Seminario de Escritura Autobiográfica Transcripción de...

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1 Seminario de Escritura Autobiográfica Transcripción de la sesión del 22 de marzo de 2013 Expositora: Dra. Mónica Quijano Tema: ¨El pacto autobiográfico¨ de Philippe Lejeune Muchas gracias, Blanca, por invitarme al seminario. Bueno, pues, estuve pensando que obviamente más que explicar el texto porque… bueno ya todos lo leímos, quisiera más bien como hacer un recorrido general y plantear los puntos principales en el texto, y lo que yo encuentro que podrían ser como los puntos problemáticos. Un poco para abrir la discusión de este texto de Philippe Lejeune que, además, pues ya se ha vuelto como… es un texto clásico para pensar la autobiografía ¿no? o sea en general, cualquier reflexión teórica de la autobiografía Dra. Blanca Estela Treviño: - Que lo detestan algunos… - sí… tiene que pasar por Lejeune ¿no? Bueno… este… es un académico francés ¿no? que bueno ya… Nació en el ´38 o sea que ya es bastante grande y es profesor en la Universidad de Paris [ininteligible] y bueno Lejeune ha dedicado como toda su carrera al estudio y a la documentación de la autobiografía en Francia, bajo sus distintas formas ¿no? o sea la de memorias, de diarios, de autobiografías propiamente dichas, de ficción (digo de autoficción). Y digamos que, en una primera etapa que va de los ´70 hasta 1986 -el texto que nosotros leímos es un texto que se publica por primera vez en 1973- va a trabajar directamente la autobiografía ¿no? y sobre todo como la autobiografía de escritores franceses importantes. Y ya, a partir de 1986 hay como un giro en su carrera académica y se va a dedicar a trabajar más sobre el diario personal. Después tiene una serie de reflexiones teóricas también sobre el diario y sobre todo como ya el diario íntimo de personas comunes y corrientes ¿no? Digo sigue trabajando este… él por ejemplo trabaja cuestiones de Perec y de Sartre ¿no? pero se dedica mucho a trabajar el diario personal. Y bueno, Lejeune es cofundador también de la Asssociation pour l´Autobiographie et le Patrimoine Autobiographique que fue creada en 1992 y que justo tiene como fin preservar las narraciones autobiográficas que no hayan sido publicada ¿no? Digamos

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Seminario de Escritura Autobiográfica

Transcripción de la sesión del 22 de marzo de 2013

Expositora: Dra. Mónica Quijano

Tema: ¨El pacto autobiográfico¨ de Philippe Lejeune

Muchas gracias, Blanca, por invitarme al seminario. Bueno, pues, estuve pensando que

obviamente más que explicar el texto porque… bueno ya todos lo leímos, quisiera más

bien como hacer un recorrido general y plantear los puntos principales en el texto, y lo

que yo encuentro que podrían ser como los puntos problemáticos. Un poco para abrir

la discusión de este texto de Philippe Lejeune que, además, pues ya se ha vuelto

como… es un texto clásico para pensar la autobiografía ¿no? o sea en general,

cualquier reflexión teórica de la autobiografía

Dra. Blanca Estela Treviño: - Que lo detestan algunos…

- sí… tiene que pasar por Lejeune ¿no? Bueno… este… es un académico francés ¿no?

que bueno ya… Nació en el ´38 o sea que ya es bastante grande y es profesor en la

Universidad de Paris [ininteligible] y bueno Lejeune ha dedicado como toda su carrera

al estudio y a la documentación de la autobiografía en Francia, bajo sus distintas

formas ¿no? o sea la de memorias, de diarios, de autobiografías propiamente dichas,

de ficción (digo de autoficción). Y digamos que, en una primera etapa que va de los ´70

hasta 1986 -el texto que nosotros leímos es un texto que se publica por primera vez en

1973- va a trabajar directamente la autobiografía ¿no? y sobre todo como la

autobiografía de escritores franceses importantes. Y ya, a partir de 1986 hay como un

giro en su carrera académica y se va a dedicar a trabajar más sobre el diario personal.

Después tiene una serie de reflexiones teóricas también sobre el diario y sobre todo

como ya el diario íntimo de personas comunes y corrientes ¿no? Digo sigue trabajando

este… él por ejemplo trabaja cuestiones de Perec y de Sartre ¿no? pero se dedica

mucho a trabajar el diario personal.

Y bueno, Lejeune es cofundador también de la Asssociation pour l´Autobiographie et le

Patrimoine Autobiographique que fue creada en 1992 y que justo tiene como fin

preservar las narraciones autobiográficas que no hayan sido publicada ¿no? Digamos

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que es un centro de documentación en donde las personas pueden enviar su… o sea, o

documentos autobiográficos de su familia o personales, etcétera, y esta asociación los

lee, los clasifica, etcétera ¿no? Entonces ha quedado también como un trabajo

también como pro-patrimonio de estas narraciones autobiográficas, y además también

hay como todo un centro de documentación hemerográfica para la gente que está

interesada en el tema.

Tiene también por ahí un sitio web que se llama autopact.org y es

interesante porque ahí, pueden encontrar ahí bibliografías sobre el tema. Está más

vinculado con Francia pero lo sigue… lo sigue… bueno no Lejeune seguramente

propiamente dicho, pero su equipo lo siguen.

Bueno, como les comentaba, el artículo que leímos se publicó por

primera vez en 1973 en la revista Politique y luego ya lo retomó en1975 en un libro

que lleva el mismo título del artículo, es El pacto autobiográfico. Y se trata de un texto

teórico, es una reflexión teórica que busca definir la autobiografía. Digamos que para

definirlo, el autor sigue dos enfoques. Uno que va a estar más vinculado con la

narratología, es decir como con las estrategias textuales que permitan describir y

diferenciar la autobiografía de otras formas discursivas como la novela, como la

biografía, como otras narrativas del yo. Pero justo como este enfoque no es suficiente

y el mismo Lejeune lo comenta porque dice, bueno en su primer libro que es La

autobiografía en Francia, trató de definir de manera más narratológica la autobiografía

y se dio cuenta que esto era imposible, entonces justo como no es suficiente las

herramientas de la narratología, en este artículo podemos ver también que hay un giro

hacia la pragmática ¿no? O sea es decir ya hacia la comunicación discursiva, es decir

hacia la relación entre producción de texto y la recepción de texto. Y justamente es a

partir de este componente pragmático que va a surgir el concepto de pacto

autobiográfico ¿no? O sea la noción de pacto autobiográfico es una noción

completamente pragmática, es decir que entra… o sea discursiva en términos de que la

autobiografía se ve ya como un discurso que circula ¿no? Como les decía: que se

produce y que se recibe. Y es justamente en este circuito de circulación, de

comunicación discursiva que se puede definir, digamos completamente, la

autobiografía.

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Entonces digamos que Lejeune va a partir de una definición un tanto

restrictiva de autobiografía que es… la define como un relato retrospectivo en prosa,

que una persona real hace de su propia existencia, poniendo énfasis en su vida

individual y en particular, en la historia de su personaje. Entonces digamos que hay

cuatro aspectos de esta definición que están organizados, me parece, de manera

jerárquica. Va a haber dos elementos de esta definición que son indispensables para

pensar o para definir la autobiografía, y los otros que pueden variar. Ahora me parece

que es justo en esta variación –ahorita diré cuáles son los elementos variables- en

donde podemos percibir esta noción restringida de la autobiografía que es la que, al

menos críticos posteriores, van a reprochar a Lejeune. Y los otros dos aspectos,

digamos indispensables, son los que permitirían pensar en una noción más amplia de

la autobiografía pero que también va a presentar otro tipo de problemas, digamos más

filosóficos que narratológicos. Me parece que las nociones restrictivas son más

narratológicas, es decir, tienen que ver más con las formas discursivas, y los

indispensables, que son… estarían más de lado –por lo menos uno de los elementos-

más del lado de la pragmática son las que podrían plantear un problema más filosófico

que tiene que ver con la relación referencial. Entonces digamos que los dos

indispensables, que permitirían distinguir la autobiografía de dos otros grandes grupos

discursivos, que serían la biografía y la novela serían: Uno, la identidad entre autor y

narrador, que éste si sería un elemento más narratológico, y el segundo de la identidad

entre autor y narrador –que es el elemento pragmático- y la identidad entre narrador y

personaje principal, que sería un elemento narratológico.

Los que pueden variar, aunque en la definición de Lejeune, son los que permiten

distinguir la autobiografía de otras escrituras del yo es: la idea de que se trate de una

narración en prosa, que se trata… cuyo tema es la vida individual o la historia de una

personalidad, y que plantea una perspectiva retrospectiva de la narración.

Como les decía, como que en esta definición podemos ver que el

enfoque narratológico está más vinculado con los elementos que permiten distinguir a

la autobiografía de otras narrativas del yo. Pero justo como este enfoque narratológico

es insuficiente, uno de los elementos indispensables de la distinción de la

autobiografía va a ser este elemento pragmático de la identidad entre autor y

narrador. Entonces… este… digamos que Lejeune en su artículo va construyendo su

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definición de… digamos… de la narratología a la pragmática ¿no? Entonces, el primer

elemento que va a trabajar es la relación de identidad entre narrador y personaje

principal, que es un elemento intra-textual, se puede distinguir al interior del texto,

estamos hablando de narrador y personaje. Y entonces él va a señalar que, por lo

general, la identidad entre narrador y personaje principal está indicada en la

autobiografía por el uso de la primera persona gramatical, es decir, del ¨yo¨, y

entonces seria lo que Genette denomina ¨narración autodiegética¨. Ahora, esto no

excluye dice –dirá también- Lejeune que pueden existir autobiografías en tercera y en

segunda persona, pero digamos que son casos más bien raros ¿no? Y en el texto, en

éste, en el texto del ¨Pacto autobiográfico¨, la forma narrativa que va Lejeune a

privilegiar y que v a trabajar, es justamente la narración autodiegética. Es decir, en

donde el narrador usa el ¨yo¨ ¿no? o sea la primera persona gramatical, entonces,

digamos que este… algunos aspectos de esta relación ¿no? En esta narración

autodiegética… pues ¿quién es ese ¨yo¨ de la enunciación?, se preguntará Lejeune

¿no? Y para pensar ésta o definir quién podría ser este ¨yo¨ va a retomar las

reflexiones de Benveniste.

Entonces digamos que Benveniste señala que la primera persona se

va a definir por la articulación de dos niveles. Uno, que sería un nivel referencial en

donde los pronombres personales sólo tienen referencia real al interior del discurso.

Esto implica que el discurso ¿no? o sea que en el discurso el ¨yo¨ solamente envía al

enunciador, es decir, el ¨yo¨ se define gramaticalmente por quien habla. O sea es la

única manera que podemos definir el ¨yo¨, el ¨yo¨ es el hablante. Entonces bueno,

dice Lejeune, o sea Benveniste está describiendo la relación oral, entonces es fácil

distinguir el ¨yo¨ en un sistema de comunicación. El ¨yo¨ que habla pues es la persona

que está hablando y es fácil establecer la identidad ahí.

El otro sería una cuestión de enunciación en donde los pronombres

personales de la primera persona van a señalar una identidad entre el sujeto de la

enunciación y el sujeto enunciado ¿no? Ahora, justo la pregunta es ¿quiénes son estos

sujetos en la autobiografía? Y aquí es en donde va a entrar el elemento pragmático.

¿Por qué? Por que Leujene va a decir, digamos, que en la autobiografía el sujeto de la

enunciación es el autor, pero el autor digamos que ya está a caballo entre el texto y lo

que está fuera del texto. ¿Por qué? Por que siempre enlaza un referente fuera del

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texto que es esa persona real que firma el texto y que tiene una existencia, digamos

aparte de la existencia textual ¿no? Y el sujeto enunciado será el narrador-personaje.

Entonces aquí es donde se construye el triángulo de la definición de Lejeune de… que

en la autobiografía hay una identidad entre autor, narrador y personaje ¿no?

Entonces… Ahora, y aquí esto es lo que me parece interesante en la reflexión de

Lejeune…en la autobiografía lo que permite justamente establecer esta identidad

entre sujeto de la enunciación y sujeto enunciado es el nombre propio. Digo que…

además justo el nombre propio puede ser este puente entre el texto y lo que está

fuera del texto. Cuando es el nombre propio pues se refiere, digamos, a seres

ontológicamente reales ¿no? es decir, que tienen una existencia fuera del texto o

verificables en el mundo real. Y entonces el nombre propio va a ser un elemento

fundamental para la articulación de la teoría de Lejeune porque justo este nombre

propio es el que permite establecer una relación entre el inter-texto (o lo que está

dentro del texto) y el extra-texto (todo lo que está fuera del texto). Y justo es el

nombre propio también el que permite establecer este pacto referencial que implica

todo pacto autobiográfico ¿no? Y es también el que, al interior del texto, permite

asignarle a ese ¨yo¨, a esa persona gramatical ¨yo¨, una individualización específica. Es

a través del nombre propio que es el ¨yo¨ del discurso que Benveniste dice pues

solamente que se refiere al hablante adquiere unos rasgos característicos y una

individualización que se puede ver desde el texto. Entonces, este… digamos que el

nombre propio en la autobiografía va a tener una doble función. Permitiría estipular lo

que Foucault denominó la función autoral, es decir, quién es, discursivamente

hablando, el autor, y entonces el autor va a ser aquel sujeto bajo cuyo nombre hay una

serie de discursos que se le atribuyen, y en el que podemos distinguir una serie de

rasgos estilísticos. Aquí estamos, digamos, en el campo de las relaciones al interior del

texto o al … o relaciones al interior del discurso, donde la noción de autor deja de ser

una relación con la persona real, digamos, sino una función que el propio discurso

utiliza para auto identificarse y de alguna manera para legitimarse que es toda,

digamos, la reflexión de Foucault sobre el autor y que, además, Foucault dirá que eso

también tiene que ver mucho con la autobiografía, que es una función moderna, al

igual que la autobiografía dirá, digamos la autobiografía tal como la conocemos ahora

pues parte, digamos, de Rousseau ¿no? Y por otro lado ¿no? o sea ese sería justa… o

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sea permite estipular la función autoral pero también, para Lejeune, permite

establecer un pacto referencial con una persona real que exige que se le atribuya la

responsabilidad de la enunciación. Y esto a mí me parece súper importante, que es

uno de los puntos que quiero, o sea que quiero problematizar un poco de Lejeune nos

dice, porque me parece que justo este pacto referencial nos lleva también a la

discusión de la autobiografía en el campo de la ética, ya no solamente en el campo del

discurso, sino también en el campo de la ética. En el momento en que un sujeto de

enunciación toma responsabilidad por lo que dice pasamos al campo de la ética.

