SERRANILLAS

Serranilla I

Serranilla de Moncayo,Dios vos dé buen año entero,

que de muy torpe lacayoharíades caballero.

Ya se pasaba el verano,al tiempo que onbre se apaña

con la ropa á la tajaña,encima de Oxmediano

ví serrana sin argayoandar al pie del otero,

más clara que sale en Mayo,el alba, ni su lucero.

Díjele: "Dios nos mantenga,serrana de buen donaire."

Respondió como en desgaire:¡Ay!, que en hora buena venga

aquel que para San Payodesta irá mi prisionero."

Y vino a mí como un rayodiciendo: "Preso, montero."

Díjele: "Non me matedes,serrana, sin ser oído,

que yo non soy del partido,desos por quien vos lo habedes.

Aunque me vedes tal sayoen Agreda soy frontero,y no me llaman Pelayo,

maguer me vedes señero."

Desque oyó lo que decía,dijo: "Perdonad, amigo,mas holgad ora comigo,

y dejad la montería.

A este zurrón que trayoquered ser mi parcionero,pues me falleció Mingayoque era conmigo ovejero.

Entre Torellas y el Fayopasaremos el Febrero."Díjele: "De tal ensayo,

serrana, soy placentero."

Serranilla IIEn toda la su montañade Trasmoz a Veratón

no ví tan gentil serrana.Partiendo de Conejares,allá suso en la montaña,cerca de la Travessaña,camino de Trasovares,encontré moza lozanapoco más acá de Añónriberas de una fontana.

Traía saya apretada,muy bien presa en la cintura;

a guisa d'Estremadura,cinta y collera labrada.

Dije: "Dios te salve, hermana;Aunque vengas de Aragón,

desta serás castellana."Respondióme: "Caballero,no penseis que me tenedes,

que primero probaredeseste mi dardo pedrero;

que después desta semanahago bodas con Antón,vaquerizo de Morana."

Serranilla IIIDespués que nací,no ví tal serrana

como esta mañana.Allá en la vegüelaa Mata'l Espino,en ese camino

que va a Lozoyuela,de guisa la vi

que me hizo ganala fruta temprana.

Garnacha traíade oro, presada

con broncha dorada,que bien parecía.

A ella volvídiciendo: "Lozana,

¿y sois vos villana?""Sí soy, caballero;

si por mí lo habedes,decid ¿qué queredes?,

hablad verdadero."Yo le dije así:

"Juro por Santanaque no sois villana."

Serranilla IVPor todos estos pinares

nin en el Val de la Gamella,no ví serrana más bella

que Menga de Manzanares.Descendiendo el yelmo a yuso,

contra el Bovalo tirandoen ese valle de suso,

ví serrana estar cantando:saluéla, según es uso,

y dije: "Serrana, estandooyendo, yo no me excusode facer lo que mandares."Respondióme con ufana:

"Bien vengades, caballero;¿Quién vos trae de mañana

por este valle señero?Que por toda aquesta llanayo no dejo andar vaquero,

ni pastora, ni serrana,si no Pascual de Bustares.»Pero ya, pues la ventura

por aquí vos ha traido,conviene en toda figura,sin ningún otro partido,que me dedes la cintura,

o entremos a braz partido;que dentro en esta espesura

vos quiero luchar dos pares."Desque ví que no podíapartirme de allí sin daña,como aquel que no sabíade luchar arte ni maña,

con muy gran malenconía.Arméle tal guadamañaque cayó con su porfía

cerca de unos tomellares.Serranilla V

Entre Torres y Canena,acerca de Sallozar,

hallé mora de BedmarSan Julián en buen estrena.

Pellote negro vestía,y lienzos blancos tocaba,

a fuer del Andalucía,y de alcorques se calzaba.

Si mi voluntad ajenano fuera en mejor lugar,no me pudiera escusar

de ser preso en su cadena.

Preguntele dó veníadespués que la hube saluado,

o cuál camino facía.Díjome que de un ganadoque guardaban en Racena,

y pasaba al Olivar,por coger y varear

las olivas de Ximena.

Dije: "No vades señera,señora, que esta mañana

han corrido la ribera,aquende de Guadïana,

moros de Valdepurchenade la guarda de Abdilbar;que de ver vos mal pasar

me sería grave pena."

Respondióme: "No curedes,señor, de mi compañía;pero gracias y mercedesa vuestra gran cortesía;que Miguel de Jamilena

con los de Pegalajarson pasados atajar:

vos tornad en ora buena."

Serranilla VI

Serrana, tal casamientono consiento que fagades,

car de vuestro perdimiento,maguer no me conozcades,muy gran desplacer habría

en vos ver enajenaren poder de quien mirarni tratar no vos sabría.

Serranilla VII

Madrugando en Robledillopor ir buscar un venado,fallé luego al Colladillocaza, de que fui pagado.

Al pie desa gran montaña,la que dicen de Verzosa,

ví guardar muy gran cabañade vacas moza fermosa.

Si voluntad no m'engaña,no ví otra más graciosa:si alguna desto s'ensaña,

lóela su enamorado.

Serranilla VIII

Moza tan hermosano ví en la frontera,como una vaquera

de la Finojosa.

Haciendo la víadel Calatraveñoa Santa María,

vencido del sueño,por tierra fragosaperdí la carrera,do ví la vaquerade la Finojosa.

En un verde pradode rosas e flores,

guardando ganadocon otros pastores,la ví tan graciosa,

que apenas creyeraque fuese vaquera

de la Finojosa.

No creo las rosasde la primavera

sean tan hermosasni de tal manera;

hablando sin glosa,si antes supiera

de aquella vaquerade la Finojosa.

No tanto mirarasu mucha beldad,porque me dejara

en mi libertad.Mas dije: "Donosa

(por saber quién era),¿aquella vaquerade la Finojosa?..."

Bien como riendo,dijo: "Bien vengades,que ya bien entiendolo que demandades:

non es deseosade amar, ni lo espera,

aquesa vaquerade la Finojosa."

Serranilla IX

Mozuela de Boresallá do la Lama

púsom'en amores.

Cuidé que olvidadoAmor me tenía,

como quien se habíagran tiempo dejado

de tales dolores,que más que la llamaqueman amadores.

Mas ví la fermosade buen continente,

la cara placiente,fresca como rosa,de tales colores

cual nunca vi damanin otra, señores.

