

plicable sin las sólidas estructuras que la soportan y hacen así

posible la existencia del conjunto.

El ejercicio retórico, presente en todo discurso, académico o co-

loquial, no puede presentar a la retórica de modo aislado. Siem-

pre, necesariamente se manifiesta de manera conjunta teoría

y práctica. De ahí la importancia de conocer ambos elementos.

Suprema Corte de Justicia de la Nación

5 Por ejemplo, con la entrada "utilidad de la retórica" el buscador Google proporciona unaproximado de 908 páginas Web, con los términos "naturaleza de la retórica" indica1,900 páginas Web, y con "estudios de retórica” aproximadamente 3,100. páginas Web.Esto sólo es indicativo, la búsqueda puede afinarse y es factible encontrar miles depáginas más eliminando los sitios que no aportan absolutamente nada relevan-te. Esto muestra el profundo interés que existe en la actualidad sobre la retórica,parte de la inmensa bibliografía impresa sobre el tema.

Así, para darle el énfasis expresado al responder la pregunta

con la que se inició este capítulo se proporcionarán los elemen-

tos teóricos indispensables para arribar con posterioridad a los

aspectos prácticos que sólo podrán ser empleados si están an-

clados en los precedentes que son parte esencial de la retórica.

La reflexión sistemática sobre la retórica se remonta al siglo VI

a.C., y continúa hasta el día de hoy como puede constatarse a tra-

vés del gran número de páginas que sobre ésta hay en Internet.5

Gran parte de la vida intelectual de cualquier persona, con

independencia del grado de estudios y aun en el ámbito gene-

ral de toda su existencia, vive inmersa en la toma continua de

decisiones de todo género, cotidianas y laborales, profesiona-

les y directivas. Buena parte de ellas presenta a la vez, ventajas

y desventajas, en consecuencia, se impone una valoración pon-

derada en la balanza de la sensatez, entendida como buen juicio.

Si se examinan las decisiones que se toman a cada momento,

desde los asuntos más prácticos hasta en los juicios más teóri-

cos puede constatarse que casi siempre, la elección se toma

entre varias posibilidades, se comparan distintos factores, mu-

chas veces incompatibles entre sí, se renuncia a otras opciones

3

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

Suprema Corte de Justicia de la Nación

y, por último, se resuelve mediante una ponderación más o

menos profunda.

Lo anterior se complica si en la elección o resolución del pro-

blema debatido existen puntos polémicos y posturas antagóni-

cas, que con frecuencia enfrentan valores de la más diversa

índole, éste es el reino de la argumentación retórica.

En lo que respecta al debate procesal, éste se encuentra regla-

mentado por normas explícitas y procedimientos codificados

en todos los detalles relativos a la carga de la prueba, la integra-

ción de las mismas, el orden de las intervenciones, las pre-

guntas que son admisibles, etcétera. Lo mismo sucede con el

debate que se da en la Cámara de Diputados y la Cámara de

Senadores, ya que responde a normas previamente estableci-

das y aceptadas con anterioridad.

La codificación mencionada, difícilmente puede aplicarse a las

normas de una discusión, donde a lo sumo se imponen las nor-

mas de urbanidad, educación y buena comunicación (aunque

en ocasiones están ausentes) estas reglas no están escritas ni

explícitas. En su caso, sólo existe una sanción social.

Sobre este particular decía acertadamente Montaigne:

Las sentencias jurídicas representan la culminación del habla

dogmática y resolutiva; en cambio, las que nuestros tribunales

ofrecen al pueblo como ejemplares no extraen su belleza de la

conclusión, que es cosa de todos los días, y común a todos los

4

6 Montaigne, Ensayos, XII, México, Porrúa, 2004.7 Vid. Cicerón, Marco Tulio, De la Invención Retórica, Introducción, traducción y notas deB. Reyes Coria, México, UNAM, 1997, (Biblioteca Scriptorum Graecorum et Roma-norum Mexicana).8 Al respecto puede verse el texto de la Retórica de Aristóteles, I, donde dice que elargumentador o el orador hábil es el que puede plantear algo que es imposiblecomo posible y más aun factible, pero no caer en el tremendo error, por falta de pe-ricia tanto lingüística como retórica de exponer como imposible algo que es perfec-tamente factible.9 Nótese que se está hablando de la simple deducción lógica dada una premisa,no se califica el valor moral o inmoral de la misma, cosa que por otra parte, no le

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

jueces, sino de la discusión y el debate de las razones distintas

y contrarias que comporta la materia del derecho.6

La ayuda que pretende proporcionar la presente obra a todos

los lectores es dotarlos de una estructura lógica y argumenta-

tiva básica que pueda aplicar en cualquier situación.7

Debe tenerse siempre en cuenta que el principio por el cual un

conflicto de opiniones no se puede resolver recurriendo exclu-

sivamente a la lógica pura es muy sencillo, aunque a veces, por

ello mismo se olvida con frecuencia: la fuerza de la lógica, en un

contexto de controversia, en muchas ocasiones es también su

punto débil.8

Por ejemplo:

El que cree en el carácter sagrado e inviolable de la vida de-

ducirá con lógica impecable que la eutanasia es inadmisible.

Viceversa, el que cree que cada cual tiene derecho a disponer

libremente de su vida deducirá la licitud de la eutanasia con la

misma impecabilidad.9

5

Suprema Corte de Justicia de la Nación

Es una consecuencia lógica estrictamente contraria a la ante-

rior, pero no menos defendible en atención a la premisa que

se toma como punto de partida.10

Así, hay quien sabe discutir con habilidad pero lo hace de un

modo instintivo, o como diría Aristóteles, al azar, y, por lo gene-

ral, dejándose llevar por la intuición. Ahora, conocer sólo los

pasos o movimientos lógicos que conducen a la victoria en un

debate no basta para persuadir, vencer o convencer. Lo que

es determinante son otras técnicas y estrategias que sólo puede

proporcionar la retórica, reina indiscutible de todo el discurso

humano.

Respecto a la capacidad de debatir es útil recordar lo que dijo

Baltasar Gracián de las causas de agudeza, de la rapidez de in-

ventiva: la fuente principal es el ingenio, elemento en sí mis-

mo más que suficiente.11 Sin embargo, y éste es uno de los

aportes más significativos de la retórica, aun sin contar con mu-

cho ingenio, están asequibles todos los otros recursos por ella

proporcionados, que con esfuerzo y dedicación darán una po-

6

concierne a la lógica estrictamente formal que sólo vigila la corrección o incorrec-ción de las inferencias y las reglas propias de silogismos, en el caso de los silogis-mos apodícticos. Caso distinto es el de la lógica dialéctica en la cual se toma encuenta el contenido de las premisas. Vid. Copi, Irving, Introducción a la Lógica, México,Limusa, 2000.10 Cosa muy distinta es demostrar o probar en su caso precisamente la validez dela premisa.11 Vid. Gracián, Baltasar, Agudeza y Arte de Ingenio, Madrid, Castalia, 1969. Debe recor-darse que en toda la obra de Gracián, se encuentran elementos extraordinariamen-te útiles donde puede nutrirse el buen argumentador. Respecto del contenido de losvocablos el mismo Gracián decía: "Preñado ha de ser el verbo, no hinchado, que sig-nifique; no que resuene; verbos con fondo, donde se engolfe la atención, dondetenga que cebarse la comprensión". El Criticón, II, 234.

12 No debe olvidarse la frecuencia con la que el propio Marco Tulio Cicerón men-cionaba los frutos del esfuerzo y del trabajo metódico para hacer grandes progresosen la argumentación. Vid. Cicerón, Marco Tulio, El Orador (De Oratore), Introducción, tra-ducción y notas de Amparo Gaos Schmidt, México, UNAM, 1995, 2 vols. (BibliothecaScriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana).

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

tencia extraordinaria al que tiene amplio ingenio y al que no lo

tiene lo dotará de los recursos necesario para salir adelante

con soltura, estos elementos son la invención, la disposición,

la memoria, la elocución y la acción, así como las respectivas

partes del discurso que se explicarán más adelante.12

En consecuencia, la retórica resulta ser una parte esencial de

todo acto lingüístico que nos acompaña durante toda la exis-

tencia, toda la vida con independencia de la actividad o profe-

sión que se desempeñe.

Puede que la afirmación anterior sorprenda de momento pero

si se le examina con atención se verá que es cierta, totalmente

veraz.

Al hacer uso de la lengua en cualquier circunstancia y hora del

día se realiza un constante ejercicio retórico, aun en el caso de

que no se hable ni se escriba, cuando sólo se reflexiona con

uno mismo con la propia conciencia como único interlocutor,

también en ese momento en que se articulan oraciones y se

realizan múltiples razonamientos, existe ahí un desarrollo lin-

güístico que está regido por la retórica.

En el desempeño cotidiano de las actividades que se realizan no

sólo en el Poder Judicial sino en todos los ámbitos del derecho

7

8

Suprema Corte de Justicia de la Nación

en general, la retórica no suele gozar aún de una valoración po-

sitiva pese a que interviene, de manera sustancial, prácticamente

en la totalidad de las tareas que realiza de manera ordinaria cual-

quier abogado en cualesquiera de las ramas o funciones que

realice.

La retórica es, en términos muy generales, una teoría de la co-

municación y una teoría de la argumentación. No debe producir

algún sentimiento de suspicacia el vocablo teoría que, en este

caso, representa los elementos mínimos indispensables para

hacer posible la segunda parte, esto es, el aspecto práctico, parte

esencial de la misma.

La tarea de la retórica, en general es:

Dotar a todo hablante de los instrumentos necesarios para lo-

grar, primero, una comunicación eficaz y, segundo, que ésta sea

persuasiva, y en el mejor de los casos, convincente.13

En consecuencia, la enorme ventaja de contar con algunos ele-

mentos básicos de retórica, previo estudio sucinto de su natu-

raleza, nos pondrá en condiciones de:

13 La distinción entre persuasión y convicción existe mucho antes de que Perelman,en su obra Tratado de Argumentación. La Nueva Retórica, la estudiara con detenimiento.El punto esencial de esta distinción radica en que la persuasión si bien mueve lainteligencia y la voluntad del sujeto al cual se dirige, en ésta siempre queda la posibi-lidad de actuar de otra manera, en el caso de la convicción, en sentido estricto, no, yaque el sujeto se encuentra, intelectualmente "totalmente vencido", esto es conven-cido, por ello, al menos en teoría, no podría o debería actuar de manera distinta.No pasa desapercibido que en el uso cotidiano del lenguaje, sobre todo en el aspectopragmático del discurso estos dos términos se ocupan como sinónimos sin serlo yaque tienen matices muy diferentes.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

w Perfeccionar y mejorar sustancialmente nuestra capacidad

de comunicación

w Mejorar nuestra argumentación y la estructura general de

todo nuestro discurso, escrito y oral en todos los ámbitos,

académico, coloquial y profesional

w Ordenar nuestro intelecto y dar mayor capacidad a la

memoria

w Aumentar y controlar nuestra capacidad discursiva

Todo ello con independencia de la actividad desarrollada por el

hablante.

Esta es la respuesta a la pregunta planteada al inicio de este ca-

pítulo, ¿resulta útil conocer algo sobre la retórica?, la respuesta

es absolutamente afirmativa.

En el texto citado en la introducción de esta obra se ha dicho que:

... también destinaremos parte de ellos en llevar acabo una

política de divulgación y de acercamiento con la ciudada-

nía para que se conozca de mejor manera al Poder Judicial de

la Federación.

Queremos colaborar en la creación de una nueva imagen de

la justicia, no sólo como una actividad de los tribunales y de los

juzgadores, sino como el resultado de una profunda convicción

social por la Constitución y por el orden que de ella emana.

Una nueva imagen de la justicia está vinculada de modo necesario

a cómo se expone ésta, es decir, ¿se presenta a la comunidad

mediante un discurso adecuado?

9

10

Suprema Corte de Justicia de la Nación

Debe tenerse siempre en cuenta que la palabra discurso es un

término complejo que tiene varios significados, mismos que se

examinarán más adelante, pero para fines prácticos debe enten-

derse por discurso todo ejercicio del habla, sea oral o escrito rea-

lizado en cualquier momento y circunstancia por el hablante.