Entonces bueno, digamos que o sea por eso el nombre propio va a

ser muy importante para Lejeune ¿no? porque justamente es lo que le permite

establecer este vínculo entre el aspecto más narratológico del texto y el aspecto más

pragmático del texto ¿no? o sea ese es el puente. Y, obviamente, a partir, o sea la

identidad entre autor, narrador y personaje se va a dar a través del nombre propio

¿no? que, a su vez, digamos que esta identidad del nombre entre autor, narrador y

personaje le va a permitir establecer como este… una clasificación al interior de las

narraciones autodiegéticas ¿no? que sería el cuadro 2 que tenemos en la página 53.

Ahora, a mí me gustaría que nos detuviéramos un poquito en esta

clasificación, sobre todo digamos en los puntos problemáticos, o en los casos límite,

que Lejeune marca ¿no? que son, digamos, los espacios que en el cuadro están en

blanco. Por que, digo, en los otros términos no me parece ni problemático ni

complicado, digo, la clasificación opera y de alguna manera es funcional ¿no? o sea

como una tipología me parece que es bastante funcional. El problema, sobre todo, me

parece que este… en… el problema se plantearía en el espacio en blanco en donde…

este… que sería que… el punto 3 ¿no? en donde el nombre del personaje de la obra es

igual al nombre del autor ¿no? que dice… Dice Lejeune: : ¨este hecho mismo excluye la

posibilidad de la ficción, incluso si la narración es históricamente en todo falsa, sería en

el orden de la mentira¨ ¿no? Lo cual es una categoría autobiográfica y no de la ficción

¿no? Me parece que ese sería el primer punto autobiográfico porque yo no estoy tan

convencida de que podemos hablar de… tan categóricamente, de mentira o no ¿no? O

sea, creo que justo ahí habría que volver a ponerlo en la perspectiva histórica y en las

distintas formas de lectura porque… porque, justo, si retomamos esta categoría de

Booth sobre el narrador no digno de confianza o sea… creo que justo toda la literatura

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del siglo XX juega con esto ¿no? O sea, juega justamente… o en términos como de

establecer… este… engaño, o sea engaños al interior del juego literario para establecer

justamente juegos de pacto de ficción, que no tengan que ser forzosamente

establecidos en términos de verdad y mentira. Por eso me parece que… que… que

Lejeune es un poco estricto en su categorización de decir, bueno es que este… o sea sí,

el nombre del personaje es igual al nombre del autor ¡ya! de entrada estudiemos la

posibilidad de la ficción…

Dra. Blanca Estela Treviño: - Por que ahí un ejemplo sería Borges ¿no?

Dra. Mónica Quijano:

Ahí un ejemplo sería Borges, por supuesto. Por supuesto.

Dra. Treviño: - Borges y yo, por ejemplo.

Dra. Mónica Quijano:

Borges y yo, sí, exacto, o sea como todos estos textos que obviamente sí son textos

híbridos que, justamente, están jugando con las dos cuestiones… Pero… verlos en

términos de verdad y mentira, al interior de la ficción, tampoco funciona ¿no?

Entonces como que ahí me parece que es como el primer punto problemático.

Carlos (estudiante): - Se está olvidando de lo de Booth del autor implícito y esto ¿no?

Ahí está…

Dra. Quijano:

Claro y… se olvida del autor implícito porque justo… o sea volvemos al punto

pragmático de la enunciación. O sea, para Lejeune o sea la autobiografía siempre

implica una relación extra-textual que implica una responsabilidad de la enunciación.

Entonces, claro, si nos ponemos en el campo de la responsabilidad de la enunciación

pues sí, lo podemos discutir en términos de verdad y mentira pero, o sea, hay un gran

campo de la ficción en donde justamente está jugando con esos, o sea, con ese límite,

que es un límite muy borroso y que me parece que, de pronto, Lejeune lo pone

demasiado claro ¿no? que es también otra de las críticas que le hacen. O sea ese límite

entre lo real y lo ficticio nunca es tan marcado ¿no? O sea, en unos casos sí, pero hay

muchos otros que son unos casos ambiguos en donde quizás el pacto de lectura es

otro, es un pacto otro, que a lo mejor no es completamente el de la ficción, no es

completamente el de la autobiografía, sino juega con los dos ¿no?

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Y bueno, y esta el otro caso ciego que, además el propio Lejeune

después va a retomar años después para re-trabajarlo. O sea por que, digo este es un

texto que él publica en los 70´s, pero también sería injusto con él decir que se quedó

en esta… en esta visión. O sea Lejeune siguió escribiendo por lo menos hasta el 2005 y

2006, y obviamente en estos años pues ha vuelto hacia su concepto y hacia su trabajo

pero… El otro caso ciego que, por lo menos en este texto este… pues resulta también

un poco problemático es en el que dice, bueno, el héroe de una novela puede tener el

mismo nombre del autor, o sea, personaje y autor, en términos de una novela, dice,

nada impide que así sea ¿no? y esto no es una contradicción interna. Que podríamos

deducir efectos interesantes pero en la práctica no se me ocurre ningún ejemplo. Digo,

obviamente sí los hay. Yo estaba pensando La tía Julia y el escribidor es un ejemplo

evidente de esta relación ¿no? O sea en donde… es una novela clarísimamente pero en

donde el personaje principal es… tiene el mismo nombre que el autor. Y no solamente,

o sea, está… el autor está jugando constantemente con una narración autobiográfica

que hizo, justamente, que la tía Julia escribiera un libro diciendo que ¨ésta es la verdad

de la tía Julia; ¡lo que está diciendo Vargas Llosa son puras mentiras!¨ Y justo Vargas

Llosa dice ¨¡pero pues es que era una novela!¨ Ahí es justo donde se cruzan estos…

estas… este… estos… formas de leer y cómo, en efecto, cuando leemos un texto en

clave autobiográfica, es imposible tampoco salir, o sea, dejar de un lado el referente

¿no? A pesar de que sepamos que es una novela ¿no? Estamos todo el tiempo

tratando de establecer esos… esos vínculos con… justamente con la relación

referencial.

Entonces, bueno… este… el otro punto ciego que Lejeune retoma es

el problema del anonimato, del autor anónimo de una autobiografía o de un discurso

autobiográfico, que me parece también problemático en esta definición de Lejeune,

por que… Lejeune dice que el autor de una autobiografía no puede ser anónimo ¿no?

O sea, porque en principio digamos que sería una tautología, o sea una contradicción.

Sí, lo sería si lo vemos en términos o sea de Lejeune, de lo que Lejeune está trabajando

ahora, que es como la autobiografía de personas importantes, de personajes famosos

en donde lo que, obviamente, nos interesa como lectores pues es conocer la vida

individual de una persona ¿no? Y esa vida individual tiene que tener algún rasgo de…

este… de…

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Dra. Treviño: - De credibilidad…

Dra. Quijano:

Sí, de credibilidad no sólo, sino que esta persona tiene que ser excepcional, de

excepción, o sea escritores, políticos, etcétera ¿no? O sea cuando uno va a leer una

autobiografía…

Dra. Treviño: - Figuras públicas…

Dra. Quijano:

Figuras públicas importantes ¿no? Pues sí, en efecto sí. Pensando en términos de una

figura pública, pues la autobiografía tiene que tener siempre un autor. Pero yo pienso

en todos estos discursos que quizá no son autobiografías como tales, pero que son

narrativas del ¨yo¨ y que son discursos autobiográficos, en donde no importa tanto la

persona sino lo que esa persona encarna ¿no? O esa persona ya no se vuelve

excepcional sino se vuelve representativa de una época que, finalmente, es el giro que

Lejeune va a tomar después ¿no? Es decir, todos estos diarios, producciones de

personas comunes y corrientes en donde a lo mejor el nombre no es tan importante

¿no? O todos aquellos discursos autobiográficos que se publican a propósito de

manera anónima por una cuestión política ¿no? o ideológica. O sea yo pienso, por

ejemplo, en este diario que ahora publicó Anagrama que se llama Una mujer en Berlín,

que es un diario –es un diario ¿no?- o sea no es una autobiografía, en efecto, es un

diario. Es un diario de una periodista que decide publicarlo anónimamente pero en

donde, justamente, describe o sea… el Berlín después de la liberación, digamos, o sea

cuando llegan los rusos y como… bueno… es un retrato crudísimo y terrible de la

realidad de las mujeres alemanas, que eran violadas sistemáticamente por los rusos

¿no? Y como tenían que hacer especie de acomodatos [sic] para poder comer,

sobrevivir, etcétera, etcétera. Entonces todo este diario describe con una mirada muy

quirúrgica esta situación, y la identidad de esta… la primera vez que se publicó fue

como en 1954 (que además tuvo una recepción bastante hostil en Alemania,

justamente, pues estaba muy cerca todo…)

Y la identidad de la autora de este diario se supo hasta 2003 cuando la autora muere,

por que además, después del ´54, el diario no se volvió a editar justamente porque ella

pidió que no se editara por toda la polémica que surgió ¿no? Se edita después de su

muerte y es hasta el 2003 que sabemos su identidad pero pues durante muchos años

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era… fue un diario anónimo en donde, claro, o sea lo importante aquí no era quién lo

escribía sino lo que estaba escribiendo y el testimonio, digamos, de una época ¿no?

Entonces por eso esta cuestión de la autobiografía y del anonimato yo lo pondría

también como un poco entre paréntesis. O sea, sí cuando se trata de personajes

públicos e importantes; no cuando tomamos la otra función de la autobiografía y que

es la función testimonial ¿no? que creo que justo es lo que Lejeune no trabaja en este

texto. Por que, además, creo que el boom del testimonio se dio después de los 70´s

¿no? ya en los 80´s. Y entonces también me parece como muy… este… no me parece

azaroso que a mediados de los 80´s el propio Lejeune dé un giro hacia estas narrativas

que son más testimoniales –o sea testimoniales de una época, de una situación- que

aquéllas que lo que ponen, como tema principal en el discurso, es la historia de una

persona o la historia de un individuo.

Carlos (estudiante): - Perdón… también lo mismo pensé porque, bueno, se cumplen en

este tipo de ejemplos de narraciones anónimas, se cumple la condición de hay ahí una

enunciación que es creo la condición de… una de las condiciones fundamentales: la

enunciación de un ¨yo¨ que comunica, que escribe ¿no? y entonces… Y ahí está la

función perfectamente cumplida ¿no? aunque no tenga nombre.

Dra. Quijano:

Claro. El problema es que, justo, en la definición que ahora da Lejeune falta el nombre

del autor ¿no? Y en el momento en que falta el nombre del autor volvemos a lo mismo

de la responsabilidad… de… o sea… quién se responsabiliza por ese discurso. Por eso

decía que eso es lo que inscribiría justamente a la enunciación de la autobiografía

dentro del campo de la ética ¿no? o sea dentro del campo de la responsabilidad. O sea

de un sujeto que se responsabiliza por lo que dice. Cuando es anónimo el sujeto pues

no hay nadie que se pueda responsabilizar. O sea tienes el testimonio pero no tienes

quién lo respalde ¿no? Digamos, jurídicamente hablando ¿no? Pero por supuesto que

el ¨yo¨ de la enunciación pues ahí está ¿no? Y ese ¨yo¨ de la enunciación se puede

vincular con un sujeto que existe en el mundo, aunque no sepamos quién es también

¿no? O sea, en efecto, hay pruebas de verificación que se pueden hacer, pruebas

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documentales de verificación que se pueden hacer para ver que, en efecto, pues el

testimonio sí es un testimonio ¿no? y no es una, justamente, no es una invención.

(Roberto García Bonilla): ¿Puedo hacer una pregunta? Cuando hablas de

responsabilidad ética ¿te refieres a la veracidad del testimonio o a la interpretación del

testimonio o a las dos cosas?

Dra. Quijano:

La responsabilidad ética tiene que ver con el sujeto de enunciación, con ¨yo¨ que firma

este documento y me responsabilizo de lo que estoy diciendo y en principio el pacto

que estoy estableciendo contigo, lector, es que lo que estoy escribiendo es verdad.