Por lo cual: "Señora(le dije), en verdadla vuestra beldadsaldrá desd'ahora

dentre estos alcores,pues merece famade grandes loores."

Dijo: "Caballero,tiradvos afuera:dejad la vaquerapasar al otero;

que dos labradoresme piden de Frama,entrambos pastores."

"Señora, pastorseré si queredes:

mandarme podedes,como a servidor:mayores dulzoresserá a mí la bramaque oír ruiseñores."

Así concluimosel nuestro procesosin hacer exceso,y nos avenimos.

Y fueron las floresde cabe Espinamalos encubridores.

Serranilla X

De Vitoria me partíaun día desta semana,

por me pasar a Alegría,do vi moza lepuzcana.

Entre Gauna e Salvatierra,en ese valle arbolado

donde s'aparta la sierra,la ví guardando ganado,tal como el albor del día,en un hargante de grana,

cual tod' hombre la querría,no vos digo por hermana.

Yo loé las de Moncayoe sus gestos e colores,

de lo cual non me retrayo,e la mozuela de Bores;

pero tal fisonomíaen toda la su montañacierto no se fallaría,

ni fué tan hermosa Yllana.

De la moza de Bedmar,a fablarvos ciertamente,

razón tuve de loarsu gran e buen continente;

mas tampoco negaría,la verdad, que tan lozana,

aprés la señora mía,no ví doña ni serrana.

Serranilla (Villancico)que hizo el Marqués a tres hijas suyas

Por una gentil florestade lindas flores e rosas,

vide tres damas hermosasque de amores han requesta.

Yo, con voluntad muy prestame llegué a conocerlas.Comenzó la una dellas

esta canción tan honesta:

«Aguardan a mí:nunca tales guardas vi.»

Por mirar su fermosuradestas tres gentiles damas,yo cobríme con las ramas,

metíme so la verdura.

La otra con gran tristuracomenzó de sospirar

e decir este cantarcon muy honesta mesura:

«La niña que los amores hasola, ¿cómo dormirá?»

Por no les hacer turbanzano quise ir más adelantea las que con ordenançacantaban tan consonante.

La otra con buen semblantedijo: "Señoras de estado,

pues las dos habeis cantado,a mí conviene que cante:

«Dejadlo al villano pene:véngueme Dios dele.»"

Desque hubieron cantadoestas señoras que digo,yo salí desconsolado,

como hombre sin abrigo.

Ellas dijeron: "Amigo,no sois vos el que buscamos,

mas cantad, pues que cantamos."Dije este cantar antiguo:

«Sospirando iba la niñae no por mí,

que yo bien se lo entendí.»

CANCIONES

Canción I

1Ya del todo desfallece

con pesar mi triste vida:desde la negra partida

mi mal no mengua, mas crece.

2No sé qué diga ventura,

que mal me quiso apartarde vos, gentil criatura,a la cual yo he d'amar.

3Todo mi placer perecesin mi razón ser oída;cruel muerte dolorida

veo que se me bastece.

Canción (Carta) del Marqués a una dama

Gentil dama, cuyo nombrevos es así conviniente

como a Jesús Dios y honbree al sol claro e luciente,

mi deseo no consienteque ya no sepa de vos;

pues consoladme, por Dios,con letra vuestra placiente.

Placiente digo, señora,do vuestro mote no sea,el cual, si no se mejora,

¡guay de quien ál no desea!

Proveed que Dios proveade lo que más deseadesa quien tanto fatigades,

e vuestro aspecto guerrea.

Guerrea con mano armadae bélico poderío

la mi vida atormentada,e triste corazón mío.

Cual sin patrón el navío,soy, después que no vos veo,

vida mía y mi deseo,cuyo só más que no mío.

Mío no, mas todo vuestrosoy después que me prendistes,

e si tanto no lo muestro,es porque lo defendistes.

Mis días sean más tristesque de otro enamorado,si no vivo más penado

que todos cuantos oístes.

¿Oísteis jamás, o visteshombre d'amor tan ligado,que no soy escarmentado

de quanto mal me fezistes?

Canción II

Deseando ver a vos,gentil señora,

non he reposo, pardiós,punto ni ora.

1Deseando aquel buen día

que vos vea,el contrario de alegría

me guerrea.Del todo muero por vos,

e non mejorami mal, júrovos a Dios,

mas empeora.

2Bien digo a mi corazón

que no se queje,mas sirva toda sazón,

e no se dejede amar e servir a vos,

a quien adora;pues recuérdevos, pardiós,

piedad ahora.

Canción III

Cuanto más vos mirarán,muy excelente princesa,

tanto más vos loarán.

1Quien vos verá, ciertamente

no dudará si venísde la real flor de lís,

visto vuestro continente:y a todos nos bendirán,

por levar tan gentil presa,los que nos recibirán.

2Yo dudo poder loar

la vuestra mucha cordura,honestat, gracia e mesuracuanto se debe ensalzar.Los que verdad hablarán,

tal navarra ni francesanunca vieron ni verán.

3Tanta vida vos dé Dios,princesa de gran virtud,

tantos bienes y saludcuantos merecedes vos:que ciertas por vos dirán

"virtuosa sin represa"los que vos conocerán.

Canción IV(Que hizo el Marqués de Santillana a sus hijas

loando la su hermosura)

Dos serranas he trovadoa pié de áspera montaña,según es su gesto e mañanon vezadas de ganado.

De espinas traen los velose de oro las crespinas,

sembradas de perlas finas,que le aprietan sus cabellos;

e las trufas bien posadas,a más, de oro arracadas,rubios, largos cabellos

según doncellas d'estado.

Frentes claras e lucientes,las cejas en arco alzadas,

las narices afiladas,chica boca e blancos dientes,

ojos prietos e rientes,las mejillas como rosas,gargantas maravillosas,altas, lindas al mi grado.

Carnoso, blanco e lisocada cual en los sus pechos,

porque Dios todos sus hechosdejó cuando her las quiso;

dos pumas de paraísolas sus tetas igualadas,en la su cinta delgadas

con aseo adornado.

Blancas manos e pulidas,e los dedos no espigados,a las juntas no afeados,

uñas de argent guarnidas,rubíes e margaridas,zafires e diamantes,

ajorcas ricas, sonantes,todas de oro labrado.

Ropas traen a sus guisastodas hendidas por rayas,do les parecen sus sayasforradas en peñas grisas;sus ropas bien asentadas,de aceituní cuartonadas,de hilo de oro brocado.