No debe olvidarse que: "La democracia se basa también en la

capacidad de comprender el discurso, en las habilidades de lec-

tura, comprensión y reflexión de todos los ciudadanos".14

El discurso es un arma sutil, versátil, poderosa. Puede convencer,

disuadir y en ocasiones arrebatar la inteligencia y la voluntad

del individuo. Manejado con habilidad es capaz de seducir, ena-

morar, o bien de irritar y manipular.

Todo hablante construye innumerables discursos a lo largo de

sus actividades cotidianas, sin embargo, algunos de ellos son

más preponderantes que otros, como por ejemplo, cuando se

discute un asunto en el Pleno de la Suprema Corte de Justi-

cia de la Nación, o en cualquier órgano colegiado de impar-

tición de justicia, en estas actividades la relevancia del discurso

es extraordinaria.

En esta tarea, la retórica tiene una parte fundamental, pues es

ella la encargada de gobernar todo el discurso humano aten-

diendo a la sustancia y a la circunstancia.

14 Cassany, Daniel, Tras las Líneas. Sobre la Lectura Contemporánea, Barcelona, Anagrama,2006, pp. 48 y ss.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

De la forma más sencilla posible puede definirse a la retórica

como la encargada de estructurar y dirigir todo discurso, en-

tendido éste en su sentido más amplio, con la finalidad de

persuadir o en el mejor de los casos de convencer. De esta defi-

nición se deduce su extraordinaria importancia.

Como se verá más adelante, en el capítulo II, la estructura lógica

básica de la sentencia, de cualquier escrito de demanda, alega-

to, ensayo o narración, se deriva la forma del discurso retórico

griego y latino. Por ello, su conocimiento resulta ser de gran uti-

lidad para toda persona, sea profesionista del derecho o no, ya

que sirve para dar forma a la mente de todo individuo y así per-

feccionar sus habilidades intelectuales, desde el ciudadano co-

mún hasta el especialista más refinado.

El perfeccionamiento de las habilidades intelectuales que se ha

mencionado y que puede beneficiar a cualquier lector de esta

obra inicia por tener siempre a la vista las siguientes preguntas

y sus correspondientes respuestas, éstas se aplicarán a cualquier

situación en la que se encuentre el hablante, independiente-

mente de la materia de que se trate.

Como podrá apreciarse por la naturaleza de las preguntas y

sus respectivas respuestas, éstas tienen por finalidad crear en

el hablante una estructura lógica básica que de inicio dará una

solidez a la forma de expresión, oral o escrita.15

11

15 Vid. Merrou, Henri I., Historia de la Educación en la Antigüedad, Madrid, Akal, 2004.

12

Suprema Corte de Justicia de la Nación

No debe olvidarse que la estructura tiene una parte esencial

para el planteamiento eficaz de las ideas, las propuestas, peti-

ciones y problemas, de ella depende, en buena medida, el éxito

o fracaso de los argumentos que se hagan vales en cualquier

situación y por cualquier persona.

Las preguntas básicas que deben responderse para tener una

buena estructura mental son las que se citan a continuación.

Cualquier lector que las tenga en mente al preparar el desarro-

llo de una conferencia, ponencia, plática o simplemente en su

comunicación ordinaria mejorará sensiblemente la estructura

lógica de todo su discurso ganando en claridad y coherencia, sus

argumentos se afinarán y tendrán mayor potencia dotándolos

así de mayor eficacia.

Cualquier estudiante, catedrático, litigante o secretario contará

con seguro hilo conductor en todas sus disertaciones. Las pre-

guntas y respuestas que se refieren enseguida deben quedar

profundamente grabadas en el intelecto para que su empleo

resulte automático.

w ¿Sobre qué se quiere hablar o sobre qué se habla en cual-

quier situación?

Se refiere al tema.

w ¿Bajo qué punto de vista?

Considera el aspecto especial o particular que servirá de

base para tratar el tema.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

w ¿Cuáles son los argumentos o las razones que se proponen

para sostener una postura?

Examina el tipo de argumentos propuestos, es decir, lógi-

cos, históricos, científicos, sociales, políticos, etcétera.

w ¿Qué se puede decir o silenciar?

Aquí se examina la ocasión y la oportunidad en la que algo

se dice, forma parte fundamental de la prudencia.

w ¿Qué se debe decir?

Esta pregunta se refiere al vínculo ético que necesariamen-

te tiene todo ejercicio argumentativo.

w ¿Cómo se debe decir?

Se refiere a la forma literaria más adecuada, así se pueden

exponer ideas y argumentos en un ensayo, un informe, una

carta, etcétera, es todo lo que atañe a la estructura literaria.

w ¿Con qué rango se habla?

Este aspecto se refiere a la responsabilidad que le confiere

al hablante la investidura que ostenta, es decir, si habla

como Juez, como médico, maestro, madre, padre, presiden-

te, etcétera.

w ¿A quién se dirige el discurso, la opinión, la conversación,

etcétera?

Se refiere al tipo de público hacia el que se dirige el discur-

so, es decir, está formado por especialistas, es público en

13

14

Suprema Corte de Justicia de la Nación

general, es homogéneo, son todos abogados, médicos, inge-

nieros, etcétera.16

w ¿Cuál es el objetivo del discurso? ¿persuadir, informar, mover

a la acción?

La última pregunta versa sobre el fin o meta del discurso, qué

se pretende lograr con él.17

Si se examinan con detenimiento, las preguntas y las respues-

tas apuntadas forman parte del razonamiento común y son los

componentes reactivos de los intercambios discursivos, con el

enunciado y examen de las mismas se pretende extraer algu-

nos principios, formular algunas reglas sencillas y mostrar los

mecanismos argumentativos que se utilizan con más frecuen-

cia por cualquier persona tanto en las situaciones cotidianas

como en el trabajo profesional, con independencia de la rama

o área de conocimiento.

16 La retórica moderna emplea el término circunstancia como factor de comuni-cación que establece la relación entre una palabra o un enunciado y otro signo, esdecir, la sitúa en el proceso de contextualización que permite comprender el texto.Lo circunstancial siempre apela al indicativo en que se lleva a cabo la acción, ya seamarcando el tiempo, el lugar, el modo, la causa o la finalidad, entre otros. A su vez,la retórica clásica, desde Marco Fabio Quintiliano ha puesto especial atención en lascircunstancias en las que se exponen los argumentos. El tipo o clase de auditorioante el cual presenta y expone el argumentador es de gran importancia, aunqueéste sea muy heterogéneo, es decir, formado por una gran variedad de personas te-niendo el orden y la estructura adecuada el discurso debe resultar persuasivo. Vid.Egido, Aurora, Las Caras de la Prudencia y Baltasar Gracián, Madrid, Castalia, 2000.17 Es muy importante tener gran claridad sobre lo que se pretende hacer median-te el discurso, bajo ninguna circunstancia esto se debe dejar al azar. Una de las tareasesenciales de la retórica es la creación de un orden mental básico en el individuoreduciendo prácticamente a cero el azar en lo que se refiere a la estructuración deldiscurso.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

2. La retórica y la práctica del derecho

Al ser la retórica la ciencia que gobierna la construcción del

discurso como se ha expresado con anterioridad, resulta na-

tural el vínculo que ésta guarda con la práctica del derecho.

La demanda y la sentencia como discursos orales o escritos

no pueden ser ajenas a los elementos que la retórica propone

para que el discurso resulte ordenado y cumpla con su fun-

ción persuasiva.

La práctica del derecho se manifiesta de múltiples maneras, una

de ellas, la principal, es la sentencia que es la respuesta natural

al discurso de la demanda. Por ello vista la retórica como una

teoría y práctica de la comunicación, el ejercicio del derecho

tiene, de manera necesaria, un profundo lazo con la comunica-

ción al menos desde dos puntos de vista:

w Por la forma en que se manifiesta y se da a conocer para su

adecuado cumplimiento, ya sea mediante la ley, la senten-

cia, el decreto, el reglamento (todos estos elementos son

textos escritos) y un largo etcétera, y;

w Las formas en las que se estructura y aplica en especial, me-

diante la sentencia (también un texto escrito).

Estos dos aspectos pueden manifestarse de manera oral (que en

nuestro sistema jurídico está muy acotado, aunque la oralidad

empieza a ser nuevamente considerada por el uso y aplicación

que tiene en los juicios orales que ya se han implantado en di-

15

18 Debe tenerse presente que el día 18 de junio de 2008 se publicó en el Diario Oficialde la Federación el Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones dela Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, entre los cuales quedó com-prendido el artículo 20, el cual establece lo relativo a los juicios orales en materia penal.19 Por ejemplo, en los juicios orales es donde se tiene que argumentar con mayorrapidez y precisión por la mecánica misma de este procedimiento. Cuando se pre-para un texto se tiene la oportunidad de meditar, corregir, pulir, releer, en fin, todoesto no sucede en la argumentación oral. Teniendo en mente la estructura y elorden que en esta obra se han expuesto se tendrá un formidable instrumento paramejorar y perfeccionar la argumentación en todos los ámbitos, de ahí el extraordi-nario servicio que presta la retórica la aplicación del derecho.20 I Reyes, 3, 16-28, sobre el famoso juicio de Salomón se han escrito multitud detextos. En el texto del libro de los Reyes puede apreciarse el ejercicio retórico-dialéc-tico que efectuó Salomón para inferir su conclusión y, en consecuencia, la senten-cia. En el razonamiento del rey hay una premisa fundamental de la que depende eljuicio y esta premisa no está explícita en el texto, está implícita. Se está ante un enti-mema, es decir, un silogismo abreviado en el cual se omite una de las premisas, sinembargo, la premisa omitida es perfectamente conocida por el auditorio ante el cualse dictó la sentencia de cortar por la mitad al infante en cuestión. La premisa omi-tida es: toda madre desea la vida de su hijo (a costa de lo que sea), pero esto nuncase dice en la narración del texto bíblico, se da por supuesto, esto sería, a decir deAristóteles un tópos sobreentendido pero no por ello menos eficaz.

16

Suprema Corte de Justicia de la Nación

versas entidades federativas)18 o por escrito, ambos modos están

bajo el imperio de la retórica, por lo que su conocimiento resul-

ta ser indispensable para el adecuado ejercicio del derecho.19

La sentencia es ante todo un acto de comunicación hacia las

partes, es el hacerlas sabedoras de la decisión a la que ha llega-

do el órgano jurisdiccional. Esto ha sucedido desde la sentencia

pronunciada por Salomón hace más de 2.600 años hasta las

que se dictan el día de hoy por un Juez, Magistrado o Ministro.20

Otra de las bondades de la retórica en el ámbito del derecho

en particular y de la difusión de la cultura jurídica en general, es

hacer más comprensible y asequible sus contenidos a un amplio

sector de la población.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

Esta tarea tiene enormes dificultades ya que por lo general, las

sentencias se expresan con un vocabulario de carácter técnico

propio del derecho, este aspecto se verá en el capítulo III de esta

obra cuando se consideren algunas características de la termino-

logía jurídica.

La retórica es la encargada de estructurar el texto, en el caso del

derecho, esto impacta de modo directo a la sentencia, deman-

da, alegatos, etcétera.Además, vigila la construcción de los párra-

fos y su consistencia lógica. En este aspecto el orden propuesto

por la retórica reviste una utilidad extraordinaria no sólo para

el litigante, en lo que atañe a la elaboración de sus escritos de

demanda, alegatos y en la redacción de todos los recursos, sino

también es un instrumento fundamental para los estudiantes y

profesionistas de cualquier área.

Como la ha dicho con acierto Tomás Albaladejo:

La retórica se ocupa tanto de la estructuración interna del

discurso retórico como de su estructuración externa, es decir,

atiende a la organización textual y también a las relaciones

que dicha organización mantiene con el orador, con el pú-

blico, con el referente y con el contexto en el que tiene lugar

la comunicación.

Esta realidad compleja hace necesario distinguir entre el texto

o discurso retórico, por un lado, y el hecho retórico, por otro.