Entonces la responsabilidad ética viene de parte, me parece más , de la enunciación

que de la recepción.

[Roberto García Bonilla] ¿Pero qué es, precisamente, en qué partes de la enunciación

se concentra la responsabilidad ética?

Dra. Quijano:

En que lo que yo te estoy diciendo es verdad. La responsabilidad ética es que yo te

estoy diciendo que esto es una autobiografía. Estamos estableciendo un pacto en el

que yo me comprometo a decir la verdad, es decir, a no mentirte. Ahí es en donde está

recayendo la responsabilidad ética, es en términos de lo que se ha discutido ad

infinitum ya pensando en el testimonio. Por ejemplo, pensemos lo que pasa con toda

la polémica con el libro de Rigoberta Menchú Me llamo Rigoberta Menchú y así nació

mi conciencia. Gran parte de la polémica que se desató después del libro es que

Rigoberta Menchú está narrando como si ella hubiera visto y testimoniado una serie

de acontecimientos que no vivió y que no fue testigo y en su texto está diciendo que lo

vio y que lo testificó. Una buena parte de la discusión en Estados Unidos sobre el texto

era ésa, es decir en términos del pacto autobiográfico tú me estás mintiendo porque

me estás diciendo que estuviste ahí y no estuviste. Son testimonios que recopilaste

pero entonces por qué no dices que te contaron. Esa fue la gran discusión y en general,

esa es la gran discusión –en términos éticos- del testimonio, qué te estás atribuyendo

en términos de sujeto de experiencia.

[Dra. Treviño] ¿Cómo delimitar aquí las cuestiones, porque bueno a mí me costó más

trabajo y que incluso en el examen doctoral, tuve que dilucidar hasta qué punto en

este pacto que establezco con el lector, también yo autor narrador sé que cuando

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recuerdo no soy el mismo que fui en el momento que escribo? Entonces bueno, ahí

entra el terreno de la ficción pero no necesariamente el que entre el terreno de la

ficción significa que lo que te estoy contando solo se mueve en el terreno de la ficción.

A ver qué piensan ambos. Yo defendía mucho esta cuestión ética que entra en la

autobiografía aunque estoy consciente de que, en el momento en que tú eliges tales

episodios, tal construcción en tu autobiografía, estas recurriendo a mecanismos de la

ficción. Pero Edith Negrín me decía es que en una novela también hay un pacto ético.

Sí, todo escritor tiene una responsabilidad ética con el mundo, con los lectores pero

no tanto que puedo decir, y puse el caso de Juan Rulfo en Pedro Páramo, yo no le

puedo decir que lo que él cuenta de Pedro Páramo tiene que ser verdad. Tiene una

responsabilidad ética en cuanto que asume una postura frente al mundo. No sé qué

opines tú al respecto.

Dra. Quijano:

Sí, estoy totalmente de acuerdo con eso. Yo creo que una de las cuestiones que

estipula el pacto autobiográfico es ése. Que es lo que Lejeune dice, en efecto, sí, tiene

razón: el pacto autobiográfico sí se mueve en términos de verdad o mentira. El pacto

de ficción, en términos de verosimilitud.

[Dra. Treviño] ¿No sería más sutil –yo estaba en la postura que tú estás- manejar mejor

la palabra veracidad?

Dra. Quijano:

Sí, pero la veracidad nos lleva un pacto de enunciación de que lo que yo estoy diciendo

es verdad. Claro, no en términos de verdad de decir ¨esto es una imagen tal cual del

mundo¨ porque eso es imposible, sino en la intencionalidad del sujeto que enuncia.

(Estudiante) ¿O sea la sinceridad?

Dra. Quijano: Sí, la sinceridad.

(Estudiante) Pero sí es exactamente intención. Ese es el término que él recupera. De

hecho, el término de la responsabilidad tiene que ver directamente con quién enuncia

porque después regresa a esa noción de intención y que se mide no en qué aspecto es

contrastable o no de lo que está diciendo, o sea puede verificarse, sino que el pacto

incluye que esa persona, si bien es cierto que no todo va a ser contrastable ni

verificable, la intención del texto y el conjunto de la narración están tratando de ser

sinceras.

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Dra. Quijano:

Sí y que eso no implica que sea infalible. El texto puede tener un montón de errores

pero, de nuevo, la intencionalidad del discurso, qué justo, qué tan sincero eres en el

momento en que lo estás escribiendo. Ahí es donde se establece el pacto y ahí es

donde radica esta función ética del discurso autobiográfico, que se distingue de la

función ética del discurso fictivo que yo también creo que sí tiene.

(Dra. Treviño): Pero no es la misma.

Dra. Quijano: No, para nada. En términos de responsabilidad discursiva no los

podemos poner en el mismo nivel y eso sí es un pacto. Es un pacto intersubjetivo,

social y cultural, nada más.

(Roberto García Bonilla): Tal vez el matiz que habría que hacer es que, en el caso de la

novela, depende de cuáles son los elementos que se están manejando en la novela. Y

tal vez la Dra. Negrín su modelo puede ser Revueltas, porque ella trabajó mucho

Revueltas, entonces seguramente podría ser como una especie de modelo, como

referencia, cuando habla cuando habla de todo el problema político del autor.

(Dra. Treviño): Pero yo le decía, y bueno es imposible quedarse callado ante las cosas

que van surgiendo, y lo digo aquí a ver si lo compartes tú Mónica, yo no puedo leer de

la misma manera un texto que se llama Las genealogías donde el autor que firma es

Margo Glantz, donde el que narra es Margo Glantz y donde el personaje es Margo

Glantz. Leo Pedro Páramo donde no está ni como personaje Juan Rulfo más que como

autor. No puedo leer de la misma manera. Ahí me va a brincar inmediatamente esta

tríada que no aparece en el discurso de ficción. No sé qué piensen ustedes.

(Estudiante): Bueno ahí hay como una diferencia en cuanto al enfoque en el nivel de

análisis porque el mismo Lejeune dice hacia dentro del texto no hay diferencia alguna.

Los artificios, todos los elementos que utiliza la autobiografía la novela los imita desde

hace mucho. Y si vemos dentro del texto no hay diferencia alguna. Tenemos que irnos

a la portada o a la primera página donde está el nombre del autor. Eso es lo que dice

Lejeune.

Dra. Quijano:

Justo por eso ahí es donde podemos ver ese paso, Lejeune mismo lo hizo. En efecto, lo

narratológico no es suficiente. Necesitamos saltar del elemento narratológico al

elemento pragmático.

14

(Estudiante): Bueno, en esta cuestión de la discusión, dice que la Dra. Negrín estaba

viendo más bien hacia adentro del texto.

(Dra. Treviño): No, dijo ¨es que no me vas a convencer¨. Le dije: aunque no te

convenza no nos vamos a poner de acuerdo. Era la asesora y qué bueno porque no

todo podía ser terso. Aunque no te convenza te voy a decir cuál es mi postura.

(Estudiante): Es importante tener en cuenta todos estos elementos fuera del texto.

Sobre todo en la autobiografía o en un texto que pareciera autobiográfico. Por esta

correspondencia que hay entre autor y personaje.

(Dra. Treviño): Que yo ahí hablaría de dos pactos.

Dra. Quijano:

Ahorita quiero aterrizar un poco esa cuestión. Uno es justo el salto narratológico al

pragmático, es decir, del texto al extratexto, se hace a través del nombre propio. Y leo

esta cita de Lejeune que me parece que es en donde podemos ver justamente este

salto. Dice ¨cuando para distinguir la ficción de la autobiografía se trata de determinar

a qué remite el yo de las narraciones personales no hay necesidad de referirse a una

imposible referencialidad extra-textual¨. Punto número uno. Al interior del texto, el

mismo texto ofrece, a fin de cuentas, ese último término, el nombre propio del autor.

Y aquí viene el salto a la pragmática: ¨a la vez textual e indudablemente referencial. Si

esa referencia es indudable es por estar fundada en dos instituciones sociales: el

estado civil y el contrato de publicación.¨ En el propio texto está inscrito ya ese

triángulo de identidad. La firma que aparece que es la función autoral

(discursivamente hablando) va a presentar identidad con quien narra y con el

personaje principal de la historia, o sea va a ser una narración de verdad. Pero todo el

problema de ese nombre, del que firma, para Lejeune es que tiene forzosamente una

relación referencial que está fuera del texto y que, digamos también que en términos

institucionales está avalada ¿por qué? pues porque existe un registro que dice esta

persona nació, fue registrada, o sea existe en el mundo con mera huella del

documento que pasó por el mundo y que ya a partir del siglo XIX, o cuando ya

empiezan a surgir más las atribuciones autorales, además hizo un contrato de

publicación; le van a dar las regalías del libro. Incluso en el circuito comercial el autor

está inscrito fuera de ese texto.

15

(Estudiante): Por ejemplo ahí el problema es cuando aparece anónimo en el texto

porque ahí el contrato de publicación pues no lo hay o un texto antiguo, como lo que

yo preguntaba en la primera sesión, con la picaresca, con el Lazarillo en particular.

Estamos ante una autobiografía pero por una cuestión extra-textual sabemos que, por

el estilo, se hacía la picaresca pero hacia el texto es una autobiografía, no hay

diferencia.

Dra. Quijano:

Claro, hacia el texto es una autobiografía. Ahora, yo sí establecería una distinción (que

es lo que me parece más interesante del texto de Lejeune). No vamos a poder definir,

tampoco, ni la autobiografía ni el compacto autobiográfico de manera histórica. Hay

que distinguir cómo se leían las narraciones antes de la modernidad a cómo se leen

después de la modernidad. Es una lectura completamente diferente. Digamos, para

Lejeune, el que instaura la forma moderna en cómo leemos la autobiografía ahorita es

Rousseau. Rousseau, digamos, hace un giro coperniciano dirá el propio Lejeune en

términos del pacto autobiográfico, porque después de Rousseau se lee la autobiografía

de una manera absolutamente diferente a como se leía antes. Ahí, para la Antigüedad,

para el Renacimiento, habría que hacer un análisis histórico, historiográfico, además

de textual para poder entender tratar de reconstruir, en la medida de lo posible, el

pacto autobiográfico que había en esa época, que es muy distinto al nuestro. Uno de

los problemas que hay –es un problema general- cuando estamos mirando hacia el

pasado es que hacemos una mirada a la crónica sobre el texto, a veces leemos el

término del pacto de autobiografía moderno un pacto de autobiografía antiguo.

Entonces Lejeune dice ¨por eso no me meto tampoco con autobiografía pre-

rousseausiana, no es el campo que yo quiero estudiar. Yo quiero estudiar el pacto de

lectura moderno de la autobiografía y ese es mi campo¨. Eso no quiere decir que no

existieran escrituras autobiográficas antes, por supuesto que sí, pero se leían de otra

manera.

(Dra. Treviño) Aquí va a venir una categorización que hace Eakin y que lo vamos a ver,

que dice ¨la autobiografía, como la entendemos nosotros, nace con la modernidad

precisamente por la emergencia del yo de manera individual¨.

Dra. Quijano:

16

Y que podemos vincular con… Yo creo que sería interesante que pudieran leer, que es

un autor, de Foucault, porque justo Foucault inscribe el nacimiento del autor con la

modernidad. Entonces la autobiografía, la noción del yo, todas esas nociones, la

subjetividad están íntimamente vinculadas. Y por eso también es importante tener

esta perspectiva histórica o historiográfica de los textos.

(Dra. Treviño): Vamos a ir viendo distintas perspectivas. Nos falta un chorro pero

gracias por la recomendación porque a lo mejor hay que buscar a alguien especialista

en Foucault. Maria Stoppen o a Adriana.

Dra. Quijano: Adriana que ha trabajo mucho lo del autor más en términos de cómo va

surgiendo la figura autoral.

(Dra. Treviño): Sí, está invitada y le dije el próximo semestre te toca pero queremos

ahorita, vamos por los textos iniciales para después entrar a cosas más específicas.

Dra. Quijano:

Me parece perfecto. Bueno, el otro punto que va a tocar Lejeune y me parece

importante y que hasta es problemático también es justamente la relación referencial.

Lejeune va a decir que, en términos referenciales pues tanto la biografía como la

autobiografía van a establecer este pacto referencial. Ahora digamos que, para

Lejeune, este pacto referencial implica una adecuación del texto a un modelo extra-

textual y creo que es el punto más problemático de la articulación de Lejeune y por el

que se le acusó de ingenuo en varias ocasiones, y que tiene que ver con esta idea que

él pone de copia certificada o noción de parecido. ¿Por qué? porque él dice, bueno, el

referente extra-textual va a ser el prototipo o el modelo y entonces el texto lo que va a

tratar de reconstruir en este pacto referencial, al cual se inscribe la biografía y la

autobiografía pues va a tratar de ser una copia certificada de ese modelo que está

fuera del texto. Pero me parece que esta noción de modelo y de copia del modelo es lo

que es problemático. ¿Por qué? porque en el fondo está implicando, uno podría

pensar que la idea de modelo o de prototipo en este caso implica la vida de un sujeto,

la experiencia de sujeto algo que existe fuera del texto que de alguna manera es fijo,

es estable por completo. ¿Por qué? porque la idea de modelo pareciera indicar esta

cuestión y ahí es donde está el problema y que también podría vincularse con esta

idea de Lejeune de que la autobiografía es una narración retrospectiva. Sí, pero es

retrospectiva y prospectiva también porque en el momento en el que alguien escribe

17

está escribiendo sobre su pasado pero también pensando en su futuro, y se está

construyendo en el texto. Entonces, no hay un modelo previo; el problema aquí es que

no hay un modelo previo o, digámoslo así, el modelo no se puede separar del discurso

que lo está generando y entonces esta idea de modelo y de parecido y de copia

certificada pues es profundamente problemática. Ahí es por ejemplo donde va entrar

toda la crítica de Paul De Man y Derrida a la autobiografía. Derrida y Paul De Man se

van a ir al extremo como a la imposibilidad absoluta de que haya cualquier tipo de

pacto referencial porque todo se está construyendo al interior del discurso. Para De

Man digamos que la autobiografía es una máscara y es una prosopopeya en donde no

hay forma de establecer una relación referencial y para Derrida todo radica en la firma,

pero la firma es una forma de autentificación más que lo que está reforzando es la

función autoral pero que no se puede realmente vincular con algo que esté fuera de, y

mucho menos de la experiencia.