Yo las vi, si Dios me vala,posadas en sus tapetes,

en sus faldas los blanchetes,que demuestran mayor gala.

Los hinojos he fincado,según es acostumbradoa dueñas de gran altura:ellas por la su mesura

en los pies m'an levantado.

Canción V

Quien de vos merced espera,señora, ni bien atiende,

¡ay que poco se l'entiende!

1Yo vos serví lealmente

con muy presta voluntad,e nunca fallé piedad

en vos, ni buen continente:antes vuestra crueldadme face ser padeciente;

¡guay de quien con vos contiende!

2Tanta es vuestra beldad,

que partir no me consientede servir con lealtad

a vos, señora excelente.Sed ya por vuestra bondadgradecida e conviniente,

que mi vida se despiende.

Canción VI

1Señora, muchas mercedes

del favor que me mostrastes:sed cïerta, e no dubdedes

que por siempre me ganastes.

2Pues de vuestra gran valía

yo fui tan favorecido,muy gran mengua me sería

que fuese desconocido.

3Mas, señora, pues hacedes

contra mí más que pensastes,sed cïerta, e non dubdedes

que por siempre me ganastes.

Canción VII

Recuérdate de mi vida,pues que viste

mi partir e despedidaser tan triste.

1Recuérdate que padezco

e padecílas penas que no merezco,

desque víla respuesta no debida

que me diste;por lo cual mi despedida

fué tan triste.

2Pero no cuides, señora,

que por estote fui ni te sea ahora

menos presto;que de llaga no fingida

me feriste;así que mi despedida

fué tan triste.

Canción VIII

Señora, cual soy venido,tal me parto;

de cuidados más que fartoe dolorido.

1¿Quién no se farta de males

y de vida displacente,y las penas desiguales

sufre, callando paciente,sino yo, que sin sentido

me diránlos que mis males sabrán,

he perdido?

2Habed ya de mi dolor;

que los dolores de muerteme cercan en derredor,

y me hacen guerra fuerte.Tomadme en vuestro partido

como quiera,porque, viviendo, no muera

aborrido.

3Pero al fin haced, señora,como querades; que yo

no seré punto ni orasino vuestro, cuyo só.Sin favor o favorido

me tenedesmuerto, si tal me queredes,

o guarido.

Canción a la Reina

Dios vos haga virtuosa,Reina bien aventurada,

cuanto vos hizo fermosa.

1Dios vos hizo sin enmienda

de gentil persona y cara,e sumando sin contienda,cual Gioto no vos pintara.

Hízovos más generosa,digna de ser coronada,e reina muy poderosa.

2Siempre la virtud huyóa la extrema fealdad,e creemos se halló

en compaña de beldad;pues non es cuestión dudosa

ser vos su propia morada,illustre Reina fermosa.

3Pues loen con gran femencia

los reinos, donde nacistes,la vuestra mucha excelençiae gran honor que les distes,

e la tal gracia grciosapor Dios a vos otorgada,

gentil Reina valerosa.

Canción IX

Yo del todo he ya perdidosaber, seso e discrepción:

fuerza, sentido, razónya buscan otro partido.

Placer, de quien favoridoera en aquella sazón

que vos ví, con tal canciónya de mí se ha despedido.

Canción X

Corazón, adiós te doy,que donde mora pesar

no puedo mucho tardar,pues que su contrario soy.

1En el tiempo que tú víasla señora que elegiste,

ya sabes que todos los díaste me dí, según que viste.

Mas después que se perdió,pues no te puedo alegrar,encomiéndote el pensar,amigo, pues que me vió.

2Muy atarde de consuno

agua e fuego se convienen:non pueden turar en uno

aquellos que mal s'avienen.Pues tristeza perturbó

en ti todo mi logar,non conviene porfiar

con quien pudo más que yo."

Canción XI

Si tu deseas a miyo non lo sé;

pero yo deseo a tíen buena fe.

1Ca non a ninguna más,

así lo ten;nin es, ni será jamás

otra mi bien.En tan buen ora te ví

e te fablé,que del todo te me dí

en buena fe.

2Yo soy tuyo, non lo dudes

sin fallir;e no pienses al, ni cudes

sin mentir.Después que te conoscí

me captivé,e seso e saber perdí

en buena fé.

3A tí amo e amaré

toda sazón,e siempre te serviré

con gran razón:pues la mejor escogí

de cuantas sé,e no finjo ni fingí

en buena fé.Canción XII

Ha bien errada opiniónquien dice: "cuan lejos d'ojos

tan lejos de corazón."1

Que yo vos juro, señora,cuanto más vos soy ausente,más vos amo ciertamente,

y deseo toda ora.Esto face la afición,

sin compañía de los ojos,mas del leal corazón.

2Alejadvos do querades,que non vos alejaredestanto ni jamás podredesdonde no me poseadesque so tal costelación

vos vieron mis tristes ojos,que vos dí mi corazón.

3Mas no se puede negar,

aunque yo non vos olvido,que non sienta mi sentido

dolor de vos no mirar.Pues diré con gran razón:-Cedo vos vean mis ojosde todo buen corazón.

Canción XIIINuevamente se m'a dado

el Amor a conocer,e quiérese adolecer

de mí, del mal que he pasado.1

Conociendo que mal haceen matarme sin por qué,

yo veo por buena feque de mi servir le place.E conociendo que yerra,

sabiendo que vo a la guerra,mucho bien m'a cabalgado.

Canción XIV

Defecto es que bien s'entiendea los que necios no son,

que tal disimulaciónatarde o nunca se aprende.

Pensando serte más firmeque Arquiles a Polixena

tengo más daño que suena.

Canción XV

1El triste que se despidede placer e de folgura

se despide;pues que su triste ventura

lo despidede vos, linda creatura.

2Del que tal licencia pidehabed, señora, amargura,

pues la pidecon desesperación pura,

e no pidevida, mas muerte segura.

Canción XVI

De vos bien serviren toda sazónel mi corazónno se sá partir.

1Linda en parecer

que tanto obedezco,quered guarecer

a mí, que padezco:

que por yo deçirmi buena razón,

según mi intención,no debo morir.

DECIRES

Loor a Doña Juana de Urgel Condesa de Fox

1No punto se discordaron

el cielo e naturaleza,señora, quando criaron

vuestra plaziente belleza:

quisieron e demostraronsu magnífica largueza,

según vos proporcionaron,e ornaron de gentileza.