El hecho retórico está formado por el orador o productor, el

destinatario o receptor, el texto retórico, el referente de éste y

el contexto en el que tiene lugar.

17

21 Albaladejo Mayordomo, Tomás, Retórica, Madrid, Síntesis, 1993.22 La noción de orden es fundamental en la retórica, ya que es el presupuesto bá-sico del discurso y del discurrir mental. Aristóteles, en su obra la Retórica como enlos Tópicos, enfatiza esta noción fundamental. El latín ordo traduce el término griegotáxis (ταξις) orden.23 El orden, del latín ordo-ordinis, disposición, hilera, sucesión, distribución regular:tiene una relación directa con el fin, el orden es la disposición de los medios hacia un fin.

18

Suprema Corte de Justicia de la Nación

El texto retórico forma parte del hecho retórico y es imprescin-

dible para la existencia de éste; a su vez, para la construcción

y el funcionamiento del discurso es necesario el conjunto de

elementos que componen el hecho retórico. El hecho retórico

con el texto retórico forman una construcción en la que las

relaciones sintácticas, semánticas y pragmáticas están solidaria-

mente establecidas y proporcionan una unidad semiótica global

a la comunicación retórica.21

Los aspectos esenciales que nos proporciona la retórica para

conseguir estos objetivos son, entre otros, los que se comenta-

rán brevemente a continuación.

Ante todo, la retórica da un esquema de orden mental.22 El or-

den es el elemento indispensable y que debe estar presente en

cualquier escrito, discurso y acto comunicativo.23

Las partes de la retórica que de manera general se presentan

en todo discurso (oral o escrito) son:

w La invención

w La disposición

w La memoria

w La elocución, y

w La acción

´

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

Estas cinco partes, distintas de las que integran la estructura

del discurso y que se verán más adelante, tienen el objetivo

esencial de proporcionar una estructura lógica aplicable a cual-

quier acto comunicativo, sea que éste se haga por escrito o en

forma oral.

a. La invención

Esta parte, la primera de la retórica quedará fijada en la men-

te del lector con sólo recordar la relación existente con el ver-

bo inventar, que se deriva de la misma palabra latina invenire,

encontrar.

La invención se refiere al modo como se encuentra lo que se debe

decir, su nombre se deriva del verbo latino invenire, encontrar

como resultado de una investigación o reflexión.

Aristóteles señala que, dada una situación, es en la invención

donde se encuentran y descubren las premisas sobre la base de

hallar los lugares adecuados para el caso dentro de la reserva co-

lectiva de las convenciones históricamente construidas, es decir,

los lugares comunes.

En consecuencia, es claro por qué el Estagirita define a la re-

tórica como "el arte de encontrar lo que es adecuado en cada caso para

persuadir". Los topoi o lugares comunes son por ello llamados

tópicos de invención, a ellos se recurre constantemente para

argumentar.

19

24 El orden es una de las partes esenciales del discurso y uno de los fines másimportantes que persigue la retórica, crear en la mente del hablante una estructuralógica básica que contenga un orden no sólo en la exposición del discurso, sino enel comportamiento total del propio sujeto. Uno de los ideales de Marco Fabio Quinti-liano, en sus Instituciones de Oratoria, era precisamente, educar al hombre a partir deun esquema lógico integral, éste es el que proporciona la retórica, de ahí la trascen-dencia que tuvo en la educación hasta bien entrado el Renacimiento. Vid. Marrou,Henri I., Historia de la Educación en la Antigüedad, Madrid, Gredos, 1984.25 Algunas referencias interesantes sobre la importancia de la retórica y su aplicaciónpueden verse en http://elarboldelaretorica.blogspot.com/2007/02/blog-post.html.

20

Suprema Corte de Justicia de la Nación

b. La disposición

La segunda parte de la retórica, la disposición, trata sobre el

orden24 de las partes, sobre la organización de la cadena de los

argumentos que componen una acción, un texto o un discur-

so. Se vuelve particularmente importante cuando se procede

en una secuencia larga, ya que ahí se decide el recorrido que

debe seguir el usuario o el lector, recorrido que debe ser pro-

ductivo y significativo.25

c. La memoria

Respecto a la tercera parte de la retórica, la memoria, debe te-

nerse en cuenta el importante papel que jugó ésta en una época

en la que todavía no era lo común el empleo del libro. Sin em-

bargo, la memoria es una parte fundamental que está presente

en toda actividad expositiva.

En principio, la memoria parece estar ligada sólo a la actividad

mnemotécnica, en la que el orador, escritor, argumentador o el

simple hablante retiene en la mente el discurso, en su sentido

26 Sin duda alguna la elocutio o pronunciación del discurso es importante y llama laatención sobre las incorrecciones fonéticas como son los barbarismos, la prolijidady el mal gusto, el tartamudeo (repetición de la silaba inicial), el gangueo (pronuncia-ción lenta y arrastrada), el balbuceo (pronunciación tardía y vacilante) éstos puedenafectar directamente el desarrollo del discurso.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

más amplio, no obstante, el concepto de memoria en la teoría

retórica va mucho más allá.

Ésta se refiere a la necesidad que tiene el hablante de aprender

diversos tópicos que puede usar en cualquier momento de la

deliberación, es decir, se relaciona con el acervo de los tópicos o

lugares que pueden usarse libremente en el discurrir, por tan-

to, la memoria está profundamente relacionada con la prime-

ra parte de la retórica.

La memoria se refiere así al catálogo o acervo mental al que es

posible recurrir para improvisar en su caso, o bien para preparar

en una ocasión dada a fin de conseguir los objetivos propuestos.

d. La elocución

Es la parte que corresponde a la exposición verbal del dis-

curso. A esta parte muchos autores le dedicaron una gran

atención, al grado de reducir la retórica a ella, estudiando las

diferentes figuras de dicción, que sin duda son importantes.

Sin embargo, la finalidad de la retórica radica en la adecuada

estructuración lógica del discurso, y de ahí llegar a persuadir y

a convencer.26

21

22

Suprema Corte de Justicia de la Nación

e. La acción

Es la exteriorización del discurso, es la parte que percibe el

auditorio, se podría decir que es su "parte física". La acción

reviste por lo tanto formas muy diversas de manifestarse.

Una de ellas impacta de modo directo a la difusión de con-

tenidos, en este aspecto comparte varios elementos con la

publicidad y los múltiples recursos que ésta emplea para lle-

gar al público.

Uno de los recursos que comparte es el uso de las diversas

tecnologías y medios electrónicos de comunicación y exposi-

ción de ideas y mensajes. Asimismo, el impacto persuasivo que

producen en el receptor.

Respecto a este particular se ha insistido mucho en el lenguaje

corporal como son los gestos, el movimiento de las manos,

etcétera. No debe olvidarse que en no pocas ocasiones el ges-

to delata el agrado o desagrado, el acuerdo o desacuerdo, la

aprobación o reprobación de un argumento. El buen argumen-

tador debe ser, además, un atento observador de las actitudes

corporales del auditorio, en especial del contraargumentador

ya que al ser estas manifestaciones de carácter espontáneo

reflejan el auténtico y verdadero sentir de quien las presenta;

son prácticamente imposibles de ocultar, en la espontaneidad

está su veracidad. Sólo un consumado maestro en el arte de la

actuación sería capaz de ocultarlas, esto es una verdadera excep-

ción, no la regla.

27 Vid. Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española, vol. II, p. 1965, de la vi-gésima segunda edición, 2001.28 Se denomina sofistas a un grupo de intelectuales que surgió en la Atenas del sigloV a.C., y que, entre otras actividades, desarrolló un amplio y profundo estudio entorno a las posibilidades del lenguaje y la naturaleza del mismo. Platón los acusa dehacer un uso abusivo y sin escrúpulos de la retórica, como medio de persuasión.29 Especialmente en los diálogos platónicos el Gorgias, la República, e Hipias.30 Vid. Bochensky, I, Historia de la lógica Formal, Madrid, Gredos, 1994.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

3. Un cambio de mentalidad respecto al significado y uso de la retórica

De lo que se ha expuesto con anterioridad se puede deducir

con claridad que la retórica no puede reducirse a la idea equi-

vocada que suele aún estar presente en la mente de muchos

profesionistas en general y del derecho en particular, según la

cual la retórica es todo aquello que sirve para "sorprender",

"engañar" o como todavía se define en la cuarta acepción del

Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia: "sofisterías o ra-

zones que no son del caso".27

Esta es una visión de la retórica deformada a lo largo de los

siglos. No debe olvidarse que, desde sus orígenes, al ser em-

pleada principalmente por los sofistas28 de manera indiscri-

minada, la retórica adquirió una connotación peyorativa, en

especial a partir de las consideraciones que el filósofo griego

Platón29 hizo de la misma, destacando la falta de ética en su

empleo. Sin embargo, Aristóteles apunta con acierto que el mal

uso de la retórica no es culpa de la misma, sino de la persona

que hace un mal uso de ella, tal como era la práctica de los so-

fistas que se preciaban de: "volver el mejor argumento en el

peor y el peor en el mejor de los argumentos".30

23

24

Suprema Corte de Justicia de la Nación

Esta idea, si bien tiene una parte cierta, que es el mal uso por

parte de una persona sin escrúpulos que hace de la retórica un

empleo inadecuado, cuando no dañino, ésta no es la finalidad

propia de la retórica.

En este renglón debe enfatizarse de la manera más clara y enér-

gica posible que Aristóteles, en su obra la Retórica, pone de re-

lieve el compromiso ético ineludible que entraña su uso para

llegar a la verdad práctica. Este aspecto es de trascendental im-

portancia, ya que muestra la parte lógica y ética de la misma.31

El cambio de mentalidad que se persigue, producto de un

auténtico conocimiento de la retórica, es verla como la ciencia

que rige la estructura y los instrumentos idóneos para la cons-

trucción de todo discurso (oral o escrito) cuya finalidad es per-

suadir y convencer. Dentro de los instrumentos propios que

ésta pone al servicio del hablante están todos los elementos

lógicos que atañen a la formación del silogismo como sistema

de relaciones para conocer cualquier cosa.

Si opera el cambio de mentalidad propuesto acerca de la mis-

ma, con ello se ganará la práctica de un ejercicio lógico estruc-

tural del lenguaje que estará presente en toda la actividad

comunicativa del hablante, sea éste quien sea, desde el hablan-

te en particular hasta la institución que asume este papel, así

ganarán ambos en claridad y eficacia comunicativa. Esto tendrá

por consecuencia un vínculo de comunicación más depurado

31 Vid. Aristóteles, Retórica, I.

32 Ciencia y técnica forman un binomio de gran importancia en el pensamientogriego relativo a la educación o paidéia παιδεια, el ejercicio de la retórica conjugael conocimiento crítico o epistéme επιστηµη, y la técnica o techene τεχνη, su estudioconjunto es, dentro de otras muchas, una de las aportaciones más importantes deAristóteles.33 Sólo como muestra de este fructífero interés pueden verse las obras de los ini-ciadores del estudio sistemático de la argumentación jurídica Chaim Perelman, Theo-dor Viewehg y Sthepen Toulmin.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

y más comprensible para toda la comunidad que integra la so-

ciedad mexicana y aun en el extranjero, si se piensa por ejemplo,

que gran parte de las actividades y las sentencias que emanan

del Poder Judicial de la Federación, están disponibles en inter-

net a través de la página Web de la Suprema Corte de Justicia

de la Nación.

La retórica se presenta hoy como una ciencia y una técnica de la

comunicación que, con dos milenios y medio de existencia,

tiene una gran vitalidad, a la altura de la que tuvo en el periodo

de constitución y esplendor inicial de su sistema en la antigüe-

dad clásica.32

La multisecular ciencia del discurso no sólo no ha perdido su ac-

tualidad en este nuevo milenio sino que ha visto incrementarse

con creces su estudio no sólo en el campo de la argumentación

en general sino en la argumentación jurídica en particular.33

Como se verá en el capítulo II, todo lo que se ha considerado con

anterioridad es fundamental para la correcta lectura y com-

prensión de las sentencias que elabora el Poder Judicial, vistas

bajo el prisma de un instrumento de comunicación con el jus-

ticiable y con la comunidad.