Ahora, obviamente digamos que, como les digo, el otro lado de la

postura ya la verán y ya la discutirán. Yo no, para nada, ni experta en De Man ni en

Derrida. Lo que es importante de estos autores –aunque yo tampoco estoy de acuerdo

del todo con su postura- a lo que sí ayudan, es a problematizar justamente esta

identidad que se establece, a veces, demasiado fácilmente, o demasiado problemática

entre discurso, o sea entre autobiografía y sujeto de vida. Para uno, como crítico, el

¨chip¨ que nos meten es decir bueno hay que verlo con una cierta distancia y con una

cierta sospecha, tratando de problematizar esta relación, no darla por sentada y ya.

Me parece que en eso De Man y Derrida son muy útiles, más allá de la radicalidad de

su postura.

Quizás el punto más problemático de Lejeune está en esta noción de

copia certificada. Ahora bien, me parece que el propio texto de Lejeune da una salida a

esta noción. Si uno ve las tensiones que se pueden articular al interior del texto, toda

la reflexión final de Lejeune es una matización también; se está matizando esta

afirmación de la copia y del modelo certificado y que justamente tiene que ver con la

noción que, me parece, es mucho más interesante y que sí puede resolver muchos

problemas, que es la noción de pacto autobiográfico, y que estaría vinculado con todo

lo que ya habíamos discutido antes. O sea, que en el fondo, el pacto autobiográfico es

el compromiso que establece un autor para contar directamente su vida, o una parte

18

de su vida, o un aspecto de su vida en un espíritu de sinceridad o de decir la verdad.

Ése es el pacto autobiográfico finalmente. Este pacto autobiográfico, para Lejeune, se

va a oponer al pacto fictivo claramente. ¿Por qué? porque él dice, bueno en una

novela o en una ficción, aunque esté inspirada en la propia vida del autor obviamente

el autor no te está pidiendo que le creas automáticamente lo que está contando sino

que entras en lo que Coleridge llamó este ¨willing suspension of disbelief¨ que es el

pacto de la ficción, el pacto fictivo. O sea, yo estoy escribiendo esto y te estoy pidiendo

a ti lector que voluntariamente suspendas tu juicio de sinceridad, de veracidad y todo

y que entres en este universo fictivo y juegues en él. Para nada es el pacto que pide la

autobiografía. Y ahí sí yo estoy de acuerdo contigo, Blanca. No, el pacto de la

autobiografía sí te está pidiendo créeme lo que te estoy diciendo porque lo viví,

porque te estoy contando mi vida, o lo que vi, o lo que viví o mi experiencia o mi dolor

o mi alegría o todo, o sea, créeme. Te estoy contando algo que me sucedió.

(Dra. Treviño): Yo ponía como ejemplo cuando en Las genealogías Margo Glantz, y

creo que lo dije aquí cuando expuse el texto de May, me dice cómo iban a matar a su

padre y lo terrible que fue el asalto de los neofascistas porque lo confundían con

Trotsky, perdón, ahí sí no puede ser un juego. Y cuando Rulfo, bueno el narrador de

Pedro Páramo está evocando a Susana San Juan, yo no le puedo decir oye Rulfo esa

Susana San Juan ¿de verdad existió? O sea son dos pactos distintos.

Dra. Quijano:

Sí porque la promesa, digamos, en el acto elocutivo que produce la autobiografía es

que yo te estoy contando la verdad, o por lo menos lo que creo que es verdad. O sea,

en el fondo es eso. O es verdad o por lo menos –que es lo que tu decías- es un pacto

de sinceridad. Por lo menos yo creo que lo que te estoy diciendo es verdad. Ya en una

verificación documental pues es ahí donde se pueden ver las dos versiones pero

bueno…. Y en ese sentido pues también el lector puede juzgar que la autobiografía

está ocultando o alterando una parte de esa verdad que establece el pacto, sí puede

haber una recriminación en términos de decir oye no estás cumpliendo aquí tu pacto.

De nuevo vuelvo al texto de Rigoberta Menchú. Una cosa es que Rigoberta Menchú, al

momento de estar recordando recuerde cosas de manera inexacta, y otra cosa es que

diga que ella vio algo que no vio. En una digamos que hay intencionalidad pues de

tergiversar, o por lo menos no ser sincera, y en el otro ya es un problema de la

19

memoria que ya es otro problema que ya no nos vamos a meter aquí. La memoria es

una reconstrucción del presente hacia el pasado y tamizada por la experiencia del

presente del sujeto y pues obviamente va a ser inexacta, nadie le pide a la memoria

que sea exacta.

A cambio es imposible decirle a un (ininteligible) que está mintiendo.

Le puedes decir es poco verosímil lo que estás diciendo, me cuesta trabajo creer tu

mundo de ficción.

(Dra. Treviño): Yo ponía el ejemplo de La fiesta del chivo de Vargas Llosa. El personaje

que narra es totalmente de ficción. A mí me pasó una cosa, ese personaje de ficción

me remitió seguramente más que si me lo hubieran contado como testimonio. Pero

¿qué miente?

Dra. Quijano:

Claro. Esa es otra cuestión, la capacidad de una novela de transmitir una experiencia

de vida es otra historia.

(Estudiante): Sí, ahí mismo lo dice (ininteligible). Me gustaría que me explicaras más a

fondo a qué se refiere porque él ahí menciona que hay muchos escritores que dicen

que la novela mientes menos que la autobiografía y sería como un poco lo contrario a

lo del pacto de la ficción.

Dra. Quijano:

Ahorita te resuelvo. Nada más para terminar esta definición pragmática y ahorita

abordo esta otra cuestión. Como consecuencia, un texto autobiográfico establece una

responsabilidad incluso jurídica del autor. También se le puede acusar al autor de

difamación, cosa que en la novela es difícil que se logre o que se promueva un juicio

por difamación. Eso, en el fondo, implica otra consecuencia –que es también lo que tú

comentabas, Blanca- que me parece muy importante, uno no lee de la misma manera

una autobiografía que una novela. Y eso es un hecho que sucede, que es obvio. Y

pensémoslo nosotros mismos, una cosa es que establezcamos una distancia crítica y

empecemos a leer autobiografías bajo sospecha y todo, pero el primer movimiento de

un pacto de lectura que se establece es distinto. En efecto, la mirada que nosotros,

como lectores, proyectamos en un texto autobiográfico sí está vinculada con esta

identidad entre autor, narrador y personaje. Y en la novela por lo general lo podemos

desvincular. Esto a mí me parece que es fundamental y que es uno de los grandes

20

aportes de esta mirada de Lejeune y por lo que me parece que el texto sigue siendo

profundamente actual ¿por qué? porque el peso mayor en el fondo que Lejeune le da

a la noción de autobiografía es justamente este pacto. Y como lo dice él al final la idea

del contrato de lectura solamente es un pacto histórico que varía a lo largo del tiempo

y justamente en esos términos podemos leerlo. Y entonces, claro, no es lo mismo una

lectura moderna que una lectura posmoderna a lo mejor de la autobiografía. Entonces

vamos leyendo los textos de diferente manera conforme a nuestra cultura, nuestra

sociedad y nuestra propia historia nos lo va marcando de alguna forma.

(Dra. Treviño): En este sentido es muy importante, por ejemplo, a mí me hizo

entender en su texto sobre la autobiografía que publica Sylvia Molloy dice ¨se ha

repetido hasta el cansancio que en nuestra cultura (hablando de Hispanoamérica) no

se dio la proclividad a escribir textos autobiográficos.¨ No es cierto. Ella hace un

inventario, un corpus que se queda uno… Dice, lo que pasa es que en ese momento la

institución Literatura esto lo leía de otra manera. Es cierto, cuántas autobiografías,

etcétera que a lo mejor no decían autobiografía pero eran eso pero la institución

Literatura o la institución Academia pues eso quién sabe qué será pero no es

autobiografía cuando en realidad ahí está.

Dra. Quijano:

Sí, por supuesto. Y siguiendo esta propuesta de Lejeune la pregunta que habría que

hacerse entonces es decir pues qué tipo de contrato de lectura se está estipulando con

el lector en esta autobiografía o en este momento. Cómo se lee o cómo leemos la

autobiografía y creo que eso permite salir de una manera que me parece bastante

adecuada de esta encrucijada de la sospecha de la copia o de la no copia. Claro, si lo

pasamos a términos de cómo leemos uno puede leer una autobiografía en términos de

copia fiel o certificada, sí, o puede leerla bajo sospecha. Se abre toda una gama de

posibilidades muchísimo más interesantes. En vez de decir sí tiene que ver o no tiene

que ver con la verdad, decir a ver cómo se está leyendo, cómo se está interpretando,

cómo está circulando, qué tipo de discurso se está generando, etcétera. Me parece

que en términos de pregunta de análisis o de pregunta crítica es mucho más

interesante de ver de si es cierto o no es cierto lo que dice, que si es copia fiel o no es

copia fiel. Es muchísimo más interesante pensar cómo se está leyendo, qué está

poniendo en juego. Es más rico pensarlo en esos términos. En efecto, la idea de

21

contrato de lectura, el pacto autobiográfico de Lejeune, permite justamente pensarlo

en esos términos.

Ahora, en términos de lo que tú comentabas de Gide y del espacio

autobiográfico creo que esta discusión sobre la verdad de la novela o la verdad de la

ficción está íntimamente relacionada con, digamos, la primera fuerte crisis de la

mirada positivista decimonónica sobre la relación entre discurso y referencia. Esta

misma discusión que aparece con la autobiografía aparece con la novela histórica ¿por

qué? porque lo que quizás lo que podemos ver aquí es que hay un cambio en el

contrato y en el pacto de lectura. Lo que se está problematizando es la entrada o la

postulación positivista decimonónica en donde existen estos discursos referenciales

que nos informan sobre lo real y lo que finalmente el positivismo decimonónico hizo es

establecer una fuerte, fuerte separación entre el ámbito de la ficción y el ámbito de la

dicción diría Genet, o el ámbito de aquellos discursos que nos informan sobre lo real,

que tiene que ver con toda la discusión de la novela histórica del siglo XIX. Y al final

con la vanguardia y en los 20´s, en los 30´s y en los 40´s hay toda una discusión, una

crisis de la novela histórica tal como se planteaba en el contrato de lectura del siglo XIX

. Es decir, es una novela que nos narra el pasado con algunos hechos imaginativos para

rellenar sus huecos, van a decir ¿para qué lo necesitamos? Si queremos la verdad

vámonos a la historia, si queremos la ficción pues la novela nos va a dar una

perspectiva muchísimo más amplia del mundo y de la experiencia vivida. En esta

discusión se inserta –dirá Lejeune ¨esta especie de menosprecio de la autobiografía¨-

en donde la novela, digamos, en un orden jerárquico, nos dice para qué la

autobiografía si en la novela podemos explorar todo eso y muchísimo más. Pero a mí

lo que me parece muy interesante en esta lectura, que hace Lejeune de Gide y de

Mauriac es decir sí y no, porque Gide y Mauriac dicen sí la novela, para qué la

autobiografía, pero los dos escriben autobiografías. ¿Por qué lo hacen? Ahí es muy

interesante porque Lejeune está leyendo la autobiografía en términos como un

discurso que refuerza la construcción de la función autoral. Él dice, bueno para

Mauriac y para Gide es muy importante la autobiografía porque a través de ésa están

dando la clave de cómo quieren que lea el resto de su obra. ¿Qué están haciendo en el

fondo? Están construyendo su figura autoral, su propia figura autoral y están

orientando la interpretación de su figura autoral. O sea, es una orientación, es una

22

forma de decir ¨así quiero que me lean¨, es una forma de decir ¨esta es la visión de

autor que ustedes quiero que tengan de mí¨. Entonces es muy interesante porque

este discurso del yo lo que hace, en términos, digamos, de intención autoral es

proyectar la mirada sobre el resto de la obra. Es construir una figura autoral. Estás

construyendo tu figura como autor. Y eso, dirá Lejeune, a pesar de la supuesta crisis

del sujeto y de la autobiografía y del autor y tal, no es cierto. Se siguieron escribiendo

textos autobiográficos porque el autor siguió estando presente y porque el autor

siguió queriendo mantener un control sobre su figura y sobre la imagen que proyecta

en su texto. Esa es la función final dentro de los textos autobiográficos. Entonces

Lejeune dice aunque ellos no lo digan , porque están un poco jugando con esto, el

texto autobiográfico va a ser fundamental en términos de la construcción que ellos

están haciendo de su propia figura. Entonces lo que hace Lejeune es revertir esta

orden (ininteligible) mí que no me cuenten que la autobiografía no es importante, es

fundamental en su propia obra porque a través de ella nos están dando las claves de

lectura de sus textos.