2Después de la más cercana

a la fama en hermosura,ques más divina que humana,

visto su gesto e figura,

vos, señora doña Juana,sois la más gentil criaturade cuantas actor explana,

ni poeta en escritura.

3No se piensen, ni pensedesque vos hablo por amores,mas porque vos merecedesmuy más insignes loores;

que amor, gracias e mercedestantos tengo de dolores,que, si saberlo queredes,plañiredes mis langores.

4Miren vuestra compañía,

e verán vuestra excelencia,generosa fidalguía

e gallarda continencia;

honestad e policíavos aguardan, e prudencia:

certas más vos loaría,si bastase mi ciencia.

Según vuestra lozaníabien vale la consecuencia:

perdonad por cortesíala torpe e ruda elocuencia.

Decir (Otras coplas)

1Por un valle deleitoso,

do mora gentil compaña,oí un canto sabroso

de un ave muy extraña:

bien vos digo que en Españano ví otra de tal guisa;esta trae en su divisa

mucha gente de cucaña.

2Vila estar en un ramo,

e pensé que era esparvel,nombrando la que más amo.

Díjele: "Señor ujel,pues cercades el vergel,

por merced, si vos placería,de grado saber querría,

vuestro nombre quál es él."

3-"Cuco me llaman por nombre

e tal es el mi clamor,que en el mundo non hay hombre

que ame gentil señor,

que no tome gran pavorsi me oyere redoblar:si te place mi cantar,otro son diré mejor."

4-"Señor, dije, vuestro canto

otro tiempo me poníaen temor e gran espanto

por una señora mía;

mas ahora no querríaoír otro papagayo,

que todo el pesar que trayohe perdido en este día."

5Por ende suplico ahoraa la señor bien andante,pues me fizo una señora

aleve por su talante,

que seades bien andante,e yo haya en que vos sirva,

que querades ya yo vivapor vuestro de aquí adelante.

6Muy justa razón demandas,

e yo quiérolo facer,pues que veo que tu andas

sospiroso y sin placer;

por ende te do ponercumplido, si Dios me vala,

que tú seas en mi salael mayor que pueda ser.

Fin

Él se fue a sus añagaciasque tenía en derredor;

e dile yo muchas gracias;finqué por su servidor.

Decir I

¿Quién será que se detenga,si d'Amor es combatido?,

¿o cuál será que non vengaen cualquier grave partido

que le sea cometido?

1Gran batalla me conquisoordenada en tal manera:

hermosura delantera,reglada de gentil viso,

con alas de lozanía,banderas de gran sentido

labradas de cortesía;así que finqué vencido,del todo desfavorido.

2Armada de gentilezatoda esta gente venía:

paramento de destreza,plumajes de fidalguía

traían con tan buen aire,llamando grande apellido,que me priso su donaire;

e dejóme así ferido,que tarde seré guarido.

Decir II1

Yo, mirando una ribera,ví venir por un gran llanoun hombre, que cortesano

parecía en su manera:vestía ropa estranjera,

hecha al modo de Bravante,bordada, bien rocegante,

pasante del estribera.2

Traía al su diestro ladouna muy fermosa dama,de las que toca la famaen superlativo grado:un capirote charpadoa manera bien estrañaa fuer del alta Alimañadonosamente ligado.

3De gentil seda amarilla

eran aquestas dos hopas,tales, que nunca ví ropastan lindas a maravilla:

el guarnimento e la sillad'aquesta linda señora,

ciertas después nin ahorano lo vi tal en Castilla.

4Por música maestríacantaba esta canción,que fizo a mi corazón

perder el pavor que había:"Bien debo loar amor

pues toda víaquiso tornar mi tristor

en alegría."Decir: El aguilando

1Sacadme ya de cadenas,señora, e facedme libre:

que Nuestro Señor vos librede las infernales penas.Estas sean mis estrenas,esto solo vos demando,este sea mi aguilando;

que vos hacen hadas buenas.2

Días ha que me prendistese sabedes que soy vuestro,dias ha que vos demuestrola llaga que me fecistes.

Desde aquellos dias tristes,cuando primero vos ví,dias ha que me vos dí,

ya sea que lo encubristes.3

Por tanto, señora mía,usad de piadosas leyes

por estos tres santos Reyese por el su santo día.

Por bondad o fidalguíao por sola humanidad,vos plega mi libertad,o por gentil cortesía.

Que vuestra filusumíadeniega ferocidad,

e muestra benignidadsin ninguna villanía.

Decir IIIAmor, el cual olvidadocuidaba que me tenía,me face vivir penado,

suspirando noche e día.1

En otros tiempos quisieraque de mí no se membrara:

que cualquier bien me ficiera,pues que se lo suplicara.

Mas después que rebatadome vió de como solía,me face vivir penado

sospirando noche e día.2

Pero, Amor, pues me fecisteamador, hazme que creaser amado de quien visteque me firió sin pelea:

si no, dame por burlado,pues dona de tal valíame face vivir penado

suspirando noche e día.3

Si no, sabe ciertamenteque jamás tuyo no sea,ni me llame tu sirviente

ni vista de tu librea,aunque sep'andar rasgado;

pues tu poca cortesíame face vivir penado,

suspirando noche e día.

Otro decir

1Cuando la fortuna quiso,señora, que vos amase,ordenó que yo acabase

como el triste de Narciso:

no de mí mismo pagado,mas de vuestra catadura,hermosa, neta criatura,

por quien vivo e soy penado.

2Quando bien he trabajado,me fallo fondo en el valle:

no sé si fable ni calle...¡tanto soy desesperado!

Deseo no desear,e querría no querer:

de mi pesar he placer,y de mi gozo pesar.

3Lloro e río en un momentoe soy contento e quejoso;ardid me fallo e medroso:tales disformezas siento

por vos, dona valerosa,en cuyo aspecto contemplo

casa de Venus, e templo,donde su imagen reposa.

4Aurora de gentil mayo,puerto de la mi salud,perfección de la virtude del sol candor e rayo;

pues que matar me queredese tanto lo deseades,

bástevos ya que podades,si por venganza lo habedes.

5¿Quién vió tal ferocidad

en angélica figura?Nin en tanta fermosura

indómita crueldad?