25

’’’ ’

26

Suprema Corte de Justicia de la Nación

Con los elementos que proporciona la retórica cualquier per-

sona que se acerque a la lectura de las resoluciones judiciales

tendrá un valioso y extraordinario auxilio para la mejor com-

prensión de las mismas y podrá penetrar en una forma de co-

municación que reviste características particulares.

Hablar de retórica hoy es hablar de persistencia y renovación

de la retórica en el momento presente; es explicar un sistema

que, en continua transformación, se renueva constantemente.

Es hablar del recorrido histórico de ésta y de su configuración

actual, de su inserción en la sociedad y de su colaboración en la

realización y en la explicación de las actividades de relación y

de expresión del ser humano.

Es elucidar todos sus espacios teóricos con el fin no sólo de

comprender mejor la propia retórica y sus amplísimas posibi-

lidades de orientación en el futuro, sino también de comprender

y explicar diferentes aspectos de la realidad de la comunica-

ción en todos los ámbitos, y muy en especial, en el ámbito del

derecho.

34 La polisemia no es otra cosa que la multiplicidad de significados que puede te-ner una palabra. Este aspecto es de importancia en atención a que puede provocar

27

e propone para la reflexión, más que una definición de

sentencia, una conceptualización de la misma que per-

mita establecer un diálogo inteligente para enfatizar la faceta

que ésta tiene como un privilegiado instrumento de comu-

nicación, desde este aspecto: La sentencia es un discurso re-

tórico en el cual, el orador principal (el órgano jurisdiccional)

mediante uno o varios argumentos sustenta su decisión para

resolver una controversia jurídica que se ha sometido a su

consideración.

Del texto anterior deben explicarse algunos de sus elementos

fundamentales para establecer con toda claridad el alcance de

los mismos, ya que varios de ellos son polisémicos.34

Capítulo II

La sentencia y la demandacomo discursos retóricos

S

28

Suprema Corte de Justicia de la Nación

1. Noción de discurso

Entender de manera adecuada lo que es el discurso nos ha-

bilitará para comprender la trascendencia que tiene para el

derecho.

a. Definición etimológica

Discurso, proviene del latín discursus, en sus inicios significa agita-

ción, ir y venir, ida y vuelta de algo (en sentido físico o espiri-

tual). Con posterioridad, por evolución semántica, adquirió el

significado de conversación, discurso.

El sustantivo discursus se deriva a su vez del verbo discurro- discu-

rrere, correr en varias direcciones, en sentido figurado, discurrir,

hablar, decir. Este verbo latino se compone de la partícula dis —que

en este caso denota la idea de plenitud—, y de curro- currere, correr,

que en sentido figurado se aplicó, ya desde la antigüedad al fluir

de las ideas y de las palabras, de ahí el discurrir.35

Así, etimológicamente considerado, el discurso es el fluir, un ir

y venir, de ideas por medio de la palabra.

caer en una falacia muy común que es la de ambigüedad. Al respecto debe recor-darse que de las reglas fundamentales para realizar una argumentación exitosaestán las de: Usar términos concretos, emplear términos consistentes, usar un len-guaje específico, acotar un único significado para cada término. Todas las reglasanteriores se refieren al uso del lenguaje. Vid.Weston, Anthony, Las claves de la argumen-tación, Barcelona, Ariel, 1998, pp. 19 y ss.35 Vid. Segura Murguía, Santiago, Diccionario etimológico latín-español, Madrid, Anaya, 1985,pp. 179 y 218.

36 La palabra Discurso, suele ser entendida como "texto". Genéricamente se estable-cen algunas diferencias el "texto" como "la manifestación concreta del discurso" es

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

b. Definición conceptual

Antes de proponer una definición del vocablo discurso, debe

notarse que éste ha sido objeto de variadas investigaciones

como puede inferirse de las consideraciones de Tanius Karma

quien al respecto menciona que:

El Discurso (D) se ha convertido en un término que traspasa

fronteras disciplinarias. No es reducible a un ámbito específico,

y su alusión puede servir para explicar fenómenos sumamen-

te amplios tanto en la materialidad discursiva en sí como en el

comportamiento de sus usuarios (productores e intérpretes).

Existe una pluralidad de definiciones desde distintas perspecti-

vas teóricas que unas veces difieren y otras coinciden.

Este fenómeno puede ser explicable a partir de la convergen-

cia de distintos factores: a) el desarrollo mismo de la historia

del discurso; b) la pluralidad de autoridades y acepciones que

el mismo término tiene; c) la cada vez mayor variedad de dis-

ciplinas que acuden a las teorías del discurso para explicar

fenómenos, d) los distintos enfoques que se desarrollan y e) el

hecho mismo de que al ser el discurso una realidad que apa-

rece en toda práctica social, su estudio e investigación no pue-

de estar restringido a un área.

El término Discurso (D) es un concepto polisémico; con una

cierta ambigüedad, aun cuando en los grupos de usuarios

especializados hay un mediano grado de consenso sobre

sus distintos significados y las escuelas de pensamientos más

extendidas.36

29

30

Suprema Corte de Justicia de la Nación

El término discurso ha sido definido, conceptualmente, de

varias maneras. La primera distinción que debe hacerse es

respecto al tipo de discurso en el que encontramos dos tipos

fundamentales:

w Discurso oral, y

w Discurso escrito

Se ha considerado en primer lugar el discurso oral en aten-

ción a que éste es la modalidad natural, podría decirse que es

consustancial al hombre lo que lo distingue, a decir de Aristó-

decir, "el producto en sí"; y "discurso" se entiende como "todo el proceso de produc-ción lingüística que se pone en juego para producir algo" (Gimenez, 1983, p. 125;Lozano, 1997, pp. 15-16). Un repaso a varios textos sobre Análisis del Discurso(Gutiérrez, 1988; Haidar, 1998; Abril 1995; Giménez 1983), nos permite identificar tresgrandes tendencias en la conceptualización del discurso:• Una primera aproximación formalista (intra-discursiva) que ve al discurso comofuente de sí mismo, sea que se trate de frases o enunciados, o bien de relatos omacro-estructuras. Para comprender el texto hay que ir al marco interpretativo delmismo y en tal aproximación el estudio se puede acentuar meramente en lo sin-táctico (Harris 2) o en lo narrativo, en cuanto construcción de relato (Greimas). Estaperspectiva incluye una mirada del discurso como unidad lingüística de dimensiónsuperior a la oración (transoracional) un mensaje globalmente, un enunciado.• Una segunda perspectiva, enunciativa (Benveniste, Jakobson) considera al discursocomo parte de un modelo de comunicación. Desde esta óptica el discurso se defi-ne como una determinada circunstancia de lugar y de tiempo en que un sujeto deenunciación organiza su lenguaje en función de un determinado destinatario (tú,vosotros). Benveniste y Jakobson buscaban desentrañar cómo se inscribe el sujetohablante en los enunciados que emite; es decir, cómo el enunciador aparece en elenunciado; cómo el usuario de la lengua se apropia de ella, se vincula a ella de unamanera específica y deja constancia por medio de índices específicos.• Finalmente, la perspectiva materialista del discurso de Pecheux y Robin, entien-de al discurso como una práctica social vinculada a sus condiciones sociales deproducción, y a su marco de producción institucional, ideológica cultural e histó-rico-coyuntural. Pecheux piensa que el sujeto-emitente no está en el origen delsignificado del discurso sino que está determinado por las posiciones ideológi-cas puestas en juego en los procesos sociales en los que se producen las palabras.http://gmje.mty.itesm.mx/articulos3/articulo_5.html.

37 Aristóteles, Política, introducción, traducción y notas de Antonio Gómez Robledo,México, UNAM (Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana).38 Vid. http://gmje.mty.itesm.mx/articulos3/articulo_5.html.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

teles, de los demás animales, esto es, el hombre es un ser provis-

to de lógos, entendido como lenguaje.37

El discurso escrito es una modalidad no universal, ya que es un

invento del ser humano y se debe aprender como un artificio

que utiliza como soporte algún elemento material.

Resulta de gran utilidad examinar algunas definiciones del tér-

mino discurso sobre todo las que destacan el aspecto social

del mismo. Puede conceptualizarse como:

Para Lacan, el discurso se define como: "Una forma de lazo so-

cial que articula el campo del sujeto al campo del Otro. Es una

estructura necesaria que, aunque soportada por el lenguaje,

trasciende la palabra".38

Como puede advertirse de todo lo explicado con anterioridad,

la noción de discurso es compleja ya que tiene un amplio cam-

po de aplicación tanto en el sentido estricto del término como

en el significado coloquial del mismo.

Gran parte de la complejidad que entraña la noción de discur-

so queda clarificada con la siguiente definición que propone la

esencia y a la vez la amplitud de este concepto.

El discurso lingüístico es pues, el lenguaje puesto en acción, el

proceso significante que se manifiesta mediante las unidades,

31

39 Beristáin, Helena, Diccionario de Retórica y Poética, México, Porrúa, 1985, p. 153.

32

Suprema Corte de Justicia de la Nación

relaciones y operaciones en que interviene la materia lingüís-

tica que forma el eje sintagmático de la lengua, es decir, el

conjunto de enunciados que dependen de la misma formación

discursiva.39

Puede decirse que, en consecuencia, el discurso es el lenguaje pues-

to en acción, de la forma, modo, extensión y sobre toda materia que

forme parte del conocimiento humano. Desde esta perspecti-

va puede afirmarse que tanto la sentencia como la demanda

son auténticos discursos y como tales, entran necesariamente

bajo el imperio de la retórica.

2. La sentencia y la demanda ¿son auténticos discursos?

La respuesta inequívoca a esta pregunta es sí, ambas son autén-

ticos discursos desde el punto de vista formal y material ya

que tanto la sentencia como la demanda cumplen con la es-

tructura general del discurso retórico que se explica en el siguien-

te epígrafe.

Si se examinan con detenimiento, estos dos tipos de discurso

son equiparables a una disertación. Lo mismo diserta el Juez

en sus considerandos al presentar y desarrollar los diversos

argumentos que sustentan su resolución, que el litigante en su

escrito de demanda al exponer los argumentos que considera

suficientes para probar que le asiste el derecho que reclama.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

En el discurso llamado sentencia, el orador principal es el titu-

lar del órgano jurisdiccional (Ministro, Magistrado, Juez), en el

discurso llamado demanda el orador principal será el litigante

o el abogado patrono.

La finalidad común de ambos discursos es, según su propia

perspectiva, persuadir o en el mejor de los casos convencer de

que a uno de ellos le asiste la razón sobre el caso concreto que

se examina.

A continuación se proponen algunas indicaciones para realizar

una disertación.

w Pasos previos

a. Reflexión

El inicio de toda disertación es la meditación sobre el tema que

se pretende plantear, relacionar ideas y reunir información so-

bre el mismo. Al inicio estas operaciones pueden realizarse sin

seguir un orden predeterminado. Por ejemplo, apuntar las

ideas como vayan surgiendo, un factor importante en este pro-

ceso es no dejar las ideas a la memoria, bien se ha dicho que

"la peor de las agendas es la mejor de las memorias".

A la reflexión debe dedicarse un tiempo específico antes de po-

nerse a escribir. En ocasiones suele parecer que es una pérdida

de tiempo, nada más errado. Una cosa es reflexionar y otra, muy

distinta, divagar. La reflexión recae sobre el mismo tema de

33

34

Suprema Corte de Justicia de la Nación

modo sistemático y rigurosamente controlado como lo indica

su etimología derivada del prefijo latino inseparable re-, que in-

dica repetición, frecuencia; y flecto-flectere, doblar, el sufijo –ción,

indica resultado de un proceso o acción. La divagación no tiene

punto fijo de relación, salta de un lugar a otro sin método cual

ninguno, como lo indica el verbo latino vago-vagare, errar, cami-

nar sin rumbo.

En la retórica clásica esta operación le corresponde a la inventio

o invención. El verbo latino invenire, significa buscar con método,

sistemáticamente.