Pues yo creo que con eso. Ahora sí, si quieren…

(Dra. Treviño): Adelante Carlos, Nallely, Hugo…

(Carlos): En este texto de Lejeune yo tengo, a mí me parece que es una pregunta y es

un comentario. A mí me parece que este pacto del que habla Lejeune es una

propuesta nueva de cómo leer los textos autobiográficos. A mí me parece que lo está

dando en clave de lectura, en el sentido de ¨bueno esta es mi propuesta¨. Que acaso lo

que es ciertamente cuestionable, ya se ha hablado un poco, de que es estricta. Pero

creo yo que es una propuesta muy bien fundada. Como dijo la Dra. Quijano tiene dos

partes. Por un lado, se nutre de la teoría narratológica de Genet, y por otro lado está la

parte del pragmatismo. Entonces ¿se puede leer esto así como yo lo veo, como una

propuesta, por parte del autor, de lectura?

Dra. Quijano: Sí, por supuesto que sí.

(Nallely): Yo quisiera plantear mi duda mediante un ejemplo de André Guide. No se si

habrán leído Los alimentos terrestres, una novela. Es muy híbrida. Tiene partes

autobiográficas, tiene forma de diario e inserta poesía pero dice, de entrada, que es

una novela, la leemos con ese pacto. No pensamos nunca en ver qué tanto de los

elementos que narra le pasaron, aunque parezca que le pasaron, porque a la vez tiene

23

mucho de filosófica. Y un ejemplo reciente es Amélie Nothomb que es una escritora

belga. Ella escribe, tanto novelas como novelas autobiográficas, pero se ha descubierto

que uno de sus datos biográficos es falso y eso ha hecho que se caiga sus novelas

autobiográficas de decir qué tanto de ahí que dijiste, porque tiene una novela que se

llama Estupor y temblores. Y leía en una entrevista que dice ¨todo lo que dije ahí es

totalmente cierto.¨ Y ahora que se descubre que sus datos biográficos son falsos ¿qué

tanto yo, como como lector, necesito que me digan que eso que leí era

autobiográfico? Yo creo que ahí, bueno, a mí me causa mucha confusión en Lejeune

aún. No sé si, Mónica, podrías explicar un poco más la problemática de la autobiografía

y de la novela autobiográfica.

Dra. Quijano:

El propio Lejeune lo estipula en su texto: no es lo mismo la autobiografía que la novela

autobiográfica. La novela autobiográfica, que sería como un caso… porque es un

género híbrido, presenta cuestiones más problemáticas y más interesantes que quizá

la autobiografía tal cual, que no presenta problemas en este término de lectura

ambigua, o que la novela o que no hay una intención de establecer una relación

autobiográfica en la novela. Yo diría que ahí hay otro pacto de lectura, que no es ni del

todo el que uno hace con la novela –la ficción- que no tiene elementos autobiográficos

claramente identificables o dichos por el autor, y la autobiografía. ¿Por qué? porque es

un género híbrido, justamente, que está jugando con las dos cosas. Está jugando con el

lector al decir ¨yo estoy diciendo eso pues para que establezcas el pacto referencial,

pero al mismo tiempo te estoy diciendo que es una novela entonces no me creas tanto

tampoco¨. Por eso yo creo que la auto-ficción o la novela autobiográfica no la

podemos leer en términos de verdad y de mentira como a lo mejor la autobiografía sí.

Ahí es otra cosa. Y yo creo que ahí es más un juego, estamos en el terreno… lo que

decidió Amélie Nothomb es jugar con todo, jugar con sus datos biográficos, jugar con

la autoficción pero nunca ha dicho ¨esta es mi autobiografía. Yo estoy escribiendo

novela autobiográfica y todo lo que digo ahí es cierto, y lo que digo en la entrevista es

mentira, no importa. Pero te estoy diciendo a ti, lector, que es una novela.¨ Ahí ya te

está situando en otro pacto de lectura. Entonces por eso la noción de pacto de lectura

es fantástica, maravillosa e importante ahí. Ahora, muchos de los lectores de Nothomb

pueden estar leyendo las novelas autobiográficas –que es lo que sucede muchas veces

24

con los lectores en términos de autobiografía- y te sientes defraudado o te enojas con

el autor ¨me estás mintiendo¨. No ¿por qué? porque justo el para-texto te está

diciendo que es una novela. Tú entraste a ese juego y quieres leerlo así. Ahí la

responsabilidad recae más en el lector que en el autor.

Es muy diferente, por ejemplo, se me vienen dos casos en donde sí la

responsabilidad ética es más dura. Hace poco (es que ahorita se me olvidó el

nombre)… hace unos años, como en el 2003, 2004, salió una autora que se llama

Mishka no sé qué, que escribió unas supuestas novelas, digo, unas supuestas

memorias de su infancia, de cómo ella había atravesado durante su infancia… o sea

que como que está vinculada con todas estas narrativas del nazismo. Había atravesado

toda Europa caminando, haciendo como toda una peripecia de Hungría… No me

acuerdo de dónde pero ella las publica como memorias está estableciendo un pacto de

lectura donde al lector va a decir lo que te estoy contando es verdad y es mi vida y es

mi experiencia, y después se descubrió que no era cierto. Ahí hay un problema ético

que no hay con Amélie Nothomb, por ejemplo, aunque haya dicho mentiras sobre sus

datos biógraficos porque Amélie Nothomb nunca está haciéndote a ti pensar que leas

ese texto en otro contrato de lectura que no es el que ella está estipulando como

novela. Aquí sí. Ahí es en donde sí hay un problema ético de decir ahí si estás

mintiendo, estás estableciendo un pacto de lectura que no es el que tu texto está

produciendo. Ahí es donde yo creo que uno podría ver la diferencia. Ahora, yo sí creo

que de todas formas la auto-ficción la leemos de manera diferente que cuando leemos

una ficción, ahí sí, porque sí estamos estableciendo esa relación referencial.

(Dra. Treviño): Pozuelo Yvancos vendrá el año que entra. Fabienne Bradu el otro día

dijo en clase ¨la auto-ficción, para mí, no existe¨. Pozuelo Yvancos, que es un gran

teórico, en Xalapa nos dijo: ¨La auto-ficción es un invento de Albercas y de toda una…

no existe la auto-ficción¨. No dilucidó. Yo espero que el año que entra que viene…

Dra. Quijano:

Yo digo que sí existir la autoficción. O sea, en términos pragmáticos sí puede existir la

auto-ficción, en términos pragmáticos de postura de la enunciación del autor.

(Dra. Treviño): Es un problema muy interesante. Pero fíjate, también hay las

discusiones (ininteligible).

Dra. Quijano:

25

Claro. También hay que pensar desde dónde están ellos leyendo la auto-ficción. Si lo

están leyendo en plano textual, o sea si están leyendo en términos pragmáticos…

(Dra. Treviño): Claro. ¿Hugo?

(Hugo): Bueno yo sólo un comentario. Lo que hace Lejeune nos funciona como una

herramienta para analizar los textos pero no quiere decir que los vamos a meter, a

fuerza, en ninguna de las categorías que es tal vez lo que unos creen, que podemos

hacer pero no. Yo estaba pensando en un ejemplo ya muy extremo pero imaginemos

que Roberto, por ejemplo, decide hacer su biografía de Rulfo pero en primera persona

y le pone abajo ¨Yo Rulfo¨ y como subtítulo ¨Novela¨. Imagínense eso.

(Dra. Treviño): ¿Es que eso no lo podrías hacer, o si? Eso no se puede hacer.

(Roberto García Bonilla): No.

Dra. Quijano:

En términos jurídicos no podrías ¿no?

(Hugo): Bueno pero imaginemos que no hay problemas jurídicos. Él lo hace aunque

que no lo publique y se lo da a alguien. No se puede meter en ninguna de las

categorizaciones de Lejeune. Simplemente vamos a tener que decir no cabe aquí, no

cabe allá, entonces hay algo nuevo que hacer, que es para lo que nos sirve la teoría a

veces, para también generar una nueva categoría.

(Dra. Treviño): Sí, un nuevo conocimiento.

(Hugo): Basándonos en esto de Lejeune., para esto nos va a ser muy útil.

(Dra. Treviño): Claro, por supuesto. Todo lo que veamos, acuérdense, todo es relativo.

Y en el campo de la teoría literaria no se pueden asentar verdades incuestionables.

Lejeune ha sido rebatido y refutado pero lo interesante es que no deja de aparecer,

que es lo que me llama la atención. O Paul De Man y Derrida podrán decir… y como

dice Gusdorf, algo maravilloso, dice: ¨De manera similar felizmente la autobiografía no

ha esperado que los filósofos le otorguen el derecho a la existencia¨, se está refiriendo

ahí concretamente a Paul de Man y Derrida.

Dra. Quijano:

Y sin embargo está Nietzsche

(Dra. Treviño): Adelante Gabriela.

(Gabriela): Tengo dos preguntas, una más más clara y otra menos clara, una más

personal y una menos. Esta categoría de la intención a mí me causa muchos

26

problemas. Cuando uno entra a la carrera lo primero que uno aprende es a desterrar

esta noción, con esta pretensión como más científica y rigurosa de la teoría. En ese

sentido ¿cómo abordarlo? Si hay aspectos textuales en donde se puede ver esto. Y a

mí me llama mucho la atención porque últimamente siento que mucho de mi

pensamiento y de mis lecturas van en el sentido de la intención, pero a la vez, desde

un principio, es una noción que rechazo. Y por el otro lado, bueno ahora que se tocó el

tema del testimonio, desde varias clases como que tengo muchas ganas de preguntar

al respecto de qué tanto, la teoría que ha surgido a partir del testimonio, nos sirve

también para abordar, por ejemplo, la autobiografía y para desterrar, por ejemplo,

estos términos de mentira y verdad. O sea en el sentido en el que hay una situación

como de enunciación en la que una persona justamente, aunque sea testimonio de su

vida, y pues que no va a contar todo ¿no? Ahí siento que como que ya cabe entonces

más una noción de pudor o una noción de tal y, digamos, este tipo de cosas en el

testimonio se trabajan muy bien porque la situación de enunciación de la persona que

testimonia algo es muy incómoda. Muchas veces, más que verdad o mentira, digamos

estos arreglos que hace en su relato dicen mucho de esa situación en la que está.

Como que a mí la forma de leer el testimonio que más me parece adecuada es ésa. No

en la que hay un reclamo de una mentira o una verdad, sino lo que está diciendo la

propia situación de enunciación. Desde hace muchas clases me pregunto qué tanto

sirve también para el texto autobiográfico.

Dra. Quijano:

Dos cosas, las dos preguntas. La primera, la de la intencionalidad, en efecto, creo que

lo que aprendemos en la carrera -y que yo sí estoy totalmente de acuerdo a desterrar

y que esa es como una herencia justamente del estructuralismo- es pensar en la

intención del autor. ¨La intención del autor cuando escribió esto fue esta cosa¨ porque

pues es muy difícil estipular la intención del autor. A lo mejor puede ser cuando el

autor la enuncia y habría que relativizar, etc. etc. En ese ámbito la intencionalidad, en

efecto, no me parece que sea muy productiva. Todo otro campo, en términos de la

intencionalidad –que es el que trabaja la pragmática y que ustedes lo van a ver ya en

cuanto trabajen los actos de habla- en donde, más que pensar en la intencionalidad del

autor, es más bien pensar en la intencionalidad del discurso. Y yo creo que, en

términos de la intencionalidad discursiva, sí, la noción de intencionalidad puede ser

27

muy productiva, sobre todo, para pensar los pactos. Los pactos, los pactos de lectura o

los contratos de lectura sí parten de una intencionalidad discursiva, que es la

intencionalidad discursiva que propone el pacto. En esos términos, si pensamos en la

autobiografía la intencionalidad discursiva de la autobiografía que produce este pacto

autobiográfico, es decir, lo que te estoy contando es cierto, más allá de la intención del

autor. Es una intención, digamos, que el propio género, el discurso, establece y que,

obviamente, tanto el productor como el receptor están voluntariamente aceptando.

En esos términos yo creo que la intencionalidad es muy productiva y por supuesto que

sí se puede trabajar y es algo que, como te digo, la pragmática ha trabajado. Desde

Austen hasta Searle, ustedes lo van a ver, la intencionalidad en el acto de habla va a

recaer en lo que se ha denominado acto ilocutivo. El acto ilocutivo es la frase que se

dice más la intencionalidad discursiva que se le da a esa frase. Es toda la teoría de los

actos de habla: cuando uno está enunciando está haciendo otra cosa siempre también.