Los contrarios se ayuntaron,cuitado, por mal de mí.Tiempo ¿dónde te perdí,

que así me galardonaron?

6Sucesora de Lucina,mi prisión e libertad,langor mío e sanidad,

mi dolencia e medicina;

pensad que muriendo vivo,e viviendo muero e peno:

de la vida soy ajeno,e de muerte non esquivo.

7¡O, si fuesen oradores

mis suspiros e fablasen,porque vos notificasen

los infinitos dolores

que mi triste corazónpadesce por vos amar,mi folgura, mi pessar,

mi cobro e mi perdición!

8Cual del cisne es ya mi canto,

e mi carta la de Dido:corazón desfavorido,

causa de mi grand quebranto,

pues ya de la triste vidanon habedes conpasión,

honorad la defunsiónde mi muerte dolorida.

¡Guay de quien así convida,e de mi tiempo perdido!

Pues non vos sea en olvidoesta canción por finida.

Decir de un enamorado

1Diversas vezes mirando

el vuestro gesto agraciado,me soy tanto enamorado,

que siempre vivo penando.

Mas quien non vos amará,contemplando tal belleza,

o todo ciego será,o en él non habitará

discrepción nin gentileza.

2Que singular, no comuna,

vos ama toda la gente,en virtudes excellente,de verdades la coluna:

pues no de maravillares por mucho que vos ame,

ni lo debeis esquivar,ni se debe de pensar

que en mi vida vos desame.

3E esto causa la razón,e a mí no me desplace,

e todo lo satisfacevuestra mucha perfección:

la cual bien reconocida,es mejor por vos morir,que por las otras la vidaver en palmas sostenida,

e para siempre vivir.

4Si no, decid, si gocedes,¿cual señora fizo Diostan perfeta como vos,

e cuantas obras facedes?

E si decides verdad,según que vos conocés,no tan solo de beldad,mas en toda honestadmonarca os llamarés.

5Así non es maravilla

que muchos grandes señoresgalanes e amadores

sean de vuestra cuadrilla:

que si esto acontece,es porque vuestra personatiene por lo que merece,según ya claro parece,sobre todas la corona.

6Por do, si algo presumode mi flaco sentimiento,

es porque mi pensamientoen vuestra virtud consumo:

el cual por vos acatado,por vos non ser blasmado,

lo fallarés non absente;que siempre me sois presente:

tal de vos só enamorado.

7Mas por non vos ser prolijo,

cesaré, lo cual cesares difícil de obrar,

según que vos soy afijo;

que por lejos que me veo,yo nunca de vos me parto,

nin otra gloria poseo,sinon, por ver mi deseo,en loor de vos non harto.

8No por aquesto pensés

quiera ser de vos querido;que si digo lo debido,

non es cuanto merecés:

solo vos gradeceréque por vuestro me miredes

con tals ojos, que seréel más constant que podré,aunque la muerte me dedes.

Nunca ya me cansaréd'escrivir lo que valedes,

ni servir vos cesaré,la cual prueba dejaré

a las obras que veredes.

SONETOS

ICuando yo veo la gentil criatura

que el cielo, acorde con naturalezaformaron, loo mi buena ventura,el punto y hora que tanta belleza

me desmostraron la su hermosura,ya sola de loor es la pureza;

mas luego torno con igual tristuray me pongo a quejar de su crudeza.

Que no fue tanta la del mal Thedeo,ni fizo la de Achila y de Potino,falsos ministros de ti, Ptolomeo.

Así que lloro mi servicio indignoy la mi loca fiebre, pues que veo

que me hallo cansado y peregrino.

IILloro la hermana, maguer qu'enemiga,al rey don Sancho, e con grande sentidoprocedió presto contra el mal Vellido,

servando en acto la fraternal liga.

¡O dulce hermano!, pues yo, que tanto amigajamás te fue, ¿cómo podré celarde te llorar, plañir e lamentar,

por bien qu'el seso contraste e desdiga?

¡O real casa, tanto perseguidade la mala fortuna e molestada!

Non pienso Juno que más ençendida

fue contra Thebas, ni tanto indignada¡Antropos!, muerte me place e non vida,

si tal ventura ya non es cansada.

IIICual se mostraba la gentil Lavina

en los honrados templos de Laurencia,cuando solemnizaban a heritina

las gentes d'ella con toda femencia;

y cual parece flor de clavellinaen los frescos jardines de Florencia,

vieron mis ojos en forma divinala vuestra imagen e diva presencia,

cuando la llaga o mortal heridallagó mi pecho con dardo amoroso,

la cual me mata en prompto e da vida,

me face ledo, contento o quejoso.Alegre paso la pena indebida,

ardiendo en fuego me hallo en reposo.

IVSitio de amor con grande artilleria

me veo en torno, e con poder inmenso,e jamás cesan de noche e de día,nin el animo mío está suspenso

de sus combates, con tanta porfíaque ya me sobran, maguer me defenso.

Pues ¿que faras, o triste vida mía,que no lo alcanza por mucho que pienso?

La corporea fuerza de Samsón,ni de David el gran amor divino,

el seso ni saber de Salomón,

nin Hercoles se falla tanto dinoque resistir pudiesen tal presión;

así que a defensar me fallo indino.

VNo solamente al templo divino,donde yo creo seas receptada

según tu ánimo santo benigno,preclara infante, mujer mucho amada,

mas al abismo o centro malignote seguiría, si fuese otorgadaa caballero por golpe ferrinocortar la tela por Cloto filada.

Asi no lloren tu muerte, maguer seaen edad nueva o tiempo triunfante,

mas la mi triste vida que desea

ir donde fueres, como fiel amante,e conseguirte, dulce mía idea,e mi dolor acerbo e incesante.

VIEl agua blanda en la peña durafaze por curso de tiempo señal,

a la rueda rodante la venturatransmuda e troca el genio humanal.

Paces he visto apres gran roturaatarde dura bien nin hace mal,

mas la mi pena jamás ha folguranin punto cesa mi largor mortal.

Por ventura dirás, ídola mía,que a ti non place de mi perdimiento,

antes repruebas mi loca porfía.

Di, ¿qué faremos del ordenamientode amor, que priba toda señoría

e rige e manda nuestro entendimiento?