El argumentador ha de buscar una información actualizada so-

bre el tema que va a disertar y, además, si pretende despertar y

mantener el interés de los oyentes, ha de abordar las cuestiones

conectándolas con los intereses de los destinatarios.40

El discurso, en la medida de lo posible, ha de decir algo nuevo

o con un enfoque u óptica diferente. Cuando toda la informa-

ción es conocida o cuando suena a simple repetición el discur-

so simplemente carece de interés. La información común, los

tópicos o "lugares comunes" adecuadamente elaborados serán capa-

ces de presentarse como un producto o reflexión original.

Algunas sugerencias para la localización y el tratamiento de los

temas sobre los cuales se ha de disertar son:

40 Beristáin, Helena, Diccionario de Retórica y Poética, México, Porrúa, 1985, p. 265.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

• El estudio

• La reflexión misma

• La imaginación

• Delimitar lo más posible el tema de la disertación

• Realizar esquemas descriptivos

• Hacer un cuadro de las ideas y las teorías más relevantes

sobre el tema específico de la disertación

b. Ordenación

Es una de las partes más importantes y que, desde la antigüe-

dad clásica ha ocupado a los más grandes tratadistas. Esta parte

trata de establecer un orden en las ideas recogidas en la etapa

de reflexión, de tal manera que queden expuestas con claridad

las ideas principales y las secundarias y más aún dictar el orden

en el que se deben exponer.

Es la dispositio o disposición a la que le corresponde la realiza-

ción de esta importante tarea. La disposición es la encargada

de ordenar y dividir el discurso. Para efectuar las divisiones ade-

cuadas y para articular las partes del discurso de forma oportuna,

el argumentador ha de conocer las diferentes funciones que ellas

cumplen según sean los respectivos objetivos y contenidos.

Las preguntas fundamentales son:

• ¿Para qué y por qué se divide el discurso?

• ¿Cómo organizar mejor las diferentes partes del mismo?

35

36

Suprema Corte de Justicia de la Nación

Nunca debe olvidarse que un mismo discurso, texto o diserta-

ción, si se articula de maneras diferentes transmitirá mensajes

diversos y producirá efectos distintos. La eficacia persuasiva, la fuer-

za expresiva, la capacidad comunicativa y hasta el valor estético

de un discurso, dependen en gran parte de la dispositio. En tér-

minos didácticos y descriptivos se pueden distinguir en toda

disertación tres funciones básicas:

i) Didácticas

Esta función trata de cuidar y en su caso mantener la atención

de los oyentes. En la práctica común es evidente que el audito-

rio no mantiene un nivel constante de atención y concentración,

con facilidad puede perder el hilo del discurso en una confe-

rencia o disertación. Si se pretende que los oyentes escuchen

(no simplemente oigan) entiendan y retengan el discurso se ha

de proceder a:

• Dividirlo adecuadamente, no presentarlo nunca como un

bloque monolítico

• Abrir pausas entre las partes más relevantes

• No hacer excesivas divisiones ni subdivisiones, no más de

cuatro

ii) Estratégicas

La estrategia es una parte fundamental y se relaciona con la ade-

cuada organización del discurso. Para perfeccionar esta función

puede resultar de utilidad:

41 Esta es una parte de suma importancia por varias razones. En primer lugar, laatención del oyente es difícil de mantener, ésta, de fija por breves periodos de tiempo,se distrae con facilidad. En segundo lugar, el orden de la exposición del argumentoprincipal y de los argumentos secundarios puede variar según el contexto, la oca-sión y la disposición del auditorio.42 De esta selección de palabras depende en buena medida el éxito en el plan-teamiento de un argumento. En este renglón cualquier prudencia es poca, no debeolvidarse que hay palabras que molestan o en ocasiones hieren el sentir del audi-torio, el mencionarlas lo único que puede producir es la animadversión que es loque menos se quiere al exponer un argumento.43 En el desarrollo maestro de esta parte radicaba la gran eficacia de los discursosde Marco Tulio Cicerón. No deben olvidarse dos de los objetivos fundamentales de

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

• Tener la mayor claridad posible del objetivo que se preten-

de alcanzar

• Jerarquizar y escalonar los argumentos. No todo argumen-

to tiene el mismo peso en una disertación41

• Enfatizar cuáles son los argumentos fundamentales y cuáles

los secundarios, nunca dejarlo a la interpretación del auditorio

• Distribuirlos de manera adecuada

• Vigilar escrupulosamente las palabras con las que se van a

exponer los diversos argumentos a fin de que se entiendan

sin dificultad o con la menor posible42

iii) Estéticas

Esta función se encamina a la finalidad de proporcionar deleite

en el oyente, sin embargo, no debe pensarse que ésta es exclu-

siva de la literatura recreativa. La elegancia y la precisión pueden

y en muchos casos deberían estar presentes en los textos estric-

tamente argumentativos, como tenía muy en claro Marco Tulio

Cicerón, que al exponer sus alegatos forenses procuraba enseñar

deleitando.43

37

la retórica clásica y consecuentemente de la retórica contemporánea: meovere et delec-tare, mover (la voluntad) y deleitar al mismo tiempo.

38

Suprema Corte de Justicia de la Nación

c. Argumentación

Ésta puede dividirse en dos partes:

i) La tesis

Ésta expone con claridad el aspecto que se defenderá en la

disertación o argumentación. Es la contestación directa a la pre-

gunta o tema planteado.

ii) La argumentación propiamente dicha

Es la parte central de la disertación. En esta parte no interesa

tanto lo que se opine sobre un tema sino las razones y los argu-

mentos que se tienen para sostener dicha opinión, de otra mane-

ra simplemente se afirma, pero no se argumenta.

El ejercicio de razonar una tesis (o postura, opinión, etcétera)

puede implicar algunos de los pasos que se mencionan a con-

tinuación. Por supuesto, no es necesario que aparezcan todos

y cada uno de ellos en una disertación, sin embargo, son as-

pectos que pueden perfeccionar en alto grado la eficacia per-

suasiva del discurso, independientemente de la materia sobre

la que se argumente.

44 Verificar que realmente sea autoridad pertinente en la materia; con frecuenciase presenta aquí la falacia de la autoridad no pertinente en la cual se cita como auto-ridad a una que nada tiene que ver con lo que se discute, o es autoridad en otroámbito diferente, sin embargo esta falacia sirve con eficacia para sorprender a losincautos, irreflexivos y distraídos.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

• Usar y poner ejemplos adecuados y sobre todo per-

tinentes

• Aportar información relevante y estrictamente vinculada

al tema

• Recurrir a alguna verdadera autoridad sobre el tema44

• Aclarar los supuestos de los que se parte

• Recurrir a otras afirmaciones que puedan ser más evi-

dentes y que apoyen lo que se ha dicho

• Analizar las posibles consecuencias que se infieran de las

afirmaciones expuestas y ver cómo ellas son correctas

• Mostrar la coherencia de la afirmación que se ha reali-

zado con otras afirmaciones que ya gozan de probada

aceptación

• Enfatizar y demostrar los errores que se pueden seguir si

se niega lo que se ha afirmado

• Incluir opiniones que no coinciden con la postura que se

sostiene, para a continuación, argumentar para demostrar

que no están bien fundadas

• Mostrar los argumentos que niegan validez a las tesis

contrarias a las que se sostienen

• Utilizar razones plausibles y verosímiles para el audi-

torio, en buena medida esto hará que el discurso sea

convincente

39

40

Suprema Corte de Justicia de la Nación

d. Conclusión

En la parte final puede retomarse la tesis inicial y se hará ver

que todo lo dicho a lo largo de la disertación ha servido para

confirmarla. Se dirá en forma abreviada lo que ha sido expues-

to con amplitud. La conclusión es un elemento distinto de la

introducción, la diferencia radica en que aquí se deja en claro

que la tesis defendida está apoyada en todo lo que se ha

argumentado.

El objetivo de la conclusión es:

• Afirmar determinados conocimientos en el oyente

• Mover a la acción

El primero de estos elementos se consigue por medio de la re-

capitulación de los argumentos, reavivando hacia ellos la aten-

ción del auditorio, no es una simple repetición mecánica, debe

dotarse de plasticidad y brevedad, ser expresiva y sentenciosa,

si así lo requieren las circunstancias. El segundo es el resultado

de la persuasión.

3. Esctructura lógico-retórica de la sentencia y de la demanda

Tanto la sentencia como la demanda son discursos, por ello no

son ajenos a la estructura general del discurso retórico, ello se

pondrá de relieve mediante un cuadro comparativo que mues-

tre las equivalencias y explique su origen y el orden que les da

su razón de ser.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

a. Exordio

El exordio (exordium) tiene varias finalidades, las principales son vol-

ver al auditorio:

• Atento

• Benévolo

• Dócil

El uso y la amplitud del exordio están ligados a la circunstan-

cia y ocasión en el que se ha de disertar, exponer o debatir, por

tanto su extensión es muy variable en atención a las diversas

41

DISCURSO RETÓRICO SENTENCIA

ExordioVistos

Narración Resultandos

Confirmación(Argumentación)

Considerandos

Refutación

Conclusión Puntos resolutivos

42

Suprema Corte de Justicia de la Nación

situaciones que se puedan presentar. En ocasiones, como por

ejemplo, cuando se argumenta o se expone ante situaciones

hostiles o difíciles deberá omitirse el exordio o emplearlo

(siempre según las circunstancias) para lograr el interés del

público.

b. Narración

La narración deberá observar:

Puntos esenciales• Brevedad

Evitar la oscuridad

Orden lógico• Claridad

Lenguaje adecuado

Adecuación a las cosas

• Credibilidad Verosimilitud

Razonabilidad

c. Confirmación o argumentación

Aquí se presentarán todas las razones y los argumentos nece-

sarios para probar lo que se sustenta:

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

Indicios (conclusión necesaria o probable)

• Argumentos Ejemplos (prueba inductiva)

Razonamientos (prueba deductivao inductiva)

d. Refutación

Es el rechazo, debilitamiento o la destrucción de los argumen-

tos contrarios punto por punto.

e. Conclusión

• Resumen argumental

• Propuesta de soluciones concretas

Respecto de la demanda, considerada como el discurso retóri-

co con que se inicia un proceso tiene la estructura básica del

orden propuesto por la retórica y que se ha examinado con

anterioridad y con el cual comparte la esencia misma de su

estructura como se podrá comprobar a continuación.

En la demanda el exordio puede omitirse lo mismo que en la

sentencia ya que no tiene carácter necesario, es un elemento

accesorio (aunque en ocasiones muy poderoso) pero que es

factible de ser usado o no, en atención a las circunstancias

43

44

Suprema Corte de Justicia de la Nación

particulares del caso concreto o de la situación particular a la

que se enfrenta el actor o el hablante.

Sobre esta parte del discurso refería Marco Tulio Cicerón que

el hablante o argumentador, el actor o el demandado es como

un luchador y decía que el gladiador toma su decisión en la

arena, es decir, sólo cuando está ante su adversario, en ese pre-

ciso momento decidirá cuál es la estrategia que utilizará en el

combate. Puede que haya estudiado mucho varias posibili-

dades de defensa, que sin duda podrán ayudarle, pero exclusiva-

mente cuando está frente a su oponente es cuando elige cómo

habrá de pelear, en nuestro caso cómo se argumentará.

El litigante puede, por ejemplo, ocupar el exordio para llamar la

atención sobre algunos aspectos que desarrollará más adelan-

te, la trascendencia del problema, sus dificultades etcétera.

En la exposición de los hechos que se hacen en la demanda,

aparece la narración, que debe contener los mismos requisitos

ya explicados de brevedad, claridad y verosimilitud.

Respecto de la confirmación o argumentación, es la parte en la que se

realiza un cuidadoso ejercicio dialéctico para presentar los argu-

mentos que sustentan la petición hecha ante el órgano jurisdic-

cional. En esta parte debe cuidarse de modo especial el orden y

la coherencia en la expresión de las razones que se expongan.

La parte final de la demanda es la conclusión, es decir, el resul-

tado de las inferencias hechas a partir de las premisas que se

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

propusieron en la confirmación o argumentación. Debe recordar-

se que la gran utilidad de la estructura del discurso retórico

radica en ordenar primero, la mente del individuo y después

todo lo salga de su intelecto y se plasme en forma oral o

escrita.