Estás enunciando y prometiendo, estás enunciando y ordenando, estás enunciando e

informando, estás enunciando y pidiendo. El acto perlocutivo sería el efecto que

produce justamente esa intención. Entonces ahí podemos ver las dos caras de este

acto de habla. En ese ámbito la intencionalidad es profundamente productiva y más

justamente para poder distinguir la ficción de la dicción de tal y tal, la se establece a

partir justamente de estas intencionalidades discursivas también. La otra cosa es que

también estas intencionalidades discursivas pueden cambiar. A lo mejor hay un

discurso que intencionalmente en un principio eran leídos -pensemos en los mitos-

eran leídos con una intencionalidad discursiva diferente a como leemos los mitos

ahora, o sea también podemos cambiar la intencionalidad discursiva. Tampoco está

fija y ahí tiene que ver cómo interpretamos también esos actos. A esos actos de habla

nosotros los dotamos, como lectores, de una intencionalidad discursiva. Entonces es

muy interesante esta cuestión pero yo creo que sí puede ser utilizada en términos

pragmáticos, no en términos de la intención del autor.

(Dra. Treviño): Y también esa plática sobre los actos de habla, en el texto de Bruss, que

tienen en su manual, va venir Axel que es... bueno su prueba didáctica fue sobre eso,

imagínate.

Dra. Quijano:

28

Sí, yo creo que la pragmática puede ser muy útil para estas cosas. Y la cuestión del

testimonio yo creo que sí se puede vincular. El testimonio es otra narrativa del yo. Lo

que sucede es que creo que cuando Lejeune escribió ¨El pacto autobiográfico¨ todavía

no había este boom del testimonio que empezó poco después, en los ochenta, y que es

toda la discusión de memoria versus historia, la función primordial del testigo, la

importancia del testimonio. Y me parece que sí se puede leer también en términos del

pacto autobiográfico.

Ahora, lo que pasa es que la dimensión ética del discurso con el

testimonio llegó al centro de la discusión fundamental, que a lo mejor tampoco está

tan presente aquí todavía aunque hay una responsabilidad ético-jurídica. Cuando viene

la era del testigo y cuando viene el boom del testimonio creo que la cuestión ética del

discurso se pone en el centro de la discusión. La mayoría de las discusiones sobre

testimonio sí pasan por esta cuestión. Va muchísimo más allá de verdad o falsedad, va

más en términos de postura ética y todos los problemas que han surgido a partir de

esta cuestión. Un campo amplísimo, súper interesante pero yo te recomiendo que leas

este libro de Beatriz Sarlo que se llama Tiempo pasado: Cultura de la memoria y giro

subjetivo. Una discusión. Es toda una reflexión y una discusión retórica testimonial

buenísima. Este libro es especialmente bueno, es súper claro.

(Dra. Treviño): Y vino a la Facultad, la trajo Liliana (ininteligible) y va a hablar sobre

Borges.

Dra. Quijano:

Es buenísimo, te lo recomiendo. Para mí es una de las mejores críticas al testimonio.

(Dra. Treviño): ¿En qué editorial?

Está editado por Siglo XXI

(Roberto García Bonilla): Yo les puedo mandar… yo hice una larga entrevista sobre

este libro. Se los mando.

(Dra. Treviño): Por supuesto. Aquí se trata de que circule todo porque ya vamos a

empezar a comprar libros ya nos dirás porque después de lo que dijiste, que se tardan

veinte años en traerlos mejor los compro yo.

Dra. Quijano:

Sí, yo lo compré por Amazon.

29

(Estudiante): Bueno pues yo nada más el comentario de que entonces justamente por

la autora que comentó Nallely tal vez actualmente la autobiografía se ha vuelto más

como una manera de jugar del escritor con el lector. Se está metiendo como a

experimentar y me llama la atención, que incluso lo dice en el texto, el pacto de la

autobiografía, el pacto autobiográfico genera que el lector sospeche más. ¿Cuál es la

idea? porque es lo que decías tú, dices: ¨tú lector tienes que creerme¨ pero a la vez lo

que estás generando es que entre en una actitud sospechosa que si estuviera leyendo

una ficción. ¿No es un choque ahí extraño?

Dra. Quijano:

¿Por qué sería un choque extraño?

(Estudiante): Porque qué sentido tiene que tú le pongas memorias si va a estar

buscando los vicios en donde te estas equivocando, en realidad no te está creyendo

todo.

Dra. Quijano:

No porque lo que el siglo XX ha producido, junto con el narrador no digno de

confianza, ha producido lectores sospechosos. Creo que es una manera en que la

posmodernidad lee la autobiografía, que es interesante. Este desplazamiento, que

cada vez somos lectores más sospechosos; tiene que ver un poco como con la crisis de

la modernidad, con toda esta postura posmoderna y yo ahí lo que veo es un

desplazamiento en el lector; que a lo mejor somos lectores mucho más suspicaces que

hace cuarenta, cincuenta años… eso sería interesante de ver. Yo creo que sí, que es un

desplazamiento en el lector, que todas estas interrogaciones sobre el discurso, sobre la

posibilidad del pacto referencial, la reconstrucción, en el fondo (ininteligible) la

posmodernidad, todos estos discursos lo que van generando también es un lector que

empieza a ver bajo sospecha cualquier discurso que pretende establecer un pacto

referencial diciendo le creemos o no le creemos, le creemos o no le creemos a las

noticias, entonces todo es un simulacro, es como una esquizofrenia del lector

contemporáneo.

(Estudiante): Todo el tiempo, en las ficciones, estamos identificando –me ha pasado,

por amigos que leen todo lo que ha escrito Murakami- y todo el tiempo ¨no pues es

que a él le gusta el whiskey y el jazz¨, todo el tiempo están relacionando con su vida, y

buscan y crean mucho más las construcciones de personajes en la ficción que en los

30

textos, que bueno, Murakami tiene nada más lo de De qué hablo cuando hablo de

correr. Pero en una autobiografía constantemente estamos buscando en que se

equivocó o qué está mal.

Dra. Quijano:

Porque yo creo que sí. Nos hemos vuelto lectores ¿Ah, tu me estás diciendo que es

verdad? Ah pues ahora, de entrada, ya no te creo. Si me dices que es una ficción, a

entonces ya puedo pensar que estamos en línea. Yo creo que eso es súper interesante

ese punto porque nos habla de un cambio de perspectiva de cómo leemos el mundo y

como leemos el pacto referencial.

(Carlos): Por eso el propio Lejeune dice que el punto de vista desde el cual establece su

pacto es el del lector.

(Estudiante): Yo pienso que también tiene otro problema Lejeune que es demasiado

peso en la referencia al nombre del autor, es demasiado. Y quisiera también ir a una

cuestión básica del seminario, quizá básica y elemental y es el hecho de que nosotros

estamos intentando levantar el corpus de la escritura autobiográfica en nuestro país.

Vamos a tener que ser, desgraciadamente –y necesariamente- clasificadores de cosas

muy básicas, vamos a tener que ajustarnos a ciertos esquemas.

(Dra. Treviño): No entendí, Ana.

(Estudiante): Vamos a tener que decidir, en ciertos textos hasta qué punto –y lo tocaba

ahorita Nallely- hasta qué punto una novela autobiográfica es o no es…

(Dra. Treviño): No, cuidado ahí. Nunca, cuando yo hablé de escritura autobiográfica,

nunca metí la novela. O sea, tal vez en la base se vaya a abrir un link pero sí hay que

tener mucha claridad lo que es escritura autobiográfica porque entonces ya estamos

metiendo, eso que Mónica decía, ese juego entre la ficción y la autobiografía.

(Estudiante): De hecho, hasta veo ahorita en el texto de Lejeune una serie de

apartados que nosotros no teníamos. Ahorita estaban hablando de testimonio, el

ensayo autobiográfico, el poema autobiográfico, la biografía autobiografiada. Entonces

a mí sí me genera confusión, hasta cierto punto, porque vamos a tener que levantar el

corpus. Entonces voy a una cuestión muy muy básica, elemental del seminario por

donde estamos empezando.

(Dra. Treviño): Eso será problema… sí porque lo del poema autobiográfico no. Yo

establecí claramente cuáles eran los cuatro géneros.

31

(Dulce Adame): (ininteligible) en la búsqueda surgen las dudas. Es lo que

comentábamos con Nallely. Sobre todo en el siglo XIX la distinción entre hombres de

letras y hombres políticos, en donde en sus textos meten muchísimas cosas, tanto de

su vida como de su obra, es lo que discuto un poco al momento ahorita que todavía

no estamos yendo a los textos, a leerlos y comprobar que efectivamente.

Por lo que nos estamos yendo es por el título que, de hecho, Lejeune

menciona. Uno de los elementos que a primera vista, de los datos que van a generar a

primera vista que se trata de un texto autobiográfico es quizás el título o los para-

textos, por decir memorias, diarios, este tipo de palabras que uno ve. Dice

¨memorias¨, bueno pues lo incluyo pero ya cuando te vas al texto a lo mejor son

memorias de un personaje ficticio, que también se juega mucho con esos títulos. A lo

mejor dice ¨memorias¨ pero son las memorias no de una persona real sino de un

personaje. Yo entiendo a Ana, esta preocupación ya en el sentido práctico de generar

la base, porque cuando todavía no estamos yendo a cotejar los textos con lo único que

contamos es con estos para-textos pero que se ya irá resolviendo conforme vayamos

al texto.

(Dra. Treviño): Tal vez aquí no me quiero salir, ya son problemas del seminario que

hay que leer el proyecto. En el proyecto que yo presenté no pretende más que el

ámbito de la literatura porque si no, yo puedo encontrar que Miramón escribió

memorias, imagínense si pretendemos levantar todo lo de escritura autobiográfica,

personajes históricos que hicieron…nunca vamos a acabar. A lo mejor ahí sería

interesante que yo les pasara todo el proyecto.

(Dulce Adame): Lo que pasa, no es tanto del proyecto, lo tenemos claro. Pero ya

cuando uno se enfrenta a los textos nos han surgido casos en los que la distinción

resulta un poco más complicada, sin conocer del todo a los autores y sin conocer del

todas las obras. Nos queda claro que no vamos a meter a Porfirio Díaz ni Juárez ni ese

tipo de personajes, pero sí hay autores que esa distinción un poco más complicada. El

mismo Guillermo Prieto, fue hombre tanto de letras y político. Hay algunos casos

especiales en los que sí resulta, de principio, sin conocer del todo los textos, difícil.

Dra. Quijano:

Sí y supongo que para eso está el seminario. Los textos problemáticos ya los discutirán

aquí también.

32

(Dulce Adame): Sí porque también ese tipo de textos, por ejemplo las impresiones y

recuerdos (ininteligible) titular textos que están entre lo ficticio y lo autobiográfico.

Dra. Quijano: Me surge la pregunta, por ejemplo ¿el relato de viaje también va a

entrar?

(Dra. Treviño): No. Aunque está dentro de la categorización, yo creo que el relato de

viaje ya tiene su estatuto propio. Vamos a incluir un link definitivamente. Es que han

ido saliendo cosas pero como ya no puedo trabajar con todos, trabajo con Carlos y con

Dulce. Vamos a hacer un corte porque han surgido toda una serie de sutilezas. No, no

me quiero ocupar porque me mete en otra dinámica por toda la teoría que ha habido

de libro de viaje.

(Estudiante): Yo tengo, primero, un comentario y luego una pregunta. El comentario va

referente a lo que hemos estado hablando, de la importancia del lector -y el mismo

Lejeune lo dice- que cuando está leyendo una autobiografía se comienza a sospechar

absolutamente de todo. En una novela al contrario, se intenta empatar entre la vida y

los hechos que se narran dentro de la novela. Y dice que entonces él va a creer más en

las cosas que encuentra en la novela puesto que es un trabajo que supone él ha

hecho y eso tiene, creo, una correlación con la importancia del autor, y creo que por

esto también él dice no vamos a tomar como autobiografía aquellas que no posean un

nombre o que sean anónimas. Y creo que tiene que ver con esto que hemos estado

platicando del cambio de sociedad. Es una sociedad egocentrista que no puede

renunciar a su nombre dentro de su obra, él no concibe una autobiografía sin el

nombre puesto que no puede renunciar a su nombre. Y, por otro lado, no puede

tampoco confiar del todo en lo que otra persona está diciendo, sino que confía una vez

más en lo que él mismo, por sus propios méritos, está encontrando. Entonces ese

comentario y luego una pregunta. Habías mencionado que en el siglo XIX, con el

positivismo, se hace una división entre la ficción y los discursos históricos. ¿Existe

alguna fuente que me puedas recomendar que hable específicamente sobre esto?

Dra. Quijano.

Ahorita te digo. Ahorita se me ocurren varios pero nada más quería comentar una

cosa. Creo que tiene que ver esta cuestión de la lectura con algo que podríamos llamar

el surgimiento del lector detective. Porque ¿qué pasa? al lector detective lo que le

gusta es buscar pistas. Entonces, claro, si el contrato que tú me estás haciendo es de

33

veracidad, yo las pistas que voy a buscar es cómo te estás equivocando. Si el contrato

que me estás haciendo tú es de ficción, las pistas que yo voy a buscar a ver cómo

establezco una relación de la ficción con lo real. Como si finalmente, como lectores,

nos volviéramos los detectives de los propios discursos y estamos yendo a la contra de

lo que pragmáticamente el discurso está estipulando, que está invertido.

Y en cuestión de lo que me preguntas de la distinción se me ocurre…

hay un texto que trabaja novela histórica pero que me parece es interesante, porque

es como poética de la novela histórica que escribió Fernández. Se llama La poética de

la novela histórica (ahorita no me acuerdo cómo se llama la autora) pero creo que yo

lo tengo digitalizado en ¨pdf¨ porque es un libro de una universidad española, súper

difícil de conseguir el libro y a mí una vez me lo prestaron. Es un libro bastante útil.