VIIFedra dio regla y manda que en amor,

cuando la lengua no se halle osadaa demostrar la pena o el dolor

que en el ánimo aflicto es emplentada,

la pluma escriva e muestre el ardorque diluye la mente fatigada;

pues osa, mano mía, y sin temorte faz ser vista fiel enamorada;

y no te pienses que tanta bellezay sincera claror casi divina

contenga en sí la feroce crueza,

ni la nefanda soberbia maligna;pues vaya lejos inútil pereza

y no se tema de imagen benigna.

VIII¡O dulce esguarde, vida e honor mía,segunda Helena, templo de beldad,

so cuya mano, mando e señoríaes el arbitrio mío e voluntad!

Yo soy tu prisionero, y sin porfíafueste señora de mi libertad;e no te pienses fuiga tu valía,ni me desplega tal captividad.

Verdad sea que Amor gasta e dirruyelas mis entrañas con fuego amoroso,

e la mi pena jamás diminuye;

ni punto fuelgo ni soy en reposo,mas vivo alegre con quien me destruye;

siento que muero y no soy quejoso.

IXNon es el rayo del Febo luciente,

ni los filos de Arabia más hermososque los vuestros cabellos luminosos,

ni gema de topaza tan fulgente.

Eran ligados de un verdor placientee flores de jazmín que los ornaba,

e su perfecta belleza mostrabacual viva llama o estrella de Oriente.

Loó mi lengua, maguer sea indigna,aquel buen punto que primero vila vuestra imagen y forma divina,

tal commo perla o claro rubí,e vuestra vista társica e benigna,a cuyo esguarde e merced me di.

XFiera Castino con aguda lanzala temerosa gente pompeana;

el cometiente las más veces gana,al victorioso nuce la tardanza.

Razón nos mueve, e cierta esperanzaes el alferce de vuestra bandera,

e justicia patrona e delantera,e nos conduce con gran ordenanza.

Recuérdenos la vida que vivides,la cual yo llamo imagen de muerte,e tantas menguas sean vos delante;

pensad las causas por qué las sofrides,que en vuestra espada es la buena suerte

e los honores del carro triunfante.

XIDespertad con aflato doloroso,

tristes suspiros, la pesada lengua;mío es el daño e vuestra la menguaque yo así viva jamás congojoso.

¿Por ventura será que habré reposocuando recontaren mis vejaciones

aquella a quien sus crueles prisionesligan mis fuerzas con perno amoroso?

¿Quieres que muera o viva languiendo,e sea oculta mi grave dolencia,

la cual me gasta e va dirruyendo,

e sus langores non han resistencia?¿De qué temedes?, que yo non entiendo

morir callando sea gran ciencia.

XIITimbre de amor, con el cual combate,cativa e prende toda gente humana;

del ánimo gentil derrero mate,e de las más hermosas soberana.

De la famosa rueda tan cercanano fue por belleza Virginea,

nin hizo Dido, ni Dafne Penea,de quien Ovidio gran loor esplana.

Templo emicante donde la corduraes adorada, e honesta destreza,silla e reposo de la fermosura,

choro placiente do virtud se reza;válgame, de esa, tu mesura,

e no me judgues contra gentileza.

XIIICalla la pluma e luce la espada

en nuestra mano, rey muy virtuoso;vuestra excelencia non es memorada

e Caliope fuelga e a reposo.

Yo plango e lloro non ser comendadavuestra eminencia e nombre famoso,

e redarguyo la mente pesadade los vivientes, no poco enojoso;

porque non canta los vuestros loorese fortaleza de memoria digna,

a quien se humillan los grandes señores,

a quien la Italia soberbia se inclina.Dejen el carro los emperadoresa la vuestra virtud casi divina.

XIVCuando yo so delante a aquella donna

a cuyo mando me sojuzgó amorcuido ser uno de los que en Tabor

vieron la gran claror que se razona,

o aquella se a fija de latinasegún su aspecto e grande resplandor;

así que punto yo non he vigorde mirar fijo su real persona.

El su grato favor dulce amorosoes una maravilla ciertamentee modo nuevo en humanidad:

el andar suyo es con tal reposohonesto e manso e su continenteque, libre, vivo en cautividad.

XVEl tiempo es vuestro e si d'él usades

como conviene, no se fará poco;no llamo sabio, mas a mi ver loco,

quien lo impediere; que si lo mirades,

los picos andan, pues, si non velades,la tierra es muelle e la entrada presta.

Sentir la mina, ¿qué pro tiene o presta,ni ver el daño, si no reparades?

Que si bien miro, yo veo a Sinón,magra la cara, desnudo e fambriento,

e noto el modo de su narración,

e veo a Ulises, varón fraudulento;pues oíd y creer a Lychaón,

que chica cifra deshace gran cuento.

XVIAmor, deudo e voluntad buena

doler me facen de vuestra dolor,e no poco me pena vuestra pena,e me atormenta la vuestra largor.

Cierto bien siento que no fue terrenaaquella flama ni la su furor

que vos inflama e vos encadena,ínfima cárcel, mas celeste amor.

Pues, ¿qué diré? remedio es olvidar;mas ánimo gentil atarde olvida, e yo conozco ser bueno apartar.

Pero deseo consume la vida;así diría, sirviendo, esperar

ser cualque alivio de la tal herida.

XVIINon en palabras los ánimos gentiles,

non en menazas ni'n semblantes fierosse muestran altos, fuertes e viriles,bravos, audaces, duros, temederos.

Sean los actos no puntos civiles,mas virtuosos e de caballeros,e dejemos las armas femeniles,abominables a todos guerreros.

Si los Scipiones e Decios lidiaronpor el bien de la patria, ciertamente

non es en duda, maguer que callaron,

o si Metrello se mostró valiente;pues loaremos los que bien obraron

e dejaremos el hablar nuciente.

XVIII¡Oh!, ¿qué diré de ti, triste hemisferio?,

¡o patria mía!, que veo del todoir todas cosas ultra recto modo,

donde se espera inmenso lacerio.

Tu gloria e laude tornó vituperioe la tu clara fama en escureza.

Por cierto, España, muerta es tu nobleza,e tus loores tornados hacerio.

¿Dó es la fe? ¿Dó es la caridad?¿Dó la esperanza? ya por cierto ausentes

son de las tus regiones e partidas.

¿Dó es justicia, temperanza, igualdad,prudencia e fortaleza? ¿Son presentes?

Por cierto no, que lejos son huidas.