45

47

1. Aplicación práctica del orden propuesto

por el discurso retórico

Esta parte de la obra tiene como finalidad proporcionar al lector

un esquema eminentemente práctico que lo acompañe en todo

momento y que forme parte de su “modo de ser”desde el punto

de vista intelectual y discursivo sin importar el ámbito particular

en el que actúe o se desenvuelva.

Los siguientes elementos serán de una eficacia extraordinaria

además de ser adaptables en su totalidad a cualquier circuns-

tancia en la que se encuentre el hablante. Con una práctica

constante lo aquí expresado modificará y perfeccionará no-

toriamente la práctica argumentativa cotidiana y afinará de

modo significativo la argumentación en contextos altamente

especializados.

Capítulo III

Aspectos prácticos de la retórica en el ámbito del

derecho. Aspectos básicos sobre comunicación

45 La estrategia deberá prepararse con cuidado, este es el fin de la inventio o inven-ción y de la dispositio o disposición, la estrategia nunca deberá dejarse al azar. En laretórica, aun la improvisación es fruto del estudio y del esfuerzo constante, en estesentido Marco Tulio Cicerón siempre enfatiza la preparación del argumentador, Vid.Sobre la Invención Retórica, México, UNAM, 1999.

48

Suprema Corte de Justicia de la Nación

El argumentador debe preparar con anticipación la estrategia

argumentativa que empleará en la discusión, debate, confe-

rencia, clase, ponencia, foro (todos ellos tienen características

diferentes).45

Un adecuado empleo de los elementos que se mencionarán a

continuación será una ayuda eficaz para la exposición de cual-

quier argumento. Mediante el ejercicio constante de éstos se

asimilarán y con posterioridad vendrán a la mente del hablan-

te de manera automática para guiar su ejercicio discursivo.

El éxito argumentativo depende de varios factores, entre ellos el

orden con que se expongan los argumentos que se harán valer.

Crear y perfeccionar este orden mental era y es una de las tareas

fundamentales de la retórica.

a. Normas generales para la corrección argumentativa

i) Respecto a la claridad

• Enfoque

Uno de los primeros detalles que deben verificarse es el del

enfoque. Está bien orientado el tema de una discusión o de un

debate cuando corresponde a lo que se pregunta, al tema, a las

dudas o a los puntos controvertidos del tema específico.

46 Bajo ninguna circunstancia debe subestimarse a ningún auditorio con indepen-dencia de que éste sea heterogéneo o sea integrado por público en general o bien estéformado por especialistas. Un enfoque adecuado requiere de una meditación previay cuidadosa.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

Este apartado en principio no debería suponer alguna dificul-

tad especial, sin embargo, en no pocas ocasiones se aborda

una discusión o un debate bajo un enfoque diferente al espe-

rado lo que puede conducir al auditorio a perder el interés o

a disminuir significativamente la atención. El peligro mayor se

presenta cuando los que escuchan el diálogo, debate o discu-

sión sospechan que se pretende aprovechar la ocasión para

hablar de otras cosas no pertinentes a la temática propia del

asunto.46

• Claridad

La claridad se refiere, en general, al uso preciso del vocabula-

rio. La capacidad de emplear la palabra adecuada en el mo-

mento adecuado. Se entiende bien lo que un hablante está

intentando decir si las palabras no son vagas ni ambiguas.

ii) Respecto al desarrollo

• Introducción

De preferencia debe haber una introducción clara en la que se

exponga la tesis central. Además en ella pueden plantearse al-

gunas aclaraciones previas sobre los términos en que se va a

discutir o sobre el enfoque particular que se ha elegido. Asi-

mismo, debe vigilarse que la tesis o el argumento expuesto en

49

47 Al respecto de los conectores puede verse la obra de Dehesa Dávila, Gerardo,Introducción a la Retórica y la Argumentación, capítulos III y IV.

50

Suprema Corte de Justicia de la Nación

la introducción sea la que efectivamente se desarrolle a conti-

nuación. Verificar que ésta se encuentre separada con nitidez,

si es por escrito separarla con su párrafo correspondiente, si se

realiza de forma oral puntualizar tanto su inicio, con un conec-

tor lógico del lenguaje adecuado así como su final.47

No debe olvidarse que en la introducción no debe haber argu-

mento alguno y, si lo hay, éste será el argumento fundamental

de la disertación y estará sucintamente expuesto. La introduc-

ción, según la circunstancia, debe ser, en general, reducida.

iii) respecto a la argumentación

• Desarrollo

Después de la introducción viene la parte sustancial, esto es la

parte argumentativa, en ella pueden exponerse uno o varios

argumentos o razones para sustentar una postura, opinión o

juicio. Sin importar el número de argumentos siempre deberán

estar presentes los siguientes aspectos:

• Pertinencia

La argumentación debe estar centrada en el tema propuesto.

Los argumentos, ejemplos o consideraciones que el hablante

realice deben guardar relación directa con la tesis que se está

defendiendo. Una de las falacias que suele aparecer con más

frecuencia en este renglón es la llamada no sequitur, es decir, que

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

la conclusión no se sigue de las premisas que se propusieron al

inicio, precisamente por no ser pertinentes.48

• Objetividad

Este apartado se refiere a que en la argumentación el hablante

o argumentador no debe dejarse llevar por los prejuicios, afir-

maciones precipitadas e irreflexivas, por el coraje, la ira y me-

nos aun por la burla. Si bien es cierto que una sana pasión es

un elemento importante en el discurso y la disertación y así ha

sido reconocido por la retórica clásica, no debe perderse de

vista que, si no se sabe manejar de un modo adecuado tanto

la pasión como la emoción, pueden terminar por afectar direc-

tamente la exposición de los argumentos o a ellos mismos.49

La falacia que aparece en este contexto, muy común en el de-

bate político es la conocida como ad hominem, o sea, contra el

hombre, es decir, no se presentan razones para rebatir los ar-

gumentos que han sido expuestos sino se ataca y hace burla

de la persona que los propuso. Con frecuencia la pasión termi-

na por obnubilar a la razón.50

• Argumentos suficientes

La suficiencia puede ser esquemática, pero tiene que estar refe-

rida a razones. Cuidado, no basta con exponer ideas sobre el tema

51

48 Vid. Copi, Irving, Introducción a la Lógica, México, Limusa.49 Aristóteles, Retórica, I.50 Vid. Reygadas, Pedro, El arte de la Argumentación, México, UDF, puede verse con pro-vecho los amplios comentarios que el autor de esta obra hace sobre las emocionesen el discurso.

52

Suprema Corte de Justicia de la Nación

que se discute o se debate. Se entiende por suficiencia el hecho

de que el argumentador o hablante aporte razones que prueben

con eficacia y eficiencia lo que defiende en su disertación.

Así, si sólo se incluyen ejemplos es bastante posible que la argu-

mentación no sea suficiente ni convincente y no vaya más allá

de la anécdota. El ejemplo, para ser tenido en consideración

como razón suficiente, debe contener datos que avalen o refuten

la tesis que se sustenta, lo mismo puede decirse de los contra-

ejemplos que bien empleados pueden ser considerados como

razones.

• Variedad

Lo más aconsejable es que los argumentos que se expongan

para apoyar una tesis o postura sean variados. La variedad está

más en línea con la fluidez de ideas, cuando se plantean diver-

sas consideraciones que guarden estricta relación con el tema

(pertinencia) se demuestra cierta amplitud en el conocimiento

y tratamiento del mismo, lo que es determinante para causar

la persuasión y la convicción de quienes escuchan o participan

en la discusión.

Es cierto que el número de argumentos es por naturaleza va-

riable según el tema y caso de que se trate, pero siempre serán

preferibles varios, siempre y cuando sean ellos pertinentes.

Cuando se expongan varios argumentos, habrá que tener espe-

cial cuidado en jerarquizarlos de manera adecuada, primero el

o los argumentos de mayor peso y los de menor peso después,

como argumentos secundarios.

51 El estudio de los mismos y una amplia lista puede consultarse en: DehesaDávila, Gerardo, Introducción a la Retórica y la Argumentación, México, 2007, cuarta edición,Cap. III y ss.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

• Elaboración

Los argumentos y las razones que se expongan no sólo tienen

que ser mencionados sino que deberán ser elaborados con

detalle. No hay que limitarse a realizar un esquema, por bueno

que éste sea, ni enumerar sucintamente las razones que se

consideren oportunas. Cada uno de los argumentos expuestos

ha de ser expuesto con su respectivo desarrollo, vigilando siem-

pre que de las premisas fijadas se siga la conclusión (técnica-

mente que se infiera de las mismas).

• Continuidad

Durante la elaboración hay que poner atención en la continui-

dad, ésta debe existir entre los párrafos y permite pasar con fa-

cilidad de uno a otro. Esa continuidad se refleja en expresiones

y palabras que hacen posible el paso natural de las inferencias y

evitan convertir la disertación en un esquema o enumeración

de puntos inconexos.

La continuidad también se refleja en el hecho de que no es po-

sible alterar el orden de los párrafos ni de las frases sin perder

el hilo del discurso. A veces, la inclusión de términos generales

como: "en mi opinión…", "yo creo…", y todas las similares pue-

de dar una falsa apariencia de continuidad que no debe tener-

se en cuenta. Para vigilar la importancia de los enlaces hay que

atender a los conectores lógicos del lenguaje.51

53

54

Suprema Corte de Justicia de la Nación

• Progresión

La progresión es el avance hacia un fin determinado cuidadosa-

mente con antelación. La progresión tiene un matiz distinto de la

continuidad, ya que aquélla se refiere al avance en la argumenta-

ción y su tarea es evitar que se hagan reiteraciones inútiles o se

incurra en circularidad al argumentar. No debe olvidarse que este

aspecto nada tiene con ver con la extensión. Así, una disertación

puede ser breve, mostrando, sin embargo, una clara progresión.

• Refutación

En el desarrollo de cualquier argumentación se han de tener

en cuenta los contraargumentos o razones contrarias y cuidar su

correcta, o en su caso, plausible refutación. Una cosa es men-

cionar los argumentos contrarios y otra muy distinta es refutar-

los. Cualquier precaución que se tenga en este apartado nunca

estará por demás.

• Coherencia

La coherencia se refiere a la argumentación y es, en buena me-

dida de tipo formal, aunque como es claro y lógico hay que tener

en cuenta el contenido de las razones que se exponen.

• Conclusión

Es la parte final de la argumentación. La conclusión debe guar-

dar relación con lo que se ha expuesto con anterioridad y no

se deberán introducir elementos nuevos de la argumentación.

Al igual que la introducción hay que separarla formalmente

con un párrafo distinto, aquí se puede hacer una breve recapi-

tulación de los argumentos expuestos (cuidado, ya no se podrán

agregar nuevos) evitando reiteraciones repetitivas.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

• Persuasión y convencimiento

Ésta es la última parte y corresponde a la evaluación y conse-

cuentemente al efecto que ha producido la disertación en el

auditorio. La exposición pretende persuadir y en el mejor de

los casos convencer al oyente o lector de la postura asumida.

La distinción entre persuasión y convencimiento radica en que

este último es o debería ser el grado máximo de asentimiento

a lo que se expuso, es total y sin reservas, importantes matices

que no aparecen en la persuasión.

Como se podrá comprobar con facilidad, todos los elementos

que se han mencionado con anterioridad están presentes en la

sentencia y en la demanda, así como en cualquier escrito de

alegatos.

Se ha mencionado que la sentencia es un privilegiado instru-

mento de comunicación que se establece entre el órgano juris-

diccional y el justiciable y por ello debe contener los aspectos

estudiados con anterioridad pero no debe olvidarse que la

misma consideración cabe hacer respecto de la demanda y de

los alegatos. Aquí radica la enorme utilidad que todos estos

factores pueden dar al litigante, al estudiante y a cualquier per-

sona que tenga que argumentar constantemente, sea por su pro-

fesión o cualquier otra circunstancia.