Fernández Prieto. Fernández Prieto hace todo un recorrido de lo que ella denomina la

poética de la novela histórica, va desde Walter Scott desde cuando surge el pacto de

lectura y el contrato de lectura y de producción de la novela histórica, hasta la época

contemporánea. Su primer capítulo es toda una reflexión entre ficción e historia. Hace

un recorrido de larga duración historiográfico de cómo se van estableciendo las

relaciones entre lo histórico y la ficción, desde antes del XIX hasta pasando por el XIX.

En toda la discusión de la novela histórica, en términos de lo que a nosotros nos

interesa, que es este campo de la ficción y la (ininteligible) es bien interesante cómo

se van dando esas perspectivas y ella lo reconstruye súper bien y muy claramente. Yo

te recomendaría que vieras ese libro.

Luego está toda la discusión de los historiadores pero ahí ya sería más meterte con al

problema de la historiografía y (ininteligible) . Pero, por lo que veo, te interesa más

esta relación entre historia. Ella lo reconstruye súper claro. Si me mandas un mail y yo

les mando el ¨pdf¨.

(Dra. Treviño) ¿Dulce?

(Dulce Adame): Nada más un poco lo que comentaba Ana con respecto a la

importancia y el peso que le da Lejeune a la cuestión del nombre. Me parece un tanto

excesiva esta distinción que hace cuando refuta Benveniste y dice que se equivoca al

momento de decir (ininteligible). Yo creo que ahí sí exagera un poco, bueno no es que

exagere sino que lo lleva un poco al extremo Lejeune cuando dice ¨Benveniste parece

olvidar que este indicativo distinto existe y es la categoría léxica de los nombres

34

propios.¨ Pero incluso si nos vamos a la categoría léxica de los nombres propios,

cuántas personas pueden existir con el mismo nombre. Siento también que es un

punto importante la cuestión del nombre como el primer rasgo para el lector. Y me

llama la atención también la cuestión como de los seudónimos y de los heterónimos.

Yo no sé, desconozco si existan textos o escritos autobiográficos, publicados con

heterónimos sobre todo, porque bueno él habla de los seudónimos que están en otra

categoría. ¿Aquí como funcionarían justamente estos elementos? Hugo ya quizás un

poco lo planteaba en el ámbito de las posibilidades pero no sé si también se pueda

llevar esta cuestión de los heterónimos y los seudónimos a este elemento del nombre

como uno de los elementos…

(Dra. Treviño): Yo tenía ahí también una pregunta, Mónica, relacionada con esto.

¿Cómo leeríamos Juan de Mairena de Antonio Machado? ¿Y cómo leeríamos los

heterónimos de Pesoa? o sea las cosas que se firman con los heterónimos. Cuando yo

leí esto me surgió también… más que con el seudónimo porque finalmente el

seudónimo tiene una identidad. ¨El duque Job¨ bueno, pero ya en el caso, por ejemplo,

de Juan de Mairena, Antonio Machado, al interior Abel Martín ¿cómo leo este texto?

¿Cómo leo cualquiera de los textos firmados por los heterónimos de Pesoa?

Dra. Quijano:

Es bastante interesante. Desde luego yo creo que depende mucho del pacto de lectura

que establezcamos porque depende cómo consideremos el heterónimo. Depende

mucho de cómo el autor está considerando el heterónimo, porque hay muchos

lectores que, cuando sabemos que hay un heterónimo, lo vinculas directamente con el

autor. El lector que entiende la función del heterónimo a lo mejor sí puede desdoblar y

decir ¨bueno finalmente pues es un sujeto múltiple.¨ Ahora, en términos de relación

autobiográfica, en términos pragmáticos, uno siempre termina otorgándole la palabra

final al autor, al sujeto que vivió.

(Dra. Treviño): Porque Paz dice por ejemplo, en el ensayo maravilloso sobre Machado,

que son máscaras. Entonces ahí qué tanto la máscara no me remite…

Dra. Quijano:

Sí, Paz está leyendo ahí en términos de que el autor que está ahí que usa distintas

máscaras pero en el fondo volvemos a la figura autoral del sujeto extra-textual que

firma con distintos nombres. Yo creo que el heterónimo sí plantea una problemática

35

muy interesante que, de nuevo, tiene que ver con la perspectiva de lectura. Es decir,

cómo estamos leyendo el heterónimo. Es decir, ¿estamos considerando que

efectivamente, en términos de función autoral, es una función completamente

diferente a la de acá? Que es un poco quizá la intencionalidad discursiva del

heterónimo: que puedas pensarlo en dos autores diferentes en términos de función

autoral, pero quizás ya en términos de responsabilidad de enunciación es como una

especie de sujeto desdoblado en vez de máscara. Pero Paz es claro, hay gente que lo

lee como máscara y ahí no lo estás leyendo como un sujeto desdoblado. Estás

leyéndolo como un sujeto que se pone una máscara diferente.

(Dulce Adame): Por eso muchas de las cosas con los heterónimos giran en torno a una

configuración autoral. (Inaudible)

Dra. Quijano:

Por eso función autoral es bien importante también porque es el autor que se

construye a través del discurso y ese es (ininteligible) y con los heterónimos

muchísimo.

(Dra. Treviño): ¿Yanin?

(Estudiante): Yo pensé en un ejemplo, de la autobiografía de Jean Genet, el Diario del

ladrón. Ésta fue publicada como autobiografía, él dijo ¨ésta es mi autobiografía¨. Sin

embargo el inter-texto, respecto a la obra novelística, coincide o responde –

estilísticamente hablando- a una novela. Entonces él es el héroe de su propia historia,

él es el ladrón, él es un personaje y se llama como él, se llama Jean. Sin embargo, las

cosas que enuncia violan por completo la responsabilidad ética. De hecho muchos

críticos discutían sobre esto y decían que mentía, que el lector había sido estafado.

Entonces yo creo que toda una pugna sobre veracidad y ficción se desata en todo esto.

Lo importante en este sentido es lo que dice Lejeune sobre no tomar las enunciaciones

al pie de la letra y yo creo que es un acierto muy muy grande lo que él nos dice,

abordar la autobiografía a través del pacto que establece y dirigido con la propia

actitud de lectura. Otra cosa que habíamos dicho desde las primeras sesiones, era

como una pequeña discusión sobre si esto era una literatura. Entonces también me

pareció muy padre todo esto que dice porque no es discutir si esto es literatura o no,

sin embargo una obra autobiográfica con matices literarios, es decir, una cierta

poética, lo que decía George Michael cuando citaba a Renard. Decía que cuando uno

36

habla de sí mismo siempre quiere ser súper poético. Creo que con estos matices hace

que la obra entra en el orden de la obra literaria. Lo digo como entredicho porque

tampoco hay que ser tan categóricos. Me gustó que nos exhortara a leer una

autobiografía entre líneas, porque estamos frente a un discurso cuya construcción

contiene en sí una labor esteticista. La escritura autobiográfica, siendo una narrativa

del yo no puede escapar de la responsabilidad ética ni del análisis literario porque su

autor usa el lenguaje para construirse en su obra. En el caso del Diario del ladrón

pareciera que Genet quiere un pacto fictivo pero si él publicó su obra como

autobiografía es evidente que la obra hay que abordarla como tal y no como ficción. Y

creo que esta es su forma de manifestar su figura de autor (que es lo que ya

comentábamos hace rato) no es que Genet mienta o que juegue a indeterminar su

pacto de lectura.

(Dra. Treviño): Está provocando, es un provocador.

Dra. Quijano:

Sí, es un provocador, está jugando con eso. Ahora, el decir que es una autobiografía es

lo que abre la posibilidad de que sus críticos le digan ¨estás mintiendo¨. Si él hubiera

publicado una novela esa discusión ni siquiera se hubiera abierto que eso es lo que es

interesante que, en efecto, Genet está utilizando el para-texto para que, justo, le digan

todo eso: que le digan que es un mentiroso, que le digan que tal y tal cosa.

(Yanin): Es que sí está jugando con el lector.

Dra. Quijano:

Sí, está creando su figura autoral.

(Yanin): Sí, ese es su pacto de lectura. Con esa intención.

Dra. Quijano:

Totalmente de acuerdo.

(Dra. Treviño): Otra cosa. Otro de los problemas que se plantearon en el curso al que

asistí y que a mí me dejó, así, a propósito de lo que dice Yanin…Yo le decía a Pozuelo

Yvancos: Bueno está también la discusión si la autobiografía es un género literario.

Para mí lo es. Lo mismo que la biografía. Y Pozuelo Yvancos me dijo: ¨no querida, no es

un género liteario¨.

Dra. Quijano:

37

A lo mejor puede ser que se cruzan, como estas técnicas de los (ininteligible). Yo creo

que hay ciertas autobiografías que se cruzan con el género literario y otras no, como

hay ciertas biografías que se cruzan con el género literario y otras no. Son géneros

híbridos en donde a lo mejor una es una carga mucho mas fuerte, por ejemplo, de lo

literario.

(Dra. Treviño): Claro, pero no porque lo diga ¨x¨ o ¨y¨, con todo lo que amo y respeto a

Pozuelo Yvancos así como qué le importa a Paul De Man si yo estoy de acuerdo con él

que la figura que rige la autobiografía es una prosopopeya. Lo interesante es que estos

textos abren polémica y nos obligan, también, a asumir un criterio propio que también

es de lo que se trata, claro, siempre y cuando uno no se vaya a ¨volar por el espacio¨.

Y otra cosa –que en algún momento se va a tener que tocar- la

función de los para-textos porque hay veces que los para-textos los ponen los editores

y entonces ya, aunque el autor no le haya puesto ¨novela autobiográfica¨ ¿qué pasa?

Nosotros tuvimos oportunidad de constatar en El arte de la fuga de Pitol, en una

edición decía ¨novela autobiográfica¨, en otra decía algo de ¨ensayos autobiográficos¨.

Como los para-textos, que no pone el autor…

Dra. Quijano:

Generan un pacto de lectura diferente.

(Dra. Treviño): Lizbeth.

(Estudiante): A mí me gustó mucho este texto porque se enfoca en la figura del lector.

Ya no es como en la lingüística que sólo le da (bueno porque vamos a ver esto desde el

punto de vista de la lingüística). La lingüística se sitúa desde el punto de vista del

hablante. A lo que voy es que es interesante esta relación que plantea Lejeune entre

sujeto y palabra, en el peso que le da al nombre propio porque yo estaba pensando en

Renato Leduc. Yo lo leo y puedo pensar, sin saber, que su papá fue Alberto Leduc ,

pero él jamás nos lo dice y en ninguna biografía como tal te dicen que fue su papá.

Estaba checando en el Diccionario de escritores mexicanos y no te dicen que Alberto

Leduc fue papá de Renato. Entonces en la autobiografía, por los datos que te va dando

el autor, puedes saber que se está refiriendo a Alberto porque sí te dice la fecha de

muerte y coincide. Pero también ahí yo puedo caer en un error de si realmente su

papá fue Alberto Leduc o simplemente es una coincidencia de apellido.

38

(Dra. Treviño): No, no, sí lo dice Liz. Te digo porque yo trabajé ese texto para trabajar a

Alberto Leduc. ¨Mi padre era un hijo de un suevo que vino…¨

Dra. Quijano:

(inaudible) pero no del nombre propio.

(Estudiante): Ajá, si da muchos datos: de su origen, donde vivía, del entorno, que

convivía con los románticos que se reunían en su casa, pero como tal, bueno a lo mejor

se me pasó…Vaya, no hay como esta relación. Nosotros, como lectores, cómo nos

enteramos (ininteligible) biografía, vaya, y empezamos a sospechar y a veces llegamos

a conjeturar o a caer en errores.

Dra. Quijano:

Es interesante en términos de lo del nombre propio. No sé en el caso del texto si sí

especifique o no el nombre propio. Creo que es interesante porque, en efecto, Lejeune

dice la marca, sí, es evidente, la primera marca de información es el nombre propio.

Pero puede darse el caso de que hay una elipsis de ese nombre propio. Lo que tu ves

es construyendo frente a toda una serie de datos que vayan llevando en el fondo a que

el lector encuentre ese nombre propio aunque no esté escrito en el texto.

(Dra. Treviño): Pero Lizbeth, si no me equivoco, te refieres a que nunca dice el nombre

de su padre.

(Estudiante): Ajá sí.

(Dra. Treviño): Yo tengo la autobiografía y lo trabajé para hablar de Leduc, por eso

estoy segura. Pero en ese caso es la autobiografía de Leduc.

Dra. Quijano:

La relación que establece Lejeune con el nombre propio… En efecto, sí le da mucho

peso al nombre propio pero tiene sentido en términos de esta función que el nombre

propio tiene en el texto autobiográfico que es el que permite vincular el texto con el

extra-texto. Además, de nuevo, la pragmática. Hay una bibliografía interminable sobre

el nombre propio y sólo sobre el nombre propio porque genera toda una serie de

problemáticas: de marcas de individuación, de marcas referenciales; qué pasa con los

nombre propios fictivos, tinta y tinta sobre el nombre propio. Es un tema de discusión

en términos de la pragmática ¿por qué? porque el nombre propio siempre está

también estableciendo una referencia con algo, el nombre propio de una ciudad o de

39

una persona. Es bien interesante toda la discusión del nombre propio, las

implicaciones.