XIXLejos de vos, o cerca de cuidado,pobre de gozo, e rico de tristeza,fallido de reposo, e a bastardo

de congoja mortal, pena e graveza.

Desnudo de esperanza e abrigadode inmensa cuita, e visto d´aspereza

la mi vida me huye mal mi gradola muerte me persigue sin pereza.

Ni son bastantes a satisfacerla sed ardiente de mi gran deseoTajo al presente ni a me socorrer

la enferma Guadiana, ni lo creo:Sólo Guadalquivir tiene poder

de me sacar, e sólo aquel deseo.

XXDoradas ondas del famoso río

que baña en torno la noble ciudad,do es aquella, cuyo más que mío

soy e posee la mi voluntad;

pues qu'en el vuestro lago e poderíoes la mi barca veloce, cuitad

con todas fuerzas e curso radíoe presentadme a la su beldad.

No vos impida duda ni temorde daño mío, que yo no lo espero;

y si viniere, venga toda suerte,

e si muriere, muera por su amor.Murió Leandro en el mar por Hero,partido es dulce al aflicto muerte.

XXIEn el próspero tiempo las serenasplañen e lloran, recelando el mal;

en el adverso ledas cantinelascantan, e atienden al buen temporal;

mas, ¿qué será de mí que las mis penas,cuitas, trabajos e largor mortal

jamás alternan ni son punto ajenas,sea destino o curso fatal?

Mas emprentadas el ánimo míolas tiene, como piedra la figura,fijas, estables, sin algún reposo.

El cuerdo acuerda, mas non el sandío;la muerte veo, e non me do cura:¡tal es la llaga del dardo amoroso!

XXIINon es a no de limitar el año,

el mes, ni la semana, nin el día,la hora, el punto; sea tal engaño

lejos de nos e fuiga toda vía.

Cuando menos dudamos nuestro daño,la gran baylesa de nuestra baylíacorta la tela del humanal paño;

no suenan trompas ni nos desafía.

Pues no sirvamos a quien no debemos,nin es servida con mil servidores;naturaleza, si bien lo entendemos,

de poca es harta ni procura honores.Jove se sirva e a Ceres dejemos,

ni piense alguno servir dos señores.

XXIIITraen los cazadores al marfil

a padecer la muerte enamorado,con bulto e con aspecto femenil,

claro e fermoso, compuesto e ornado.

Pues si el ingenio humano es más sutilque otro alguno, ¿seré yo culpado

si moriré por vos, dona gentil,no digo 'a fortiori', mas de grado?

Serán algunos, si me culparan,que nunca vieron la vuestra figura,angélico viso e forma excelente;

ni sintieron amor nin amaran,ni los poderes de la fermosura

e mando universal en toda gente.

XXIVSi el pelo por ventura voy trocando,

non el ánimo mío, ni se crea;ni puede ser, ni será fasta cuandointegralmente muerte me posea.

Yo me vos di e, no punto dudando,vos me prendiste e soy vuestra pera;absoluto es a mí vuestro gran mando

cuando vos veo o que no nos vea.

Bien mercedes vos ser mucho amada;mas yo no penas, por vos ser leal,cuantas padezco desde la jornada

que me feriste de golpe mortal.Sed el oliva, pues fuistes la espada;sed el bien mío, pues fuistes mi mal.

XXVAlégrome de ver aquella tierra,no menos la ciudad e la morada,sean planicies o campos o sierra,

donde vos vi yo la primer jornada.

Mas luego vuelvo e aquesto m'atierrapensando cuanto es infortunada

mi triste vida, porque la mi guerrano fue de paso, mas es de morada.

¿Fue visto bello o lid tan mortaldo no se viesen paces o sufrencia,

nin adversario tanto capital

que no fuese pungido de conciencia,sinon vos sola sin par nin egual,

do yo non hallo punto de clemencia?

XXVINo de otra guisa el índico serpienteteme la encantación de los egipciosque vos temedes, señora excelente,

cualquiera relación de mis servicios.

Porque sabedes, presente o absente,mis pensamientos e mis ejerciciosson loarvos e amarvos solamente,pospuesta cura de todos oficios.

Oídme ahora, después condenadme,si no me fallardes más leal

que los leales; e si tal, sacadme

de tan gran pena e sentid mi mal.E si denegades, acabadme:

peor es guerra que no lid campal.

XXVIICuentan que esforaba Timoteo

a los estrenuos e magnos varones,e los movía con viril deseo,

con agros sones e fieras canciones

a la batalla; e del mismo leolos retornaba con modulaciones

e dulce carmen d'aquel tal meneo,e reposaba los sus corazones.

Así el ánimo mío se altivece,se jacta e loa porque vos amó,

cuando yo veo tanta fermosura.

Mas luego pronto e presto s'entristecee se maldice porque lo asayó,

vista vuestra crueza cuánto dura.

XXVIIISi la vida viviese de Noé

e si de la vejez todas señalesconcurriesen en mí, no cesaré

de vos servir, leal más que leales.

Ya partirme de vos o de la fe,ambas dos cosas juzgo ser iguales;

por vuestro vivo, por vuestro morré,vuestro soy todo e míos mis males.

La saturnina pereza acabadohabría su curso tardinoso,

o las dos partes de la su jornada,

desque vos amo; e si soy amado,vos lo sabedes, después el reposo

de mi triste yacija congojada.

XXIXBuscan los enfermos santuariocon gran deseo e sedienta cura

o por lenguas vías y caminos varios,temiendo el manto de la sepultura.

¿Son, si pensades, menores contrarioslos venéreos fuegos sin mesura,

ni los mis males menos adversariosque la tisera d'Antropos escura?

Pues, ¿quién podría o puede quietarmis graves cuitas, mis penas, mis males,

sean por partes o siquiera en gros?

Nin Esculapio podría curarlos mis langores, tantos son e tales,nin otro alguno, sinon Dios e vos.

XXXVenció Anibal al conflicto de canas

e no dudaba Livio, si quisiera,qu'en pocos días o pocas semanas

a Roma con Italia poseyera.

Por cierto al universo la maneraplugo, e se goza en gran cantidadde vuestra también hecha libertaddonde la Astrea dominar espera.

La gracia leemos sea dadaa muchos, e a pocos la perseverancia,

pues de los rayos sed vos, rey prudente;

e no vos canse tan viril jornada,mas conseguidla tordiendo tardanzacuanto es loable, bueno e diligente.