Por ello, es importante decir algunas palabras sobre la comuni-

cación, a fin de entender mejor cómo lee una sentencia del

Poder Judicial la población en general.

55

52 Vid. Munguía, Santiago, Diccionario Etimológico Latino-Español, Madrid, Anaya, 2001.53 Rancel Hinojosa, M., Comunicación Oral, México, Trillas, 2005.

56

Suprema Corte de Justicia de la Nación

¿Qué se entiende por comunicación, cuáles son sus caracterís-

ticas fundamentales y cuáles son los verdaderos elementos con

los que la generalidad de las personas se acerca a la lectura de

una resolución?

w ¿Qué se entiende por comunicación?

Definición etimológica. La palabra comunicación se deriva

del verbo latino communico-communicare, poner en común, repar-

tir, compartir, hacer común. El vocablo communico-communicare,

se compone a su vez de dos palabras, la preposición latina

cum–, que indica conjunto, unión, igualdad; y munis, servicial,

oficioso; y el sufijo –ción, que indica resultado de un proceso.

El significado que se infiere de los elementos anteriores es el

de poner en común.52

Definición conceptual. El término comunicación puede ser de-

finido como:

Un proceso (serie de fases de un fenómeno) por medio delcual emisores y receptores de mensajes interactúan en un con-texto social dado.53

Esta definición tiene la virtud de ser lo suficientemente exten-

sa para abarcar aquellas situaciones a las que los hablantes se

enfrentan diariamente. Con el fin de hacerla explícita es nece-

sario referir con brevedad algunas de las implicaciones que la

definición apuntada sugiere.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

Cuando se dice que la comunicación es un proceso se refiere

a las diferentes fases a las que ésta se somete cuando pasa del

estado inicial al final.

A lo largo del proceso comunicativo las personas serán emiso-

res (o productores de mensajes) o receptores de mensajes que

interactúan en un contexto social dado. En el estado inicial del

proceso el emisor transmite un mensaje al receptor; en el esta-

do final, el receptor se vuelve emisor y éste receptor, para así

empezar de nuevo el proceso dinámico por su propia natura-

leza y que implica constantes cambios.

De las definiciones apuntadas puede decirse que la comuni-

cación, con todos los rasgos complejos que ella entraña tiene

un componente social fundamental, puesto que se da en y para

la comunidad de hablantes.

Finalmente, debe distinguirse en que hablar (comunicarse) y

ser comprendido no son siempre la misma cosa. El receptor

descodifica la información obtenida por medio del sentido

auditivo y visual respondiendo al estímulo. Le otorgará mayor

o menor importancia en función de su experiencia y de sus

conocimientos.

El oyente interpreta dicha información y en ocasiones es posible

que no preste atención a determinadas partes del discurso y que

crea escuchar otras ya que él esperaba oírlas en un momento

dado. Es comprensible, por tanto que el emisor y el receptor

no entiendan siempre lo mismo por tal o cual palabra, por esta

o aquella frase, giro o incluso construcción sintáctica.

57

58

Suprema Corte de Justicia de la Nación

En estas circunstancias es lógico que se produzcan malos en-

tendidos con gran facilidad afectando de modo directo la co-

municación. Así, surge con frecuencia la pregunta “¿Qué habrá

querido decir con eso?” y se abren las puertas a la especulación

y hasta las fantasías más insospechadas: ¿Qué aspectos situa-

ba en primer plano?, ¿Qué pretendía?, ¿Cuál fue su verdadera

intención?

2. ¿Cómo lee una sentencia del Poder Judicial la generalidad de nuestra población?

En términos generales con dificultad, sobre todo si se piensa en

el público no especializado y aun entre profesionistas del dere-

cho no está ausente cierto grado de dificultad en la lectura de las

sentencias.

Como ya se ha advertido, en la lectura influyen multitud de

factores, educativos, culturales, sociales, políticos, formativos,

etcétera. Uno de los aspectos que dificultan la lectura de las

sentencias es la terminología y el vocabulario propio del dere-

cho que es de un elevado grado de especialización.

Esta situación de falta de comprensión lingüística, la comparte el

derecho con muchas ciencias más, en especial con la medicina.

En la vida corriente, el médico necesariamente "traduce" al pa-

ciente en un lenguaje asequible qué es lo que le provoca de-

terminada molestia, no se lo explica como lo haría con un colega

de profesión. Situación análoga existe en el ámbito jurídico.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

Ahora, debe tenerse en cuenta que un lenguaje que un lenguaje

libre de ambigüedades y particularidades (sobre todo el len-

guaje de cada una de las distintas ramas de la ciencia) no exis-

te. Todos los esfuerzos de algunas lógicas y ciencias de crear

lenguajes "puros" están destinados de antemano al fracaso.

La naturaleza propia del lenguaje lo aparta de la noción de

objetividad pura como en ocasiones, de manera equivocada, se

han querido ver los lenguajes de las ciencias.

Lo que puede hacerse para contribuir de manera eficaz a una

mejor lectura y comprensión de las sentencias del Poder Ju-

dicial de la Federación, es poner en práctica y difundir los co-

nocimientos y las estrategias necesarias para subsanar esta

dificultad. Al respecto se proponen tres acciones concretas:

a. Estudio de la lexicografía

Para el problema de la terminología se cuenta con un poderoso

auxiliar, la etimología jurídica, con ella se puede tener un buen

conocimiento desde el grado elemental hasta el más elevado

sobre la formación, uso y significados del vocabulario jurídico.54

b. Recontextualización

Es la transferencia del conocimiento de un ámbito a otro. La sen-

tencia parte de una metodología, una lógica, un lenguaje y unos

59

54 En esta materia puede verse la obra Etimología Jurídica, de Dehesa Dávila, Gerardo,México, Suprema Cort6e de Justicia de la Nación, cuarta edición, 2006.

60

Suprema Corte de Justicia de la Nación

conceptos preestablecidos que conocen preferentemente las

personas que se dedican al ámbito del derecho. Su exposición

se formula en un discurso muy específico. Sólo los resultados

más importantes se difunden en artículos, boletines, prensa,

etcétera.

El texto de la sentencia, en general, es muy especializado, tiene

densidad terminológica, divisiones especiales, giros idiomáti-

cos particulares, que en ocasiones resulta muy difícil cuando

no imposible entender este tipo de textos si no se es un espe-

cialista en la disciplina.

La ciudadanía comparte un idioma y una cultura y constituye

así una comunidad de habla. Al margen de los estudios, el nivel

social y la profesión de cada uno, existe una cultura común,

una historia, una organización política, unas tradiciones, una

visión de la vida que se manifiestan en la lengua que se habla.

Por ello, el lenguaje de la misma es más general, coloquial, sub-

jetivo y cotidiano.55

Recontextualizar significa conseguir que un dato elaborado por

una institución determinada, en este caso, por el Poder Judicial

de la Federación, pueda ser comprendido por la mayoría de los

miembros, si no por todos, que forman la comunidad de ha-

blantes de modo que puedan satisfacer sus necesidades sin

producir confusión o malentendidos.

55 Cassany, Daniel, op. cit., p. 261 y ss.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

Para llevar a cabo esta recontextualización pueden seguirse tres

pasos:

i) Conceptuación

Reelaboración semántica. El dato pierde algunas de las conexiones

con el discurso original (conceptos, clasificaciones) y establece

relación con elementos procedentes del discurso general (con

el lenguaje de la realidad que tiene el lector común).

ii) Textualización

Reelaboración discursiva. El dato que se presenta prescinde de algu-

nos de los recursos expresivos propios o exclusivos del discurso

judicial (lenguaje formal, distribución, giros lingüísticos) y adopta

manifestaciones del discurso general (narración, metáforas).

iii) Denominación

La denominación, o reelaboración léxica. Aquí se trata de reela-

borar uno de los aspectos más característicos del discurso

judicial, la alta densidad léxica. Los términos jurídicos origina-

les que son en ocasiones excesivamente técnicos se sustitu-

yen por perífrasis o se aclaran con definiciones más sencillas

o ejemplos pertinentes.

Las operaciones que se han mencionado no son secuenciales

ni unidireccionales, sino simultáneas o interactivas. La con-

61

62

Suprema Corte de Justicia de la Nación

ceptuación influye en la textualización y en la denominación

y viceversa.

c. Algunas reflexiones prácticas sobre la lectura

Uno de los aspectos a considerar en este renglón es el relativo

a la lectura y los factores que en ella intervienen.

¿Qué es leer? ¿Qué entraña este ejercicio fundamental en una

sociedad que está por consolidar su democracia? ¿Qué habili-

dades requiere o más bien exige una lectura sensata? ¿Qué es

una lectura crítica? ¿Qué nivel de lectura tienen los lectores de

las sentencias del Poder Judicial de la Federación?

La serie de preguntas formuladas con anterioridad podría exten-

derse con amplitud, por ello resulta necesario examinar algunas

cuestiones previas acerca de la lectura, como elemento indis-

pensable para una buena difusión y comprensión de las senten-

cias en particular y del trabajo de la Corte en general.

La primera de las preguntas tiene una importancia fundamen-

tal pues de su respuesta se deriva la concepción que de la lec-

tura se tiene, al respecto, Daniel Cassany afirma que:

Todavía hoy muchas personas creen que leer consiste en ora-

lizar la grafía, en devolver la voz a la letra callada. Es una visión

mecánica que pone el acento en la capacidad de decodificar

la prosa de modo literal. Sin duda deja en un segundo plano a la

comprensión que es lo importante.

56 Cassany, Daniel, op. cit., p. 21 y ss.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

Más moderna y científica es la visión de que leer es compren-

der. Para comprender es necesario desarrollar varias destrezas

mentales o procesos cognitivos: anticipar lo que dirá un escri-

to, aportar nuestros conocimientos previos, hacer hipótesis y

verificarlas, elaborar inferencias para comprender lo que sólo

se sugiere, construir un significado, etc. Llamamos alfabetiza-

ción funcional a ese conjunto de destrezas, a la capacidad de

comprender el significado de un texto.Y denominamos analfa-

beto funcional a quien no puede comprender la prosa, aunque

pueda oralizarla en voz alta.56

En la vida real se lee de modo muy distinto una poesía, las

noticias de un diario, un instructivo, un contrato o una senten-

cia, distinta resulta también la lectura de una receta médica o

de un instructivo para operar un aparato de alta complejidad.

Sobre este particular debe tenerse siempre en cuenta que el

contenido, las palabras, las ideas e inclusive la lógica que las re-

laciona también varían.

Un punto fundamental en la lectura es la orientación sociocul-

tural que entiende que tanto ésta como la escritura son construc-

ciones sociales, actividades socialmente definidas. Así, la lectura

varía a lo largo de la historia, de la geografía y de la actividad

humana. La humanidad ha ido inventando sucesivas tecnologías

de la escritura con variadas potencialidades que cada grupo

humano ha adaptado de manera irrepetible a sus circunstancias.

En cada lugar, en cada momento, leer y escribir ha adoptado

prácticas propias en forma de géneros discursivos particulares.

63

57 Cassanty, op. cit., p. 68 y ss.

64

Suprema Corte de Justicia de la Nación

En este contexto conviene recordar que leer:

Leer no es una destreza cognitiva independiente de personas y

contextos, sino una herramienta para actuar en sociedad, un

pensamiento para mejorar las condiciones de vida del apren-

diz. No leemos textos ni comprendemos significados neutros;

leemos discursos de nuestro entorno y comprendemos datos

que nos permiten interactuar y modificar nuestra vida. Leer un

discurso es también leer el mundo en que vivimos.57

A partir de la premisa que considera a la lectura como un fenó-

meno que se da dentro de un contexto social y que requiere

de una serie de destrezas cognitivas importantes, puede infe-

rirse que la lectura de las sentencias del Poder Judicial que rea-

liza la población en general se advierten graves carencias de

dichas habilidades.

A continuación se darán algunos elementos prácticos destina-

dos a mejorar las habilidades y destrezas lectoras, éstas son sus-

ceptibles de ser aprovechadas por cualquier persona.