(Dra. Treviño): Aurora dice una que me parece… ¨Lo primero que nos da identidad es

el nombre.¨

Dra. Quijano:

Sí, es toda una discusión sobre la función del nombre.

(Estudiante): También siento que es un tanto restrictiva la definición de autobiografía

porque en el caso de la autobiografía de Bocanegra, su autobiografía es en verso. Si

bien es escritura autobiográfica no entra dentro del rango de la prosa como Lejeune

indica.

Dra. Quijano:

Sí, yo creo que la definición –la primera que da Lejeune- es bastante restrictiva pero

este es un texto de los ´70. Lejeune volvió a trabajar en ¨El pacto autobiográfico bis¨;

vuelve a estos géneros más problemáticos. Lo interesante del texto no es la definición

que da de autobiografía. Lo interesante de este texto es el pacto autobiográfico. La

definición de autobiografía es muy relativa y sí, en efecto, es muy restrictiva.

(Dra. Treviño): Sí, de hecho, son cosas ya del seminario, el texto que te presté es

mucho más abierto que esto pero a mí me parecía importante empezar por esto. El

seminario va a durar tres años para los que aguanten, o no sé cuánto más. Yo no

hubiera querido que este texto estuviera aquí. A mí me hubiera gustado empezar por

este orden: el dossier de autobiografía, que además lo hace un experto, tiene toda una

intención de ir mirando los textos conforme aparecieron. Lamentablemente los

primeros textos son desde la perspectiva historiográfica y nadie podía venir, entonces

pues Lejeune. Finalmente de aquí han salido todas las discusiones.

Dra. Quijano:

Y sí es un autor muy importante para la autobiografía.

(Dra. Treviño): Ya regresaremos a ¨El pacto autobiográfico bis¨, que ya es toda

reformulación de los ataques, pero el texto seminal es éste. ¿Roberto?

(Roberto García Bonilla): Bueno, yo tengo dos preguntas. Una tiene que ver con el

texto y otra es una variante de todo lo que se ha hablado aquí. La primera es que, de

alguna manera lo explica Lejeune pero a mí no me quedó tan claro, la distinción entre

autobiografía y memoria. Él dice que había que distinguir en el punto dos, es decir la

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vida individual y la historia de la personalidad. En mi opinión ambos textos tocan la

vida individual y la historia de la personalidad. Entonces ¿cómo distinguir una memoria

de una autobiografía?

Y la segunda pregunta es mucho más abierta y tiene que ver con el aspecto del

testimonio, que tiene que ver mucho con un tema muy tratado y rechazado por la

academia, que es ¿cómo funciona la autobiografía –testimonialmente- como

herramienta para interpretar el texto literario, que eso ha sido, sobre todo a partir de

(ininteligible) totalmente rechazado?

(Dra. Treviño): La postura de Barthes sobre la muerte del autor.

Dra. Quijano:

La verdad a mí tampoco me queda muy clara la distinción que hace. Me da la

impresión que la autobiografía, en términos de Lejeune, se restringiría más a ver esta

vida individual y cómo va produciéndose la vida individual, como va produciéndose el

sujeto individual, y su propia historia, cómo se va construyendo la historia de una

personalidad y que las memorias podrían abarcar más aspectos.

(Dra. Treviño): Ahí, insisto, va a haber muchos más textos. Lo que pasa es que no les

puedo endilgar todas las lecturas que yo quisiera. Dalia está trabajando, le acabo de

prestar un texto muy sencillo que es el de Puertas Moya, que es un gran estudioso de

la autobiografía. Ya veremos en su momento otro texto importantísimo de él, pero

vamos ¨pian pianito¨ porque no está su tiempo totalmente dedicado al seminario.

Creo que en este texto, él hace una que es muy breve, le entra a definir con mayor

rigor la diferencia que verían. No le hace como Lejeune ¨si cumple con el punto A, con

el punto B…¨. Aquí dice, por ejemplo (de las memorias): ¨Generalmente ese yo se

vuelca como sujeto histórico y recoge más el testimonio de su época¨. O se él inmerso

en la historia. No abandona, evidentemente, la historia personal definitivamente, pero

trata de dar cuenta de cómo se inserta ese yo en un contexto social e histórico.

Yo tuve la oportunidad de leer y creo que sí veo una distinción en el

texto de Neruda Confieso que he vivido, que son memorias, donde, sí, hay capítulos

donde Neruda habla de cómo transcurrió su infancia en los aserraderos. Pero luego

empieza a hablar de cómo se involucra con la Generación del 27, con la Lear, con toda

la cuestión de la presidencia de Allende. Como que en las memorias no importa tanto

esa reconstrucción del yo íntimo-familiar, individual, sino la memoria también cómo

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se inserta ese yo en el contexto histórico-social. No sólo importo yo sino los otros. Este

libro se lo acabo de prestar a Dalia, luego se los quiero pasar a ustedes porque sí

vienen distinciones que nos va a servir para esto que planteabas.

Dra. Quijano:

(ininteligible) lo que ella plantea…me parece interesante su planteamiento, ya su

análisis… es como de literatura.

(Dra. Treviño): ¿Qué es?

Tiene que ver con la segunda pregunta de cómo pensar los escritos autobiográficos en

términos del análisis de una obra. Justo le decía que acabo de leer este artículo que

me pareció interesante en términos planteamiento , ya luego análisis específicos de los

textos que no me parece que sean muy profundos pero es interesante porque era

justo lo que estábamos comentando hace rato. Ella propone que se lean justamente

todas estas escrituras autobiográficas o comentario del autor a su propio texto, en

función de cómo el autor está creando su figura autoral a través de esos textos, a

través de esta creación de esta figura autoral, está marcando una pauta de lectura o

una mirada de cómo él quiere que se le lea, y así habría que leer estos textos.

(También se los puedo mandar porque lo tengo en ¨pdf¨).

Es una especie de control interpretativo que hace el autor. Crea su

propia imagen, genera una lectura de su obra, que es la lectura que él desearía que se

hiciera. En esos términos me parece súper interesante leerlo. No tomarlo como ¨la¨

palabra, sino decir bueno el autor está creando su propia figura autoral, su función

autoral a través de todos estos textos también, que de alguna manera refuerzan la

producción, digamos, la producción literaria del autor y están reforzando y están

proyectando una mirada que el autor quiere que se haga sobre sus textos. Yo creo que

en eso puede ser súper productivo leer estos textos autobiográficos o auto-

comentarios, que no son textos autobiográficos propiamente dichos, pero donde el

autor está comentando sobre su propia obra.

(Dra. Treviño): ¿Y cómo leerías Mónica tú, que eres experta en Barthes, bueno no

experta pero presentaste tu proyecto de concurso y además estudiaste… A mí me

llama mucho la atención, por ejemplo, el texto de Barthes par lui- même, que son

fragmentos, es decir, ¿cómo quiere, no tanto Barthes que lo leamos no como

autobiógrafo, o sí como autobiógrafo pero también como ensayista?

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Dra. Quijano:

Yo creo que sí, Barthes tiene una clara conciencia de autor y gran parte de sus textos

está construyendo su figura autoral, su función autoral y claro que está operando ahí.

Sobre todo en los textos post ¨La muerte del autor¨. Es a partir de esos textos en

donde trabaja con elementos muchísimo más autobiográficos y donde trabaja con

(ininteligible) también está construyendo la manera en que él quiere que lo lean como

escritor. Gran parte de la construcción de Barthes es construirse a sí mismo como un

escritor, no solamente como un crítico ni académico. Muchos de los textos van

encaminados a esa proyección de esa mirada. En el fondo es una crítica a toda la

tradición francesa de tomar la biografía o la autobiografía del autor como la única

herramienta o como la única lectura válida para interpretar un texto. Que es toda una

crítica, que además tiene su pleito desde Crítica y verdad sobre Racine. Es como decir

que abramos la posibilidad de interpretación. La muerte del autor en el sentido de

autoridad, como autoridad para interpretar los textos, pero no la muerte del autor

como función autoral porque sí sigue operando, lo que pasa es que es una función que

Barthes promueve más diseminada, en donde la interpretación del lector va a ser

importante y que tiene que ver con todo este movimiento de los pactos de lectura.

También la mirada que el autor proyecta en el texto pues es muy importante.

(Dra. Treviño): No sé si haya alguna otra pregunta. Para mí, que siempre me he

peleado con este texto, cuando lo leí por primera vez debo de confesar que lo

tomé…Lejeune. En el transcurso del trabajo y del análisis Lejeune… pero yo le sigo

teniendo un gran respeto. Todo lo que he leído de discusiones teóricas todo mundo lo

cita y mientras que te citen estás vivo. Mientras que tú seas efecto de polémica quiere

decir que lo tuyo incidió.

Dra. Quijano:

Yo creo que Lejeune tiene cosas todavía muy productivas. Hacía mucho que había

leído este texto. Yo creo que cuando lo leí estaba más relativista y ahora que lo volví a

leer, no en términos de la idea de copia sino en términos de idea del pacto, me parece

que sigue siendo un texto productivo. Sobre todo al final del texto. En este como que

le cortaron pero en el texto final hay un pequeño sub-apartado pero que sí está.

(Dra. Treviño): Yo hice mi lectura en otro texto que ni siquiera fue ése.

Dra. Quijano:

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Es el contrato de lectura. Ése, que son las conclusiones, que es el final del texto es lo

que me parece más interesante. Sí está, lo que pasa es que no está marcado como

sub-apartado. Es después de ¨Copia certificada¨, ¨El espacio autobiográfico¨ y luego,

en la página 60 está ¨los textos de Betises tomarán un relieve vertiginoso¨ , tres puntos

y aparte, ahí empieza el otro sub-apartado que es ¨Contrato de lectura¨: ¨llegado al

término de esta reflexión un escueto balance nos permite constatar un

desplazamiento del problema¨, ahí es donde sitúa en términos de la pragmática, de los

para-textos. Y al final dice: ¨la autobiografía se define a ese nivel global: es un modo de

lectura.¨ Por eso les decía, su parte principal al inicio, que es más narratológica que él

trato de definir como… aquí se abre. Aquí dice bueno, en el fondo, ¨es un modo de

lectura tanto como un tipo de escritura, es un efecto contractual que varía

históricamente¨ . Ahí está.

(Dra. Treviño): Lo que alguien decía y tú lo aclaraste… ustedes los jóvenes (bueno

Mónica también es muy joven) … yo no leo posmodernamente la autobiografía.

Dra. Quijano:

Claro la lees más en términos de ¨bueno sí te acepto el contrato¨ y el final del texto

es: ¨si entonces la autobiografía se define por algo exterior no es por un parecido

inverificable con la persona real sino por el tipo de lectura que engendra, la creencia

que origina y que se da a leer en el texto crítico¨. Por eso esa última parte a mí me

parece que es la más abierta a la pragmática y que está más vinculada con el título del

texto del pacto autobiográfico. Entonces no es tanto definir la autobiografía en

términos de una serie de marcas textuales, sino de un modo de leer.

(Dra. Treviño): El que quiera leer el texto en francés, pues también lo tengo en francés.

Dra. Quijano:

Está bien la traducción.

(Dra. Treviño): Yo la leí en otro texto pero a Lourerio le tengo mucha confianza porque

se ha ocupado mucho de todas estas cuestiones y que haya reunido este dossier a mí

me parece maravilloso. Todo mundo dice ¿y tú cómo le hiciste para conseguirlo? Esto

de las pesquisas de detective que decías. Ahí están los ensayos básicos, hay muchísima

bibliografía evidentemente. Ahí está Bruss, está Eakin, está Gusdorf, o sea están desde

distintas perspectivas y termina con Derrida y con De Man.

Dra. Quijano:

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¿Tienes quién vea lo de Derrida?

(Dra. Treviño): No.

Dra. Quijano: ¿Sabes quién? Gabriela García. Ella es especialista en Derrida, es

buenísima y es súper dispuesta.

(Dra. Treviño): Qué bueno que me dices. Sí, primero quiero que se cumpla este… y

luego ya entramos a aspectos muy específicos. Lo del yo autoral pero sí hay que tener

aquí una visión panorámica, las distintas posturas desde la filosofía, la lingüística, la

historia, la literatura. Luz Aurora, cuando leyó el texto de Paul De Man (y mira que Luz

Aurora es teórica), me dijo ¨ lo siento mucho con Paul De Man¨. Entonces yo me

pregunto ¿qué función tiene la memoria y la experiencia?

Dra. Quijano:

No pero Gaby es muy entusiasta y es muy buena y les va a usted a ayudar.

(Dra. Treviño): Después les voy a mandar una fotocopia de este pequeño libro, que

además es muy lindo, se llama Como la vida misma y él tiene un estudio de la

autobiografía que es sensacional, desde la semiótica pero muy interesante. Lástima

que me dijo su maestro que se había perdido por una historia de amor. Fíjate que se

divorció . Quise localizar a Puertas Moyas a través de su maestro, a través del que

funda todos los estudios autobiográficos en la UNED y le dije, en el Congreso de

Hispanistas ¿oiga y Puertas Moyas? y me dijo ¨ay Blanca se nos fue de la academia,

está perdido por del mundo¨. -Pero ¿por qué? - Pues se divorció. Lo que puede ser el

amor ¿verdad?

Mónica gracias, mil gracias.

(Fin de la sesión)

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