XXXIForzó la fortaleza de Golías

con los tres nombres justos con el nombredel que se quiso por nos hacer hombre

e de infinito mortal e Mesías,

el pastor, cuyo carmen todos díasla santa Esposa no cesa cantando,

e durará tan lejos hasta cuandoserá victoria a Enoch e a Helías.

Pues vos, los reyes, los emperadores,cuantos el santo crisma recibistes,

¿sentides, por ventura, los clamores

que de Bisancio por letras oístes?Ejemplo sean a tantos señores

las gestas de Sión, si las leistes.

XXXIIRoma en el mundo e vos en España

sois solas ciudades ciertamente,hermosa Yspalis, sola por hazaña,

corona de Bética excelente.

Noble por edificios, no me engañavan apariencia, mas judgo patente

vuestra gran fama aún no ser tamañacuan loable sois a quien lo siente.

En vos concurre venerable clero,sacras reliquias, santas religiones,

el brazo militante caballero,

claras estirpes, diversas naciones,fustas sin cuento; Hércules primero,Yspán e Julio son vuestros patrones.

XXXIIIPorqu'el largo vivir nos es negado,

ínclito rey, tales obras facedque vuestro nombre sea memorado;

amad la fama e aquélla temed.

Con vulgo alegre, mano e reposadooíd todos, librad e proved;

haced que hayades las gentes en grado,que ninguno domina sin merced.

Como quiera que sea, comendemosestos dos actos vuestros por derechos,pues qu'l principio es cierto e sabemos

en todas cosas ser lo más del hecho;e refiriendo gracias os amemos.qu'es a los reyes glorioso pecho.

XXXIVClara por nombre, por obra e virtud

luna de Assis, fija d'Ortulana,de santas donas ejemplo e salud,entre las deudas una e soberana;

principio de alto bien, en juventudperseverante, e fuente do mana

pobreza humilde, e closo alamud,del seráfico sol muy digna hermana.

Tú, virgen, triunfas del triunfo triunfntee glorioso premio de la palma;

así no yerra quien de ti se ampara.

e te cuenta del cuento dominantede los santos, ¡o santa sacra e alma!

Pues 'ora pro me', beata Clara

XXXVDel celestial ejército patrón

e del segundo coro más precioso,de los ángeles malos damnación,Miguel Arcángel, duque glorioso;

muy digo alférez del sacro pendón,invencible cruzado victorioso,tú debellaste al cruel dragón

en virtud del excelso poderoso.

Por todos estos premios te honoramose veneramos, príncipe excellente,e por ellos mesmos te rogamos

que ruegues al Señor Omnipotentenos dignifique, porque poseamos

la gloria a todas glorias precedente.

XXXVIVirginal templo do el verbo divinovistió la forma de humanal librea,a quien anhela todo amor benigno,

a quien contempla commo a santa idea,

si de fablar de ti yo no soy digno,la gracia del tu fijo me provea;indocto soy e laso peregrino,pero mi lengua loarte desea.

¿Hablaron, por ventura, Johan e Johan,Jacobo, Pedro tan gran teología,

nin el asna podiera de Balán,

sin gracia suya, fablar, ni sabía?Pues el que puede, fable sin afántus alabanzas en la lengua mía.

XXXVIIAdivinativos fueron los varones

de Galilea, cuando los dejónuestro Maestro, mas sus corazones

no se turbaron punto más que yo.

Por mí sabidas vuestras estaciones,vuestro camino, el cual me mató;

e así no cansan las mis aflicciones,aunque si vuestro era, vuestro só.

Haced ahora como comedida,no me matedes, mostradvos piadosa;

haced ahora como fizo Dios

e consoladme con vuestra venida;cierto faredes obra virtuosa,

si me valedes con vuestro socós.

XXXVIIILeño felice qu'el gran poderío

que todo el mundo no pudo ayubar,en cuyo pomo iba el señorío

de cielos, tierra, arenas e mar;

sin altercasiones e sin desvío,mas leda e gratamente sin dudar,en el tu cuello le pasaste el río,que no sin causa se debió negar.

Jaián entre los santos, admirablepor fuerza insigne e gran estatura,de quien yo fago conmemoración,

haz, por tus ruegos, por el espantablepaso yo pase en nave segura,

libre del golfo de la damnación.

XXXIXAnima devota, que en el signo

e santo nombre estás contemplando,e los sus rayos con viso aquilinosolares miras fijo, no vagando,

serás perfecto e discípulo dignodel pobre seráfico; guardando

el orden suyo ganaste el devinolugar eterno, do vivís triunfando.

Ningunas dignidades corrompieronel fuerte muro de tu santidad;

sábenlo Siena, Ferrara e Orbino.

Ni las sus ricas mitras conmovieronlas tus ynopias, ni tu pobredad;

por mí te ruego ruegues, Bernaldino.

XLSi ánima alguna tú sacas de penapor el festival don, es hoy la mía,

pescador santo, uno de la cenade la divinal mesa e compañía.

Tú convertiste la flama egehenla,en la cual grandes tiempos ha que ardía,

en mansa calma, tranquila e serena,e mi grave langor en alegría.

Pues me traiste, Señor, donde veaaquella que en niñez me conquistó,a quien adoro, sirvo e me guerrea,

e las mis fuerzas del todo sobró;a quien deseo e no me desea,

a quien me mata, aunque suyo só.

XLIDe mi misma comienza la ordenada

caridad, e así vos, tercio Calixto,aquella santidad bien meritada

por Fray Vicente, disciplo de Cristo,

quisiste que fuese confirmadapor consistorio, según vos fue visto.

Gozóse España con esta jornada,que a Dios fue grato e al mundo bienquisto.

Mas imploramos a vuestra clemencia,si serán dignas nuestras santas preces,no se recusen; mas dadnos segundo

canonizado por vulgar sentencia,al confesor insigne Villacreces;

muy gloriosa fue su vida al mundo.

XLIIDe la suprema corte curial

e sacro socio de la jerarquía,que de la diva morada eternal

fuiste enviado por custodia mía,

gracias te fago, mi Guarda especial,que me guardaste fasta en este día

de las insidias del universalnuestro adversario, e fuiste mi guía.

E así te ruego, Angel, hayas curadel curso de mi vida e brevedad,

e con diligencia te apresura,

que mucho es débil mi fragilidad;honesta vida e muerte me procura,

e al fin con los justos santidad.