3. Algunas consideraciones sobre el proceso de lectura, partes y estrategias

El objetivo de esta sección de la obra es proporcionar algunos

elementos prácticos que sirvan para perfeccionar el ejercicio

de la lectura de cualquier persona, máxime de los profesionis-

tas del derecho.

58 Información extraída de la obra de Goodmann, Ken, Sobre la Lectura. Una mirada deSentido Común a la Naturaleza del Lenguaje y la Ciencia de la Lectura, México, Paídos, 2006.59 Idem.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

a. Proceso de construcción del significado

El lector, a partir del texto que lee construye su propio texto, es

decir, le da sentido al texto que ha leído y tal sentido es lo que

resulta ser su “propio texto”. En suma, el texto originario del autor

se transforma en un texto al cual el lector le ha dado sentido.58

Al respecto se ha dicho que:

¡El texto de los lectores se encuentra sólo en su cabeza!

El proceso de lectura se concentra en el texto paralelo y per-

sonal que ha construido el lector, y es este texto el que guía

la percepción y determina la sintaxis. El lector construye tan-

to la estructura como el significado, y si algo sale mal, es nece-

sario reconstruir el texto en la mente del lector hasta que

tenga sentido.

Los desaciertos del lector y las autocorrecciones que realiza

revelan un proceso de construcción y reconstrucción. Los lec-

tores se esfuerzan por entender lo que el autor está tratando

de decir, pero el significado que construyen es propio.59

b. Aspectos relevantes a considerar

w La lectura es un proceso activo en el que los lectores utili-

zan o deberían de utilizar estrategias poderosas para la bús-

queda de significado.

65

66

Suprema Corte de Justicia de la Nación

w Los lectores se vuelven más eficientes al incorporar su pro-

pia formación en la asignación de significados.

w En el acto de leer, todo lo que aporten los lectores es tan

importante como lo que utilicen del texto impreso.

Los elementos que se han enumerado intervienen de modo direc-

to para lograr que la lectura sea efectiva a la vez que eficiente.

La lectura es efectiva en cuanto el lector está en capacidad de

dar sentido y será eficiente en cuanto esto se lleve a cabo con

el menor tiempo, esfuerzo y energía posibles.

La lectura eficiente tiende a ser relativamente rápida. Con fre-

cuencia se lee a mayor velocidad que cuando se escucha, sim-

plemente porque sólo se puede comprender el discurso hablado

a la velocidad con que éste se presenta, mientras que en la lec-

tura es el propio lector el que fija la velocidad de la misma.

La velocidad es el resultado de la eficiencia, no causa de ella.

Para perfeccionar tanto la eficacia como la eficiencia se pueden

aplicar con provecho las siguientes estrategias:60

i) Conectar

Se refiere a los conocimientos previos con que el lector aborda

la lectura del texto y que ya se han comentado con anterioridad.

60 Vid. Romero de Cutropia, A., Estrategias de Lectura en http://ffyl.uncu.edu.ar/depar-tamentos/letras/catedras/didactica/docs/Lasestrategiasdelectura2007sinTP.ppt

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

El lector nunca parte de cero al iniciar su lectura lo mismo que

ningún discurso o texto parten de cero. Los discursos neutros

y desinteresados simplemente no existen, éstos, de manera

necesaria, muestran siempre un punto de vista particular, que

es, precisamente el del autor del texto que tiene una cultura, un

idioma, una profesión, una religión, y una formación particular

que no puede quedar totalmente ajena a su producción.

ii) Formular preguntas

Con la formulación de preguntas se pretende que el lector

aclare el sentido del texto y avance hacia el conocimiento del

mismo. Éstas son la base de una lectura “profunda” ya que pue-

den ser muy variadas como las literales y las inferenciales.

Las primeras se responden con la misma información que el

texto proporciona; las segundas exigen completar la informa-

ción faltante a partir de los elementos que aporta el mismo

texto o de la relación del mismo con el conocimiento que el

lector tiene del mundo.

iii) Visualizar

Se trata de la conveniencia de crear imágenes en la mente con

base en la lectura del texto. Las imágenes ayudan a fortalecer

la comprensión. Este aspecto no es moderno ya que fue muy

socorrido desde la antigüedad clásica para ayudar a fijar en la

mente conceptos abstractos de difícil comprensión.

67

68

Suprema Corte de Justicia de la Nación

El aspecto visual forma parte del desarrollo de la mnemotécnica

que estudiaron profusamente autores como Cicerón, Galeno y

Plutarco de Queronea así como los filósofos estoicos.61

iv) Realizar inferencias

Son la relación o intersección entre lo que se conoce, la obten-

ción de pistas del texto y adelantarse para emitir un juicio, dis-

cernir un tema o especular sobre lo que vendrá. El tema de la

inferencia es fundamental no sólo en la lectura sino en toda

la lógica, ya que es una herramienta del intelecto fundamental

para el trabajo intelectual.62

Las inferencias pueden ser de varios tipos como las léxicas, temá-

ticas, causales, de oposición, comparación, de analogía, etcétera.

v) Categorizar y clasificar

La clasificación lo mismo que la visualización son recursos que

cuentan con una larga trayectoria desde la época clásica. Cicerón,

en su obra De Inventione Rhetorica, (de la Invención Retórica), la estu-

dia con especial atención. Los llamados mapas semánticos son

de especial utilidad en este aspecto, por ejemplo organizar

en categorías la información recogida en torno a una palabra

61 Vid. Quintiliano, Marco Fabio, Instituciones de Oratoria, Edición bilingüe latín-español,Salamanca, Universitaria, 2004, 5 vols.62 Vid. Copi, Irving, op. cit., pp. 45 y ss.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

clave, los esquemas (unir con líneas conceptos clave) hacer co-

lumnas, etcétera.

vi) Elaborar hipótesis y verificarlas

Se trata de un proceso recurrente. Mientras se lee un texto se

formulan preguntas fundamentales como: ¿De qué trata el

texto?, ¿qué argumentos utiliza el autor?, ¿son válidos o no?,

¿cuál es la relación que se establece entre los datos que se pro-

porcionan?, etcétera.

vii) Anticipar o predecir

De la atenta lectura de un texto se pueden anticipar posturas,

acciones, reacciones y conductas.

viii) Jerarquizar información

Este renglón parte de la premisa de que no toda la información

que encontramos en un texto tiene la misma importancia y en

consecuencia la misma jerarquía. Si es consciente de ello el

buen lector estará mentalizado para extraer siempre las ideas

esenciales, identificar los distintos temas del texto, elaborar

una síntesis del mismo. Para ello puede seguirse el siguiente

esquema:

w Introducir el tema presentado en una lectura

w Enunciar tres hechos o ideas centrales

w Elaborar una conclusión lo más breve posible

69

70

Suprema Corte de Justicia de la Nación

ix) Sintetizar información

No debe olvidarse que la síntesis es un de las operaciones men-

tales más complejas que realiza un individuo y que requiere

en conjunto varias habilidades. Todo lo que se ha comentado

con anterioridad va encaminado a perfeccionar este complejo

acto del intelecto.

La síntesis requiere combinar nueva información con cono-

cimientos ya adquiridos para formar una idea o interpretación

original.63

Una buena síntesis reclama un análisis previo, revisar, temati-

zar, clasificar y sobre todo ponderar la información que se ha

obtenido mediante la lectura cuidadosa del texto.

Como resultado de la síntesis se puede generar nueva infor-

mación que, en su caso modifique el modo en el que piensa el

lector. No debe confundirse la síntesis con un mero resumen

y peor aun como se entiende con frecuencia en el medio estu-

diantil en el sentido de "cortar y pegar" con la simple idea de

hacer de un texto de un determinado número de cuartillas

otro notoriamente menor.

x) Controlar o monitorear el proceso de comprensión lectora

El control de la lectura es fundamental para concretar el arduo

esfuerzo que ésta exige. En no pocas ocasiones no se está en-

63 A este respecto ver el libro ya citado de Daniel Cassany, Tras las Líneas.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

tendiendo lo que lee y sin embargo, se continúa con la lectu-

ra, puede parecer asombroso pero el lector debe darse cuenta

y en ese momento:

w Detener la lectura

w Volver atrás para aclarar

w Evaluar lo que se ha leído hasta el momento de la duda

w Consultar, en su caso, diccionarios, glosarios u otras fuentes

w Leer o releer la introducción a la obra64

w Releer los párrafos anteriores

w Pedir ayuda

w No continuar la lectura si se está cansado o con somnolen-

cia ya que es un esfuerzo totalmente inútil

Al atribuir sentido a un texto debe verificarse y examinarse la

evidencia, para ello es necesario utilizar todas las estrategias

anteriores para comprobar si se ha comprendido bien. Parte

esencial para la resolución de todo problema es, precisamen-

te, detectar con claridad y entender cuál es, de lo contrario se

propondrán soluciones erradas o no pertinentes. Es aquí don-

de con frecuencia aparece la falacia conocida como non sequitur,

o no se sigue de; es decir, de las premisas apuntadas no se infiere

la conclusión que se pretende.

71

64 En general, la introducción es un valioso auxiliar para entender una obra ya queen ella se explican con frecuencia los aspectos difíciles de la misma o cuestionesde especial interés.

73

sta breve obra tiene la finalidad de proporcionar los

principios fundamentales de orden y estructura que

debe contener todo ejercicio argumentativo. Como se explicó en

su momento, no es indispensable que aparezcan todos ellos ya

que cualquier disertación o argumentación es diferente en cada

situación y debe tomarse en cuenta la circunstancia, la ocasión

y el modo en el que se expondrán o defenderán, en su caso,

la o las tesis respectivas. Sin embargo, sí tendrán que estar pre-

sentes, de manera necesaria, cuando menos las estructuras

básicas ya que son las que dan el orden esencial que debe te-

ner todo discurso.

La retórica es la ciencia que gobierna el discurso para hacerlo

entendible, persuasivo y, en última instancia, convincente para

el auditorio que escucha. El discurso, como se examinó a lo

Conclusión

E

74

Suprema Corte de Justicia de la Nación

largo de todo este trabajo, versa sobre cualquier materia y está

presente en la vida cotidiana e intelectual de todos, con in-

dependencia de la profesión o actividad que se desempeña.

En consecuencia, el conocimiento de su estructura siempre

será de utilidad para lograr una mejor comunicación, una

mejor argumentación, y habilitará al lector para entender y

ponderar mejor el trabajo que desarrolla el Poder Judicial de la

Federación.

El sano ejercicio democrático pide y exige que el uso de la

palabra sea cada vez más efectivo, pues sólo mediante ella (en

su forma oral o escrita) se hacen valer los derechos, se pide su

respeto y se recurre a los órganos jurisdiccionales para resti-

tuirlos en caso de haber sido violentados. Todo ello, mediante

la palabra.

Con los elementos que se han estudiado a lo largo de estas

páginas se proporciona a toda la población un instrumento efi-

caz que le ayudará en la comprensión y evaluación del ejerci-

cio del poder público, entre ellos el del Poder Judicial.

Así, todo esfuerzo que se ocupe de perfeccionar las habilidades

lectoras, argumentativas y expositivas de razones será siempre

de gran utilidad para entender el trabajo y los resultados de la

actividad jurisdiccional fortaleciendo así la cultura de la lega-

lidad entre toda la población y a su vez será un instrumento

eficaz para hacer valer, mediante un discurso bien estructura-

do los derechos que se estimen vulnerados.

Elementos indispensables de retórica para jueces, litigantes y público en general

La confianza, la legitimidad y la credibilidad que la sociedad

concede al Poder Judicial de la Federación se sustentan, en bue-

na medida, en la razonabilidad y persuasión que le propor-

cionen sus sentencias. De ahí la utilidad y servicio que presta

esta obra a todos los lectores.

75

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Esta obra se terminó de imprimir yencuadernar en octubre de 2008 enlos talleres de Editorial Color, S.A. deC.V., Naranjo núm. 96 Bis, Col. SantaMaría la Ribera, Del. Cuauhtémoc,C.P. 06400, México, D.F. Se utilizarontipos Diotima de 9 y 10 puntos. Laedición consta de 2,000 ejemplaresimpresos en papel bond de 75 grs.